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INTRODUCCION
Al redactar el presente libro procurare fijar los puntos cardinales, a fin de que mi trabajo,
sin sacar abultadas proporciones que lo hagan inadecuado al estudio profesional, de una
idea completa de las partes constitutivas del estudio del “Derecho”, pues es indispensable
conocer que se entiende por “Derecho” en su más minucioso detalle, sin que,
principalmente, en su razón de existencia y en su origen histórico, su finalidad puedan ser
dejados de lado. Observo con frecuencia, los desengaños en que se encuentran algunos
docentes que enseñan con arreglo al texto de los Códigos sustantivos y adjetivos en que
aprendieron, como si el estudio del “Derecho” se agotara en las leyes; y soy testigo
presencial del mal resultado, no puede prescindirse nunca de la parte teórica y práctica,
ambos van de la mano.
Supuesta la existencia social de los hombres, esas relaciones entre sus miembros de una
comunidad requieren ser regulados por principios fijos y obligatorios, que la razón
descubre mediante el examen de convivencia pacífica, la misma que solo es conocida
entre nuestra especie, supone la base de nuestro mundo moderno, la idea de un paso de
exigir el cumplimiento de algo, que alguien se comprometió a dar, hacer o no hacer, para
aumentar nuestra calidad de vida, ello supone una invención, el “Derecho”, esto une a
los hombres en una relación para vivir juntos, es la clave que cambia la cara al horizonte
de la humanidad, supone la posibilidad de reclamar, exigir, así como dar es lo que
conocemos ahora como “derechos y deberes”. Ambos términos deberán ser delimitados
en otro capítulo.
El “Derecho” tiene como preocupación al “hombre”, ya sea como política jurídica, como
dogmática jurídica, como sociología jurídica, tiene como base al ser humano, lo que
pretende es regular una conducta humana. El “Derecho” fue creado para el hombre, y
conocerla supone identificarla lo que esa realidad es, como refiere García Garrido y
Fernández Galiano “(…) comenzar a desentrañar lo que esa realidad es, en que consiste,
cuál es su verdadero modo de ser (…) nos interesa constatar su existencia, es decir, nos
importa saber que son pero qué son, lo que no son (…)” (García Garrido & Fernández
Galiano, 2006, pág. 3). Esa calidad “Derecho” es atribuible sólo al ser humano, (sujeto
de Derecho) a todos los seres humanos sin excepción, excluyéndose la posibilidad de
configurar esa calidad a los objetos y/o bienes o animales, siendo esta posición humanista
o personalista, salvo muy contadas ocasiones se nos impone deberes respecto del uso de
los bienes y animales como por ejemplo la ley de protección frente al maltrato animal.
Dicha ley no supone reconocer un derecho del animal solo supone que los propietarios
tengan ciertas fines de protección, cierto comportamiento frente a sus mascotas (deberes).
Tampoco el derecho fue pensado para los bienes, por ejemplo cuando se dice que la
“pacha mama” tiene derecho, como si se pensara que frente a suceso causal como
fenómeno de la naturaleza permitiría al hombre entablarle una demanda de resarcimiento
de daños a la “tierra” (pacha mama) los resultados lesivos producto de los movimientos
telúricos. Tanto los “derechos y deberes” son atribuibles al ser humano, por ello el
concepto de “sujeto de derecho” como centro de referencia de imputación de derechos y
deberes, solo al hombre se le puede imponer un deber de no contaminar por ejemplo, de
no realizar actos de maltrato animal etcétera.
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El “Derecho” podríamos decir, se encuentra presente en todos los quehaceres del hombre;
por ello no deja de llamar la atención la afirmación dada por Atienza: “El Derecho es un
fenómeno omnipresente en nuestra sociedades. Prácticamente no hay ninguna relación
social que no esté, o pueda llegar a estar, regulada jurídicamente. Sin embargo, a
diferencia del Rey Midas que convertía en oro todo lo que tocaba, el Derecho no
convierte sin más en jurídico todo aquello por lo que se interesa” (Atienza, El sentido
del Derecho, 2013, pág. 23). Evidentemente y con acierto, todas las posibilidades de
comportamiento en este mundo por parte del hombre se encuentran regulados por el
“Derecho”, se piensa que el hombre es libre, pero esa afirmación no es cierta, basta con
pensar que hasta nuestras actividades más sencillas están reguladas por el “Derecho”
como por ejemplo la compra de un cigarrillo, el manejar un vehículo, el simple acto de
presenciar una clase magistral del docente en la facultad. El primero es una compraventa
como fuente de obligación, el segundo es someterse a las reglas de transito que son
normas jurídicas, en el tercer caso el comportamiento del estudiante debe someterse
conforme a las reglas de convivencia de la facultad que también son normas jurídicas
caso contrario es expulsado; por tanto no hay acto humano que no está regulado, esas
actividades de los ejemplos y otras muchas que podrían proponerse el sujeto están
reguladas por el “Derecho”, vale mucho la afirmación de Alpachino en la película “el
abogado de diablo” en la que en una de la escenas refiere: “la abogacía es la nueva
religión que mueve el mundo”. Pero tampoco podemos favorecer una concepción
totalitaria del mismo, por ejemplo hay padres que indican como uno debe comportarse en
el colegio frente a ello debería el Derecho regular como educar a los hijos, hay actos que
pasan desapercibidos al mundo jurídico (Derecho) es lo que llamamos, los límites del
“Derecho”, no cabe el desarrollo de supuestos de hecho que son irrelevantes
jurídicamente; también lo es, que por política legislativa no se puede prescindirse de
ningún supuesto de hecho en lo absoluto.
Finalmente, no debe pensarse que existe una ciencia del “Derecho”, sino por el contrario
existen ciencias del Derecho en plural y técnicas del “Derecho” e incluso señalar que
también el Derecho en algunos casos se manifiesta como arte, como veremos al abordar
el tema en el capítulo final de nuestro libro. De lo dicho, todos ellos son solo una parte de
aprendizaje de una metería tan basta denominado “Derecho”.
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IDEA DEL ESTUDIO SOBRE EL DERECHO
La previsión del “Derecho” como estudio tiene diferentes matices, es decir, respecto de
todos los casos es que éste puede presentarse cuando es estudiado como fenómeno real
hay que distinguir dos clases: necesarias y prudenciales. La primera y la más grande hace
referencia a que él mismo (Derecho) pueda ser agrupado en diversas familias también
denominadas sistemas jurídicos, llámese estos: el sistema de common law o derecho
anglosajón; el sistema romano germánico o derecho continental; y finalmente los sistemas
religiosos que albergan al derecho musulmán y los derechos de extremo oriente. Todos
estos tienen una particularidad, fundamentan la necesidad de regular la conducta humana,
pero no todos estos comparten: similares orígenes, fines, etcétera. El estudio de estos
sistemas en cuanto a su origen, fines supone la base de una “ciencia histórica del
Derecho”; de otro lado, cada sistema en particular (sólo en el common law y civil law)
supone generar condiciones esenciales dentro del mismo, para elaborar una serie de
teorías jurídicas (doctrina jurídica) que dan respuesta a problemas de convivencia
humana.
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al órgano jurisdiccional merece ser solucionado, será la herramienta de los operadores
jurídicos (abogados, jueces, fiscales etcétera). Por ejemplo cuando se discute entre
demandante y demandado respecto al momento de la trasferencia de un bien inmueble, el
juez para solucionar el caso justiciable aplicara el artículo 949° del Código Civil de 1984
que a la letra dice. “la sola obligación de enajenar un inmueble determinado hace al
acreedor propietario de él, salvo disposición legal o pacto en contrario”. Respecto del
momento en que uno se convierte en propietario, la teoría elabora hasta tres soluciones
distintas, lo que se conoce como trasferencia de los derechos reales a saber: sistema de la
tradición o sistema romano que refiere que la trasmisión de los derechos reales se produce
con la traditio (entrega del bien); el segundo denominado sistema consensualista o
sistema francés que refiere que la trasmisión se produce con el solo consentimiento no
requiere el desplazamiento del bien la que es adoptado por nuestro Código Civil
contemplado en el artículo 949°; y finamente el denominado sistema de inscripción
registral constitutiva o sistema alemán que refiere que la trasmisión se produce con la
inscripción registral (registros públicos). Todas estas teorías forman parte del civil law.
En ese entender el estudio (o investigación si se quiere) del “Derecho” supone tres campos
como lo sostenía Reale: “así las cosas hay tres órdenes de estudio diferentes, pero
correlativos, según el siguiente cuadro direccional” Ciencia del Derecho, Sociología del
Derecho y Filosofía del Derecho” (Reale, 1997, pág. 122). Lo que Reale denomina
ciencia del Derecho es lo que se suele denominar como dogmática jurídica de allí que
Luigi Ferrajoli (Ferrajoli, 1989) explica “uno de los objetivos principales de la teoría del
derecho es constatar tres divergencias deónticas que afectan a tres discursos distintos
sobre el derecho. La primera es la que se da entre justicia y validez, de interés para la
filosofía política; la segunda se da entre validez y vigencia, de interés para la dogmática
jurídica; y la tercera se da entre vigencia y eficacia, de interés para la sociología del
derecho”. Consiguientemente la diferencia entre la dogmática jurídica y los otros dos
campos denominados sociología jurídica y política jurídica, es la que existe entre técnica
y ciencia, la primera determina la norma positiva aplicable en un determinado Estado para
la administración de justicia; la segunda es el conjunto de conocimientos que pueden ser
adoptados en un Estado, supone una declaración de una investigación más o menos fiel
de lo que debiera ser una correcta administración de justicia es la que revelara a la
primera.
