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CULTURAL

CIENCIAS, ARTES Y LETRAS Año XXV● N° 1250 ● Montevideo, viernes 6 de diciembre de 2013

“El príncipe” cumple 500

Maquiavelo
era otra cosa
Agustín Courtoisie bios consejos que Lorenzo II respon-
dió con dos botellas de vino.
Después de aquellos procesos polí-

N
O PARECE buen negocio ticos adversos, donde incluso sufrió
soñar con un cargo político prisión y tortura, Maquiavelo en su
y recibir dos botellas de retiro obligado no solamente escribió
vino. Pero ése fue el obse- El príncipe. Liberado por falta de
quio que Lorenzo II de Médici envió pruebas y tras pagar una multa, el
al florentino Nicolás Maquiavelo tiempo del destierro lo convirtió tam-
(1469-1527) a cambio de la versión bién en el autor de otra obra maestra,
manuscrita de El príncipe. Tratándose imprescindible para comprenderlo de
de un nieto de Lorenzo El Magnífico, modo cabal: Discursos sobre la pri-
la recompensa parece algo modesta. mera década de Tito Livio (1512-
A cinco siglos de la primera ver- 1517). Además, aunque es probable
sión de El príncipe (1513) todavía se que los Médici desconfiaran de él, le
discute acerca de las verdaderas in- encargaron la redacción de una Histo-
tenciones de su autor al dedicarlo a ria de Florencia (1520-1525). Si al
un Médici, conociendo el paño. Hom- entregar a Lorenzo II un manual
bre de letras, político, diplomático, práctico para preservar el poder,
Nicolás Maquiavelo quizás quería re- el objetivo era realmente vol-
componer su imagen frente a los ver a la cancillería, Ma-
tiempos turbulentos que le tocó vivir quiavelo no lo logró. Pero
y que podrían haberla dañado. dejó una talentosa obra,
En los primeros años del siglo pionera de la ciencia polí-
XVI, los sectores populares de Flo- tica, que parece escrita
rencia habían procurado reformar las con criterios actuales.
leyes para consolidar su poder, inspi-
rándose en Venecia. Maquiavelo sim- MUCHOS DABAN CONSEJOS.
patizaba con ellos, pero la aristocra- La obra popularizada
cia se agrupó alrededor de los Médici como El príncipe fue es-
y el gobierno popular florentino fue crita en italiano fluido, sin
derrotado en 1512. Precisamente un ornamentos retóricos. En rea-
Ombú

año antes del manuscrito pleno de sa- lidad, también fue bautizada por Ma-

E N E S T E N Ú M E R O

Diego Fischerman 9 I Alice Munro 8 I Mario Levrero 5 I John Szarkowski 12


Hugo Mujica 10I Paolo Giordano 4 I Juan Carlos Mondragón 11I Plan Ceibal 6
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quiavelo como De principatibus (“De conocimiento. Todo apunta al mismo de siglos sería de locos, no de políti-
los principados”) y consta de veinti- circuito de ideas: Maquiavelo aplicó cos prudentes, como pedía Maquiave-
séis capítulos, titulados en latín. Su un cauto distanciamiento para com- lo.
autor no sospechó jamás la difusión de prender lo político. Percibió con crudo
la que gozaría y nunca llegó a verla realismo la estructura y la fisiología ÉTICA Y POLÍTICA. No es que toda su
impresa. Porque se publicó recién en del poder, el de su tiempo y el de to- fama sea puro cuento. Maquiavelo hizo
1532, poco después de su muerte. Esa das las épocas. Pero eso no significa méritos también para recibir parte de lo
obra y otras formidables, además de que no haya tenido conciencia de la que se le endilga. Por ejemplo, en el ca-
los Discursos..., como El arte de la necesidad de tomar en cuenta ciertos pítulo III de El príncipe, cuando señala
guerra, condensaban la experiencia y matices y ciertos límites en el ejerci- que “hay que tratar a los hombres o
las reflexiones de toda una vida. cio de gobernar. Quedarse en la anéc- bien mimosamente, o bien aniquilarlos,
Hijo de un jurista y una familia dota es cómico pero ya se ha insistido porque se vengan de las ofensas peque-
bien vinculada, desde muy joven res- demasiado en su imagen de Anticristo ñas, ya que de las grandes no pueden”.
piró los aires del humanismo y las in- cool y en la extraña complicidad ac- O en el capítulo VI, cuando muy suelto
cipientes burocracias administrativas. tual que generan algunos de sus con- de cuerpo sostiene: “Es necesario, si el
En 1498, con menos de treinta años, sejos. Maquiavelo además era otra príncipe se quiere mantener en el poder,
ocupa un cargo en la cancillería de la cosa, distinta de su propio mito. Todo aprender a poder no ser bueno, y ha-
república florentina e integra misiones se juega en los matices, so pena de in- cerlo o no según la necesidad”. En el
diplomáticas de relevancia. En ellas Lorenzo II de Médici currir en una suerte de maquiavelismo capítulo XVI asoma su racionalidad ins-
conoce papas, reyes y emperadores. degradado, caricaturesco. trumental: “El príncipe no debe preocu-
Toma contacto con personajes como Los conceptos de “fortuna” y “vir- parse de la reputación de cruel para te-
César Borgia, que quizás inspiró algu- tor, que el tiempo ha exagerado o dis- tud” son un buen ejemplo de su gusto ner unidos a sus súbditos y mantenerlos
nas de sus reflexiones. torsionado. En segundo término, es por el equilibrio. En el capítulo XXV fieles; porque con poquísimos ejemplos
Tres años después se casa con Ma- esencial indagar en qué sentido pue- de El príncipe dice: “Creo que puede será más piadoso que aquellos que a
rietta Corsini y conciben una dilatada den ser letales las sobredosis de ma- ser cierto que la fortuna sea árbitro causa de la excesiva compasión dejan
prole. Señala una estudiosa del autor, quiavelismo incluso para los “prínci- de la mitad de nuestras acciones, pero que los disturbios continúen”.
Ana Martínez Arancón, que nuevas pes”, si hasta ellos no pueden abando- también que nos deja controlar la otra En cuanto al capítulo XVIII, impre-
misiones le permiten conocer al papa nar por completo los principios, por mitad, o casi”. La fortuna es igual que siona como un asesor contemporáneo
Julio II. De ese encuentro poco grato motivos que el propio Maquiavelo ex- un río caudaloso ante el cual nada de marketing político: “Los hombres
para Maquiavelo, se nutren en buena plica. En esta instancia quizás sea puede hacerse una vez que se ha des- por lo general juzgan más a través de
parte las encendidas páginas de sus oportuno acercar algunos ejemplos bordado. Por su parte, la “virtud”, los ojos. Cualquiera ve lo que pareces,
Discursos... en contra de la Iglesia Ro- contemporáneos que por momentos cuyo sentido siempre es político, in- pero pocos se dan cuenta de lo que eres
mana, como la principal culpable de parecen seguir literalmente los conse- duce a tomar en el momento adecuado realmente”. El colmo está en el consejo
que Italia no estuviese unificada y fir- jos del florentino y en ocasiones dis- las decisiones. En tiempos tranquilos del capítulo XVIII: “Cuántas paces y
me ante cualquier amenaza extranjera. tanciarse del grado o del justo punto los hombres pueden prepararse cons- cuántas promesas se han convertido en
En el prólogo de una de las más re- en que el autor de El príncipe los for- truyendo diques y canales, para antici- aire y en vanas por la deslealtad de los
cientes traducciones de El príncipe, mulaba. par los desbordes provocados por llu- príncipes. Y cómo el que ha sabido imi-
Emilio Blanco recuerda que las obras vias intensas: “Con la fortuna sucede tar mejor a la zorra ha tenido mejor
de corta extensión dedicadas a un per- LA SABIDURÍA DEL MUNDO. En su intro- lo mismo, que demuestra su poder éxito”. Sin embargo, el maquiavelismo
sonaje poderoso constituyen todo un ducción a los Discursos sobre la pri- donde no se ha dispuesto la virtud no recomienda nunca al malvado obvio
género. Grandes nombres de la época mera década de Tito Livio, Ana Mar- para resistirla”. Hacer las cosas a su de las películas, al violento impulsivo,
practicaban variantes del mismo géne- tínez Arancón menciona un sueño que tiempo, he ahí un buen consejo políti- sino a alguien elegante. Por eso aquella
ro, o se aproximaban a la cuestión po- Maquiavelo tuvo poco antes de morir. co. Maquiavélico pero en un buen frase se completa de este modo: “Pero
lítica con diversos estilos. Por ejem- Una multitud alborotada de mendigos sentido del término. también hace falta saber enmascarar
plo, y más allá de la coincidencia cu- y otro seres harapientos se tropezaron Otro concepto relevante es la con- esta condición [la de falso], y ser un
riosa, importa recordar que la Instruc- con él y Maquiavelo les preguntó vicción profunda de Maquiavelo de gran simulador y disimulador. El que
ción del príncipe cristiano de Eras- quiénes eran. “Los bienaventurados que se puede aprender mucho de la engaña siempre encontrará a otro que
mo de Rotterdam se presenta al prínci- del paraíso”, le respondió una voz historia, sobre todo cuando es historia se deje engañar”. En realidad el uso
pe Carlos, en el mismo año 1516 de misteriosa. “Está escrito que los po- antigua. No era ningún “relativista político de la mentira ya había sido rei-
publicación de la Utopía de Tomás bres heredarán el reino de los cielos”. cultural” como hoy podría pensarse, vindicado en forma expresa por Platón
Moro. Sin embargo, la posteridad ha Luego Maquiavelo siguió caminando cometiendo un flagrante anacronismo en La República. Esta parece ser una
reservado para Erasmo y Tomás Moro y se encontró con un grupo de elegan- propio de lecturas apresuradas. En los constante histórica de quienes procuran
un sitial de respeto y privilegio. En tes caballeros, de maneras amables, Discursos... establece con toda clari- consolidar su poder para gobernar.
cambio, la herencia de Maquiavelo pa- que discutían muy animadamente so- dad que la sustancia de lo humano es Aún así, si se trata de no perder las
rece tan plural como equívoca: faltar a bre cuestiones políticas. Entre ellos es- permanente: “Se ve fácilmente, si se justas proporciones de su perspectiva,
la palabra dada, recurrir sin temor a taban Platón, Tácito y otros sabios de consideran las cosas presentes y las corresponde desglosar algunos equívo-
las armas, engañar sutilmente, con- la antigüedad. La voz misteriosa se es- antiguas, que todas las ciudades y to- cos. Por ejemplo, evaluar si la regla éti-
quistar y consolidar el poder sin im- cuchó de nuevo, esta vez para infor- dos los pueblos tienen los mismo de- ca del menor mal, o ciertas dosis de
portar los medios, serían algunos de marle que aquellos eran los condena- seos y los mismos humores, y así ha frialdad para pensar en el desorden y
sus consejos. Y separar la moral de la dos del infierno. Porque también está sido siempre. De modo que, a quien administrarlo, no poseen algún grado
política, o apartar las reflexiones valo- escrito que “la sabiduría del mundo es examina diligentemente las cosas pa- de legitimidad. Si recordamos la céle-
rativas de las ciencias sociales, serían enemiga de Dios”. sadas, le es fácil prever las futuras de bre conferencia de Max Weber sobre la
prácticas que también, al menos en Al contar el sueño a sus amigos, cualquier república, y aplicar los re- vocación política (Politik als Beruf,
parte, estarían inspiradas en El prínci- Maquiavelo confesó que prefería estar medios empleados por los antiguos, o, 1919), podría afirmarse que, en algún
pe. en el segundo grupo. La anécdota, no si no encuentra ninguno usado por sentido, la “ética de la responsabili-
Por eso este aniversario hace muy exenta de cierto humor, recuerda el ellos, pensar unos nuevos teniendo en dad”, imaginativa respecto de las con-
pertinente, en primer término, discutir mito bíblico del árbol del bien y del cuenta la similitud de circunstan- secuencias de las acciones, es tan “éti-
algunos presupuestos básicos del au- mal. El alma se pierde si se opta por el cias”. Desaprovechar esa experiencia ca” como la “ética de la convicción”,

