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C U R A D U R Í A : M A R I O C A S T R I L LO M AY R A B A R R A Z A

El sentir social
S ILV IA E L E N A R E GA L A DO B L A N CO
Secretaria de Cultura de la Presidencia

La Secretaría de Cultura de la Presidencia se complace en presentar el catálogo de la exposición de artes visuales


“Cartografía social. Obras de la Pinacoteca de la Universidad de El Salvador”, en homenaje al centenario del natalicio
del maestro Camilo Minero, quien fue un artista talentoso, de gran sensibilidad social, de origen humilde, y de padres
luchadores y trabajadores.

La muestra, exhibida del 15 de junio al 18 de agosto en la antigua Casa Presidencial de San Jacinto, reúne 35 obras en
pintura, escultura, dibujo y grabado del maestro Minero y de referentes de la plástica salvadoreña pertenecientes al
periodo 1950 a 1990, entre quienes se encuentran: Ricardo Carbonell, Carlos Cañas, Antonio Bonilla, Negra Álvarez,
Héctor Hernández, Pedro Acosta, Martivón Galindo, Teresa Tikas y Luis Ángel Salinas.

El sentir social plasmado por el maestro Minero, ganador del Premio Nacional de Cultura en 1996, está aún vigente en
nuestro país, por lo que se vuelve primordial rescatar, reconocer ese acto heroico y de protesta del artista, y exponer
sus magistrales obras al pueblo salvadoreño.

Inició a pintar a los 14 años y durante su juventud se dedicó a especializarse en las artes plásticas. Habilidades que
perfeccionó en el Instituto Politécnico Nacional y en el Taller de la Gráfica Popular, en México.

Durante su andar por esta tierra, el maestro Minero se dedicó también a las causas sociales, incursionando en el par-
tido comunista de El Salvador y años después sufriendo el exilio a raíz de sus ideales y luchas por una mejor sociedad.

“Cartografía social. Obras de la Pinacoteca de la Universidad de El Salvador”, es una exposición que está conformada
por obras que por primera vez salieron del recinto universitario y que le imprimieron dinamismo a la antigua Casa
Presidencial por casi dos meses.

La exhibición fue un esfuerzo de Mayra Barraza, directora de la Sala Nacional de Exposiciones Salarrué, y de Mario
Castrillo, de la Secretaría de Arte y Cultura de la Universidad de El Salvador, curadores de la muestra, a quienes agra-
decemos por su excelente trabajo.

De esta manera, la Secretaría de Cultura de la Presidencia y la Universidad de El Salvador hacemos un merecido re-
conocimiento a Camilo Minero, por ese amor que grabó y expresó en cada obra, con la cual destacó los derechos de
la niñez y de los más vulnerables de este país.

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Merecido homenaje

JO R G E CA N A L ES
Director, Secretaría de Arte y Cultura
Universidad de El Salvador

Para la Secretaria de Arte y Cultura de la Universidad de El Salvador, es grata noticia de que a nuestro apreciado y
admirado maestro de artes plásticas Camilo Minero se le dedique la exposición Cartografía Social -que muestra 35
obras de la colección de la Pinacoteca Roque Dalton del Alma Mater-, organizada por la Secretaría de Arte y Cultura
de la Universidad de El Salvador y la Secretaría de Cultura de la Presidencia, merecido homenaje, en el marco de su
centenario de nacimiento.

Aproximarse a la obra plástica de Camilo, así como a la de cualquier creador de arte, implica necesariamente ubicar-
se en la realidad económica, política, social, cultural y desde luego temporal y espacial que marcó su vida artística y
revolucionaria. En ese sentido, Camilo Minero estuvo estrechamente identificado con la gesta de Anastasio Aquino, la
masacre de 1932 y desde luego con la germinación y floración del conflicto armado 1971…1992. De allí, en gran me-
dida su creación plástica es una voz que se comprometió y por ende acompañó los procesos de lucha reivindicativa
de las clases marginadas, explotadas y reprimidas de su pueblo.

Por eso, la obra plástica de Camilo a través del color y la historicidad de sus imágenes, nos lleva y hace parte de la
cotidianidad de los sectores populares de nuestro país. Sus xilografías, acuarelas y pinturas van más allá del arte, ya que
nos tocan y nos hablan con franqueza sobre las heridas profundas de las clases mayoritarias que día a día luchan contra
el hambre, la miseria, el engaño y la muerte.

Su obra plástica está fundamentada, indudablemente, en los principios nobles del ser humano; tanto individual como
colectivo. La brújula de su labor artística fue, es y será, entonces, su férrea voluntad de propiciarnos reflexión y toma
de consciencia para aportar junto a él a favor de la construcción de una sociedad justa, honesta y defensora de la vida.

HACIA LA LIBERTAD POR LA CULTURA

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Lazos históricos

M AY R A BA R R A Z A DO MÍ N G U E Z
Directora, Sala Nacional de
Exposiciones Salarrué

En el marco del año del centenario de nacimiento de Camilo Minero, la Sala Nacional de Exposiciones Salarrué y la
Secretaría de Arte y Cultura de la Universidad de El Salvador unimos fuerzas para presentar la exposición de artes
visuales “CARTOGRAFÍA SOCIAL. Obras de la Pinacoteca de la Universidad Nacional”.

Como parte del objetivo de la Sala Nacional de Exposiciones en contribuir a destacar el valor de colecciones de arte
institucionales, y gracias al interés de Mario Castrillo de la Secretaría de Arte y Cultura, ex director de la Pinacoteca
Roque Dalton y curador de la muestra, esta exposición ha procurado brindar acceso al público, por primera vez -des-
de su fundación en 1991- fuera del recinto universitario, a una selección de 35 obras en pintura, dibujo, escultura y
grabado, de 200 obras que conforman la Pinacoteca Roque Dalton.

Pensando, junto con Mario Castrillo, sobre los aspectos a destacar de la colección, concluimos importante seleccionar
aquellas piezas que pudieran trazar los lazos - intelectuales, académicos, estilísticos- entre los artistas creadores activos
en el período 1950 a 1990 y presentes en la colección, apuntando hacia una cartografía historiográfica de la época. Si
además, lográbamos hacerlo en homenaje a uno de las figuras centrales del arte de ese período, el maestro Camilo
Minero, en el año centenario de su natalicio, consideramos la muestra daría un aporte sustancial, ante las evidentes
carencias actuales, a la historia del arte salvadoreño. El detallado texto escrito por Mario para acompañar la muestra,
que podrán leer en este catálogo, expone claramente ese contexto histórico y destaca cada una de las obras en sus
aportes.

Para acompañar la exposición de manera sustancial nos propusimos desarrollar un conjunto de actividades que con-
tribuyeran a enriquecer la lectura de la muestra. En primer lugar buscamos socializar la historia de fundación de la
Pinacoteca y las experiencias de sus antiguos directores. A esta actividad, que tuve la fortuna de moderar y en la que
participaron Armando Solís como fundador y ex director entre 1993 y 1998 de la Pinacoteca y Mario Castrillo como

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ex director entre el 2004 y el 2008, asistieron un grupo tancias, participan activamente en la conformación de la
de estudiantes de la Escuela de Artes de la UES quienes realidad y los procesos de desarrollo social de un país.
participaron activamente del diálogo. Fue una experien-
cia altamente satisfactoria en la que considero se logró Finalmente, la tercera actividad programada, en conjunto
un sentimiento compartido entre los asistentes sobre la con la Escuela de Artes de la UES, pretendía hacer una
necesidad de asumir la colección como un patrimonio relectura de las obras por medio de las artes, con una
propio y la necesidad de acompañar su cuido y desarrollo intervención artística de sus alumnos, que por motivos
de manera activa. ajenos a nuestra voluntad no fue posible llevar a cabo. A
pesar de ello, esperamos que la exposición “Cartografía
Como segunda actividad contamos con la participación social. Obras de la pinacoteca de la universidad nacional”,
del Dr. Gregorio López Bernal quien, con la lucidez que le así como las actividades paralelas y este catálogo, contri-
distingue, presentó los rasgos determinantes a la historia buyan a destacar el alto valor histórico, estético y cultural
social y política nacional del siglo XX. En este catálogo de la Pinacoteca Roque Dalton.
podrán leer su ensayo publicado en la Revista Diálogos
de la Universidad de Costa Rica en el 2006, sobre la his- La colección de arte de la Pinacoteca Roque Dalton es
toria cultural nacional, como un aporte al contexto de las única en su tipo, refleja un período histórico de la nación
obras y sus artistas, y su comprensión. También incluimos que ninguna otra colección pública como tal aborda con
en este catálogo el interesante texto de Ricardo Roque la misma precisión y alcance. A partir de este esfuerzo y la
Baldovinos sobre las comunidades estéticas y artísticas en documentación generada por la exhibición esperamos se
El Salvador entre 1960 y 1980. Con ambos ensayos de pueda dar inicio a un proceso de declaratoria como bien
eminencias académicas queremos contribuir a destacar cultural que le garantice su cuido y conservación para el
como los artistas a la vez que son fruto de sus circuns- goce de futuras generaciones.

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Cartografía histórica

M A R I O CA STR I L LO

Este año se cumple el Centenario del nacimiento del maestro Camilo Minero (1917-2005). En ese marco, la Secretaría
de Arte y Cultura de la Universidad de El Salvador en coordinación con la Sala Nacional de Exposiciones Salarrué,
expuso una selección de 34 obras de su colección curadas por Mayra Barraza y mi persona, dedicando esta actividad
a la memoria del maestro Camilo Minero, quien fuera docente del Alma Mater.

Minero realizó estudios de dibujo y pintura con el maestro Marcelino Carballo (1874-1949) en Zacatecoluca, ingre-
sando después a la Escuela de Artes Gráficas dirigida por Carlos Alberto Imery (1879-1949). Perfeccionó sus estudios
con una beca en el Instituto Politécnico Nacional y en el Taller de la Gráfica Popular (1957-1960), en la ciudad de
México, teniendo por maestros a los grandes muralistas mexicanos. Militante del Partido Comunista de El Salvador,
Camilo Minero lo representó en 1962 en la Celebración del Congreso Mundial de Desarme General y la Paz, en Mos-
cú, en compañía de Ítalo López Vallecillos (1932-1986), José Vides, Mario Salazar Valiente (1927-1992) y Roque Dalton
(1935-1975). En 1968 lo representó en el XIII Congreso del Partido Comunista de Checoslovaquia. El Museo de Arte
Moderno de Nueva York y el Museo de Albuquerque (Nuevo México), Estados Unidos; el Museo de Grabado, en
Argentina, en el Museo del Hermitage de San Petersburgo, de la extinta Unión Soviética y la Pinacoteca Roque Dalton
de la Universidad de El Salvador, poseen obras suyas. Minero ha realizado murales en Cuba y Nicaragua. En El Salvador
realiza el mural Infancia en El Salvador (2003), actualmente en poder de su familia.

Camilo Minero ha recibido numerosas premios y distinciones a lo largo de su fructuosa vida, entre ellos el Doctorado
Honoris Causa de la Universidad de El Salvador (2001), donde fue docente durante muchos años; el Premio Nacional
de Cultura, 1996.

Ha pertenecido a diversos grupos artísticos: Los Independientes (1947) al que perteneció Luis Ángel Salinas (1928-
2000), Mario Escobar (1915-1982) y Carlos Cañas (1924-2013), Casa del Arte (1966-1973) junto a José Mejía Vi-

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des (1903-1993), Mario Escobar, Víctor Barriere (1944) y nal de Artes Gráficas y amigo de Minero. Del grupo Los
Armando Solís (1940); Jardín del Arte (1972-1973) sien- Independientes (1947), al que Minero perteneciera junto a
do sus miembros la escritora Mercedes Durand (1933- Mario Escobar, Cañas y Salinas; de dicho grupo se incluye
1999), Miguel Ángel Orellana (1929-2010) y Miguel Ángel la obra Arlequín (1970) de Carlos Cañas (1924-2013) y
Polanco (1941-2012), Grupo CODICES (1984-1994) cu- el mural Hombre del siglo XX (1961) de Luis Ángel Salinas
yos integrantes fueron Julio Reyes (1945), Mario Castrillo (1928-2000), compañeros de la Escuela de Artes Gráficas.
(1950), Heriberto Montano (1950-2007), Armando He- Grupo que desarrolló polémicas con los egresados de la
rrera (1943-2009), Mauricio Marquina (1945) en Mana- Academia de Valero Lecha en cuanto a la concepción del
gua, Nicaragua; en San Francisco, California, el Grupo CO- arte y la función social de artista. De Cañas incluimos una
DICES estaba integrado por Joaquín Domínguez (1948), obra de tendencia cubista, un Arlequín. Obra construida
Ricardo Portillo (1947), Carmen Alegría (1944), Martivón con elementos geométricos en tonalidades de azul. De
Galindo. Al Grupo CODICES, en El Salvador, se integró el Luis Ángel Salinas se incluye un mural: Hombre del siglo
artista Armando Solís (1940). XX. Obra compleja en la cual Salinas plantea su visión del
hombre de su tiempo. La obra integra las posibilidades
Camilo Minero bregó por el indigenismo y las diversas del desarrollo científico-tecnológico, del conocimiento y
clases de realismo, poniendo acento en la problemática desarrollo intelectual contrastadas con la miseria humana.
social de nuestros países y destacando la figura de gran- Un hermoso mural realizado en piroxilina.
des pensadores y luchadores sociales; de igual manera,
puso acento en la identidad cultural de su pueblo. Camilo Entre los compañeros de grupo de Camilo Minero se-
Minero no necesitó otro motivo de inspiración que no leccionamos obras de Luis Ángel Salinas (1928-2000),
fuera el pueblo, porque su realidad, su lucha y su esperan- Armando Solís (1940), César Sermeño (1928), Julio Her-
za no le fueron ajenas.1 nández Alemán (1940), Julio Reyes (1945) y Martivón
Galindo pertenecientes estos dos últimos al Grupo CO-
La presente exposición comprende obras creadas por DICES (Nicaragua y San Francisco California, USA), y una
Camilo dentro de los años 1950 a 1990 y por sus com- obra de Armando Solís (1940). La obra de Sermeño es
pañeros de estudio y de actividades artísticas, priorizando un Búho (sin fecha), una cerámica escultórica en tonalida-
aquellos que pertenecieron a grupos culturales dentro de des de color verde. De Julio Hernández Alemán presenta-
los cuales trabajó Camilo en el transcurso de su vida. Se mos la obra El ocaso de un toro (1971). La testa de un toro
ha incluido obra de artistas de generaciones posteriores realizado con elementos geométricos, casi monocroma,
que han destacado por su labor pictórica. en tonalidades tierra. De Julio Reyes, la obra Vibración
(1994), un torso en estilo expresionista. De Martivón Ga-
Se incluye el grabado Pila San Martín (1970) del maestro lindo se ha seleccionado un monotipo denominado La
José Mejía Vides, quien fuera Director de la Escuela Nacio- historia se repite (1995), obra que da cuenta del dolor

