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Libro tercero del Código de procedimiento Civil, aquí están regulado los recursos, no obstante que este
libro se llama de los juicios especiales, es decir, están erróneamente aquí regulados el recurso de
casación y revisión.
Recurso de Casación
El legislador no define recurso de casación (al igual que en la apelación y en la revisión), sino que
caracterizan al recurso por la finalidad que estos persiguen. El código regula conjuntamente las dos
especies de recurso de casación que hay (forma y fondo), artículos 764 y siguientes, lo que trae como
consecuencia que existen reglas comunes a ambos tipos de casación y otras particulares a cada tipo.
Artículo 764, El recurso de casación se concede para invalidar una sentencia en los casos expresamente
señalados en la ley, resultado o finalidad completamente opuesta a la finalidad que tiene el recurso de
apelación, invalidar significa anular o dejar sin efecto una sentencia. En el recurso de apelación este
nunca fue el objetivo, por mucho que pueda ésta ser revocada, puesto que en ese recurso la finalidad es
la enmienda.
Que se anule una resolución significa que ésta desaparece jurídicamente y queda sin ningún efecto. La
casación es un recurso propio de sentencias, es decir éste no es un recurso procedente contra autos y
decretos, nunca, no así la apelación que en determinados casos sí es procedente.
Artículo 765, el recurso de casación es de dos especies (copiar).El artículo 765 establece las causales que
hacen precedentes los recursos de casación y en su inciso final señala que la casación en la forma se da
en los casos del artículo 768, y son estos los motivos por los cuales se concede la casación en la forma. Y
aquí encontramos otra diferencia con la apelación que no tiene motivos legales específicos para
proceder.
Casación en la forma
“Es un recurso, es decir un medio de impugnación, extraordinario que la ley concede a la parte agraviada
con determinadas resoluciones judiciales (aquí se trata siempre de sentencias), con la finalidad de
obtener del tribunal superior jerárquico respectivo su invalidación cuando han sido dictadas con omisión
de sus requisitos legales formales o cuando se ha incurrido en vicios en su dictación o cuando esas
resoluciones inciden en un procedimiento que adolece de ciertos vicios o irregularidades”.
Las causales o motivos legales de casación en la forma (que están señalados taxativamente en el 768),
podemos dividirlas en dos grupos.
1.- Causales que permiten anular una sentencia por infracción de las normas legales que rigen la
ritualidad esencial del proceso: en este caso estamos hablando de defectos que se producen durante la
tramitación del juicio en que se dicta la sentencia objeto de la impugnación, es decir el vicio no está
contenido en la sentencia, sino que en la tramitación del juicio. Ejemplo: juicio ordinario tramitado, y
dictada la sentencia definitiva de primera instancia con todos sus requisitos formales, no obstante se
omitió en el proceso el llamado obligatorio a conciliación (diligencia esencial).
2.- Las que permiten anular una sentencia cuando se infringen las normas relativas a los requisitos
formales que debe cumplir la sentencias, o sea, cuando se trata de vicios que se producen con motivo
de la dictación de la sentencia: Ejemplo: sentencia que se dicta sin cumplir los requisitos de forma del
artículo 170.
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En el primer caso hay nulidad en la tramitación del juicio, es decir todo el juicio es nulo al igual que la
sentencia, dependiendo el momento en que haya obrado el vicio, la tramitación se retrotraerá a ese
momento, es decir, se tramitarán nuevamente las diligencias viciadas. En el segundo caso se anula solo
la sentencia, aquí con la sentencia invalidada, el juicio se queda sin sentencia, de manera que la
consecuencia es la dictación de una sentencia de reemplazo ajustada a derecho.
El fundamento del requisito de casación en la forma: está dado por el resguardo de la garantía
constitucional del debido proceso, es decir la tramitación debida de éste. Dentro de la estructura de un
proceso hay diligencias o trámites que la ley considera que son esenciales, esto cuando está establecido
en resguardo del interés público y no solo en resguardo de los litigantes, es un interés que trasciende a
la sociedad entera. A través del recuro de casación en la forma se protege el respeto a la tramitación del
juicio, resguardando al menos el cumplimiento de todos los trámites esenciales. La falta de trámites no
esenciales no trae aparejada la nulidad de todo lo obrado, puesto que están establecidas solo en el
interés de las partes, y habrá que alegarlas y no podrán ser declaradas de oficio por el juez.
Asociada a la finalidad anterior podemos encontrar una segunda finalidad, y ésta es que el recurso
pretende velar que los tribunales cumplan con las normas legales que regulan la forma de la sentencia.
b) Recurso devolutivo o por vía de reforma (y no por vía de retractación, puesto aquí intervienen
necesariamente dos tribunales).
c) Es de aquellos recursos que se denominan de derecho estricto, puesto que se debe observar en su
interposición y tramitación ciertas formalidades imprescindibles por el recurrente, las cuales de no
observarse éste resulta inadmisible.
d) En cuanto a la competencia del tribunal ad quem, es restringida o limitada a la o las causales que se
invocan, solo a esta causal queda circunscrita la competencia de la Corte.
e) Este recurso no da lugar a una instancia judicial, sino que se examinan únicamente la o las causales,
en las instancias, en cambio, se examinan los asuntos en su integridad, tanto en el hecho como en el
derecho.
Sin perjuicio de las causales del artículo 768 que deben ser alegadas por el recurrente, hay que señalar
que de no ser así y cumpliéndose con otros requisitos, los tribunales superiores tienen facultad para
invalidar de oficio de una sentencia, lo que no es propiamente casación, sino que el ejercicio de una
facultad de oficio.
La ley señala en el artículo 766 del CPC que, en general, sólo se concede el recurso de casación contra las
sentencias definitivas, contra las interlocutorias cuando ponen termino al juicio o hacen imposible su
continuación y, excepcionalmente, contra las sentencias interlocutorias dictadas en segunda instancia
sin previo emplazamiento de la parte agraviada, o sin señalar día para la vista de la causa.
Procederá, asimismo, respecto de las sentencias que se dicten en los juicios o reclamaciones
regidos por leyes especiales, con excepción de aquellos que se refieran a la constitución de las juntas
electorales y a las reclamaciones de los avalúos que se practiquen en conformidad a la Ley N°17.235,
sobre Impuestos Territoriales y de los demás que prescriban las leyes.
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1ºProcede en contra de las Sentencias Definitivas. ¿Cuáles Sentencias Definitivas?
La ley no distingue entre sentencias definitivas, por lo que puede ser de única, primera o
segunda instancia. Esta sentencia definitiva puede haber sido dictada en cualquier tipo de juicio, salvo la
excepción del inciso final de la norma que se refiere a algunos juicios de reclamación.
Cuando la ley señala que el recurso de casación procede contra las sentencias interlocutorias que ponen
termino al juicio o hacen imposible su continuación, se refiere más bien a aquéllas que establecen
derechos permanentes a favor de las partes.
Determinar cuándo una Sentencia Interlocutoria pone término al juicio o hace imposible su
continuación es una cuestión que debe revisarse caso a caso.
Ejemplo: La sentencia que declara el abandono de procedimiento, la cual hace concluir el proceso. Esta
sentencia resuelve un incidente estableciendo derechos permanentes en favor de la partes. Ídem la que
declara el desistimiento de la demanda, la incompetencia del tribunal o la deserción del Recurso de
Apelación.
El emplazamiento está referido a que la sentencia interlocutoria se dictó sin que éste haya existido en el
Recurso de Apelación. El emplazamiento en el Recurso de Apelación es un trámite que se compone por
dos elementos: 1º la notificación de la resolución que dicta el tribunal inferior concediendo el recurso y;
2º el transcurso del plazo legal ante el tribunal superior para comparecer en segunda instancia.
3º Procede respecto de sentencias que se dicten en los juicios o reclamaciones regidas por leyes
especiales, salvo los casos señalados en el artículo 766 inciso final.
Si una ley especial establece que en el procedimiento regulado en ella no es aplicable el recurso de
casación, debe estarse a lo dispuesto en esa norma. A eso se refiere el inciso final cuando dispone “y las
demás que prescriben las leyes”.
En resumen, el Recurso de Casación procede siempre en contra de sentencias; los autos y decretos
quedan fuera de la posibilidad de este Recurso.
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La causal se configura por algún hecho o circunstancia que haya ocurrido en el proceso y que en
concepto del legislador autoriza interponer este recurso. No existe aplicación analógica de estas
causales, ya que la disposición es taxativa.
b) Causales que se refieren a vicios que se cometen durante la tramitación del proceso. Causal 9º del
artículo 768 del CPC.
1ºEn haber sido la sentencia pronunciada por un tribunal incompetente o integrado en contravención a
lo dispuesto por la ley.
ii) Haber sido la sentencia pronunciada por un tribunal integrado en contravención a lo dispuesto por
la ley. En este caso no hay incompetencia, si no que se trata de un tribunal que está mal integrado. La
integración es una institución que procede en los tribunales colegiados y se encuentra regulado en las
normas del COT. Cuando el artículo señala que el tribunal ha quedado integrado en contravención a la
ley, es porque no se ha respetado la regulación antes dicha. En esta causal debe tenerse cuidado, ya que
dentro del proceso existe una oportunidad para reclamar la mala integración en una Corte y que es
antes de la vista de la causa, por lo tanto, si la parte no reclama y asiste a la vista de la causa, no puede
después interponer el Recurso de Casación fundado en este motivo.
Estos dos motivos no deben confundirse, en el segundo caso el tribunal es competente mientras que en
el primero no.
¿Cómo las partes pueden llegar a reclamar de la integración inadecuada de una Corte?
·El Presidente de la Corte diariamente hace la instalación del tribunal, de la cual se levanta un acta. El
acta, que contiene la instalación de todas las salas, es publicada, de manera que las partes toman
conocimiento de la integración a través del “Acta de instalación”.
· Las partes, además, conocen la integración de la corte a través de la información proporcionada por el
secretario o el relator del tribunal, artículo 166 CPC.
Interesa conocer la integración de una sala ya que alguno de sus miembros puede estar afecto a alguna
inhabilidad legal. A los abogados integrantes se los recusa sin expresión de causa.
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2ºEn haber sido pronunciada por un juez, o con la concurrencia de un juez legalmente implicado, o cuya
recusación esté pendiente o haya sido declarada por tribunal competente.
Esta causal está referida a las inhabilidades a que están afectos los integrantes de la sala o salas de una
Corte. Las inhabilidades son motivos que establece la ley en virtud de los cuales un Ministro no debería
conocer un asunto, sea por implicancia o recusación, por haber perdido la imparcialidad que debe tener
todo juez.
En este caso basta que el juez esté afecto a alguna de las causales de implicancia del artículo 195 COT,
no interesa que esa implicancia esté declarada en el proceso, es decir, basta que concurra el motivo.
ii) Que la sentencia haya sido pronunciada por un juez o con la concurrencia de un juez cuya
recusación esté pendiente. A diferencia del caso anterior, no basta la concurrencia de la causal de
inhabilidad, ya que el Código señala que la recusación debe estar pendiente, por lo tanto debe haber
sido alegada por la parte correspondiente mediante un incidente cuya resolución no ha sido
pronunciada aún. Las causales de recusación se encuentran en el artículo 196 del COT.
iii) Que la sentencia haya sido pronunciada por un juez o con la concurrencia de un juez cuya
recusación haya sido declarada por un tribunal competente. Estas causales de inhabilidad le restan
imparcialidad al juez, ese el motivo de que sean causa del Recurso de Casación.
3ºEn haber sido acordada en los tribunales colegiados por menor número de votos o pronunciada por
menor número de jueces que el requerido por la ley o con la concurrencia de jueces que no asistieron a la
vista de la causa y viceversa.
En esta causal hay cuatro motivos que justificarían fundar un recurso de casación en la forma(1.- Que
la sentencia haya sido acordada por menor número de votos; 2.- Que la sentencia haya sido
pronunciada por menor número de jueces que el requerido por la ley; 3.- Que la sentencia haya sido
pronunciada con la concurrencia de jueces que no asistieron a la vista de la causa; 4.- Que la sentencia
haya sido pronunciada sin la concurrencia de todos los jueces que asistieron a la vista de la causa).
Los cuatro casos están referidos a la situación que se produce en relación a los acuerdos de los
tribunales colegiados (reglas que establece el Código Orgánico), después de que termina la vista de la
causa debe producirse acuerdo por parte de los tribunales colegiados, y esto en la práctica sucede.
Que la sentencia haya sido acordada con menor número de votos, la regla general es la mayoría
absoluta de votos conformes en un determinado sentido.
Recordar que en una corte depende de la naturaleza de la resolución recurrida la cantidad de Ministros
o firmas que esta requiere. Ahora, que sean tres Ministros en quórum de sala no significa que todas las
resoluciones las deben firmar los tres ministros, puesto que las resoluciones de mero trámite basta solo
una firma, pero aquellas que requieren de la concurrencia de todos obligatoriamente se debe producir
el quórum de la mayoría. Esta causal contempla el caso en que se haya infringido cualquiera de las
reglas de los acuerdos considerando la naturaleza de la resolución.
La sentencia tiene que aparecer pronunciada y consecuencialmente por los integrantes que estuvieron
el día que se vio el asunto cualquiera sea el tiempo que transcurra entre la vista y el pronunciamiento.
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En la práctica cuando termina la vista de la causa, el relator siempre certifica, salvo que se falle de
inmediato, en el expediente de los Ministros que asisten a la vista y ante quienes esa causa queda en
acuerdo, por lo que la constatación se hace comparando el acta de instalación de la corte con el fallo.
Puede ocurrir que haya más de un acta de instalación.
Esto de que la sentencia aparezca pronunciada sin la concurrencia de los jueces que asistieron a la vista
es algo que se produce rara vez, pero puede ocurrir por el fenómeno de que las causas muchas veces no
salen inmediatamente.
4ºEn haber sido dada ultrapetita, esto es, otorgando más de lo pedido por las partes, o extendiéndola a
puntos no sometidos a la decisión del tribunal, sin perjuicio de la facultad que éste tenga para fallar de
oficio en los casos determinados por la ley.
Para el Código de Procedimiento Civil existe Ultrapetita en dos situaciones: 1.- Cuando la sentencia
otorga más de lo pedido por las partes y; 2.- Cuando se extiende a asuntos no sometidos a la decisión
del tribunal, esto sin perjuicio de la facultad del tribunal para hacer pronunciamientos de oficios en los
fallos, cuestión que habrá que analizar caso a caso.
Las situaciones de ultrapetita aquí indicadas, dicen relación con la necesaria congruencia que debe tener
el fallo, con lo que se falla y el asunto que fue sometido a juicio (porque los tribunales están para
resolver conflictos que promueven las partes, objeto que fija el demandante en su demanda, quien
formula la pretensión). Para resolverlo habría que contrastar el fallo con lo solicitado en la demanda.
Cuando la sentencia otorga más de lo pedido por las partes, es vicio porque se incurre en un exceso
cuantitativo, como también puede haber diferencia cuando el juez altera, por ejemplo, el fundamento o
causa de pedir (caso en el que no habría identidad), de manera que el análisis del fallo debe ser
completo.
La ultrapetita es un vicio que afecta la congruencia, conclusión que obtenemos del artículo 160 del
Código, que señala que las sentencias se pronunciarán conforme al mérito del proceso, y esto es
únicamente lo que existe dentro del proceso, los escritos y la prueba puntualmente, y no podrán las
sentencias extenderse a puntos que no hayan sido expresamente sometidos a discusión por las partes.
Todo lo anterior es, sin perjuicio, de las facultades que confiere la ley para proceder de oficio en ciertas
circunstancias.
5ºEn haber sido pronunciada con omisión de cualquiera de los requisitos enumerados en el artículo 170.
Una sentencia definitiva de primera instancia formalmente puede que contenga, por ejemplo,
considerandos, pero hay que analizar, además, la calidad de estos, y que contenga fundamento para
cada una de las decisiones.
Hay que tener presente también que la sentencia definitiva debe cumplir, además, con los requisitos
que contempla el auto acordado de la Corte Suprema. Pero la causal dice relación exclusivamente con lo
dispuesto con el artículo 170 del código.
6ºEn haber sido dada contra otra pasada en autoridad de cosa juzgada, siempre que ésta se haya
alegado oportunamente en el juicio.
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Lo que ocurre aquí es que en un segundo juicio se dicta una sentencia (la cual se recurre) en
circunstancias que anteriormente existía una sentencia ejecutoriada, respecto de la cual y en relación
con la segunda sentencia concurren los requisitos de la triple identidad legal.
Aquí, para que concurra la causal, tiene que tratarse de una sentencia que tenga varias decisiones en su
parte resolutiva, de manera que si la decisión es una sola es imposible que esta causal se configure, es
necesario, además, que se produzca contradicción. Lo que en la práctica significa que existe una
oposición entre las decisiones que contiene el fallo, de manera que no sería posible llevar a efecto, las
varias decisiones simultáneamente. No interesa para este efecto una eventual contradicción en los
considerandos de la sentencia.
8ºHaber sida dada en apelación legalmente declara desistida. (ya no desierta y prescrita)
Esta causal se refiere a los casos en que el Recurso de Apelación termina en forma anormal, debido a
que no se dicta resolución respecto del fondo del recurso. Para que se configure esta causal en el
proceso tiene que existir una resolución que declare el desistimiento del Recurso, y no obstante
producirse esa situación, el Recurso de Apelación de que se trata es fallado por el tribunal.
Esta situación es muy difícil que pueda producirse en la práctica, quizás pueda ocurrir si se presentan
varios Recursos de Apelación y alguna de ellas sea declarara desistida. En esas condiciones, la resolución
que falla la apelación es susceptible del Recurso de Casación en la forma, obviamente en la medida de
que se trate de una sentencia definitiva o interlocutoria.
Como en este caso el Recurso de Apelación ha terminado anormalmente por el motivo mencionado, el
tribunal que conoce de este recurso carece de competencia para fallarlo, ya que éste ha terminado.
9ºEn haberse faltado a algún trámite o diligencia declarados esenciales por la ley o a cualquier otro
requisito por cuyo defecto las leyes prevengan expresamente que hay nulidad.
En este caso encontramos dos motivos bastante similares que producen el mismo efecto:
i)Que en la tramitación del juicio se haya omitido algún trámite o diligencia que la ley declare esencial.
Luego, si una diligencia que es declara esencial por la Ley y ésta es omitida o se ejecuta mal sin cumplir
los requisitos, procede el Recurso de Casación para anular la sentencia dictada en esas condiciones.
ii) Que en la tramitación del juicio no se cumpla cualquier otro requisito para cuyo efecto la Ley
declare expresamente que hay nulidad.
Este requisito no es esencial, pero la ley dice que su omisión o ejecución imperfecta conlleva la nulidad.
En este caso se requiere de texto legal expreso que señale que se produce la nulidad o que claramente
dé a entender lo mismo.
Ejemplo: artículo 398 del CPC, que se refiere a la confesión extrajudicial verbal utiliza la expresión “no se
tomará en cuenta”.
a) Trámites o diligencias esenciales en los Juicios de Mínima Cuantía, artículo 789 del CPC.
b) Tramites o diligencias esenciales en los Juicios de Mayor Cuantía, Menor Cuantía y Juicios especiales,
artículo795del CPC. También son los trámites esenciales de primera o única instancia.
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c) Trámites o diligencias esenciales en los Juicios de Mayor Cuantía seguidos ante Árbitros Arbitradores:
artículo 796 del CPC.
Por su importancia, solo nos referiremos a los artículos 795 y 800 CPC.
Análisis del Artículo 795: Trámites o diligencias esenciales de Primera o Única instancia
Este emplazamiento cobra especial importancia respecto del demandado, sin embargo, la ley utiliza la
expresión “partes”, por lo que afecta también al demandante o a terceros. Al demandante si es
reconvenido por ejemplo, ya que hay emplazamiento en la reconvención.
El emplazamiento, respecto de la demanda, se configura por la notificación legal del escrito de demanda
al demandado, más el transcurso completo del plazo legal que se establece para que el demandado se
defienda.
2ºEl llamado de las partes a conciliación en los casos que corresponda conforme a la ley.
Debe entenderse también que no basta que el juez ordene este trámite para que se entienda cumplido.
La conciliación está compuesta primeramente por la resolución judicial que dispone el trámite y ordena
que se cite a las partes a la audiencia correspondiente fijando día y hora al efecto, luego por la
notificación legal de esa resolución judicial y, finalmente, por la realización de la audiencia de
conciliación. Si se omite algún acto de este trámite, es lo mismo que se hubiera omitido el trámite
mismo.
La causa se recibe a prueba cuando el juez estima que hay o puede haber hechos controvertidos. Puede
haber hechos controvertidos cuando el demandado está en situación de rebeldía, ya que en ese caso no
se sabe si hay controversia debido a que éste no ha ejercido su derecho de defensa.
Además, tiene que haber terminado el periodo de discusión y haberse cumplido el trámite de
Conciliación obligatorio sin que ésta se haya producido.
Este trámite se cumple dictando el juez una sentencia interlocutoria que ordena recibir la causa a
prueba y fija los hechos controvertidos, sustanciales y pertinentes. Eventualmente esta resolución
puede fijar fechas para la prueba testimonial. Esta resolución tiene que notificarse legalmente.
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4ºLa práctica de diligencias probatorias cuya omisión podría producir indefensión.
En los aspectos generales de la prueba, dentro del sistema del CPC las partes tienen la carga de aportar
los medios de prueba. La parte debe cumplir todas las diligencias de la prueba de que se trate.
La diligencia probatoria puede ser cualquiera, pero tiene que tratarse de pruebas que tienen que
aportar las partes y cuya omisión podría producir indefensión. Que la diligencia de prueba produzca
indefensión es una cuestión que hay que ver caso a caso.
Ejemplo: Que una parte solo pueda probar un hecho a través del informe pericial y que éste sea negado.
Esa negativa produce indefensión.
Si la parte puede probar el hecho por otro medio de prueba, no queda indefenso ante la negativa del
informe pericial.
Para estimar que se ha omitido una diligencia de prueba, ésta debe haber sido solicitada y, además,
debe estar ordenada o rechazada en su caso por el tribunal. Para evaluar bien esta situación basta
recalcar lo ya expuesto en torno a que son las partes las encargadas de realizar las diligencias
probatorias, por lo tanto, si la parte no cumple con aportar la prueba, aunque se produzca indefensión,
no puede alegar que se ha omitido la prueba.
5ºLa agregación de los instrumentos presentados oportunamente por las partes, con citación o bajo el
apercibimiento legal que corresponda respecto de aquella contra la cual se presentan.
El cuidado que debe tenerse es en la forma en que procesalmente se acompaña el instrumento, ya que
los tribunales no suplen las deficiencias de las partes. Por lo tanto, la parte debe preocuparse de
acompañar el instrumento solicitando citación si es público o bajo el apercibimiento legal del artículo
346 Nº 3º a la parte contraria si es privado (ésta es la forma procesal de acompañar el instrumento).
Un instrumento mal acompañado no puede ser considerado por el juez en la sentencia y la parte
afectada no podría recurrir de casación, ya que no se configura la causal debido a que la parte misma lo
acompaño mal y, por lo tanto, el juez no puede reconocerle mérito probatorio. Ahora, si el juez lo
considera, estaría actuando mal.
Este numeral debe concordarse con lo que establece el artículo 324 del CPC. Esta última disposición
señala que toda diligencia probatoria debe practicarse previo decreto del tribunal que conoce de la
causa, notificado a las partes.
El artículo 795 Nº 6º agrega “la citación”. De manera que se requiere que la diligencia de prueba esté
ordenada por el juez a través de una resolución judicial, y esta resolución tiene que estar legalmente
notificada a las partes. Dicha diligencia tiene que disponerse con citación a la parte contraria, ya que
ésta tiene el derecho a oponerse si es que la diligencia resulta improcedente.
7ºLa citación para oír sentencia definitiva, salvo que la ley no establezca este trámite.
Este numeral debe relacionarse con el artículo 432 del CPC. Vencido el periodo de observaciones a la
prueba,el tribunal tiene que ordenar, mediante una resolución judicial, que es una sentencia
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interlocutoria, que se cite a las partes a oír sentencia. La causa en ese momento queda en estado de
fallo y se admitirán más escritos y pruebas, salvo las excepciones que el mismo artículo señala. Lo
anterior se relaciona con que el juez debe, en esta etapa, avocarse al estudio del proceso para dictar el
fallo, por lo tanto, no puede dictar sentencia definitiva vencido el periodo de observaciones a la prueba,
si omite esta diligencia, la sentencia es nula.
Puede omitirse esta diligencia si en un procedimiento el legislador no se contempla este trámite, pues
en ese caso no dicta la resolución en cuestión.
Salvo que en algún procedimiento el legislador no contemple este trámite pues, en ese caso, no se
cumple.
Todo lo anteriormente dicho está referido a los trámites o diligencias esenciales en primera o única
instancia.
1ºElemplazamiento a las partes, hecho antes de que el superior conozca del recurso.
2ºLa agregación de los instrumentos presentados oportunamente por las partes, con citación o bajo el
apercibimiento legal que corresponda respecto de aquella contra la cual se presentan.
Este numeral está en relación con el siguiente que se refiere a la fijación de la causa en tabla, ya que al
legislador le interesa que ésta se haga de acuerdo al artículo 163 del CPC, en el sentido de que la causa
está correctamente individualizada en la tabla.
4ºLa fijación de la causa en tabla para su vista en los tribunales colegiados, en la forma establecida en el
artículo 163.
5ºLos indicados en los números 3º 4º y 6º del artículo 795, en caso de haberse aplicado lo dispuesto en el
artículo 207.
Esto en la medida que sea pertinente rendir prueba en segunda instancia, puesto que en segunda
instancia no es posible rendir prueba, salvo excepciones.
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Limitaciones al recurso de casación en la forma
Al respecto hemos dicho que este recurso es, por una parte, extraordinario y, por otra, de derecho
estricto, de manera que las limitaciones al recurso se tratan de ciertas circunstancias que deben ocurrir,
o que de ocurrir en la realidad, impiden que el recurso de casación en la forma pueda ser acogido, no
obstante la efectiva existencia de la causal de casación. En otras palabras, no siempre que el recurso de
casación se funde en una causal legal, cumpliendo formalidades y dentro de plazo va a ser
necesariamente acogido, porque puede ocurrir que concurra alguna de estas limitantes. Aquí el tribunal
superior queda impedido de pronunciarse sobre el fondo del recurso.
1º Falta de preparación del recurso (es condición para que el recurrente pueda interponer el recurso
que este lo haya preparado previamente): de no prepararse, se limita al tribunal y éste deberá
desestimarlo.
La falta de preparación (a pesar de que la ley no lo dice) lleva a la inadmisibilidad del recurso, porque es
una condición que debe cumplirse para su interposición, esto está señalado en el artículo 769 del
Código de Procedimiento Civil. El reclamo a que se refiere el precepto es previo a la interposición del
recurso. En materia de nulidad al legislador lo que le interesa es que la parte afectada por un vicio
reclame de inmediato de la existencia del vicio (tan pronto como se produce, en la oportunidad que
establece la ley) y, si el vicio se comete durante la tramitación del proceso, hay que reclamarlo cuando
se conoce del vicio.
En el 769 inciso primero la ley explica en qué consiste la preparación, o cuando se entiende que el
recurso queda legalmente preparado. De acuerdo a lo aquí dicho podemos definir a la preparación
como la reclamación previa de la falta o vicio procesal por parte del recurrente ejerciendo
oportunamente y, en todos sus grados, los recursos establecidos por la ley.
El recurrente, en consecuencia, tiene que haber alegado de la falta antes de interponer la casación,
deduciendo todos los recursos que sean procedentes en relación a la falta que se comete en la
tramitación. Ejemplo: si el tribunal fuere incompetente, como demandado debería reclamar cuando la
demanda es notificada, por lo que se debería interponer una excepción dilatoria de incompetencia del
tribunal, rechazada ésta, se podría apelar en conformidad al artículo 307, y luego, denegada la
apelación, se podrá casar.
La expresión que utiliza el 769 al hablar de los recursos, está tomado aquí en un sentido amplio, referida
a cualquier medio, o toda impugnación que resulte procedente.
Para que quede preparado es necesario, entonces, que el recurrente, dentro del mismo juicio (y por la
misma parte) en que se produce la anomalía procesal, haya reclamado de ésta, y, en segundo término,
que se hayan deducido oportunamente y, en todos sus grados, los recursos permitidos por la ley.
Excepciones a la preparación, 769, 1º cuando la propia ley no admite posibilidad de reclamo; 2º cuando
la falta o vicio procesal haya tenido lugar en el pronunciamiento mismo de la sentencia que se trata de
casar; 3º cuando la falta haya llegado a conocimiento de la parte después de pronunciada la sentencia
(llega a conocimiento de la parte cuando esta ya ha sido pronunciada); además, la ley, en el mismo
precepto, señala que no es necesaria la preparación cuando se interpone contra sentencia de segunda
instancia y por ciertas causales, que son la 4º, 6º y 7º del 768.
2º Cuando el recurrente (existiendo la causal) ha sufrido un perjuicio que no solo es reparable con la
invalidación del fallo, o cuando el vicio de que se trate no influye en lo dispositivo del fallo.
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Artículo 768 inciso 3º “No obstante lo dispuesto en este artículo, el tribunal podrá desestimar el recurso
de casación en la forma, si de los antecedentes aparece de manifiesto que el recurrente no ha sufrido un
perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo o cuando el vicio no ha influido en lo dispositivo del
mismo.”. Significa que, no obstante concurrir una causal de casación, si en los antecedentes aparece de
manifiesto que el recurrente ha sufrido perjuicio que no es reparable sólo por la invalidación de la
sentencia,el tribunal podrá desestimar el recurso.
El vicio procesal siempre tiene que producir una situación de indefensión a la parte, porque en eso se
traduce el perjuicio, y la casación tiene que ser la vía que queda para subsanarlo.
Cuando una sentencia adolece de un vicio por la falta de pronunciamiento se está infringiendo el
artículo 170 del C.P.C, concretamente el numeral 6 de dicha disposición, porque adolece de falta de
decisión del asunto controvertido. Agrega, además, que esta decisión debe comprender todas las
acciones y excepciones que se hayan hecho valer en el juicio; pero podrá omitirse la resolución de
aquellas que sean incompatibles con las aceptadas.
Esta anomalía constituye una limitación, ya que el tribunal que va a conocer del recurso de casación
tiene la facultad de no anular la sentencia, o sea, de no acoger el recurso. Esta facultad del tribunal
superior consiste en ordenarle al tribunal inferior que pronunció la sentencia recurrida, que complete el
fallo, es decir, que realice los pronunciamientos que no hizo.
Cualquiera de estas tres limitaciones antes analizadas conduce a que en definitiva el recurso de casación
deducido, no sea acogido.
En cuanto a la falta de preparación, aunque la ley no lo dice, traería como consecuencia que el recurso
sea inadmisible. El tribunal que debe controlar si está o no preparado el recurso, es el tribunal superior.
En cuanto a la segunda limitación, también lo controla el tribunal superior. Esto no es una condición de
admisibilidad, sino para desestimar el recurso.
Finalmente, la falta de pronunciamiento sobre alguna acción o excepción impide que el tribunal superior
emita pronunciamiento sobre el fondo del recurso. Aquí no es que el recurso sea inadmisible o se
rechace, sino que simplemente se ordena completar el fallo.
Artículo 771
El recurso debe interponerse por la parte agraviada ante el tribunal que haya pronunciado la sentencia
que se trata de invalidar y para ante aquel a quien corresponde conocer de él conforme a la ley.
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El mecanismo entonces es el mismo que se utiliza para los efectos del recurso de apelación.
Es tribunal competente para conocer de una casación en la forma, una determinada Corte de
Apelaciones (superior jerárquico del tribunal que pronuncio la sentencia) o bien la Corte Suprema
cuando la sentencia fue pronunciada por una de las cortes de apelaciones.
Las partes en el juicio son tanto las partes directas como indirectas, por lo que puede tratarse tanto de
demandante, demandado o tercero.
En cuanto al agravio, tratándose del recurso de casación en la forma, como dice la doctrina, debe ser
doble:
1º Debe ser agraviada por la decisión desfavorable de la sentencia que se impugna, es decir, que el
fallo debe haber desestimado total o parcialmente sus pretensiones.
En la práctica esto es demostrable objetivamente haciendo una comparación entre lo que la sentencia
resuelve con aquello que fue solicitado por la parte interesada.
2º El agravio también tiene que ser causado -a la parte- por el vicio específico que alega, o sea, debe
producirse por la causal invocada.
c) Forma de interposición:
En este recurso y en el de casación en el fondo, la formalidad que establece la ley es presentar un
escrito de interposición. Este escrito es fundamental en un recurso que es de derecho estricto, por lo
que, la ley le hace exigencias especiales.
Éste debe ser presentado, dentro del plazo legal, directamente al tribunal inferior que ha pronunciado la
sentencia recurrida.
El recurso de casación en la forma, como todo recurso, debe ser interpuesto dentro la oportunidad que
la ley establece y para cuyo efecto se fijan plazos (fatales). Este plazo es individual, es decir, se cuenta
para cada parte desde que es notificada.
Recordar: el plazo sea fatal significa que el derecho para interponerlo precluye al momento de su
vencimiento.
Algunos dicen que la regla general es que el plazo sea de 15 días contados desde que se notifica la
sentencia contra la cual se recurre.
Artículo 770
El recurso de casación deberá interponerse dentro de los quince días siguientes a la fecha de notificación
de la sentencia contra la cual se recurre, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 791. En caso que se
deduzca recurso de casación de forma y de fondo en contra de una misma resolución, ambos recursos
deberán interponerse simultáneamente y en un mismo escrito.
El recurso de casación en la forma contra sentencia de primera instancia deberá interponerse dentro del
plazo concedido para deducir el recurso de apelación, y si también se deduce este último recurso,
conjuntamente con él.
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En base a lo dispuesto en este artículo, el profesor señala que el plazo para interponer el recurso de
casación en la forma es variable porque se deben hacer algunas distinciones en cuanto a la resolución
recurrida, así:
i) En primera instancia el recurso de casación en la forma debe interponerse dentro del plazo para
deducir el recurso de apelación, esto es, 5 días si se trata de una sentencia interlocutoria y 10 días si se
trata de una sentencia definitiva.
ii) En única o segunda instancia el recurso de casación en la forma debe interponerse dentro de 15 días
desde que se notifica a la parte la sentencia que será recurrida.
Artículo 772
1) Expresar en qué consiste el o los errores de derecho de que adolece la sentencia recurrida, y
El escrito de interposición del recurso de casación en la forma debe señalar o mencionar expresamente
cuál es el vicio o defecto en que se funda el recurso
2) Señalar de qué modo ese o esos errores de derecho influyen sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
Debe contener mención expresa y determinada de la ley que concede el recurso, es decir, por la causal
que se invoca. La ley es la norma legal que establece la causal.
Aquí se debe tener mucho cuidado porque el artículo 778 del C.P.C no se basta por sí solo, sino que se
debe relacionar, además, con otras normas, como, por ejemplo, el artículo 795 donde se establecen los
trámites esenciales. (Explicar en qué consiste el vicio y después citar la o las normas legales que
establecen la causal).
En uno y otro caso, el recurso deberá ser patrocinado por abogado habilitado, que no sea procurador del
número.
Debe contener patrocinio del abogado habilitado que no sea procurador del número. Esto ha dado
origen a problemas en la práctica, ya que ley no entiende el patrocinio del recurso al abogado
patrocinante de la parte.
En este escrito siempre se debe solicitar que se anule la sentencia impugnada y las actuaciones viciadas
por la o las causales invocadas. Dicha petición lleva a que el proceso se retrotraiga hasta el momento en
que se cometió el vicio.
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Este escrito, en un recurso de derecho estricto, tiene la importancia para determinar en concreto cuál es
la competencia que va a tener el tribunal superior en el recurso.
Recordar: la casación no es instancia, por lo que la competencia del tribunal superior queda limitada a la
o las causales que el recurrente invoque en el escrito.
Este escrito es invariable, inmodificable e inalterable, es decir, una vez presentado el escrito, se
consuma el derecho del litigante. Esto porque el tribunal superior no tiene atribuciones para conocer de
todas las cuestiones de hecho o de derecho promovidas, ya que se restringe a las causales alegadas.
Artículo 774
Por consiguiente, aun cuando en el progreso del recurso se descubra alguna nueva causa en que haya
podido fundarse, la sentencia recaerá únicamente sobre las alegadas en ítems y forma.
Entonces, la interposición del recurso limita la actividad del recurrente, no pudiendo modificarse el
escrito de interposición. Por su parte, el tribunal superior, no puede modificar su competencia, la cual se
fija por la o las causales invocadas en el escrito de interposición.
La tarea del tribunal que conoce de la casación es únicamente determinar si concurren o no las causales
alegadas oportunamente en el escrito y no otras materias.
Este es un recurso devolutivo, por lo que siempre le corresponde conocer al tribunal superior
jerárquico. En la casación la competencia se circunscribe a la o las causales que invoque el recurrente en
el escrito. La competencia en la casación es mucho más restringida que la que tiene el tribunal superior,
por ejemplo, en una apelación.
¿Qué ocurre ante el inferior respecto a la ejecución del fallo? ¿Se puede ejecutar la sentencia estando
pendiente de casación la sentencia?
En cuanto al efecto devolutivo, siempre está presente en la casación, es decir es de la esencia del
recurso.
En cuanto al efecto suspensivo, la regla general, de acuerdo con elartículo 773, es que no hay efecto
suspensivo, es decir, el recurso de casación no suspende la ejecución de la sentencia, salvas las
excepciones ahí mismo indicadas, que ocurre cuando el cumplimiento de la sentencia recurrida haga
imposible llevar a efecto la sentencia que se dicte si se acoge el recurso.
El recurrente de casación tiene, de acuerdo a la ley, una exención, a través de cuyo ejercicio, sus
derechos quedan resguardados frente a una posible ejecución de la sentencia. No existe aquí la orden
de no innovar, pero el recurrente tiene derecho a solicitar, o exigir, que no se lleve a efecto la sentencia
mientras la parte contraria no rinda fianza de resultas, esto significa que se solicita al juez que fije una
fianza de resultado al vencedor, para el posible caso de que el recurso de casación pueda ser acogido y,
en el intertanto, se haya exigido el cumplimiento del fallo. Este es un derecho del recurrente, es decir,
no es facultativo del tribunal fijarlo.
Este derecho se ejerce por escrito ante el tribunal a quo (ante el inferior que pronuncio la sentencia
recurrida), mediante un escrito separado del recurso que se presenta conjuntamente con deducir el
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recurso (esta es la oportunidad). El tribunal a quo se pronuncia de plano y en única instancia sobre este
escrito y debe fijar el monto de la caución, antes de enviar la comunicación correspondiente al tribunal
superior. En este caso se formara cuaderno electrónico separado con las piezas necesarias.
El tribunal a quo conocerá también en única instancia en todo lo relativo al otorgamiento y subsistencia
de la caución.
Mientras esta fianza, cuyo monto lo fija el tribunal a quo, no se rinda, no se puede exigir el
cumplimiento de la sentencia.
Hay casos excepcionales en que el recurrente de casación no tiene derecho a pedir fianza de resultas, lo
indica el mismo 773, esto cuando se cumple con los requisitos de que el recurrente sea demandado en
el juicio; segunda condición es que esta excepción se aplica solo a ciertos procedimientos o juicios que
son el juicio ejecutivo, los juicios posesorios de desahucio y de alimentos. La excepción encuentra su
fundamento en la naturaleza misma de estos procedimientos.
En la práctica, hay que ser muy prudente cuando se pide la ejecución de una sentencia estando
pendiente un recurso.
Si el escrito del recurso de casación en la forma se presenta ante un tribunal colegiado (por ejemplo:
ante la Corte de Apelaciones, estamos deduciendo recurso contra sentencia de Corte de Apelaciones y
corresponde que de este conozca la Corte Suprema), de acuerdo a la ley, el examen de admisibilidad
deberá efectuarlo en cuenta, lo que quiere que decir que en este caso es el relator el que informa a la
sala correspondiente de estos dos aspectos de la admisibilidad.
A continuación de lo anterior entonces, el tribunal debe dictar una resolución judicial y, en este caso,
sino cumple con cualquiera de estos dos requisitos, se debe declarar inadmisible sin más trámite el
recurso, 778 inciso primero, contra esta sentencia sólo podrá interponerse el recurso de reposición, que
deberá fundarse en error de hecho y deducirse en plazo de tres días. La resolución que resuelva esta
reposición será inapelable. ¿En que se podría fundar esta reposición? Por ejemplo, se podría fundar en
que el tribunal contabilizó mal el plazo.
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Ahora si el recurso cumple con ambas condiciones, artículo 776, el tribunal dará cumplimiento a lo
establecido en el inciso primero del artículo 197. Aquí el Código señala expresamente que el recurso se
concede (en caso de concurrir ambos requisitos) y que se elevan los autos al superior.
En una Corte de Apelaciones este examen le corresponde a la sala tramitadora (en el entendido de que
haya más de una sala).
Los resultados del segundo estudio de admisibilidad que hace la corte pueden ser tres.
Como primera posibilidad, artículo781, tenemos que el tribunal puede tenerlo por inadmisible por
incumplir algún requisito o formalidad, esto mediante resolución fundada, decirpor ejemplo, que es
extemporáneo, o que no contempla patrocinio, etc.
Como segunda posibilidad, esto si se estima que el recurso es admisible, se ordenará que se traigan los
autos en relación sin más trámite. Autos en relación para que se proceda al conocimiento posterior del
recurso; éstos no se conocen nunca en cuenta, sino que siempre previa vista, de manera que en todos
los casos se piden autos en relación.
Hay una tercera posibilidad, en el caso de que la Corte, no obstante haber declarado su inadmisibilidad,
si se estima posible una casación de oficio, podrá ordenar igualmente autos en relación con la finalidad
de oír a las partes sobre el eventual vicio. Tratándose de la casación de oficio, excede de los márgenes
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de acción del recurrente, y si ésta estima que hay algún vicio susceptible de casar ordenará escuchar a
las partes.