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que pretende aplicar a rajatabla los con la prudencia y la humanidad”.


principios, sin importar lo que suceda Aunque es preferible ser temido a ser
después. Y que la ética no consiste so- amado, también es menester “ser te-
lamente en la distinción teórica entre el mido pero no odiado” y no parece
bien y el mal en estado puro sino en la ser el caso, si los muertos por el se-
reflexión situada dentro de una expe- cuestro de Noriega superan los de las
riencia, que orienta a decidir entre el Torres Gemelas.
mal mayor y el mal menor, en circuns- Invadir Irak como hizo Estados
tancias bien concretas. Unidos (2003) ignorando a la ONU y
Por otra parte, a menudo se sostiene aducir armas de destrucción masiva
que debe separarse toda consideración que jamás existieron, son ejemplos
moral de un asunto que se procura de maldad ingenua en el fondo, pero
comprender de modo riguroso. En el jamás de lucidez maquiavélica. Tam-
caso de la ciencia política, o la historia, poco parece nada “atemperada por
eso también es cierto, pero una vez en- la prudencia” la absurda crueldad de
tendido cómo funciona algo, ese saber suprimir dos ciudades enteras como
sobre el mundo puede ser usado o no Hiroshima y Nagasaki (1945), legan-
de modo ético. Lo llamativo es que fue do a los descendientes de quienes so-
el propio Maquiavelo quien argumentó brevivieron horrendas mutaciones
en favor de esta postura. Basta consul- debidas a la radiación.
tar sus Discursos..., en el capítulo titu- Florencia Múltiples episodios de dos grandes
lado “De cuántas clases son las repúbli- naciones como China y Rusia resultan
cas y de qué clase fue la república ro- también muy afines a la atmósfera cíni-
mana”, para advertir la manera sutil en como bien sabía Maquiavelo, el pasado entreguen las direcciones de los co- ca de El príncipe, desde la violenta
que atribuye un origen político al “co- a veces puede ser mejor comprendido mercios que integran el muestreo. El Revolución Cultural iniciada en 1966 o
nocimiento de las cosas honestas y si se lo compara cuidadosamente con el propósito era presionar a los comer- la masacre de estudiantes en la Plaza de
buenas y de su diferencia de las perni- presente. De ahí que quizás ayude seña- cios para que bajasen los precios. En Tiananmen (1989), hasta las purgas es-
ciosas y malas”. lar unos pocos ejemplos de la política INDEC. Historia íntima de una es- talinistas de finales de la década de
Maquiavelo anhelaba una Italia uni- contemporánea que suscitan perpleji- tafa el periodista Gustavo Noriega 1930 o el asesinato de la valerosa pe-
da. El mejor sistema de gobierno por dad y parecen asociarse de modo algo resume la ingenuidad de fondo: “Es riodista Anna Politkóvskaya en Moscú
momentos se le antojaba como una enigmático con las recomendaciones de como tomarse la fiebre poniéndose el (2006). Pero se trata de brutalidades tan
combinación de república con un prín- Maquiavelo, hechas en el siglo XVI. termómetro en la axila pero enfrian- obvias, que resultan muy ajenas al espí-
cipe a la cabeza. Algunos especialistas, La pertinencia del enfoque puede do previamente esa zona: la tempera- ritu discreto que animaba al autor flo-
como Quentin Skinner, han enfatizado demostrarse andando. Los ejemplos tura axilar no va a representar cabal- rentino. Maquiavelo era otra cosa. Las
esa dimensión auténticamente republi- podrían surgir de todas partes, a con- mente la temperatura corporal”. potencias que ignoran sus consejos, in-
cana, de respeto por el pueblo y sus re- dición de que se respeten los matices. Reflexionar mínimamente sobre curren en lo que han contribuido a re-
presentantes, por parte del florentino. El Por ejemplo, Ulrich Beck ha analiza- estos casos induce a considerar en velar Julian Assange y Edward
capítulo XXVI es una encendida do las actitudes políticas de su país qué sentido son letales las sobredosis Snowden acerca de espionaje local y
“Exhortación a acometer la defensa de en un artículo titulado “Angela Mer- de maquiavelismo incluso para los global, u otros métodos usados por los
Italia y a liberarla de los bárbaros”. Ese kel, nuevo Maquiavelo”, donde afir- “príncipes”, si hasta ellos no pueden Estados Unidos, dentro y fuera de sus
último capítulo es tan diferente del resto ma que “cuando se plantea el tema abandonar por completo los princi- fronteras. Para evitar las sobredosis de
que parece culminar otro libro. No calza de saber de dónde saca Angela Mer- pios. Para mantenerse dentro de la maquiavelismo, según el propio Ma-
del todo con el autor de los capítulos kel tanto poder, es imposible no re- identidad maquiavélica es preciso quiavelo, “la mejor fortaleza que existe
anteriores, tan diestro en el bisturí analí- mitirse a una de las características respetar ciertos límites, dosificar los es la de no ser odiado por el pueblo”.
tico de la política de todos los tiempos. que definen su manera de proceder: medios “irregulares”, no abusar de Nada expresa mejor ese espíritu
El lenguaje es valorativo y moral, desde una habilidad maquiavélica” (Le las medidas extremas. Más sucesos que la serie House of Cards (2013).
el comienzo hasta el fin. Por ejemplo, Monde, 12-11-2012). políticos actuales podrían arrojar una El relato se centra en un congresista
cuando glosa de este modo a su histo- En cambio, si se retrocede hasta el sugestiva luz acerca del valor de las ambicioso, encarnado por Kevin Spa-
riador de cabecera, Tito Livio: “Es justa 11/M en España, se recordarán los perspectivas involucradas. cey, que procura manipular los oscu-
la guerra para quienes la necesitan, y atentados perpetrados en Madrid. No En el capítulo XVII, Maquiavelo ros hilos del poder en Washington.
las armas son piadosas cuando no que- se trata de maquiavelismo, o lo es, afirma que “el príncipe no debe En uno de los episodios, luego del
da otra esperanza”. Los sustantivos del pero de un modo degradado: en tres preocuparse de la reputación de encuentro con un cabildero, Spacey
tramo final de El príncipe, al imaginar días, la mentira de José María Aznar cruel para tener unidos a sus súbdi- deja esta frase memorable: “Qué
el recibimiento del futuro redentor de al atribuir a ETA acciones que se de- tos y mantenerlos fieles”. Si compa- desperdicio de talento. Eligió el di-
Italia, poseen en su mayoría una profun- bían al terrorismo islámico, le lleva- ramos al autor con sus nunca imagi- nero por sobre el poder. En esta ciu-
da índole moral: “amor”, “venganza”, ron a perder unas elecciones que pa- nados discípulos recordemos la docu- dad es un error que cometen casi to-
“lealtad”, “piedad”, “lágrimas”. El autor recían ganadas. Una versión que con- mentada obra de Telma Luzzani Te- dos. El dinero es una mansión en Sa-
apela a ciertos versos de Petrarca, en tradice toda la prensa extranjera, en rritorios vigilados, donde se recuer- rasota que empieza a desmoronarse
lenguaje saturado de referencias mora- un mundo globalizado, ofende la in- da que cuando George Bush (padre) luego de 10 años. El poder es un an-
les: “La virtud contra el furor/ empuña- teligencia. Maquiavelo hubiera suge- decidió derrocar a Noriega, ordenó tiguo edificio de piedra de esos que
rá las armas y hará el combate breve,/ rido algo menos obvio. en 1989 un “despliegue bélico sobre- duran siglos. No puedo respetar a al-
porque el antiguo valor/ en corazón itá- Otro caso de falso maquiavelismo: dimensionado” y “la invasión dejó guien que no vea la diferencia”. ●
lico nunca muere”. Maquiavelo era otra Argentina, 2006. Bajo el gobierno de unos 5.000 civiles panameños muer-
cosa que esa leyenda tonta que reduce Néstor Kirchner, durante la interven- tos”. Sin embargo, debe agregarse un EL PRÍNCIPE, de Nicolás Maquia-
al cinismo su pensamiento político. ción del Instituto de Estadística y matiz que brinda Maquiavelo, que velo. Traducción y prólogo de
Censo (INDEC) Guillermo Moreno deberían tomar en cuenta quienes se Emilio Blanco. Incluye los Capi-
EL TEM PLO DE PIEDRA. Si el presente intenta que los responsables de calcu- creen muy listos. Según el autor, el toli. Editorial Ariel, 2013. Bue-
puede ser iluminado por el pasado, lar el Índice de Precios al Consumo le príncipe debe proceder “atemperado nos Aires, 200 págs.

