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Voces: INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO - EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO -

PRIVILEGIOS CONCURSALES - HORAS EXTRA - INTERESES - CRÉDITOS LABORALES -


INDEMNIZACIÓN POR FALTA DE REGISTRACIÓN

Partes: Daminato Estudiantil S.A. | recurso de revisión de Burgio Silvina

Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Laboral de Rosario

Fecha: 2-mar-2010

Cita: MJ-JU-M-57960-AR | MJJ57960

Producto: LJ,MJ,STF

Se rechazan las indemnizaciones previstas en los arts. 8º y 15 de la ley nacional de empleo


desde que la interpelación mediante la cual el trabajador solicitó la regularización de su
situación laboral fue remitida estando ya extinguida la relación laboral.

Sumario:

1.-Corresponde hacer lugar parcialmente la apelación de la concursada y, en ese orden,


ampliar la resolución de primera instancia en el sentido de que los intereses deben computarse
hasta la fecha de presentación en concurso, como asimismo que los privilegios especial y
general reconocidos al crédito por remuneraciones sólo comprenden a las debidas al trabajador
por seis meses con sus respectivos intereses devengados dentro de los límites temporales
señalados en los considerandos, revocándola en lo referente la verificación de las
indemnizaciones derivadas de la ley 24013 por resultar las mismas improcedentes.

2.-Probado el hecho de la prestación de servicios, resulta de aplicación al caso el art. 23 de


la LCT., en virtud del cual debe presumirse la existencia de un contrato de naturaleza laboral y
máxime cuando, como en el caso, el prestatario de los servicios es una sociedad comercial,
subsumible bajo la figura del empresario en los términos del art. 5 de la LCT., salvo prueba
en contrario que en autos no se ha producido.

3.-No resulta suficiente la mera invocación de la presunción contenida en el art. 55 de la


LCT. y que carece de sentido la sola inclusión del rubro en la liquidación o en la enunciación
de una cantidad correspondiente a un concepto determinado -que es precisamente lo que hizo
el verificante respecto de las comisiones invocadas- si no tiene sustento en un relato
circunstanciado de los antecedentes fácticos del reclamo.

4.-El trabajo extraordinario debe ser probado por quien lo alega en forma exhaustiva y
fehaciente, que la prueba debe ser precisa y categórica, acreditativa tanto de los servicios
prestados como el tiempo de su cumplimiento, capaz de llevar al ánimo del juzgador la más
absoluta convicción del derecho que le asiste al reclamante.

5.-Tratándose de reclamos basados en supuestos de excepción, como es la extensión de la


jornada normal de trabajo, cabe exigir prueba fehaciente de que tal prestación ha existido.

6.-El cumplimiento de las horas extraordinarias no forma parte del conjunto de hechos
susceptibles de probarse a través de la presunción contenida en el art. 55 de la LCT., no sólo
porque en los datos que deben constar en el registro no se asienta el horario, sino porque las
horas extraordinarias, que por definición exceden el horario legal, no podrían integrar dicho
registro con carácter permanente. Pero aun si se admitiera la operatividad de dicha vía
presuncional en torno a la prueba de las horas extras, ello se encontraría condicionado a la
previa demostración de la habitualidad de la prestación de servicios en exceso a la jornada
legal y sólo funcionaría con respecto al quantum afirmado por el trabajador. Es decir que es
imprescindible acreditar la habitualidad de horas extraordinarias para recién trasladar a la
empleadora la carga de demostrar que la realización de las mismas no era la invocada en la
demanda por incumplimiento de llevar el libro ordenado por la ley 11544 y su reglamentación.

7.-A falta de prueba terminante, juega también en contra de la trabajadora el hecho de


corresponder el reclamo a trabajos que habría venido realizando desde tiempo atrás pero
cuestionados sólo después de finalizado el vínculo.

8.-La ley impone ciertas formalidades como condición de validez del distracto laboral -art. 241
, LCT.- y si bien la norma también prevé la posibilidad de que la relación laboral quede
extinguida por voluntad tácita y concurrente de las partes, por abandono de la relación, exige
que se trate de un comportamiento concluyente y recíproco de las mismas.

9.-La jurisprudencia ha tenido por configurado al mutuo acuerdo disolutivo tácito, como causal
extintiva de la relación laboral, cuando se produce un lapso de tiempo prolongado y cuando los
hechos y conductas de ambas partes llevan ineludiblemente a la convicción de que la decisión
del trabajador es no reintegrarse al trabajo, señalando que tal situación debe ser interpretada
de manera restrictiva pues se trata de un acto bilateral que constituye una excepción a la regla
general establecida en el primer párrafo del art. 241 y frente a lo prescripto por el art. 58 de la
ley laboral. La interpelación o requerimiento del trabajador, contemporáneo a la fecha en que la
empleadora pretende tener por configurado el abandono de la relación, excluye ese modo
extintivo de la relación laboral.

10.-Resultan improcedentes las indemnizaciones previstas en los arts. 8º y 15 de la ley


nacional de empleo desde que la interpelación mediante la cual el trabajador solicitó la
regularización de su situación laboral fue remitida estando ya extinguida la relación laboral,
incumpliendo con el requisito impuesto por el art. 3º del decreto 2725/91 en cuanto prevé
que para que produzca efectos la intimación debe efectuarse estando vigente la relación
laboral.

11.-De conformidad con lo normado en los arts 241 inciso 2 y 246 inciso 1 de la ley
concursal, sólo tienen privilegio especial y general las adeudadas por seis meses,
independientemente de la relación de este período con la fecha de apertura del concurso,
siendo quirografarios los créditos por salarios que exceden de seis meses de sueldo.
Rosario, 2 de Marzo de 2010

Y VISTOS: Los autos caratulados "DAMINATO ESTUDIANTIL S.A. sobre RECURSO DE


REVISIÓN de BURGIO, Silvina" (reconstrucción, Expte. Nº 14/09) venidos para resolver los
recursos de nulidad y apelación interpuestos contra la resolución Nº 1.752 de fecha 26 de
mayo de 2008 (fs.101/102) y su aclaratoria N° 1.843 del día 29 del mismo mes y año (fs.104)
del Juzgado de Primera Instancia de Distrito Civil y Comercial Nº 9 de Rosario; y,

CONSIDERANDO:

1. El recurso de nulidad interpuesto a foja 106 no ha sido mantenido de manera autónoma en


esta sede y no se advierten irregularidades en el procedimiento que ameriten un
pronunciamiento de oficio, por lo que corresponde desestimarlo.

