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FORMULA DENUNCIA

Sres. Consejeros:

José María Núñez Carmona, titular del DNI

14.929.376, argentino, con domicilio real en la calle Juana

Manso 740, Torre I, piso 17 departamento 2, de CABA,

constituyendo domicilio a los efectos de la presente en la

calle Carlos Pellegrini 775 piso 4 de CABA, me presento ante

este Honorable Consejo y respetuosamente digo:

I.Objeto

Que vengo por el presente a denunciar ante ese

Honorable Consejo, distintos hechos acaecidos en el marco de

la causa 1999/2012 del registro de la Secretaría N° 7 del

Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 4

de esta ciudad, a cargo del Dr. Ariel Oscar Lijo, que a

criterio del suscripto constituyen motivos suficientes para

disponer la remoción del Sr. Magistrado por mal desempeño de

su cargo; ello sin perjuicio de que el más alto criterio de

ese Honorable Consejo entienda que la gravedad de los hechos

denunciados pudieran ser además constitutivos de un delito de

acción pública.

II.Hechos
a).-Derrotero del expediente 1999/12

1).-A fin de facilitar la comprensión de los

hechos objeto de denuncia, habré de hacer un breve recuento

del desarrollo del proceso judicial en el cual acaecieron

aquellos, para sí después adentrarme al análisis de la

decisión del Sr. Magistrado aquí denunciado que motivó la

privación ilegítima de mi libertad durante más de dos meses,

concretamente durante 70 días.

Que conforme expusiera en el apartado

anterior, los hechos objeto de denuncia, ocurrieron en el

marco de la causa N° 1999/2012 del registro de la Secretaría

N° 7 del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional

Federal N° 4 de esta ciudad de Buenos Aires.

Aquél expediente se inició con fecha 1ero de

marzo de 2012 a raíz de una denuncia radicada ante la

Secretaría General de la Excma. Cámara Federal de esta

Ciudad.

Conforme surge del requerimiento de

instrucción de fecha 14 de mayo de 2012, obrante a fs.

117/120 de aquellas actuaciones, en el marco del proceso del

asunto, el titular de la acción pública me imputó la comisión

del delito de enriquecimiento ilícito en carácter de persona


interpuesta (se acompañan al presente testimonios del

requerimiento respectivo).

Aquél expediente siguió el derrotero normal de

cualquier investigación por enriquecimiento ilícito, que se

dirige primeramente a determinar la composición del

patrimonio de cualesquiera de los investigados, efectuando

requerimientos a distintas entidades financieras, registros

públicos, organismos de todo tipo, etc.

Y eso fue lo que ocurrió, luego de formulado

el respectivo requerimiento de instrucción, el Sr. Juez

dispuso las distintas medidas probatorias sugeridas por el

Sr. Fiscal.

Así luego de producidas las medidas ordenadas

y que el Sr. Magistrado interviniente entendiera que la

información colectada resultaba suficiente para disponer una

pericia de la especialidad, tendiente a determinar y analizar

la evolución patrimonial de los involucrados, dispuso aquella

medida de prueba a través del Cuerpo de Peritos Contadores

Oficiales de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Concluidos los informes periciales

respectivos, tanto de las personas físicas como de aquellas

jurídicas alcanzadas por la tarea pericial encomendada, el

día 13 de octubre de 2017, el Sr. Magistrado interviniente


decide correr vista al Ministerio Público Fiscal y a la

querella (Oficina Anticorrupción) “a los fines previstos en

el artículo 268 (2) del Código Penal” (ver en tal sentido

proveído de fecha 13 de octubre de la causa 1999/12).

Este hecho que pareciera intranscendente –el

Juez corre vista a las partes acusadores a los fines

previstos en el artículo 268 (2) [enriquecimiento ilícito]

del Código Penal- a la luz de lo dispuesto por el mismo Juez

veinte días después adquiere una relevancia que desnuda la

ilegitimidad de toda su actuación. Volveré sobre el tema en

el apartado correspondiente.

Paralelamente y a través del mismo proveído de

fecha 13 de octubre, el Sr. Magistrado decide convocar a

prestar declaración testimonial a los tres peritos oficiales

que elaboraron los informes cuyas conclusiones ordenaba pasar

en vista a las partes acusadoras.

Durante las tres audiencias en las cuales

depusieron los peritos oficiales actuantes, audiencias estas

de las cuales participaron tanto las defensas de los

imputados como los representantes de las partes acusadoras,

los peritos intentaron brindar las aclaraciones requeridas

por las defensas, la Fiscalía y la Oficina Anticorrupción.


Luego de aquellas declaraciones testimoniales,

con fecha 27 de octubre de 2017, el Sr. Fiscal formuló el

correspondiente requerimiento de justificación patrimonial,

solicitando que sus conclusiones fueran puestas en

conocimiento de las defensas a fin de que efectuaran los

descargos correspondientes (ver fs. 7143/7156 de la causa

1999/12 que en copia se adjuntan a la presente).

A su turno la Oficina Anticorrupción,

querellante en los autos del asunto, hizo lo propio,

formulando el correspondiente requerimiento de justificación

patrimonial (ver fs. 7172/7184 de la causa 1999/12 que en

copia se adjuntan a la presente).

2).-Hasta aquí el devenir ordinario de un

expediente en el cual se investiga la comisión del delito de

enriquecimiento ilícito de funcionario público previsto y

reprimido en el artículo 268 (2) del Código Penal de la

Nación.

Todo lo que siguió a los requerimientos de

justificación patrimonial formulados por las partes

acusadoras, es precisamente el fundamento de esta

presentación y desnuda la ilicitud de los actos realizados

por el Sr. Magistrado interviniente a partir del decreto de

fecha 3 de noviembre de 2017, quien no tuvo ningún empacho en


inventar hechos y calificaciones, que ninguna relación

guardaban con los elementos incorporados al expediente del

asunto, al solo efecto de disponer mi detención de manera

absolutamente ilegal.

Así, tan solo 4 días hábiles después de que el

Titular de la acción pública penal formulara el respectivo

requerimiento de justificación patrimonial, en respuesta a la

vista que con fecha 13 de octubre –y a los fines previstos en

el artículo 268 (2) del Código Penal- le había corrido el

propio Magistrado, sin haberse incorporado al expediente

ningún elemento nuevo, el Sr. Juez interviniente dispone mi

inmediata detención por considerar que se encontraba

configurado “el estado de sospecha requerido para escuchar en

declaración indagatoria a José María Núñez Carmona en orden a

los delitos de asociación ilícita, en carácter de

organizador, y lavado de activos, cometido en una

oportunidad”.

Es decir, luego de transcurridos 5 años de una

investigación por enriquecimiento ilícito; 4 meses después de

concluidos los informes periciales oportunamente ordenados;

20 días después de que el propio Juez corriera vista en los

términos del artículo 268 (2) del C.P.; y 4 días después de

que el Sr. Agente Fiscal formulara el respectivo


requerimiento de justificación patrimonial; el Sr. Juez a

cargo de la instrucción, decide de la noche a la mañana y sin

fundamento alguno –conforme ratificaría luego la Alzada- que

a su criterio –y sólo a su criterio- los hechos investigados

constituían los delitos de asociación ilícita y lavado de

activos.

Por si quedara alguna duda, siempre se trata

de los mismos hechos, no es que hay hechos nuevos o

distintos. Los mismos hechos que para el propio Juez podían

constituir el delito de enriquecimiento ilícito, en menos de

48 horas se transforman en asociación ilícita y lavado de

activos.

Esta insólita decisión, por llamarla de alguna

forma, no debe descontextualizarse –si pretende encontrarse

su verdadera motivación- de la denuncia de la que dieran fe

los distintos medios periodísticos el día martes 31 de

octubre de 2017, en orden a una presentación efectuada ante

ese Honorable Consejo contra el propio Juez Lijo “por

incurrir en supuesto mal desempeño al registrar demoras

excesivas en la tramitación de causas que tienen a

funcionarios públicos como imputados en casos de corrupción.”

(se acompaña al presente copia de la nota periodística

publicada en el Diario “La Nación” edición impresa, el día


miércoles 1 de noviembre de 2017; destacando que los medios

digitales ya daban cuenta de esta noticia apenas ocurrida,

media mañana del día 31 de octubre).

El único hecho ocurrido entre el viernes 27 de

octubre de 2017, fecha en la cual el Sr. Fiscal de la causa

formulara el requerimiento de justificación patrimonial

respectivo, y la descabellada resolución del Juez Lijo

ordenando mi detención en orden a hechos inéditos, es aquella

denuncia y el estado público que inmediatamente tomó.

Ese Honorable Consejo podrá determinar a

través de una investigación sucinta, que precisamente durante

los dos días que siguieron a aquellas publicaciones, el

personal de la Secretaría N° 7 del Juzgado Federal N° 4

estuvo comprometido, hasta altas horas de la noche,

intentando darle contenido a la resolución de fecha 3 de

noviembre a través de la cual se dispuso mi detención.

La inminencia de mi detención, y la de mi

consorte de causa, el Lic. Amado Boudou -de enorme y

premeditado impacto mediático desde ya-, había sido informada

a la prensa por el Juzgado durante la tarde del día 2 de

noviembre, lo cual ese Consejo podrá verificar con una simple

consulta a los periodistas que llamaron esa misma tarde a mi

defensa y a la del Lic. Boudou averiguando sobre la veracidad


de la información. Ante un requerimiento en tal sentido de

ese Honorable Consejo, me comprometo a brindar los nombres de

los periodistas.

