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INTRODUCCIÓN
Las municipalidades, sin duda son los órganos de gobierno local llamados a promover
el desarrollo en su comunidad y prestar servicios básicos a las personas que habitan
en sus circunscripciones geográficas, lo cual le fue encomendado mediante la
Constitución y la Ley Orgánica de Municipalidades, las mismas que están orientas a
conseguir dicho desarrollo de las comunidades y por tanto faculta a los municipios
para regular y preservar el espacio físico de sus circunscripciones, prestar servicios
de saneamiento y atención primaria de la salud, prestar servicios de serenazgo o
vigilancia municipal, supervisar la actividad de transporte público, preservar el medio
ambiente, y promover el desarrollo de la micro y la pequeña empresa en las referidas
circunscripciones, todo ello en atención a su AUTONOMÍA MUNICIPAL.
Ciertamente, las especiales tareas asignadas a las municipalices inciden en
importantes y cotidianos derechos e interés de las personas, y es por ello necesario
que las municipalidades o mejor dicho las personas que dirigen en una
MUNICIPALIDAD entiendan la gran importancia de la “Autonomía Municipal” y no sea
usada como una autarquía sino más bien como un instrumento de flexibilidad que
haga que la comuna sea más eficiente y pueda cubrir las necesidades de la gente
circunscrita al mismo.
En ese contexto, y con la finalidad de que se utilice de manera adecuada la
“Autonomía Municipal”, es que realizamos el presente trabajo a fin de dar a conocer
los alcances, definición y límites de la Autonomía Municipal, a fin de propalar el
adecuado uso de esta potestad de la municipalidad y no sea usado más bien como
una especie de “Autoritarismo”.
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Revista Jurídica de la “Autonomía Municipal”, Victor Godos Rázuri, pg. 81.
genéricas se incluye tácitamente la autonomía administrativa al señalar que las
municipalidades son competentes para “acordar su régimen de organización interior”.
Debemos tener presente la frase: “en los asuntos de su competencia”, pues nos
servirá más adelante para definir “autonomía municipal”. Esta Constitución delimita el
concepto de “autonomía municipal” al definir al gobierno como “unitario,
representativo y descentralizado”, y señala como uno de los deberes primordiales del
Estado el de garantizar la plena vigencia de los derechos humanos.2
La Primera Ley Orgánica de Municipalidades
La primera Ley Orgánica de Municipalidades (LOM) del siglo XX, aprobada mediante
el Decreto Legislativo N° 051, reproduce expresamente, como es lógico, los dos tipos
de autonomía señalados por la Constitución de 1979 (económica y administrativa),
pero añade que le son aplicables a las municipalidades las leyes y disposiciones que,
de manera general, regulen las actividades y funcionamiento del Sector Público
Nacional. Esta LOM regula intrínsecamente la autonomía administrativa al señalar
que las municipalidades son competentes en forma general en “acordar su régimen
de organización interior”3. Además, esta ley reproduce la división de Competencias
que señalaba la Constitución de 1979 respecto a las municipalidades en general y a
las municipalidades provinciales. Sin embargo, regula también las funciones de las
municipalidades según su competencia. Las funciones las clasifica en generales,
específicas, las que corresponden a las municipalidades provinciales y las de los
centros poblados menores. Así, las funciones específicas se agrupaban en:
Acondicionamiento territorial,
Salud y Saneamiento Ambiental,
Educación y
Comercialización.
En cuanto a las funciones específicas, se presumen que son de las municipalidades
distritales tomando en cuenta que existe un capítulo para las municipalidades
provinciales. Sin embargo, esta presunción queda descartada al analizar dichas
funciones específicas, en donde encontramos funciones propias de las
municipalidades provinciales.
En conclusión, esta LOM, en cuanto a la determinación de funciones, producía una
confusión.
