Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Resumen
Este texto busca identificar algunos signos de idolatría hoy en día muy presentes en
las sectas o centros de culto religioso que han proliferado en la últimas décadas en
toda Latinoamérica, especialmente en Colombia. El trabajo está iluminado por el texto
bíblico sobre la ley de desviación del culto en Dt 16,21.
Palabras clave:
Idolatría, culto, secta, error, confusión.
Introducción
Uno de los pecados más graves contenidos en la Biblia es quizá el pecado de idolatría.
La idolatría es la razón principal por la cual Dios reprendió y juzgó a la nación de
Israel. La idolatría es cuando violamos el primero de los Diez Mandamientos (Éxodo
20, 3), el cual indica que: “No tendrás otros dioses delante de mí”. Idolatría por tanto
es cuando ponemos algo o alguien primero en nuestra vida, antes que el Dios vivo y
verdadero. La idolatría es la causa raíz de todos los demás pecados y esta es la razón
por la cual los dos primeros mandamientos trataban sobre esto.
Hoy los nuevos cultos religiosos buscan destacarse en medio de los ya tradicionales e
históricos, los cuales han combatido por siglos las diversas idolatrías a las que son
expuestos tanto los ministros de culto como los objetos de culto. Ante estas
propuestas religiosas, los nuevos cultos o iglesias intentan crear algo que atraiga a la
gente que tiene hambre de Dios con el fin de que se enganche con el nuevo estilo de
experiencia religiosa que promueven, quizás hasta llegar al engaño y error. El Libro
del Deuteronomio condena todo tipo de idolatrías, en especial aquellas que están
ligadas al altar de Yahvé: “No plantarás para ti como cipo ninguna clase de árbol, junto
al altar de Yahvé tu Dios que hayas construido para ti” (Dt 16,21).
2) Idolatría al entretenimiento
Por otra parte hay muchos creyentes que acuden a estas iglesias porque tienen
cantantes muy destacados y sobre todo música principalmente para entretenerse.
Esto hace suponer que muchos de los creyentes no se dan cuenta de que están
poniendo su gratificación en el entretenimiento antes que en la verdadera adoración.
Hace años, muchas iglesias ni siquiera tenían instrumentos musicales y la gente acudía
en masa a las iglesias de todos modos, aunque la congregación solo usaba libros de
himnos religiosos y cantaban a capela para la adoración a su Dios. Ahora, es muy
común que los pastores hagan presupuestos exagerados y hasta millonarios, una gran
cantidad de dinero, para pagar cantantes profesionales y músicos con el fin de llenar
los servicios de sus iglesias con multitudes de personas. En mi opinión, a pesar de que
estamos llamados a adorar con mucha reverencia, elegancia y calidad, esto es ir
demasiado lejos y mezclar como valor central la cultura del entretenimiento del
mundo. Al final del día, si la adoración a Dios es hecha por profesionales, o se usan
grabaciones o se canta a capela, la gente debería adorarlo y adorarlo de la misma
manera, en “espíritu y en verdad”, que es el único tipo de adoración que Dios busca (Jn
4, 23-24). Aquellos que dejan su iglesia local para asistir a otra iglesia buscando un
mejor “culto”, en mi opinión, a menudo son culpables de idolatría ya que no pueden
adorar a Dios desde su corazón sin ser entretenidos por profesionales.
Dios nos diseñó para tener distinciones en la cultura con respecto a la comida, la
vestimenta, el lenguaje y otras cosas basadas en los matices étnicos. Sin embargo,
estas distinciones no son donde los creyentes deben derivar su identidad primaria o
anclar sus identidades, ya que en Cristo no hay ni hombre ni mujer, negro, blanco o
amarillo, porque todos somos uno en Cristo (Gal 3,28). Así que es un error de estos
nuevos cultos promover la visión individualista basada en preferencia de grupos o
etnias o personas de determinado lugar o status.
Conclusión
Me parece fundamental reconocer estos peligros de idolatría en el mundo actual, en
especial en las sectas y nuevos cultos religiosos que tanto están proliferando hoy en
día y sólo buscan engañar y confundir con el fin de obtener un beneficio económico
del creyente. Si invitamos a los que deseen conocer un nuevo culto a reconocer las
diversas formas idolátricas que se viven en estos lugares ayudará a identificar los
engaños. Por otra parte ayudará a las iglesias tradicionales en especial la católica a no
caer en ideas similares que nos “venden” o proponen estos nuevos cultos.