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Contexto Socio Político en América Latina y el Caribe

Laura Vargas. Perú

Agradezco muy sinceramente esta invitación, para compartir con ustedes


líderes religiosos de nuestra América Latina y El Caribe, algunas ideas y
reflexiones sobre nuestro querido continente.
Doy gracias a Dios porque nos reúne de tantos lugares y por la generosidad de
nuestros hermanos y hermanas de la Red Miqueas, que han tenido la gentileza
de invitarme.
Siendo que soy mujer de convicciones religiosas, me gustaría, no solo
presentar el dato de la realidad, tal como lo están trabajando científicos
sociales y economistas, no soy científica social; voy a incorporar algunas
reflexiones y acercamientos de la lectura de la realidad realizada en la V
Conferencia del Episcopado Católico de América Latina y El Caribe en
Aparecida, hace casi un año, que en mi humilde entender, nos ayuda a
incorporar una lectura de los signos de los tiempos, como desafío al quehacer
eclesial.

1.-Nunca hemos estado mejor

En el conjunto de América Latina y El Caribe la economía ha seguido


creciendo, pero este crecimiento no ha significado un verdadero desarrollo.
Según la CEPAL, “El último cuatrienio (2003-2006) puede calificarse como el
de mejor desempeño económico y social de América Latina en los últimos 25
años. El avance en la reducción de la pobreza, la disminución del desempleo,
la mejora en la distribución del ingreso en algunos países y un aumento
importante del número de puestos de trabajo son los principales factores que
marcaron una tendencia positiva en varios países de la región.... Sin embargo,
en el 2005, el 39,8% de la población de la región vivía en condiciones de
pobreza (209 millones de personas) y un 15,4% de la población (81 millones de
personas) vivía en la pobreza extrema o la indigencia.
A fines del1 2006 se reunieron científicos sociales de Iberoamérica en
Barcelona, para analizar nuestra realidad, Para esta parte de la presentación
voy a tomar como base el artículo de Serra que me pareció muy interesante.
Según este autor, América Latina se encuentra en un buen momento de su
crecimiento económico. Según los datos de la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL), se espera que el crecimiento de la región
se eleve al 5% para el año 2006 y que el PIB por habitante aumente en 3.5
puntos porcentuales.
Las previsiones para el 2007 no son menos esperanzadoras, puesto que se
prevé que el crecimiento se sitúe en el 4.5%, lo que significaría el quinto año de
crecimiento consecutivo para la región 2. Lo cual es muy importante y es

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reconocido a nivel internacional, como una buena gestión de nuestros
gobernantes.

++ Aumentan las exportaciones


Esta situación de crecimiento económico viene acompañada de un aumento de
las exportaciones de bienes y servicios, del consumo total, de la inversión y del
ingreso nacional para el periodo 2003-2005 respecto a principios de la década
de los noventa.

++ Dos graves problemas irresueltos: Pobreza y desigualdad


Latinoamérica vive todavía azotada por dos factores que impiden el bienestar
de buena parte de su población: la pobreza y la desigualdad. Según datos de la
misma CEPAL, durante el año 2005 un 40.6% de la población vivía en situación
de pobreza mientras que un 18% lo hacía en condiciones de pobreza extrema. 2
Traducido en número de personas, estas cifras indican que, unos 213 millones
de latinoamericanos viven en la pobreza y unos 88 en situación de indigencia.
Si bien es cierto que en términos globales la incidencia de la pobreza y pobreza
extrema se han reducido algunos puntos porcentuales respecto a años
anteriores, las mejoras no se corresponden al nivel de crecimiento generalizado
que ha experimentado la región.

++ Retraso en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio


En relación al cumplimiento de los Objetivos del Milenio, al 2004, el conjunto de
la región de América Latina y el Caribe se encontraba tan sólo al 34.2% del
total de progreso requerido para el año 2015 (es decir, un 60%) 3.
Los que menos avanzan en la reducción de la pobreza, son los más pobres 4.

++ Desigualdad.
América Latina es la región con más inequidad del mundo, sólo por detrás de
África subsahariana5.
La media del Coeficiente de Gini para 18 países de América Latina es del 51.8,
mientras que la de Europa se sitúa en el 31.8 y la de España en el 32.5.
Entre Nicaragua (país de la región con menos desigualdad 43.1) y Guatemala
(país con más inequidad 59.9) existe una diferencia de 16.8 puntos 6.

Estos niveles de desigualdad de ingresos y consumo significan poco avance en


desarrollo y prosperidad. Se mantienen los altos índices de pobreza de la
región.

++ Se percibe injusticia
Esta realidad genera tensión social y política. Los niveles de desigualdad
actúan como mecanismo de deslegitimación de las instituciones y del Estado
de derecho7.

++ Situación dual

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América Latina se encuentra, pues, ante una situación dual. Los buenos
resultados en materia de crecimiento económico contrastan con la persistencia
de altos niveles de pobreza y desigualdad.