1 La pintura de Camilo Minero. Mario Castrillo.Contracultura, periódico digital

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humano en este sistema en que nos tocó vivir. La obra El De las generaciones posteriores se ha incluido obra de
Mozote (2003) de Armando Solís es una interpretación los escultores Negra Álvarez (1948), Joaquín Serrano, co-
de la masacre más grande realizada en la contemporanei- nocido como Joaco (1945) y del argentino radicado en El
dad en Latinoamérica, masacre realizada por el ejército Salvador, Miguel Martino (1950). Obra pictórica de Jorge
salvadoreño en 1981 y que continúa impune. Alberto Rosales, Roberto Galicia (1945), Miguel Ángel
Polanco (1941-2012), Óscar Soles (1946), Conchita Kuny
De los artistas contemporáneos a Minero se ha inclui- Mena (1944), César Menéndez (1954), Bernardo Crespín
do obra de José Mejía Vides (1903-1993), Alfredo Melara (1949), Augusto Crespín (1956), Tere Tikas (1950), Héc-
Farfán (1911-2000), Nicole Schwartz (1938), Pedro Acos- tor Hernández (1956), Antonio Bonilla (1954). La obra El
ta García (1930), Raúl Elas Reyes (1918-1997), ), Ricardo fruto de la madera (1998,) de Negra Álvarez, es una escul-
Carbonell (1929), y de Víctor Barriere (1941). Mejía Vides tura realizada partir de elementos naturales encontrados
estudió en la Escuela Nacional de Artes Gráficas, Farfán y pigmentados por la artista que se refiere a la fertilidad
es autodidacta, Schwartz, Acosta García, Elas Reyes y Car- de la tierra. De Joaco presentamos un torso femenino
bonell fueron alumnos de Valero Lecha. Barriere cursó bajo el nombre de Desnudo (1990), y de Martino la obra
estudios en Bellas Artes. Pila San Martín (1970) es una Un Universo (2002), realizada en madera ensamblada, un
xilografía de José Mejía Vides que registra la costumbre de universo de muerte. Lavandera (1977) de Jorge Alberto
las mujeres campesinas de bañarse con el torso desnudo Rosales nos presenta una obra de tendencia impresio-
en las pilas públicas. En las décadas de los 80 y 90 del siglo nista que recoge, como la de Mejía Vides, una costum-
pasado pude aún observar esta costumbre en Apaneca, bre del campo salvadoreña. De Roberto Galicia, Grieta
departamento de Ahuachapán y en Santa Marta, depar- (1987), una obra abstracta con alusiones telúricas. Polan-
tamento de Cabañas, cuando ésta última población esta- co, una obra expresionista: Grito (1987). En Suficiente amor
ba en las zonas de control del FMLN. Naufragio (1993), (sin fecha), Óscar Soles aborda situaciones diversas de la
es una escultura realizada en hierro forjado por Melara historia patria, motivada por una fotografía del huracán
Farfán, obra de tendencia abstracta. Bodegón rosado (sin Mitch (1998), que da pie para hablar de temas diversos:
fecha) de Nicole Schwartz, es una pintura de género con la deforestación, la urbanización desmedida, los inmola-
influencia francesa, país donde la pintora ha residido largas dos en el conflicto armado, la mesa de negociaciones de
temporadas. Ramoncín (1958) es una obra pictórica de los Acuerdos de Paz, entre otros temas. Competencia de
Acosta García, elaborada mientras estudiaba en España, cuello (1995), obra hiperrealista de Conchita Kuny Mena
que transmite un fuerte sentimiento nostálgico. Remolino aborda el tema de los “favoritismos” y las discriminaciones
(1996), de Elas Reyes es una obra abstracta con fuerte basadas en posiciones sociales. Desnudo (1988), de César
dinámica. Abstracción (1975), de Ricardo Carbonell, es Menéndez, es un torso femenino con sugerentes defor-
un repujado de carácter abstracto y matérico. Matérica maciones corporales. Dos bombos (1973), de Bernardo
y abstracta también es la obra Donde Hubo Fuego (1994) Crespín, es una obra abstracta de rico empaste ligada a las
del artista Víctor Barriere. Transición (1975), es una obra sensaciones auditivas. Crónicas estéticas de guerra (1984),
abstracta con elementos geométricos de Miguel Ángel dibujo a tinta de carácter expresionista, de Augusto Cres-
Orellana. pín, hace referencia al conflicto armado. Grietas del desier-

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to (1989), es una obra de carácter telúrica y tendencia Durante el período de tiempo que comprende esta ex-
abstracta, realizada por Tere Tikas. Igualmente expresio- posición el país se “moderniza” durante el gobierno del
nista es la obra Hombre del futuro (sin fecha), de Héctor teniente coronel Oscar Osorio, el único presidente militar
Hernández. Confinada (1984) es una obra de Antonio que hizo algo para el país, aunque en sus últimos años
Bonilla que hace referencia a una tortura psicológica em- desató la persecución y la represión política. El siguiente
pleada por las fuerzas gubernamentales durante el recién texto, aún inédito elabora sobre el período.
conflicto armado: el despojar a las víctimas de sus vesti-
mentas para invadir su intimidad. Esta obra presenta da- La Modernización de El Salvador se produce en los años
ños causados por esquirlas recibidas cuando pusieron una 50 del siglo XX, cuando los precios internacionales del
bomba en la librería Neruda, en 1984, del extinto escritor café, algodón y caña de azúcar alcanzan precios altos y
Hugo Lindo (1917-1985), ocasión en que murió Reynal- las arcas del país tienen fondos para modernizarse tanto
do Echeverría quien acuñara el término de “feísmo” para económica como políticamente. Esta primera moderni-
referirse a las obras del pintor. Medicina presente (1996) zación se produce durante el gobierno del Teniente Co-
de Jorge García, es una obra que representa las luchas ronel Oscar Osorio (1910-1969), que gobernó el país
libradas por los estudiantes del Alma Mater durante las durante los años 1950-1956.
épocas de las dictaduras militares y los gobiernos civiles
de carácter represivos. Su régimen fue populista e impulsó reformas sociales y
proclamó la Constitución más democrática que ha teni-
Las obras seleccionadas de Minero están elaboradas en do El Salvador hasta la fecha. Dentro de las reformas se
las técnicas del impasto, la seráfica y la xilografía. Auto- encuentran la formación del Instituto Salvadoreños de
rretrato y paz (sin fecha) es una obra de realismo social. Seguridad Social, el Instituto de Vivienda Urbana, una li-
Es una obra en la cual el artista plantea algunos de los mitada pero pujante industrialización, creó la Comisión
problemas sociales que aquejan a El Salvador: la miseria, Ejecutiva Portuaria Autónoma, la Presa Hidroeléctrica “5
la exclusión social; y las posibles soluciones a los proble- de noviembre”, la vías de comunicación como la carretera
mas señalados: la paz y la libertad, a través de elementos El Litoral, el Instituto de Colonización Rural que se trans-
simbólicos. En busca de trabajo (2002) brega en el realis- formaría en el Instituto Salvadoreño de Transformación
mo crítico, señalando problemas actuales de nuestro pue- Agraria, una serie de escuelas y balnearios populares para
blo. En El Salvador, según informes del Fondo Monetario los sectores de población más desprotegidos, entre ellos
Internacional el desempleo alcanzó la cifra del 5.5% de Ichanmíchen, Amapulapa, Los Chorros, Atecozol y par-
la población en el 2014, lo que equivale a que 648,700 ques recreativos como La Puerta del Diablo y Los Planes
personas no laboran, Dentro del mismo género encon- de Renderos, legalizó la asociación sindical, creó el Minis-
tramos Madre llorando (1986). La Casona (1991) es una terio de Trabajo y construyó viviendas para la clase media.
interpretación del antiguo edificio de la Universidad de El Dio impulso a la cultura y el turismo, dio los primeros
Salvador. Incluimos la xilografía Niños nocturnos (sin fecha) pasos para la Integración Económica Centroamericana
por ser uno de los temas recurrentes en Camilo Minero: que se desarrollaría en la década siguiente, hasta que ésta
la niñez desprotegida. entra en crisis por las contradicciones interburguesas cen-

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troamericanas y se produce la “Guerra de las 100 Horas”, En la década de 1950 se “moderniza” El Salvador, como
durante el período presidencial del general Fidel Sánchez lo hemos señalado anteriormente. Empieza a industriali-
Hernández (1917-2003) que gobernó El Salvador entre zarse, aunque el sistema semifeudal de producción agraria
los años de 1967 y 1972. continúa persistiendo. Un hito importante en el desarrollo
de la plástica nacional es la fundación de la Galería Forma,
Sin embargo, vamos a retroceder a los primeros años del por Julia Díaz (1917-1999), el 23 de mayo de 1958; que
Siglo XX cuando se fundan las primeras escuelas de arte en 1983 pasó a ser el Museo Forma, siendo este asimilado
en El Salvador porque el ritmo económico social no va posteriormente por el Patronato Pro Patrimonio Cultural
siempre de la mano con el desarrollo del arte en El Sal- que fuera fundado en 1970.
vador.
En año de 1969 se funda el Centro Nacional de Artes
En el Siglo XX, la fundación de la Escuela de Artes Grá- que impulsa un Bachillerato en Artes y que absorbe las
ficas en 1913, bajo la dirección de Carlos Alberto Imery Escuelas de Artes Gráficas Carlos Alberto Imery y la Aca-
(1879-1949) marca los inicios de la enseñanza académica demia de Valero Lecha. El Centro Nacional de Artes se
en nuestro país, bajo los auspicios del gobierno de Ma- fundó durante la administración del Directorio Cívico
nuel Enrique Araujo (1865-1913), quien fungió como Militar que gobernó El Salvador durante 1961-1962. Fue
presidente de la República entre 1911 a 1913, año en iniciativa del Ministro de Educación, Doctor Hugo Lindo
que fue asesinado. Con Imery estudiaron los pintores (1917-1985), materializándose en 1968, en el marco de
Alfredo Cáceres Madrid (1908-1959), Camilo Minero la Reforma Educativa impulsada por el Ministro de Edu-
(1917-2005), Carlos Cañas (1924-2013), Luís Ángel Sali- cación de aquel período, Walter Béneke (1928-1982), y
nas (1928-2000), Julio Hernández Alemán (1940), Manuel se desarrolló como parte del proyecto de los bachille-
Elías (1938-2006) entre otros. Durante el mandato de ratos diversificados de El Salvador. Pero fue hasta 1969
Jorge Meléndez (1919-1923) se funda una Academia de cuando el CENAR inicia operaciones durante el mandato
Bellas Artes dirigida por Miguel Ortiz Villacorta (1887- del general Fidel Sánchez Hernández (1917-2003), quien
1963). Una segunda Academia de Bellas Artes, dirigida gobernó el país entre 1967-1972.
por el mismo artista es fundada a iniciativa del Dr. Max
Olano, quien fuera Rector de la Universidad de El Sal- La Reforma Educativa de 1968 se impulsa bajo el espe-
vador los años de 1926 y 1927. Esta segunda Academia jismo del desarrollo industrial del país, en el marco del
se fundó en el período de Pío Romero Bosque (1860- Mercado Común Centroamericano, que brindaba la
1935), que entre 1927 y 1931 fungiera como Presidente oportunidad a las empresas trasnacionales de producir
de la República. En 1937 abrió sus puertas la Academia sin impuestos en las llamadas Zonas Francas. Así fue como
de Dibujo y Pintura dirigida por el artista español Valero el bachillerato se diversificó en las ramas de la educación,
Lecha (1937-1969) siendo presidente Andrés Ignacio Me- la agricultura y la industria.
néndez (1879-1962).
No obstante, no se prestó atención a la tensa situación
que se vivía en el territorio salvadoreño expresada en

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el aumento de la violencia institucionalizada, en la falta Festivales Internacionales de Música. En ese mismo año
de espacios democráticos, la fricción entre los gobiernos (1973) cierra Casa del Arte y se crea la Fundación María
salvadoreño y hondureño (Guerra del fútbol) y la desigual- Escalón de Núñez. En 1973 Rosa Mena Valenzuela (1913-
dad del crecimiento económico de los países centroa- 2004) funda su escuela de arte. En 1978 se funda la Es-
mericanos. Esta Reforma se hizo cuando el intento de cuela de Artes Aplicadas de la Universidad Dr. José Matías
integración del Mercado Común Centroamericano había Delgado y el 5 de febrero de 1986 la Escuela de Artes de
fracasado. La estructura productiva, lejos de absorber los la Universidad de El Salvador. En 1976 se crea el Premio
cuadros técnicos ya comenzaba a desplazar mano de Nacional de Cultura. EL concurso Palmares Diplomat de
obra agudizando el desempleo.2 artes plásticas se establece en 1985. El grupo de pintores
Wixnamixcin reúne a Mauricio Mejía, Héctor Hernández,
Durante esta reforma se suprimieron las cátedras de Psi- Augusto Crespín, Edmundo Otoniel (1950) y El Aleph de-
cología, Filosofía, Lógica y Estética, materias que nos ayu- sarrollando una intensa actividad dentro y fuera del país.
dan a comprendernos a nosotros mismos, a conocer las En 1991, un año antes de la firma de los Acuerdos de
corrientes de pensamiento por las cuales ha transcurrido Paz, se establece el Consejo Nacional para la Cultura y el
la humanidad y que nos ayudan a pensar y discernir, así Arte (CONCULTURA). Dos años después es fundado el
como a valorar estéticamente la realidad que nos rodea. Museo de la Palabra y la Imagen, en 1994 la Asociación de
En este período se creó el Centro Nacional de Artes que Artistas Plásticos de El Salvador (ADAPES), y en 1997 el
dió frutos positivos en sus primeros años, pero con el Centro Cultural de España.3
correr del tiempo ha decaído hasta alcanzar sus niveles
más bajos, a pesar de poseer un plantel de educadores Durante el período de tiempo que transcurre entre los
especializado y una de las mejores infraestructuras del años 1950 a 1990 la vida del país se desarrolla dentro
país, en cuanto a arte se refiere. de gobiernos militares hasta 1984, fecha en que asume
la presidencia el Ing. José Napoleón Duarte (1984-1989),
Durante el año de 1955 la poetisa hondureña Clementi- gobierno bajo el cual se cometieron las más cruentes ma-
na Suárez (1902-1991) funda el Rancho del Artista. Lugar sacres de la historia patria. Entre el 26 de octubre de 1960
en donde se propiciaron presentaciones artísticas en sus al 25 de enero de 1961 funge en el gobierno una Junta
diferentes manifestaciones. Cuatro años después se aper- de Gobierno que reúne en su seno a civiles y militares de
tura la Galería Nacional de Exposiciones, hoy nominada tendencia democrática y progresista; Junta de corta dura-
Sala Nacional de Exposiciones Salarrué, en honor a su ción derrocada por el Directorio Cívico Militar. Durante
fundador. En 1967 es fundada Casa del Arte, fundada por este lapso de tiempo que comprende esta exposición el
Armando Solís (1940), José Mejía Vides (1903-1993), Ca- arte se desarrolló con escaso, por no decir nulo apoyo
milo Minero (1917-2005) y Mario Escobar (1915-1982). gubernamental. Muchos artistas se incorporaron a las lu-
Durante 3 años, a partir de 1970 inician en El Salvador los chas por las libertades democráticas dentro de los parti-

2 El sistema educativo salvadoreño: problemas e implicaciones sobre el desarrollo económico. Centro de Investigaciones Tecnológicas y Científicas,
Cuadernos de Investigación 3. Año 1, agosto 1989. P. 18.

