Delval plantea cómo el sistema educativo ha mostrado incapacidad para llevar
un ritmo adecuado que le permita adaptarse al ritmo tan acelerado que los cambios sociales han marcado en los últimos años. Muestra cómo es que la educación, se ha mantenido en un estancamiento provocado por querer dar respuesta simultánea a diversos objetivos que responden a intereses contrarios entre sí, como lo son la los alumnos, los padres, los profesores y la misma institución. Este choque de fines es uno de los principales problemas que el autor señala como contradicciones de la evaluación, ocasionado por que cada una de las partes espera que la solución o cumplimiento de la meta sea proporcionada por la otra, así los padres, delegan responsabilidad en la escuela para alcanzar el objetivo de la acreditación oficial. El otro problema mencionado por Delval es el cambio de paradigma que ha transformado a nuestra sociedad en una comunidad de consumo donde el poder adquisitivo y posesión es el objetivo principal incluso de la existencia y más aún de cualquier actividad a desarrollar, como la enseñanza. Junto con este problema de consumo, el autor señala la ultra especialización que se está viviendo en la academia hoy en día que ha permitido la formación tanto de alumnos como de docentes con conocimientos fragmentados que carecen de utilidad para enfrentar problemas de mayor jerarquía y con ello dar una solución general. Vinculado con esto, se encuentra el tercer problema expuesto por Delval, los medios de comunicación y aunque se refiera con mayor énfasis al papel que ha tenido la televisión, en nuestra generación y lugar histórico como guías de la enseñanza, debe tratarse con mayor atención el asunto de las redes sociales y del internet en general que valiéndose de la laxidad de los contenidos, el aprendizaje se encuentra banalizado en imágenes con información fraccionada sobre temas específicos con el fin de mofa o demasiado digeridos en videos con la intención de apoyar en el aprendizaje de contenidos históricos. El autor propone incrementar los esfuerzos en la formación de estudiantes críticos con capacidad de generar ideas y se autónomos sin embargo, yo considero que es difícil logarlo si el docente persigue los mismos ideales egoístas que el mismo paradigma de consumo y posesión le dicta. Es necesario deslindarse del ego que guía a perseguir el cubículo y mirar hacia sectores que se encuentren ávidos de educación de calidad en escuelas que no necesariamente pertenezcan a la institución o a la cuidad.