++ Necesidad de nuevo pacto social


Aprovechando la favorable coyuntura económica, es importante el avance en
torno a dos ejes prioritarios:
** una reforma fiscal que aborde el problema de la desigualdad sin renunciar a
la eficiencia y
** El aprovechamiento de los recursos naturales como catalizador del
crecimiento.
La política fiscal es uno de los mecanismos que el Estado utiliza para realizar
políticas de redistribución de la renta. En buena parte de los países
latinoamericanos, si observamos lo que la estructura fiscal supone para la
población con relación a su nivel de ingresos, vemos que los ciudadanos que
más pagan son aquéllos que menos ingresan 9.
Además, los ingresos del Estado dependen en buena medida de impuestos
indirectos como el IVA y no de impuestos sobre la renta, lo que denota un claro
carácter regresivo del sistema impositivo10.
Junto con esta falta de progresividad del lado de la recaudación, existen
también importantes impedimentos para que, del lado del gasto, la política
fiscal se convierta en un instrumento de redistribución de la riqueza. A menudo
el gasto tiende a concentrarse en aquellos grupos con ingresos más elevados,
lo que implica que los beneficios de un gasto social creciente en la región vaya
destinado a una pequeña parte de su población.
Asimismo, el gasto público en Latinoamérica tiene un carácter pro-cíclico. Ello
implica que cuando las necesidades de la población son mayores, la capacidad
recaudatoria del Estado disminuye y, por ende, también lo hace el gasto social
del Estado y su capacidad redistributiva.
La abundancia de recursos naturales de que goza América Latina no siempre
se traduce en aprovechamiento de las ventajas comparativas que ello supone
ni en crecimiento económico de sus países. Latinoamérica es la región del
mundo que concentra la mayor cantidad de exportaciones de productos
primarios como minerales, alimentos y combustibles 11. La evolución de las
exportaciones de dichos productos ha tenido una tendencia al alza en los
últimos tiempos, lo que ha suscitado el debate sobre la inexistencia de
correlación entre aumento de las exportaciones y crecimiento económico.
Algunos autores han considerado que la abundancia de recursos naturales
puede ser un problema para el desarrollo de una región, debido en buena
medida a la volatilidad de sus precios. Sin embargo, el problema radica en la
falta de diversificación de las exportaciones de dichos productos, lo que impide
la elaboración de subproductos intensivos en tecnología y con mayor valor
añadido.
La receta de la diversificación de las exportaciones podría ser una buena
solución para que los ingresos de la venta de dichos productos reviertan en
nuevas inversiones en éste y otros sectores productivos. Igualmente,

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desarrollar mecanismos de ahorro y desahorro eficientes permitiría paliar los
efectos de la volatilidad de los precios de los recursos naturales. Por su lado, el
sistema fiscal aplicable sobre estos recursos debería ser capaz de
compatibilizar un ingreso adecuado para el Estado y la atracción de la inversión
privada.
El breve análisis de estos ejes temáticos nos permite apuntar dos elementos
indispensables para afrontar la situación dual que vive América Latina:
** el establecimiento de un pacto social y
** la consolidación de instituciones fuertes que nos permitan avanzar hacia el
desarrollo y la cohesión social de la región.
Las distintas trabas institucionales y de política económica reducen la eficiencia
y la equidad de las políticas fiscales y de gestión de los recursos naturales.
Igualmente, la escasa capacidad redistributiva de las políticas fiscales en
Latinoamérica socava la estabilidad y legitimidad de las instituciones políticas
de la región.
Para afrontar con garantías el establecimiento de un pacto social en América
Latina es indispensable antes la consolidación de unas instituciones públicas
capaces de llevar a cabo tales políticas sociales. Pero no sólo las instituciones
importan, sino que la política tiene también un papel fundamental. La historia y
las instituciones condicionan el margen de acción de la política, pero no lo
determinan. En este sentido, sin un contexto de estabilidad política, la
reducción de la pobreza y la desigualdad en el largo plazo no parecen posibles.
El establecimiento de un pacto social entre los distintos actores del Estado y la
sociedad civil constituye, pues, la mejor receta para poner en práctica las
políticas económicas de desarrollo y de lucha contra la desigualdad que
América Latina necesita.

2.- Algo no funciona: Una globalización excluyente

En esto creo que los Obispos han hecho una gran contribución, han tenido la
capacidad de cuestionar el sistema y de plantear cambios sustantivos. en la
“aldea global” en la que estamos viviendo, increíblemente interconectada en
tiempo real y cada vez más dividida entre la opulencia insultante de los
llamados “ultra ricos”, y la pobreza y exclusión lacerante de los millones de
Lázaros que no tiene acceso a las migajas que caen de las mesas de los ricos
y poderosos. Lo que nos plantearon los autores citados en el acápite anterior
es una reforma en el sistema, no un cambio de sistema.