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Segunda novela de Paolo Giordano

Sin novedad en Afganistán


Mercedes Estramil en parte la impronta del libro que cita en su único
acápite, la gran novela del alemán Erich Maria Re-
marque (1898-1970), Sin novedad en el frente. Re-

L
AS NOTICIAS sobre Afganistán tienen un marque fue soldado en la Primera Guerra Mundial y
retorno cíclico cada vez que resurge o se años después, en 1929, comenzó a publicar en for-
instaura un conflicto bélico en su superfi- ma de folletín un relato depurado e intenso sobre la
cie. No por nada Rudyard Kipling (1865- vida en las trincheras. El narrador era Pablo
1936) la utilizó como escenario en su relato “The Baümer, un soldado que a los veinte años ya se sen-
Man Who Would Be King” (traducido como “El tía viejo y narraba los acontecimientos de su vida
hombre que pudo reinar” o “El rey de Kafiristán”) militar: la cuestión de la comida y el descanso (“las
donde dos individuos delirantes viajan a Afganis- dos cosas que hacen la felicidad del soldado”), la
tán a conquistar paganos, entre otras cosas, afirma- invasión de ratas y piojos, la agonía en los hospita-
dos en la creencia de que un lugar que vive de gue- les, la búsqueda de chicas, las bromas, los penosos
rra en guerra es fácil de conquistar. No parece ha- permisos de visita al hogar. Y aunque por momentos
ber sido sólo una idea loca del mesurado Kipling. había una mezcla de cinismo defensivo y de auto-
Entre las acciones que habilitó el ataque del 11 de conmiseración en el relato de Baümer, en la mayo-
setiembre de 2001 contra distintos objetivos esta- ría de los episodios lograba la distancia aséptica de
dounidenses estuvo la larga incursión en tierras af- un perfecto entomólogo. Contaba por ejemplo una
ganas que comenzó en octubre de ese mismo año y mutilación seguida de una horrible muerte, y la re-
en la que participaron EE.UU., tropas de la OTAN flexión que dejaba era: y bueno, sí, qué menos se
y naciones aliadas. La misión declarada era la de puede esperar de una guerra, y de inmediato pasaba
capturar al líder del grupo terrorista Al Qaeda, el de constitución débil que no termina de curarse a otra cosa. Por sedimentación de ese horror norma-
Osama Bin Laden, y de paso liberar al país del de una intoxicación, el impresionable que pierde lizado la novela agobiaba, hasta llegar al final casi
yugo talibán, famoso por su ortodoxia a la hora de los estribos frente a una serpiente, la mujer del esperable donde unas cursivas anónimas daban
aplicar la Sharia, el código del derecho islámico. grupo que trata de amoldarse a la masculinidad del cuenta de que también Pablo Baümer había ingresa-
Bin Laden ya no está, pero la guerra sigue su cur- mismo sin lograrlo del todo. En el mismo menú se do en la eternidad y lógicamente, eso no significaba
so, dejando a su paso un tendal de cronistas y no- inscriben las bromas crueles del ámbito forense, el ninguna novedad en el frente.
velistas, entre otros efectos. El italiano Paolo Gior- peso de las horas y las rutinas, la camaradería y la Giordano logra la misma distancia, sólo que su
dano (n.1982) la aborda desde su segunda novela, tensión de los enfrentamientos, todas instancias relato es menos ceñido que el de Remarque y para
El cuerpo humano (2012), publicada cinco años que Giordano maneja con la precisión de un testi- algunos personajes contempla la posibilidad de un
después de haber encandilado al mundo con la tris- go fiel o por lo menos informado. futuro (además de darle a la novela la posibilidad,
te historia de amor de La soledad de los números En la superficie su libro se emparenta con otros nada desdeñable, de ser filmada con cierto happy
primos. cercanos, desde el clásico Una oración por la llu- end). Es el caso del subteniente René, un stripper
Para romper el maleficio de las segundas novelas, via (2002) del periodista polaco Wojcieh Jagielski, católico que cobra por sexo en tiempos de paz. Cu-
precisamente, Giordano se fue a la guerra y reencon- a los más recientes: El botones de Kabul (2010), riosamente, los reparos cristianos que no surgen
tró un material que no por viejo deja de ser siempre del reportero español David Jiménez; War (2011), sobre su profesión se manifiestan cuando una
actual, en parte porque sus propios presupuestos van de Sebastian Junger, corresponsal de guerra para clienta queda embarazada y asoma la posibilidad
mutando. Cosas que se medían en términos de valor, Vanity Fair; o La kamikaze (2012) de la española del aborto. En otro libro, ese hubiera sido un tras-
patriotismo y honor, se miden con los parámetros del Mayte Carrasco. En esencia, comparte cartel con pié. Aquí no, porque Giordano se coloca al margen
costo-beneficio y el espectáculo. buena parte de la literatura bélica —desde Guerra de la variopinta e incoherente naturaleza humana.
y paz de Tolstoi a Johnny cogió su fusil, de Trum- La presenta y la deja que se sustente sola, tanto en
LAS HORAS. El cuerpo humano comienza y termi- bo— donde el mensaje antibelicista es en definitiva el frente de batalla como en la pelea cotidiana.
na en un lugar de Italia llamado Belluno, donde el único que ordena la caótica coexistencia de Oficia un poco como el psicólogo de la novela, un
René y Egitto han finalizado, con signo bien dife- adrenalina, morbo, aburrimiento, heroicidad y co- personaje fugaz que registra desde la impasibilidad
rente, sus carreras militares. El grueso de la histo- bardía que conforman el escenario básico de cual- casi total el estrés postraumático que los soldados
ria, en cambio, se ambienta en la llamada Fob Ice, quier contienda. vuelcan a disgusto.
una base de operaciones en el valle de Gulistán, En El cuerpo humano, los episodios de lucha El resultado es un retrato coral bien armado,
donde un grupo de soldados italianos esperan ins- con el enemigo son escasos —se reducen a uno de donde casi pesan igual historias largamente traba-
trucciones de combate. La autoridad viene repre- magnitud, y en lugar del enemigo aparece en esce- jadas, como la de Egitto (narrador de algunos capí-
sentada por elementos que el cine nos ha acostum- na simbólicamente un rebaño de ovejas sin pas- tulos donde cuenta su historia de familia desaveni-
brado a ver: el coronel desaprensivo y burdo (Ba- tor—; lo que prima es la espera y un sinfín de esca- da) y otras apenas tocadas, como la del joven sol-
llesio), el capitán metódico obsesionado por el ren- ramuzas entre los propios camaradas. Por lo menos dado y su madre, despachadas en pocas líneas pero
dimiento (Masiero), el teniente depresivo que pre- en tres de ellas participa el violento cabo Cederna, con una contundencia capaz de sustituir capítulos
fiere estar en guerra a dar la guerra privada de la el tipo de personaje que justifica aquello de que la enteros en pocos renglones. Sobrevuela el conjunto
vida cotidiana (Egitto), y el subteniente preocupa- guerra recluta de entre lo peor. la idea de que la guerra iguala destinos y alisa di-
do por sus “muchachos” (René). Esos muchachos ferencias, como la muerte. Porque es precisa y bá-
también responden a la carta del buen menú bélico: SIN JUICIO. Pero ni siquiera frente a personajes sicamente eso. ●
el chico virgen con madre sobreprotectora que lo como Cederna el autor se aparta de lo que parece
avergüenza, el fanfarrón lindo y fuerte que lleva ser su línea de trabajo (ya lo era en la novela ante- EL CUERPO HUMANO, de Paolo Giordano. Sala-
tatuado el primer verso de La Ilíada en su espalda, rior, pero aquí resalta más): no juzgar. En eso sigue mandra, 2013. Barcelona, 346 págs.

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Columnas de Mario Levrero


La aventura interior
rarse estas columnas como un la locura publicitaria. Y es que
Carlos Ma. Domínguez modo de atenuar esa dificultad. muchos de los tópicos asumi-

E
Desde el inicio se le volvieron dos en la vida moderna como
S NOTORIO que al- obsesivas —salir, mirar, inven- vulgares dejaban a Levrero es-
gunos escritores obtie- tar fue una de las secuencias—, tupefacto y aislado, por la sola
nen éxito después de primero asumidas con energía y condición crítica de su manera
muertos y, si son uru- luego con signos de fatiga. de entender la realidad. Buena
guayos, mediante la consagra- Desde luego, Levrero era un parte de su obra puede verse
ción argentina y extranjera. Ha columnista sui generis y no se como un duelo personal acerca
sucedido con los llamados “ra- le pedía otra cosa; la demanda de quién debería cargar el sayo
ros” porque trabajaron en los pesaba sobre su imaginación, y de la locura. A veces se hacía el
márgenes del mundo editorial, se esforzó por cumplir apelan- loco, por acusar las delirantes
pero no puede adjudicarse a la do a todos sus recursos. convenciones de la sociedad.
condición adelantada de la obra Muchos textos son autobio-
sin explicar adelantada a qué, ni gráficos, en la zona de la vida LO QUE NO SE PUEDE DECIR. Lo
puede atribuirse a la jabonosa cotidiana que supo convertir en dice expresamente en Irrupcio-
categoría de la suerte con que escenarios de parodias y lucu- nes como en otros momentos
suelen lavarse los fracasos de la braciones existenciales, a pro- de su obra: “El yo es una fic-
razón. Es el conocido caso de pósito del movimiento de las ción” y para dar cuenta de una
Mario Levrero, que multiplicó Irrupciones merece conside- durante la Segunda Guerra hormigas, las arañas, toda clase experiencia verdadera es nece-
sus ediciones a un ritmo incon- rarse integrada a su literatura. Mundial dejó de comprender el de insectos, o su relación con la sario desorganizarlo, no sólo in-
cebible antes de morir, el 30 de Son 126 textos, breves en su mundo. Esa preocupación re- computadora, los absurdos per- cluir el mundo onírico, también
agosto de 2004. Cuando toda mayoría, divididos en trípticos gresa en otras oportunidades, de cibidos en las calles, los ómni- proyectar la imaginación sobre
su obra ha sido reeditada llega donde se alternan y a veces modo más personal por la frus- bus, el asedio de los vendedo- la realidad. Es lo que legitima
Irrupciones, la recopilación de continúan los temas. Cabe seña- tración de no lograr escribir una res. Podrían incluirse sus fasti- las secuencias que comienzan
las columnas que publicó en la lar que fueron escritos en los úl- nueva obra (“Hace mucho dios frente a la publicidad con unos golpes en la puerta,
revista Posdata, difundidas par- timos años de su vida, de modo tiempo que no escribo, que no como una obsesión, en especial una contrariedad en la calle, un
cialmente en dos tomos de la que en la primera columna la quiero escribir porque sé que lo las invasiones sonoras, si la ad- agujero en un pulóver, y desen-
colección De los flexes terpines amenaza de la vejez asoma con que quiero decir no se puede judicación a un rasgo personal cadenan aventuras laberínticas
(Cauce, 2001), ahora completa el recuerdo de un abuelo que decir”) y hasta podrían conside- no velara la llana denuncia de por edificios y escaleras que
y prologada por Felipe Polleri, conducen a otros espacios de
además del prefacio del autor a forzada continuidad en una su-
la edición anterior. cesión infinita. Se reitera a me-

