Sunteți pe pagina 1din 39

TULIO ROJAS CURIEUX

(COMPILADOR)

AUTORES:
TULIO ROJAS CURIEUX
GENY GONZALES CASTAÑO
ESTEBAN DÍAZ MONTENEGRO
LILIA TRIVIÑO GARZÓN
ROSELI FINSCUE CHAVACO
CARLOS CORREDOR JIMÉNEZ
HERINALDY GÓMEZ VALENCIA
OSCAR ANDRÉS LÓPEZ CORTÉS

Editorial Universidad del Cauca


2015
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas /
Tulio Rojas Curieux, Geny Gonzales Castaño, Esteban Díaz Montenegro…
[et. al.] --Popayán: Universidad del Cauca,
Sello Editorial 2015.

164 p.
Bibliografía: Citada en cada capítulo; índice analítico: p.159-163

1. GRUPOS ÉTNICOS - EDUCACIÓN SUPERIOR 2. ESTUDIANTES


INDÍGENAS - UNIVERSIDADES 3. GRUPOS ÉTNICOS - LEGISLACIÓN
4. INTERCULTURALIDAD 5. IDENTIDAD CULTURAL
6. MULTICULTURALISMO I. Título II. Universidad del Cauca.

338.17373 E24
ISBN 978-958-732-179-1
scdd 21

Hecho el depósito legal que marca el Decreto 460 de 1995


Catalogación en la fuente – Universidad del Cauca. Biblioteca

© Universidad del Cauca 2015


© De los autores: Tulio Rojas Curieux, Geny Gonzales Castaño,
Esteban Díaz Montenegro, Lilia Triviño Garzón,
Roseli Finscue Chavaco, Carlos Corredor Jiménez,
Herinaldy Gómez Valencia, Oscar Andrés López Cortés

Primera edición en español


Editorial Universidad del Cauca, noviembre de 2015

Diseño de la serie: Editorial Universidad del Cauca


Corrección de estilo: Julián Pérez Lizcano
Diagramación: Daian Alexa Muñoz
Diseño de carátula: Daian Alexa Muñoz
Editor General de Publicaciones: Luis Guillermo Jaramillo E

Editorial Universidad del Cauca


Casa Mosquera Calle 3 No. 5-14
Popayán, Colombia
Teléfonos: (2) 8209900 Ext 1134
editorialuc@unicauca.edu.co

Copy Left: los contenidos de este libro pueden ser reproducidos en todo o
en parte, siempre y cuando se cite la fuente y se haga con fines académicos
y no comerciales.
Impreso en Popayán, Cauca, Colombia. Printed in Colombia.
Contenido

Introducción ................................................................................ 7

1. Estado, diversidad y ciudadanía:


mirando el Departamento del Cauca (Colombia) ............... 11
Tulio Rojas Curieux
Geny Gonzáles Castaño
Esteban Díaz Montenegro
Lilia Triviño Garzón

2. Interculturalidad para potenciar la identidad y construir


ciudadanía para las mujeres en la universidad ................... 39
Roseli Finscue Chavaco

3. Ciudadanía, desarrollo y universidad:


Una mirada desde la economía política ............................... 61
Carlos Enrique Corredor Jiménez

4. Lo político de la política de reconocimiento


de los derechos territoriales indígenas en Colombia ......... 77
Herinaldy Gómez

5. ¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?


Legislación y trasgresión en la Constitución de 1991 ...... 133
Oscar Andrés López Cortés

Índice analítico ........................................................................ 159


5. ¿Es la resistencia indígena un efecto
del poder? Legislación y trasgresión en
la Constitución de 1991
OSCAR ANDRÉS LÓPEZ CORTÉS

Introducción

L a palabra resistencia se encuentra vinculada a las luchas


por la emancipación de los pueblos en contra de la
injusticia, la tiranía y la opresión. Se trata de una expresión
que da cuenta de un conjunto diverso de manifestaciones
populares, levantamientos, luchas armadas, pero también,
de actos simbólicos e incluso de formas pasivas u omisiones.

Sin embargo, la resistencia también puede tratarse de un


producto discursivo del poder. Lo anterior no significa
desconocer los efectos materiales de la resistencia; se trata
de verla allende a la confrontación física, al ejercicio de la
violencia o al abandono del propio autocuidado (como por
ejemplo las huelgas de hambre).

Al decir que la resistencia es un producto discursivo del poder,


sugiero al menos dos ideas. En primer lugar, la resistencia,
como toda producción discursiva, tiene lugar mediante un
uso específico de formas de lenguaje vinculadas a prácticas
concretas materializadas en códigos o mensajes; en el caso
que analizaré se utilizan los códigos del lenguaje de los
derechos vinculados a los pueblos indígenas en Colombia.
En segundo lugar, al encontrarnos con la existencia física de
muchos pueblos indígenas que sobreviven sin sostener una

133
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

permanente confrontación, es necesario preguntarse si es


bajo la expresión de la resistencia como podría identificarse
su manera de lidiar con las relaciones de poder; o se trata de
mecanismos de negociación permanente, dinámicas diversas
y multilocalizadas, plenas de matices y contradicciones, en
permanente construcción, inacabadas y conflictivas.

Con el fin de desplegar estas ideas, procederé de la siguiente


manera. En primer lugar, reconstruiré brevemente algunas
ideas de Foucault sobre el papel del derecho y la economía
en el establecimiento de los límites del poder, y por ende
su potencial para confrontarlo. Luego, mediante el ejemplo
de la minería en territorios en conflicto, intentaré presentar
un ejemplo que haga visible el vínculo entre resistencia y
poder en el marco de las relaciones que el Estado construye
con los pueblos indígenas en Colombia, a partir de la
Constitución Política de 1991, centrando la atención en
el papel desempeñado por el derecho y la economía. Por
último, mostraré la complejidad subyacente a las relaciones
de poder y su confrontación en el caso específico de las
pugnas por la identidad en el pueblo de los pastos en el
municipio de Cumbal, Nariño.

5.1 Breves apuntes sobre el poder y la resistencia

Las ideas predominantes sobre el poder fueron rigurosamente


analizadas por Foucault, quien cuestionó las teorías del
poder de origen liberal, tanto como las provenientes de
distintas expresiones del marxismo. La inquietud del autor
se enfocó en las prácticas concretas, de allí que un lugar
privilegiado de su reflexión fuese el arte de gobernar,
descrito como conjunto de prácticas y discursos expresados
en el ejercicio de la soberanía política como forma de poder
(Foucault 2007: 16-17).

¿Cuál fue el tipo de análisis propuesto por Foucault con


respecto al arte de gobernar? De esta forma planteó su
crítica en el año 1979:

134
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

Querría determinar de qué modo se estableció el


dominio de la práctica del gobierno, sus diferentes
objetos, sus reglas generales, sus objetivos de
conjunto para gobernar de la mejor manera posible.
En suma, es el estudio de la racionalización de
la práctica gubernamental en el ejercicio de la
soberanía política (Foucault 2007: 17)

La noción de poder, expresada en el ejercicio del gobierno


que Foucault interpela, había sido abordada por las
ciencias sociales a partir de universales que se tomaban por
incuestionables, tales como pueblo, Estado y sociedad civil.
Estos y otros universales permiten que opere una racionalidad
expresada en normas y políticas, mediante las cuales se ejerce
el gobierno, al tiempo que se faculta a las disciplinas para
explicar o justificar la práctica gubernamental. Un aspecto
novedoso en la propuesta de Foucault será justamente invertir
el orden: partir de las prácticas para observar cómo estas,
mediante acciones concretas, constituyen los objetos sobre
los cuales habrá que cuestionarse. En tal sentido, el Estado
como dato dado es puesto entre paréntesis por Foucault, ya
que no se trata de un obstáculo burocrático y paquidérmico
para el desarrollo de las potencialidades individuales del
sujeto y el consecuente despliegue de las fuerzas productivas
e iniciativas privadas que las alimentan, como tampoco es el
mero instrumento de dominación empleado por las clases
hegemónicas contra los subalternos indefensos ante el capital.