Nos preguntamos ¿Qué hacer frente a la globalización sin alma y sin ética que
estamos viviendo?
Aparecida nos habla de la necesidad de trabajar por una globalización en clave
de “solidaridad, justicia y respeto a los derechos humanos” (DA 64). Tarea
irrenunciable y urgente para todos los discípulos / as del Señor en nuestra
América Latina y EL Caribe.
“En la globalización, la dinámica del mercado absolutiza con facilidad la
eficacia y la productividad como valores reguladores de todas las relaciones
humanas. Este peculiar carácter hace de la globalización un proceso promotor

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de inequidades e injusticias múltiples. La globalización tal y como está
configurada actualmente, no es capaz de interpretar y reaccionar en función de
valores objetivos que se encuentran más allá del mercado y que constituyen lo
más importante de la vida humana: la verdad, la justicia, el amor, y muy
especialmente, la dignidad y los derechos de todos, aún de aquellos que viven
al margen del propio mercado”. (DA 61)
Aparecida nos habla de la necesidad de trabajar por una globalización en clave
de “solidaridad, justicia y respeto a los derechos humanos” (DA 64). Tarea
irrenunciable y urgente para todos los discípulos / as del Señor en nuestra
América Latina y EL Caribe.

Tal como lo señala Vandana Shiva, activista de la India y ganadora del Premio
Nobel Alternativo 1993:

“Los acuerdos ADPIC no sólo globalizaron geográficamente las leyes de


derechos de propiedad intelectual, sino que también eliminaron las
fronteras éticas, patentando formas de vida y biodiversidad. Organismos
vivientes y formas de vida que se generan por sí mismas, incluyendo
semillas, fueron redefinidas como máquinas y artefactos inventados y
fabricados por los que las patentan”.
Creo que lo que tenemos es un crecimiento perverso del capital centrado en el
lucro y la ganancia por encima y en contra de la persona humana. En una
lectura creyente de la vida humana y de todas sus circunstancias, Dios nos ha
invitado a participar de su obra creadora, para que ésta sea un espacio de
libertad, humanización y solidaridad. Desde los principios de la Enseñanza
Social del destino universal de los bienes de la creación y del bien común, toda
obra verdaderamente humana ha de orientarse hacia un mayor nivel de
humanidad. Todos y todas somos creados a imagen y semejanza divina, por lo
tanto, las abismales diferencias que vivimos, y que de ninguna manera
responden al azar, las podemos entender como profundamente contrarias a la
voluntad de vida y dignidad que Dios quiere para todos nosotros.
Durante las últimas décadas el planeta ha vivido un crecimiento sin
precedentes de la riqueza, que se expresa en un impresionante desarrollo de
las tecnologías, la informática, las comunicaciones, del capital financiero, etc.
Sin embargo, este aumento ha sido muy desigual y un inmenso número de
personas no participa del progreso material del mundo. En el planeta cohabitan
la abundancia extrema y la exclusión más lacerante. Hoy tenemos pobreza
masiva, desigualdades profundas, fragilidad política en una gran parte de la
población mundial, que no tiene la libertad real para decidir sobre su vida.
Se mide la riqueza por el crecimiento del PIB sin tomar en consideración
indicadores claves como degradación del medio ambiente y el agotamiento de
los recursos naturales. Indicadores del Índice de Desarrollo Humano de
Naciones Unidas, que no siendo completos, añaden elementos importantes
para ir midiendo el avance en calidad de vida de los seres humanos, que no
son tenidos en cuenta cuando se mide la riqueza de las naciones.
Es un mundo de abundancia, donde coexisten extremos terribles de pobreza.
En Estados Unidos la potencia más grande del planeta, las 300,000 personas
mas ricas poseen tanto como la mitad del país, es decir como 150 millones de

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habitantes. En otras palabras el 1% posee tanto como el 50% del país. Sin
embargo, siendo el país más poderoso del mundo, un 25% de sus estudiantes
no terminan la secundaria. Una pregunta sería ¿Dónde están sus prioridades?
Su creación de riqueza, no viene aparejada con altos niveles de educación
para la mayoría de la población. Lo más trágico de todo es que esas fortunas
siguen creciendo y concentrándose. Al parecer la dinámica de crecimiento del
capital no conoce ni tiene límites.
Uno de los indicadores importantes para medir el desarrollo, es la esperanza
de vida al nacer. Para los Noruegos ésta es de 78 años, muy similar a la de los
países de desarrollo alto, en los países de desarrollo bajo es 32 años menos,
es decir alrededor de 46 años como en Níger, el país con el IDH más bajo.
El caso más trágico de todos es el del África Subsahariana, donde los terribles
niveles de pobreza extrema se agravan por la pandemia del VIH Sida, que en
la última década está golpeando de manera mayor a las mujeres, por ello se
habla de la feminización del VIH Sida. De los 39 millones de personas
infectadas en el 2005, murieron tres millones ese mismo año. A pesar del
avance en el uso de retrovirales, en esta parte del mundo sólo uno de cada 6
personas infectadas lo reciben. Incluso leía que lo trágico es que podemos
llenar el África de retrovirales, pero estas medicinas pueden hacer poco en
cuerpos desnutridos que las vomitan.
Según el reporte del PNUD 2007, “Si bien el mundo está alcanzando de ma-
nera general el objetivo de reducir a la mitad la pobreza de ingresos para el año
2015, el África subsahariana, al igual que muchos países de otras regiones, no
está en camino de lograrlo. Los datos nacionales indican que se fracasará en
los objetivos para 2015, por una cifra de cerca de 380 millones de personas.
Tales niveles de pobreza en medio de una economía mundial tan próspera
reflejan las extremas disparidades en cuanto a la riqueza y la baja participación
de los ingresos mundiales percibida por la población pobre:
El 20% más pobre de la población mundial, que corresponde
aproximadamente a la población que vive con menos de 1 dólar diario,
representa el 1,5% de los ingresos mundiales. El 40% más pobre, que
corresponde al umbral de pobreza de 2 dólares diarios, representa el 5% de
los ingresos mundiales.