Dentro de la tramitación del recurso, hay que también señalar que las partes pueden formular
observaciones por escrito, aquellas que estimen pertinentes para el fallo de las partes, esto es
facultativo para las partes.
La ley aquí dice que la duración de los alegatos de cada abogado, se limitará a una hora en los recursos
de casación en el fondo, contra la media hora que es la regla general en las Cortes para las apelaciones.
Se pueden deducir conjuntamente los recursos de apelación y casación, y aquí un abogado se anuncia
por cada recurso por separado. Este tiempo es prorrogable por unanimidad para los alegatos
anteriormente referidos. En la casación es importante nunca olvidar que los alegatos deben estar
referidos a las causales. En una apelación puede ocurrir que se pida alegar vicios de casación.
En el recurso de casación en la forma hay posibilidad de rendir prueba, esto no es lo habitual, pero
puede ocurrir. En los casos en que la causal del recurso puede constar fehacientemente en el proceso y
en este entendido aquella causal no admite prueba; pero hay otros casos que pueden ocurrir que en la
causal sea controvertida, y que esto no conste en el proceso, por ejemplo, el 768 numero 2º: juez
legalmente implicado, va a ser una causal que requiera acreditación. En estos casos, si la causal necesita
de prueba, a petición de parte, el tribunal superior debe abrir un término prudencial para acreditarla, el
cual no puede exceder de 30 días, artículo 799 fundamentalmente y 807. Este es un término especial de
prueba que se abre exclusivamente a hechos controversiales de la causal discutida.
Lo más relevante es determinar cuáles serían los pronunciamientos que debería tener una sentencia
que acoge los recursos de casación en la forma: una mención en cuanto a que el recurso se acoge,
segundo y como consecuencia de ello, que se anula o invalida la sentencia recurrida y, tercero
(dependiendo de la causal), la sentencia tiene que determinar en qué estado queda la tramitación del
proceso, porque si la sentencia se funda en un vicio en la tramitación del juicio, habrá que dictar el
estado en que queda éste. Y, además, se ordena remitir el proceso al tribunal inferior correspondiente
a fin de que se continúe con la tramitación del juicio en el estado que determina la corte. Esa
tramitación del proceso debe continuarla un juez no inhabilitado, puesto que el juez que dictó la
sentencia que se recurre queda inhabilitado.
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(*)Desde el punto de vista material, siempre habrá un fallo de casación y puede o no haber una
sentencia de reemplazo, lo que dependerá de la causal por la cual se acoja el recurso.
El contenido de la sentencia de reemplazo está dado por el de la sentencia anulada; si se trata de una
sentencia definitiva, en principio, ésta deberá contener la resolución del asunto controvertido.
Si se rechaza el recurso, éste debe mencionarlo expresamente y debe contener los fundamentos que
justifiquen el rechazo.
(Estas cargas son las que ya hemos dicho: 1º depositar el dinero en la secretaria del tribunal inferior para
la confección de las fotocopias cuando corresponda (por regla general corresponde, hay excepciones que
contempla el artículo 733) y dentro del plazo que la ley establece (para el efecto de ejecutar la
sentencia); 2º cuando el recurrente no franquea la rendición del proceso al tribunal superior habiendo
sido requerido para ello, situación que también opera ante el tribunal inferior; 3º cuando el recurrente
no comparece oportunamente, ante el tribunal superior a proseguir el recurso.)
Tenemos también, como formas anómalas de poner término al recurso, los acuerdos, o un avenimiento,
o incluso una conciliación, pero no vamos a entrar en esos temas con mayor detalle.
Recurso de casación en el caso de juicios o reclamaciones que se rigen por leyes especiales
El artículo 766 inciso segundo dice que el recurso de casación procede respecto de las sentencias que se
dicten en los juicios o reclamaciones regidos por leyes especiales, con las excepciones que allí mismose
señalan.
El alcance que debemos hacer es que el código limita las causales de procedencia del recurso en estas
situaciones (768 inciso segundo). Aquí es importante, siempre que se trata de un procedimiento regido
por leyes especiales, que es lo que establecen estos mismos, puesto que, por ejemplo, la ley especial
puede contener aún más limitaciones o derechamente negar la posibilidad de interposición del recurso,
por esto, lo primero que hay que analizar es el texto de la propia ley especial. Si ésta nada dice (no tiene
ninguna norma referente al recurso de casación) aplicamos las reglas del código, 766 inciso segundo y
768 inciso segundo.
Al respecto de una resolución para la que procede la casación y la apelación, lo importante es que, en la
medida que una resolución sea susceptible de los dos recursos, la parte afectada puede interponer
ambos, partiendo del supuesto que la resolución hace procedente los dos recursos. Para esto no existe
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un orden legal de interposición en relación a la redacción del escrito; ambos tienen una sola vista y se
contiene su resolución en un solo fallo, artículo 798.
Los tribunales, sin perjuicio de lo dispuesto en esta norma en materia de facultades oficiosas, pueden
también anular actuaciones conforme lo dispone el artículo 84 inciso final del CPC; pero, a este
respecto, hay una diferencia entre ambas normas: la primera se refiere a la casación de oficio de la
sentencia y el artículo 84 inciso final se refiere únicamente a las actuaciones, por lo que ambos se
encuentran en relación pero no dan la misma facultad. Por consiguiente, no va a ser lo mismo anular por
una u otra norma.
La casación de oficio es una facultad que tienen únicamente los jueces de los tribunales superiores y no
para el mismo tribunal que dicta una sentencia.
La casación de forma de oficio la podríamos definir diciendo que se trata de una atribución o facultad
que la ley confiere a los tribunales superiores de justicia para que en ciertos casos puedan, de propia
iniciativa, anular o invalidar sentencias dictadas por tribunales inferiores en los casos en que existan
vicios o defectos que constituyen causales del vicio de casación en la forma.
De manera que, esta situación de artículo 775, constituye una excepción importante al principio de
pasividad de los tribunales que contempla nuestro sistema de Código de Procedimiento Civil (excepción
al artículo 10 del COT).
Por una parte, hablamos de una intervención de oficio (de propia iniciativa, sin que esto se solicite) y,
por otra parte, decimos que ésta es una intervención esencialmente facultativa, atendiendo a la
redacción de la norma.
¿Por qué existe la casación de oficio? Ocurre que el recurso de casación está establecido en favor de los
litigantes (como todo recurso) para que cuando se sientan perjudicados utilicen esta herramienta
procesal, pero como buena parte de las leyes de procedimiento son de orden público (principalmente
las que se refieren a las diligencias esenciales), quien debe velar porque el proceso cumpla su finalidad y
se tramite adecuadamente es el tribunal, y es esto lo que justificaría la existencia de la casación oficiosa.
Esto está establecido para los casos en que el recurso no se ha deducido o en que se ha deducido por
otra causal que no concurre, existiendo otras que el tribunal estima que dan lugar al recurso.
Procedencia
En la tramitación del proceso lo indispensable es que el tribunal superior se encuentre conociendo del
proceso en el que se han cometido las anomalías que justifican el recurso, y el Código dice que existen
varias vías mediante las cuales el tribunal puede encontrarse conociendo de la causa.
Apelación, consulta (es un trámite que consiste en una revisión por parte del tribunal superior en los
casos que la ley lo ordena, no es un recurso), casación, o por vía de una incidencia. Da lo mismo por cuál
de estas vías la Corte esté conociendo, lo concreto es que el tribunal superior tome conocimiento de la
existencia de un vicio constitutivo de casación en la forma que conste fehacientemente en el proceso
(debe aparecer de manifiesto en los antecedentes) y que el tribunal debe advertir.
Artículo 775
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No obstante lo dispuesto en los artículos 769 y 774, pueden los tribunales, conociendo por vía de
apelación, consulta o casación o en alguna incidencia, invalidar de oficio las sentencias cuando los
antecedentes del recurso manifiesten que ellas adolecen de vicios que dan lugar a la casación en la
forma, debiendo oír sobre este punto a los abogados que concurran a alegar en la vista de la causa e
indicar a los mismos los posibles vicios sobre los cuales deberán alegar.
Si el defecto que advierte es la omisión del fallo sobre alguna acción o excepción que se haya hecho valer
en el juicio, el tribunal superior podrá limitarse a ordenar al de la causa que complete la sentencia,
dictando resolución sobre el punto omitido, y entre tanto suspenderá el fallo del recurso.
El tribunal superior, al hacer uso de esta facultad, no está afecto a las limitaciones que tienen las partes
para su interposición, y no interesa tampoco si la parte que resulta agraviada reclamó o no; tampoco
(suponiendo que la parte dedujo casación por otras causales) es impedimento que se hayan desechado
las causales que invocó el recurrente para que la Corte utilice otras.
Por último, dentro de las reglas de la casación oficiosa, la ley le establece una exigencia al tribunal y es
que, a fin de guardar los intereses de las partes, la Corte deberá oír a cerca de los vicios a los abogados
de las partes. Para lo cual el Presidente de la sala debe informar al abogado de qué se trata el vicio en la
medida que los abogados concurran a la vista de la causa, y así la Corte podrá anular en la forma que le
parezca.
Ocurre también que el vicio se detecta en el estado de acuerdo y, en este caso, no se puede oír a los
abogados
Esto en el sentido de que invalidándose de oficio, hay que determinar igualmentecuál es el estado en
que queda el proceso (lo que sigue dependiendo de si el vicio se ha cometido durante la tramitación del
juicio o en la sentencia) y ordenar devolver el proceso al tribunal inferior para la continuación de la
tramitación dependiendo del estado en que debe quedar el juicio; o, la otra posibilidad es que,
anulándose la sentencia, la Corte, separadamente y sin nueva vista, dicte la sentencia que corresponde,
786 inciso final:“Lo dispuesto en el inciso precedente regirá también, en los casos del inciso primero del
artículo 776, si el tribunal respectivo invalida de oficio la sentencia por alguna de las causales antes
señaladas.”.
Ahora, si la Corte, después de oír a los abogados o sin oírlos, puede determinar que no hay que invalidar
de oficio (porque a veces el vicio es bastante dudoso). Sin perjuicio de que la casación sea oficiosa, el
tribunal igualmente puede solicitar que se alegue sobre el recurso.
Agreguemos que es posible que en esta etapa el tribunal detecte de oficio que el defecto de que
adolece la sentencia es la falta de pronunciamiento sobre alguna acción o excepción (que en el recurso
de casación en la forma constituía una limitación, porque el tribunal superior puede limitarse a ordenar
al inferior que complete la sentencia), la Corte puede limitarse a devolver el expediente para que el juez
complete el fallo (aquí no hay inhabilidad porque no hay pronunciamiento sobre el punto omitido) o
proceder a casación de oficio.
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No hay definición legal respecto de este recurso, el artículo 764 señala la finalidad del recurso de
casación en general, que es aplicable a las dos casaciones.
Artículo 764
El recurso de casación se concede para invalidar una sentencia en los casos expresamente señalados por
la ley.
El artículo 765 dice que es de dos especies, y que es de casación en el fondo en el caso del artículo 767.
Entonces, conforme al artículo 764, 765 y 767 del C.P.C, podemos definir al recurso de casación en el
fondo como un "recurso de carácter extraordinario, que la ley concede a la parte agraviada con
determinadas sentencias, con la finalidad de obtener su invalidación en los casos en que han sido
dictadas o pronunciadas con infracción de ley y esta infracción haya influido sustancialmente en los
dispositivo de la sentencia".
Del artículo 767 del C.P.C desprendemos que la única causal del recurso de casación en el fondo es la
infracción de ley con influencia sustancial en lo dispositivo de la sentencia.
Aquí se sostiene que su fundamento es doble: por una parte, está el respeto al principio de igualdad
ante la ley y, por otra, el lograr o pretender la uniformidad de la jurisprudencia.
Como este recurso es de competencia exclusiva y excluyente de la Corte Suprema, debemos recordar
que justamente una de las funciones de ésta es uniformar la jurisprudencia, aun cuando en Chile ésta
sea meramente orientadora.
Que uno de sus fundamentos sea defender el principio de igualdad ante la ley significa que el recurso de
casación en la forma se refiere a las personas, en el sentido de que se trata de procurar, a través de este
recurso, que los tribunales tengan el mismo criterio para interpretar o aplicar la ley al caso concreto, sin
importar las personas que intervienen, o bien, su calidad. En otras palabras, tiene por objeto que se
aplique la ley a todos en un mismo sentido. Se supone que esto nos lleva a uniformar la jurisprudencia.
Características
b) Es un recurso devolutivo, porque es conocido y fallado por un tribunal superior distinto del que
pronuncio la sentencia recurrida. En este caso este tribunal es únicamente la Corte Suprema.
c) Es un recurso de derecho estricto, porque no basta con la mera interposición del recurso, sino que el
recurrente debe cumplir con requisitos de admisibilidad, ciertas formalidades, etc.
Este es un recurso esencialmente de derecho, en el sentido de que, a través de este recurso, la labor de
la Corte Suprema es determinar si la ley fue o no correctamente aplicada al caso concreto.
La casación en el fondo implica admitir que los hechos acreditados en el juicio fueron indicados en la
sentencia.
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Resoluciones susceptibles de casación en el fondo
Artículo 767
El recurso de casación en el fondo tiene lugar contra sentencias definitivas inapelables y contra
sentencias interlocutorias inapelables cuando ponen término al juicio o hacen imposible su continuación,
dictadas por Cortes de Apelaciones o r un tribunal arbitral de segunda instancia constituido por árbitros
de derecho en los casos en que estos árbitros hayan conocido de negocios de competencia de dichas
Cortes, siempre que se hayan pronunciado con infracción de ley y esta infracción haya influido
substancialmente en lo dispositivo de la sentencia.
Conforme a esta norma entonces, el recurso de casación en el fondo tiene lugar contra las sentencias
definitivas e interlocutorias y siempre que estas últimaspongan término al juicio o bien hagan imposible
su continuación.
A su vez, tanto las sentencias definitivas como las interlocutorias, deben ser inapelables.
Otro requisito es que estas resoluciones deben haber sido dictadas por una Corte de Apelaciones, o bien
por un tribunal arbitral de segunda instancia constituido por árbitros de derecho cuando estos hayan
conocido negocios de la competencia de dichas cortes.
Este recurso, atendido a lo que dice el artículo 767 del C.P.C, es más restrictivo, en el sentido de que nos
limita notablemente las resoluciones dependiendo del tribunal que las pronuncia.
Conforme al artículo 767 del C.P.C existe una única causal del recurso de casación en el fondo, la cual
consiste en la infracción de ley con influencia sustancial en lo dispositivo de la sentencia.
Dicho esto, para que proceda esta causal, se deben cumplir dos requisitos:
Estos requisitos se deben analizar, puesto que surgen las siguientes interrogantes:
¿Qué se entiende con que una sentencia se haya pronunciado con infracción de ley?
¿Qué debe entenderse por infracción que influye sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia?
Respecto a estas interrogantes el Código no dice nada, por lo que adquiere gran importancia lo señalado
tanto para la doctrina como para la jurisprudencia.
Con respecto a cuándo se entiende infringida la ley, la doctrina señala que fundamentalmente se
entiende asíen tres situaciones:
1ºCuando la sentencia contraviene formalmente lo que la ley dice: Esto ocurriría en una determinada
situación de hecho que se da cuando al aplicarse la ley en la sentencia, el juez o tribunal prescinde
abiertamente del tenor literal de la norma, es decir, de lo que la ley dice. En otras palabras, se
desconoce por el tribunal lo que dice la norma.
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sentido distinto, es decir, se infringe alguna de las reglas de interpretación del C.C (Articulo 19 al 24 del
C.C)
3ºCuando la sentencia hace una falsa aplicación de la ley: Esto tiene lugar cuando el tribunal utiliza la
norma legal en casos para los cuales no fue prevista, es decir, en casos en que dicha norma no debe
aplicarse, o bien, no la aplica a los casos específicos en que el legislador estima que sí debe ser aplicada.
También interesa determinar el significado de la expresión "ley" que utiliza el Código. De acuerdo con la
historia fidedigna del establecimiento de esta norma, queda más o menos claro que el legislador emplea
la palabra en un sentido amplio, pudiendo asimilarse, según el profesor, a "norma jurídica".
Ahora, considerando la ley propiamente tal, ¿a qué ley se referirá el código? ¿A la ley sustantiva o a la
ley procesal? La ley no distingue, por lo que, en términos generales, tendríamos que considerar todas las
leyes, con la única precisión de que, en materia procesal, la doctrina suele distinguir entre las leyes
ordenatorias de la Litis y las decisorias de la Litis.
Dentro de las normas procesales hay leyes que dicen relación con la tramitación (ordenatorias, todas las
leyes que establecen los tramites del juicio), pero hay otras que sirven para la decisión, como lo son
concretamente las leyes de la prueba (las normas que fijan el valor probatorio por ejemplo). La única
exigencia es que la ley sea determinante en la decisión jurisdiccional de la sentencia.
En cuanto a las limitaciones del recurso (casación en el fondo), la doctrina estima que este recurso tiene
o presenta ciertas limitaciones, que son dos fundamentalmente.
La primera gran limitación de este recurso está constituida por las causales que son propias de la
casación en la forma (las del 768), porque cuando se incurre en alguna de aquellas causales también hay
infracción de ley, pero estas infracciones legales están previstas como los agravios específicos del
recurso de casación en la forma, y, entonces, en virtud del principio de especialidad, para la infracción
de aquellas normas habrá que utilizar el recurso de casación en la forma y no el de fondo. De manera
que, por mucho que estimemos que alguna de las causales del 768 reposta una infracción de ley que
influye en lo dispositivo del proceso, no es este recurso el que tenemos que utilizar.
La segunda limitaciónestá dada por los hechos del pleito. Como se trata de un recurso de derecho, se
excluyen los hechos del juicio, la Corte Suprema no puede entrar a modificar los hechos del pelito que
han sido dados por establecidos por los jueces de la instancia respectiva, ellos son inamovibles (o
intangibles, algunos autores hablan de la incensurabilidad de los hechos). El artículo 785, en su parte
pertinente, dice que si la Corte Suprema acoge un recurso de casación en el fondo e invalida la
sentencia, debe dictar una nueva (obligatoriamente).
Artículo 807
En el recurso de casación en el fondo, no se podrán admitir ni decretar de oficio para mejor proveer
pruebas de ninguna clase que tiendan a establecer o esclarecer los hechos controvertidos en el juicio en
que haya recaído la sentencia recurrida.
Esta regla tan categórica del artículo 807 tiene una excepción, que no la establece el Código, pero la
Corte Suprema ha sostenido esta tesis invariablemente, en que hay un caso que, a través del recurso de
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casación en la forma, sí se podrían modificar los hechos del juicio. Ocurre cuando, para establecer los
hechos del pleito, el tribunal ha infringido las reglas reguladoras de la prueba, peso de la prueba, medios
de prueba, cuando se altera el valor probatorio.
Infringiéndose estas normas resulta evidente que los hechos van a quedar mal establecidos. Por lo que,
la Corte Suprema ha dicho que, en estos casos, existe infracción de ley y esa infracción es decisiva en la
sentencia (tiene influencia sustancial en la parte dispositiva), y que no tiene sentido acoger el recurso
sin poder modificar los hechos, por lo que, en esta situación concreta, la Corte Suprema modifica los
hechos y, posteriormente, aplica correctamente el derecho.
Por consiguiente,en cualquier otra infracción de ley, rige en plenitud el principio de incensurabilidad de
los hechos.
Artículo 771
El recurso debe interponerse. La parte agraviada ante el tribunal que haya pronunciado la sentencia que
se trata de invalidar y para ante aquel a quien corresponde conocer de él conforme a la ley.
El recurso debe interponerse por la parte agraviada, es decir, primero, hay que ser parte y, segundo, hay
que resultar personalmente agraviado por la infracción de ley que se está denunciando.
El recurso se interpone ante el tribunal que pronuncia la resolución y para ante el superior jerárquico
que, en este caso, será siempre la Corte Suprema.
El recurso de casación en el fondo se debe interponer por escrito dentro del plazo de los 15 días
siguientes a la notificación de la sentencia.
Artículo 770
El recurso de casación deberá interponerse dentro de los 15 días siguientes a la fecha de notificación de
la sentencia contra la cual se recurre, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 791. En caso que se
deduzca recurso de casación de forma y de fondo en contra de una misma resolución, ambos recursos
deberán interponerse simultáneamente y en un mismo escrito.
El recurso de casación en la forma contra sentencia de primera instancia deberá interponerse dentro del
plazo concedido para deducir el recurso de apelación, y si también se deduce este último recurso,
conjuntamente con él.
Conforme a este artículo entendemos que no hay posibilidad de interponer conjuntamente un recurso
de apelación y decasación en el fondo, esto porque, recordemos que para que proceda el recurso de
casación en el fondo, las resoluciones recurribles deben ser inapelables.
Ahora bien, existe la posibilidad de interponer conjuntamente ambos recursos de casación (en la forma
y en el fondo) contra una misma resolución, siempre que se cumplan los requisitos de procedencia de
cada uno de estos recursos.
El plazo de interposición del recurso de casación en el fondo, presenta las mismas características de los
plazos de todos los recursos (fatal, individual, de días, improrrogable, no se puede suspender, etcétera).
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a) Debe expresar en qué consiste el o los errores de derecho de que adolece la sentencia recurrida:
aquí se debe señalar en concreto cuales son las normas legales infringidas, es decir, expresar en qué
consiste el o los errores. Este requisito se cumple expresando detalladamente esto.
b) Se debe señalar de qué modo ese o esos errores de derecho, influyen sustancialmente en los
dispositivo del fallo: esto reafirma el hecho de que interponer un recurso de casación en la forma no se
trata sólo de denunciar una simple infracción de ley, sino que además se debe explicar, por el
recurrente, la infracción en que incurrió el tribunal y que llevó a los jueces a dictar una sentencia en un
sentido contrario a la que se hubiese pronunciado si se hubiere aplicado correctamente la ley.
c) El recurso deberá ser patrocinado habilitado que no sea procurador del número.
En cuanto a este escrito rige también, plenamente, el artículo 774 del C.P.C, en el sentido de que el
escrito, una vez presentado, o bien interpuesto el recurso, no se pueden hacer variaciones de ningún
género. Esto es obligatorio para el recurrente y también para el tribunalque, en este caso, es la Corte
Suprema.
Por el contrario, si el escrito cumple con ambas exigencias, el tribunal debe concederlo, lo que implica la
admisibilidad solo en estos dos aspectos, caso en el cual se ordenará elevar los autos originales al
tribunal superior para que conozca del recurso, y se ordena la confección de las fotocopias de las piezas
correspondientes que deberá el tribunal precisar, fotocopias para los efectos del cumplimiento de la
sentencia. Rige la carga de dejar el dinero al efecto, con la misma sanción que para la casación formal, y
también la de franquear la remisión del proceso al tribunal superior (para lo que no hay plazo
establecido en la ley, por lo que habría que apercibir a la parte que no ha cumplido con esto).
La resolución que declare inadmisible el recurso de casación por no cumplir con alguno de estos dos
requisitos es susceptible del recurso de reposición, 778 inciso segundo, y, al igual que para la casación
formal, debe fundarse en un error de hecho. Esta resolución que resuelve la reposición es inapelable.
La regla es que la comparecencia sea por escrito mediante abogado habilitado para el ejercicio de la
profesión o procurador del número (artículo 398 del C.O.T.).
26
Ante la Corte Suprema sólo se podrá comparecer por abogado habilitado o por procurador del número y
ante las Cortes de Apelaciones las partes podrán comparecer personalmente o representadas por
abogado o por procurador del número.
El litigante rebelde sólo podrá comparecer ante estos últimos tribunales representado por abogado
habilitado o por procurador del número.
Recomendación: cuando se está haciendo la práctica profesional, se debe comparecer ante la Corte de
Apelaciones siempre patrocinados, lo más común es que sea por un abogado de la corporación.
Para el recurrente, esto es esencial, con el fin de evitar que se ponga término extraordinario a su
recurso. Dentro del plazo de comparecencia (cinco días más el aumento que establece el artículo 200 -
que se refiere únicamente a la tabla de emplazamiento-) es posible que, cualquiera de las partes, le
solicite al tribunal superior (a la Corte Suprema), que el recurso de casación en el fondo sea conocido y
resuelto por el pleno de la corte suprema, conforme al derecho que establece el artículo 780.
Artículo 780
Interpuesto el recurso de casación en el fondo, cualquiera de las partes podrá solicitar, dentro del plazo
para hacerse parte en el tribunal Ad quem, que el recurso sea conocido y resuelto por el pleno del
tribunal. La petición solo podrá fundarse en el hecho que la Corte Suprema, en fallos diversos, ha
sostenido distintas interpretaciones sobre la materia de derecho objeto del recurso.
Esta petición solamente se puede fundar en el hecho de que la Corte Suprema, en fallos diversos, ha
sostenido distintas interpretaciones sobre la materia de derecho objeto del recurso.
Seguidamente, el tribunal superior tiene que examinar la admisibilidad del recurso, el cual se hace en
cuenta y, este examen, le compete a la sala especializada que corresponda según la materia del proceso
que antecede al recurso (recordar que en la Corte Suprema no existe sala de tramitadora, y que ésta le
corresponde al Presidente o a las salas especializadas).
Este es un examen completo (en comparación al que hizo el tribunal inferior), ya que se revisan todos
los aspectos de la admisibilidad, es decir,si la sentencia es o no recurrible, si se interpuso el recurso
dentro del plazo y si se cumple con los requisitos formales establecidos por la ley.
La segunda posibilidad que tiene la Corte Suprema esestimarlo admisible y ordenar traer los autos en
relación para proceder a la vista del recurso.
Como tercera posibilidad, si en opinión unánime de los miembros integrantes de la sala el recurso
adolece de manifiesta falta de fundamento, lo puede rechazar de inmediato, artículo 782 inciso
27
segundo. Esto no obstante ser la sentencia recurrible y cumplirse los requisitos. Con lo cual no hay un
pronunciamiento de fondo. Es susceptible de reposición.
Como cuarta posibilidad la Corte podría declarar inadmisible el recurso y, no obstante, ordenar autos
en relación, cuando advierta que es posible una casación de oficio, por lo que, se hacen aplicables en la
materia, los artículos estudiados para la casación en la forma.
Artículo 783 inciso final: “Las partes podrán, hasta el momento de verse el recurso, consignar en escrito
firmado por un abogado, que no sea procurador del número, las observaciones que estimen
convenientes para el fallo del recurso”.
Sin perjuicio de esto, las partes tiene otro derecho, que es el de presentar por escrito un informe en
derecho hasta el momento de la vista de la causa, artículo 805. Estos informes son meramente
ilustrativos para la Corte, su función es apoyar los argumentos de las partes.
En la vista de la causa no se podrá hacer alegación alguna extraña a las cuestiones que sean objeto del
recurso (805).
En este recurso no se admite prueba, puesto que es únicamente de derecho. Si al tribunal superior le
está prohibido modificar los hechos del pleito, no se puede aceptar la prueba, artículo 807, ni aun en el
caso en que el tribunal inferior haya infringido las leyes reguladoras de la prueba.
En materia de término del recurso, este se produce mediante el fallo (terminación normal del recurso),
sin perjuicio de que pueden operar las mismas posibilidades que para la casación en la forma de la
casación anormal.
En cuanto a la sentencia de casación, que es la resolución judicial que falla sobre el fondo del recurso, al
igual que en la sentencia de casación formal, la ley no establece requisitos que deba cumplir esta
resolución judicial, puesto que es difícil encasillarla dentro de las que señala el artículo 158 del C.P.C, no
obstante que en la práctica los tribunales que pronuncian esta resolución siguen las mismas normas que
para el fallo de una sentencia definitiva.
En la parte expositiva de esta sentencia, el tribunal deja constancia de los antecedentes objetivos del
recurso (quién recurre, contra quién, por qué motivos), de manera que con solo verla se puede
identificar quién es la parte recurrente. En la parte expositiva el tribunal debe señalar todos los
razonamientos tendientes a demostrar si existió o no, en el caso concreto, infracción de ley, en otras
palabras, deberá expresar si concurre o no la causal que se alegó y, también, deberá señalar la influencia
de la infracción en lo dispositivo de la sentencia recurrida.
En la parte dispositiva o resolutiva, se hará expresa resolución concordante con los fundamentos
anteriores en orden a determinar si el recurso es admitido o rechazado y, consecuencialmente, señalar
si la sentencia impugnada es nula o es válida. Esta declaración, en cuanto a si el recurso se acoge o se
rechaza, es de vital importancia.
Si el recurso se rechaza significa que no ha existido infracción de la denunciada en el recurso y que, por
lo mismo, la sentencia impugnada es plenamente válida, en cuyo caso, el tribunal procede a devolver el
proceso al tribunal inferior para que se dicte el cúmplase respectivo.
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Si se acoge el recurso de casación en el fondo, el fallo debe señalar que anula la sentencia recurrida y,
debiendo señalarse que, acto continuo, sin nueva vista y separadamente, se procede a dictar sentencia
de reemplazo, artículo 785.
Artículo 785
Cuando la Corte Suprema invalide una sentencia por casación en el fondo, dictara acto continuo y sin
nueva vista, pero separadamente, sobre la cuestión materia del juicio que haya sido objeto del recurso,
la sentencia que crea conforme a la ley y al mérito de los hechos tales como se han dado por establecidos
en el fallo recurrido, reproduciendo los fundamentos de derecho de la resolución casada que no se
refieran a los puntos que hayan sido materia del recurso y la parte del fallo no afectada por este.
En los casos en que desechare el recurso de casación en el fondo por defectos en su formalización, podrá
invalidar de oficio la sentencia recurrida, si se hubiere dictado con infracción de ley y esta infracción haya
influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia. La corte deberá hacer constar en el fallo de
casación esta circunstancia y lo motivos que la determinan, y dictara sentencia de reemplazo con arreglo
a lo que dispone el inciso precedente.
De manera que se dictan dos resoluciones. La sentencia de reemplazo debe hacerse ajustada a la ley con
la correcta aplicación de las normas que se dicen infringidas. Esta sentencia de reemplazo pasa a ocupar
el lugar de la sentencia anulada y participa de la misma naturaleza jurídica que tenía la resolución
anulada, de manera que, puede ser una sentencia definitiva o una interlocutoria.
El Código agrega que, esta sentencia de reemplazo, no obstante, deberá ajustarse a los requisitos
propios de la sentencia reemplazada, reproduciendo los fundamentos de derecho que se mantienen de
la resolución casada, así como la parte del fallo que no resulta afectada. El fallo se dicta de acuerdo a la
ley y al mérito de los hechos, tales como se han dado por establecidos por el fallo recurrido, y con
respeto absoluto a los hechos, con la sola excepción del caso en que se anula una sentencia por haberse
infringido las reglas reguladoras de la prueba, puesto que, al infringirse estas, el tribunal dejó mal
establecidos los hechos, por consiguiente, en la sentencia de reemplazo, se debe hacer una correcta
interpretación de aquellas normas.
Esto se puede producir en aquellos casos en que una misma sentencia sea susceptible de ambos tipos
de recursos, lo que no significa que siempre vayan a proceder ambos, porque tienen distintos requisitos
de interposición.
Aquí hay que decir que, de darse esta posibilidad en la práctica, los recursos se interponen
conjuntamente en un mismo escrito y tienen tramitación y vista conjunta, resolviéndose ambos en un
mismo fallo, artículo 808 Código de Procedimiento Civil
Artículo 808
Si contra una misma sentencia se interponen recursos de casación en la forma y en el fondo, estos se
tramitarán y verán conjuntamente y se resolverán en un mismo fallo.
Primero, hay una diferencia en cuanto al fundamento de cada uno de los recursos: dijimos que,en el
caso de la casación en la forma, el fundamento es velar por la garantía del debido proceso,
particularmente por el cumplimiento de los trámites esenciales dentro de un procedimiento y el respeto
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de las formas de las sentencias (tramitación adecuada y cumplimiento de las formalidades judiciales); en
el caso del recurso de casación en el fondo, el fundamento es garantizar la igualdad ante la ley, en el
sentido de que la ley (la útilpara la resolución del conflicto) tuviera una misma aplicación o aplicación
cualesquiera que sean las partes que intervengan, evitando que un mismo precepto tenga aplicaciones
distintas.
También existen diferencias en cuanto al tribunal competente para conocer y fallar cada uno de los
recursos: en la casación en el fondo, la competencia es exclusiva de la Corte Suprema; en la casación en
la forma, puede ser la misma Corte Suprema o una Corte de Apelaciones.
En tercer lugar, se plantea una diferencia en cuanto a las resoluciones recurribles, las cuales siempre
van a ser sentencias (definitivas o interlocutorias), pero, en la casación en la forma, esas resoluciones
pueden o no ser apelables, en cambio, en el caso de la casación en el fondo, las sentencias deben ser
siempre inapelables.
Existen diferencias en cuanto a las causales o motivos que hacen procedente los recursos: en el caso de
la casación en la forma,la ley contempla nueve causales, en cambio, en el recurso de casación en el
fondo, es sólo una, aunque ésta es genérica y cuenta con la particularidad de que las infracciones
legales, por mucho que influyan en lo dispositivo del fallo, si son constitutivas de casación en la forma,
es improcedente la interposición de este recurso por este mismo motivo (aquí es procedente la casación
en la forma).
Existen otras diferencias, en relación a la duración de los alegatos en la vista: por un lado, en la casación
en la forma, se limita a una hora por cada abogado máximo (en principio), por otro lado, en la casación
en el fondo, es de dos horas; en ambos casos, no obstante, la prorroga que puede otorgar el tribunal.
El recurso de casación en la forma es un medio legal que permite anular actuaciones del proceso (en
ciertos casos, dependiendo la causal), además de la sentencia, cuando el vicio ocurre en la tramitación
del juicio, de manera que es una forma de hacer valer la nulidad procesal por las actuaciones; en
cambio, el de casación en el fondo, solo permite anular la sentencia, pero no así las actuaciones del
proceso.
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En los casos en que desechare el recurso de casación en el fondo por defectos en su formalización, podrá
invalidar de oficio la sentencia recurrida, si se hubiere dictado con infracción de ley y esta infracción haya
influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia. La corte deberá hacer constar en el fallo de
casación esta circunstancia y lo motivos que la determinan, y dictara sentencia de reemplazo con arreglo
a lo que dispone el inciso precedente.
2º Plazo para fallar la casación en el fondo: artículo 805, no hay duda respecto de este plazo (ya que
siempre falla la Corte Suprema en este caso), son 40 días de plazo contados desde el día en que haya
terminado la vista.
Nulidad Procesal
Ya hemos señalado que el proceso es el medio idóneo para solucionar conflictos de relevancia jurídica,
cuando nos referimos a medio idóneo significa que no basta para la composición de un litigio la mera
utilización de un proceso cualquiera, sino que éste debe cumplir con ciertas condiciones básicas para
que sea un proceso eficaz o apto. Y, particularmente, que se respeten aquellos trámites o diligencias
que son esenciales, todo esto con la finalidad de garantizar a las partes el debido proceso a que se
refiere la Constitución en el artículo 19 Nº 3 en orden a que toda sentencia que dicte un órgano que
ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo y legalmente tramitado. De manera que, si este
no está legalmente tramitado, podríamos decir, a priori, que no cumple con la finalidad de ser un
instrumento apto o idóneo para resolver el conflicto jurídico sometido al tribunal.
La nulidad procesal está relacionada directamente con los actos procesales, es decir, con las actuaciones
que se practican en el proceso (ya que el proceso está compuesto por una serie de actos que se
desarrollan en manera continua en la forma que indica la ley y que, por lo mismo, están todos
relacionados entre sí, por lo que podríamos decir que la ley establece un orden armónico para el
desarrollo de esto).
La ley se encarga también de señalar, por una parte, cuál es la oportunidad para realizar los actos
procesales, y por otro, cuáles son las formas a que deben ceñirse los actos. El incumplimiento de las
normas de procedimiento, respecto de un determinado acto del proceso, trae como consecuencia que,
ese acto imperfectamente realizado, no cumpla las finalidades propias que la ley establece para aquel
acto.
Entonces, aquí aparece el concepto de nulidad procesal, cuando el acto no se ajusta a lo que establece
la ley de procedimiento. En este caso, corresponde que ese acto sea privado de los efectos normales, y
la forma de privar al acto de los efectos normales que debe producir, es la nulidad procesal, que opera
como una verdadera sanción para quien no cumpla con un acto como deba hacerlo.
La nulidad no está regulada específicamente en el Código y, por lo mismo, no hay un concepto legal,
pero podemos decir que es una verdadera sanción de ineficacia jurídica en virtud de la cual se priva a
un acto o a varios actos, e incluso a todos los actos del proceso, de los efectos normales previstos por
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la ley, en los casos en que, en su realización o ejecución, no se han observado las formas que la ley
establece.
En el recurso de casación en la forma son los mismos principios que están en juego, con la diferencia de
que el recurso de casación en la forma se extiende a los vicios en que se incurre en la dictación de la
sentencia.
a) La nulidad procesal debe siempre ser declarada judicialmente (se requiere de expresa declaración
judicial para que opere).
Hay que decir que, en virtud del principio de la buena fe, tenemos que partir del supuesto de que todos
los actos del proceso se ejecutan correctamente, de manera que en este entendido, todos los actos del
proceso gozan, a priori, de una presunción de corrección en su ejecución, entonces, si se alega que se
apartan de la ley de procedimiento, no basta únicamente con sostenerlo, sino que corresponde al juez
declararlo, de manera que mientras éste no lo declare, goza de plena validez.
Ahora, por el contrario, de producirse esta declaración judicial, se hace efectiva la ineficacia del acto y
ahí va a dejar de producir efectos.
b) Por regla general, la nulidad procesal debe ser alegada por las partes y, sólo excepcionalmente,
puede ser declarada de oficio.
Esto lo dice expresamente el código en el artículo 83 inciso primero:“La nulidad procesal podrá ser
declarada de oficio o a petición de parte, en los casos que la ley expresamente lo disponga y en todos
aquellos en que exista un vicio que irrogue a alguna de las partes un perjuicio reparable solo con la
declaración de nulidad.”parece en el precepto estar ambos medios al mismo nivel pero la regla es que
sea a petición de parte.
En esta materia, impera el principio de la pasividad de los tribunales, aquella parte que se ve
perjudicada con un acto y, concurriendo los demás requisitos legales, debe reclamar la nulidad.Se ha
entendido siempre (por la doctrina y no por la ley) que al tribunal le correspondería declarar la nulidad
procesal en su obligación de velar por la correcta ejecución de los tramites o diligencias esenciales, sin
necesidad de petición de las partes (aunque nada impide que éstas lo aleguen), pero basta con la
constatación de la existencia del vicio para que se pueda declarar la nulidad de oficio. Respecto de los
no esenciales, son las partes quienes deben fiscalizar la correcta ejecución de esos actos y no el juez.
El artículo 84 inciso final dice que, el juez podrá corregir de oficio lo errores que observe en la
tramitación del proceso y asimismo tomar las medidas que tiendan a evitar la nulidad de los actos de
procedimiento. No podrá, sin embargo, subsanar las actuaciones viciadas en razón de haberse realizado
éstas fuera del plazo fatal indicado por la ley.
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¿Qué condiciones tienen que reunir las partes (que van a reclamar) para estar legitimada a solicitar la
nulidad del acto?
i) Ser parte en el acto (directa o indirecta, aunque con la precisión de que los terceros lo pueden hacer
únicamente desde que intervienen).
ii) Ser agraviado. La parte deberá ser perjudicada con el vicio que reclama. Y el perjuicio dice relación
con la indefensión de la parte (por este vicio la parte se queda sin poder ejercer un derecho que
legítimamente le correspondía)
iii) la parte que reclama no puede haber sido la causante del vicio, ni tampoco puede haber concurrido
a la materialización de aquel acto que adolece de nulidad; artículo 83 inciso segundo parte final: “La
parte que ha originado el vicio o concurrido a su materialización o que ha convalidado tácita o
expresamente el acto nulo, no podrá demandar la nulidad.”, puesto que atentaría contra la buena fe y el
principio de moralidad procesal.
c) En ciertos casos, la nulidad procesal produce efectos extensivos a otros actos del proceso, distintos
del acto anulado.
Esto es lo que la doctrina denomina como principio de la extensión de la nulidad procesal, se puede
producir en ciertos casos y no necesariamente en todos. Esto quiere decir que, declarada que sea la
nulidad procesal respecto de un acto determinado y concreto, el efecto se puede hacer extensivo a
otros actos del proceso que son consecuencia directa de ese acto nulo o que se sustentan en el acto
concreto que se está anulando.
Esto se debe a la relación de causalidad que hay en todos los actos del proceso o, como señalan algunos
autores, por la conexión que debe existir en todos los actos del proceso. Por ejemplo: estamos en un
juicio ordinario, vence el término probatorio, se han rendido pruebas dentro de este término y, siendo
posible, una de las partes solicita la nulidad de la resolución que recibió la causa a prueba; si se llega a
anular, consecuencialmente, va a ser nula la prueba ya rendida, aquí se produce un efecto extensivo.
Esto se determina en cada caso por el juez.
La ley dice que, la declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad de todo lo obrado, es decir,
no necesariamente; artículo 83 inciso final: “La declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad
de todo lo obrado. El tribunal al declarar la nulidad, deberá establecer precisamente cuales actos quedan
nulos en razón de su conexión con el acto anulado”.
Evidentemente que si el acto anulado no tiene conexión directa con otros actos del proceso, es lógico
que únicamente se vaya a anular el acto viciado, y no se va a extender el efecto a las demás actuaciones
de proceso.