Señores Consejeros, pretendo dejar

absolutamente en claro que con mi presentación, no busco

deslindar mi responsabilidad en los hechos objeto de

investigación en la causa 1999/12, por el contrario, lo que

pretendo es poder ejercer mi defensa ante un Juez imparcial y

probo que garantice la vigencia de las garantías básicas que

rigen todo proceso penal, y no ser juzgado por un Magistrado

–a quien solo sigo llamando así por respeto a ese Honorable

Consejo- que utiliza a los imputados de un expediente como

moneda de cambio para pretender distraer la atención de la

opinión pública cuando aquella se posa sobre su propia

situación personal.

3).-Retomando el trámite del proceso, recuerdo

que las partes acusadoras habían formulado sendos

requerimientos de justificación patrimonial; la Fiscalía el

día 27 de octubre y la Oficina Anticorrupción el día 3 de

noviembre –sí, el mismo día de mi detención-, todo del 2017.

El requerimiento de justificación patrimonial

es precisamente uno de los requisitos indispensables para que

el Magistrado pueda avanzar hacia una resolución de mérito en


el marco de un expediente cuyo objeto sea el delito de

enriquecimiento ilícito; ya que de no brindar los imputados

una justificación de su evolución patrimonial ante el

requerimiento formal, el Juez a cargo de la instrucción

estará en condiciones de disponer la sujeción al proceso del

imputado en los términos del artículo 306 del ordenamiento

procesal.

Así entonces mientras las defensas se

encontraban trabajando en la elaboración de los descargos

respectivos para responder a los requerimientos de

justificación patrimonial formulados por las partes

acusadoras, sin elemento nuevo alguno incorporado a la causa,

de la noche a la mañana (intempestivamente dirá la Alzada a

su turno), el Sr. Magistrado dispone mi detención a fin

recibirme declaración indagatoria en orden a los delitos de

asociación ilícita en carácter de organizador y lavado de

activos cometido en una oportunidad.

El decisorio de fecha 3 de noviembre, que

finalmente fuera declarado nulo y dejado sin efecto por la

Alzada, amén de su flagrante arbitrariedad es de una pobreza

jurídica tal que amerita ser tratado minuciosamente, y así lo

haré más adelante conforme ya adelanté.


Efectivizada mi detención, me presento junto a

mi defensa, ante el Sr. Magistrado a fin de responder en

declaración indagatoria a la inédita imputación que se me

formulara ese mismo día, ello sin perjuicio de la sorpresa y

perplejidad que me generara; realmente creí en virtud de lo

que estaba viviendo que ya podía pasarme cualquier cosa.

Señores Consejeros, no obstante mi estado

emocional ante semejante atropello a mis derechos y garantías

básicas, decidí ese mismo día formular las aclaraciones del

caso y responder todas las preguntas que se me quisieran

realizar, ya que estaba convencido de lo disparatado del

hecho que se me pretendía achacar.

Aquí debo hacer un paréntesis para agregar que

en ocasión de mi detención, en mi domicilio y sobre la mesa

del comedor de aproximadamente 1,5m x 1m, se hallaban

ocupando toda la superficie de aquella, distintas escrituras,

resúmenes de cuentas, balances de empresas, declaraciones

juradas ante AFIP, etc; que formaba parte de mi descargo al

requerimiento de justificación patrimonial formulado por la

Fiscalía y la OA. No obstante semejante despliegue, y los

específicos motivos de mi detención, las fuerzas de seguridad

no secuestraron un solo papel, simplemente me detuvieron y me

trasladaron al Destacamento correspondiente. Es decir al Sr.


Juez no le importaba absolutamente nada secuestrar un solo

papel de mi domicilio en pos de “la investigación”, solo le

importaban las detenciones. Documentación? Para qué? A ver si

todavía la mentira se develaba en seguida. (Lo expuesto podrá

ser corroborado por ese Consejo a través del testimonio del

personal de Prefectura que intervino en mi detención).

Estas circunstancias surgen del acta

respectiva, labrada con motivo de mi declaración indagatoria,

durante la cual le refiero al Sr. Juez que era mi intención

declarar, aclarar cada uno de los hechos que se me imputaran

y responder todas las preguntas y/o aclarar las dudas que el

tribunal pudiera tener.

Podrán corroborar también, los Señores

Consejeros, a través del acta de mención, que luego de mi

extenso y minucioso descargo, formulado horas después de

haber sido detenido, ninguna pregunta me formuló el tribunal

ni muchos menos el Sr. Fiscal quién insólitamente no

participó de aquella audiencia.

Es decir no obstante haberme formulado

semejante imputación, el Sr. Juez no tenía una sola pregunta

para hacerme.

En la misma audiencia indagatoria solicité mi

excarcelación de conformidad con los fundamentos allí


expuestos, la cual me fue denegada y recurrida por mi defensa

el día 6 de noviembre de 2017 (dicha presentación se adjunta

al presente a los fines pertinentes toda vez que la Alzada

hizo propios, los argumentos allí introducidos, en ocasión de

anular la decisión que dispusiera mi detención).

Precisamente a través del escrito mediante el

cual se apelaba la denegatoria de mi excarcelación, mi

defensa, el mismo 6 de noviembre de 2017, introducía un

planteo de nulidad en orden a la convocatoria a declaración

indagatoria que se había dispuesto el día 3 de noviembre, en

la inteligencia de que el Sr. Juez no se encontraba

habilitado legalmente para realizar tal acto, toda vez que el

Sr. Fiscal, único titular de la acción pública penal, no

había formulado requerimiento de instrucción alguno en orden

a los delitos de asociación ilícita y lavado de activos. En

criollo, no había impulso fiscal y el Juez se encontraba

legalmente impedido de realizar cualquier acto en pos de

investigar esos hechos (más tarde, como se verá, la Alzada

pondrá las cosas en su lugar destacando esta circunstancia

básica desde el punto de vista procesal).

Ante el planteo nulificante, el Sr. Magistrado

el mismo 6 de noviembre ordenó la formación del respectivo

incidente y correr vista a las partes. Hasta el día de la


fecha nada se ha resuelto en aquella incidencia, no obstante

la relevancia de la cuestión, y sin perjuicio de haber

dispuesto el Sr. Juez con fecha 22 de diciembre una nueva

convocatoria a indagatoria en orden a nuevos hechos de lavado

de activos.

Desde ya que estas cuestiones han devenido

abstractas después de la nulidad decretada por la Alzada,

pero las destaco para que los Sres. Consejeros adviertan la

impunidad con la cual el Sr. Magistrado se ha desenvuelto en

este proceso.

4).-En el interregno entre mi detención y la

decisión de la Alzada respecto de aquél primer pedido

excarcelatorio, ocurre la presentación y declaración como

“arrepentido” de Alejandro Vandenbroele.

Este hecho que en principio no debiera guardar

relación alguna con este expediente, habré de destacarlo ya

que el Sr. Juez lo utilizó subrepticiamente también para

prolongar mi ilegítima detención, imponiendo el secreto de

sumario en las causas 12777/16, 8999/12 y 1999/12 todas del

registro de la Secretaría N° 7 del Juzgado Federal N° 4.

Secreto del sumario que prorrogó en una oportunidad sin que

se dieran ninguna de las especiales circunstancias que la ley

procesal requiere para ello.


De hecho, y sin entrar en el análisis de la

forma en que debe computarse el término de diez días que el

ordenamiento ritual establece para el “secreto del sumario”,

el Sr. Magistrado prolongó aquél secreto, con todas las

restricciones que desde el punto de vista de la vigencia de

las garantías procesales ello implica, desde el día 17 de

noviembre hasta el miércoles 20 de diciembre de 2017.

El establecimiento del decreto del sumario

motivó la negativa de la Alzada al primer pedido

excarcelatorio formulado por mi defensa, entendiendo que no

obstante haber rebatido –mi defensa- individualmente cada de

una de las consideraciones realizadas por el a quo al fundar

mi detención, las nuevas circunstancias surgidas a la luz del

acuerdo de colaboración entre el Fiscal y Alejandro

Vandebroele y el desarrollo de las medidas de prueba

derivadas de aquél acuerdo, que fundaran el secreto del

sumario, respaldaban de momento la restricción impuesta,

medida que debía ser evaluada nuevamente una vez superada la

etapa del secreto (ver decisión de la CCCF, Sala I de fecha

24 de noviembre de 2017, en el incidente 1999/2012/9/CA3, que

se acompaña a la presente).

Es decir ya la Alzada en su primer

pronunciamiento de fecha 24 de noviembre, descartaba los


motivos esgrimidos por el Juez para ordenar mi detención y

sujetaba la vigencia de la medida cautelar al levantamiento

del secreto del sumario.

Superada la etapa del secreto del sumario,

conforme estableció la Alzada, mi defensa, 48 días después de

mi detención, pudo tener acceso nuevamente al expediente –y

sus conexos 8999/12 y 12777/16- y analizar cuáles habían sido

las medidas de prueba que habían generado el establecimiento

del secreto del sumario y su prórroga en esta causa 1999/12.

