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"Yo siempre estaba tocando en cajas y en la ventana de su casa," admitió una vez
en una entrevista con Edmond Newton del New York Post. Él también era miembro
de un cuarteto en la escuela y creció escuchando una variedad de música,
incluyendo artistas Latinos como Miguelito Valdez y músicos de jazz tales como
Stan Kenton y Duke Ellington.
En la que fue citada como una de las mejores decisiones de su vida, Puente se
inscribió en la Escuela de Música de Julliard, donde estudió composición, orques-
tación, y dirigir mientras trabajaba con una variedad de bandas Latinas en Nueva
York.
"Mi tiempo con Machito fue un tiempo muy importante para mi carrera, porque era
uno de los mejores grupos del momento," dijo Tito en una entrevista con Martínez
de Pisón de Nueva York. "Yo empecé con ellos a principios de los años 40, y me
quedé con ellos hasta finales de los años 50, aquí en Nueva York. Era una orquesta
donde yo obtuve mucha experiencia tocando primordialmente los ritmos Afro-
Cubanos más populares del momento, como el Mambo, el Cha-Cha-Chá, las
Guajiras, al igual que lo que le llaman el día de hoy Jazz Latino. Era una gran
experiencia porque era una banda que creó muchos arreglos musicales, y yo
aprendí mucho de grabaciones."
Con sus primeros hits con Tico Records tales como Ran Kan Kan, Abaniquito, El
Yoyo, y Picadillo, Puente "electrificaba a los bailarines a través de América y…
catapultó hacia el frente de los directores de bandas Latinas," de acuerdo a
Birnbaum. A mediados de los años 1950, Puente había sido exitoso en ganarse
una gran fanaticada Hispana y anglosajona. En el año 1956 una encuesta
conducida por el diario de Nueva York, El Diario-La Prensa, Puente fue seleccionado
como "El Rey De La Música Latina," ganándole a sus competidores Prado y
Rodríguez. Dos años después, RCA lanzó Dance Manía, el cual se convirtió un
perenne hit de mejor venta internacional.
"Era la explosión del baile," dijo Puente. "Recuerda, el Palladium era un gran lugar
de baile. Yo siempre he dicho que sin un baile la música no podrá ser popular. Las
gentes empezaron a conocer de este nuevo baile el Mambo - que estaba de moda
aprender a bailar el Mambo no importa de que parte de la sociedad provengas. Y
entonces aquí teníamos un lugar, el Palladium, donde muchas personas podían
venir a bailar o a aprender a bailar el Mambo. Los estudios de baile y danza
enviaban a sus estudiantes al Palladium, donde podían aprender y ver a grandes
bailarines - estrellas de ballet, estrellas de Broadway, bailarines expertos de
Mambo - todos en un mismo lugar, y yo dirigía mi música hacia estas personas."
Tito fue el anfitrión de su propio programa, "El Mundo de Tito Puente" en la Tele-
visión de habla Hispana en el año 1968 y él también sirvió como el Gran Mariscal
del Desfile Puertorriqueña.
En el año 1979 Puente ganó su primer premio Grammy con un tributo a Beny Moré,
Homenaje a Beny. Ese mismo año, el estableció una organización de fondos para
becas en Juilliard para reconocer a los percusionistas Latinos en los Estados
Unidos. La fundación de 'The Tito Puente Scholarship Fund' "Les da una oportu-
nidad a los percusionistas jóvenes Latinos un incentivo a aprender a como leer la
música, así que cuando entres a un estudio de grabaciones, sabes lo que estas
haciendo," como le explicó Puente a Birnbaum. "No es sólo lo que aprendes en las
calles - en verdad tienes que estudiar." Puente continuó fortaleciendo su entrega
al futuro de la Música Latina al presentarse regularmente en los colegios y
universidades a través del país. "La nueva generación de estudiantes de Centro y
Sudamérica quieren representación," le dijo Puente a Fred Bouchard de la
publicación Down Beat.
A pesar de estar es sus años 70 a principios de los años 1990, Puente -quien con
su esposa Margie Asención, tuvo tres hijos- mantuvo un horario de giras muy
ocupado que lo llevo a Rusia, Japón, y Puerto Rico. Pero en enero del año 1994, él
le dijo a Vionette Negretti de el periódico El San Juan Star que planeaba reducir
su velocidad: "Hay muchos jóvenes que necesitan desarrollar sus talentos y los
viejos como yo necesitan darle su espacio."