Los efectos de la nulidad procesal pueden extenderse o producir consecuencias en materia sustantiva,
en cuanto a que, si se anula un acto procesal, además pueden producirse efectos civiles (o ciertos
efectos o consecuencias de índole civil). Por ejemplo: si se anula la notificación de la demanda, se puede
producir el efecto de no interrumpirse la prescripción.
d) En nuestro sistema, por regla general, se trata de una sanción legal genérica y, excepcionalmente,
es una sanción específica.
Esto quiere decir que, la regla general, es que se admite una nulidad procesal de carácter amplio, en el
sentido de que, basta que un acto del proceso esté irregularmente ejecutado, para que sea procedente
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alegar la nulidad, y no es necesario que, en estos casos, exista una norma legal especifica que lo
establezca. De manera que, si no hay norma específica para cada caso, la regla es el principio contrario,
que se trata de una causal genérica.
Distinto es que esa nulidad alegada, por cualquier vicio, vaya a prosperar, puesto que se deben reunir
otras condiciones.
e) El vicio que afecta al acto procesal, en que se funda la nulidad, tiene que ser trascendente.
Esto significa que no cualquier vicio es suficiente, puesto que para que prospere una alegación de
nulidad procesal el vicio debe ser de cierta importancia, lo que significa que, en la práctica, deja a la
parte -que alega la nulidad- en la imposibilidad de ejercer los derechos que la ley le otorgó. Al decir de la
jurisprudencia, no hay nulidad sin daño para la parte.
El artículo 83 inciso primero se refiere en otras palabra a esto, cuando dice que la nulidad procesal
podrá ser declarada cuando la ley lo establece expresamente y segundo en todos aquellos casos en que
existe un vicio que irrogue a alguna de las partes un perjuicio reparable sólo con la declaración de
nulidad.
f) Los actos que adolecen de nulidad procesal pueden convalidarse (en ciertos casos).
No está definida la convalidación en la ley, pero podemos decir que es una especie de saneamiento de
un acto que adolece de un vicio de nulidad procesal, es decir, no obstante adolecer el acto de algún
vicio, va a producir sus efectos como si el vicio no existiese en la medida de que concurran ciertas
circunstancias.
Se distingue, en esta materia, dos clases de convalidación, cualquiera que sea sanea el acto que adolece
de nulidad.
En primer lugar, tenemos una convalidación definitiva: la doctrina sostiene que es aquella en que se
produce el efecto por motivo de existir una sentencia definitiva firme o ejecutoriada, y que, por lo
mismo, esta convalidación es consecuencia del efecto de la cosa juzgada (puesto que ésta impide volver
a discutir aquello que ya está resuelto, y con mayor razón impide cuestionar las actuaciones del
proceso). El efecto de cosa juzgada convalida cualquier defecto que pueda haberse producido en el
proceso.
Mención aparte merece la situación que se produce en un proceso aparente cuando el vicio de que se
trata es la falta de emplazamiento legal al demandado. Esto no es una excepción, puesto que aquí no ha
habido cosa juzgada, y estamos solo en presencia de un juicio aparente.
Tenemos también la convalidación anticipada (al igual que la definitiva, es una denominación
doctrinaria), aquí el saneamiento se va a producir mediante la tramitación del juicio (mientras este esté
pendiente); el artículo 83 en el inciso segundo parte final dice que, esta convalidación puede ser de dos
tipos: expresa y tácita, pero en relación a sus efectos da igual de cual se trate, puesto que son idénticos.
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La convalidación tácita o convalidación por conformidad, es un efecto que se produce cuando, la parte
interesada en alegar la nulidad, no lo hace, y deja pasar las oportunidades que la ley establece, de
manera que aquí opera la preclusión del derecho. Por ejemplo: transcurre el término de emplazamiento
y el demandado no opone excepciones dilatorias.
En el caso de la convalidación expresa, la parte afectada por el vicio hace una verdadera confirmación de
su existencia, pero con las actuaciones que hace deja en claro que el vicio no le produce mayor perjuicio,
en otras palabras, esta parte efectúa actuaciones posteriores con pleno conocimiento de la existencia
del vicio. Por ejemplo: la parte que queda mal notificada y, no obstante lo cual, actúa.
Es importante el principio de la convalidación porque el juez no puede anular actuaciones de las partes
cuando se ha producido esta convalidación, siempre y cuando no existan en esas actuaciones anómalas
un interés público comprometido. Hay que tener presente que esta convalidación ocurre en la medida
de lo posible, porque hay vicios que no son convalidables.
Varias de estas características dan origen a los principios en que descansa la institución de la nulidad
procesal.
La doctrina señala que hay medios directos e indirectos. La finalidad precisa de los medios directos es
obtener la nulidad de un acto o de varios. En el caso de los medios indirectos es a través de otros
sistemas de impugnación que se podría lograr la nulidad de un acto, pero en que la finalidad del medio
no es obtener la nulidad (por ejemplo: a través del recurso de apelación).
De manera que nos vamos a referir a los medios directos, que son los que nos interesan. Primero,
tenemos medios que se disponen para las partes y otros de los cuales dispone el tribunal, aunque, a
través de impugnaciones de las partes, podemos llegar a que el tribunal utilice estos medios.
Las partes tienen, en primer lugar, el incidente de nulidad procesal, que, en la práctica, es el más
utilizado, puesto que se puede interponer en toda la tramitación del juicio. En segundo lugar, las partes
disponen del recurso de casación en la forma, el cual pueden utilizar únicamente cuando se ha dictado
sentencia. Disponen igualmente de las excepciones dilatorias, las cuales también están acotadas a una
oportunidad precisa. Cada uno de estos medios se utiliza en la oportunidad legal que corresponde.
El tribunal dispone de los medios de oficios: en primer lugar, la declaración de casación en la forma de
oficio y, en segundo lugar, la declaración de nulidad de oficio. Hay que recalcar la utilización del medio
adecuado, puesto que no son de libre elección, y la utilización del medio inadecuado llega a que no
prospere la alegación.
Estos incidentes de nulidad pueden estar referidos a uno o más actos determinados del proceso, o bien,
a todo el proceso, dependiendo de la naturaleza del vicio, o sea, el incidente de nulidad procesal puede
acarrear la nulidad de todo lo obrado o únicamente de un acto en concreto, lo que depende de la
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conexión que tenga el acto que se va a anular con otros actos del proceso (concretamente está referido
o no a defectos en diligencia esenciales).
En cuanto a la oportunidad para deducir el incidente, podemos decir que la regla general en la materia
es que tienen un plazo de cinco días contados desde que aparezca o se acredite que la parte legitimada
tuvo conocimiento del vicio, cuestión de hecho que deberá acreditarse en cada caso, de manera que un
acto puede perfectamente haberse ejecutado hace un mes y alegarse hoy la nulidad si la parte no
hubiese tenido conocimiento de esto, a menos que se trate de la competencia absoluta del tribunal,
artículo 83 inciso segundo. La incompetencia absoluta del tribunal es un vicio que no se sanea nunca
por ser una norma de orden público, de manera que,respecto a ese defecto, no corre el plazo.
En cuanto a los incidentes, hay dos que están especialmente reglamentados en los artículos 79 y 80
dentro del título de las rebeldías, y ambos están referidos a las situaciones en que podría encontrarse un
litigante rebelde.
Incidente de nulidad en el caso de que un litigante se encuentre rebelde y no haya podido actuar en el
proceso por una situación de fuerza mayor o caso fortuito, artículo 79.
Se trata de una nulidad que va a alegar a través de un incidente, un litigante que no ha podido
comparecer a todo el juicio o a determinados actos de procedimiento. Por ejemplo, el litigante que no
asiste al comparendo de prueba. Las diligencias practicadas en estas condiciones puede que sean
completamente válidas, el problema es que no fue una de las partes y no pudo ejercer sus derechos, en
estas condiciones puede pedir la rescisión de lo que se haya obrado por rebeldía suya ofreciendo
acreditar que ha estado impedido por razón de fuerza mayor. El fundamento del incidente no dice
relación con los vicios o anomalías que presenta el proceso, sino con la imposibilidad de asistir del
litigante a ejercer sus derechos.
Este derecho solo se puede declarar dentro de tres días contados desde que cesó el impedimento y
pudo hacerse valer ante el tribunal que conoce del negocio. Se tramita de acuerdo a las reglas
generales.
Incidente de nulidad en el caso de que el demandado no ha tomado conocimiento del juicio por existir
falta de emplazamiento en relación con la notificación, artículo 80.
El código se refiere, en otros términos, al incidente, habla del litigante rebelde al que no se le ha hecho
saber en persona ninguna de las providencias libradas en el juicio, está referido al demandado
específicamente. Aquí se trata de un rebelde que no ha comparecido en ningún momento al juicio, que
no tiene noticia de éste, puede pedir la nulidad de lo obrado y tiene que acreditar los hechos que alega
como fundamento de la nulidad.
Está referido al demandado que queda mal notificado y la doctrina lo ha ampliado a cualquier defecto
del emplazamiento que impida al demandado enterarse del juicio que se sigue en su contra. Este
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derecho no podrá reclamarse sino dentro de cinco días desde que aparezca o se acredite que el litigante
tuvo conocimiento personal del juicio. Para evitar el problema el referido litigante debería acreditar, en
el proceso, cuándo efectivamente tomó conocimiento personal del juicio.
Este incidente se puede hacer valer en cualquier estado de la tramitación del juicio, incluso dictada la
sentencia o en la etapa de ejecución del fallo. Respetándose el plazo de los cinco días.
El profesor Salas Vivaldi estima que aquí no se atenta contra la cosa juzgada, puesto que aquí no se ha
producido la cosa juzgada respecto del litigante que no fue emplazado, de manera que es un juicio
aparente y hay que anularlo todo.
Resolución que debe dictar el tribunal pronunciándose de la nulidad procesal, o resolución que dicta el
tribunal para fallar un incidente de nulidad procesal, específicamente en su contenido. Hemos llegado a
la conclusión de que se trata de una interlocutoria, porque se establecen derechos permanentes en
favor de las partes, que es conocer fehacientemente si las actuaciones del proceso son válidas o son
nulas.
Ahora, esta resolución, como toda resolución que declara la nulidad procesal, debe hacer expresa
mención de ello en cuanto a que se declara la nulidad de uno o más actos del proceso o de todas las
actuaciones en su caso. Sin perjuicio de esto, la resolución, además, debe indicar específicamente, en
virtud del efecto extensivo de la nulidad, cuáles actos subsisten y cuáles quedan nulos en relación con la
conexión que tengan con el acto anulado. Además, debe contener el pronunciamiento sobre costas del
incidente, a menos que estime que hubo motivo plausible para deducir el incidente, artículo 144.
Nulidad de oficio
En materia de declaración de nulidad de oficio, respecto de actos de procedimiento, se fundamenta en
los artículos 83 inciso primero y, particularmente, en la parte final del artículo 84. No pueden los
tribunales anular su sentencia, puesto que opera el principio del desasimiento notificada a cualquiera de
las partes la resolución.
Artículo 83 inciso 1º
La nulidad procesal podrá ser declarara, de oficio a petición de parte, en los casos que la ley
expresamente lo disponga y en todos aquellos en que exista un vicio que irrogue a alguna de las partes
un perjuicio reparable solo con la declaración de nulidad.
El juez podrá corregir de oficio los errores que observe en la tramitación del proceso. Podrá asimismo
tomar las medidas que tiendan a evitar la nulidad de los actos de procedimiento. No podrá, sin embargo,
subsanar las actuaciones viciadas en razón de haberse realizado estas fuera del plazo fatal indicado por
la ley.
La nulidad, basada en las normas anteriores, es procedente en la medida de que concurran algunos
requisitos generales: en primer lugar, el vicio o anomalía procesal que va a servir de fundamento para
anular debe constar fehacientemente en el proceso (el juez no puede anular por suposiciones), no hay
norma particular al respecto, pero se acoge al artículo 160; en segundo lugar, no es posible que el juez
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anule actuaciones del proceso si ya se ha dictado sentencia definitiva y ésta ya se ha notificado a
cualquiera de las partes, puesto que opera el principio de desasimiento; y, el último requisito, es que no
haya operado la convalidación, puesto que aquí el acto ya se ha saneado.
No nos vamos a referir a los otros medios porque ya han sido estudiados.
Como precisión final podemos decir que la nulidad procesal solamente se puede ejercitar o hacer valer
dentro del proceso correspondiente -que no es otro que aquel en que se ha producido el defecto o vicio
procesal- utilizando alguno de los medios legales que resulten aptos para este fin, y que no se puede,en
consecuencia, impetrar en un juicio declarativo aparte, esto a diferencia de lo que ocurre en la nulidad
civil en que existe una acción ordinaria de nulidad civil.
Otra diferencia con la nulidad civil es que la nulidad procesal no admite clasificaciones en absoluta y
relativa, sino que es únicamente nulidad, podrá haber actuaciones más o menos relevantes que sean
anuladas pero no existe esta clasificación.
Podemos decir que ya sabemos que hay algunosactos que se llevan aefecto en el proceso que la
doctrina denomina actos de doble carácter (procesal y civil), lo que ocurre principalmente en el juicio
ejecutivo con la venta de los bienes embargados, entonces, resulta que la dificultad es determinar si la
nulidad de dichos actos es civil o procesal, la doctrina lo soluciona diciendo que hay que ver cuál es el
origen del vicio.
Recurso de Queja
La facultad de conocer las causas civiles y criminales, de juzgarlas y de hacer ejecutar lo juzgado
pertenece exclusivamente a los tribunales que establece la ley.
Por su parte, el artículo 2º del mismo cuerpo legal, se refiere a la intervención de los tribunales de
justicia en otro tipo de asuntos, que no son jurisdiccionales, es decir, la intervención en actos no
contenciosos.
También corresponde a los tribunales intervenir en todos aquellos actos no contenciosos en que una ley
expresa requiera su intervención.
El más importante en esta materia relativa al recurso de queja es el artículo 3º del C.O.T.
Los tribunales tienen, además, las facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a cada uno
de ellos se asignan en los respectivos títulos de este Código.
Del artículo 3º del C.O.T nos interesa lo relativo a las facultades disciplinarias, reguladas en los artículos
530 y siguientes del C.O.T.
A través de estas facultades disciplinarias se trata de hacer respetar la disciplina judicial, en el sentido de
que los tribunales son órganos integrados por jueces, los cuales están afectos a ciertos estatutos en el
ejercicio de sus funciones.
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La ley, para el cumplimiento del ejercicio propio de los jueces, les ha impuesto ciertas obligaciones,
deberes, prohibiciones, etcétera, de acuerdo a lo que se establece en los artículos 511 y siguientes. La
ley establece la conducta ministerial de los jueces, es decir, el comportamiento que tienen que tener
como tal cuando cumple sus funciones.
Si estas obligaciones, deberes, prohibiciones, etcétera, no se cumplen como la ley manda, el propio
C.O.T. establece sanciones y los hace incurrir en faltas, sin perjuicio de que pueden cometer hasta
delitos.
Los artículos 324 y siguientes del C.O.T. se refieren a la responsabilidad de los jueces, la cual puede ser
penal, civil, disciplinaria e, incluso, algunos pueden incurrir en responsabilidad política.
La responsabilidad penal está referida a la comisión de delitos, delitos comunes o delitos ministeriales,
que son aquellos que cometen los jueces.
La responsabilidad política se aplica respecto de los magistrados de los tribunales superiores, es decir,a
los Ministros de Corte, por notable abandono de deberes.
Finalmente, la responsabilidad disciplinaria dice relación con la comisión de faltas, pero no de faltas
penales, sino de faltas disciplinarias, las cuales no constituyen delitos. Estas faltas siempre se tienen que
cometer en el ejercicio de las funciones del juez, y se entienden en el sentido de que el juez infringe sus
deberes. Estas faltas tienen sanciones muy diversas, las cuales pueden ir desde amonestaciones hasta la
destitución del juez.
Existen fundamentalmente dos vías para hacer efectiva la responsabilidad disciplinaria de los jueces: la
queja propiamente tal (queja disciplinaria) y el recurso de queja.
Cabe señalar aquí que los tribunales superiores de justicia, que velan por la conducta de los tribunales
inferiores, especialmente la Corte Suprema, en estas materias, pueden actuar de oficio o a petición de
parte.
1º La Queja
La queja disciplinaria es un medio que la ley establece para hacer efectiva la responsabilidad disciplinaria
de los jueces, a petición de parte.
Opera por faltas o abusos que puedan cometer los jueces en el ejercicio de sus funciones ministeriales,
siempre y cuando esta conducta abusiva del juez no diga relación con resoluciones judiciales, ya que
aquí se trata de un mal comportamiento funcionario del juez. Ejemplo: juez que falla fuera de plazo, juez
que ejerce la abogacía, etcétera.
En esta queja, los interesados, la pueden ejercer, ya sea en forma verbal, o bien, por escrito, y el
derecho se ejerce directamente ante el tribunal superior jerárquico de aquel a quién se imputa esta falta
o abuso
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No existe plazo en la ley para estos efectos. Tampoco existe un procedimiento específico establecido en
el Código, de manera que, la propia Corte o tribunal superior dispone las medidas correspondientes
para averiguar sobre el abuso o infracción, siendo obligatorio oíral juez afectado.
2º Recurso de queja
Este recurso está reglamentado en los artículos 545 y siguientes del C.O.T.
Tomando en cuenta estas normas podemos decir que se trata de un "medio de impugnación que tiene
por exclusiva finalidad corregir las faltas o abusos graves cometidos en la dictación de resoluciones
decarácter jurisdiccional, haciéndose de este modo efectiva la responsabilidad disciplinaria del juez o,
incluso, de otros funcionarios, y determinando las medidas conducentes para remediar estas faltas o
abusos".
Esta última frase de la definición antes dada ha producido más de un problema de interpretación, ya
que algunos sostienen que el recurso es sólo disciplinario, es decir, para sancionar al juez y, otros,
estiman que tiene doble finalidad: sancionar al juez por una falta disciplinaria y, además, remediar las
faltas, lo que significamodificar o anular la resolución judicial, porque si no, no tendría sentido el
recurso. Esto último es lo que se sigue en la práctica, y se explica por la posibilidad que hay en este
recurso de solicitar la orden de no innovar, la cual sólo tiene sentido respecto de resoluciones
recurridas.
Todo lo antes dicho surge porque el C.O.T. dice que el recurso de queja tiene por finalidad corregir las
faltas o abusos graves cometidos en la dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional.
b) Recurso de derecho estricto (mucho más que el de casación): Se entiende así porque deben
cumplirse una serie de requisitos de carácter formal para los efectos de interponer el recurso, incluso, se
deben acompañar ciertos instrumentos. Si no se cumplen los requisitos, el recurso no prospera.
c) Recurso especial: Esto atendida la regulación normativa que tiene, ya que este recurso se consagra en
el C.O.T y, losdemás recursos, están todos en el C.P.C, sin perjuicio de lo que establece la C.P.R. Además,
también es especial porque es una forma directa de ejercer la jurisdicción disciplinaria.
d) Se interpone ante y para ante el tribunal superior jerárquico respectivo: En este recurso no
intervienen dos tribunales. Esto no es común en los recursos que hemos estudiado.
e) Recurso disciplinario: Este recurso apunta a la imposición de sanciones. Al ser disciplinario, este
recurso, es a la vez personal, ya que va dirigido nominativamente contra la persona del juez, o bien, de
los Ministros.
f) Recurso renunciable: Esto porque está establecido en el interés particular de los litigantes.
Resoluciones impugnables
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El recurso de queja tiene por exclusiva finalidad corregir las faltas o abusos graves cometidos en la
dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional. Sólo procederá cuando la falta o abuso se cometa en
sentencia interlocutoria que ponga fin al juicio o haga imposible su continuación o definitiva, y que no
sean susceptibles de recurso alguno, ordinario o extraordinario, sin perjuicio de la atribución de la Corte
Suprema para actuar de oficio en ejercicio de sus facultades disciplinarias. Se exceptúan las sentencias
definitivas de primera o única instancia dictadas por árbitros arbitradores, en cuyo caso procederá el
recurso de queja, además del recurso de casación en la forma.
Conforme a esta disposición el recurso de queja sólo procederá (restrictivo) cuando la falta o abuso se
cometa en:
1º Una sentencia interlocutoria que ponga fin o término al juicio o haga imposible su continuación.
En ambos casos, la resolución no debe ser susceptible de recurso alguno, ya sea éste es ordinario o
extraordinario.
Son excepciones a esta regla las sentencias definitivas de primera o única instancia dictadas por árbitros
arbitradores, en cuyo caso procederá el recurso de queja, además del recurso de casación en la forma.
Esto tiene aplicación porque el arbitrador, por muy abogado que pueda ser, no falla de acuerdo a
derecho. Por tanto, la única manera de poder fiscalizar la justicia de ese fallo es justamente a través del
recurso de queja.
Nota: hay personas que confunden el no estar de acuerdo con la sentencia con el estimar que hay
arbitrariedad o que se han infringido las normas legales, lo cual es sustancialmente distinto.
1º En única instancia:
c) De los recursos de queja que se deduzcan en contra de jueces de letras, jueces de policía local, jueces
árbitros y órganos que ejerzan jurisdicción, dentro de su territorio jurisdiccional.
Dentro de la expresión "jueces de letras" se debe considerar a todos los jueces letrados.
La frase "Órganos que ejerzan su jurisdicción dentro de su territorio jurisdiccional" está referida a
cualquier órgano administrativo que forme parte de la administración del Estado y que ejerza funciones
jurisdiccionales por excepción. Estos, entonces, se transforman en tribunales si es que ejercen funciones
jurisdiccionales.
Todo esto, sin perjuicio del artículo 98 número 7º del C.O.T., referido a la competencia de la Corte
Suprema.
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Aquí no existen diversas causales, sino que existe una sola causal genérica que es la existencia defaltas o
abusos graves que se cometan en la dictación de resoluciones judiciales. Dentro de esto cabe cualquier
falta o abuso grave.
Lo antes dicho es sinónimo de que la actuación del juez debe ser tan grosera que se estima que resolvió
de forma arbitraria.
No existe un catálogo legal que establezca en qué casos se incurre en esta causa, sino que esto lo
determinan los tribunales superiores encargados de conocer este recurso en cada caso concreto.
El agraviado deberá interponer el recurso en el plazo fatal de cinco días hábiles, contado desde la fecha
en que se le notifique la resolución que motiva el recurso. Este plazo se aumentará según la tabla de
emplazamiento a que se refiere el artículo 259 del Código de Procedimiento Civil cuando el tribunal que
haya pronunciado la resolución tenga su asiento en una comuna o agrupación de comunas diversa de
aquélla en que lo tenga el tribunal de deba conocer el recurso.
Con todo, el plazo total para interponer el recurso no podrá exceder de quince días hábiles, contado
desde igual fecha.
Asimismo, se deberá acompañar un certificado, emitido por el secretario del tribunal, en el que conste el
número de rol del expediente y su carátula; el nombre de los jueces que dictaron la resolución que
motiva el recurso; la fecha de su dictación y la de su notificación al recurrente, y el nombre del
mandatario judicial y del abogado patrocinante de cada parte. El secretario del tribunal deberá extender
este certificado sin necesidad de decreto judicial y a sola petición, verbal o escrita, del interesado.
El recurrente podrá solicitar orden de no innovar en cualquier estado del recurso. Formulada esta
petición, el Presidente del Tribunal designará la Sala que deba decidir sobre este punto y a esta misma le
corresponderá dictar el fallo sobre el fondo del recurso.
Este artículo se refiere siempre al escrito, el cual debe cumplir varios requisitos:
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Cuando el tribunal es colegiado, en el escrito se debe indicar nominativamente a los integrantes de la
sala que dictó la resolución. Aquí se debe tener especial cuidado respecto a si la resolución recurrida fue
dictada por unanimidad o bien existía algún voto disidente.
b) Debe individualizarse el proceso en el cual se dictó la resolución que motiva el recurso. Aquí se debe
indicar el rol de la causa y cómo estácaratulado el expediente (nombre del demandado y del
demandante).
d) Se consignará el día de la dictación del fallo de la resolución recurrida, la foja en que rola el
expediente y la fecha de su notificación al recurrente.
e) Se señalará, clara y específicamente, las faltas o abusos que se imputan a los jueces o funcionarios
recurridos.
f) Debe acompañarse al escrito un certificado enviado por el secretario del tribunal en que consten las
menciones del artículo 548 del C.O.T. Este certificado podría no acompañarse por causa justificada, en
cuyo caso el tribunal superior debe otorgar un plazo de 6 días al recurrente, el cual debe ser solicitado
por el mismo, para que lo acompañe.
En cuanto a petición del escrito, la verdad es que la ley en este punto nada dice. Todo escrito para
considerarlo como tal tiene que considerar una parte petitoria puesto que en términos generales es una
solicitud de parte, y hay algunos en que la ley lo contempla expresamente pero a este respecto nada se
dice de la petición. Si nada se dice de la petición cualquier defecto en la materia que estimara el
tribunal, no trae aparejada la inadmisibilidad. Lo que no significa que el escrito no contenga ninguna
petición, puesto que es menester que todo escrito contenga una solicitud que se realiza al tribunal o
este carecería de sentido.
En consecuencia al concepto de este recurso, lo lógico es que en esta parte se solicite concretamente
que se acoja el recurso de queja y se apliquen las medidas disciplinarias correspondientes al juez o
funcionario recurrido (al modo de ver del profesor se debe pedir una sanción de tipo genérico) y
pareciera que también hay que solicitar de qué forma se va a corregir esa falta o abuso en relación con
la resolución judicial, puesto que, desde un punto de vista práctico, al recurrente esto es lo que más le
interesa. El recurrente tendrá que pedir cuáles son las medidas concretas necesarias para reparar el
agravio.
Desde el momento que dice que“podrá” solicitar, lo convierte en meramente facultativo para el
recurrente, al igual que en la apelación. El recurrente, en cuanto a oportunidad, tiene dos posibilidades:
la primera es que lo solicite en el mismo escrito en que interpone el recurso, o bien, que lo solicite
posteriormente en cualquier estado de la tramitación.
Normalmente lo que ocurre en esta materia es que se interponga ala brevedad posible (para darle
seriedad a la petición); lo lógico es solicitar la orden materialmente en el mismo escrito en que se
interpone el recurso. Al respecto, el Código Orgánico señala que, formulada la petición, el Presidente del
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tribunal debe designar sala para que resuelva sobre esto, y esta misma sala es la que debe dictar el fallo
sobre el fondo del recurso, o sea, en otras palabras, designada la sala que debe conocer y pronunciarse
sobre una petición de orden de no innovar, se produce la radicación del conocimiento en cuanto al
fondo del recurso en esa misma sala. Hay una diferencia con la apelación, puesto que en la apelación
sólo se radica si ésta se concede, en cambio, aquí, por el solo hecho de la designación, se radica.
La Corte puede limitar los efectos de la orden. Los efectos de esta orden son transitorios dentro del
proceso, y están subordinados, siempre, a lo que se resuelva respecto del recuso en que la orden incide.
Existe un autoacordado de la Corte Suprema sobre la tramitación y fallo del recurso de queja del año
1972, que es complementario de lo que establece el Código Orgánico; en este autoacordado hay varias
disposiciones referidas a la orden de no innovar. En el numeral octavo del autoacordado se dice que, si
se ha concedido orden de no innovar y el recurso paraliza su tramitación durante quince días, este
recurso se declarará desistido y se dejará sin efecto la orden de no innovar. Es importante que la parte
inste por la continuación de la tramitación que corresponde a este recurso.
El plazo de interposición del recurso de queja también se encuentra señalado en los incisos 1º y 2º del
artículo 548 del C.O.T.
El agraviado deberá interponer el recurso en el plazo fatal de cinco días hábiles, contado desde la fecha
en que se le notifique la resolución que motiva el recurso. Este plazo se aumentará según la tabla de
emplazamiento a que se refiere el artículo 259 del Código de Procedimiento Civil cuando el tribunal que
haya pronunciado la resolución tenga su asiento en una comuna o agrupación de comunas diversa de
aquélla en que lo tenga el tribunal de deba conocer el recurso.
Con todo, el plazo total para interponer el recurso no podrá exceder de quince días hábiles, contado
desde igual fecha.
El Código, a este plazo, le da el carácter de fatal. Este plazo se aumenta según la tabla de emplazamiento
del artículo 259 C.O.T.(no hay que olvidar que en este caso no se aumentan los 3 días señalados en el
artículo 258 del C.O.T).Con todo, el plazo total para interponer el recurso, no puede exceder los 15 días
hábiles.
La persona legitimada para interponer el recurso es alguna de las partes que resulte agraviada
concretamente por la falta y, desde luego, por la resolución.
Cuando hablamos de sala de cuenta, primero, debemos distinguir ante qué Corte se interpone el
recurso: si es una Corte de Apelaciones, la sala de cuenta es la primera sala; si es en la Corte Suprema,
como no hay sala tramitadora, la sala de cuenta será la especializada que corresponda.
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Para elprofesor, esta norma (artículo 549 letra a)) podría no referirse a la sala de cuenta en la Corte de
Apelaciones cuando se haya pedido orden de no innovar en el mismo escrito de interposición del
recurso.
Admitido a tramitación el recurso, la Corte debe pedir de inmediato informe al juez o jueces recurridos.
El informe solo podrá recaer sobre los hechos que, según el recurrente, constituyen las faltas o abusos.
En el fondo, en este informe los recurridos tienen que justificar que han actuado con apego a la ley en la
dictación de la sentencia, y que la falta alegada no se configura por tal y cual motivo, es decir, indicar
por qué se dictó la resolución en dicho sentido.
El plazo para evacuar este informe es de 8 días hábiles siguientes a la recepción del oficio.
Vencido el plazo para informar, con o sin el informe, se procederá a la vista del recurso.
Para la vista del recurso se agregará preferentemente a la tabla y no procederá la suspensión de ésta. El
tribunal podrá dictar medidas para mejor resolver al terminar la vista.
Que se agregue preferentemente en la tabla significa que se pone en la tabla complementaria a la tabla
semanal, ya que recordemos que esta última no se modifica para estos efectos.
Fallo
Como todos los fallos, en éste se puede acoger o, bien, rechazar el recurso de queja. Ahora bien, no
existe plazo para fallar este recurso.
a) Que no se acoja el recurso de queja: Esto ocurre cuando el tribunal superior estima que no ha
existido abuso o falta grave al momento de dictarse la sentencia. Que sea desechado el recurso trae
como consecuencia que la resolución judicial se mantenga tal cual como fue dictada.
b) Que se acoja el recurso(Artículo 545 inciso 2 C.O.T): La ley dice que este fallo que acoge el recurso de
queja debe contener las consideraciones precisas que demuestren la falta o abusos. También debe
contener e indicar los errores u omisiones manifiestos graves que constituyen estas faltas y que existan
en la resolución que motiva el recurso. Además, el fallo debe determinar las medidas conducentes a
remediar tales faltas o abusos.
La sala respectiva que emite este fallo, en los casos en que el recurso es acogido, debe ordenar, en la
resolución, que se dé cuenta al pleno de la Corte respectiva, para los efectos de que se apliquen las
sanciones disciplinarias que correspondan (artículo 545 inciso final C.O.T).
El recurso de queja tiene por exclusiva finalidad corregir las faltas o abusos graves cometidos en la
dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional. Sólo procederá cuando la falta o abuso se cometa en
sentencia interlocutoria que ponga fin al juicio o haga imposible su continuación o definitiva, y que no
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sean susceptibles de recurso alguno, ordinario o extraordinario, sin perjuicio de la atribución de la Corte
Suprema para actuar de oficio en ejercicio de sus facultades disciplinarias. Se exceptúan las sentencias
definitivas de primera o única instancia dictadas por árbitros arbitradores, en cuyo caso procederá el
recurso de queja, además del recurso de casación en la forma.
El fallo que acoge el recurso de queja contendrá las consideraciones precisas que demuestren la falta o
abuso así como los errores u omisiones manifiestos y graves que los constituyan y que existan en la
resolución que motiva el recurso, y determinará las medidas conducentes a remediar tal falta o abuso.
En ningún caso podrá modificar, enmendar o invalidar resoluciones judiciales respecto de las cuales la ley
contempla recursos jurisdiccionales ordinarios o extraordinarios, salvo que se trate de un recurso de
queja interpuesto contra sentencia definitiva de primera o única instancia dictada por árbitros
arbitradores.
En caso que un tribunal superior de justicia, haciendo uso de sus facultades disciplinarias, invalide una
resolución jurisdiccional, deberá aplicar la o las medidas disciplinarias que estime pertinentes. En tal
caso, la sala dispondrá que se dé cuenta al tribunal pleno de los antecedentes para los efectos de aplicar
las medidas disciplinarias que procedan, atendida la naturaleza de las faltas o abusos, la que no podrá
ser inferior a amonestación privada."
Conforme a nuestros estudios de derecho orgánico, entendemos que el ejercicio de las facultades
disciplinarias les corresponde a las Cortes en pleno.
Procedimiento Ejecutivo
Dos grandes clasificaciones que se pueden hacer del proceso, el proceso de declaración y el de ejecución
por otra, esto depende de la pretensión del demandante, o lo que es lo mismo, depende de la clase de
tutela judicial que se solicite por el demandante (declarativa o ejecutiva, alguno dicen que existe una
tercera clase que sería el proceso cautelar).
A través del proceso declarativo el actor pretende que el tribunal declare un derecho o una determinada
situación jurídica, en el amplio sentido de la expresión, reconociéndole un determinado derecho o
dándole certeza a este (dependiendo de qué tipo de proceso declarativo se trate); a través de la
sentencia en un proceso declarativo el juez lo que hace es reconocer o declarar un derecho en favor de
las partes.
Ejecutoriada que sea esa sentencia, en la medida que la parte condenada- por ese fallo- a cumplir con
una determinada prestación, no la satisfaga, es decir en la medida que el obligado no cumpla
voluntariamente la obligación que impone la sentencia, la parte contraria no queda satisfecha en su
derecho reclamado. A la parte le interesa el cumplimiento efectivo de ese derecho que está reconocido
en el fallo declarativo.
Cuando hay una sentencia de condena que impone una obligación, habrá un deudor obligado a cumplir
y un acreedor que puede exigir el cumplimiento.
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Al respecto de la finalidad del proceso de ejecución, dicen los autores que se trata de restablecer la
situación que existía antes del incumplimiento, o restablecer de un modo efectivo el desequilibrio
patrimonial que produce el incumplimiento del deudor.
La sentencia judicial firme o ejecutoriada es el título ejecutivo por excelencia, y tanto es así que al
enumerarlos la ley lo establece en primer lugar. Y existen otros títulos que la ley equipara a la sentencia
en cuanto a su fuerza ejecutiva o eficacia jurisdiccional, que viene a ser el resto de los títulos
enumerados, y que para los efectos de la ejecución tienen la misma eficacia. Lo que queremos decir es
que no hay títulos mejores que otros, lo relevante es que siempre son el antecedente de la ejecución.
Ahora si la sentencia es de aquellas que se llaman constitutivas, por ejemplo las que modifican el estado
civil (la que declara el divorcio, por ejemplo), tampoco requieren ejecución, se está simplemente
declarando un estado, sin perjuicio de que con posterioridad al fallo haya que cumplir otro tipo de actos
administrativos.
Entonces, la única sentencia declarativa que puede dar origen a un proceso de ejecución posterior es
la sentencia declarativa de condena, aquella que impone una obligación o hacer una prestación de dar
hacer o no hacer, esta es la sentencia a que se refiere la ley en el artículo 434 numeral 1º, aunque no lo
diga expresamente.
Hay otros casos en que puede existir un proceso de ejecución, en los cuales aún no existe un proceso
declarativo terminado, en otras palabras, titulo ejecutivo sin un previo proceso declarativo. Esto ocurre
fundamentalmente en dos casos:
a) El primero se trata de la ejecución provisional de sentencias, que está constituida por todos aquellos
casos en que la ley permite hacer cumplir una sentencia no obstante no estar ejecutoriada, halamos de
las “sentencias que causan ejecutoria”. Esta ejecución va a ser provisional por haber recursos
pendientes deducidos en contra de ellas que pueden modificar completamente la decisión de esos
fallos.
Es lo que ocurre en el caso por ejemplo de la apelación concedida en el solo efecto devolutivo, y la
casación (salvas las excepciones estudiadas).
b) Una segunda situación está referida a los títulos ejecutivos extrajudiciales en que se puede seguir un
proceso de ejecución sin que exista proceso declarativo previo, porque la obligación va a constar en un
instrumento distinto a una sentencia.
La garantía constitucional del debido proceso o derecho a la tutela judicial efectiva (en doctrina
Española) está establecida de manera muy genérica en Chile, pero comprende muchos aspectos. En
España el tratamiento en la materia es más conciso y comprende, en primer lugar el derecho a obtener
la tutela judicial efectiva parte garantizando el acceso a los tribunales para las personas, en el sentido de
eliminar las trabas para haber jurisdicción; en segundo lugar comprende el derecho a obtener de los
tribunales un fallo fundado en derecho y congruente; incorpora el derecho a los recursos y el derecho a
la ejecución, puesto que si no la tutela se vuelve puramente teórica.
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Reglamentación del procedimiento ejecutivo en chile
En nuestro Código se encuentra el procedimiento ejecutivo en el Libro tercero, artículos 434 y
siguientes, aquí hay dos títulos de especial interés, en el primero se reglamenta el título ejecutivo en las
obligaciones de dar (que es el más importante) y el segundo en las obligaciones de hacer y no hacer (que
es mucho más breve porque hay remisión constante a las normas del título primero).
Estas normas son de aplicación especial, de manera que a ellas debemos recurrir en primer término
tratándose de este procedimiento, y estas deben ser complementadas por las normas del libro primero
del código pro tratarse de disposiciones comunes a todo procedimiento y supletoriamente corresponde
aplicar a la tramitación, las normas que resulten pertinentes del libro segundo (Juicio Ordinario de
Mayor Cuantía), de acuerdo al artículo 3º del Código.
Un procedimiento ejecutivo, podríamos decir que consiste en la tramitación o substanciación que debe
darse a un juicio de carácter civil y contencioso para tramitar aquellas pretensiones cuya finalidad es
obtener el cumplimiento forzado de una obligación, siempre que esa obligación conste en un título
ejecutivo, esta es la finalidad perseguida por el demandante. De manera que el titulo ejecutivo es el
fundamento de todo proceso de ejecución y como es lógico sin título ejecutivo es imposible que exista
procedimiento de ejecución (por más que el acreedor así lo quiera).
El título ejecutivo goza de una presunción de veracidad y tanto es así que después vamos a ver que en
este procedimiento ejecutivo se da una situación muy especial, que consiste en que si el juez que está
conociendo de la demanda ejecutiva examinado el título (que hay que acompañar necesariamente y
siempre en la demanda) y estando todo en orden, el juez en la primera resolución que dicta en el
proceso y sin oír al demandado accede a lo pedido en la demanda inmediatamente (provisionalmente,
pero accede).
Esto por la importancia que la ley le atribuye al título ejecutivo, partiendo de la base que el principal es
una sentencia judicial ejecutoria, y gozan de una presunción de veracidad en relación a que lo que indica
el título es efectivo y está incumplido. Lo que no significa que el ejecutado no tenga ninguna posibilidad
de defenderse, porque si puede defenderse, oponiéndose a la ejecución y oponiendo excepciones. Lo
primero es únicamente una constatación a priori.
b) Las normas del procedimiento ejecutivo pueden ser de aplicación general o especial según sea la
obligación. De aplicación general son cuando resultan aplicables a cualquier tipo de obligación. Y de
aplicación especial cuando el procedimiento ejecutivo rige para cierto tipo de obligaciones.
El del libro tercero es de aplicación general, pero, por ejemplo el que establece la ley de bancos es para
cierto tipo de obligaciones y no se rige por estas normas (depende de la naturaleza de la obligación).
c) Dentro de las posibilidades que ofrece su tramitación, está la de utilizar medios de apremio o fuerza
(medios compulsivos) a través de los tribunales, cuando hay resistencia del ejecutado a cumplir. La
utilización va a depender de la actitud del ejecutado.
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El demandante se le domina ejecutante y al demandado ejecutado, el demandante tiene la
característica de ser siempre acreedor, porque aquí estamos hablando de la finalidad de obtener el
cumplimiento forzado de una obligación y habiendo obligación tiene que haber acreedor y deudor.
Acreedor será el ejecutante y el deudor que es el ejecutado que no ha cumplido con la obligación
contenida en el titulo ejecutivo. En la mayoría de los casos las partes del juicio son las que expresa el
título ejecutivo, que sirve de base a la ejecución, pero en otros casos podría ocurrir que esas partes no
sean necesariamente las que están expresadas en el título, como ocurre por ejemplo con la situación de
los herederos del deudor lo mismo podría ocurrir en el caso de las transformaciones societarias,
etcétera.
Esto tiene importancia principalmente para determinar cuáles son las reglas de procedimiento por las
cuales se va a regir el juicio, porque el código las reglamenta separadamente.
En los artículos 434 a 529 se contienen las obligaciones de dar (mayor aplicación) y desde el 530 al 544
obligaciones de hacer y no hacer. Sin perjuicio de que en el procedimiento haya obligaciones de hacer y
no hacer hay remisión al procedimiento en las obligaciones de dar.
El juicio ejecutivo en obligaciones de dar: es aquel que debe seguirse cuando lo que el acreedor
pretende es la entrega de una cosa.
El juicio ejecutivo en las obligaciones de hacer: es el que se aplica cuando la pretensión está referida a
la ejecución de un hecho u obra.
c) considerando la naturaleza de las normas que lo regulan distinguimos entre juicio ejecutivo común
o de aplicación general (por ejemplo el de obligaciones de dar regulado en el libro tercero), y tenemos
juicio ejecutivo de procedimiento especial que se rigen por normas distintas a las del libro tercero,
establecidas particularmente en la ley dependiendo la naturaleza de la obligación de que se trate
(procedimiento ejecutivo de la ley de bancos, por ejemplo).