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dos socialdemócratas y socialcristianos así como dentro se le destina el espacio que actualmente ocupa. Rolando
de las filas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Monzón toma bajo su responsabilidad el traslado de las
Nacional, sufriendo persecución y exilios –y en algunos obras del Palacio Nacional a las actuales instalaciones de
casos, la muerte- por sus opciones político ideológicas. la Pinacoteca. Se inaugura ese mismo año, bajo el segundo
período en que la doctora Rodríguez funge como rectora
La Pinacoteca Roque Dalton se funda por iniciativa del del Alma Mater (2003-2007, y se designa como responsa-
artista Armando Solís, durante el segundo período de ble a Mario Castrillo (1950), hasta el año 2007, fecha en
rectoría (1991-1995) del Dr. Fabio Castillo Figueroa que asume Álvaro Pérez (1979) actual director.
(1921-2012). En un inicio se ubicó en el edificio antiguo
de Rectoría que actualmente ocupa la Escuela de Artes; La Pinacoteca Roque Dalton reúne obra plástica de ar-
siendo inaugurada en 1991 por el arquitecto Rolando tistas hondureños, guatemaltecos, costarricenses, cubanos,
Monzón, en ese entonces Director de la Escuela de Ar- rusos, beliceños y salvadoreños. Tiene en su haber cerca
tes y permaneciendo bajo la dirección de Jorge García. de 200 obras pictóricas y escultóricas dentro de los gé-
Cuando se reconstruyó el Campus Universitario (2001) neros realistas, primitivistas, impresionistas, expresionistas,
durante el primer período (1999-2001) de la rectoría de cubistas, indigenistas, matéricas, realismo crítico y realismo
la Dr. María Isabel Rodríguez (1922), las obras se resguar- social, obras abstractas y una instalación fotográfica.
daron en el Palacio Nacional hasta que en el año 2004

3 La pintura y la escultura en la época de Edmundo Barbero. Mario Castrillo (inédito).

Mario Castrillo (El Salvador, 1950), poeta y crítico de arte, ex director de la Pinacoteca Roque Dalton de la UES entre el 2004
y el 2008, actualmente labora en la Secretaría de Arte y Cultura de la Universidad Nacional. Es el curador de la muestra “Carto-
grafía social”. Cuenta con numerosas publicaciones literarias de su autoría en los géneros de poesía y testimonio y es uno de los
organizadores del Encuentro Latinoamericano de Muralistas que se lleva acabo anualmente desde hace dos años en el país.

23
24
Na ufra gio
A L FREDO FARFÁN
Hierro con soldaduras
45 x 125 x 44 cm
1993
Remolino
RAÚL EL AS REY ES
Acrílico sobre papel
41 x 58 cm
1996
Bodegón rosa do
N ICOL E SCHWART Z
Óleo sobre lienzo
59 x 71 cm
Vibra ción a bstra c to
JUL IO REY ES
Mixta sobre papel
61 x 76 cm
1994
Donde hubo fuego
VÍCTOR BARRIERE
Mixta sobre papel
92 x 73 cm
1994
Grieta s del desier to
T ERE T ICAS
Acrílico sobre lienzo
85 x 64 cm
1987
Grieta
ROBERTO GAL ICIA
Acrílico sobre lienzo
85 x 64 cm
1987
Dos bombos
B ERNARDO CRESPÍN
Óleo sobre lienzo
64.5 x 85.3 cm
1973
R amonc ín
PE DRO ACOSTA GARCÍA
Óleo sobre lienzo
50 x 39 cm
1958
Ocaso de un toro
JU LI O H ERN ÁNDEZ AL EMÁN
Óleo sobre tabla plywood
60 x 75 cm
1971
Abs tra cción
RI CARDO CARBONEL L
Relieve en hoja de cobre
89 x 57 cm
1975
Transic ión
MI GUEL ÁN GEL OREL L ANA
Óleo sobre plywood
146 x 76 cm
1975
Arlequín
CARLOS CAÑ AS
Óleo sobre lienzo
50 x 60 cm
1970
Búh o
CÉ SAR SERM EÑ O
Cerámica sobre base de madera
44 x 30 x 73 cm
Mad re llora ndo
CAMI LO M INERO
Collage, yeso graso y tintas sobre papel
59.5 x 52 cm
1986
L a ca sona
CAMILO MIN ERO
Yeso graso y tintas sobre papel
64 x 42 cm
1991
Aut o rretra to y p a z
CAMI LO MIN ERO
Piroxilina sobre tabla de plywood
244 x 122 cm
1998
En busca de tra ba jo
CAMI LO MIN ERO
Piroxilina sobre tabla de plywood
56 x 76.3 cm
2002
Crónic a s estética s de guerra
AU G USTO CRESPÍN
Tinta y témpera sobre papel
54 x 74 cm
1984
Hombre del futuro
HÉCTOR H ERN ÁNDEZ
Tinta sobre papel
65 x 49 cm
L a historia se rep ite
MA RT IVÓN GAL INDO
Óleo sobre papel
42 x 61 cm
1995
Hombre del siglo X X
LU IS ÁN GEL SAL INAS
Mixta sobre plywood
244 x 488 cm
1961
Me d ic ina p resente
JORGE AL BERTO GARCÍA
Óleo sobre lienzo
76 x 61 cm
1996
Un universo
MIGUEL M ART IN O
Madera
40 x 35 x 50 cm
2002
Co m p etenc ia de cuello bla nco
CONCH ITA KUNY M EN A
Óleo sobre lienzo
61 x 72 cm
1995
El Mozote
ARM ANDO SOL ÍS
Óleo sobre lienzo
76 x 102 cm
2003
Niños noc tur nos
CAM ILO MIN ERO
Xilografía sobre papel
50 x 35 cm
Edición 3/20
Pila de Sa n Ma r tín
J OSÉ ME JÍA V IDES
Xilografía sobre papel
33 x 25 cm
1970
L avandera
JORG E AL BERTO ROSAL ES
Óleo sobre lienzo
45 x 61 cm
1977
El grito
MI GUEL ÁN GEL POL AN CO
Óleo sobre lienzo
120 x 85 cm
1987
Confina da
ANTON IO BON IL L A
Óleo sobre tabla de plywood
150 x 93 cm
1984
De sn udo
JOAQ UÍN SERRAN O
Bronce sobre base de madera
48 x 27 x 18 cm
1990
El fr uto de la ma dera
NE G RA ÁLVAREZ
Óleo sobre madera y ensamblaje
30 x 35 x 27 cm
1998
De sn udo
C É SAR MENÉN DEZ
Yeso pastel sobre papel
70 x 50.5 cm
1988
Suficiente a mor
ÓSCAR SOL ES
Óleo y ensamblaje sobre cartón
90 x 106 cm
100
La historia cultural en El Salvador
Un campo de estudio en ciernes

CA R LO S G R E GOR I O LÓ P E Z

Hacer un balance de la historia cultural en El Salvador, puede parecer un optimismo desmedido o una ignorancia
extrema. Eso pensé cuando luego de haber comenzado a elaborar este trabajo, al darme cuenta de la magnitud del
problema en que me había metido. Y es que todos sabemos que la historia no ha sido una disciplina muy favorecida
en El Salvador. Un balance general deja ver las carencias historiográficas que enfrentamos en el país, estas falencias se
hacen más evidentes cuando se trabaja un campo histórico en específico. En todo caso este artículo tiene un carácter
muy preliminar, y en tal condición deberían entenderse sus vacíos, que seguramente son muchos.

No entraré a discutir las especificidades de lo que debiéramos entender por historia cultural; me es más conveniente
entenderla en su sentido más amplio, de tal manera que pueda aprovechar el mayor número de posibilidades. En cuan-
to a las definiciones, me remito a lo planteado por Juan José Marín. Este autor advierte que en historia cultural los lími-
tes son sumamente difusos, “pudiéndose entremezclar con otras demarcaciones propias de la historia de la literatura, la
antropología cultural, de las mentalidades, la social, la microhistoria, o de las ideas, sólo para nombrar algunas. Asimismo,
la pluralidad de marcos teórico metodológicos, a veces antagónicos entre sí, complican una descripción homogénea de
esta área historiográfica. Igualmente, los terrenos de trabajo de la historia cultural son múltiples y diversos por lo cual
los investigadores adscritos a este campo recurren con frecuencia al diálogo interdisciplinario.” 1

Partiendo de una definición tan amplia las posibilidades de conformar un corpus historiográfico aumentan, por supues-
to existe el riesgo de incluir trabajos cuyos autores a lo mejor nunca los consideraron como tal. Con esa advertencia
en mente se hará una revisión siguiendo una línea cronológica.

1 Juan José Marín. ¿Historia cultural: un campo de trabajo en perspectiva o un espacio trabajo histórico? Ponencia presentada en el Seminario
Entre dos siglos: la investigación histórica en Costa Rica, 1992-2002. (Museo Histórico Cultural Juan Santamaría 13 y 14 de noviembre, 2002
Alajuela, Costa Rica).

101
1. El debate cultural del último tercio del siglo XIX que se ensanchó gracias a la bonanza cafetalera y —lo
que es más significativo— encontró un ambiente propicio
Una preocupación por los temas culturales se hace evi- para su trabajo. Entre los más destacados intelectuales de
dente en El Salvador hacia el último tercio del siglo XIX, esos años se pueden mencionar a: Darío González, Jor-
cuando un dinámico e interesante grupo de intelectuales, ge Lardé, Santiago I. Barberena, Alberto Sánchez, David J.
muy identificado con el pensamiento modernizante del Guzmán, Pedro Fonseca, Rafael Reyes, Antonio Cevallos,
grupo liberal dominante, comenzó a discutir sobre la ma- Vicente Acosta y Francisco Gavidia. La importancia de es-
nera más expedita de acoplar a la sociedad salvadoreña tos hombres, no reside en su número, si no en el peso
a los cambios en curso.2 Puede afirmarse que en alguna que su pensamiento tuvo para justificar y promover el
medida, las reflexiones de este grupo orientaron las ac- proyecto que el grupo en el poder impulsaba.4
ciones de los gobiernos. Esta relación no era de absoluta
armonía; rupturas y disidencias no faltaron, pero en gene- Una de las condiciones que facilitó la labor de estos in-
ral predominó la tolerancia y la cooperación, aunque en dividuos es que casi siempre estuvieron vinculados a ins-
no pocas ocasiones los intelectuales se mostraron desen- tituciones públicas y contaron con el apoyo del Estado.
cantados con los gobernantes, pues consideraban que no En general, no ocuparon puestos de poder importantes,
les tomaban en cuenta a la hora de tomar decisiones y pero contaron con un empleo relativamente seguro y
asignar recursos. pudieron dedicarse sin mayores preocupaciones a sus
estudios. Los cambios políticos no les afectaban mayor
El trabajo de esos intelectuales abarcó desde la educación, cosa, a menos que estuvieran directamente involucrados.
el periodismo, la historia, la investigación científica hasta la Además, en aquellos tiempos los hombres ilustrados eran
literatura. A pesar de la diversidad, el denominador co- escasos, así que ningún gobierno podía darse el lujo de
mún fue el peso del pensamiento europeo, que los llevó prescindir de ellos. Por otra parte, tuvieron la ventaja de
a compartir la fe en el progreso, así como el rechazo a la contar con periódicos y revistas en los que publicaban sus
tradición cultural indígena, considerada como muestra de trabajos, además de que casi todos ejercieron en algún
atraso y, en consecuencia, un freno al desarrollo.3 Para los momento la docencia.5 Por lo tanto, es plausible creer
años en que los liberales se apoderaron definitivamente que, por lo menos en el medio urbano contaron con una
del poder, ya existía un pequeño núcleo de intelectuales, audiencia considerable.

2 Palmer, estudiando el caso guatemalteco y costarricense, define a los intelectuales como “individuos ocupados principalmente en la articulación
de una cultura nacional.” Ver: Steven Palmer. Racismo intelectual en Costa Rica y Guatemala, 1870-1920. En: Mesoamérica, año 17, N° 31,
junio de 1996, pág. 100.
3 Entre los más destacados intelectuales de esos años se pueden mencionar a: Darío González, Jorge Lardé, Santiago I. Barberena, Alberto Sánchez,
David J. Guzmán, Pedro Fonseca, Rafael Reyes, Antonio Cevallos, Vicente Acosta y Francisco Gavidia.
4 Para más detalles al respecto, véase E. Bradford Burns. La infraestructura intelectual de la modernización en El Salvador, 1870-1900; En:
Cáceres, Luis René (editor). Lecturas de Historia de Centroamérica. (San José, BCIEEDUCA, 1ª edición, 1989); y Carlos Gregorio López Bernal.
El proyecto liberal de nación en El Salvador, 1780-1932. (Tesis de maestría en historia, Universidad de Costa Rica, 1998), cap. 2.
5 Características similares son señaladas por Palmer para el caso guatemalteco y costarricense. “El objetivo general de sus esfuerzos consistió en
secularizar y civilizar sus respectivas culturas populares a fin de adelantar el progreso y la modernización.” Steven Palmer. Racismo intelectual…
Op. Cit. Pág. 101.