2. Los antecedentes del caso.

Según consta a fojas 14/21 del expediente reconstruido, Silvina Valeria Burgio promovió
incidente de revisión contra el auto que, en los términos del art.36 de la L.C.Q. y siguiendo al
dictamen de la Sindicatura, había declarado inadmisible el crédito de origen laboral insinuado
tempestivamente por aquélla en el concurso preventivo de Daminato Estudiantil S.A. Dijo la
revisionista haber ingresado a trabajar en relación de dependencia para la concursada el 5 de
marzo de 2001, prestando servicios en calidad de promotora, vendedora y coordinadora de
viajes estudiantiles, con los horarios de trabajos allí especificados. Expresó que por tales tareas
le fue asignado un sueldo mensual variable, a liquidar sobre la base de comisiones por ventas
y viáticos; agregó que la concursada nunca le pagó sus haberes, detallando los importes que, a
su entender, debió haber percibido en concepto de sueldos, comisiones como promotora,
comisiones por ventas, organización de viajes, coordinación de contingentes turísticos, viáticos
y ventas de excursiones.Afirmó que siempre fue una trabajadora "en negro", que en fecha 14
de diciembre de 2001 interpeló y emplazó fehacientemente a la concursada a registrar el
contrato de trabajo y a pagar los haberes adeudados bajo apercibimiento de considerarse
despedida y que, ante el silencio de la requerida, le remitió nuevo telegrama en fecha 21 de
enero de 2002, considerándose despedida y solicitando el pago de la indemnización
correspondiente y la entrega del certificado de trabajo, el que tampoco habría sido respondido.
Solicitó, en consecuencia, la verificación de los importes consignados en concepto de sueldos
correspondientes al año 2001, más comisiones por promociones, comisiones por ventas,
comisiones por organización de viajes, comisiones por coordinación de contingentes, horas
extras, sueldo anual complementario y licencia proporcionales, indemnizaciones por
antigüedad y sustitutiva de preaviso, e indemnizaciones previstas en los artículos 8 y 15 de la
ley 24.013 y en el artículo 80 de la Ley de Contrato de Trabajo, por un total de $ 16.763,- más
intereses desde la mora y hasta la fecha del efectivo pago. Postuló también el reconocimiento
de los privilegios especial y general según lo normado en los artículos 241 -inciso 2- 246 -
inciso 1- de la ley concursal. Peticionó asimismo la declaración de inconstitucionalidad del
artículo 4 de la ley 25.561 en cuanto prohíbe la actualización monetaria y la repotenciación de
deudas, afirmando que el mismo configura una severa violación a las garantías
constitucionales de igualdad ante la ley y del derecho de propiedad, postulando la plena
vigencia y aplicabilidad del artículo 276 de la Ley de Contrato de Trabajo según la redacción
dispuesta mediante ley 23.616.Argumentó que la finalidad del decreto 214/02, en tanto previó
la aplicación del coeficiente de estabilización de referencia más una tasa de interés a las
deudas pesificadas, era la de brindar a los acreedores un resarcimiento por la pérdida de valor
adquisitivo, aduciendo que este concepto abarcaría no sólo las consecuencias derivadas de la
conversión monetaria sino también las provocadas por el aumento de costo de vida derivado
del proceso inflacionario. Agregó que privar a su crédito de la actualización por desvalorización
monetaria en función del aumento de costo de vida significaría una grave ofensa a su derecho
de propiedad, en razón de que ya no podría adquirir igual cantidad de bienes a los que habría
podido adquirir si la concursada hubiera cumplido al producirse el distracto.

A fojas 59/63 obra la contestación de la concursada, quien negó la existencia de la relación


laboral y los demás hechos articulados por la verificante. Subsidiariamente, señaló que
resultaba poco probable que el actor no hubiera percibido remuneración alguna durante todo el
tiempo que dijo haber prestado servicios. Además, sostuvo que si procediera la verificación, los
privilegios insinuados con relación a las remuneraciones (básico y comisiones) sólo podrían
reconocerse por seis meses, debiendo considerarse quirografaria toda remuneración que
excediera dicho lapso. Con respecto al sueldo anual complementario y licencias
proporcionales, sostuvo que sólo deberían admitirse con privilegio general. Con relación al
trabajo en tiempo suplementario señaló que no había prueba alguna acerca de su
concreción.Sostuvo también la improcedencia de las indemnizaciones por antigüedad y
sustitutiva de preaviso con fundamento en que la relación laboral nunca existió. Se opuso
también a la indemnización prevista en los artículos 8 y 15 de la ley 24.013, reiterando la
inexistencia de la relación laboral y agregando, a todo evento, que la revisionista no dio
cumplimiento al trámite previsto en el artículo 11 de la ley citada en cuanto exige remitir a la
AFIP una copia del requerimiento dirigido al empleador, postulando subsidiariamente que, de
proceder tales indemnizaciones, sólo cabría reconocerles privilegio general. También postuló el
rechazo de la indemnización prevista en el artículo 80 de la Ley de Contrato de Trabajo debido
a la inexistencia de la relación laboral y, subsidiariamente, planteó que la interesada no dio
cumplimiento a la carga de interpelar fehacientemente a la concursada para la entrega del
certificado de servicios según lo establecido en la respectiva normativa. En lo concerniente a
los intereses, postuló que la presentación en concurso preventivo detuvo su curso.

La Sindicatura, luego de analizar la prueba rendida, opinó que no había quedado debidamente
justificado el crédito cuya verificación se pretendía, señalando que ello obedecía a una
insuficiencia probatoria con respecto a los rubros reclamados mas no en cuanto a la existencia
misma de la relación habida entre las partes (fs. 80).