La Ley Orgánica de Municipalidades Ley N° 23853
La LOM, Ley N° 23853, al seguir vigente la Constitución de 1979, señala, igualmente,
los dos tipos de autonomía (económica y administrativa), pero añadiendo lo de la LOM
anterior, en el sentido que le son aplicables a las municipalidades las leyes y
disposiciones que, de manera general, regulan las actividades y funcionamiento del
Sector Público Nacional. Igualmente, se regula tácitamente la autonomía
administrativa al señalar que las municipalidades son competentes en forma general
en “acordar su régimen de organización interior”. Esta LOM regula de manera
2
http://jorgemachicado.blogspot.com/2012/02/aumu.html
3
Revista Jurídica de la UNMSM “AUTONOMÍA MUNICIPAL”, Víctor Godos Rázuri. Pag. 86
diferenciada entre Competencias y Funciones. Éstas últimas se clasifican en
generales y específicas. Las segundas son agrupadas como la LOM anterior, pero
agregando la de transporte colectivo, circulación y tránsito. A diferencia de la anterior,
se regula, además de las competencias y funciones, un capítulo denominado “De las
Atribuciones de las Municipales Provinciales, Distritales y Delegadas” que, en sí, eran
competencias adicionales de las dos primeras, lo que trajo mayor confusión4.
La Ley de Bases de la Descentralización
La Ley de Bases de la Descentralización, Ley N° 27783, es una norma muy importante
para efectos del presente artículo, porque define “autonomía”, sus tres clases,
establece la definición de municipalidades, las clases de competencias que tendrán
y, además, su criterio de distribución. La autonomía, según esta norma, es el derecho
y la capacidad del gobierno en sus tres niveles de normar, regular y administrar los
asuntos públicos de su competencia. Se sustenta en afianzar en las poblaciones e
instituciones la responsabilidad y el derecho de promover y gestionar el desarrollo de
sus circunscripciones, en el marco de la unidad de la nación. La autonomía se sujeta
a la Constitución y a las leyes de desarrollo constitucional respectivas. Si bien no
señala que se trata de tipos o clases de autonomía, la Ley de Bases los denomina
“Dimensiones”, que, para nosotros, es la más completa en cuanto a su extensión, y
son:
Autonomía Política; entendida como la facultad de adoptar, aprobar y expedir,
políticas, planes y normas en los asuntos de su competencia, decidir a través de sus
órganos de gobierno, y desarrollar las funciones que le son inherentes.
Autonomía Administrativa; facultad de organizarse internamente, así como
determinar y reglamentar los servicios públicos de su responsabilidad.
Autonomía Económica; que es la facultad de crear, recaudar y administrar sus
rentas e ingresos propios y aprobar sus presupuestos institucionales. Su ejercicio
supone reconocer el derecho de percibir por parte del Estado los recursos que se les
asigne para el cumplimiento de sus funciones y competencia. La Ley de Bases, al
señalar las Competencias que se les asignarán a las municipalidades, indica las
siguientes:
Competencias exclusivas comunes a municipalidades provinciales y distritales.
Competencias claramente diferenciadas entre municipalidades provinciales y
distritales.
Competencias exclusivas para las municipalidades provinciales.
Competencias diferenciadas para las municipalidades con regímenes
especiales.
Competencias delegadas del gobierno central que pueden irse transfiriendo
mediante convenio.
Funciones de competencias ejercidas en mancomunidades de
municipalidades.
4
http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/4A8106894089547505
257DD3005FA5D3/$FILE/1_pdfsam_informe_133.pdf
Delegación de competencias y funciones a las municipalidades de centros
poblados incluyendo los recursos correspondientes.
La Ley de Bases no desarrolla cada una de las competencias anteriormente
mencionadas, sólo las exclusivas y las compartidas, sin ningún tipo de distinción o
nivel señalando expresamente para ello que las mismas se distribuirán en la Ley
Orgánica de Municipalidades, según la jurisdicción provincial o distrital precisando los
niveles y funciones en cuanto a normatividad, regulación, administración, ejecución,
promoción, supervisión y control.
La actual Ley Orgánica de Municipalidades - Ley N° 27972
La vigente LOM, Ley N° 27972, dada la influencia de la Constitución vigente,
reproduce las tres autonomías ya mencionadas en los asuntos de su competencia.
