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Mauro Basaure*
Universidad Andrés Bello, Santiago, Chile
RESUMEN
Taylor con su “The Politics of Recognition” y Honneth con su Kampf um Aner-
kennung ponen, el mismo año, 1992, dos piedras fundamentales que marcarán
el debate sobre la cuestión del reconocimiento y los conflictos sociales. ¿Puede
Honneth tratar el tema del multiculturalismo, que es el objeto central del libro
de Taylor? Mediante una serie de estudios y análisis, el autor de este artículo
muestra que ello no es posible por razones categoriales a la propia teoría hon-
netheana del reconocimiento.
Palabras clave
Reconocimiento, multiculturalismo, derechos colectivos, valoración de culturas,
conflictos sociales
ABSTR AC T
The same year, in 1992, Taylor with his “The Politics of Recognition” and Honneth
with his Kampf um Anerkennung put out two landmarks for the debate on the
problem of recognition and social conflicts. Is Honneth able to properly address
the issue of multiculturalism, which is the central topic of Taylor’s book? Through
a series of studies and analyses, the author of this article shows that it is not possi-
ble, namely due to categorical reasons proper to Honneth’s theory of recognition.
Keywords
Recognition, multiculturalism, collective rights, valuation of cultures, social conflicts
Introducción
Como lo indica el título del texto con que Charles Taylor, en cierta medida, in-
augura el debate sobre multiculturalismo –“The Politics of Recognition” (Taylor
1992)–, su aporte se basa fuertemente en el concepto hegeliano de reconocimien-
to. El mismo año en que él publica ese libro, es decir en 1992, del otro lado del
atlántico, Axel Honneth, también heredero de Hegel, lanzaba su libro Kampf um
Anerkennung. Zur moralischen Grammatik sozialer Konflikte (Honneth 1992a), sin
duda, una de las contribuciones más relevantes a la teoría del reconocimiento y
de los conflictos sociales. La comparación de estos estudios ha ocupado no poco
espacio en la discusión filosófica de las últimas décadas (Iser, 2008; Zurn, 2003,
2005; Thompson, 2006; Merle, 2009; Meckel, 2004).
De una parte, Taylor establecía una estrecha relación entre la cuestión de
las luchas culturales y el problema hegeliano del reconocimiento; de la otra,
Honneth desarrollaba una teoría de las luchas sociales por el reconocimiento,
en la que Hegel se veía reactualizado. Si el aporte de Taylor puede ser referido
a dos términos claves –multiculturalismo y reconocimiento–, el de Honneth
puede serlo solo a uno: reconocimiento. Por simple y rudimentaria que sea esta
forma de esbozar una comparación entre la obra de Taylor y la de Honneth, ya
es útil para plantearse una pregunta con pretensiones sistemáticas, a saber: ¿en
qué medida la teoría de las luchas por el reconocimiento de Honneth puede
ponerse también en relación con la cuestión del multiculturalismo? o, dicho de
otro modo, ¿en qué medida dicha teoría constituye un aporte al debate sobre el
multiculturalismo? En este breve artículo se intenta mostrar que dicho aporte
es relativamente escaso o, mejor dicho, que –contrario a lo que ha llegado a
pensarse– no es en ningún caso evidente que la teoría del reconocimiento de
Honneth aporte de manera significativa a la comprensión del fenómeno de las
luchas por el reconocimiento de las identidades culturales colectivas, es decir, a
la cuestión del multiculturalismo.
Es un error concebir, como lo hace Nancy Fraser (2003), que las teorías del re-
conocimiento de Taylor y de Honneth estén hermanadas por afinidades profundas.
Efectivamente, pese a un sinnúmero de afinidades de superficie entre esas teorías,
existe una asimetría profunda entre ellas que reside en el hecho fundamental de
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Taylor y Honneth son dos autores que han demostrado apreciarse intelectualmente
de manera mutua. Este aprecio puede evidenciarse incluso antes de 1992, fecha
en que, como antes se señaló, fueron publicados los mencionados libros.1 En la
historia de las ciencias y la filosofía, dichas estimaciones mutuas no son casuales,
sino que, normalmente, se enmarcan en hondas afinidades intelectuales. Esto no es
una excepción en el caso de Taylor y Honneth. De ahí que tenga sentido ponerlos
dentro de un mismo marco conceptual, es decir, de establecer ciertas equivalencias
y de puentes entre ellos (Ricoeur, 2004; Cooke, 2009; McBride y Seglow, 2009).
