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Declaración de Parte COGEP

December 7, 2016

Al leer o escuchar este término, nos trae al imaginario de nuestra mente la figura de un testigo frente
al Juez; pues bien, si no les trajo a la mente esta escena entonces les mencionaré que antes del COGEP
a lo que hoy se conoce como declaración de parte, se lo conocía como Confesión Judicial, lo cual no
es otra cosa que la declaración bajo juramento en contra de si mismo.

Por lo que referiremos al Art. 122 del derogado Código de Procedimiento Civil, el mismo que definía a
la confesión de la siguiente manera: “Confesión judicial es la declaración o reconocimiento que hace
una persona, contra sí misma, de la verdad de un hecho o de la existencia de un derecho”.

Pero, ¿Qué es la Confesión Judicial?; no es otra cosa que uno de los elementos probatorios, por lo que
claramente lo podemos encasillar entre las pruebas testimoniales; es decir, tiene el valor de prueba
ya que se realiza por juramento ante el Juez que concurra.

Ahora bien, en nuestro Código Orgánico General de Procesos, ya no encontramos el término


"confesión judicial" sino que ahora pasó a llamarse Declaración de Parte, pero en esencia viene siendo
lo mismo pero con otras palabras, ya que el art. 187 dice: "Declaración de parte es el testimonio acerca
de los hechos controvertidos, el derecho discutido o la existencia de un derecho rendido por una de
las partes."

Pero en palabras de este servidor: La Declaración de Parte, es el testimonio que rinde una persona
sobre hechos propios y tiene efectos jurídicos sobre si mismo.

Entrando en análisis, dentro de la familia de las pruebas testimoniales encontraremos a la declaración


de parte, la misma que a diferencia del testimonio que se rinde de forma voluntaria y sobre hechos
ajenos, la declaración de parte no es voluntaria sino que por cohersión de la Ley, se debe acudir ante
mandato judicial, en otras palabras se declara sobre hechos personales, en contra de la voluntad y
bajo juramento.
Características:

La declaración de partes, tiene cuatro características fundamentales:

1- La declaración versa sobre hechos, no sobre principios ni criterios por lo que no hay necesidad de
una sentencia para exigirla.

2-. Siempre se refiere sobre hechos que ha vivido, practicado o ejecutado el declarante.

3.- Es indivisible en todo su contenido, es decir no se puede referir solo a una parte de la declaración
sino que aunque verse sobre varios hechos, se valora como uno solo conjunto. (segundo inciso del art.
187 del COGEP).

4.- No es voluntaria, ya que al versar sobre hechos cometidos por el mismo requerido, deben acudir
bajo la prevención de declararlos confesos, es decir que aceptan fácticamente todo lo que se les
imputa.

El problema se plantea cuando el requerido esta representado por un tercero, este no es llamado a
declarar, ya que no conoce los hechos que se le preguntaran, por lo que la declaración de parte es
personalísimo, es decir solo es rendido por la persona requerida y sobre hechos que esta ha realizado.

El COGEP determina que la declaración solo puede ser rendida durante la audiencia, pero presenta
excepciones cuando la persona tiene edad muy avanzada o su salud esta muy deteriorada y corre el
riesgo de que pueda perder la vida antes de la audiencia, en estos casos el art. 122 en su numeral 7
determina estos casos y dispone que se puede requerir declaraciones urgentes; es decir antes de la
audiencia, incluso se las puede solicitar antes de la citación para poder precautelar una prueba que
sea relevante para resolver el caso que se litiga.

Por esto, cuando necesitemos que una de las partes en conflicto dentro de un proceso legal,
comparezca a declarar sobre los hechos que realizó y que su versión sea conducente a la resolución
del litigio, se debe solicitar como prueba la Declaración de Parte, ya no se debe solicitar la extinta
Confesión Judicial, tal como lo establece nuestra legislación vigente el COGEP.

Juramento decisorio
La confesión en juicio sólo hace prueba, normalmente, si perjudica al confesante. Con ello no quiere
decirse que lo confesado contra el propio interés del confesante quede ya como definitivamente
cierto; es una prueba que añadir a otras y que el juzgador deberá valorar en su conjunto. En tales
casos, la confesión puede haberse hecho bajo juramento indecisorio; es decir, confesión, jurada o no,
pero cuyo juramento no transforma la confesión en decisiva, ya que de la misma casi no se valorarán
las declaraciones confesorias que favorezcan al confesante. En cambio, si la confesión se hizo bajo
juramento decisorio, a instancia del proponente de la prueba, la declaración confesoria se valorará
con igual intensidad en lo que perjudica y en lo que favorezca al confesante, vinculando jurídicamente
Del Juramento Decisorio
El juramento decisorio está contemplado en el art 420 del C.P.C.V el cual establece que el
juramento puede deferirse en cualquier estado y grado de la causa, en toda especie de juicio
civil, salvo disposiciones especiales. La palabra deferir significa adhesión, aceptación, deferir
el juramento significa por lo tanto, la aceptación de parte del deferente de todo cuanto
declare el deferido sobre los puntos a que se contrae el juramento, admitiendo como prueba
plena y única tales declaraciones.
El art 1.407 del C.C.V en su ordinal 1 define al juramento decisorio como “aquel que una parte
defiere a la otra para hacer depender del la decisión del juicio”.

Caracteres del Juramento Decisorio:

 Es personal: en el sentido que ningún litigante puede negarse a prestarlo por si,
aunque tenga apoderado.

 Es obligatorio: debido a que como se acaba de expresar no puede eludirse, el omiso
es dado por confeso.

 Es indivisible: como la confesión, debiendo advertirse que el problema es menos


común, desde que respuesta debe ser escueta.

 Es irrevocable: no cabe prueba en contrario.

 Es definitivo: desde que por su merito se debe decidir la controversia.

Valor probatorio del Juramento Decisorio:

El juramento decisorio, no solo tiene fuerza plena, sino decisiva para el pleito; después de
él, todas las demás pruebas son inútiles. El Juez debe sentenciar necesariamente según merito
que arrija el juramento decisorio.

El art 424 del C.P.C.V nos habla acerca del caso en donde el que prestare el juramento no
compareciera el cual cita “si la parte no se presentare el día y hora fijados, se entenderá que
rehúsa prestar el juramento, salvo que justifique impedimento legitimo, caso en el cual se
aplazara el acto para cuando haya cesado el impedimento, fijando el Juez otra hora y día”.
Del Juramento, Audiencia Pública:
Art 425 del C.P.C.V “en el acto de prestación del juramento, la persona que deba prestarlo
deberá hacerlo en acto público, observando los ritos de religión que profese, y
circunscribiéndose en su contestación a los términos estrictos de la fórmula establecida, sin
razonamiento objeciones, ni digresiones. La fórmula para prestar juramento está establecido
en el art 420 del C.P.C.V el cual establece que el juramento deberá ser breve, claro, preciso y
comprensivo del hecho o los hechos, o del conocimiento de estos, de que las partes hagan
depender la decisión del asunto.

¿Qué preguntas son objetables?


Todas aquellas que violan el debido proceso. Si bien este es el paradigma aplicable, el concepto que
fija las fronteras para que una oposición proceda; no obstante este capítulo se dedica a analizar las
modalidades concretas, en razón de que un litigo efectivo demanda reconocer y reaccionar de
inmediato cuando surge una interrogante que se encasilla en una tipología ilegítima. La importancia
práctica de las protestas frente a las interrogaciones radica en que, el escenario más fecundo para que
se violente el juego limpio, es la conducción de los interrogatorios y contra exámenes.

