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2.

Fundamentos teóricos
Varias veces se ha señalado que la psicología social es una disciplina con una historia corta,
pero con un pasado largo (Ver Allport, 1985; Farr 1996; Graumann, 1996; Jones, 1988). La
historia corta esta frecuentemente relacionada a un experimento temprano realizado por
Triplett (1898) mostrando que los ciclistas pedaleaban más rápido cuando estaban en público
que cuando iban solos; el largo pasado se relaciona con el pensamiento de los antiguos
filósofos griegos. De cualquier manera, el enfoque siempre ha estado en cómo las personas
le dan sentido al mundo. Esta es también una característica que define la cognición social-
entender como las personas entienden por ellos(as) mismos(as), los mundos (físicos, sociales,
ambientales) a su alrededor, y su relación con aquellos mundos. Entender el mundo es una
temática central a lo largo de este libro y las diferentes perspectivas contenidas en el mismo,
como lo son la identidad social, representaciones sociales y perspectivas discursivas que se
desprenden de la amplia categoría de la cognición social. Sin embargo, esta categoría amplia
falla en diferenciarse de lo que comúnmente se refiere a cognición social desde esas otras
perspectivas, y falla en capturar importantes diferencias meta-teóricas entre ellas. El objetivo
de este capítulo por lo tanto es poner al descubierto el núcleo definitorio de cada una de estas
aproximaciones de tal forma que puedan informar nuestra comprensión de temáticas
centrales de la psicología social como lo son: percepción social, actitudes, atribuciones, ser
e identidad, prejuicio e ideología.

Introducción a los modelos de cognición social


No fue sino hasta los años 70s que la psicología social empezó a usar la etiqueta “cognición
social”. Ahora es la aproximación teórica dominante dentro de la psicología social,
específicamente en los Estados Unidos. Investigación y teoría sobre cognición social fluye
de trabajos anteriores acerca de la percepción, atribución y actitudes de la persona. Se basa
en gran medida en los métodos y conceptos de la psicología cognitiva. La ‘Cognición Social’
es ahora una categoría proporcionada a los libros de texto (como este), revistas, unidades en
cursos de psicología, manuales, etc. Marcando una progresión en el área tanto como una
perspectiva. En muchas maneras, la cognición social se ha convertido sin duda en soberana
de la psicología social (Ostrom, 1994). [15]
¿Qué es la cognición social?
Existen varias maneras de intentar definir la cognición social- Thomas Ostrom (1994) estimo
que existían más de 100, y que la figura sin dudas ha incrementado considerablemente en los
años posteriores. Es probablemente imposible encontrar una definición en una simple frase
que pudiera capturar todo lo que es contenido dentro de la categoría de ‘Cognición Social’ o
que pudiera satisfacer a todos los investigadores que aplican la categoría para ellos mismos.
Sin embargo, Ostrom (1994, p. IX) sugiere lo siguiente:

En el corazón de la cognición social, es la orientación conceptual la que ha emergido


desde la perspectiva de procesamiento de información en la psicología cognitiva, una
perspectiva que recientemente se ha expandido para incluir a la ciencia cognitiva. La
aproximación de la cognición social está basada en la convicción de que los
constructos relevantes para la representación y procesos cognitivos son
fundamentales para entender todas las respuestas humanas, sin importar si estas
respuestas son sociales o no-sociales por naturaleza. Psicólogos cognitivos han
aplicado estos conceptos al análisis de un rango amplio de fenómenos, como lo son
la comprensión de textos, recuerdos, reconocimiento, clasificación, razonamiento,
visión y audición. Investigadores en cognición social comparten esta perspectiva
teórica, con la sola diferencia en el fenómeno a ser comprendido.

La definición de Ostrom contenida en este párrafo es un ejemplar de muchas definiciones


parecidas (ej. Fiske, 2004, pp 127-128; Fiske & Taylor, 1991, p.14; Hamilton, Devine y
Ostrom, 1994, pp 2-5; ; Leyens & Dardenne, 1996, p.111) y la virtud añadida de señalar de
mala manera los lazos cercanos entre cognición social y psicología cognitiva, la premisa de
que la cognición social es subyacente a todos los fenómenos humanos y que la sola diferencia
entre la psicología cognitiva y la cognición social está en el fenómeno estudiado. No todos
los investigadores en cognición están de acuerdo completamente con esta perspectiva,
especialmente con el último punto, pero al menos la problemática principal ha sido develada.

Aceptemos entonces, que la cognición social es una aproximación o una perspectiva, no una
teoría per-se y que se desprende de manera clara de los métodos y conceptos de la psicología
cognitiva. ¿Qué la hace social? ¿Para qué necesitamos este adjetivo en sí? La definición de
Ostrom expuesta anteriormente simplemente señala sin elaboración que la cognición social
y la psicología cognitiva difieren solamente en el fenómeno a ser estudiado, Necesitamos
elaborar más claramente que tiene de ‘social’ la cognición social.

¿Qué es tan ‘social’ acerca de la cognición social?


Susan Fiske and Shelley Taylor (1991, 2008) argumentan que la investigación en cognición
social aborda importantes cuestiones sociales y problemas sociales reales como los
estereotipos, el prejuicio y las relaciones inter-grupales. Pero esto sigue dejando poco claro
el asunto de importancia fundamental de si estos problemas reales pueden ser reducidos a o
comprendidos en su totalidad [16] en términos de psicología cognitiva. Ellos también
describen la cognición social como descaradamente mentalista y fundamentalmente
preocupada por los procesos cognitivos (Fiske & Taylor, 2010). Por lo tanto, como una
perspectiva, descansa en la suposición tacita de que problemas de la vida real pueden ser
comprendidos como procesos básicos, individualistas, cognitivos y mentalistas: estos
procesos cognitivos están vistos, por lo tanto, como los bloques de construcción que ayudan
a comprender problemáticas de la vida real.

Fiske y Taylor elaboran más profundamente las maneras en las cuales la cognición social es
social. Empezando por la aparente “trillada” observación- que rápidamente se convierte en
algo para nada obvio o “trillado”- de que “las personas no son cosas”. Fiske y Taylor (2010,
pp. 16-17) enumera nueve “importantes diferencias entre las personas y las cosas”. Podemos
añadir a esta lista características ofrecidas por otros investigadores (ej. Leyens & Dardenne,
1996), substrayendo algunos puntos por superposición, sugiere los siguientes puntos como
críticos significados sociales en la cognición social:

 Las personas intencionalmente influencian su ambiente


 Las personas, como objetos de percepción, perciben de vuelta (la cognición social
es mutua cognición) y la percepción conjunta es negociada.
 La cognición social implica el “yo” como sujeto, así como objeto.
 Los objetos sociales pueden cambiar siendo el objetivo de la cognición
 La precisión o veracidad de las cogniciones acerca de las personas es más difícil o
imposible de evaluar que para objetos no-sociales.
 Cognición social involucra explicación social.
 La cognición social es compartida.

Cada uno de los puntos en esta lista de las maneras en que las personas no son cosas es
indudablemente importante. Pero no es claro si más allá de la afirmación de que la cognición
social, como perspectiva, es “descaradamente mentalista” y de que se sustenta en los métodos
y conceptos de la psicología cognitiva, pueden proveer un entendimiento adecuado del
fenómeno ´social´. No es del todo claro que la intencionalidad o percepción recíproca, por
ejemplo, pueden ser reducidas a procesos mentales. En cambio, puede argumentarse,
especialmente por otras perspectivas cubiertas en este libro, que una comprensión completa
de este fenómeno ( y de hecho, todo los fenómenos de interés de la cognición social) requiere
una aproximación que es no-reduccionista. Esta visión, sin embargo, no implica que la
investigación en cognición social esta “mal” o que valga menos. En cambio, indica un
diferente significado de la investigación en cognición social.

Un estudio prototípico
Antes de detallar los principios de la investigación en cognición social describimos dos
estudios de Macrae, Milne o Bodenhausen (1994) que son prototípicos de la investigación en
esta tradición. Estos estudios sirven como buenos ejemplares de los principios subyacentes
que definen este trabajo. Los estudios fueron designados a examinar los procesos cognitivos
implicados en [17] estereotipacion, y si, como es comúnmente reclamado, pensar
‘estereotípicamente’ libera recursos cognitivos para otras tareas que de otra manera tendrían
que ser utilizados procesando información acerca de objetos del estereotipo en un proceso de
“parte por parte”. Específicamente, aquellos estudios fueron designados para evaluar la
suposición de larga data de que los estereotipos son esencialmente dispositivos de “ahorro de
energía”. (Capítulos 3 y 7 consideran estos procesos de manera más completa).

En este experimento, Macrae et al. (1994) uso un paradigma de tarea doble para obtener que
sus participantes desarrollen la impresión de bastantes personas objetivos en términos de
rasgos presentadas en la pantalla de un computador mientras realizaban otras tareas que no
estaban relacionadas (escuchando un pasaje de prosa reproducido en una grabadora). A los
participantes se les dijo que después de las ´tareas´ se les preguntaría acerca de las
impresiones que se habían formado, así como de la prosa que habían escuchado. El pasaje en
prosa consistía en una serie de datos acerca de la economía y geografía de Indonesia, un tema
sobre el que los estudiantes galeses no sabían nada. La tarea sobre impresión de la persona
consistía en el nombre de la persona-objetivo siendo presentado en la parte superior de la
pantalla, con una palabra sobre un rasgo presentada en la parte inferior de la pantalla. Había
cuatro personas-objetivo y cada una fue descrita a lo largo del experimento por adjetivos.
Para la mitad de los participantes, la persona-objetivo fue también presentada con una
etiqueta o categoría (como doctor, artista, skinhead o agente del estado). Por cada persona-
objetivo, la mitad de los diez adjetivos fueron estereotipo-consistentes (por ejemplo,
cuidadoso, honesto, confiable, recto y responsable para el doctor y rebelde, agresivo,
deshonesto y poco confiable y peligroso para el skinhead).

El primer resultado para denotar de este estudio es que aquellos participantes a los que se les
pusieron las etiquetas de categoría para las personas-objetivo subsecuentemente recordada
dos veces como muchos adjetivos estereotípicamente consistentes como hicieron los
participantes a los que no se les proporciono con las etiquetas, sin embargo, los dos grupos
de participantes no difirieron en su habilidad para recordad los adjetivos estereotípicamente
neutros. Esto es un indicativo de que los estereotipos fueron funcionales esquemáticamente
facilitando ya sea una codificación el recuerdo de información estereotípicamente
consistente.

El segundo resultado muestra que aquellos participantes proporcionados con, y


presumiblemente usando, una etiqueta de estereotipo recordó más datos acerca de la
geografía de Indonesia y su economía que quienes no fueron proveídos con esta etiqueta. Por
lo tanto, el estereotipo aparentemente funcionó para liberar algunas de los recursos
cognitivas, de forma tal que tuviera más atención a la segunda tarea que fue simultáneamente
experimental.

En un segundo experimento, Macrae et al. Repitió el procedimiento del primer experimento,


pero presento las etiquetas a los participantes de una manera subliminal. Esto fue alcanzado
al mostrar la etiqueta por 30 milisegundos (ms) y después enmascarando la etiqueta con un
estímulo neutral. El efecto de la etiqueta de estereotipo seguía siendo aparente, aunque los
participantes no tuvieran un acceso consciente a la misma. Los participantes en presencia del
estereotipo recordaron más de los rasgos objetivo de lo que lo hicieron los participantes en
ausencia del estereotipo y ellos recordaron más información acerca de Indonesia. Por lo tanto,
las consecuencias esquemáticas de la activación de estereotipos – facilitaron la codificación
y el [18] recuerdo de información acerca de la persona objetivo y la liberación de recursos
de atención para desarrollar en otras tareas - no dependen de la alerta consciente de la etiqueta
del estereotipo.

Usando estos dos experimentos como ejemplares de la tradición de la cognición social,


podemos delinear los principios fundamentales que definen esta aproximación para

Libro de texto 2.1


Cognición implícita
La idea de actitudes implícitas ha recibido una gran parte de la atención de la investigación en
psicología social en los últimos años. Cuando aquellas actitudes están direccionadas hacia
grupos sociales, se convierten en lo que se conoce como ´prejuicio’ (ver más en el cap.7). Las
actitudes pueden ser evaluadas a través de simples tareas computarizadas. Puedes evaluar tus
propias actitudes implícitas hacia una variedad de categorizaciones sociales basadas en
género, raza, edad, etnicidad, religión, peso, sexualidad e incluso candidatos presidenciales en
Estados Unidos, visitando el siguiente link: https://implicit.harvard.edu/edu/implicit/
Sométete a una o más de las tareas computarizadas honesta y fervientemente. Al completar
cada una de estas tareas, se te proporcionará una puntuación y una posición indicada dentro
un rango típico de puntuaciones. Considera si aceptas que la puntuación que se te dio refleja
lo que tú piensas que son tus ‘actitudes’ hacia una categoría social en cuestión. ¿Si no, esta
discrepancia indica algo acerca de cómo te entiendes a ti mismo (o no), o acerca de qué tan
bien las tareas computarizadas evaluaron tu actitud? ¿Cómo puede ser explicada
teóricamente esta discrepancia?

profundizar nuestra comprensión de problemas de la vida real.

Principios fundamentales de la cognición social


Experimentación
Como es plenamente evidente en el estudio de Mecrae et al (1994) expuesto anteriormente,
un compromiso con la experimentación como método de investigación de rigor es un
principio definitorio de la cognición social. Comúnmente las fuentes de experimentación
desarrolladas en cognición social se basan en la presentación controlada de estímulos a
participantes vía computador y muchas veces por un tiempo tan breve que los participantes
no pueden estar “conscientes” del mismo, de tal manera que puedan observar los efectos de
estos estímulos en las ´respuestas´ de los participantes. Estos efectos son comúnmente juicios
hechos acerca de otros estímulos, o sobre el tiempo tomado para hacer un juicio de este tipo.
La experimentación es [19] un punto significante de diferencia, así como una similitud entre
la tradición de la cognición social y las otras tres tradiciones: Investigaciones acerca de
identidad social muchas veces, pero ciertamente no siempre, usan la experimentación, pero
en un estilo diferente; las investigaciones sobre representaciones sociales algunas veces usan
la experimentación, pero usualmente en combinación con otros métodos; y la
experimentación es un anatema para muchos investigadores de la psicología discursiva.

Constructivismo y realismo
La visión ingenua de la percepción, de cómo cada uno aprehendemos el mundo que nos
rodea, es que nuestros sentidos detectan información en el mundo, que esa información es
transferida verídicamente hacia nuestra conciencia y que todo este proceso es de alguna
manera pasivo, verosímil y realista. Esta visión podría ser descrita como un “realismo
ingenuo”. La visión de la cognición dentro del paradigma cognitivo social es que este es
activo, no pasivo y constructivo no verídico. De hecho, el constructivismo es muchas veces
aclamado como una de las características definitorias del paradigma cognitivo (ej. Ross &
Nisbett, 1991). Existen incontables ejemplos - incluyendo casi todas las investigaciones que
describimos en este libro- de como la percepción y la cognición son constructivistas.

Aunque la cognición social descansa en una premisa constructivista al construir modelos de


percepción humana, también descansa en la premisa realista que apuntala la mayoría de
modelos de psicología como ‘ciencia´. En otras palabras, en términos de construir teorías de
como la cognición social opera, los investigadores cognitivos sociales se esfuerzan en
descubrir a través de la sistemática y experimental investigación de los procesos cognitivos.
Paradójica e implícitamente, los investigadores en cognición social, se eximen a ellos mismos
y sus teorías de los principios constructivistas que aplican a los sujetos de sus investigaciones
y teorizaciones. El significado completo de esto se volverá más aparente más adelante en el
capítulo, cuando consideramos visiones alternativas (especialmente las representaciones
sociales y las perspectivas discursivas de la psicología) las cuales son explícitamente
constructivistas no solo en como ellos ven la cognición social per se, pero también en como
ellos ven sus propios métodos y teorías.

Cognitivismo perceptivo
Fuertemente relacionado con las suposiciones naive-realistas en el apuntalamiento de
modelos de cognición social es una meta-teoría perceptiva-cognitiva. En el núcleo del
cognitivismo perceptivo esta la visión de que la ‘realidad’ está directamente percibida por
nuestros sentidos y que este input esta por lo tanto subsecuentemente trabajado sobre
procesos cognitivos computacionales en la mente. Fundamentalmente, estos procesos
internos computacionales producen salidas en la forma de representaciones mentales las
cuales están guardadas en la mente como ‘plantillas’ que pueden ser usados para entender y
darle sentido al mundo. Esta meta-teoría perceptiva cognitivista, por lo tanto, ha hecho
necesario el postular la existencia de constructos internos cognitivos, como lo son
‘categorías’, esquemas, actitudes, atribuciones y estereotipos, acerca de todos los cuales
fueron ‘hipoteizados’, para representar para representar aspectos particulares de la realidad
y experiencia psicológica.

Representaciones mentales
La noción de representaciones mentales es por lo tanto un principio central de los modelos
de cognición social. Categorías, esquemas, actitudes, atribuciones, identidades y estereotipos
fueron teorizados como [20] estructuras mentales que organizan nuestro conocimiento,
evaluaciones y expectativas, acerca objetos particulares sociales en el mundo. Estas
representaciones mentales del mundo son aprendidas y desarrolladas a lo largo del tiempo a
través de nuestra percepción y experiencia directa e indirecta. Estas representaciones nos
permiten interactuar con el mundo sin tener que tratar cada objeto individualmente. Estas
‘plantillas’ mentales ayudan a guiar lo que atendemos y lo que ignoramos, como codificamos
información y experiencia en la memoria, lo que recordamos y lo que inferimos y como nos
sentimos en respuesta a situaciones e interacciones específicas. La categorización es un
proceso critico dentro de los modelos cognitivo-sociales: como categorizamos un estímulo
particular-como lo representamos cognitivamente en nuestra mente- le damos forma a
nuestras actitudes, atribuciones y comportamiento hacia el objeto.

Operaciones inconscientes
Aunque la idea de los procesos mentales inconscientes ha desaparecido a gran escala de la
psicología, al menos en parte debido a la fuerte reacción en contra del ‘psico-dinamismo
Freudiano’, permanece como una parte la orientación social cognitiva. ‘Inconsciente’, sin
embargo, no tiene el mismo significado en cognición social que tienen en la teoría
psicodinámica.

Los investigadores sociales cognitivos han demostrado operaciones inconscientes in varias y


diferentes maneras. La primera se capitaliza en la lógica de la experimentación. Es un asunto
simple diseñar un experimento en el cual in grupo de personas es expuesto hacia un estímulo
ambiental particular – alto ruido afuera del laboratorio, por ejemplo- y otro grupo no lo es y
para mostrar que el grupo experimental se comportó de manera diferente al grupo de control,
incluso cuando el ruido extraño no figura en las explicaciones dadas por las personas en el
grupo experimental para su comportamiento. (e.g. Nisbett & Wilson, 1977).