102
David Joaquín Guzmán, fue uno de los pensadores más En la medida en que los patrones culturales tradicionales
influyentes de esa época. Sus escritos reflejan una preocu- eran incompatibles con el proyecto modernizante de la
pación que, desde perspectivas diferentes, parece haber elite se hacía necesaria la imposición. A Guzmán no le
sido común a los intelectuales contemporáneos: la civili- interesó preguntarse cuáles eran los intereses de los in-
zación de los indios y su incorporación a la sociedad, un dígenas, mas creía que al final estos serían beneficiados al
tema que obviamente estaba relacionado con el campo ser absorbidos por el mestizaje, borrando de ese modo,
cultural. Hacia 1883, Guzmán publicó Apuntamientos sobre las antiguas diferencias. “Su porvenir está en la fusión con
la topografía física de la República de El Salvador, un libro la raza criolla ó con la ladina y por consiguiente su incor-
que deja ver claramente su posición al respecto. Sus plan- poración forzosa en el gran movimiento civilizador del
teamientos eran muy pragmáticos, consideraba que si El siglo.” 7
Salvador quería progresar debía lograr que los indígenas
renunciaran a su cultura ancestral. Era consciente de que La educación era vista como un instrumento idóneo para
las condiciones de vida de los indígenas, en comparación acelerar la “ladinización” de los indios; Guzmán se dio a la
con tiempos pasados, habían desmejorado notablemente; tarea de escribir un voluminoso libro, en el cual hacía un
valoraba que en tales circunstancias estos grupos aporta- diagnóstico — nada halagador, por cierto — del estado
rían muy poco al progreso del país, pues la anterior prác- de la escuela salvadoreña y proponía las medidas a tomar
tica gubernativa y social los había convertido en ciudada- para superar las falencias encontradas. Según sus cálculos
nos de segunda categoría. la población analfabeta alcanzaba el 80%. Esta situación
era alarmante para un intelectual que cifraba sus esperan-
“Es necesario que el espíritu realmente liberal y hu- zas de desarrollo del país, precisamente en la educación.
manitario de nuestras instituciones penetre por todos “¡479,217 ignorantes es una cifra terrible para un país que
lados en el hogar del indígena, instruyéndole, sacán- pretende marchar por el camino del adelanto!” 8. Buscan-
dole de la apatía, y si es posible haciéndole desaparecer do elevar el nivel educativo propuso un impuesto del 1%
gradualmente en la masa de la civilización actual que al valor de la propiedad territorial. Lo recaudado sería des-
es por una parte la suerte reservada á los vestigios tinado exclusivamente a educación y agregado a la suma
espirantes (sic) de otras civilizaciones ya muertas y por ya establecida al efecto en el presupuesto ordinario. Según
otra la gloriosa misión encomendada al apoyo paternal Guzmán, de este modo, se tendrían los 300,000 pesos que
de los gobiernos liberales e ilustrados.” 6 se necesitaban para mejorar el sistema educativo.9 Tal pro-
puesta nunca fue considerada seriamente.

6 David J. Guzmán. Apuntamientos sobre la topografía física de la República de El Salvador. (San Salvador, Tipografía El Cometa, 1ª edición,
1883), pág. 507. El énfasis es mío. Actitudes similares se encuentran en los escritos de Santiago I. Barberena y José Antonio Cevallos.
7 Idem. Pág. 517.
8 David J. Guzmán. De la organización de la instrucción primaria en El Salvador. (San Salvador, Imprenta Nacional, 1ª edición, 1886), pág. 198.
9 Idem. Pág. 208.

103
Como buen liberal, Guzmán no ocultaba su deseo de y escritores — que lo eran todo a la vez — discutieran
acelerar todo lo posible la marcha del progreso en El Sal- e intercambiaran puntos de vista en torno a la evolución
vador y se impacientaba ante la perspectiva de tener que cultural del país. Afortunadamente ya comienza a estu-
esperar a que sus compatriotas, especialmente los indios, diarse este tipo de sociabilidad.15 Tentativamente, puede
se convencieran de la necesidad de subirse al carro del afirmarse que el debate intelectual de finales del siglo XIX
progreso. De allí su insistencia en la necesidad de promo- tuvo entre sus principales ejes, el progreso — entendido
ver la llegada de colonos. “La inmigración á nuestro suelo a la europea —, la incorporación del indio a la sociedad,
está reducida a la que espontáneamente arriba á nuestras mediante el mestizaje biológico y cultural, sin que faltara
playas; esta se dedica especialmente al comercio, con muy el debate en torno a los modelos políticos.13
pocas excepciones que profesan las artes liberales. Pero
no es esta la inmigración que necesitamos, sino que la que A pesar de que se ha avanzado un tanto en el estudio
saliendo de los campos de Europa, se dirige á los nuestros de las elites políticas y culturales de finales del siglo XIX
á darles nueva vida, á ponerse en contacto con nuestra y principios del XX, queda mucho por conocer acerca de
población rural trayendo su contingente de brazos, de in- la cultura de los sectores sociales subalternos.14 En este
dustria, de actividad y de conocimientos.” 10 punto, vale destacar los trabajos pioneros de Víctor Hugo
Acuña, sobre artesanos y obreros; y los de Patricia Alva-
Otro tema de discusión entre los intelectuales de finales renga sobre el mundo rural, los cuales tienen la ventaja
del XIX fue el relacionado con el mundo de las letras, tal de haber sido elaborados con un marco teórico explícito
y como entonces se entendía lo relacionado con el pe- que vuelve más interesante la discusión de sus hipótesis.15
riodismo y la literatura. Una revisión del clásico trabajo de
Italo López Vallecillos deja ver que en el último tercio del 2. La historia cultural en la primera mitad del siglo XX
siglo XIX la publicación de periódicos y revistas pasó por
un buen momento en el país.11 Las Sociedades Literarias, La incorporación del indio a la república cafetalera fue
la Academia e incluso las fiestas particulares brindaban uno de los temas de discusión de los intelectuales fini-
oportunidades para que periodistas, poetas, educadores seculares, para quienes el indio podía ser a lo sumo un

10 David J. Guzmán. Apuntamientos topográficos… Op. Cit. pág. 406.


11 Italo López Vallecillos. El periodismo en El Salvador. San Salvador, UCA Editores, 2ª edición, 1987.
12 Véase, María Tenorio. Hacia un imaginario salvadoreño en los discursos periodísticos de la década de 1840. Ponencia presentada en el
Primer Encuentro de Historia de El Salvador, Universidad de El Salvador, julio de 2003.
13 Ejemplo de ello son algunos trabajos de Francisco Gavidia, Juan José Samayoa, Francisco Esteban Galindo y otros. Estos autores se preocuparon
mucho por las flagrantes contradicciones entre el ideario liberal y las prácticas políticas de los liberales decimonónicos, especialmente por las recu-
rrentes violaciones a los preceptos constitucionales. También discutieron muchos sobre la inculcación de valores ciudadanos y lealtad nacional por
medio de la escuela, ejemplo de ello es el trabajo de Francisco Esteban Galindo. Cartilla del ciudadano. (San Salvador, s/e, 1874)
14 Un panorama de la cultura salvadoreña de finales del XIX se encuentra en Carlos Castro. Sociedad y cultura en siglo XIX. En Alvaro Magaña
(coord.) El Salvador; la república. Tomo I, (Fomento Cultural Banco Agrícola, 2000).
15 Véase Víctor Hugo Acuña. La formación de los sectores medios urbanos en El Salvador: La sociedad de artesanos “La Concordia” (1872-
1940). 2001, inédito; Clase obrera, participación política e identidad nacional en El Salvador (1918-1932). Ponencia presentada en el Semi-
nario “Estado Nacional y Participación Política en América Central”. San José, febrero de 1995; Patricia Alvarenga. Cultura y ética de la violencia.
El Salvador. 1880-1932. (San José, EDUCA, 1995).

104
vestigio curioso del pasado que buscaban dejar atrás. Es Sobra decir que la mayor parte del texto anterior fue
decir, el único espacio admisible para los indios era el de la producto de la imaginación del autor; sin embargo, él mis-
leyenda; esta fue la opción que tomó Francisco Gavidia, en mo hace una aclaración al respecto: “La Historia, sobre
la literatura, pero también en la historia. Gavidia y Roque todo cuando está por desenvolverse, tiene prolongacio-
Dalton resultan autores interesantes para entender cómo nes en otras ramas de los conocimientos, que a su vez
en El Salvador, algunas de las más interesantes interpreta- se desenvuelven sucesiva o paralelamente. (...) Nuestra
ciones de la historia se han hecho desde la literatura. Vale Historia ofrece a las letras —la poesía, en especial, a la na-
decir que ambos escribieron historia, pero que su fuerte rración y el teatro— asuntos en que pueden emplearse
fue la literatura. los buenos ingenios.” 17 Más dado a la literatura que a la
investigación histórica, pocas veces señala las fuentes que
En 1912 el Subsecretario de Instrucción Pública comisio- podrían respaldar sus afirmaciones y, algunas veces, como
nó “a las más distinguidas personas en asuntos históri- lo hace cuando intenta explicar la vida de los primeros pi-
cos” para que escribieran sobre historia salvadoreña. Los piles, se apoya en cierto “documento”, a pesar de admitir
designados fueron Santiago I. Barberena, Alberto Luna y que: “No se conoce aún hoy día el Manuscrito pipil; sin
Francisco Gavidia. Este último escribió un libro que abar- embargo varios cronistas lo tuvieron a la vista”.18
có desde los tiempos más antiguos hasta los años an-
teriores a la declaración de la independencia y que fue Mario Hernández Aguirre destaca el aporte de Gavidia
publicado en 1917. Combinando relatos mitológicos con en tanto que “quiso dar al país —y se lo dio en compañía
datos históricos y sin preocuparse demasiado por el rigor de Jorge Lardé P. — una prehistoria, una mitología, una
metodológico, Gavidia buscó las raíces de El Salvador en edad heroica.” 19 Lo anterior fue posible gracias a una re-
un pasado legendario y heroico. elaboración literaria del pasado precolombino. “Llevado
siempre por su entusiasmo, habla de los años anteriores a
“Núcleo de la región nahuat en los tiempos legenda- la conquista y para ello mezcla los hermosos mitos pipiles
rios cuando emigran sus habitantes y fundan la Tula del Popol-Vuh con suposiciones de las más variadas”.20
famosa; centro a que vuelven en varios éxodos desde No obstante, también señala: “El indio de la poesía ga-
climas remotos conservando su lengua y su religión… vidiana es un indio mítico, tan lejos de lo real como el
combatiente a través de los siglos contra sus herma- escudo de oro que le sirve en los combates o como los
nos los Quichés conservando así su personalidad; triun- rebaños de pavorreales que conduce a las orillas del río.”
fante en la primera expedición de Alvarado, autónomo Sin embargo, reconoce que el mérito del trabajo histórico
cuando obtiene que el Rey de España nombre directa- y poético de Gavidia reside en el hecho de “haber dado
mente su alcalde Mayor.” 16 los moldes necesarios y el camino para el culto a los hé-

16 FranciscoGavidia. Historia moderna de El Salvador. Vol. 1. (San Salvador, Ministerio de Cultura, 2ª edición, 1958), pág. 32.
17 Idem. Págs. 32-33.
18 Idem. Pág. 22.
19 Mario Hernández Aguirre. Gavidia. Poesía, literatura y humanismo. (San Salvador, Dirección de Publicaciones, Ministerio de Educa-
ción, 1ª edición, 1968), pág. 389.
20 Idem. Pág. 392.

105
roes, tan necesario a los pueblos que en ello cultivan una mundo rural se volvió centro de interés, especialmente
de las razones para sentirse orgullosos de sus destinos”. 21 para la literatura. Con el pretexto de proteger al comer-
cio en pequeño se tomaron actitudes discriminatorias
Un detalle que escapa a Hernández Aguirre es que si bien contra algunos grupos de inmigrantes, especialmente los
es cierto que Gavidia creó un mito indígena, este no fue procedentes de Asia y medio oriente. Esto último dio es-
favorecido inmediatamente con el necesario patrocinio pacio para que algunos sectores desarrollaran actitudes
de las esferas oficiales e intelectuales, para que fuera in- de clara xenofobia.
ternalizado y reconocido entre las masas populares. Para
entonces la tendencia era precisamente lo contrario: su- Los trabajos de intelectuales como Miguel Angel Espino,
perar el pasado para acercarse cada vez más a la mo- María de Baratta, Juan Ramón Uriarte, Jorge Lardé, Artu-
dernidad de los modelos europeos. Los liberales salvado- ro Ambrogi y otros, muestran los cambios del discurso
reños prefirieron elaborar otros mitos más acordes con nacional en la década de 1920. Sus obras tienen como
sus ideales. En realidad, el discurso dominante fue aquel denominador común la revalorización del pasado indíge-
que propugnaba por la modernización y el progreso. Los na, de la vida en el campo y de los atributos culturales
mitos indígenas a lo sumo podrían ser aceptados como que podían definir al salvadoreño.22 A diferencia de los
accesorios, pero no iban a ser incorporados como parte liberales de finales del siglo XIX, que consideraron al indio
fundamental de la cultura. como un obstáculo al progreso y vieron en el mestizaje
la única opción para aceptarlo dentro de la sociedad, esta
Debieron pasar varios años para que se tuviese una con- vez se hacía énfasis en la conservación de lo indígena. Y
cepción diferente del indio y de las posibilidades que este basándose en esta herencia se buscaron elementos que
ofrecía para enriquecer la cultura salvadoreña. Este cam- ayudaran a redefinir los atributos de la nación salvadore-
bio se dio en la década de 1920, cuando un grupo de in- ña, que adquiría así los componentes culturales que los
telectuales intentaron reformular la idea de nación liberal. liberales habían rechazado.23
Esta vez se trató de construir una imagen individualizada
de El Salvador, recurriendo a elementos culturales. Para Pero, paralelamente a dichas iniciativas, otro grupo de in-
ello se reelaboró la imagen del indio, principalmente por telectuales, liderados por Alberto Masferrer, comenzaba a
medio del rescate y mitificación del cacique Atlacatl. El reflexionar sobre la problemática social salvadoreña, a la

21 Idem. Págs. 157-158 y 404. En el fondo Gavidia fue un incomprendido. Su vasta erudición causaba admiración, pero nada más. Los homenajes
que recibió de ningún modo significaron una justa valoración y comprensión de su obra.
22 “La patria, en poesía y en prosa, fue tomando forma en los escritos de Alfredo Espino, de Miguel Angel Espino y de Arturo Ambrogi. A través
de su lectura, varias generaciones de salvadoreños sintieron su patria, se identificaron con sus gentes y sus costumbres y se comenzaron a interesar
en sus problemas.” Historia de El Salvador. Tomo II (Ministerio de Educación, 1994), pág. 105. entre las obras más destacadas de estos autores se
pueden mencionar: María de Baratta. Cuzcatlán Típico. 2 vol., (San Salvador, Ministerio de Cultura, 1951), Miguel Angel Espino, Mitología de
Cuzcatlán y Cómo cantan allá. (San Salvador, UCA Editores, 4ª edición, 1976); Juan Ramón Uriarte. Cuzcatlanología. (San Salvador, Imprenta
Cuscatlania, 1926). En esta corriente que buscó afianzar lo autóctono del país debe considerarse además a Salvador Salazar Arrué (Salarrué), Alfredo
Espino y Arturo Ambrogi.
23 Carlos Gregorio López. Identidad nacional, historia e invención de tradiciones en El Salvador en la década de 1920. Revista de Historia,
# 45, 2002, Universidad de Costa Rica.

