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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE NUEVO LEÓN

FACULTAD DE ARQUITECTURA

INST. DE CONFORT Y
CIRC. ELECTROMECANICAS
Gpo. 007

Piña Morales, Jessika

San Nicolás de los Garza


29 ENE 2018
LA TRANSMISIÓN DEL CALOR EN LOS ESPACIOS

La arquitectura y la energía están estrechamente vinculadas: una de las principales funciones de


nuestras edificaciones es mantener en su interior una temperatura del aire distinta a la temperatura
del ambiente exterior. Para esto es necesario evitar, o al menos reducir, la transmisión del calor por
la envolvente del edificio. ¿Pero cómo se transfiere el calor en los edificios?

Principalmente existen tres formas de transferencia de calor: la conducción, la radiación y la


convección.

Conducción

La conducción es el paso del calor por contacto directo entre un cuerpo y otro.

Por ejemplo, es lo que sentimos como caliente cuando usamos un guatero, o como frío al pisar el
piso helado sin calcetines.

La conducción transmite energía cinética entre átomos o moléculas adyacentes sin transporte de
material. Este tipo de transferencia de calor es irreversible y transporta el calor de un nivel de
energía más alto hacia un nivel inferior.
Radiación

La radiación es la emisión de energía desde la superficie de un cuerpo.

La experimentamos al exponernos a la radiación solar o acercándonos a una fogata, y nos damos


cuenta que el calor de radiación es en independiente de la temperatura del aire.

La radiación de calor es parte de las ondas electromagnéticas. Por lo general, la energía es


transportada por ondas infrarrojas. La radiación térmica es la única forma de transmisión del calor
que puede penetrar el vacío.

Convección

La convección se refiere a transferencia de calor en gases y líquidos, al mezclarse partes de diferente


temperatura.

Hacemos uso de la convección cuando utilizamos un secador de pelo, y la podemos observar cuando
agregamos leche fría al café caliente.

La convección es el transporte de calor por medio del movimiento de un fluido, entre zonas con
diferentes temperaturas y consecuentemente un gradiente de densidad. Implica la mezcla de
elementos macroscópicos de porciones calientes y frías. Se incluye también el intercambio de
energía entre una superficie sólida y un fluido.
En los edificios encontramos, dondequiera que miremos, constantes procesos de transmisión de
calor:

 La transferencia de calor a través de la envolvente opaca de un edificio sucede


fundamentalmente por conducción.

 Tanto las ganancias solares como las ganancias internas son básicamente radiaciones de
calor.

 Las convecciones más importantes en el balance térmico de los edificios son las pérdidas (o
ganancias) por ventilación y por infiltraciones.

Casi todos los procesos de transmisión de energía térmica son procesos combinados, la conducción
y la radiación casi siempre van acompañados por convecciones.

El acondicionamiento térmico de los edificios se basa en la radiación y en la convección: Mientras la


calefacción idealmente es por radiación o una combinación entre radiación y convección, el aire
acondicionado por lo general funciona solo por convección.

HORMIGÓN BIOLÓGICO
Entre las brillantes novedades destacamos el hormigón biológico desarrollado por un grupo
de investigadores capitaneados por el profesor Antonio Aguado de la Escuela Superior de
Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Catalunya. Es un
hormigón que se convierte en una pared o revestimiento vegetal, ya que se colonizan
variantes vegetales como el musgo, pequeñas algas y líquenes. Esto se consigue gracias a la
combinación de dos capas de hormigón, una primera capa tratada por un proceso de
impermeabilización y una segunda capa humedecida, que permite refugiar los organismos
vivos para que vayan generando esta capa biológica.
Hormigón biológico. Se convierte en pared o en revestimiento vegetal, ya que se colonizan
variantes como musgo, alga o líquen.