La buena voluntad, talento y espíritu de Tito Puente lo llevó a cerrar las aper-turas
raciales, culturales y generacionales.
Celia Cruz y Tito Puente estuvieron juntos seis años y grabaron igual número
de álbumes. Esos discos fueron en su orden: Cuba y Puerto Rico
Son... (1966), Quimbo Quimbumbia (1969), Etc., Etc., Etc. (1970), Alma Con
Alma (1971), En España (1971) y Algo Especial Para Recordar (1972), que fue el
último que ambos hicieron para Tico Records. Fue una época fenomenal para
ambos, inolvidable para todos sus seguidores, aunque, curiosamente, estos discos
no hayan tenido una promoción muy fuerte.
Tito Puente – Quatro (Sony Music)
Son muchos los artistas en la llamada música salsa que han dejado
sus huellas en el firmamento musical. Tristemente, con el pasar del
tiempo todos estos maestros han ido desapareciendo físicamente
de nuestros universos. Sin embargo, la carrera de Ernest Anthony
Puente (1923-2000) – Tito Puente, para todos nosotros – no tiene
igual o comparación. Desde sus inicios, cuando tenía 15 años,
hasta su muerte, Tito no dejó de tocar, siempre diciendo que nunca
había tomado unas vacaciones. Ahora, parte de su maravilloso
legado, aquel que realizó para RCA Víctor, está disponible en el
sensacional y muy valioso “Tito Puente – Quatro”. ¡Y vaya que es
un trabajo para coleccionar!
La colección consiste en cuatro producciones que el “Rey del
Timbal” grabó para la casa disquera RCA Víctor entre 1956 y 1960,
comenzando con el sabrosísimo “Cuban Carnival” (1956), el cual
incluye la guaracha “¿Cuál es la idea?”, la clásica descarga “Pa’ los
Rumberos”, el también clásico “Oye mi guaguancó”, el exótico
“Happy Cha-cha-cha”, el conocido “Cha-Cha de Pollos” y el
monumental “Guaguancó Margarito”, donde Puente toca la
marimba. Le sigue la producción “Night Beat” (1957), un LP con
contenido instrumental y altamente jazzístico al estilo “Big Band”,
como lo evidencian los temas “Night Beat”, “The Late, Late Scene”,
“Malibu Beat”, al igual que jazz afrocaribeño, como con el número
“Mambo Beat”, y la samba “Flying Down to Rio”. Por otro lado, la
colección también consta de un soberano monstruo – dicho con
enorme respeto -- de nombre “Dance Mania” (1958), el cual ha
sido denominado por los expertos como la mejor producción del
maestro Puente en su historia. Y, recuerden que el hombre grabó
más de 100 álbumes en vida. Este explosivo trabajo cuenta con los
clásicos del recientemente fallecido Francisco Aguabella, “Compli-
cación” y “Agua Limpia Todo”. También encontramos los conocidos
“El Cayuco”, “3-D Mambo”, “Mambo Gozón”, “Saca tu Mujer”, y mi
favorita, “Cuando te vea”, ésta última grabada más tarde por Bobby
Valentín, entre otros. A continuación, tenemos el LP “Revolving
Bandstand” (1960), en el cual Puente hizo alianza con el trom-
bonista Buddy Morrow, y el resultado es netamente instrumental,
con bossa novas (Bahia), Big Bands (Concentrate on you), boleros
(Autumn Leaves), Cha-cha-chas (Kiss of Fire, Blue Moon) y jazz
(So in Love). Como bono o material adicional, esta magnífica
colección además cuenta con un quinto álbum, el cual presenta
otros temas conocidos de Puente, como “Ran Kan Kan”, “Timbal y
Bongós”, “La Virgen de la Macarena” y “Moonlight in Vermont”.
Además, se incluyen siete versiones no editadas o “out-takes” de
“Pa’ Los Rumberos”, donde podemos apreciar cómo se grabó y
evolucionó esa histórica pieza en detalle; incluso podemos escuchar
la voz de Puente y otros en varias ocasiones. También se brindan
out-takes de los números “The Continental” y “Blue Moon”.