3.- Desafíos para nuestro quehacer pastoral: otro modelo

Ser pobre no significa sólo tener un ingreso económico limitado; implica


también carencias en seguridad ciudadana, en relaciones sociales, en acceso
a la justicia y a las necesidades básicas. Es un conjunto de situaciones que
hace la vida muy dura y sin esperanzas de futuro.
Ya hace varios años Vivianne Forrester nos decía en su famoso best seller “El
Horror Económico”, que la tragedia del actual sistema de acumulación de
capital era que sufrir de la explotación resultaba un lujo; ahora peleamos por
ser explotados, al menos estamos dentro del sistema, lo más terrible es
engrosar las filas de los excluidos. Nos preguntamos ¿Cuál es el paso
siguiente de la explotación a la exclusión, a la .... ? Da miedo pensar en una
respuesta. ¿Hay algo que podemos hacer? Creo que sí.

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Hay en el mundo de los pobres y excluidos, notables esfuerzos por salir de la
pobreza y la exclusión a través de diversas formas de solidaridad y comercio
justo, que sería importante conocer para poder acompañar, incentivar y
desarrollar, como una alternativa valida al sistema vigente.
El sistema se vende con una serie de eufemismos, que hemos asimilado, que
ya creemos como normal e irreversible lo que estamos viviendo y nos hemos
puesto una costra grande para no sentir. Hemos expulsado de nuestras vidas y
responsabilidades el sentimiento y la misericordia, nos movemos solo por la
razón, y si ésta nos dice que no hay otro sistema, no hay lugar para las utopías.
Vivimos la dicotomía como algo natural. Con ello hemos perdido la capacidad
de ira; aceptamos como natural cosas como la “flexibilización laboral”, así
funciona el sistema. Si queremos estar adentro, ni modo. Pero somos
seguidores de Jesús de Nazareth, que vino a anunciarnos la gran utopía del
Reino de Dios y nos dijo que sí hay espacio para ella en este mundo, si nos
arriesgamos a seguirlo en sus palabras y en su manera de vivir. No es un
camino fácil; supone una ética superior, no porque seamos mejores, sino
porque estamos convencidos de la verdad de su contenido. Este tiempo,
aparentemente sin salidas, es un tiempo para poner en marcha la gran utopía
del Reino.

4.- El mundo de los pobres desafío a los y las discípulas de Jesucristo

Tenemos que ser concientes de que la pobreza, tal como la viven nuestros
hermanos y hermanas más pobres: Es totalmente contraria a la voluntad de
vida y al plan de Dios. Es muerte injusta y temprana, tal como nos lo recuerda
con lucidez Gustavo Gutiérrez. Son insignificantes y no pesan en el sistema.
Vivimos una cultura de muerte, de anti-valores o idolátrica, porque el lugar de
Dios es ocupado por creaciones humanas. Frente a ello, no podemos
permitirnos, ni la apatía, ni la indiferencia, ni el desánimo, que no son valores
cristianos.
El Documento de Aparecida nos anima como comunidades creyentes a un
renovado compromiso con el mundo de los pobres, así en el número 358 nos
invita a ver la realidad con los ojos de Dios y desde la esperanza cristiana:
“las condiciones de vida de muchos abandonados, excluidos e ignorados en su
miseria y su dolor, contradicen este proyecto del Padre e interpelan a los
creyentes a un mayor compromiso a favor de la cultura de la vida. El Reino de
vida que Cristo vino a traer es incompatible con esas situaciones inhumanas.
Si pretendemos cerrar los ojos ante estas realidades no somos defensores de
la vida del Reino y nos situamos en el camino de la muerte: “Nosotros
sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los
hermanos. El que no ama permanece en la muerte” (1Jn 3, 14). Hay que
subrayar “la inseparable relación entre amor a Dios y amor al prójimo”, que
“invita a todos a suprimir las graves desigualdades sociales y las enormes
diferencias en el acceso a los bienes”. Tanto la preocupación por desarrollar
estructuras más justas como por transmitir los valores sociales del Evangelio,
se sitúan en este contexto de servicio fraterno a la vida digna”.
La inseparable relación de amor a Dios y amor al prójimo es la clave para
entender nuestro compromiso por “otro mundo posible” que tenemos que estar