¿Cuál es el estándar para impedir que una pregunta se conteste?, es el tener la convicción de que viola
el debido proceso, en caso de duda el pedido debe ser respondido. Un sistema dispositivo es aquel en
el que las partes tienen la iniciativa y práctica probatoria, estas atribuciones llevan inmersas en su
esencia la libertad para producir los elementos de convicción que ellas crean convenientes, con el
único límite de no vulnerar los derechos de las personas. Es cierto que en nuestro país se vive una
tendencia distinta, no es raro ver jueces que a cada instante intentan limitar y hasta conducir a las
declaraciones; mas esa realidad es producto de los rezagos que produjo el sistema anterior, son usos
que deben ser superados. El actual esquema se basa en partes con amplios márgenes de actuación,
porque mientras mejor hagan su trabajo, la calidad de información se incrementa y con ella mejoran
las condiciones para elaborar sentencias de alto nivel.

El listado que introduce el artículo 176 del COGEP es meramente ejemplificativo, esta condición le
otorga la frase que se inserta antes de enlistar las variantes concretas: “en particular”. Su naturaleza
no taxativa obliga a superar los enunciados que constan en su texto. El estudio responde a la siguiente
estructura: en primer lugar, las interrogantes que constan de manera expresa constan en el COGEP;
en segundo lugar, aquellas que recoge el COIP; por último, las que no se hallan incluidas en ninguno
de los dos códigos antes citados.

Objeciones reguladas en el COGEP


1.1 Capciosas
Existen dos conceptos de este tipo de preguntas: bajo un enfoque amplio son aquellas interrogantes
que pueden producir un error en el testigo. El factor determinante de esta categoría es el potencial
resultado, no la intencionalidad de quien lo hace, basta con que eventualmente pueda generar un
yerro para que el pedido sea injusto. Es correcto que no se haya exigido que la equivocación se
constate, en razón que la finalidad de la objeción es que el testigo no responda, si para verificar la
violación al debido proceso se requiere que conteste, ya no tendría sentido resolver el incidente. Esta
categoría constituye un paraguas que en su seno acoge a varias modalidades de requerimientos de
información ilegítimos, dado que las preguntas capciosas en sentido estricto son una modalidad que
cabe en esta definición, se reserva para analizarlas de forma independiente a continuación.
El motivo por el cuál es lícito oponerse a este tipo de cuestionamientos, radica en la necesidad de
precautelar un valor central: la calidad de información. Este interés es una de los componentes de la
tutela efectiva que a su vez es un principio del debido proceso. La relevancia de que los insumos que
van a servir para tomar la resolución posean un alto nivel de confiabilidad, se debe a que sólo sobre
sustentos sólidos se puede construir sentencias óptimas.

El problema práctico radica en que desde el momento en que un cuestionamiento puede producir
confusión en el testigo, los datos que se produzcan necesariamente va a ser equívocos. No es legítimo
tomar una decisión que afecta los derechos de las partes sobre la base de pilares endebles, el fallo
mismo se ve teñido de dudas.

Respecto a al ámbito de aplicación, es posible impugnar estas indagaciones tanto en el interrogatorio


como en el contraexamen de testigos o peritos, no son admisibles en ningún fase de una declaración.
Desde el punto de vista estratégico son especialmente peligrosas en el contrainterrogatorio, durante
esta actuación es cuando el abogado tiene altos incentivos para confundir al declarante. Un yerro
puede ser utilizado para golpear su credibilidad.

Dentro de esta categoría de capciosas en sentido amplio caben una serie de tipologías. El efecto
práctico de la pertenencia a una subclase que encaja en una general radica en que un reclamo
planteado bajo una u otra etiqueta son igualmente procedentes. Por ejemplo una pregunta que es
compuesta también es engañosa, por tanto la oposición por cualquier de las dos motivaciones es
válida. Las modalidades más importantes se analizan a continuación.

1.1.1 Capciosas en sentido estricto


Son aquellas preguntas diseñadas para engañar. En el concepto amplió no se hizo una distinción por
la intencionalidad de quien las practicaba, por así decirlo no importaba si el potencial de error fuese
por dolo o culpa, en este caso el abogado intencionalmente busca un conseguir una confusión. Son
las más peligrosas de todas las indagaciones porque conllevan una verdadera trampa al testigo.

Su modelo común de ejecución consiste hacer una sola interrogación que pide la validación de varios
hechos, cuya generalidad son ciertos; mas en su interior va escondido uno que es falso. La idea es
colocar al declarante en una encrucijada sin salida, si opta por confirmar su veracidad también se
ratifica aquel elemento que es falaz; en tanto que si no lo hace niega sucesos reales. Incluso quienes
tienen experiencia en poner este tipo de celadas, suelen ubicar las ocurrencias autenticas al principio
y al final, en tanto que el engaño va al medio. La razón es que los sucesos ubicados en los extremos
son los que normalmente más atención convocan, sirvan de señuelo para conseguir la validación. El
siguiente video muestra está técnica y los costos que puede tener el no objetar:

Reproductor de vídeo

00:00

05:07

La interrogación engañosa que marca el quiebre es: ¿no es cierto, que este hombre capaz y cincero
reiteró varias veces que un transplante no le ayudaría a su hijo debido al tipo de leucemia que sufría?
Esta pregunta contiene tres componentes: los que se hallan a los extremos son ciertos: que se trataba
de un buen medico y que el trasplante no sería efectivo por el tipo de leucemia. El engaño se ubica en
el intermedio, es falso que en varias ocaciones le mencionó la limitante incluida en la premisa final. La
respuesta es: “No, no lo hizo, no así, no a mí”. La declarante se da cuenta que algo anda mal, es
suficientemente hábil y justa como para no responder en los términos de solo “sí” o “no”, matiza su
contestación e incluso ubica donde esta el problema: no fueron en varias ocasiones; no obstante la
explicación no es suficiente y el abogado toma los acontecimientos reales que fueron negados y
golpea su credibilidad por mentirosa.

1.1.2 Compuesta
Es aquella indagación que solicita información sobre dos o más hechos no aportados por deponente.
¿Por qué se agrega este aclaración final?, debido a que permite garantizar que las interrogaciones
tamizadas en realidad violen el debido proceso. Si en una pregunta retoma un dato que ya fue
contestado y agrega o inquiere sobre otro, en la práctica la duda se dirige solo al punto restante, no
conlleva problemas de legitimidad. Los siguientes ejemplos grafican la diferencia que existe entre los
dos supuestos anotados:

Opción 1

Testigo: Yo compré un artefacto.

Demandante: ¿De que marca era el televisor?

Demandado: objeción compuesta

Opción 2

Testigo: Yo compré un televisor.

Demandante: ¿De que marca era el televisor?

Demandado: objeción compuesta

Si bien la pregunta es la misma, el contexto es el que determina su licitud. En el primer interrogatorio


la impugnación debería ser aceptada. Existen dos hecho el uno proporcionado por el abogado y el otro
que se solicitado al testigo, el peligro concreto reside en que sí el testigo responde una marca de facto
acepta que es una televisión. En el segundo no se dar paso a la respuesta. Dado que la naturaleza del
bien ya fue aportada por el declarante, sólo se pide que se especifique la casa de origen, no hay
ninguna posibilidad de error. En el siguiente contraexamen la última interrogación emplea tres
ocurrencis, mezcla un acontecimiento ya mensionado, un agregado legitimo y último que se vuelve
espurio por la existencia anterior de un hecho nuevo.

Demandante: ¿Usted compro un televisor?

Testigo: Sí.