Escritor enamorado
Como el desorden es consti- nudo una situación simple que
tutivo a la obra de Levrero, es- se vuelve insostenible, la resuel-
tas columnas se publicaron en- ve con genialidad, pero no
tre 1996 y 2000, pero en reali- siempre es genial, falla, apela a
dad abarcan algo más de dos EN LA SERIE de Irrupciones Levrero está pués de usar la salsa kétchup, ella se limita a recuerdos, se sumerge en las ni-
años y medio, ya que las inte- casado, o en pareja, varias veces alude a una colocar el tapón sobre el frasco, sin darle ni ñerías del ratón Mouse, encuen-
rrumpió a mediados de 1998 mujer con la que comparte situaciones deso- siquiera el primer giro normal como a cual- tra en un cuento de Faulkner la
con la intención de dedicarse a pilantes. En el Nº 58 de la porteña revista Cri- quier tapón de rosca. Me pregunto si entre inspiración de Los adioses de
una novela que no escribió, y sis (marzo de 1988), Levrero estaba enamora- nosotros sería posible la convivencia”. Onetti, consigue recuperar el in-
las retomó entre febrero y junio do. Lo convoqué a escribir una columna que En el número siguiente escribía las excita- genio, libra una lucha. El lector
de 2000 en el suplemento In- tituló “Convivencias”, también organizadas ciones de los primeros encuentros: “Nunca de este libro percibirá la tensión
somnia de la revista. Dijo Le- en trípticos y antecedente de sus colaboracio- como en este tiempo de espera desahuciada de una auténtica lucha por la
vrero en su prólogo que forman nes en Posdata. En la del Nº 58 narró un diá- me había fabricado ilusiones para entretener palabra. Sorprende su grado de
un hipertexto, “un mapa a todo logo telefónico en clave clandestina. Ella le la ansiedad; casi he llegado a la alucinación. exposición, lo que desconoce de
nivel de mi propio ser”, como decía: “¿y cómo andan sus cosas, doña Cata- Y me he enamorado, de una manera insisten- sí mismo, lo que mira en el
“un holograma”, y leídas en lina?” y él se despedía: “Adiós, Roberto”. te, obsesiva, adolescente; esta obsesión relle- mundo que lo atrapa. Son las
conjunto muestran la intimidad Entonces lo asediaban las inseguridades: “Los nó innumerables insomnios. En cierta forma irrupciones de un hombre aco-
del escritor, su genialidad, las frascos de sala kétchup vienen con un tapón me alegra haber rescatado la posibilidad de rralado por una lógica paranoica
frustraciones, su carácter, sus li- especial”, escribió; “luego de enroscarlo amar, que creía perdida en medio de la edad que lo atraviesa como una malla
mitaciones, su ingenuidad, las como cualquier tapón normal, es preciso ha- y el cinismo de la edad, aunque he sentido el y sigue su curso después de ha-
denuncias del absurdo, el hu- cer un pequeño esfuerzo para conseguir un pecho bullente de esa angustia amorosa, do- berlo hecho correr una aventura
mor y los tormentos del humor. giro más profundo que lo afirme. Esto es im- lorido, maltrecho, como castigado por puños; interior en la prensa. ●
Puede que más adelante se su- portante, porque el frasco debe sacudirse he percibido la dulzura escondida en ciertas
men textos recuperados de su enérgicamente antes de utilizar la salsa, o de misteriosas vueltas de ese dolor, lo que más IRRUPCIONES, de Mario
computadora o colaboraciones lo contrario sólo saldría un líquido chirle en de una vez me llevó a buscar ciegamente el Levrero. Criatura editora,
perdidas en la prensa, pero más lugar de la salsa consistente. Pues bien, des- dolor para conseguir algo de esa dulzura”. ● 2013. Montevideo, 430
que los sobrantes de una obra, págs.

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El Plan Ceibal fuera del aula

Alegrías y sospec
Fernando García como espejo del éxito del deran indispensable para me-
programa. Más allá de los jorar las oportunidades labo-
(desde Buenos Aires) cuestionamientos a los pro- rales, y de inclusión social de
gresos cognitivos de los sus hijos en el futuro. Tam-

X
O: nombre de im- alumnos (el rendimiento en bién aprecian mucho el acce-
pronta genética que matemática y lenguaje en par- so irrestricto a la información
resume el encuen- ticular) tras la implantación y la posibilidad de comuni-
tro de dos univer- del Plan Ceibal, las investiga- carse con sus parientes en
sos. Por un lado el del desa- doras Rosalía Winocur (antro- otros departamentos o países.
rrollo informático que trans- póloga por UNAM) y Rosario Pero, al mismo tiempo, ad-
formó la vida cotidiana de la Sánchez Vilela (doctora por vierten las dificultades que
población metropolitana mun- UCU) se propusieron estudiar tienen para manejarlas y com-
dial en los últimos veinte la experiencia en el seno de prender lo que hacen sus hijos
años. Por otro, el de las po- las familias de menores recur- con ellas, lo cual también les
blaciones postergadas que sos, y no en el aula. Durante produce temor, malestar y
crecieron a la sombra de esa un año y medio (entre junio desconcierto porque no pue-
avalancha tecnológica. La XO de 2011 y diciembre de 2012) den supervisar como les gus-
es definida como “una peque- entrevistaron a 125 familias taría las actividades escolares
ña máquina con una gran mi- de contexto crítico distribui- y no escolares de sus hijos.
sión” en el portal del progra- das en diversas localidades de —¿En qué se manifestaba
ma OLPC (One laptop per Montevideo y del interior in- ese malestar?
child) que dirige el gurú tecno cluidas en el Plan Ceibal. —Por ejemplo, en el miedo
Nicholas Negroponte. En aso- Winocur, que es argentina de tocar, romper, borrar datos
ciación con distintos gobier- pero reside en México, pasó o descomponer la máquina, lo
nos del mundo las XO van al por Buenos Aires para ofrecer cual los inhibe de usar la
encuentro de poblaciones ale- una conferencia en la Univer- computadora. La mayoría de
jadas y entornos desfavora- sidad de San Martín sobre los los adultos de las familias po-
bles como si se tratara de una resultados de esta investiga- bres no tienen referentes prác-
Cruz Roja informática. En ese ción. “No fuimos a indagar si ticos ni conceptuales dentro
sentido, es la imagen contra- el Ceibal había hecho bien o de sus universos socio-cultu- informarse de horarios, trámi- la posibilidad de jugar en fa-
puesta a las largas filas de mal las cosas, sino a recupe- rales que les permitan incor- tes, ofertas de trabajo o de sa- milia con los juegos que trae
nerds adictos capaces de pa- rar y comprender la expe- porar de forma amigable e ciar la curiosidad sobre cual- la XO, lo cual nos parece una
sar una noche en vela en la riencia de las familias de me- “intuitiva” las habilidades quier evento o noticia que es- apropiación muy importante
calle para comprar la última nores recursos con la llegada para usar una computadora o cuchan, como el tsunami de considerando que para mu-
versión de los dispositivos de la XO al hogar. Y para navegar por Internet. Japón, o de recuperar lo que chas de esas familias la única
que Steve Jobs convirtió en esto fue clave la recupera- —¿Cómo se fueron sal- dijo el noticiero sobre los pa- forma de entretenimiento es
fetiches socio-culturales. ción de los significados que teando esos obstáculos? ros del liceo, o de entender el consumo de la televisión o
Basta recorrer la galería de las familias le asignaban a la —En algunos casos, sobre algo que les preocupa, como de la radio.
fotos de la web del OLPC XO, no solo como un disposi- todo las madres más jóvenes, los efectos secundarios de los
para obtener un pantallazo del tivo tecnológico sino como se acercaron a las escuelas o a remedios que les manda el LOS JUEGOS Y EL APRENDIZAJE.
efecto cultural de la XO. Esa un artefacto cultural cargado los centros MEC (Ministerio médico. Este último caso re- —¿Cómo se resolvía el
yuxtaposición entre el arte- de significaciones y represen- de Educación y Cultura) a to- vela una forma de empodera- problema de la conexión a In-
facto de alegre morfología taciones sociales que prece- mar cursos de capacitación, miento muy interesante por- ternet en los hogares de me-
(hay cierta impronta pop en dían su llegada al hogar”, pero en la mayoría de los ca- que la relación de los médicos nos recursos y las zonas más
las XO) y el niño exótico o explica Winocur. sos buscan información, o se con los pacientes suele ser de- alejadas?
harapiento define nuestra comunican con sus parientes masiado vertical, sobre todo —Los que viven cerca de
época. En Uruguay este en- EL MIEDO A TOCAR. con la ayuda de los hijos. Es entre estos sectores más des- la escuela tienen mejor acceso
cuentro de dos mundos tiene —Usted habló de los cla- interesante cómo en muchos favorecidos. Los médicos les a la red en sus hogares, y
el nombre de “Plan Ceibal” y roscuros de la apropiación en casos les piden a los hijos que dan poca información, les di- otros tienen que ir a la escuela
los artefactos han sido rebau- el Plan Ceibal. ¿Podría deta- los pongan directamente en cen “tómese esta pastilla y o la plaza por las tardes para
tizados como “ceibalitas”. llar ese proceso? Google (evitando todos los vuelva en veinte días”. Algu- poder conectarse lo cual mu-
Un trabajo encargado por —Las valoraciones positi- pasos previos para poder ac- nas de las personas que entre- chas veces genera la creación
el Banco Interamericano de vas y negativas de la XO por ceder), y una vez allí se mue- vistamos, regresan a sus casas o rehabilitación de espacios
Desarrollo (BID) a la Univer- parte de los padres son como ven con soltura buscando lo y les piden a los hijos que los públicos en zonas que nor-
sidad Autónoma de México las dos caras de una misma que les interesa. Lo cual tiene pongan en Google para tratar malmente no circulaban los
(UNAM) en colaboración con moneda. Por una parte valo- la gran ventaja de que perso- de entender un poco mejor lo vecinos. En cualquier caso, la
la Universidad Católica del ran mucho la presencia de la nas que quizás hacía 10, 15, que le pasa, o el remedio que irrupción del servicio, o las
Uruguay (UCU) permite en- ceibalita en el hogar, porque 20 o 30 años no leían, de les recetaron. Otro uso bas- dificultades para conectarse a
trar en la vida privada de esas la asocian con el reparto igua- pronto empiezan a leer de for- tante valorado, sobre todo en- Internet, les produce mucho
fotos que la OLPC muestra litario de un bien que consi- ma regular por el interés de tre las familias del campo, es malestar porque son vividas