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disponibles para avanzar en su construcción. Retomar cosas tan importantes
como la coherencia fe vida, y que este compromiso vaya mas allá de los temas
de moral sexual o del aborto, eutanasia, con los que estamos de acuerdo, pero
que no son todos los que tiene que ver con la vida y la calidad de ésta para
todo ser humano sin excepción.
En un grupo de agentes pastorales en una reunión preparatoria de Aparecida,
pedimos a nuestros pastores que era la hora que la Iglesia condenara con la
misma fuerza que condena el aborto, la eutanasia y temas conexos, el hambre,
la extrema pobreza, la tortura y los crímenes de lesa humanidad. Todavía no
hay esa claridad, pero algo hemos avanzado, cuando Aparecida recuerda la
necesidad de:
“Formar en la ética cristiana que pone como desafío el logro del bien común, la
creación de oportunidades para todos, la lucha contra la corrupción, la vigencia
de los derechos laborales y sindicales; hay que colocar como prioridad la
creación de oportunidades económicas para sectores de la población
tradicionalmente marginados, como las mujeres y los jóvenes, desde el
reconocimiento de su dignidad. Por ello hay que trabajar por una cultura de la
responsabilidad a todo nivel que involucre a personas, empresas, gobiernos y
al mismo sistema internacional”. (406 b)
De “Trabajar por el bien común global es promover una justa regulación de la
economía, finanzas y comercio mundial. Es urgente proseguir en el
desendeudamiento externo para favorecer las inversiones en desarrollo y gasto
social, prever regulaciones globales para prevenir y controlar los movimientos
especulativos de capitales, para la promoción de un comercio justo y la
disminución de las barreras proteccionistas de los poderosos, para asegurar
precios adecuados de las materias primas que producen los países
empobrecidos y normas justas para atraer y regular las inversiones y servicios
entre otros”. (406 c)
Llegando incluso a afirmar la necesidad de un cambio de sistema: “Buscar un
modelo de desarrollo alternativo (260), integral y solidario, basado en una ética
que incluya la responsabilidad por una auténtica ecología natural y humana,
que se fundamenta en el evangelio de la justicia, la solidaridad y el destino
universal de los bienes, y que supere la lógica utilitarista e individualista, que
no somete a criterios éticos los poderes económicos y tecnológicos. Por tanto,
alentar a nuestros campesinos a que se organicen de tal manera que puedan
lograr su justo reclamo”. (474 c)

5.- La irrupción de los indígenas y afroamericanos

Después de cinco siglos, la Iglesia católica en el continente hace una opción y


con fuerza ha vuelto el rostro a los indígenas y a los afrodescendientes. Son
parte fundamental del mundo de los pobres, y alienta su participación en la
Iglesia (94). Esta es una deuda histórica que teníamos con ellos y ellas.
Volvemos a escuchar al gran dominico Bartolomé de las Casas, en su
vehemente reclamo por los derechos por asumir la deuda histórica que como
Iglesia teníamos con los habitantes originarios y con las poblaciones africanas
que fueron traídas en régimen de esclavitud. El primer documento preparatorio,
levantaba ya este tema, recordando las palabras de Juan Pablo II en la Isla de

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Gorea, Senegal en 1992, lugar desde donde partían los barcos esclavistas,
llamando a este brutal atentado contra la humanidad, “holocausto desconocido”
y llamaba la atención a la necesidad que como Iglesia tenemos de enfrentar las
nuevas situaciones de esclavitud que vivimos hoy.
Primer aspecto positivo es el reconocimiento de lo que son y su aporte al
momento actual: “... La riqueza y la diversidad cultural de los pueblos de
América Latina y El Caribe resultan evidentes. Existen en nuestra región
diversas culturas indígenas, afrodescendientes, mestizas, campesinas,
urbanas y suburbanas. Las culturas indígenas se caracterizan sobretodo por su
apego profundo a la tierra y por la vida comunitaria, y por una cierta búsqueda
de Dios. Las afrodescendientes se caracterizan, entre otros elementos, por la
expresividad corporal, el arraigo familiar y el sentido de Dios. (56)
Su aporte a la cultura: “... Ellas exigen reconocimiento y ofrecen valores que
constituyen una respuesta a los anti-valores de la cultura que se impone a
través de los medios de comunicación de masas: comunitarismo, valoración de
la familia, apertura a la trascendencia y solidaridad. Estas culturas son
dinámicas y están en interacción permanente entre sí y con las diferentes
propuestas culturales. (57)
Nos recuerda que estas culturas coexisten en condiciones desiguales con la
llamada cultura globalizada. Son los “otros” diferentes que exigen respeto y
reconocimiento, ya que la cultura en la que viven los menosprecia, los excluye
y sume en la pobreza; Su vida y cultura está amenazada, agredida e invadida
(90) El modelo económico pone en riesgo su vida y los fuerza a la migración.
La Iglesia no los deja solos... Los acompaña en sus luchas por sus legítimos
derechos. (89). Ellos y ellas son un “kairos”: “Este es un “kairós” para
profundizar el encuentro de la Iglesia con estos sectores humanos que
reclaman el reconocimiento pleno de sus derechos individuales y colectivos,
ser tomados en cuenta en la catolicidad con su cosmovisión, sus valores y sus
identidades particulares, para vivir un nuevo Pentecostés eclesial. (91)
Ya hay un camino recorrido: “En Santo Domingo los pastores reconocíamos
que “los pueblos indígenas cultivan valores humanos de gran significación”;
valores que “la Iglesia defiende... ante la fuerza arrolladora de las estructuras
de pecado manifiestas en la sociedad moderna; “son poseedores de
innumerables riquezas culturales, que están en la base de nuestra identidad
actual”; y, desde la perspectiva de la fe, “estos valores y convicciones son fruto
de 'las semillas del Verbo', que estaban ya presentes y obraban en sus
antepasados”. (92)