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SU OBJETO, NECESIDAD Y UTILIDAD
El por qué estudiamos esta profesión es indispensable para conocer las razones que pesan
para determinar el objeto del estudio del “Derecho”, es decir, el ánimo de lo que uno
pretende hacer luego de haber culminado los estudios en la Facultad de Derecho. Para
conocer, con más acierto y seguridad a lo que me refiero es nuestra conveniencia, por
ejemplo, si uno se propone hacerse un “jurista” luego de haber culminado
satisfactoriamente sus estudios profesionales, podría pretender consagrarse
exclusivamente en ser un investigador y escritor de libros sobre el Derecho, una de la
condiciones es diferenciar dos cosas: ser un teórico del Derecho o en su caso ser un
comentarista de la ley (ambos son de nominados juristas). En lo que respecta al primero,
ser exclusivamente un teórico que pretende dar respuestas a ¿cómo debiera ser el
Derecho?, con formulaciones laboriosas y comprometidas por ejemplo la elaboración de
la “teoría del delito”, “la teoría del negocio jurídico”. Los esfuerzos están familiarizados
con una metodología de investigación científica, creando conciencia en un sector y que
inspira ser acogido en el ordenamiento jurídico de un país, al respecto Albert Eisten decía
que no debemos considerar el estudio como una obligación, sino como una oportunidad
para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber, esto implica descubrir en base a
una investigación por un asunto que interesa al mundo jurídico, el “objeto del estudio del
Derecho” en esta parte del estudio será por tanto “regular la conducta humana” para una
vida social pacifica, por ejemplo cuando se dice: el Derecho pretende regular conductas
humanas, las regula por una sencilla razón, no se puede permitir en una sociedad que al
guíen robe, mate, viole, estafe o en su caso incumpla una obligación, incumpla un contrato
etcétera. Esas conductas son reguladas con una finalidad, lograr una vida social pacifica,
por ello es que Muños Conde en su libro sobre teoría del delito en el ámbito penal finalista
de la acción refiere: “La norma jurídica penal pretende la regulación de la conductas
humanas y tiene por base la conducta humana que pretende regular (…)” De toda la
gama de comportamientos humanos que se dan en la realidad, la norma selecciona una
parte que valora negativamente y conmina con una pena. Es pues, la conducta humana
el punto de partida de toda reacción jurídico penal y el objeto al que se agregan
determinados predicados (tipicidad, antijuricidad, culpabilidad) que convierten esa
conducta humana en delito” (Muños Conde, 1999, pág. 7); En cuanto a lo segundo, como
opción en nuestra profesión es también ser un comentarista de la ley, ello supone elaborar
textos jurídicos, pero no con el afán de descubrir una nueva posición como el teórico, sino
por el contrario explicar las formulaciones dadas por la ley, es lo que se conoce como
comentadores de los Códigos, de la leyes en general, para que los operadores del derecho
puedan conocer con mar acierto y seguridad lo que dice la ley, en términos simples
responden a la pregunta ¿Cómo es el Derecho? pero no el Derecho en general sino solo
el Derecho vigente de un determinado Estado. En este último, el “Objeto del estudio
Derecho” será la norma jurídica, por cuanto es esa norma que se comenta atreves del texto
jurídico elaborado.
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Otra opción al que podamos recurrir luego de culminar nuestra profesión como
Abogados, es dedicarnos a la vida práctica ya sea como abogados litigantes
independientes o en asesoría jurídicas de instituciones, en procuradorias o como
magistrados (jueces y fiscales). En estos supuestos igualmente respondemos a la
interrogante ¿Cómo es el Derecho? obviamente el Derecho que es, es el vigente en un
determinado Estado, por tanto este es el “Objeto del estudio del Derecho”.
Finalmente, la utilidad práctica del “objeto del estudio del Derecho” se desprende por
tanto necesariamente de lo que hacemos como Abogados, en algunos casos será la norma
jurídica en otras regular la conducta humana, estas expresiones suponen la necesidad del
“Derecho”, evitar nuestra extinción como sociedad, sin él sería un caos un desorden. Sin
embargo, pese a saber lo que hacemos como profesión, esta requiere una explicación
como veremos más adelante, la idea de “Derecho”, es decir llegar a un concepto de
“Derecho” es valerse de la adopción o posición que se tenga de una teoría del “Derecho”,
por ejemplo: teoría positivista, naturalista, teoría tridimensional, octodimensional,
egologica etcétera. Todas estas teorías están dispuestas a explicar un concepto de
“Derecho”. Por tanto el concepto de “Derecho” puede ser construido de manera diversa,
con contenidos distintos. No existe unanimidad en doctrina a la hora de definir ¿qué es
derecho?. Antes de definir conviene distinguir un concepto de definición.
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LA DIFERENCIA DE CONCEPTO Y DEFINICION
Antes de iniciar a analizar las distintas repuestas del concepto del derecho, convine
diferenciar concepto de definición.
Como refiere Manuel Atienza: “existen diversas formas de entender las definiciones y
diversos usos de las mismas (…)” (Atienza, 2013, pág. 50). Creo oportuno la necesidad
de distinguir “concepto” de “definición”, ambos vocablos aparecen siempre en la
literatura jurídica a la hora de reproducir: una institución, una categoría jurídica, una
posición jurídica etcétera. El concepto según el diccionario de la lengua española: “es
una idea que concibe o forma el entendimiento”; me atrevo a decir, que el concepto
llevada a la norma jurídica, convierte el concepto en definición, sin embargo, la
definición, no es una cuestión pacifica en nuestra literatura jurídica, como veremos
existen muchas posturas.
La definición por su parte, es establecer cueles son sus elementos constitutivos que la
componen a la hora de describir la institución o categoría jurídica; resulta ilustrativa el
ejemplo de definición de delito consagrado en el artículo 11° del Código Penal “son
delitos y faltas las acciones u omisiones dolosas o culposas penadas por ley”. Esta
definición describe expresamente los elementos: acción, omisión, doloso, culposo; todos
ellos necesarios para considerar un comportamiento humano como delito o falta. Serán
indispensables en todo análisis del mismo para ser considerado como delito o falta, en
consecuencia será una “definición formal” y no simplemente un concepto como toda
conducta que el legislador sanciona con una pena a nivel de profano (concepto que la
gente común podría decirla).
Una particular suigeneris implica la idea que en el campo del “Derecho” las definiciones
no sólo están dados por la ley sino también por la doctrina (elaboraciones teóricas), por
ello, se suele indicar que la definición técnica de delito es: conducta-típica-antijurídica-
culpable; a diferencia de lo que sucede en otros saberes, el Derecho deja la posibilidad de
que sus instituciones sean definidas por el campo de lo que se conoce como “doctrina”.
El resultado puede dar lugar a diferenciar a las definiciones en el Derecho como:
definiciones formales (dadas por ley); definiciones técnicas (dadas por la doctrina). Una
mirada atenta del problema, suele ser que en muchos de nuestros textos se usan
indistintamente los términos definición y concepto como sinónimos.
En cuanto al “Concepto y/o definición (sin hacer la diferencias antes señaladas) se suele
distinguir entre “realismo verbal” y “convencionalismo”. Se dice que el concepto
necesariamente se tiene que relacionar con el objeto de la realidad que se pretende
describir, cuando se da un concepto por ejemplo de espejo su nota característica seria que
este es de vidrio (si fuera esta la evidencia), por lo menos desconociendo que existan
espejos que no sean de vidrio, esta relación entre lenguaje y la realidad que se pretende
describir es lo que se conoce como “realismo verbal”, al respecto Carlos Santiago Nino
explica: “Se piensa que los conceptos reflejan una presunta esencia de las cosas y que
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las palabras son vehículos de los conceptos. Esto supone que la relación entre los
significados de la expresiones lingüísticas y la realidad consiste en una conexión
necesaria que los hombres no pueden crear o cambiar sino sólo reconocer, detectando
los aspectos esenciales de la realidad que deben ineludiblemente, estar recogidos en
nuestros conceptos” (Nino C. S., 2003, pág. 12). Ello, denota aún la vigencia de la
concepción platónica de relación necesaria entre el lenguaje y la realidad. A esta se le
denomina “definición real”, serán operaciones que permiten conectar palabras con
realidad, con objetos físicos o no, es lo que Hermann Katorowiez citado por Nino lo
denomina, “realismo verbal”; en tanto otro enfoque elaborado por los “filósofos
analíticos”, opone a esta primera, una concepción denominada “convencionalista” y
refiere que: “los filósofos analíticos suponen que la relación entre el lenguaje que un
sistema de símbolos y la realidad ha sido establecida arbitrariamente por los hombre y,
aunque hay un acuerdo consuetudinario en nombrar a ciertas cosas con determinados
símbolos nadie está constreñido, ni por razones lógicas, ni por factores empíricos a
seguir los usos vigentes, pudiendo elegir cualquier símbolo para hacer referencia a
cualquier clases de cosas y pudiendo formar las clases de cosas que les resulte
convenientes”. Esto supone por ejemplo que en el campo del Derecho el uso de los
conceptos es convencional, el artículo 472° del Código Civil nos da una idea de la
afirmación “se entiende por alimentos lo que es indispensable para el sustento,
habitación, vestido y asistencia médica, según su situación y posibilidades de la familia”.
El razonamiento del legislador por amparar los alimentos, sobrepasan la idea de que estos
solo comprenden los que se consumen vía oral indispensable para sobrevivir. El concepto
de alimento por tanto es convencional abarca muchos aspectos, sobre pasando lo
engullidos por el alimentista.
En el mismo sentido Manuel Atienza refiere: “(…). Las definiciones, en sentido técnico,
son operaciones relativas a un lenguaje, no a la realidad: relacionan palabras (y los
conceptos que designan) con palabras (y los correspondientes conceptos). Además, la
pretensión de efectuar definiciones reales va muchas veces unida al esencialismo
lingüístico, esto es, a la creencia errónea de que la relación entre las palabras y su
significado no es convencional, si no carácter necesario (…)” (Atienza, 2013, pág. 60) .
Todo ello, explica que el “convencionalismo” plantea una cuestión verdadera a la hora de
definir en el Derecho, dejando de lado los conceptos “esencialistas”, aun cuando, esta
última parece ser el medio correcto para definir un objeto cualquiera que no sea Derecho.
La previsión, del “convencionalismo” respecto de todos los casos que puedan presentarse
en el Derecho, hace que el tema de las definiciones, puedan ser clasificados por los juristas
en: lexicográficas, estipulativas y redefiniciones, por ejemplo Atienza (Atienza, 2013,
pág. 50). Las lexicográficas, como su nombre mismo lo indica, hace referencia a los
hablantes de una lengua en particular, la que también podemos denominar como
“definiciones de diccionario”, dentro de ellos, se suelen indicarse también a las
“definiciones nominales” por cuanto estas hacen referencia al sentido etimológico de la
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palabra, así en nuestro caso “derecho” deriva del latín directum, que es el participio pasivo
de dirigiere; este último está constituido por el prefijo cuantitativo “di” y la forma verbal
“regere”. Si regere equivale a guiar, conducir o gobernar y di indica la continuidad de
este acto, derecho significa la manera o forma habitual de guiar, conducir o gobernar.