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Con Rosario Sánchez Vilela

pechas “Están pasando


dos tradicionales de la escue-
la, como los de geografía o
ficultades de los padres para
aprender a manejar la XO en
otras cosas”
matemáticas. También les el hogar. El problema está en —¿HUBO prejuicios en la ción como medio de ascen-
preocupa no saber cómo la confrontación de los mo- forma en que los sectores so social que, más allá de la
acompañar o supervisar lo dos de aprender y acceder al ya informatizados de la so- crisis que el sistema educa-
que sus hijos hacen con la conocimiento que tienen los ciedad uruguaya recibieron tivo está experimentando,
ceibalita, porque no compren- padres, y las que vienen dise- el Plan Ceibal? continúa presente en las fa-
den lo que tienen que supervi- ñadas e implícitas en la XO. —Nuestra investigación milias de bajos recursos que
sar, ni tienen elementos para Para lo cual habría que dise- no indagó cuáles eran las participaron de esta investi-
saber si los chicos hicieron ñar estrategias de alfabetiza- representaciones que estos gación. La XO adquiere, en
bien o mal las cosas. Y mu- ción diferenciadas que ten- sectores tenían sobre las el universo simbólico de
chas veces los maestros tam- gan en cuenta esas dificulta- XO. Es difícil hablar de nuestros entrevistados, un
poco saben indicarles lo que des. A veces, las indicaciones “los sectores informatiza- papel de mediadora con el
deben hacer para controlar los más elementales que traen dos” como un todo homo- futuro a través de los hijos.
deberes de sus hijos porque los manuales o protocolos de géneo. Por un lado la ac- Ahora bien, la ambigüedad
ellos mismos tienen dificulta- capacitación, pueden conver- ción de las distintas redes marca la relación de las fa-
des para lidiar con la XO. tirse en un escollo muy difí- de voluntarios parece evi- milias con la ceibalita: al
—¿Cuáles serían tales di- cil de superar entre los adul- denciar una valoración po- mismo tiempo que se tiene
ficultades? tos más pobres. La multipli- sitiva, pero ello no quiere una alta valoración del ac-
—La capacitación de los cación de los lugares y estra- decir que no existan otras ceso a Internet, se experi-
maestros ha sido una tarea tegias de capacitación por sí posturas que enfatizan las menta la inquietud de la in-
muy complicada y conflicti- solas, y tal como están con- fragilidades del dispositivo, trusión de lo extraño en el
va en el Plan Ceibal y en to- cebidas actualmente, no son limitaciones en sus presta- hogar, así como el contraste
Fernando Pena

das las experiencias pareci- suficientes para lograr la in- ciones o resienten la falta entre las expectativas depo-
das en la región. La mayoría clusión digital de los adultos, de articulación-acumula- sitadas en ella respecto al
de los programas se instru- que no por ser padres de ni- ción con las experiencias de aprendizaje y la percepción
mentaron antes de que los ños que aprenden rápidamen- informática en las escuelas de que no se usa en la es-
maestros tuvieran la posibili- te, consiguen hacerlo del desarrolladas en años ante- cuela como se esperaba,
dad de dominar las herra- mismo modo. riores. que “se juega mucho y se
como una nueva exclusión de mientas digitales, y esto pro- —¿Qué tipo de análisis di- —¿Hasta qué punto pue- aprende poco”. Es decir,
una conquista social que con- vocó, y sigue provocando, rían que queda pendiente de hablarse de inclusión que facilita y democratiza el
sideran indispensable para el muchas dificultades que ya acerca de la experiencia del cuando, según un informe acceso a la información,
futuro de sus hijos. son bastante conocidas: los Plan Ceibal? del Instituto de Economía, pero obliga a limitar su uso
—El informe revela que chicos aprenden más rápido —Sería conveniente el de- las ceibalitas no contribu- frente a ciertas conductas
los padres estaban muy con- y saben más que los maes- sarrollo de investigaciones yeron a mejorar el rendi- adictivas que perciben en
tentos por la presencia de la tros, lo cual los pone en una desde una perspectiva que re- miento en lecturas y mate- los hijos.
XO en el hogar, pero que tam- situación de desventaja, pero cupere la visión de los sujetos máticas? —¿Se ha generado una
bién les producía cierto des- también de cuestionamiento destinatarios de la política —Es necesario distinguir confianza excesiva en las
concierto y sospecha porque a su autoridad. Muchos no pública, que logre una com- la significación simbólica herramientas digitales?
percibían que sus hijos pasa- saben usar los recursos edu- prensión desde su experien- de “inclusión” que las fami- —Los problemas de fon-
ban la mayor parte del tiem- cativos que trae la XO, y cia. En esta línea sería prove- lias beneficiarias le atribu- do que afectan a la educa-
po jugando. ¿Jugar y apren- además tienen que lidiar con choso un análisis comprensi- yen a la entrega de la XO, ción no se solucionan con la
der son experiencias contra- las roturas y bloqueos que se vo de la relación con la com- de los impactos concretos aparición de la herramienta
puestas para ellos? presentan de forma regular. putadora inscripta en el con- que ella haya podido produ- tecnológica, sino que remi-
—Los padres tienen sospe- Pero las experiencias son junto de las tecnologías de la cir en el aprendizaje esco- ten a otros aspectos. La cei-
chas sobre lo que sus hijos muy heterogéneas. Hay algu- comunicación, especialmente lar. Son planos distintos. En balita puede estimular la
verdaderamente aprenden con nos maestros que enseguida el papel que está jugando el nuestra investigación se lectura y servir para que el
la XO, porque contradice sus aprendieron a usarlas, otros teléfono celular para la fami- evidencia un valor simbóli- niño escriba un cuento, pero
ideas sobre el valor del juego que aprendieron sobre la lia, y las condiciones en las co de la ceibalita en térmi- también estimular a una
y el estudio. Los padres se so- marcha, otros que hacen un que transcurre su existencia. nos de equidad, de inclu- buena maestra. Medir el im-
cializaron en la escuela y en uso muy creativo, y otros que Pero lo realmente relevante sión social, más que de in- pacto de la XO en términos
sus casas con la idea de que si no la usan. Y de cada uno de de la llegada de la XO es la clusión digital. Para los pa- de pruebas PISA (Programa
se juega no se aprende, y si se ellos habría que aprender entrada a Internet y la expan- dres es un artefacto que se Internacional de Evaluación
aprende no se juega. Y la cei- para mejorar las estrategias sión de alternativas que ello percibe vinculado a la am- de Estudiantes) es reducir la
balita trae aparejado el con- de capacitación. puede implicar, lo que conlle- pliación de oportunidades significación que la compu-
cepto contrario: se aprende —¿Cuáles son los retos del va trayectorias de uso diverso para los hijos. Este imagi- tadora y el acceso al mundo
jugando. Por eso los juegos Plan Ceibal respecto a las fa- e incluso la posibilidad de nario de inclusión se sostie- de Internet puede tener en
que más valoran son aquéllos milias de menores recursos? cuestionar o relativizar los ne sobre otro que le antece- la vida de las personas y sus
donde pueden advertir la rela- —Un reto importante es modelos institucionales de la de, que refiere a la educa- aprendizajes. ●
ción directa con los conteni- comprender los temores y di- educación. ●

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Premio Nobel de Literatura 2013

Alice en el cielo
Patricio Tapia te. Allí se encontró con un antiguo conocido, el geó-
grafo Gerry Fremlin. Con Fremlin vivió hasta la
muerte de éste (en abril de 2013) en Clinton, un pue-