Cualquier lectura superficial de sus obras le hará ver al lector rápidamente esas
afinidades. La más evidente de ellas es que, aunque con diferencias, ambos autores
desarrollan sus respectivas teorías a la luz de la herencia hegeliana del concepto de
1
Efectivamente, ambos autores se conocían antes de la publicación de dichas obras. El año de 1988
es importante en la relación entre ambos filósofos. En 1988 se publicó la versión inglesa del libro de
Axel Honneth y Hans Joas, Soziales Handeln und menschliche Natur. Anthropologische Grundlagen der
Sozialwissenschaften (1980), cuyo prólogo fue escrito por Charles Taylor. En ese mismo año se publicó
en Alemania un libro de Taylor (1988) bajo el título Negative Freiheit? Zur Kritik des neuzeitlichen In-
dividualismus, cuyo posfacio fue escrito por Honneth. Cuando, en 1994, apareció en inglés el libro de
Honneth, Kampf um Anerkennung, Taylor escribió una recensión calificándolo como “a pathbreaking
study which ought to be at the center of the debate for many years to come”. La aludida obra de Hon-
neth es en realidad su tesis de habilitación, que fue presentada en 1989. Taylor fue uno de los miembros
del comité de evaluación de esa tesis, lo que indica que este conocía el estudio de Honneth sobre la
teoría del reconocimiento antes de publicar su propio libro.
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reconocimiento. Pero existen otras afinidades: aunque también con contrastes entre
sus perspectivas, ambos pensadores comparten un mismo paradigma socioontológico
intersubjetivista de raíz hegeliana (Sinnerbrink, 2004; Schnell, 2004); ambos son
críticos de Kant y del kantianismo que identifican en Rawls, aunque Honneth (1992b,
1993a, 1993b, 2000b) siempre se ha cuidado de establecer una distancia respecto del
comunitarismo –y una posición propia en relación al debate entre comunitaristas
y liberales; una posición que no se ve en la urgencia de una elección entre esas dos
perspectivas–, ambos autores comparten la tesis comunitarista fundamental de que
la autonomía subjetiva y la autorrealización personal suponen necesariamente la
posibilidad de estar y saberse integrado y participante de una forma de vida; ambos
comparten la tesis antropológica –casi indiscutida en el contexto teórico relativo al
reconocimiento (ver, por ejemplo, Margalit, 1996; Todorov, 1995)– de que el cum-
plimiento de las necesidades de reconocimiento es una condición necesaria tanto
para la construcción de relaciones intersubjetivas intactas como para la producción
de la identidad personal, de modo que la falta de o el falso reconocimiento producen
formas distorsionadas de subjetividad (Iser, 2008; Rorty, 2000; Kompridis, 2007).
Aunque, seguramente ese listado de afinidades podría engrosarse, las mencio-
nadas bastan para hacerse las preguntas siguientes: ¿justifica ello que se establezca
una simple equivalencia entre ellos, como ocurre muchas veces? (Langman y
Kalekin-Fishman, 2009; Van den Berg y Janoski, 2003). ¿Se extienden esas afi-
nidades a la cuestión de la relación concreta entre el concepto de reconocimiento
y el del multiculturalismo? Mi respuesta es que ello no es así. Hablaré en relación
a las mencionadas afinidades, por muy sustantivas que ellas sean, de afinidades
de superficie. Esto con la intención de señalar que –considerando el complejo
temático multiculturalismo/reconocimiento– se hacen ver más bien diferencias
de gran envergadura entre Taylor y Honneth; se constata, dicho de otro modo,
el hecho de que entre ellos no existen afinidades profundas: no solo sus conceptos
de reconocimiento son esencialmente distintos, sino que la diferencia entre ellos
reside fundamentalmente en el hecho de que el campo fenoménico, a los que
dichos conceptos de reconocimiento refieren, no coinciden.
Si todo esto es cierto, ello contradice lo que afirma Fraser cuando –en el con-
texto de su discusión con Honneth, conocida bajo la pregunta: ¿redistribución
y/o reconocimiento? (Fraser y Honneth, 2003)– señala:
una filosofía social normativa que invoca una ‘la política de la diferencia’.