Por su parte Carlos Nino hace la misma afirmación: “Para quienes suscriben una
concepción "esencialista" del lenguaje, se trata de captar cuál es la verdadera esencia
del derecho. Pero los que adoptan esta concepción no nos ofrecen un procedimiento
intersubjetivo para aprehender la esencia de una cosa, sino que recomiendan, en última
instancia, confiar en cierta intuición intelectual que no es objetivamente controlable. De
este modo, resulta difícil vislumbrar cómo puede resolverse esta controversia en el marco
de una concepción esencialista. En cambio, según la concepción "convencionalista" del
lenguaje, el significado de una palabra está determinado por las reglas convencionales
que determinan las condiciones de uso de esa palabra” (Nino C. S., 2003, pág. 38)
De otro lado, la “redefinición” como refiere Manuel Atienza será: “esta última es una
operación que, en cierto modo, está a mitad de camino entre las definiciones
lexicográficas y las definiciones estipulativas”. Aun cuando es de importancia esta, el
“convencionalismo” reducido a definiciones estipulativas nos ayudan a delimitar una
institución, una categoría jurídica etcétera en el Derecho. (Atienza, 2013, pág. 51)
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el resultado, expuesto en síntesis, de toda la investigación dirigida a la determinación de
los elementos fisonómicos de la misma institución, como resultado del examen de las
normas que la regulan” (Giorgianni, 1958, pág. 22)
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IDEAS PARA DEFINIR EL DERECHO
Según lo expuesto en los párrafos anteriores, el objeto del estudio del Derecho depende
del interés en que se tenga en la profesión como abogado, será ciencia si la finalidad que
se tenga es regular la conducta humana ya sea como política jurídica o sociología jurídica
y de otro lado; será técnica jurídica si la preocupación se enfoca en la norma vigente lo
que se denomina dogmática jurídica.
Refiriéndonos así, nada impide que el “Derecho” pueda ser definido según el objeto de
estudio al que precisamos líneas arriba. Hay entonces ciencia en el “Derecho” como
actividad reflexiva para el mejoramiento de una convivencia humana donde se formula
hipótesis y se fundamenta nuevas teorías. El “Derecho” bajo esa perspectiva, es entonces
un conjunto de conocimientos orientada a solucionar problemas de convivencia humana
formando parte de las ciencias sociales; de otro lado, teniendo en cuenta la particularidad
de que el “Derecho” también es técnica, en lo que respecta a la práctica realizada por los
abogados litigantes, procuradores, magistrados etcétera, teniendo en cuenta que el objeto
de estudio es la norma jurídica vigente, el “Derecho” puede ser definido como el conjunto
de normas jurídicas aplicables al caso concreto con la finalidad de resolver un caso
justiciable.
Autores de renombrada talla como Hart empiezan el análisis del “Derecho”, con la
reflexión del concepto de Derecho: “pocas preguntas referentes a la sociedad humana
han sido formuladas con tanta persistencia y respondidas por pensadores serios de
manera tan diversas, extrañas, y aun paradójicas, como la pregunta ¿Qué es derecho?
(…) (H.L.A.Hart, 2009, pág. 1). Lo mismo ocurre con Nino: “esta pregunta es, quizá, la
que mayor escozor y desorientación provoca entre los juristas” (Nino S. , 2003, pág. 11).
Y se vuelve a repetir con García Máynez: “¿Qué es el derecho? He aquí lo primero que
el estudioso se pregunta, la hollar el umbral de la ciencia jurídica. El problema,
lógicamente anterior a los demás de la misma disciplina es, al propio tiempo, el más
arduo de todos. Los autores que lo abordan no han conseguido ponerse de acuerdo ni en
el género próximo ni en la diferencia específica del concepto, lo explica el número
increíble de definiciones y la anarquía réinate en esta materia” (Garcia Máynez, 2002,
pág. 3)
Incluso no deja de llamar la atención lo afirmado por Kant y Flaubert autores citados por
en su libro Introducción al Derecho de Atienza: “En la crítica de la razón pura, Kant
ironizaba a propósito de los juristas que todavía estaban buscando una definición del
Concepto de Derecho; hoy, un par de siglos después, no puede decirse que la hayan
encontrado. Por su parte Flaubert, en su Diccionario de los lugares comunes, definía
“Derecho” de esta original manera “no se sabe que es” (…)” (Atienza, 1998, pág. 13)
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Teniendo en cuenta que lo primero que se pregunta el estudiante, si se quiere explicar
¿qué es derecho?, el punto de partida será necesariamente el distinguir el uso del término
“Derecho”, por cuanto su uso no es exclusivo por parte de nuestra profesión de ahí la
necesidad de distinguir concepto de definición. El problema radica que el término
“Derecho” como suele suceder, es un tema a todas luces trascendental en nuestra sociedad
y genera opiniones de todos los sectores e instituciones que no necesariamente son
especialistas en temas jurídicos, lo que conlleva a pensar y refuerza la idea que cualquiera
podría definir el término “Derecho” sin la dosis jurídica, porque este queda librado a
eficacia en la justicia como refiere Garcia Garrido y Fernandez Galiano: “En efecto si
encuestásemos al hombre de la calle preguntándole qué entiende por Derecho, lo más
seguro es que identifique éste con las ideas de multas, obligaciones, impuestos, policías,
restricciones al obrar de manera que lo jurídico queda delineado como algo hostil,
agresivo, como un mal quizá necesario pero respecto del cual lo más conveniente es
adoptar una actitud de forzado acatamiento para evitar males mayores” (García Garrido
& Fernández Galiano, 2006, pág. 4)
Como dijimos el concepto es algo propio, y como propio el término es utilizado incluso
en el uso no jurídico, como modo usual, corriente o profano, así se dice: ¡Paga tu derecho!
¡Es mi derecho! ¡Camina derecho!. El término “derecho” en sentido usual, corriente,
profana puede significar: aquello que es recto ¡párate derecho! o ¡vete a tu casa derecho!
como directo a tu casa o “Derecho” como contrario a lo que es torcido y también lo que
se hace del modo justicia, o en su caso como refiere Goldschmidt: “suele indicarse que
en el ejercicio de una actividad de trabajo, el término hace referencia a una congerie de
conductas llevadas a cabo por jueces, secretarios, fiscales, abogados, procuradores en
las labores que realizan” (Goldschmidt, 1960, pág. 23). Todo ello, da lugar a que los
autores refieren que el término “Derecho” debido al uso diverso de la palabra “Derecho”
da lugar a referir que el término adolece de vaguedad y ambigüedad. La primera propia
de la textura abierta del lenguaje que se nutre de términos genéricos que determinan duda
e inseguridad acerca de los casos a los que se refiere (Catenacci, 2001, pág. 15); y la
segunda una característica de los términos o palabras que permite que una misma
expresión tenga más de un significado y que dependa del lector o del contexto en que se
use el privilegiar una de ellas (Catenacci, 2001, pág. 15)
Pero el lenguaje humano no solo está compuesto hoy en día por terminología de uso
común (usual, corriente, profana), que son conceptos, sino también por terminología
técnica cuyo significado es más o menos preciso dando campo al ámbito de las
definiciones, como refiere Cossio: “Los abogados saben muy bien a que complejas
circunstancias se están refiriendo con las expresiones gananciales, hijo alimentista,
leasing, fideicomiso, las cuales son ignotas para el común de las gentes. De ahí que
siempre exista la necesidad de traducir los vocablos o expresiones técnicas al lenguaje
común”. De lo cual resulta que en lenguaje técnico jurídico necesariamente deja der ser
un concepto para ser entendido como definición.
No debe olvidarse así mismo, que dentro del lenguaje técnico jurídico, cuando se agrega
al término “Derecho” la palabra “subjetivo”, puede ser entendido como pertenencia si se
considera el mismo como aspecto subjetivo de la persona al que se llama “derecho
subjetivo” y se emplea para designar lo que legítimamente pertenece a una persona, o lo
que es suyo ¡mi derecho!; de otro lado, “Derecho” puede ser entendido como producto de
creación humana cuando se dice ¡el derecho como norma jurídica! este aspecto es lo que
se conoce como “Derecho Objetivo”. Ambos derecho subjetivo o Derecho objetivo por
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tanto son lenguaje técnicos jurídicos que requieren ser delimitados como capitulo
independiente y son de suma importancia en nuestro estudio. Sin embargo, vaguedad y
la ambigüedad del uso del término “Derecho” se hacen presentes incluso cuando se
intenta hablar en un lenguaje técnico jurídico, es decir, el término “derecho” puede ser
entendido desde diversas acepciones, en cuanto es ambiguo, como susceptible de asumir
diversos significados, por ejemplo: “el Derecho Procesal Penal ha sufrido en esta última
década grandes trasformaciones”, se entiende que se designa el término “Derecho” como
concepto de derecho objetivo; otro, “el derecho a la vida es un derecho fundamental del
hombre, se entiende que se designa al término “Derecho” como derecho subjetivo; otro
ejemplo, “el carácter científico del Derecho es aún objeto de debates, se designa al
término “Derecho” como reflexión o estudio sobre su carácter científico.
Los sentidos de una expresión varían según el marco general significativo en que se les
emplea, en definitiva son cuatro las significaciones que atribuye a la voz derecho:
1. como norma o conjunto de normas vigentes (Derecho objetivo)
2. como facultad atribuida a un sujeto de hacer, no hacer o exigir algo (derecho
subjetivo)
3. ideal de justicia o su negación (lo justo como sinónimo de Derecho)
4. como saber humano aplicado a la realidad (Derecho como ciencia).
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PROBLEMAS RESPECTO A LA DEFINICIÓN DE DERECHO
La previsión de contar con una única definición, respecto de todos los casos que puedan
presentarse el “Derecho” pareciera ser imposible, teniendo en cuenta a lo que hicimos
referencia líneas arriba de que el “Derecho” cuenta con múltiples objetos de estudio, si
esto es así, bastaría con saber cuáles son las características de ese objeto de estudio del
Derecho para ser definido correctamente, por tanto afirmaríamos que existen muchas
definiciones del Derecho según el objeto de estudio, sin embargo, muchas veces el intento
fallido de definir el “Derecho” recae en considerarlo como uno solo, y los esfuerzos de
su definición previamente recaen en las existencia o no de características propias del
“Derecho” en global, teniendo en cuenta la existencia o no de esas características propias
del mismo se dice, será posible definir correctamente ese fenómeno denominado
“Derecho”.