Demandante: ¿Era un televisor marca Sony de 36 pulgadas?

Demandado: objeción compuesta

El riesgo se presenta exclusivamente respecto a los dos últimos sucesos no tocados por el testigo. La
consecuencia práctica puede ser graficada en una matriz, tiene su origen en la presencia de dos
alternativas que pueden combinarse entre sí. La interrogante por combinar dos factores genera
cuatro probabilidades de respuesta, las mismas que se recogen en el siguiente cuadro:

Opción 1 2 3 4
Sony Sí Sí No No
36 Sí No Sí No
pulgadas

El problema radica en que esta pregunta puede confundir al testigo, ya que pesar de generar cuatro
opciones diversas, su tenor gramática sólo concede dos respuestas: “sí” o “no”. En la práctica equivale
a quitarle las posibilidades signadas con los números dos y tres en el esquema, porque una
contestación afirmativa o negativa afecta a ambas variables. La posibilidad de que el testigo se
confunda se verifica en el siguiente ejemplo: el declarante puede confirmar ambos dados porque el
tamaño es cierto; mas no se dio cuenta que automáticamente ratificó una marca errónea. Si es capaz
de llevar al error también es objetable por capciosa en sentido amplio.

La relevancia estratégica de saber objetar este tipo de preguntas cuando se inicia a litigar y se enfrenta
un contraexamen es elevada. Cuando el profesional se enfrenta a un declarante del oponente tiene
incentivos altos para engañar al testigo, de ahí que el cuidado prioritario se debe focalizar en las
capciosas en sentido estricto; mas como quedó en evidencia en el video esta modalidad es difícil de
detectar. En cambio es sencillo el detectar una pregunta compuesta, basta con contar hechos nuevos,
si son dos o más es lícito oponerse. El punto interesante radica en que las interrogantes engañosas,
como regla general se construyen sobre la base de acontecimientos ciertos y falsos, por este motivo
es un medio efectivo para parar indagaciones fraudulentas.

Incluso hay un escenario que normalmente conlleva un de riesgo extremo. Una de las técnica para
aumentar la contundencia de un contrainterrogatorio es recapitular algunos debilidades obtenidas,
ese es un momento en que un abogado hábil puede aprovechar para sacar beneficios ilícitos. Por
ejemplo en el video se puede notar como mientras el foco de las preguntas van a o otro tema, agrega
de manera solapada calificativos que atañen a la calidad del facultativo que emitió la carta. La
pregunta inicial fue si es un buen medico, en las recapitulaciones de las preguntas siguientes agrega
términos que salen de esa esfera tales como: “sincero” y”experimentado”. Se puede retomar un
conjunto de acontecimientos siempre que el contenido sea el mismo y los térmnos tengan un similar
alcance, caso contrario es legitimo prestar una oposición. El siguiente ejemplo muestra los beneficios
espurios que se pueden obtener por este medio:

Demandada: Cuando se separó, ¿usted no pasó alimentos por 10 meses?

Testigo: Sí.

Demandada: ¿Luego de esto ha tenido algunos atrasos?

Testigo: Sí.

Demandada: ¿Usted tuvo discusiones con su hijo?

Testigo: Sí, pero no serias.

Demandada: ¿Han existido un par de periodos largos que no se comunicó con Jorge?

Testigo: Sí así es.

Demandada: ¿Usted le internó a su hijo cuando tuvo problemas con el alcohol?

Testigo: No
Demandada: Recapitulemos: en el momento que se fue de casa usted no pasó alimentos por 10 meses,
luego ha tenido continuos atrasos en las pensiones, tuvo altercados con su hijo, en múltiples períodos
largos comunicó con él y por ultimo cuando tuvo problemas con el alcohol usted no lo interno. ¿Es
correcto todo lo que he manifestado?

Testigo: Sí

El ejemplo grafica el uso de la estratagema de cambio de términos. Si se compara cómo fueron


realizadas originalmente las preguntas y la forma en que se las recapituló se puede ver que: la palabra
“algunos” se transforma en “continuos”, de “discusiones” se pasó a “altercados” y “un par” se
convirtieron en “múltiples”. Las palabras crean realidades y estas variaciones que de manera
individual pueden parecer pequeñas en conjunto llevan a un resultado diverso.

1.1.3 Vagas o confusas


Se tratan de preguntas cuyo contenido no es fácil de determinar. Al haber varias maneras válidas de
entender determinada interrogante, el testigo va a tener que optar por una; mas no necesariamente
va a coincidir con la intencionalidad que tuvo el abogado al realizarla y lo que es peor con la forma
que el juez la va a concebir. Para una resolución de calidad se requiere contenidos inequívocos y estas
interrogantes no producen estos insumos que posean esta calidad. Un caso extremo muestra el nivel
de afectación que se puede ocasionar:

Demandanda: Cuando salió su hijo del internado e iban a casa, ¿de que color era?

Determinar el contenido de la información solicitad se vuelve imposible. Es cierto que este tipo de
interrogaciones generalmente no se hacen de mala fe, lo común es que sean fruto de la falta de
experticia del profesional; mas la intención sana que pueda existir, no subsana el problema de que la
falta de precisión de su contenido tiñe de duda la información producida.

2. Sugestivas
Son aquellas preguntas que introducen información relevante para el caso y que no ha sido aportada
por el testigo. Es cierto que hay autores que limitan esta categoría a su modalidad más extrema, suelen
definirlas cómo: las que llevan implícita su respuesta. Incluso hay quienes optan por la formula más
sencilla: aquellas que se contestan con “sí” o “no”. Sin embargo, por no responder a la verdadera
esencia del valor que se protege y no acoplarse de manera correcta con la legislación vigente se
prefiere la primera acepción.

¿Cuál es la debilidad de las dos últimas definiciones?, se enfocan en la forma de la interrogante y no


en el interés protegido: calidad de información. La afectación concreta para este valor se produce
porque la información es introducida por el abogado y no por la fuente directa. Es cierto que la manera
más extrema y común de que el litigante incluya datos es mediante la formula de relatar un suceso y
pedir que se lo ratifique; pero hay interrogantes que no utilizan este modelo y producen un daño
similar. La siguiente indagación muestra esta realidad, como primera duda en el examen directo a Ana
Jara se le plantea:

Demandado: ¿Qué sentiste cuando tu exmarido le gritó y casi el pega tu hijo?

Demandante: Objeción sugestiva

La pregunta realizada genera una imagen de lo trascendente que es el adoptar una perspectiva
centrada en el fondo. El litigante no solicita una aceptación o negación, no incluye la respuesta
esperada en su propia elocución, pide que se especifique un sentimiento; no obstante es él quien
declara sobre un par de datos claves para la resolución del caso.
La calidad de la información no solo se ve afectada por la posible confusión que pueden generan las
distintas modalidades de preguntas capciosas en sentido amplio, también es erosionada cuando quien
produce los datos no es la fuente directa. El origen incide en el nivel de exactitud y confiabilidad de
las suceso relatados. Los hechos relevantes deben ser aportados por la persona quien los presenció y
puede responsabilizarse de sus afirmaciones en el contraexamen. El abogado es alguien que accedido
solo a referencias de terceros, es justo decir que con lo que cuenta es con “chismes”.

Lo peculiar de estos cuestionamientos es que un sistema dispositivo para ser funcional demanda que
estén prohibidos en el interrogatorio y permitidos en el contraexamen. Para entender la ambivalencia
se requiere partir dela lógica adversarial. Si no se visualiza la existencia de dos bandos con peritos y
testigos de parte es imposible explicar la razón del trato diferenciado.