3. Las resoluciones apeladas.

Mediante resolución Nº 1.752, el juez a quo hizo lugar parcialmente al incidente de revisión.
Señaló que las pruebas testimoniales rendidas en autos daban cuenta de los servicios
prestados por la actora a la concursada, como surgía asimismo de las grabaciones
audiovisuales proyectadas durante la audiencia celebrada al efecto. El magistrado tuvo por
cierta la relación laboral, indicando que en el sub iudice la actora demostró haber coordinado
viajes estudiantiles del nivel primario, pero que no acreditó fehacientemente la duración de la
relación.Sin embargo, señaló que era una realidad conocida por todos que los promotores de
turismo estudiantil comienzan su actividad con el comienzo de año escolar, que hacen guardia
en las puertas de los colegios a los efectos de captar voluntades de los alumnos, potenciales
clientes, por aproximadamente tres meses y no más allá de la mitad del año, tarea que
intercalan con reuniones explicativas, reuniones con los padres de los alumnos, salidas, viajes
promocionales, mientras que en la segunda mitad del año se terminan de concertar las ventas
y, según las condiciones del trabajador, comienzan a coordinar los viajes estudiantiles, con la
consiguiente tarea de preparación, organización, reuniones previas al viaje, etc. Señaló
además que dicha actividad no se extiende mucho más allá de la finalización del ciclo lectivo,
sobre todo a nivel de escuelas primarias, por lo que consideró tope de la relación laboral el día
30 de noviembre de 2001, en sintonía con la finalización del ciclo lectivo. Concluyó que, ante el
silencio de la demandada frente a la interpelación de fecha 14.12.2001, sumado a la
circunstancia de haberse acreditado la relación laboral, resultaba operativa la presunción
establecida en el artículo 57 de la Ley de Contrato de Trabajo con respecto al despido indirecto
y a los salarios caídos. Consideró improcedente el reclamo relativo a horas extras, comisiones
por ventas y por coordinación de viajes y viáticos, indicando que el revisionista no produjo
prueba alguna al respecto y que la sola mención de la falta de pago cuantificada globalmente,
sin intentar siquiera acreditar los hechos generadores, era inoperante para el progreso de la
pretensión, máxime cuando la verificante tampoco expuso los términos remuneratorios
concertados con la empleadora con respecto a tales rubros. Hizo lugar, en consecuencia, a la
verificación de los salarios caídos, indemnización por antigüedad y sustitutiva de preaviso,
sueldo anual complementario y licencias proporcionales.En atención a que la actora no
demostró cuál era su remuneración básica ni le resultaba convincente la afirmada en el escrito
inicial, el juez de grado consideró que debía oficiarse a la Asociación Argentina de Agencias de
Viajes y Turismo a fin de que informara sobre la remuneración básica correspondiente a un
vendedor de categoría "1" del convenio colectivo Nº 337/2001 durante el período marzo-
noviembre de 2001, sobre cuya base se debían practicar las liquidaciones. Hizo lugar también
a la verificación de las indemnizaciones previstas en los artículos 8 y 15 de la ley 24.013,
señalando que se trataba en el caso de un empleo no registrado y que la actora cumplió con
los recaudos exigidos por el art ículo 11 de la citada ley. También consideró procedente el
reclamo fundado en el artículo 80 de la Ley de Contrato de Trabajo, indicando que la actora
formuló el requerimiento respectivo mediante la misiva del 14 de diciembre de 2001 y que no
había prueba de que la concursada hubiera entregado la correspondiente certificación,
estableciendo una indemnización equivalente a tres sueldos, tomando como base la mejor
remuneración, ordenando asimismo la entrega del certificado e imponiendo una multa de $
50,- por día de demora para el supuesto de incumplimiento. Reconoció a los créditos
verificados los privilegios establecidos en los artículos 241 inciso 2 y 246 inciso 1 de la ley
concursal, disponiendo que la sindicatura practicara una liquidación discriminando cada
importe y su correspondiente privilegio.Impuso las costas a la concursada por tratarse de una
cuestión laboral, teniendo en cuenta asimismo la actividad desplegada por la actora y la
defensa obstructiva e injustificada de la demandada.

Mediante resolución Nº 1.843 aclaró que los créditos verificados devengarían intereses a la
tasa promedio entre activa y pasiva del Nuevo Banco de Santa Fe, no capitalizada.

Contra la decisión de primera instancia interpusieron recurso de apelación el verificante -a foja


103, concedido a foja 104- y la concursada -a foja 106, concedido a foja 107-. Radicada la
causa en esta Sala, los apelantes expresaron agravios a fojas 129 a 132 y 134 a 142
respectivamente, los que fueron recíprocamente contestados, habiendo la Sindicatura
evacuado la vista respectiva (fs.151). Consentida la providencia de autos (fs.161/164) quedó la
cuestión en estado de resolver.

4. Los agravios del verificante.

4.1.En primer lugar, la actora cuestiona el rechazo de la verificación de los créditos invocados
en concepto de comisiones por ventas y por coordinación de viajes. Señala la verificante que
está debidamente acreditado que por su labor percibía comisiones por ventas y como
coordinadora, según surgiría de la prueba testimonial aportada a la causa, de la que se
desprendería además que la concursada no hacía constar tales extremos en sus registros
laborales. Prosigue su razonamiento diciendo que, probada la percepción de comisiones
además del sueldo fijo, resulta de aplicación la presunción del artículo 55 de la Ley de Contrato
de Trabajo contra la empleadora que no registraba a todo su personal, agregando que no se
produjo prueba en contrario y que por ello debe estarse a las afirmaciones del trabajador.

4.2. En segundo lugar, cuestiona también el rechazo de la pretensión verificatoria del crédito
por horas extras.Discrepa con la valoración hecha por el a quo con respecto a la actividad y
horarios de los promotores de turismo estudiantil, señalando que el razonamiento sólo tiene en
cuenta la actividad de promoción, dejando de lado las actividades realizadas como vendedora y
como coordinadora de viajes, lo cual le insumía mayor tiempo que los apuntados por el
sentenciante. Agrega que de la prueba testimonial se desprende que no tenía un horario fijo y
que el mismo excedía en mucho la jornada legal. Recuerda que la ley 11.544 y su
reglamentación exigen al empleador la registración de horas suplementarias, como asimismo
el decreto provincial Nº 3114/99, resultando de aplicación el apercibimiento contenido en el
artículo 55 de la Ley de Contrato de Trabajo por las razones apuntadas en el agravio anterior.
Solicita, en consecuencia, que se revoque la decisión de primera instancia y se haga lugar a la
verificación de los créditos por comisiones y horas extras, por los montos mencionados en el
escrito de inicio.

5. Los agravios de la concursada.

5.1.Como primer agravio, la concursada protesta contra el reconocimiento de la existencia de


la relación laboral, sosteniendo que no se acreditaron los hechos afirmados por el revisionista
tales como el ingreso del trabajador, la prestación de servicios y la percepción de
remuneraciones.

5.2. En segundo lugar y subsidiariamente, se agravia de la decisión en cuanto reconoció a la


actora el derecho a indemnizaciones por antigüedad y sustitutiva de preaviso y sueldo anual
complementario proporcional sobre esta última. Señala que la decisión recurrida tuvo por
finalizada la relación laboral en fecha 30 de noviembre de 2001 y que ello no fue cuestionado
por la verificante. Agrega que el a quo no hizo referencia alguna a los motivos que llevaron a la
disolución del vínculo.Entiende que no puede considerarse que la relación finalizó por despido
indirecto a partir de la interpelación formulada en fecha 14 de diciembre de 2001, a la que tilda
de extemporánea puesto que a esa altura el vínculo ya se encontraba disuelto. Por tal razón
postula que la relación, concluida el 30 de noviembre de 2001, debió finalizar por común
acuerdo de partes, resultando improcedentes las indemnizaciones.