Preguntas referidas en torno al Derecho (en forma genérica) son formuladas por los
autores. La afirmación si el Derecho es un fenómeno omnipresente en nuestras sociedades
como refiere Atienza: “Los juristas suelen repetir un adagio procedente del Derecho
romano, según el cual, donde hay una sociedad hay también un Derecho (ubi societas ibi
ius). Pero no parece que haya ninguna razón convincente para aceptarlo sin más. Una
cosa es que puede decirse que donde hay una sociedad –por poco desarrollada que esté
–existen también normas y sanciones (…) Pero otra cosa es que a esas normas y a esas
sanciones las llamemos jurídicas (…) el derecho es un aspecto de la sociedad, no la
sociedad sin más, y de ahí que solamos distinguir entre normas jurídicas, religiosas,
morales, del trato social, costumbres…¿Por qué considerar que las normas que ponen
algún limite a la violencia (o que prohíben el incesto o el adulterio ) son jurídicas y no
meras costumbres, normas morales o religiosas? (Atienza, 2013, pág. 33) Si nos
centramos en el “Derecho” como uno sólo surge la pregunta, ¿toda sociedad desde su
origen tiene un Derecho?, es decir, si el derecho es un fenómeno presente y que tendrá su
existencia conjuntamente desde que el hombre hizo su aparición en la tierra o es un
fenómeno posterior, como refiere Rudolf Stammler: “hasta hoy nadie ha conseguido
descubrir un pueblo si derecho (…)” citado por Monroy Cabra (Monrroy Cabra, 2003,
pág. 6); de otro lado ¿cuáles son las rasgos o características propios de la existencia de
ese fenómeno llamado “Derecho”?, acaso son las sanciones, o lo denominado jurídico,
¿cuál es la diferencia del Derecho con la norma moral, religiosa o de trato social?. La
respuesta a estas interrogantes, lo crucial para responderlas, es centrarse en responder a
la pregunta central donde se desprenderían la existencia o no de rasgos o características
de ese fenómeno al cual llamamos “Derecho”. Si nos preguntamos sobre la existencia del
“Derecho”, esa pregunta central a nuestro modo de ver debería responder a lo formulado
por Atienza en su libro el Sentido del Derecho, en el cual refiere: ¿existió un Derecho de
los cheyes? (Atienza, 2013, págs. 27-33) Teniendo en cuenta que el pueblo Cheyen fue
un pueblo de cazadores y recolectores donde no existían: poder judicial, códigos, juristas
¿tiene sentido de hablar de Derecho en esas circunstancias?, El mismo da cuenta que:
“consistiría en averiguar cuáles son los rasgos sobresalientes que caracterizan a lo que
normalmente solemos llamar “Derecho” y comprobar luego hasta qué punto esos
elementos están presentes en todos los otros tipos de sociedad (…)” (Atienza, 2013, pág.
33).
14
dudosos (…). El derecho internacional carece de legislatura, los estados no pueden ser
llevados ante los tribunales internacionales si su previo consentimiento, y no existe un
sistema centralmente organizado y efectivo de sanciones. Ciertos tipos de derecho
primitivo, incluso aquellos a partir de los cuales pueden haber ido evolucionando en
forma gradual algunos sistemas jurídicos contemporáneos, presentan características
similares a las señaladas, y es perfectamente claro para cualquiera que lo que hace que
su clasificación se presente como cuestionable en su desviación de los casos típicos, en
estos aspectos. No hay ningún misterio en ellos (…) ¿en qué difieren, pues, el derecho y
la obligación jurídica de las ordenes respaldadas por sanciones y como están
relacionados con ellas?” (H.L.A.Hart, 2009, pág. 4)
Según la Teoría Pura del Derecho de Kelsen el sistema jurídico es analizado, como
sistema normativo, como estructura de normas o reglas de conducta. Desde esa
abstracción, el sistema normativo se estructura sobre la base de la existencia de la sanción
institucionalizada, con la finalidad de regular la conducta social, la coacción es la que
distingue de los otros sistemas normativos como el moral, éticos o religiosos. Según
Kelsen él debe ser de la norma jurídica debe ser a histórico y a valorativo. (Kelsen, Teoria
Pura del Derecho, 1982)
15
Como advertimos el problema se centra en definir al “Derecho” como un supra concepto
que alberga a todos los “Derechos” de distintas sociedades, ¿será posible ello? o por lo
contrario cada sociedad permitiría la definición de su propio “Derecho”. Si definir supone
conforme el Diccionario de la Lengua Española como: “idea que concibe o forma el
entendimiento”, y para ello según Atienza: “en principio, es una operación mediante la
cual se describe, se especifica, se aclara o se establece el significado de una expresión
lingüística” (Atienza, 2013, pág. 50); pero ¿cómo concebimos ese entendimiento?,
Eugenio Bulygin pregunta: ¿Cuál es la relación entre el concepto de una cosa y la
naturaleza de la cosa de la que es un concepto? Estas preguntas las hace cuando hace
una crítica al artículo de Joseph Raz. Continua, “será necesario que para tener un
concepto debamos conocer todas las propiedades esenciales de las cosas ¿tiene una cosa
propiedades esenciales per se, independientemente del concepto usado para
identificarla? ¿Cuáles son las propiedades necesarias de la cosa que observo en este
momento? Si la identificamos como una lámpara, entonces la propiedad de iluminar es
esencial, y el material del que está hecha resulta accidental. Pero si la identificamos
como un objeto de bronce, entonces el material del cual está hecho resulta esencial, y su
capacidad de iluminar accidental. Es dudoso que existan propiedades esenciales o
necesarias de una cosa independientes del concepto usado para identificar esa cosa. Si
por naturaleza entendemos el conjunto de todas las propiedades esenciales o necesarias
de una cosa, entonces, parece razonable sostener que es sólo en virtud de nuestros
conceptos que las cosas tienen una naturaleza, i. e., que algunas de sus propiedades son
necesarias o esenciales, y esto significa que son propiedades definitorias del concepto
correspondiente. Ninguna propiedad de una cosa es esencial per se, sino en relación con
un concepto. Si esto es así, entonces no existen propiedades esenciales de una mesa o
del derecho, independientes del concepto de mesa o derecho que estamos utilizando. En
otras palabras, es el concepto de una cosa el que determina cuáles son sus propiedades
esenciales y en consecuencia la naturaleza de esta cosa, y no a la inversa” (Raz, Alexy,
& Bulygin, 2007, págs. 101-102)
A mi modo de ver esta explicación de E. Bulygin aclara todas las preguntas formuladas
antes que él, e incluso en obras posteriores en las que se da una respuesta distinta. El
“Derecho” como fenómeno presente en nuestras sociedades presentan peculiaridades
distintas y cada uno merece su propia definición, y definir actualmente es propio de la
norma o la doctrina, si esto es así, definir al “Derecho” significa darle noción, describirla
con una frase si es particular, en un periodo histórico determinado. La definición del
“Derecho” debería por ello ser en todo caso, el resultado de toda la investigación dirigida
a la determinación de los elementos del objeto de estudio de la misma.
16
CAPITULO II
En el presente capitulo tiene por objeto la exposición de las diferentes tesis en relación a
la pregunta, ¿qué es el derecho?, en relación a su: naturaleza jurídica, su origen, su
finalidad etcétera.
Por estas razones creemos oportuno que el estudiantes de Derecho analice estas teorías;
también lo es, que no se puede prescindir de ninguna otra teoría que trate de explicar la
existencia de “Derecho”. Veremos después, como muchas de estas teorías de manera
individual son insuficientes para dar una noción exacta de los elementos que puedan servir
para individualizar una definición de la misma. Cuando hayamos encontrado tales
elementos (características) e individulizado este fenómeno dentro de la sociedad,
habremos dado con el concepto de “Derecho” y será posible ofrecer una definición
basándonos en las disposiciones dadas por la legislación.
17
EL IUSNATURALISMO
ASPECTOS GENERALES
La idea de “ius naturalismo” se quiere entender que el “Derecho” como fenómeno tiene
existencia con independencia al hombre, por ello el denominado también Derecho
Natural1, supone que el “Derecho” es un ente ya presente, comprende lo que al hombre
es “dado” por la naturaleza misma, en efecto cuando se dice Derecho Natural, es el
Derecho que el hombre encuentra ya existente; y este Derecho natural se distingue
nítidamente del Derecho que el mimo hombre fábrica (Derecho positivo).
No hay duda que con esta afirmación se quiere designar una situación de subordinación
del hombre frente a un ente denominado “Derecho” en la que no tubo participación en su
creación, por tanto el “Derecho” viene a obligar un comportamiento impuestos por la
naturaleza misma.
El artículo 5° del Código Civil de 1984, en su primera parte establece que el “Estado
protege el matrimonio y la familia como sociedad natural”. Sobre este aspecto, Cornejo
Chávez ha comentado: “reconocer que la familia, como fenómeno natural, es anterior
al Estado y a la ley; que no es una creación del Estado ni de la ley; que antes que hubiese
ley y Estado, histórica pero sobre todo conceptualmente, ya existía la familia. Puntualiza
a reglón seguido, el citado autor si eso es lo que efectivamente quiere decir el artículo,
significa que las ley no puede hacer con la familia lo que quiera, sino el carácter natural
de ella le impone al propio Estado ciertos límites, de los cuales no puede salirse sin
desnaturalizar a la familia”. (Cornejo Chavez, pág. 42)
1
BOBBIO, Norberto, “Sulla Rinascita del Giusnaturalismo” del libro: Symposium sobre Derecho Natural
y Axiología. México D.F, Universidad Nacional Autónoma, centro de estudios filosóficos. 1963, pp. 8-9
“El término “naturaleza”, implícito en la expresión “derecho natural”, nada indica el contenido de las
prescripciones del ius naturae. La máxima “obra de acuerdo con la naturaleza”, en que acaso podría
pensarse, es una formula hueca, a la que podemos dar, según las circunstancias, cualquier contenido lo que
el término de que tratamos realmente expresa son dos cosas ora la fuente, ora el fundamento del derecho.
cuando se habla de derecho natural, de derecho consuetudinario, de derecho legislado, se alude a la fuente,
cuando se habla de derecho natural, de derecho divino, de derecho humano, se alude al fundamento. Lo
propio ocurre con la expresión antitética “derecho positivo”, que nada dice sobre el contenido de los
preceptos que integran el objeto a que alude. Por ello es que cuando se quiere hacer referencia al contenido,
en el caso del derecho natural, hay que añadir una especificación, y decir, ejempligracia, derecho natural
cristiano, derecho natural personalista, etcétera. Además, a la sombra del derecho natural se han defendido
las morales más diversas, incluso opuestas, ya en apoyo de la esclavitud o de la conquista, ya en favor de
la libertad o de los anhelos de liberación nacional o colonial.