¿Donde radica la diferencia de realizar preguntas sugestivas a un declarante propio frente a un ajeno?,
en que en el primer caso existe una relación de cooperación, mientras que en el segundo de
confrontación. El que un abogado introdusca un hecho no es problemático en sí mismo, si las palabras
son exactas frente a lo sucedido y se puede verificar esta coincidencia por un medio confiable es
legitimo. El problema radica en determinar cuándo hay un procedimiento que otorga una garantía
suficiente.

Si en el examen directo el declarante en principio está dispuesto a colaborar con el abogado, existen
incentivos bajos para cumplir una verdadera labor de auditoría. Frente a cualquier hecho nuevo, un
matiz diverso o incluso unas palabras inexactas quien testifica se verá tentado a no depurarlas. El
resultado último es información de baja calidad, debido a es referencial y con un escaso nivel de
tamizado.

En el contraexamen el choque de intereses genera un filtro eficaz. En esta actuación el deponente


sabe que los interrogantes están destinados a mostrar sus flaquezas, que la intención del litigante es
socavar su credibilidad, lo normal es que esté predispuesto a defender su postura e impedir que el
profesional genere cualquier variación del relato frente a lo concurrido. Si la información no es precisa
tiene buenas razones para negar su veracidad o explicitar la inexactitud. El producto final son datos
confiables, ya que si bien son referenciales, su credibilidad ha sido refrendada por un cedazo fino.

Incluso la experiencia demuestra que las preguntas sugestivas y específicamente las que se contestan
con “sí’ o “no”, en el contraexamen, son el medio idóneo para conseguir información de calidad. Si se
parte de que esta sección del testimonio es un test de calidad, resulta que mientras más duro es,
mayor nivel de confiabilidad alcanza. Una comparación del empleo de las distintas modalidades de
interrogantes evidencia la diferencia práctica en el nivel de rigurosidad que cada una de ellas consigue.
En el siguiente ejemplo se aplica cada herramienta a la afirmación proferida por Ana Jara: “se me fue
de las manos”.

Pregunta abierta

Abogado: ¿Describe el control que ejerces en tu hijo con tu hijo?

Sra. Jara: En general es bueno, conversamos mucho y me cuenta lo que hace, incluso en los problemas
en que se mete. Yo soy la persona que está a su lado.

Pregunta cerrada

Abogado: ¿Que nivel de control ejerce sobre su hijo?

Sra. Jara: Yo diría que entre medio y alto. Normalmente es bueno, sin embargo hay momentos en que
tengo problemas.
Pregunta sugestiva

Abogado: Al referirse al control que ejerce sobre su hijo, usted textualmente dijo: “se le fue de las
manos”. ¿Es correcto?

Sra. Jara: Sí.

El ejemplo demuestra porque las interrogantes que llevan implícitas su respuesta son la herramienta
por excelencia del contraexamen. Es cierto que no hay ninguna prohibición de utilizar las otras dos
modalidades, incluso hay libros que destacan la ventaja en materia de credibilidad que se consigue al
disminuir el nivel de coerción ejercido por el litigante; no obstante si se las emplea debe ser en
momentos específicos donde no se requiere un control elevado, lo normal es que la totalidad de
cuestionamiento se respondan con “sí” o “no”.

El artículo 176 del COGEP presenta problemas en esta materia. Su redacción a diferencia del COIP no
establece de forma clara reglas diversas para las interrogaciones sugestivas en el examen directo y
contraexamen, como regla general las considera ilegitimas en todo el testimonio; sin embargo el
artículo 177 deja entrever que quiso adoptar esta lógica; mas la forma como se redactó fue incorrecta.

En primer lugar, estable que las indagaciones que en su seno introducen información son procedentes
cuando existe una previa declaración judicial de que el testigo es hostil. ¿Qué deponente tiene esta
condición? Todo aquel que no esta de su lado o lo que es lo mismo que está de la otra parte. Se debe
realizar una diferenciación con ciertos declarantes que toman actitudes cercanas; pero que no
necesariamente caben en esta etiqueta. Las confusiones comunes son con el deponente que cae en
desacato por evadir las preguntas formuladas o en perjurio por declarar hechos falsos. Es cierto que
normalmente estas actitudes revelan que existe un tensión con quien conduce; sin embargo es posible
que se presenten por el deseo de colaborar con el abogado que le interroga. Además en este caso la
consecuencia jurídica no es el uso de preguntas sugestivas, es un juicio penal por las conductas
tipificadas respectivamente el articulo 282 y 270 del COIP.

A primera vista parecería que el texto del artículo 117 del COGEP responde de manera exacta con la
lógica del sistema dispositivo. Si el abogado tiene una relación antagónica con el declarante y debe
someterle a una evaluación, la ley le otorga el permiso necesario para cumplir esta tarea: poder usar
las preguntas sugestivas y dentro de ellas las que se contestan cono “si o”no”.

¿Donde radica el problema?, en la exigencia de la declaratoria por parte del juez. Este requisito impide
que el litigante desde el primer momento pueda utilizar esta herramienta, hasta que no demuestre
hostilidad no se podría hacer uso de interrogantes abiertas y cerradas. Con el riesgo de que al emplear
indagaciones que no son efectivas para debelar debilidades, si el juez no tiene claro el estándar que
corresponde a esta declaratoria y ve que el deponente se expresa de manera cómodo no vaya permitir
el cambio de modalidad.

¿Cuándo procede la declaratoria de hostilidad?, en el momento en que sea evidente que el deponente
defiende una tesis diversa a la sostenida por el abogado. Como se dijo no es sinónimo de desacato o
perjurio, colocar un estándar tan elevado cómo para iniciar una acción penal erosiona de manera
sustancial su efectividad. Si la esencia es no estar con la parte que interroga, en el momento que se
verifique una discrepancia entre el relato y la tesis defendida por el profesional, el juez debería dar
paso al pedido. Para tomar esta decisión cuenta con la teoría del caso expuesta en el alegato inicial.

El segundo supuesto donde el COGEP permite las preguntas sugestivas confirma la filosofía expuesta:
también se permiten cuando se trata de un testimonio de parte a pedido del contendor. Si se va a
enfrentar al oponente, el hecho de que se lo haya convocado, no obsta para que esté del otro lado y
sea legítimo utilizar esta modalidad de interrogantes.

Existen una opinión que sostiene que como la ley usa la palabra “contraexamen” se debe entender
que quien tiene este permiso legal es el abogado que lo representa, ya que el interroga en segundo
lugar. Se reconoce que si no se tiene lealtad con la administración de justicia, se olvida que el artículo
170 dice claramente que lo objetable es lo que viole el debido proceso y se deja de lado la diferencia
entre principios y normas se puede llegar esta conclusión. Por suerte el sentido común mayoritario de
los jueces y la buena fe con leen la norma ha generado que esta forma de entender la ley sea
minoritaria. Dado que este no es el único error de redacción en este artículo la solución para todos los
problemas se deja para el final de este título.

