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Arte e impacto social

El arte siempre wrtsetgseryigyiuha sido utilizado c knmpor el poder del


momento para “engrandecerse”, tdrgd“divitujdrtjdryjhrfnfhtnizao7py97y9rse”,
“distinguirse”, “perpetuarse”, etc. zsgzsdgsEs decir, desde siempre ha
buscado un impacto social evidente, ya estemos hablando de las pirámides de
Egipto o de las Iglesias Barrocas Católicas.

Que la búsqueda del impacto social haya sido un elemento permanente a lo


largo de la Historia del Arte, no quiere decir que siempre se haya buscado lo
mismo, ni, como hemos visto a lo largo de la asignatura, que el arte haya sido
siempre igual. Esto es evidente y viene determinado por la íntima conexión
entre arte y sociedad. El arte es reflejo de la sociedad del momento y al
cambiar ésta va cambiando también él, constituyéndose en un medio de
acercamiento a la cultura por ser uno de los testimonios de la actividad
espiritual de los humanos.

Como sabemos, hasta el s.XIX los artistas estaban más vinculados a los
clientes y patrocinadores y, por tanto, la función social de sus obras estaba
determinada por los intereses de éstos, ya fueran burgueses, nobles,
eclesiásticos, reyes, ayuntamientos, cabildos catedralicios, congregaciones,
agrupaciones, etc. Sólo los grandes artistas eran capaces de ir más allá y
crear sus propios lenguajes y “mensajes” más o menos encubiertos en lo que
se les había solicitado, tratando así de persuadir al espectador con otras
cuestiones (aunque éstas quedaban sólo al alcance de algunos conocedores
profundos de las Sagradas Escrituras, la Mitología, la Historia, la Ciencia, la
Literatura, etc.), y, desde luego, logrando impactar al espectador por su
originalidad y perfección técnica.

En uno de los Diálogos de Platón (escritos en los que simula dialogar con sus
discípulos sobre los temas propios de la Filosofía), en el que se ha debatido
sobre la belleza, el filósofo clásico acaba su escrito con la siguiente reflexión:
"me parece que me ha sido beneficiosa la conversación con cada uno de
vosotros. Creo que entiendo ahora el sentido del proverbio que dice: lo bello es
difícil.

Suponemos que a lo largo de toda la asignatura habrás llegado a la misma


conclusión que Platón hace más de 2000 años: el arte, para comprenderlo, como
cualquier otro tipo de conocimiento, exige un esfuerzo y una preparación,
independientemente de que se pueda contemplar y nos produzca una
satisfacción mayor o menor al hacerlo por la antigüedad de la obra, su calidad,
que sepamos que es de un autor importante o una época que nos atraiga, etc.

Otro gran filósofo, discípulo de Platón, de la antigüedad griega, hace también una
magnífica reflexión sobre el arte, Aristóteles: "todo artista, todo creador, ama su
obra porque ama el ser.... que consiste precisamente en sentir y pensar" . El
hombre es la única especie que puede crear arte, porque puede pensar y sentir,
crear a partir de esos parámetros. Como has visto a lo largo de la asignatura las
formas del arte han variado considerablemete de unos monmetos a otros y
también se ha modificado lo que se considera arte o no, especialmente en la
época contemporánea, en la que ya no puede tener nada que ver con la
sociedad y puede estar relacionado sólo con la voluntad del artista.

Hoy el artista se ha independizado y es un profesional como los de cualquier otra


rama de la sociedad y, también la función del arte se ha modificado que ha
dejado de ser mágica, religiosa, didáctica, etc. para pasar a centrase en
cuestiones estéticas y en planteamientos personales que buscan sus propios
lenguajes.

Lo importante es que el arte es un instrumento de comunicación, es la expresión


de una idea, de un sentimiento, de un axioma, etc. a través del cual el autor nos
quiere decir algo, por ello dispondrá de sus propios signos o códigos, aunque
éstos puedan variar a lo largo de las épocas y con los diferentes artistas. Los
procedimientos, las formas y las finalidades artísticas nos darán las diferentes
peculiaridades de cada momento o artista.
A través de los años nuevos conceptos y paradigmas han revolucionado las
artes y la han convertido en una herramienta potencial de cambio social, sin
embargo en el común de la gente se ha creado la idea de que el en el pasado
el arte solo satisfacía necesidades personales de los artistas, que solo buscaba
belleza y perfección, que servían para fines didáctico religiosos, para retratar
eventos reales o mitológicos y autorretratos, etc. todos estos sin un claro
trasfondo o mensaje que ayude a generar un impacto en la sociedad del
momento generando un arte tildado de superficial o vacío.

El Arte se relaciona con la sociedad en cuanto la observa, analiza y construye


para ella unos lenguajes que la muestran en sus aspectos constitutivos
relevantes incorporando en este quehacer necesidades funcionales:
arquitectura, objetualidad de uso, relaciones con el espacio habitado
amalgamables y relacionadas con quienes lo habitan. El trabajo de los artistas
en suma ha construido cosmogonías colectivas e individuales que con el correr
del tiempo, la información y opciones culturales han trasuntado en obras
artísticas (2).

La relación Arte y sociedad, viene dada desde el principio de la vida.

Medio ambiente, el entorno, contenedores de la existencia dotan al Arte de


significados, pero también construyen herramientas, estructuras y eventos que
se establecen como relevantes para los grupos humanos presentes (3) del
mismo modo, los seres humanos en comunidad, generan una pertenencia y
representatividades.