106
vez que incursionaban en los terrenos del espiritismo y la genuo bien intencionado, pero con poco sentido político;
teosofía. Inicialmente, los estudios sobre intelectuales en o como sucedió con Roque Dalton, ser condenado ipso
la década de 1920 comenzaron desplazamientos que se facto, como aliado e instrumento de la oligarquía salva-
han dado en los estudios sobre Alberto Masferrer, abor- doreña.
dando sus trabajos en el diario Patria, sus colaboracio-
nes en revistas de la región como Repertorio, sus críticas En la tendencia actual no se insiste tanto en la viabilidad
al sistema social vigente en aquellos años y su doctrina política de las ideas de Masferrer, sino en las redes inte-
del Mínimun Vital, sus posibles vínculos con corrientes de lectuales que logró articular y en las influencias espiritistas
pensamiento socialista, o las diatribas que en su contra y teosóficas que nutrieron las propuestas unionistas tales
lanzó Roque Dalton.24 Actualmente la tendencia es estu- grupos impulsaron, así como los mecanismos mediante
diar las redes sociales y las formas de pensamiento que los cuales se vincularon con grupos sociales más amplios.
articularon el trabajo de Masferrer, no solo a nivel local,
sino regional. En tal sentido vale señalar los trabajos de 3. La historia cultural en la segunda mitad del siglo XX
Carlos López, Marta Cassaus Arzu, María Teresa Giraldes
y Carlos Cañas Dinarte.25 En la segunda mitad del siglo XX, algunos intelectuales
militantes de izquierda, como Pedro Geoffroy Rivas y
Una diferencia significativa entre estos trabajos y los men- Oswaldo Escobar Velado, desde la poesía, y Jorge Arias
cionados anteriormente, radica en el hecho de que los Gómez, incorporaron a los sectores subalternos, especial-
primeros hacían énfasis en la cuestión social, las corrientes mente a los indígenas en la historia nacional, como una
ideológicas y en la viabilidad política de las propuestas forma de rechazo a la tradicional historia liberal que daba
masferrerianas. Análisis que indefectiblemente chocaban todo el protagonismo a los próceres independentistas y
con el levantamiento de 1932. Tales perspectivas no per- a los caudillos. Los resultados más conocidos de esos es-
mitían una cabal comprensión del pensamiento del maes- fuerzos son los trabajos de Arias sobre Anastasio Aqui-
tro que, en el mejor de los casos aparecía como un in- no y Farabundo Martí.26 Pero definitivamente quien más

24 Véase por ejemplo, Jaime Barba. Masferrer: vitalismo y luchas sociales. En Revista Cultura, CONCULTURA, Nº 80, septiembre-diciembre de
1997, Ricardo Roque Baldovinos. Reinventando la nación. Cultura estética y política en los albores del 32. En Revista Cultura, San Salvador, Nº 77,
sept.- dic. 1996; Carlos Gregorio López Bernal. Alberto Masferrer y el vitalismo. En Oscar Martínez Peñate (coord.) El Salvador. Historia General. (San
Salvador, Editorial Nuevo Enfoque, 2002); Matilde Elena López. ¿Masferrer socialista utópico, reformista o revolucionario? En Revista La Universi-
dad, # 5, septiembre-Octubre de 1968; y Luis Melgar Brizuela. De cómo y por qué Roque Dalton llamó “viejuemierda” a don Alberto Masferrer. En
Revista Humanidades, IV época, # 2, 2003.
25 Véase, Carlos Gregorio López Bernal. Alberto Masferrer y Augusto César Sandino: Espiritualismo y utopía en los veinte. En Revista Humanidades,
IV época, # 2, 2003; Marta Elena Casaús Arzú. La disputa de los espacios públicos en Centroamérica de las redes unionistas y teosóficas en la década
de 1920: la figura de Alberto Masferrer. En idem., La formación de la nación cultural en las elites teosóficas centroamericanas 1920-1930: Carlos
Wyld Ospina y Alberto Masferrer. Ponencia presentada en el Primer Encuentro de Historia de El Salvador, Universidad de El Salvador, julio de 2003; Te-
resa García Giraldes. La patria grande centroamericana: la elaboración del proyecto nacional por las redes políticas unionistas. Ponencia presentada
en el Primer Encuentro de Historia de El Salvador, Universidad de El Salvador, julio de 2003; y Carlos Cañas Dinarte. Redes teosóficas en El Salvador a
través de la revista Cypactly. Ponencia a presentarse en el VII Congreso de Historia de Centroamérica, Tegucigalpa, julio de 2004.
26 Jorge Arias Gómez. Anastasio Aquino, recuerdo, valoración y presencia. (San Salvador, Editorial Universitaria, 1963); y Farabundo Martí. Esbozo
biográfico. (San José, EDUCA, 1972). En 1996 Arias Gómez publicó con EDUCA una versión ampliada y mejorada de esta última obra; que sigue siendo
él estudio más completo sobre la vida y obra de Martí.

107
impactó en el imaginario popular fue Roque Dalton, y lo mente dos trabajos: deconstruir una narrativa nacional
hizo siguiendo un modelo historiográfico muy poco ape- comprometida con los sectores dominantes y construir
gado al canon de la historia marxista clásica. La primera a la vez otra enraizada en lo popular y obviamente revo-
obra sobre historia de Dalton, fue una monografía sobre lucionaria.
El Salvador.27 Esta es una versión más bien convencional
de la historia elaborada desde una perspectiva marxista. A Resulta interesante constatar que esa subversiva propues-
pesar de las limitaciones metodológicas y de fuentes, esta ta historiográfica de Dalton, ha logrado arraigar en ciertos
obra sigue siendo usada como libro de texto en el país. sectores sociales ligados a la izquierda revolucionaria e
incluso se sigue usando en algunas cátedras universita-
Mario Vázquez Olivera, sostiene que en El Salvador el es- rias, lastimosamente a veces de manera tan esquemática
caso desarrollo de la historia, ha dado lugar a que buena y doctrinaria, rayana en la castración intelectual del autor
parte de la interpretación de la historia nacional, se haya y de los estudiantes.30 En cierto modo, la obra intelectual
hecho desde la literatura. Vázquez trabajó como caso de Dalton que más ha trascendido ha sido aquella menos
paradigmático a Roque Dalton y su particular “re-inter- compleja: en historia es la Monografía de El Salvador y en
pretación” de la historia de El Salvador. Para entender el poesía el Poema de amor.
planteamiento de Vázquez debe aceptarse que en la obra
literaria y poética de Dalton — amén de la propiamente A nivel de divulgación, los trabajos del Equipo Maíz,
histórica — existe una profunda reflexión sobre la cultura dejan ver cómo Dalton sigue presente en lahistoriogra-
salvadoreña.28 Para los fines de este trabajo resultan espe- fía salvadoreña. En 1989, cuando todavía se peleaba la
cialmente interesante Las historias prohibidas del Pulgarcito, guerra civil, dicho grupo publicó su “Historia de El Sal-
“una compleja reflexión acerca de la historia y la identidad vador”, que usaban en los cursos de historia, desde la
de El Salvador, en la que a más de intentar deconstruir la perspectiva de la “educación popular”, impar tían para
narrativa dominante, de cuño oligárquico, y proponer una sindicalistas, comunidades eclesiales de base, maestros
nueva genealogía de la patria, se postula el advenimiento populares y organizaciones de algún modo vinculadas
de una nueva edad de la nación salvadoreña, un alum- a la izquierda. Haciendo un uso mínimo de textos, acom-
bramiento fincado en la valoración de la cultura popu- pañados con ingeniosas caricaturas — a veces fuera de
lar y el impulso del proyecto nacionalista-revolucionario contexto — el folleto da una visión sintética de la histo-
que enarbolaba la izquierda armada”.29 Esta cita tomada ria de El Salvador, que tiene como principal protagonista
del estudio de Mario Vázquez resume brillantemente esa al “pueblo” y sus luchas de resistencia y liberación. 31 En
obra de Dalton, quien según Vázquez, realizó metódica- cierto modo es una versión jocosa de la Monografía de

27 Roque Dalton. Monografía de El Salvador (San Salvador, UCA Editores, 1984). La primera edición se hizo en Cuba. El Salvador (La Habana,
Casa de las Américas, 1963).
28 En este punto me apoyo en las sugerentes ideas de Mario Vázquez Olivera. “País mío no existes”. Apuntes sobre Roque Dalton y la historio-
grafía contemporánea de El Salvador. Revista Humanidades, IV época, # 2, 2003.
29 Idem. Pág. 95.
30 Al revisar programas de estudio de cátedras de historia de El Salvador, es frecuente encontrar en la bibliografía la Monografía de El Salvador y
Las historias prohibidas del Pulgarcito.
31 Equipo Maíz. Historia de El Salvador: De cómo los guanacos no sucumbieron a los infames ultrajes de españoles, criollos, gringos y otras
plagas. (San Salvador, Asociación Equipo Maíz, 1989).

108
El Salvador de Dalton. Este libro ha tenido muy buena En el caso de los estudios sobre el papel jugado por los
acogida entre los maestros de educación básica y media, intelectuales en la configuración de la cultura, la identidad
e incluso se usa en cátedras universitarias, al grado de que y la interpretación histórica, se cuenta con trabajos sobre
para 1998 había alcanzado cuatro ediciones. En 1995, se le la intelectualidad liberal y sobre los intelectuales “autoc-
agregó un capítulo para cubrir los Acuerdos de Paz. Entre tonistas” de la década de 1920. También se ha estudiado
1995 y 2001 se hicieron tres ediciones más. En 2003, se con alguna profundidad a Francisco Gavidia, Alberto Mas-
hizo una edición revisada y aumentada.32 El equipo editor ferrer y Roque Dalton. Gaviria y Dalton son importantes
afirma que uno de los factores de su éxito es que el libro no solo por sus trabajos literarios, sino por la influencia de
tiene poco texto y resulta ameno y divertido. Obviamen- sus interpretaciones de la historia de El Salvador.33 Asimis-
te es consumido mayoritariamente por sectores afines a mo, han comenzado a explorarse temas como violencia
la izquierda, que hacen una lectura de la historia en blanco y delincuencia; feminismo y género; y marginados sociales.
y negro; es decir, una historia de buenos contra malos.
Este balance da lugar para pensar que los estudios de his-
Conclusiones toria cultural en El Salvador tienen un futuro prometedor.
En los últimos años, algunos organismos internacionales
Si se compara El Salvador con otros países del área cen- han comenzado a mostrar mayor interés por los estudios
troamericana, se hace evidente que en este país los es- culturales; esa tendencia comienza a sentirse en el país;
tudios históricos tienen mucho camino por andar. No por ejemplo, el “Informe sobre desarrollo humano. El Sal-
obstante, una revisión como esta _ que tiene un carácter vador, 2003”; por primera vez incluyó un capítulo sobre
muy preliminar _ también demuestra que en el campo de identidad y cultura, el cual pretende sensibilizar sobre la
la historia cultural, se han logrado avances significativos. importancia de conocer las raíces culturales del país y su
Se tiene un panorama aceptable, y en condiciones de ser diversidad cultural.34
comparado con el de otros países de la región, en el caso
de la cultura de elite de finales del siglo XIX y principios Este texto fue presentado en la mesa redonda “BALANCE Y PERSPECTIVAS
DE LA HISTORIA CULTURAL EN CENTROAMÉRICA. UN DIAGNÓSTICO
del XX.Ya se cuenta con algunos estudios sobre identidad
RETROSPECTIVO Y PROSPECTIVO”, del VII Congreso Centroamericano de
nacional y nacionalismo, así como algunos trabajos sobre Historia, Tegucigalpa, en julio del 2003; y editado para acompañar este catálogo
sectores sociales subalternos del mismo periodo. con la autorización de su autor.

32 Equipo Maíz. Historia de El Salvador: De cómo la gente guanaca no sucumbió ante los infames ultrajes de españoles, criollos, gringos y
otras plagas. (San Salvador, Algier’s Impresores, 2002). Los cambios en el título evidencian cómo en esta última edición se incluye la perspectiva
de género. Esta última edición consta de 208 páginas; la de 1995 tenía 156.
33 Una reflexión interesante sobre la influencia de estos tres escritores en la cultura salvadoreña se encuentra en Giovanni Galeas. Cultura contem-
poránea. La entrada a un nuevo siglo. En Alvaro Magaña (coord.) El Salvador, la república. Tomo II. (Fomento Cultural, Banco Agrícola, 2000).
34 Véase. Carlos Lara Martínez, Carlos G. López y Ricardo Roque. Identidades, cultura nacional y diversidad cultural: las dimensiones olvida-
das del desarrollo humano. En PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano: El Salvador 2003. (San Salvador, Impresos Múltiples, 2003).

