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Las parafilias son patrones del comportamiento sexual de las personas, en las

que la fuente predominante del placer sexual no se encuentra en la relación


sexual como tal, sino en alguna otra actividad u objeto. Las definiciones más
usuales recogen comportamientos como el exhibicionismo, el frotismo,
el masoquismo, el sadismo y la zoofilia.

Aunque el término “filia” tiene un significado muy amplio y puede hacer referencia a
cualquier tipo de afición, en Psicología lo utilizamos sobre todo en el campo de la
sexualidad. Cuando las filias son muy marcadas y atípicas hablamos de parafilia.

No existe un consenso para establecer un límite preciso entre el interés sexual


inusual y la parafilia. Incluso existe debate sobre si alguna de las consideradas
parafilias deberían figurar en los manuales de diagnóstico o no.

Ciertas prácticas sexuales, como el sexo oral o la masturbación, fueron


consideradas parafilias hasta mediados del siglo XX, aunque hoy en día se
consideran prácticas no parafílicas, siempre que la actividad del sujeto no se
límite únicamente a ellas.

No se vive en una situación de parafilia si la práctica sexual poco habitual


cumple estas tres condiciones:

 Estas prácticas sexuales no son la única forma con la cual la persona


alcanza goce sexual y puede obtener un orgasmo, sino que sean sólo una
forma de sexo casual, voluntaria y no indispensable ni obsesiva para la
práctica sexual.
 Si estas prácticas sexuales no causan daño físico, psicológico, económico,
etc., a la persona que la practica o a las personas que están involucradas
en la práctica.
 Cuando los involucrados son personas conscientes y voluntarias que
participan del acto de forma consensuada.

Todo ser humano tiene "parafilias" o "fetiches" normales y saludables como


sería un hombre heterosexual que siente preferencia hacia las mujeres rubias
sobre las pelirrojas o hacia las gordas sobre las delgadas, y viceversa. Estos
patrones sexuales pueden incluir no sólo aspectos físicos sino objetos —ropa,
lencería, uniformes, etc.— para Magnus Hirschfeld famoso medico sexólogo
judío alemán, el fetiche se torna patológico cuando se sobrevalora uno de
estos objetos individuales, por ejemplo, los zapatos.

Las parafilias ameritan tratamiento psiquiátrico y psicológico.

Hipersexualidad es el aumento repentino o la frecuencia extrema en la libido o


en la actividad sexual.

Aunque la hipersexualidad puede presentarse debido a algunos problemas


médicos, al consumo de algunos medicamentos y a la ingesta de drogas, en la
mayoría de los casos la causa es desconocida. Trastornos de la salud tales
como el trastorno bipolar pueden dar lugar a la hipersexualidad,1 y el consumo
de alcohol y de algunas sustancias adictivas puede afectar el comportamiento
sexual en algunas personas.

La hipersexualidad se manifiesta en individuos que fueron reprimidos


sexualmente en su infancia o en su adolescencia; y en los de mayor edad, el
sentimiento de perder el vigor sexual (especialmente en hombres) y desear
mantener la libido consumiendo pornografía. En ocasiones, la hipersexualidad
va acompañada de sentimientos de malestar y de culpa.

La hipersexualidad también se manifiesta en individuos sanos, y se presenta


por cortos periodos en que la testosterona o estradiol presentan máximos
niveles.

El concepto de hipersexualidad sustituye los antiguos conceptos de


«ninfomanía», (furor uterino) y de «satiriasis». La ninfomanía se consideraba
un trastorno psicológico exclusivamente femenino caracterizado por
una libido muy activa y una obsesión con el sexo. Se trata de un deseo
sexual violento e insaciable que, según los psicólogos, supone una
dependencia que no cesa, a pesar de que se mantengan relaciones sexuales de
forma habitual o se consuma material pornográfico.

En los hombres el trastorno era llamado satiriasis y a quien la padecía se le


denominaba sátiro o satiriaco. se considera en psicología, un trastorno
de la personalidad que describe la adicción al sexo, como una
patología. Un trastorno obsesivo compulsivo, por el cual los
afectados son absolutamente incapaces de controlar
voluntariamente sus pensamientos.

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