Nuestro código no define el título ejecutivo, sino que los enumera. El artículo 434 es una disposición
legal que contiene una enumeración, de manera que hay que ver que dice la doctrina para obtener una
definición. Título ejecutivo es aquel documento que da cuenta de un derecho indubitable, al cual la ley
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atribuye la suficiencia necesaria para exigir el cumplimiento forzado de la obligación en el contenida
(Manual de Procedimiento Civil del juicio ejecutivo, Raul Espinoza Fuentes, Editorial Jurídica). Esta es
una definición antigua y no es cierta (desde nuestro punto de vista) la categoricidad con que afirma la
indubitabilidad del derecho, porque eso significa que no se puede derribar, puesto que es de tal
magnitud que es imposible su destrucción lo que sabemos no es así. Y es por esto que no nos parece
acertada la definición especialmente tomando en consideración todas las excepciones que puede
oponer el ejecutado. Lo que en realidad ocurre es que se presume que la obligación que consta en el
título es verídica.
El profesor Juan Colombo lo define como el “instrumento que autoriza el empleo del procedimiento
ejecutivo, para la tramitación de un proceso en que deba resolverse su exigibilidad jurisdiccional”.
Lo concreto es que el titulo ejecutivo es un instrumento que da cuenta de una obligación (sin
calificativos) y al cual la ley le otorga la suficiencia necesaria para iniciar un proceso de ejecución. En
otras palabras es el instrumento que permite iniciar un juicio ejecutivo, y eso es lo único claro, y la in
discusión de la obligación está por verse, pese a gozar de una presunción de legitimidad, lo que en
principio va en beneficio del acreedor, pero a medida de la tramitación puede variar puesto que el
ejecutado tiene derecho a defensa (un poco más restringida que en un juicio declarativa), pero a través
de estas defensas se puede destruir el título.
Con todo lo único claro es que el titulo ejecutivo es un instrumento que cumplida las condiciones que el
juez debe verificar permite encontrar un procedimiento de ejecución contra el deudor.
b) Son solemnes, naturalmente la solemnidad varía dependiendo del título, pero en términos generales
deben constar por escrito.
c) Siempre tiene que dar cuenta de una obligación, cualquiera sea el título. Porque es la obligación
incumplida la que permite iniciar la ejecución, aparejado el título que da cuenta de la existencia de la
misma.
d) El título ejecutivo – como instrumento- tiene que ser autónomo o autosuficiente, debe bastarse por sí
mismo para determinar las condiciones de procedencia de la acción ejecutiva. En relación al examen del
título que debe realizar el juez (artículo 441), lo único que se examina es el título propiamente tal y nada
ajeno a este, de manera que todos los requisitos de procedencia de la acción ejecutiva deben emanar de
este instrumento puesto que es la única manera en que el juez puede dar trámite a la ejecución.
e) Goza de una presunción de veracidad en favor del ejecutante. En el sentido de presumirse cierto lo
que el titulo expresa. Cuando se ejerce la acción ejecutiva se genera una situación particular en su inicio,
y que no ocurre en otra clase de procedimiento (especialmente en los declarativos), que es que el juez al
examinar el titulo ejecutivo y en la medida que constate que se reúnen todos los requisitos de
procedencia de la acción, debe acceder de inmediato a la demanda, artículo 441. O se despacha o se
deniega la ejecución no hay términos medios.
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Se accede provisionalmente a lo pedido en la demandad sin siquiera oír al ejecutado, esto por la
presunción de veracidad del título.
Volvemos a hacer hincapié que esto es sin perjuicio del derecho de defensa del demandado.
a) Titulo perfecto o completo: es aquel que desde su otorgamiento tiene eficacia como tal (en la medida
de que se incumple la obligación), en otras palabras es aquel que de inmediato autoriza el inicio de un
juicio ejecutivo (para el profesor es el verdadero).
b) El imperfecto o incompleto: es aquel que da cuenta de una obligación pero que no permite iniciar de
inmediato un juicio ejecutivo, no se basta a sí mismo para iniciar una ejecución, y requiere de ciertas
gestiones preparatorias de la vía ejecutiva. Por ejemplo un cheque protestado.
c) Judiciales: aquellos que en su otorgamiento intervienen los tribunales de justicia, el caso típico es la
sentencia judicial.
Títulos Ejecutivos
Análisis del artículo 434 del C.P.C. Esta disposición establece los títulos ejecutivos, los cuales sirven de
base a cualquier juicio ejecutivo. Sin un título de estos no es posible iniciar un juicio ejecutivo.
Artículo 434
El juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de dar cuando para reclamar su cumplimiento se hace
valer alguno de los siguientes títulos:
Es absolutamente lógico que la ley señale a la sentencia definitiva o interlocutoria firme en primer lugar,
ya que esta sentencia emana del ejercicio de la jurisdicción de los tribunales.
El C.P.C establece en este numeral que la sentencia debe estar firme, de manera que de este número
quedan excluida cualquier otra sentencia que no esté firme o ejecutoriada, es decir respecto de las
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cuales todavía se pueden interponer recursos. Esta es una primera característica que tiene que tener la
sentencia.
En segundo lugar, debe tratarse de una sentencia definitiva o interlocutoria y para lo cual debemos
estarnos a la definición legal de estas.
En tercer lugar, se requiere que esta sentencia sea de aquellas que se denominan "condenatorias". Esto
es importante porque no toda sentencia declarativa lleva posteriormente aparejado un proceso de
ejecución, sino que sólo las condenatorias. Ahora bien, esto no quiere decir que estas otras sentencias
no se cumplan, sino que no hay ejecución, es decir, no hay cumplimiento forzado.
Otra cosa importante es que esta sentencia firme produce efectos, en virtud del efecto relativo de los
contratos y en relación a la ejecución, respecto de quienes fueron parte en el juicio. Para determinar a
quienes alcanzan los efectos de la sentencia, se debe analizar nada más que la demanda.
En el caso de la copias, estas deben ser copias autorizada otorgadas por el funcionario competente
previo decreto del juez. Por lo general, estas copias las autoriza el secretario del tribunal.
El concepto de escritura pública está en el C.O.T. Este concepto es importante porque en virtud de él se
explica porque la ley habla de "copia autorizada". Dicho esto, podemos desprender del concepto de
escritura pública, que ésta está siempre incorporada al protocolo del notario, no pudiendo retirarse
jamás, por lo que lo que uno puede obtener son sólo las copias autorizadas de ella.
La copia autorizada de la escritura pública correspondiente, la otorga el mismo notario que autorizo la
escritura. Ésta también puede ser otorgada por quien supla al notario en el cargo.
Entonces aquí la novedad es que la matriz (escritura pública incorporada al protocolo) no es título
ejecutivo, ya que este lo constituye la copia autorizada de la misma.
Esta escritura pública no sólo debe cumplir con los requisitos propios de esta, sino que además debe dar
cuenta claramente de una obligación para así poder exigir el cumplimiento forzado.
3º Acta de avenimiento pasada ante tribunal competente y autorizada por un ministro de fe o por dos
testigos de actuación;
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Esta es una de las pocas normas que se refieren al avenimiento, ya que este no tiene reglamentación.
Para qué haya avenimiento siempre debe existir un juicio pendiente. Ahora, el avenimiento debe ser
presentado al juez que conoce de la causa, quien debe darle su aprobación.
Entendemos por avenimiento a un "acuerdo en que no interviene el juez, sino que se produce
directamente entre las partes de un juicio, el cual debe estar pendiente".
Por su parte, el acta de avenimiento debe ser autorizada por un ministro de fe, que será el tribunal, o
bien dos testigos de actuación.
Naturalmente, en esta acta de avenimiento tiene que haberse pactado una obligación, ya que no basta
con que se le ponga término al juicio, puesto que sino no habría nada que ejecutar.
Si se trata de un contrato de transacción, entendemos que no puede considerarse en este numeral por
lo que deberíamos reducirlo a escritura pública para que así se pueda considerar dentro del numeral 2º
del artículo 434.
Por su parte el acta de conciliación tampoco se incluye en este numeral, por lo que la podríamos
comprender en el número 7 del artículo 434 para que así se pueda constituir un título ejecutivo.
4ºInstrumento privado reconocido judicialmente o mandado a tener por reconocido. Sin embargo, no
será necesario este reconocimiento respecto del aceptante de una letra de cambio o suscriptor de un
pagaré que no hayan puesto tacha de falsedad a su firma al tiempo de protestarse el documento por
falta de pago, siempre que el protesto haya sido personal, ni respecto de cualquiera de los obligados
al pago de una letra de cambio, pagare o cheque, cuando, puesto el protesto en su conocimiento por
notificación judicial, no alegué tampoco en ese mismo acto o dentro de tercero día tacha de falsedad
Tendrá mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de cambio, pagare o cheque,
respecto del obligado cuya firma aparezca autorizada por un notario o por el oficial del registro civil
en las comunas donde no tenga su asiento un notario.
Este numeral, primero se refiere a los instrumentos privados propiamente tales y después se refiere a
los instrumentos privados mercantiles, ya que el régimen de ambos es distinto.
El instrumento privado propiamente tal puede ser considerado como título ejecutivo si está reconocido
judicialmente o mandado a tener por reconocido. Reconocido judicialmente significa que el deudor lo
reconoce ante el juez, y mandado a tener por reconocido es cuando el reconocimiento se lo da el
tribunal. En tanto, conforme a lo antes dicho, el reconocimiento de un instrumento privado, podría
originarse por una manifestación de voluntad del propio obligado, o bien porque el juez así lo declara a
través de una resolución judicial.
Este reconocimiento judicial se obtiene únicamente a través de una gestión preparatoria de la vía
ejecutiva, ya que como dijimos en un principio el instrumento privado propiamente tal mientras no sea
reconocido o mandado a tener por reconocido no es título ejecutivo. La gestión preparatoria en este
caso, conforme al artículo 435 del C.P.C, consiste en el reconocimiento de firma estampada en el
instrumento privado, por lo que entonces esta tiene lugar únicamente cuando el instrumento fue
firmado.
Artículo 435
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Si, en caso de no tener el acreedor título ejecutivo, quiere preparar la ejecución por reconocimiento de
firma o por la confesión de la deuda, podrá pedir que se cite al deudor a la presencia judicial, a fin de que
practique la que corresponda de estas diligencias.
Y, si el citado no comparece, o sólo da respuestas evasivas, se dará por reconocida la firma o por
confesada la deuda.
a) Comparece a la audiencia fijada y reconoce la firma: como se trata de una audiencia, se debe
levantar un acta y dejar constancia de lo que ocurre. Aquí se dejará constancia que el deudor reconoció
la firma. Con esto queda preparada la vía ejecutiva, por lo que desde el punto de vista del acreedor, esto
es lo ideal.
Artículo 436
Conforme a esta disposición entonces, es suficiente el reconocimiento expreso que hace el deudor ante
el juez.
El título ejecutivo, en consecuencia, queda constituido por el instrumento privado propiamente tal,
acompañado del acta donde consta el reconocimiento de la firma. No es necesaria ninguna otra
formalidad, es decir, no es necesario que el juez dicte resolución alguna.
La jurisprudencia ha estimado que el deudor que está citado en estas condiciones a reconocer su firma,
cuenta con diversas oportunidades para comparecer al tribunal, e incluso puede hacerlo de distintas
formas. Lo habitual es que comparezca a la audiencia, pero la jurisprudencia estima válida la
comparecencia que el deudor pueda hacer incluso antes de la audiencia, por cuanto se sostiene que es
un plazo establecido en favor del deudor, por lo que puede renunciar a él. Incluso, algunos sostienen
que el deudor podría comparecer después de la fecha de la audiencia, pero antes de que se haya
acusado rebeldía, ya que se sostiene que este plazo es un plazo judicial. Igualmente se sostiene que el
deudor puede comparecer mediante mandatario judicial, ya que aquí no se exige juramento en la
comparecencia, por lo que no habría impedimento de que reconozca o niegue la firma a través de un
escrito
En este caso debe existir una resolución judicial donde se dé por reconocida la firma.
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c) Comparecer a la audiencia y negar la firma: ésta es la peor situación para el acreedor, porque si se
niega la firma, la gestión preparatoria de la vía ejecutiva habría fracasado, ya que no habría título
ejecutivo por lo que entonces no se puede demandar ejecutivamente.
La única vía que le quedaría a este acreedor en estas situaciones es deducir una acción ordinaria.
Estos títulos en principio no tienen mérito ejecutivo porque en su otorgamiento, por regla general, no es
necesario que intervenga ningún ministro de fe.
Se deba analizar cada una de las situaciones para determinar el mérito ejecutivo
a) Letras de cambio o pagare protestados personalmente por falta de pago:el protesto en este caso le
corresponde efectuarlo a un notario público.
Son requisitos para que la letra de cambio o pagare adquiera mérito ejecutivo que el protesto sea
personal y además que al momento de este, no se haya alegado tacha de falsedad a su firma. En tanto,
en este caso no se debe hacer ninguna gestión preparatoria ante los tribunales.
El título ejecutivo aquí queda constituido por la letra de cambio o pagare, más la correspondiente acta
de protesto notarial donde consta todo lo antes señalado.
b) Letras de cambio o pagare protestados notarialmente por falta de pago: aquí la ley se refiere a
cualquiera de los obligados al pago de una letra de cambio o pagare, de manera que esto excede del
aceptante o suscriptor.
En este caso, protestada notarialmente la letra de cambio o el pagaré por falta de pago, es necesario
realizar ante los tribunales una gestión preparatoria de la vía ejecutiva que consiste en solicitar la
notificación judicial del protesto de la letra o del pagaré.
En este caso, el acreedor por medio de una solicitud le pide al juez que notifique judicialmente a
cualquiera de los obligados al pago (se debe indicar a quien). El tribunal accede a esto bajo el
apercibimiento legal del artículo 435 del C.P.C. El obligado al pago puede alegar tacha de falsedad en el
acto de la notificación judicial o dentro de 3 días. La notificación judicial la hace el receptor judicial. Si el
notificado judicialmente no alega tacha de falsedad dentro del plazo antes señalado, el instrumento
pasa a tener mérito ejecutivo, de manera que aquí queda preparada la vía ejecutiva.
Si el notificado alega tacha de falsedad a la firma se genera un incidente dentro de la gestión, el cual se
tramita conforme a la tramitación de los incidentes ordinarios. El objetivo de esta incidencia es acreditar
si la firma es verdadera o falsa, para lo cual se deben usar cualquier medio de prueba.
Si en esta incidencia, en definitiva, el juez resuelve que, la firma es auténtica, es decir que era
verdadera, queda configurado el título ejecutivo. Ahora bien, el deudor (notificado) que tachó de falsa la
firma declarada como auténtica por el juez, se entiende que comete un delito. En caso contrario, si
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como resultado de esta incidencia se resuelve que la firma efectivamente era falsa, no queda
configurado el título ejecutivo, y el acreedor deberá concurrir por la vía ordinaria para demandar.
Si dentro de los plazos (3 días) el deudor no dice nada, queda preparada la vía ejecutiva.
c) Cheques: los cheques tienen un sistema especial de protesto, ya que aquí no interviene un juez, sino
que lo hace el banco al cual pertenece la cuenta corriente del girador. Para estos efectos se aplican las
normas correspondientes de la Ley de Cuentas Bancarias y de Cheques.
Tratándose de los cheques, una vez protestado, también se debe hacer una gestión preparatoria de la
vía ejecutiva, la cual consiste en solicitarle al juez correspondiente que ordene la notificación judicial de
ese cheque. También aquí el girados u obligado al pago del cheque, tiene el plazo de 3 días desde la
notificación judicial, para alegar tacha de falsedad. Sin perjuicio de esto, si transcurrido este plazo, no
consigna el dinero para cubrir el monto del cheque, se configura el giro doloso de cheque.
Tendrá mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de cambio, pagare o cheque,
respecto del obligado cuya firma aparezca autorizada por un notario o por el oficial del registro civil en
las comunas donde no tenga su asiento un notario.
Nota: es muy raro que un notario autorice la firma del girador de un cheque.
Esta autorización es requisito para darle mérito ejecutivo al documento, pero no es un requisito de
validez de estos. Para saber si éste está o no autorizado, se debe examinar el título, donde debe constar
esta autorización.
5ºConfesión judicial;
Primero que todo debemos aclarar a que confesión judicial se refiere la ley, ya que la confesión judicial
se puede presentar ante un tribunal de diversas formas; como medida prejudicial, como medida
preparatoria, como medio de prueba y como gestión preparatoria de la vía ejecutiva.
La jurisprudencia es muy clara al señalar que no cualquier confesión que se presta ante un tribunal
configura un título ejecutivo. La única confesión judicial que sirve para estos efectos es la que se obtiene
por medio de la gestión preparatoria correspondiente del artículo 435. Por tanto, en este caso,
excluimos la confesión como medio de prueba.
Esta confesión se puede obtener a través de la declaración expresa que haga el deudor, o bien, se puede
obtener a través de una resolución judicial a petición del acreedor, haciendo efectivo el apercibimiento
legal del artículo 435.
En este caso se dan las mismas alternativas de comparecencia y actitudes del citado, señaladas en el
numeral 4º respecto de los instrumentos privados.
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Diferencia entre la confesión medio de prueba y la confesión preparatoria de la vía ejecutiva
a) La confesión como medio de prueba sirve para acreditar cualquier hecho controvertido fijado como
tal en la resolución que recibe la causa a prueba. En cambio, la confesión como gestión preparatoria de
la vía ejecutiva no sirve para acreditar cualquier hecho sino que sólo para acreditar una obligación.
b) La confesión como medio de prueba puede ser delegada por el tribunal, en cambio en la confesión
como gestión preparatoria de la vía ejecutiva el juez, en virtud de la ley, no puede delegarla.
c) En relación a la inasistencia del confesante, cabe señalar que en el caso de la confesión como gestión
preparatoria de la vía ejecutiva, si el citado no comparece a la audiencia citada por el juez, trae como
consecuencia que se le dé por confesada la deuda a petición a parte. En cambio la inasistencia del
absolvente, en el caso de la confesión como medio de prueba, no lo da por confeso, por lo que se debe
volver a citar y si en este caso segundo caso este no asiste, se le dará entonces por confeso.
Esta norma a diferencia de las anteriores es una disposición de carácter general, se refiere a cualquier
otro título genérico, siempre que con el requisito o las leyes correspondientes le den fuerza ejecutiva.
De manera que en este caso se requiere de un texto legal expreso en que se le reconozca merito
ejecutivo a algún determinado instrumento, para lo cual puede la ley valerse de esas expresiones o de
otras análogas o similares. Por ejemplo:
·Artículo 211 inciso 2º del Código de Comercio (éste artículo se refiere a la carta de porte).
· Artículo 169 Código Tributario (ésta disposición se refiere a la lista de deudores moroso confeccionada
por la tesorería).
· Artículo 231 del Código de Procedimiento Civil (en esta disposición se le otorga mérito ejecutivo a las
resoluciones que causan ejecutoria en conformidad a la ley).
Todos estos casos tienen de común que una norma legal les da eficacia como título ejecutivo del
instrumento correspondiente.
2º Que la obligación que consta en el título o cuyo cumplimiento se pretende sea actualmente exigible
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Artículo 437 del Código de Procedimiento Civil. Esto significa que la obligación de que da cuenta el título
ejecutivo esté en condiciones de cumplirse efectivamente por el deudor, lo que a su vez significa que no
se encuentre sometida a ninguna modalidad que impida o trabe el cumplimiento.
El código en relación con este requisito señala en el artículo 438, en que puede consistir el objeto de la
obligación, y eso determina la liquidez del mismo, no hay una norma que lo diga expresamente pero
enumera tres objetos:
En el caso de las deudas en moneda extranjera o en alguna otra unidad de medida monetaria (uf, por
ejemplo), aquí no es necesaria la avaluación, sino que basta con acompañar un certificado bancario en
que consta el valor de la moneda.
De manera que el transcurso del tiempo indudablemente extingue la acción ejecutiva. Aquí hay una
novedad en materia de prescripción que es en relación a una de las reglas comunes a toda prescripción,
puesto que aquí el tribunal tiene facultad para declarar de oficio la prescripción y no debe ser
necesariamente alegada por las partes, salva una excepción, artículo 442 . En el evento que el tribunal
no se dé cuenta, tendrá que alegarla el ejecutado puesto que es una de las excepciones que puede este
oponer, mediante la correspondiente excepción.
Vencidos los tres años, la acción subsiste dos años más como acción ordinaria, y se deberá demandar en
juicio sumario conforme al artículo 680 numeral 7º.
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Titulo primero del libro tercero. Lo primero que debemos señalar es cómo está materializado el juicio
ejecutivo, es decir, referirnos brevemente a este juicio en cuanto a su estructura, puesto que hay una
gran diferencia en relación al resto de los procedimientos declarativos.
Los cuadernos hacen referencia a la calidad o especialidad de las materias y los tomos a la cantidad de
diligencias o actuaciones.
En el cuaderno ejecutivo inicia con la demanda ejecutiva (la demanda ejecutiva siempre se incorpora
aquí). Algunos dicen que en este cuaderno se agrupa la parte contenciosa del proceso. En el cuaderno
ejecutivo el ejecutado puede formular su oposición a la ejecución a través de escritos de excepciones. La
defensa del ejecuta se hace valer jurídicamente a través de la oposición y el contenido de estas son las
excepciones que este formula, artículo 464. De esta defensa que tiene derecho a formular el ejecutado
nace el derecho a rendir prueba, para acreditar las excepciones. Aquí existe derecho a prueba y aquí se
formula la sentencia definitiva.
En el cuaderno ejecutivo se puede abrir una fase declarativa -dentro del procedimiento ejecutivo-
puesto que aquí se va a determinar la exigibilidad jurisdiccional de la obligación (al decir de Colombo).
Aquí es donde se plantea la controversia principal.
Si el deudor no opone excepciones en el juicio ejecutivo no habrá sentencia definitiva, puesto que la
ejecución está despachada (sin perjuicio de poder quedar sin efecto en el caso del acogimiento de
alguna de las excepciones deducidas).
En el cuaderno de apremio van todas las diligencias que son propias o que representan el aspecto
compulsivo del juicio ejecutivo, todas las medidas de apremio posibles de disponer, de así disponerse se
incluyen en este cuaderno, este cuaderno se inicia con el requerimiento de ejecución y embargo. Aquí
va todo el procedimiento de realización de los bienes embargados y todas las diligencias referidas al
pago del acreedor.
Puede haber además otros cuadernos, como los de tercerías por ejemplo, en el caso en que un tercero
decide intervenir en el juicio ejecutivo invocando ciertos derechos respecto de los bienes embargados.
Las tercerías para este juicio están especialmente reguladas en el código (dominio, prelación, posesión y
pago).
La demanda ejecutiva es insustituible como acto procesal, aunque el asunto se haya iniciado a través de
la gestión preparatoria de la vía ejecutiva. La gestión preparatoria de la vía ejecutiva tiene doble
finalidad, por una parte, completar un título ejecutivo, y por otra, crear uno, en caso de no tener
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ninguno. Todas estas gestiones no reemplazan a la demanda ejecutiva. La pretensión se formula en la
demanda ejecutiva.
La petición será que se ordene despachar el mandamiento de ejecución y embargo y que se ordene
seguir adelante la ejecución.
Si el asunto se inició por una gestión preparatoria de la vía ejecutiva, el patrocinio y poder conferido
para tal gestión, habilita para poder deducir la correspondiente demanda ejecutiva.
Interesa destacar, dentro de los requisitos de la demanda, el referente a la petición, del artículo 254 Nº
5º, en el sentido de determinar qué es lo que hay que pedir en el juicio ejecutivo. A pesar de que no hay
fórmulas sacramentales, en una buena demanda deberíamos pedir que se ordene despachar el
mandamiento de ejecución y embargo, en contra del deudor fulano de tal, por la suma x, más interesa y
costas y, en definitiva, que se ordene seguir adelante la ejecución hasta el completo pago de la deuda,
capital, intereses y costas. Aquí hay dos peticiones, que se ordene el mandamiento de ejecución y
embargo y que se siga adelante la ejecución. La expresión “en definitiva se ordene seguir adelante la
ejecución” es aplicable para el evento en que el tribunal dicte sentencia definitiva, pues ella precisará si
la ejecución continúa o no continua.
Uno de los efectos que produce la interposición de excepciones es que el cuaderno de apremios se
suspende, con la interposición de excepciones, hasta el momento del embargo, no más allá de él (no se
pueden realizar los bienes habiendo excepciones pendientes). En el fondo el actor está solicitando que
se desestimen las excepciones deducidas por el ejecutado.
La demanda ejecutiva siempre tiene que ir acompañada del título ejecutivo, esto es indispensable,
porque constituye el fundamento de la acción. El hecho de acompañar un instrumento a la demanda
hace excepción a la regla que existe para los procedimientos declarativos en virtud de la cual el
demandante no tiene por qué acompañar documentos fundantes a su demanda. En el juicio ejecutivo,
el acompañamiento del título es obligatorio y no facultativo.
De la resolución que puede recaer en la demanda ejecutiva tratándose de las obligaciones de dar
El Código de Procedimiento Civil dice que hay dos posibilidades en cuanto a esta resolución, artículo
441:
1ºQue se despache la ejecución:va a despachar la ejecución cuando se cumplan todos los requisitos de
la acción ejecutiva. Despachar la ejecución significa que se ordene el mandamiento pedido en la
demanda, esto es, que ordene despachar el mandamiento de ejecución y embargo (el tribunal dice
“despáchese), con lo cual está accediendo provisionalmente a lo pedido en la demanda, sin oír al
ejecutado (esto es excepcional, no ocurre en los otros juicios declarativos). Esta novedad se da porque
existe un título ejecutivo, esta es su eficacia, cumplidos los requisitos, autoriza el procedimiento
ejecutivo, porque el título goza de una presunción de veracidad en cuanto a la obligación contenida en
él. Esta presunción podrá quedar destruida después, deduciéndose excepciones y siendo ellas acogidas,
pero hasta este momento se tienen por verdaderas.
2ºQue se deniegue la ejecución: va a denegar la ejecución cuando no concurra alguno de los requisitos
de la acción ejecutiva, incluyendo la prescripción, que en este caso declara de oficio.
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Ya sea que la resolución deniegue la ejecución u ordene despachar, ella es apelable. En cuanto a su
naturaleza, esta es una sentencia interlocutoria que sirve de base para el pronunciamiento de otra
sentencia.
- Traslado.
- Prueba.
- De pago
- De remate.
El mandamiento de ejecución y embargo contiene una orden de requerir de pago, es por esto que está
como diligencia en el cuaderno de apremio. El ministro de fe debe hacer esta intimación al deudor para
que pague en el acto. Normalmente hay coincidencia, en cuanto a la fecha, entre la notificación de la
demanda ejecutiva y el requerimiento de pago, en el entendido de que esto sea personal (lo notifica y lo
requiere de pago personalmente en un mismo acto).
61
Puede ocurrir que tengamos que notificar la demanda ejecutiva por el artículo 44, de manera que no
habrá contacto directo entre el receptor y el demandado, caso en el cual no podremos requerirlo de
pago. En este caso, el receptor, junto con dejar las copias correspondientes, tendrá que dejarlo citado,
para un día distinto y lugar determinado para hacerle el requerimiento de pago. Si luego de ello el
demandado no concurre, se entiende que ha sido requerido de pago. A este punto se configura el
primer elemento del emplazamiento (1º notificación + requerimiento de pago; 2º transcurso del plazo).
El plazo para oponer las excepciones empieza a correr desde la fecha del requerimiento de pago.
El artículo 443 Nº1 explica cómo se hace el requerimiento de pago, según este precepto se aplican las
reglas de las notificaciones. De esta manera, deberá hacerse personalmente, si fuere la primera, y si no
fuere habido, se hará en conformidad al artículo 44.
Cuando el deudor ya haya sido notificado, previamente al requerimiento de pago, por existir gestiones
preparatorias de la vía ejecutiva, la notificación de la demanda y requerimiento de pago no será
necesario hacerlo personalmente, sino que podrá procederse de acuerdo a los artículos 48 al 53 C.P.C.
La ley dice que el ministro de fe que requiere de pago, debe hacerle saber al deudor, en el mismo acto,
el plazo que la ley le concede para deducir la oposición. La omisión de esta obligación no invalida la
notificación ni el requerimiento.
El artículo 41 dice que en los juicios ejecutivos no podrá efectuarse el requerimiento de pago en público,
de haberse notificado dicha demanda deberá estarse a lo dispuesto en el artículo 443 Nº1, o sea, deberá
dejarlo citado, fijando día y hora, para hacerle el requerimiento.
Cuando un deudor es notificado y requerido de pago, está la posibilidad de que de hecho pague en el
acto. El pago obviamente debe ser completo. Esto es raro. Si no paga en el acto, veremos que, de
acuerdo a las menciones del mandamiento, puede trabarse el embargo sobre determinados bienes.
Decimos “puede” porque el deudor tiene derecho a oponerse al embargo.
Materialmente, esta oposición se ejerce en el cuaderno ejecutivo después del requerimiento de pago.
Si bien es cierto que el título ejecutivo goza de una presunción de veracidad, no se impide que el deudor
haga valer sus derechos.
Aquí no existen trámites de la contestación de la demanda, sino que existe sólo la oposición. Esta
oposición solo se puede fundar en algunas de las excepciones del artículo 464 del C.P.C
El plazo fatal para deducir la oposición, conforme al artículo 462 inciso 1 del C.P.C. comienza a correr
desde el día del requerimiento de pago.
El término para deducir la oposición comienza a correr desde el día del requerimiento de pago.
62
El artículo 462 dice expresamente que el plazo para deducir la oposición empieza a correr desde el día
del requerimiento de pago, ya que en el juicio ejecutivo en cuanto al emplazamiento no es suficiente
una mera notificación al ejecutado, sino que además se le debe requerir de pago.
Recordemos que por lo general la notificación y el requerimiento se hacen el mismo día, pero bien nada
impide que se realicen en fechas distintas.
El plazo, como ocurre también normalmente en el juicio ordinario, es variable. Decimos que es variable
puesto que el plazo que tiene el ejecutado para oponer sus excepciones va a depender del lugar en que
haya sido requerido de pago. Existe una situación excepcional cuando el deudor es requerido de pago
en una comuna que corresponde a un territorio jurisdiccional diverso al del tribunal que conoce del
juicio.
1ºRegla: Si el ejecutado es requerido de pago en la misma comuna asiento del tribunal el plazo será de
4 días hábiles.
Si el deudor es requerido de pago en el lugar del asiento del tribunal, tendrá el término de cuatro días
útiles para oponerse a la ejecución.
Ejemplo: juicio ejecutivo lo conoce un juzgado civil de concepción y el deudor es requerido de pago en la
misma comuna.
2º Regla: Si el ejecutado es requerido de pago dentro del mismo territorio jurisdiccional del tribunal
que conoce de la causa, pero en una comuna distinta que sirve de asiento del tribunal tiene un plazo de
8 días.
Este término se ampliará con cuatro días, si el requerimiento se hace dentro del territorio jurisdiccional
en que se ha promovido el juicio, pero fuera de la comuna del asiento del tribunal.
3º Regla: Si el requerimiento de pago al ejecutado se hace en una comuna que corresponda a otro
territorio jurisdiccional, o sea, se le requiere de pago al ejecutado fuera del territorio jurisdiccional del
tribunal que conoce del juicio, se presenta la particularidad respecto del tribunal ante el cual puede
presentar su oposición.
Cuando el requerimiento de pago se haga en un territorio jurisdiccional diverso al del tribunal que
conoce del juicio ejecutivo, se requiere exhortar al juez competente del otro territorio.
La particularidad es que el ejecutado tiene un derecho que le da la ley en el artículo 460 del C.P.C, en
cuanto a que puede presentar su oposición ante el tribunal exhortado o bien directamente ante el
tribunal exhortante, que es el que conoce el juicio ejecutivo.
Artículo 460
63
segundo, el ejecutado deberá formular su oposición en el plazo fatal de ocho días, más el aumento del
término de emplazamiento en conformidad a la tabla de que trata el artículo 259.
El tribunal exhortado se limitará a remitir la solicitud de oposición al exhortante para que éste provea
sobre ella lo que sea de derecho.
Ejemplo: El tribunal que conoce del juicio ejecutivo es de Concepción y el ejecutado es requerido de
pago en Temuco habiendo sido este tribunal exhortado por el de Concepción. En este caso puede
oponer su oposición ante el tribunal de Temuco, o bien ante el tribunal de concepción.
- Si la oposición se presenta ante el tribunal exhortante, tiene un plazo de 8 días más el aumento del
término de emplazamiento en conformidad a la tabla referida en el artículo 259 del C.P.C.
Esto es muy novedoso, porque en ningún otro juicio el demandado tiene derecho a defenderse ante el
tribunal exhortado.
Debemos señalar además cual es la competencia que tiene el tribunal exhortado en este caso. La
competencia está dada por el exhorto, pero en general podemos decir que será la de disponer todas las
medidas necesarias para requerir de pago al deudor, es decir notificarle la demanda ejecutiva y
requerirlo de pago y, eventualmente, para embargarlo.
Ahora bien, el tribunal exhortado no tiene nunca competencia para tramitar la oposición, en el caso de
que esta se le formulara a este. En la situación antes señalada entonces, el tribunal exhortado se
limitará a remitir la solicitud de oposición al tribunal exhortante, de manera que la tramitación continúa
ante el juez que conoce de la causa.
4º Regla: Esta regla es excepcional puesto que se refiere al caso en que el requerimiento de pago se
verifica fuera del territorio de la república. En este caso, el plazo para deducir la oposición es el que
corresponda conforme a la tabla de emplazamiento, de manera que aquí tendrá los 8 días más el
aumento correspondiente.
Todos estos plazos son fatales, de manera que al vencimiento del plazo, precluye el derecho a oponerse.
Además debemos señalar que son plazos de días hábiles.
Recordemos que el receptor judicial cuando efectúa el requerimiento de pago tiene la obligación de
indicarle al ejecutado cual es el plazo que tiene para oponer las excepciones. De esto se deja testimonió
en la diligencia. Si el receptor omite esto, se le hará responsable de los perjuicios pero no se invalida el
procedimiento.
Artículo 462
El término para deducir la oposición comienza a correr desde el día del requerimiento de pago.
64
Naturaleza de las excepciones que constituyen el fundamento de la oposición
Que constituyan el fundamento de la oposición es muy importante, porque para oponerse la única
posibilidad que tiene el ejecutado es valerse de estas excepciones contempladas en el artículo 464. Esta
disposición es taxativa, no obstante en algunos casos, algunas excepciones de algunos numerales
pueden dar cabida a diversas excepciones.
Por ejemplo: la excepción del número 2º del artículo 464 que se refiere a la falta de capacidad del
demandante, a la falta de personería o a la falta de representación.
Otra cosa importante es que dentro de estas excepciones del artículo 464 nos encontramos con
excepciones tanto dilatorias como perentorias, por lo que entendemos que el código en materia de
oposición tiene un solo régimen de excepciones, tanto para las dilatorias como para las perentorias. La
tramitación para estas excepciones será la misma y se fallarán, cualquiera sea el carácter de la
excepción, en la sentencia definitiva.
El código agrega en el inciso final del artículo 464 que las excepciones pueden referirse a toda la deuda o
bien a una parte de ellas.
2º Una segunda regla que podemos señalar es que en este escrito el ejecutado debe expresar con
claridad y precisión los hechos en que se fundan las excepciones correspondientes.
3º La tercera regla consiste en que el mismo escrito debe expresar los medios de prueba de que el
deudor quiere valerse para acreditar las excepciones, o sea en este escrito el ejecutado debe ofrecer la
prueba que va a utilizar para acreditar las excepciones que está legando. Este es un ofrecimiento de
prueba genérico, es decir -por ejemplo- basta que diga que se va a valer de la prueba testimonial. Esto
es novedoso.
Artículo 465
Todas las excepciones deberán oponerse en un mismo escrito, expresándose con claridad y precisión los
hechos y los medios de prueba de que el deudor intente valerse para acreditarlas. No obstará para que
se deduzca la excepción de incompetencia, el hecho de haber intervenido el demandado en las gestiones
del demandante para preparar la acción ejecutiva.
Deducida esta excepción, podrá el tribunal pronunciarse sobre ella desde luego, o reservarla para la
sentencia definitiva.
Respecto de esta excepción debemos señalar que puede ocurrir por ejemplo que al deudor lo citen a
reconocer firma en una gestión preparatoria. El deudor tiene que comparecer. Supongamos que
reconoce la firma. Esta circunstancia de que comparezca y reconozca la firma, no significa que acepte la
competencia del tribunal, de manera que podrá oponer la excepción de incompetencia.
65
Litis pendentia significa que existe un juicio pendiente debido a que existe triple identidad legal. Este
juicio pendiente debe haber sido promovido por el acreedor.
En relación a la excepción de exceso de avalúo en los casos de los incisos 2º y 3º del artículo
438(artículo 464 número 8º)
El artículo 438 del C.P.C recordemos que se refiere al objeto de la ejecución para determinar cuándo
este es líquido.
La ley dice que en el escrito de oposición se comunicara traslado al ejecutante dándose copia de el para
que dentro de 4 días exponga lo que estime oportuno.
Artículo 466
Del escrito de oposición se comunicará traslado al ejecutante, dándosele copia de él, para que dentro de
cuatro días exponga lo que juzgue oportuno.
Vencido este plazo, haya o no hecho observaciones el demandante, se pronunciará el tribunal sobre la
admisibilidad o inadmisibilidad de las excepciones alegadas.
Si las estima inadmisibles, o si no considera necesario que se rinda prueba para resolver, dictará desde
luego sentencia definitiva. En caso contrario, recibirá a prueba la causa.
De manera que esta es la resolución que debe recaer en el escrito de excepciones. Esta resolución se
notifica por el estado diario ya que no hay otra regla en el código.
El plazo para evacuar el traslado es de 4 días hábiles. Dentro de este plazo, el acreedor puede o no
presentar su escrito correspondiente exponiendo lo que estime oportuno.
La ley dice que vencido el plazo de 4 días, haya o no hecho observaciones el demandante, el tribunal se
pronunciará sobre la admisibilidad o inadmisibilidad de las excepciones alegadas.
Que el tribunal se pronuncie sobre la admisibilidad o in admisibilidad significa que debe analizar dos
cosas en relación a la oposición:
b) Si las excepciones son las que contempla el artículo 464, ya que sólo se puede fundar en esta norma.
Si las excepciones no fueren las del artículo 464, o bien hubiesen sido opuestas fuera de plazo, el
tribunal estimándolas inadmisibles debe dictar sentencia definitiva. Esta sentencia definitiva será
condenatoria para el deudor.
En caso contrario, si estima que las excepciones son admisibles, para lo cual debe cumplir los dos
requisitos, existen dos opciones:
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· El tribunal junto con estimarlas admisibles, recibe la causa a prueba;
· El tribunal junto con estimarlas admisibles, podría también fallarlas sin recibirlas a prueba.
Si las estima inadmisibles, o si no considera necesario que se rinda prueba para resolver, dictará desde
luego sentencia definitiva. En caso contrario, recibirá a prueba la causa.
Artículo 468
Cuando haya de recibirse a prueba la causa, el término para rendirla será de diez días.
Podrá ampliarse este término hasta diez días más, a petición del acreedor. La prórroga deberá solicitarse
antes de vencido el término legal, y correrá sin interrupción después de éste.
Por acuerdo de ambas partes, podrán concederse los términos extraordinarios que ellas designen.
En el caso de que el juez estime admisibles las excepciones y considere que no existen hechos
controvertidos, no la recibirá a prueba y las fallara de inmediato.
La ley agrega que el término probatorio de 10 días puede ampliarse en 10 días más, para cuyo efecto se
debe solicitar la prórroga del plazo antes del vencimiento del término oficial. Esta prórroga es a petición
del acreedor.
En cuanto al término probatorio extraordinario la ley dice que por acuerdo de ambas partes podrán
conceder se los términos extraordinarios que estas designen, es decir, podría fijarse de común acuerdo
el plazo del término extraordinario. Esto es una novedad.
Nada dice la ley respecto del término especial de prueba, de manera que habría que entender,
aplicando supletoriamente las normas del juicio ordinario, que se rige por estas reglas. Por tanto,
cuando ocurra algún motivo imprevisto y no atribuible a las partes se podría solicitar términos
especiales.
En cuanto a la forma de rendir la prueba, debemos señalar que esta se rinde en la misma forma que en
el juicio ordinario, de manera que las partes tendrán que cumplir con las mismas formalidades que exige
la ley en el juicio ordinario, dependiendo la prueba de que se trate.
No nos olvidemos que si bien es cierto que la prueba se rinde del mismo modo que en el juicio
ordinario, esto es en cuanto al cumplimiento de las formalidades en general, puesto existe una
particularidad en este juicio que consiste en que en el escrito de oposición es necesario anunciar
previamente los medios probatorios, es decir, el ejecutado tiene la carga procesal de hacer esta
enunciación juntó con deducir las excepciones.
67
Finalizado el término probatorio, los autos quedarán en la secretaria del tribunal por el plazo de 6 días a
disposición de las partes antes de pronunciarse la sentencia. Esto con la finalidad de que puedan hacer
por escrito las observaciones que el examen de la prueba les sugiera.
Artículo 469
La prueba se rendirá del mismo modo que en el juicio ordinario, y el fallo que dé lugar a ella expresará
los puntos sobre que deba recaer. Vencido el término probatorio, quedarán los autos en la secretaría por
espacio de seis días a disposición de las partes, antes de pronunciar sentencia. Durante este plazo
podrán hacerse por escrito las observaciones que el examen de la prueba sugiera, y una vez vencido,
háyanse o no presentado escritos, y sin nuevo trámite, el tribunal citará a las partes para oír sentencia.
Vencido este plazo, el tribunal citara a las partes para oír sentencia, para lo cual se debe dictar una
resolución que así lo disponga. Esta resolución que cita a las partes a oír sentencia, se notificará por el
estado diario. Recordemos que este es un trámite esencial. Con esto se producen los efectos del artículo
433 del C.P.C.