18
Por su parte, Gerardo Eto Cruz expresa que: “(…) la familia no es un fenómeno natural:
la familia es una categoría Histórica, en la remota oscuridad del tiempo primaron las
relaciones sexuales con un carácter desordenado y la familia no existía aún” (Eto Cruz,
1989, págs. 30-39). Al respecto el diccionario Rossental comenta: “surgen en el periodo
del régimen gentilicio sobre la base de la división del trabajo según el sexo y la edad y
de la forma sedentaria de vida, cuando la relación natural entre las personas de distinto
sexo, se añadieron las relaciones y los intereses económicos” (Rossental Iudin, 1973,
pág. 97)
Para Víctor Julio Ortecho mencionado por Gerardo Eto Cruz opina, que resulta discutible
considerar a la familia como sociedad natural “puesto cuando dentro del ordenamiento
jurídico se habla hoy en día del matrimonio y la familia, se hace referencia a la familia
monogamica y sabido es que esta se perfecciono al surgimiento de la civilización, en
efecto Federico Engels en su clásica obra el origen de la familia, la propiedad privada y
el estado, ya expresaba que antes de pasar el hombre a la monogamia, existió la familia
consanguínea, la familia panalua y finalmente, la sindiasmica. Concuerdan, que el
enunciado normativo de que la familia es una institución natural es históricamente falso.
Lo mismo dicen del matrimonio con la interrogante. ¿Qué cosa es en si el matrimonio
‘? ¿Acaso ha sido históricamente siempre la unión voluntaria o formal entre un hombre
y una mujer con el fin de hacer vida en común? El matrimonio es una institución y toda
institución es aquella creada por el hombre en oposición a la naturaleza. (…)” (Eto Cruz,
1989, págs. 30-39)
De considerar al Derecho como innato al hombre (antes) y que no es producto del hombre
como su creación, implica la existencia de un compuesto comprendido por un conjunto
de principios que actúan como inspiración de sus contenidos y como guías de la actuación
del hombre y decisiones de los agentes cuando apliquen sus postulados.
2
BOBBIO, Norberto, “Sulla Rinascita del Giusnaturalismo” del libro: Symposium sobre Derecho Natural
y Axiología. México D.F, Universidad Nacional Autónoma, centro de estudios filosóficos. 1963, pp. 7-8
“Quienes hablan de “renacimiento” ven en el iusnaturalismo el remedio contra la crisis moral mas ¿puede
acaso afirmarse que la tesis iusnaturalista sea un sistema moral? De ningún modo el iusnaturalismo sólo
puede ser correctamente entendido cuando se advierte que no es una moral, sino una teoría de la moral
nunca, en efecto, ha predicado una moral determinada, lo que siempre ha hecho es tratar de justificar la
moral de cierto modo, independientemente de cual sea su contenido. Por moral entiende el profesor Bobbio
19
derecho positivo como creación humana que varían de tiempo en tiempo y que no son
eternos, por ello valga la aclaración hecha por los Mazeaud refiere “(…) Porque lo
denominado derecho natural desde el siglo XVII es un conjunto de principios fundados
en la razón, de carácter inmutable y universal, que dominan el derecho positivo (…)”.
(Mazeaud, 1976, pág. 21)
Esos principios dotados de moralidad como esencia del Derecho natural conllevan a una
discusión en la Filosofía del Derecho como refiere Santiago Nino: “la vieja polémica
entre el iusnaturalismo y el positivismo jurídico gira alrededor de la relación entre
derecho y moral. Una descripción simplista del contenido de esa polémica diría que,
mientras que el iusnaturalismo sostiene que hay conexión intrínseca entre derecho y
moral, el positivismo jurídico niega tal conexión (…)”. (Nino C. S., 2003, pág. 18)
Como refiere Enereccus: “La idea, casi nunca eclipsada en el curso de la historia, de
que, además del derecho positivo y por encima de él, existe un derecho que debe ser y
que se basa en la Naturaleza o en el orden divino (…)” (Enneccerus, Kipp, & Wolf, 1953,
págs. 72-73). Estas expresiones, “naturaleza o en su caso orden divino”, como origen del
Derecho dieron lugar a distinguir al iusnaturalismo en dos posiciones denominadas:
iusnaturalismo teológico, y el iusnaturalismo racionalista. Ambas teorías
corresponderían a la teorías iusnaturalistas tradicionales para diferenciar de las
posiciones denominadas teorías iusnaturalistas modernas.
Así se advierte también del libro Introducción al Derecho de Werner Goldschmidt cuando
refiere: “(…) El gran dramaturgo griego Sófocles (siglo V a. de C.) nos brinda un bello
ejemplo en su célebre obra “Antígona” en la cual la protagonista protesta, en nombre
del Derecho divino, contra la privación de sepultura a su hermano, ordenada por el Rey.
No obstante, no toda concepción religiosa da lugar a la fe en un Derecho Natural. El
panteísmo impide su nacimiento. Así lo vemos en el caso de Heráclito de Éfeso (siglo VI
a. C que cree, en orden cósmico divino, el “Logos”, del que participan todos los seres,
tanto los dioses como los hombres, y en el que también se inspiran la leyes humanas.
El escepticismo religioso, por el otro lado, no impide que se siga oponiéndose la
naturaleza (physis) y el Derecho (nomos), si bien se dará, por cierto a la naturaleza un
contenido terrenal. Desde este punto de vista, hay que mencionar a los sofistas que,
basándose en la igualdad de los hombres “todos respiramos por boca y nariz y comemos
con las manos” (Antiphón)-, considera como mero Derecho artificial toda clase de
privilegios, por ejemplo, los de los griegos con respecto a los barbaros, o los de los libres
con respecto a los esclavos. Otros sofistas que comulgan con las mismas ideas, son
Hipías, Lykophrón y Alkidamas. Ahora bien, en el seno de la escuela sofista no se origina
sólo un Derecho Natural democrático, sino también un Derecho Natural del super-
hombre kaliclés afirma que la naturaleza prueba que es justo que el fuerte tenga más que
el débil; y Trasymajós mantiene que lo justo es lo útil para el fuerte.” (Goldschmidt,
1960, pág. 82)
20
LOS ANTECEDENTES HISTORICOS DEL IUSNATURALISMO
EN LA ANTIGÜEDAD
Los problemas jurídicos, no fueron extraños a la inquietud de los primeros pensadores y
filósofos griegos. El gran dramaturgo griego Sófocles (siglo V a. de C) nos brinda un
bello ejemplo en su célebre obra “Antígona” en la cual la protagonista protesta, en nombre
del Derecho divino “No, no; yo no he debido creer que tu edicto tuviera fuerza bastante
contra las leyes no escritas de los dioses, leyes inquebrantables, para colocarte, tú,
mortal, por encima de ellos. ¡Ah!, ¡no son de hoy ni de ayer tales leyes! Han existido
siempre y siempre existirán (…)” (Antígona, p. 456 ss.)
Pitágoras ve el universo como un todo ordenado, regido por principios de una justicia
cósmica, que preside la generación y la disolución de los seres. Heráclito atribuye al logos
la calidad de ley divina inspiradora de las leyes humanas. Todas las leyes humanas se
nutren del uno divino, dice y ese “uno divino” es el logos o el cosmos.
Aristóteles fue llamado el padre del derecho natural, por otra parte recordemos que existió
lo que se denominó El Jusnaturalismo Cristiano, la Filosofía Cristiana se inspiró en el
pensamiento Griego y en la jurisprudencia romana para crear un sistema de derecho
natural con sentido teolológico.
Su máximo exponente es sin duda Santo Tomás de Aquino, su concepción del derecho,
su teoría sobre la justicia, su interpretación del Estado, constituyen dentro del sistema que
elaboró, exponentes de una clara y profunda comprensión del sentido ético de la vida
humana temporal a la luz de las ideas cristianas. El universo se haya gobernado por la ley
eterna que traduce la voluntad y la sabiduría de Dios que rige todas las cosas del mundo.
La escuela moderna del derecho natural tiene como exponentes a Hugo Groccio, Hobbes,
Puferdorf, Cristian Thomasio, Rousseau (Contrato Social), Kant.
La afirmación no hay sociedad posible sin orden, será el fin de toda teoría del derecho, el
iusnaturalismo no escapa a esta afirmación. Para entender la función que cumple el
“Derecho” según iusnaturalismo, habrá que distinguir su fuente y fundamento del mismo,
es decir el Derecho. La fuente según el iusnaturalismo será la razón o la voluntad divina
en tanto que el fundamento es el de permitir la vida en sociedad en justicia. (Dos tesis
disputan el tema de la justicia: la doctrina espiritualista o idealista y la doctrina
materialista o positivista que se verá en capítulos posteriores).
21
Si es necesario un orden en la sociedad donde nos desenvolvemos, debemos saber lo que
podemos hacer y lo que no pueden hacer los demás
Como se señaló existen dos posturas respecto al iusnaturalismo, según Nino (Nino S. ,
2003) las principales discrepancias entre iusnaturalistas surgen respecto del origen de los
principios morales que forman el “derecho natural”. Así distingue dos formas básicas de
lo que hemos dado en llamar "teorías iusnaturalistas tradicionales": (1) el iusnaturalismo
teológico, cuyos representantes más conspicuos son los filósofos tomistas, quienes creen
que el origen del derecho natural es Dios y que las leyes positivas deben derivarse del
mismo; y (2) el iusnaturalismo racionalista, representado por los filósofos iluministas,
los que sostuvieron que el origen de los principios morales se encuentra en la estructura
o naturaleza de la razón humana y quienes trataron de axiomatizar esos principios
autoevidentes que permitían derivar el resto de las normas. Lo común a todas ellas es que
se desarrollan a partir de una teoría moral desde la cual, sostienen, se puede analizar mejor
la forma de pensar y actuar en cuestiones jurídicas. La pregunta central a la que se
enfrentan es de tipo moral: ¿cuándo estamos obligados a obedecer al derecho y cuando
es legítimo desobedecerlo?
En la segunda mitad del siglo XX las posiciones iusnaturalistas han asumido formas
distintas y sofisticadas, a las que llamaremos “versiones modernas de la doctrina del
derecho natural”. En ellas se interpreta el alcance de estas tesis de manera muy distinta a
como se lo hacen los defensores de las posiciones tradicionales, y en muchos casos se las
llega a modificar tan profundamente que la inclusión en la corriente de algunos
pensadores (como Ronald Dworkin) es una cuestión que genera arduas discusiones. En
todas las versiones modernas de la doctrina del derecho natural, el énfasis está puesto en
la comprensión del derecho como fenómeno social. Surgen como respuesta a los embates
críticos que los positivistas de finales del siglo XIX y principios del XX dirigieron a las
versiones tradicionales. En ellas se defiende la idea, contraria a las pretensiones
positivistas, de que no se puede comprender o describir el derecho sin realizar al mismo
tiempo una evaluación moral. La pregunta central en todos estos trabajos es de tipo
conceptual: “¿Qué es el derecho?”
22
EL POSITIVISMO JURIDICO
En otras palabras, no existe relación conceptual entre derecho y moral (lo que no implica
negar la existencia de otro tipo de relaciones entre ellos).