No obstante, va más allá al señalar que la autonomía que la Constitución otorga a las
municipalidades radica en la facultad de ejercer actos de gobierno y de
administración, con sujeción al ordenamiento jurídico5. Aporta la actual LOM otra
característica de la autonomía municipal al señalar que la estructura, organización y
funciones específicas de los gobiernos locales se cimientan en una visión de
estado democrático, unitario, descentralizado y desconcentrado. Otra
característica que podemos rescatar de la actual LOM en cuanto a definir autonomía
municipal es que establece que los gobiernos locales están sujetos a las leyes y
disposiciones que, de manera general y de conformidad a la Constitución Política del
Perú, regulan las actividades y el funcionamiento del Sector Público; así como a las
normas técnicas referidas a los servicios y bienes públicos, y a los sistemas
administrativos del Estado, que por su naturaleza son de observancia y de
cumplimiento obligatorio. Al analizar el Título V de la vigente LOM, referido a
competencias y funciones específicas de los gobiernos locales, llegamos a la
conclusión de que se confunden los conceptos de competencia y funciones, al
regularse como si fueran lo mismo. Al revisar la exposición de motivos de la LOM
vigente se aprecia que no hay una definición clara de lo que es “autonomía municipal”.
No obstante, ello, se pueden rescatar algunos aspectos que permiten una delimitación
en cuanto su extensión como concepto:
Se señala que la autonomía municipal se refiere a un campo de acción libre e
independiente, dentro de un marco legal en la cual se desenvuelve el municipio. El
municipio forma parte de la estructura de un Estado. Ambos se encuentran vinculados
de modo de ninguno de ellos puede desarrollarse aisladamente del otro existiendo
una relación de dependencia mutua entre ambos.
Las municipalidades se han transformado en entes realizadores, pues los vecinos
centran en ella buena parte de sus expectativas, y ello es gracias a la autonomía
municipal, porque los vecinos ven en el municipio la posibilidad de solución a sus
problemas para no acudir a otros niveles que, de por sí, resultarían inaccesibles.
Asimismo, en la exposición de motivos se define a la autonomía política como el
derecho que tienen los municipios a normarse a sí mismos en atención a sus
necesidades a través de ordenanzas municipales, así como el derecho de elegir a sus
5
Derecho Municipal, José P. Vásquez Campos, Ediciones Jurídicas, Lima – Perú, 2007, pg. 92.
autoridades. Por otro lado, se precisa que la autonomía económica es el derecho a
contar con un patrimonio para administrarlo sin intromisiones. Y, finalmente, se señala
que la autonomía administrativa es el derecho a organizarse por sí mismos de
acuerdo a sus necesidades.
La autonomía municipal según el informe n° 133 de la defensoría del pueblo
Luego de un análisis de múltiples quejas y denuncias contra las municipalidades a
nivel nacional, la Defensoría del Pueblo ha podido constatar que la autonomía
municipal no siempre es ejercida dentro de los parámetros constitucionales y legales.
existe, según se afirma, en muchos casos, un ejercicio incorrecto de dicha institución
constitucional dándole un contenido absoluto. para efectos del presente artículo, si
bien no se define lo que se entiende por autonomía municipal, tomamos algunos
aspectos importantes referidos a ella:
El ejercicio de la autonomía debe realizarse dentro del ámbito de la
Constitución y las leyes – marco que regula el reparto competencial entre el
gobierno nacional, gobiernos regionales y las municipalidades.
La autonomía se presenta como una institución importante en el proceso de
descentralización, en tanto está destinada a garantizar la capacidad de
autogobierno de las municipalidades.
La autonomía tiene cuatro dimensiones:
Política,
Normativa,
Económica y
Administrativa (se agrega una más a las señaladas en la normatividad:
la normativa).
Se precisa que todas las dimensiones deben tener en cuenta y respetar las
competencias y funciones del gobierno nacional y de los órganos
constitucionalmente autónomos, así como los demás gobiernos regionales y
locales.
La autonomía municipal es una institución que brinda protección al municipio,
pero siempre ligada a las competencias y funciones que les corresponde. Esta
protección es de carácter instrumental, pues está orientada a garantizar el
cabal cumplimiento de dichas competencias y funciones.
La autonomía municipal debe ejercerse en concordancia con los fines y
deberes del Estado previstos en el artículo 44º de la Constitución vigente, como
la de garantizar la plena vigencia de los derechos humanos.
La forma en que se define en la LOM vigente las competencias y funciones de
los gobiernos locales, según se indica, plantea dificultades de articulación con
el esquema actual del proceso de descentralización, lo que facilita el
surgimiento de conflictos con los otros niveles de gobierno.