Artículo 433
Citadas las partes para oír sentencia, no se admitirán escritos ni pruebas de ningún género.
Lo cual se entiende sin perjuicio de lo dispuesto por los artículos 83, 84, 159 y 290. Los plazos
establecidos en los artículos 342 Nº 3, 346 Nº 3 y 347 que hubieren comenzado a correr al tiempo de la
citación para oír sentencia, continuarán corriendo sin interrupción y la parte podrá dentro de ellos,
ejercer su derecho de impugnación. De producirse ésta, se tramitará en cuaderno separado y se fallará
en la sentencia definitiva, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 431.
Esta resolución que cita a las partes a oír sentencia, implica que la causa queda en estado de fallo.
La ley establece un plazo para dictar la sentencia, el cual es de 10 días contados desde que el pleito
queda concluso. Esto es a diferencia de los 60 días del juicio ordinario.
Artículo 470
La sentencia definitiva deberá pronunciarse dentro del término de diez días, contados desde que el pleito
quede concluso.
Entendemos que el pleito queda concluso desde que la resolución que cita a las partes a oír sentencia
queda firme y ejecutoriada, o bien, desde que se cumpla alguna medida para mejor resolver. El
problema es que aquí no existe una regulación tan clara, ya que en el juicio ordinario no existe este
problema. Por tanto, estas cosas son interpretables.
Esta sentencia definitiva recaerá sobre las excepciones, ya que si estas no se oponen, se omite la
sentencia definitiva
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a) Sentencia definitiva absolutoria: aquella que acoge una o más de las excepciones opuestas por el
ejecutado por lo que entonces en esta sentencia se desecha la demanda ejecutiva. Como consecuencia
de esto, deberá procederse al alzamiento del embargo si es que existe embargo.
b) Sentencia definitiva condenatoria: es aquella que desestima todas las excepciones opuestas por el
ejecutado y, por lo mismo, entendemos que acoge la demanda ejecutiva y ordena seguir adelante la
ejecución hasta el completo pago de la deuda. Esta sentencia condenatoria a su vez se puede sub
clasificar en;
i) Sentencia condenatoria de pago: aquella que se dicta cuando el embargo ha recaído sobre la misma
especie o cuerpo cierto que se adeuda, o bien, sobre dinero. En este caso, hay coincidencia con lo
embargado y con lo que se paga el acreedor.
ii) Sentencia condenatoria de remate: aquella que se dicta cuando el embargo ha recaído sobre bienes,
de cualquier naturaleza, pero que es necesario realizar para poder hacer pago al acreedor. En otras
palabras, el acreedor no se paga con los bienes embargados, sino que estos deben ser reducidos a
dinero por medio de un sistema de realización de bienes.
Si leemos materialmente una sentencia no nos podremos dar cuenta si se trata de una sentencia
condenatoria de pago o de remate, ya que en ambos casos esta señalara lo mismo. Por ende, si se trata
de una u otra sentencia condenatoria se determina conforme al embargo y al objeto de la obligación
demandada en el juicio.
¿Porque la sentencia ordena seguir adelante la ejecución en el evento que se rechacen las excepciones?
Esto porque el cuaderno de apremio, en el caso de que el deudor oponga excepciones, se suspende en
su tramitación una vez que se practique el embargo.
Desde el punto de vista formal, en cuanto a los requisitos de esta sentencia definitiva, cabe señalar que
esta tiene que cumplir los requisitos especiales del artículo 170 del C.P.C y los del auto acordado de la
Corte Suprema, relativos a la forma de la sentencia.
Dentro de los requisitos formales está el pronunciamiento sobre las costas del juicio. En el juicio
ejecutivo se puede decir que hay una particularidad en relación al pago de las costas, ya que conforme
al artículo 471 del C.P.C aquí el que pierde paga, es decir no hay eximición de costas, en otras palabras
no se puede estimar que existía un motivo plausible para deducir el recurso.
Artículo 471
Si se admiten sólo en parte una o más excepciones, se distribuirán las costas proporcionalmente; pero
podrán imponerse todas ellas al ejecutado cuando en concepto del tribunal haya motivo fundado.
Por tanto, conforme a esta norma cuando se trata de una sentencia condenatoria se impondrán las
costas al ejecutado. Por el contrario, si se absuelve al ejecutado, se condenará en las costas al
ejecutante. Aquí no existe motivo plausible para deducir el recurso. Ahora bien, la ley se pone en el caso
de que alguna excepción se admita sólo en parte.
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Esta sentencia definitiva para que produzca efectos tiene que ser notificada legalmente por cédula al
mandatario judicial de la partes.
Respecto del recurso de apelación, en este caso, se debe distinguir quien es el apelante (agraviado).
Aquí en esta materia aplicamos el artículo 194 número 1º del C.P.C.
Sin perjuicio de las excepciones expresamente establecidas en la ley, se concederá apelación sólo en el
efecto devolutivo:
Si el que recurre de apelación es el ejecutante, se requiere que haya habido sentencia definitiva
absolutoria, es decir favorable al ejecutado. Aquí, se aplica la regla general del recurso de apelación
contenida en el artículo 195. Conforme a esta regla entonces, la apelación se concede en ambos efectos.
Ahora, conforme al artículo 475 del C.P.C. si la sentencia definitiva ahora fuere condenatoria, es decir
desfavorable para el ejecutado, la apelación se concede en el solo efecto devolutivo.
Artículo 475
En cuanto a la tramitación del recurso de apelación no hay otras normas que las antes indicadas, de
manera entonces que se aplican las reglas generales, atendiendo a la naturaleza de la resolución contra
la cual se recurre.
i) Embargo recaído en dinero: en este caso, el ejecutante tiene que solicitarle al tribunal que ordene
liquidar la deuda para así actualizarla al momento de realizarse el pago. Aquí, al menos se tendrán que
liquidar los intereses que correspondan y siempre van a existir costas, tanto procesales como
personales. En la práctica, los tribunales disponen que la deuda en cuanto al capital, intereses y
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eventuales reajustes, lo líquida el secretario del propio tribunal. Esto es igual respecto de las costas
procesal. Las costas personales por su parte, las regula el juez.
Esta liquidación, una vez presentada por el secretario, hay un plazo de 3 días para objetarla. Una vez que
todo esto quede ejecutoriado tenemos las cantidades que en definitiva corresponde recibir al acreedor.
Este pago al acreedor se hace a través del giro de un cheque de la cuenta corriente del tribunal, lo cual
se debe solicitar.
ii) Embargo recaído sobre la misma especie o cuerpo cierto que se debe: en este caso, la sentencia se
cumplirá solicitándose al juez la entrega de dicha especie o cuerpo cierto, lo cual debe ser ordenado por
el mismo.
Aquí, debemos señalar que esta entrega es sin perjuicio de que el deudor además deba pagar las costas,
ya que recordemos que aquí existe una condena en costas y para los efectos esto se debe también
liquidar las costas procesales y regular las personales (honorarios).
Si el deudor no paga las costas, se le podrían embargar otros bienes a través de este mismo
procedimiento.
b) Sentencia condenatoria de remate: aquí para los efectos del cumplimiento, necesariamente, hay que
continuar adelante con el procedimiento de apremio en el mismo cuaderno de apremio del juicio
ejecutivo. En este caso, es necesario rematar los bienes embargados, ya que el acreedor no se puede
pagar con los bienes embargados, sino que debe hacerlo con dinero, por lo que entonces igual se debe
liquidar.
Acá es necesario analizar el procedimiento de realización de bienes que establece la ley, el cual se lleva a
efecto dentro del cuaderno de apremio.
Esta resolución del mandamiento de ejecución y embargo es interlocutoria, ya que sirve de base para el
pronunciamiento de otras sentencias.
I. Requisitos esenciales
a) Debe contener esta resolución, la orden de requerir de pago al deudor por la suma de dinero que se
expresa en la demanda ejecutiva, más los intereses y las costas.
En esta materia se ha planteado el siguiente problema en los tribunales ¿Los tribunales pueden o no
modificar la cantidad por la cual se pide la ejecución en la demanda? Algunos tribunales entienden que
ellos examinando el título ejecutivo pueden, eventualmente, modificar la cifra o la cantidad específica
por la cual se ha demandado ejecutivamente, y por tanto algunos jueces ordenan despachar el
mandamiento pero por una cantidad menor. Esto se ha cuestionado.
Por su parte, la Corte de Apelación de Concepción ha revocado estas resoluciones porque se entiende
que se estaría alterando la pretensión de la demanda ejecutiva.
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Se supone que esta orden de requerir de pago es por la cantidad expresada en la demanda y conforme a
la resolución del cuaderno principal que ordena despachar el mandamiento. Ahora si el juez estima que
la cifra que señala la demanda no se aviene con lo señalado en el título, no deberá despachar entonces
la ejecución.
Esta orden se cumple a través de una diligencia que practica el receptor judicial en el domicilio del
ejecutado, el cual se indica en la demanda ejecutiva. Aquí, normalmente se tiende a confundir la
notificación con el requerimiento, pero bien en la práctica el receptor va a notificar al demandado de la
demanda ejecutiva y además lo requerirá de pago, ya que la notificación en principio no constituye
requerimiento de pago.
Ahora, conforme al artículo 443 número 1º podría ocurrir en la práctica que la notificación de la
demanda ejecutiva se practique conforme al artículo 44 del C.P.C. ya que el deudor no es habido. En
este caso el receptor debe dejar citado al deudor para hacerle el requerimiento. Esta citación
materialmente se encuentra en las copias que se le entregan al notificado. Lo mismo ocurre cuando la
notificación se practica en un lugar de libre acceso al público.
El deudor, una vez requerido de pago, conforme a lo dicho por la Corte Suprema, se entiende que tiene
8 días para oponer las excepciones. Esto no lo dice el código, pero bien es una cuestión práctica que se
debe interpretar.
b) Orden de embargarle bienes al deudor en cantidad suficiente para cubrir la deuda con sus intereses
y costas si no paga en el acto del requerimiento. De todo esto debe dejar constancia el receptor.
Este embargo de bienes debe ser practicado por el ministro de fe que es el receptor judicial, el cual
práctica el requerimiento de pago como consecuencia de no haberse pagado en ese acto la deuda.
El ejecutado tiene derecho a oponerse al embargo, en cuyo caso quedara legalmente requerido de pago
pero por el momento no se le practicara el embargo.
c) La designación de un depositario provisional que es la persona a cuyo cargo quedan los bienes
embargados.
Puede esta resolución tener además otras menciones, dependiendo el caso, como por ejemplo, la
mención relativa a la mención de bienes específicos sobre los cuales ha de trabarse el embargo.
Conforme a esto, si en la demanda ejecutiva se señalan bienes específicos, el mandamiento debe
indicarlo.
Ahora, si lo que se demanda es una obligación que consiste en la entrega de una especie o cuerpo cierto
adeudado, habrá que señalar, para el embargo, esta misma especie o cuerpo cierto que se adeuda. Esto
es en la medida de que la especie o cuerpo cierto se encuentre en poder del deudor, ya que en caso
contrario se paga con el valor de la especie debida.
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Si la ejecución recae sobre cuerpo cierto, o si el acreedor en la demanda ha señalado, para que se haga
el embargo, bienes que la ley permita embargar, el mandamiento contendrá también la designación de
ellos.
También esta resolución podría tener otra mención que es la orden de requerir el auxilio de la fuerza
pública si se estimaré necesario. Esto siempre debe ser solicitado, nunca se ordena de oficio. En la
práctica esto casi nunca ocurre.
Siempre que en concepto del tribunal haya fundado temor de que el mandamiento sea desobedecido,
podrá solicitar, a petición de parte, el auxilio de la fuerza pública para proceder a su ejecución.
Embargo
Existen muchas definiciones, ninguna legal, pero en doctrina hay distintas definiciones que varían su
contenido de acuerdo a qué aspectos se consideran para hacer la definición, porque algunos distinguen
por una parte lo que es la “traba del embargo” del “embargo” (aunque ambos conceptos están
relacionados).
La traba del embargo vendría a ser la diligencia judicial que practica el ministro de fe; y el embargo
vendría a ser la consecuencia inmediata de la realización de esa diligencia en virtud de la cual se realiza
la afectación del bien sujeto al sistema de embargo. Entonces algunos lo definen como “medida de
afectación” y otros hablan de que es una “diligencia judicial”.
·Traba del embargo: diligencia judicial que se practica en el cuaderno de apremio, por un receptor
judicial y que consiste en la entrega real o simbólica de ciertos bienes a un depositario que se designa
para este efecto, con el objeto de asegurar con ellos el cumplimiento de la obligación objeto del juicio
ejecutivo.
·Embargo: vendría a ser una medida de afectación de uno o más bienes a una ejecución y que produce
ciertas consecuencias respecto de los bienes que quedan afectados. En este caso podríamos decir que
es una verdadera medida precautoria desde el punto de vista procesal -puesto que es asegurativa- y que
no excluye otras medidas precautorias (no hay inconveniente legal para interponer otras medidas
respecto de ciertos bienes).
Para los efectos de la práctica del embargo lo fundamental a considerar es que los bienes, objeto del
embargo deben ser necesariamente de propiedad del ejecutado, porque se trata de que el ejecutado
responda con sus bienes al pago de la deuda y no con bienes ajenos. En la práctica sucede que el
ministro de fe (involuntariamente o circunstanciado) puede trabar embargo sobre bienes que
aparentemente son de propiedad del deudor, pero que en realidad no lo son y son de terceros.
Estos terceros tienen derecho a intervenir en el juicio ejecutivo mediante la correspondiente tercería en
relación con bienes que no serían propiedad del ejecutado, sino que de los terceros que invocan alguno
de los derechos que la ley establece (en general dominio y posesión, que son las tercerías
fundamentales en materia de propiedad).
El ministro debe dejar constancia de cualquier reclamación que haga un tercero en el acto del embargo,
esta constancia no es suficiente para efecto de excluir los bienes de terceros respecto del embargo.
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que la propia ley establezca como inembargables (serían entonces, bienes en propiedad del deudor y sin
prohibición legal que prohíba el embargo).
En la ley existen bienes que el legislador establece como inembargables, tanto en el Código de
Procedimiento Civil como en leyes especiales.
La inembargabilidad es un derecho que la ley le reconoce al ejecutado para evitar que estas personas se
vean privadas de algunos elementos indispensables para su subsistencia –al decir de la doctrina-. Como
es un derecho establecido en favor del deudor, es renunciable, por lo que perfectamente un ministro de
fe podría trabar embargo sobre algún bien que la ley declara inembargables y ese embargo no es nulo,
puesto que si el propio ejecutado que es el interesado no reclama el bien va a ser realizado, esta es una
cuestión incidental que se produce dentro del juicio ejecutivo, 519 inciso segundo, para lo cual debería
abrirse un cuaderno de incidentes.
Como se designan los bienes que pueden ser embargados, o bien, como sabemos, qué bienes pueden
ser objeto del embargo en un caso concreto
En primer lugar, el propio ejecutante (demandante) tiene derecho a designar bienes para el embargo.
Esto lo puede hacer en distintas oportunidades:
a) En la propia demanda ejecutiva: en este caso el mandamiento de ejecución y embargo, dentro de las
exigencias que tiene que cumplir, es precisamente la de señalar estos bienes.
Si la ejecución recae sobre cuerpo cierto, o si el acreedor en la demanda ha señalado, para que se haga
el embargo, bienes que la ley permita embargar, el mandamiento contendrá también la designación de
ellos.
Artículo 447
Puede el acreedor concurrir al embargo y designar, si el mandamiento no lo hace, los bienes del deudor
que hayan de embargarse, con tal que no excedan de los necesarios para responder a la demanda,
haciéndose esta apreciación por el ministro de fe encargado de la diligencia, sin perjuicio de lo que
resuelva el tribunal a solicitud de parte interesada.
También podría señalar bienes para el embargo el propio ejecutado. Este derecho lo puede ejercer
cuando se le practique el embargo.
Artículo 448
No designando el acreedor bienes para el embargo, se verificará éste en los que el deudor presente, si,
en concepto del ministro de fe encargado de la diligencia, son suficientes o si, no siéndolo, tampoco hay
otros conocidos.
Artículo 449
Si no designan bienes el acreedor ni el deudor, el ministro de fe guardará en el embargo el orden
siguiente:
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1º Dinero;
2º Otros bienes muebles;
3º Bienes raíces; y
4º Salarios y pensiones.
Otra cosa importante de la diligencia es la constancia de la misma en el proceso o como dice el código,
el acta de la diligencia. Esta acta de diligencia debe contar con las menciones que señala el artículo 450
inciso 2º del C.P.C.
El ministro de fe que practique el embargo deberá levantar un acta de la diligencia, la que señalará el
lugar y hora en que éste se trabó, contendrá la expresión individual y detallada de los bienes
embargados e indicará si fue necesario o no el auxilio de la fuerza pública para efectuarlo y de haberlo
sido, la identificación del o de los funcionarios que intervinieron en la diligencia. Asimismo, dejará
constancia de toda alegación que haga un tercero invocando la calidad de dueño o poseedor del bien
embargado.
Importante también indicar que en esta constancia se deben individualizar los bienes embargados.
Estos bienes se individualizaran de maneras distintas dependiendo si se trata de bienes muebles o
inmuebles. La forma de individualización de cada uno de estos se indica en el inciso 3º del artículo 450
del C.P.C.
Tratándose del embargo de bienes muebles, el acta deberá indicar su especie, calidad y estado de
conservación y todo otro antecedente o especificación necesarios para su debida singularización, tales
como, marca, número de fábrica y de serie, colores y dimensiones aproximadas, según ello sea posible.
En el embargo de bienes inmuebles, éstos se individualizarán por su ubicación y los datos de la respectiva
inscripción de dominio.
Por tanto, dicho esto, cabe señalar que el receptor que práctico la diligencia debe enviarle carta
certificada al ejecutado comunicándole el hecho del embargo e individualizando los bienes embargados.
Esto, es sin perjuicio de que el ejecutado pueda estar presente en la diligencia. La omisión o el envío de
la carta fuera de los plazos legales, no afecta la diligencia, quedando responsable el ministro de fe por
los daños o perjuicios que pueda causar.
Esta constancia se deja en el cuaderno de apremio y, sin perjuicio de esto también se debe dejar
constancia del embargo en el cuaderno principal.
Por su parte en los artículos 459 y siguientes del C.P.C. se dan algunas reglas de administración de los
bienes embargados a cargo del depositario. Esto en la práctica poco se aplica. Esto va a depender de la
naturaleza de los bienes embargados. Por ejemplo, si los bienes son muebles, el depositario puede
trasladarlo al lugar que sea más conveniente para su conservación. También, en el caso de que el bien
este sujeto a deterioro el depositario deberá tomar medidas para que esto no ocurra.
Alegaciones o incidencias que las partes pueden hacer valer en relación a los bienes que han sido
objeto de embargo
1º Se puede pedir ampliación del embargo: este es un derecho que asiste al ejecutante (acreedor), en
este caso se solicita al tribunal que el embargo se extienda a otros bienes, no comprendidos en la
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diligencia inicial. Este derecho tiene como fundamento, no es otro que la insuficiencia del embargo
(para cubrir la deuda en capital intereses y costas), porque como ya hemos dicho el mandamiento de
ejecución ordena embargar bienes del deudor en cantidad suficiente (artículo 443 Nº2).
Artículo 456
Puede el acreedor pedir ampliación del embargo en cualquier estado del juicio, siempre que haya justo
motivo para temer que los bienes embargados no basten para cubrir la deuda y las costas.
El haber recaído el embargo sobre bienes difíciles de realizar, será siempre justo motivo para la
ampliación. Lo será también la introducción de cualquier tercería sobre los bienes embargados.
El justo motivo deberá expresarlo el peticionario, en esta parte la ley establece dos casos en que el
legislador considera que existe este justo motivo:
a) Cuando el embargo es recaído sobre bienes difíciles de realizar, 456 inciso 2º. Esto no queda a
criterio del acreedor, sino que se determina conforme al mérito del proceso.
Por ejemplo un bien podrá ser difícil de realizar cuando no haya interesados en adjudicarse el bien
embargado.
b) Lo son también la introducción (basta el hecho de que se alegue) de cualquiera tercería sobre los
bienes embargados, 456 inciso 2º.
Estas tercerías pueden ser de exclusión cuando el receptor a trabado embargo sobre bienes de terceros
que se fundan en el derecho de dominio del tercero o en la simple posesión de los mismos, existen
también las tercerías de prelación y de pago en que los terceros intervienen para pagarse con el
producto de la realización de los bienes.
Esto es una legación incidental, que se tramita de acuerdo a las reglas del procedimiento incidental
ordinario, con derecho a rendir prueba y todo lo procedente, y en definitiva el juez determinara en el
fallo de la incidencia que ocurre con los bienes.
Pedida la ampliación después de la sentencia definitiva del juicio ejecutivo, la ley dice que no será
necesario el pronunciamiento de una nueva sentencia para comprender en la resolución respectiva los
bienes agregados al embargo. De no haber sentencia bastara con el mandamiento.
2º Reducción del embargo: en este caso se trata de quitar ciertos bienes del embargo a solicitud del
ejecutado, el fundamento de esta alegación es que no existe proporcionalidad entre el monto de la
obligación con el valor de los bienes embargados.
Aquí existe un embargo excesivo de bienes. El código se refiere a esta materia en el artículo 447 (caso
en que el acreedor decide concurrir a la diligencia del embargo y designa en esa diligencia bienes),
complementado con el artículo 448 (que se refiere también a la suficiencia).
Esta alegación igualmente se tramita en forma incidental, y se abre el respectivo cuaderno de incidentes
que se tramitará en forma separada. Y se fallara en la misma forma que en el caso anterior. De ser así
habrá ciertos bienes que habiéndose encontrado inicialmente embargados van a quedar libres del
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embargo con lo que ejecutoriada la resolución el deudor va a poner disponer de ellos y el embargo va a
subsistir con los bienes que sigan comprendidos.
3º Sustitución del embargo: este es un derecho que le asiste al deudor (artículo 457), en virtud del cual
este debe proceder a consignar una suma de dinero que sea suficiente para pagar la deuda y que
reemplaza al o los bienes embargados. Lo que se hace en la práctica es reemplazar a los bienes
embargados por dinero, el derecho no implica el derecho a reemplazo por otros bienes, sino que solo
por dinero, dinero que se deberá consignar en la cuenta corriente del tribunal y en virtud de esta
consignación de dinero suficiente el o los bines quedan liberados del embargo.
La ley señala una limitación al respecto de este derecho, que es que se puede producir siempre que no
recaiga sobre la misma especie o cuerpo cierto que se debe y sobre la cual se trabo el embargo puesto
que es eso justamente lo que se debe.
4º Alzamiento del embargo o cesación del embargo: consiste en la petición de que se termine el
embargo respecto de los bienes que han sido afectados y por lo mismo que pueda nuevamente
disponer de ellos el deudor.
El fundamento para liberar un bien del embargo, puede ser por pago completo (en capital intereses y
costas) de la deuda o por la existencia de alguna causal de inembargabilidad.
Es importante señalar en esta materia que el ministro de fe que practicó el embargo de bienes de bienes
que están sujetos a sistema registral, es decir, bienes inmuebles, tiene que requerir la inscripción del
embargo de estos bienes raíces en el conservador del territorio en donde se encuentre inscrito el
inmueble, como medida de publicidad para terceros (no afecta por ende la validez del embargo)
dejando constancia materialmente en el expediente de esta inscripción. Ahora como las cosas se
deshacen del mismo modo que se hacen, a través del ministro de fe se debe requerir el alzamiento del
embargo, para lo cual se debe hacer una anotación al margen de la inscripción respectiva.
En esta materia se requiere de esta diligencia de retiro de las especies, porque la regla general es que
los bienes muebles que están en el domicilio del deudor normalmente es necesario retirarlos para
proceder a la venta forzada y para entregarlos concretamente al martillero público que se designe
porque ese es el sistema normal de vender bienes muebles. En orden cronológico primero se embarga y
posteriormente se solicita el retiro de las especies que han sido embargadas para ser entregadas al
martillero público.
El C.P.C. en el artículo 464 inciso final establece que este retiro no se puede ordenar si no una vez que
hayan transcurrido 10 días desde la fecha de la traba del embargo, a menos que el juez por resolución
fundada ordene otra cosa.
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Este plazo o tiempo que media entre que se produce la diligencia del embargo y el retiro material de las
especies, está establecido por la ley para resguardar eventuales derechos de terceros en relación con los
bienes embargados, específicamente para que los tercero afectados puedan plantear la tercería que
corresponda dentro del juicio ejecutivo. En efecto, el embargo de bienes, para surtir efecto, tiene que
practicarse sobre bienes que son de propiedad del ejecutado, ya que éste debe responder frente a la
obligación que contrajo con sus bienes y no con bienes de terceros. Con mayor razón se justifica ese
plazo si en la diligencia de embargo algún tercero le manifiesta al ministro de fe tener derechos sobre
los bienes que se están embargados, de lo cual, como ya se señaló, debe dejarse constancia en la
diligencia. Sin embargo, no basta este reclamo, por lo que el tercero tiene que formular la alegación en
forma que es deducir la tercería correspondiente.
Realización de bienes
Los trámites de realización de bienes son todas aquellas diligencias que hay que practicar cuando se ha
dictado sentencia condenatoria de remate o bien si no hay sentencia definitiva, porque no se opusieron
excepciones cuando el embargo ha recaído sobre bienes que son distintos al dinero o a la misma especie
o cuerpo cierto que se debe.
En estos casos la ley establece varios sistemas de realización dependiendo de dos cosas, a saber:
El artículo 481 del C.P.C. da la regla general en esta materia cuando dice que notificada la sentencia
condenatoria de remate, se procederá a la venta de los bienes embargados en conformidad a los
artículos siguientes.
Artículo 481
Notificada que sea la sentencia de remate, se procederá a la venta de los bienes embargados, de
conformidad a los artículos siguientes.
El sistema que se utiliza en estos casos es una venta a través del martillero público que se designe. En
efecto, el tribunal tiene que designar para estos efectos, a petición de parte en el juicio ejecutivo, al
martillero público que va a cumplir esta función. Una vez practicado el retiro, con o sin el auxilio de la
fuerza pública, las especies retiradas se entregan materialmente al martillero designado para que
proceda a la venta.
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En esta venta no interviene el tribunal, de manera que la hace el martillero directamente en
dependencias propias de él. Esta venta se hace al mejor postor sin previa tasación de los bienes, como
ya se ha señalado.
El martillero se encarga de informar al tribunal cual será el día y la hora en que se hará el remate o
subasta y de publicitarla. Lo anterior, porque la ley no establece formalidades para llevar a efecto este
remate.
Una vez que el remate se realiza, el martillero tiene dar cuenta de su gestión al tribunal y consignar los
dineros a la cuenta corriente dl tribunal, deduciendo los gastos y comisiones que le correspondan.
Asimismo acompañara toda la documentación justificante de lo obrado por él.
b) Bienes muebles que en principio no es posible vender a través de martillero (artículo 483).
Por el estado propio en que se encuentran estos bienes, no es posible venderlos a través de martillero.
En efecto, estamos ante bienes muebles sujetos a corrupción o susceptibles de próximo deterioro o
cuya conservación sea difícil o muy dispendiosa.
En este caso la venta la puede hacer el depositario en la forma más conveniente, sin previa tasación y
autorizado por el juez. En este caso habrá que tener cuidado que el depositario sea una persona distinta
del propio deudor, porque este depositario podría ser perfectamente el deudor, sin perjuicio de que el
C.P.C. no hace esta distinción.
Este sistema tiene que ser autorizado por el juez, por lo que se concluye que debe ser solicitado (artículo
483).
Artículo 483
Venderá el depositario en la forma más conveniente, sin previa tasación, pero con autorización judicial,
los bienes muebles sujetos a corrupción, o susceptibles de próximo deterioro, o cuya conservación sea
difícil o muy dispendiosa.
También en este caso, una vez efectuada la venta en esta forma, el depositario tiene que rendir cuenta y
consignar los dineros en la cuenta corriente del tribunal, deduciendo los gastos y comisiones que le
correspondan.
c) Bienes muebles que consisten en efectos de comercio realizables en el acto(por ejemplo acciones en
una sociedad anónima, valores mobiliarios, patentes, etcétera):
Artículo 484
Los efectos de comercio realizables en el acto, se venderán sin previa tasación, por un corredor
nombrado en la forma que establece el artículo 414.
Estos se venderán, sin previa tasación, por un corredor de comercio o de bolsa nombrado en la forma
que establece el artículo 414 del C.P.C. es decir, de acuerdo al nombramiento de peritos, de manera que
en este sistema interviene el juez.
En los tres casos ya señalados, el CPC se refiere a “venta de los bienes muebles”, ya sea por martillo,
depositario o corredor. ¿Ese acto en el cual se rematan los bienes es un acto civil o procesal? Este
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problema será resuelto más adelante. Sin embargo puede adelantarse que se trata de un acto de doble
carácter.
El artículo 485 del C.P.C. señala que los bienes que requieren de tasación previa son todos los demás
bienes no comprendidos en los artículos anteriores. En otras palabras, requieren de tasación previa los
inmuebles y algunos bienes muebles no comprendidos en los artículos anteriores.
Ejemplo: Un crédito.
En este caso el C.P.C. establece como sistema que estos bienes se venden en remate público, es decir,
en pública subasta ante el tribunal que conoce de la ejecución. En otras palabras, el que vende es el juez
que conoce de la ejecución o bien, el juez dentro de cuya jurisdicción estén situados los bienes cuando
así se haya resuelto a petición de parte y con motivo fundado.
En esta materia hay que distinguir según se trate de bienes raíces o de otros bienes.
a) Tasación de bienes raíces: artículo 486,la tasación será la que figure en el rol de avalúo que esté
vigente para los efectos de la contribución de haberes.
Lo anterior significa que el valor, en principio, es el del avalúo fiscal. Este avalúo lo determina el S.I.I.
con independencia de si el bien esta afecto o no al pago del impuesto territorial, ya que todo inmueble
tiene un valor fiscal.
Para cumplir con lo anterior, el interesado que es el ejecutante tiene que acompañar al proceso un
certificado de avalúo vigente en el semestre (ya que el avalúo es semestral) en que haya de verificarse el
remate del inmueble. El valor de tasación del avalúo se tendrá por aprobado si no se impugna dentro
del plazo legal. Es decir, si el ejecutado no hizo uso de su derecho de pedir nueva tasación (derecho que
se analizará en las líneas siguientes) el valor del avalúo quedará como tal, pasando a ser el valor mínimo
para el remate.
Este avalúo no siempre es el fiel reflejo del valor comercial del inmueble, de tal manera que
normalmente el valor comercial será mayor del que figura en el avalúo fiscal. En este caso el ejecutado
tiene que derecho a solicitar que se haga una nueva tasación, es decir, una tasación distinta de la que
figura en el avalúo fiscal. Esta nueva tasación se debe practicar por peritos, nombrados en la forma que
dispone el artículo 414, quienes tienen que ponerla en conocimiento de las partes para efectos de que
pueda ser impugnada dentro de 3 días.
Si no se impugna dentro de este plazo, se tendrá por aprobada, si se impugna se origina un incidente y
el juez decide con el mérito de la tasación y del incidente (artículo 486).
Lo importante es que la tasación, cualquiera que sea, tiene que quedar aprobada por el juez para
continuar con el procedimiento. En la práctica es bueno pedirle al juez que la tenga por aprobada, ya
que debe quedar claro en el proceso tal aprobación para poder seguir con los trámites siguientes.
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b) Tasación de bienes que no son bienes raíces: si se trata de otro tipo de bienes distintos de los
inmuebles y que requieren de tasación, esta tasación se hará directamente a través del sistema de
peritos.
Ejemplo de la notificación: “téngase por acompañadas las bases de remate, con citación”.
ii) Debe figurar además la forma en que se va a pagar ese precio: si lo propone el ejecutándote, el
precio se deberá pagar de contado, salvo que las partes acuerden o que el tribunal por motivos
fundados resuelva otra cosa, artículo 491.
iii) Debe hacerse referencia a las cauciones que hay que rendir previamente para tomar parte en el
remate y la forma en que deben ser otorgadas (artículo 494): todo postor para tomar parte en el
remate deberá rendir caución suficiente de manera previa, la que será equivalente al 10 % de la
valoración de los bienes. Esta caución se establece para responder de que se llevará a efecto la compra
de los bienes rematados y además para garantizar, en su caso, el otorgamiento de la escritura pública
respectiva, ya que el remate es una verdadera compraventa, de manera que, sin perjuicio del acta de
remate, debe suscribirse una escritura pública en que conste la adjudicación del bien.
vi) Señalará si el inmueble se remata como especie o cuerpo cierto o en relación a la cabida o
superficie.
En el caso en que el deudor se oponga dentro del plazo de los 3 días, en el sentido de no estar de
acuerdo con alguna de las condiciones, la oposición será resuelta de plano por el tribunal, consultando
la mayor facilidad y el mejor resultado en la enajenación.
Esto ocurre cuando el bien inmueble que se embarga está hipotecado y los acreedores hipotecarios son
terceros distintos al ejecutante.
¿Cómo sabemos que el inmueble embargado está hipotecado? Para ello el acreedor debe recurrir al
conservador a pedir el respectivo certificado de dominio vigente y el de gravámenes y prohibiciones.
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Este certificado que otorga el conservador tiene que ser acompañado al proceso, para posteriormente
proceder a la citación del o de los acreedores hipotecarios.
Esta citación significa que hay que notificar personalmente a los acreedores hipotecarios de la existencia
del juicio ejecutivo, para que ellos hagan valer sus derechos. El término de emplazamiento se cuenta
desde la fecha de la última notificación hasta la fecha de la subasta, artículo 2428 del Código Civil.
Esta es una petición que se hace por escrito, una vez que las bases de remate se encuentran firmes y
cuando se ha cumplido con la citación de los acreedores hipotecarios, si es que lo hay.
Hay que tener en cuenta que si bien el juez que conoce del juicio ejecutivo es quien fija el día y hora, la
fecha tiene que ser fijada con anticipación necesaria habida consideración de que la ley exige, para los
efectos de la validez del remate, que se publiquen avisos en los diarios. En la práctica muchas veces
ocurre que el propio solicitante propone al juez una fecha determinada, teniendo en cuenta la citación
de los acreedores hipotecarios con el correspondiente transcurso del término de emplazamiento, entre
otras cosas, sin perjuicio de que el juez no tiene ninguna obligación de aceptar esta proposición.
Este es un trámite importante en la práctica, porque se trata de una formalidad que beneficia a las dos
partes del juicio ejecutivo, ya que su objetivo es que se atraiga al mayor número de interesados a la
subasta y consecuencialmente si hay más postores y participantes en el remate, el precio sube.
El artículo 489 señala que el remate, con el señalamiento de día y hora en que debe tener lugar, se
anunciara por medio de avisos publicados en los diarios. Estos avisos deben ser a lo menos 4 (el código
habla de cuatro veces) y en días diferentes, avisos que deben efectuarse en un diario de la comuna en
que tenga su asiento el tribunal o en uno de la capital de la provincia o de la región, si en la capital no lo
hubiere, pudiendo publicarse los avisos también en días inhábiles.
El primero de estos avisos deberá ser publicado con 15 días de anticipación como mínimo a la fecha de
la subasta. Estos 15 días son corridos, ya que el código señala “sin descontar los inhábiles”.
Si los bienes están situados en otra comuna, el remate también se anunciara en esa comuna o en la
capital de la respectiva región en su caso, de la misma forma y en el mismo tiempo, es decir en 4 avisos,
teniendo el primero 15 días de anticipación como mínimo a la fecha de la subasta.
Los avisos serán redactados por el secretario. En la práctica quien redacta el aviso es el propio
ejecutante y el secretario simplemente lo firma.
c) Debe contener los datos necesarios para identificar los bienes que van a rematarse. El Código de
Procedimiento Civil no especifica que datos son los necesarios, pero a lo menos se tendrá que señalar
donde está ubicado el inmueble, entre otros datos. Resulta importante recordar que los inmuebles se
identifican por su inscripción de dominio.
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Estos avisos, una vez firmados por el secretario, deben ser llevados al diario que corresponda y que
serán determinados por el juez.
Ejemplo: Podría ocurrir que el bien no esté correctamente individualizado. Podría haberse cometido un
error en la hora del remate contenida en el aviso, etc.
Ejemplo: Puede ocurrir que el juicio ejecutivo se siga ante el juez de Concepción y que se embargue un
inmueble ubicado en Talca. En este caso el acreedor puede pedir que el remate se siga ante el juez de
Talca.
Es posible que en este remate pueda participar o tener intervención el propio ejecutante, si es que tiene
interés en quedarse con el inmueble, por ejemplo, lo cual tiene que estar especificado en las bases de
remate. En este caso, al ejecutante no se le exige caución. Si se llegara a adjudicar el ejecutante, opera
una compensación entre el valor de la adjudicación con el monto de la deuda liquidada.
En este remate se va a adjudicar el bien embargado aquel interesado presente que haga la postura más
alta, de manera que es al mejor postor. En este momento termina el remate.
El remate de un inmueble dentro del juicio ejecutivo es un acto de aquellos que la doctrina califica como
de doble carácter. En efecto, por una parte estamos en presencia de una actuación judicial, ya que se
trata de un trámite que hay que cumplir dentro del juicio ejecutivo, establecido en el C.P.C. y por otro
lado el propio Código de Procedimiento Civil lo califica además de compraventa, al hablar de escritura
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pública de compraventa, la que da cuenta de lo que ocurrió en el remate. En este sentido, por una parte
es un acto procesal y por otro lado podría además ser calificado como acto civil.
Lo anterior puede tener importancia para los efectos de determinar cuáles son las normas aplicables en
su caso, si se solicita la nulidad. En efecto, la nulidad podría fundarse en dos tipos de defectos, a saber:
Ejemplo: Se pide la nulidad del remate, porque no se publicaron los 4 avisos o porque el contenido del
aviso no guarda relación con lo que dice la ley.
En este caso la nulidad se regirá por esa normativa civil de nulidad, por lo que no se cabe hablar de
nulidad procesal, sino que de una nulidad civil de ese acto.
Ejemplo: Se alega vicio del consentimiento, porque al adjudicatario lo estaban amenazando para que se
adjudicara un bien.
La nulidad civil no puede ser invocada en el juicio ejecutivo. En este caso se debe ejercer una acción
ordinaria de nulidad, demandándose en un juico declarativo aparte necesariamente. Ante el mismo juez
que conoce de la ejecución, solamente se pueden impetrar nulidades procesales, es decir, fundadas en
vicios de procedimiento.
Acta de remate
Una vez realizado el remate, debe extenderse el “acta de remate” a que alude el artículo 495 del C.P.C.
en la que se dejará constancia de todo lo obrado.
Esta acta se extenderá en un registro que lleva el secretario del tribunal que intervenga en la subasta y
debe ser firmada por el juez, por el rematante y por el secretario. Este es un registro especial de remate
que se lleva a la secretaria del tribunal. Sin perjuicio de que debe extenderse el acta de remate, la ley
señala que en todo caso en el proceso debe dejarse un extracto del acta de remate, es decir, una
constancia, independientemente del registro al se hace mención anteriormente,artículo 498 del C.P.C.
En esta acta se deja constancia particularmente del hecho de haberse adjudicado el bien embargado al
rematante, el que tendrá que identificarse. El rematante puede adquirir para él o para un tercero, lo
cual deberá indicar al momento de la adjudicación.
Esta acta, con independencia de que da cuenta de una actuación judicial (remate), debe cumplir con los
requisitos que indica el artículo 61 del C.P.C. para todas las actuaciones.
Lo importante es que el artículo 495 inciso 2º del C.P.C. indica que esta acta valdrá como escritura
pública para los efectos del artículo 1801 del Código Civil.
La venta de bienes raíces se reputa perfecta desde que se otorga la escritura pública correspondiente.
Sin embargo, la norma agrega que sin perjuicio del acta de remate, se otorgará dentro de 3° día la
escritura definitiva de la adjudicación, con inserción de los antecedentes necesarios y de los demás
requisitos legales. Este plazo de tres días se cuenta desde que queda ejecutoriada la resolución que
ordena extender la escritura.
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¿Si el acta de remate vale como escritura pública, a título de que el legislador exige que además se
otorgue esta escritura pública?
De acuerdo al artículo 497 del C.P.C. la escritura pública se requiere para efecto de inscribir el dominio
en el conservador de bienes raíces, porque éste no admitirá ningún otro documento que no sea la
escritura definitiva de compraventa. Dicha escritura serásuscrita por el rematante (adjudicatario,
comprador) y por el juez como representante legal del vendedor (ejecutado).
La escritura pública definitiva tiene que otorgarse, como ya se adelantó, con inserción de los
antecedentes necesarios, artículo 495 inciso 2º del C.P.C.
En las escrituras públicas muchas veces es necesario insertar antecedentes como planos, autorizaciones
de organismos públicos, etcétera. En el caso en análisis “insertar los antecedentes necesarios” significa
que hay que insertar materialmente copias de las partes pertinentes del expediente, con el fin de
determinar que la escritura pública a la que se hace mención se ha ajustado a derecho. En otras
palabras, deberá haber constancia dentro de las copias que se insertan, por ejemplo, del mandamiento
de ejecución, de que el deudor ha sido requerido de pago, de que se dictó, en los casos en que proceda,
sentencia condenatoria, constancia del embargo, constancia de las bases de remate, etc. de manera que
cuando se haga posteriormente el correspondiente estudio de títulos, ya que el adjudicatario podría
enajenar el bien, por ejemplo, se pueda determinar que la adjudicación se ajusta a derecho.
