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EL TESORO PÚBLICO
Uno de los temas más importantes del Derecho Financiero o del Derecho
Administrativo Económico lo es el que se refiere al Tesoro Público. Esto así, porque
para poder realizar el abanico de medidas administrativas y cumplir con los servicios
públicos de un país, el Estado o la Administración pública necesitan obligatoriamente
los ingresos y egresos de los fondos y valores que forman la composición de su
patrimonio.
Todo país necesita organizar, mantener y operar los servicios públicos. Pero además,
necesita que funcione día y noche el aparato estatal a fin de mantener el orden, la paz
y la seguridad social.
Todos los servicios públicos dejarían de funcionar si no se contara con el manejo y la
distribución de los fondos y valores del Estado.
Precisamente, en eso consiste el Tesoro Público: en el conjunto de los servicios
relativos al ingreso, al manejo y la distribución de los fondos y valores del Estado.
El Estado no sólo aparece como socio invisible junto con el sector privado a la hora del
reparto de beneficios, sino que a través de múltiples medidas unas de signo positivo y
otras de signo negativo, condiciona y delimita el ámbito de la libertad de los particulares
y de los agentes económicos orientando la economía por derroteros convenientes para
los intereses de la comunidad nacional.
Naturalmente no todos los Estados funcionan dé tal manera que podamos decir que
actúan en beneficio de toda la colectividad. Decir eso, por ejemplo, del Estado
capitalista sería cometer un grave error. Es bien sabido que este Estado desde que
nació hasta nuestros días ha sido un instrumento de coerción y de violencia en favor de
la burguesía, y una fuerza de represión y dispersión en contra de todos los sectores y
clases explotadas. Sin embargo, sea como fuere, todo Estado aspira a ser no
solamente un Estado explotador, sino también un Estado que se preocupe, aunque sea
mínimamente por resolver los principales servicios públicos, su aprobación aun por los
funcionarios a quienes la Constitución y las leyes encomiendan su celebración, es
insuficiente para su validez, si el Contralor General no certifica por escrito que existe un
balance suficiente, no comprometido en gastos autorizados de acuerdo con la
Constitución, para cubrir los que la ejecución del expresado contrato origine.
La Ley No. 3488 de fecha 14 de Febrero de 1953, es la que trata sobre el Régimen de
las Aduanas, en tanto que la Ley No. 170 de fecha 4 de Junio de 1971, es la que trata
sobre el Arancel de Aduanas.
Es importante destacar que a partir del mes de Abril de 1967, se le dio inicio en nuestro
país a la Reforma Arancelaria y Aduanera a través del llamado Programa para el
Desarrollo de Naciones Unidas en la República, en donde se adoptaron nuevos
conceptos y la Nomenclatura de Bruselas (NAB) para sustituir el obsoleto Arancel de
Importación y Exportación de la citada Ley No. 3489 y también de la Ley No. 1488 de
fecha 26 de Julio de 1947.
Pues bien, las principales funciones de las Aduanas son a) Cumplir con el control y
fiscalización del tráfico internacional de mercancías, y b) Cumplir con la determinación
y recaudación de los derechos, impuestos y demás gravámenes que afectan el paso de
las mercancías y fronteras.
Otras funciones accesorias que cumplen las Aduanas son: La gestión e inspección de
diversos tributos; reconocimiento y liquidación de beneficios tributarios, control del
comercio exterior en aplicación de la política económica nacional; la persecución del
contrabando, etc.
La Ley No. 3489, en su Art. 3 dice que se establecen Colecturías de Aduana en los
puertos habilitados de: Santo Domingo, Haina, Puerto Plata, Aeropuerto Internacional
de las Américas, Dajabón y Jimaní.
Santo Domingo, Haina, Puerto Plata y el Aeropuerto Internacional de las Américas, de
acuerdo con el concepto expresado por la Ley, son Aduanas Mayores, y Dajabón y
Jimaní se consideran como Aduanas Mayores Fronterizas.
Por su parte, Azua, Samaná, Sánchez y Cabo Rojo, se consideran como Aduanas
Menores.
deduce de actos del interesado que no dejan lugar a dudas, tales como cuando se
dejan pasar seis meses sin que las mercancías sean extraídas de los almacenes de la
Colecturía de Aduana, cuando el importador o consignatario no aparece no obstante
habérsele notificado, etc.
La mercancía que se abandone al Fisco, se venderá en pública subasta, para cubrir el
total de los derechos e impuestos (Art. 96).
En Art. 190 de la Ley 3489 que venimos comentando puntualiza que "el importador o
consignatario de mercancías incurre en falta y pagará multa en los casos siguientes:
a) Cuando no declare su importación por carga y no retire sus bultos llegados por
"Expreso Aéreo" dentro de los plazos establecidos por los artículos 51 y 103, se
aplicará la sanción de un recargo de 3% mensual por
el primer mes o fracción del primer mes, y de 5% mensual por cada mes o fracción de
mes, después del primer mes, sobre el valor verdadero de la mercancía.
Debemos señalar que el plazo que acuerdan los artículos 51 y 103 es de cuatro días.
b) Cuando las facturas consulares no contengan los datos exigidos por el artículo
16, se le impondrá multa de RD$ 10.00 a RD$200.00, según el caso. En los casos de
mala declaración de los valores la multa será de
RD$ 10.00 a RD$ 10,000.00, según la gravedad del caso. Para tal efecto las
autoridades aduaneras estarán facultadas para investigar y determinar la veracidad de
los valores declarados.
Por su parte, la Ley No. 302, de fecha 30 de Junio de 1966, puntualiza que serán
comisados los objetos cuando el buque cabotero que se haya empleado o haya ayu-
dado a hacer contrabando en la costa o en el mar; cuando las mercancías extranjeras
sujetas a impuestos se hayan descargado o se lleven para descargar a los puertos
habilitados sin permiso previo de los Colectores de Aduanas, cuando el buque trate de
cargar o descargar en los puertos no habilitados costas, bahías, islas, etc.