Si cuestionamos la universalidad del Estado, tenemos que


renunciar a la idea de un objeto predeterminado, estable y
definido. Por el contrario, se trataría de un concepto cuyo
significado está siempre en disputa, y no solo por su dimensión
política, ideológica o teórica, sino por su materialidad misma.
Sería entonces mejor analizar el Estado como una herramienta
polimorfa y ajustable a las múltiples relaciones de poder,
esto es, como un “correlato de una determinada manera de
gobernar” (Foucault 2007: 21). Así visto el Estado, habría que
indagar entonces por la manera como esa herramienta se
modifica estratégicamente para ejercer el gobierno más eficaz
posible según la racionalidad imperante.

135
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

Pero como toda herramienta, se trata de una cuyo rango


de usos está definido y, por lo tanto, con unos límites
precisos de acción, aunque se trate de una herramienta
maleable, ajustable, según las necesidades. Al analizar
el Estado como una herramienta dúctil, podríamos
identificar un principio de racionalidad anexo: el de su
autolimitación. Pero para que tal principio sea eficaz, el
Estado debe escenificar un mecanismo de racionalidad
externo a sí mismo, no de autolimitación, sino un vector
exógeno que en apariencia limita el ejercicio del poder
estatal desde fuera y de manera eficiente, haciendo del
Estado una fuerza teóricamente contenible para y por los
ciudadanos. Ese vector en el Estado social de derecho
puede adquirir diferentes formas: la voluntad popular como
máxima expresión de la soberanía, la teoría de los pesos y
contrapesos e independencia de los poderes públicos, los
principios y valores que orientan la Constitución Política,
los derechos fundamentales, el reconocimiento jurídico de
la igualdad en la diversidad, entre otros.

Para que este vector funcione no es indispensable su


eficacia, únicamente su aceptación, la cual lo dota de
legitimidad. Colombia puede ser un buen ejemplo de ello:
el elevado índice de abstención electoral concuerda con la
prácticamente nula intervención ciudadana en la vida política
del país y en los mecanismos de control y participación
ciudadana. Por otro lado, la reforma constitucional por la
cual se adoptó la reelección presidencial alteró los pesos
y contrapesos, provocando un sistema político donde
el poder ejecutivo ejerce demasiada influencia sobre los
demás. Además, el país ocupa uno de los lugares más
ignominiosos en el mundo en el listado de violación a los
derechos fundamentales, pese a que la Constitución Política
de Colombia se considera una de las mejor redactadas en
la materia. Pese a la gran diversidad poblacional, Colombia
sigue siendo un país donde el racismo, la exclusión y el
rechazo a todas las manifestaciones de la diferencia, parecen
ser ya un rasgo cultural.

136
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

Por lo anterior, a las diversas formas de ese vector exógeno,


por el cual se supone el poder es controlado, propongo
denominarlo el mecanismo escénico de gobernar, dado que
es su representación, su puesta en escena, lo que cuenta,
más que su capacidad real de contener el poder; en otras
palabras, no importa si el mecanismo de limitación externo es
eficaz, solo si se puede decir que se encuentran consagradas
jurídicamente formas de contención del poder al alcance de
los ciudadanos, que estos las conocen y pueden ejercerlas,
aunque eso solo ocurra de manera marginal. De hecho,
al consagrarse hipotéticamente el mecanismo de control,
aunque su uso sea esporádico, resulta funcional al ejercicio
del poder, ya que si se hace suficientemente público el uso
del mecanismo, se legitima la existencia del mismo.

¿Pero en qué consiste tal mecanismo? Por un lado, se


escenifica un conjunto de actos que recrean la ilusión
según la cual el factor de racionalización del poder es
externo al ejercicio del gobierno y se ubica en un campo
de control político al alcance de los ciudadanos, cuya
herramienta principal es la ley (en su más amplio sentido)
como expresión de la voluntad popular. Al respecto
podrían tomarse como ejemplo varios artículos de la
Constitución Política de Colombia, entre esos, el Artículo
4: “La Constitución es norma de normas. En todo caso de
incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma
jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales. Es
deber de los nacionales y de los extranjeros en Colombia
acatar la Constitución y las leyes, y respetar y obedecer a
las autoridades” (República de Colombia 1991). El Artículo
230 dice: “Los jueces, en sus providencias, sólo están
sometidos al imperio de la ley” (República de Colombia
1991), entre otros artículos de la carta magna.

En el caso de la relación entre el poder y la resistencia


de los pueblos indígenas, a través de los derechos a ellos
reconocidos, la escenificación tiene lugar mediante la
producción de actos y leyes que confieren libertades a
grupos e individuos por razones que se fundamentan en
su particularidades ‘culturales’, de un lado, y en el carácter

137
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

multicultural y pluriétnico de la nación colombiana,42 por


el otro. Este doble reconocimiento implica la existencia
de unos procedimientos reglados, mediante los cuales los
grupos ‘minoritarios’ y los individuos que los conforman
pueden exigir el respeto de las libertades consagradas en
la legislación, pero solo de esas libertades. Esta puesta en
escena representa y divulga un conjunto de leyes por las
cuales se reconocen derechos y se fijan procedimientos
válidos para su reclamo. Se trata de un complejo acto de
producción de sentidos, pero también de identidades.

Mientras esto sucede en el primer plano, tras la escena


se despliega la racionalidad económica, la cual creíamos
supeditada a las normas legales; esta se desliza hábilmente
por los intersticios de la escena. Esta, y no el derecho, será
el factor real de autolimitación del poder que se desarrolla
al interior de la razón de Estado, en tanto, como afirma
Foucault, el objetivo de la economía política es precisamente
el “crecimiento simultáneo, correlativo y convenientemente
ajustado de la población por un lado y de los artículos de
subsistencia por otro (Foucault 2007: 31)

Para que el derecho funcione se requiere que las normas


jurídicas sean válidas y, al serlo, otorguen legitimidad al ejercicio
del poder. La economía, en cambio, se funda en el criterio
de la eficacia. Desde la racionalidad económica, no importa
si las prácticas por las cuales se ejerce el gobierno son o no
legítimas, pues solo interesan en tanto alcanzan el objetivo
esperado con los recursos disponibles. Se trata, según Foucault,
de un mecanismo de adhesión constante de la población al
gobierno, no solo de legitimación jurídica, sino de generación
de consenso permanente alrededor de lo que es eficaz, que al
serlo, se representa como conveniente. Pero un consenso de esta
dimensión requiere sujetos aptos para reconocer el acuerdo,
y la aptitud de los sujetos depende de su ‘libre’ decisión de
adherir a la mayoría para formar el consenso. En este proceso

42 Al respecto, el Artículo 7 de la Constitución Política de Colombia


establece: “El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y
cultural de la Nación colombiana” (República de Colombia 1991).