Para terminar en el numeral 7 del artículo 177 se regulan un par de excepciones generales
que afectan a las dos fases del testimonio: la primera, si la pregunta es introductoria, al no
afectar al meollo del caso no existe una real afectación al debido proceso. La segunda,
cuando un hecho ya ha sido proporcionado por el declarante y si el abogado sólo lo
recapitula en realidad no introduce información alguna. Si se compara estos dos últimos
criterios con el concepto inicial se puede observar el nivel de coherencia.
3. Impertinentes
Son aquellas preguntas que introducen información irrelevante para el caso, su uso es ilegitimo tanto
en el examen como en el contraexamen. Existen dos modalidades de indagaciones inconducentes:
porque no guardan relación con el caso o solicitan datos que no es legítimo que un deponente narre
en un juicio. Por tratarse de dos lógicas distintas serán a analizadas por separado:

3.1 Irrelevantes para el caso el caso


Son interrogaciones donde se solicita elementos que van más allá de los márgenes del conflicto. El
ataque al debido proceso viene de dos frentes, si es una duda que simplemente está mal dirigida, el
valor que se defiende es la efectividad procesal, un juicio constituye una inversión estatal y privada,
por tanto el prolongar de manera innecesaria la duración de una audiencia conlleva costos. En tanto
que si se basa el prejuicios, además atenta contra la calidad de la información, debido a que se busca
inclinar la decisión mediante métodos no legítimos.

Solo se obtiene imágenes claras de las dos modalidades mediante ejemplos. Una ejemplo de una
interrogante simplemente mal planteada es preguntarle a la madre en el caso en estudio: ¿sabe desde
que fecha esta vigente la tabla de alimentos ?. En tanto que una indagación que se ancla en un estigma
es la siguiente: ¿usted tuvo un amante en el período que estuvo casada con Juan Jara? En este
supuesto se observa la agudeza de las repercusiones, si bien la vida sexual no define la aptitud para
hacerse cargo de su hijo; pero en una sociedad machista el momento de una decisión no sería raro
que pese.

Desde el punto de vista estratégico las dos modalidades conllevan intereses opuestos. Lo común es
que el litigante no tenga ningún interés en objetar el primer tipo de dudas, porque normalmente
molestan y distraen al juez, además de quitarle impacto a la intervención. En tanto que los
cuestionamientos que se encasilla en la última categoría, por dos motivos despiertan un alto incentivo,
en primer lugar para evitar que se afecte a la causa por un sesgo. En segundo lugar, dado que
normalmente se usa en el contraexamen, para proteger a su testigo. Las objeciones no son más que
un instrumento puesto a las órdenes del litigante, es legítimo que se usen de acuerdo a su
conveniencia.
Normalmente este tipo de protestas son complicadas de resolver, debido que demandan limitar el
derecho a la defensa, en razón de que el contenido que se va a producir a priori parece ajeno. ¿Cómo
es que juez puede resolver una objeción de esta naturaleza cuando hay temas que se vinculan con
otros de una manera no evidente?, la mejor herramienta que dispone es la teoría del caso de la partes
que debió ser expresada en los alegatos de inicio. No es legítimo que un juez se cuestione
simplemente: ¿me parece relevante la interrogante?, debido que esta duda conlleva primar su
opinión sobre el derecho a la defensa de quien interpela. La interrogación que es legítima es ¿avanza
un centímetro la historia de este parte o retraso en algo la del adversario?, de ser sí la respuesta es sí
debe permitírsela, caso contrario impedirla. Incluso esta fórmula resulta insuficiente a veces es
adecuado antes de parar advertir que en pocas preguntas se espera estar en un tema relevante.

3.2 Pedidos ajenos a la experiencia del testigo


Un declarante sólo puede aportar aquellos hechos que le constan de manera personal, si se supera
esta frontera es válido objetar. Como regla general sólo se puede declarar por sucesos que son
perceptibles por sus cinco sentidos y además sucesos propios de su fuero interno. Son legitimas las
solicitudes sobre lo que vio, escuchó, olfateó, degustó, palpó, así como los sentimientos o
motivaciones propias. La ilegitimidad surge cuando se supera se rebasa estos límites.

En concreto son tres las categorías que se encasillas en esta tipología: las que conllevan valoraciones
personales, las que están fuera de la percepción del declarante e incluso con ciertas matizaciones las
referenciales. Las preguntas impertinentes también constituyen un paraguas que en su interior
cobijan ciertas modalidades de cuestionamientos.

Por opiniones, conclusiones e hipotéticas.- Si bien son tipologías distintas se les ha preferido tratar
de manera conjunta porque tienen un denominador común: el demandar una valoración del
declarante. Su ilicitud radican en que se halla fuera de la esfera que fue delimitada: hechos que le
constan al declarante. Es cierto que se puede inquirir incluso sobre ocurrencias de su fuero interno,
como el estado de ánimo; no obstante no es válido hacerlo sobre meros criterios personales, sus
creencias no son pertinentes dentro de un juicio.

Las preguntas por opiniones son las de naturaleza más general, hacen referencia a aquellas preguntas
que solicitan estimaciones de determinado hechos o personas. La siguiente pregunta muestra por
qué es irrelevante la información que se produce : ¿una madre debería salir sola los fines de semana?

Las interrogantes por conclusiones conllevan el mismo problema, la diferencia es que en este caso la
estimación subjetiva que se solicita al deponente es un corolario de uno o varios antecedentes. Por
ejemplo: ¿de lo que usted ha expuesto se puede deducir que Jorge debería permanecer con su padre?

Los cuestionamientos hipotéticos son aquellos que obligan al declarante a realizar una proyección de
lo que sucedería si pasa determinado acontecimiento. Por ejemplo, la siguiente pregunta se hace a
Juan Jara en el caso de estudio: ¿si usted no se hubiera ido de casa su hijo tendría el problema con el
alcohol?

De estas tres tipologías las interogaciones por opiniones son las amplias, de hecho el pedir una
elucubración o un colofón de determinados sucesos quedan inmersos en esta modalidad de
preguntas. Por ello es que vienen a ser una categoría intermedia. Por ejemplo una interrogación
conclusiva es justo oponerse por opiniones y también por impertinente.

Un punto central consiste en que estas tres tipologías están prohibidas en las declaraciones de
testigos; pero permitidas en las dos fases de las deposiciones de peritos cuando se realizan dentro del
área de su experticia. ¿Por qué esta excepción?, donde estaba el problema de estas interrogantes, en
que eran valoraciones subjetivas de la persona; pero si la opinión aportada no es fruto de un mero
criterio personal, sino se sustenta en un conocimiento profesional la ilicitud desaparece. La
comparación en estos dos ejemplos de preguntas realizadas en un contraexamen permiten graficar la
diferencia.

Testigo

Cajera: yo he trabajado cinco años en el banco como cajera.

Demandante: ¿De la experiencia que usted ha tenido puede concluir que en los dos últimos años la
institución tuvo pérdidas?

Demandado Objeción por opiniones.

Perito

Demandante: ¿De la experticia contable que usted realizó se puede concluir que en los dos últimos
años la institución tuvo pérdidas?

Perito: Sí.

Sí no se permite sacar conclusiones, dar opiniones y responder a ciertas hipótesis basadas en la ciencia
arte u oficio que practica, ¿habrá un motivo para que el experto esté en el juicio? Eso sí se debe tener
claro que la información que provea debe ser fruto del conocimiento especializado aplicado a la
experticia que realizó, no es culquier criteterio personal.

Estas preguntas son claves porque en conjunción con las sugestivas permiten establecer las reglas
diferenciadas para los distintos tipos de actuación. El siguiente cuadro grafica los límites y revela el
nivel de desarrollo que ha alcanzado el sistema dispositivo oral al tratar la especificidad de cada
actuación.