5.3. En tercer lugar, cuestiona la decisión favorable a las indemnizaciones previstas en la ley
24.013. Reitera que, de acuerdo con lo resuelto en primera instancia, el requerimiento de
"blanqueo" habría sido formulado recién en fecha 14 de diciembre de 2001, estando ya
disuelta la relación laboral. En ese orden, señala que el artículo 3 del decreto reglamentario de
la ley 24.013 exige, para la procedencia de las indemnizaciones previstas en dicha ley, que la
interpelación se formule durante la vigencia de la relación laboral. Sostiene, en consecuencia,
la improcedencia de la verificación de tales indemnizaciones, citando jurisprudencia en apoyo
de su postura.

5.4. En cuarto lugar, se queja de los privilegios con que fueron verificados los créditos,
sosteniendo que la resolución en crisis otorgó privilegios a determinados rubros a los que la ley
concursal no se los reconoce. En tal sentido, con relación a las remuneraciones, sostiene que
la ley concursal sólo otorga privilegio especial y general a las devengadas por seis meses y que
las demás deben considerarse créditos quirografarios. Por otro lado señala que la decisión
verificó con privilegio especial a ciertos rubros a los que la ley sólo les reconoce privilegio
general, tales como las indemnizaciones previstas en la ley 24.013.

5.5. Como quinto agravio, cuestiona la resolución en crisis en cuanto computa intereses hasta
el efectivo pago. Sostiene que la fecha de presentación en concurso preventivo detuvo su
curso de acuerdo con lo normado en el artículo 19 de la ley concursal.

5.6.Finalmente, se queja de la imposición de costas dispuesta en la resolución recurrida.


Aduce que, de proceder sus agravios, deberá revocarse totalmente la resolución en crisis y
dejarse sin efecto la imposición de costas, pero que aún en el supuesto de que no se haga
lugar a aquéllos, la imposición total de las costas a su cargo resulta injusta teniendo en cuenta
el resultado obtenido, expresando que el a quo no ha admitido más del .% de los rubros
pretendidos por el revisionista.

6. Opinión de la Sindicatura.

El órgano concursal considera que no ha quedado debidamente justificada la procedencia del


reclamo referido a las horas extras y a las comisiones. En cuanto al agravio expresado por la
concursada con respecto a los privilegios de los créditos verificados, entiende la Sindicatura
que los mismos no eran procedentes por las razones expuestos por aquélla. Con relación a las
indemnizaciones por empleo no registrado se expide por su improcedencia en razón de que el
cese de la relación laboral fue fijado en fecha 30 de noviembre de 2001 y el requerimiento de
registración fue emitido recién en fecha 14 de diciembre de 2001 (fs.151).

7. Sobre la procedencia de los recursos.

Por razones de índole metodológica corresponde tratar en primer lugar el agravio de la


concursada referido a la existencia de la relación laboral, para luego abordar las críticas del
revisionista relativas a ciertos rubros no verificados y finalmente las quejas de la concursada
atinentes a las indemnizaciones concedidas, al cómputo de los intereses, a los privilegios y a la
imposición de las costas de la primera instancia.

7.1.No resulta atendible la queja de la concursada contra la valoración probatoria efectuada por
el a quo en torno a la existencia de la relación laboral.

Liminarmente conviene recordar que para dar por cumplida la carga procesal contenida en el
artículo 365 del Código Procesal, ha menester que quien recurre presente una crítica razonada
que refute seriamente los puntos de la sentencia en los cuales el a quo basó su
pronunciamiento, indicando concretamente, con claridad y precisión, los argumentos que
considera erróneos o injustos, rebatiendo los fundamentos esenciales que sirven de sustento a
la decisión atacada. En esa tarea, el interesado debe poner de resalto los errores de hecho o
de derecho que contiene el pronunciamiento en crisis, cuestiones que deben formularse de
modo autosuficiente, esto es, que la sola lectura del memorial permita inferir al tribunal de
alzada que la decisión impugnada incurre en defectos in iudicando de magnitud tal que la
hacen injusta (ALVARADO VELLOSO, Adolfo, Estudio Jurisprudencial del Código Procesal
Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe, T.III, Ed. Rubinzal Culzoni, 1987,
pags.1218/1220; BARACAT, Edgar, en Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de
Santa Fe. Análisis doctrinario y jurisprudencial, Peyrano, Jorge W., director, Vázquez Ferreyra,
Roberto coordinador, T.2, Ed.Juris, 1997, págs.145/155 y sus citas).
Por eso no son admisibles las manifestaciones que expresan un mero disenso con lo decidido
en la instancia anterior, como ocurre en el caso con el agravio bajo análisis, en el que la
apelante se limita a afirmar que no ha sido suficientemente probada la relación laboral
invocada, sin refutar las consideraciones expuestas por el sentenciante de primera instancia
con relación a la prueba producida.

A todo evento, cabe agregar que en autos ha quedado suficientemente acreditado que Burgio
prestó servicios para la concursada, resultando ajustada a derecho la valoración hecha por el a
quo en tal sentido.

En efecto, se desprende de las declaraciones testimoniales de Sabrina Andrea Benitti -quien


dijo haber trabajado para Daminato Estudiantil desde el año 1998- que Burgio trabajó en la
empresa en el año 2001, realizando actividades de ventas en el sector estudiantil primario,
llevando a cabo reuniones con padres y alumnos de escuelas primarias, coordinando viajes,
acompañando a los contingentes a los lugares de destinos, ocupándose también la
organización previa de los viajes, lo que incluía la confección de las listas de pasajeros, el
contacto con los hoteles, etc.(fs.28/29 y 55/56).

También el testigo Ignacio Daniel Ominetti, quien afirmó haber realizado filmaciones para
Daminato Estudiantil en dos viajes, narró que en tales oportunidades conoció a la actora, a
quien vio desempeñarse como coordinadora estudiantil, en octubre y noviembre de 2001 (fs.30
y 57).

Asimismo, la testigo Mónica Beatriz Aún, quien dijo conocer a Burgio por haber sido su vecina
sido en el pasado, declaró que contrató para su hijo un viaje estudiantil y que la actora estuvo
presente en las reuniones de asesoramiento y además participó como coordinadora en el viaje
(fs.32 y 53).