E
N SU RECIENTE libro de recuerdos Histo- blo cercano a su Wingham natal.
rias sobre contadores de historias (Stories
About Storytellers, 2011), Douglas Gibson EL PASADO Y EL PRESENTE. El cuento Amistad de ju-
entrega una visión panorámica de parte im- ventud (que da título a su séptimo libro, 1999), el
portante de la literatura canadiense en inglés del siglo tema es la relación declinante madre-hija, la lealtad (de
XX. Después de todo, Gibson ha sido editor de alguno la madre hacia cierta persona) y una suerte de heren-
de sus más destacados narradores: Mavis Gallant, Ro- cia. Ya las líneas iniciales dan una idea del tono del
bertson Davies, Alistair MacLeod, entre otros. De to- cuento y de la naturaleza de esta relación: “Soñaba a
dos tiene algo que contar. menudo con mi madre y, aunque los detalles del sueño
Pero hay un capítulo especial. Señala Gibson: variaban, la sorpresa era siempre la misma. El sueño
“Cuando alcance las Puertas del Cielo, sé que tengo se detenía, supongo que porque era demasiado trans-
el santo y seña perfecto para entrar. Aunque San Pe- parente en su esperanza, demasiado complaciente en
dro esté de mal humor, en el peor de sus momentos bu- su perdón”. Pero la constante, más que la maternidad
rocráticos —‘Bueno, ¿qué has hecho en tu miserable y sus dificultades es el recuerdo, que se manifiesta en
y egoísta vida para merecer entrar en el Paraíso?’— la misma estructura del relato: trata sobre los recuer-
puedo avanzar simplemente diciendo: ‘Insistí en que dos de la narradora respecto de los recuerdos de su
Alice Munro escribiera cuentos’. Yél, si su inglés es lo madre sobre determinado episodio.
bastante bueno, se apresurará en dejarme pasar, tal En uno de sus libros más logrados, Odio, amis-
vez incluso haciendo una sacra exclamación como desde adolescentes tímidos (o temibles) hasta abuelas tad, noviazgo, amor, matrimonio (2001), el cuento
‘¡Santo cielo, Alice Munro!’.” temibles (o tímidas), con todas las edades interme- “Lo que se recuerda” comienza con una joven que va
Tal vez la única categoría más etérea que ser un dias. Puede hablar un hombre o una mujer y narrar en al funeral de un amigo de su marido —hay una infi-
“escritor para escritores” sea ser uno para ángeles. primera o tercera persona. Los entornos también delidad— y termina con una conversación, treinta
Pero Alice Munro hace ya tiempo que no es ni lo uno cambian: el relato puede ocurrir en Australia, en Es- años después, con su marido. Pero el cuento no es so-
ni lo otro. A una suerte de unanimidad en los críticos cocia, en Albania. Sin problemas puede ocuparse bre la infidelidad, sino sobre cómo los recuerdos con-
sobre sus bondades se une el reconocimiento de todo también de una matemática rusa del siglo XIX. En su figuran una vida.
tipo de premios literarios (ahora, el más importante o último libro, Mi vida querida (2012), con todo, los En los cuentos “Ficción” y “Radicales libres” —
el más llamativo). cuatro relatos finales —autobiográficos “de senti- ambos del libro Demasiada felicidad (2009)— apare-
miento”, según la autora— vuelven a los ambientes ce la infidelidad. Pero en “Radicales libres”, en que
CUENTOS SOBRE CUENTOS. Según Ambrose Bierce, la de sus primeros libros. Parece ir dando vueltas en cír- una mujer enferma de cáncer se encuentra en su casa
novela es un cuento mullido. ¿Es solo el relleno la di- culos temporales. con un intruso que es un asesino, lo que importa es
ferencia? Los teóricos tendrán que dirimir la cuestión. cómo salva su vida inventando una historia, reconfigu-
Pero, en todo caso, tal vez los cuentos tengan algo que CUESTIONES DE VIDA. Nacida en 1931, en Wingham, un rando su propia vida. En “Ficción” una profesora se
ver con la incomodidad. No miente Douglas Gibson pueblo que entonces tenía unos 3000 habitantes, Alice descubre como un personaje en el libro de una alumna
cuando dice que le insistió a Alice Munro para que los Laidlaw (luego, Alice Munro) se crió en la austeridad que apenas recuerda: es la hija de la mujer por la que
escribiera. En una carta de 1986 enviada a Robert y el puritanismo. Su padre fue un granjero y criador de la profesora fue abandonada. Dando vueltas en círcu-
Thacker, quien la incorpora en su biografía Alice zorros fallido; su madre, una profesora que desarrolla los en el tiempo, el pasado se refracta en el presente.
Munro: escribir sus vidas (Alice Munro: Writing Her la enfermedad de Parkinson y muere joven. En La
Lives, 2005), la escritora le cuenta que hacia mediados vida desde Castle Rock (2006) Munro contempló la EN LETRAS DORADAS. Alice Munro fue en un principio
de la década de los setenta estaba muy desalentada con historia de su familia para rehacerla como ficción. Sus más bien lejana al mundo literario. Por un tiempo su
seguir escribiendo cuentos. Los editores de sus libros ancestros vinieron de Escocia a Canadá y se internaron única relación fue Robert Weaver, encargado de la
se habían mostrado reticentes o poco entusiastas; le en el Ontario del oeste. Su vida debe de haber sido programación de la cadena de radio pública Canadian
habían dicho que debía crecer y publicar una novela. como la que describe el cuento “Estación del Vía Cru- Broadcasting, quien le pidió cuentos para que fueran
Pero Gibson cambió eso y mostró respeto y admira- cis” (recogido en el libro Secretos a voces), en que un leídos en la radio. Pero poco a poco, su figuración
ción por su trabajo. Sería desde entonces su editor, con personaje acaba en la cárcel de Goderich, la cual per- creciente la ha hecho participar, a cierta distancia, de
la promesa explícita de nunca pedirle una novela. manece, como una atracción turística, a orillas del lago ese mundo. Es muy amiga de Margaret Atwood y lo
Pero los cuentos de Alice Munro, según se dice, son Hurón, con sus olas salvajes y el sol inclemente. Pero fue de Robertson Davies (ambos, destacados escrito-
tan complejos como una novela. Puede que escriba es la zona al este, un escenario menos dramático, la res canadienses). En círculos literarios, se habla de
una y otra vez sobre ciertos lugares y ciertos temas, propia de Munro: plana, con algunos bosques y algu- ella con cierta reverencia y su nombre puede figurar
pero las distintas capas de sus tramas, sus diversos nas granjas, kilómetros y kilómetros de campos en que en letras doradas.
puntos de vista y los saltos de tiempo, tejían una red de repente aparecen algunas vacas o caballos. Con raras apariciones en público, poco amiga de
que les daba su densidad. De familia pobre, Munro era talentosa, por lo que las entrevistas y la publicidad, vive —ahora viuda—
Sus primeros relatos parecían tener una estricta re- pudo estudiar en la universidad de Western Ontario. en un pequeño pueblo del Ontario rural. Eso no im-
lación con su vida. Sus personajes habitaban algún pe- Pero antes de terminar sus estudios se casó con Ja- pide que tenga lectores tan distinguidos como (qui-
queño poblado o campo cerca de Ontario, más o me- mes Munro y se trasladaron a Vancouver. Luego a zá) la reina Isabel o San Pedro. Y gozar, además, de
nos alrededor de la Segunda Guerra Mundial. Victoria, donde mantuvieron una librería (que aún la fulguración de una estrella mayor en el firmamen-
Pero ha ido cambiando. Por lo pronto, sus relatos existe). Después de 20 años (y tres hijas) se rompió to literario. ●
se han vuelto más largos. Sus narradores pueden ir el matrimonio, y Munro volvió al Ontario del suroes- El Mercurio / GDA

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Con el crítico Diego Fischerman

Hablar de música
Jorge Fondebrider que no tienen otro fin que comunicar
todos los discos o conciertos que
(desde Buenos Aires) quien escribe ha escuchado en su

A
vida, y opiniones de melómanos, por
UTOR DE los libros Efecto un lado, y textos para especialistas
Beethoven y, junto con del otro, no hay muchos libros sobre
Abel Gilbert, de Piazzolla música que puedan merecer la aten-
el malentendido, el ex di- ción y el interés que deparan otros
rector de la revista Clásica, actual di- ensayos sobre otras artes. Podría pen-
rector de la colección de textos sobre sarse que el destino de los libros de
música de la editorial Eterna Cadencia música está en la última de las biblio-
y, desde hace más de una década, el tecas de una librería, abajo y al fon-
crítico musical del diario Página 12, do, junto a los cancioneros y las bio-
explica para qué sirve hablar sobre la grafías de Joaquín Sabina o Van Ha-
música, y cuáles son sus criterios a la len. Hay luminosas excepciones,
hora de escribir. como los libros de Esteban Buch que
han sido publicados por diversas edi-
ESCRITURA Y PLACER. toriales (Adriana Hidalgo, Fondo de
—Para usted, ¿cuál es el sentido de Cultura Económica), los de Ted Gioia
leer y de escribir sobre música? Más sobre jazz y blues, y también mucho
allá de ser un tópico en la conversa- de lo escrito sobre rock y punk por
ción, ¿qué se puede aprender con esas Greil Marcus.
prácticas? ca misma. La escritura es apenas una teresa si se trata de una modulación a —Usted dirige la colección de en-
—Existe una fuerte creencia acerca prolongación de ese placer. una tonalidad lejana, frase que para el sayos musicales de la editorial Eterna
de que “saber de música” favorece, o —Dejando de lado las anécdotas sentido común puede tener significa- Cadencia. ¿Cuál es el sentido de esa
directamente posibilita, una escucha sobre compositores e intérpretes, ¿qué dos oníricos, o ninguno en absoluto, colección?
adecuada. Definir qué es una escucha se puede decir de la propia música? O pero sí de describir lo que esa modula- —El sentido es revertir, precisa-
adecuada y qué significa ‘saber de mú- dicho de otro modo, ¿se puede hablar ción produce. mente, esa tendencia de la que habla-
sica’ resulta mucho más complicado. sobre la música en abstracto? ba. Si bien hay en la colección libros
Para la noción de arte en las socieda- —Existe una cierta serie de saberes OBJETO Y FACTURA. técnicos —son necesarios, alguien
des urbanas modernas, la acumulación que, en nuestra cultura, contribuyen —¿Considera que los libros sobre debe traducirlos y publicarlos en cas-
de capital intelectual es esencial al va- con el placer del arte (no sólo de la música reciben la misma atención que tellano—, el acento está puesto en tex-
lor de la obra, o a la capacidad del re- música) y a veces hasta lo constitu- otros ensayos? tos ensayísticos que no se reducen al
ceptor para distinguirlo. Saber quién yen. Tanto para el fan de un grupo —Claramente no. Y, en parte, por anecdotario ni a la colección de datos
fue Maria Callas, en qué época vivió pop como para el de Maria Callas no una característica común de los textos inútiles. Estamos hablando de libros
Beethoven o que Mahler se encontró es lo mismo saber acerca del artista y sobre música. En la música falta el que puedan ser leídos con placer por
con Sigmund Freud para una breve se- de las circunstancias que rodean el ensayo, algo sumamente frecuente en gente interesada en la cultura.
sión de psicoanálisis, que duró exacta- hecho artístico, que no hacerlo. Eso textos sobre literatura, cine, teatro o —¿Podría mencionar cómo es su
mente lo que duró una caminata, tiene, ayuda a escuchar y a sentir placer. O, artes plásticas. Falta la reflexión. El propia práctica de escritor sobre mú-
para el oyente de música, un lugar por lo menos, refuerza el pacto acerca texto sobre el objeto y no sobre su sica?
central en su placer de escuchar. La de lo que es saber de música. En últi- factura. Tal vez tenga que ver con la —Mi práctica está atravesada por
lectura de textos, desde anecdotarios ma instancia, podría pensarse que sa- propia inasibilidad del objeto —la las dudas que se derivan de todo lo di-
hasta análisis hermenéuticos, pasando ber algo sobre las circunstancias que música desaparece a medida que va cho antes. La primera de ellas es si
por las historias, los trabajos de estéti- rodean al músico y su música no es siendo escuchada— y con la dificul- tengo algo para decir que pueda ser-
ca o de interpretación sociológica del significativo en sí, pero acaba siéndo- tad para referirse a ella con un len- virle a alguien. En un plano más gene-
arte, tiene que ver con la presunción lo en nuestra cultura porque refuerza guaje que ni siquiera tiene palabras ral, la pregunta sería ‘qué es lo que
de que ese “saber” redundará en mejo- ese pacto que constituye la idea del específicas para las sensaciones que puede decirse sobre música que no sea
res escuchas. conocimiento y del placer musical. despierta. Las imágenes para la músi- ajeno a ella pero que no esté ya en
Hay algo independiente de ello, y También es posible decir cosas acerca ca son visuales, gustativas o táctiles ella’. Qué podría agregarse a aquello
de las interpretaciones antropológicas de la música en sí, sin recurrir a un —luminosa, rugosa, oscura, áspera, que ya el sonido expresa, sin caer en
sobre el alto valor que ocupa entre los lenguaje excesivamente técnico. dulce— pero nunca auditivas. O se re- las interpretaciones impresionistas —
rituales humanos la conversación so- —¿Cómo? fieren a interpretaciones siempre sub- muy válidas para un melómano pero
bre otros hombres o mujeres sobre de- —Con el saber teórico. Ese saber jetivas —músicas desesperadas, me- totalmente improcedentes para un di-
portes, sobre entretenimientos diver- otorga la ayuda necesaria para que lancólicas, heroicas, solitarias—. Y, vulgador especializado— ni en la chis-
sos y, por supuesto, sobre música. Lo quien escribe pueda escuchar atendien- para peor, mucho de lo poco que hay mografía, que habla del artista pero ja-
cierto es que quien escucha música de do a ciertos parámetros, detectar cier- escrito está realizado por personas más del arte. Mis libros son intentos
una manera activa y le otorga a esa ac- tas cosas no fácilmente audibles en que a sus escasas ideas propias su- de responder esas preguntas y, tam-
tividad un papel importante en su vida, una primera instancia y a partir de allí man, muchas veces, garrafales errores bién, de comunicar de la forma menos
ama hablar —y discutir— sobre músi- describirlas, de la manera más llana de contenido. Entre anécdotas vacías, autoindulgente posible aquello que
ca casi tanto —o más— que a la músi- posible, como guía de escucha. No in- textos de supuesto enciclopedismo pienso mientras escucho música. ●