Para sorpresa de todos y así lo destacó el

Superior al momento de decretar la nulidad de mi detención,

se comprobó que no existía en este expediente -1999/12-

ninguna medida de prueba que se hubiera adoptado a raíz del

acuerdo de colaboración entre el Ministerio Público Fiscal y

Alejandro Vandenbroele. Es decir no había existido elemento

alguno que permitiera el establecimiento del secreto en esta

causa 1999/12; y en consecuencia el rechazo a mi primer

pedido excarcelatorio por parte de la Alzada se había

fundado, al igual que la orden detención, en hechos falsos.

Jamás existió medida de prueba alguna adoptada

en el marco de la causa 1999/12 cuya producción o resultados

pudieran verse afectados por mi libertad, ni mucho menos que


permitieran establecer el secreto del sumario (qué decir de

su prórroga).

Esta circunstancia que recién pudo ser

advertida una vez que se levantó el secreto del sumario, era

obvia, ya que al momento que mi defensa pudo acceder también

a la declaración del Sr. Vandenbroele advirtió que toda su

declaración se refirió pura y exclusivamente a los hechos

objeto de investigación en los expediente 12777/16 (conocida

como Ciccone residual) y 8999/12 en el cual se investiga la

reestructuración de la deuda de la Provincia de Formosa.

Así se explica Sres. Consejeros porque dije al

comenzar este punto, que el Sr. Juez había utilizado

subrepticiamente la declaración del Sr. Alejandro

Vandenbroele –prestada el 15 de noviembre ante el Sr. Fiscal-

para pretender otorgarle un viso de legalidad a las

detenciones que sin fundamento alguno había decretado el 3 de

noviembre de 2017.

Adviertan los Sres. Consejeros en este sentido

también, que aquella declaración fue incorporada –y no sin

motivo- a un incidente formado en el marco de la causa

1999/12 causa en la cual como ya se ha dicho hasta el

cansancio tiene por único objeto la investigación del


enriquecimiento patrimonial del Lic. Amado Boudou y su

entorno (ver incidente N° 1999/2012/14).

Esa incorporación a una incidente de la causa

1999/12 no tiene ninguna justificación jurídica, ya que

conforme surge de la misma acta de colaboración en la cual se

asentaron las manifestaciones del Sr. Alejandro Vandenbroele,

todos sus dichos, y repito, absolutamente todos sus dichos

corresponden a dos cuestiones, por un lado su intervención en

el marco de los hechos relacionados con el levantamiento de

la quiebra, adquisición y gerenciamiento de la ex Ciccone; y

por otro su intervención en el procedimiento de

reestructuración de la deuda de la Provincia de Formosa. Ni

una sola referencia existe a lo largo de toda la declaración

del Sr. Vandenbroele ni de su presentación posterior (todo

ocurrido en el marco del legajo 1999/2012/14) que sea ajena a

esos dos hechos.

Pero y entonces, ¿por qué el Sr. Juez decide

formar un legajo reservado en el marco de la causa 1999/12 e

incorporar ahí el acuerdo de colaboración de Vandenbroele

sino tiene relación con esa causa?

Esa pregunta sin duda debiera contestarla el

Sr. Magistrado, ya que ni jurídicamente (conforme luego

decretara la Alzada) ni lógicamente aquello tiene sentido.


El único sentido que tuvo aquella

incorporación, conforme ya lo he dicho, fue intentar

justificar las detenciones que ordenara el Sr. Juez el 3 de

noviembre, pero ese intento mucho no podía durar, ya que el

secreto del sumario no podía extenderse por siempre. La ley

procesal dice diez días, pero la ley no es un límite para

este Magistrado, quien decidió prolongar el secreto por 30

días en una causa en la que no tomó ninguna medida de prueba

ni antes, ni durante ni después de la imposición del secreto.

Es decir, el tiempo que duró el secreto ya es

anecdótico, lo importante es la absoluta ausencia de

elementos que justificaran su decreto en el marco de la causa

1999/12.

5).-Así llegamos al segundo pedido de

excarcelación formulado por mi defensa con fecha 21 de

diciembre de 2017, una vez levantado el ilegítimo secreto del

sumario, que el Sr. Magistrado decretó el 17 de noviembre de

2017 y prorrogó el 4 de diciembre de 2017 -hasta el 20 de

dicho mes y año-, al sólo de efecto de prolongar en el tiempo

mi arbitraria detención e intentar darle contenido a la

decisión que la dispuso.

Apenas se pudo comprobar la inexistencia de

medida de prueba alguna en curso que pudiera verse frustrada


por mi libertad, mi defensa solicitó mi inmediata liberación

y se decretara una falta de mérito a mi respecto, ya que a

casi dos meses de haber sido detenido e indagado, mi

situación procesal no había sido resuelta, no obstante haber

acompañado a la causa enorme cantidad de documentación en

respaldo de mi descargo, que demostraba la inexistencia de

los delitos que se me acharan (ver escrito de mi defensa de

fecha 21 de diciembre que en copia se acompaña al presente).

Frente a aquél pedido, el Sr. Magistrado

denunciado, dispuso el día 22 de diciembre de 2017, rechazar

la excarcelación, reiterando los fundamentos que esbozara en

su decisión de fecha 3 de noviembre a través de la cual

dispuso mi detención, y agregando que a esa fecha existían

medidas probatorias pendientes cuyos resultados podrían verse

frustrados en caso de recuperar mi libertad (ver decisión de

fecha 22 de diciembre que se acompaña).

Ya sea ha dicho, y así lo expuso la Alzada,

que al 22 de diciembre de 2017, fecha de la mentada decisión,

no existía ninguna medida pendiente de producción en el marco

del expediente 1999/2012 –tampoco había existido antes, es

decir desde mi detención, ni existió tampoco después del 22

de diciembre, ni existe hoy!!!-.


Señores Consejeros solicito tengan aquí por

reproducidos, en homenaje a la brevedad, los términos del

escrito presentado por mi defensa con fecha 27 de diciembre

de 2017 a través del cual se recurrió el nuevo rechazo de mi

excarcelación, ya que la Alzada hace eco de aquél al decretar

la nulidad de mi detención (se acompaña copia del mismo).

Pero esa no fue la única decisión ilegítima

que tomó el Sr. Juez ese día 22 de diciembre, también decidió

convocarme a declaración indagatoria para el día 16 de enero

de 2018 en orden a nuevos hechos de lavado de activos.

Es decir no solo hizo caso omiso al pedido que

mi defensa le venía formulando ya desde el 21 de noviembre en

orden a que resolviera mi situación procesal, sino que

decidió ese mismo día redoblar su apuesta y convocarme por

nuevos hechos de lavado para casi un mes después y sin

resolver el planteo de nulidad de fecha 6 de noviembre en

orden a falta de acción.

La arbitrariedad de sendas decisiones motivó

finalmente el pronunciamiento de la Alzada declarando la

nulidad de aquellas por carencia de fundamentos ordenando mi

inmediata libertad.

b).-Resolución del Juez Lijo de fecha 3 de

noviembre de 2017
Expuesto aquello, y como si restara aún algún

argumento para fundar la causal de mal desempeño que invoco

(ese Honorable Consejo ha considerado el apartamiento

sistemático de las normas del procedimiento como causal

suficiente de remoción en innumerables pronunciamientos), me

referiré concretamente a la falsedad –que bien podría exceder

ya el marco de la causal de mal desempeño- de los hechos

esgrimidos por el Sr. Juez denunciado en su resolución de

fecha 3 de noviembre de 2017 a través de la cual ordenara mi

detención.

1).-Refiere el Sr. Juez en su decisorio:

“…considero que, con el grado de probabilidad propio de esta

etapa del procedimiento, se encuentra configurado el estado

de sospecha requerido por el artículo 294 del Código Procesal

Penal de la Nación, para escuchar en declaración indagatoria

a: 1) Amado Boudou en orden a los delitos de asociación

ilícita, en carácter de jefe, y lavado de activos, cometido

en tres oportunidades; 2) José María Núñez Carmona en orden a

los delitos de asociación ilícita en carácter de organizador,

y lavado de activos, cometido en una oportunidad; 3)

Alejandro Paul Vandenbroele en orden al delito de asociación

ilícita, en carácter de integrante; 4) Juan Carlos López en

al delito de asociación ilícita en carácter de integrante…”.


“…Por un lado, se les atribuirá a Amado

Boudou, José María Núñez Carmona, Alejandro Paul Vandenbroele

y Juan Carlos López, haber formado parte de una asociación

ilícita destinada a cometer delitos indeterminados, con miras

a la obtención de beneficios económicos derivados de su

actuación al margen de la ley, con un reparte de tareas de

sus integrantes claramente establecido.

La asociación desarrolló sus designios

criminales, por lo menos, desde principios de agosto de 2009,

momento en que Amado Boudou asumió como Ministro de Economía

de la Nación, hasta el mes de diciembre de 2015, cuando

finalizó su mandato como Vicepresidente de la Nación.

La complejidad de la maniobra investigada y su

significación económica, ha evidenciado el intrincado

entramado societario diagramado para generar, entre otras

cosas, una opacidad en las transacciones, algunas de ellas

registradas en cuentas en el exterior, y, de esa manera,

disimular movimientos de dinero y ocultar tanto los bienes

como sus beneficiarios efectivos.