La prestación de servicios también resulta de la audiencia en la que se reprodujeron tres


grabaciones audiovisuales con el logotipo de la concursada en las que la revisionista aparecía
en distintos destinos turísticos junto a contingentes estudiantiles, de la que se dejó constancia
en el acta respectiva (fs.31 y 54).

Así pues, probado el hecho de la prestación de servicios, resulta de aplicación al caso el


artículo 23 de la Ley de Contrato de Trabajo, en virtud del cual debe presumirse la existencia
de un contrato de naturaleza laboral y máxime cuando, como en el caso, el prestatario de los
servicios es una sociedad comercial, subsumible bajo la figura del "empresario" en los términos
del artículo 5 de la L.C.T., salvo prueba en contrario que en autos no se ha producido
(CCCRos, Sala I, "B.L.C. S.A. -Conc. Prev.- s. Verificación tardía de Gómez, Néstor M.", Auto
Nº 158 del 05.05.2009; íd., "Daminato Estudiantil S.A. s. Recurso de revisión de Angulo,
Julián", Auto Nº 505 del 22.12.2009; v. tb. FERNÁNDEZ MADRID, Juan C., Tratado Práctico
de Derecho del Trabajo, 2da.ed., T.I., La Ley, 2000, p.649 y ss.; ACKERMAN, Mario y TOSCA,
Diego, "Tratado de Derecho del Trabajo", T.II, Rubinzal Culzoni, 2005, p.306 y ss.; PERUGINI,
Eduardo, "La presunción de la existencia del contrato", DT 1981-765; CLabRos, Sala I,
04.08.2005, "Segovia c. Sciascia", JS 71-120; CTrabRos, Sala II, 13.03.1990, Zeus 56-J-399;
SCBA, LT XXXII-B-743; CNTrab, Sala V, 27.02.1981, LT XXX-A-469, nº 39; íd., Sala VI,
26.02.1982, TySS 1982-468; íd., Sala VI, 04.09.1986, TySS 1987-151; íd., Sala VIII,
16.02.1987, TySS 1987-342).
Corresponde, en consecuencia, el rechazo del agravio.

7.2. Tampoco merece recepción el agravio de la revisionista referido al rechazo del crédito por
comisiones, fundado en que estaría suficientemente demostrada tal acreencia con auxilio de la
presunción establecida en el artículo 55 de la Ley de Contrato de Trabajo en función de la
deficiente registración, por parte de la concursada, de sus obligaciones laborales.

Es que si bien resulta del testimonio de Benitti -quien dijo haber prestado servicios en el sector
administrativo de la concursada en contacto con la caja y el sector contable- que Burgio
percibía usualmente como comisión un porcentaje sobre las ventas realizadas o bien una
suma fija por cada pasajero, según lo que hubiera establecido de manera personal con la
empleadora y cuyos detalles desconocía, como asimismo que otras veces también podía
percibir una suma fija por viaje y que además la verificante no estaba incluida en el libro de
sueldos, declaraciones juradas y demás documentación laboral de la concursada, lo cierto es
que la actora no detalló ni demostró el hecho generador de las comisiones que reclama como
pendientes de pago, es decir, la efectiva concreción de ventas que justificaran la procedencia
de las comisiones globalmente liquidadas en la demanda.Cabe agregar que los demás testigos
no aportaron datos significativos acerca de ese aspecto de la remuneración pretendida por
Burgio.

Así pues, resulta de aplicación lo resuelto por la jurisprudencia en casos similares -con criterio
que se comparte- en el sentido de que, con respecto a la remuneración mediante comisiones,
no resulta suficiente la mera invocación de la presunción contenida en el artículo 55 de la Ley
de Contrato de Trabajo y que carece de sentido la sola inclusión del rubro en la liquidación o en
la enunciación de una cantidad correspondiente a un concepto determinado -que es
precisamente lo que hizo el verificante respecto de las comisiones invocadas- si no tiene
sustento en un relato circunstanciado de los antecedentes fácticos del reclamo (CNTrab, Sala
VII, 18.10.2004, TySS 2005-1066; esta Sala, "Daminato Estudiantil S.A. s. Recurso de
revisión de Angulo, Julián", Auto Nº 505 del 22.12.2009).

7.3. Tampoco tendrá acogida el agravio del verificante referido al rechazo del crédito reclamado
en concepto de horas extras.

El criterio preponderante sobre el tema, sostenido en otra Sala de esta Cámara y por otros
tribunales, es que el trabajo extraordinario debe ser probado por quien lo alega en forma
exhaustiva y fehaciente, que la prueba debe ser precisa y categórica, acreditativa tanto de los
servicios prestados como el tiempo de su cumplimiento, capaz de llevar al ánimo del juzgador
la más absoluta convicción del derecho que le asiste al reclamante (CCCRos, Sala II, "Coirini
S.A. -Conc. Prev.- s.Verificación tardía de Correa, Enrique", Auto Nº 179 del 05.08.2008;
CNTrab, Sala I, 06.10.1994, DT 1995-A-1016; íd., 31.03.1998, DT 1998-B-2064). En similar
sentido, el más Alto Tribunal de la Nación ha expresado que, tratándose de reclamos basados
en supuestos de excepción, como es la extensión de la jornada normal de trabajo, cabe exigir
prueba fehaciente de que tal prestación ha existido (Fallos 314:1322).

En tal sentido, predomina la tesis de que el cumplimiento de las horas extraordinarias no forma
parte del conjunto de hechos susceptibles de probarse a través de la presunción contenida en
el artículo 55 de la Ley de Contrato de Trabajo, no sólo porque en los datos que deben constar
en el registro no se asienta el horario, sino porque las horas extraordinarias, que por definición
exceden el horario legal, no podrían integrar dicho registro con carácter permanente
(FERNÁNDEZ MADRID, Juan C., Tratado Práctico de Derecho del Trabajo, 3ra. ed., T.II, La
Ley, 2007, p.1618; SCBA, 24.02.1987, TySS 1987-1091; íd., 14.12.1984, LT XXXIII-B-458;
CNTrab, Sala VIII, 18.02.1987, TySS 1987-347).