Gregorio López Bernal es Doctor en Historia por la Universidad de Costa Rica y docente investigador de la Licenciatura en
Historia de la Universidad de El Salvador, así como miembro de la Academia Salvadoreña de Historia. Es autor de numerosos
ensayos y libros sobre historia política y social entre los que destacan “El Salvador. Historia contemporánea, 1808-2010” y
“Universidad, Estado e Intelectuales en El Salvador: Encuentros y desencuentros”.

109
110
Estética y política:
contracultura y revolución en
El Salvador (1960-1980)
R ICA R D O ROQ UE BA L DOVI N O S

“Yo quería hacer una comunidad artesanal, una comunidad de arte,


que estuviera ligada a nuestro pasado y a nuestro futuro”
Fer na ndo Llor t 1

El presente trabajo explora la relación entre experimentación artística y política contestataria durante los últimos go-
biernos militares de El Salvador, a la luz de las contradicciones del proyecto de modernización autoritaria emprendido
por estos regímenes.2 Intentaré reconstruir el escenario donde colisionaron una política cultural oficial confiada en
cooptar las energías rebeldes de las nuevas generaciones y jóvenes artistas animados por el movimiento contracultural
internacional y por memorias de luchas democráticas. Se abrió así un espectro donde contendieron distintas visiones
de un arte nuevo que anticipaba nuevas formas de vivir en común. La presente reflexión se realizó a partir de historias
de vida reconstruidas a partir de entrevistas a profundidad realizadas a un número importante de protagonistas del
mundo artístico del período bajo estudio.3 Dichas entrevistas abordaron el proceso de descubrimiento de la vocación
artística, las prácticas de resistencia a la sensibilidad dominante, las vivencias de la colectividad estética y la militancia po-
lítica. Esta reflexión se complementó con la revisión de fuentes textuales más convencionales: revistas, estudios sobre
la historia del arte en El Salvador o memorias y escritos autobiográficos. De esta manera se ha podido reconstruir la
eficacia social de las prácticas artísticas estudiadas. Lo que se expone a continuación es todavía un abordaje preliminar
a un fenómeno que amerita reconstruirse con mayores insumos documentales, para completar la comprensión de
procesos que aquí se reconstruyen tamizados por el filtro de la memoria.

1. Estética y política

Partiré tomando distancia de los enfoques dominantes en el campo de los llamados estudios culturales, que reducen el
mundo artístico a la producción y reproducción del capital simbólico, es decir del prestigio que naturaliza el privilegio

1 Entrevista realizada el 8 de marzo de 2013.


2 Roberto Turcios, Autoritarismo y modernización. El Salvador 1950-1970 (San Salvador: Dirección de Publicaciones e Impresos, 2003).
3 Las entrevistas fueron realizadas por el equipo interdisciplinar del proyecto de investigación del proyecto “Estética y política: modernización cultu-
ral en El Salvador (1940-1980)”, realizado en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, con financiamiento del Fondo de Investigación
UCA 2012-2013.

111
de los sectores dominantes.4 Basándonos en las reflexio- significa en griego sentir, nuestras sensaciones no son un
nes sobre estética y política del filósofo francés Jacques mero hecho psicofisiológico sino que, tal como nos lo
Rancière, partiremos del arte como una realidad que han mostrado las ciencias del lenguaje, son resultado de
tiene un significado de mayor impacto pero atravesado un proceso colectivo y polémico.8
por los antagonismos del mundo social.5
Rancière nos propone enseguida una estética segunda
Rancière no define la estética como la subdisciplina filo- donde se ubica el mundo artístico. Pero aquí, en lugar de
sófica dedicada al estudio de un arte atemporal y uni- plantearse como un sistema valores culturales universa-
versal. Tampoco identifica la estética con la producción les y trascendentes, designa la constitución histórica del
de la subjetividad autónoma moderna. Sus reflexiones arte como un espacio cultural específico de experiencia
sobre la estética nos permiten comprender que las for- sensible. Más que abarcar un conjunto de objetos de
mas de arte que se manifiestan a partir de las grandes valor intrínseco elevado, el arte es un nuevo reparto de
revoluciones democráticas redefinen el proyecto de la lo sensible que permite a objetos del más diverso origen
modernidad en un sentido radicalmente democrático, ser percibidos estéticamente, es decir no por su con-
especialmente en las formas relativas a cómo se concibe tenido de conocimiento o como expresión de valores
y ensaya con la vida en común. Este autor abarca bajo políticos o morales, sino como una realidad paradójica
el concepto de estética dos órdenes de problemas. Para donde ocurre “un cierto modo de presencia del pensa-
comenzar, nos remite a una estética primera, de alcance miento en la materialidad sensible”, es decir un nuevo
antropológico, que se define como reparto de lo sen- espacio de sensibilidad que cuestiona la jerarquía entre
sible, es decir a las configuraciones de las percepciones la razón y lo sensible.9 Así define un régimen estético
sensoriales de un colectivo y a cómo estas definen un del arte, que resultado de cambios culturales que se dan
espacio común.6 Estos esquemas comprenden princi- en el marco de las luchas democráticas desde finales del
palmente los tiempos, espacios, identidades y capaci- siglo XVIII, conllevan el surgimiento de la masa como su-
dad que marcan y orientan el accionar humano en la jeto político y la puesta en funcionamiento de una nueva
construcción de un mundo común.7 Es un concepto que serie de dispositivos: el nuevo público que posibilita la
guarda cierta afinidad con los esquematismos kantianos, imprenta de circulación masiva, el museo como espacio
pero que lejos de ser presentados como universales, se abierto, destinado para ser contemplado por un espec-
definen como históricamente determinados. Aisthesis tador colectivo anónimo.10 De esta manera, se rompe

4 PierreBourdieu, Distinction, a Social Critique of the Judgement of Taste (Cambridge, Mass: Harvard University Press, 1984).
5 Jacques Rancière, El reparto de lo sensible (Santiago de Chile: LOM Ediciones, 2009).
6 Jacques Rancière, “La revolución estética y sus resultados”, New Left Review (edición en español) No. 14 (mayo-junio de 2002), 118-134.
7 Jacques Rancière, “The thinking of dissensus: Politics and Aesthetics”, en Paul Bowman y Richard Stamp, Reading Rancière Critical Dissensus
(Londres y Nueva York: Continuum, 2011), 6.
8 Chistian Ruby, L’interruption. Jacques Rancière et la politique (Paris: La Fabrique, 2009).
9 Jacques Rancière, L’inconscient esthétique (París: Galilée, 2001): 11.
10 Rancière, Aisthesis: Scènes du régime esthétique de l’art, (París: Galilée, 2011), 9-17; Jean Louis Déotte, Le musée, l’origine de l’esthétique (Paris:
L’Harmattan, 1993).

112
con el sistema poético o representativo de las artes, En consecuencia, para Rancière, estética y política están
es decir con el sistema de las Bellas Artes tradicionales, íntimamente conectadas en la tarea de anticipar la co-
cuya función era la producción de una subjetividad au- munidad futura. Es importante aclarar que este autor no
tónoma y racional a través de someter la materia inerte denomina política al ejercicio del poder, sino al proceso
sensible a la forma activa de la razón. La jerarquía entre de subjetivación colectiva de desafío a la pretensión de
razón y experiencia sensible tenía connotaciones políti- todo orden social instituido de abarcar y representar a la
cas en este proyecto, ya que se consideraba expresión totalidad de sus integrantes. A dicho poder constituido, lo
de dos tipos de humanidad, una de razón, destinada a denomina irónicamente “policía”. En cambio, “la política”
gobernar, y otra de sentimiento, destinada a ser goberna- es la actividad de desafío operada por los “incontados”.13
da.11 Las Bellas Artes eran pues una tecnología para en- Esta concepción de política conlleva una dimensión “es-
trenar a los “hombres de acción” para el ejercicio del lide- tética”, pues la subjetivación política demanda configurar
razgo sobre la humanidad pasiva. El régimen estético del nuevos escenarios que cuestionen el reparto de lo sen-
arte propone, en cambio, un nuevo reparto de lo sensible sible instituido, es decir el sistema dominante de eviden-
donde se desestabilizan estas fronteras y, de esa manera, cias, donde se establece aquello que es relevante para el
se cuestiona esa desigualdad pretendida esencial entre los común y quiénes tienen derecho a hablar con autoridad.
seres de razón y los seres de sensación (los obreros, las Para Rancière, la política es disenso ya que implica una
mujeres, los niños, los “salvajes”), que opera todavía en la estética de la política donde se idean nuevos repartos de
Ilustración. Esta nueva concepción que se formula explíci- lo sensible, nuevas esferas de experiencia lo común y de
tamente en la crítica romántica al unilateralismo racional sujetos capaces de operar en su definición.14
de la Revolución Francesa plantea que el arte, sustraído
de la experiencia normal donde opera la jerarquía entre Paralelamente, Rancière concibe también una política de
razón y sensación, es un espacio utópico pues anticipa y la estética. La esfera del arte separada de la cotidianidad
prefigura lo que Schiller denomina un estado estético, es si bien no es en sí política, adquiere esa vocación. Desde
decir una colectividad futura donde el ideal democrático esta perspectiva, lo político en el arte no consiste en la
de igualdad se habría realizado no sólo en las formas abs- transmisión de contenidos ideológicos o en la representa-
tractas del gobierno sino en la textura misma de la vida ción de estructuras, conflictos o identidades.15 La política
cotidiana. Aquí radica un impulso democrático del arte de la estética radica en su capacidad de fundar nuevos
que ha sido descuidado por muchas concepciones críticas repartos de lo sensible, es decir en posibilitar nuevos
de la estética romántica.12 tiempos, nuevos espacios y nuevas identidades. Lo propio
del arte sería entonces efectuar nuevas distribuciones del

11 Rancière, Sobre políticas estéticas (Barcelona: Musei d’Art Contemporani de Barcelona y Servei de Publicacions de la Universitat Autònoma de
Barcelona, 2005), 24-27.
12 Ver por ejemplo Peter Bürger, Crítica de la estética idealista (Madrid: Visor, 1996).
13 Jacques Rancière, El desacuerdo. Política y filosofía (Buenos Aires: Nueva Visión, 2007).
14 Rancière, Sobre políticas, 18; Rancière, El reparto, 9-19; Rancière, Sobre políticas 13-36; Ruby, 67-72.
15 Rancière, El reparto, 20-36; Politique de la literature (Paris: Galilée, 2007),11-40.

113
espacio material y simbólico, nuevas formas de ocupar un damental a la hora de atisbar nuevos caminos de acción
lugar en el que se reordenan las relaciones entre los cuer- política. Desde aquí, es posible afirmar que el paso de
pos, los tiempos, las ideas y las palabras.16 muchos líderes revolucionarios por el terreno artístico es
más que una mera coincidencia anecdótica. Este itinerario
Sin embargo, el movimiento de lo político a lo estético fue posible porque en El Salvador del período analizado,
dista de ser simple. Ambos terrenos funcionan bajo ló- corrieron paralelos y se intersectaron procesos de cons-
gicas distintas que no es posible calcular ni anticipar. La titución de un espacio para la expresión artística libre y
política es el proceso de subjetivación que consiste en de emergencia de nuevos sujetos políticos dentro de las
dar voz a los anónimos, en crear nuevos “nosotros”, mien- luchas contra el autoritarismo. Paradójicamente, será den-
tras que el arte crea el mundo sensible nuevo en que se tro de nuevos espacios de innovación cultural, en algunos
despliegan dichos anónimos. Son los nuevos “yo”, los nue- casos propiciados por la oficialidad, que estética y política
vos “eso”, en virtud de los cuales quienes se encuentran colisionan de manera a la vez fecunda y destructiva.
con el arte pueden reconfigurar su mundo experiencial y
asumir nuevos tiempos, espacios e identidades con el fin 2. Ethos autoritario y rebelión de los sentidos
de forjar nuevas comunidades de sensación.17 Por consi-
guiente, el arte al igual que la política crea comunidades, El proyecto de modernización autoritaria no solo implicó
pero de distinta naturaleza. Mientras la comunidad política cambios de las estructuras económicas y políticas, sino
es una comunidad de acción, la comunidad estética es que también un componente educativo y cultural, que
una comunidad de sensación, aunque es una comunidad permitiera adecuar las subjetividades a la meta del desa-
disensual, antes de ser una de sentido común o de con- rrollo. En este sentido, se promovió una ampliación del
senso. El colectivo estético es una comunidad de perso- acceso a la educación y la expresión cultural, aun cuando
nas desidentificadas con su origen y destino a quienes se esto conllevaba grandes riesgos. Sin embargo, los regíme-
les abre, por ello mismo, la posibilidad de realizar nuevas nes militares lograron mantener su hegemonía gracias a
subjetivaciones.18 una hábil política que combinó la cooptación y la repre-
sión selectiva. Esta legitimidad la facilitó la diseminación
En el período que propongo examinar a continuación, el de un ethos autoritario. Este ethos fue un reparto de lo
terreno artístico se moviliza tanto desde la policía de la sensible fundado en la idea de una comunidad nacional
oficialidad como desde los experimentos vanguardistas que promovía valores de supremacía masculina, disciplina
que surgen en su seno o que se le enfrentan. La explora- rigurosa y obediencia a la autoridad. Se alimenta tanto
ción de nuevos lugares, de nuevos tiempos y de nuevas de ciertos imaginarios nacionalistas como de la impronta
identidades que ofrece el arte se convierte en algo fun- militar que adquirieron instituciones claves para la repro-

16 Rancière,El reparto, 9-19.


17 Jacques Rancière, El espectador emancipado, (Buenos Aires: Manantial, 2010), 67.
18 Jacques Rancière, “Aesthetic Separation, Aesthetic Community”, in The emancipated spectator (Londres y Nueva York: Verso, 2011), 73. Este
capítulo no aparece ni en la versión original francesa ni en la traducción española (arriba citada).