138
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

de búsqueda de la eficacia, el otorgamiento de libertades a los


sujetos determina, y se ve determinado a su vez, por la creación
de la identidad liberal como manifestación fundamental del
individuo, que al serlo, hace parte de una cultura civil global
ubicada por encima de las diferencias o las particularidades
de origen étnico, nacional, generacional, sexual, ideológico,
religioso o de cualquier otro marcador posible.

Este arte de gobernar apuntala de esa manera a la producción


de unos roles, posiciones y atributos de los sujetos,
mediante los cuales se construyen identidades propicias
para la escenificación, haciendo del Estado una herramienta
flexible, que abarca o expulsa, incluye o excluye, según su
propio mecanismo de autolimitación. Al respecto, Foucault
argumentó que “el gobierno de los hombres es una práctica
que no es impuesta por quienes gobiernan a quienes son
gobernados, sino una práctica que fija la definición y la
posición respectiva de los gobernados y los gobernantes
entre sí y con referencia a los otros” (Foucault 2007: 28).

Si tenemos en cuenta que la resistencia puede ser ejercida


a través de la reivindicación de los derechos fundamentales,
conforme a los procedimientos deliberativos democráticamente
establecidos al interior del Estado social de derecho, y solo
mediante estos mecanismos es admisible el tipo de oposición
legítima reconocida y avalada por el Estado, tiene sentido
entonces el planteamiento que Foucault hizo en Sujeto y
Poder Foucault 1998). Según el autor, el mejor lugar para
observar las relaciones de poder es precisamente allí donde
se encuentra la resistencia, como un antagonismo definitorio
de la condición misma del ejercicio del poder, resistencia sin
la cual el poder no sería más que mera coacción física. Pero
si hay resistencia, quiere decir entonces que hay libertad, ya
sea como condición previa de ejercicio del poder o como un
acto de oposición al mismo.

En el corazón mismo de las relaciones de poder y


constantemente provocándolas, están la resistencia
de la voluntad y la intransigencia de la libertad.
En vez de hablar de una libertad esencial, sería

139
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

mejor hablar de un “agonismo”, de una relación


que es al mismo tiempo recíprocamente incitación
y lucha, es una provocación permanente, en vez
de una confrontación cara a cara que paraliza a
ambas partes (Foucault 1998: 254).

5.2 Prácticas del ejercicio del poder

Mediante ejemplos sobre la relación entre minería y derechos


indígenas, expondré ahora la manera como algunas normas
legales producidas en el complejo contexto de esa relación,
han estado determinadas por condicionamientos propios de
la economía política, los cuales se solapan tras la realización
de principios y valores integrados en el ordenamiento
jurídico por la Constitución Política de 1991. Pero a su vez, se
expondrá cómo esas mismas normas en ocasiones distraen
la atención de aquello que es políticamente cuestionable
como parte de su efecto escénico.

El compromiso con la diversidad y la salvaguarda de la


plurietnicidad, principios rectores de la Constitución Política
de 1991, llegan hasta donde los intereses económicos de
las mineras lo permiten. La consulta previa no ha detenido
la marcha de la locomotora extractiva. Las confrontaciones
durante 2012 y parte de 2013 por la construcción de la
represa de El Quimbo en el Huila, o las de Mondomito
(Cauca), en las que resultaron heridos integrantes de la
Guardia Indígena y trabajadores de la empresa minera
extractora de oro en la rivera del río Mondomo, desvirtúan
la retórica jurídica del respeto a los derechos fundamentales.

Si bien la consulta previa podría valorarse como una


herramienta útil en la defensa de los derechos de los
pueblos sobre el territorio, es necesario ver atrás de la escena
protagonizada por el supuesto jurídico; es necesario ver los
condicionamientos de economía política tras bambalinas.
Sobre la consulta previa, el presidente Juan Manuel Santos
sostuvo el 23 de febrero de 2012 en Cartagena, durante

140
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

el Primer Congreso Anual de Minería a gran escala, lo


siguiente:

También alcanzamos muy buenos resultados


con otro Plan de choque para evacuar procesos
represados por consulta previa. Lo que hicimos
fue destrabar los dos cuellos de botella que
estaban entorpeciendo esos procesos: la
expedición de las certificaciones sobre presencia
étnica y las propias consultas. Antes, certificar la
presencia de comunidades étnicas tardaba unos
6 meses; hoy el promedio es de 15 días –cuando
no se requiere verificación en terreno– y de 45
días –si se necesita–.43

El lugar donde la intervención presidencial tenía lugar,


así como el público asistente, no son detalles menores,
hacen parte de un contexto que da sentido y fija el alcance
del discurso pronunciado; son así, parte constitutiva de
ese discurso. En él, el presidente Santos daba parte de
tranquilidad a las mineras, ya que finalizando el año 2011
el Gobierno Nacional había expedido el Decreto 3573
(República de Colombia 2011a), por el cual creaba la Agencia
Nacional de Licencias Ambientales –ANLA–, encargada de
destrabar el cuello de botella que represaba los procesos
de inversión minera. Sin embargo, no se puede eliminar el
proceso de consulta previa del todo, pues no habría escena
que representar ante los espectadores: los electores internos
y la comunidad internacional representada por agencia
multilaterales y organizaciones no gubernamentales. Pero
no hace falta eliminar la consulta previa. Por el contrario,
es un mecanismo legal que, al mantenerse, legitima las
decisiones políticas, mientras que las prácticas propias
de la racionalidad económica vigilan, limitan y controlan
celosamente los criterios de racionalidad jurídica que

43 Palabras del Presidente Juan Manuel Santos en el Primer Congreso


Anual de Minería a Gran Escala. Disponible en: http://wsp.
presidencia.gov.co/Prensa/2012/Febrero/Paginas/20120223_07.
aspx. Recuperado el 19 de marzo de 2012.

141
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

en apariencia limitan el ejercicio del poder estatal. Al


profundizar en el discurso presidencial se advierte la manera
como emerge la racionalidad económica.

Por ejemplo, al sostener el Presidente Santos que el


procedimiento para la expedición de las certificaciones
sobre presencia étnica no requiere verificación en terreno,
implica que tal procedimiento puede ser adelantado por
un funcionario desde Bogotá, traslapando mapas de áreas
mineras o petroleras con los de resguardos indígenas o
títulos colectivos expedidos para tal efecto por el Instituto
Geográfico Agustín Codazzi –IGAC–. Ahora bien, de no
existir completa claridad en el mapa del IGAC, por ejemplo
porque no hay suficiente información sobre el pueblo
indígena o porque este ha sido desplazado, el funcionario
puede recurrir a los títulos otorgados por el INCODER (o
en su momento, por el INCORA), con el fin de determinar
la presencia de resguardos indígenas en la zona. Pero el
INCODER, mediante Oficio 2400 de 2009, sostuvo que los
resguardos de origen colonial no existen en Colombia,
salvo algunos “presuntos resguardos de origen colonial y
republicano” en Cauca, Nariño, Risaralda y Putumayo.