Una segunda manera en la cual las investigaciones socio-cognitivas demuestran operaciones


inconscientes es a través de la percepción subliminal. El segundo estudio de Macrae et al
(1994) es un buen ejemplo. Recordando que los participantes tenían que formar una
impresión de personas-objetivo mientras desarrollaban una tarea demandante. Cuando una
etiqueta de categoría fue proveída para la persona-objetivo, los participantes se
desempeñaron mejor en las tareas demandantes y recordaron más material estereotípicamente
relevante acerca de la persona-objetivo. De manera importante, este efecto fue obtenido
incluso cuando la categoría fue presentada por solo 30 milisegundos., lo cual es tan breve
que los participantes no podían haber estado conscientes de su presciencia- esto es, la etiqueta
de categoría influenció operaciones cognitivas inconscientemente.
Una manera final en la cual la investigación socio-cognitiva emplea operaciones
inconscientes es a través del concepto de automaticidad. Un proceso cognitivo o efecto es
considerado como automático si satisface uno de varios criterios (Bargh, 1984, 1989; Hasher
& Zacks, 1979; Schenider & Shiffrin, 1977). No debe requerir intensión consciente, atención
o esfuerzo; o debe ser resistente a la manipulación intencional; o debe ocurrir más allá de
cualquier tipo de conciencia. Los procesos automáticos y sus efectos suceden rápidamente y
no usan el procesamiento de capacidad cognitiva. Si un proceso o efecto o efecto dalla en
satisfacer estos criterios, se dice que es controlado. Los procesos controlados son
susceptibles a la intervención consciente, requieren esfuerzo cognitivo y son dóciles a la
conciencia. Una vez más podemos utilizar el estudio de Macrae et al. (1994) para [21]
demostrar un efecto automático.

El desempeño de los participantes en las dos exigentes tareas que enfrentaron fue ayudado
por la presentación de una categoría de etiqueta. Ya sea que ellos estén conscientes de la
etiqueta o no, sus efectos en los recuerdos subsecuentes de información acerca de la persona-
objetivo y acerca de la economía y geografía de Indonesia era automática. No requirió
intervención consciente, atención o esfuerzo. Los efectos de la etiqueta en procesos
cognitivos fueron más allá de la conciencia. Y los efectos de la etiqueta de categoría no
requirieron capacidad de procesamiento cognitiva-de hecho, la etiqueta libero capacidad.
Esta es una linda demostración de principio cognitivo en la percepción social, en el cual los
receptores confían en limitadas y esquemáticas representaciones como lo son los estereotipos
en orden de procesar información rápidamente y sin mucha deliberación. Veremos en el
Capítulo 3, de hecho, que una etiqueta de categoría no produce un efecto automático. En
cambio, la automaticidad es condicional y sujeta a los objetivos de la persona en la
interacción. En estas circunstancias, el receptor social es un metódico motivado más que un
tacaño cognitivo.

Modelos metafóricos
Como es evidente y por lo tanto lejos, la investigación socio-cognitivo ha adoptado un
numero de metamorfosis a lo largo de los años para entender como las personas perciben y
le dan sentido al mundo. Una dominante y subyacente metamorfosis que apuntalan los
modelos de cognición social es el de la persona como procesador de información. Este
modelo de procesamiento de información del receptor floreció, por supuesto, con el
advenimiento de las computadoras. El proceso cognitivo ha sido comparado con las formas
en las que los computadores reciben, reconocen y almacenan y programan la información.
Otra metáfora que ha sido invocada es aquella sobre la persona como científico ingenuo
(Fiske & Taylor, 1984). Dentro de esta perspectiva, las personas intentan dar sentido al
mundo a su alrededor de la misma manera que lo hacen los científicos, observando
sistemáticas variaciones en la relación entre condiciones antecedentes y comportamientos
consecuentes y haciendo inferencias acerca de la naturaleza de las personas involucradas en
la interacción. Esta metáfora subyace mucho de la teoria de la atribución (Ver Cap. 5) y de
nuevo es agradablemente representada en la caricatura de Leunig en el capítulo 1.

Una tercera metáfora, continuando desde la del científico ingenuo y reconociendo que las
personas a menudo fallan al pensar o actuar en un sentido racional supuestamente usado por
los científicos, es la del tacaño cognitivo (Fiske & Taylor, 1991). Esta perspectiva contiene
que pensar científicamente es enormemente agotador y que si las personas pensaran de esta
manera se verían rápidamente abrumados por el exceso, confusión y complejidad del
estímulo social al que se está atendiendo. En lugar de prestar atención a todos los estímulos
que los bombardean constantemente, las personas ignoran mucha información, hacen rápidas
inferencias acerca de la información, ´cortan´ el estímulo en categorías discretas y luego
piensan en términos de categorías en lugar de parte por parte y generalmente toman cualquier
atajo cognitivo que puedan encontrar para reducir la enormidad de las tareas de
procesamiento de información que la vida cotidiana les presenta. Desde esta visión, las
personas son cognitivamente perezosas, gastando la mínima cantidad de energía y recursos
para “ir pasando”.

La metáfora del tacaño cognitivo continua profundamente para describir la naturaleza


heurística de mucho de nuestro pensamiento, pero existen importantes para esta ´tacañería´.
Hay muchas [22] ocasiones en la cuales dedicamos considerable energía en pensar
profundamente acerca de las personas y las cosas, cuando tratamos la información parte por
parte en lugar de categóricamente y cuando somos “derrochadores” cognitivos. Para
acomodar esto (al menos como se ha manifestado en resultados experimentales), la cognición
social ha adoptado aun otra metáfora- es la del metódico motivado (Fiske, 1992). En esta
perspectiva los considerables recursos cognitivos que cada uno de nosotros posee puede ser
traído para soportar sobre cualquier situación que requiera de nosotros el procesamiento de
información, pero solo lo hacemos cuando nos sentimos motivados a hacerlo. En otras
palabras, podemos ser tanto perezosos como derrochadores y cambiar cómodamente entre
las dos dependiendo de nuestras motivaciones especificas contextuales.

El estudio de Macrae et al. (1994) muestra de manera clara la aplicación de la metáfora del
metódico motivado (y de igual manera del tacaño cognitivo). Cuando los participantes
estuvieron ocupados trabajando en tareas demandantes (tratando de comprehender
información acerca de Indonesia), ellos formaron impresiones de las personas objetivo
usando etiquetas de categoría proporcionadas con otra información acerca de estas personas.
Ellos se desempeñaron mejor en la tarea demandante cuando tenían etiquetas para usar que
cuando no existían estas etiquetas. Ellos también recordaron más características
estereotípicamente relacionadas acerca de las personas objetivos. En términos de metáfora,
los participantes parecieron tener recursos mentales limitados para dedicar hacia las dos
diferentes tareas y redujeron la demanda total hacia sus recursos limitados al explotar
estratégicamente las etiquetas de categoría proporcionadas acerca de las personas objetivo.

En los últimos diez años han visto un nuevo giro en los modelos metafóricos del perceptor
social. El crecimiento de la investigación en la percepción social automática (y las medidas
neurales en la activación cerebral – ver abajo) ha llevado a la visión de la persona como un
actor activado. De acuerdo con Fiske & Taylor (2010, p 13), esta metáfora orienta hacia las
maneras en las cuales ´los ambientes sociales rápidamente señalan perceptores´ conceptos
sociales, sin conciencia y casi inevitablemente apunta a cogniciones asociadas, evaluaciones,
afectos, motivación y comportamiento. Mientras en una mano esta perspectiva enfatiza la
rápida y espontanea naturaleza del pensamiento, sentimiento y acto, también señala la
motivación y afecto están integrados en cada etapa de la percepción social y que el ambiente
social o contexto es aprehendido incluso en el modelo inconsciente. Como tal, el actor
activado no es visto necesariamente como sujeto de parcialidad y percepción defectuosa pero
adaptada para pensar-sentir-actuar rápidamente en formas que son adaptativas al escenario
social. A pesar de la insistencia de los investigadores socio-cognitivos en que el giro reciente
hacia procesos inconscientes y substrato neural del pensamiento social está produciendo una
comprensión matizada social y contextualmente de la cognición social, como veremos en
este capítulo, desarrollando aproximaciones desafían la auto-evaluación.

Neurociencia socio-cognitiva
Dados los recientes avances en las neurociencias facilitados por el uso de un rango de
tecnologías como lo son las imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI),
electroencefalogramas (EEG) y la electromiografía facial (EMG), fue cuestión de tiempo
para que los psicólogos sociales aplicaran estas herramientas de medición para examinar
temáticas centrales sobre la cognición social. Nikolas Rose (1989) ha argumentado que la
llegada de nuevas tecnologías e instrumentos de medición ha sido fundamental en la
organización de la producción de conocimiento psicológico y su práctica (ver Cap. 6). Tal
vez en ninguna otra parte ha sido esto más evidente que en un nuevo campo de la neurociencia
social. Documentaremos algunas de estas investigaciones y su aplicación en temáticas
centrales socio-cognitivas en algunos de los capítulos de este libro.

¿El cerebro social?


Lejos de privilegiar lo biológico sobre lo social, avocados en un nuevo campo argumentamos
que la investigación en neurociencia social ha proporcionado evidencia fuerte de que somos
mucho más seres sociales de lo que se ha asumido previamente. De acuerdo a Lieberman
(2010) uno de los más significantes hallazgos en la neurociencia ha sido el descubrimiento
de lo que se ha referido como la ´red por defecto´, regiones del cerebro que son altamente
activas cuando una persona está en su estado de descanso y no envuelto en tareas cognitivas
demandantes (Iacoboni et al., 2004). Estas regiones parecen ser las mismas áreas que son
activadas cuando los respondientes han procesado información social acerca del ´yo´ y acerca
de los otros, sugiriendo que cuando nosotros no estamos pre-ocupados en tareas con alto
esfuerzo, pensar acerca de nosotros y los demás predomina. Como lo describe Lieberman: el
enfoque por defecto del cerebro es social (2010, p.176) Si tomamos un momento para
reflexionar en lo que tendemos a pensar, esto no es sorprendente: nuestra vida social y
personal estaría sin duda en el primer plano de nuestra mente. La región del cerebro que
parece estar más activamente involucrada en los procesos socio-cognitivos es la corteza
media frontal (MFC por sus siglas en inglés; Amodio &Firth, 2006; Fiske, 2012). Descrito
como el centro socio-cognitivo del cerebro, se ha descubierto que la MFC permanece activa
durante tareas que requieren auto-conocimiento y reflexión, percepción sobre personas y
atribuciones de intención. (Ver figura 2.1).

Otro hallazgo que emerge desde este campo es la inesperada convergencia entre como el
cerebro procesa experiencias físicas y sociales, en particular aquellas conectadas con
recompensar contingencias (Lieberman, 2010). Por ejemplo, el rechazo social, como ser
excluido de jugar un videojuego con otros, activa las mismas regiones del cerebro que el
dolor físico (Eisenberg, Lieberman & Williams, 2003). De manera inversa, las recompensas
sociales activan la misma región del cerebro que las recompensas físicas como ganar dinero
o comer chocolate. Lieberman argumenta que estas convergencias sugieren que nuestras
necesidades sociales como conexión y aprobación social parecen ser tan importantes como
la satisfacción de nuestras necesidades físicas. Esto desafía de manera radical modelos
tradicionales como lo son la jerarquía de necesidades de Maslow (1941), la cual les da
prioridad a las necesidades biológicas primarias como la comida o seguridad física antes que
a las necesidades sociales. La investigación en neurociencia social esta, por lo tanto,
enfatizando el rol fundamental y central de la conexión y afiliación social para la
supervivencia humana (Lieberman, 2010). Documentaremos más de esta investigación en los
próximos capítulos. [24].

FIGURA 2.1 Mapeo de las activaciones en la corteza media frontal observadas durante el
monitoreo de la acción, cognición social y monitoreo de resultado. Fuente: Amodio y Frith,
2006, p 271.

Resumen
La aproximación socio-cognitiva es un aporte fundacional dentro de la teoría y la
investigación de la psicología social, abordando el cómo comprendemos el mundo que nos
rodea y nuestro lugar en el mismo. La investigación socio-cognitiva es experimental y se
enfoca en los procesos mentales intra-individuales. El énfasis es puesto sobre la estructura
de conocimiento acerca de memoria y facilita el recuerdo de información. Los esquemas son
activados, comúnmente de manera inconsciente, a partir de estímulos ambientales situados.
La activación hace más probable que otros esquemas relacionados y también hace menos
probable la activación de otros esquemas de competencia. Recientemente, este trabajo
experimental se ha extendido hacia la frontera biológica de la neurociencia cognitiva, desde
psicólogos emprenden el mapeo de todos los substratos neurales de la cognición social [25]

Introducción a la teoría de la de la identidad social

La pregunta acerca de la identidad es una de las inquietudes más cercanas que las personas
enfrentan a lo largo de sus vidas. Las maneras de responder esta pregunta son casi infinitas,
pero, al menos en sociedades occidentales contemporáneas, solo existen algunas maneras
razonablemente consistentes de pensar acerca de quiénes somos.

Es muy útil distinguir entre identidad personal e identidad social. La identidad personal se
refiere a aquellas cualidades y características que vemos en nosotros las cuales son
estrictamente individuales. Enunciados tales como ´estoy aburrido ´, ´me preocupo
demasiado´, ´tengo hambre´ y ´soy muy fuerte´ revela aspectos en lo que normalmente se
conocería como identidad personal. Por otro lado, frases como ´soy un estudiante de
psicología, ´yo soy australiano´ o ´estoy en el grupo A en este experimento´ revela aspectos
de la identidad social. La identidad social está definida como esa parte de auto-concepto
individual lo cual deriva de su conocimiento de sus pertenencias a un grupo social (o grupos)
juntos por el valor y la significancia emocional de esa ´membresía´ (Tajfel, 1981 a, p. 255,
énfasis original). La identidad social normalmente localiza a un individuo en relación con
una categoría social, posición social o estatus social. Nuestras identidades sociales
normalmente están vinculadas a y derivan de los grupos a los cuales pertenecemos (estos
están llamados grupos de membrecía). Pero también podemos identificarnos con grupos a los
cuales no pertenecemos (grupos de referencia) y con unos individuos particulares. El texto
de Roger Brown ´test para ser un fan´ (de los Celtics de Boston o de la soprano Renata Scotto,
en sus ejemplos) es simple: tu propia autoestima debe surgir y caerse con los éxitos y fracasos
del objeto de tu admiración. (1986, pp.555-556). El mismo test aplica más generalmente
como un test de identidad social. La identidad social está siempre vinculada a algunos
referentes sociales, usualmente un grupo social. Si tu fortuna psicológica crece y mengua con
las fortunas de ese referente social, luego te identificas con el referente.

La psicología social contemporánea ha tendido a ser sobre-entusiasta y no crítica sobre el yo


desde el punto de vista del individuo y la individualidad además de algunos escritos acerca
de la temática relegada identidad social a una posición menor en el análisis del ´yo´ (Ver
Brewer, 1991, para una extensión de este argumento. La identidad social no es simplemente
otro aspecto de la identidad individual. Identidad social no es reducible a identidad a la
identidad personal o cualquier otra forma de identidad. De hecho, hablando estrictamente, la
noción de identidad personal es una ficción-todas las identidades, todas las formas de auto-
construcción deben ser sociales. Incluso en apariencia asociales auto descripciones dependen
sutilmente en formas particulares de organización social. La noción de que la sola identidad
personal es ficcional, como se distinguió, como es la distinción entre personal y social.

Otro punto preliminar debe ser establecido antes de que podamos empezar a pensar la teoría
de la identidad social. Cuando decimos que la distinción entre personal y social esta forzada
y es ficcional, queremos decir que lo social esta para siempre reproducido desde dentro del
individuo. La distinción entre personal y social, entre individuo y grupo ha sido problemática
a lo largo de la historia de la psicología social. Hace tiempo los debates fueron decantados
sobre el asunto de si la idea de ´mente grupal´ era sensible. En la otra mano estaban aquellos
que discutieron que todos los grupos, y toda la psicología de grupo fue a la larga reducible a
los individuos [26] que constituían aquellos grupos y hacia su psicología individual (e.g.,
Allport, 1924). En el otro lado estaban aquellos quienes argumentaban que tal deducibilidad
era imposible, que a medida que los individuos eran agregados a los grupos, emergían
propiedades de aquella agregación la cual no era reducible a los elementos constituyentes
(e.g., McDougall, 1921). Nuestra posición es que la psicología es genuinamente social (Hogg
& Abrams, 1988, pp 10-14; Taylor & Brown, 1979), que los fenómenos que la psicología
social busca comprender no son explicables en términos de propiedades individuales,
elementales y subsidiarias.

La aproximación que más abarca sobre el estudio de la identidad social es conocida como la
Teoría de Identidad Social (SIT, por sus siglas en inglés; Abrams & Hogg, 1990a; Brewer &
Brown, 1998; Brown 200; Ellemers & Haslam, 2012; Hogg & Abrams, 2003; Postmes &
Branscome, 2010; Tajfel & Turner, 1979, 1986). La SIT se ha venido desarrolando desde
las formulaciones seminales de Henri Tajfel a principios de los años 70s y representan todo
un movimiento en la psicología social europea, lejos del exceso de individualismo de la
psicología social norteamericana (Jaspars, 1986). La SIT se ha descrito como una gran teoría
o una aproximación ´meta-teórica´ que ha sido utilizada para explicar un amplio rango de
fenómenos psicosociales, desde procesos psicológicos interpersonales hasta
comportamientos intergrupales y relaciones sociales (Ellemers & Haslam, 2012).

La SIT es, de cualquier manera, principalmente una teoría de comportamiento intergrupal.


La diferencia está comúnmente dibujada entre comportamiento interindividual y
comportamiento intergrupal (Tajfel & Turner, 1986, p.8). El comportamiento
interindividual involucra a los individuos que interactúan entre ellos solamente con la base
de sus cualidades como individuos. Cualquier grupo al que puedan pertenecer es irrelevante
para la interacción. De la misma manera como no existen formas de identidad que sean
estrictamente personales (asociales), no existen formas de comportamiento estrictamente
interpersonal. El comportamiento intergrupal es ejemplificado por las interacciones entre
personas que son gobernadas primariamente por sus respectivas membresías de grupo y no
por cualquier cualidad individual que ellos puedan exhibir. Todos los comportamientos son
vistos en una forma continua desde interindividual hasta intergrupal.

Un experimento temprano
Anterior a la SIT, la teoría dominante de comportamiento intergrupal fue la teoría realista del
conflicto (RCT [por sus siglas en ingles]; Sherif, 1966). La RCT tiene su premisa en la noción
de que el conflicto intergrupal esta siempre basada en la competición real entre grupos sobre
recursos escasos. Existe evidencia amplia (e.g., Brewer & Campbell, 1967; Sherif, Harvey,
White, Hood & Sherif, 1961; Sherif & Sherif, 1956) para soportar esta premisa. Pero existen
ejemplos en los cuales la competencia real no puede ser o bien insuficiente o innecesaria
causa de conflict intergrupal (Ver, e.g., Tajfel & Turner, 19886)- Aunque indudablemente es
una causa principal.