(Fraser, 2003, p. 19; traducción mía)
Dados los términos anteriores se puede asumir que toda argumentación orien-
tada a marcar una diferencia sustantiva y profunda entre Taylor y Honneth im-
plicará una crítica a Fraser. Honneth lo hace marcando no solo la diferencia entre
su concepto de reconocimiento y aquel de Taylor, sino que también su distancia
crítica respecto de él. Pero uno podría también desarrollar una crítica a Fraser, ya
no criticando a Taylor, sino que más bien mostrando que la teoría de Honneth
falla en la tematización de la cuestión del multiculturalismo. Esto pues, tal falla
expresa una fuerte asimetría entre Taylor y Honneth, y toda asimetría o diferencia
entre ellos rompe con la equivalencia en que Fraser tiende a ubicarlos.
Efectivamente, uno puede criticar a Fraser en otros términos: con la construc-
ción de una equivalencia a nivel de afinidades profundas entre Taylor y Honneth,
Fraser le atribuye críticamente a este último algo que él, en realidad, no ha hecho,
a saber: asociar estrechamente el concepto de reconocimiento al de multicultura-
lismo. De este modo, la cuestión de la inexistencia de una afinidad profunda entre
Taylor y Honneth ya no se refiere al hecho –criticado por Honneth en términos
de un reduccionismo– de que el primero vincule estrechamente el concepto de
reconocimiento al de multiculturalismo, sino que más bien al hecho de que tal
vínculo es del todo inexistente en el marco conceptual honnetheano. Se trata de un
cuestionamiento relativo a la deuda del marco conceptual propuesto por Honneth
respecto de un complejo temático tan importante en las sociedades modernas,
como es el concerniente a las luchas por el reconocimiento de las identidades
culturales colectivas.
El primero de los sondeos a realizar, que constituye la base de uno de los aspec-
tos de mi tesis, da por resultado que Honneth efectivamente no ha tematizado
el problema del multiculturalismo. A partir de una consideración exhaustiva y
general de la obra de Honneth es posible identificar tres aspectos que sobresalen.
En primer lugar, cabe decir que Honneth se concentra más bien en la cuestión
de los derechos sociales y económicos y no tematiza verdaderamente la cuestión del
multiculturalismo. Si uno revisa el desarrollo de la teoría honnetheana del recono-
cimiento, considerándola desde sus inicios, uno verá que la cuestión tayloriana del
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En una entrevista en el diario Le Monde –a propósito de la revuelta en París en el año 2006, en la que
muchos jóvenes pertenecientes a minorías y habitantes de los suburbios (banlieues) parisinos se volcaron
sobre las calles–, Honneth dice: “los problemas son de naturaleza diferente o solo refieren en un grado
muy menor a la cuestión del multiculturalismo; es decir, al reconocimiento que se debe atribuir a los
derechos culturales de las minorías. Pero la crisis de los suburbios (banlieues) en Francia y en las zonas
desfavorecidas en Alemania releva principalmente el empobrecimiento económico y social. Es una
cuestión de derechos sociales. [...] Es absurdo creer que podemos satisfacer las demandas de los que
viven en los banlieues mediante la concesión de derechos culturales sin proporcionar una expectativa
razonable de seguridad económica y social” (Le Monde, 2006, s/p).
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En segundo lugar, cabe señalar además que Honneth –quien reconoce la rele-
vancia política que tienen en la actualidad las luchas por el reconocimiento de las
identidades culturales colectivas y el hecho de que ellas se encuentran fuertemente
representadas en el espacio público político– considera que la teoría crítica, tal y
como él la concibe (Basaure 2010, 2011a, 2011b, 2011c, 2014), debe focalizarse
fundamentalmente en aquellas formas de sufrimiento social y de protesta que aún
no logran sobrepasar el umbral de visibilidad y relevancia pública. Con ello, se
puede decir, él encuentra una justificación sistemática para no tratar directamente
la cuestión de la diferencia en tanto que es una cuestión que se encuentra ya en
la palestra del debate público, precisamente por haber sido puesta ahí por los así
llamados nuevos movimientos sociales.