Pero aun si se admitiera la operatividad de dicha vía presuncional en torno a la prueba de las
horas extras, ello se encontraría condicionado a la previa demostración de la habitualidad de la
prestación de servicios en exceso a la jornada legal y sólo funcionaría con respecto al quantum
afirmado por el trabajador (v. Ley de Contrato de Trabajo. Comentada, anotada y concordada,
dir. Jorge RODRÍGUEZ MANCINI, coord. Ana Alejandra BARILARO, T.II, La Ley, 2007,
p.589/590; CNTrab, Sala II, 03.07.2008, "Albiaque", La Ley Online). Es decir que es
imprescindible acreditar la habitualidad de horas extraordinarias para recién trasladar a la
empleadora la carga de demostrar que la realización de las mismas no era la invocada en la
demanda por incumplimiento de llevar el libro ordenado por la ley 11.544 y su reglamentación
(CLabRos, Sala I, 22.06.2005, Zeus 102-R-814).

Desde tales coordenadas, resultan insuficientes los testimonios invocados por el apelante en
sustento de su agravio para tener por acreditado que las horas de trabajo de Burgio excedieran
habitualmente la jornada legal.

En efecto, preguntada la testigo Benitti sobre los horarios de trabajo de la actora, respondió:
"sé que iba desde la mañana, cuando hacía "puerta de colegio", eso se desarrollaba al
mediodía o en el horario de salida de los colegios. Por la tarde hacían llamados telefónicos y
organizaban reuniones y esas mismas reuniones eran o a la tarde o a la noche, según se
acordara con los pasajeros el horario. Algunas actividades eran de lunes a viernes, como
"puerta de colegio", otras actividades también creo que eran los sábados. Los viajes eran
cualquier día de la semana, hábil o no hábil. De lunes a viernes ellos estaban siempre en la
oficina, siempre que no viajaran. No tenía un horario fijo que yo sepa" (fs.28/29).

A su turno, el testigo Ominetti, quien dijo haber compartido dos viajes con la actora, declaró:
"No sé los horarios. Los viajes en los que yo fui duraron 6 o 7 días, y en esos días la
dedicación de Silvina era completa" (fs.30).

El testigo Federico Jaime Stiefel, quien afirmó haber trabajado para la concursada, sobre el
horario de trabajo respondió: "No era fijo. Estábamos casi todo el día ahí. A la mañana, a la
tarde, a la noche.De lunes a viernes seguro" (fs.38).

De las transcripciones que anteceden se advierte la imprecisión y vaguedad de los testimonios


sobre el número, frecuencia y lapso de horas durante las que, habitualmente, Burgio prestaba
servicios para la concursada, resultando así insuficientes para juzgar acreditada la realización
del trabajo extraordinario afirmado por la actora.

Cabe agregar que, a falta de prueba terminante, juega también en contra de la trabajadora el
hecho de corresponder el reclamo a trabajos que habría venido realizando desde tiempo atrás
pero cuestionados sólo después de finalizado el vínculo (CCCRos, Sala II, fallo cit.; CNTrab,
Sala I, 30.06.1985, TySS 1986-256; íd., 28.04.1986, DT 1986-B-1277).

Corresponde, pues, el rechazo de este agravio de la revisionista.

7.4. Por otro lado, no resulta atendible la crítica de la demandada referida a la verificación de
los rubros indemnizatorios por despido y por falta de preaviso.
Aduce la apelante que la interpelación cursada por la trabajadora en fecha 14 de diciembre de
2001 habría resultado extemporánea y no habría tenido virtualidad para disolver un vínculo que
a esa altura ya se encontraba extinguido, según la fecha establecida en la sentencia de grado
como tope de la relación laboral (30.11.2001) en punto que no mereció reproche
alguno.Prosigue su razonamiento señalando que, como consecuencia de la omisión del a quo
de mencionar expresamente el motivo de la extinción del vínculo -extremo que tampoco fue
atacado en esta sede- y descartada la eficacia disolutoria de la interpelación, debe entenderse
que ello ocurrió por común acuerdo de partes, resultando entonces improcedentes las
indemnizaciones reclamadas.

El planteo introduce cuestiones no sometidas al conocimiento y la decisión del juez de grado,


resultando por ello ajeno a la competencia revisora de este tribunal (art.246, C.P.C.C.). En
efecto, la defensa de extinción por mutuo acuerdo no fue introducida en la instancia anterior.

Sin perjuicio de ello y a todo evento, no le asiste razón a la recurrente.

Cabe recordar que la ley impone ciertas formalidades como condición de validez del distracto
laboral (art.241, L.C.T.) y si bien la norma también prevé la posibilidad de que la relación
laboral quede extinguida por voluntad tácita y concurrente de las partes, por abandono de la
relación, exige que se trate de un comportamiento concluyente y recíproco de las mismas.

En tal sentido, la jurisprudencia ha tenido por configurado al mutuo acuerdo disolutivo tácito,
como causal extintiva de la relación laboral, cuando se produce un lapso de tiempo prolongado
y cuando los hechos y conductas de ambas partes llevan ineludiblemente a la convicción de
que la decisión del trabajador es no reintegrarse al trabajo, señalando que tal situación debe
ser interpretada de manera restrictiva pues se trata de un acto bilateral que constituye una
excepción a la regla general establecida en el primer párrafo del artículo 241 y frente a lo
prescripto por el artículo 58 de la ley laboral (CNTrab, Sala V, 20.07.1995, DJ 1996-1830;
CNTrab, Sala VII, 27.03.2000, DJ 2000-3-988; CNTrab, Sala VI, 26.03.1991, DT 1991-B-
1212; CNTrab, Sala X, 24.02.1998, DT 1999-542).

Siguiendo esta línea de razonamiento, de las pruebas rendidas no surge que hubieraexistido
una inequívoca voluntad de la actora de no reintegrarse a sus tareas ni un desinterés en la
continuidad del vínculo laboral. No existió, entre la fecha fijada como tope de la relación laboral
(30.11.2001) y la interpelación de la actora (14.12.2001), un espacio de tiempo suficiente que
permita concluir que medió voluntad rescisoria de ambas partes sino que, por el contrario, el
aludido emplazamiento evidencia la voluntad de la requirente continuar con la prestación
laboral y excluye esa causa de extinción.

Así, la interpelación o requerimiento del trabajador, contemporáneo a la fecha en que la


empleadora pretende tener por configurado el abandono de la relación, excluye ese modo
extintivo de la relación laboral (cfr. C1aTrabTunuyán, 10.08.2009, "Batallanos c. Belluschi", La
Ley Online).

7.5. Con respecto a las indemnizaciones concedidas con base en lo normado en la Ley
Nacional de Empleo (Nº 24.013), asiste razón a la concursada apelante.