Para investigar los singulares efectos para cada una de las muchas posibles causas del
conflicto intergrupal sería ideal crear un grupo ´mínimo´ en el laboratorio experimental- un
grupo que haya sido despojado de todo lo que tomamos como caracterización normal de lo
que significa ser un grupo, como son las relaciones económicas y sociales, interacción entre
miembros del grupo, divisiones estructurales dentro del grupo para la creación de distintos
roles, interdependencia entre los miembros del grupo, etc. [27]

El objetivo del experimento original del grupo mínimo era crear una condición de ´línea-
base´ experimental en la cual no hubiera diferenciación intergrupal, dentro de los cuales se
pudieran identificar capas de características diferenciales de “grupalidad” para evaluar los
efectos de cada característica en la diferenciación intergrupal (Reynolds & Turner, 2001).
Esta es el programa de investigación que Henri Tajfel inició en sus ya famosos experimentos
de grupo mínimo y que llevaron directamente al desarrollo de la SIT (Tajfel 1970; Tajfel,
Billing, Bundy & Flament, 1971).

Para crear un grupo mínimo, se crearon grupos experimentales en los cuales los miembros
estaban solos y eran anónimos. Los sujetos eran jóvenes estudiantes de 14 – 15 años en una
escuela del estado en Bristol, Inglaterra. Cada uno estimo el número de puntos que fueron
projectados rápidamente en una pantalla en racimos consecutivos. Después de hacer esto,
los sujetos fueron asignados ya sea en grupos de ´sobreestimadores´ o ´subestimadores´ (La
asignación fue realizada de manera aleatoria). Mientras el primer experimentador estaba
aparentemente marcando las planillas de respuestas, otro experimentador anunciaba que un
segundo experimento seria conducido, involucrando recompensas y castigos y que los grupos
existentes de sobre y sub estimadores continuarían siendo usados. Los participantes serian
entonces sentados en un cubículo y se les pediría completar una serie de ´matrices de pago´
que aparecían en un folleto. Se les dijo que ellos estaban por asignar puntos a otras dos
personas. Algunas veces las dos personas serian del mismo grupo, algunas veces las dos
serian de diferentes grupos y algunas veces habría una persona de cada grupo. Al final del
experimento, el número de puntos asignado por todos los participantes a cada persona seria
añadido y esa persona recibiría una cantidad de dinero proporcional al número de puntos.
Para eliminar el propio interés, los participantes nunca hicieron la decisión de asignación
involucrándose a ellos mismo. El folleto consistió en una matriz de pagos en cada una de las
18 páginas. Cada Matriz tenía dos filas de números, como se muestra en la tabla 2.1. Lo que
es de interés es lo que pasa cuando los dos receptores pertenecían a diferentes grupos.
Suponiendo que a un participante se le hubiera dicho que el era un sobre-estimador y que
fuera confrontado con la tabla 2.1. Él sabe que uno de los receptores es también un sobre-
estimador. Este grupo será, entonces, el ´intragrupo´. El otro receptor es un sub-estimador y
por lo tanto pertenece al grupo externo. ¿Cómo decidirían los participantes qué asignación
hacer? El podría seguir una estrategia de maximización de la ganancia conjunta y escoger la
respuesta 19:25. También escogería la 19:25 si siguiera una estrategia de maximización la
ganancia del intra-grupo. O podría seguir una estrategia de máxima diferencia en el pago para
los dos grupos y escoger la respuesta 7:1.

Tabla 2.1 Ejemplo de matriz de pagos intergrupal-diferencial utilizado en experimento


mínimo de categorización experimental.

Miembro 26 de los
sobre-estimadores 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19
Miembro 17 de los
sub-estimadores 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25

Fuente Tajifel et al., 1971, p.157 [28]

Las diferentes matrices de pago pueden ser construidos para evaluar las fuerzas relativas de
estas estrategias de asignación.

¿Que hicieron los jóvenes participantes en el estudio original del grupo mínimo? Para la
matriz en la tabla 2.1 los participantes a los que se les dijo que eran sobre-estimadores se
establecieron, en promedio, escogiendo la respuesta 2:11. ¿Qué significa esto? Significa que
que los participantes no siguieron una estrategia comunal de maximización de la ganancia
conjunta. Ni intentaron de maximizar la ganancia inter grupal o asignar estrictamente lo justo.
En cambio, parecía como si quisieran resolver un conflicto entre una estrategia de justicia y
una máxima ganancia intergrupal al escoger la respuesta más justa que también permitió al
intra-grupo recibir más puntos que el grupo externo-incluso cuando hacer esto significaba
que el miembro del intra-grupo recibiría menos puntos que si el participante hubiera seguido
una estrategia de máximos puntos conjuntos.
Investigación posterior con el paradigma del grupo mínimo muestra que los resultados son
obtenidos cuando los participantes son categorizados de acuerdo con sus preferencias
putativas para pinturas abstractas de Klee o de Kandisnky (Tajfel et al. 1971, experimento 2)
e incluso cuando la categorización es hecha explícitamente aleatoria al tirar una moneda
(Tajfel & Billing, 1974). La investigación ha mostrado también que los resultados no son
solamente debido a algo que tienen los jóvenes estudiantes ingleses, con el efecto que se
obtiene (aunque con fuerza variada) con niños maoríes y polinesios (Vaughan, 1978ª, 1978b,
Wetherell, 1982) y con adultos en los Estados Unidos (Brewer & Silver, 1978; Locksley,
Borgida Brekke & Hepburn, 1980) y en Suiza (Doise & Sinclair, 1973). Una revisión de 137
test sobre la parcialidad del intergrupo en 37 diferentes estudios concluyo que el efecto es
robusto. (Mullen, Brown & Smith, 1992).

Al parecer, entonces, los resultados de los experimentos de Tajfel et al (1971) y aquellos de


muchos otros estudios de grupo mínimo desde entonces, constituyen un genuino fenómeno
intergrupal. ¿Pero cómo pueden ser los resultados obtenidos? La teoría realista del conflicto
no puede explicar los resultados, dado que no existe una competencia real entre los grupos-
los participantes podrían fácilmente seguir una estrategia de maximización de ganancia, por
ejemplo. Estos grupos mínimos adolecen de todas las características que normalmente son
asociadas a los grupos. No existe historia o cultura dentro de y entre los grupos, no existe la
interacción entre los miembros del grupo, no existe una estructura intra-grupal, no existe un
destino común entre los miembros de los grupos, no hay nada. Los grupos son realmente
mínimos. En cierto sentido, no hay “grupos” como tal. Sin embargo, los participantes
siguieron actuando en una manera que es inexplicablemente en términos de solamente
procesos personales o interpersonales. Los participantes actuaron como si los grupos fueran
reales para ellos y la manera en la que actuaron-para crear diferenciación positiva intergrupal-
solo puede ser interpretada como un comportamiento intergrupal si se busca una explicación.

La SIT se desarrolló largamente para apuntar el fenómeno del grupo mínimo. Señalaremos
aquí los tres principios fundamentales de esta teoría.

Principios fundamentales

Categorización
Es un dato innegable que el mundo social este dividido en muchas categorías sociales.
Algunas de ellas son grandes como lo son clase, raza, religión, etnicidad y género. Otras son
más pequeñas, mas [29] localizadas, más transitorias y tal vez más idiosincráticas, como lo
son grupos de ocio, grupos políticos menores, y grupos creados por un investigador en el
laboratorio. Para cualquier persona, de hecho, algunas de estas categorías serán intergrupales,
o membresías de grupo y otras pueden ser de grupo externo. La mayoría, aunque no todas las
categorías sociales se establecen en un estatus real o en relación de poder entre ellas. La
categorización social refiere al proceso de identificar un individuo como perteneciente a un
grupo particular.

El acto simple de categorización tiene consecuencias cognitivas importantes


(McGarty,2002). El efecto de acentuación afirma que cuando un objeto estimulado es
categorizado, las similitudes entre miembros de una categoría son percibidos como
superiores de lo que realmente son y las diferencias entre miembros de diferentes categorías
son percibidas como superiores a lo que realmente son-en otras palabras, las diferencias inter-
categoriales y las similitudes intra-categoriales están acentuadas. El efecto de acentuación
ha sido demostrado en el juicio de líneas si como el estudio del estímulo social. Tajfel y
Wilkes (1963) mostraron que cuando ocho líneas de diferente longitud fueron presentadas a
los sujetos que tuvieron que estimar su longitud y cuando las cuatro líneas más cortas fueron
siempre presentadas con la letra A y las cuatro líneas más largas con la letra B, los sujetos
sobreestimaron la diferencia entre las líneas A y las líneas B. Alguna evidencia, aunque no
estadísticamente significante, fue también encontrado que los sujetos sobreestimaron la
similitud de las líneas dentro de cada grupo. El efecto de acentuación ha sido demostrado
usando todo tipo de estímulos físicos (Ver Doise, 1978; Deschamps & Meyer, 1978;
McGarty,2002; y McGarty & Penny, 1988, para revisiones).

El efecto de acentuación también opera en el juicio del estímulo social. Un grupo de estudios
mostró, por ejemplo, que los sujetos blancos en los estados unidos a quienes se les pidió
calificar el nivel de “negritud” de una serie de imágenes de caras, impusieron su propia
clasificación sobre las caras de tal forma que unas fueron juzgadas de ser “blancas” y otras
juzgadas de ser “negras”. Una vez clasificadas, las similitudes entre las caras dentro de una
categoría y las diferencias entre categorías fueron acentuadas (Secord, 1959; Secord, Bevan
& Katz, 1956). Otros ejemplos de lso efectos de la categorización con etnicidad fueron
proporcionados porTajfel, Sheikh, y Gradner (1964) y Doise (reportade en Doise et al.,1978).
Es posible ver como el básico y probablemente ineludible proceso perceptivo de
categorización del mundo social puede llevar a la formación de estereotipos. Sin embargo,
no todas las categorizaciones producen juicios acentuados. El efecto de acentuación
solamente puede ser esperado cuando las categorizaciones son salientes a la persona que está
juzgando el estímulo y cuando las categorizaciones son útiles para la persona que realiza la
tarea de ´juzgamiento´ (McGarty & Penny, 1988).

Para resumir, entonces, la parte más elemental del SIT es la simple y obvia proposición de
que el mundo social es percibido en categorías las cuales son socialmente construidas. Cada
uno de nosotros pertenece a unas categorías, pero no a otras. En los experimentos de grupo
mínimo, las categorizaciones disponibles para participantes son, literalmente, mínimas.
Cualquier significado que tengan para los participantes quien siempre está asignado a una u
otra categoría, es impuesta por el participante mismo. A pesar de ser categorías vacías, el
acto de categorización genuinamente produce efectos sistemáticos en la percepción y el
comportamiento. [30]

Identidad
La identidad es central para el SIT. Una de las más básicas categorizaciones – tal vez la más
básica-es la distinción entre el yo y el otro y su corolario más social, la distinción entre
nosotros y ellos. La adquisición de la distinción entre el yo y otro es una forma temprana y
necesaria de socialización. Algunas-notablemente los interaccionistas simbólicos-
argumentan que la distinción solamente emerge a través de la interacción social y que una
consecuencia necesaria es la distinción entre el ser como sujeto y el ser como objeto (Ver
Mead, 1934; Striker & Statham, 1985).

Un motivo poderoso y tal vez universal es el motivo de pensar bien de nosotros mismos, de
tener una evaluación positiva de identidad; o en el lenguaje de la psicología popular y también
en una vasta cantidad de investigación en psicología individual, de tener una auto estima
positiva (ej. Tesser, 1986,1988). El fracaso en representar este motivo exitosamente es
frecuentemente considerado psicológicamente insalubre. Pero el motivo opera tanto en el
nivel social como en el nivel individual. Existe un motivo tan fuerte para evaluar nuestra
identidad social positivamente como para evaluar nuestra identidad personal positivamente.
Este motivo para una identidad social positiva impulsa mucho comportamiento social y es
expresado como una tendencia a evaluar nuestras membrecías intergrupales., las categorías
sociales a la cuales pertenecemos positivamente.

La identidad social de una persona está constituida del vasto número de identificaciones
sociales que la persona tiene con varias categorías sociales. No todas esas identificaciones
están preparadas o activadas o son salientes de ninguna manera al mismo tiempo. En cambio,
la identidad social al tiempo de cualquiera está hecha de algunas identificaciones
seleccionadas para ajustarse al contexto social particular (Ellemers, Spears & Doosje, 2002).

Tenemos más que decir acerca de identidad en el capítulo 6. Por ahora, es suficiente señalar
que el conocimiento de las identificaciones sociales por sí mismo no es una forma suficiente
de de evaluación de esas identificaciones. Para una persona saber si él o ella es australiano(a)
o un estudiante de psicología, o un padre o madre, no es suficiente y por definición nunca
podrá ser suficiente para esa persona poder evaluar esas categorías de membresía. Las
evaluaciones de categorías de membresía solo se pueden hacer a través de procesos de
comparación social.

Comparación
Al evaluar el yo en cualquier dimensión, una comparación social con los otros es necesaria.
Por lo tanto, es también, solamente talvez mas, con la evaluación de las identificaciones
sociales del yo con las categorías sociales. Cualquier categoría social particular de membresía
puede reportar una identidad social positiva solamente a través de la comparación social entre
el intra-grupo y algún otro grupo externo relevante. El valor de ser australiano, o un
estudiante de psicología, o un padre, solamente puede ser evaluado a través de la
comparación con otras categorías sociales.

Como las personas evalúan atributos personales y sociales a través de la comparación social
ha sido teorizado y estudiado desde los años 1950s. La teoría de los procesos de comparación
social, la cual forma el esqueleto de esta última parte de la SIT, ha sido objeto de grandes
cambios a lo largo de los años.

La versión original de la teoría fue formulada por Festinger (1954) y fue a grandes rasgos
una teoría sobre como las personas evalúan cualidades individuales. Sugiere que las personas
prefieren [31] evaluar el yo y sus cualidades contra algún criterio objetivo u otro. Cuando
este criterio objetivo no está disponible, las personas se vuelven hacia la comparación social-
comparación con otros – por estándares evaluativos. Festinger distinguió entre la
comparación de habilidades y la comparación de opiniones y sugirió que los motivos que
condujeron las comparaciones entre cada uno eran distintos: precisión y auto-mejoramiento
en el caso de las habilidades; obtener consenso social en el caso de las habilidades. El
principio de similitud afirma que, todas las otras cosas siendo iguales, una persona
seleccionara como “otro” de comparación a una persona que es más similar que disímil. Al
unir el dinamismo hacia arriba con el principio de la similitud lleva hacia la predicción de
que, al evaluar habilidades, como “otro” comparativo será seleccionado quien sea solo
levemente mejor que el comprador.

El motivo que subyace todas las comparaciones, de acuerdo con Festinger, es el deseo de una
precisa auto-evaluación. Bastante evidencia se ha acumulado desde 1950 de que este no es
el caso. Al contrario, las personas parecen articularse en las comparaciones sociales
principalmente por razones de auto-mejoramiento. La proposición de que las personas
comparan por lo alto para evaluar el yo y sus abilidades y está en conflicto con bastantes
investigaciones sobre la autoestima lo que sugiere que las personas selectivamente atienden
a información que refuerza la visión de sí mismos. La auto-evaluación y el auto-
mejoramiento son usualmente conflictivos y antagonistas motivos y usualmente las personas
siguen una estrategia de auto-mejoramiento, Esta es la posición tomada por la SIT y es la
piedra angular del uso de la SIT de la comparación social.

Para hacer una comparación social entre un grupo interno y un grupo externo dos personas
deben estar involucradas primero. Primero, el miembro del grupo interno debe decidir cuál
de los muchos grupos externos disponibles debe ser escogido como el “otro” de comparación.
Esto es conocido como el problema de la selección referencial. Y Segundo, ¿junto con cual
dimensión se debe hacer la comparación? Este es el problema de la selección dimensional.
Estos problemas “gemelos” han estado invadiendo la teoría de la comparación social por
décadas (Brown, 2000; Kawakami & Dion, 1993, 1995; Pettigrew, 1967; Wheler, 1991).

Sin importar la manera en que las personas se involucran en comparaciones sociales entre
grupos internos y externos, son las consecuencias mas que los mecanismos, de tales
comparaciones las que son mas importantes para la SIT. Indudablemente son las
consecuencias de la comparación social las que son de importancia primaria para aquellos
que están haciendo la comparación también, en la medida de lo posible que las personas
seleccionan referentes objetivos y dimensiones de acuerdo con el resultado anticipado (y
positivo) de la comparación.

La SIT propone que las personas están motivadas para lograr una identidad social psitiva, de
la misma manera en que están motivadas para lograr autoestima positiva (Hogg 2000). La
mayor parte del tiempo las membresías de categoría social en sí mismas, no pueden ni
mejorar ni degradar la identidad social. Son solo las posiciones de estatus regular de un grupo
interno y de un grupo externo en una dimensión comparativa de valor para el miembro del
grupo interno que afecta la identidad social de aquel miembro. La SIT propone el axioma de
que hay un motivo para evaluar membresías grupales positivamente para mejorar la identidad
social [32] y que es una diferenciación positiva del grupo interno desde el grupo externo es
alcanzada a través de la comparación del grupo interno con un grupo externo.

Una diferencia importante entre esta aproximación a la comparación social y la de Festinger


es que Festinger articuló procesos de comparación en un nivel individual entre individuos
como individuos, en donde las características individuales y la autoestima y el
autoconocimiento son afectadas. La SIT discute los procesos de comparación social a un
nivel grupal, donde las membresías de grupo son evaluadas y las identidades sociales son
formadas y valorizadas. Al hacer comparaciones, especialmente al evaluar la justicia de los
resultados, las personas comúnmente se involucran en comparaciones entre un grupo interno
y algún grupo externo referente. Las consecuencias de las comparaciones intergrupales
individualistas en la teoría de privación relativa (Walker & Smith, 2002). Por ahora, todo lo
que necesitamos señalar es que los comportamientos de grupo están más fuertemente
enlazados a comparaciones sociales intergrupales de lo que lo están de las comparaciones
inter-individuales.
Otra importante diferencia entre la aproximación a la comparación social de Festinger y la
de la SIT se refiere a la fundamental función de la comparación social y es mejor vista por a
la investigación de Gartrell (2002). Gartrell denota que en la teoría de la comparación social
las personas, como comparadores sociales, son tratadas como ´átomos sociales aislados, no
relacionados los unos a los otros y libres para involucrarse en comparaciones
unidireccionales con cualquier otro átomo social aislado. En contraste, la investigación de
Gartrell muestra que las personas están insertadas en redes sociales y se involucran en
comparaciones multidireccionales con otros relacionados (no desconectados). Más allá, las
comparaciones sociales están comprometidas en – o evitadas- para preservar las relaciones
sociales. La aproximación de Gartrell a las comparaciones sociales es consistente con la SIT,
en enfatizar los procesos sociales, consecuencias y funciones de las comparaciones sociales.

