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“Al contrario, si hablamos es porque Dios nos aprobó y nos confió el evangelio.

No
procuramos agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.” 1 Tes
2:4 RV1995
¿SE REFIERE ESTE TEXTO A QUE NO DEBE IMPORTARNOS COMO HABLAR DELANTE DE
LA GENTE? SE REFIERE A QUE NO IMPORTA SI HABLAMOS CON DUREZA, RUDEZA O SIN
TONO AGRADABLE?

“Debemos hablar palabras que consuelen y estimulen. Hermanos y hermanas, edúquense


a ustedes mismos para hablar en tonos agradables y placenteros. Hablar
bondadosamente no hace daño, sino bien, pero hablar con descortesía y rudeza, hace
que los santos ángeles se aparten tristes.”—The Review and Herald, 15 de junio de 1905.

“La debida cultura y el uso de la facultad del habla, es parte de todo ramo de servicio
cristiano; entra en la vida familiar y en toda nuestra relación mutua. Hemos de
acostumbrarnos a hablar en tonos agradables, a usar un lenguaje puro y correcto, y
palabras bondadosas y corteses. Las palabras dulces, amables, son como el rocío y la
suave lluvia para el alma. La Escritura dice de Cristo, que la gracia fue derramada en sus
labios, para que pudiera “hablar en sazón palabra al cansado”. Y el Señor nos insta: “Sea
vuestra palabra siempre con gracia”, “para que dé gracia a los oyentes”. —Palabras de
Vida del Gran Maestro, 270, 271 (PP), 235, 236 (ACES).
SE REFIERE EN REALIDAD A NO AGRADAR A LOS HOMBRES PERO EN LA PREDICACION
DE LAS VERDADES DE LA PALABRA DE DIOS. NO DEBEMOS PREDICAR FABULAS
AGRADABLES. SE REFIERE AL CONTENIDO DE NUESTRA ENSEÑANZA Y PREDICACION,
NO AL TONO DE NUESTRO HABLAR.

“Nuestro propósito no debiera ser hablar solamente las cosas hermosas que agradan el
oído, y llaman la atención. Tenemos que presentar a Cristo, y a éste crucificado, de tal
manera, que las almas que están muertas en pecados y transgresiones, sean alarmadas
y estimuladas. Los que tratan de enseñar a otros, necesitan ser convertidos a Cristo;
necesitan rogar a Dios para que los sature con el Espíritu Santo, antes que puedan alzar
a Cristo como la única esperanza del pecador. Los discursos floridos, los
cuentos agradables, las anécdotas y relatos, no hacen al pecador sentirse culpable. Los
hombres escuchan esas palabras como si escucharan un canto agradable, y los obreros
reúnen solo unas pocas gavillas en el granero. El mensaje que el pecador debiera
escuchar es “de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito para que todo
aquel que en él crea, no se pierda, más tenga vida eterna”. Juan 3:16. Y la verdad
subyugará y enternecerá el alma del maestro, porque él siente su utilidad práctica.”—
Manuscrito 12, 1891.

“Algunos de nuestros ministros tienen una serie de sermones, que usan sin variación año
tras año. Las mismas ilustraciones, los mismos comentarios, y casi las mismas palabras.
Han dejado de ser estudiantes. Se les termina el deseo de superarse, y vacilan bajo el
peso de una nueva serie de sermones para prevenir la decrepitud mental. Pero el
estudiante que siempre está aprendiendo, encontrará y echará mano de nueva luz,
nuevas ideas y nuevas gemas de verdad... El evangelio, no es propiamente enseñado y
representado ante los incrédulos, por hombres que han cesado de ser estudiantes,
quienes, por así decirlo, se han graduado en lo que concierne a la investigación de las
Escrituras, y traen afrenta sobre la verdad, por la forma en que la manipulan. Si los
hombres han de tener éxito en captar la atención del pueblo, se necesita la mejor calidad
de predicación, porque hay labios elocuentes presentando fábulas agradables.”—Carta
33, 1886.

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