Además existen dos fundamentos en los que se puede apoyar la adopción de una posición
positivista respecto de la definición de derecho:
(a) el escepticismo ético, esto es, la creencia de que no existen juicios morales
objetivamente verdaderos, universalmente válidos y eternos (o bien que, en caso de que
existieran, no podrían ser conocidos por el hombre mediante el empleo de la razón); y
(b) la ventaja metodológica que implica poder distinguir entre el derecho que es y el
derecho que debe ser, a los efectos de permitir la crítica moral de las instituciones
vigentes.
Hans Kelsen es un fiel representante del primer tipo de enfoque, mientras que Herbert
Hart puede ser considerado el representante más importante de la segunda tendencia.
23
Postulada por Miguel Reale (Reale, 1997)3 y enarbolada en el Perú fundamentalmente
por Carlos Fernández Sessarego, en contraposición a la Teoría Pura del Derecho de
Kelsen que considera al derecho como una simple norma, Reale habla de un triple aspecto
conductas, normas y valores como componentes esenciales del Derecho.
Según esta postura los significados del derecho corresponden a tres aspectos básicos. Un
aspecto normativo (el derecho como ordenamiento y su respectiva ciencia), un aspecto
fáctico (el derecho como hecho o su efectiva vida social o histórica) y un aspecto
axiológico (el derecho como valor de justicia). Como refiere el mismo Reale “(…)el
primero que nos ofreció esta división tripartita fue Icilio Vanni, el cual, como positivista
critico que era, daba más importancia a lo que él llamaba fenomenología jurídica,
referente al derecho como hecho social, completándola con la gnoseología jurídica,
pertinente a la norma, y la deontología jurídica, relativa a los deberes jurídicos (…)”
(Reale, 1997, pág. 119)
Reale refiere que los tres elementos no se correlacionan tan sólo, se dialectizan hay una
dinamicidad integrante y convergente entre esos tres factores, de tal manera que tenemos
tres órdenes de dialéctica según su sentido dominante en el proceso, de la siguiente
manera:
Hecho---------------valor-----------------norma
Norma---------------valor----------------hecho
Norma---------------hecho---------------valor
3
Según Reale la Teoría Tridimensional del Derecho fue una intuición de su juventud “me intrigo el hecho
de que los grandes filósofos del Derecho italiano coincidieran en la división de la Filosofía del Derecho,
para fines pedagógicos, en tres partes: una destinada a la teoría de los fenómenos jurídicos; otra atendiendo
a los intereses y valores que actúan en la experiencia jurídica y, finalmente, una tercera relativa a la teoría
de la norma jurídica (…) (Reale, 1997, pág. 119)”
24
organizarlo, darle marco teórico y convertirlo en un derecho elaborado. El derecho nacido
del pueblo era el derecho popular, el siguiente era el derecho culto.
Otro de los grandes pensadores de esta teoría fue Ihering, llegó a prefigurarse la necesidad
concreta de una Sociología del Derecho en base a esta perspectiva general. En todo caso
el aporte global del historicismo y del sociologismo, ha sido positivo al reconocer al
pueblo y sus conductas, un importante rol en la conformación del Derecho y sociedad
normada.
El origen sociológico puede resumirse en estas etapas a) la vida de los primitivos grupos
humanos, como el clan, estaba regida por normas que se presentaban en forma
indiferenciada, morales, religiosas etc. b) el cumplimiento de las normas estaba
garantizado por la reacción colectiva del grupo. c) el derecho surgió en forma espontánea
siendo la costumbre la única fuente del derecho primitivo d) todo derecho primitivo es
religioso y formalista.
Sus máximos exponentes son: Leo Duguit, Maurice Hauriou, entre otros.
Los objetos culturales se caracterizan frente a los objetos ideales porque aquellos son la
base, frente a los naturales porque son valiosos y frente a los metafísicos por que están
sujetos a la experiencia ya que son en el tiempo.
En el ámbito de los objetos culturales cabe distinguir, según está Teoría los objetos
mundanales que son vida humana objetivizada, cuyo sustrato es independiente del
hombre; y los objetos egológicos cuyo sustrato es la conducta “como vida biográfica” el
derecho es objeto egológico. En este sentido el derecho no se define como un conjunto
25
de normas de comportamiento sino como vida humana viviente, como la conducta misma,
o para emplear la fórmula completa de la Teoría Egológica, como “ la conducta humana
considera en su interferencia intersubjetiva, que tiene por esencia la libertad. Las normas
jurídicas son para Cossio conceptos con los cuales nos representamos o pensamos
intelectualmente la conducta, y como tales son instrumentos para conocerla.
5.4. ETIMOLOGÍA
El citado vocablo proviene de la voz latina directum, que es el participio pasivo de
dirigiere; este último está constituido por el prefijo cuantitativo di y la forma verbal
regere, regir. Si regere equivale a guiar, conducir o gobernar y di indica la continuidad de
este acto, derecho significa la manera o forma habitual de guiar, conducir o gobernar.
Otros autores como Catenacci (Catenacci, 2001, pág. 12) refiere que “derecho” deriva
del latín directus, que significa “lo recto o lo derecho”. Los romanos utilizaban el termino
IUS, expresión que viene de IUSTITIA. En sus raíces etimológicas, el derecho aparece
como rectitud (directus) y bajo la forma de un ordenamiento de la conducta humana (ius).
Por lo tanto, los términos ius, iustum y iustitia son los que determinan el contenido del
derecho.
4
KELSEN, Hans. “Teoría pura del Derecho”, traducción de la segunda edición en alemán por Roberto J.
Vernengo. Mexico D.F. 1982.
26
pregunta que es Derecho resulta demasiado compleja para poder ser encerrada en una
simple clausula definitoria5
3.- Marxismo
Define al Derecho y al Estado como instrumentos de dominación de una clase a otra6
4.- La Teoría tridimensional de Miguel Reale. El derecho es: Hecho, valor y norma.
5
H.LA. HART. “El concepto de Derecho” traducción de Genaro Carrio. Editorial Abeledo Perrot.
Argentina 1998.
6
Ob cit 47
27
norma exactamente aplicable, el Juez debe decidir discrecionalmente (es la crítica contra
Hart). Dworkin ataca esta tesis y en su lugar propone la tesis de la respuesta correcta.
Expresa que el material jurídico compuesto de normas, directrices y principios es
suficiente para dar respuesta correcta al problema planteado. Los Jueces en los caos
difíciles deben acudir a los principios y acoger la teoría que justifique y explique mejor
el derecho histórico y el derecho vigente (Monrroy Cabra, 2003, pág. 33)
PARA CIENCIA
Al respecto Eduardo García Máynez refiere: “El tema central del debate, en lo que toca
al genus proximun del derecho, es la determinación del carácter normativo o enunciativo
de sus preceptos. Todo el mundo reconoce que éstos se refieren a la actividad humana;
pero las opiniones se separan apenas se pretende establecer la esencia de los mismos.
¿Son las reglas jurídicas expresión de auténticos deberes, o simples exigencias
desprovistas de obligatoriedad? ¿Deriva su validez de la voluntad del legislador o es,
por el contrario, independiente de ella? Y si se acepta que el derecho es un conjunto de
prescripciones: ¿en qué se distinguen éstas de los imperativos morales, los principios
religiosos y, en una palabra, los demás preceptos que rigen nuestro comportamiento?”
(Garcia Máynez, 2002, pág. 3) Todas estas interrogantes pueden ser respondidas en el
sentido de entender que el “Derecho” a veces se presenta como ciencia por ejemplo:
pensión 65 es una política de Estado de este gobierno, en el sentido de otorgar una suma
de S/. 250.00 soles para ancianos de extrema pobreza, el anteproyecto se basa en estudios
de adultos mayores, muchas de la tesis siguen la estructura del método científico, con la
formulación de un problema, variables, objetivos, marco teórico, hipótesis, estadísticas
sobre pobreza, etcétera. El estudio se centra en un tema de “justicia y vigencia normativa”
esta última supone la necesidad de presentar un proyecto de ley para eliminar la pobreza
en este sector de la población que es vulnerable. Todo este estudio con las conclusiones
y su anteproyecto de ley, suponen un carácter enunciativo de los mismos, son exigencias
que deben darse por el Estado que pueden o no darse la ley; por otro lado a veces también
se suele cuestionar la ley que ya está vigente, es lo que se conoce en el campo de la
sociología jurídica
como ciencia, ya sea política jurídica de interés para la justicia y la creación de norma
jurídica (justicia y vigencia), a veces como y sociología jurídica cuyo interés se centra en
la norma jurídica y su eficacia
en ciencia, técnica y arte y se manifiesta ya sea como política jurídica, sociología jurídica
y dogmática jurídica.
28
BALOTA N° 02
Fuentes del derecho
1. Noción
Según Gersi, la doctrina de “Fuente de Derecho” es reciente, dicho termino se desarrolló
en el siglo XVII, se considera que el antecedente más remoto de este término data de las
pandectas de Pothier a finales del siglo XVIII; sin embargo el término “Fuente del
Derecho” fue acuñado por savigny, quien menciona el termino implícitamente en 1884
en su libro “vocación de nuestro tiempo” y mencionado como tal en 1878 en su libro
“Sistema de Derecho Romano Actual”. Para Savigny la fuente del derecho es la
VOLGEIST, es decir el espíritu del pueblo.
29
Según Goldschmith7 hay que distinguir entre las fuentes reales del mundo jurídico y las
fuentes de conocimiento del mundo jurídico. Quien consulta las primeras adquiere un
conocimiento directo del mundo jurídico, mientras quien liba en las segundas no obtiene
sino un conocimiento derivado.
Según García Máynez8 la palabra fuente tiene tres acepciones que es necesario distinguir
con cuidado. Se habla en efecto de, fuentes formales, reales e históricas.
Por fuente formal entendemos los procesos de creación de las normas jurídicas.
Llamamos fuentes reales a los factores y elementos que determinan el contenido de tales
normas.
El término fuente histórica, por último, aplicase a los documentos (inscripciones, papiros,
libros etcétera) que encierran el texto de una ley o conjunto de leyes. En este postrer
sentido se dice, por ejemplo, que las instituciones, el digesto, el código y las novelas, son
fuente del Derecho Romano.
5.1.1. Concepto.
La ley es la norma escrita, de carácter general, que emana de los Órganos políticos del
Estado y se presume fundada en una necesidad común relativa a la convivencia. Alude a
una prescripción escrita y dictada, por el cual se manda, autoriza, prohíbe o penaliza
alguna conducta.
5.1.2. Sentidos de la ley
De la ley se habla en tres sentidos9
1. Ley (en sentido material) es una proposición jurídica o un conjunto de proposiciones
jurídicas, dictadas y publicadas por los órganos del Estado competentes conforme a la
Constitución.