Ello así porque ha quedado establecida como fecha tope de la relación laboral el día 30 de
noviembre de 2001, según lo decidido en el pronunciamiento de grado en aspecto que no
mereció cuestionamiento alguno en esta sede.
Por otro lado, el requerimiento de registración de la relación de empleo data del 14 de
diciembre de 2001, de acuerdo con el relato formulado por la propia verificante.

En función de tales circunstancias, resulta acertada la crítica de la apelante y son


improcedentes las indemnizaciones previstas en los arts. 8º y 15 de la ley nacional de empleo
desde que la interpelación mediante la cual el trabajador solicitó la regularización de su
situación laboral fue remitida estando ya extinguida la relación laboral, incumpliendo con el
requisito impuesto por el art.3º del decreto 2725/91 -reglamentario de la mencionada ley- en
cuanto prevé que para que produzca efectos la intimación debe efectuarse estando vigente la
relación laboral (cfr. CNTrab, Sala X, 05.11.2001, DJ 2002-1-989; CNTrab, Sala V,
05.10.2001, "Oyarzabal c.Bayland S.A.", La Ley Online; CNTrab, Sala IV, 29.12.1995, DT
1996-A-963; CLabSF, Sala I, Zeus 101-J-295; en similar sentido, SCJMendoza, Sala II,
24.08.1998, LLGran Cuyo 2000-71; SCBA, 04.06.2008, LLBA 2008-735).

7.6. En lo tocante al cómputo de los intereses reconocidos en la resolución apelada cabe


señalar que, si bien ello fue materia de controversia en primera instancia, el magistrado
anterior omitió pronunciarse al respecto. En atención a que la cuestión fue renovada por las
partes en esta instancia, corresponde que este Tribunal se expida sobre el punto (art.246,
último párrafo, C.P.C.C.) adelantándose la respuesta favorable a la concursada.

El criterio de esta Sala fue expresado en el precedente "Coop. de Carniceros de Rosario Ltda. -
Conc. Prev.- s. Verificación Incidental de Cirilo Galarza" (Auto N° 522 del 14.09.2006) y
reiterado en otros pronunciamientos. Allí se sostuvo que: "La norma que rige el caso es el
art.19 de la L.C.Q. que reza: 'la presentación en concurso produce la suspensión de los
intereses que devengue todo crédito de causa o título anterior a ella, que no esté garantizado
con prenda o hipoteca. Los intereses de los créditos así garantizados, posteriores a la
presentación, sólo puede ser reclamados sobre las cantidades provenientes de los bienes
afectados a la hipoteca o la prenda' (.) La expresión de la norma 'todo crédito' en el texto del
art.19 de la ley 24.522 se debe a la intención del legislador de englobar en ella a la totalidad de
las deudas del concursado, cualquiera sea su origen, naturaleza y carácter, y ello se engarza
en el principio pars condictio creditorum, del que no escapa el crédito laboral.Las excepciones
que la ley prevé, por tratarse de situaciones que escapan a la regla general, son de
interpretación restrictiva y, por consiguiente, no pueden ser aplicadas por analogía ni
extendidas a otras circunstancias que no sean las expresamente previstas en la ley. La
normativa concursal, en cuanto dispone la suspensión de los intereses que devengue todo
crédito de causa anterior a la presentación en concurso, que no esté garantizado con prenda o
hipoteca, se aplica a los créditos laborales, en razón de que el solo carácter alimentario del
crédito laboral no permite por sí solo sortear el valladar del art.19 de la L.C.Q. y evitar así la
cristalización de los intereses a la fecha de corte allí prevista, porque el artículo no admite
interpretaciones por vía de extensión que no surjan de la propia ley".

Tales consideraciones son plenamente trasladables al sub iudice, correspondiendo remitir a los
fundamentos doctrinarios y jurisprudenciales reseñados in extenso en el mencionado
procedente que, en homenaje a la brevedad, se dan aquí por reproducidos (en el mismo
sentido, CCCRos, Sala I, "Play Publicidad S.A. -Conc. Prev.- s. Pronto Pago Verificación
Tardía de Ravier, Reinaldo", Auto Nº 9 del 07.02.2007; íd., "Daminato Estudiantil S.A. s.
Recurso de revisión de Angulo, Julián", Auto Nº 505 del 22.12.2009).

7.7. También asiste razón a la concursada en lo concerniente a la extensión de los privilegios.


En cuanto a las remuneraciones, corresponde señalar que, de conformidad con lo normado en
los artículos 241 inciso 2 y 246 inciso 1 de la ley concursal, sólo tienen privilegio especial y
general las adeudadas por seis meses, independientemente de la relación de este período con
la fecha de apertura del concurso, siendo quirografarios los créditos por salarios que exceden
de seis meses de sueldo (VILLANUEVA, Julia, Privilegios, Rubinzal Culzoni, 2004, p.148;
RIVERA, Julio C., ROITMAN, Horacio y VÍTOLO, Daniel R., Ley de Concursos y Quiebras,
T.IV, 4ta.ed., Rubinzal Culzoni, 2009, ps.558/559 y 563).

Sobre este punto no hubo controversia del revisionista, quien estimó que así debía entenderse
el fallo desde que, en tanto hizo expresa mención de la normativa citada, el razonamiento
involucraba los presupuestos legales de admisión y extensión de los privilegios.

Resta aclarar que las precedentes consideraciones sobre los privilegios se extienden a los
respectivos intereses, con las limitaciones temporales establecidas en los artículos 242 inciso
1 y 246 inciso 1 de la ley concursal en coordinación con lo dispuesto en el artículo 19 del
mismo cuerpo legal.

Por otro lado, no corresponde expedirse sobre la categoría correspondiente a las


indemnizaciones previstas en la ley 24.013, en atención a que en el caso su verificación ha
resultado improcedente.

7.8. Por último, corresponde hacer lugar al agravio de la concursada concerniente a la


imposición total de las costas.

Es criterio aceptado que en el incidente de revisión, en materia de costas, rige el principio


objetivo de la derrota estatuido en la normativa procesal local en tanto la ley concursal carece
de normas específicas sobre el tema (art.278, L.C.Q.; SCMendoza, Sala I, 28.08.1997, "Don
Vicente S.A.", Lexis Nº 70010324; HEREDIA, Pablo D., Tratado Exegético de Derecho
Concursal, T.1, Ábaco, 2000, p.777; RIVERA, Julio C., ROITMAN, Horacio y VÍTOLO, Daniel
R., Ley de Concursos y Quiebras, 3ra. ed., T.I, Rubinzal Culzoni, 2005, p.665).

En razón de la prosperidad parcial de la verificación intentada, resulta de aplicación el modo de


distribución de costas en proporción al éxito obtenido por los litigantes (art.252 C.P.C.C.;
art.102 C.P.L.).