De esta manera, la organización criminal fue

conformada por un grupo societario integrado como mínimo por

las empresas Habitat Natural SA, Inversiones Inmobiliarias

Aspen SA, Rock Argentina SA, WSM SA, Beaver Cheek SA, Action
Media SA, Vail Investments SA, Embarcaciones Argentinas SA y

The Old Fund SA, en las que Boudou, Núñez Carmona,

Vandenbroele y López compartían alternativamente el carácter

de accionistas y/o directivos; ello en forma conjunta con

intervenciones particulares que en carácter de “prestanombre”

efectuaron algunos de los nombrados o terceras personas.

Acá habré de hacer un breve paréntesis, en

orden a esta poco creativa invención del Sr. Juez, realizada

a 48 horas de haber sido denunciado ante el Consejo de la

Magistratura, y en base a la misma prueba incorporada al

expediente que 20 días antes de esta “creación” -13 de

octubre de 2017-, había llevado al mismo Magistrado a correr

vista a las partes acusadores en los términos del artículo

268 (2) –enriquecimiento ilícito- del Código Penal. El

paréntesis se refiere al “grupo societario” que el Juez

menciona como integrante de la organización criminal.

En primer lugar y conforme expuso el informe

del Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales, las únicas dos

sociedades que el suscripto compartió con el Lic. Boudou en

partes iguales, fueron Inversiones Inmobiliarias Aspen SA

(constituida el 23.9.1997) y Habitat Natural SA (constituida

el 4.8.2010). Las restantes sociedades son pura y

exclusivamente mías constituidas hace años ya, relacionadas


todas con mi actividad empresaria y de las cuales soy

accionista mayoritario sin ninguna, reitero ninguna

participación del Lic. Boudou; todo lo cual surge del informe

pericial y la documentación analizada por el Cuerpo de

Peritos Oficiales.

Entonces mal puede hablar el Juez de “grupo

societario” como si tuvieran vinculación o de “la alternancia

de los accionistas entre aquellas sociedades”, las únicas

vinculaciones son las que surgen del expediente, y del

informe que elaboraran los Sres. Peritos Contadores

Oficiales, todo lo demás es falso, sólo existe en la

imaginación del Juez. Y qué decir de la firma The Old Fund

SA, cuya titularidad aún hoy es objeto de investigación en la

causa 12777/16, sin perjuicio de la enorme cantidad de

indicios vehementes existentes en aquél expediente hace

tiempo, respecto de quienes serían sus verdaderos titulares,

indicios que hoy cobran mayor importancia ante los aportes

que hiciera el Sr. Alejandro Vandenbroele. Cierro paréntesis.

2).-Continúa diciendo la decisión de fecha 3

de novimbre: “La estructura de la organización descripta y su

modo de funcionamiento advierten la necesaria coordinación

que se verificó entre Boudou, Núñez Carmona, Vandenbroele y

López, a través de la respectiva interrelación del ámbito


público, el entramado privado societario y la figura de

“prestanombre”, tanto así que la falta de intervención de

alguno de ellos hubiera dificultado la consecución de sus

fines.

Por medio de la modalidad descripta, se

habrían llevado a cabo un número indeterminado de maniobras

ilícitas –algunas de las cuales resultaron objeto de

investigación en expedientes judiciales que se hallan en

diversos estados procesales y tramitan por ante diferentes

tribunales, y otras que a la fecha aún no han sido

individualizadas-, en las que subyacen graves actos de

corrupción y tienen como actor principal a Boudou, en su

calidad de funcionario público, entre las que se

encontrarían: 1) la adquisición en subasta privada

direccionada por parte del Ministerio de Economía y Finanzas

de la Nación, en diciembre de 2009, de diecinueve vehículos a

la firma Guido Guidi SA por la suma de $ 2.131.400 (causa N°

CFP 2110/2010); 2) la celebración mediante la firma de The

Old Fund de un contrato de consultoría, de forma irregular y

en violación a la ley provincial 1180, con el Fondo

Fiduciario Provincial –Fon.Fi.Pro.- de la Provincia de

Formosa…(causa N° CFP 8999/2012); 3) la adquisición de la

empresa quebrada y monopólica Ciccone Calcográfica…(causa N°

CFP 1302/2012); y las maniobras de lavado de activos que


surgen a partir del peritaje contable realizado por el Cuerpo

de Peritos del Poder Judicial de la Nación que se imputarán a

continuación.”.

Acá habré de abrir otro paréntesis, para

referirme a dos cuestiones específicas, ello amén de la

generalidad –vaguedad- de los términos que utiliza el Sr.

Juez –como aquél párrafo que parece extraído de un best

seller que habla del intrincado entramado societario y la

opacidad en las transacciones- para de esa forma intentar

cubrir la ausencia absoluta de elementos que fundamentan su

decisión. Véase por ejemplo como en los párrafos que se

transcribieron supra, el Juez habla de maniobras ilícitas

cometidas por la asociación “algunas de las cuales resultaron

objeto de investigación en expedientes judiciales y otras que

a la fecha aún no han sido individualizadas”. Es decir el

Juez pretende imputar hechos que no ha podido individualizar

aún, pero que él está convencido existen, es como un cheque

en blanco de la imputación.

Pero volviendo sobre aquél párrafo y las

groseras falencias que quería destacar, siempre relacionadas

con esta virtud del Sr. Juez de achacar delitos sin elemento

alguno incorporado a la causa (ya sea esta u otra);

corresponde señalar que aquél refirió que entre las maniobras


que habría realizado la mentada asociación ilícita se

encontraba “la adquisición en subasta privada direccionada

por parte del Ministerio de Economía de la Nación de 19

vehículos…”.

Sres. Consejeros, estos hechos fueron

investigados en el marco de la causa 2111/2010 del registro

del Juzgado Federal N° 12, nunca tramitaron por ante el

Juzgado Federal N° 4, nunca nadie planteó una conexidad ni

nada por el estilo. Es decir el Juez Lijo nunca intervino en

ese expediente 2111/2010. Sin perjuicio de ello, el Sr. Juez

no tiene ningún reparo es sostener que el hecho allí

investigado es uno de los delitos cometidos por la asociación

ilícita. Desde ya que al Dr. Lijo no le importa en lo más

mínimo –o quizás siquiera lo sepa- que a lo largo de todo

aquél expediente (2111/2010), nunca jamás, ni una sola vez

han sido mencionados los nombres -amén del Lic. Boudou- de

los demás presuntos integrantes de la asociación ilícita

imaginada por el Juez. Ni Vandenbroele, ni López ni muchos

menos el suscripto. De hecho hoy la causa tramita por ante el

Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4 y entre las

personas sometidas a proceso, obviamente, no se encuentra

ninguno de los nombrados.


¿Entonces cómo puede ser que el Sr. Juez

sostenga que la asociación ilícita habría cometido el ilícito

allí investigado? La respuesta es un misterio, como todo lo

que ha hecho el Sr. Juez en esta causa desde el pasado 3 de

noviembre. Quizás él tenga datos que el propio Juez

instructor de la causa 2111/2010 no tuvo y el Tribunal Oral

Federal tampoco. Lo que sí es seguro que en el expediente del

asunto aquellos “datos” no existen.

Esta circunstancia desnuda la desesperación

con que fue elaborada la resolución de fecha 3 de noviembre,

en la que se pretendió incluir, como si trata de un licuado

de frutas, cuanto hecho se pudiera, sin siquiera discriminar

aquellos que nunca pasaron por las manos del Sr. Magistrado.

Para cerrar este paréntesis, me habré de

referir a una cuestión básica, que desde el punto de vista

del derecho de fondo el Sr. Juez nunca pudo haber pasado por

alto, y se refiere a la atipicidad de los hechos que él mismo

inventó.

Adviertan Sres. Consejeros que el Sr.

Magistrado refiere que Boudou, Núñez Carmona, Vandenbroele y

López “formaban parte de una asociación ilícita destinada a

cometer delitos indeterminados, con miras a la obtención de

beneficios económicos”; que esa asociación desarrolló sus


actividades “desde principios de agosto de 2009 hasta el mes

de diciembre de 2015”; que entre las maniobras que habría

realizado la mentada organización se encontrarían a) la

adquisición en subaste de 19 vehículos en diciembre de 2009;

b) la celebración del contrato de consultoría mediante la

firma TOF con el Fon.Fi.Pro, en marzo de 2010; c) la

adquisición de la firma Ciccone, que habría ocurrido en

septiembre de 2010; y d) la maniobra de lavado de activos que

se habría se habría configurado el 31 de agosto de 2009,

cuando Núñez Carmona se acogió al régimen de blanqueo

estipulado en la ley 26.476.

Ahora bien, para que se entienda, el Sr.

Magistrado dice que la asociación ilícita cometía delitos con

miras a la obtención de beneficios económicos derivados de su

actuación y que entre los ilícitos que habrían realizado se

encontraban aquellos que se mencionaron supra –letras “a” a

“d” lavado de activos-.

Respecto de la represión del delito de lavado

de activos de origen ilícito, en nuestro país existen dos

momentos diferenciados. Un primer momento bajo la vigencia de

la ley 25.246 –de mayo del año 2000-, que introdujo el delito

de lavado de activos en nuestra legislación, pero dentro del

Capítulo referido al Encubrimiento, es decir que solo


alcanzaba a aquellas personas que no hubieran participado en

el delito precedente –art. 278 del C.P., según ley 25.246-. Y

otro momento, bajo la vigencia de la ley 26.683 publicada en

el Boletín Oficial el día 21.6.2011- que derogó el artículo

278 de la ley 25.246, e introdujo en nuestra legislación

penal ya como figura autónoma el delito de lavado de activos

reprimiendo también a quien hubiere participado del delito

precedente.

