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LAMENTACIONES

Autor y fecha
Desde la antigüedad, judíos y cristianos atribuyen la obra a Jeremías,
quien profetizó como del 625 al 580 A.C.

Destinatarios
Judá, y cualesquiera naciones y pueblos que deseen aprender del error de
Judá.

Versículos clave
Lamentaciones 1.1: «¡Cómo ha quedado sola la ciudad populosa! La grande
entre las naciones se ha vuelto como viuda, la señora de provincias ha sido
hecha tributaria».

Propósito y tema
Como suplemento del libro de Jeremías, Lamentaciones es muy al pie de la letra
un lamento por los pecados de Judá y la subsiguiente destrucción que padeció.
Aquí hallamos a un tiempo el triste lloro por lo ocurrido al pueblo de Dios (su
esclavizamiento y la toma de Jerusalén bajo Nabucodonosor, 586 A.C.) y
un llamado al arrepentimiento. Dentro de este marco, el sufrimiento es castigo
por el pecado. La vanidad del esfuerzo humano se destaca en el cap. 4.

Bosquejo
AFLICCIÓN, ANGUSTIA Y DOLOR POR EL CAUTIVERIO
DE SIÓN (capítulo 1)
LA DESTRUCCIÓN, CASTIGO DE DIOS (capítulo 2)
ESPERANZA DE MISERICORDIA DIVINA (capítulo 3)
LA DESTRUCCIÓN PRESENTE EN CONTRASTE CON LA
FELICIDAD PASADA (capítulo 4)
SÚPLICA DE MISERICORDIA (capítulo 5)

EZEQUIEL

Autor y fecha
El sacerdote Ezequiel (1.3), contemporáneo de Jeremías, vivió en el siglo VI A.C. y según
parece profetizó como del 593 al 571 A.C.

Destinatarios
Sus compatriotas judíos del cautiverio y los que quedaban en Palestina, además
de las naciones extranjeras.

Versículo clave
Ezequiel 36.24-28: «Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas
las tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y
seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os
limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros;
y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y
guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di
a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por
Dios».

Propósito y tema
Ezequiel, cuyo hogar estaba en Jerusalén, era de linaje sacerdotal. Era hijo de
cierto Buzi, y al ser deportado Joaquín, Ezequiel también fue llevado al exilio de
Babilonia (1.1). Según 24.16-18, Ezequiel tenía esposa y hogar, y 24.1, 15-18
nos cuenta que su esposa murió el día que se inició el sitio de Jerusalén. Gran
parte de su profecía fue escrita en primera persona. Como su llamamiento a
profetizar se produjo en el cuarto mes del quinto año del cautiverio (1.1-2), y la
última fecha que consta en el libro de Ezequiel es el primer mes del año vigésimo
séptimo (29.17), su ministerio duró por lo menos veintidós años. De 14.14, 20 y
28.3 resulta evidente que conoció al profeta Daniel.

Con tales antecedentes de conocimiento del pueblo, sucesos y condiciones,


Ezequiel escribe su extraña profecía. En lenguaje figurado revela al pueblo judío
que su condición es fruto de sus pecados; subraya la rebelión pasada y la
presente. El hombre es en verdad responsable de sus actos. Pero Dios es fiel no
obstante la negligencia del hombre, y por tanto brinda liberación a los
arrepentidos. Ezequiel predice el día en que Israel se reunirá con su propio Rey
y adorará al único Dios verdadero en el templo reconstruido. Se pronuncian
juicios sobre las naciones extranjeras tanto como sobre Judá; estos juicios en un
mensaje doble: (1) Condenación de las naciones perversas; (2) estas no
impedirán la redención y restauración del pueblo elegido de Dios. Afirmaciones
como «el alma que pecare, esa morirá», «Volveos, volveos, ¿por qué moriréis?»
y la más extensa de 36.25-27, son clásicas.