De manera que el IGAC, entidad que de acuerdo con la


ley elabora los mapas necesarios para la expedición de la
‘certificación de presencia étnica’, con base –entre otras
fuentes– en la información suministrada por el INCODER,
podría elaborar mapas en los que no existen resguardos
de origen colonial, allanando el campo para la explotación
minera sin consulta previa en vastas zonas del territorio
nacional habitadas por pueblos originarios. Pero, ¿de dónde
se deduce semejante aseveración? De la Circular 5060
expedida por el IGAC, mediante la cual ese ente determinó
que solo inscribiría en su base de datos a los resguardos
legalmente constituidos por el INCODER.

Aun así, podría pensarse que esto no pasa de ser una


especulación, que el Gobierno Nacional, para una actuación
tan sensible como conceder una licencia de explotación
ambiental, no efectuará verificaciones sin acudir al terreno

142
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

limitándose a una superposición de mapas. Pero no se


trata de una especulación. Esto ya ha ocurrido, como lo
muestra el ejemplo de la represa de El Quimbo, en el
departamento del Huila.

Esto dice la Resolución Ejecutiva número 328 de 2011


expedida por el Ministerio de Minas y Energía:

[…] la Coordinadora del Grupo Consulta Previa


del Ministerio del Interior y de Justicia, certifica
que revisadas las bases de datos institucionales
de la Dirección de Asuntos Indígenas, Minorías
y Rom del DANE, Asociaciones de Cabildos y/o
Autoridades Tradicionales y los reconocimientos
emanados de esa Dirección, No se Registran
comunidades indígenas en el área del proyecto,
como tampoco comunidades negras.

Que con Oficio 2400 suscrito por la Subgerente


de Promoción, Seguimiento y Asuntos Étnicos
del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, se
informa que el área conformada por las poligonales
del proyecto hidroeléctrico El Quimbo, ubicado
en los Municipios de Tesalia, Gigante, Paicol y El
Agrado, localizados en el Departamento del Huila,
no se cruza o traslapa con resguardos indígenas
o comunidades afrocolombianas (República de
Colombia 2011b).

Si bien es posible que en la zona de controversia por


la construcción de la represa no habiten comunidades
indígenas, lo cual estará necesariamente en discusión, dado
que afecta áreas rurales de municipios con reconocida
presencia de pueblos indígenas, así como transforma el
curso de un río que constituye la principal fuente hídrica
vital para las actividades de comunidades campesinas e
indígenas aledañas, lo relevante aquí es la manera como se
efectuó el procedimiento de verificación.

143
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

Para el Gobierno Nacional es una prioridad otorgar


rápidamente licencias ambientales a grandes corporaciones
mineras como parte del proyecto económico. En el mismo
discurso presidencial citado, Santos agrega: “También hemos
reducido el tiempo de las consultas, que antes tomaban
un promedio de 18 meses –que podían llegar hasta 3 o 4
años–, y hoy demoran apenas 6 meses”.44 Los seis meses de
los que habla el Gobierno son parte del acto escénico. El
decreto que creó la ANLA concede un máximo de 30 días
hábiles para suspender el trámite de otorgamiento de la
licencia mientras el Consejo Técnico Consultivo formula sus
recomendaciones al Ministro, de manera que fácilmente en
dos meses puede ser otorgada la licencia.

Otro ejemplo puede ilustrar la dimensión del asunto que


estamos tratando. En el segundo semestre de 2012 se formó
una polémica con motivo de la publicación de una entrevista
dada por Luz Helena Sarmiento, entonces directora de
la ANLA, en la que habría anunciado la negación de una
licencia ambiental a Pacific Rubiales Energy. Por cuenta de
esa entrevista, las acciones de Pacific Rubiales habrían caído
tan estrepitosamente en las bolsas de Toronto y Bogotá, que
en dinero podría representar una pérdida de 500 millones de
dólares para sus accionistas. Este asunto provocó gran revuelo,
pues significaba afectar a uno de los más grandes inversionistas
extranjeros en Colombia. Como si se tratara de un conflicto
diplomático con otra nación, el gobierno colombiano salió
rápidamente a corregir el entuerto, sosteniendo que se había
tratado de una mala interpretación dada por el medio de
comunicación a las palabras de la funcionaria.

El medio digital Dinero.com publicó el 18 de septiembre de


2012 la corrección de la directora de la ANLA, según la cual
no es que la licencia hubiese sido negada, simplemente que
el trámite de otorgamiento aún no había culminado debido
a que la agencia había pedido una documentación extra. El

44 h t t p : / / w s p . p r e s i d e n c i a . g ov. c o / P r e n s a / 2 0 1 2 / F e b r e r o /
Paginas/20120223_07.aspx (Acceso 19/03/2012).

144
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

medio de comunicación remata su nota de prensa con la


siguiente afirmación:

Como se sabe, el mercado de valores es muy


sensible a los anuncios, sobre todo de esta clase
de empresas, por lo que cualquier información
que denote fallas en la operación, puede significar
millonarias pérdidas. Finalmente, no se sabe si
fue un error de interpretación de la agencia, o
que la directora de la ANLA habló de más o no
supo explicarse [Resaltado en el texto original].45

Más allá de si se trató de un error de la funcionaria o del medio


de comunicación que divulgó la entrevista, este incidente
deja ver dos características de la forma de gobierno liberal.
El primero hace referencia a la rapidez con la que fluyen los
procesos de concesión de licencias ambientales en la ANLA
en perjuicio de los intereses colectivos, como el ambiente, el
respeto por la diversidad, las formas de subsistencia de los
pueblos, entre otros valores consagrados por el discurso del
derecho. El segundo tiene se refiere a la cerrada defensa del
Estado a favor de los intereses de grandes empresas como
Pacific Rubiales Energy –a la cual efectivamente no le había
sido concedida la licencia al momento de la entrevista– por
encima de los derechos fundamentales de las personas.

Pero el ejecutivo no está solo en la defensa de los intereses


de mineras y petroleras. El Decreto 3573 de 2011 que creó
la ANLA (República de Colombia 2011a) fue demandado
ante la Corte Constitucional, corporación que mediante la
Sentencia C-572 de 2012 (República de Colombia 2012)
declaró la exequibilidad del Decreto y por ende la legalidad
de dicha agencia, desechando todos los argumentos del
demandante y de los intervinientes en contra de la agencia.

45 Dinero.com. 18 de septiembre de 2012. Disponible en: www.


dinero.com/Imprimir.aspx?idItem=160107 (Acceso 04/10/2012).

145
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

En este caso, la Corte sentenció que la creación de la ANLA


por parte del poder ejecutivo se ajustaba a la Constitución
Política. Se supone que la Corte Constitucional decide con base
en principios y valores consagrados en la Constitución, y no
cabe duda que la sentencia invoca principios. Sin embargo, es
notable cómo lo importante pareciera ser no los argumentos
axiológicos, sino la urgencia de transmitir seguridad al mercado:
dar parte de tranquilidad a los inversionistas, anunciando
que la ANLA no desaparece del ordenamiento jurídico. De
haberse declarado inconstitucional el Decreto, se generaría
una sombra de ilegalidad sobre las licencias ambientales
expedidas por la ANLA, situación que afectaría sensiblemente
a las empresas mineras, y lo que es peor para los intereses de
las multinacionales de ese gremio: regresaríamos a los tiempos
en que el trámite de la licencia ambiental tomaba más de los
seis meses prometidos por el presidente Santos en Cartagena.