2. Ley (en sentido formal) es toda disposición emanada de los órganos legislativos del
Estado en la forma que, con arreglo a la Constitución, es la regular para la legislación.
3. Finalmente y por excepción, el concepto de la ley se emplea como equivalente a
derecho (norma jurídica, proposición jurídica).
5.1.3. Características
Son las características de la ley:
7
GOLDSSCHMIDT, Werner. “Introducción al Derecho” estructura del mundo jurídico. Editorial Aguilar.
Madrid-Argentina-México. 1960, página 184.
8
GARCIA MAYNEZ, Eduardo. “Introducción al estudio del Derecho” pagina 51
9
ENNECCERUS, Ludwing. “Derecho Civil, parte general” Tomo I. Bosch. Barcelona 1953. Pagina 136.
30
Abstractividad. La ley contiene una proposición normativa en términos de un supuesto
general que apunta al debe ser, en el que queda encuadrada cualquier situación que
pudiere darse en la realidad.
Voluntad política. La ley plantea una manifestación consciente, deliberada y abierta acera
de la voluntad del Estado.
Presunción de conocimiento. La ley se considera conocida por todos una vez publicada
oficialmente. Ocurrido esto, ninguna persona puede alegar su incumplimiento por
desconocimiento o ignorancia.
Importancia de la ley
5.2 LA COSTUMBRE.
Según Enneccerus el Derecho consuetudinario es el Derecho no estatutario, producido
por la voluntad jurídica general de una colectividad manifestada normalmente mediante
el uso (pagina 145).
Según los Mazeaud10 de la conciencia popular es donde brota lentamente el uso que,
considerando, poco a poco como obligatorio, se convertirá en regla de Derecho: la
costumbre.
5.2.1. Concepto.
Es la regularidad de un uso, son hechos jurígenos y su reiteración es la que produce las
instituciones jurídicas.
La costumbre jurídica es aquella norma jurídica derivada de la repetición más o menos
constante de actos de conducta uniforme que han adquirido fuerza obligatoria por la
convicción social de la necesidad de su respeto y acatamiento.
5.2.2. Ámbito formal de validez
MAZEAUD, Henri y Jean “Lecciones de Derecho Civil Tomo I. Ediciones jurídicas Europa America.
10
31
La costumbre se manifiesta como fuente formal en dos circunstancias:
Cuando la ley hace referencia a ella.
Cuando suple los vacíos de la legislación.
En este último caso rige siempre que no sea contraria a la moral y al orden público y que
resulte probada como tal.
5.2.3. Características
5.3. LA JURISPRUDENCIA
Es el conjunto de fallos emanados de los órganos jurisdiccionales, que sirven para regir
la solución de un número indefinido de casos semejantes que pudiesen presentarse. En
puridad, lo sustancial de la jurisprudencia consiste en encontrar aquellos principios y
criterios sustentatorios de la actividad creadora del juez formalizado en la expedición de
una resolución.
5.3.1. Características
32
Decisión final del órgano jurisdiccional competente. Surge sólo en el momento en que un
fallo ha adquirido la condición de cosa juzgada (inmodificable), esto es, cuando ya no
opera sobre él la posibilidad de una impugnación o revisión judicial.
5.3.2. Elementos
5.3.3. Clasificación
La doctrina encuentra dos tipos de fallos judiciales.
Fallos de especie
Son los que constituyen la aplicación simple de la ley a un caso concreto. La labor del
juez es “declarativa”, porque se limita a expresar la norma contenida en la ley.
Fallos de principio
Son los que constituyen la jurisprudencia propiamente dicha, porque interpretan las
normas, llenan los vacíos de la legislación y forjan verdaderos precedentes vinculantes.
Que, un fallo de éstos configure un precedente vincultaroio significa que obliga a que las
resoluciones posteriores sobre similares casos deban ajustarse a los términos de lo
decidido por aquél. No opera la aplicación del precedente vinculatorio cuando se acredita
la existencia de una “distinción relevante entre los hechos de ambos casos”, es decir, el
encuentro de una diferencia sustantiva entre aquellos hechos, hace inoperante la
utilización de la ratio decidendi del fallo vinculante. Es evidente que la distinción que
efectúe el juez deberá ser clara, rotunda y fundamentada, eludiendo, por tanto, los
argumentos absurdos o irrazonables. Así por ejemplo, cuando un fallo de principio
establece que existe responsabilidad en el industrial que fabrica una botella de refresco
en mal estado, no puede el juez posterior señalar que no es aplicable el precedente en un
caso en el que el fabricante es productor de latas de cerveza en condición no óptima.
En los países que cuentan con este sistema – Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, etc.- la
jurisprudencia, en razón de la carencia de códigos, adopta un papel protagónico y alcanza
la máxima importancia dentro del rubro de las fuentes formales, existiendo la obligación
de atenerse a las normas elaboradas por los jueces (stare decisis). Es decir, el respeto de
los precedentes judiciales se encuentra en la base de todo el sistema.
33
obligatorio cumplimiento. Si por excepción deciden apartarse de ella, deberán dejar
constancia en sus resoluciones del precedente obligatorio que desestiman y de los nuevos
fundamentos que invocan.
5.4. LA DOCTRINA.
El conjunto de los trabajos de los jurisconsultos se llama “doctrina”. La doctrina
desempeña un papel indirecto en la elaboración de la ley.
Involucra el conjunto de escritos de los juristas, que, hechos con finalidad teórica, aspiran
a una mejor comprensión y aplicación del derecho.
En la actualidad, residualmente, el Código Civil suizo reconoce a la doctrina como fuente
formal al prescribir que el juez, a falta de ley y costumbre, debe remitirse a aquélla y a la
jurisprudencia. El Estatuto de la Corte Internacional de Justicia de La Haya también
establece que la doctrina es fuente secundaria o auxiliar del derecho internacional.
5.4.1. Características
La doctrina persigue una cuádruple propósito:
Características
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Equidad entre los participantes de la relación jurídica, es decir, inexistencia de
aprovechamiento de uno sobre otro.
Elementos
Los componentes de la declaración de voluntad son dos: manifestación de
voluntad y relación intersubjetiva.
La voluntad
Es la aptitud o disposición moral para querer algo, se trata de una potencia o facultad
material que lleva a obrar o a abstenerse de hacerlo. Alcanza connotación jurídica cuando
implica discernimiento, intención, libertad y manifestación de voluntad.
Balota N° 03
NORMATIVISMO Y REALISMO JURÍDICO
Ius naturalismo, positivismo, teoría tridimensional y otras
1. Noción.
1.1. Normativismo.- No cabe duda de que donde hay Derecho hay también normas
jurídicas. Tanto las reglamentaciones del poder estatal (leyes) o como los acuerdos entre
individuos o entre grupos de individuos (contratos) o las decisiones de los órganos
judiciales y administrativos (sentencias, resoluciones); constituyen las tres formas
principales bajo los cuales se nos presenta hoy el fenómeno del Derecho. Son tipos de
normas
2. EL IUSNATURALISMO
2.1. antecedentes
La historia de la doctrina del derecho natural es casi tan larga como la historia europea.
Se pueden encontrar nociones que anticipan las tesis antes mencionadas en Grecia, en las
obras de los estoicos en los primeros años del Imperio romano, y en la teología cristiana
35
medieval. Además las mismas ideas de fondo inspiraron el pensamiento secular de los
representantes del siglo XVI y fueron la base esencial para la aparición de la doctrina de
los derechos naturales surgida en los siglos XVII y XVIII. Durante el siglo XIX y hasta
la primera mitad del siglo XX sufrió fuertes embates críticos, pero resurgió con fuerza
después de la Segunda Guerra Mundial. Actualmente, sus defensores no se limitan a
grupos religiosos, como lo pone de manifiesto la proliferación de corrientes preocupadas
por dotar de fundamentos racionales a la doctrina de los derechos humanos. Su larga vida,
y la pluralidad de propuestas que se han considerado históricamente como pertenecientes
a esta doctrina, explican las dificultades que existen para poder exponer de forma breve
en qué consiste el iusnaturalismo.
2.3. Definición
Podemos resumir la doctrina del derecho natural, en su versión tradicional, en las
siguientes tres tesis:
(DN1) existen principios de moralidad eternos y universalmente verdaderos (leyes
naturales),
(DN2) el contenido de dichos principios es cognoscible por el hombre empleando las
herramientas de la razón humana y
(DN3) sólo se puede considerar "derecho" (leyes positivas) al conjunto de normas
dictadas por los hombres que se encuentren en concordancia con lo que establecen dichos
principios4.
2.4. Clasificación
Las teorías iusnaturalistas tradicionales se diferencian por los distintos argumentos que
brindan en apoyo de la existencia de los principios de derecho natural (tesis DN1), por
las diversas elaboraciones de los contenidos de esos principios que proponen (tesis DN2)
y por las consecuencias que consideran que de ellas se siguen en el campo del derecho
(tesis DN3). Según Nino (1984) las principales discrepancias entre iusnaturalistas surgen
respecto del origen de los principios morales que forman el “derecho natural”. Así
distingue dos formas básicas de lo que hemos dado en llamar "teorías iusnaturalistas
tradicionales": (1) el iusnaturalismo teológico, cuyos representantes más conspicuos son
los filósofos tomistas, quienes creen que el origen del derecho natural es Dios y que las
leyes positivas deben derivarse del mismo; y (2) el iusnaturalismo racionalista,
representado por los filósofos iluministas, los que sostuvieron que el origen de los
principios morales se encuentra en la estructura o naturaleza de la razón humana y quienes
trataron de axiomatizar esos principios autoevidentes que permitían derivar el resto de las
normas. Lo común a todas ellas es que se desarrollan a partir de una teoría moral desde
la cual, sostienen, se puede analizar mejor la forma de pensar y actuar en cuestiones
36
jurídicas. La pregunta central a la que se enfrentan es de tipo moral: ¿cuándo estamos
obligados a obedecer al derecho y cuando es legítimo desobedecerlo?
En la segunda mitad del siglo XX las posiciones iusnaturalistas han asumido formas
distintas y sofisticadas, a las que llamaremos versiones modernas de la doctrina del
derecho natural. En ellas se interpreta el alcance de estas tesis de manera muy distinta a
como se lo hacen los defensores de las posiciones tradicionales, y en muchos casos se las
llega a modificar tan profundamente que la inclusión en la corriente de algunos
pensadores (como Ronald Dworkin) es una cuestión que genera arduas discusiones. En
todas las versiones modernas de la doctrina del derecho natural, el énfasis está puesto en
la comprensión del derecho como fenómeno social. Surgen como respuesta a los embates
críticos que los positivistas de finales del siglo XIX y principios del XX dirigieron a las
versiones tradicionales. En ellas se defiende la idea, contraria a las pretensiones
positivistas, de que no se puede comprender o describir el derecho sin realizar al mismo
tiempo una evaluación moral (cf. Bix 1996: 239). La pregunta central en todos estos
trabajos es de tipo conceptual: “¿Qué es el derecho?”