6.- Los nuevos rostros del Señor sufriente nos interpelan a cambios
radicales y a descentrarnos

¿Quiénes son? ¿Dónde están? ¿Estamos dispuestos a repensar nuestros


esquemas pastorales y a abrirnos a las nuevas problemáticas? No deja de
asombrarnos como nuevos rostros de hambrientos, desnudos y forasteros
cuestionan nuestra tranquilidad antievangélica.
Los rostros de los pobres es un tema muy querido para la Iglesia del
Continente, en especial para nosotros /as en el Perú, lo valoramos en especial,
pues la primera formulación sobre los rostros de los pobres es un aporte al

Contexto Socio Político en América Latina y el Caribe. Laura Vargas 9


documento de Puebla de un gran y querido pastor de la Iglesia peruana:
Monseñor Germán Schmidt.
La realidad que vivimos nos lleva a contemplar los rostros del Señor en los más
pequeños de los hermanas y hermanos, desde ellos y ellas el Seños nos hace
escuchar su voz: “Cuando lo hicieron por el mas pequeño de mis hermanos,
por mí lo estaban haciendo”. (Mt 25) y dichoso aquel que no halle escándalo en
mí” (Lc 7, 23)
“Entre ellos están las comunidades indígenas y afrodescendientes, que en
muchas ocasiones no son tratadas con dignidad e igualdad de condiciones;
muchas mujeres que son excluidas, en razón de su sexo, raza o situación
socioeconómica; jóvenes que reciben una educación de baja calidad y no
tienen oportunidades de progresar en sus estudios ni de entrar en el mercado
del trabajo para desarrollarse y constituir una familia; muchos pobres,
desempleados, migrantes, desplazados, campesinos sin tierra, quienes
buscan sobrevivir en la economía informal; niños y niñas sometidos a la
prostitución infantil, ligada muchas veces al turismo sexual; también los niños
víctimas del aborto. Millones de personas y familias viven en la miseria e
incluso pasan hambre.
Nos preocupan también quienes dependen de las drogas, las personas con
capacidades diferentes, los portadores y víctima de enfermedades graves
como la malaria, la tuberculosis y VIH - SIDA, que sufren de soledad y se
ven excluidos de la convivencia familiar y social. No olvidamos tampoco a los
secuestrados y a los que son víctimas de la violencia, del terrorismo, de
conflictos armados y de la inseguridad ciudadana. También los ancianos, que
además de sentirse excluidos del sistema productivo, se ven muchas veces
rechazados por su familia como personas incómodas e inútiles. Nos duele, en
fin, la situación inhumana en que vive la gran mayoría de los presos, que
también necesitan de nuestra presencia solidaria y de nuestra ayuda fraterna.
Una globalización sin solidaridad afecta negativamente a los sectores
más pobres. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y
opresión, sino de algo nuevo: la exclusión social.
Con ella queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la
que se vive, pues ya no se está abajo, en la periferia o sin poder, sino que se
está afuera. Los excluidos no son solamente “explotados” sino
“sobrantes” y “desechables”. (65)
“Los rostros sufrientes de los pobres son rostros sufrientes de Cristo”. Ellos
interpelan el núcleo del obrar de la Iglesia, de la pastoral y de nuestras
actitudes cristianas. Todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los
pobres y todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo: “Cuanto lo
hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron”
(Mt 25, 40). Juan Pablo II destacó que este texto bíblico “ilumina el misterio de
Cristo” (393)

7.- Una renovada Pastoral Social para que el mundo crea

Si la misión siempre nueva de la Iglesia es Evangelizar, hoy es fundamental


afirmar que la promoción humana es parte constitutiva de la tarea
evangelizadora. Es por el testimonio de las obras que brillará el Evangelio.