5.3 Identidad estratégica: ¿resistencia o fuga?

El gobierno del poder y las prácticas concretas que produce


no pueden ser analizados únicamente desde la perspectiva
de las normas económicas o los procesos de expansión
de relaciones capitalistas que aquellas garantizan. El
poder y las prácticas discursivas generadas no solo son
acatadas, también son objeto de apropiaciones inesperadas,
re-significadas, re-codificadas.

En el campo de los derechos vinculados a la identidad


indígena es posible apreciar estas reapropiaciones. Mientras
que el derecho parte de una noción monolítica, acabada
y estática de la identidad, muchas comunidades la utilizan
estratégicamente como herramienta de posicionamiento
político, protección de derechos fundamentales y captación
de recursos económicos. Se trata de estrategias que
apelan a concepciones de identidad móviles, dinámicas,
fluctuantes, porosas. Los individuos y grupos que emplean
así la identidad se autoreconocen como parte de diferentes
unidades socioculturales: son pueblos campesinos,
indígenas, binacionales, entre otros.

146
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

Tal y como sostiene Trouillot (2011), la velocidad con la


que ocurrieron los cambios durante la primera globalidad
a partir del siglo XVI produjo híbridos autoproclamados:
“[…] individuos o grupos que se vieron, a sí mismos,
como pertenecientes a más de una unidad sociocultural y
compartiendo más de una herencia cultural” (Trouillot 2011:
85). Un ejemplo de esto ocurre entre el pueblo de los pastos,
quienes se consideran –como le ocurre a muchos individuos
y grupos desde el inicio de la globalidad– adscritos a más
de una unidad sociocultural, al tiempo que comparten y
reconfiguran diversas herencias culturales.

Si bien puede resultar relativamente sencillo sostener que


la identidad es empleada estratégicamente por el pueblo
de los pastos como un mecanismo para posicionarse
políticamente, y que la identidad es dinámica y contingente,
no resulta igual de fácil definir la identidad. Quizás se debe
precisamente a que su dinamismo y complejidad implican
el carácter contingente, siempre variable, de aquello que
podría identificarse como los ‘rasgos’ de una identidad.
Habría incluso que cuestionar el sentido mismo de la
palabra identidad, en tanto esta alude a ‘lo mismo’. Pero
no es este el lugar para ese debate. Tomemos por ahora
la expresión en su dimensión política concreta, esto es,
por las confrontaciones y posicionamientos que a través
de ella se realizan.

Algo distinto a la contingencia y la variabilidad ocurre en


el derecho. Esta disciplina opera con la lógica propia de las
ciencias positivas, donde la taxonomía y la identificación
de una regla general y unas cuantas variables que la
confirmen, constituyen fundamentos epistemológicos y
metodológicos. Para el derecho, la identidad se define
a través de un conjunto de rasgos particulares pero
compartidos, posibles de determinar a través de un
peritaje o de una experticia antropológica. Sin embargo,
las identidades, como afirma Trouillot, no son tan sencillas
de identificar, mucho menos mediante un ejercicio de
taxonomía jurídica: “En América Latina, como en el Caribe,
la conciencia de los orígenes mezclados ha sido difundida

147
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

por siglos. […] En suma, desde los primeros siglos del


momento Atlántico las identidades no han sido tan simples
como a veces creemos” (Trouillot 2011: 86).

No es fácil hacer la ecuación de la identidad. En el caso


de grupos como los pastos, a quienes se les considera
hispanohablantes, quienes en apariencia carecen de un
modelo económico alternativo, cuyo sistema de derecho
aún no logra constituirse completamente independiente de
la tradición jurídica occidental, encontramos no obstante un
pueblo numeroso, políticamente activo, que aún con sus
fracturas se extiende en un amplio territorio en el cual han
conseguido defender la vida mediante la titulación de los
resguardos y el reconocimiento de sus cabildos.

Habría que pensar entonces cómo, desde hace siglos, se


producen en el pueblo de los pastos identidades mediante
patrones de producción y consumo modernos, y cómo es
apropiado el ideal de mejoramiento individual mediante el
trabajo personal, incluso en la chagra; o cómo la reducción
de la minga a una forma de trabajo y nada más puede ser
también parte de la producción discursiva a través de la cual
la diferencia se somete, esto es, se disciplina mediante un
mecanismo por el cual la población aprehende ideales de
progreso, desarrollo y derecho de propiedad sobre la tierra
y sus productos. No obstante todo lo anterior, no se podría
decir que se trata de un pueblo doblegado por los intereses
del capital, el Estado, o de las élites dominantes.

Desde una perspectiva histórica, podría argumentarse


que la producción de la identidad moderna del individuo
pasto no se da solamente en los siglos XIX y XX, como
parte del proceso de construcción de nación, tal y como
podría pensarse. Un ejemplo de esto se evidencia en el
sistema de explotación económico del resguardo, tenido
por muchos simplemente como un sistema de protección
legal destinado a garantizar los derechos a la vida y la
integridad de los grupos nativos desde la colonización,
pero que fue a su vez el campo de producción moderno de
identidades individuales mediante el trabajo y el consumo.

148
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

No obstante, este se constituye como un campo exterior a


la espacio-temporalidad europea que construye la geografía
imaginada de la modernidad. De manera que el indígena
pasto, desde la colonización misma, es tan moderno como
el obrero fabril inglés o norteamericano de finales del siglo
XIX, solo que es moderno de otro modo, un moderno no
reconocido por la modernidad, por tanto, discursivamente
no integrado a ella.

Con Trouillot podría afirmarse que los pastos fueron


modernos desde el contacto mismo, si entendemos como ser
parte de la modernidad “[…] la conciencia de las diferencias
socioculturales y la necesidad de negociar a través de
esas diferencias[…]” (Trouillot 2011: 100). Esto cuestiona
la supremacía temporal del Atlántico norte, trascendiendo
así la idea de una resistencia al poder hegemónico y, en
cambio, ubicándonos en la situación de fugas estratégicas
que el pueblo de los pastos, como muchos otros, puso en
marcha con el fin de defender su existencia.

No obstante, las luchas por la identidad se libran en campos


que permanentemente intentan ser acotados a través de
límites basados en criterios universales, como por ejemplo
los derechos humanos o el Estado. Mediante estos se
establecen los términos del debate y es marginado el espectro
de posibles confrontaciones en contra del universal mismo.
Por ejemplo, los fallos de la Corte Constitucional por los
cuales se producen actos de reconocimiento de derechos
indígenas, refuerzan las identidades restrictivas de las cuales
los sujetos y los grupos no pueden salir,46 y si salen, son
descalificados o estigmatizados, como sucede en Colombia
con algunos grupos indígenas en el Cauca y en otras zonas
del país cuando se toman las carreteras. En estos casos
mencionados, se retienen miembros de los grupos armados,
se oponen a la militarización de sus territorios o reclaman
su derecho a sembrar y cosechar plantas como la coca.