Diferenciación intergrupal

Recordemos que en los experimentos de grupo mínimo los participantes actuaban en la base
de una trivial o incluso explicita clasificación aleatoria al discriminar entre los miembros de
grupo interno y grupo externo. Este es un enigma desde el punto de vista de la teoría realista
del conflicto. Los participantes en un experimento de grupo mínimo están confrontados con
una situación que está casi vacía. Ellos son clasificados a uno de dos grupos sobre la base de
algún tipo de acto trivial aleatorio, ellos son separados de todo el mundo menos del
experimentador y a ellos se les pide asignar puntos a otros participantes que son identificados
solamente por un número y su membresía de grupo. ¿Qué significado puede tener una
situación tan vacía para ellos? De acuerdo con la SIT, los participantes reconocen su
membrecía de grupo. Ellos también están motivados para mejorar su identidad social. La
situación es tan mínima y vacía que solamente existe una vía abierta para hacer esto. Los
participantes solamente pueden mejorar su identidad social al esforzarse por diferenciar su
grupo del otro grupo. Al hacer esto ponen su grupo en una posición superior relativa con el
otro grupo y por lo tanto a través de la comparación social, su propio grupo se valoriza
positivamente, lo cual sucesivamente y a través de su identificación con aquel grupo, mejora
su identidad social. [33]

La SIT, formulada en tales términos tan rígidos y minimalistas, no reclama que se pueda
simplemente generalizar su explicación de la diferenciación intergrupal en un experimento
de grupo mínimo para situaciones de conflicto intergrupal y hostilidad entre grupos “reales”.
Por lo menos, la historia de las relaciones intergrupales y las posiciones económicas y
sociales de los grupos en conflicto deben ser consideradas, Sin embargo, los principios de la
SIT se afirman como ceñidos a todos los contextos intergrupales. Un ejemplo de la manera
en que los grupos mínimos no son lo mismo que grupos reales es proporcionada por Brown
(1986), quien nota que los participantes de los grupos mínimos son libres de mejorar su
identidad social al discriminar en su punto clasificaciones entre miembros de grupos internos
y externos. No hay nada en el escenario experimental que les impida hacerlo. Pero los
miembros de los grupos reales, con estatus real y diferencias de poder entre los grupos no
son tan libres. No es nada fácil, e incluso algunas veces es totalmente imposible, para
miembros de grupos de minorías en la sociedad afirmar la superioridad de su grupo
inventando dimensiones aduladoras comparativas o la comparación de otros. Esto eleva el
asunto de las consecuencias de las amenazas a la identidad social, las cuales están cubiertas
con más detalle en el capítulo 7 sobre el prejuicio.

Una nota cautelar


Es importante enfatizar en esta etapa temprana que los experimentos de grupo mínimo han
sido sujetos a malinterpretación y malentendidos. Específicamente, aquellos estudios son a
menudo citados para discutir que la mera caracterización de las personas en grupos es
suficiente para producir favoritismo en el grupo interno y división en el grupo externo y que
como resultado la discriminación intergrupal es una natural e inevitable consecuencia de la
membresía de grupo. Tajfel y Turner (1979) se abstuvieron de hacer esta interpretación y en
cambio argumentaron que la discriminación intergrupal se producirá solamente si las
siguientes condiciones prevalecen: (1) los participantes se auto categorizan e identifican
como miembros intergrupales; (2)los participantes perciben el grupo externo como un grupo
de comparación relevante; y (3) la dimensión comparativa es importante y relevante para la
comparación intergrupal (Ellemers & Haslam, 2012; Turner & Reynolds, 2012). Volveremos
a este asunto en los capítulos subsecuentes.

La teoría de la auto-categorización
Tajfel y Turner (1986) cimentaron la SIT sobre la dimensión interpersonal-intergrupal. Pero,
¿Cómo y porque es una situación interpretada por un individuo como “interpersonal” o
“intergrupal” o en medio de las dos? [34] En parte como respuesta a esto y otros problemas,
John Turner y sus colegas (1985,1999; Turner, Hogg, Oakes, Reicher, & Wetherell, 1987;
Truner & Oakes 1989; Turner & Reynolds, 2012) desarrollaron la teoría de la auto-
categorización (SCT por sus siglas en ingles). Además, mientras la SIT estaba preocupada
con explicar porque los sujetos discriminaban en el paradigma del grupo mínimo, la SCT
abordo una cuestión distinta: ¿Por qué los sujetos se identifican con grupo mínimos del todo
y actuaban de maneras que reflejaban que estas identidades de grupo les importaban? (Turner
& Reynolds, 2012 p.401).

En la SCT, la identidad social y personal no son cualitativamente distintas maneras de


identidad, pero en cambio representan diferentes formas de auto-categorización. La auto-
categorización puede suceder en tres niveles amplios: el nivel superordinario, (ej. definiendo
el yo como parte de la humanidad), el nivel intermedio (ej. Definiendo el yo a partir de
membresías de grupo particular) y el nivel subordinado (ej. Definiendo el yo en términos
individuales o personales). Al nombrar estos superior, intermedio y subordinado no se tiene
la intención de transmitir ningún valor superior de uno sobre el otro. Han sido llamados así
por su relativa inclusividad. Categorías de niveles más altos incluyen dentro de ellas todas
las categorías de orden menor. La estructura ordenada de categorías usada por la SCT viene
del trabajo influyente en las categorías usadas por las personas en la representación cognitiva
del mundo físico (Roch,1978)

Dado que la auto-categorización es contextualmente específica y que el yo puede ser


variadamente categorizado en términos grupales o individuales, la distinción entre
identidades personales y sociales originalmente hecha desde la SIT ya no esta justificada. En
cambio, las identidades personales y sociales representas diferentes niveles de auto-
categorización. Lo personal es social y lo social es personal. A medida que las auto
categorizaciones se vuelven más sociales, se dice que el yo se vuelve más despersonalizado.
Esto no se escribe en un sentido peyorativo, al contrario, solo en el sentido de que la auto-
categorización está relativamente menos imbuida en connotaciones personalistas. Cuando el
yo es categorizado esta también estereotipado. Como será discutido más adelante en el
capítulo 7, la estereotipacion es usualmente pensada como un proceso aplicado a grupos
externos en el cual los miembros del grupo externo son adscritos a las mismas cualidades
debido a su membresía de grupo. SCT sugiere que la auto-percepción opera en la misma
manera – el yo es juzgado estereotípicamente en la base de auto-categorizaciones; el auto-
estereotipar es percibir la identidad entre el yo y el grupo interno.

Los teóricos de la auto-categorización insisten en que la SCT no pretende sustituir la SIT. Es


una extensión de la misma, desarrollando el constructor de identidad y el proceso de
categorización, re conceptualizando la distinción entre identidad personal y social y
proporcionando un mecanismo para predecir cuándo y cómo las personas auto-categorizaran
en una manera u otra. Mientras que la SIT es principalmente una teoría motivacional, la SCT
es primariamente cognitiva. La SCT ha sido aplicada a bastantes problemas tradicionales en
la psicología social como lo son: estereotipos (ej. Oake, Haslam, & Turner, 1994)
polarización de grupo y comportamiento en multitudes (ej. McGart, Turner, Hogg, David &
Whetherell, 1992; Turner et al., 1987) poder (Turner 2005) y liderazgo (Haslam, Reicher &
Platow, 2011; Haslam, van Knippenberg, Platow & Ellemers, 2003)

Resumen
La teoría de identidad social provee una idea sistemática de los vínculos entre la identidad
personal y social y entre los comportamientos interindividuales e intergrupales. Se enfoca en
la [35] naturaleza de la categorización social, especialmente dentro de grupos internos y
externos, la primacía de la identidad social y diferenciación social positiva y en procesos de
comparación social como el recurso principal para evaluar la valencia de las identificaciones
sociales. La teoría de la auto-categorización extiende la SIT dentro de un examen más
completo de los procesos cognitivos y los mecanismos mediante los cuales las personas se
definen así mismas y a otros en términos personales o grupales y los contextos en los que las
identidades personales y sociales se vuelven destacados.
Introducción a la teoría de las representaciones sociales

La teoría de las representaciones sociales, originalmente desarrollada por Serge Moscovici


(1981,1984,1988,2000), reinstala la primacía de los conceptos colectivos como lo son la
cultura e ideología en la psicología social. Como tal, busca comprender el funcionamiento
individual psicológico al poner al individuo en su medio cultural, social y colectivo. La teoría
ve la experiencia psicológica como si fuera mediada y determinada por la pertenencia del
individuo a un colectivo social que comparte experiencias y visiones similares y un lenguaje
común. A diferencia de la visión atomista del individuo la cual apuntala muchas teorías de la
psicología social, la teoría de las representaciones sociales comienza con la premisa de que
el individuo es primariamente un ser social cuya propia existencia e identidad tiene raíces en
el colectivo. Como la SIT, intenta entender como procesos sociales afectan sobre e
influencian el funcionamiento psicosocial de los individuos y los grupos. La teoría de las
representaciones sociales no yuxtapone o separa el individuo de la sociedad, sino al contrario
ve ambos en una dialéctica relación, en la cual el individuo es tanto un producto de la
sociedad (sus convenciones, normas y valores) como un activo participante quien puede
efectivamente cambiar la sociedad.

Qué es la representación social

Moscovici define las representaciones sociales como las ideas, los pensamientos, imágenes
y conocimiento que comparten los miembros de un colectivo: universos consensuales de
pensamiento que son socialmente creados y socialmente comunicados para formar parte de
una ´conciencia común´. Las representaciones sociales se refieren al ´stock´ de conocimiento
social que las personas comparten en formas de teorías de sentido-común acerca del mundo
social y que son compuestas tanto de elementos conceptuales como pictóricos (Moscovici,
2000). Las representaciones sociales forman nuestras creencias, actitudes y opiniones y son
el proceso mediante el cual construimos la realidad social (Philogene & Deaux, 2001).
Moscovici ha definido la representación social así:

Las representaciones sociales…conciernen a los contenidos del pensamiento


cotidiano y a la reserva de ideas que le dan coherencia a nuestras creencias religiosas,
ideas políticas y a las conexiones que creamos tan espontáneamente como respiramos.
Estas hacen posible para nosotros clasificar personas y objetos, comparar y explicar
comportamientos y a objetivarlos como parte de nuestro marco social. Mientras las
representaciones son frecuentemente colocadas en las mentes de hombres y mujeres,
estas pueden igual de frecuentemente ser encontradas “en el mundo”, y como tales
examinadas de forma separada. (Moscovici,1988 p.214).

Las representaciones sociales fluctúan desde estructuras hegemónicas que son compartidas
por una sociedad o nación hasta estructuras de conocimiento diferenciado que son
compartidas por subgrupos dentro de un colectivo (Moscovici, 1988). La concepción
individualista de la persona como el centro de la cognición, acción y proceso es un ejemplo
de aquella representación colectiva compartida la cual permea la mayoría de aspectos de
pensamiento dentro de las sociedades occidentales industrializadas (Lukes, 1973).

El concepto de ´representación´ tiene una larga historia y se esparce a lo largo de un numero


de disciplinas interrelacionadas en las ciencias sociales. Moscovici (1988) dibuja sobre
diversos recursos cuando explica la teoría de las representaciones sociales, pero se sustenta
principalmente en la noción de “representaciones colectivas” de Durkheim (1898). Durkheim
uso este concepto para diferenciar el pensamiento colectivo del pensamiento individual. Las
representaciones colectivas fueron vistas por Durkheim como ampliamente compartidas por
los miembros de una sociedad, como sociales en origen y generación y por ser acerca de la
sociedad. Aunque él consideraba que las representaciones emergían desde un ´substrato´ de
individuos, siempre sostuvo que no podían ser explicadas en un nivel individual. En cambio,
las representaciones colectivas como los mitos, leyendas, y tradiciones fueron fenómenos
con sus propias características distintivas, independientes de los individuos que las
expusieron y las cuales requirieron una explicación en el nivel sociológico o social (Lukes
1975).

El concepto de Moscovici de representaciones sociales se diferencia del concepto de


representaciones colectivas de Durkheim en que el anterior enfatiza en la naturaliza dinámica
y cambiante de las representaciones (vida social en proceso) y también toma en cuenta el
arraigo del conocimiento diferenciado compartido por subgrupos dentro de las sociedades
contemporáneas occidentales (Moscovici, 1988, p. 219). Es a través de las representaciones
compartidas que los grupos sociales establecen sus identidades y llegan a diferenciarse de
otros grupos dentro de la sociedad. Al igual que Durkheim, Moscovici argumenta que la
principal tarea de la psicología social es la de estudiar los orígenes, estructuras y las
dinámicas internas de las representaciones sociales y su impacto en la sociedad; esto es
estudiar la naturaleza de una “sociedad pensante” (Moscovici, 1984). De la misma manera
como la sociedad puede ser considerada como un sistema económico y político, debería ser
vista como un sistema de pensamiento (Moscovici, 1988) La psicología social debería por lo
tanto preocuparse con la naturaleza de la sociedad pensante y convertirse en una
“antropología de la cultura moderna” (Moscovici, 1989, traducción propia).

El rol de las representaciones es el de convencionalizar objetos, personas y eventos; esto es


localizarlos dentro de un contexto familiar. Las representaciones son prescriptivas y
generativas: determinadas por la tradición y la convención, las representaciones se imponen
en si mismas en nuestro pensamiento. A menudo estamos desprevenidos de estas
convenciones, para que permanezcamos desprevenidos [37] de la determinación social de
nuestro pensamiento, prefiriendo ver nuestros pensamientos como “sentido común”.
Ciertamente, Moscovici ha vinculado el estudio de las representaciones sociales con el
estudio del sentido común:

Por representaciones sociales nos referimos al grupo de conceptos, enunciados y


explicaciones que se originan en la vida diaria en el curso de comunicaciones inter-
individuales. Ellos son el equivalente, en nuestra sociedad, de los mitos y los sistemas de
creencias en sociedades tradicionales. Incluso podría decirse que son la versión
contemporánea del sentido común. (Moscovici, 1981, p.181).

En adición con su naturaleza consensual, lo que hace a las representaciones sociales es su


creación y generación, a través de la interacción y comunicación social por individuos y
grupos. Las representaciones sociales se originan de la comunicación social. Ellas construyen
nuestra comprensión del mundo social, habilitando la interacción entre grupos que comparten
la representación. El imperativo claro de la teoría es la necesidad de estudiar la comunicación
e interacción social como el sine qua non de la cognición social.

A diferencia de Durkheim, de quien Moscovici argumenta que tiene una concepción un tanto
estática de las representaciones , Moscovici enfatiza la plasticidad de las representaciones ,
caracterizándolas como estructuras dinámicas : “…existe una necesidad continua de
reconstituir el “sentido común” o la forma de comprensión que crea un sustrato de imágenes
y significados, sin los cuales ninguna colectividad puede operar (Moscovici, 1984, p. 19)
Una vez creadas las representaciones se comportan como ´entidades autónomas´ o ´fuerzas
materiales´: ´…ellas lleva una vida propia, circulando, emergiendo, atrayendo y repeliéndose
unas a otras y dando vida a otras representaciones mientras las más viejas van muriendo
(Moscovici, 1984, p.13).

Dos procesos son centrales para la generación de las representaciones: anclaje y objetivación.
Estos son procesos mediante los cuales objetos no familiares, eventos o estímulos son
reproducidos como familiares. El propósito de todas las representaciones es hacer familiar o
extraño. Moscovici le da importancia primaria a la necesidad de individuos de dar sentido a,
de comprender la naturaleza del objeto extraño: de que lo que es foráneo o ajeno es
amenazante y aterrador y obliga a la comprensión. Las personas le dan sentido a lo que es
poco familiar cuando se le da un significado y el rol de las representaciones es el de guiar
este proceso de atribución de sentido. Las personas buscan el sentido entre lo que ellos ya
conocen y con lo cual se sienten familiares.

…las imágenes, ideas y lenguaje compartido por un grupo particular siempre parecen
dictar la dirección inicial y expediente mediante el cual el grupo trata de llegar a
términos con lo extraño. El pensamiento social le debe más a las convenciones y la
memoria que a la razón; a las estructuras tradicionales más que a las estructuras
intelectuales o perceptuales actuales. (Moscovici, 1984, p.26)

Anclaje
El Anclaje se refiere a la clasificación y nombramiento de objetos extraños o estímulos
sociales al compararlos con las reservas existentes de categorías familiares y culturalmente
accesibles [38]. Al clasificar, nosotros compramos con un prototipo o modelo y de allí se
deriva una perspectiva sobre el nuevo estímulo al determinar su relación con el modelo o
prototipo. Cuando comparamos, nosotros bien decidimos que algo es similar a un prototipo
(esto es, generalizamos ciertas características del prototipo con el estímulo extraño), o
decidimos que algo es diferente (esto es, que particularizamos y diferenciamos entre el objeto
y el prototipo). Si nosotros privilegiamos la similitud, lo extraño adquiere las características
del modelo. En casos donde existe discrepancia, el objeto es reajustado de tal manera que se
ajuste a las características principales del prototipo. Por lo tanto, clasificar y nombrar siempre
involucra comparaciones con un prototipo.

Moscovici se refiere a la asignación de nombres y etiquetas en nuestra cultura como una


´tendencia nominalística´. El proceso de nombrar algo toma una solmene significancia.
Empapa lo que es nombrado con un significado y a continuación lo localiza dentro de una
matriz de identidad de la sociedad. Solo entonces el objeto puede ser representado.
´Ciertamente, la representación es, básicamente, un sistema de clasificación y denotación, de
almacenar categorías y nombres´ (Moscovici, 1984, p.30). Por lo tanto, las representaciones
son reflejadas en la manera en que clasificamos y almacenamos categorías y nombres de los
estímulos, dado que, al clasificar o categorizar, estamos, en esencia revelando nuestros
marcos conceptuales, ´nuestra teoría de la sociedad y de la naturaleza humana´ (Moscovici,
1984, p.30). AL clasificar y nombrar un objeto, somos capaces no solo de reconocer y
entenderlo, sino también de evaluarlo ya sea positiva o negativamente o como normal o
anormal. Por lo tanto ´nombrar no es una operación puramente intelectual que apunta a la
claridad o a la coherencia lógica. Es una operación relacionada con la actitud social´
(Moscovici, 1984, p.35).

objetivación
La objetivación es el proceso mediante el cual nociones extrañas y abstractas, ideas e
imágenes son transformadas en realidades concretas y objetivas del sentido común. Se refiere
a la tendencia humana de simplificar o destilar información compleja en un ´núcleo
figurativo´ de elementos tanto pictóricos (icónicos) como cognitivos. ´El objetivar es el
descubrir la cualidad icónica de una idea imprecisa o ente, para reproducir un concepto en
una imagen´ (Moscovici, 1984, p.38). Muchos conceptos científicos y tecnológicos pasan
por este tipo de transformación mientras se diseminan dentro del uso y el discurso del
lenguaje cotidiano. La propia investigación de Moscovici (1961, 2008) sobre la difusión de
conceptos psicoanalíticos a través de secciones de la sociedad francesa fue esencialmente un
estudio del proceso de objetivación. Moscovici fue capaz de mostrar como personas laicas
adoptaron nociones freudianas como el consiente, inconsciente, represión, complejos y las
usaron para explicar si propio comportamiento y el de los demás. En el proceso de este uso,
estas categorías conceptuales y analíticas son transformadas en entes objetivos con
propiedades que las retratan como con una existencia independiente. Entonces, constructos
abstractos como ´mente´ o ´ego ´son percibidas como entidades físicas y ´represión´ y
´complejos´ son construidos como condiciones objetivas que afectan a las personas. Este
proceso de objetivación es similar al de la metáfora por lo cual cualquier fenómeno nuevo
puede ser acomodado en términos de similitud a lo ya conocido (Lakoff & Johnson, 1980).
Como Moscovici y Hewstone (1983) señalaron, la difusión y popularización de conceptos
científicos a través de la sociedad está ocurriendo en una [39] tasa rápida a través de los
medios masivos. La proliferación creciente de conocimiento científico a través de todos los
sectores de la sociedad ha convertido al ciudadano de a pie ´científicos amateurs´,
´economistas amateur´, ´psicólogos amateur, ´doctores amateur´, etc. Personas ordinarias con
poco entrenamiento experto discute asuntas como la crisis financiera mundial o GFC, el
cambio climático, dolencias físicas y psicológicas como la depresión o el cáncer, problemas
familiares e interpersonales, etc. La mayoría de este conocimiento se convierte en una parte
integral de la cultura de masas y a la larga esto se convertirá en lo que es comúnmente
conocido como el ´sentido común.