Contexto Socio Político en América Latina y el Caribe. Laura Vargas 10


Queda claro en Aparecida que entre evangelización y promoción humana hay
lazos tan fuertes, que en el hoy que nos toca vivir, no podemos ser fieles a la
tarea evangelizadora, si no tomamos en serio lo que significa la dignidad
humana para todos los hijos e hijas de Dios.
La renovación de la pastoral social, es parte central de la opción por los pobres
y marginados. Está en relación directa con la dignificación y humanización del
ser humano hombre mujer. Aparecida lo toma muy en serio y nos dice:
“Asumiendo con nueva fuerza esta opción por los pobres, ponemos de
manifiesto que todo proceso evangelizador implica la promoción humana y la
auténtica liberación “sin la cual no es posible un orden justo en la sociedad.
Entendemos además que la verdadera promoción humana no puede reducirse
a aspectos particulares: “Debe ser integral, es decir, promover a todos los
hombres y a todo el hombre”, desde la vida nueva en Cristo que transforma a
la persona de tal manera que “la hace sujeto de su propio desarrollo”. Para la
Iglesia, el servicio de la caridad, igual que el anuncio de la Palabra y la
celebración de los Sacramentos, “es expresión irrenunciable de la propia
esencia”. (399)
Este compromiso ha de irradiar todo:
** planes pastorales, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, el Evangelio de
la vida y la solidaridad.
** promover caminos eclesiales más efectivos, con la preparación y
compromiso de los laicos para intervenir en los asuntos sociales. Es
esperanzador lo que decía Juan Pablo II: “Aunque imperfecto y provisional,
nada de lo que se pueda realizar mediante el esfuerzo solidario de todos y la
gracia divina en un momento dado de la historia, para hacer más humana la
vida de los hombres, se habrá perdido ni habrá sido vano” (400)
** Es competencia directa de las Conferencias Episcopales y las Iglesias
locales tienen la misión de promover renovados esfuerzos para fortalecer una
Pastoral Social estructurada, orgánica e integral que con la asistencia, la
promoción humana, se haga presente en las nuevas realidades de exclusión y
marginación que viven los grupos más vulnerables, donde la vida está más
amenazada.
** En el centro de esta acción está cada persona, que es acogida y servida con
calidez cristiana.
** En esta actividad a favor de la vida de nuestros pueblos, la Iglesia católica
apoya la colaboración mutua con otras comunidades cristianas. (401)
** En esta tarea y con creatividad pastoral, se deben diseñar acciones
concretas que tengan incidencia en los Estados para la aprobación de políticas
sociales y económicas que atiendan las variadas necesidades de la población
y que conduzcan hacia un desarrollo sostenible.
** En ello juegan un papel fundamental los laicos y las laicas, asumiendo
tareas pertinentes en la sociedad. (403)
** Alentamos a los empresarios que dirigen las grandes y medianas empresas
y a los microempresarios, a los agentes económicos de la gestión productiva y
comercial, tanto del orden privado como comunitario, por ser creadores de

Contexto Socio Político en América Latina y el Caribe. Laura Vargas 11


riqueza en nuestras naciones, cuando se esfuerzan en generar empleo digno,
en facilitar la democracia, y en promover la aspiración a una sociedad justa y a
una convivencia ciudadana con bienestar y en paz.
** Igualmente a los que no invierten su capital en acciones especulativas sino
en crear fuentes de trabajo preocupándose de los trabajadores,
considerándolos ‘a ellos y a sus familias’ la mayor riqueza de la empresa,
** que viven modestamente por haber hecho como cristianos de la austeridad
un valor inestimable, que colaboran con los gobiernos en la preocupación y el
logro del bien común y se prodigan en obras de solidaridad y misericordia.
(404)

8.- Los y las discípulas del Señor Jesús: buena noticia en el mundo de
hoy

Jesús es el Evangelio del Padre, nosotros / as como seguidores de Jesús,


tenemos que ser buena noticia en un mundo tan roto por la pobreza y la
violencia de tantos signos diferentes que afecta a los seres humanos y al
planeta.
Aparecida nos está invitando a recuperar el sentido profundo de nuestra
identidad cristiana como discípulos y misioneros. Es una invitación a la
conversión, a ese cambio total del estilo y manera de vivir la cotidianeidad de la
vida. Ser evangelio vivo de Jesús, allí donde el Señor nos ha puesto, en la
vocación a la que nos ha llamado. En el hogar y con todos sus miembros, en
los estudios y en el trabajo, en la profesión que estamos ejerciendo; en la
comunidad de vida Cristiana, en la parroquia y en la Diócesis. En todos los
tiempos y todos los lugares.
Cada uno de nosotros tiene una vocación particular; en ella hemos de ser la
buena noticia que la palabra final de la historia es vida; el Señor ha vencido a la
muerte. Somos testimonio vivo de la Esperanza que no falla, pese a todas las
apariencias contrarias.
De esta manera acompañamos todos los esfuerzos de vida y dignificación que
por años emprenden nuestras comunidades y que son el motor que nos anima
a ser buena noticia.

9.- Vivir la experiencia de fe en Comunidades de vida y esperanza

La Iglesia que nace en Pentecostés, es comunidad de creyentes que están


dispuestos a ser testigos del Señor resucitado, en el corazón de nuestra
realidad.
Pensemos que no es gratuito el hecho que fuera 50 días después de Pascua.
El año 50 era el año Jubilar por excelencia; era el tiempo querido por Dios para
que todo volviera a sus manos, a su voluntad de vida que ponía los límites al
accionar y al abuso humano. Se dejaba descansar la tierra, se perdonaban las
deudas, se liberaban los esclavos y Dios volvía a ser rey, terminando con
situaciones de injusticia e iniquidad. Es fantástico, la Iglesia nace como el gran
Jubileo de Dios para nosotros. Grande responsabilidad la que tenemos de ser
testigos de una comunidad de fe para la vida, la justicia y la solidaridad.