Precisamente a la luz de la legislación

vigente y las fechas de los hechos que el Sr. Magistrado

pretendió imputarme mediante el decisorio de fecha 3 de

noviembre de 2017, se advierte sin esfuerzo alguno que el

delito de lavado de activos no existía en nuestra legislación

hasta junio de 2011, y que los delitos y hechos que el Sr.

Juez detalla en el decisorio cuestionado, son todos del año

2009 y 2010. En síntesis el delito que allí me imputó no

existía en nuestra legislación. Esta cuestión básica en orden

a la vigencia de las leyes no pareciera ser algo que un Juez

pueda desconocer.

3).-Retomando el contenido de la decisión de

fecha 3 de noviembre, decía el Sr. Juez: “En ese sentido se

le reprochará a Amado Boudou y José María Núñez Carmona haber

puesto en circulación en el mercado legal la suma no


declarada y de orígen ilícito de cuatro millones doscientos

treinta y ocho mil novecientos pesos ($ 4.238.900) y

setecientos noventa y cinco mil dólares (u$s 795.000) a

través del procedimiento de blanqueo estipulado por la ley

26.476, a los fines de disimular de disimular la fuente real

de los fondos, y posteriormente ingresarla, entre otros, al

grupo societario que compartían.

Concretamente, el día 31 de agosto de 2009,

José María Núñez Carmona se acogió a aquél régimen de

regularización impositiva e ingresó al circuito legal las

sumas de cuatro millones doscientos treinta y ocho mil

novecientos pesos ($ 4.238.900) y setecientos noventa y cinco

mil dólares (u$s 795.000), que convertido a pesos a la

cotización de esa fecha (3,81) configuró la suma de siete

millones doscientos sesenta y siete mil ochocientos cincuenta

pesos ($ 7.267.850), para lo cual tuvo que pagar setenta y

dos mil seiscientos setenta y ocho pesos con cincuenta

centavos ($ 72.678,50) para efectivizar dicho acogimiento.

Ello, posteriormente reflejó en sus declaraciones juradas

presentadas el 23 de agosto de 2009 y el 10 de noviembre de

2010, una modificación en su patrimonio de un millón

quinientos ochenta y cinco mil seiscientos dos pesos con

catorce centavos ($ 1.585.602,14) al inicio del ejercicio del

año 2007 a siete millones setecientos cuarenta y ocho mil


siete pesos con cuarenta y nueve centavos ($ 7.748.007,49) al

finalizar ese período; representando un incremento

patrimonial cuantitativo del 388,65% en el lapso de un año.

De esta forma, ulteriormente ese dinero fue

inyectado en el conjunto de sociedades que compartían Boudou

y Núñez Carmona, ya con apariencia lícita, para aplicarlo a

otros destinos con un origen presuntamente legal.

Corresponde aquí abrir un nuevo paréntesis, a

fin de demostrar la falsedad de los hechos imputados por el

Sr. Juez, falsedad que surge de elementos incorporados al

expediente mucho antes de la decisión de fecha 3 de

noviembre, y que a todo evento había sido analizada ya por el

Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales en el marco del

estudio encomendado por el propio Magistrado.

Señores Consejeros, para desnudar la falsedad

de los hechos que pretendiera enrostrarme el Dr. Lijo, basta

con la apertura del formulario F.837 Régimen Aplicación de

Fondos Exteriorizados de AFIP a través del cual el suscripto

se acogió al régimen de exteriorización de bienes de la ley

26476.

De aquél formulario (que conforme ya dije fue

ponderado por los Sres. Peritos Contadores Oficiales en

ocasión de elaborar el informe respectivo) surge que la suma


de pesos exteriorizada se encontraba conformada por los

siguientes bienes inmuebles: a) Bernardo de Irigoyen 3947 de

la localidad de Mar del Plata; b) Aristóbulo del Valle 3242

de la localidad de Mar del Plata; c) Juana Manso 740 piso 17

de CABA; y d) Parcelas 14 y 15 de la Circunscripción VI,

Sección D, Manzana 325-b, de la Ciudad de Mar del Plata,

titularidad de Vail Investment SA.

Por otro lado, la suma en dólares

estadounidenses exteriorizada se encontraba conformada por

los siguientes bienes: a) cédulas hipotecarias suscriptas por

José María Núñez Carmona por u$s 500.000, acreditadas en la

cuenta a su nombre en el Banco Hipotecario, cuenta en la cual

también se acreditan mensualmente las amortizaciones de los

títulos mencionados; y b) u$s 295.000 correspondientes al

valor de la embarcación inscripta en la Matrícula Nacional

número 029150-REY a nombre Embarcaciones Argentinas SA.

Sres. Consejeros los bienes exteriorizados e

ingresados al blanqueo, son exclusivamente aquellos

detallados supra, no existió el blanqueo de dinero en

efectivo a que se refiere el Juez, como así tampoco existió

la pretendida inyección de fondos en sociedades que

compartían Boudou y Núñez Carmona. El Lic. Boudou jamás ha

sido accionista de Vail Investment SA ni mucho menos de


Embarcaciones Argentinas SA, sociedades estas que

exteriorizaron bienes que hoy siguen en sus patrimonios.

Estos hechos se encuentran confirmados por el informe de los

Sres. Peritos Contadores Oficiales en base a la documentación

que pudieron consultar.

Todos los bienes exteriorizados -a excepción

del barco vendido el 14.2.16- siguen a la fecha integrando mi

patrimonio.

Entonces, ¿cómo puede sostener el Juez,

antojadizamente y en contra de toda la documentación obrante

en el expediente, que el dinero ingresado al blanqueo fue

posteriormente inyectado en el conjunto de sociedades que

compartían Boudou y Núñez Carmona? ¿De qué dinero habla si se

trató de bienes inmuebles, muebles registrables o cédulas

hipotecarias? ¿De qué inyección en el conjunto de sociedades

habla si todos los bienes inmuebles, muebles y cédulas

hipotecarias continúan hoy en mi patrimonio?

A todo evento habré de señalar que los bienes

ingresados al blanqueo de la ley 26476 debían encontrarse, de

conformidad con las disposiciones de la propia ley,

incorporados al patrimonio del contribuyente que realizaba la

exteriorización a diciembre de 2007. De esta circunstancia

surgen dos conclusiones inmediatas, primero y conforme expuse


en el punto anterior, la atipicidad de los hechos, ya que la

ley que incorpora a nuestra legislación la figura de lavado

de activos es de junio de 2011. La segunda conclusión se

refiere a otro descuido del Sr. Juez, ya que según él la

asociación ilícita desarrolló sus designios criminales desde

principios de agosto de 2009, momento en que Boudou asumió

como Ministro de Economía. Entonces, ¿cómo pudo aquella

asociación ilícita haber cometido el lavado de activos de

bienes ingresados a mi patrimonio hasta diciembre de 2007? O

en todo caso ¿cómo pudo aquella asociación ilícita haber

cometido el lavado de activos a través del acogimiento del

suscripto al régimen de regularización impositiva que, en

propias palabras del Juez, realizó el suscripto el 31 de

agosto de 2009? Quizás el Juez pretende sostener que entre

principios de agosto de 2009 y el 31 de agosto de 2009 –es

decir en el transcurso de 30 días- la asociación ilícita

logró hacerse de todos esos bienes inmuebles, muebles

registrables y demás; ello como resultado de su actividad

ilícita, todo en 30 días.

Pero existe otro yerro enorme en la

imputación. El delito de lavado de activos requiere como

elemento del tipo el origen ilícito de los bienes que se

ponen en circulación. El propio Juez así lo dice en el

párrafo que acabamos de comentar: “…se le reprochará a Amado


Boudou y José María Núñez Carmona haber puesto en circulación

en el mercado legal la suma no declarada y de orígen ilícito

de cuatro millones…”. Sin embargo ninguna referencia hace a

cual sería el origen de los bienes. ¿De qué ilícito

provienen? Si el Sr. Magistrado pretende sostener que

provienen de los hechos investigados en los expedientes que

mencionó (causa 2111/2010 del Jdo. Federal 12; causa

1302/2012 del Jdo. Federal 4; y causa 8999/2012 del Jdo.

Federal 4), lamento informarle que aquello resulta imposible,

toda vez que los hechos investigados en todos y cada uno de

aquellos expedientes son del año 2010 en adelante, mientras

que el blanqueo que pretende imputar es del año 2009.

Lo disparatado de la imputación supera

cualquier comentario que uno pudiera hacer. Hasta podría

considerarse gracioso sino fuera que ésta imputación es el

fruto de una decisión judicial que provocó que dos personas

estuvieran detenidas ilegalmente por más de 70 días.