Define a las funciones específicas de cada nivel de gobierno, como las
acciones que deben desarrollar al interior de una materia cuya competencia se
le ha atribuido, en forma exclusiva o compartida.
Dentro de las recomendaciones que efectúa, hace recordar a las
municipalidades que la autonomía municipal tiene un alcance limitado,
teniendo en cuenta que:
No es absoluta. No puede entenderse como soberanía ni como
autarquía.
Debe estar al servicio de la ciudadanía. Su fin es instrumental,
únicamente en cuanto sirva para que cumplan cabalmente con las
competencias y funciones que la Constitución y la LOM le han
encomendado.
Deben ejercer sus funciones y competencias en el marco del
ordenamiento jurídico estatal en su conjunto. Cabe recordar que éste
último se encuentra compuesto por leyes generales de alcance nacional
y leyes sectoriales que ha sido adoptadas con el fin de que las entidades
del Estado realicen una buena gestión y presten servicios a la
ciudadanía en forma eficiente y eficaz.
La autonomía municipal no puede ser alegada para incumplir lo
dispuesto por la Constitución, la Ley Orgánica de Municipalidades, ni las
leyes nacionales y sectoriales.
Autonomía municipal en la Constitución Política
La Constitución Política vigente otorga a las municipalidades las tres clases de
autonomía que conocemos: la económica, política y administrativa en los asuntos de
su competencia, no encontramos una definición clara sobre autonomía.
Pero en lo que sí se diferencia de la anterior es que sólo trata de las competencias de
las municipalidades en forma general y no se refiere a las de municipalidades
provinciales.
La “autonomía municipal” debemos deducirla o delimitarla de sus distintos
dispositivos, al definir que el Estado es uno e indivisible. Al respecto, cabe destacar
que éste último tiene, como uno de sus deberes primordiales, garantizar la plena
vigencia de los derechos humanos.
LA AUTONOMÍA MUNICIPAL DESDE LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL PERUANO
A través del presente artículo, lo que se busca es mostrar panorámicamente el
desarrollo jurisprudencial que ha tenido la Autonomía Municipal, contenida en el
artículo 194º de la Constitución Política vigente a través de las diversas sentencias
emitidas por el Tribunal Constitucional Peruano.
Definición
El Tribunal Constitucional, define la autonomía municipal como una garantía
institucional o instituto constitucionalmente protegido que impide que el legislador
pueda desconocerla, vaciarla de contenido o suprimirla; protegiéndola de sus excesos
y haciéndola que, en su tratamiento jurídico, sus rasgos básicos no sean trastocados
de forma que la conviertan en impracticable o irreconocible; es decir, la autonomía
municipal, supone la capacidad de auto desenvolvimiento de las municipalidades
(provinciales y distritales) en el plano administrativo, político y económico sin que ello
restrinja al legislador nacional de regular su régimen jurídico dentro de las relaciones
de coordinación y, excepcionalmente, de subordinación que de manera expresa
establezca la Constitución.
En ese orden de ideas, el supremo interprete de la Constitución, ha señalado que la
autonomía municipal hace referencia a una “administración o autoadministración”
cuyos objetivos se cumplen y cuya actividad se realiza por los propios destinatarios
de la misma bajo su propia responsabilidad; suponiendo, a la vez, una técnica de
organización jurídico-política al servicio de una división vertical del poder que permite
descargar de tareas a la instancia administrativa superior correspondiente, y del
principio democrático, al ser un modo de conectar la sociedad con el Estado.
Contenido
Debido a la diversidad de significados y contenidos relativos a la autonomía municipal,
el Tribunal Constitucional, ha determinado que debe tenerse en consideración:
a) El contenido subjetivo u organizativo de la autonomía, que atañe a la propia
existencia de las municipalidades;
b) El contenido objetivo o sustancial de la autonomía, que alude a la garantía de
gestión de los asuntos de interés comunitario; y,
c) El contenido institucional de la autonomía, referido a la posición de las
municipalidades respecto del desempeño de las funciones públicas conferidas
por el legislador mediante la cual se le otorga cierto grado de libertad e
independencia frente a injerencias de instancias superiores
PARAMETROS Y LIMITES DE LA AUTONOMIA MUNICIPAL
Los Principios Constitucionales:
Principio de Supremacía Constitucional: La actuación de una municipalidad
requiere desenvolverse en el marco de los principios que inspiran el Estado,
constitucional de derecho, y del proceso constitucional peruano, lo que supone
el afianzamiento de la Constitución, como norma suprema y en esa medida
norma exigible por los ciudadanos; lo cual supone, en primer término, la
legitimación de su carácter vinculante para los ciudadanos y los poderes
públicos, y en segundo término, el pleno reconocimiento de los derechos
fundamentales.