En la práctica el subastador le pide al juez que conoce del juicio ejecutivo, que ordene extender la
escritura pública dentro del plazo legal, con la inserción de los antecedentes y en su caso, que se ordene
el alzamiento de los embargos o en su caso, la cancelación de las hipotecas. Esta petición se puede
hacer tan pronto termine el remate, a lo que el dictará la correspondiente resolución, comenzando a
correr el plazo de 3 días para efectuar el pago y hacer la suscripción de la escritura pública definitiva.
En síntesis, el adjudicatario tiene dos obligaciones que cumplir una vez adjudicado el bien, a saber:
a) Pagar el precio de la adjudicación. Esto porque hasta ahora lo único que tiene pagado es una
caución.
Se debe pagar el precio menos el 10% por motivo de la caución que ya rindió.
La oportunidad para pagar este precio la indican las bases. La ley dice que si no se paga el precio o no
suscribe la escritura pública a la que se hace mención a continuación, dentro de los 3 días siguientes, el
remate queda sin efecto y pierde la caución.
b) Suscribir la escritura pública definitiva de compraventa. El plazo será de tres días para suscribir la
escritura pública, contados desde que se notifica la resolución en que el juez ordene extender la
escritura pública de adjudicación.
La escritura cumple con los requisitos legales establecidos en el C.O.T. con inserción de los antecedentes
necesarios relativos a las piezas del proceso que demuestren que el remate se ajustó a derecho.
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Incumplimiento de estas obligaciones (artículo 494 inciso 2º)
Si no se consigna el precio del remate en la oportunidad fijada en las bases las que el secretario hará
saber al momento de la licitación o si el subastador no suscribe la escritura definida de compraventa,
hay una doble sanción, a saber:
Hacer efectiva la caución significa, desde el punto de vista del adjudicatario, que el pierde ese dinero
(que es equivalente al 10% del valor de la tasación) y el valor de ésta, deducidos los gastos del remate,
se abonan en un 50 % al crédito que se cobra y el otro 50% quedará en beneficio de la Junta de Servicios
Judiciales, junta que hoy en día no existe, de manera que la referencia debe entenderse hecha a la
Corporación Administrativa del Poder Judicial.
Situación que podría plantearse en el día y hora que deba verificarse el remate
Todo lo dicho anteriormente se aplica en el entendido que de lleguen interesados al remate. Sin
embargo, perfectamente puede ocurrir que no lleguen postores en el día y la hora que fijó el juez. En
este caso el remate no se puede llevar a efecto, pudiendo el acreedor pedir al juez cualquiera de las
siguientes cosas a su elección, artículo 499 del C.P.C.
a) Que se le adjudique el bien por los 2/3 de la tasación del bien embargado.
En este caso el precio de esa adjudicación se paga compensándolo con el crédito. Esto sería lo mismo
que podría ocurrir si es que el acreedor hubiese participado directamente en el remate por tener interés
en él, participación que en cuyo caso en las bases de remate deberá quedar establecida.
b) Que se reduzca prudencialmente el avalúo aprobado. El profesor estima que más que el avalúo, se
trataría de la tasación. Esta reducción no puede exceder de una tercera parte del avalúo.
Situación que ocurre cuando al nuevo remate no lleguen postores (artículo 500)
Si se ponen a remate los bienes embargados por los 2/3 del nuevo avalúo, en el caso de que el acreedor
haya optado por la reducción de éste avalúo, y no se presentan postores, la ley le confiere en este caso
al acreedor tres posibilidades a su elección, a saber:
a) Que se le adjudiquen los bienes por los 2/3 del avalúo reducido, es decir, de acuerdo al nuevo valor
que ya se fijó.
b) Podría pedir que se saque nuevamente a remate por el precio que el juez determine.
c) Que los bienes se le entreguen en prenda pretoria, aplicándose lo dispuesto en los artículos 503 y
siguientes del C.P.C.
En este caso los bienes embargados a través del tribunal se le van a entregar al acreedor para que éste
se pague de su crédito con los frutos de esos bienes y en la medida en que esos frutos se vayan
percibiendo en el tiempo.
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Estos bienes deben ser entregados bajo inventario solemne y el acreedor debe llevar cuenta exacta, en
cuanto sea dable documentada, de los productos de esos bienes.
Las utilidades se aplicarán al pago del crédito a medida que se perciban. Sin perjuicio de que de acuerdo
al artículo 501 del C.P.C. el acreedor en estas circunstancias puede igualmente pedir que se pongan
nuevamente a remate los bienes, sin valor mínimo.
Cumplidas todas las actuaciones analizadas, va a ser necesario proceder al siguiente trámite.
El juez ordenará que se liquide la deuda: capital, intereses, costas y reajustes si es que los hay. Los
tribunales siempre ordenan que la liquidación la practique el secretario en cuanto a los intereses y las
costas procesales, fijando el juez en definitiva las costas personales, artículo 510 del C.P.C.
Existe derecho a impugnar la liquidación. En efecto, la liquidación que presenta el secretario se ordena
poner en conocimiento de las partes y se tiene por aprobada si no se objeta dentro de tercero día, de
manera que si no se dice nada y hay errores, queda inamovible la liquidación. Una vez que queda firme
la liquidación, el juez regula mediante resolución judicial las costas personales. En este momento
entonces se cuenta con la deuda actualizada de manera completa en cuanto a capital, intereses y
costas. Ese valor completo corresponde al pago que hay que realizar al acreedor, de manera que el
acreedor seguidamente tendrá que pedir que se le gire cheque. En este caso quien recibe el cheque es
el mandatario judicial a quien se le han conferido facultades de percibir, en cuyo caso se gira cheque a
nombre del mandatario. En el caso en que el mandatario no tenga esta facultad, el acreedor recibirá
personalmente el cheque o le otorgará las facultades para percibirlo, sin perjuicio de que puede firmar
con él el escrito.
Reembargo
Esta es una situación particular que no siempre ocurre pero que podría darse cuando un mismo bien es
objeto de diversos embargos, es decir, de más de uno en juicios distintos.
¿Se puede embargar un bien embargado? Esto ha sido muy discutido, porque el C.P.C. no es claro en
establecerlo, es decir, no hay norma que diga derechamente que el reembargo es posible, por lo que
hay posturas en ambos sentidos.
Según Raúl Espinoza Fuentes, en su manual del juicio ejecutivo, señala que la teoría que pareciere
tener mayor cabida es la teoría que impide que sobre un mismo bien se traben varios embargos. Según
este autor, dentro del espíritu del legislador, éste no quiere que sobre un mismo bien se traben varios
embargos, de manera que si un bien ya se encuentra embargado en un juicio determinado, ya no sería
posible volver a embargarlo en una ejecución posterior. En este caso la solución sería la siguiente:
a) Interponer ante el mismo juez que está conociendo de la primera ejecución, es decir, ante el que
ordenó el embargo que tiene vigente el bien, la correspondiente tercería que en este caso sería de pago
o de prelación, dependiendo de la naturaleza o preferencia que tenga el segundo crédito y de si el
deudor tiene otros bienes.
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b) Cuando interpone su demanda ejecutiva el acreedor puede utilizar el derecho que le otorga el
artículo 528 del C.P.C. En este caso es suficiente que el acreedor del segundo juicio pida que se dirija
oficio al que está conociendo de la primera ejecución para que retenga de los bienes realizados la cuota
que proporcionalmente le corresponda. Este derecho se hace valer una vez iniciada la segunda
ejecución, una vez requerido de pago el deudor.
Nulidades
Presenta particularidades en cuanto a determinar que nulidad procede en los actos de doble carácter,
para determinar sus efectos y procedencia habrá que ver de qué tipo es el fundamento de la nulidad
que se alega (procesal o sustantiva). La nulidad civil no se puede hacer valer en el juicio ejecutivo.
Tercerías
(*) Ver definición y precisiones de procesal orgánico.En el juicio ordinario los terceros pueden hacer
valer cualquier pretensión.
En el juicio ejecutivo las tercerías están especialmente reguladas, artículos 518 al 529.
Los terceros siempre intervienen en el juicio haciendo valer pretensiones (son partes indirectas) que
nacen del interés personal que ellos tienen en el resultado del juicio. Desde el momento que el código
regula en el juicio ejecutivo la intervención de los terceros, son normas de aplicación preferente con
respecto a las reglas generales, esto es importante porque en el juicio ejecutivo el tercero puede
intervenir por ciertos y determinados motivos (haciendo valer ciertos fundamentos) y no formulando
cualquier tipo de pretensión (como si se admite en la reglamentación general).
En el juicio ejecutivo no existen los terceros coadyuvantes, los terceros pueden únicamente hacer valer
la tercería por los fundamentos que la ley establece, estas pretensiones son:
1º Puede pretender dominio de los bienes embargado (artículo 518 Nº 1). Tercería de dominio.
4º Puede pretender derecho para concurrir en el pago a falta de otros bienes. Tercería de pago.
Sin perjuicio de lo anterior, se pueden hacer valer otros derechos en el juicio ejecutivo, que conforme a
lo que dispone el artículo 519 y 520 del C.P.C. se sustanciaran en la forma establecida para las tercerías.
Espinoza dice en su texto que la tercería es un procedimiento accesorio en el cual una tercera persona,
distinta del ejecutante y del ejecutado hace valer un derecho que obsta al pago total o parcial del
ejecutante con los bienes embargados. Siempre estas tercerías dicen relación con los bienes
embargados.
Esa definición cuando señala que las tercerías son un procedimiento accesorio, produce una discusión
en cuanto a la naturaleza jurídica de las tercerías. Por una parte si se toma en consideración el carácter
de accesorio, se podría decir que cualquier tercería en el juicio ejecutivo constituye una incidencia, sin
embargo, como ya se anticipó es una situación que se encuentra discutida y que será analizada a
continuación.
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a) Una posición sostiene que las tercerías constituyen incidentes del juicio ejecutivo, por lo que serían
cuestiones accesorias, como señala la definición. Por ende a estas tercerías se le aplicarían todas las
reglas de los incidentes.
b) Otra posición, que es la que ha ido sustentando la Corte Suprema en el último tiempo, señala que la
tercería no es un incidente, sino que un juicio independiente del juicio ejecutivo, pero relacionado con
él. Esto porque como cuestión planteada, la tercería pasa a ser independiente, ya que las pretensiones
son distintas a las que invoca el ejecutante en el juicio ejecutivo.
El profesor estima, en concordancia con la corriente jurisprudencia de la Corte Suprema, que cuando se
dice que la tercería es accesoria, se estaría tomando tal expresión para referirse al inicio o
planteamiento de la tercería, ya que sin un juicio ejecutivo, no se podría hacer valer ninguna de las
tercerías a que se refiere el artículo 118 del C.P.C.
En el juicio ejecutivo las tercerías aludidas anteriormente son alegaciones que plantean terceros que no
son parte directa del juicio y que impiden que el ejecutante pueda pagarse total o parcialmente con los
bienes embargados, de manera que sin que exista embargo en el juicio ejecutivo, la tercería no tendría
razón de ser planteada, porque siempre las tercerías dicen relación con los bienes embargados.
Clases de tercerías
Tercería de dominio sobre los bienes embargados
Es la intervención dentro del juicio ejecutivo de un tercero distinto del ejecutante y ejecutado que hace
valer una pretensión a fin de que se le reconozca su derecho de propiedad respecto de los bienes
embargados y consecuencialmente para que esos bienes sean excluidos del embargo.
La finalidad o el interés que tiene este tercero es que se reconozca su derecho de dominio por el
tribunal sobre los bienes para que sean excluidos del embargo con el fin de que vuelvan al patrimonio
del tercerista. Si el tercero no invoca esta tercería en la oportunidad legal, los bienes serán realizados,
produciéndose la tradición a favor del adjudicatario, no pudiendo invocar este tercero en este estado
del juicio ejecutivo su derecho de dominio, por lo menos dentro de este juicio. En este último caso el
tercero tendrá que ejercer acciones ordinarias como la reivindicación.
La oportunidad para hacer valer esta tercería (misma oportunidad en todas las tercerías)es una vez que
se ha producido la traba del embargo sobre bienes determinados y hasta antes que se haya efectuado la
tradición de los bienes subastados o vendidos forzadamente, en otras palabras, una vez que se ha
producido la entrega al adjudicatario o rematante.
Esta se hace valer por escrito, a través de una “demanda” de tercería en que se formula la pretensión,
demanda que se presenta o tercería que se hace valer dentro del juicio ejecutivo. En este caso el
demandante es el tercerista y demandados el ejecutante y el ejecutado.
Esta demanda debe contener las indicaciones del artículo 254 del C.P.C. de acuerdo al artículo 523 del
C.P.C. Además deberá presentarse con patrocinio y poder por ser la primera intervención del tercer, por
lo que se debe cumplir con todas las cargas de comparecencia.
Previo reconocimiento del derecho de dominio por el tribunal la consecuencia o finalidad lograda será
que los bienes sean excluidos del embargo y vuelvan al patrimonio del tercerista.
En cuanto a su tramitación, las tercerías dan lugar a la apertura de cuaderno separado de los cuadernos
de ejecución y apremio. Así el artículo 521 establece que la tercera de dominio se tramitará en ramo
separado con el ejecutante y el ejecutado, de manera que queda claro que ellos son los demandados,
sustanciándose de acuerdo a las reglas del procedimiento ordinario, pero sin escrito de réplica y de
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dúplica. A continuación señala la ley que las demás tercerías se tramitarán como incidente, sin embargo,
no porque el C.P.C. diga que algo se tramita de acuerdo a las reglas de los incidentes se va a pensar de
inmediato que se trata de incidentes, porque, como ya dijimos la naturaleza de las tercerías esta
discutida, con independencia del procedimiento que se aplica para su tramitación.
· Presentada la demanda o solicitud de la tercería una primera cuestión que surge de inmediato es:
¿Cómo se notifica la resolución que recae sobre esa solicitud y a quién?
Si se considera que las tercerías son incidentes, la demanda incidental se notificaría por el estado diario
a los apoderados judiciales, porque no hay una regla distinta dentro de la regulación del procedimiento
incidental para notificar la demanda. Si se considera que es un juicio independiente no se puede
notificar por el estadodiario, sino que personalmente porque es la primera notificación dentro del
procedimiento de tercería y no se les notifica al mandatario judicial, sino que a las partes directamente.
· ¿Qué ocurre con el mandato judicial que hubiese constituido, en el juicio ejecutivo, el ejecutante y el
ejecutado? ¿Se mantiene este mandado para el procedimiento de la tercería?
Si se considera que la tercería es incidente, se mantiene, ya que en virtud de las facultades ordinarias
del mandato judicial, éste puede tomar parte en todas las incidencias del juicio. Si se considerada que es
un juicio a parte, este mandato no tendría motivo para estar vigente en este nuevo juicio.
· ¿Qué naturaleza jurídica tendría que la resolución que recibe a prueba la tercería? ¿Y la que falla las
tercerías? ¿Cómo se notificarían esas resoluciones?
Si se considera que es un incidente la resolución que recibe a prueba la tercería se notificaría por el
estado diario, ya que así lo señala el CPC. Si consideramos que es un juicio la resolución que recibe la
causa a prueba se notificaría por cédula.
En cuanto a la resolución que falla la tercería, si se considera que es un incidente esta tercería, esta
resolución no será jamás una sentencia definitiva, pero si considera que es un juicio independiente, esta
resolución sería una sentencia definitiva, notificándose por cédula.
·¿Cómo se conoce la Apelación si se apela del fallo de la tercería? ¿En cuenta o previa vista de la causa?
Siempre los efectos de las tercerías deben analizarse desde el punto de vista de los cuadernos (de
ejecución y de apremio):
a) En el cuaderno principal: en este cuaderno la tercería no produce ningún efectos, porque en realidad
no puede producir ningún efecto, ya que la pretensión del tercerista es diferente y no guarda relación
con la del ejecutante, no teniendo interés en ella. En efecto, la pretensión del ejecutante es que se
cumpla forzadamente una obligación, en cambio el tercerista pretende que se reconozca su derecho de
dominio. En otras palabras, este cuaderno no se suspende por la tercería, de manera que se siguen
tramitando normalmente.
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anterioridad a la fecha de la presentación de la demanda ejecutiva, artículo 523 inciso 1º segunda parte
del C.P.C.
Se ha entendido por la jurisprudencia que este instrumento público debe ser justamente uno de los
medios que sirve para acreditar el dominio que se invoca y por lo mismo este instrumento tendrá que
acompañarse con la demanda, para evitar que este cuaderno siga avanzando. En los demás casos el
remate se llevará a cabo, entendiéndose que la subasta recaerá sobre los derechos que el deudor tenga
o pretenda tener sobre la cosa embargada, artículo 523 inciso 2º del C.P.C.
El tercerista también tiene derecho a sustituir el embargo, consignado el monto de la deuda y las
costas, artículo 521 inciso final.
En cuanto al fallo
a) Si acoge la tercería: significa que el tribunal le reconoce el derecho de dominio al tercerista y
consecuencialmente, el o los bienes embargado afectos a la tercería quedarán excluidos del embargo,
debiendo restituirse al tercero.
Lo anterior está perfecto en el evento en que la interposición de la tercería haya logrado suspender el
procedimiento de apremio, ya que si no se suspendió, y se hubiesen rematado los bienes embargados ,
haciéndose posteriormente la tradición, en el juicio ejecutivo ya no cabe hacer reclamo.
b) Si se rechaza la tercería: significa que ese tercero no logró acreditar su derecho, luego el embargo
esta correctamente trabado, continuando adelante el juicio ejecutivo. Si se hubiese paralizado, se
reanudara desde el estado en que quedó, continuando normalmente.
Esta tercería se originó en virtud de una modificación introducida al C.P.C. Originalmente nació por obra
de la jurisprudencia, ya que en muchos casos los tribunales empezaron a advertir la dificultad que tenían
los terceristas para acreditar el dominio, acreditación que en algunos casos era casi imposible, sobre
todo tratándose de bienes muebles. Es por lo anterior entonces que los tribunales empezaron a aceptar
esta tercería sin estar reglamentada en la ley, produciéndose por ello la modificación del C.P.C.
Es la intervención de un tercero en el juicio ejecutivo quien solicita que se le respete la posesión que tiene
sobre los bienes embargados, con la finalidad de que los bienes sean excluidos del embargo.
En este caso no puede pedir que se le reconozca ningún derecho, ya que no está alegando ningún,
porque la posesión es un hecho.
Se puede interponer desde el momento mismo en que se traba el embargo y hasta que no se haya
hecho la tradición de los mismos.
Esta tercería conforme al artículo 521 inciso primero, tiene –a diferencia de la anterior- una tramitación
incidental.En este caso se está refiriendo a las reglas de los incidentes ordinarios, de manera que se
aplica el procedimiento ordinario, artículo 82 y siguientes del C.P.C.
Esta tramitación, al igual que todas las tercerías, se sigue en cuaderno separado.
Esta tercería se hace valer formalmente a través de una demanda escrita dirigida contra el ejecutante y
el ejecutado, al igual que en el caso anterior.
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En el cuaderno principal no se produce ningún efecto, puesto que la pretensión del tercerista no dice
relación con la tercería del ejecutante ni dice relación con el título esgrimido por este. En el cuaderno de
apremio el procedimiento se suspenderá únicamente cuando el tercerista acompañe antecedentes (no
instrumentos públicos necesariamente, pudiese incluso entenderse que son explicaciones suficientes
que dé él tercerista en su escrito de tercería, puesto que antecedente no es sinónimo de documentos)
que constituyan a lo menos presunción grave de la posesión que se invoca.
En este caso la regla sería que una tercería de posesión suspenda el procedimiento de apremio.
Si se acoge la tercería, significa reconocer la posesión alegada y como consecuencia de ello, se excluyen
los bienes del embargo materia del embargo, y son restituidos al poseedor. Si se rechaza la tercería
significa no reconocer la posición alegada y el embargo suspende tal cual había sido practicado y el
procedimiento sigue su curso.
En cuanto a la oportunidad, es desde que se haya trabado embargo sobre los bienes. Las dos últimas
tercerías, sostiene que el tercero tan pronto se inicia la ejecución pueden deducir la tercería lo que no
tiene mucho sentido, puesto que estas siempre están en relación a los bienes que se embargan, por lo
que mientras que no haya embargo no tiene una razón de ser la tercería. La introducción de la tercería
obsta al pago total del ejecutante con el producto de los bienes embargados.
Las condiciones de procedencia de la tercería, no ser parte directa del juicio, tener interés, y lo más
importante es que este tercero tiene que hacer valer un título ejecutivo, porque estamos alegando la
existencia de un crédito preferente, pero no cualquier crédito, sino uno que conste en un título
ejecutivo, de lo contrario no es procedente. Respecto del tercerista deberán reunirse todos los
requisitos legales de procedencia.
En este caso la pretensión que hace valer el tercerista la podemos analizar desde dos puntos de vista,
desde el del ejecutante y del ejecutado. En relación al ejecutado la pretensión que hace valer el
tercerista es una pretensión ejecutiva, el ejecutado debe ser deudor del tercerista con crédito
preferente. y segundo hay una pretensión de la prelación dele ejecutante y esta es contra el ejecutante,
a quien lo va a desplazar la preferencia en el evento de que se acoja y se va a pagar primero al
tercerista.
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En el cuaderno de apremio la ley dice que si la tercería es de prelación seguirá la tramitación del
cuaderno de apremio hasta terminada la realización de los bienes, por lo que no se suspende el
cuaderno de apremio, artículo 525.
El único interés del tercerista es ser pagado preferentemente por lo que no le interesa dilatar o
postergar el procedimiento de realización de los bienes. Verificado el remate el tribunal mandará
consignar su producto hasta que recaiga sentencia firme en la tercería.
Si la tercería se acoge significa que se le reconoce este motivo de preferencia y se pagará primeramente
el tercerista con el producto de la realización de los bienes embargados, y si algo queda de ese producto
ese será para el ejecutante.
Hay una parte de la doctrina que llama a esta tercería, tercería de mejor derecho (en que el derecho del
tercero es mejor que el del ejecutante).
Tercería de pago
Artículo 518 numeral 4º, aquí el reclamante pretende que en el juicio ejecutivo se reconozca su derecho
a concurrir en el pago a falta de otros bienes del deudor.
Esta tercería se fundamenta por una parte en la existencia de un título ejecutivo que debe tener el
tercero y conjuntamente en el derecho de prenda general que establece el Código Civil en virtud del
cual cualquier acreedor tiene el mismo derecho de pagarse de su respectivo crédito con todos los bienes
que sean de propiedad del deudor respectivo. Porque aquí no hay preferencia. No por el hecho de
trabar embargo en el juicio queda como preferido el ejecutante en el caso de que existan otros bienes.
Ahora si el deudor tiene más bienes no ocurre, puesto que falta una de las condiciones legales.
A este tercero la ley le da dos derechos para hacer valer su crédito, una de las posibilidades es
deduciendo la tercería de pago en un juicio que inicia otro ejecutante, y la otra posibilidad es que el
tercerista deduzca un juicio ejecutivo propio (puesto que se dan todos los requisitos para que proceda),
y dentro de ese procedimiento la ley le brinda un derecho que analizaremos después.
La oportunidad y tramitación es igual que en las dos tercerías anteriores, artículo 521.
Los efectos son los mismos que la tercería de prelación y no se suspende ninguno de los dos cuadernos,
pero el dinero queda consignado hasta que se pague al tercerista, al igual que en el caso anterior (en el
caso anterior se debe acreditar la preferencia y en este caso que no hay otros bienes).
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Si la tercería se rechaza significaría que el tercero no tenía ningún derecho a concurrir en el pago, por
incumplir cualquiera de las condiciones de procedencia que falte conduce al rechazo de la tercería, de
ser asó se va a pagar solo el ejecutante, puesto que el tercero no tiene derecho.
En el caso de que se acoja la tercería, artículo 527, si no teniendo el deudor otros bienes de los
embargados no alcanza a cubrirse con ellos el crédito del ejecutante y del tercerista, ni se justifica
derecho preferente para el pago, se distribuirá el producto de los bienes entre ambos acreedores
proporcionalmente al monto de los créditos ejecutivos que hagan valer. Solo en el evento en que no
alcancen a pagarse íntegramente ambos.
En este caso la ley le da el derecho a este ejecutante del segundo juicio para pedir que se dirija oficio al
tribunal que está conociendo de la primera ejecución con el fin de que se retenga de los bienes
realizados la cuota que proporcionalmente corresponda a dicho acreedor.
Este autoacordado regula la tramitación electrónica en los tribunales con competencia civil. Lo que hizo
la Corte Suprema con este autoacordado fue modificar el C.P.C. ya que modificó las reglas comunes a
todo procedimiento.
En efecto, en este autoacordado se establecen una serie de reglas de entre las cuales se desprende que
en algunos procedimientos no habrá materialmente expediente.
En este AA se señala que “Las causas que se tramiten mediante procedimiento ejecutivo y gestiones
preparatorias, serán registradas exclusivamente en sistema informático de tramitación... solo se
conformará expediente físico (el soporte de papel) al deducirse oposición por el ejecutado, por medio
de una o más excepciones a la ejecución, al interponerse tercerías y al recurrirse de Apelación y
Casación en la forma en contra de la resoluciones y sentencias de primera instancia. En los demás
procedimientos ante los tribunales con competencia civil se continuará confeccionando el expediente
físico, integrando los escritos, resoluciones y demás actuaciones conforme a su fecha, etc.”
Este autoacordado se dictó con un voto disidente, que lo consideró improcedente en virtud de que la
materia tratada es de reserva legal.
Diferencia entre las tercerías de prelación y pago en relación con las dos tercerías de dominio y
posesión
En las tercerías de posesión y dominio los bienes embargados son de propiedad del tercerista o están
en su posesión, de manera que con las tercerías se persigue que tales bienes sean excluidos del
embargo, ya que en definitiva no son bienes del ejecutado. En las tercerías de prelación y pago, lo que
pretenden los terceristas es que los bienes embargados se realicen, porque el derecho que ellos están
alegando es un derecho a concurrir en el pago.
Esta regulación es bastante menos extensa que en el caso del procedimiento anterior.
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En estas normas el legislador se remite a las reglas del Párrafo I del Título I del CPC, es decir, a las reglas
del procedimiento ejecutivo en obligaciones de dar, artículo 531 del C.P.C. De manera que en todo lo
que no esté regulado en el Título II se aplican las normas pertinentes del Título I del Libro III del C.P.C.
El autor Raúl EspinozaFuentes en su texto del juicio ejecutivo señala que “es aquella en que la
prestación consiste en un hecho, el que debe constar en el título ejecutivo.”.
c) Suscripción de un documento.
En relación con las obligaciones de hacer, el Código Civil le otorga ciertos derechos al acreedor, para el
caso de que exista incumplimiento de la obligación pactada por el deudor, artículo 1553 del Código Civil.
a) Se puede solicitar judicialmente por el acreedor que se apremie al deudor para que ejecute el hecho
convenido. La ley en este caso contempla la posibilidad de imponer arrestos y multas a este deudor por
vía judicial.
b) Se puede solicitar judicialmente por el acreedor que se le autorice por el juez para hacer ejecutar la
obra (materia de la obligación del deudor) por un tercero y a expensas del deudor.
De estas tres posibilidades que la ley confiere al acreedor, solamente las dos primeras se pueden
perseguir por la vía ejecutiva, de manera que el tercer derecho no se puede perseguir por vía ejecutiva,
porque si se pretende que se indemnicen perjuicios, éstos deben determinarse en cuanto a su monto, lo
cual corresponde lograr por vía declarativa.
Si en este procedimiento declarativo el acreedor obtiene sentencia favorable, y siempre que esté
ejecutoriada, se podrá dar lugar a un procedimiento ejecutivo para obtener el cumplimiento, ya que
desde ese momento hay obligación líquida al estar cuantificados los daños.
Ejemplo: La sentencia declarativa establece que se deben pagar diez millones por indemnización de
perjuicios. Una vez ejecutoriada, sino se acata esa sentencia voluntariamente, se puede demandar
ejecutivamente utilizando esa sentencia como título ejecutivo, en cuyo caso el procedimiento ejecutivo
a aplicar es el de las obligaciones de dar.
La demanda ejecutiva, en este caso, tiene que estar orientada al ejercicio de cualquiera de estas dos
pretensiones.
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El fundamento estará en el correspondiente título ejecutivo.
En este caso los requisitos de procedencia de la acción ejecutiva en estas dos situaciones son:
1º Que la obligación conste en un título ejecutivo,artículo 530 del C.P.C. que a su vez se remite al
artículo 434 del C.P.C.
En este título ejecutivo tiene que estar establecida una obligación de hacer.
2º La obligación debe ser actualmente exigible al momento en que se presenta la demanda ejecutiva,
artículo 530 del C.P.C.
3º La obligación tiene que ser determinada. En el caso de la obligación de dar, ésta tenía que ser
líquida.
Obligación “determinada” significa que la prestación del deudor tiene que estar claramente especificada
en el título ejecutivo. En otras palabras, en ese título tiene que estar indicado que es lo que ha debido
hacer el deudor y en qué términos.
4º Que la acción ejecutiva no se encuentra prescrita. Artículo 531 del C.P.C. que remite a la normativa
del párrafo I del C.P.C. artículo 442.
Artículo 532
Esta demanda debe cumplir con todos los requisitos legales ya analizados, de manera que nos
detendremos solo en la parte petitoria que resulta interesante.
En su parte petitoria: el ejecutante pedirá que el tribunal ordene despachar mandamiento de ejecución
en contra del deudor a fin de que éste suscriba el documento de que se trate o constituya la obligación
convenida, bajo apercibimiento de que si no lo hace, procederá el juez en su nombre. Deberá pedir
además las costas del juicio, como es lógico.
En este caso no se pide que se despache Mandamiento de Ejecución y Embargo, sino solo Mandamiento
de Ejecución, porque la institución del embargo no se condice con la finalidad de este procedimiento,
hasta ahora.
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Naturalmente que a la demanda ejecutiva debe acompañarse el título correspondiente en el que se
funda la ejecución, con la finalidad de que el tribunal lo examine.
Para practicar la notificación y requerir al deudor se aplican las mismas reglas, en general, que para el
procedimiento anterior, con la diferencia de que no procede el embargo, sino que hay que esperar el
plazo que determine el juez para que el deudor cumpla.
En este caso y aplicando las reglas general del juicio ejecutivo de las obligaciones de dar como ya se
señaló, el deudor ejecutado tiene derecho a oponer excepciones.
· Si opone excepciones: estas a falta de norma en este procedimiento, deben ser tramitadas de acuerdo
con el procedimiento ejecutivo de las obligaciones de dar. En este caso la tramitación de estas
excepciones termina con la sentencia definitiva, la que podrá ser absolutoria o condenatoria, de
acuerdo a las reglas generales ya analizadas. Una vez que esa sentencia se encuentre ejecutoriada, se
deberá pasar al procedimiento de apremio propiamente tal establecido en el artículo 532 del C.P.C. En
este caso, si el deudor no cumple, procederá a nombre del deudor el juez que está conocimiento de la
demanda ejecutiva, suscribiendo el documento o constituyendo la obligación, de acuerdo con la
prestación que indica el título ejecutivo a la que se obligó el ejecutado.
El juez tendrá en este caso que respetar el plazo que le mismo estableció para estos efectos. Debemos
recordar que en el requerimiento debía establecerse un plazo.
Artículo 533
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Esta demanda debe cumplir con todos los requisitos legales ya analizados, de manera que nos
detendremos solo en la parte petitoria que resulta interesante.
En su parte petitoria: elejecutante debe pedir que se requiera al deudor para que dé inicio a los trabajos
correspondientes a que se obligó, de acuerdo a lo expresado en el título ejecutivo que debe
acompañarse a la demanda ejecutiva, como en todos los casos. Se pedirá además concretamente que se
despache el mandamiento de ejecución, de acuerdo al Art 533 del CPC.
Este mandamiento tiene que cumplir con los requisitos señalados en el artículo 533 del CPC, es decir:
La notificación de las resoluciones y requerimiento de pago, al igual que en el caso anterior, el deudor
tendrá que ser notificado y requerido por el ministro de fe correspondiente. Una vez practicado este
requerimiento nace el derecho del deudor de oponer las excepciones correspondientes, de acuerdo a
las reglas generales.
En este caso, al igual que en el caso anterior el deudor puede o no hacer uso de las excepciones, no
obstante lo cual el deudor podría cumplir o no cumplir (entiéndase dar inicio a los trabajos).
En este procedimiento hay una norma especial establecida en el artículo 534, en el sentido de que el
deudor tiene derecho a hacer valer -además de las excepciones que establece para el procedimiento
ejecutivo de las obligaciones de dar en el artículo 464 del C.P.C. ya analizado- la de imposibilidad
absoluta para la ejecución actual de la obra debida. Sobre esta excepción la jurisprudencia ha dicho que
esta imposibilidad debe ser absoluta, pero por causas que no sean imputables a la culpa del propio
deudor, ya que si eso ocurre, esta situación sería ilegitima. En todo lo demás relativo a las excepciones
se siguen las reglas generales.
El ejecutante puede ejercer cualquiera de los dos derechos que otorga el artículo 1553 del Código Civil,
es decir:
· Se puede solicitar judicialmente por el acreedor que se le autorice por el juez para hacer ejecutar la
obra (materia de la obligación del deudor) por un tercero y a expensas del deudor. En el fondo es el
ejecutante, por medio de un tercero, el que va a realizar la obra y a expensas del deudor.
Esta misma solicitud se puede hacer cuando ordenada la obra, ésta fuere abandonada por el deudor, sin
razón justificada. Lo anterior es posible, porque una vez que ha sido requerido el deudor, éste puede
comenzar perfectamente la obra, abandonándola más adelante, en cuyo caso se entiende que no ha
cumplido la obligación, por lo que el acreedor podría continuarla a través de un tercero.
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En este caso el ejecutante, junto con presentar la solicitud, tiene que acompañar un presupuesto de lo
que importe la ejecución de las obligaciones que reclame, es decir, el costo que significa la realización de
la obra material. Artículo 537 inciso 1º del CPC. Este presupuesto tiene que ser notificado al
demandado, el que tendrá un plazo de 3 días para examinarlo y formular observaciones. En el fondo es
un plazo de tres días para que el demandado pueda oponer las objeciones que estime del presupuesto.
Si nada se observa dentro de dicho plazo, se considerará aceptado el presupuesto. Si se deducen
objeciones debe procederse a la realización de un presupuesto por medio de peritos, procediéndose en
la forma que establecen los artículos 486 y 487 del C.P.C. para la estimación de los bienes en caso de
remate. En este caso los peritos serán nombrados en la forma que establece el artículo 414 de este
mismo Código, es decir, se debe citar a una audiencia a las partes para proceder a este nombramiento
de acuerdo a la disposición últimamente citada. Una vez que quede determinado el valor a través de los
peritos, valor que también deberá quedar ejecutoriado por el tribunal, el deudor quedará obligado a
consignarlo en la cuenta corriente del tribunal dentro de tercero día a la orden del tribunal, con la
finalidad de que se entreguen esos valores al ejecutante, a medida que el trabajo lo requiera. Artículo
538 del CPC. Con esos dineros se procederá a ejecutar la obra convenida.
Se supone que con esos fondos debería alcanzar perfectamente para ejecutar la obra. El C.P.C. se pone
en el caso de que los fondos consignados de acuerdo al monto del presupuesto o del valor que fijaron
los peritos en su caso, no sean suficientes. En este caso, de acuerdo al artículo 539 del C.P.C. agotados
los fondos consignados, podrá el acreedor solicitar aumento de ellos, justificando que ha habido error
en el presupuesto o que han sobrevenido circunstancias imprevistas que aumentan el costo de la obra.
Concluida la obra, el acreedor deberá rendir cuenta de la inversión. Esta circunstancia es muy similar a la
administración de cosas ajenas, ya que en este caso la responsabilidad de la obra que debía cumplir el
deudor es de cargo del acreedor, y es por ello que debe rendir cuenta de la inversión de los fondos
suministrados por el deudor.
¿Qué ocurre si dentro de este procedimiento el deudor no consigna los fondos correspondientes al valor
del presupuesto de la obra o en su caso al valor que fijaron los peritos?
Esto es importante, porque todo el sistema funciona en la medida que el deudor consigne. Es por ello
que la ley señala en este caso que si el deudor no consigna a la orden del tribunal los fondos decretados,
se procederá a embargarle, a petición de parte, y enajenarle bienes suficientes para hacer la
consignación, con arreglo a lo establecido en el procedimiento ejecutivo de las obligaciones de dar, pero
sin admitir excepciones para oponerse a la ejecución. El acreedor en este, al igual que en el
procedimiento ejecutivo de las obligaciones de dar, no se paga con los bienes embargados, de manera
que éstos deben ser realizados de acuerdo a las reglas que ya se analizaron, consignándose los dineros
obtenidos de esa realización para ejecutar la obra posteriormente. Esto que guarda relación con la
consignación inicial que tenía que hacer el deudor para realizar la obra (porque la obligación se cumple
en la medida que se ejecute la obra), la cual era también en dinero y no en bienes.
· Se puede solicitar judicialmente por el acreedor que se apremie al deudor para que ejecute el hecho
convenido. La ley en este caso contempla la posibilidad de imponer arrestos y multas a este deudor por
vía judicial. Esto en el evento que el ejecutado no consigne dineros que se le exijan para la realización de
la obra, de manera que si no consigna tales dineros, se pueden solicitar estos apremios, conforme al
artículo 543 del CPC.
El problema radica en la sentencia definitiva. Así toda sentencia definitiva firme produce cosa juzgada
independiente del procedimiento en que haya sido pronunciada, de manera que esta regla es
plenamente aplicable a la sentencia definitiva del juicio ejecutivo.
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Artículo 175
Las sentencias definitivas o interlocutorias firmes producen la acción o la excepción de cosa juzgada.
Esta norma del artículo 175 habría que concordarla con las disposición del 478 del código.
Artículo 478
La sentencia recaída en el juicio ejecutivo produce cosa juzgada en el juicio ordinario, tanto respecto del
ejecutante como del ejecutado.
Con todo, si antes de dictarse sentencia en el juicio ejecutivo, el actor o el reo piden que se les reserven
para el ordinario sus acciones o excepciones, podrá el tribunal declararlo así, existiendo motivos
calificados. Siempre se concederá la reserva respecto de las acciones y excepciones que no se refieran a
la existencia de la obligación misma que ha sido objeto de la ejecución.
En los casos del inciso precedente, la demanda ordinaria deberá interponerse dentro del plazo que
señala el artículo 474, bajo pena de no ser admitida después.
¿Qué significa –en este caso concreto- que la sentencia dictada en el juicio ejecutivo produzca cosa
juzgada?
Esto significa que lo discutido en el juicio ejecutivo no puede volver a planteare posteriormente –
reuniéndose la triple identidad legal- en un nuevo juicio, ya sea que se trate de un nuevo juicio ejecutivo
u ordinario.
La cosa juzgada interesa siempre estudiarla como excepción esto es como institución idónea para evitar
la duplicidad de juicios, es decir, volver a discutir el mismo asunto posteriormente.
Dentro del juicio ejecutivo hay dos situaciones de excepción a esta regla de que una sentencia definitiva
firme produce excepción de cosa juzgada. Se trata de casos en que la sentencia dictada en el juicio
ejecutivo no va a producir coa juzgada posterior. Y la cuestión se puede volver a discutir.
i) Renovación de la acción ejecutiva: esta situación excepcional está referida a que no obstante la
dictación de la sentencia definitiva y de encontrarse esta firme en un primer juicio ejecutivo,
cumpliéndose ciertas condiciones, va a ser posible volver a intentar esa misma acción ejecutiva en un
segundo juicio ejecutivo, sin que pueda alegarse la excepción de cosa juzgada. Es por esto que se habla
de renovación.
Artículo 477
La acción ejecutiva rechazada por incompetencia del tribunal, incapacidad, ineptitud del libelo o falta de
oportunidad en la ejecución, podrá renovarse con arreglo a los preceptos de este título.
Esto ocurre en los casos especiales que contempla el artículo 477 del código de procedimiento civil. Se
requiere para que se pueda renovar la acción ejecutiva:
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1º Que la sentencia definitiva dictada en el juicio ejecutivo (en tramitación) rechace la demanda
ejecutiva (estamos hablando de una sentencia absolutoria).
2º El rechazo debe obedecer a los motivos o causales taxativos que la ley indica (no se justifica por
cualquier rechazo de la demanda):
a) Incompetencia del tribunal ante el cual se presentó la demanda. El rechazo por este motivo es con
posterioridad a la alegación de la excepción del 464 Nº 1.
b) Incapacidad, 464 Nº 2.
d) Falta de oportunidad en la ejecución. Este motivo, no calza con ninguna excepción, de manera que
aquí la jurisprudencia se ha encargado a que se refiere la “falta de oportunidad de la ejecución” y se
entiende que una ejecución no es oportuna cuando existe Litis pendencia; o tratándose del beneficio de
excusión; cuando al título le faltan requisitos o condiciones para que tenga fuerza ejecutiva; cuando se
han concedido esperas o prorrogas en el plazo.
En todas estas situaciones que enumera el artículo 477, la demanda ejecutiva rechazada lo ha sido por
cuestiones formales, en directa relación con la imposibilidad de corregir errores por la naturaleza de la
acción.
Por los motivos anteriores el legislador permite renovar la acción en un nuevo juico. No existe plazo
para esto, sino que serán únicamente importantes los plazos de prescripción de la acción.
Puede estar referida tanto a la reserva tanto de acciones como de excepciones. Para que esta institución
opere el tribunal que conoce del juicio ejecutivo debe conceder esta reserva que la puede solicitar tanto
el ejecutante como el ejecutado en las oportunidades que la ley indica, concedida por el tribunal
mediante resolución judicial en el juicio ejecutivo, es posible volver a plantear o discutir en un juicio
ordinario posterior. De ocurrir así en el nuevo juicio no se puede alegar la excepción de cosa juzgada,
artículo 467 y 478.
a)Reserva de acciones
El ejecutante de acuerdo a la ley tiene dos oportunidades para hacer valer este derecho, esto
evidentemente es un derecho. Esto evidentemente es un derecho y no una obligación del ejecutante.