Bosquejo
JUICIO INMINENTE SOBRE JUDÁ Y JERUSALÉN: PROFECÍAS
ANTERIORES A LA CAÍDA DE JERUSALÉN (capítulos 1—24)
Introducción: Primera visión de Ezequiel; la gloria de Dios;
llamamiento del profeta (1.1—3.21) Segunda visión de la gloriade Dios (3.22-27)
Acciones simbólicas que dramatizan la destrucción de Jerusalén (caps. 4—7)
El castigo de Jerusalén (capítulos 8—11)
Jerusalén «entregada» por Dios a las falsas enseñanzas y los falsos profetas
(capítulos 12—14)
El castigo es inevitable y necesario (capítulos 15—17)
El justo trato de Dios para los individuos (capítulo 18)
Lamentación por los príncipes de Israel (capítulo 19)
Advertencias finales antes de la caída de Jerusalén (capítulos 20—24)
EL JUICIO DE LAS NACIONES (capítulos 25—32)
Contra Amón (25.1-7)
Contra Moab (25.8-11)
Contra Edom (25.12-14)
Contra Filistea (25.15-17)
Contra Tiro (26.1—28.19)
Contra Sidón (28.20-26)
Contra Egipto (29.1—32.32)
SE PREDICE LA RESTAURACIÓN: PROFECÍAS POSTERIORES A LA CAÍDA
DE JERUSALÉN (capítulos 33—48)
Un nuevo Pacto; Amor de Dios hacia el pecador (capítulo 33)
Interés de Dios por su rebaño (capítulo 34)
Devastación de Edom (capítulo 35)
Corazón limpio y nuevo espíritu para Israel (capítulo 36)
La restauración de Israel simbolizada en la visión de los huesos secos (cap. 37)
Profecía contra Gog y la tierra de Magog (capítulos 38—39)
Visión del Israel restaurado simbolizado mediante la descripción del nuevo
templo que será edificado (caps. 40—48)

DANIEL

Autor y fecha
Daniel, contemporáneo de Nabucodonosor, Belsasar, Darío y Ciro. Las
tradiciones judía y cristiana concuerdan en que Daniel escribió el libro en el siglo
VI A.C.

Destinatarios
Los judíos, pero también parcialmente los babilonios.

Versículo clave
Daniel 7.13-14: «Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del
cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le
hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que
todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno,
que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido».

Propósito y tema
La soberanía de Dios sobre los reinos de este mundo es el amplio propósito o
tema de Daniel. Indudablemente, la pagana Babilonia impone
momentáneamente su yugo sobre Israel, pero únicamente porque Dios le
permite ser instrumento de su castigo sobre los judíos. Pero las naciones
paganas un día perderán su poder, pues Dios es el verdadero y definitivo
gobernante del mundo. En verdad, el poder secular está actualmente limitado
según se demuestra en el poder sobrenatural de Dios para libertar a Daniel de
los leones y a los tres jóvenes hebreos del horno ardiente. Hasta Nabucodonosor
se ve forzado a reconocer la superioridad del poder en relación con su poder
monárquico. En los días finales, Dios traerá en efecto el reino que nunca será
destruido. (En relación con esto obsérvese 7.13 respecto a la segunda venida
del «Hijo del Hombre» con «las nubes del cielo».) ¡Cuán actual es el mensaje de
Daniel para quienes vivimos hoy día, temerosos de los «reinos» del materialismo,
y el paganismo en general!

Bosquejo
LAS GRANDES HISTORIAS DE DANIEL (capítulos 1—6)
Los fieles jóvenes hebreos rechazan los manjares y bebidas del rey (capítulo 1)
La gran imagen del sueño de Nabucodonosor (capítulo 2)
Sadrac, Mesac, Abed-nego librados del fuego (capítulo 3)
Nabucodonosor sueña con el árbol; Daniel interpreta el sueño (capítulo 4)
Belsasar y la escritura en la pared (capítulo 5)
Daniel en el foso de los leones (capítulo 6)
LAS GRANDES PROFECÍAS DE DANIEL (capítulos 7—12)
Daniel sueña con las cuatro bestias (capítulo 7)
Daniel sueña con el carnero, el macho cabrío y el cuerno (capítulo 8)
Oración de Daniel y su respuesta (capítulo 9)
Otro sueño de Daniel (capítulo 10)
Conflictos entre Persia y Grecia, y entre el Sur y el Norte (capítulo 11)
El fin de los tiempos: tribulación y resurrección (capítulo 12)

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