Principio de Unidad de la Constitución: Si bien la propia Constitución ha
establecido que los gobiernos locales gozan autonomía municipal y que son
competentes para aprobar su organización interna y su presupuesto
gestionando los intereses propios de sus correspondientes colectividades; ello
no implica que tales organismos gocen de una irrestricta discrecionalidad en el
ejercicio de ellas; pues, al no ser ilimitadas, su ejercicio debe ser compatible
con las normas constitucionales que importa que todas sus disposiciones
deben ser entendidas armónicamente.
Los Derechos Constitucionales.
Aunque la Constitución garantiza la autonomía municipal en sus ámbitos político del
que deriva la facultad normativa de las municipalidades convirtiéndolas en órganos
productores de normas generales dentro de su ámbito: Ordenanzas, económico y
administrativo, en los asuntos de su competencia-, un ejercicio enmarcado en tal
premisa no puede vulnerar ni amenazar, per se, derechos constitucionales, salvo que
dicho ejercicio se efectúe al margen del ordenamiento jurídico, y lesione derechos de
los administrados o de otros entes estatales o privados.
La Actuación del Legislador Nacional.
La garantía de la Autonomía municipal no impide que el legislador nacional pueda
regular su régimen jurídico, siempre que, al hacerlo, se respete su contenido esencial;
es decir, implica no sujetar o condicionar la capacidad de auto desenvolvimiento pleno
de los gobiernos locales a relaciones de coordinación y, solo excepcionalmente, de
subordinación, en aquellos casos que la Constitución expresamente lo permita; pues,
de hacerlo, su contenido terminaría siendo vaciado ocasionando de ese modo la
existencia de una situación jurídica que la propia carta constitucional no autoriza y,
antes bien, proscribe.
En ese sentido, la autonomía municipal, sobre todo en el aspecto administrativo, no
debe ser entendida como absoluta y exenta de límites por parte del órgano legislativo
que se encuentra en libertad de dar forma, acuñar, estructurar y concretizar los
términos para el ejercicio de la facultad de autodeterminación responsable que gozan
las municipalidades frente a las tareas que son de su competencia sin que ello
importe, naturalmente, la imposición de instrucciones y la resta de tutela por parte del
estado.
Los Intereses Locales.
La Constitución, según el supremo intérprete de la misma, garantiza a los gobiernos
locales una autonomía plena para aquellas competencias que se encuentran
directamente relacionadas con la satisfacción de los intereses locales; sin embargo,
esta deberá graduarse en intensidad respecto de intereses supralocales debido a que,
en ocasiones, de esas competencias, también coparticipan otros órganos estatales.
En ese sentido, los gobiernos locales deben tener en cuenta que sus actividades
deben desarrollarse dentro del marco legal que regula las actividades y
funcionamiento del sector público nacional y que sus competencias y funciones
específicas deben cumplirse en armonía con las políticas y planes nacionales,
regionales y locales de desarrollo. Por ello, al revisar las facultades otorgadas a las
municipalidades provinciales y distritales, aparece una estructura claramente
ordenada que permite distinguir las competencias otorgadas en cada caso, siendo
necesario que entre ellos exista la debida coordinación en el desempeño de sus
atribuciones y que, en su ejercicio regular, cada uno de ellos proceda respetando las
competencias otorgadas o reconocidas a otros gobiernos locales.
Relaciones con el proceso de descentralización.
El supremo intérprete de la Constitución ha establecido que la consagración de la
autonomía municipal debe ser entendida como un elemento básico en el proceso de
descentralización que se viene implementando y cuyo objetivo fundamental radica en
el desarrollo integral del país teniendo como retos fundamentales:
a) Garantizar la autonomía;
b) Asegurar la unidad del ordenamiento, y
c) Favorecer la integración y el dinamismo del sistema.