Moscovici y Hewston (1983) describen los tres procesos externos a partir de los cuales el
conocimiento es convertido en sentido común o una representación social: la personificación
del conocimiento, figuración y ontologización. En primer lugar, la personificación del
conocimiento vincula la idea, teoría o concepto hacia una persona o grupo - por ejemplo,
Freud y el psicoanálisis o Einstein y la teoría de la relatividad. La asociación de una idea a
una persona da la idea de una existencia concreta. En segundo lugar, la figuración es el
proceso mediante el cual una noción abstracta es encarnada o dominada por una imagen
metafórica de tal manera que, de nuevo, lo que es conceptual este hecho más concreto o
accesiblemente. Por ejemplo, las metáforas gráficas religiosas, como lo son el libro de la vida
y la mano de Dios fueron usados por tanto científicos como medios de comunicación para
describir la terminación del mapa del genoma humano en el año 2000. De manera similar, la
detección reciente de la evasiva partícula bosón de Higgs en el largo colisionador Hadron en
Cern fue invariablemente referido desde las noticias reportando el descubrimiento de la
´articula de Dios´. Estas metáforas sirven para anclar la comprensión del público sobre estos
hitos científicos hacia conocimiento cultural ya existente. Tercero, ontologizar es el proceso
mediante el cual un constructo verbal o conceptual es imbuido con propiedades físicas – por
ejemplo, conceptos abstractos como ´mente´ o ´neurosis´ se convierten en construidos como
un fenómeno material. Estos tres procesos contribuyen al desarrollo de conocimiento
altamente especializado más asequible a la comunidad ´laica´ de tal forma que la
comunicación acerca de este conocimiento puede tomar un lugar.

Los universos consensuados y reificados:


Moscovici sugiere que existen dos tipos distintos y diferentes de realidad: el universo
reificado, el cual es el mundo de la ciencia y el universo consensuado, el cual es el mundo
del sentido-común. La transformación del conocimiento experto en sentido común marca la
distinción entre los universos reificado y consensuado. El universo consensual está
comprendido en las representaciones sociales las cuales son creadas, usadas y reconstituidas
por personas para dar sentido de la vida cotidiana. El universo reificado es el cual en donde
el científico experto habita –uno en donde los sujetos científicos reducen la realidad a un
riguroso escrutinio y experimentación. Las leyes de la ciencia gobiernan el universo reificado
en donde el pensamiento humano toma una forma lógica y racional. Moscovici argumenta
que es el universo consensual en el cual los psicólogos sociales deberían estar interesados:
como las personas ordinarias crean y usan el significado para para darle sentido a su mundo.
Al distinguir entre la forma de pensamiento que caracterizan el mundo científico reificado y
las representaciones sociales que constituyen el sentido común, Moscovici (2001) no [40]
está sugiriendo que el pensamiento cotidiano (como opuesto a la razón científica), está lleno
de distorsiones, parcialidades, ilusiones y malas percepciones. Esto se ha convertido en un
principio central de la tradición de la cognición social, que la percepción humana es
´defectuosa´ o ´inferior´ a la razón científica. Al contrario, Moscovici (2001) sugiere que al
entender las representaciones sociales subyacentes que constituyen el sentido común, los
científicos sociales comenzaran a comprender el pegamento social que deriva de los valores
compartidos y creencias. Como reitera Moscovici (2005, p. xi) ´desde el comienzo, la teoría
de las representaciones sociales ha apuntado de todas las maneras para defender el derecho
de las personas ordinarias y a los conocimientos tradicionales contra los ataques y calumnias
de los cuales han sido objeto´. Además, cualquier delineación entre el pensamiento científico
experto y el pensamiento ´laico´ cotidiano se vuelve borroso cuando se considera el trabajo
en la sociología de la ciencia mostrando que el conocimiento científico mostrando que el
conocimiento científico no es inmune a las representaciones sociales. Los científicos también
se sustentan en las representaciones sociales para construir una realidad y para impregnar sus
actividades de significado. (ej. Gilbert & Mulkay, 1984; Laotur, 1991). Lo que hace esta
delimitación entre los universos reificados y consensuales, sin embargo, es enfatizar la
significancia del conocimiento experto en la constitución del conocimiento social
contemporáneo.

La creciente proliferación de la ciencia y el conocimiento experto dota al universo reificado


con una significancia considerable en el mundo moderno. Este conocimiento experto es
transformado o representado y apropiado en el universo consensual para que pueda ser más
asequible e inteligible. Esta versión re-presentada eventualmente toma forma y contribuye a
la reserva de conocimiento de sentido común, el cual es dibujado por las personas para
entender a la realidad social. Las personas comunes reducen teorías complejas en núcleos
figurativos de imágenes y conceptos para re-presentar este conocimiento en una forma más
simplificada y culturalmente accesible.

El caso del psicoanálisis ya ha sido discutido. Moscovici y Hewstone (1983) también


discuten la transformación de que la teoría de la especialización hemisférica fue sometida
cuando se popularizo en el universo consensual. La mayoría de personas del común a través
de la prensa popular y los medios, han sido introducidos a la noción de que el hemisferio
izquierdo se especializa en el pensamiento lógico, analítico o racional, mientras que el
hemisferio derecho se dice que está relacionado con tareas más intuitivas, emocionales o
subjetivas. Este dualismo cerebral, que se originó en el universo reificado de la neurociencia
fue utilizado por las personas y la prensa popular para explicar un amplio rango de tendencias
culturales opuestas en el comportamiento humano como lo son la ´feminidad´ vs
´masculinidad´ y el pensamiento racional vs el instintivo. La aproximación del cerebro
dividido se ha proliferado tan ampliamente que está ahora dotado con una realidad objetiva
y se ha convertido en parte del conocimiento de sentido común:

Una vez que la sociedad ha alcanzado un paradigma o núcleo figurativo encuentra


más fácil hablar acerca de lo que el paradigma defiende y debido a esta facilidad las
palabras que se refieren al mismo son usadas más frecuentemente. Entonces emergen
las concepciones y los clichés que resumen y unen las imágenes que anteriormente
fueron distintas. No se habla simplemente de esto, sino que es explotado en
situaciones sociales variadas como un recurso para comprender a los otros y a uno
mismo, de selección y decisión (Moscovici, 1984, p.39) [41]

Núcleo y periferia
Una representación social es un conjunto organizado, coherente y socialmente compartido
de conocimientos acerca de un objeto o dominio de objetos. Implícita en esta
conceptualización esta la noción de estructura-el conjunto de conocimiento que constituye
la representación consiste de un rango de elementos algunos más importantes o centrales que
otros para la total representación (Rateay, Moliner & Abric, 2012). Abric (1976) fue el
primero en distinguir entre lo que es llamado núcleo central y la periferia de la
representación social (Ver también Abric, 1984, 1993, 2001).

El nucleo central de la representación es el sine qua non de la representación. Es definido, al


menos en parte, por el objeto de la representación y por la relación del grupo que sostiene la
representación al objeto de la representación. Escribiendo de esta manera sobre el núcleo
implica una separación entre el objeto de la representación y la representación misma. Esta
separación es la antítesis de la teoría de las representaciones sociales, sin embargo, dado que
el objeto y la representación siempre están definiéndose mutuamente. El núcleo de la
representación es generativo, en el sentido de que determina las reacciones a nueva
información y orienta la representación a su objeto en un ambiente de continuo cambio. El
núcleo también es relativamente estable persistiendo a través de los contextos situacionales.
Y el núcleo es organizacional en donde los otros elementos de la periferia están estructurados
alrededor del núcleo. En contraste, los elementos de la periferia son maleables y flexibles de
tal manera que los elementos del núcleo no permiten una considerable variabilidad individual
y situacional. Si un elemento del núcleo es cambiado, así mismo lo es la representación. Por
otro lado, una representación (y su núcleo) persisten a pesar de cambios en los elementos de
la periferia. (Rataeau et al., 2012).

La aproximación estructural hacia las representaciones sociales y ciertamente el foco dentro


de la teoría de las representaciones sociales sobre el anclaje y la objetivación y los universos
consensuales y reificados, tienden todos a simplemente una visión estática del conocimiento
compartido lo cual es distinto a la teorización original de Moscovici. Este, sin embargo, no
es el caso como investigaciones recientes demuestran. La teoría de las representaciones
sociales no requiere de ninguna manera que los elementos del núcleo deban ser consistentes
uno con otro. En cambio, ellos simplemente deben, en conjunto, estar relacionados y
coherentes alrededor del objeto de la representación. Esto permite que existan las relaciones
contradictorias y dilemáticas alrededor de los elementos del núcleo. Teóricamente, esto
provee una utilidad explicativa mucho más grande, ya que ahora el cambio puede ser
conceptualizado y entendido de una mejor manera (Rateauet al., 2012).

Los elementos inconsistentes dentro de un núcleo de representaciones siguen estando


relacionados entre ellos, unidos en lo que Moscovici ha conceptualizado como themata
(Moscovici, 1994; ver también Markova, 2000). Estos elementos inconsistentes
frecuentemente constituyen juntos una relación dialéctica: los elementos no solo son
inconsistentes, pero mutuamente antagónicos, mutuamente definitorios y juntos en un estado
de tensión que impulsa el cambio y busca la resolución en una síntesis del antagonismo.
Moloney, Hall y Walker (2005) reportaron investigaciones sobre entendimiento social sobre
la donación de órganos, lo que ayuda a explicar algo de esta teoría abstracta. Moloney et al.
Examino la asociación de palabras con una variedad de elementos lingüísticos ampliamente
relacionados a [42] la donación y el trasplante de órganos (definido en un trabajo anterior por
los mismos autores). Una clara estructura subyacente al patrón de las asociaciones era
discernible, en el cual dos elementos centrales eran prominentes – vida y muerte. Estos
conceptos están claramente en una relación antagónica y es esta tensión dialéctica la que
determina como las personas entienden y orientan una variedad de diferentes estímulos
relacionados con la donación de órganos. Volveremos a este asunto de nuevo en el capítulo
3 cuando examinemos en más detalle el trabajo reciente en la teoría de las representaciones
sociales sobre la noción de polifacia cognitiva, - los situados y contradictorios modos de
conocimiento que las personas comúnmente dibujan para darle sentido al mundo (Wagner &
Hayes, 2005).

Investigación empírica en la tradición de representaciones


sociales
Una fuerte característica del trabajo empírico en la tradición de representaciones sociales es
su énfasis en el contenido del conocimiento social más que los procesos subyacentes
cognitivos asociados con este conocimiento (Moscovici, 2001). Farr (1990) también señala
que muchos tópicos estudiados bajo la rúbrica de las representaciones sociales tienden a ser
problemas sociales que han atraído el extenso cubrimiento de los medios y la controversia.
Más recientemente, esto ha incluido el trabajo en las representaciones sociales del ´riesgo´
(Joffe, 2003), los derechos humanos (Doise, 2001; Doise, Spini & Clemence, 1999),
donación y trasplante de órganos (Moloney & Walker, 2002) y la biotecnología (Durant,
Bauer & Gaskell, 1998). Como un ejemplo paradigmático dela investigación en la tradición
de las representaciones sociales, en esta sección presentamos una mirada a la investigación
que ha sido conducida en Europa sobre representaciones emergentes de la biotecnología.

Los diarios reportes de los medios de rápidos avances en el genoma y la biotecnología ha


llevado a un debate público ampliamente extendido y una discusión sobre las implicaciones
sociales, morales y éticas de estos avances científicos. Muchos de estos avances son
presentados como llenos de oportunidades y con enorme potencial para mejorar nuestro
bienestar a través del alivio y prevención de un rango de enfermedades y condiciones
médicas. Por ejemplo, la reciente terminación del mapa del genoma humano fue reportado
como uno de los avances científicos más importantes en la historia. Las metáforas graficas
fueron empleadas tanto por los medios como por los científicos para representar el
conocimiento científico para el consumo del público. El mapeo del genoma humano fue
representado, por ejemplo, como una búsqueda de la ´búsqueda de la esencia de la vida
humana´ y la decodificación del ´libro de la vida´ (Nelkin & LIndee, 1995; Nerlich, Dingwall
& Clarke, 2002; Petersen, 2001). Al mismo tiempo, sin embargo, había existido una creciente
preocupación del público y una resistencia a algunos de estos desarrollos, particularmente en
lo que se refiere a los usos potenciales (y abusos) de la información genética y su
intervención.

Durante este periodo de rápidos avances científicos en el genoma, un grupo de psicólogos


sociales europeos ha investigado la representación pública de los europeos sobre la
biotecnología. Esto [43] consistía en un estudio longitudinal a gran escala designado para
evaluar las percepciones públicas y los entendimientos sobre biotecnología en varias
naciones europeas, utilizando métodos de investigación tanto cualitativos como
cuantitativos. Estos métodos incluían encuestas de cuestionario (la encuesta del euro
barómetro de 1996 y 1997), el análisis cualitativo de las historias de medios y políticas
enunciadas sobre la biotecnología (1984-1996), así como discusiones de grupos focales con
miembros del público (1999-2000).
Libro de texto 2.2

Debatiendo el cambio climático

El cambio climático antropogénico (causado por el ser humano) es un asunto que ha atraído
una considerable cantidad de controversia en las ultimas 3 décadas. Esta controversia
vislumbra la creciente importancia del involucramiento público con la ciencia para la
generación de políticas científicamente basadas. El debate alrededor del cambio climático ha
sido único en las enteramente opuestas perspectivas que existen a su alrededor (1) la realidad
del cambio climático; (2) sus causas humanas; y (3) los resultados proyectados. Preguntas que
un psicólogo social podría hacer en referencia al debate sobre el cambio climático podrían
ser: ¿Cuáles son los factores que alimentan el debate? ¿Cómo es la ciencia entendida por la
sociedad? ¿Cuáles son las implicaciones políticas de este debate?
Un evento que ha contribuido indudablemente al debate alrededor del cambio
climático es el evento que fue conocido como ´clima-gate´. En el 2009 se filtraron emails
emergieron desde el instituto de cambio climático de la universidad East Anglia, sobre los
cuales se reclamó que eran pruebas de que los científicos del cambio climático habían
manipulado y suprimido información para poder sustentar empíricamente el calentamiento
global. Mientras que un número de investigaciones independientes eximieron a los científicos
de cualquier mal proceder, el incidente atrajo atención mediática considerable alrededor del
mundo y fue vista por muchos como la evidencia de que el cambio climático antropogénico
era una “estafa”.
La teoría de las representaciones sociales (SRT), con su foco en la transformación del
conocimiento científico en interpretaciones del sentido común, provee de una forma para
que los psicólogos sociales puedan mirar la controversia sobre el cambio climático como una
emergente representación del conocimiento científico en el dominio público. El incidente del
´clima-gate´ en particular proporciona un fondo para analizar como las controversias
científicas son construidas y contestadas por miembros del público.
Jaspal, Nerlich y Koteyko (2012) investigaron las representaciones del cambio
climático en relación con la controversia del clima-gate en un estudio que analizó comentarios
de lectores en línea del periódico tabloide británico ´The Daily Mail´. Estos datos de
ocurrencia natural capturan los textos y habla de las personas comunes de la vida real
proporcionando de esta manera una excelente fuente de datos para examinar la comprensión
del sentido-común y las construcciones sobre el cambio climático.
Los autores describieron dos tipos de representación en relación con la controversia
sobre el cambio climático. La representación ´hegemónica´ es la representación dominante
[44] acerca del cambio climático, la cual en la Europa occidental sostiene que el cambio
climático es una amenaza genuina y seria causada principalmente por la actividad humana.
La representación ´polémica´ es generada en el curso de del conflicto social y toma una visión
opuesta a la representación hegemónica. En relación al cambio climático, la representación
polémica es que es bien sea un fenómeno de ocurrencia natural o una estafa inexistente
llevada a cabo por gobiernos, científicos u otras instituciones por razones políticas o
económicas. Mientras que la SRT ha articulado tradicionalmente la transformación del
conocimiento científico en entendimiento del sentido común, asumiendo una confianza
implícita en la ciencia por parte del público (Irwin, 1995), Jaspal et al. (2012) demostraron
como la denigración de la ciencia puede formar la perspectiva del sentido común.
a
La representación hegemónica del cambio climático es socavada y deslegitimada al
anclar las categorías de ´ciencia´ y ´científicos´ con ´políticos´ y ´dinero´. Una forma retorica es
dada a representación polémica tal que lo que cuenta como sentido común no es una
transformación del conocimiento científico, sino un rechazo del mismo.
Jaspal et al. (2012) argumenta que las estrategias para rechazar la representación
hegemónica del cambio climático siempre han estado disponibles, pero que el cambio climático
proporciono el ´material que pudo ser usado para crear legitimidad en el uso de tales
estrategias´ (p.20). El clima-gate funciona como un recurso retorico para construcciones
polémicas sobre el cambio climático y la resistencia subsecuente a la representación
hegemónica al proporcionar un detalle que sirvió como ´evidencia´ para construir una
representación alternativa, contiende a la representación hegemónica y convence a otros de la
validez de la alternativa representación polémica (Jaspal et al., 2012). Piensa
sobre el cambio climático como tú lo entiendes en relación con los principios de la SRT:

 ¿Estas más convencido por la representación polémica o hegemónica sobre el cambio


climático?
 Objetivación: ¿qué imágenes u objetos asocias con el cambio climático?
 Anclaje: ¿Qué ideas previas usas para anclar el cambio climático en el conocimiento
familiar?

