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E
ste libro trata sobre el juego político de América Latina. En particu-
lar, intenta presentar en forma sencilla y sistemática un resumen de
la economía política detrás del proceso de formulación de políticas
públicas en la región. Está escrito para lectores que trabajan en temas de
desarrollo, para economistas y politólogos, así como para estudiantes que
se capacitan en estas disciplinas con especial interés en América Latina.
Los objetos de estudio son las instituciones políticas, el comportamiento
político y las políticas públicas. Abordando los vínculos entre las institu-
ciones políticas, los procesos de formulación de políticas y las consecuen-
cias de las políticas en una variedad de países, el libro construye puentes
entre el interés de los economistas acerca de los efectos de las políticas
públicas en los resultados económicos y sociales, y el interés de los poli-
tólogos sobre el funcionamiento de las instituciones democráticas y los
resultados políticos.
Las políticas públicas han sido siempre una gran preocupación para
los economistas y otros profesionales del desarrollo. De hecho, el trabajo
1
En palabras de Bárbara Geddes, en su encuesta sobre el estudio de la política en paí-
ses en desarrollo, “cuando los gobiernos autoritarios regían la mayoría de los países en
desarrollo, pocos politólogos interesados en estos países prestaron mucha atención al
desarrollo de teorías sobre política democrática” (Geddes, 2002, p. 343).
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Por supuesto, el interés en estudiar el rol de los grupos de interés y la forma en que
se articulan con el sector público sigue tan vigente como hace 50 años. Scartascini y
Tommasi (2010) presentan un resumen de esto en el contexto del desarrollo de polí-
ticas de productividad.
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Luego de varias décadas en las cuales la mayoría de países latinoamericanos alterna-
ron frecuentemente entre gobiernos democráticos y gobiernos militares, los países de
la región retornaron gradualmente a la democracia hacia la década de 1980.
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Los capítulos de país se escribieron como parte de un proyecto de la Red de Centros
del BID sobre “Instituciones políticas, procesos de formulación de políticas y resulta-
dos de las políticas”. Además de estos estudios, el proyecto original también incluía
estudios sobre Perú (Moron y Sanborn, 2006) y Uruguay (Bergara y otros, 2006).
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Los capítulos en Scartascini, Stein y Tommasi (2009) complementan este trabajo y
presentan una visión del efecto del funcionamiento de las instituciones a través de los
distintos países.
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Este marco, diseñado a partir de una rica literatura sobre economía política, tanto
en economía como en ciencia política, fue provisto a los equipos de los países al inicio
del proyecto de la Red de Centros del BID sobre “Instituciones políticas, procesos de
formulación de políticas y resultados de las políticas”. Véanse Spiller, Stein y Tommasi
(2003) y sus referencias, al igual que el capítulo 2 de este libro.
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Véanse, por ejemplo, Weingast (1997), Wantchekon (2000), Przeworski (2005) y Fea-
ron (2006).
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Aunque nuestra discusión se enfoca sobre todo en las democracias, el marco utilizado
en este volumen también puede aplicarse a las dictaduras. Los actores pueden ser di-
ferentes (las fuerzas armadas pueden jugar un gran papel, mientras que la legislatura
puede ser débil o no existir), pero la lógica del esquema se mantiene igual. La discu-
sión, en el capítulo 9, del stronismo en Paraguay es un caso concreto de este punto.
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La rigidez surge cuando los actores políticos no confían en sus oponentes y prefieren
atar las manos de estos –y aun las propias– en lugar de permitir la discrecionalidad
política. Si existen múltiples actores en la formulación de políticas, la falta de coopera-
ción es análoga a la falta de coordinación. Esto es un resultado estándar de juegos re-
petidos en los que, en ambientes no cooperativos, los agentes están menos dispuestos a
pagar costos en el corto plazo por beneficios futuros, es decir, están menos dispuestos
a invertir.
Características Interacciones
de asuntos de equilibrio
específicos de general
política pública
Fuente: Spiller y Tommasi (2003).
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Utilizamos “pasos” de las instituciones políticas a los procesos de formulación de po-
líticas y de los procesos de formulación de políticas a las características de las políticas.
Este esquema mantiene alguna semejanza con respecto a las nociones de estructura,
política y políticas, de la comparación de Estados Unidos y Japón, trabajo editado por
Cowhey y McCubbins (1995).
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Para los modelos que estudian los efectos de las políticas de duración incierta en di-
versos contextos económicos, véanse Calvo (1996, sección V) y Calvo y Drazen (1998).
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Esta noción de estabilidad de las políticas está también estrechamente relacionada
con la noción de resoluteness en Cox y McCubbins (2001).