Esta segunda capa de hormigón biológico se consigue combinando dos tipos de hormigón:
uno es un hormigón carbonatado, muy usado y habitual. El otro es más innovador, un
hormigón de fosfato de magnesio MPC (Magnesium-Phosphate Cement), que actúa como
biocemento, y, gracias a él, proliferan las distintas especies vegetales.

La capa externa ayuda a minimizar la pérdida de humedad que habitualmente padecen las
construcciones, reduciendo las emisiones de CO2 del ambiente, captando radiación solar y
consiguiendo mantener la temperatura dentro del edificio, actuando como aislante
térmico.

La innovación del hormigón biológico o vegetal, como se le está llamando ya, no disminuye
las propiedades intrínsecas del clásico hormigón y sigue siendo un producto maleable, muy
adherente, de fácil fraguado y rápido endurecimiento.
Cabe señalar que este material aún no está comercializado y solo existen proyectos de
construcciones pendientes de su evolución.
MATERIALES LUMINISCENTES

En construcciones de ingeniería civil, sobre todo en carreteras, se está experimentando con


materiales luminiscentes, que son aquellos capaces de convertir la energía que reciben en
radiación electromagnética. Ya están presentes en objetos como chalecos de seguridad,
semáforos, teléfonos móviles y en distintos aparatos médicos.

Una variante de material luminiscente son los fotoluminiscentes, que en la oscuridad


pueden iluminar espacios gracias a la luz acumulada durante del día. Este material ha sido
desarrollado por las empresas Roosegaarde Holland Studio (holandesa) y Heijmans
Infraestructures (alemana).

En Holanda se ha probado pintar las líneas de una carretera de 500 metros, alrededor de la
ciudad de Oss, con una pintura fotoluminiscente basada en polvo y un conglomerante
especial. De momento, el experimento ha causado sensación por su vistosidad durante las
horas nocturnas, aunque quedan algunas dudas como la perdurabilidad de la pintura en las
carreteras o el impacto de las mismas con los cambios climatológicos.
Si estos interrogantes se van disipando favorablemente, la intención es que el gobierno
holandés lo vaya ampliando al resto de su red viaria. Como ventajas ya se ha demostrado
como ejemplo de sistema innovador, eficaz y que aumenta la seguridad y la visibilidad en
las vías transitadas.
Aunque las primeras aplicaciones de materiales fotoluminiscentes han sido en las
carreteras, su uso se podría extender a otros ámbitos de la construcción como la
señalización de espacios exteriores, la señalización e iluminación de edificios públicos, la
creación de elementos domésticos y otras variantes. Las posibilidades son múltiples.

MATERIALES AUTOLIMPIANTES

Los materiales autolimpiantes, con distintas modalidades, se apuntan como innovaciones


inteligentes. Los estudios con óxido de titanio permiten que algunos materiales se
conviertan en autolimpiantes, ya que eliminan partículas de óxido de azufre y óxido de
nitrógeno del aire en el que están en contacto y, así, se consigue mantener la estructura
limpia sea una fachada, pared u otro tipo de elemento constructivo. A este proceso con
óxido de titanio se le llama Ecoclean.

Esto ocurre con el aluminio autolimpiante, desarrollado por la empresa Reynobond,


consiguiendo lacar el aluminio con un tratamiento de este óxido. El resultado es un aluminio
sostenible y altamente ecológico.
Un material autolimpiante distinto es el hormigón. Con un proceso semejante con dióxido
de titanio se consigue que el hormigón elimine compuestos nitrogenados y se mantenga
limpio. Grespania es una empresa que trabaja y desarrolla este tipo de hormigón y ha
fabricado unas baldosas H&C que se han instalado en los lavabos públicos de Tokio.
Asimismo se están experimentando otros materiales para ser autolimpiantes como
cerámicos, revestimientos y cristales.

MATERIALES ANTISÍSMICOS

Otro campo de investigación que sigue evolucionando es el de las estructuras y materiales


antisísmicos, capaces de minimizar o reducir los desastres de un terremoto en las
construcciones, tanto edificios como infraestructuras civiles como carreteras, puentes y
otros.
Antisísmicos. Si después del impacto se vuelve a la temperatura inicial, el material también
recupera su forma inicial.