Honneth (2003) habla de una fascinación por los movimientos sociales que im-
pediría desarrollar una sensibilidad teórica más aguda respecto del sufrimiento
social y de las formas de expresión de la crítica, nacidas de ese sufrimiento, que
no se encuentran representadas ni cognitiva ni políticamente. De acuerdo a ello,
Honneth critica la teoría de Fraser apuntando al hecho de ser insensible no solo
frente a aquellas realidades de sufrimiento social no representadas políticamente,
sino que también respecto de las luchas cotidianas que los actores, afectados por
esas realidades, conducen cotidianamente. Se trata de una puesta en cuestión de
las capacidades cognitivas o de sensibilidad de la perspectiva de Fraser, o de la de
Taylor, si se quiere. Esta perspectiva sociológico-política –que Honneth asume, sin
duda, de Bourdieu (Basaure, 2011c)– me parece correcta. Pero lo que me interesa
señalar aquí es que, mediante ella, Honneth encuentra una justificación de orden
sistemático que le permite escamotear nuevamente la tematización del fenómeno
de las luchas por el reconocimiento cultural, es decir, la cuestión del multicultu-
ralismo. Considerado este punto, se hace nuevamente evidente el error de Fraser,
pues Honneth aboga, de hecho, por un traslado del acento de la teoría crítica,
desde la consideración de demandas de reconocimiento ya visibles por el hecho de
encontrarse ya articuladas colectivamente –como son en la actualidad las deman-
das por el reconocimiento de las identidades culturales– hacia la consideración de
aquellas formas de sufrimiento social, experimentadas privada y singularmente,
invisibles desde la perspectiva de la esfera público-política.
En tercer lugar, el punto más relevante aquí es que Honneth reconoce tres esferas
del reconocimiento: afectividad, respeto legal y valoración social, pero al tematizarlas
no se refiere a la cuestión del reconocimiento de las identidades culturales colectivas.
Anclado a la tradición hegeliana de izquierdas de la Escuela de Fráncfort y, de
hecho, inicialmente dotado fuertemente de una teoría de las clases sociales, lo que
tenía en mente Honneth (1992a) era proponer una explicación no utilitarista, es
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decir, moralmente fundada, de los motivos tanto del sufrimiento social como de
las protestas sociales. Para ello, con la ayuda de Hegel y de Mead, concibe que el
campo de experiencias morales relevantes de los sujetos en el mundo moderno
se ha diferenciado en tres esferas: la de la afectividad, la de los derechos y la de
la valoración social. De estas, a su vez solo estas dos últimas son verdaderamente
relevantes desde el punto de vista de una explicación sociológico-moral de las
fuentes motivacionales que están a la base de las luchas o protestas sociales (Hon-
neth, 1992a).
Honneth (1992a) diferencia entre las luchas por el reconocimiento de derechos
y las luchas sociales por el reconocimiento como valoración social. Desde el punto
de vista empírico, a partir del cual asumo este rápido sondeo de la obra de Hon-
neth, es preciso señalar que –aun cuando sea de manera puramente alusiva–, él
se refiere en ciertas oportunidades a las luchas por el reconocimiento de identi-
dades culturales colectivas, ya sea en términos de luchas por derechos culturales
colectivos, o aludiendo a las luchas por la valoración social de ciertas culturas
minoritarias. El error de Fraser se puede volver a evidenciar aquí en el sentido de
que dichas referencias no tienen en absoluto el carácter sistemático necesario para
señalar, como él lo hace, que la teoría de Honneth se concentra en la cuestión de
la diferencia y de las identidades culturales. Según mi interpretación, el carácter,
como digo, puramente alusivo o no sistemático de esas referencias a la cuestión
del reconocimiento de identidades culturales colectivas constituye, de hecho, más
bien un síntoma de un problema de orden categorial, que es el objeto del sondeo
que debo realizar a partir de este punto.
