El convertidor de par hace las funciones de embrague entre el motor y la transmisión. Las ventajas de un convertidor de par sobre un embrague convencional son las siguientes:
Absorbe las cargas de choque.
Evita que el motor se sobrecargue y llegue a calarse, permitiendo el funcionamiento a la vez del sistema hidráulico. Proporciona las multiplicaciones de par automáticamente para hacer frente a la carga, sin tener que cambiar de velocidad dentro de unos límites. Se elimina la necesidad de embrague. La carga de trabajo va tomándose de forma gradual. Se precisan menos cambios de velocidad.
El funcionamiento del convertidor de par es relativamente sencillo. Consta de dos turbinas
enfrentadas, una de las cuales movida por el motor diésel impulsa el aceite que hay en el interior del convertidor contra la otra turbina, haciendo que esta gire y venza la resistencia de la transmisión y de las ruedas o cadenas. El cigüeñal del motor hace girar el Impulsor y este la turbina que mueve el eje de salida. Hasta ahora hemos descrito un embrague convencional que funciona por aceite, lo que en realidad hace cambiar el par es una tercera turbina llamada estator que proporciona una cierta graduación de la energía que se transmite del motor a la transmisión. Las partes que forman realmente un convertidor de par que funciona como tal, son las siguientes (ver figura): A. Impulsor B. Turbina C. Estator D. Carcasa giratoria E. Carrier o soporte F. Eje de salida