3. EL POSITIVISMO JURÍDICO
3.1. Noción.
Existe todavía menos acuerdo a la hora de delimitar conceptualmente aquello que se suele
denominar como "positivismo jurídico". En este intento de trazar la evolución de la
doctrinas utilizaremos el término iuspositivista en oposición al iusnaturalismo, pues
históricamente el positivismo se caracterizó en sus orígenes por su oposición a todas las
formas de iusnaturalismo. Para ello tomaremos como punto de referencia la definición
que hemos presentado anteriormente, señalando aquellas tesis que separan a ambos
grupos de pensadores.
3.2 Definición
Si el núcleo de las diversas corrientes iusnaturalistas está constituido por las tres tesis que
hemos mencionado anteriormente, se puede definir al positivismo jurídico considerando
la posición que asume ante ellas. Todos los pensadores positivistas se oponen a la tesis
DN3 con la que hemos caracterizado al iusnaturalismo. En ella se afirma que sólo se
puede considerar “derecho” (leyes positivas) al conjunto de normas dictadas por los
hombres que se encuentren en concordancia con lo que establecen los principios de
moralidad eternos y universalmente verdaderos cognoscibles por la razón humana (leyes
naturales).
En consecuencia, todo pensador para ser considerado positivista debe aceptar la siguiente
tesis: (PJ1) La identificación de un conjunto de normas como jurídicas, esto es, como
constituyendo un “derecho” o formando parte del “derecho”, no requiere someter a dichas
normas a ninguna prueba relacionada con el valor moral de sus contenidos. Se puede dar
respuesta a la pregunta “¿Qué es el derecho?” sin necesidad de apelar a propiedades
valorativas (sean estas morales o de otro tipo).
En otras palabras, no existe relación conceptual entre derecho y moral (lo que no implica
negar la existencia de otro tipo de relaciones entre ellos).
Las razones para adoptar esta posición pueden ser de naturaleza muy diversa. Algunas de
ellas pueden tener su origen en el rechazo de alguna de las otras dos tesis con las que
definimos al iusnaturalismo. Se puede apoyar la tesis PJ1 argumentando que no existen
principios morales eternos y universales, esto es, negando la verdad de la tesis DN1.
Incluso se podría defender el positivismo mediante la negación conjunta de ambas tesis
37
(DN1 y DN2). Algunos pensadores positivistas han seguido esta senda al justificar sus
posiciones, pero muchos otros no. Por eso no parece conveniente definir la corriente
apelando a tesis que sólo ciertos representantes están dispuestos a defender.
3.3. Clasificación
Las primeras teorías en las que se pretendió separar sistemáticamente el ámbito de lo
jurídico del ámbito de lo moral, aparecieron en el siglo XIX en las obras de Bentham y
Austin, como una reacción al iusnaturalismo tradicional. En el siglo XX las críticas más
sistemáticas y completas a la doctrina del derecho natural surgieron de dos corrientes
principalmente:
(1) el normativismo, representado por las propuestas de Hans Kelsen, quien criticó sus
variantes clásicas, y de Herbert Hart, que extendió sus críticas a las formas modernas de
concebirla;
(2) el realismo, en sus variantes norteamericanas (Pound, Llewelyn, Frank, Holmes) y
escandinavas (Olivecrona, Ross). Los pensadores realistas cuestionaban no sólo al
iusnaturalismo, sino también al normativismo. Además existen dos fundamentos en los
que se puede apoyar la adopción de una posición positivista respecto de la definición de
derecho:
(a) el escepticismo ético, esto es, la creencia de que no existen juicios morales
objetivamente verdaderos, universalmente válidos y eternos (o bien que, en caso de que
existieran, no podrían ser conocidos por el hombre mediante el empleo de la razón); y
(b) la ventaja metodológica que implica poder distinguir entre el derecho que es y el
derecho que debe ser, a los efectos de permitir la crítica moral de las instituciones
vigentes.
Hans Kelsen es un fiel representante del primer tipo de enfoque, mientras que Herbert
Hart puede ser considerado el representante más importante de la segunda tendencia.
38
BALOTA N° 06
CONCEPTO
Esos principios son las ideas, postulados éticos, o criterios fundamentales, básicos,
positivizados o no, que condicionan y orientan la creación, interpretación e integración
del ordenamiento jurídico escrito (legal y jurisprudencial) y consuetudinario.
39
Son proposiciones axiológicas porque no requieren ser conceptuados para ser entendidos
como tal P/E primero en el tiempo primero en el derecho.
Ejemplos de principios generales del derecho: los principios de “buena fe”, “equidad”,
“confianza”, “vivir honestamente”, “no hacer mal a nadie”, “dar a cada uno lo suyo”, del
“respeto recíproco”, de la “autonomía de la voluntad contractual”, el principio que dice
que “lo que no está jurídicamente prohibido es permitido”, el de la “función social de la
propiedad”, la “prohibición del enriquecimiento ilícito”, el principio pacta sunt servanda
(obligatoriedad de los pactos libremente contraídos), el principio de que “nadie puede se
juez de su propia causa”, el que dice que “nadie puede ser condenado sin ser oído”, el
principio que reza summus ius summa iniuria (la aplicación rígida del Derecho puede
producir situaciones injustas).
Los principios generales informan el ordenamiento jurídico y nos ofrecen los medios más
adecuados para una mejor interpretación y aplicación de la norma legal y consuetudinaria.
Ellos constituyen las bases teóricas y las razones lógicas que le dan al ordenamiento
jurídico su sentido ético, su medida racional y su fuerza vital o histórica.
Para algunos autores, los principios generales son verdades jurídicas universales dictadas
por la recta razón (iusnaturalismo); por tanto, se hallan fuera del ordenamiento escrito y
consuetudinario de un país; tienen un carácter previo y exterior al Derecho positivo. Para
otros, esos principios son los criterios que sirven de fundamento e informan el Derecho
positivo de cada país (postura iuspositivista); por tanto, ellos no se pueden deducir a
priori, sino que deben ser conocidos mediante una labor de abstracción de las normas que
integran el ordenamiento jurídico vigente de una nación. Más adelante nos ocupamos del
origen y teorías sobre los principios generales.
Los principios generales creativos señalan las pautas que deben acatarse en la elaboración,
modificación y derogación de las normas. Los principios son los postulados éticos que
informan, inspiran y orientan la actividad del órgano constituyente, legislador, ejecutivo,
jurisdiccional y demás órganos menores de producción jurídica, así como del Derecho
consuetudinario.
40
libertad religiosa del ser humano constituye la materia o contenido de dicho precepto
constitucional.
FUNCION INTERPRETATIVA
Los principios generales son pautas o criterios de interpretación de las normas jurídicas.
Por ejemplo, el principio de interpretar los textos de acuerdo con el fin pretendido por las
partes, el principio de la interpretación sistemática de un texto (ley, contrato, testamento,
etc).
Como hemos afirmado, no existe ordenamiento jurídico legal o consuetudinario, por más
minucioso que sea, que pueda prever todos los posibles casos particulares, presentes y
futuros, que ofrece la experiencia humana. En todo ordenamiento legal existen lagunas
tanto porque hay hechos para los cuales no existe ley aplicable (lagunas legales), cuanto
41
porque la aplicación de las que aparentemente regulan el caso de que se trate produciría
resultados opuestos a los anhelos por el ordenamiento jurídico que se vería afectado en
su sentido ético (lagunas axiológicas) por la aberrante injusticia a que conduciría la
solución, salvo que se considere que “la ley más infame tiene que ser reconocida como
obligatoria desde el momento en que se constituye de modo formalmente correcto”, y
que, por tanto, a quien ejerce el Derecho no le es dado recusar la vigencia de la ley
alegando injusticia de esta por considerar que permanece viva la lección de SÓCRATES
negándose a evadirse de la cárcel para substraerse a la pena de muerte que le había sido
impuesta: “es preciso que los hombres buenos respeten las leyes malas, para que los malos
no aprendan a no respetar las buenas; sin embargo, la lección del filósofo griego ahora no
puede tener vigencia porque no existe necesidad humana más vital y urgente que la de la
realización de la justicia como un presupuesto necesario de la convivencia humana. En
fin, cualquiera sea la posición que se adopte respecto a las leyes aberrantemente injustas,
esto es, se admita o no las lagunas axiológicas, lo cierto es que no se puede dejar de
admitir las lagunas legales porque el legislador es incapaz de prever todos los casos
inmediatos o mediatos que en la vida real se presentan, puesto que la vida es tan variada
y variable, se renueva vertiginosa e incesantemente produciendo nuevas circunstancias
que el legislador ni siquiera las pensó; de ahí que sea necesario recurrir a la costumbre
cuando falta la ley, y a los generales del Derecho como último subsidium a falta de ley
de costumbre. El juez nunca puede dejar de dar una solución jurídica a los hechos
sometidos a su decisión, pues si no existe norma aplicable en el Derecho positivo escrito
o consuetudinario, recurrirá en última instancia a los principios generales del Derecho,
aun cuando sobre ello nada dijera el ordenamiento escrito.
Como normas de aplicación supletoria, los principios generales del Derecho actúan como
fuente directa, autónoma y subsidiaria, en defecto o deficiencia de la ley y de la
costumbre. Como norma subsidiaria, el significado y alcance de los principios generales
son los de ser una fuente más del ordenamiento jurídico, “entendido como sistema
normativo pleno, coherente y unitario, cuyas fuentes están en él mismo o,
excepcionalmente, en las remisiones que hagan a elementos extraños. Que se regule como
fuente subsidiaria no excluye que también los principios generales caigan dentro del
sistema ordenador de la vida social, sino que por esa nota de subsidiaridad ha de
mantenerse precisamente en la esfera de las fuentes principales.
Por la función interpretativa, tales principios llegan a ser fuente formal de Derecho; de
ahí que sea correcto también afirmar que los principios tienen una doble (no triple, como
hemos dicho antes) función: a) principios informadores del ordenamiento jurídico, y b)
como norma aplicables subsidiariamente a falta de ley costumbre. Así, el artículo 1.4 del
Código Civil español dispone: “Los principios generales del derecho se aplicarán en
defecto de ley o costumbre, sin perjuicio de su carácter informador del ordenamiento
jurídico”.
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