114
ducción de la vida nacional.19 La persistencia de este se Este proceso se agudizó de manera visible en la década
apoyó también en un período de prosperidad económica de 1960 con la difusión de las manifestaciones «contra-
a partir de la década de 1950. Esto abrió la vía del ascenso culturales» como el rock, el hippismo, la psicodelia o el
social para un número limitado, más no insignificante, de amor libre. Probablemente la rebeldía juvenil entró como
población que extracción. Estas oportunidades estuvieron una mercancía más de la nueva oferta mediática. Desde
disponibles para quienes se adaptasen a las reglas del jue- finales de la década de 1950, abundan testimonios de afi-
go vigentes, es decir, para aquellos que hubiesen introyec- ción por la chaqueta estilo James Dean o, en la década de
tado de mejor manera el ethos autoritario. Así se puede los 60, de una entusiasta Beatlemanía. Pero esta inespera-
entender el papel que jugaron los partidos oficiales como da glamorización de la rebeldía que se manifestó primero
una sutil maquinaria de distribución de oportunidades de en un nuevo estilo de presentación personal, cayó en un
ascenso social. terreno explosivo. Este nuevo espacio disensual tuvo en
este entorno autoritario unas implicaciones políticas mu-
Sin embargo, a la larga una serie de procesos que puestos cho más candentes que en las sociedades industrializadas
en marcha por la misma dinámica de modernización acaba- de donde se produjo la «moda». Para comprender me-
ron por minar la eficacia del ethos autoritario. Para efectos jor las connotaciones políticas de estos nuevos cambios
del presente estudio, me centro en el cambiante entorno de sensibilidad, no sólo pensemos en el rechazo de los
cultural que, a través de mecanismos a menudo impercep- jóvenes inconformes al régimen militar sino, a otro nivel,
tibles, afectó las subjetividades de las nuevas generaciones. consideremos también la tormenta que la Revolución cu-
En este sentido, uno de los efectos más importantes de la bana, que podría leerse como una instancia de esta gran
ampliación del acceso a la educación fue que un número rebelión juvenil, causó en la cultura política de la izquierda
mayor de ciudadanos pasó a experimentar el espacio limi- salvadoreña. La moda de las camisetas del Che, síntesis del
nar de la «juventud». En otras palabras, la experiencia de hippie y el Cristo crucificado, que se convirtió en símbolo
«ser joven» dejó de ser privilegio exclusivo de las élites. A de una nueva izquierda sólo se explica desde un nuevo
esto debemos añadir, el avance de una cultura del consumo reparto de lo sensible, donde se hacía posible articular
fomentada con el desarrollo de las tecnologías mediáticas esta singular constelación de elementos de la cultura po-
que apelaba a las pulsiones libidinales más que a la razón o pular, el comunismo y el cristianismo. Estas nuevas figura-
a la disciplina. Esta nueva realidad cultural produjo un nuevo ciones serán expresión de un proceso donde la sociedad
reparto de lo sensible, es decir, una nueva configuración del salvadoreña se puso de cabeza cuando parecía encamina-
tiempo vital marcada por la incertidumbre del destino en- da en una ruta imparable hacia el desarrollo.
tre nuevos contingentes de la población. Se liberó así a mu-
chos cuerpos y mentes de la servidumbre de la necesidad y 3. Nuevos escenarios culturales
se les abrió la vía del ocio, la reflexión y, consecuentemente,
del cuestionamiento del ethos autoritario. Este nuevo escenario sensible no pasó desapercibido ante
las autoridades. Eric Ching y Héctor Lindo han estudiado

19Patricia Alvarenga, Cultura y ética de la violencia. El Salvador 1880-1932 (San Salvador: DPI, 2006); Patricia Parkman, Insurrección no violenta
en El Salvador (San Salvador: Dirección de Publicaciones e Impresos, 2003).

115
el proyecto de la Televisión Educativa como una de las juvenil en un espectáculo total. Era la pieza sobresaliente
estrategias de gran alcance por modernizar las mentes en una política del arte que veía en la experiencia estética
y las almas de los salvadoreños. Su impulsor más entu- una catharsis social capaz de transformar la rebeldía de
siasta fue el carismático ministro de Educación del ge- las nuevas generaciones en combustible del proceso de
neral Fidel Sánchez Hernández (1967-1972), Walter Bé- modernización. Este era el sentido de esta policía de las
neke. En el presente trabajo nos interesa acercarnos a energías juveniles.
otra dimensión de la propuesta de modernización de las
subjetividades liderada por este personaje: una ambiciosa El terreno artístico, sin embargo, no se conformaba exclu-
reingeniería de las políticas culturales. En ellas, hubo un sivamente desde las políticas oficiales. El arte no es un es-
audaz planteamiento que combinaba una estrategia de pacio definido en una sola dirección desde los canales ins-
promover una nueva imagen del país donde identificaba titucionales. Es un nuevo reparto de lo sensible que crea
innovación artística con progreso social, pero también un un nuevo espacio de sensibilidad a ser ocupado y definido
planteamiento mucho más de fondo: una policía de las en una dinámica compleja y conflictiva. Participan en él
energías juveniles. Las políticas culturales de Béneke fue- los artistas, pero también otra serie de personalidades
ron pues un intento claro de capturar la potencia creativa asociadas al mundo del arte y, por supuesto, los públicos.
de la rebelión juvenil en beneficio del proyecto de mo-
dernización autoritaria. Para emplear un vocabulario hoy Para comprender mejor este proceso, más que elaborar
en boga, ya no se percibía a la juventud como una amena- un inventario de grupos y movimientos artísticos, pro-
za a la que hay que reprimir, sino como una oportunidad pongo reconstruir algunos escenarios donde se puede
que se debe saber canalizar. ver la lógica de operación de estos movimientos y sus
propuestas de comunidades estéticas alternativas a la po-
La propuesta más audaz de Béneke para el mundo artís- licía de las energías juveniles. La idea de escenas proviene
tico salvadoreño fue la creación del Bachillerato en Artes, también de Rancière, quien la propone como una herra-
como parte de la nueva oferta de formación de nivel me- mienta conceptual que permite ver la operación de los
dio de la Reforma Educativa. Este bachillerato era mucho sujetos operando en el terreno social en una lógica de
más que un nuevo pensum. Era un verdadero experimen- contingencia y horizontalidad, rechazando así cualquier je-
to de educación artística, que comprendía el reclutamien- rarquía entre lo material y lo ideológico, entre estructura
to de jóvenes con habilidades provenientes de todas las y acontecimiento.20
capas sociales y de todos los rincones del país. Dentro de
la oferta de este bachillerato, el Departamento de Artes 4. De La Palma a Aguilares: de la comuna de artistas
Escénicas recibió un apoyo decidido. En la nueva políti- al colectivo revolucionario
ca cultural, el teatro representaba de manera especial la
posibilidad de una expresión artística de proyección co- En lo que sigue de este trabajo, intentaré reconstruir el
lectiva y de integración de los elementos de la cultura escenario más intrincado, uno situado en los márgenes

20 Jacques Rancière, La méthode de l’égalité : Entretien avec Laurent Jeanpierre et Dork Zabunyan (París: Bayard Éditions, 2012), 122-123.

116
de los espacios culturales oficiales que nos lleva a atra- artefactos que les permitía la recepción en sus propios
vesar distintos territorios del arte y también a bordear espacios. Esto unido a una oferta discográfica más acce-
las fronteras entre lo culto y lo popular. Iniciaremos este sible permitió que escuchar música dentro del grupo de
recorrido por la música, pero en un dominio excéntrico a amigos se volviese más frecuente. La música juvenil creó
lo definido como música culta; nos moveremos luego a las así comunidades de sensación pues demarcó un espacio
artes visuales, de la rebelión de algunos jóvenes de pinto- juvenil que desafiaba el mundo adulto. Pero fue una fron-
res frente lo que perciben como “mercantilización” en el tera marcada por algo más que gustos musicales, pues el
naciente sistema galerístico a su posterior descubrimiento rock era mucho más que música. Era una nueva sensibili-
del mundo artesanal como utopía estética. El resultado dad en la que el sonido se mezclaba con afectos e ideas
de este itinerario es un nuevo reparto de lo sensible que y que, por consiguiente, operaba el reparto de lo sensible
desafía las coordenadas de la modernización al proponer de la rebelión contracultural. Este espacio de resistencia
la comunidad campesina como la prefiguración del colec- no tardó en adquirir connotaciones políticas: de rechazo
tivo revolucionario futuro. al militarismo y, más importante aún, al ethos autoritario.

El rock contagió a la juventud salvadoreña en pocos años. Esta tendencia se acentuó con una nueva oleada del rock
Se diseminó a través de la creciente industria de la cultu- que arribó en la segunda mitad de la década de 1960. Esta
ra, donde venía asociado al poder imparable de su valor nueva corriente se identificaba de lleno con el movimien-
de cambio como mercancía cultural y el prestigio de lo to contracultural y trae consigo contenidos políticos más
novedoso. Fue descalificado por los críticos más radicales explícitos de protesta por la Guerra de Vietnam o de re-
de la izquierda como rebeldía empaquetada, pero tuvo chazo, a lo Marcuse, de la subjetividad del “hombre unidi-
repercusiones inesperadas en redefinir la sensibilidad de mensional”. En este proceso, la conexión californiana jugó
una sociedad que experimentaba cambios vertiginosos. un papel explosivo. La existencia de vínculos familiares a
ambos lados de la ruta del café salvadoreño facilitó que
El rock evidenció la diferenciación intergeneracional de algunos jóvenes salvadoreños fueran testigos de primera
los hábitos de consumo cultural. Desde la mitad del siglo mano del movimiento hippie en San Francisco y se con-
XX se agudizó la decadencia de la ejecución de música en virtieran en mediadores dinámicos de esas nuevas expe-
las reuniones familiares o comunitarias.21 Se escuchó más riencias. Así llegaron la psicodelia y las comunas hippies.22
música en las casas, pero reproducida mecánicamente. A
partir de la década de 1960, ingresó la novedad de los El rock se transformó así en una sensibilidad que no solo
aparatos de radio y de los tocadiscos portátiles. Los jó- consistía en una música diferente o nuevos estilos de pre-
venes, cuyos gustos musicales entraron cada vez más en sentación del cuerpo sino en la inspiración de una nueva
conflicto con el de los mayores, se beneficiaron de estos comunidad estética. La sensibilidad rock fue reivindicada

21 Alfonso Kijadurías, Entrevista, 17 de enero de 2013; Rodríguez Díaz, Entrevista, 11 de enero de 2013; Guillermo Cuéllar, Entrevista, 5 de
febrero de 2013.
22 Ricardo Aguilar, Entrevista, 23 de enero de 2013; Portillo, Entrevista, 8 de abril de 2013.

117
para el arte principalmente por poetas y pintores. Recor- Sin embargo, la que tuvo un impacto más significativo fue
demos que este estilo musical se construía sobre la base la comuna de artistas que se estableció en el municipio
de una sonoridad diferente, áspera y estridente, que es de La Palma, en el norteño departamento de Chalate-
la textura de la vida en las grandes urbes maquinizadas. nango.27
Pero también traía consigo una nueva poesía y una nueva
iconografía. Las letras del rock más contracultural hablan En esta comuna, convergieron músicos y artistas visuales.
de nuevos afectos que no caben en el sentimentalismo El eslabón entre este experimento, la música rock y plás-
patriarcal del mundo adulto de entonces, como las can- tica rebelde fue la Banda del Sol.28 Este grupo exploró la
ciones de los tríos o los boleros.23 Hablaban de manera fusión del rock con nuevas músicas latinoamericanas, en
distinta, con un ritmo inusual, afín a la poesía conversacio- particular la canción de protesta. Entre sus integrantes po-
nal o la figuración hermética del surrealismo.24 También demos mencionar a Fernando Llort, vocalista y baterista,
esta música trajo consigo un nuevo orden visual, en los y Carlos Aragón, mejor conocido por su apodo «Tamba»,
diseños de las carátulas de los discos y en los posters de guitarrista pero autor de la música y letra de muchas de
promocionales. Era el orden visual de la psicodelia y su las canciones del grupo. La Banda adquirió popularidad
teoría sobre el poder de los colores, capaces de transfor- por la calidad de sus ejecuciones musicales, pero también
marse en pensamientos y emociones.25 En la lucha por por lo desafiante de las letras en algunas canciones. Entre
reencantar la prosa de la vida degradada por la mercancía, estas sobresalía especialmente «El planeta de los cerdos»
la sensibilidad rock revivía la práctica surrealista de bús- con letra de Aragón, un abierto desafío al dominio de la
queda de la verdad a través de los estados alterados, que vida nacional por los militares. También colaboraba con el
se inducían a través de la meditación o con el recurso al grupo Óscar Soles, estudiante de arquitectura, quien ela-
consumo de drogas como la marihuana o el LSD.26 boraba la línea visual del material promocional del grupo.
Dos de los miembros de la Banda del Sol, Óscar Soles y
La comuna hippie apareció así como una comunidad es- Fernando Llort, fueron fundadores de la comuna de La
tética que, si bien no llegó a articularse como sujeto po- Palma.
lítico, tuvo un claro contenido oposicional al reparto de
lo sensible dominante. Rechazaba abiertamente al ethos Para entender mejor el papel que juega lo visual en este
capitalista y reclamaba la construcción de nuevas formas escenario, es necesario desviar nuestra atención momen-
de vida de armonía con la naturaleza y superación de la táneamente a la rebelión de los pintores. Ya hemos ex-
subjetividad unidimensional. A partir de las entrevistas he- plicado sus afinidades electivas con la sensibilidad rock a
chas, es posible documentar ensayos de comunas hippies. través de los posters y la psicodelia, pero su rebeldía tenía

23 Mario Meléndez, Entrevista, 8 de abril de 2013; Mario Noel Rodríguez, Entrevista, 25 de enero de 2013; Cuéllar.
24 Kijadurías; M. N. Rodríguez.
25 Aguilar; Kijadurías, Entrevista.
26 Aguilar; Kijadurías; Oscar Soles, Entrevista, 1 de febrero de 2013.
27 Aguilar; Oscar Soles, Entrevista 1 de febrero de 2013; Fernando Llort, Entrevista, 8 de marzo de 2013.
28 Soles; Llort, Entrevista.