El prestigioso Georgia Institute of Technology de Atlanta, con un equipo de investigadores


orquestrado por Reginald Desroches, del Georgia Tech Institute for Materials (IMat),
investiga el comportamiento de algunas aleaciones de materiales que tienen memoria de
forma. Ésta consiste en que un material tiene una forma a una cierta temperatura. Si cambia
la temperatura, el material se deforma en una segunda forma. Si después del impacto se
vuelve a la temperatura inicial, el material también recupera su forma inicial.

A partir de estas premisas, los investigadores pretenden que el material de las estructuras
de las construcciones resistan distintas presiones de cargas, descargas, tensiones y
movimientos, tal como se produce en los procesos sísmicos, y así disipar parte de la energía
que generan sin que se produzcan grandes desperfectos, ya que no se produce una gran
deformación en las estructuras.

Su trabajo consiste en ir probando distintas aleaciones de materiales sometiéndolas a


distintas intensidades de cargas, fruto de la combinación de factores de mecánica y
termodinámica. El inconveniente con el que trabajan es que algunos materiales con
memoria de forma cambian algunas propiedades ajenas a estas dos disciplinas, por lo que
las variables de estudio son más complejas.
DEFINICIÓN DE CONCEPTOS

Calor Latente: El calor latente por contra, es aquel calor que agregado o eliminado de una sustancia,
provoca un cambio de estado en el mismo, de sólido a líquido, de líquido a gaseoso, de sólido a
gaseoso, etc.. este calor al contrario que el calor sensible, no provoca un cambio de temperatura,
un ejemplo: Partiendo del mismo ejemplo anterior, un vaso de agua líquida a 0ºC y queriendo
cambiar de estado este agua a estado sólido (hielo), deberemos extraerle una cierta cantidad de
calor para cambiar su estado, este calor necesario para este cambio de estado será calor latente,
como resultado tendremos el mismo vaso de agua en estado SÓLIDO y a la misma temperatura 0ºC
puesto que, del cambio de temperatura siempre se “encarga” el calor sensible

Calor Sensible: Cuando el calor agregado o eliminado de una sustancia provoca un cambio de
temperatura en el mismo, a este calor se le llama calor sensible, un ejemplo: Si tenemos un vaso de
agua líquida a 0ºC y queremos subir su temperatura hasta los 2ºC tendremos que añadirle una cierta
cantidad de calor, este calor que provocará esta subida de temperatura será calor sensible.

BTU: El símbolo BTU alude a una unidad de energía llamada British Thermal Unit. Esta unidad era
muy usada en la antigüedad, sobre todo en el Reino Unido, aunque ahora ha sido reemplazada por
el julio. De todas formas, en el territorio estadounidense aún se emplea la BTU en algunos contextos.
La BTU señala qué cantidad de energía se necesita, en condiciones atmosféricas normales, para
incrementar en un grado Fahrenheit la temperatura que registra una libra de agua. Una BTU resulta
equivalente a 1055,056 julios y a unas 257 calorías

Temperatura de bulbo seco: es la temperatura de la mezcla aire seco y vapor de agua en las
condiciones del sistema.

Temperatura de Bulbo húmedo: es la temperatura que indica el equilibrio dinámico entre la


transferencia de calor y la trasferencia de masa.

Humedad Relativa: relación entre la humedad absoluta y la cantidad de saturación. Normalmente


se expresa en %.

Unidad de medida de la velocidad del aire: Se mide mediante un anemómetro, y la unidad de


medida es habitualmente metros por segundo (m/s). Las ausencias de viento se denominan calmas.

Kilocaloría: Unidad de energía térmica que equivale a mil calorías, es decir, la cantidad de calor
necesaria para elevar un grado la temperatura de un litro de agua a quince grados.

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