Toda la documentación que acredita cada una de

estas circunstancias, que ya obraba en el expediente mucho

antes del 3 de noviembre y pareciera que el Juez ignoraba,

fue acompañada a la Alzada y se encuentra agregada al

incidente de excarcelación respectivo, cuya copia íntegra

adjunto a esta presentación (el Formulario F.837 Régimen


Aplicación de Fondos Exteriorizados de AFIP, con su apertura,

en 9 páginas; escritura 48 de venta con hipoteca del Yate

“Scorpius” de fecha 4 de febrero de 2016; acta de asamblea

extraordinaria de Embarcaciones Argentinas SA de fecha 7 de

abril de 2009; escritura 92 de venta de Yata a motor a favor

de Embarcaciones Argentinas SA de fecha 17 de abril de 2009;

escritura 186 de venta a favor de José María Núñez Carmona

del inmueble de calle Aristóbulo del Valle 3242, de fecha 29

de julio de 2009; escrituras 20 y 21 de venta de dos terrenos

a favor de Vail Investment SA, de fechas 18 de marzo de 2010;

acta de asamblea extraordinaria de Vail Investment SA de

fecha 27 de agosto de 2009; contrato de fideicomiso

financiero de cédulas hipotecarias argentinas serie X 2009-2

suscripto por el Sr. José María Núñez Carmona en 4 páginas;

resumen general de la caja de ahorro en dólares del Sr. José

María Núñez Carmona en el Banco Hipotecario; términos y

condiciones de la serie X; resumen de saldos y movimientos de

valores de Caja de Valores; resumen general de la caja de

ahorro en pesos del Sr. José María Núñez Carmona en el Banco

Hipotecario; escritura 290 de fecha 3 de junio de 2005 de

venta del inmueble de calle Bernardo de Irigoyen 3947/49 y

boleto de compraventa de fecha 26 de agosto de 2009 de venta

a favor de José María Núñez Carmona, del mismo inmueble;

escritura 463 de fecha 28 de agosto de 2009, de venta del


inmueble de calle Juana Manso 740 a favor de José María Núñez

Carmona; y escritura 1076 de fecha 16 de julio de 2003, de

venta a favor de Julio Racauchi del inmueble de calle Juana

Manso 740).

4).-Señores Consejeros, decidí dejar para el

final de la crítica de la mentada decisión de fecha 3 de

noviembre que vengo realizando, tres hechos concretos, que el

Sr. Juez ponderó para fundar la existencia de un riesgo

procesal, en la especie el entorpecimiento del proceso. Desde

ya que como no podía ser de otra forma, aquellos se sustentan

en hechos falsos.

4.1.-Dice el Juez en su decisorio de fecha 3

de noviembre: “…la actuación de José María Núñez Carmona se

circunscribía al ámbito privado, en el cual realizaba todos

aquellos actos que Boudou, justamente en razón de sus cargos

públicos, no podía llevar a cabo. En ese sentido se destacan

las cuentas en el exterior a nombre de Núñez Carmona: una

cuenta bancaria del HSBC Bank USA-HSBC Private Bank

International Miami, donde se recibieron órdenes de pago –en

fecha 30 de julio de 2009 y 21 de mayo de 2010- por un total

de ciento sesenta mil dólares (u$s 160.000) desde una cuenta

del Banque Heritage de Uruguay, a través del corresponsal

Commerzbank AG de Frankfurt, cuyo producto bancario emisor de


los fondos correspondía a la sociedad panameña New Services

SA, que operaba con euros, dólares, libras esterlinas y

francos suizos…Núñez Carmona posee cuentas en el exterior a

su nombre, que registran inyección de fondos de por lo menos

una sociedad panameña a través de una cuenta en la República

Oriental del Uruguay por intermedio de un corresponsal alemán

y de los cuales se ha tomado conocimiento recientemente. Ello

evidencia la imposibilidad real de controlar el flujo de

activos por los cuales se los está investigando”.

Señores Consejeros este párrafo no tiene

desperdicio. Se pretende sostener una mentira a través de la

tergiversación de hechos probadas en el expediente 1999/2012.

La operación a la que se refiere el Sr. Juez

se encuentra acreditada en el expediente desde el año 2013,

sin perjuicio de lo cual fue explicada en detalle por el

suscripto en la declaración indagatoria que se me recibiera

el mismo día de mi detención, el mentado 3 de noviembre. Allí

expuse que la operación consistió en la adquisición de dos

bienes registrables, que hoy se encuentran a mi nombre por

ante el Registro de la Propiedad Automotor, en la especie una

camioneta Audi Q7 dominio IYP-345 y una moto BMW R1200

Cruiser de colección dominio 037-GGT, amén de elementos para

navegación. Expliqué también que la compra fue realizada a un


residente argentino en los Estados Unidos, de quien aporté

sus datos filiatorios, quien ofreció aquellos bienes a la

venta en virtud de su traslado a nuestro país. La operación

se materializó a través del HSBC Argentina, entidad bancaria

en la cual la sociedad Inversiones Inmobiliarias Aspen poseía

cuenta. De allí retiré el dinero correspondiente y, me dirigí

a la Agencia de Cambio Columbus sita en calle San Martín y

Corrientes. De allí se transfirió el dinero de la transacción

a una cuenta puente que el propio Banco HSBC me ofreció en

los Estado Unidos, cuenta conforme destaca el Juez, también a

mi nombre. La cuenta fue abierta para aquella única operación

y cerrada con posterioridad. Todo ello ocurrió entre el 30 de

julio de 2009 y 21 de mayo de 2010, conforme expresamente

destaca el Sr. Magistrado, y surge de las constancias de la

causa. Ambos rodados están a mi nombre y así surge del propio

informe de los Sres. Peritos Contadores Oficiales.

También surge de la causa, aunque el

Magistrado maliciosamente omite mencionar, que la firma

panameña New Services SA que girara los fondos a la cuenta

puente del HSBC en los EEUU a mi nombre, es una sociedad del

grupo Columbus, agencia de cambio a la cual mi cliente le

encargó la transferencia al extranjero.


La utilización de esta operación para sostener

la existencia de cuentas –el Juez utiliza el plural pero es

la única cuenta que menciona- en el exterior que registran

inyección de fondos de por lo menos una sociedad panameña a

través de una cuenta en la República Oriental del Uruguay, es

falsa, tergiversa la realidad de los hechos y los elementos

incorporados a la propia causa. Como ya dije, el Banco

Central de la República Oriental del Uruguay informaba ya al

Sr. Juez en marzo del año 2013 que: a. Núñez Carmona no

poseía cuentas en el Banque Heritage (Uruguay) SA; b. Núñez

Carmona fue beneficiario de dos giros remitidos por New

Services SA (se trata de los dos giros mencionados de fechas

30.7.09 y 21.5.10); y c. New Services SA es una sociedad

panameña vinculada a la Empresa de Servicios Financieros

Columbusnet SA institución ésta controlada por el Banco

Central del Uruguay.

Es evidente la utilización fraudulenta que de

las constancias de la causa hace el Sr. Juez, intentando

darle viso de ilegalidad y confusión a una operación que ya

en el año 2013 le informaban las autoridades financieras

uruguayas. La operación no tenía nada de misterioso, pero el

Juez prefiere hablar de inyección de fondos de una sociedad

panameña, como si no supiera cual fuera esa sociedad o su


vinculación con la encargada de la operación. Toda vale para

el Juez.

Pero el Juez no se detiene ahí, recuérdese que

aquél decía: “…Núñez Carmona posee cuentas en el exterior a

su nombre, que registran inyección de fondos de por lo menos

una sociedad panameña a través de una cuenta en la República

Oriental del Uruguay por intermedio de un corresponsal alemán

y de los cuales se ha tomado conocimiento recientemente.”

Señores Consejeros ya he dicho y así surge del

informe que el Banco Central de la República Oriental del

Uruguay le enviara al Sr. Juez, y conforme obra en el

expediente, que estos hechos son conocidos al menos desde

marzo de 2013. La circunstancia de que el Juez diga el 3 de

noviembre de 2017 “que de ello se ha tomado conocimiento

recientemente” para fundar mi aprehensión y agregar que “ello

evidencia la imposibilidad real de controlar el flujo de

activos por los cuales se los está investigando”; amen de

falso es gravísimo.

¿De qué imposibilidad real de controlar el

flujo de activos se habla, si el propio Juez indicó que se

trató de dos operaciones una de fecha 30 de julio de 2009 y

otra del 21 de mayo de 2010?


Y en todo caso ¿qué circunstancia le hizo

valorar al Juez que los hechos que ya conocía desde el año

2013, en el año 2017 podían importar la imposibilidad real de

controlar el flujo de activos –de 2009 y 2010-?

4.2.-Continuando con este apartado habré

destacar otro de los argumentos falsos que el Juez invocara

en la decisión de fecha 3 de noviembre para justificar la

existencia de un riesgo procesal, en esta ocasión falseando

constancias del propio sistema web de la CSJN.

Así dijo: “en su momento, se rechazó el pedido

formulado por Núñez Carmona de viajar al Reino de España, en

la inteligencia de que podría obstaculizar y demorar la

investigación desarrollada hasta ese momento. Para ello se

tuvo en cuenta que el propio imputado expresó que el viaje

era de índole comercial. Posteriormente el Superior concedió

la autorización, por lo que este Tribunal impuso al nombrado

la obligación de…abstenerse de realizar cualquier actividad

comercial que pudiera entorpecer ese proceso y de presentarse

ante este juzgado a los efectos de poner en conocimiento del

tribunal esa circunstancia y proporcionar un detalle

pormenorizado de las operaciones desarrolladas durante su

estadía en el Reino de España. No obstante, el imputado

demoró un mes y medio en cumplir con la obligación impuesta


desde su regreso al país, habiendo sido intimado a presentar

las copias de los contratos de alquiler correspondientes”.