Interrogatorio Interrogatorio
testigos peritos
Sugestivas: No Sugestivas: No
Opiniones: No Oponiones: Sí
Contrainterrogatorio Contranterrogatorio
testigos peritos
Sugestivas: Sí Sugestivas: No
Opiniones: No Oponiones: No
*Se usa opiniones como categoría intermedia donde también se incluyen hipotéticas y por opiniones
El texto del COGEP es desafortunado, incurre en errores serios que atacan a puntos neurálgicos del
funcionamiento de la justicia. Los términos que utiliza son los siguientes: “hipotéticas por opiniones o
conclusiones. Se exceptúan las preguntas hipotéticas en el caso de peritos dentro de su área
experticia”.

La primera parte del texto admite dos lecturas: La interpretación inicial consiste en que la regulación
se enfoca en dos modalidades especificas de las interrogaciones que parten de una elucubración.
¿Donde está el problema?, existen dos inconvenientes: El primero, una pregunta hipotética pura que
no incluye ninguna opinión adicional o conclusión no sería objetable. Estas interrogantes son una
especie limitada y normalmente no incluyen las otras tipologías. ¿Es posible llegar a los supuestos que
recoge la norma?, sí, la dificultad consiste en que alcanzar este objetivo lleva a explorar opciones
rebuscadas y el resultado carecen de relevancia práctica. Los siguientes ejemplos grafican las dos
tipologías regladas y aquella sin calificaciones, es fácil ver que la última opción es la que normalmente
se emplea:

Hipotética por opiniones:

Abogado: si el vehículo hubiese ido a 80 kilómetros por hora en las condiciones de visibilidad
existentes, ¿consideraría que era un conductor temerario?

Hipotética por conclusiones:

Abogado: si el vehículo hubiese ido a 80 kilómetros por hora en las condiciones de visibilidad
existentes, ¿usted juzgaría que él causó el accidente?

Hipotética pura:

Abogado: ¿Qúe hubiese pasado si el vehículo iba a 60 kilómetros por hora?

Un análisis de las tres alternativas deja ver que ninguna de ellas es legitima planteada a un declarante
lego; sin embargo la norma faculta la última opción. En la práctica, dado que las dos opciones son
irrelevantes, es justo decir que el pedir pronunciamientos sobre supuestos como regla general está
permitido bajo la lógica de esta norma.

El segundo error, consiste en la ausencia de prohibición respecto a las preguntas por por opiniones y
conclusiones que no impliquen hacer una proyección basada en un eventual suceso. Por ejemplo, si
se toma esta versión de entender la ley sería lícito inquirirle a Juan Jara: ¿esta de acuerdo que una
madre salga sola de noche?

Existe una segunda interpretación posible de esta disposición que lleva a un contenido menos caótico.
Cuando la ley usa el termino “o” dentro de la frase “hipotéticas por opiniones o conclusiones” se
puede asignarle la naturaleza de una copulación disyuntiva excluyente, esta lectura independiza las
categorías que se ubican antes y después del esta palabra. Esta postura salva la dificultad de que a los
testigos se les puedan pedir que emitan criterios conclusivos; mas sigue vigente el problema de la
categoría más genérica referidas a las meras creencias. Por ejemplo la pregunta realizada en párrafo
anterior es viable.

Por último, en la segunda sección de la regulación se reliza la siguiente salvedad: “Se exceptúan las
preguntas hipotéticas en el caso de peritos dentro de su área experticia”. Eso quiere decir que las
indagaciones por opiniones y conclusiones estarían proscritas aun en casos de peritos. Este problema
a pesar de que solo afecta a una excepción tiene una relevancia profunda para la administración de
justicia. Por su trascendencia demanda un análisis detenido cuyo estudio se reserva para más
adelante, por ahora basta solo planear una interrogante: ¿tiene sentido traer a un perito a una
audiencia si no se le pueda pedir una conclusión?

2. Objeciones reguladas en el COIP y no en el COGEP


¿Por qué en un curso de litigación en el COGEP es interesante realizar este ejercicio?, debido a que
este cuerpo legal sólo inserta una lista ejemplificativa, por tanto hay otras interrogantes que no
constan y pueden ser objetadas. Dado que en el Ecuador dentro un listado de idéntica naturaleza, con
el mismo objetivo, se ha incluido ciertos referentes adicionales vale la pena analizarlos.

2.1 Preguntas repetitivas


Son aquellas que el litigante ya ha realizado en su turno y que han sido contestadas. ¿Donde radica la
ilegitimidad de estas preguntas?, normalmente se usan como una modalidad de impertinentes. Si bien
puede en principio la información pudo ser relevante; no obstante si fue ya introducida se vuelve
innecesaria su reiteración. En ocasiones excepcionales se le emplea cono una modalidad de capciosas,
hay litigantes que piden en varias ocasiones una misma especificación con la idea de que en algún
momento se equivoque el deponente.

¿Por qué el concepto limita la repetición sólo a las indagaciones del mismo abogado? Debido a que
el contrainterrogatorio es un examen de fiabilidad, eso implica que normalmente sea necesario volver
a contenidos ya tratados por el oponente. De hecho, no es raro que haga la misma pregunta; sin
embargo al encadenarla con otras llevan a mostrar otra cara de la realidad.

¿Cuál es el motivo por el que debe ser contestada?, si el testigo ha esquivado la respuesta, esa
información no se ha producido y el abogado tiene el derecho a insistir en ella. No interesa si es que
antes pronunció las mismas palabras, para la efectividad procesal la ilicitud surge cuando el mismo
profesional reitera en una duda que ya fue absuelta.

2.2 Fuera de la esfera de percepción del testigo


Existe interrogaciones que buscan obtener percepciones que no pueden ser captadas por quien
declara. Por ejemplo, si se interroga sobre un estado anímico o un motivación de un tercero la
respuesta no pasa de ser una mera suposición. Este tipo de interrogaciones se hallan dentro de la
categoría de opiniones, en ocasiones también puede ser también por conclusiones y siempre es parte
del gran etiqueta de impertinentes. Se introducen un par de ejemplos para graficar estas
interrogaciones

Abogado: Tu y tus amigos entraron al estadio, ¿qué vieron?

Abogado: ¿Ella estaba triste?

Las dos preguntas grafican casos paradigmáticos de ilegitimidad. El problema de la primera radica en
que al testigo no sólo se le solicita que indique lo que el vio, además se le pide que relate lo que sus
acompañantes percibieron. Las facultades del declarante no le permiten acceder a la observación
realizada por un tercero. La segunda interrogación hace referencia a un sentimiento, al se una vivencia
propia del fuero interno no es visible para otra persona. Por ejemplo, esa pregunta pasa a ser lícita si
se remplaza la emoción, por una consecuencia que ella produjo en el mundo físico: ¿Ella lloró?

Estas interrogantes conllevan un peligro especial. Los declarantes a pesar de su ilegitimidad


normalmente no tiene problema en contestar con tranquilidad estos cuestionamientos, en razón de
que en la vida diaria, donde no existe exigencias de rigurosidad, es costumbre hablar libremente sobre
acontecimientos percibidos por otros. Esta realidad puede ser aprovechada para plantear una celada
al declarante, esta realidad se observa en el siguiente video:

Contraexamen 2 Acusados.

Las preguntas de “por qué” referidas a motivaciones son complejas, hay ocasiones que son lícitas y en
otras no. Si se indaga sobre las causas de actuación propias sin son admisibles, una persona sí sabe la
razón por la que ejecutó un acto. En tanto que el mismo pedido referido acciones de terceros es de
terceros no es legítimo, los sentidos no permiten acceder a una intencionalidad ajena.