La encuesta Euro barómetro


La encuesta Euro barómetro (Durant et al., 1998) encontró el público europeo mostro una
considerable ambivalencia hacia la biotecnología. Aunque había un apoyo considerable a los
avances biotecnológicos en medicina, especialmente en el área de las pruebas genéticas,
existía, en contraste, significativamente menos apoyo para los alimentos genéticamente
modificados (GM), e incluso menos apoyo para la investigación con animales genéticamente
modificados y xenotrasplantes (trasplantar órganos de no humanos a humanos animales). La
oposición [45] a las aplicaciones dos posteriores fue primariamente asociado con objeciones
morales a este tipo de investigación experimental. La encuesta también concluyó que la
preocupación del publico estuvo vinculada con una falta de confianza en los cuerpos
nacionales y las instituciones para “contar la verdad” acerca de la biotecnología y a regularla
adecuadamente. El estudio también contradijo los reclamos que incrementaron el
conocimiento público sobre la biotecnología debería llevar a un apoyo mayor; en cambio, las
personas con mayor conocimiento tuvieron opiniones más fuertes acerca de la biotecnología,
pero esto podría ser positivo o negativo.

Investigación cualitativa
Aunque aquellas encuestas cuantitativas como el Euro barómetro sobre Biotecnología revelo
tendencias interesantes, estas meramente ´rascaron´ en la superficie de las complejas
representaciones públicas y entendimiento sobre la biotecnología. Las encuestas no están
diseñadas para responder preguntas acerca de las representaciones que forman y subyacen
las respuestas ambivalentes a los elementos de los cuestionarios. Aunque los datos de la
encuesta nos pueden decir que el público encuentra algunas formas de biotecnología
moralmente inaceptables o ´riesgosos´, estos no revelan la exacta naturaleza de estas
preocupaciones morales o como están enmarcadas por el público. Por estas razones, una serie
de grupos focales de discusión fue conducida con diez de los países participantes para
proporcionar una rica y detallada comprensión de las percepciones del público sobre la
biotecnología (Wagner et al., 2001). Aunque había variaciones locales en los asuntos que
emergían en los grupos focales a lo largo de los países participantes, existía sin embargo
preocupación común y entendimiento que fue compartido a lo largo de toda la muestra. A
grandes rasgos, como los estudios de encuestas anteriores sugirieron, los europeos eran
ambivalentes acerca de la biotecnología: aunque reconociendo sus beneficios potenciales,
también fue representado su riesgo potencial e inseguridad debido a su trayectoria y
desarrollo desconocido. La metáfora del tren descarrilado fue usada para representar la
biotecnología como una fuerza en aceleración con la cual el público no podría mantener el
paso, y cuyas autoridades institucionales luchaban para controlar adecuadamente. Esta
representación de la inevitabilidad e incontrolabilidad del progreso científico, como está
incorporado en la biotecnología, resuena con las proposiciones de Warner y Kronberger
(2001) de que el público se esfuerza por entender estos rápidos avances para representarlos
en sus propios imaginarios puede ser descrita como una forma de copiado simbólico (ver
Wagner Kronberger & Seifert, 2002).
El progreso científico entonces, fue percibido como un dilema que en una mano
proporcionaba ventajas futuras, pero en la otra posibles riesgos y desconocidas y adversas
consecuencias. La idea de un futuro incierto también se encontró que era un tema penetrante
a lo largo de los grupos, a pesar del hecho de que estas preocupaciones eran poco específicas
y le faltaba detalle. Estos miedos proyectados acerca del futuro retrasaron los efectos de los
avances de la biotecnología como lo son los alimentos genéticamente modificados y la
clonación de animales y humanos, fueron frecuentemente ancladas a percances del pasado
como lo fueron el miedo que rodeo la explosión de la enfermedad de la “vaca loca” y sus
variantes humanas, BSE, en el reino unido y el poco claro accidente Chernobyl estos dos
incidentes fueron usados para sembrar duda en la confiabilidad de las autoridades
regulatorias, gobiernos y comunidad científica para que fueran completamente honestos con
el público acerca de los riesgos asociados con la biotecnología. Más adelante los participantes
expresaron [46] una considerable desconfianza sobre lo que ellos describían como poderosos
intereses comerciales asociados con el incremento de la globalización e industrialización de
la producción de alimentos. Los participantes discutían que los consumidores ordinarios y
las instituciones democráticas tenían relativamente poco poder para controlar y regular estos
intereses comerciales. Como un participante británico expresaba:

… muchas cosas se han hecho mal en el pasado todo lo que hemos comido y tomado
y de un momento para otro ellos salen con algo que tiene un problema, y tú piensas que bueno
esto estaba probado por eso tome esta píldora. (citado en Wagner et al., 2001, p. 90).

Representaciones sobre la ´naturaleza´


Juntos, la encuesta Euro barómetro y los grupos focales nos dan una clara indicación de a lo
que nos podríamos referir como la actitud ambivalente del público europeo hacia la
biotecnología. De manera importante, sin embargo, la investigación cualitativa de Wagner et
al (2001) pudo identificar las representaciones subyacentes que levantan esta ambivalencia
actitudinal. La oposición a la biotecnología y los miedos proyectados acerca de su riesgo
potencial fueron formados primariamente por representaciones subyacentes acerca de la
´naturaleza´ y de la ´vida´ que el público invoco en sus argumentos. Una persistente
construcción representaba la naturaleza y la vida como una fuerza espiritual que debería ser
respetada y venerada a cualquier costo. Esta representación de la naturaleza como fuerza
espiritual fue algunas veces anclada a creencias religiosas, de tal manera que expresiones
comunes como jugar con Dios pero entrometerse en la creación de Dios fueron advertencias
morales recurrentes acerca de los usos y abusos de la biotecnología esto contrasto con una
representación más secular pero al mismo tiempo espiritual de la naturaleza que también
percibía la vida como sagrada y como algo con lo que no se debe interferir. Una tercera
representación de la naturaleza fue una esencialmente científica que representaba la
naturaleza como un delicado sistema complejo interrelacionado y balanceado. La
intervención humana en este delicado balance (particularmente en el complejo proceso de
evolución y adaptación) era visto como potencialmente peligroso produciendo efectos
inesperados e irreversibles.

Entonces, algunas aplicaciones de biotecnología fueron percibidas como saboteadoras de la


naturaleza y esta interferencia podría posiblemente infligir podría causar retribuciones más
adelante en el camino. En estas formulaciones la biotecnología fue comúnmente representado
como si estuviera en contra u opuesta a la naturaleza. Esta dicotomía entre biotecnología por
un lado y naturaleza por el otro lado, fue usada como una base para argumentar en contra de
las aplicaciones de la biotecnología, en particular la clonación de seres humanos y animales
(aunque la clonación de células específicas para propósitos médicos fue juzgada como
aceptable). De la misma manera el uso de la prevención genética para bebes probeta o para
identificar la vida considerada como “indigna” fue fuertemente rechazado. Las
preocupaciones acerca de la eugenesia por lo tanto tuvieron protagonismo en los grupos
focales. De nuevo este miedo fue anclado a eventos históricos, en este caso, el proyecto ario
de Hitler en Europa.

Una fuerte oposición a la biotecnología en la producción de alimentos también fue asociada


con representaciones que contrastaron alimentos genéticamente modificados con alimentos
que fueron descritos como naturales, orgánicos o saludables. Incluso la preparación diaria de
comida y su consumo fueron vistas como marcadores significantes de cultura e identidad. La
comida, por lo tanto, fue simbólicamente representativa de la cultura e identidades locales:
la creciente comercialización e industrialización de producción de comida fueron vistas como
amenazas hacia la identidad y las prácticas culturales como argumenta Wagner et al. (2001,p
23), la oposición a los alimentos genéticamente modificados “es una manifestación del
rechazo a la industrialización de la producción de alimentos, un re descubrimiento de la
significancia de los alimentos para estilos de vida saludables y sus significados sociales y
culturales”.

Esta investigación, por lo tanto, sugiera que las representaciones de la biotecnología están
arraigadas en significados culturalmente compartidos y prácticas formadoras de sentido que
prestan entendimiento a fenómenos complejos. De manera importante tanto las
representaciones religiosas como seculares de la naturaleza y la vida son centrales en la
formación de la visión del publico acerca de la biotecnología. Además, las ansiedades y
miedos del público hacia la tecnología también están arraigadas en experiencias pasadas, en
las cuales las promesas de los científicos y expertos hacia el público acerca de su seguridad
en las cuales las garantías de científicos y expertos hacia el público acerca de su seguridad
se han encontrado esperando. No es sorprendente entonces, que el público sea tan
ambivalente acerca de los avances científicos en genoma y biotecnología.

Resumen
Las representaciones sociales se refieren a ideas, pensamientos, imágenes y estructuras de
conocimiento las cuales comparten los miembros de una sociedad o colectividad. Estas
estructuras consensuales son creadas socialmente a través de la comunicación y la interacción
entre y a través de personas. Las representaciones convencionalizan o anclan objetos sociales,
personas y eventos entre un contexto categórico familiar-ellas le dan sentido a lo extraño.
Las representaciones son reducidas u objetivadas dentro de elementos tanto cognitivos como
pictóricos los cuales forman juntos una base de núcleos figurativos guardados en la memoria
y accesados durante la comunicación y la interacción. Muchas de nuestras representaciones
sociales vienen del mundo de la ciencia que nos ha sido comunicado a través de los medios
masivos y elaborados por personas ordinarias para ayudar a darles sentido a la vida cotidiana.
En resumen, la teoría de las representaciones sociales es “un marco conceptual flexible que
nos permite entender y explicar la manera en que los grupos e individuos elaboran,
trasforman y comunican su realidad social” (Rateau et al., 2012, p. 477).
Introducción a la psicología discursiva
Las tres aproximaciones teóricas que hemos considerado hasta ahora-cognición social,
identidad social y representaciones sociales-adhieren a la noción de representaciones internas
mentales. La presuposición filosófica básica que subyace esta noción es que la maquinaria
cognitiva interna maneja el entendimiento y la experiencia humana y que la tarea de la
psicología, incluso la psicología social, es la de estudiar y analizar esta arquitectura cognitiva
subyacente. Desde esta perspectiva, la cognición es conceptualizada como anterior al
lenguaje y el lenguaje es visto como comunicación media a través de la cual la cognición
encuentra expresión. Aunque las tres aproximaciones enfatizan en la naturaleza
constructivista [48] del pensamiento humano, todas se suscriben a un realismo
epistemológico: una creencia de que existe un dominio de datos que pueden ser conocidos
acerca de la experiencia humana y la conciencia los cuales puedes ser descubiertos a través
de la razón y la racionalidad (ciencia) o a través de métodos hermenéutico interpretativos. La
emergencia de perspectivas criticas como el post estructuralismo y la teoría social post
modernista a través de varias disciplinas ha desafiado al realismo epistemológico. Este
desafío puede ser atribuido al creciente interés en el rol y función del lenguaje como una
fuerza constitutiva socialmente en conciencia y experiencia. Este giro del lenguaje es
reflejado en el floreciente desarrollo de la investigación del discurso analítico dentro de la
psicología social. En esta sección consideraremos esta tradición en la investigación y la
crítica radical que ha direccionado hacia muchos de los conceptos centrales tomados por
sentado en la psicología social.

Psicología social crítica


El movimiento social constructivista (Gergen, 1985, 1999) estuvo entre las primeras escuelas
de psicología en adoptar el postmodernismo crítico de la ciencia empírico-positivista y su
concepto de verdad y conocimiento. Representando una suelta asociación de críticos de
diferentes antecedentes intelectuales (feministas, hermenéuticos, marxistas y críticos
teóricos), el construccionismo social en lo que refiere a conocimiento psicológico como
socialmente construido a través de significados culturales negociados que son prevalentes
históricamente. Deconstruir este conocimiento al elucidar sus fundamentos culturales y
muchas veces políticos ha sido una preocupación mayor para el construccionismo social. Por
ejemplo, los feministas críticos han señalado el sesgo androcéntrico implícito en muchas
teorías y practicas psicológicas, el cual, sucesivamente ha justificado y reproducido formas
de opresión patriarcal dentro de la disciplina, así como en la sociedad en general (Hare-
Mustin & Maracek, 1988; Wilkinson & Kitzinger, 1996).

Cada vez más estas aproximaciones criticas al conocimiento psicológicas están siendo
referidas colectivamente como crítica social psicológica (Hepburn, 2003; Ibanez & Iniguez,
1997; Tuffin, 2005). Como lo explica Hepburn (2003) la crítica social psicológica es “critica”
en dos maneras. primero es una crítica a la psicología, sus teorías, modelos y prácticas,
argumentando que como disciplina la psicología ha producido modelos asociales,
descontextualizados y deshumanizantes de las personas. Segundo al explícitamente
involucrarse con asuntos sociales y políticos centrales para la sociedad es particularmente
critico el rol de la psicología en el mantenimiento, reproducción y legitimación de relaciones
y prácticas opresivas. Como una tradición de investigación, la psicología discursiva
representa una de estas aproximaciones críticas, pero como veremos existe un numero de
aproximaciones discursivas que difieren filosóficamente unas de otras.

Han pasado ya más de 25 años desde la publicación en 1987 de discurso y psicología social:
más allá de las actitudes y el comportamiento, por Jonathan Potter y Margaret Wetherell.
Este libro innovador es ampliamente reconocido como contribuyente a una revolución
silenciosa en la psicología social al abogar por una manera fundamentalmente diferente de
hacer psicología social (ver Augoustinos & Tileaga, 2012). En ese punto del tiempo y por
algún tiempo más, esta nueva manera de hacer psicología social fue referida como “análisis
discursivo”, teniendo como su preocupación principal [49] el estudio del discurso situado
(tanto escrito como hablado) y su rol en la construcción de realidad social. el análisis del
discurso, o DA como es comúnmente conocido probo ser una descripción inadecuada de esta
aproximación, ya que el nombre implicaba simplemente un método que tal vez podría ser
llevado a otros métodos en psicología. El uso de la psicología discursiva, o DP desde 1992
en adelante (Edwards & Potter, 1992), enfatizo que la epistemología que apuntala este
trabajo era fundamentalmente diferente de la epistemología positivista y realista de la
psicología social dominante. Específicamente, la DP es construccionista social y no
cognitivista, y fundamentalmente “re-trabaja” temas centrales para la psicología social
tradicional temas como lo son el yo y la identidad, atribuciones, actitudes, prejuicio y
racismo.

Hoy, la psicología discursiva ha proliferado como una tradición distinta de investigación


psicológica, especialmente en gran Bretaña donde durante los últimos 25 años ha generado
un cuerpo significante de escolaridad (Billig, 2012). Es importante, sin embargo, enfatizar
que la psicología discursiva no representa una aproximación unificada. Así como todas las
tradiciones intelectuales, un número de escuelas se ha desarrollado diferenciándose entre
ellas de maneras importantes. Aunque de alguna manera simplificando esta diversidad, es de
cualquier manera útil presentar el trabajo discursivo como una continuidad que es
representada por dos distintos e influyentes aproximaciones en cada fin.

El primero de estos puede ser ampliamente identificado por el trabajo de Jonathan Potter y
Dereck Edwards quienes han desarrollado una aproximación que esta significativamente
influenciada por el análisis conversacional y cuyo enfoque está en la naturaleza local,
interactiva y secuencial de la conversación cotidiana en sus ajustes naturales (Edwards, 1997,
2012; Edwards & Potter, 1996,2012). En el otro extremo del espectro, está la psicología
critica discursiva, la cual es tal vez mejor ejemplificada por el trabajo de Ian Parker (2002).
Esta aproximación tardía se llama a si misma crítica para enfatizar su agenda política
explicita y su epistemología critica, realista y materialista. Mientras este trabajo está
informado desde el construccionismo social, enfatizando la dificultad de indagar en una
verdadera versión de la realidad, mantiene sin embargo que es posible llegar a una versión
verídica que corte con las capas mitificantes de la ideología. Esto entra en contraste con el
trabajo de Potter y Edwards, el cual mantiene una epistemología relativista que cuestiona la
noción de una realidad fija e inteligible (Edwards, Ashmore &Potter, 1995) y Michael Billig
(1991,1999) cuyo trabajo toma prestadas las ideas del análisis conversacional, pero también
atiende a las maneras en las cuales el discurso (y la retórica) están formados por prácticas
formadoras de sentido y recursos discursivos que penetran en una sociedad o cultura
tradicional, pueden encontrarse en algún lugar en el medio de estas dos aproximaciones
contrastantes. A lo largo de este libro usaremos la categoría genérica de ´psicología
discursiva´ al referirnos a todas estas aproximaciones. Nos basaremos predominantemente
en investigaciones discursivas que aborden explícitamente la reformulación de temáticas
centrales en la psicología social usando el análisis empírico del discurso. La mayoría de este
trabajo ha sido influenciado primaria, pero no exclusivamente, por la escuela de psicología
discursiva de Loughborough. [50]

Influencias intelectuales en la psicología discursiva


La psicología discursiva se ha dibujado desde varias influencias intelectuales, no la última
de las cuales ha sido ha sido el movimiento de construccionismo social y su crítica a la
psicología tradicional. Mientras no podemos hacer justicia al rango completo de influencias
en esta breve introducción, mencionamos tres influencias que son centrales para entender
algunas de los principios del trabajo discursivo.

Lingüistas filosóficos
El reciente “giro al lenguaje” que muchas áreas de las humanidades y ciencias sociales han
experimentado es en parte debido al creciente interés en los escritos filosóficos tardíos de
Wittgenstein (Investigaciones Filosóficas, 1953), los cuales enfatizaron en la naturaleza
contextual e interactiva del lenguaje. En contraste a las teorías convencionales que teorizan
el lenguaje como un abstracto y coherente sistema de nombres y reglas, Wittgenstein vio al
lenguaje como una práctica social. Mientras el primero trata al lenguaje como un “espejo de
la realidad”, reflejando un mundo que “está ahí”, Wittgenstein argumentaba que las palabras
y el lenguaje no tienen significados objetivos e independientes afuera del contexto y los
escenarios en los cuales estos son usados. Además, Wittgenstein desafió la visión de que el
lenguaje era meramente un medio a través del cual las personas expresan y comunican
fenómenos mentales como sentimientos o creencias. Wittgenstein rechazo la comprensión
dominante y convencional tanto en la filosofía como en la filosofía, de que existen dos
sistemas separados y paralelos – cognición y lenguaje- uno privado el otro público. En
cambio, Wittgenstein argumento que “el lenguaje mismo es un vehículo del pensamiento”
(1953, p. 329).

Este énfasis en el lenguaje como práctica social es central para la psicología discursiva, que
busca analizar empíricamente como el lenguaje es usado en las actividades y escenarios
cotidianos por los participantes. Esta orientación en la acción del habla o del discurso situado
está asociada con otra influencia importante en la psicología discursiva: La teoría del discurso
acto de John Austin (1962). La teoría del discurso acto enfatiza como las personas usan el
lenguaje “para hacer cosas”, para lograr ciertas metas. Las palabras no son simplemente
herramientas abstractas usadas para describir cosas, estas también son usadas para hacer que
ciertas cosas sucedan. Las personas usan el lenguaje para persuadir, culpar, excusar y
presentarse en la mejor manera posible. Por lo tanto, el lenguaje es funcional - “hace que las
cosas pasen” (Potter & Wetherell, 1987).