Mediante un sondeo de orden más bien categorial intento ahora comprobar el se-
gundo aspecto de mi tesis; a saber, que la teoría del reconocimiento de Honneth no
está en realidad habilitada o, mejor dicho, se encuentra estructuralmente impedida
para tratar la cuestión de las luchas por el reconocimiento de identidades culturales
colectivas. Para comprobar el segundo aspecto de mi tesis procederé del siguiente
modo: en primer lugar, prolongando el último de los puntos tratados arriba, pre-
sentaré –rápida y de manera altamente selectiva– ciertos elementos claves de los
conceptos de Honneth de luchas por el reconocimiento de derechos y de luchas
por el reconocimiento como valoración social. En segundo lugar, realizaré una
lectura –también muy rápida– del texto de Taylor “The Politics of Recognition”,
haciendo ver que este alude a ambas formas de reconocimiento, pero referidas al
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compartidas. Mientras que las experiencias positivas en esta esfera –es decir, las
experiencias de valoración social– implican la construcción de una subjetividad
capaz de autovaloración (Selbstschätzung), aquellas experiencias de desprecio –la
humillación y la degradación social (Entwürdigung und Beleidigung)– ponen en
juego o amenazan el honor y la dignidad de las personas.
Baste nuevamente esta simple y esquemática presentación para hacer ver las
dos características fundamentales del concepto honnetheano de reconocimiento
como valoración social que me interesa destacar aquí: se trata de la valoración
diferenciada según patrones evaluativos igualitarios que los individuos, en tanto que
miembros de una sociedad, deben experimentar de acuerdo con sus capacidades
específicas de contribuir a esa sociedad, es decir, conformes al principio del logro
o mérito individual (Leistungsprinzip). Lo que Honneth tiene en mente aquí son
aquellas formas de injusticia que sufren los individuos –sea simplemente como tales,
sea en tanto que miembros de una categorial social– cuando no se les reconoce
como miembros capaces de contribuir a la sociedad o cuando se valora injusta o
inadecuadamente su contribución a ella. El desempleo es, sin duda, un ejemplo
de este tipo de injusticias. Lo mismo ocurre en el caso de la diferencia de estatus
entre trabajos realizados por hombres y trabajos realizados por mujeres. Un ejemplo
típico de Honneth (2003) es aquel referido a los tipos de trabajos no reconocidos
como actividades laborales, como es el caso del trabajo doméstico y del cuidado
de niños, tema en el que las luchas por el reconocimiento, como las llevadas a cabo
por ciertos grupos feministas, pasarían, en parte, por redefinir el valor del trabajo
en el hogar y otorgarle a este la categoría de empleo (Basaure, 2012).
En resumen, en la teoría honnetheana, tanto el reconocimiento de derechos
como el reconocimiento como valoración social están referidos, aunque de manera
distinta, a las categorías de sujeto individual y de la igualdad entre ellos. La dife-
rencia de la perspectiva de Honneth respecto de aquella propia del liberalismo no
reside en este punto. Esa diferencia estriba más bien en la propuesta que realiza el
autor, consistente en distinguir a partir del principio de igualdad individual dos
principios distintos de reconocimiento. Considérese aquí la igualdad de derechos
(Rechtsgleichheit) y el principio del mérito (Leistungsprinzip); ellos representan
principios normativos, en relación a los cuales los sujetos pueden demandar,
de manera distinta, dependiendo de cuál sea el principio en cuestión, un trato
igualitario. Siendo así, para Honneth (1992a) los conflictos morales no pueden
ser reducidos únicamente a la cuestión liberal de la interpretación adecuada del
principio de la igualdad de derechos, sino que deben ser considerados también
aquellos conflictos relativos a la interpretación adecuada del principio de igual-
dad sobre el que se levanta el principio del mérito. Bien entendida, la teoría de
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Mauro Basaure
Leído ahora desde el punto de vista del reconocimiento como valoración social,
se puede ver que Taylor –sobre todo al final de su texto–, se refiere a la cuestión
normativa del pluralismo cultural (Strub, 2004). En este contexto, él parte de la
base de que:
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Honneth siempre mantiene un lenguaje basado en la relación entre culturas mayoritarias y minorita-
rias. Esto se debe a que el problema sigue siendo el sufrimiento social de tales culturas minoritarias y la
justificación moral de las demandas normativas asociadas a dichas minorías. De este modo, el problema
de la valoración de las culturas es, para Honneth, fundamentalmente -no la cuestión de la valoración
de toda cultura, como es el caso de Taylor, sino que más bien-, la valoración de las culturas minorita-
rias por parte de las culturas mayoritarias.
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A modo de conclusión
Referencias bibliográficas