Así, en precedentes sobre cuestiones análogas esta Sala ha señalado que para determinar la
proporción que a cada litigante le corresponde en el pago de las costas, debe atenderse a la
entidad de cada capítulo reclamado según haya sido acogido o desestimado, pues no debe ser
igual al efecto de las costas que se reconozcan todos los rubros o sólo algunos (CCCRos, Sala
I, "Daminato Estudiantil S.A. s. Recurso de revisión de Angulo, Julián", Auto Nº 505 del
22.12.2009; íd., Ac. Nº 463 del 24.11.2009, autos "Travacio c. Paternó"; en sentido similar,
RIVERA RÚA, Néstor H., Código Procesal Laboral de la Provincia de Santa Fe. Análisis
exegético. Doctrina. Jurisprudencia, T.2, Editorial Jurídica Panamericana, 1999, p.592).

Es oportuno recordar que la proporcionalidad con la cual deben distribuirse las costas en caso
de vencimientos recíprocos debe ponderarse con criterio jurídico y no meramente aritmético
(ALVARADO VELLOSO, Adolfo, Estudio Jurisprudencial del Código Procesal Civil y Comercial
de la Provincia de Santa Fe, T.II, Rubinzal Culzoni, 1986, p.942; PAGNACCO, Eduardo, en
Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe. Análisis doctrinario y
jurisprudencial, Peyrano, Jorge W., director, Vázquez Ferreyra, Roberto coordinador, T.1,
Juris, 1997, p.781/782; RIVERA RÚA, ob.cit., p.593).

También debe tenerse especialmente presente que la revisión versó sobre un crédito de origen
convencional y que por tanto la concursada no podía ignorar la existencia y situación de la
relación obligatoria (SCMendoza, Sala I, 28.08.1997, "Don Vicente S.A.", Lexis Nº 70010324).

Desde tales coordenadas y atendiendo al éxito parcial de la verificación intentada -pues han
fracasado las pretensiones referidas a comisiones, horas extras, viáticos e indemnizaciones
por empleo no registrado, habiendo prosperado la verificación de los salarios básicos e
indemnizaciones por antigüedad y falta de preaviso- teniendo presente también la total
oposición de la concursada, que negó injustificadamente la existencia misma de la relación
obligatoria convencional -en este caso, de naturaleza laboral- y con arreglo al criterio jurídico
de distribución aludido, corresponde distribuir las costas de la primera instancia en un 70% a
cargo de la concursada y un 30% a cargo del revisionista.

8. Por tales consideraciones, corresponde desestimar el recurso de nulidad, rechazar la


apelación del revisionista y acoger parcialmente la apelación de la concursada, en lo relativo a
las indemnizaciones derivadas de la ley 24.013, al cómputo de los intereses, a los privilegios
con que fueron verificadas las remuneraciones y a la imposición de costas en primera
instancia, descartando el resto de sus agravios.En función de lo expuesto, corresponde ampliar
la resolución de primera instancia, disponiendo que los intereses establecidos en la resolución
de primera instancia deben computarse hasta la fecha de presentación en concurso, como
asimismo que los privilegios especial y general correspondientes al crédito por remuneraciones
sólo comprenden a las debidas al trabajador por seis meses con sus respectivos intereses -
devengados dentro de los límites temporales señalados en las consideraciones precedentes-.
Asimismo, corresponde revocar la resolución impugnada en lo referente la verificación de las
indemnizaciones derivadas de la ley 24.013 y a la imposición de costas, declarando en su lugar
la improcedencia de dicho rubro verificatorio e imponiendo las costas de primera instancia en
un 70% a la concursada y en un 30% a la verificante.

Las costas de esta segunda instancia deben imponerse a las partes de modo proporcional a
los recíprocos vencimientos con relación a las cuestiones debatidas en esta sede (art.252,
C.P.C.C.). En tal sentido corresponde tener en cuenta que la concursada resultó vencida sobre
el aspecto principal de la existencia de la relación laboral y sobre la verificación de las
indemnizaciones por antigüedad y falta de preaviso, pero salió triunfante en lo relativo a la
verificación de los créditos por horas extras, comisiones e indemnizaciones por empleo no
registrado, como asimismo en cuanto al cómputo de los intereses y a la imposición de las
costas de la primera instancia, no habiendo mediado vencimiento en el tema de la extensión de
los privilegios. Por tales consideraciones y atendiendo al criterio jurídico de distribución antes
mencionado, corresponde imponer las costas de esta segunda instancia según el orden
causado.

Los honorarios de los profesionales letrados por su intervención en segunda instancia serán
regulados en el cincuenta por ciento (50%) de los que en definitiva resulten regulados en
primera instancia.

Por lo expuesto, la Sala Primera de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Rosario,


RESUELVE: 1) Desestimar el recurso de nulidad.2) Rechazar el recurso de apelación del
verificante. 3) Acoger parcialmente la apelación de la concursada y, en ese orden, ampliar la
resolución de primera instancia en el sentido de que los intereses deben computarse hasta la
fecha de presentación en concurso, como asimismo que los privilegios especial y general
reconocidos al crédito por remuneraciones sólo comprenden a las debidas al trabajador por
seis meses con sus respectivos intereses devengados dentro de los límites temporales
señalados en los considerandos, revocándola en lo referente la verificación de las
indemnizaciones derivadas de la ley 24.013 y a la imposición de costas, declarando en su lugar
la improcedencia de dicho rubro verificatorio e imponiendo las costas de primera instancia en
un .% a la concursada y en un .% a la verificante, rechazando el resto de los agravios. 4)
Imponer las costas de esta segunda instancia por su orden. 5) Regular los honorarios de los
profesionales letrados por su intervención en segunda instancia en el . por ciento (.%) de los
que en definitiva resulten regulados en primera instancia. Insértese, hágase saber, bajen y
tómese nota marginal en el protocolo del juzgado de origen (Expte. Nro. 14/2009).

SERRA

SILVESTRI

ARIZA

-art.26 ley 10.160-

siguen las firmas. (Autos: "DAMINATO ESTUDIANTIL S.A. sobre RECURSO DE REVISIÓN
de BURGIO, Silvina" (reconstrucción, Expte. Nro. 14/2009).

El señor vocal doctor Ariza, dijo: Que habiendo tomado conocimiento de los autos y advirtiendo
la existencia de dos votos totalmente concordantes invoca la aplicabilidad al caso de lo
dispuesto por el art.26, ley 10.160, absteniéndose de emitir opinión.

ARIZA

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