46 Un desarrollo de este argumento puede encontrarse en López


(2011). Desde una perspectiva lingüística, es posible hallar
argumentos en la misma línea en Barona y Rojas (2007)

149
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

Es en este punto donde la identidad estratégica se convierte


en una herramienta lábil y contradictoria. En tanto los mismos
grupos e individuos utilizan la identidad para alcanzar
posicionamientos políticos, económicos o jurídicos, corren
el riesgo de verse atrapados a sí mismos en las definiciones
restrictivas, pues entran en el campo del discurso jurídico,
y de esa forma hacen parte de la escenificación tras la cual
fluye la racionalidad económica.

5.3.1 La relación saber-poder.


Posibles cuestionamientos

Una forma de cuestionar la manera como se diluye


la potencia propia de la identidad estratégica, tendrá
necesariamente que pasar por una profunda revisión de
los supuestos metodológicos de la etnografía clásica, la
cual ha contribuido a hacer de la identidad una condición
restrictiva, y de las identidades estratégicas, herramientas
débiles en la batalla contra el poder. Al respecto, es necesario
preguntarse cómo se produce y se refuerza una identidad
restrictiva como la del indígena, creada por el discurso
jurídico multicultural, apoyado en la etnografía disciplinante
y disciplinada. Una forma de acometer este cuestionamiento
es a través de una etnografía indisciplinada, que se pregunte
por las prácticas discursivas a través de las cuales jueces,
defensores de derechos humanos, antropólogos jurídicos
y demás expertos, dicen con autoridad qué significa ser
indígena y qué es adecuado para definir la identidad. Se
trata de una etnografía que permita historizar lo que una
disciplina como el derecho, con apoyo en la antropología,
dice que es la identidad, o más específicamente, cómo ha
sido producida y reforzada la identidad restrictiva mediante
la combinación de los discursos jurídico y antropológico.

Una etnografía indisciplinada que tenga los propósitos


descritos, implica considerar que nos encontramos ante un
Estado ficticio, una ficción moderna cada vez más insostenible.
Esto, por supuesto, pretende nadar a contracorriente de
buena parte de las ciencias sociales que aún se apoyan en las

150
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

fronteras fijas creadas por la idea de Estado. En ese marco,


el caso de los pastos se hace aún más complejo, como el de
los wayúu, los ticuna y tantos pueblos que habitan en las
fronteras del Estado-nación. Aunque hay que aclara que no
se trata solo de las fronteras geográficas.

Trouillot propone una metodología para pensar al Estado


etnográficamente en los siguientes términos:

Parte de la dificultad para estudiar el Estado en


la actualidad surge de una metodología limitada
que siguió la senda de las prácticas estatales,
asumidas como observables inmediatamente,
desde las instituciones gubernamentales hasta
las poblaciones civiles. En un contexto en el
cual las instituciones no actúan como se espera
esta metodología limitada conduce a callejones
sin salida o al redescubrimiento de lo obvio. Si
nos enfocamos en los efectos del Estado a través
de la experiencia vivida de los sujetos podemos
construir una etnografía del Estado desde la base.
Podemos descubrir cuándo y cómo se logran
esos efectos, sus condiciones de producción y sus
límites (Trouillot 2011: 167).

No obstante, no bastaría con hacer una etnografía diferente


del Estado. Es necesario problematizar el método etnográfico
en sí mismo, pues el derecho dice lo que es el indígena a
partir del dato etnográfico, dato que no es construido al
interior de la disciplina jurídica, sino de la antropología.

Una de las formas como tradicionalmente se ha construido


el dato etnográfico, resalta en la aproximación que propone
Rosana Guber (2001), para quien la etnografía, en tanto
enfoque, es una concepción y práctica de conocimiento
que busca comprender los fenómenos sociales desde la
perspectiva de sus miembros. En una línea cercana, Jacobson
afirma que adoptar un enfoque etnográfico implica

151
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

“[…] elaborar una representación coherente de lo


que piensan y dicen los nativos, de modo que esa
“descripción” no es ni el mundo de los nativos, ni
cómo es el mundo para ellos, sino una conclusión
interpretativa que elabora el investigador”.
( Jacobson citado en Guber 2001: 13).

Ante esta perspectiva hermenéutica de acento positivista,


Trouillot nos recuerda cómo la antropología ha sido
constitutiva de una relación de dominación encubierta por
el ideal científico por el cual se ha intentado disciplinar la
voz nativa, incluso cuando se la hace aparecer en el texto
etnográfico (Trouillot 2011: 233). Este último es un texto
que aproxima el fallo judicial al criterio del experto en una
relación cuyo denominador común es el poder.

Sugiero entonces analizar el poder como nexo que


une dos formas de saber, antropológica y jurídica, pero
también una forma de saber histórica, en tanto la disciplina
indaga la manera como fue posible que el pasado diera
forma al presente, ahora convertido en representación
por el etnógrafo. En este acto de representación, el
poder constituye una mirada sobre la relación siempre
conflictiva entre pasado y presente (Trouillot 2011: 216).
En buena medida, lo que el texto etnográfico dice acerca
de la experiencia vivida por las personas –texto con
el cual se enseña la disciplina, tanto como se ilustra el
proceso judicial– no es la experiencia misma, es solo una
representación escenificada en un mundo diferente de
aquel en el cual ocurre la experiencia de los demás.

Trabajos etnográficos como los adelantados por expertos


entre el pueblo de los pastos (Diges y Rappaport 1993)
no dan cuenta de la experiencia vivida por ese pueblo
en Cumbal, tampoco de la formación de su memoria a
través de un pasado evocativo o reminiscente de la figura
del cacique Cumbe (Rappaport 2005), se trata solo del
pasado que la etnografía construye sobre las espaladas
de los pobladores de Cumbal, un pasado instalado en el
presente que le permite al experto escenificar el mundo

152
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

de los pastos, representación que finalmente llega al lector


de etnografías, pero también al proceso judicial o a la
decisión administrativa del gobierno.

Conclusión

No son los principios constitucionales el criterio de


autolimitación del poder, sino los dictámenes del mercado
que, ante el más tímido intento de la racionalidad jurídica
por regular, despliega un aparato de publicidad que infunde
pánico y terror. Esta es la pérdida de millones de dólares
para las multinacionales y una cadena de consecuencias que
de ello se deriva, como los desincentivos para la inversión
extranjera, la desaceleración económica, la pérdida de
fuentes de empleo, el subdesarrollo, entre otros.

Debemos entonces, como sugirió Foucault:

[…] ingresar a un nivel de derecho económico


consciente mediante el análisis histórico que
mostrará en qué sentido y cómo la institución
y las reglas de derecho tiene relaciones de
condicionamiento recíproco con la economía,
para a partir de allí tomar conciencia de las
modificaciones que es posible efectuar en ese
complejo económico jurídico (Foucault 2007: 200).

Un aspecto determinante, pero casi siempre olvidado por


los juristas, emerge en esta escena: habitamos un orden
social económicamente ajustado a la economía de mercado,
pero que se representa regido por el imperio de la ley, por
los principios del Estado de derecho (ahora del Estado
social de derecho). Las intervenciones legales del Estado
en el orden económico asumen la forma de la sanción de
principios meramente formales (Foucault 2007: 204-206).