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// ESCRIBEN: CARINA BLIXEN / ALFREDO ALZUGARAT

Poemas de Hugo Mujica

Las formas de la ausencia


lo que la palabra no puede decir, del gún tipo de compromiso dogmático
Juan de Marsilio misterio al que apunta sin resolverlo, previo. Puede citar pasajes bíblicos, o
y que debe ser vivido también como aludir a la liturgia católica, sin restrin-

E
STE VOLUMEN antologa la misterio, sin matarlo por explicación gir su valor al círculo cerrado de quie-
poesía de Hugo Mujica (esa mutilación del milagro que lo nes comulguen con tal fe. Así, otra
(Buenos Aires, 1942) tam- convierte en estatua sin vida, al decir vez sobre el tema de no traicionar al
bién narrador y ensayista. La de Mujica). La luz es la del cirio que niño que se fue, en “DE NIÑOS Y
vida del hombre explica en buena abre un paréntesis a la noche, y la HOMBRES”, escribe: “Hay hombres
medida al poeta: hijo de obreros, hace valer también: ver en lo oscuro que son más que hombres, son la cus-
obrero él mismo desde joven, viajero, es también ver esa oscuridad. Es una todia del niño que juega con la vida
residente en Greenwich Village en los poesía en la que el silencio, la oscuri- de esos hombres; hay otros que son
años ’60 de la psicodelia, artista plás- dad, la sed, el desierto y todas las for- menos que la vida de los hombres,
tico, estudioso de la antropología, la mas de la ausencia valen también por- con lo de más allá, con lo infinito. son la corteza del ataúd de cada niño
filosofía y la teología, descubrirá la que son en sí mismas, dependiendo de Algo así como un tajo con un solo muerto.” Debe atenderse la oposición
escritura poética en sus siete años de cómo se las viva —y en poesía, de borde, sin orilla opuesta, con un solo entre el objeto litúrgico en custodia y
vida monástica con los trapenses, pe- cómo se las diga— vías de revelación, borde, oceánico. El borde es lo que la corteza del ataúd, válida por sí, in-
ríodo en el que practicará el silencio en tanto llaman a la búsqueda. Por eso permite ir a más, lo que debe trascen- cluso si no se asocia custodia a euca-
contemplativo. no abusa Mujica de la palabra, canta derse para no frustrar lo que se es ristía, sino tan solo al verbo custodiar.
Este silencio es sustancial en su casi en silencio. Y así acaece el atisbo (“Un niño corriendo por un espigón El prólogo de Martín Cerisola,
poesía. El lector puede verlo ya en la místico: “Hace frío y también el mue- bajo la lluvia./ La lluvia cesa, el es- responsable de seleccionar los textos,
puesta en página de estos poemas, en lle/ está desierto.// Una ola,// casi en pigón termina.// ¡Salta!/ No mueras y el postfacio del autor son muy
verso o en prosa: mucho blanco, tex- silencio,/ orla de espuma los surcos/ bordes no seas surco en la frente de orientadores para abordar esta poesía,
tos breves, algunos casi aforísticos. de su repliegue.// Casi en silencio, los hombres.”, en “BORDES”). Ese pero el segundo tiene también, sin
Una poesía que calla para escuchar y como la espuma/ de seca playa// o éxtasis, ese ir hacia lo de afuera es, al mengua de su fin explicativo, valor
luego canta escuchando (“hay que como la plegaria de un dios/ orillan- mismo tiempo, lo que permite verse a poético. ●
soñar/ un sueño sin voces,// volver a do la inmensa tierra”, en “CASI EN sí mismo.
cantar escuchando”, escribe en SILENCIO”). Este poeta místico, cuyos textos re- OTROS BORDES, OTRAS LU-
“OTRO INICIO, OTRA MÚSICA”). De ahí el valor metafórico del bor- cuerdan al budismo zen, es riguroso CES, de Hugo Mujica. HUM,
Hay un sutil aprovechamiento de de: es lo que nos pone en contacto pero abierto, y no exige del lector nin- 2013. Montevideo, 160 págs.

hacia atrás y hacia delante en pliación de los límites —o bien recen primar por sobre ancla-
Ensayo una reproducción diaria de lo sin límites— del ‘espacio bio- jes y raíces —a menos que se
mismo. Los relatos del pasado, gráfico’ (Arfuch, 2002), como piense en ‘raíces en el aire’,
MEMORIA Y AUTOBIOGRA- realizados por los protagonis- ‘giro subjetivo’ (Sarlo, 2005) o según la expresión de Roland
FÍA. EXPLORACIONES tas y sus descendientes, por ar- como efecto tardío de aquellas Barthes—.” Son identidades
EN LOS LÍMITES, de Leo- tistas, investigadores, políticos transformaciones de la intimi- narrativas: “fluctuaciones entre
nor Arfuch. Buenos Aires, articulan una experiencia que dad (Giddens, 1995) que lleva- lo mismo y lo otro, lo que per-
2013. Fondo de Cultura disputa su sentido, su lugar, ran a hablar sin eufemismo de manece y lo que cambia, esa
Económica, 164 págs. sus formas. una (nueva) ‘intimidad públi- otredad constitutiva del sí mis-
Leonor Arfuch explora en ca’(Berlant, 1998).” mo”, dice invocando a Paul
CÓMO RECORDAR si el es- Memoria y autobiografía el La memoria no es solo una Ricœur.
pacio del yo se adelgaza, si en límite entre testimonio y fic- relación con y en el tiempo, Resulta especialmente inte-
lugar de turbulentas o enigmá- ción, y cómo se articulan lo sino que se configura en espa- resante la presentación y análi-
ticas subjetividades lenta y di- biográfico y lo memorial. Tie- cios que pueden ser monumen- sis que realiza Arfuch en torno
fícilmente maceradas prolife- ne en cuenta el horizonte me- to o íntimo refugio. Arfuch se a la entrevista, publicada en oc-
ran, en la actualidad, las perso- diático, la academia, la investi- pregunta por los lugares que tubre y noviembre de 2004, en
nalidades que se realizan en el gación artística y no se ciñe a configuran una biografía y cuál la que Héctor Jouvé, ex inte-
espectáculo sin fin de los me- la historia reciente de las so- nes, problemas, circunstancias es su relación con la afectivi- grante del Ejército Guerrillero
dios audiovisuales. Cómo en- ciedades rioplatenses (aunque del mundo actual. Ubica el dad. Se detiene en W. G. Se- del Pueblo (EGP), contó el
tender la presencia del tema de no deja de considerarlas) sino tema en el del “retorno del su- bald y Christian Boltanski. ajusticiamiento de dos compa-
la memoria en un tiempo en el que hace un planteo teórico jeto”: “Un fenómeno suscepti- Piensa las identidades en movi- ñeros de guerrilla cuando el
que el presente parece estirarse que se despliega en situacio- ble de ser definido como am- mientos pues “los tránsitos pa- grupo se había internado en el