La sociedad con estas cargas y distribuciones de roles, que muchas veces


determinan a los géneros, construye formas de representación (4) a lo largo de
la historia, mostrándonos la evolución de la misma (5) posibilitando, el
observar las identidades que habitan geografías, influenciando a las estéticas y
otras manifestaciones que al día de hoy, más estilizadas, siguen y continúan
con una gran carga mística (6), en las identidades personales y colectivas. La
corporalidad acoge y desplaza a estas identidades, surge en los grupos, casi
sin exclusión, la necesidad de diferenciarse, para lo cual, los símbolos, colores,
diseños y adornos significativos juegan un rol relevante. En casos relevantes
guardan, una profunda relación con el entorno (7) propenden a reunificarse con
el medio que los rodea.

Dicho proceso origina una parte de la identidad cultural, que estaría constituida
por un desarrollo más complejo de la existencia, planteamientos filosóficos y
psicológicos, incluso de las mismas que el folclor consignaría de manera más
anecdótica adicionándoles elementos que conjugan lo real con lo irreal.

Esta mirada conjugada (lo real e irreal), es lo que hace en parte la obra de
Marc Chagall, un aporte a la lectura del Arte contemporáneo, cuando integra
relatos campesinos de su aldea natal a la creación pictórica. El artista ha
incorporado el concepto, la idea, el relato, el cuento (que se han mantenido en
el lenguaje y ha sido distribuido con el mismo) a su obra, ocupando materiales
y soportes que se venían utilizando desde hace siglos, o sea, el aporte
radicaría en cómo el artista ha traducido ese lenguaje-relato al construirlo
desde su conocimiento y articulación de elementos compositivos que ha
considerado pertinentes, a una plástica bidimensional cromáticamente singular
con una lectura surreal, del sueño o lo lúdico con formas que pertenecen al
mundo de lo real pero habitando el lúdico. Esta propuesta en un ambiente que
observaba el Arte como una fotografía de lo real y de lo real usualmente lo
más conservador, vino en establecer que la sociedad y el Arte, lleva, traslada,
adiciona e integra a todas las existencias, aún las más estigmatizadas por lo
oficial y lo políticamente correcto demandando que la sociedad sea capaz de
observar en la producción de Arte una actitud que discierne sobre cómo los
fenómenos significativos, no se conviertan en modos productivos con fines
claramente económicos y de consumo (8), al respecto la postura de los
movimientos estudiantiles de los años sesenta y más tarde, de los setenta y
ochenta (Hippie, Punk), han terminado en modas, evolucionando a una estética
ecléctica que no habla ni mantiene la idea original, a la inversa, la descompone
en un aparataje visual.

La capacidad analítica de estos fenómenos estéticos y sociales invertirá la


actitud reduccionista del caricaturista – decorador.

Es la sociedad quien construye espacios físicos donde establece habitabilidad,


recreación, ocio, salud y trabajo, entre otros. El Arte proporciona la
oportunidad de indagar dichas espacialidades de modo de reconocer qué está
ocurriendo con los grupos humanos que allí habitan (9). ¿Cuáles son estas
coordenadas significativas para la juventud, los ancianos los niños?, ¿Cómo
encontrar una arquitectura que los represente y presente a la sociedad toda?
Se observa en este ejercicio lo relevante del Arte no sólo en el ámbito creativo,
al cual la enseñanza del Arte tradicional direcciona casi todos sus esfuerzos
sino como dialogo con lo real, lo diario y funcional.

La habitabilidad permanente se caracteriza por el uso de objetos para fines y


ocasiones.

Reconocerlos como parte del acervo cultural, de la influencia y las


necesidades, desarrolla el criterio en cuanto a su cantidad y real necesidad. De
la misma manera unas formas representativas de quienes las manipulan, en
este sentido el análisis estético viene en proveernos de las necesarias normas
compositivas para una objetualidad y habitación que mantenga una unidad y
retenga, en caso de ser pertinente, nexos con el antecedente originario (étnico,
emigrante), constituyéndose en un lugar vitalizado y de resguardo de una
historia y unos sucesos relevantes para quienes lo habitan.
Adiós se le ocurrió poner una tienda en la tierra

Dios se le ocurrió poner una tienda en la cual los seres humanos pudieran
comprar lo que necesitaban. Un ser confundido se presentó muy temprano y con
cierto temor pidió si le podían vender la verdad.

La vendedora, por cierto un ángel muy bello, categóricamente celestial,


cordialmente le cuestionó que si estaba seguro de lo que pedía, pues era un
pedido muy ambicioso el querer adquirir la verdad absoluta. El hombre estuvo
insistiendo, y por fin el ángel accedió a surtir su pedido, sin dejar de advertirle que
el costo sería muy alto. El cliente, sin dudarlo, echó la mano a la chequera,
dispuesto a pagar cualquier cantidad por la verdad.

Sin embargo, el ángel le advirtió, que la verdad no tenía precio alguno, sólo el
costo de la responsabilidad de asumir el conocimiento de la verdad. El cliente
titubeó un instante, y finalmente aceptó correr el riesgo sin importar las
consecuencias. El ángel lo pasó a una sala especial, reservada para los clientes
verdaderamente importantes, cuya ambición los había llevado a solicitar lo más
costoso.

El lugar estaba extraordinariamente decorado, con un gusto exquisito. Le sirvieron


una deliciosa bebida, pues el pedido lo merecía; plácidamente, la persona se
instaló y vio sorprendido cómo, de una gaveta tallada en madera preciosa, el ángel
sacó una bella caja de cristal cortado; con perfecto cuidado la depositó en una fina
mesa.

El ángel le pidió que la abriera y se enterara de la verdad. El hombre titubeó un


instante, pero, decidido al fin, se atrevió a abrirla a. Para su asombro, únicamente
encontró unas letras que decían: Nadie es responsable de tu vida, sólo tú mismo;
no culpes a ningún otro ser de lo que tú no has podido lograr, pues tu felicidad, tu
realización y tu mediocridad, solamente tienen un autor: Tú.

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