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también otras fuentes. Es importante recordar que, en El La Palma, Ricardo Aguilar. Este artista había pasado por
Salvador, el arte pictórico tenía una frágil institucionalidad la Academia de Artes Plásticas de la Dirección de Bellas
en la primera mitad del siglo XX.29 La formación del sis- Artes, pero luego había ido a San Francisco a estudiar pin-
tema galerístico iniciado por Julia Díaz, desde finales de la tura y cerámica. Durante sus estancias en California entró
década de 1950, significó un impulso considerable para la de lleno en el movimiento contracultural y la exploración
valoración social y la profesionalización de los artistas vi- psicodélica. Se convirtió así en uno de los referentes lo-
suales.30 Pero esto se dio a un costo: la transformación de cales del movimiento hippie y en el líder de un grupo de
la obra en mercancía de lujo. Es cierto que esta mercan- jóvenes artistas que rechazaban el sistema de galerías.33
tilización posibilitaba la profesionalización del artista plás-
tico, mas contradecía la utopía estética. Desde esta lógica, Fernando Llort, por otra parte, tenía inclinaciones hacia
se puede ver el coleccionista privado como el confiscador el arte visual como la música, pero las combinaba con
de la obra a su destinatario legítimo, la comunidad de inquietudes religiosas. Había pasado algunos años como
sensibilidad del futuro. seminarista en Colombia, pero fue en los Estados Unidos
como estudiante de arquitectura, donde se sintió atraí-
Frente a este dilema, los artistas recurrían a una serie de do por el movimiento contracultural y por la obra de
estrategias de resistencia como el uso de nuevas técnicas Thomas Merton. Desde entonces sintió la necesidad de
y soportes, tales como el mural y el grabado, que posibili- reconectarse con el país y fue así como le surgió la idea
taban una recepción colectiva.31 Ejemplo de este esfuerzo de fundar una comuna de artistas.34
fue la frecuente participación de pintores en la ilustra-
ción de revistas o poemarios de los colectivos poéticos La idea de la comuna de artistas de La Palma surgió de un
de vanguardia. Otra de las estrategias para contrarrestar rechazo de la ciudad modernizada como espacio incom-
la confiscación privada del arte plástico era buscar es- patible con la comunidad estética contracultural y de un
pacios alternativos de exhibición. Surgían iniciativas tales deslumbramiento con la arcadia de ese pequeño poblado.
como «La casa del arte» o «El jardín del arte» que in- En un principio, los integrantes de la comuna pretendie-
tentaban vender a precios accesibles obras excluidas del ron dedicarse enteramente a su trabajo pictórico y vivir
sistema galerístico, pero que también aspiraban llevar el de los cuadros que podrían vender ocasionalmente a los
arte a lugares menos exclusivos, de frecuentación popular turistas. Pero ese proyecto se fue transformando en la
como parques o plazas públicas.32 En estos menesteres, medida en que se compenetraron con los habitantes del
encontramos a otro de los fundadores de la comuna de poblado.35 Comenzaron a enseñar su arte a algunos de

29 Carlos Cañas, Entrevista, 29 de enero de 2013.


30 Elisa Archer, Entrevista, 13 de marzo de 2013; Solís, Entrevista, 23 de mayo de 2013.
31 Cañas; Solis, Entrevista; Solís, José Mejía Vides, luz y oscuridad (biografía) (San Salvador: Editorial Abril Uno, 1994).
32 Hernández Alemán; Solís; Huezo, Entrevista, 20 de febrero de 2013.
33 Aguilar.
34 Llort.
35 Llort; Soles; Aguilar.

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estos y tuvieron la idea también de decorar las bancas y el tiempo, La Palma adquirió no solo la fama de pueblo
los muros del parque.36 Es así como tomó cuerpo la idea de artesanos sino que dotó a la cultura nacional de su
de hacer de La Palma un poblado de artesanos. Lograr- iconografía más vistosa y comercialmente más difundida.
lo implicaba romper la frontera que separa el arte del
oficio artesanal. Algunos de los miembros del colectivo La comuna artística de La Palma fue posible por una po-
trabajaron en desarrollar con los pobladores artefactos lítica del arte que buscaba crear una nueva forma social
de productos locales, como la semilla de copinol.37 Fer- concreta, en este caso la comuna de artesanos, pero que
nando Llort realizó en este proceso sus célebres diseños, no desembocó en un sujeto político. De hecho, al cabo
que pasaron a convertirse en el emblema de la artesanía de unos años perdió incluso su impulso contracultural
local. Estos diseños son una interesante labor de síntesis y se rutinizó en una imagen novedosa del mundo rural,
artística: una combinación entre imaginería precolombina pero que se asimilaba al reparto de lo sensible dominante
estilizada y colorido psicodélico, que para su autor debe- del folklore. Sin embargo, esta nueva comuna campesina
ría de constituir la iconografía de una nueva comunidad era apenas una faceta visible de un proceso más amplio
nacional reconciliada.38 Llort donó estos diseños a La Se- y complejo que estaba teniendo lugar en otros lugares
milla de Dios, la cooperativa de artesanos que fundó. Este del país y, cuyos efectos, en la década siguiente serían de
gesto fue muysignificativo, pues implicaba la renuncia de la inmenso alcance. Me refiero aquí a la emergencia de un
autoría individual para darle entidad a un nuevo sujeto, el nuevo sujeto político: el movimiento campesino. Este tuvo
colectivo artesanal. una importante dimensión de comunidad estética, aun-
que no provino del arte sino de las comunidades cristia-
En los años siguientes, la comuna de La Palma vivió con- nas de base del catolicismo progresista.
tradicciones y fracturas. Estamos a comienzos de la dé-
cada de 1970 y en el interior, especialmente en las zonas Sin embargo, este movimiento no estuvo del todo des-
fronterizas, las autoridades comienzan a ver con suspicacia vinculado al mundo ar tístico. Para comprender mejor
la presencia de jóvenes barbudos, que se visten de manta esta relación haremos entrar a la escena al guitarrista
y consumen marihuana.39 El recuerdo todavía reciente del de la Banda del Sol, mencionado anteriormente, Carlos
Che Guevara hacía posible una peligrosa ecuación entre «Tamba» Aragón. Su trayecto vital nos ayuda a demar-
barbudos, hippies y guerrilleros. Llort se separó del grupo car un itinerario nuevo, el tránsito de la comunidad
original y se vinculó cada vez más al movimiento católico estética al colectivo revolucionario. Aragón visitaba con
carismático. Le dio un giro espiritual a la iniciativa de la alguna frecuencia la comuna de La Palma, pero cuenta
comuna artesanal que chocó a sus compañeros. Como la leyenda que después de la disolución de la Banda del
resultado, la comuna de artistas se deshizo. Pero la comu- Sol, al sentirse decepcionado de no encontrar un cauce
na de artesanos se estableció como cooperativa y, con profesional a su vocación musical, se dedicó a recorrer

36 Aguilar.
37 Llort.
38 Llort.
39 Soles.

120
la ciudad tocando en los buses música al estilo de Bob nía renacentista, como Quinteto Tiempo, pero también la
Dylan.40 Aragón se convirtió así en el bardo rockero a nueva canción acusaba una marcada tendencia al devenir
la búsqueda de su epos, el cual finalmente encontró en marcial con ritmos enfáticos y juegos de homofonía de
las comunidades campesinas que organizaba el sacerdote voces masculinas como se puede notar en las canciones
jesuita Rutilio Grande en la zona norte del departamento más militantes de los conjuntos chilenos Quilapayún o Inti-
de San Salvador, en los municipios de El Paisnal y Aguilares. Illimani. En resumen, la nueva canción de protesta propo-
nía la música de la comunidad estética que se compacta
Para comprender este peculiar giro hay que considerar en el colectivo revolucionario, era el demos que deviene
que a mediados de la década de 1970, el movimiento al epos y se lanzaba a luchar a la calle.
musical juvenil salvadoreño había adquirido un nuevo
semblante. En la medida que el gusto por el rock se do- Formaciones musicales como Mahucutáh y, posterior-
mesticaba y que el movimiento estudiantil se radicalizaba, mente Yolocamba-i-tá eran las más visibles de las numero-
se difundió una nueva sensibilidad musical que delimitó la sas agrupaciones que descubrían los ritmos tradicionales
frontera entre integrados y rebeldes. Era el mundo de la e integraban los instrumentos andinos. Esta proliferación
canción de protesta, cuyos referentes más notables pro- la hizo posible no tanto el disco de vinil sino la cassette
venían principalmente del Cono Sur como Quilapayún, magnética que permitía reproducir domésticamente una
Inti-Illimani, Quinteto Tiempo, Daniel Viglietti o Víctor Jara; y, música que ya se veía como sospechosa y que a menudo
en menor medida, de la región caribeña como los Guara- se distribuía clandestinamente.41 Pese al creciente hostiga-
guao o la nueva trova cubana. Era una expresión cultural miento de la policía política, hacia finales de la década de
que operaba nuevos repartos de lo sensible. En primer 1970, canciones como «Casas de cartón» de Guaraguao
lugar, la desauratización de la poesía, el regreso de la letra o «El río llamaba» de Quinteto Tiempo figuraron entre
poética a sus fuentes musicales, comunitarias, como lo su- los “hits” de las radiodifusoras juveniles.42
giere la etimología de la palabra «lírica». Recordemos que
cuando Platón expulsa a los poetas de la República, no La nueva canción culmina la política de la estética al disol-
expulsa a los músicos, pues considera que la música no verse la comunidad artística en el sujeto político revolu-
es un simulacro sino la verdadera encarnación escénica cionario. Era la música del epos victorioso, el giro militante
del colectivo reconciliado. En segundo lugar, la canción de que tomaba al final esta vanguardia artística. Como lo tes-
protesta proponía una reorganización del universo sono- timonia Guillermo Cuéllar, uno de estos nuevos músicos,
ro. Su musicalidad era más melódica, pues buscaba revivir tocar para un servicio religioso de las comunidades de
la comunidad originaria a través de la asimilación del re- base y oír a los feligreses en pleno cantar al unísono era
pertorio tradicional. A veces fusiona ritmos tradicionales una experiencia sublime.43 Es la sublimidad revolucionaria
y modernos, como Inti-Illimani, a veces estiliza la polifo- que disuelve la frontera entre arte y vida. Carlos «Tamba»

40 Soles; Paz, Entrevista, 29 de agosto de 2013.


41 Paulino Espinoza, Entrevista, 12 de febrero de 2013.
42 Meléndez; Cuéllar.
43 Cuéllar, Entrevista.

121
Aragón muere como combatiente de la guerrilla, pero arrebatan las migajas del excedente colectivo a través de
ya no es el bardo que acompaña con su canto la lucha sus mezquinas disputas por el prestigio. El enfoque adop-
revolucionaria, sino el jefe y fundador de los comandos tado intenta restituirle al mundo artístico una significación
especiales de las Fuerzas Populares de Liberación.44 social relevante: como espacio disensual incrustado en el
seno de la modernidad desde donde se hace posible in-
Conclusión terrogar las demarcaciones simbólicas vigentes y ensayar
nuevas formas de sentir y vivir en común.
La historia que sigue es de sobra conocida. Es el colapso
de este impulso renovador del mundo artístico durante la Este recorrido nos muestra que si bien el arte se puede
guerra y también de la promesa incumplida de su regene- instrumentalizar como dispositivo de control social, po-
ración en la posguerra. Es también la historia del despre- see una ambigüedad inherente que le hace incubar mo-
cio y descalificación de la utopía estética desde el nuevo vimientos democráticos de contestación en los que se
consenso neoliberal y su reencantamiento de la razón ins- dota a la utopía de la comunidad estética de un contenido
trumental. Es también la historia del reflujo autonomista, oposicional. Porque en el arte en su régimen estético está
de un arte por algunos momentos de catacumbas, pero inscrita la posibilidad de imaginar una nueva colectividad a
que subsiste pertinaz como espacio de afirmación demo- partir del juego de lo sensible, lo decible y lo pensable. De
crática a contracorriente del arte afirmativo y monumen- esta manera, el mundo del arte nos presenta una ventana
talizado de la oficialidad. para contemplar la fluidez social, especialmente en co-
yunturas de aceleración vertiginosa del tiempo histórico,
La presente reflexión es una contribución modesta a re- como la que sucedió en El Salvador al finalizar, con estré-
valorar la importancia del mundo artístico y su estudio. pito, el ciclo de modernización autoritaria
No lo concibe, pues, como la expresión de valores cultu-
Este texto fue publicado originalmente, en Cultura de Guatemala, Cuarta época,
rales universales, pero tampoco se conforma con abor- vol. II, julio-diciembre, 2016, pp. 33-52, y editado para acompañar este catálogo
darlo como el microcosmos donde élites menores se con la autorización de su autor.

44 Portillo; Paz, Entrevista.

Ricardo Roque Baldovinos (San Salvador, 1961). Obtuvo una maestría en Literatura Comparada y un doctorado en Litera-
turas Hispánicas en la Universidad de Minnesota en Estados Unidos. Es profesor del Departamento de Comunicaciones y Cul-
tura de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Ha sido profesor visitante en las Universidades de Nebraska, de
California Davis y de Richmond en Estados Unidos, la Rafael Landívar en Guatemala, así como en las Universidades de Costa
Rica y Chile. Fue director de la revista Cultura, y es autor de los libros Arte y parte (2001) y Como niños de un planeta extraño (2012).
Es editor junto a Valeria Grinberg de Tensiones de la modernidad (2010), segundo volumen de la colección Hacia una historia de las
literaturas centroamericanas.

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Créditos

SECRETARÍA DE CULTURA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR


DE LA PRESIDENCIA Róger Arias
Silvia Elena Regalado Rector
Secretaria de Cultura
Marta Rosales Pineda SECRETARÍA DE ARTE Y CULTURA
Directora Nacional de Artes, Jorge Canales
Teatros y Espacios Escénicos Director
Mario Castrillo
SALA NACIONAL Asuntos culturales
DE EXPOSICIONES SALARRUÉ
Mayra Barraza Domínguez PINACOTECA ROQUE DALTON
Directora Álvaro Pérez
Patricia Larín Director
Administradora
Carlos Díaz
Museógrafo y conservador
Lucrecia Navas
Comunicaciones y RRPP
Juan Marcos Leiva
Diseñador
Mario Salinas
Montaje y mantenimiento

EX CASA PRESIDENCIAL SAN JACINTO


Eduardo Góchez
Administrador

CATÁLOGO
Edición:
Mayra Barraza Domínguez
Ensayos académicos:
Mario Castrillo
Carlos Gregorio López Bernal
Ricardo Roque Baldovinos
Fotografía:
Luis Tobar
Diseño:
Juan Marcos Leiva

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