Una primera oportunidad la establece el 467 y la segunda es la que indica el artículo 478.
La primera oportunidad del ejecutante, dentro del plazo de cuatro días, que concede el inciso primero
del artículo 466, que es el plazo para evacuar el traslado de la oposición del ejecutado.
Recordemos que cuando existe oposición en el juicio ejecutivo ésta debe tramitarse conforme a las
reglas que indica el código, entre estas encontramos la del artículo 466 que se refiere al plazo para
evacuar traslado.
En este plazo único y mediante un mismo acto el ejecutante puede desistirse de la demanda ejecutiva
con reserva de su derecho. Es decir en un mismo acto se desiste y pide reserva, para entablar acción
ordinaria sobre los mismos puntos que han sido materia de aquélla (de la ejecutiva).
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Artículo 467
El ejecutante podrá sólo dentro del plazo de cuatro días que concede el inciso 1° del artículo anterior,
desistirse de la demanda ejecutiva, con reserva de su derecho para entablar acción ordinaria sobre los
mismos puntos que han sido materia de aquélla.
Por el desistimiento perderá el derecho para deducir nueva acción ejecutiva, y quedarán ipso facto sin
valor el embargo y demás resoluciones dictadas.
Responderá el ejecutante de los perjuicios que se hayan causado con la demanda ejecutiva, salvo lo que
se resuelva en el juicio ordinario.
Lo que ocurre aquí es que el ejecutante se da cuenta que no tiene como destruir o desvirtuar las
excepciones del ejecutado, y que de no hacer uso de este derecho el resultado –negativo para el- se va a
manifestar en la sentencia definitiva del juez. En cambio, si hace uso de este derecho (desistimiento con
reserva) el tribunal tiene que acceder a esta petición.Desde luego que esta solicitud se hace por escrito y
no necesita mayor fundamentación puesto que la ley no lo exige.
Que el tribunal tenga que aceptarlo significa que tiene que tenerlo por desistido de la demanda
ejecutiva y que le debe conceder la reserva de derechos solicitada.
La resolución que recae sobre esta solicitud, es –sin serlo realmente- una verdadera sentencia
definitiva, en relación a los efectos que va a producir en el juicio ejecutivo (no va a continuar este su
tramitación).
Dice el inciso segundo del artículo 467 que por el desistimiento perderá el derecho para deducir nueva
acción ejecutiva, y quedarán ipso facto sin valor el embargo y demás resoluciones dictadas. Habiéndose
desistido de su demanda ejecutiva pierde el derecho a entablarla posteriormente, por lo que tendrá que
trabar ahora una acción ordinaria.
Al terminarse el juicio ejecutivo, queda sin valor el embargo. Y por otra parte queda responsable de los
perjuicios que pudiere haber causado.
Hay que hacer presente, que este desistimiento, que es un desistimiento que podríamos decir es
“especial” (con reserva), puesto que es distinto –de ahí lo especial- al desistimiento de la demanda que
se refieren los artículos 148 y siguientes, el cual constituye un incidente en el juicio, de manera que el
tribunal debe darle la tramitación que la ley establece y deberá desde luego resolverlo y el demandado
aquí puede oponerse incluso, además dice que la ley que la sentencia que acepte el desistimiento (de
los artículos 148 y siguientes) y haya o no habido oposición extingue la acción. En otras palabras, cuando
un demandante se desiste de su demanda y el tribunal le da la tramitación y decide aceptarlo, la acción
se extingue y extinta la acción no puede volverse a demandar en ningún procedimiento.
Hay que tener cuidado aquí, porque si me desisto en el juicio ejecutivo de la demanda, y se me olvida
solicitar la reserva, no va a ser un procedimiento del artículo 467, sino que uno general del artículo 148.
Desde luego que nada impide que un ejecutante voluntariamente se desista pura y simplemente de su
demanda ejecutiva.
Entonces, en el juicio ejecutivo puede haber dos tipos de desistimiento, uno de acuerdo a las reglas
generales (el cual debe tramitarse como un incidente), acogido el cual produce cosa juzgada sin reserva
de derechos; y el otro es el desistimiento con reserva de derechos del ejecutante, el cual deja
subsistente la posibilidad de demandar en acción ordinaria y no se va a poder oponer la excepción de
cosa juzgada.
102
Cabe destacar que en el caso de que el tribunal acceda al desistimiento con reserva, la ley no establece
plazo para presentar la futura demanda.
La segunda oportunidad que tiene el ejecutante para solicitar la reserva (sin desistimiento), ocurre o
puede ocurrir durante la tramitación del juicio ejecutivo, esta es una oportunidad común que tiene
tanto el ejecutante como el ejecutante, artículo 478.
Artículo 478
La sentencia recaída en el juicio ejecutivo produce cosa juzgada en el juicio ordinario, tanto respecto del
ejecutante como del ejecutado.
Con todo, si antes de dictarse sentencia en el juicio ejecutivo, el actor o el procesado piden que se les
reserven para el ordinario sus acciones o excepciones, podrá el tribunal declararlo así, existiendo motivos
calificados. Siempre se concederá la reserva respecto de las acciones y excepciones que no se refieran a
la existencia de la obligación misma que ha sido objeto de la ejecución.
En los casos del inciso precedente, la demanda ordinaria deberá interponerse dentro del plazo que
señala el artículo 474, bajo pena de no ser admitida después.
La oportunidad es en cualquier momento de la tramitación del juicio hasta antes que se dicte la
sentencia definitiva.
La diferencia es que el tribunal podrá declararlo así (acceder a la reserva) en el caso en que haya
motivos calificados (en el caso anterior no era necesario esgrimir motivos). Esto se resuelve en la
sentencia definitiva que se dicta en el juicio ejecutivo. En este caso si el tribunal accede a la reserva, el
ejecutante tiene un plazo de quince días para deducir su nueva demanda ordinaria.
En esta sentencia el tribunal se pronuncia –naturalmente- sobre las excepciones y allí se pronuncia de la
reserva, lo cual depende de lo resuelto respecto de las excepciones, puesto que si se tratare de una
sentencia condenatoria el tribunal no debe emitir pronunciamiento a cerca de la reserva (porque de
pronunciarse quedaría una sentencia contradictoria). Al ser reserva de la acción esta no admite división.
b)Reserva de excepciones
Reserva de derechos que puede solicitar el ejecutado durante la tramitación del juicio ejecutivo.
El objetivo que tienen es impedir que la sentencia definitiva dictada en juicio ejecutiva produzca cosa
juzgada respecto de un juicio posterior.
El ejecutado tiene al igual que el ejecutante dos oportunidades para hacer valer este derecho, una es la
del artículo 473 y la otra es la del 478 en las mismas condiciones que estudiamos respecto del
ejecutante (en cualquier estado del juicio).
Artículo 473
Si, deduciendo el ejecutado oposición legal, expone en el mismo acto que no tiene medios de justificarla
en el término de prueba, y pide que se le reserve su derecho para el juicio ordinario y que no se haga
pago al acreedor sin que caucione previamente las resultas de este juicio, el tribunal dictará sentencia de
pago o remate y accederá a la reserva y caución pedidas.
Esto es en la oportunidad en que el ejecutado deduceoposición legal (acto en que opone excepciones)
y que señale (por escrito, naturalmente) que no tiene medios para justificar la oposición en el término
103
de prueba y en consecuencia solicita que se le reserve su derecho para discutirlo en un juicio ordinario
posterior; también pedirá que no se le haga pago al acreedor, sin que previamente caucione las resultas
del juicio.
Aquí tenemos a un ejecutado que -frente a la demanda ejecutiva- opone excepciones, pero que en el
momento no dispone de los medios probatorios. En el escrito de oposición el ejecutado no señala los
hechos y menos los medios de prueba necesarios para justificar las excepciones. En este caso el tribunal
tiene que dictar sentencia definitiva, la cual debe ser condenatoria (de pago o remate). En esta misma
sentencia el tribunal accede a la reserva solicitada y ordenara rendir esta caución de cara al artículo 473,
aquí el tribunal no puede fallar las excepciones, por la especial situación en que se encuentran.
El ejecutado tiene un plazo de quince días para entablar un nuevo juicio que va a decir relación con las
excepciones, si no lo hace pierde su derecho a ejercer posteriormente su acción ordinaria y el juicio
ejecutivo continua adelante (puesto que tiene sentencia condenatoria).
En el segundo caso se hace aplicable la regla del artículo 478 inciso segundo, este derecho lo puede
ejercer en cualquier estado de la tramitación del juicio ejecutivo antes de dictarse la sentencia (la ley
dice antes de dictarse la sentencia y no especifica a que sentencia se refiere, pero la corte suprema ha
estimado que debe ser una de primera instancia), es menester además que existan motivos calificados.
Esta materia se encuentra reglamentada en el libro I del código título XIX, artículos 231 al 251.
La particularidad que tiene esta regulación es que la ley establece normas de procedimiento según sea
la nacionalidad de la resolución de cuyo cumplimiento se trata.
El código distingue en el párrafo primero que habla de las resoluciones pronunciadas por tribunales
chilenos, y en el párrafo segundo resoluciones pronunciadas por tribunales extranjeros.
La diferencia está en que cuando se trata de pedir la ejecución de una sentencia pronunciada por algún
tribunal chileno, el interesado, es decir el titular de la acción debe presentar su solicitud o demanda
ante el tribunal competente.
En cambio, cuando se trata de hacer cumplir en Chile una resolución dictada por un tribunal extranjero
el interesado no puede dirigirse directamente ante el tribunal competente, puesto que se debe realizar
una gestión previa.
Artículo 247
En todos los casos a que se refieren los artículos precedentes, la resolución que se trate de ejecutar se
presentará a la Corte Suprema en copia legalizada.
Aquí se debe pedir una autorización previa a la Corte Suprema, lo cual es una verdadera gestión
preparatoria.
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Cuando se trata de hacer ejecutar una sentencia, nos estamos refiriendo al ejercicio de la acción de cosa
juzgada. La acción de cosa juzgada emana de lo dispuesto en el artículo 175 del C.P.C. Por su parte el
artículo 176 del C.P.C. agrega que la acción de cosa juzgada corresponde a aquel en cuyo favor se ha
declarado un derecho en el juicio, para el cumplimiento de lo resuelto o para la ejecución del fallo. La
norma se refiere al cumplimiento y ejecución, ya que estas situaciones no significan los mismos, en
efecto:
Ejemplo: Si la sentencia impone una obligación y el deudor o vencido cumple voluntariamente, por muy
condenatoria que sea la sentencia no procede la ejecución.
Además existen sentencias meramente declarativas o incluso las sentencias las constitutivas de derecho
que tampoco admiten ejecución, pero si obviamente cumplimiento.
La ejecución de una sentencia, por su parte, es la ejecución forzada. En otras palabras, cuando hay
resistencia a cumplir la prestación que está imponiendo el fallo. Si la sentencia es condenatoria, va a
existir un acreedor y un deudor, porque la sentencia impone una prestación, la que puede ser de dar,
hacer o no hacer. En este caso si el deudor no acata la sentencia y por ello no la cumple, debe
procederse a esta etapa de ejecución.
Los tribunales de justicia tienen las facultades de conocer las causas, de juzgarlas y hacer ejecutar lo
juzgado. Esto último se refiere a la utilización de un procedimiento forzado de ejecución, pudiendo ser
el juicio ejecutivo u otro para obtener este cumplimiento practico de la obligación que el fallo indica.
Sin esta posibilidad de ejecución, el ejercicio de la función jurisdiccional seria meramente ilusorio, ya
que el cumplimiento de la sentencia quedaría entregado a la mera voluntad de los deudores.
a)El título ejecutivo en este caso es siempre la sentencia, la que puede ser definitiva o interlocutoria,
firme o ejecutoriada y excepcionalmente aquella que causa ejecutoria, artículo 231 incisoprimero
segunda parte del C.P.C.
Tratándose de la sentencia firme, el título ejecutivo es ella misma, de acuerdo al art 434 Nº1 del C.P.C.
Tratándose de las sentencias que causan ejecutoria, esta constituirá título ejecutivo en virtud del Nº7º
del artículo 434 del CPC.
En este caso la fuerza ejecutiva de esta sentencia está dada en el artículo 231 del C.P.C. cuando indica
que se procederá a la ejecución una vez que las resolucionescausen ejecutoria.
Debe recordarse que existe una gran diferencia entre pedir la ejecución de una sentencia firme a pedir
la ejecución de una sentencia que causa ejecutoria, ya que tratándose de la segunda, no obstante que se
puede exigir su cumplimiento, al no estar firme podría verse modificada o incluso dejada sin efecto, de
manera que la ejecución de la sentencia queda supeditada a lo que resuelva en los respectivos recursos
pendientes que se hubieren interpuesto en contra de la sentencia, de manera que esta ejecución es
provisional, sin perjuicio de que podría llegar a ser definitiva si los recursos no son acogidos. En cambio
la ejecución de una sentencia que está firme, no trae ninguno de los problemas anteriores, ya que la
105
decisión contenida en la resolución judicial ya tiene el carácter de inamovible e inmodificable, no
habiendo riesgo si se lleva a cabo la ejecución.
Esto quiere decir que la sentencia tiene que imponer una prestación. El resto de las sentencias, por muy
definitiva o interlocutorias que sean y estando firmes o causando ejecutoria, no son ejecutables si no
establecen una obligación, lo que no quiere decir que no se cumplan, como ya se analizó.
Cuando se señala “actualmente se exigible” se está refiriendo al momento de solicitarse la ejecución del
fallo. Art 233 del CPC.
La parte interesada en este caso es el titular de la acción de cosa juzgada, es decir, aquel en cuyo favor
se declaró un derecho en el juicio, artículo 176 del C.P.C.
Nunca los tribunales van a disponer la ejecución de una sentencia de oficio. En efecto, el mismo artículo
233 del C.P.C señala “Cuando se solicite la ejecución…” quedando en claro la idea anterior.
f)La obligación que impone la sentencia debe ser liquida o en su caso, determinada.
En relación al tribunal competente para conocer de la ejecución de una sentencia, las reglas están
contenidas en los artículos113 y 114 del C.O.T.
Estas disposiciones están prácticamente reproducidas en los artículos 231 y 232 del C.P.C.
Artículo 231
La ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que las hayan pronunciado en primera o en
única instancia. Se procederá a ella una vez que las resoluciones queden ejecutoriadas o causen
ejecutoria en conformidad a la ley.
No obstante, los tribunales que conozcan de los recursos de apelación, casación o revisión, ejecutarán los
fallos que dicten para la substanciación de dichos recursos. Podrán también decretar el pago de las
costas adeudadas a los funcionarios que hayan intervenido en ellos, reservando el de las demás costas
para que sea decretado por el tribunal de primera instancia.
Artículo 232
Siempre que la ejecución de una sentencia definitiva haga necesaria la iniciación de un nuevo juicio,
podrá éste deducirse ante el tribunal que menciona el inciso 1° del artículo 231, o ante el que sea
competente en conformidad a los principios generales establecidos por la ley, a elección de la parte que
haya obtenido en el pleito.
El tribunal competente para conocer de la ejecución es el mismo tribunal que pronunció la resolución en
primera o en única instancia, de manera que queda excluido el tribunal de segunda instancia y el
tribunal de casación para conocer de esta ejecución.
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Existe una regla especial en el entendido de que la ejecución de una sentencia definitiva haga necesario
iniciar un nuevo juicio, entendiéndose por tal un juicio ejecutivo, ya que en este caso habrá dos
tribunales competentes para conocer de este juicio, a saber:
b) Aquel tribunal que sea competente de acuerdo a los principios generales establecidos en la ley.
Cuando la ley establece dos o más tribunales competentes para conocer de la ejecución de una
sentencia, elegido uno de ellos, será competente este tribunal por ser el que previene, es decir, aquel
ante el cual se interpone la demanda, de acuerdo a la regla de prevención, quedando el otro tribunal
automáticamente incompetente.
i) Procedimiento que existe para hacer ejecutar ciertas resoluciones dictadas en los juicios de
arrendamiento de inmuebles, cuando la sentencia ordena restituir el inmueble arrendado, artículo 595
del C.P.C.
ii) Dentro de las normas que regulan el procedimiento en los tribunales de familia, en materia de
alimentos, se consagra la posibilidad de pedir apremios o arrestos.
Artículo 233
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Cuando se solicite la ejecución de una sentencia ante el tribunal que la dictó, dentro del plazo de un año
contado desde que la ejecución se hizo exigible, si la ley no ha dispuesto otra forma especial de
cumplirla, se ordenará su cumplimiento con citación de la persona en contra de quien se pide.
Esta resolución se notificará por cédula al apoderado de la parte. El ministro de fe que practique la
notificación deberá enviar la carta certificada que establece el artículo 46 tanto al apoderado como a la
parte. A esta última, la carta deberá remitírsele al domicilio en que se le haya notificado la demanda. En
caso que el cumplimiento del fallo se pida contra un tercero, éste deberá ser notificado personalmente.
El plazo de un año se contará, en las sentencias que ordenen prestaciones periódicas, desde que se haga
exigible cada prestación o la última de las que se cobren.
Procedimiento de ejecución de una sentencia cuando dicha ejecución se pide dentro del plazo de un año
contado desde que la obligación se ha hecho exigible y ante el mismo tribunal que la dictó en primera o
única instancia. Estas son las condiciones en que se van a poder aplicar estas reglas de ejecución
regulada en los artículo 233 y siguientes del código de procedimiento civil. Aquí en consecuencia no
estamos aplicando el procedimiento ejecutivo del libro tercero del código, sino que estas reglas de
ejecución propias del libro primero.
1º Que la ejecución de la sentencia condenatoria se le vaya a pedir el mismo tribunal que la pronuncio
en primera o en única instancia, aplicando las reglas generales de competencia sobre ejecución.
2º Que el cumplimiento se solicite dentro del plazo de un año, contado desde que la obligación se hizo
exigible. El código señala que es dentro del plazo de un año (plazo de días corridos, y fatal) -233 inciso
final- en las sentenciasque ordenen prestaciones periódicas, desde que se haga exigible cada prestación
o la última de las que se cobren
3º Que la ley no haya dispuesto otra forma especial de cumplimiento para esa sentencia.
Reglas de procedimiento:
1º El procedimiento siempre deberá iniciarse a petición de parte, puesto que los tribunales nunca
pueden disponer de oficio la ejecución de una sentencia, porque rige en materia civil el principio de
pasividad de los tribunales, y porque este no está en condiciones de determinar fehacientemente si ésta
está o no cumplida, puesto que esto no consta siempre en el expediente (por ejemplo en el caso de un
cumplimiento extrajudicial). La solicitud está exenta de formalidades especiales, puesto que la ley no
establece.
Esta solicitud se presenta (por el mandatario) ante el mismo juez que dictó la sentencia en primera o en
única instancia y materialmente esta solicitud se agrega al mismo expediente en que dicho fallo fue
dictado.
La solicitud debe ser hecha por el titular de la acción de cosa juzgada, este es aquel en cuyo favor se
declaró un derecho en juicio.
En relación a la comparecencia lo hace por la parte su mandatario judicial, puesto que se encuentra
dentro de sus facultades ordinarias conforme al artículo 7º inciso 1º del C.P.C. “hasta la ejecución
completa de la sentencia”. En virtud de estas facultades es suficiente que comparezca el mandatario
judicial no se requiere nuevo mandato.
108
En esta solicitud se debe pedir al tribunal que ordene el cumplimiento de la sentencia con citación de la
persona en contra de quien se pide, 233 inciso 1º (no se podrá ordenar en el caso en que quede
pendiente la rendición de fianza de resultas).
Si la sentencia cuyo cumplimiento se solicita es de aquellas que causan ejecutoria, esta solicitud de
ejecución se va a incorporar en el cuaderno de fotocopias o compulsas.
Sentencias que causan ejecutoria: sentencia apelada y cuya apelación ha sido concedida en el solo
efecto devolutivo, y aquella en que se ha recurrido de casación (salvo casos excepcionales).
El tribunal –frente a esta solicitud- tendrá que verificar la concurrencia de los requisitos que hacen
procedente la ejecución de conformidad a estas reglas. Si se cumplen se debe ordenar el cumplimiento
con citación (como se pide con citación, o cúmplase con citación).
Significado y notificación de esta resolución. La ley dice que esta resolución se notificará por cédula al
apoderado de la parte contraria, el ministro de fe que practique la notificación deberá enviar la carta
certificada que establece el artículo 46 tanto al apoderado como a la parte. A esta última, la carta
deberá remitírsele al domicilio en que se le haya notificado la demanda.
En caso que el cumplimiento del fallo se pida contra un tercero, éste deberá ser notificado
personalmente de la resolución.
Esta resolución significa por una parte que el tribunal accede a la petición –ordena la ejecución del fallo-
pero esta no se puede llevar a efecto de inmediato, sino que transcurridos tres días contados desde la
notificación a la parte contraria, lo que hace que vaya a depender de la actitud que tome la parte
contraria, puesto que al disponerse con citación nos remite al artículo 69 del Código de Procedimiento
Civil.
Artículo 69
Siempre que se ordene o autorice una diligencia con citación, se entenderá que no puede llevarse a
efecto sino pasados tres días después de la notificación de la parte contraria, la cual tendrá el derecho de
oponerse o deducir observaciones dentro de dicho plazo, suspendiéndose en tal caso la diligencia hasta
que se resuelva el incidente.
Cuando se mande proceder con conocimiento o valiéndose de otras expresiones análogas, se podrá
llevar a efecto la diligencia desde que se ponga en noticia del contendor lo resuelto.
Dentro de este plazo de citación la parte contra la cual se pide la ejecución del fallo o el tercero, tiene
derecho a formular oposición, conforme a lo que establece el artículo 234 del código.
Artículo 234
En el caso del artículo anterior la parte vencida sólo podrá oponerse alegando algunas de las siguientes
excepciones: pago de la deuda, remisión de la misma, concesión de esperas o prórrogas del plazo,
novación, compensación, transacción, la de haber perdido su carácter de ejecutoria, sea absolutamente
o con relación a lo dispuesto en el artículo anterior, la sentencia que se trate de cumplir, la del artículo
464 número 15 y la del artículo 534, siempre que ellas, salvo las dos últimas, se funden en antecedentes
escritos, pero todas en hechos acaecidos con posterioridad a la sentencia de cuyo cumplimiento se trata.
También podrá alegarse la falta de oportunidad en la ejecución. Esta excepción y las del artículo 464 N°
15 y del artículo 534 necesitarán, además, para ser admitidas a tramitación, que aparezcan revestidas
109
de fundamento plausible. La oposición sólo podrá deducirse dentro de la citación a que se refiere el
artículo precedente.
El tercero en contra de quien se pida el cumplimiento del fallo podrá deducir, además, la excepción de no
empecerle la sentencia y deberá formular su oposición dentro del plazo de diez días.
La oposición se tramitará en forma incidental, pero si las excepciones no reúnen los requisitos exigidos
por el inciso 1° se rechazará de plano.
Esto significa hacer valer las excepciones que la ley establece conforme a las reglas que dispone esa
norma. La parte notificada aquí, podría tomar las siguientes actitudes:
2º Oponer excepciones. La resolución que se notifica con cedula es concordante con lo dicho antes, en
el sentido de que el mandatario de la parte ejecutado en virtud de las facultades ordinarias de su
mandato judicial conserva todas sus facultades, por lo que estaría mal hecha la notificación a la parte.
Estas deben ser formuladas dentro del plazo de citación (3 días, plazo único, en virtud del artículo 69).
El escrito de oposición basta con que lo firme el apoderado de la parte ejecuta (mismo apoderado que
tenía constituido en el juicio).
Estas excepciones, si las comparamos con las del juicio ejecutivo, son restrictivas, la ley es más exigente
en este caso.Solamente se pueden hacer valer las excepciones que contempla el artículo 234.
La norma es taxativa (primera limitante); y se deben fundar todas, salvo dos de ellas, en antecedentes
escritos (segunda limitante); todas las excepciones deben además fundarse en hechos que hayan
ocurrido con posterioridad a la sentencia de cuyo cumplimiento se trata (tercera limitante), con esto se
evita que se vuelvan a plantear argumentos que se plantearon o debieron plantearse en el juico
declarativo; algunas de estas excepciones deben además estar revestidas de fundamento plausible
(cuarta limitación).
Si la ejecución se pide –en forma excepcional- contra un tercero, este tercero puede además deducir la
excepción de no empecerle la sentencia. Y formular su oposición dentro del plazo de diez días (plazo
únicamente para el tercero).
Este procedimiento del 233 es denominado malamente como procedimiento incidental, lo que es
erróneo porque la ley lo único que dice es que si se formulan excepciones estas se tramitan en forma
incidental, pero es una cuestión distinta, y no significa que la naturaleza jurídica de este procedimiento
sea un incidente. La mayoría doctrinaria sostiene que este procedimiento del 233 es un procedimiento
de ejecución especial, pero no constituye un incidente del juicio que en la mayoría de los casos está
terminado y tampoco es una cuestión accesoria.
110
Desde el momento en que la ley está diciendo que se tramita en forma incidental la oposición, se dan
por reproducidas todas las reglas estudiadas en materia de incidentes (podrán recibirse a prueba –por
ejemplo- y tendrán que fallarse).
Fallar las oposiciones significa resolverlas acogiéndolas o rechazándolas. Esta sentencia que falla las
excepciones es apelable en el solo efecto devolutivo.
Artículo 235
1º Si la sentencia ordena entregar una especie o cuerpo cierto, sea mueble o inmueble, se llevará a
afecto la entrega, haciéndose uso de la fuerza pública si es necesario;
2º Si la especie o cuerpo cierto mueble no es habido, se procederá a tasarlo con arreglo al Título XII del
Libro IV y se observarán en seguida las reglas del número siguiente;
3º Si la sentencia manda pagar una suma de dinero se ordenará, sin más trámite, hacer pago al acreedor
con los fondos retenidos, hecha la liquidación del crédito y de las costas causadas o se dispondrá
previamente la realización de los bienes que estén garantizando el resultado de la acción de conformidad
al Título V del Libro II.
Si no hay bienes que aseguren el resultado de la acción se procederá a embargar y a enajenar bienes
suficientes de la parte vencida de acuerdo con las reglas del procedimiento de apremio, sin necesidad de
requerimiento y deberá notificarse por cédula el embargo mismo y la resolución que lo ordena;
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En todo lo que no esté previsto en este artículo se aplicarán las reglas que se establecen en el juicio
ejecutivo para el embargo y el procedimiento de apremio; pero la sentencia se cumplirá hasta hacer
entero pago a la parte vencedora sin necesidad de fianza de resultas, salvo lo dispuesto en el artículo
774 y en otras disposiciones especiales.
a) Si hubo oposición y esta fue desestimada en la sentencia (se le rechazaron las excepciones al
ejecutado).
b) Caso en que no haya existido oposición, pero que tampoco haya cumplido el condenado.
c) También habría que aplicarlo en el evento en que habiendo opuesto excepciones estas fueron
rechazadas de plano (por inadmisibles).
Este procedimiento de apremio del 235 consiste en que si la sentencia ordena entregar una especie o
cuerpo cierto, sea mueble o inmueble, se llevará a afecto la entrega, haciéndose uso de la fuerza pública
si es necesario.
Agrega el código, si la especie o cuerpo cierto mueble no es habida se precederá a tasarlo con arreglo a
las reglas del C.P.C. Por tanto, primero que todo se debe dar valor a la especie y ahí aplicar la regla 3º
que es la misma que si la sentencia ordenara pagar una suma de dinero.
El juez debe ordenarlo y si hay oposición la entrega se hará con auxilio de la fuerza pública.
Si la especie o cuerpo cierto mueble no es habido se procederá a tasarlo con arreglo a las normas
legales, y se observaran las disposiciones de la regla tercera, que está en el caso en que la sentencia
ordena pagar una suma de dinero, en este caso se ordenara hacer pago al acreedor sin más trámites con
los fondos retenidos hecha la liquidación del crédito y las costaso se dispondrá previamente la
realización de los bienes que estén garantizando el resultado de la acción de conformidad al Título V del
Libro II.
Estos fondos retenidos pueden ser producto de una medida precautoria que se haya hecho valer con la
finalidad de asegurar el resultado de la sentencia en el caso de que ésta haya sido favorable al actor.
3º No hacer nada;
4º Ejercer el derecho que le otorga el 234 inciso final “lo dispuesto en este artículo es sin perjuicio de lo
provenido en el artículo 80”, sin perjuicio del derecho a oponer excepciones está también el derecho del
artículo 80 (nulidad por falta de emplazamiento) que establece la posibilidad de que el demandado
rebelde alegue nulidad por falta de emplazamiento en el juicio declarativo en que se dictó la
sentencia; esto significa primero que el litigante a quien se solicita la ejecución del fallo estuvo rebelde
durante todo el juicio, y segundo que este nunca fue emplazado en el juicio declarativo (es decir no
actúo y no fue emplazado). Es decir, aquí hubo error o defecto en la notificación de la demanda y resulta
que la ley le da la posibilidad en la etapa de ejecución para alegar la nulidad de todo lo obrado, puesto
que nunca se enteró del juicio en que se dictó el fallo.
112
Esta situación no constituye ninguna excepción al principio de cosa juzgada, puesto que la sentencia
esta aparentemente ejecutoriada, puesto que si no ha habido emplazamiento nunca ha existido
válidamente el juicio, y por ende todos sus efectos son aparentes.
Naturaleza jurídica de estos trámites, aquí la discusión cabe en cuanto a determinar si este
procedimiento de los artículo 233 y siguientes constituye un incidente en el juicio o es un procedimiento
ejecutivo. Al decir de Cassarino se trata de un procedimiento ejecutivo especial, salvo en caso de
remisión.
Artículo 237
Las sentencias que ordenen prestaciones de dar, hacer o no hacer, y cuyo cumplimiento se solicite
después de vencido el plazo de un año, concedido en el artículo 233, se sujetarán a los trámites del juicio
ejecutivo.
Se aplicará también este procedimiento cuando se solicite el cumplimiento del fallo ante otro tribunal
distinto del indicado en el artículo 233.
En los juicios a que dé lugar la ejecución de las resoluciones a que se refiere este artículo, no se admitirá
ninguna excepción que haya podido oponerse en el juicio anterior.
En estos juicios no se admitirá ninguna excepción que haya podido oponerse en el juicio anterior (aquel
en que se dictó la sentencia cuyo cumplimiento se pretende). Habría que agregar que se aplica el
artículo 464 con la limitación de que no se admitirá ninguna excepción que se haya podido oponer en el
juicio anterior.
Procedimiento para obtener el cumplimiento de una sentencia ante un tribunal distinto al que la
pronuncio en primera o en única instancia
Aquí se debe iniciar un nuevo juicio y será tribunal competente el que resulté conforme a los principios
generales. Para determinar este procedimiento no interesa el plazo en el que se solicite la ejecución, o
sea no tiene relevancia si la ejecución se pide antes de un año desde que la obligación se hizo exigible o
después de dicho plazo.
Conforme al artículo 237 inciso 2º corresponde en este caso aplicar las reglas del juicio ejecutivo
reglamentado en el libro tercero, dependiendo la naturaleza de la obligación que impone la sentencia
cuyo cumplimiento se pretende.
En cuanto a la tramitación del juicio ejecutivo, se aplican las mismas reglas que en el anterior, con la
salvedad de las excepciones. Esto ya que ambos procedimiento se encuentran regulados en la misma
norma.
Todos estos caso que hemos analizado hasta aquí tienen de común que para aplicar el procedimiento
del artículo 233 o el del juicio ejecutivo, es requisito que la ley no haya dispuesto alguna forma especial
de cumplir la sentencia.
113
Procedimientos especiales de ejecución de sentencias
Estos procedimientos especiales no se encuentran regulados en ningún título del código ni en las leyes
especiales, de manera que si podrían existir reglas especiales ya que el legislador por ejemplo lo señala
en el artículo 233 inciso primero. Lo mismo señala el artículo 235 inciso 1º del C.P.C.
·En el caso de sentencias que ordenen la restitución de inmuebles en los juicios de arrendamiento. Este
procedimiento consiste en la petición y orden del lanzamiento con auxilio de la fuerza pública.
Artículo 595
Si, ratificado el desahucio, llega el día señalado para la restitución sin que el arrendatario haya
desalojado la finca arrendada, éste será lanzado de ella a su costa, previa orden del tribunal notificada
en la forma establecida por el artículo 48.
Artículo 751
Toda sentencia definitiva pronunciada en primera instancia en juicios de hacienda y de que no se apele,
se elevará en consulta a la Corte de Apelaciones respectiva, previa notificación de las partes, siempre que
sea desfavorable al interés fiscal. Se entenderá que lo es, tanto la que no acoja totalmente la demanda
del Fisco o su reconvención, como la que no deseche en todas sus partes la demanda deducida contra el
Fisco o la reconvención promovida por el demandado.
Recibidos los autos, el tribunal revisará la sentencia en cuenta para el solo efecto de ponderar si ésta se
encuentra ajustada a derecho. Si no mereciere reparos de esta índole, la aprobará sin más trámites. De
lo contrario, retendrá el conocimiento del negocio y, en su resolución, deberá señalar los puntos que le
merecen duda, ordenando traer los autos en relación. La vista de la causa se hará en la misma sala y se
limitará estrictamente a los puntos de derecho indicados en la resolución.
Las consultas serán distribuidas por el Presidente de la Corte, mediante sorteo, entre las salas en que
ésta esté dividida.
En relación con las reglas especiales de ejecución, evidentemente dejamos de aplicar los artículos 231 y
siguientes ya que la regla especial prevalece por sobre la general. Esto no queda entregado al criterio de
las partes, ya que la ley otorga estas reglas. Esto no es otra cosa que aplicación del artículo 13 del Código
Civil.
Esto debido a la naturaleza de la prestación que impone la sentencia. Tampoco existen reglas especiales,
puesto que si estas existieran deberíamos darle aplicación.
Aquí existe una sola norma que es el artículo 238 y que es de carácter general.
Artículo 238
114
Cuando se trate del cumplimiento de resoluciones no comprendidas en los artículos anteriores,
corresponderá al juez de la causa dictar las medidas conducentes a dicho cumplimiento, pudiendo al
efecto imponer multas que no excedan de una unidad tributaria mensual o arresto hasta de dos meses,
determinados prudencialmente por el tribunal, sin perjuicio de repetir el apremio.
En este caso corresponde al tribunal disponer las medidas conducentes a dicho cumplimiento. El
tribunal determinara aquí entonces cual es la medida más adecuada para obtener el cumplimiento
efectivo de la sentencia, pudiendo al efecto imponer multas o arrestos. La multa y arresto son meros
ejemplos.
Aquí hay una sentencia dictada por el tribunal competente, la sentencia queda firme y se cumple
inicialmente, pero después se quebranta en el sentido de que se deja de cumplir.
Artículo 240
Cumplida una resolución, el tribunal tendrá facultad para decretar las medidas tendientes a dejar sin
efecto todo lo que se haga en contravención a lo ejecutado.
El que quebrante lo ordenado cumplir será sancionado con reclusión menor en su grado medio a
máximo.
Todas las facultades que tiene el tribunal para decretar las medidas del artículo 240 son sin perjuicio de
su responsabilidad penal, ya que en este caso hay desacato.
Procedimientos Arbitrales
En cuanto al procedimiento que aplican los árbitros la ley hace la distinción según la calidad del o los
árbitros. Dependiendo si es arbitro de derecho, arbitrador; amigable componedor o mixto.
Esta materia se regula en el libro tercero del código, artículo 628 y siguientes 1664.
Hay que decir que en la actualidad los juicios arbitrales son de gran aplicación práctica, se está utilizando
con mucha frecuencia, sobre todo en asuntos en que la materia discutida es de carácter técnico (por
ejemplo conflictos en materia de construcción. Y principalmente porque la justicia en los tribunales
ordinarios es lenta.
Para los efectos de recurrir al arbitraje, pueden acordarlo las partes o señalarlo la ley en materias de
arbitraje forzoso u obligatorio (caso en el cual la justicia ordinaria carece de competencia). El tribunal
natural por excelencia es el tribunal ordinario, y la excepción es el conocimiento de determinados
asuntos a tribunales especiales, y muy especialmente a arbitraje.
El tribunal arbitral nunca está constituido anticipadamente, podrá estar designado el árbitro, pero esto
no significa que esté constituido.
El primer paso en la constitución del tribunal, lo primero es el nombramiento del árbitro. Esto puede
hacerse por acuerdo de las partes (debe constar por escrito) o por la autoridad judicial en subsidio
115
cuando no hay acuerdo, para la resolución de un asunto contencioso (para tramitar un juicio o
contienda entre partes).
Si las partes no están de acuerdo en el nombramiento, este lo hace el juez letrado competente. Para lo
que se celebra una audiencia en que se cita a todos los interesados (al que puedan o no concurrir todas),
en esta audiencia puede haber o no acuerdo. Cuando no hay acuerdo lo determinará el juez, esto
cuando no concurren todos, o cuando concurriendo no todos prestan conformidad. El nombramiento
que hace el juez es mediante el procedimiento para nombramiento de peritos del 414.
Artículo 414
Para proceder al nombramiento de peritos, el tribunal citará a las partes a una audiencia, que tendrá
lugar con sólo las que asistan y en la cual se fijará primeramente por acuerdo de las partes, o en su
defecto por el tribunal, el número de peritos que deban nombrarse, la calidad, aptitudes o títulos que
deban tener y el punto o puntos materia del informe.
Si las partes no se ponen de acuerdo sobre la designación de las personas, hará el nombramiento el
tribunal, no pudiendo recaer en tal caso en ninguna de las dos primeras personas que hayan sido
propuestas por cada parte.
La apelación que se deduzca en los casos del inciso 1° de este artículo no impedirá que se proceda a la
designación de los peritos de conformidad al inciso 2°.
Es importante determinar si los árbitros son de derecho, amigable componedor o mixto ya que
dependiendo de cuál se trate son distintas las reglas que debe cumplir.
Árbitros de derecho
Para calificar a un árbitro como de derecho hay tres condiciones que analizar:
a) Lo que dice relación con la tramitación del juicio ante este árbitro:
Esta tramitación debe ajustarse a las mismas reglas establecidas para los jueces ordinarios según la
naturaleza de la acción deducida. Esto significa que el árbitro de derecho puede aplicar los mismos
procedimientos que aplican los jueces ordinarios dependiendo la pretensión que se hace valer.
Por ejemplo, el árbitro de derecho podría aplicar el procedimiento ordinario de mayor, menor, mínima
cuantía; el procedimiento sumario, etcétera.
Artículo 628
Sin embargo, en los casos en que la ley lo permita, podrán concederse al árbitro de derecho las
facultades de arbitrador, en cuanto al procedimiento, y limitarse al pronunciamiento de la sentencia
116
definitiva la aplicación estricta de la ley. La tramitación se ajustará en tal caso a las reglas del párrafo
siguiente.
Por motivos de manifiesta conveniencia podrán los tribunales autorizar la concesión al árbitro de
derecho de las facultades de que trata el inciso anterior, aun cuando uno o más de los interesados en el
juicio sean incapaces.
Esto se refiere al cumplimiento de los requisitos formales de la sentencia, o sea la ley señala que la
sentencia que dicta un árbitro de derecho debe cumplir con los requisitos del artículo 170 del C.P.C.
La resolución sobre el fondo del asunto planteado ante el árbitro, debe fundarse en la ley y no en la
equidad.
Aquí debemos partir del supuesto que existe un tribunal arbitral. El tribunal arbitral está constituido
cuando existe un árbitro nombrado por las partes o mediante resolución judicial. Significa además que
el árbitro aceptó y juro desempeñar el cargo. También debe existir un ministro de fe nombrado por el
propio árbitro para que autorice todas sus resoluciones
Este juicio como hemos dicho, se tramitará dependiendo la naturaleza de la acción que se ha deducido
lo que a su vez se determina por la pretensión y por las normas de procedimiento legal que resulten
aplicables. Esto es sin perjuicios de que el C.P.C. establece algunas reglas particulares aplicables a
cualquiera que sea el procedimiento por el que se va a tramitar el juicio ante el árbitro de derecho
(artículos 628 a 635).
Dentro de los artículos 628 a 635 se establecen las reglas generales en el procedimiento arbitral, así por
ejemplo en materia de notificaciones se aplica el artículo 629 que señala que se harán personalmente o
por cédula salvo que las partes de forma unánime acuerden otra forma de notificación. Este acuerdo,
para modificar las notificaciones, tiene que ser unánime. Esta regla prevalece sobre las reglas del libro I
del C.P.C. relativas a las notificaciones.
Artículo 629
En los juicios arbitrales se harán las notificaciones personalmente o por cédula, salvo que las partes
unánimemente acuerden otra forma de notificación.
En lo referente al ministro de fe debemos aplicar el artículo 632, que señala que toda la substanciación
del procedimiento arbitral debe hacerla un ministro de fe nombrado por el propio árbitro.
Ministro de fe, son los ministros de fe legales, por ejemplo un notario. Aquí no queda entregado a
criterio del árbitro el nombramiento del ministro de fe. Si por cualquier razón en el lugar donde se sigue
el juicio no hay ministro de fe, el árbitro tiene que designar otra persona en calidad de actuario y este
será quien le autoricé las resoluciones. Por tanto, al ministro de fe se le requiere para todas las
actuaciones.
Artículo 632
117
Toda la substanciación de un juicio arbitral se hará ante un ministro de fe designado por el árbitro, sin
perjuicio de las implicancias o recusaciones que puedan las partes reclamar; y si está inhabilitado o no
hay ministro de fe en el lugar del juicio, ante una persona que, en calidad de actuario, designe el árbitro.
Cuando el árbitro deba practicar diligencia fuera del lugar en que se siga el compromiso, podrá intervenir
otro ministro de fe o un actuario designado en la forma que expresa el inciso anterior y que resida en el
lugar donde dichas diligencias han de practicarse.