Señores Consejeros corresponde analizar

detenidamente también este párrafo ya que nuevamente el Juez

afirma como ciertas cosas que no lo son.

Primero destaco como hace el Sr. Magistrado

que no obstante haberme negado siempre ante cada pedido la

autorización de viaje al exterior, la Alzada ha revocado

siempre la decisión del Juez con los mismos argumentos: “El

Sr. Núñez Carmona siempre ha estado a derecho, el Sr. Fiscal

siempre ha prestado su conformidad y el Sr. Juez a quo nunca

ha indicado de que manera la ausencia del peticionante podría

obtaculizar y demorar la investigación, o para qué medida

concreta se requiere su presencia” (ver a modo de ejemplo lo

resuelto por la Sala I en el incidente 1999/2012/5, con fecha

13 de julio de 2017).

Concretamente el Superior a través de la

decisión de fecha 13 de julio de 2017, le dijo al Sr. Juez en

el marco de esta misma causa 1999/12, repito, de esta misma

causa en la cual ordenara mi detención tres meses después,

que “no se registran en el legajo circunstancias objetivas

que permitan inferir la concurrencia de los riesgos

procesales demandados para que proceda la restricción en


pugna” y agregó “el Sr. Juez a quo no precisó qué diligencia

o acto concreto se buscaba resguardar, ni porque la ausencia

del imputado durante las fechas indicadas atentaría contra su

materialización” (Sala I en incidente citado).

Pareciera que a mi respecto es una constante

del Juez no dar razones de las decisiones que afectan mis

derechos, lamentablemente en esta oportunidad la resolución

arbitraria y carente de fundamentos que estoy criticando se

refería a mi libertad individual y no ya a un viaje al

exterior.

Bien, expuesto aquello corresponde referirme

ahora sí, a la afirmación del Juez en orden a que “el

imputado demoró un mes y medio en cumplir con la obligación

impuesta desde su regreso al país, habiendo sido intimado a

presentar las copias de los contratos de alquiler

correspondientes”.

En primer lugar corresponde señalar como hace

el Juez, que cumplí con la obligación de presentar las copias

de los contratos de alquiler correspondientes. Con lo cual

resulta difícil entender como esta circunstancia pudo

valorarse negativamente entre aquellas que lo llevaran a

disponer mi detención y luego el rechazo de mi excarcelación.


En segundo lugar corresponde señalar que no es

cierto que cumplí con aquella obligación luego de haber sido

intimado. Como expuso mi defensa en el escrito de fecha 6 de

noviembre, el Sr. Juez antes de afirmar tal cosa debió

consultar en su Tribunal respecto de la cantidad de veces que

se aportó la documentación en distintos formatos, cosa que se

hizo, conforme surge del incidente de viaje respectivo, antes

de la supuesta intimación del tribunal. Y digo supuesta ya

que conforme surge del sistema web de la CSJN nunca se mandó

una cédula de notificación electrónica intimándome tal cosa.

Sí surge del sistema que comparecí por ante

los estrados del Tribunal el 16 de agosto próximo pasado a

fin de dar cuenta de mi regreso al país. Y también surge del

sistema un auto intimando la presentación de la

documentación, que pretendería ser del 5 de septiembre de

2017, pero extrañamente el propio sistema reza “alta en el

sistema 2/11/2017”, es decir un día antes de mi detención.

Para que se entienda, la presunta intimación recién aparece

en el sistema web de la CSJN el 2 de noviembre de 2017, un

día antes de mi detención y sin cédula electrónica, ya que si

se hubiera librado una cédula electrónica la falsedad hubiera

quedado patentizada en ese mismo momento, ya que a partir de

ese mismo 2 de noviembre se hubiera notificado a mi defensa

de una intimación que ya había cumplido casi dos meses antes.


Es decir, amén de resultar falsa como ya

expresé la circunstancia de que aporté la documentación

comprometida luego de haber sido intimado, el auto a través

del cual supuestamente se me intimó nunca fue notificado a

esta parte y recién aparece en el sistema, un día antes de mi

detención.

4.3.-Corresponde aquí finalmente referirme al

tercero de los argumentos utilizados por el Juez Lijo para

fundar la existencia de riesgo procesal.

Dijo el Magistrado en su decisión de fecha 3

de noviembre pasado: “Por último, si bien se advierte que los

imputados han cumplido con las obligaciones formales del

proceso, el reciente fallo de la Sala II de la Excma. Cámara

Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal

establece nuevas pautas interpretativas al momento de valorar

los riesgos procesales, en este sentido sostuvo “…a la hora

de examinar la presencia de riesgos procesales no corresponde

limitar el análisis al arraigo o a la manera en que los

involucrados se comportan formalmente en el proceso penal,

sino que resulta especialmente relevante determinar si

existen datos reales, concretos y objetivos que permitan

razonablemente presumir que los lazos funcionales tejidos al

amparo del acuerdo criminal se encuentran aún vigentes y


pueden estar siendo utilizados en perjuicio de la

investigación penal (…) precisamente (…) en el marco de un

proceso que involucra la investigación de actos de corrupción

complejos, que habrían sido desarrollados con la necesaria

intervención de funcionarios de diversas áreas del Estado y

al amparo de su estructura, durante un extenso período de

tiempo” (causa n° 5218/2016/17/K14 del registro del Juzgado

Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 9,

Secretaría N° 18 caratulada “Larregina Miguel A, y otros”)”.

Señores Consejeros, el Juez pretendió

trasladar a esta causa un criterio adoptado en un expediente

en el cual no intervino ni interviene, y respecto del cual

debo presumir desconoce las circunstancias que rodearon los

hechos que finalmente dieran lugar a aquella decisión de la

Sala II.

Esto no debiera sorprendernos ya que como

señalé en puntos anteriores, el Juez ya ha hecho lo propio al

referirse a los presuntos delitos que habría cometido la

asociación ilícita (cuando se refirió al hecho investigado en

la causa 2111/2010 del Juzgado Federal N° 12).

Por otro lado el Juez pareciera querer

arrogarse funciones legislativas, ya que pretende darle el

carácter de obligatorio a un fallo de la Sala II de la


Alzada, en un expediente distinto, decisión que habría

establecido según el propio Magistrado “nuevas pautas

interpretativas al momento de valorar los riesgos

procesales”.

Puedo estar errado, ya que me han quedado

materias pendientes de la carrera de Derecho, pero entiendo

que a la fecha se encuentra vigente aún el artículo 10 de la

ley 24050 (con las modificaciones introducidas por la ley

26371) que establece la aplicación obligatoria de las

sentencias plenarias dictadas por la Cámara Federal de

Casación Penal; en el caso concreto y orden a los parámetros

que deben valorarse al momento de decidir respecto del

encarcelamiento preventivo de un imputado, debe aplicarse la

doctrina sentada por el plenario “Díaz Bessone”, que

insólitamente el propio Juez cita en la resolución criticada.

En consecuencia era precisamente en base a los

parámetros establecidos por ese plenario –Díaz Bessone- que

el Sr. Juez debió meritar la existencia de riesgo procesal; y

no en base a las autoproclamadas nuevas pautas

interpretativas que surgirían de una decisión de la Sala II

de la Alzada, en el marco de un expediente en el cual el

Magistrado no intervino y en definitiva no conoce.


Adviertan los Señores Consejeros que ya en

ocasión del pronunciamiento de fecha 24 de noviembre de 2017,

en la causa del asunto (1999/2012) la Sala I rechazaba este

argumento del Juez a quo, en los siguientes términos “…la

generalización indiscriminada de tal lógica supondría ignorar

cualquier singularidad, imponiendo el automático

encarcelamiento del funcionario –tanto pretérito como actual-

y de los particulares coimputados por el mero reproche de un

delito, con el caro precio de avasallar fronteras

fundamentales del Estado de derecho” (CCCF Sala I, CFP

1999/2012/9CA3, voto del Dr. Jorge L. Ballestero al que

adhirió el Dr. Leopoldo Bruglia, de fecha 24 de noviembre de

2017).

c).-Decisión de la Alzada de fecha 11 de enero

de 2018 en el marco del incidente CFP 1999/2012/9/CA6

En virtud de la claridad y contundencia de los

lineamientos trazados por el voto de la mayoría en la

decisión de fecha 11 de enero de 2018 que resolvió declarar

la nulidad de la decisión que dispusiera mi detención, es que

habré de hacer una breve síntesis de aquél, a fin de que los

Señores Consejeros, puedan conocer no ya de mi boca si no de

la de los Sres. Camaristas llamados a resolver el asunto, las

irregularidades ocurridas en el marco del proceso 1999/2012.


Dice el voto del Dr. Eduardo Farah: “…Debo

comenzar señalando que la detención de ambos, dispuesta –en

la causa n° 1999/2012- en los términos del art. 280 del

Código Procesal Penal exigía, como toda medida cautelar, la

fundamentación de la verosimilitud del derecho y urgencia que

requiere su dictado.

En el caso, aquella fue decidida por el Juez

de la causa de la anterior instancia el 3 de noviembre del

año pasado en ocasión de convocar a prestar declaración

indagatoria a los nombrados.