3. Preguntas que no constan en el COGEP y COIP


3.1 Preguntas referenciales
Son aquellas que solicitan información que no le consta de manera personal al testigo, sino a la que
ha que accedido por meros relatos de un tercero. Estas solicitudes presentan dos problemas: El
primero, son un tipo de cuestionamientos impertinentes, en razón de que los hechos como tales no
fueron captados por sus sentidos ni son una vivencia de su esfera interior. Al existir un intermediario
entre el acontecimiento y el deponente se genera problemas de certeza y credibilidad.

El segundo, referido al derecho a la contradicción y a la defensa, dado que no está la fuente directa
no se puede ejercer de forma efectiva el derecho de cuestionar la evidencia. Por ejemplo, si existe
dudas de la confiabilidad respecto a lo que dice haber visto en razón de la distancia, la luz, su capacidad
visual o cualquier otro factor similar, ¿cómo responde por estas debilidades quien no estuvo presente
y simplemente escucho un relato? Un par de ejemplos sirve para graficar estas interrogantes y el
motivo de su ilegitimidad.

Abogado: ¿Qué te contó Ana que sucedía?

Abogado: ¿Te dijo por qué lloraba?

¿Por qué estas objeciones que constaban en el Código de Procedimiento Penal se eliminaron en el
COIP? Fue un intento de reducir el impacto de un problema: la impunidad en los delitos sexuales. La
dificultad concreta radicaba en que, al ser alta la incidencia de ilícitos producidos en el seno familiar,
existía un numero considerable de casos donde las víctimas el día del juicio no iban o cambiaban de
versión. El objetivo concreto era poder condenar con los relatos de trabajadoras sociales y psicólogas
a quienes en el primer momento se les narró lo sucedido.

Este artificio carece de sentido en el nuevo cuerpo legal, debido que el legislador tomó una medida
efectiva y legítima para enfrentarlo, instauró el testimonio anticipado para estos supuestos. De
manera adicional la exclusión de un listado meramente ejemplificativo no es un un mecanismo
adecuado para conseguir la admisibilidad de estas interrogantes, ya que por su confrontación con el
derecho a la defensa es posible presentar una protesta. ¿Por qué no están reguladas en le COGEP?,
debido a que la norma punitiva fue el referente para estructurar este código y al no constar en ella se
quedó fuera.

En el Código de Procedimiento Penal existía una excepción: “salvo que las personas a quienes les
constan los hechos vayan a declara en la audiencia”. Es correcta la particularidad legislado, porque en
este supuesto la ilicitud desaparece. Los datos son producidos por quien los presencio simplemente
se narra que él los relató, de forma adicional el derecho a cuestionar la versión está intacta, se cuenta
con la posibilidad de contra examinarlo.

3.2 Preguntas argumentativas


Esta modalidad de interrogantes admiten dos supuestos: primero, indagaciones que solicitan extraer
una inferencia de una premisa anterior, por tener un ser similar contenido a las preguntas por
conclusiones que ya fueron analizadas no se introduce un análisis particular. Segundo, el uso de
adjetivaciones en algunos casos inciden sobre el contenido de la interrogante e incluso afecta a la
respuesta. El inconveniente radica en que convierten en impertinentes las preguntas, debido que
conllevan verdaderas valoraciones personales que tiñen de este carácter la información que se
produce. Las siguientes preguntas grafican las dos modalidades en simultáneo:

Abogado: ¿Como madre abnegada que eres te ocupaste que tu hijo asista a la escuela?

Abogado: ¿Un padre responsable como tu no se atrasaría 10 meses con las pensiones alimenticias?

La variante referida a las apreciaciones subjetivas en su aplicación práctica presenta problemas.


Debido a que hay que diferenciar atributos que realmente transforman en un contenido invalido a la
interacción entre interrogación y contestación, frente a ciertos calificativos necesarios para una
normal comunicación. Las palabras “abnegada” y “responsable” utilizados en los cuestionamientos
anteriores si confieren connotaciones que llevan a la esfera de un mero parecer; sin embargo la
siguiente interrogación que introduce el adjetivo “serio” no viola el juego limpio:

Abogado: ¿Con anterioridad a la separación tu hijo había tenido un problema serio en la escuela?

La etiqueta de “argumentativas” no es de uso común en las sala de audiencia de nuestro país y


tampoco en la región. Debido a que existen denominaciones que por efecto de la traducción han
resultado más accesibles y se han impuesto: para el primer supuesto suelo en pelearse “por
concluciones” y para el segundo “por opiniones”; más no existe ningún problema en emplear de
manera adicional esta nomenclatura. Dado que ambas modalidades se ven cobijadas en el gran
paraguas de las indagaciones impertinentes es factible también usar esta categoría.

Las preguntas sugestivas y el testigo hostil.


7 febrero, 2017 Alfredo Cuadros Añazco Sin categoríaCOGEP, hostil, interrogatorio, sugestiva, testigo

Harvey Dent, Fiscal del Distrito de ciudad Gótica, interrogaba a uno de sus testigos en la sala del
tribunal, con el propósito de probar ante el juez que el mafioso Sal Maroni era quien había tomado las
riendas del imperio criminal que dejó Carmine Falcone.

Sin embargo, la respuesta del testigo no era la que esperaba. A pesar de que el testigo había firmado
una declaración juramentada (los llamados “affidavits”) afirmando que Maroni era ahora el criminar
número uno en ciudad Gótica, en ese momento, ante el juez, en plena sala, el declarante indicó que
Maroni era tan solo un peón y que él era quien en realidad estaba a cargo del bajo mundo gotamita.

La respuesta de Dent fue la exhibición al juez de la declaración juramentada que contradecía al propio
testigo y solicitarle que le permita tratar al testigo como hostil. Ante esto, el testigo se pone muy
literalmente hostil y extrae un arma de la nada –no sé cómo alguien que está declarando en un
proceso contra la mafia logra inflitrar un arma consigo, pero bueno, todo en aras de la ficción- y trata
de disparar a Dent. El arma falla, es de fabricación china luego se explica, y Harvey Dent le lanza un
tremendo golpe a quien fuera su testigo.

Por si acaso, lo relatado fue una escena de la genial película “The Dark Knight”, para mí la mejor cinta
de Batman y la de superhéroes de todos los tiempos. A pesar de esta introducción, no escribo estos
párrafos para dar rienda suelta a mi lado geek, sino mas bien como un prólogo de una entrada sobre
las preguntas sugestivas y el testigo hostil.

Cuando vi esa escena me quedé pensando mucho en lo del testigo hostil. A la fecha del estreno de
The Dark Knight no contaba con tantos años en el ejercicio profesional. Al día de hoy, sin considerarme
veterano, tengo mucho más recorrido que en aquel entonces. Además, ahora, con la vigencia del
Código Orgánico General de Procesos (COGEP) y sus novedades –algunas extraídas del litigio
anglosajón- toca por ende adquirir conocimientos y actualizar otros.

Por ello, repasando las reglas sobre la prueba testimonial me pareció interesante compartir
reflexiones sobre las preguntas sugestivas y el testigo llamado “hostil”.

Es bueno para esto ubicarnos en el Código, por lo que debemos situarnos en el Libro III, Título II,
Capítulo II que trata sobre la prueba testimonial. No hace falta tener los dones detectivescos de
Batman para deducir que este capítulo toca sobre las reglas que deben seguirse para practicar las
declaraciones de las partes y de los testigos que comparezcan al proceso.
En este sentido es oportuno dejar en claro que las únicas preguntas que de manera expresa el COGEP
excluye son las inconstitucionales, impertinentes, capciosas, obscuras, compuestas y aquellas
destinadas a coaccionar ilegítimamente al declarante (Art. 177.8 ibídem), imponiéndole incluso al juez
la obligación de negarlas de oficio.