PROBLEMAS DETECTADOS EN EL EJERCICIO DE LA AUTONOMÍA MUNICIPAL
Los Gobiernos Locales, en un estado descentralizado pero unitario, deberían estar
mejor posicionados y cercanos para cumplir su funciones que ya están determinadas
para con la sociedad, sin embargo si éstas no les dan cumplimiento en los términos
señalados por la Constitución, la Ley Orgánica de Municipalidades y la legislación
general que regula la actuación de las administraciones públicas, la garantía
institucional denominada autonomía municipal no extiende manto protector a los actos
y normas municipales.
Ciertamente, el cabal cumplimiento de las competencias encomendadas
constitucionalmente a los municipios encuentra su primer escollo en la forma abierta
utilizada para su redacción, tanto en la Constitución como en la Ley Orgánica de
Municipalidades. A esta formulación abierta de las competencias municipales se
suma la ambigua formulación de sus funciones específicas en la mencionada Ley
Orgánica. No obstante, la Ley de Bases de Descentralización y la jurisprudencia de
nuestro Tribunal Constitucional contienen principios y criterios que permiten, frente a
un caso concreto, precisar dichas competencias y funciones específicas. Sin duda,
esos principios normativos y criterios jurisprudenciales no eliminan la posibilidad de
que surjan conflictos entre los municipios y las otras instancias gubernamentales,
pues tal eventualidad no resulta extraña a la dinámica de un Estado constitucional y
democrático, pero sí la limitan sustancialmente.
Aunado a ello, se suma el incumplimiento por parte de éstas de las normas legales
que contienen las reglas generales que deben cumplir las administraciones públicas
para hacer efectivos los servicios o tareas que están llamadas a prestar en beneficio
de los ciudadanos.
Para tener una precisión didáctica, se tiene diferentes supuestos más recurrentes de
incumplimiento de la norma general que regula la actuación de las administraciones
públicas, vale decir, aquellos en los que los Gobiernos Locales, sobrepasando el
contenido de su autonomía constitucional, desatienden el criterio de unidad estatal.
En los siguientes párrafos se examinarán los supuestos más recurrentes sin perjuicio
de existir muchos más:
Incumplimiento de normas del ordenamiento jurídico nacional y de normativa
sectorial.
En el marco de un Estado unitario y descentralizado, el cumplimiento de las leyes
resulta obligatorio para todos los niveles de gobierno en el ejercicio de sus
competencias y funciones. La autonomía municipal reconocida en el artículo 194° de
la Constitución Política, como garantía institucional para el cumplimiento de las
competencias constitucionales de los municipios, no puede ser alegada para incumplir
dichas disposiciones. En todo caso, si alguna municipalidad del país considerase que
una ley sectorial o general invade su ámbito de atribuciones y facultades, ésta podría
cuestionar su constitucionalidad mediante el proceso de inconstitucionalidad, pero no
es constitucionalmente legítimo incumplir dicha ley o, peor aún, afectar derechos o
intereses legítimos de las personas con dicho incumplimiento. Además, tal conducta
de los municipios es contraria a una visión moderna del Estado como ente destinado
a servir de forma eficiente y eficaz a la población de manera que su calidad de vida
mejore.
Existen claro ejemplos, de este incumplimiento normativo, como:
a) Cobro retroactivo de tasas por concepto de revisiones técnicas a vehículos
menores,
b) Revocación de licencias de funcionamiento otorgadas hasta el 31 de diciembre
del 2002,
c) Cobro de derechos de tramitación por la rectificación judicial de partida de
nacimiento sin que dicho procedimiento se encontrara establecido en el TUPA
del municipio,
d) Cobro de peajes no autorizados por el Ministerio de Transporte y
Comunicaciones.
Inadecuada incorporación procedimientos en el Texto Único de Procedimientos
Administrativos (TUPA) de las Municipalidades.
El artículo 74° de la Constitución reconoce a las municipalidades potestad tributaria
para crear, modificar y suprimir contribuciones y tasas, así como para exonerar la
obligación de su cumplimiento. De igual modo, el artículo 195° inciso 4 de la
Constitución señala que los Gobiernos Locales son competentes para crear, modificar
y suprimir contribuciones, tasas, arbitrios, licencias y derechos municipales, conforme
a ley.