Etnometodología y análisis conversacional


El análisis conversacional (CA, por sus siglas en inglés) es una rama particular de la
sociología que ha sistemáticamente examinado el uso ordinario y cotidiano del habla, lo que
tiene consecuencias prácticas para los participantes. La CA se ha vuelto cada vez más
influyente en la psicología discursiva. Es una aproximación etnometodologica que estudia el
uso del lenguaje y la conversación en su escenario cotidiano natural. En contraste con la
ciencia cognitiva y socio-lingüística que trata al lenguaje como un sistema abstracto de reglas
y categorías, la CA empieza con el habla real de las personas [51] en la interacción social -
“interacción-hablada”, como es popularmente conocida. Las figuras centrales en el
desarrollo de la CA como Harvey Sacks, Emanuel Schegloff y Gail Jefferson, han
demostrado a través del análisis cercano de materiales conversacionales en los que la
conversación cotidiana esta ordenada y demuestra regularidades confiables en sus
organizaciones secuenciales turno-por-turno (Sacks, 1995, Schegloff & Jefferson, 1974). Los
ejemplos más obvios de regularidad con patrones en la conversación incluyen secuencias
conocidas como “pares de adyacencia” – las preguntas usualmente están seguidas de
respuestas, los saludos son comúnmente recíprocos y las invitaciones son seguidas de rechazo
o aceptación. La CA atiende a las maneras en las cuales el habla de los participantes está
orientada a preocupaciones prácticas de la interacción social; como, por ejemplo,
descripciones, cuentas y categorías en conversaciones son puestas juntas para interpretar
acciones muy específicas como lo son la justificación, explicación, culpa, excusa, etc. Por
ejemplo, Edwards (1977) ha enfatizado que la persistente característica del habla cotidiano y
la conversación es que los participantes atienden a su propio riesgo y responsabilidad.

La psicología social ha típicamente tratado la interacción hablada como primariamente


inconsecuente a la vida social (Ver libro de texto 2.3). Además, como una fuente de datos
naturales, la conversación cotidiana es vista como “confusa”, contiene dudas, pausas,
interrupciones, auto-correcciones, etc. La CA, sin embargo, enfatiza como aquellas
características del habla pueden ser altamente relevantes en la interacción, lo que ha llevado
a requerimientos muy específicos en referencia al nivel de la transcripción recomendado para
los materiales del trabajo en CA. Es típico en CA incluir detalles en transcripciones como el
largo de las pausas, el habla superpuesta, entonación, vacilación, énfasis y volumen. Además,
CA esta fundamentalmente preocupada en como los participantes tratan la interacción, lo que
los participantes tratan como relevante, como ellos exhiben el entendimiento, el desacuerdo,
etc. En su habla. Los analistas no deberían imponer sus propias categorías de entendimiento
en los materiales conversacionales, ni deberían inferir motivaciones subyacentes o
cogniciones del habla de los participantes. El habla en si misma y su orientación a la acción
es el foco de análisis (Schegloff, 1977).
Libro de texto 2.3

Hablar es barato

Un área demasiado descuidada de la investigación empírica en psicología ha sido el uso


cotidiano del lenguaje, En lugar de analizar el habla en sí o la conversación natural para entender como
las personas construyen para comprender como las personas construyen significado en su vida
cotidiana, discuten, cooperan, persuaden, atribuyen, culpan, evalúan, etc. Los psicólogos en cambio
han tratado de llegar a estos fenómenos psicológicos de formas indirectas que miden cogniciones
subyacentes. Ciertamente, la psicología ha asumido que tú no puedes genuinamente acceder a estos
fenómenos psicológicos confiando en lo que las personas dicen. Los “verdaderos” sentimientos y
opiniones son asumidos como residentes dentro de un campo interno cognitivo que es privado y que
puede no ser públicamente accesible.
Abajo hay un extracto tomado de una publicidad para una emisora de radio de conversación
en Brisbane, Australia. Señala el poder constructivo del habla-su capacidad para hacer cosas más que
simplemente reflejar o representar estados cognitivos subyacentes.

Hablar es rápido, pero puede liberar tu mente

Puede empezar una guerra

Hablar puede terminar una guerra

Puede romper tu corazón, cambiar tu vida

Hablar es “Yo soy”, “yo hago”, “no fui yo”, “no estuve ahí”

Puede derrocar un gobierno

Hablar puede inspirar una nación, puede mover a los hombres a la grandeza

Conducir a los hombres al mal, la ira, risa, amor, odio

Puede salvar una vida, condenar, redimir

Hablar puede unir a una comunidad, o partirla en pedazos

Esparcir una mentira, revelar la verdad

Tu comunidad está hablando. Únete a la conversación

News talk 4BC 11:16 AM y online.

Piensa acerca de lo que esta publicidad está diciendo acerca del poder que tienen las palabras
para formar realidades. Esta perspectiva re-conceptualiza el habla como un tipo de práctica social –
una actividad que tiene consecuencias prácticas para los participantes. Piensa acerca de los diferentes
tipos de trabajo o actividades que puedes realizar en tus charlas cotidianas.
Posestructuralismo y Foucault

Otra influencia importante en el trabajo discursivo es el posestructuralismo y en particular el


trabajo de Michel Foucault. A pesar del enorme impacto e influencia que han tenido los
trabajos de Foucault en las humanidades y ciencias sociales generalmente, la psicología como
disciplina ha permanecido largamente impermeable a sus prolíficos escritos sobre la
naturaleza del conocimiento y la subjetividad. Esto no es una sorpresa dado que el tema de
estudio de los escritos de Foucault, el cual desafió nociones tradicionales de la verdad y el
conocimiento (Foucault, 1972).

Foucault estaba interesado en la emergencia histórica y el desarrollo de varias disciplinas de


conocimiento, particularmente las ciencias sociales y como este cuerpo de ejercicios de
conocimiento científico ejerce el poder al regular el comportamiento y las subjetividades de
los individuos a través de todas las capas de la sociedad. Foucault argumento que el poder
moderno es obtenido largamente a través de la auto-regulación y la auto-disciplina de
individuos para comportarse en maneras que son largamente consistentes con discursos
dominantes acerca de lo que es ser humano. Estos discursos forman y modelan nuestras
subjetividades, las personas en las que a la larga nos convertimos. Por ejemplo, los discursos
dominantes de la psicología acerca del yo durante una gran parte de este siglo han exaltado
las virtudes del pensamiento lógico racional, orden y consistencia cognitiva, estabilidad
emocional y control, integridad moral, independencia y auto dependencia. Estos discursos
humanistas son poderosos son poderosos en el sentido en que han contribuido en la formación
de ciertas prácticas comportamentales, modos de pensamiento y de estructuras institucionales
los cuales funcionan para producir personas que posean estas cualidades valoradas. Además,
han surgido instituciones y prácticas han emergido las cuales rehabilitan, trata y consuelan
aquellos que fallan en convertirse individuos racionales, auto-suficientes, capaces y
emocionalmente estables. Por lo tanto, la psicología como cuerpo de conocimiento y
disciplina científicamente legitimada, forma y prescribe lo que es ser un individuo sano y
bien ajustado (Rose, 1989).

Cambiando al sujeto: Psicología, regulación social y subjetividad, de Henriques, Hollway,


Urwin, Venn y Walkerdine (1984, 1998), estuvo entre los primeros libros dentro de la
psicología que se involucra directamente con los escritos de Foucault sobre las formas
modernas de subjetividad y el rol de la psicología en la producción de sujetos e identidades
formadas por los discursos dominantes del individualismo y el cognitivismo. Como lo
veremos más adelante, los psicólogos discursivos que derivan de esta tradición de trabajo y
particularmente del trabajo de Foucault, entienden y usan el término “discurso” de una
manera diferencial de a aquellos que usan este término para referirse al habla y a la
conversación cotidiana. La influencia de Foucault en el discurso psicológico, sin embargo,
no debe ser sobreestimada, especialmente en el desarrollo de la psicología critica discursiva.

Principios fundamentales en la psicología discursiva


Existen varios principios que definen los principios de la psicología discursiva, pero en esta
breve introducción nos gustaría enfatizar al menos en cuatro de estos: (1) el discurso es
constitutivo; (2) el discurso es funcional; (3) el discurso es unido por recursos y practicas
discursivas; (4) el discurso construye identidades en el habla.

El discurso es constitutivo
La investigación discursiva esta primariamente interesada en como las personas usamos el
lenguaje para entender y darle sentido a la vida cotidiana. El discurso es visto como reflexivo
y contextual, construyendo la misma naturaleza de objetos y eventos mientras estos son
mencionados. Esto enfatiza la naturaleza constructiva y el rol del discurso como es usado en
la vida cotidiana. Esto es fundamentalmente diferente de la aproximación tomada en la
cognición social, teoría de identidad social y en una extensión menor, la teoría de las
representaciones sociales. Estas aproximaciones teóricas tienen en su núcleo meta-teoría
perceptual cognitiva (Edwards, 1997) que amenaza los objetos en el mundo o “realidad”
como algo dado a problemático. La “realidad en esta perspectiva, es percibida y trabajada
sobre unos procesos cognitivas computacionales. [54], que son entonces, finalmente
reflejados en el discurso. Esta relación puede ser resumida en la siguiente representación
(Potter, 2000)
Realidad ---- percepción ------- discurso

El cognitivismo perceptual trata al discurso como meramente reflejando un estable y


presupuesto mundo que “está ahí”. En contraste, la psicología discursiva invierte esta
aproximación tradicional y amenaza el discurso como analíticamente anterior a la percepción
y la realidad (Potter, 2000)

Discurso --- percepción ----- realidad

La psicología discursiva empieza con el discurso en sí mismo, con descripciones y


señalamientos de eventos y asuntos que son producidos con el habla. El discurso por lo tanto
constituye – objetos, eventos, identidades, relaciones sociales están construidas por las
palabras específicas y categorías que usamos para hablar acerca de ellos. Esto en un contraste
rígido con las aproximaciones psicológicas que tratan el lenguaje como neutral, un medio
transparente que meramente refleja el mundo (Wetherell, 2001). La metáfora dominante del
lenguaje es una imagen que refleja la realdad ve el lenguaje como pasivo y sin “hacer nada”
(Edwards 1997, Wetherell, 2001). En el trabajo discursivo, el lenguaje es visto como
activamente construyendo versiones del mundo.

El discurso es funcional
Otro principio central en el trabajo discursivo es que el discurso es funcional; hablar es una
práctica social que logre las acciones sociales en el mundo. Lo que las personas digan
depende del contexto particular en el cual sea hablado y las funciones a las que sirve. En el
menguante flujo de la vida cotidiana el contexto dentro del cual se habla ocurre y su función
continuamente cambia. Mientras las personas se involucran en conversaciones con otros,
ellos construyen y negocian los significados, o el contexto o la misma realidad de la que están
hablando. En contraste con la mayoría de las aproximaciones en la psicología social, las
cuales miran hacia la estabilidad y consistencia de las cogniciones de las personas, la
psicología discursiva enfatiza en la inherente variabilidad de lo que las personas dicen, como
contenido es visto para reflejar cambios conceptuales y las funciones a las que el habla sirve.
Entonces, por ejemplo, las visiones o responsabilidades de las personas acerca de un asunto
en particular son posiblemente para variar dependiendo de cómo la charla es organizada y lo
que está organizada para hacer: por ejemplo, ¿está organizada de tal manera para justificar
una posición, atribuir culpa, presentar nuestra posición de una manera positiva? La
investigación discursiva, por lo tanto, está interesada en analizar porque una particular
versión de la realidad social está construida en una forma particular y lo que logra en este
particular contexto, Por lo tanto, el foco está en el discurso mismo: como está organizado y
que está haciendo (Potter & Weetherell, 1987, p. 4; énfasis original). Volveremos a este rema
en el capítulo 4 sobre las actitudes para demostrar más específicamente como es el aspecto
funcional del dsicurso desafía la aproximación cognitiva tradicionales sobre la actitud
construida en psicología social. Relacionado con esta observación está el discurso es
frecuentemente organizada retóricamente para ser persuasiva. Las personas orientan la
disponibilidad de múltiples y diferentes [55] versiones del mundo en su dsicurso al construir
las construcciones especificas en maneras que minan responsabilidades alternativas, El
trabajo de Billig (1991) en el contexto argumentativo y retorico del discurso ha sido
influyente en el desarrollo de la psicología discursiva y señalaremos en los capítulos
siguientes las características retoricas del habla cotidiana y el discurso.

Recursos y practicas discursivas


El dsicurso es constitutivo de realidad social y funcional, ¿Cómo son los textos y el habla
reunidos para lograr esto? El discurso es reunido con recursos y practicas discursivas. Los
constructos cognitivos tradicionales como las actitudes, creencias, opiniones y categorías han
sido reemplazados dentro de la psicología discursiva por un énfasis en la identificación de
los recursos y prácticas que son dibujados sobre el habla cotidiana cuando las personas
expresan su opinión, discute y debate (Potter, 1988). Estos recursos discursivos incluyen
repertorios interpretativos –definidos como un grupo de metáforas, argumentos y términos-
los cuales son usados recurrentemente en el discurso de las personas para describir eventos
y acciones (Potter & Weetherell, 1987). Ellos también incluyen la identificación de
especificas estrategias y dispositivos discursivos que la personas movilizan en su habla para
construir su responsabilidad como factual, objetiva y desinteresada (Potter 1996). Por
ejemplo, un dispositivo común para garantizar una visión particular o argumento es el
reclamar que existe un consenso sobre un asunto en particular; que todo el mundo sabe o está
de acuerdo de que algo es cierto. Este dispositivo especifico es conocido como “garante de
consenso”. Otros recursos discursivos o herramientas incluyen lugares comunes retóricos
(Billig, 1987) o remachando argumentos que los participantes movilizan en si hablar. El uso
de expresiones idiomáticas como los clichés o proverbios, por ejemplo, se ha mostrado que
más difícil discutir dadas sus vagas per comunes – cualidades de sentido- (Drew & Holt,
1989). Detallaremos más sobre estos recursos discursivos y practicas a través de los capítulos
subsecuentes para ilustrar como la psicología discursiva enmarca temáticas tradicionales a
través del análisis del habla y texto.

Los recursos discursivos que son dibujados acerca de construir significado en charlas
cotidianas están formadas por procesos sociales, culturales e históricos. (Wetherell, 2001).
Las prácticas de generación de sentido de las personas son maneras de comprender que el
mundo puede variar y cambiar dependiendo del contexto particular, pero estos están sin
embargo constreñidos por los recursos culturales y lingüísticos que son compartidos dentro
de una comunidad de lenguaje particular.

Discurso e identidad
El discurso no solo construye objetos y versiones del mundo, también construye identidades
para los hablantes. En lugar de ver el yo y la identidad como una esencia interna psicológica
poseída por los individuos, como responsabilidades tradicionales, la psicología discursiva
discute que las identidades o “posiciones subjetivas” son traídas a ser a través del discurso.
Las diferentes formas hablar invocan diferentes posiciones subjetivas como “madre”, “hija”,
“amante”, “mujer profesional”, “amigo”, etc. De tal manera que los patrones específicos de
habla son reconocibles para el trabajo al constituir discursivamente la identidad (Weetherell,
2001). Por ejemplo, la identidad de un padre puede ser trabajada en una variedad de maneras
para el uso de narrativas culturales reconocibles en charlas referentes a derechos paternales,
responsabilidad y obligaciones morales. [56]. A diferencia de la noción tradicional de un yo
estable cognitivo, la psicología enfatiza el cambio y las múltiples identidades que los
hablantes construyen activamente en el habla (algunas de las cuales pueden incluso ser
contradictorias) para lograr un rango amplio de objetivos interaccionales. EL discurso es
constitutivo de identidad, esto es, las personas se pueden posicionar por una manera particular
de hablar, pero al mismo tiempo las personas pueden tomar sus decisiones activas acerca de
las identidades que ellos movilizan en escenarios particulares. Las personas están
constituidas y reconstituidas a través de varias practicas discursivas en las cuales participan
(Davies & Harré, 1990, p.46) Esta cuenta identifica es más sobre mantener las teorías
postmodernas y pos estructurales las que enfatizan la múltiple y dinámica e interactiva
naturaleza de subjetividad.

Investigación empírica discursiva: igualdad desigual


La inequidad de género y la discriminación es un tema central de relevancia e interés en la
psicología social. Las teorías en psicología social han atribuido a la discriminación de género
a cierta actitudes sexistas subyacentes y a la persistencia de los estereotipos tradicionales y
representaciones de la mujer. Un estudio temprano que buscaba entender como las
desigualdades de género eran socialmente reproducidas en el discurso, a pesar de los
significantes desafíos para las comprensiones tradicionales del género, fueron las de
Wetherell, Stiven y Potter (1987) en lugar de medir las actitudes de la mujer o pidiendo a
los participantes selecciones descripciones y adjetivos para determinar sus estereotipos de
género , Wetherell et al. (1987) analizarían que tenían que decir los estudiantes universitarios
acerca de género, oportunidades de empleo, carreras y la crianza de niños durante entrevistas.
Su análisis demostró que los hablantes proporcionaron predominantemente posiciones sobre
género, inequidad en el trabajo, carrera y responsabilidades de padre. En estas posiciones
los individuos fueron construidos como poseedores de un set de tratos y habilidades
inherentes y estables que trajeron al mercado de trabajo. El cambio social en el estatus de la
mujer fue visto como primariamente responsabilidad de las mujeres que individualmente
necesitaban “probarse a ellas mismas” hacia el empleador-probar que eran tan capaces y
dignas como su contraparte masculina. Por lo tanto, un repertorio interpretativo del
individualismo y la meritocracia fue protagonista en las explicaciones sobre las existentes
desigualdades de género.

Aunque la mayoría de respondientes explícitamente ratificaron el principio de igualdad de


oportunidad para hombres y mujeres, al mismo tiempo dieron cuenta detallada acerca de los
constreñimientos prácticos que no permiten que esto se convierta en una realidad:
constreñimientos como la inevitabilidad biológica de que la mujer críen niños y que ellos
atiendan responsabilidades de cuidado de niños. Estas consideraciones practicas fueron
desarrolladas de formas que justificaban [57] las existentes inequidades de género en el
trabajo, carrera y paternidad. Wetherell et al. Demostraron como el despliegue de estos
repertorios contradictorios constituyeron una forma de “igualitarismo desigual” que, en una
mano apelaban a los ideales de igualdad, pero en la otra, justificaban las dificultades prácticas
para lograr relaciones de genero equitativas. Tal competencia y temas contradictorios son
evidentes en la siguiente respuesta de un participante masculino en su estudio (citado en
Wetherell et al., 1987, p.63)

Entrevistador: entonces si fuera una decisión entre tú y tu esposa sobre quién debe quedarse
en casa, ¿tu preferirías quedarte en casa o ir a trabajar?

