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Santiago Cárdenas Escobar

Angie Medina

La humillación como punto de partida de la relación erótica.

El presente ensayo se propone justificar que la humillación desde un punto de vista


platónico puede ser identificada como una primera instancia en la formación de una
relación erótica. Para justificar esta premisa procederemos a definir la noción platónica del
eros, desde el discurso de Sócrates en el Simposio de Platón. Posteriormente, expondremos
escenarios dentro de la literatura platónica en los cuales se evidencia a la humillación
como vehículo a través del cual el daemon Eros construye la relación erótica.

Para Platón el Eros se encuentra principalmente definido en el simposio dónde Sócrates en


su discurso establece que el Eros es un intermedio entre lo feo y lo bello, entre lo divino y
lo humano. En ese sentido, Eros no es un dios como lo habían planteado otros simposiastas
si no que resulta ser un daemon, que permea el mundo de los hombres y los lleva a
construir relaciones eróticas. Desde este punto, se aprecia que eminentemente el Eros no
resulta ser una característica de los hombres o de los dioses, sino un ente que altera su
comportamiento en la medida que los aproxima eróticamente.

Existe un énfasis entre la carencia y el Eros, pues este mismo siempre está al asecho de
todo lo que es bello porque carece de belleza, así como también ama la sabiduría y está
constantemente buscándola porque no la posee, siendo consciente de qué es lo que le hace
falta; en ese orden de ideas, nos enamoramos de aquello que no tenemos, de todo lo que
nos hace falta.

Platón no desmerita el deseo sexual que involucra el amor erótico, sin embargo propone un
deseo erótico que nace a partir de apreciar la belleza por sí misma, la belleza del alma; en
dónde el deseo sexual no sería más que una forma muy disminuida de observar al Eros
verdadero.

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