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Algunos de los países estudiados aquí, como Brasil y Colombia, han incorporado
dimensiones de política importantes dentro de la constitución, como las políticas pre-
visionales o las transferencias intergubernamentales.
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En la medida en que los favorecidos por las políticas orientadas a intereses privados
tiendan a ser los miembros de la elite, que son los que tienen la influencia política y
económica para sesgar las decisiones políticas en su favor, la orientación hacia el sector
privado podría estar relacionada con la desigualdad.
de desarrollo en los que los países están interesados.15 Por ejemplo, en-
contramos que mejores características de políticas están correlacionadas
con el crecimiento del producto interno bruto (PIB) per cápita y con
la mejora de los indicadores de desarrollo humano tanto para el grupo
de países latinoamericanos como para el grupo de países en desarrollo
según puede observarse en el cuadro 1.1.
Nos hemos estado refiriendo a las características ya discutidas como
“características comunes” de las políticas públicas; aunque las mismas ca-
racterísticas tiendan a estar presentes en la mayoría de los dominios de la
política, no siempre se espera que todas las políticas tengan exactamente
las mismas características. Diferencias en la naturaleza de distintos aspec-
tos de política, en los actores que participan en los PFP de los respectivos
sectores y en los escenarios donde el juego de la formulación de políticas
se lleva a cabo, pueden conducir a que las características de las políticas
públicas difieran de sector a sector. Como comentaremos más adelante,
varios de los capítulos de país tratan de estas diferencias entre sectores,
las cuales suministran una fuente interesante de variación transversal
dentro de un país en particular.
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Por ejemplo, BID (2005), y Scartascini, Stein y Tommasi (2008, 2009).
Países en desarrollo
Crecimiento del PIB per cápita 90-07 0,392*** 0,304*** 0,328*** 0,173* 0,197** 0,238*** 113
0,296*** 0,333*** 0,341*** 0,199** 0,243*** 0,248*** 107
Carlos Scartascini, Pablo T. Spiller, Ernesto Stein
Índice de Desarrollo Humano (variación) 90-05 0,379*** 0,401*** 0,458*** 0,312*** 0,418*** 0,446*** 97
y
Fuente: elaboración propia con base en World Development Indicators y Berkman y otros (2008).
Nota: en la primera fila de cada subgrupo se muestran las correlaciones simples entre calidad de las políticas y variables de política.
En la segunda fila de cada subgrupo se muestran las correlaciones parciales (controlando por PIB per cápita de 1990).
* Significativo al 10%; ** significativo al 5%; *** significativo al 1%.
Mariano Tommasi
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Estos legados incluyen divisiones fundamentales en la sociedad, valores compartidos
y si un país tiene o no una historia de democracia estable o ha sufrido interrupciones
constitucionales frecuentes.
Con base en sus respuestas a estas preguntas, cada uno de los capítulos
provee un análisis detallado del rol desempeñado por los jugadores clave
en el juego de la formulación de políticas: el presidente, los partidos
políticos, la legislatura, el poder judicial, la burocracia y, en ocasiones,
los gobernadores. En cada caso se debaten los roles de estos jugadores,
sus incentivos y capacidades. Más importante aún, los capítulos dan vida
a estos actores mostrando la manera en que se involucran en transaccio-
nes políticas con el fin de avanzar en sus objetivos y, de manera más ge-
neral, cómo participan en el juego de la formulación de políticas. Todos
estos ingredientes, en conjunto, conforman una descripción detallada
del funcionamiento del PFP en cada caso.
Habiendo analizado el PFP y las características de las políticas públi-
cas, la siguiente sección hace referencia al vínculo entre ambos. En par-
ticular, resaltamos el papel de la cooperación como una particularidad
del PFP, que puede ayudar a explicar las características de las políticas
públicas, así como los factores que pueden fomentar (o entorpecer) tal
cooperación.
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Los horizontes de tiempo son determinantes muy importantes del comportamiento
político. Los actores con horizontes prolongados tienen mucha más probabilidad de
concertar los acuerdos intertemporales necesarios para sustentar políticas efectivas.
Por el contrario, los actores con horizontes cortos tenderán a maximizar los beneficios
de corto plazo, en detrimento de la formación institucional de largo plazo y de la
credibilidad y la calidad de las políticas. Este énfasis sobre los horizontes de tiempo se
inspira a partir de una literatura importante sobre economía institucional y sus aplica-
ciones a la política. Véase, por ejemplo, Dixit (1996) y sus referencias.
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Véase Dixit (1996, p. 71), Spiller y Tommasi (2007, pp. 42-46, y sus referencias).