Será necesario entonces asomarnos más allá de esos principios


formales, pero no para verificar su veracidad, tampoco su
validez. No se trata de un espurio ejercicio de dogmática

153
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

jurídica, sino de cuestionar y evidenciar la manera como las


normas constituyen prácticas e identidades propicias para
la escenificación, tras la cual se despliega una racionalidad
de gobierno cuyo principio de autolimitación no será ya
el derecho, ni siquiera los derechos fundamentales, o los
derechos de los pueblos indígenas, o el procedimiento
de consulta previa, tampoco la acción de tutela; cuyo
principio de autolimitación es la economía política. Y no
es que se desechen las normas por ser cortinas de humo
o herramientas en la construcción de las representaciones,
sino de algo mucho más simple pero que hemos perdido
de vista: hacer explícita la manera como los principios del
derecho sostienen reglas de condicionamiento recíproco
con la economía política, generadora de consensos e
identidades propicias para el desarrollo de las libertades del
mercado y de la formación de lo que Polanyi (2006) designó
como un mercado autorregulador. Sin embargo, todo eso es
necesario observarlo en prácticas concretas.

Aunque eso no sería suficiente. Es necesario discutir la


manera como la etnografía, aquella forma de saber edificada
sobre las espaldas de las personas acerca de quienes se
escribe el relato, funciona como práctica discursiva en la
relación saber-poder, mediante la cual se expiden normas
legales, fallos judiciales y decisiones administrativas que
conceden licencias ambientales a las mineras, para así
explotar territorios que son reclamados por pueblos
nativos. Es nuestro deber preguntarnos por cuál es el papel
de la antropología y el derecho en la construcción de
una economía liberal como criterio de autolimitación del
gobierno del poder.

Comencé este escrito preguntándome si la resistencia


indígena es un efecto del poder. Parece indudable a esta
altura que poder y resistencia son dos caras de una misma
moneda, no puede existir una sin la otra. No obstante, la idea
de la resistencia puede resultar limitada para comprender
las prácticas diversas, a través de las cuales pueblos como
los pastos, confrontan el poder por medio de estrategias que
apelan a una configuración de una identidad lábil; estrategia

154
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

consciente de que el derecho es un campo de batalla, pero


no el único. Así mismo, se deja claro que los designios de la
economía y la influencia de grandes capitales a través de un
mercado sin control del Estado, es mucho más determinante
de lo que puede ser el derecho o las reglas que por su
intermedio se pronuncian. En este aspecto, aún es bastante
lo que habría por aprender de la experiencia de los pueblos
y de la forma como ellos transgreden la legislación.

No obstante, se trata de una dinámica altamente riesgosa,


que no ocurre al margen del gran poder de atracción que
ejerce la conquista de nuevos espacios de participación
política y de obtención de recursos monetarios. De allí
que es fundamental mantener una actitud de sospecha
permanente, incluso ladina, ante unas formas de derecho
tras las cuales se entretejen poderosos intereses económicos
y políticos que, de seguro al momento de escribir estas
últimas líneas, ya no son los mismos.

Bibliografía

Barona, Guido y Tulio Rojas


2007 Falacias del pluralismo jurídico y cultural en
Colombia. Ensayo crítico. Popayán: Universidad
del Cauca.
Digges, Diana y Joanne Rappaport
1993 “Literacy, Orality and Ritual Practice in Highland
Colombia”. En: Boyarin, Jonathan (ed.), The
Ethnography of Reading. Los Angeles: University
of California Press.
Dinero.com
2012 18 de septiembre: www.dinero.com/Imprimir.
aspx?idItem=160107 (Acceso 04/10/2012).
Foucault, Michel
1996 El sujeto y el poder. Revista de Ciencias Sociales. 12
(diciembre): 7-19. Montevideo: Faculad de Ciencias
Sociales, Universidad de la República.

155
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

2007 Nacimiento de la Biopolítica: Curso en el Collège


de France (1978-1979). Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica.
Guber, Rosana
2001 La Etnografía: método, campo y reflexividad.
Bogotá: Editorial Norma.
Instituto Colombiano de Desarrollo Rural –INCODER–
2009 Oficio 2400 de 2009.
Instituto Geográfico Agustín Codazzi –IGAC–
2009 Circular 5060 (03-11-2009), para direcciones
territoriales de la subdirectora de catastro, asunto:
inscripción y trámite catastral de resguardos.
López, Oscar
2011 Los cantos de sirena del multiculturalismo
jurídico político. La identidad cultural en la
jurisprudencia de la corte constitucional. Revista
Tabula Rasa. 14 (enero-junio).
Polanyi, Karl
2006 La gran transformación. Los orígenes políticos y
económicos de nuestro tiempo. México: Fondo
de Cultura Económica.
Rappaport, Joanne
2005 Cumbe Renaciente. Una historia etnográfica
andina. Bogotá: Instituto Colombia de
Antropología e Historia –ICANH–.
República de Colombia
1991 Constitución Política de Colombia. Bogotá.
2011a Decreto 3573 de 2011 (septiembre 27) de la
Presidencia de la República, por el cual se crea
la Agencia Nacional de Licencias Ambientales –
ANLA– y se dictan otras disposiciones.
2011b Resolución Ejecutiva número 328 de 2011.
Bogotá: Ministerio de Minas y Energía
2012 Sentencia C-572 de 2012, exequibilidad
del Decreto 3673 de 2011. Bogotá: Corte
Constitucional de Colombia.

156
¿Es la resistencia indígena un efecto del poder?...

Trouillot, Michel-Rolph
2011 Transformaciones globales. La antropología y
el mundo moderno. Popayán: Universidad del
Cauca, CESO Universidad de los Andes.
Presidencia de Colombia. Palabras del presidente Juan
Manuel Santos en el Primer Congreso Anual de
Minería a Gran Escala. Verificado: 26/03/2015.
Disponble en: http://wsp.presidencia.gov.co/
Prensa/2012/Febrero/Paginas/20120223_07.aspx
(Acceso 19/03/2012).

157
Índice analítico

A
afrodescendientes 9, 13, 14, 25, 29, 98
autonomía 12, 14, 17, 19, 23, 27, 33, 34, 35, 37, 46, 53, 54, 62,
75, 79, 80, 82, 83, 112, 119, 123, 126, 130

B
biodiversidad 102, 103, 104, 106, 108, 110, 116, 125

C
Cabildo 28
capital 23, 48, 53, 69, 70, 71, 72, 83, 87, 88, 91, 116, 125, 126,
135, 148
capital físico 69, 70
capital humano 69, 70, 72
capital simbólico 70
capital social 70, 71, 72
Cauca 3, 4, 7, 8, 10, 11, 16, 17, 24, 25, 27, 28, 30, 31, 33, 38,
40, 41, 42, 44, 45, 47, 48, 50, 51, 52, 54, 58, 59, 61, 63,
64, 75, 77, 99, 112, 140, 142, 149, 155, 157
ciudadanía 9, 11, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 27, 28, 31,
32, 33, 35, 36, 39, 40, 41, 42, 43, 47, 48, 51, 52, 53, 57,
58, 63, 64, 67, 70, 71, 72, 73, 74
ciudadanía indígena 15
ciudadanía transnacional 15, 36
comunidades campesinas 143
comunidades negras 91, 99, 102, 106, 112, 143
conflicto 70, 74, 82, 90, 98, 100, 106, 116, 123, 125, 127, 128,
131, 134, 144
conflicto armado 82, 98, 116, 125, 127, 131