En lo relativo a los testigos, la ley señala que el árbitro no podrá compeler, es decir, obligar a ningún
testigo a que concurra a declarar ante el.
No podrá el árbitro compeler a ningún testigo a que concurra a declarar ante él.
Señala el código que si algún testigo se niega a prestar la declaración se pedirá por conducto del árbitro
al tribunal ordinario correspondiente que practique la diligencia. Aquí es importante recordar que
cuando las partes se valen de la prueba testimonial se deben cumplir con algunas cargas procesales y
además que se debe pedir la citación judicial de los testigos, ya que estos pueden comparecer
voluntariamente a declarar con o sin citación, y no es lo mismo lo uno que lo otro, ya que el testigo que
ha sido citado judicialmente y no comparece, puede ser compelido. A contrario censu, si no es citado
judicialmente, no podrá ser compelido.
Si se hace necesario que presenten declaraciones testigos en otro territorio jurisdiccional, la diligencia
se puede cumplir mediante exhorto al tribunal ordinario correspondiente a ese lugar.
Artículo 634
Para el examen de testigos y para cualquiera otra diligencia fuera del lugar del juicio, se procederá en la
forma dispuesta por el inciso 2° del artículo precedente, dirigiéndose por el árbitro la comunicación que
corresponda al tribunal que deba entender en dichas diligencias.
Evidentemente las partes pueden designar uno o más árbitros para el conocimiento y resolución de un
mismo asunto. En cambio, si el árbitro es nombrado por el tribunal cuando no hay acuerdo entre las
partes, este sólo puede nombrar a uno.
a) Si los árbitros son dos o más, la ley dice claramente que todos ellos deben concurrir al
pronunciamiento de la sentencia y a cualquier acto de substanciación del juicio. Esto quiere decir que
todos los árbitros deben firmar las resoluciones judiciales que dicten y practicar las actuaciones, a
menos que las partes acuerden otra cosa. Por tanto, no obstante existir pluralidad de árbitros, las partes
podrían acordar una forma distinta de actuación. Esto trae como consecuencia que los árbitros, en estas
condiciones, podrían no ponerse de acuerdo.
Por tanto, el problema está en determinar, si existe o no acuerdo ente los árbitros. Si estos están de
acuerdo, no se genera ningún problema de manera que se dicta la resolución. El problema se produce
cuando el acuerdo no se produce, es decir cuando hay discordia. En el este último caso lo primero que
se debe determinar es si existe o no existe un tercer árbitro designado, ya que las partes podrían haber
designado a un tercer árbitro justamente para la solución de este problema. Si esta designado este
118
tercer árbitro, este es justamente el que en conjunto con los otros debe pronunciar la resolución, por
mayoría.
No poniéndose de acuerdo los árbitros, se reunirá con ellos el tercero, si lo hay, y la mayoría pronunciará
resolución.
No poniéndose de acuerdo los árbitros, se reunirá con ellos el tercero, si lo hay, y la mayoría pronunciará
resolución conforme a las normas relativas a los acuerdos de las Cortes de Apelaciones.
Ahora, si no existe este tercer árbitro designado, es decir no hay mayoría para dictar la resolución, se
debe determinar si la resolución que motiva la discordia es o no apelable. Si esta resolución, no fuere
apelable y se trata de un arbitraje voluntario, el compromiso queda sin efecto, ya que no se puede
seguir el juicio.
En el caso de que se trate de un arbitraje forzoso debe procederse a dictar nuevos árbitros, ya que al ser
forzoso recordemos que el asunto obviamente debe ser resuelto por árbitros por ende necesariamente
se deben nombrar otros.
Por su parte, si la resolución que motiva la discordia de los árbitros es apelable, cada opinión de estos
debe ser estimada como una resolución aparte y la causa del proceso debe ser elevada al tribunal
superior correspondiente para que resuelva este desacuerdo, como sea, de derecho.
Cuando pueda deducirse el recurso, cada opinión se estimará como resolución distinta, y se elevarán los
antecedentes al tribunal de alzada, para que resuelva como sea de derecho sobre el punto que haya
motivado el desacuerdo de los árbitros.
Sabemos si una resolución es apelable, principalmente por la naturaleza de la resolución y por lo que
diga la ley.
En esta materia debemos señalar que de las resoluciones pronunciada por árbitros de derecho, en
términos generales pueden ser impugnadas por los mismos recurso que pueden ser utilizados ante los
jueces de letras. Esto precisamente porque el árbitro está sometido a las mismas reglas de
procedimiento que los jueces ordinarios.
Aquí podemos decir que proceden todos los recursos ya estudiados, particularmente, los más
importantes que son el de apelación, casación en la forma, si el tribunal es arbitral de segunda instancia
119
procederá la casación en el fondo, el de aclaración, el de rectificación, el de reposición durante la
tramitación del juicio, etcétera.
El artículo 239 del C.O.T. señala que contra una sentencia arbitral se puede interponer el recurso de
apelación y de casación, a menos que las partes siendo mayores de edad y libre administradoras de sus
bienes hayan renunciado a estos recursos, sometiéndolos también a arbitraje en el documento de
compromiso o en un acto posterior. Por tanto, el conocimiento de los recursos en contra de la sentencia
puede ser sometido ante el conocimiento de un tribunal arbitral superior.
Contra una sentencia arbitral se pueden interponer los recursos de apelación y casación para ante el
tribunal que habría conocido de ellos si se hubieran interpuesto en juicio ordinario; a menos que las
partes, siendo mayores de edad y libres administradoras de sus bienes, hayan renunciado dichos
recursos, o sometiéndolos también a arbitraje en el instrumento del compromiso o en un acto posterior.
Sin embargo, el recurso de casación en el fondo no procederá en caso alguno contra las sentencias de los
arbitradores, y el de apelación sólo procederá contra dichas sentencias cuando las partes, en el
instrumento en que constituyen el compromiso, expresaren que se reservan dicho recurso para ante
otros árbitros del mismo carácter y designaren las personas que han de desempeñar este cargo.
En materia de recursos entonces, la novedad estaría dada por el tribunal superior que resulte
competente para conocer estos recursos. Ahora bien, recordemos que el recurso de casación en el
fondo, siempre va a ser de la exclusiva competencia de la corte suprema
Conforme al artículo 635 del C.P.C. hay que distinguir si se trata de la ejecución de la sentencia o de otro
tipo de resoluciones.
Artículo 635
Para la ejecución de la sentencia definitiva se podrá ocurrir al árbitro que la dictó, si no está vencido el
plazo porque fue nombrado, o al tribunal ordinario correspondiente, a elección del que pida su
cumplimiento.
El plazo por el cual son nombrados los árbitros, es el que establezcan las partes. Este puede ser máximo
de dos años contados desde que acepta su designación y jura.
Para saber si el plazo por el cual fue nombrado el árbitro está o no vencido, se debe tomar en cuenta si
este fue o no suspendido.
120
Si las partes no expresaren con qué calidad es nombrado el árbitro, se entiende que lo es con la de
árbitro de derecho.
Si faltare la expresión del lugar en que deba seguirse el juicio, se entenderá que lo es aquel en que se ha
celebrado el compromiso.
Si faltare la designación del tiempo, se entenderá que el árbitro debe evacuar su encargo en el término
de dos años contados desde su aceptación.
No obstante, si se hubiere pronunciado sentencia dentro de plazo, podrá ésta notificarse válidamente
aunque él se encontrare vencido, como asimismo, el árbitro estará facultado para dictar las providencias
pertinentes a los recursos que se interpusieren.
Si durante el arbitraje el árbitro debiere elevar los autos a un tribunal superior, o paralizar el
procedimiento por resolución de esos mismos tribunales, el plazo se entenderá suspendido mientras dure
el impedimento.
Según el artículo 635 hay dos tribunales competentes; el propio árbitro que dicta la resolución y el
tribunal ordinario correspondiente a elección de que pida su cumplimiento.
El artículo 635 tiene una excepción bastante importante en su inciso final, cuando establece que cuando
el cumplimiento de la resolución arbitral exija procedimientos de apremio o el empleo de otras medidas
compulsivas, o cuando haya de afectar a terceros que no sean partes del compromiso, deberá acudirse a
la justicia ordinaria.
Este inciso es interpretable, ya que se debe ver en cada caso si el incumplimiento de la resolución exige
o no medidas de apremio. Ahora, para evitar problemas lo más sano -cuando se pide la ejecución de una
sentencia arbitral- es recurrir a la justicia ordinaria a pedir el cumplimiento.
Artículos 636 y siguientes C.P.C. Estos árbitros están definidos en el artículo 223 del C.O.T.
El árbitro puede ser nombrado, o con la calidad de árbitro de derecho, o con la de árbitro arbitrador o
amigable componedor.
El árbitro de derecho fallará con arreglo a la ley y se someterá, tanto en la tramitación como en el
pronunciamiento de la sentencia definitiva, a las reglas establecidas para los jueces ordinarios, según la
naturaleza de la acción deducida.
Sin embargo, en los casos en que la ley lo permita, podrán concederse al árbitro de derecho facultades
de arbitrador, en cuanto al procedimiento, y limitarse al pronunciamiento de la sentencia definitiva la
aplicación estricta de la ley.
121
a) En cuanto al fondo del fallo, los árbitros arbitradores no fallan conforme a derecho sino conforme a
lo que su prudencia y equidad le dictaren.
b) En el aspecto formal del fallo, este también se rige por las reglas que las partes hayan señalado y, en
su defecto por las reglas que da el código en el artículo 640 del C.P.C. En consecuencia no se aplica el
artículo 170 del C.P.C. que establece los requisitos formales de la sentencia definitiva.
Artículo 640
La sentencia expresará, además, la fecha y el lugar en que se expide; llevará al pie la firma del
arbitrador, y será autorizada por un ministro de fe o por dos testigos en su defecto.
c) En cuanto al procedimiento de tramitación del juicio se aplican las reglas que hayan convenido las
partes y si nada dijeron se rige por las reglas de los artículos 636 y siguientes del C.P.C.
La primera posibilidad es que pueden aplicar las reglas de procedimiento que hayan convenido
libremente las partes en el acto constitutivo de compromiso.
Artículo 636
El arbitrador no está obligado a guardar en sus procedimientos y en su fallo otras reglas que las que las
partes hayan expresado en el acto constitutivo del compromiso.
Si las partes nada han dicho a este respecto, se observarán las reglas establecidas en los artículos que
siguen.
Este es de los pocos casos en que las partes, autorizadas por la ley, pueden otorgar reglas de
procedimiento a un tribunal.
Las reglas del artículo 636 y siguientes solo se aplican si las partes nada han convenido sobre la forma en
que se va a substanciar el juicio arbitral.
Este es el mismo procedimiento que podría aplicar un árbitro mixto, ya que recordemos que este es
mixto por que el fallo se ajusta a derecho pero no así la tramitación.
La particularidad de las reglas de los artículos 636 y siguientes es que la doctrina señala que estamos en
presencia de ciertas reglas de carácter general para estos árbitros, es decir, reglas en que el legislador le
da al árbitro las directrices por las cuales debe regirse en la tramitación del juicio. Por tanto, no hay un
procedimiento propiamente tal establecido, sino que ciertas ideas básicas generales para que puedan
desempeñarse mínimamente estos árbitros que no necesariamente son abogados.
122
Estas reglas, genéricamente, vienen a determinar los trámites básicos que debe tener un juicio que se
tramité ante árbitros arbitradores.
En cuanto a la existencia del ministro de fe del tribunal hay una diferencia con el árbitro de derecho
porque aquí la ley señala que el arbitrador practicara sólo o con asistencia de un ministro de fe, según lo
estime conveniente, los actos de substanciación del juicio. Esto va a depender entonces de lo que el
propio árbitro estime conveniente. En consecuencia aquí no hay obligación legal de designar un ministro
de fe que autorice las diligencias, lo cual si era obligatorio respecto de los árbitros de derecho.
La única excepción a esta regla está en el caso de la dictación de la sentencia definitiva puesto que esta
resolución judicial siempre debe ser autorizada por un ministro de fe o en su defecto por dos testigos de
actuación.
La sentencia expresará, además, la fecha y el lugar en que se expide; llevará al pie la firma del
arbitrador, y será autorizada por un ministro de fe o por dos testigos en su defecto.
Ahora, estas reglas básicas del procedimiento reguladas en los artículos 636 y siguientes son:
1º Primera regla:La primera regla básica de este procedimiento es que el arbitrador debe oír a los
interesados, ya sea en conjunto o por separado.
Esto significa que ambas partes tienen este derecho a hacer valer sus solicitudes o peticiones ante el
juez. Ahora, como los oye es problema del árbitro, ya que la ley solo da la regla.
2º Segunda regla: El árbitro arbitrador debe recibir y agregar al proceso los instrumentos que se le
presenten.
3º Tercera regla: El árbitro debe practicar todas las diligencias queestime necesariaspara el
conocimiento de los hechos. Esto queda entregado a su criterio ya que dice "estime necesarias". Con
esta frase se demuestra que este no es un procedimiento preestablecido.
Practicará las diligencias que estime necesarias para el conocimiento de los hechos, y dará su fallo en el
sentido que la prudencia y la equidad le dicten.
4º Cuarta regla: En el artículo 638 se establece, en cuanto a la recepción de la causa a prueba, que esto
también queda entregado al criterio del árbitro.
En el caso que se disponga este trámite o diligencia, rige la misma regla indicada respecto de los árbitros
de derecho en cuanto a la comparecencia de los testigos. En definitiva un árbitro no puede compeler a
un testigo a comparecer.
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5º Quinta regla: En virtud de esta regla el árbitro debe consignar por escrito todos los hechos que
ocurran ante él y cuyo testimonio le exijan los interesados si son necesarios para el fallo.
Respecto de esta sentencia rige, en lo formal, el artículo 640 del C.P.C. También en esta materia rige lo
establecido en el inciso 1º parte final del artículo 637.
Artículo 640
La sentencia expresará, además, la fecha y el lugar en que se expide; llevará al pie la firma del
arbitrador, y será autorizada por un ministro de fe o por dos testigos en su defecto.
El arbitrador oirá a los interesados; recibirá y agregará al proceso los instrumentos que le presenten;
practicará las diligencias que estime necesarias para el conocimiento de los hechos, y dará su fallo en el
sentido que la prudencia y la equidad le dicten.
I. Parte considerativa
En esta parte de la sentencia a se hace una enunciación de quienes son las partes y que alegaciones
hicieron. De manera entonces que si leemos esta parte, sabríamos de qué se trata el asunto.
Aquí hay una diferencia con el 170 del C.P.C ya que este exige consideraciones tanto de hechos como de
derechos y enunciación de leyes, y en su defecto los principios de equidad.
124
Decisión del asunto controvertido. Se señalara además la fecha y lugar en que se expide. También
llevara al pie la firma del arbitrado y será autorizada por un ministro de fe.
Conviene señalar que en estos juicios arbitrales ante árbitros arbitradores las partes, en virtud del
principio que las faculta para fijar el procedimiento, tienen la facultad de determinar cuáles son los
trámites esenciales.
Artículo 796
En los juicios de mayor cuantía seguidos ante arbitradores son trámites esenciales los que las partes
expresen en el acto constitutivo del compromiso, y, si nada han expresado acerca de esto, sólo los
comprendidos en los números 1° y 5° del artículo precedente.
Si nada han expresado las partes acerca de los trámites esenciales, estos solo serán los comprendidos en
los número 1º y 5º del artículo 795, es decir el emplazamiento de las partes y la agregación de los
instrumentos presentados oportunamente por las mismas.
Aquí hay una norma especial que es el artículo 642 y que marca algunas diferencias en materia de
apelación.
Artículo 642
Solo habrá lugar a la apelación de la sentencia del arbitrador cuando las partes, en el instrumento en
que constituyen el compromiso, expresen que se reservan dicho recurso para ante otros árbitros del
mismo carácter y designen las personas que han de desempeñar este cargo.
Debido al hecho de que esta disposición dice "solo” entendemos que el recurso de apelación en este
caso es restrictivo.
Este recurso de apelación exige un pacto de los propios interesados ya que la ley dice que "las partes
tienen que expresar que se reservan el recurso". A falta de acuerdo, no es competente la corte de
apelación, ya que la ley señala que sólo habrá lugar a la apelación cuando hay acuerdo.
Cabe indicar además que esta norma constituye una carga para los litigantes en materia de este recurso,
ya que indica que se debe determinar nominativamente los árbitros arbitradores que van a conocer del
recurso de apelación.
Respecto del recurso de casación en la forma, de acuerdo con las normas pertinentes del C.O.T.
específicamente el artículo 239 inciso 2º, entendemos que es procedente ante el tribunal ordinario que
corresponda si se hubiese interpuesto este recurso de casación en juicio ordinario. En otras palabras,
aquí si es competente la Corte de Apelaciones respectiva, sin perjuicios de que las partes también
podrían someter el conocimiento de recurso ante árbitros.
En cuanto a la casación en el fondo entendemos que contra un árbitro de primera instancia no procede
debido a la instancia. Ahora, pese a esto cabe señalar que este no procede jamás contra una sentencia
de árbitros, ya que este recurso es un recurso de derecho por lo que escapa del ámbito jurisdiccional del
arbitrador, es decir, el recurso de casación en el fondo no se aviene con los fundamentos de la sentencia
del arbitrador ya que esta nunca se fundará en derecho, por lo que entonces el arbitrador nunca podría
infringir la ley.
125
Esto queda muy claro por lo establecido en el artículo 777, el cual es categórico.
Artículo 777
Si el recurrente no franquea la remisión del proceso, podrá pedirse al tribunal que se le requiera para
ello, bajo apercibimiento de declararse no interpuesto el recurso.
Artículo 643
Artículo 635
Para la ejecución de la sentencia definitiva se podrá ocurrir al árbitro que la dictó, si no está vencido el
plazo porque fue nombrado, o al tribunal ordinario correspondiente, a elección del que pida su
cumplimiento.
Por tanto, si hay pluralidad de árbitros todos deben concurrir al pronunciamiento de la sentencia y a la
dictación de cualquier otra resolución relativa a la substanciación del juicio, salvo que las partes
acuerden otra cosa.
Si no se produce acuerdo hay que analizar si en el caso concreto hay o no un tercer árbitro designado. Si
este tercer arbitro existe, este concurre conjuntamente con los demás y se dicta la resolución por
mayoría. Ahora, si no hay tercero y hay discordia, hay que distinguir si la resolución es o no apelable. Si
es apelable se elevan los autos al superior para que resuelva y las opiniones de los árbitros se estiman
como separadas.
Árbitros mixtos
En cuanto a procedimiento se aplica lo establecido para los árbitros arbitradores y en cuanto al fallo se
rigen por las reglas de los árbitros de derecho. Por tanto, en materia de procedimiento las partes
pueden establecer los trámites de procedimiento en el acto constitutivo de compromiso, y en su defecto
se aplican las reglas del artículo 636 del C.P.C.
126
Actos judiciales no contenciosos
Los tribunales en este tipo de asuntos intervienen porque la ley así lo dispone en el artículo 2º del C.O.T,
sin perjuicio de que la facultad de los tribunales es ejercer jurisdicción la cual solo se ejerce en actos
donde existe contienda.
Estos actos judiciales no contenciosos en doctrina reciben distintas denominaciones, incluso se habla de
jurisdicción voluntaria. Esta denominación por mucho que se utilice no es aceptada en el sentido de que
aquí por una parte estos actos no son jurisdiccionales, ya que no se promueve contienda entre las partes
(817 C.OT) o, en otras palabras, aquí no hay conflicto jurídico que resolver. Por otro lado, esto de
voluntario no tiene nada puesto que la ley es la que establece que los tribunales deben intervenir una
vez que son requeridos por los interesados.
Respecto de estos actos jurídicos no contenciosos cabe señalar que es posible que los terceros afectado
por ellos deduzcan oposición, transformándose en este caso el negocio en contencioso.
El concepto legal de actos judiciales no contenciosos se encuentra señalado en el artículo 817 del C.P.C
Artículo 817
Son actos judiciales no contenciosos aquellos que según la ley requieren la intervención del juez y en
que no se promueve contienda alguna entre partes.
Conforme a esta disposición desprendemos que deben concurrir dos requisitos copulativos para que nos
encontremos frente a un acto judicial no contencioso;
Tratándose de los actos judiciales no contenciosos entonces los tribunales intervienen a solicitud del
interesado, ya que la ley requiere que el juez intervenga. A contrario censu, si no hay ley que exija la
intervención del tribunal en un acto no contencioso, el juez no puede intervenir.
En los asuntos contenciosos los tribunales deben intervenir para conocer y resolver un asunto, exista o
no exista ley (principio de la inexcusabilidad).
Esto significa que en estos asuntos no existe contradicción, es decir, no existe el principio de dualidad de
partes que es común a todo juicio.
En la medida que estas dos condiciones se cumplan, estaríamos en presencia de un acto judicial no
contencioso.
Cuando se dice que la ley es la que exige la intervención del juez, tiene que existir una norma legal
expresa que así lo disponga, con independencia de que esta normativa legal regule o no el
procedimiento del acto judicial no contencioso de que se trata.
127
Reglamentación
Estos actos judiciales no contenciosos se regulan en el libro IV del C.P.C, específicamente, en los
artículos 817 y siguientes, sin perjuicio de la reglamentación que puedan tener otros actos judiciales no
contenciosos en otras normas legales distintas al C.P.C (códigos o leyes especiales)
Este libro IV se divide en varios títulos. El título primero de este libro se denomina "Disposiciones
generales de los actos judiciales no contenciosos". Por su parte todos los otros títulos se dedican a
reglamentar ciertos actos judiciales no contenciosos, de manera que en este libro IV hay normas
generales y particulares.
Saber sobre la reglamentación de estos actos es importante justamente para la aplicación del
procedimiento, ya que en cuanto a normas procedimentales, estas son las que se deben aplicar en
virtud del principio de la especialidad y supletoriamente se aplicarán entonces las del C.P.C.
Esto sin perjuicio de que existe la posibilidad de que los terceros afectados se puedan oponer oposición
y si esta se acoge, el asunto se transforma en un asunto contencioso.
b) Ausencia de partes.
Respecto de los actos judiciales no contenciosos nosotros hablamos de interesados, solicitantes, entre
otros, pero no de partes, ya que aquí no hay confrontación o intereses opuestos.
c) En los actos judiciales no contenciosos no se produce el efecto de cosa juzgada a diferencia de lo que
ocurre en la jurisdicción. No se produce el efecto de cosa juzgada segun el profesor Romero porque no
existe la dualidad de partes y esta se debe analizar en base a 2 partes.
d) Las resoluciones, particularmente las sentencias que se dicten en estos procedimientos a que da
origen un acto judicial no contencioso, son esencialmente revocables por el mismo tribunal en la medida
que varíen las circunstancias y a solicitud del interesado.
e) En estos casos no existe un verdadero proceso, ya que el proceso es el medio idóneo para el ejercicio
de la jurisdicción.
Competencia
I) En primera instancia en cuanto a los factores de la competencia absoluta
a) Materia (más importante para atribuir competencia): son competentes para conocer de los actos
judiciales no contenciosos los juzgados de letras civiles y los juzgados de familia.
b) Cuantía: no se considera
c) Fuero: no se considera.
Artículo 827
128
En los asuntos no contenciosos no se tomará en consideración el fuero personal de los interesados para
establecer la competencia del tribunal.
De acuerdo a las reglas generales del C.O.T es juez competente el del domicilio del interesado. Ahora
bien existen tantas reglas excepcionales que al final esta regla general pasa a ser excepcional.
Si aplicando las reglas de competencia hay varios jueces en la comuna, le corresponde conocer del
asunto al juez de turno.
Es competente la corte de apelaciones respectiva, es decir, aquella que sea superior jerárquico del
tribunal que tiene competencia en primera instancia. Esto en virtud de la regla del grado.
Procedimiento
Aquí podemos señalar algunas reglas considerando las distintas disposiciones del C.P.C, ya que
recordemos que el código en esta materia tiene disposiciones generales y particulares.
Lo primero que se debe analizar caso a caso es si para la tramitación existen o no en la ley, ya sea en el
C.P.C o en otra ley, normas especiales. En el caso de que existan reglas especiales respecto de la
tramitación se deben aplicar estas. Por el contrario, si no existe una regulación especial respecto de la
tramitación aplicaremos las disposiciones comunes del título primero del libro IV del C.P.C.
Las normas especiales relativas a los actos judiciales no contenciosos se deben complementar con las
reglas del título I del libro IV. Esto sin perjuicio de que además corresponde complementar con las
disposiciones del libro I del C.P.C.
No se inician de oficio sino que a solicitud de él o los interesados. Esta solicitud tiene que ser escrita la
cual debe cumplir con:
- Los requisitos especiales o específicos de cada caso en particular, de acuerdo a lo que las normas
especiales exijan.
- Los requisitos de la ley 18.120 relativa a la comparecencia, ya que las cargas que establece esta ley
(patrocinio y mandato judicial) se aplican tanto a los asuntos contenciosos y no contenciosos, y que se
lleven adelante ante cualquier tribunal de la República.
Para estudiar la tramitación de la solicitud que se presenta al tribunal competente se deben analizar las
reglas antes señaladas:
i) Si existen reglas especiales, se deben aplicar la tramitación conforme a esa normativa especial.
ii) Si no existe normativa especial, para determinar la tramitación se debe ver en cada caso si la ley exige
que el tribunal proceda con o sin conocimiento de causa. Si la ley no exige conocimiento de causa, el
tribunal tiene que resolver de plano, es decir, con el solo mérito de la solicitud que se le presenta.
129
Artículo 824 inciso primero
En los negocios no contenciosos que no tengan señalada una tramitación especial en el presente Código,
procederá el tribunal de plano, si la ley no le ordena obrar con conocimiento de causa.
Por su parte, si la ley exige que el tribunal proceda con conocimiento de causa, para determinar la
tramitación hay que ver si el interesado acompaña o no antecedentes a su solicitud que suministre al
juez ese conocimiento de causa. Si no los acompaña o si los acompañados y estos son insuficientes para
proporcionar al juez el conocimiento de causa, la ley ordena que se deba rendir información sumaría, sin
perjuicio que la ley exija oír al respectivo defensor público.
Si la ley exige este conocimiento, y los antecedentes acompañados no lo suministran, mandará rendir
previamente información sumaria acerca de los hechos que legitimen la petición, y oirá después al
respectivo defensor público.
Ahora, si los antecedentes que hace valer el solicitante, proporcionan el conocimiento de causa al juez,
este queda en condiciones de resolver inmediatamente, sin perjuicio que la ley exija oír al respectivo
defensor público.
i)Informaciones sumarias
Artículo 818
Aunque los tribunales hayan de proceder en algunos de estos actos con conocimiento de causa, no es
necesario que se les suministre este conocimiento con las solemnidades ordinarias de las pruebas
judiciales.
Así, pueden acreditarse los hechos pertinentes por medio de informaciones sumarias.
Se entiende por información sumaria la prueba de cualquiera especie, rendida sin notificación ni
intervención de contradictor y sin previo señalamiento de término probatorio.
Las informaciones sumarias en definitiva constituyen el sistema que establece nuestro legislador para
suministrarle al juez el conocimiento necesario para poder resolver la petición.
La ley señala que no es necesario que se le suministre este conocimiento con las solemnidades
ordinarias de las pruebas judiciales.
Por tanto, los hechos pertinentes se pueden acreditar por medio de estas informaciones sumarias las
cuales, conforme al artículo 818 inciso final del C.P.C, son la prueba de cualquier especie rendida sin
notificación e intervención de contradictor, y sin previo señalamiento de término probatorio.
130
Si se trata de información sumaria de testigos le corresponde al receptor judicial recibir directamente
esta información, de acuerdo a la facultad que le da a estos el artículo 390 del C.O.T.
El profesor Maturana sostiene que la información sumaria tiene dos características relevantes:
a) Son actos procesales de prueba, ya que su finalidad es acreditar hechos. Además es un acto procesal
de prueba unilateral.
b) Es una prueba que no tiene señalada en la ley una oportunidad específica concreta para rendirla. Por
tanto, la información sumaria se puede rendir en cualquier etapa de esta tramitación voluntaria.
Sin perjuicio de la información sumaria que es de cargo del solicitante, el tribunal tiene facultades
oficiosas de acuerdo al artículo 820 para decretar las diligencias informativas que estime convenientes,
es decir, cuando al tribunal le parezcan necesarias.
Artículo 820
Articulo 819
Los tribunales en estos negocios apreciarán prudencialmente el mérito de las justificaciones y pruebas de
cualquiera clase que se produzcan.
La prueba conforme a esta disposición se debe apreciar prudencialmente. La doctrina entiende que se
aprecie prudencialmente se refiere a que se valorará conforme a la sana crítica.
Hoy día la doctrina procesal sostiene que hay dos formas de valorar la prueba; el sistema legal o tasado
y el sistema libre. El sistema de la sana crítica es un sistema de valoración libre.
El artículo 826 del C.P.C se refiere a la sentencia definitiva en estos negocios, pero la doctrina aquí
también tiene sus discrepancias con el texto de este artículo, porque si nos vamos a la definición de la
sentencia definitiva esta no es acorde, ya que esta habla de juicio y en este caso no hay juicio porque no
existen partes.
Articulo 826
Las sentencias definitivas en los negocios no contenciosos expresarán el nombre, profesión u oficio y
domicilio de los solicitantes, las peticiones deducidas y la resolución del tribunal. Cuando éste deba
proceder con conocimiento de causa, se establecerán además las razones que motiven la resolución.
131
Estas sentencias, como las que se expiden en las causas entre partes, se copiarán en el libro respectivo
que llevará el secretario del tribunal.
En todo caso, utilizando la nomenclatura del código, la resolución que se pronuncia sobre un acto
judicial no contencioso debe cumplir con los requisitos señalados en el artículo 826. Estos requisitos no
siempre son los mismos, ya que van a depender de si el tribunal ha debido proceder con o sin
conocimiento de causa de acuerdo al inciso primero de este artículo.
Estos son los requisitos que tiene cumplir la sentencia en todo aquellos casos en que la ley no ordene
proceder con conocimiento de causa, ya que como hemos dicho en estos casos basta la petición para
que el juez resuelva.
Ahora si la ley dice que el tribunal tiene que proceder con conocimiento de causa hay un cuarto
requisito, que va antes de la decisión y que consiste en señalar las razones que motiven la resolución. En
otras palabras, en este caso el tribunal debe fundamentar su decisión.
Esta "sentencia definitiva", debe notificarse legalmente. Su forma de notificación es discutida, ya que no
estamos en un juicio pero bien lo que ocurre en la práctica es que esta siempre se notificará
personalmente al mandatario judicial del solicitante o interesado en la secretaría del tribunal.
El artículo 822 del C.P.C por una parte establece que contra las resoluciones dictadas en estas gestiones
podrán entablarse los recursos de apelación y casación conforme a las reglas generales. Agregando que
los trámites para la apelación son los establecidos para los incidentes. Importante destacar que esto
último no significa que la apelación sea un incidente.
Artículo 822
Contra las resoluciones dictadas podrán entablarse los recursos de apelación y de casación, según las
reglas generales. Los trámites de la apelación serán los establecidos para los incidentes.
El articulo 821 por su parte contempla la posibilidad de utilizar otro sistema de impugnación a través de
un recurso que la doctrina dice que es típico y propio de los actos judiciales no contenciosos y que es el
“recurso de revocación o de modificación”.
Artículo 821
Pueden los tribunales, variando las circunstancias, y a solicitud del interesado, revocar o modificar las
resoluciones negativas que hayan dictado, sin sujeción a los términos y formas establecidos para los
asuntos contenciosos.
Podrán también en igual caso revocar o modificar las resoluciones afirmativas, con tal que esté aún
pendiente su ejecución.
132
La finalidad de este recurso de revocación o de modificación es obtener del mismo tribunal que dicta la
resolución, que la revoque o bien modifique. El único fundamento que tiene que tener este recurso es la
circunstancia de que hayan variado las circunstancias que motivaron la dictación de la resolución que se
va a impugnar.
Ahora, la ley en el artículo 821 hace una distinción entre las dos clases de resoluciones que se pueden
dictar en los asuntos no contenciosos que son por una parte las resoluciones negativas y por otro lado
las resoluciones afirmativas. Esto es importante determinarlo previamente para determinar la
procedencia del recurso:
a) Si se trata de las resoluciones negativas: resolución negativa es aquella que no da lugar o bien
desestima la solicitud del interesado. Esta resolución puede ser perfectamente revocada cuando varíen
las circunstancias. Por tanto, en este caso el recurso de revocación o modificación procede siempre y no
tiene plazo.
b) Si se trata de resoluciones afirmativas o positivas: estas resoluciones son aquellas que acceden a lo
solicitado por el interesado en esta gestión. También aquí es procedente el recurso de revocación o
modificación, de acuerdo al inciso segundo del artículo 821, cuando varían las circunstancias pero con la
diferencia de que aquí el recurso procede solamente en la medida de que la ejecución de la resolución
afirmativa se encuentre pendiente. Aquí tampoco hay plazo.
Respecto de este último caso, la doctrina entiende que el hecho de que este pendiente la ejecución
significa, desde un punto de vista práctico, que el solicitante aún no tiene la finalidad perseguida con la
gestión.
Respecto del titular de este recurso, es decir quién es la persona legitimada para deducir el recurso de
revocación o modificación, cabe señalar que solo puede ser el interesado en la gestión no contenciosa.
Por tanto, quedan fuera los terceros que incluso puedan verse perjudicados por dicha resolución
judicial. Estos terceros tienen otro sistema para hacer valer su derecho, puesto que la ley les concede la
oposición, sin perjuicio de que puedan deducir las acciones ordinarias a que haya lugar.
a) Por que únicamente se puede interponer en la medida que varíen las circunstancias que se tuvieron
en consideración inicialmente para dictar la resolución. Esto trae como consecuencia, aunque la ley no
lo dice, que el recurso debe ser fundado
d) Procede contra las resoluciones negativas y contra las afirmativas en la medida que la ejecución de
estas últimas este pendiente.
La doctrina sostiene que en la actualidad en este tipo de asuntos no se produce el efecto de cosa
juzgada, ya que la cosa juzgada es un atributo propio de las sentencias jurisdiccionales o dictadas en
asuntos que son jurisdiccionales. Por cuanto, tratándose de un juicio existen dos partes y la cosa juzgada
siempre tiene sentido utilizarla en la medida que existan estas dos partes, ya que es justamente una de
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las partes que la alega respecto de la otra. En los actos judiciales no contenciosos no hay partes de
manera que las resoluciones acá se pronuncian sin intervención de contradictor, por lo que no es
posible verificar posteriormente a la conclusión del procedimiento no contencioso, la triple identidad
legal. Además importante destacar que lo resuelto en sede no contenciosa es esencialmente revocable
por el mismo tribunal cuando varían las circunstancias.
En principio la resolución que falla un acto judicial no contencioso, no debería tener ninguna relevancia
respecto de la situación de los terceros, ya que estos no han tenido intervención en la gestión. Ahora
bien, la realidad es otra ya que hay muchos casos en que la sentencia que se dicta en un acto judicial no
contencioso puede llegar a afectar derechos de terceros aunque estos no hayan intervenido en la
gestión. Por tanto, si un tercero se ve afectado, tiene dos posibilidades para hacer valer sus derechos
ante los tribunales:
Artículo 823
Si a la solicitud presentada se hace oposición por legítimo contradictor, se hará contencioso el negocio y
se sujetará a los trámites del juicio que corresponda.
Si la oposición se hace por quien no tiene derecho, el tribunal, desestimándola de plano, dictará
resolución sobre el negocio principal.
Al tercero en este caso la ley le exige una determinada calidad para que su oposición pueda tener éxito y
es que debe tener la calidad de legitimo contradictor. Ahora, el C.P.C en estas reglas generales del título
I del libro IV no define que debe entenderse por legitimo contradictor de manera que esto ha sido
precisado por la doctrina y la jurisprudencia. Para poder determinar que una persona tiene la calidad de
legítimo contradictor, esta persona debe contar con una determinada calidad, condición o título que de
acuerdo con la ley sustantiva excluye en todo o parte los derechos invocados por el interesado. Lo antes
dicho significa además que este derecho tiene que ser un derecho sustantivo y no una mera expectativa.
El artículo 823 en su inciso segundo establece muy genéricamente que si la oposición se hace por quien
no tiene derecho, el tribunal debe desestimarla de plano.
En definitiva, el tercero debe tener un interés legítimo (reconocido por el ordenamiento jurídico) y
actual (que no se trate de una mera expectativa).
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·Una parte de la doctrina sostiene que solo podría oponerse atendido el tener literal del inciso segundo
del artículo 823 hasta antes de que se resulta el acto judicial no contencioso (“hasta antes de que se
dicte la sentencia definitiva en la gestión”).
·Otros por su parte señalan que se puede presentar la oposición en cualquier momento de la
tramitación e incluso después de dictada la sentencia definitiva, en la medida de que la ejecución de
esta última este pendiente. Dicho esto entonces, entendemos que el derecho precluye una vez que la
sentencia de encuentre firme y ejecutoriada.
El fundamento de esta última posición es que la finalidad que se persigue con la oposición es evitar de
perjuicios al tercero y estos perjuicios se le causan una vez que la resolución está cumplida
efectivamente. Esta última posición es la que ha sostenido mayoritariamente los tribunales.
Tramitación de la oposición
A este respecto nada dice el código. La jurisprudencia ha entendido que la oposición constituye un
incidente, de manera que es una cuestión accesoria de la cuestión principal que requiere de un
pronunciamiento especial del tribunal, por lo que se le deben aplicar las reglas de tramitación de los
incidentes ordinarios. Que se tramite incidentalmente significa frente a la oposición el tribunal conferirá
traslado al solicitante por un plazo de tres días para que este responda; dependiendo lo que responda el
solicitante, se podrá o no recibir a prueba a prueba la incidencia; y luego se fallara.
El escrito de oposición, pese a que la ley nada dice tiene que cumplir con los requisitos comunes a todo
escrito y más que nada en este debe quedar claro que el tercero se está oponiendo. Además se debe
establecer el patrocinio y mandato judicial (cargas de comparecencia).
Fallo de la oposición
Como en todo fallo el tribunal, en relación a la oposición, puede acogerla o rechazarla. Si se rechaza la
oposición significa que el tercero no tenía la calidad de legítimo contradictor. Una vez que queda
ejecutoriada esta resolución que rechaza la oposición, si la oposición se formuló durante la tramitación
de este asunto no contencioso, la tramitación debe seguir adelante, según el estado en que quedó
suspendida. Ahora si la oposición se formuló después de dictada la resolución que resuelve la gestión no
contenciosa, se debe proceder al cumplimiento de lo resuelto.
Por su parte, si el tribunal acepta la oposición de un tercero, significa que se está reconociendo que este
era efectivamente un legítimo contradictor del interesado. En este caso tiene aplicación entonces lo
dispuesto en el inciso primero del artículo 823 del C.P.C.
Articulo 823
Si a la solicitud presentada se hace oposición por legítimo contradictor, se hará contencioso el negocio y
se sujetará a los trámites del juicio que corresponda.
Si la oposición se hace por quien no tiene derecho, el tribunal, desestimándola de plano, dictará
resolución sobre el negocio principal.
La ley señala que en este caso "se hará contencioso el negocio y se sujetará a los trámites del juicio que
corresponda". Aquí entonces debemos determinar cuál es el significado de esta frase legal.
Antes de determinar el sentido de dicha frase debemos señalar que en el fallo que dicta el tribunal
acogiendo la oposición haciéndose el negocio contencioso, este no debe hacer otras calificaciones
respecto al conflicto que se genera, ya que la ley no le confiere competencia para eso. Tampoco
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corresponde que el tribunal determine o se refiera al futuro procedimiento por el cual se va a regir el
juicio correspondiente.
Análisis frase "se hará contencioso el negocio y que este se sujetara a los trámites del juicio que
corresponda" del artículo 823 inciso primero
En esta materia hay distintas opiniones de la doctrina y de la jurisprudencia, ya que aquí el problema era
determinar cómo se inicia este nuevo juicio, ya que existe una transformación de un asunto no
contencioso a otro contencioso.
· Primera opinión: Una parte de la doctrina sostenía que debía considerarse como demanda de este
nuevo juicio la solicitud inicial del interesado en la gestión no contenciosa, y debía tenerse como
contestación de esta la oposición formulada por el tercero.
· Segunda opinión: Para otros debería ser considerada como demanda la oposición del tercero y ahí el
juicio continúa con los trámites que corresponda debiendo contestar la otra parte.
· Tercera opinión (La que sigue la jurisprudencia): Otros señalan que no se debe aplicar ninguna de las
reglas antes señaladas, ya que el código nada dice y porque lo jurídico es que si el negocio se hace
contencioso se debe iniciar un juicio y todo juicio se inicia por demanda nueva que se debe presentar al
tribunal competente. Por tanto no se puede equiparar una solicitud presentada en un acto judicial no
contencioso con un escrito de demanda, ya que no tienen nada que ver en cuanto a lo formal y a las
peticiones.
La nueva demanda la puede presentar cualquiera de las dos partes, es decir, tanto el tercero que se
opuso a la gestión como el solicitante inicial de la gestión. La demanda entonces la presentará el
primero que deduzca la acción y, deduce primero la acción quien tiene interés en que su derecho se le
conozca lo antes posible.
Como conclusión entonces entendemos que la intervención en la gestión no contenciosa, tanto del
solicitante como del tercero, no determinan una condición procesal para el juicio futuro, en cuanto ser
necesariamente demandante y demandado.
En lo que dice relación al procedimiento la ley es clara, en el sentido de que no hay un procedimiento
único preestablecido para este nuevo juicio por lo que este se tramita conforme a las reglas generales
que correspondan atendiendo a la naturaleza de la pretensión deducida (juicio ordinario, sumario o
especial).
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