Participante: Bueno, no, esa tendría que ser una decisión unánime, en otras palabas si mi
esposa fuera firme en que quisiera ir a trabajar, uh y si yo estuviera 90 por ciento convencido
de que quisiera ir a trabajar, entonces es posible que yo cuidaría a los niños. Pero yo diría
que es poco probable que yo me casara con una persona que fuera tan cerrada en sus
opiniones de cualquier manera. Entonces, sabes, no es realimente posible que pase. Yo iría a
trabajar.

En este extracto podemos ver como el participante describe la decisión acerca de quien se
quedaría en casa para cuidar a los niños y quien iría a trabajar como una “decisión unánime”
que sería negociada entre marido y mujer. Esta decisión refleja el principio de igualdad en la
toma de decisiones entre compañeros y permite al respondiente manejar y presentar una
visión particular de sí mismo como justo e igualitario. Hay que notar, sin embargo, como
entonces él da un paso al costado en su igualitarismo al describir a una mujer que quisiera ir
a trabajar como “cerrada en su visión” y diciendo que el probablemente no se casaría con
alguien de esta naturaleza, en cualquier caso. Además, termina su cambio de opinión diciendo
categóricamente que “yo iría a trabajar”

Tal investigación discursiva demuestra como las personas utilizan un rango de recursos
discursivos para construir versiones particulares y posiciones, y hacerlo en maneras que
sirven importantes funciones en la interacción social. En términos de las cuatro temáticas en
la investigación discursiva que identificamos anteriormente, podemos ver como esta pieza
de la conversación es constitutiva: construye asuntos y objetos en maneras muy específicas,
tales como la manera en que las decisiones son tomadas entre compañeros acerca de trabajo
y paternidad y las características de las mujeres quienes insisten en trabajar. Este discurso o
charla es también funcional, dado que atiende metas auto-presentacionales, en este caso en
particular, presentándose a uno mismo positivamente como alguien igualitario. Por lo tanto,
también atiende a la identidad del hablante quien se posiciona a el mismo como un cierto tipo
de persona o compañero potencial. De manera importante también, en esta charla podemos
ver los trabajos de un enigma de larga duración a través de la aproximación tradicional socio
cognitiva a las actitudes: como las personas logra mantener lo que podría parecer posiciones
contradictorias. En este estudio en particular, por ejemplo, Weetherell et al (1987) pudo
identificar recurso discursivo persistente o practica que los participantes pueden usar para
manejar estas inconsistencias, las cuales llaman la dicotomía del principio/practica. Mientras
en una mano los participantes invariablemente exponían principios igualitarios, en la otra
mano estaban minados por consideraciones prácticas. Tal charla practica fue desplegada en
maneras que lo justificaban [58] y legitimaban inequidades de género en las sociedades. Por
lo tanto, en escenarios más naturalistas conversacionales, las personas articulan un complejo
set de posiciones que mezclan visiones igualitarias con discriminatorias. La investigación
discursiva de este tipo es por lo tanto capaz de explicar cómo las inequidades de genero
existentes son mantenidas y reproducidas en la sociedad a pesar de los reclamos de que los
estudios tradicionales y los estereotipos sobre las mujeres han cambiado dramáticamente- los
hallazgos que tienden a ser producidos por encuestas cuantitativas tradicionales y
cuestionarios. En el capítulo 4 elaboraremos más en como la investigación discursiva fue re-
teorizada la actitud de investigación y que ideas puede tirar acerca de cómo las actitudes están
organizadas retóricamente cuando son producidos en su más natural contexto cotidiano.

La psicología critico-discursiva
Al contrario de la investigación discursiva que es primariamente influenciada por la
aproximación etnometodologica tomada de los análisis conversacionales, la psicología
critica del discurso enfatiza como las practicas discursivas o maneras de hablar acerca de
asuntos particulares, están formadas por influencias afuera del inmediato contexto interactivo
de los hablantes. Específicamente, estas influencias son el contexto histórico, político y
cultural en el cual los hablantes viven sus vidas (Wetherell, 1998, 2001). Los psicólogos
critico-discursivos han argumentado que ciertas maneras de hablar o construir objetos y
eventos se vuelven permanentes y dominantes en momentos históricos particulares, lo cual
los hace más disponibles culturalmente y por lo tanto más poderosos para construir realidad
social. Si tomamos el estudio expuesto anteriormente, de Wetherell et al. (1987) como un
ejemplo, un estricto análisis conversacional se limitaría a la interacción entre el entrevistador
y el entrevistado solamente, enfocándose solamente en lo que orienta a los participantes
mismos y hacen relevante en la interacción (Schegloff, 1968). Por lo tanto, en el extracto
anterior, mientras el respondiente afirma categóricamente que él “irá a trabajar”, él al mismo
tiempo atiende claramente a su auto-presentación como alguien que es razonable y justo,
como alguien que negociaría con su pareja acerca de estos asuntos. Este es probablemente lo
más lejos que puede llegar el análisis. En contraste, la psicología critico-discursiva miraría
hacia afuera de esta interacción específica y comentaría sobre el contexto histórico y social
de las relaciones de género en las democracias liberales occidentales. ¿Qué tiene que decir
este contexto socio-político acerca de las relaciones de poder entre hombres y mujeres y
como varias instituciones dentro de la sociedad más amplia propagan y reproducen
construcciones particulares que llegan a dominar nuestra experiencia subjetiva y nuestras
mismas identidades como hombres y mujeres (Edley, 2001; Henriques et al., 1998;
Wetherell, 1998, 2001)?
Como ya fue señalado, la psicología critico-discursiva se dibuja de manera clara en la teoría
posestructuralista y particularmente en los escritos de Foucault sobre el discurso, pero de
nuevo no existe una aproximación para esta tradición del discurso psicológico. Mientras los
grandes exponentes como Wetherell (1988, 2001) adopta su marco crítico, su trabajo es
largamente empírico y aun comparte similitudes con trabajos de análisis más conversacional
inspirados en trabajos discursivos. En contraste, Ian Parker (1990,2012) evita el empirismo,
esta menos interesado en las conversaciones o charlas cotidianas y está más preocupado con
identificar y describir “discursos” hegemónicos los cuales [59] proliferan dentro de las
sociedades y los cuales informan, forman y construyen la manera en que nos vemos a
nosotros mismos y al mundo. Es hacia esta construcción del “discurso” que nos volvemos
ahora.

Discurso como sistema coherente de significado


Parker y otros inspirados por escritos del posestructuralismo, usan el termino discurso para
referirse al recurrentemente usado “sistema de declaraciones que construyen un objeto”
(1990, p. 191). Entonces, por ejemplo, dentro de las sociedades occidentales existe un
numero de discursos dominantes que informan y forman varios aspectos de nuestras vidas.
Tenemos un discurso médico que informa de nuestra comprensión de cualquier cosa que
tenga que ver con la salud y la enfermedad; tenemos un discurso legal que nos proporciona
con ciertos códigos de conducta y reglas para el comportamiento, tenemos un discurso
familiar que sostiene nuestra visión acerca de la santidad e importancia de la familia, etc.
Mientras Parker define los discursos como “sistemas coherentes de significado”, las
contradicciones e inconsistencias dentro de los discursos son comunes, como lo son los
discursos alternativos, los cuales compiten con los dominantes por reconocimiento y poder.
Los discursos son comúnmente relacionados con o presupuestos a otros discursos o sistemas
de significados. Los discursos primariamente funcionan para traer “objetos a la vida”, para
crear el estatus de realidad con el que los objetos están dotados. Como ya fue discuto antes,
ellos también nos posicionan en variadas “posiciones subjetivas”, de tal manera que los
discursos nos invitan, incluso nos imponen, a tomar ciertos roles e identidades. Por ejemplo,
un discurso publicitario nos posiciona en un rol de “consumidor”. Muchas veces, sin
embargo, esto es logrado abordándonos por la virtud de nuestro estatus e identidad como
mujer, como padre, como trabajador, etc. Parker no restringe el discurso solo en el lenguaje
hablado y escrito. Los discursos pueden ser encontrados en todo tipo de “textos”, como lo
son la publicidad, la cultura popular y la alta cultura, comportamientos no verbales y
manuales de instrucciones.

Como coherentes sistemas de significado, Parker argumenta que los discursos tienen una
presencia material y casi física. Como las representaciones sociales, los discursos, una vez
creados, proliferan dentro de la sociedad. De manera importante, sin embargo, no ve los
discursos en términos idealistas sino como fundados y formados por realidades históricas y
políticas (materiales). Por lo tanto, el no solo suscribe al relativismo lingüístico y político el
cual es asociado con algunas aproximaciones discursivas. Parker y otros investigadores
discursivos (ej. Willing 1999, 2001) se posicionan como “realistas críticos”, quienes están
comprometidos en desarrollar una aproximación al discurso que enfatiza en como algunos
discursos funcionan para legitimar instituciones existentes y para reproducir relaciones de
poder e inequidades en la sociedad. (Parker, 1990).

La noción de “discursos” de Parker ha sido criticada por sus estados abstracto y reificado.
Para él, los discursos, como entidades, existen independientemente de las personas que los
usan. En contraste, las aproximaciones que están localizadas al otro extremo del continuo
trabajo discursivo están sintonizados al contexto especifico y las maneras funcionales en las
que el habla o el discurso es movilizado en situaciones específicas. Estas aproximaciones
definen el discurso como “práctica situada” y por lo tanto proporcionan un enfoque más
psicosocial a la investigación discursiva (Edwards, 2012; Potter, 2012). Sin embargo, este
enfoque socio-psicológico se enfoca en como los participantes usan el lenguaje en contextos
específicos interaccionales no imposibilita un análisis crítico y político de cómo son de
persistente y recurrentemente los patrones del habla justifican y legitiman relaciones y
practicas desiguales (Augoustinos, 2013). Ciertamente, demostraremos en el capítulo 7 como
el análisis sistemático del discurso racista contemporáneo de Wetherell y Potter (1992)
funciona precisamente de esta manera.
Discurso y cognición
Como era de esperarse, la psicología discursiva y su crítica radical de los métodos de
investigación cognitivo y positivistas ha recibido considerables críticas desde otras
aproximaciones teóricas en la psicología social incluyendo la psicología cognitiva (Conway,
1992), la teoría de identidad social (Abrams & Hogg, 1990b) y la teoría de las
representaciones sociales (Moscovici, 1985). Al mismo tiempo, sin embargo, algunos
métodos y conceptos de psicología discursiva han sido adoptados de manera entusiasta por
psicólogos sociales prominentes que trabajan en otras tradiciones como la teoría de identidad
social (Condor, 2006; Durrheim, 2012; Reicher & Hopkins, 2001) y la psicología social del
prejuicio y racismo (Condor, Figgou, Abell. Gibson & Stevenson, 2006; Durrheim & Dixon,
2004; Verkuyten, 2005). A pesar de su aceptación creciente en la psicología social británica,
la fuerte epistemología anti cognitivista de la psicología discursiva continúa atrayendo
considerable antipatía desde la corriente principal. La psicología discursiva y sus métodos de
investigación cualitativos son frecuentemente ridiculizados como faltos de objetividad
científica y precisión. La ironía, por supuesto, es que tales criticas fallan en reflejar
críticamente las suposiciones cuestionables que estás construidas dentro de la misma fabrica
de los métodos de investigación cuantitativos y sus reclamos de objetividad científica.

Potter (2012) y Edwards (2012) han abordado recientemente concepciones erróneas y críticas
hacia la DP, que han sido usadas para legitimar su continua marginalización y exclusión de
la psicología social dominante. Potter específicamente aborda dos criticas principalmente
recurrentes: que la investigación discursiva es principalmente descriptiva más que
explicatoria y acerca de la construcción más que a las causalidades lo cual falla en satisfacer
los criterios de la investigación científica genuina (Manstead, 2008). Contrario a esta
representación equivocada de la DP, Potter detalla la coherencia la coherencia tanto
metodológica como teórica de la DP como un programa empíricamente conducido del
análisis sistemático de los archivos naturalistas de la interacción humana y de la acción social
mientras son desplegados en tiempo real. Ciertamente, un aporte que enfatice la observación
cuidadosa y la descripción antes que la generación de hipótesis o la construcción de modelos
es central para el método científico. Como lo clarifica Potter, es sorprendente que una
disciplina como la psicología social (y la psicología en general) prefiera estudiar el
comportamiento humano de maneras idealizadas y artificiales más que en sus escenarios
naturales de la vida cotidiana donde los asuntos psicológicos son preocupaciones vivas para
los participantes. La DP contemporánea apunta a identificar y entender practicas
ampliamente compartidas que regulan y secuencialmente organizan la interacción social.
[61]

De manera similar, Edwards (2012) argumenta que el imperativo metodológico en la DP de


tratar “el habla como habla” y como administrado y organizado para la acción social por los
participantes, es mucho menos interpretativo y subjetivo que la psicología experimental y
cuantitativa. Edwards cuestiona el privilegio en la psicología de las relaciones de causa-
efecto y desarrolla una fuerte defensa de un análisis conceptual riguroso de los “practicas
sistemáticas y manejables para la investigación desde las cuales las personas se imaginan a
sí mismas de manera inteligible para los demás” (p.433): Esa inteligibilidad de la vida social
esta para ser encontrada en las bases normativas de las practicas humanas y su
responsabilidad. Esto es esencialmente lo que hace a la DP “psicología” y profundamente
científica.

Mientras progresamos a través de cada capítulo y tratamos con los temas centrales de la
psicología social, discutiremos los criticismos de la psicología discursiva sobre las
suposiciones cognitivas que subyacen estos constructos centrales y su investigación empírica
en los ambientes de laboratorio.

Sin embargo, talvez no sea difícil de entender la objeción que muchos de los psicólogos
sociales tienen hacia la psicología discursiva. Para muchos de nosotros, la experiencia de la
conciencia y el pensamiento nos dota con la auto-evidente “realidad” de representaciones
cognitivas internas y la idea misma de que nuestras experiencias y practicas no están
cognitivamente mediadas puede sonar absurda. El cognitivismo es ciertamente un “discurso”
que es dominante, no solamente dentro del marco científico, sino también en el mundo real
cotidiano donde las personas viven sus vidas. Los conceptos cognitivos como las actitudes y
creencias son parte y parcela de nuestro lenguaje cotidiano y muchas personas hablan acerca
de sus “actitudes”, “creencias” y “opiniones”. ¿La sola experiencia debería ser tomada como
evidencia de que estas cosas realmente existen? Como lo veremos, la psicología discursiva
trata estos constructos como “temáticas del habla” : temáticas que los participantes mismos
atienden en su habla en orden de actuar el importante negocio de la interacción social
cotidiana (Edwards, 1997) Las categorías de la mente están por lo tanto tratadas como tópicos
de conversación más que como verdaderos estados mentales que tienen una existencia
independiente.

¿Una psicología post-cognitiva?


¿El advenimiento de la psicología discursiva y, de manera más general, el “giro hacia el
lenguaje”, asociado comúnmente con aproximaciones discursivas señala el principio del fin
del cognitivismo en psicología y la emergencia de una psicología post-cognitivista (Potter,
2000)? Si el pensamiento es ni más ni menos que el lenguaje mismo, entonces un componente
substancial de la investigación psicológica y académica ha sido mal direccionado en su
búsqueda de identificar, operacionalizar y medir los mecanismos y procesos cognitivos
subyacentes.

Ya sea que suscribamos a la visión del lenguaje como medio de cognición o que existe un
lenguaje externo en sí mismo, la reciente aceptación de la psicología discursiva nos fuerza a
tomar el discurso más seriamente en nuestras deliberaciones empíricas y conceptuales como
psicólogos sociales. La psicología discursiva ha intentado establecer una epistemología y
ontología de la vida social que resiste los dualismos inherentes que han proliferado en la
psicología y las ciencias sociales más generalmente –dualismos como lo son el individuo vs
lo social, adentro vs afuera, cognición vs discurso, lenguaje vs práctica (Wetherell, 1999).
Permanece, sin embargo, una resistencia substancial hacia el colapso de estas dicotomías
tradicionales, incluso dentro de la psicología crítica misma. Es claro, sin embargo, que los
realistas fundamentos epistemológicos de la investigación en psicología cognitiva, la
búsqueda del conocimiento y la verdad a través de la aplicación de los métodos positivistas
de la ciencia, siempre serán un hueso de contención con el construccionismo social y la
noción relativista del conocimiento asociado con aproximaciones discursivas (aunque una
epistemología realista no es necesariamente incompatible con algunos trabajos de la crítica
discursiva). Por lo tanto, la aproximación la aproximación socio cognitiva en la psicología
social permanece largamente inafectada por los recientes desarrollos en la psicología
discursiva. Ciertamente, la siguiente cita de Holtgraves y Kashima (2008) demuestra la
extensión a la que la psicología social dominante permanece impermeable y felizmente
inconsciente del giro discursivo de la psicología:

Muchos de los procesos que son más centrales para la cognición social- atribuciones,
percepciones personales y estereotipacion y demás –involucran el lenguaje de alguna manera.
Las personas usan el lenguaje para comunicarse unas a otras (y los investigadores) sus
atribuciones, percepciones y estereotipos, por ejemplo, con el uso del lenguaje algunas veces
formando los mismos productos que están siendo comunicados…Es de hecho, difícil pensar
en ningún proceso socio-cognitivo que no involucre el lenguaje de alguna manera.
Claramente el estudio del lenguaje puede contribuir grandemente al entendimiento del
pensamiento y la acción social…Desafortunadamente…el rol del lenguaje no ha recibido la
atención focal que merece en la cognición social. (2008, p.73)

Apuntamos a demostrar a través de este libro que este claramente no es el caso y que en los
últimos 25 años ha existido un sistemático y riguroso programa de investigación que aborda
específicamente el rol del lenguaje en las temáticas principales de la psicología social lo cual
ha, en retorno, llevado a su re especificación teórica y empírica.

Resumen
La psicología discursiva rechaza la búsqueda de representaciones internas mentales y la
confiabilidad de mecanismos internos para entender la vida social. En cambio, el discurso es
visto como constitutivo o funcional y por lo tanto se reclama como el sitio propicio de análisis
de la psicología social. La interacción discursiva esta ejemplificada y ordenada, dibujando
sobre recursos discursivos compartidos como lo son los repertorios interpretativos para traer
la realidad social a la vida y para administrar las identidades de los “interactuantes”.

Resumen del capítulo

Considerada como muy generalizada, la cognición social se refiere a la teoría e investigación


que apunta a describir y explicar como nosotros, como seres humanos, nos experimentamos
y entendemos en el mundo social. En este capítulo, hemos presentado cuatro orientaciones
teóricas fundacionales para este proyecto intelectual: Socio-cognitivo, identidad social,
representaciones [63] sociales y aproximaciones discursivas psicológicas. Las mayores
premisas de cada orientación fueron consideradas y formaron la base de cobertura de las
áreas típicas de cada uno de los capítulos subsecuentes en la segunda parte de este libro.

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