De esta forma, el propio Texto Fundamental establece que el ejercicio de la potestad
tributaria municipal se deberá realizar en concordancia con lo que disponga el
Congreso de la República mediante ley. Por su parte, el artículo 40° de la Ley
Orgánica de Municipalidades dispone que, mediante ordenanzas, se crean,
modifican, suprimen o exoneran los arbitrios, tasas, licencias, derechos y
contribuciones, dentro de los límites establecidos por la ley. Asimismo, esta norma
establece que las ordenanzas en materia tributaria que expidan las municipalidades
distritales únicamente tendrán vigencia cuando sean ratificadas por las
municipalidades provinciales.
El artículo 68° de la Ley de Tributación Municipal establece seis tipos de tasas que
pueden ser impuestas por los Gobiernos Locales al prestar servicios a la ciudadanía:
tasas por servicios públicos o arbitrios; tasas por servicios administrativos o derechos;
tasas por licencias de apertura de establecimiento; tasas por estacionamiento de
vehículos; tasas de transporte público; y tasas por actividades de fiscalización o
control extraordinario. En ese sentido, se tiene claros ejemplos de que no ha sido
aplicado estos articulados, como:
a) Cobros efectuados por parqueo vehicular sin que la tasa se haya aprobado por
ordenanza municipal,
b) Pago de tasas por derecho de tramitación por la expedición de una licencia de
funcionamiento de un local comercial que opera después de las 11:00 de la
noche.
CONCLUSIONES
Primera.- La autonomía municipal es una cualidad compuesta de un conjunto de
potestades y competencias emanadas de la Constitución Política, del Estado y la Ley,
los cuales son ejercidas debidamente por el Gobierno Municipal, dentro los límites de
sus secciones territoriales legalmente reconocidas.
Segunda.- Las Constituciones de 1979 y 1993, al no definir autonomía, menos aún
la municipal y sólo mencionar sus formas, hacen que aquella sea producto del análisis
de disposiciones concordadas y conclusiones delimitantes:
Tercera.- El artículo 194º de la Constitución reconoce autonomía a las
municipalidades provinciales y distritales, en su calidad de órganos de Gobierno
Local, en los asuntos de su competencia. La autonomía municipal se constituye así
en una institución que brinda protección a los municipios, pero siempre ligada al
cumplimiento de las competencias y funciones que les corresponde, que se
encuentran enumeradas en el artículo 195° de la Constitución y desarrolladas en la
Ley N° 27972, Ley Orgánica de Municipalidades.
Cuarta.- El propio texto Constitucional y la Ley Orgánica de Municipalidades definen
los límites de la Autonomía Municipal. No obstante, en atención a cada situación
concreta, los alcances y límites de la autonomía municipal se deberían establecer
mediante la interpretación conjunta de las normas mencionadas y las normas que
regular las competencias y atribuciones de los otros órganos del Estado.
Quinta.- No cabe duda que una ordenanza municipal o las normas regionales de
carácter general, entendido de esta manera la autonomía normativa municipal no
puede excederse de sus potestades territoriales, ni competenciales, ni puede salirse
o contravenir el marco legal que encierra el ordenamiento jurídico peruano, suponer
lo contrario equivaldría al desgobierno y a una suerte de anarquía legislativa en las
diversas localidades del Perú, lo que a todas luces está en contra del principio de
unidad que encierra el sistema normativo en conjunto y en el cual se encuentran las
libertades y derechos que la Constitución Política garantiza para hacer realidad una
convivencia sana y sostenible en sintonía con el bien común que estamos llamados
a resguardar todos los ciudadanos peruanos.
Sexta.- Las municipalidades tienen como fin la representación de la comunidad y la
protección de los intereses generales de ésta. Sin embargo, en la práctica, sus
acciones pueden afectar los derechos específicos de las personas. En consecuencia,
se puede afectar el desarrollo local y el acceso a servicios públicos domiciliarios por
parte de todas las personas.
BIBLIOGRAFÍA
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Municipalidades, Juan Andía Chávez, Ediciones “Arte y Pluma” 1era. Edición,
Lima-Perú, 2014.
2. DERECHO MUNICIPAL, José P. Vásquez Campos, Ediciones Jurídicas, Lima-
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7505 257DD3005FA5D3/$FILE/1_pdfsam_informe_133.pdf
ANEXO