19
Gerring, Thacker y Moreno (2005) enfatizan un concepto relacionado: “centripe-
talismo”.
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Fudenberg y Maskin (1986) y Fudenberg y Tirole (1991, sección 5.1.2) hacen énfasis
en este punto, mostrando que, en juegos repetidos, cuando el conjunto de posibles
pagos se mantiene constante, incrementar el número de jugadores reduce el conjunto
de equilibrios posibles hacia equilibrios menos cooperativos.
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Nuestra noción del número de jugadores es diferente de la del número de jugadores
de veto en Tsebelis (2002). En Tsebelis, el número de los jugadores de veto está re-
23
Véase BID (2005, cuadros 3.6 y 6.1).
24
Véase Weingast y Marshall (1988), Shepsle y Weingast (1995), y Shepsle y Bonchek
(1997).
Una ilustración
25
La delegación a un fuerte banco central autónomo también ha caracterizado la po-
lítica monetaria en Chile.
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Costa Rica, un país que no se analiza en este estudio, presenta un caso interesante,
en el cual muchas áreas de política han sido delegadas a instituciones autónomas. Véase
Lehoucq (2007).
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Otros autores han hecho énfasis en la importancia de las configuraciones e interac-
ciones entre diferentes dimensiones institucionales: véanse Liphjart (1991), Tsebelis
(1995, 2002), Haggard y McCubbins (2001) y Fukuyama (2006). Creemos que este es
el primer libro que estudia este punto sistemáticamente a través de estudios de país
integrales y detallados.
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Otros estudios que tratan las variaciones entre los regímenes presidenciales incluyen
a Mainwaring y Scully (1995a), Mainwaring y Shugart (1997a), Carey y Shugart (1998b),
Haggar y McCubbins (2001), Morgenstern y Nacif (2002) y Payne y otros (2002).
9,0
8,0
7,0
Índice Fraser
6,0
5,0
4,0
3,0
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
embargo, la dinámica política del país, así como una variedad de ins-
tituciones complementarias, ha permitido a los presidentes desde el
retorno a la democracia ejercer ese poder en forma cuidadosa y consen-
suada, siguiendo una práctica de negociación, compromiso y creación
de consenso. Tales prácticas han fomentado el desarrollo de políticas
estables y creíbles, a la vez que permiten a los presidentes imprimir
(gradualmente) sus propias prioridades en la agenda del país (véase ca-
pítulo 5 y Weyland, 1999). En el otro extremo, el presidente de México
ha sido tradicionalmente muy débil en términos de sus poderes consti-
tucionales, pero durante la era hegemónica del Partido Revolucionario
Institucional (PRI) dominó el proceso de formulación de políticas,
dado que los débiles poderes constitucionales no eran realmente im-
portantes en ese contexto.29
29
Como se analiza en el capítulo 8, con la llegada de un gobierno dividido, la debilidad
constitucional de los presidentes mexicanos ha pasado a primer plano.
30
Lora y Scartascini (2009) es un volumen que complementa a este con un estudio
más detallado de los cambios que se han producido en Colombia a partir de la refor-
ma constitucional de 1991.
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Es interesante notar que algunos de los estudios de países sugieren explicaciones de
cambios institucionales que surgen a partir del marco de cooperación intertemporal de
este proyecto. Por ejemplo, en Venezuela un acuerdo cooperativo de poder comparti-
do entre los dos partidos dominantes, que comenzó en 1958 con el Pacto de Punto Fijo,
empezó a fracasar durante la administración de Pérez (1974-78) en el contexto de la
primera crisis petrolera. Como argumentan Francisco Monaldi, Rosa Amelia González,
Richard Obuchi y Michael Penfold (capítulo 10 en este volumen), las enormes ganan-
cias inesperadas de los recursos petroleros incrementaron los poderes informales del
presidente y dieron lugar al unilateralismo presidencial, reflejado en una dramática ex-
pansión del uso de los decretos presidenciales. Esta ruptura de la cooperación durante
un periodo de ganancias inesperadas de dinero proveniente del petróleo es consistente
con la predicción de la teoría de juegos repetidos en la que los beneficios de desviarse de
la cooperación son mayores cuando los recursos en el corto plazo son más grandes que
los esperados en el futuro. De manera similar, el estudio de caso de Paraguay relaciona
el final del equilibrio de la era Stroessner con el “problema del último periodo” durante
los últimos tiempos del strosnismo.
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Véanse, por ejemplo, Evans (2001), Lindauer y Pritchett (2002), Hausmann, Rodrik
y Velasco (2005) y BID (2005).
33
Para un punto de vista similar, véanse North (1994), Pistor (2000), Evans (2004) y
Eggertsson (2005).