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Norte Argentino para intentar a la vez que “dinamitan pa- escritura que tuvo su entre- en la opción entre un relato
acercarse al Che Guevara, en radigmas narrativos obsole- namiento en El misterio Ho- ameno y el deseo de innovar y
ese momento en Bolivia. El re- tos”, padecerá a partir de allí racio Q y en Night and day transgredir, lo segundo es cla-
lato no era nuevo, lo diferente un largo desasosiego. Lo que (espectros de La vida bre- ramente privilegiado. El pre-
era, dice Arfuch, que Jouvé a primera vista parece un ve), y que ahora procura al- cio del experimento es una
contaba “cargado con el peso simple dilema estético encie- canzar su máxima expresión. lectura fatigosa, que apela an-
no perecedero de esa experien- rra un drama interior, una La obra es una incursión tes que nada a la paciencia.
cia en el presente —el peso de confusa disolución o desdo- en el universo de los “raros”, Un libro que aspira a ser para
la culpa o, mejor, de la respon- blamiento de la personalidad ya una tradición en la narrati- pocos y que tal vez, en el fu-
sabilidad—, con la intención que la retrotraerá a crisis va uruguaya, siempre con turo, sea más mencionado y
de aportar a la reflexión y de emocionales anteriores. Eva- nuevos continuadores. A pesar admirado que realmente leído.
generar respuestas, también en dirse a través de búsquedas del ingenio lúdico y de las es-
el presente”. La entrevista sus- virtuales, de un viaje a París, porádicas muestras de humor, A. A.
citó una carta “encendida” de del arreglo de la vivienda,
respuesta del filósofo Oscar del retorno a amores perdi-
Darwin Borrelli

del Barco, bajo el epígrafe “No dos, representa una experien-


matarás”. Arfuch da algunos cia que es acompañada de la
detalles del “caso” y analiza la
pertinencia moral de los géne-
ros discursivos (entrevista, car-
ta pública) puestos en juego.
escritura de un diario.
Más allá del argumento
mínimo, casi una excusa, lo
que importa en esta novela
I NVENTARIO

Arfuch ha acumulado un bolso Louis Vuitton), de es el espesor que adquiere el


importante trabajo sobre Iden- Juan Carlos Mondragón & lenguaje: el fluir incesante Investigación I plos extraídos de la expe-
tidades, sujetos y subjetivida- otros. Seix Barral, 306 de una prosa abarrocada, tan riencia argentina, la mani-
des (para decirlo con el título págs. Buenos Aires, 2013. envolvente como asfixiante, NÚMEROS PÚBLICOS. pulación política de las
de uno de los libros que editó). que procura asimilarse a un LAS ESTADÍSTICAS EN cifras y la creciente atrac-
Memoria y autobiografía UN TEXTO INÉDITO que desahogo interminable, a un ARGENTINA (1990- ción por el discurso esta-
debe tal vez leerse en el con- se coló entre los finalistas de diamante sin pulir, a un grifo 2010), de Claudia Da- dístico son extrapolables
junto de esa reflexión, que tie- un concurso literario llama la (o canilla, en términos rio- niel. Fondo de Cultura a otras sociedades.
ne distintas modulaciones. En atención por su acápite en platenses) abierto. No impor- Económica, 2013. Bue-
sí mismo es un trabajo inteli- francés: “es necesario ate- ta tanto contar sino cotejar nos Aires, 300 págs. Investigación II
gente y tal vez demasiado nerse a las fuentes o Lamar- cada paso con toda clase de
apretado. tine es un grifo”, una frase referencias del presente, LA GESTIÓN del Institu- GOLES Y VOTOS, La ínti-
de Flaubert que, para la pro- enhebrando largas cadenas to Nacional de Estadística ma y agitada relación
C. B. tagonista y narradora, se metafóricas, adjetivando sin y Censos (INDEC) de la histórica entre fútbol y
convertirá en una obsesión piedad. La escritura es el Argentina en los gobier- política en Uruguay, de
cruel. Conocer su origen la principio y el final, todo el nos kirchneristas ha sido Luis Prats (en colabora-
Novela conducirá a un lúgubre re-
cinto universitario dedicado
horizonte posible en una
“novelagame” de la que ape-
objeto de severas denun-
cias por la supuesta dis-
ción con Federico Sie-
rra). Fin de siglo, 232
a la literatura francesa del si- nas se conocen niveles supe- torsión de las cifras ofi- págs. Montevideo, 2013.
LA FUENTE DEL RELATO glo XIX y a un intemporal riores y de la que participan ciales, entre las que se
(versión novelada del carné brindis con absenta. Autora tanto los personajes como los cuenta un sonado libro de VINCULANDO DOS va-
Moleskine con notas de la de artículos prefabricados lectores. Juan Carlos Mon- Gustavo Noriega (IN- riables que tienen presen-
víctima, hallado en la esce- con propósitos comerciales, dragón profundiza, de este DEC. Historia íntima de cia masiva en el mapa ge-
na del crimen dentro de un de los que exaltan novedades modo, en una práctica de re- una estafa, Sudamerica- nético de los uruguayos
na, 2010). La Doctora en (política y fútbol) el autor
Ciencias Sociales Claudia traza un mapa desde fines
Daniel se propone aquí del siglo XIX, con un capí-

H ay que leer
“pensar a las estadísticas
como objetos culturales”
que han desbordado el
ámbito para el que fueron
tulo titulado “Los orígenes
sociales de los clubes”,
hasta los tiempos actuales,
cerrando con un sugestivo
Joaquín Torres García creados y se convirtieron
“en categorías de percep-
capítulo: “La izquierda y el
fútbol”. Apelando al re-
ción de la realidad social cuento de anécdotas, y con
de Emma Sanguinetti de múltiples y dispares una prosa suscinta, el rela-
actores sociales.” Utiliza to no pierde interés a medi-
PORQUE ES un buen ejemplo de cómo se debe transformar para el análisis tres casos da que transcurren las pá-
un relato usualmente críptico y cerrado en otro abierto, li- paradigmáticos de “nú- ginas, de Batlle y Ordóñez
neal, y accesible para públicos amplios, sin traicionar las meros públicos”: el índice y Herrera a Paco Casal y el
ideas centrales. Esta “historia” de Torres García y su legado de riesgo país, los resulta- Pato Celeste, a pesar de
pictórico funciona, entonces, para niños de todas las edades. dos de encuestas preelec- que por momentos quedan
Un buen ejemplo de ello es la explicación de la medida áu- torales y el índice de pre- ganas de saber más, sobre
rea, de una simpleza y claridad paradigmática, apoyada en cios al consumidor. No todo en los episodios más
recursos gráficos muy bien pensados. (Altea Santillana) ● obstante se trata de ejem- notorios. ●

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T E X T O S
Tiempo
John Szarkowski Egipto, Grecia, Persia y la China impe-
rial hasta la cristiandad y sus escenas de
batallas o de equitación, el caballo siem-

N
O EXISTE la fotografía ins- pre se ha representado galopando con
tantánea. Todas las fotogra- las cuatro patas extendidas, como si aca-
fías son exposiciones en el bara de escapar de un carrusel. Fue así
tiempo, de mayor o menor hasta que llegó Muybridge y logró foto-
duración, y cada una de ellas describe grafiar el galope de un caballo en 1878,
una parcela temporal definida que siem- rompiendo así con todo lo asumido ante-
pre coincide con el presente. La fotogra- riormente. Igualmente ocurrió con el
fía describe sólo el período de tiempo vuelo de las aves, el funcionamiento de
en que fue tomada, algo inusitado en la los músculos dorsales del atleta, el fla-
historia de la imagen y su representa- meo de las ropas de un caminante o la
ción. Alude, por tanto, al pasado y al fu- expresión fugitiva del rostro humano.
turo en la medida en que ambos existen La inmovilización del flujo de lo real
en el presente: al pasado a través de las en delgadas láminas de tiempo ha sido y
reliquias que lo sobrevivieron, al futuro es fuente de fascinación para el fotógra-
mediante la profecía visible hoy. fo. En sus experimentos, este descubre
En el tiempo de las películas lentas y algo más: en esa fragmentación tempo-
los objetivos lentos, las fotografías des- ral hay una belleza y un placer que no
cribían un segmento temporal de varios emanan tanto de lo que está ocurriendo
segundos o más. Si el modelo se movía, como del dibujo momentáneo de líneas
aparecían imágenes inauditas: perros y formas, oculto antes tras el movimien-
con dos cabezas y un manojo de rabos, to. Cartier-Bresson definió el compro-
rostros sin rasgos, hombres transparen- miso con la nueva belleza con el térmi-
tes que diseminaban su esencia a lo lar- no “el momento decisivo”, pero este fue
go y ancho de la placa fotográfica. El malinterpretado: lo que ocurre en el mo-
hecho de que estas imágenes fueran mento decisivo no es un clímax dramá-
consideradas (en el mejor de los casos) tico sino visual. El resultado no es una
como erróneas no resta interés al hecho historia sino una imagen. ●
de que se produjesen en abundancia: to-
dos los fotógrafos estaban familiariza-
dos con ellas y también todos los clien-
tes que, por ejemplo, hubiesen posado
alguna vez en retratos de familia con un
bebé revoltoso en brazos.
El autor
Es sorprendente que el grado de di- JOHN SZARKOWSKI (Wis-
fusión de estas radicales imágenes no ‘Malabarista’, de Gjion Mili (1958) consin, 1925 - Massachusetts,
haya despertado el interés de los histo- 2007) fue fotógrafo, crítico y
riadores del arte. Los cuadros “a cáma- uno de los teóricos de la foto-
ra rápida” de Duchamp y Balla, realiza- tamente porque sus trabajos fueron fru- da sobre una pantalla a la velocidad de grafía más importantes en la
dos antes de la Primera Guerra Mun- to del azar. veinticuatro por segundo, como tampo- historia de esta disciplina. Tra-
dial, han sido comparados con la obra A medida que el material fotográfico co puede distinguir entre sí todas y cada bajó como director de fotografía
de fotógrafos como Edgerton o Mili, fue ganando en sensibilidad y los objeti- una de las posiciones ocupadas por un en el MoMA entre 1962 y 1991;
que trabajaron de manera consciente vos y obturadores en rapidez, la fotogra- objeto que se mueva rápidamente en la y publicó, entre otros libros, El
con ideas similares un cuarto de siglo fía se lanzó a la captura de modelos que vida real. Un ejemplo clásico es el del ojo del fotógrafo (1966), de
más tarde. Sin embargo, los fotógrafos se movían a gran velocidad. El ojo hu- caballo al galope. Tal y como muestran donde fue extraído el texto que
“a cámara rápida” del siglo XIX han mano es incapaz de distinguir los foto- miles de encantadoras ilustraciones de se reproduce en esta página. ●
sido ignorados desde siempre, supues- gramas de una película de cine proyecta- todos los tiempos, desde el antiguo

EN EL PRÓXIMO NÚMERO Ciudad Juárez ● Ian McEwan ● Eduardo Espina ● Julio Cortázar ● Benjamin Britten
EDITOR JEFE: SECRETARIA: DISEÑO: del Grupo Metro Este es un suplemento del diario EL PAIS,
Plaza Cagancha 1168,
László Erdélyi Susana Yaquinta Montevideo, Teléfonos 29020115,
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