Sin embargo, al presente, como se verá, el

derrotero seguido desde entonces da cuenta de que no encontró

en ninguno de los dos requisitos respaldo alguno.

Repárese que hasta entonces, las actuaciones

se encontraban ceñidas al esclarecimiento de un eventual

enriquecimiento ilícito. Sin perjuicio de ello, siete días

después de que el Fiscal de la causa formulara el

requerimiento de justificación patrimonial –precisando que

hacía de manera parcial y sujeto al paulatino examen de la

multiplicidad de constancias que conforman el peritaje

elaborado- el Juez de grado ordenó la indagatoria de los

nombrados y dispuso sus detenciones en orden a los hechos

que, a partir de allí, consideró constitutivos de los delitos


de asociación ilícita y lavado de activos, cometido éste en

tres oportunidades.

Tal intempestiva variación, además de no verse

reflejada en la actividad procesal hasta entonces desplegada

–y que transcurrió, debo decir, a un ritmo carente de

dinamismo-, tampoco se vio acompañada de una correlativa

actividad jurisdiccional que la respaldara: pese a que desde

su imposición han transcurrido más de dos meses, el Juez a

quo aún no ha definido las situaciones procesales de los

detenidos conforme establece expresamente el art. 306 del

Código Procesal Penal (que le fija un plazo, ordenatorio, no

perentorio, pero plazo al fin, de 10 días para hacerlo), con

lo cual o bien no contaba con elementos que le permitieran

cristalizar el vínculo de los imputados con los hechos que

les había reprochado o la urgencia entonces alegada no era

tal.

Sobre esto último, basta repasar que con fecha

22 de diciembre dispuso ampliar las declaraciones

indagatorias prestadas, pero en relación a otros hechos, y

sin resolver sus situaciones procesales en relación a las

anteriores, fijándoles además fecha de audiencia para casi un

mes después de decidirlo: el 16 de enero para Núñez Carmona y

el 18 de enero para Boudou (conf. Fs. 7469/70).


Esa distancia temporal no sólo resulta

incompatible con la provisoriedad de las detenciones

originalmente dispuestas, sino que además resulta

contradictoria con la propia fundamentación que, ese mismo

día, el Juez a quo dio al rechazar los nuevos pedidos de

excarcelación…

Pero además, demuestra que la “superación de

la coyuntura” –de la que allí habla, según parece, para

agotar las medidas probatorias pendientes y definir

rápidamente la cuestión- se halla en realidad bastante

demorada, pese a la recomendación que en ese sentido le

efectuó la Sala I de esta Cámara en la resolución de fecha 24

de noviembre de 2017 (incidente CFP 1999/2012/7/CA2)…

La alusión, en la resolución apelada, a la

“posibilidad de que el nombrado posea efectos aún

desconocidos en el exterior y la existencia de una entramado

societario, integrado entre otras personas por José María

Núñez Carmona, creado precisamente para disimular la realidad

de operaciones patrimoniales y, así disfrazar flujos de

dinero, bienes y sus beneficiarios efectivos” (textual) y a

que por ello era necesaria la producción de una serie de

medidas, muchas de ellas aún en curso (“exhortos

internacionales, entrecruzamientos telefónicos, análisis de


documentación, medidas patrimoniales, etc.” –textual-), debió

ser objeto de consideración en la resolución cuya ausencia

aquí destaco, aspecto éste en el que llama asimismo la

atención el señalamiento que el propio Fiscal de la causa le

hizo al Juez a quo en punto a que “…la prueba fundante de la

detención dispuesta obra en el expediente a fs. 5378/9; a fs.

6646/6692 y 6676/6832, ello a los fines de considerar que

hace tiempo se contaba con la información relacionada con el

procedimiento de blanqueo con el que se había beneficiado

Núñez Carmona, y respecto del incremento injustificado de su

patrimonio del año 2009/2010, como así también se contaba ya

con la información de las cuentas que el nombrado tenía en el

exterior…”

Es importante señalar, finalmente, que la

invocación que se hace del compromiso que el Estado tiene

para castigar los hechos de corrupción…no suple de ninguna

manera la exigencia de contar con los elementos que acrediten

–aún liminarmente- el hecho ilícito y la responsabilidad de

quienes por ello son acusados, que sigue siendo una

obligación ineludible a fin de evitar que se abra paso a la

arbitrariedad bajo el pretexto cada vez más graves

calificaciones legales que se dicen estar en juego, pero sin

la resolución judicial que el Código Procesal prevé para


sostenerlas, estando en juego la libertad de los

investigados.

En definitiva: por cuanto la “coyuntura” a la

que el Juez de la anterior instancia hizo alusión ha excedido

en demasía el límite legalmente establecido para mantener en

detención a una persona sin auto de procesamiento, exhibiendo

las resoluciones apeladas un fundamento meramente aparente,

no cabe sino anularlas de conformidad con lo establecido en

los arts. 123 “a contraio sensu”, 166 y 168 del CPPN.

A su turno el Dr. Rodolfo Pociello Argerich

dijo que adhería al voto del Dr. Farah, agregando: “Se

verifica en el expediente un extremo insoslayable y es que

habiendo sido indagado Núñez Carmona el 3 de noviembre del

año pasado, a la actualidad no se ha resuelto su situación

procesal y, mucho menos, lógicamente, dispuesto su prisión

preventiva.

Expresamente la ley procesal impone un término

de diez días para dar cumplimiento a tal manda y sin entrar a

discutir sobre el carácter ordenatorio o perentorio de este

plazo han transcurrido más de dos meses sin su concreción.

Núñez Carmona se encuentra detenido sin que se

dispusiera su prisión preventiva.


En esto debo acompañar también el voto al que

adhiero, pues no se advierte tampoco una actividad

jurisdiccional ni por parte del Ministerio Público que

demuestre preocupación por tal extremo.

Señores Consejeros, habiendo recogido los dos

votos que anteceden todos y cada uno de los agravios que mi

defensa planteara a través de los escritos de fecha 6 de

noviembre de 2017 –obrante a fs. 11/25 del incidente de

excarcelación N° 1999/2012/9 que en copia se acompaña-; de

fecha 21 de diciembre de 2017 –obrante a fs. 158/167-; y

escrito de fecha 27 de diciembre de 2017 –obrante a fs.

181/197; solicito se tenga a los mismos como parte integrante

de esta presentación y por reproducidos aquí sus términos.

III.Ofrece Prueba

Que de conformidad con los términos de la

presente denuncia y lo expuesto en el apartado anterior, es

que solicito a los Sres. Consejeros tengan como prueba de los

hechos allí relatados la siguiente:

a) El expediente 1999/2012 del registro del

Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 4,

Secretaría N° 7, y todos sus incidentes; en especial, el

incidente de excarcelación n° 1999/2012/9; el incidente n°

1999/2012/14 formado a raíz del acuerdo de colaboración entre


el Ministerio Público Fiscal y el imputado Alejandro

Vandenbroele; y el incidente de autorización de viaje n°

1999/2012/5; todo lo cual deberá ser requerido en préstamo al

Juzgado mencionado;

b) Se reciba declaración testimonial al

personal de la Secretaría N° 7 del Juzgado Federal N° 4, a

fin de que se expidan en orden a las circunstancias que

rodearon la actividad de la Secretaría durante los días 1 y 2

de noviembre de 2017;

c) Se identifique y posteriormente se le

reciba declaración testimonial al personal de la División

respectiva de la Prefectura Naval Argentina que hubiera

participado de mi detención, a fin de que se expidan en orden

a las circunstancias que rodearon el procedimiento y de los

elementos existentes en mi viviendo particular al momento del

allanamiento;

d) Los expedientes 8999/2012 y 12777/2016,

ambos del registro de la Secretaría n° 7 del Juzgado Federal

n° 4; deberán requerirse al Juzgado de mención sólo aquellas

actuaciones (cuerpos) en los cuales obren todas aquellas

diligencias adoptadas del el 3 de noviembre de 2017;

IV.Petitorio
Por todo lo expuesto, es que respetuosamente

solicito a los Señores Consejeros;

a).-Tengan por formulada la presente denuncia

por mal desempeño de sus funciones contra el Dr. Ariel Oscar

Lijo, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y

Correccional Federal N° 4 de esta Ciudad de Buenos Aires;

b).-Se tenga presente y oportunamente se

produzca la prueba ofrecida;

c).-Se tengan por acompañados a la presente

denuncia testimonios íntegros del incidente de excarcelación

1999/2012/9; testimonios del requerimiento de instrucción de

la causa 1999/2012 (fs. 117/120); testimonios del escrito de

mi defensa de fecha 18.10.17 y documentación adjunta al mismo

(fs. 7039/7088); testimonios del requerimiento de

justificación patrimonial de bienes del Sr. Fiscal (fs.

7143/7156); y testimonios del requerimiento de justificación

patrimonial de la OA (fs. 7172/7184);

c).-Oportunamente y en base a los hechos

denunciados, la Comisión de Disciplina y Acusación proponga

abrir el procedimiento de remoción ante el Jurado de

Enjuiciamiento, ordene la suspensión del Magistrado y se

sustancie el procedimiento ante el Jurado de Enjuiciamiento.


(Falta copia de auto de 3 de noviembre y nota de la nación)

Proveer de conformidad será justicia

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