Contexto Socio Político en América Latina y el Caribe. Laura Vargas 12


La fe cristiana y el seguimiento del Señor, sólo se puede vivir en comunidad
que da testimonio. Es el testimonio de las obras lo que hace creíble nuestra
prédica de fe. Pensemos en las primeras comunidades que incorporaban cada
día nuevos seguidores porque compartían el pan, celebraban la palabra y todo
lo ponían en común. La fuerza de estos testimonios, contrastaban con la
sociedad en la que nace la Iglesia. Entre ellos no habían necesitados. La
fuerza del amor y la solidaridad hacía posible el inicio del Reino anunciado por
Jesús. Esto se vivía con tanta fuerza, que incluso se llegaba al martirio para
defender una manera nueva de vivir como seres humanos que se han
encontrado con Jesús. En una sociedad esclavista, Pablo se atreve a pedir a
Filemón que reciba a su esclavo Onésimo, como a un hermano en la fe. Si tu
esclavo se convierte en tu hermano querido, ya no hay esclavitud. El odio a los
cristianos/as en el imperio romano no era gratuito, eran una amenaza al
sistema imperante, por ello querían destruirlos.
Hoy día si somos capaces de vivir con coherencia; somos considerados una
amenaza al poder vigente; pensemos sino en el martirio de Monseñor Romero,
su vida era incómoda y amenazaba al gobierno del Salvador. Muchos testigos
del Señor a lo largo de los siglos han sido asesinados porque ponían en riesgo
el poder imperante.

10: Nada verdaderamente humano es ajeno al corazón de los y las


discípulas de Cristo

El Concilio es faro seguro para guiar a los discípulos en el nuevo milenio. Hoy
la novedad conciliar está por vivirse plenamente en nuestras Iglesias. Esta
última frase la recogí de nuestro presidente Monseñor Pedro Barreto, quien nos
comentaba a propósito de Aparecida, donde, sin duda, jugó un papel
importante, que todo el dinamismo conciliar está todavía por desplegarse. La
eclesiología del Vaticano II todavía encuentra muchas resistencias; supone una
nueva manera de entender el poder y el compromiso en la Iglesia, de cada uno
de los carismas y vocaciones que el Señor nos ha inspirado, para
efectivamente ser sal de la tierra y luz del mundo.
Ser una Iglesia tan identificada con su Señor, que ya no vive ella, sino el Señor,
y que puede decir con Pablo “No soy yo quien vive, es Cristo que vive en mí”. Y
esto, porque vive un doble descentramiento. Su centro es el Señor, de quien
todo recibe y el pueblo de Dios a quien está llamada a servir en su nombre.
Muchas gracias
Laura Vargas Valcárcel
Secretaria Ejecutiva Adjunta
CEAS

BIBLIOGRAFÍA

Convocados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),


Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y Programa de Desarrollo y Cooperación
de la Fundación CIDOB, las ponencias de este seminario acaban de ser presentadas
por sus dos editores, José Luis Machinea y Narcís Serra, coeditores en el libro "Hacia
un nuevo pacto social: Políticas económicas para un desarrollo integral en América
Latina" 1. “La Coyuntura Económica de América Latina: hay lugar para el optimismo?”.

Contexto Socio Político en América Latina y el Caribe. Laura Vargas 13


2
Datos de CEPAL (2006). Panorama Social de América Latina 2005. Santiago, Chile:
Publicaciones de las Naciones Unidas. p. 21.
3
Véase NACIONES UNIDAS (2005). The Millennium Development Goals: A Latin
American and Caribbean Perspective. Santiago, Chile: United Nations Publications. p.
252.
4
AYUSO, Anna (2006). “Pobreza, desigualdad y cohesión social: más allá de los
Objetivos del Milenio” en Pensamiento Iberoamericano.Nueva etapa. Madrid: AECI -
Fundación Carolina. (en imprenta).
5
BANCO MUNDIAL (2005). Informe sobre el Desarrollo Mundial 2006: Equidad y
Desarrollo. Bogotá: Banco Mundial.
6
Cálculos realizados a partir de PNUD (2005). Informe sobre Desarrollo Humano
2005. New York: PNUD. Un coeficiente de Gini con valor 0 representa la igualdad
perfecta y uno con valor 100, la desigualdad perfecta.
7
Véase en este sentido AYUSO, Anna (2006) op.cit. y SERVÉN, Luis (et.al.) (2006).
“Fiscal Reform for Social Equity in Latin America”. Paper presentado en el seminario
Políticas Económicas para un Nuevo Pacto Social en América Latina organizado por la
Fundación CIDOB en Barcelona, los días 6 y 7 de octubre de 2006.
8
Las conclusiones y el programa del segundo seminario de la Agenda de Desarrollo
Iberoamericana, Políticas Económicas para un Nuevo Pacto Social en América Latina,
se pueden consultar en:
9
Véase en este sentido SERVÉN, Luis (et.al.) (2006) op.cit.
10
Véase LORA, Eduardo (2006). “El Futuro de los Pactos Fiscales en América Latina”.
Paper presentado en el seminario Políticas Económicas para un Nuevo Pacto Social
en América Latina organizado por la Fundación CIDOB en Barcelona, los días 6 y 7 de
octubre de 2006.
11
Véase MANZANO, Osmel (2006). “El Rol de los Recursos Naturales en el Desarrollo
de América Latina”. Paper presentado en el seminario Políticas Económicas para un
Nuevo Pacto Social en América Latina organizado por la Fundación CIDOB en
Barcelona, los días 6 y 7 de octubre de 2006.
Apuntes para una agenda de desarrollo en América Latina Narcís Serra

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