159
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

conflicto por la tierra 106


conflictos interétnicos 13
Constitución Política 7, 8, 12, 19, 34, 41, 43, 59, 65, 67, 78, 81,
83, 91, 99, 100, 109, 115, 123, 131, 134, 136, 137, 138,
140, 146, 156
convivencia 16, 17, 31, 69, 109, 110
Corte Constitucional 78, 81, 83, 127, 128, 129, 131, 145, 146,
149, 156
cosmovisión 80, 82, 100, 103, 115, 125
cultura 8, 12, 20, 27, 37, 56, 61, 67, 75, 78, 82, 84, 85, 88, 100,
104, 108, 114, 139
culturalismo 21

D
democracia 10, 22, 40, 41, 47, 53, 64, 65, 71, 72, 85, 87, 100,
109, 110, 123
derechos 9, 10, 12, 14, 15, 16, 17, 18, 20, 21, 22, 25, 26, 32,
34, 35, 37, 52, 53, 54, 55, 58, 68, 77, 78, 79, 80, 81, 82,
83, 85, 87, 89, 91, 108, 109, 114, 118, 119, 120, 121, 123,
124, 126, 128, 129, 130, 131, 133, 136, 137, 138, 139,
140, 145, 146, 148, 149, 150, 154
derechos ciudadanos 9, 18
derechos colectivos 9, 21, 79, 128
derechos del individuo 9, 17
derechos diferenciales 12, 14
derechos territoriales 77, 78, 80, 82, 87, 89, 114, 126
desarrollo 8, 9, 16, 18, 22, 27, 33, 43, 61, 62, 64, 65, 67, 68,
69, 70, 71, 72, 74, 75, 78, 82, 86, 87, 98, 99, 105, 107,
108, 109, 110, 114, 116, 118, 119, 126, 131, 135, 148,
149, 154
desigualdad 14, 37, 40, 58, 71, 85
diferencia 11, 12, 13, 14, 15, 19, 23, 27, 31, 63, 66, 70, 71, 79,
80, 87, 101, 107, 108, 136, 148
diversidad 9, 11, 12, 14, 21, 25, 26, 28, 29, 34, 37, 41, 42, 43,
62, 65, 66, 70, 75, 77, 81, 84, 85, 86, 87, 90, 91, 100, 102,
103, 104, 105, 106, 107, 109, 114, 121, 123, 126, 127,
129, 130, 136, 138, 140, 145

160
Índice analítico

E
economía 46, 49, 61, 62, 63, 64, 65, 66, 68, 70, 72, 73, 74, 75,
82, 89, 91, 96, 97, 100, 110, 111, 121, 134, 138, 140, 153,
154, 155
ecosistema 88, 102
Estado 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 22, 28, 29, 31, 33,
34, 35, 36, 37, 40, 41, 47, 48, 49, 52, 59, 62, 63, 64, 65,
66, 67, 68, 71, 72, 76, 77, 80, 81, 85, 86, 87, 88, 90, 91,
93, 96, 97, 98, 99, 103, 106, 109, 110, 111, 113, 114, 115,
117, 119, 122, 123, 124, 125, 126, 128, 129, 134, 135,
136, 138, 139, 145, 148, 149, 150, 151, 153, 155
Estado multiétnico y pluricultural 122
etnicidad 15, 16, 17, 29, 30, 37
etnoeducación 24, 25, 28, 29, 30, 38, 125
explotación 12, 14, 40, 58, 78, 87, 92, 93, 96, 97, 106, 107,
119, 125, 142, 148

G
geopolítica 88, 91, 116, 121
globalización 61, 64, 77, 84, 85, 86, 108, 109, 121
Gobierno 32, 33, 34, 39, 92, 93, 95, 96, 111, 135, 137, 138,
139, 144, 145, 146, 153, 154
gobierno colectivo 32
gobierno indígena 33
gobierno nacional 92

I
identidad 17, 22, 23, 39, 43, 44, 56, 57, 70, 81, 118, 119, 134,
139, 146, 147, 148, 149, 150, 154, 156

J
jurisprudencia 81, 156
justicia 21, 34, 65, 100, 101, 110, 111, 113, 126

L
legislación 124, 138, 155
legitimidad 34, 110, 111, 136, 138
lengua 56, 84, 85, 108

161
Universidad, derechos, ciudadanías y pueblos indígenas

M
mercado 35, 45, 46, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 71, 72, 73, 74,
84, 93, 106, 107, 111, 125, 145, 146, 153, 154, 155
modernidad 84, 100, 122, 149
moderno 15, 16, 47, 148, 149, 157
multiculturalismo 63, 64, 65, 66, 67, 82, 85, 123, 156

N
neoliberalismo 58, 63, 65

P
patrimonio 32, 106, 118
pluralismo 24, 58, 65, 80, 81, 82, 155
plurietnicidad 140
Plurinacionalidad 7, 11
poder 23, 24, 25, 40, 41, 47, 48, 52, 53, 61, 63, 64, 70, 74, 84,
89, 97, 101, 109, 110, 113, 117, 119, 121, 124, 126, 133,
134, 135, 136, 137, 138, 140, 142, 146, 149, 150, 152,
153, 154
Poder 139
propiedad 32, 49, 68, 71, 79, 80, 99, 100, 106, 111, 120, 148
propiedad colectiva 32, 106, 111
propiedad individual 79
propiedad privada 100
pueblos indígenas 8, 9, 10, 16, 17, 24, 25, 26, 29, 31, 32, 34,
43, 67, 78, 79, 80, 81, 84, 88, 90, 92, 99, 100, 102, 103,
107, 109, 111, 112, 114, 115, 116, 118, 119, 121, 125,
126, 127, 128, 130, 133, 134, 137, 143, 154

R
recursos naturales 33, 79, 80, 104, 105, 119, 120
resguardo 32, 148
resistencia 31, 34, 51, 77, 78, 112, 114, 115, 117, 133, 134,
137, 139, 146, 149, 154
rural 45, 46, 48, 102

162
Índice analítico

S
sociedad civil 33, 42, 48, 62, 135
sujeto 15, 135, 155

T
territorio 10, 17, 32, 33, 35, 36, 57, 65, 78, 79, 80, 82, 84, 88,
90, 91, 92, 93, 98, 108, 111, 112, 115, 116, 117, 127, 128,
129, 140, 142, 148
territorio propio 17, 78
territorios colectivos 81, 118
territorios de las comunidades negras 91
territorios étnicos 78, 80, 91, 98, 102, 103, 105, 106, 109, 111
territorios indígenas 32, 81, 87, 91, 96, 107, 109, 110, 111,
112, 113, 115, 130

U
universidad 17, 18, 19, 20, 24, 25, 26, 27, 28, 30, 39, 41, 42,
43, 44, 45, 47, 55, 57, 58, 61, 63, 64, 72, 73, 74, 75
Universidad Indígena 7, 24, 33, 35, 37
universidad pública 17, 18, 20, 25

V
violencia 67, 84, 98, 110, 111, 112, 133

163
Este libro fue diagramado utilizando fuentes ITC Garamond Std a 10,5 pts,
en el cuerpo del texto y PancettaSerifPro Italic en la carátula.
Se empleó papel propalibro beige de 70 g en páginas interiores
y propalcote de 300 g para la carátula.
Se imprimieron 100 ejemplares.

Se terminó de imprimir en el Taller Editorial de la Universidad del Cauca


en noviembre de 2015.

S-ar putea să vă placă și