Grafiquemos cada una de estas preguntas:

 – El típico caso es aquella que pueda generar responsabilidad penal al declarante. Ejemplo:
¿usted adulteró la contabilidad de la compañía para dar la apariencia que no ha se obtuvo
ganancias elevadas? Cabe destacar que el Art. 175.1 del COGEP determina que el declarante
podrá negarse a responder cualquier pregunta que pueda acarrearle responsabilidad penal
personal, a su cónyuge o conviviente en unión de hecho o a sus familiares comprendidos
dentro del cuarto grado de consanguinidad –los “primos hermanos”- o segundo de afinidad –
suegros y cuñados-, salvo que se refieran a cuestiones de estado civil o de familia.
 – Aquella pregunta que no tiene nada que ver con el debate principal del proceso. En algún
juicio laboral, el abogado de la contraparte preguntó a mi defendido respecto de unas deudas
que tenían ciertas instituciones públicas para con su representada. La pregunta fue objetada
–y rechazada por el juez- porque esos hechos no fueron parte del relato de la demanda ni de
la contestación, por tanto, la pregunta era impertinente.
 – Pregunta que induce al error. Aquí podemos citar las preguntas con doble negación (de esas
que tanto disfruto poner en mis exámenes al momento de desarrollar los temas de verdadero
y falso, tipo “¿es mentira que el convenio arbitral no puede tener efectos sino se encuentra
instrumentado por escrito?), o aquella que trata de hacer que el declarante afirme algo que
no había dicho, ejemplo: si en juicio de propiedad intelectual se ha negado el uso no
autorizado de marca por parte del demandado, una pregunta capciosa sería: ¿cuánta ganancia
tuvo su empresa por el uso de la marca de mi defendido? Aquí como vemos, al preguntar por
la ganancia de la empresa, se está metiendo la muletilla que esa ganancia fue por un uso no
autorizado de marca.
 – La mejor forma de describir este tipo de pregunta es diciendo lo contrario: aquella que no
tiene claridad. Me ha tocado ver –con un poco de vergüenza ajena debo decirlo- en algunas
ocasiones a colegas realizar preguntas que en realidad no se comprenden, todo por no
preparar con antelación su cuestionario.
 – Aquella pregunta que contiene más de un solo hecho. Ejemplo: ¿Recibió usted de su
empleador el pago de la décimo tercera y décimo cuarta remuneraciones de los años 2014,
2015 y 2016? Lo correcto es hacer una pregunta por cada uno de estos rubros.
 Preguntas que coaccionen ilegítimamente al declarante.- La coacción de acuerdo al
Diccionario de la Real Academia es la “fuerza o violencia física o psíquica que se ejerce sobre
una persona para obligarla a decir o hacer algo contra su voluntad”. Se me hace difícil pensar
en una pregunta que por solo formularla llegue a coaccionar a quien declara. Más difícil aún
se me hace pensar en algún evento en que la coacción dentro de una diligencia judicial sea
legítima.

Además de este tipo de preguntas, el Art. 176 del COGP, primer párrafo señala que las partes podrán
objetar motivadamente cualquier pregunta, en particular aquellas que –entre otras situaciones
previstas en la norma- sean sugestivas.

Es menester entonces distinguir lo siguiente:

 El declarante por regla general debe contestar a todas las preguntas que se le formulen. Puede
negarse a contestar aquellas que puedan acarrearle responsabilidad penal –con excepción de
los anotados- y aquellas preguntas que violen su deber de guardar reserva o secreto por razón
de su estado u oficio, empleo, profesión, arte o por disposición expresa de la ley. (Art. 175
COGEP)
 El juez debe rechazar de oficio toda pregunta inconstitucional, impertinente, capciosa,
obscura, compuesta y las que coaccionen ilegítimamente al declarante. (Art. 177.7 COGEP).
 Cualquiera de las partes –se entiende que sería a través de sus defensores-pueden objetar
con motivos las preguntas capciosas, sugestivas, compuestas, vagas, confusas, impertinentes
o hipotéticas. (Art. 176 primer párrafo COGEP). Verificado esto, el juez tiene la potestad de
aceptar o negar la objeción.

Ahora bien, centrándome en las preguntas sugestivas, tal como se ha visto, son aquellas que pueden
ser objetadas por cualquiera de las partes.

La pregunta sugestiva es aquella que sugestiona o sugiere al declarante la respuesta. Ejemplo: en un


juicio laboral, preguntarle al trabajador: ¿usted no presentó denuncia contra su empleador en el
Ministerio de Trabajo por cuanto tenía miedo de las represalias de un posible despido? Aquí, como se
observa, se le está señalando al declarante que debe decir que sí y automáticamente estaría
afirmando que no acudió a denunciar a su empleador porque tenía miedo de quedarse sin trabajo, en
lugar de hacer una pregunta abierta para que lo explique en sus propias palabras el trabajador.

La ley señala que hay ciertos momentos en los que no habrá ningún problema en realizar preguntas
sugestivas:

 Que se traten sobre temas introductorios que no afecten hechos controvertidos (¿en su
demanda, usted señala que ingresó a trabajar el 20 de enero de 2014 verdad?).
 Que recapitulen información ya aportada por el declarante (¿usted estuvo afiliado al seguro
social?, cuando el proceso constan las certificaciones aportadas en la misma demanda).
 Cuando el juzgador haya calificado al testigo como hostil.

Aparece entonces el testigo hostil, figura que no existía en el extinto –aunque aún ronda por los
pasillos judiciales y oficinas- Código de Procedimiento Civil (CPC). El “Webster’s Legal dictionary”
(tercera edición, editorial Random House, año 2007) describe al testigo hostil como aquel que es
llamado por una parte en un caso, pero que se conoce que es amigable (se usa el término “friendly”)
con la otra parte, o el que se encuentra siendo evasivo al contestar las preguntas.

Al no haber definición del testigo hostil en el COGEP, tenemos que acudir a la doctrina y al derecho
extranjero para conocer las características de este tipo de declarante, por lo que, en concreto
estaríamos ante un testigo hostil en estas situaciones:

 Cuando solicito la declaración de un testigo que conozco tiene una afinidad más con la
contraparte que con mi postura en el proceso. Ejemplo: presento una demanda de daños y
perjuicios contra una compañía rival y, como prueba solicito la declaración testimonial de uno
de los socios de esta persona jurídica.
 Se solicita la declaración de algún testigo que en teoría debería alinearse con mi posición
procesal; sin embargo, al contestar lo hace con evasivas.

En esas hipótesis se podrá hacer a los testigos preguntas sugestivas y la contraparte no podrá
objetarlas y de igual forma, el juez tampoco podrá rechazarlas.

Surge la pregunta de la calificación al testigo como hostil por parte del juez. No olvidar que la norma
requiere esta calificación, por lo cual me aventuro a decir que en el primero de los casos anotados,
antes de que formulemos la primera pregunta debemos pedirle al juez que califique de hostil al testigo
apoyándonos en los antecedentes y su relación con la contraparte; en el segundo escenario, durante
la declaración y luego de la(s) respuesta(s) evasiva(s), pedirle al juez que lo declare hostil, tal cual lo
hizo Harvey Dent, aunque sin el golpe de gancho de derecha.

capcioso, capciosa

adjetivo

1. Que es engañoso o induce al error.

"esta visión capciosa sitúa los acontecimientos en una perspectiva estrecha y momentánea"

2. [pregunta, razonamiento] Que se hace con habilidad para comprometer o hacer caer en una
trampa.

"un interrogatorio capcioso"

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