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Autoestima y autoimagen en los niños

La autoestima se define como un conjunto de percepciones, pensamientos y sentimientos


reflejados en comportamientos dirigidos hacia nosotros mismos, y ésta comienza por
aceptar quiénes somos, lo que implica la aceptación de la propia limitación, utilizando y
desarrollando las propias capacidades y habilidades.

En el niño, se forma en primer lugar en el núcleo familiar durante los primeros años
de vida al darse cuenta que él es importante para sus papás y que es capaz de aprender
y realizar actividades de forma autónoma, por lo que la comunicación verbal y no verbal
influirá directamente de manera positiva o negativa en la formación de la autoestima
del niño o niña: qué le decimos, cómo lo miramos, cómo nos referimos de él ante los demás,
si hacemos distinción en el trato entre sus hermanos u otros niños demasiado evidente o
no y qué tanto lo dejamos involucrase de manera autónoma en actividades; además de
dedicar tiempo y atención, demostraciones de confianza, ternura, comprensión,
ejemplo de trabajo, orden y respeto.
De manera general, éstas son algunas de las cosas que como papás podemos hacer para ir
fomentando una autoestima sana en los niños:

 Amar y respetar a los hijos tal como son


 Ser ejemplo de lo que pretendemos fomentar
 Validar sus emociones
 Reconocer su esfuerzo y sus logros
 Estabilidad y rutinas familiares en la medida de lo posible
 Permitirle tomar decisiones
 Fomentar la responsabilidad en los hijos de acuerdo a su edad
 Enseñarle a reconocer sus errores y aprender de ellos
 Establecer reglas y límites claros en casa

Por su parte, la autoimagen de los niños se configura a partir de las características, creencias
y experiencias de cada persona asume de sí mismo, influido claramente por la relación entre
familia, escuela, amistades entre otros, de forma tal que la definición que los otros hacen
se torna trascendental, puesto que dicha percepción se convierte en un referente a partir
del cual comienzan a definirse, principalmente cuando provienen de personas significativas.

Es así, que los niños que han sido definidos y tratados constantemente de cierta forma
o bajo cierta etiqueta, muy probablemente van a ir adquiriendo una autoimagen
coherente con ello; es decir, a un niño que todo el tiempo se le ha dicho que es
gordito, va a tratar de cumplir con ese papel y actuar como tal.
Sin embargo, la autoimagen, se forma también en gran medida de la autoimagen que tienen
los papás sobre sí mismos y de los demás, por lo que si como papás le damos demasiado
peso al físico de los demás, el hijo o hija va a asumir que el físico es muy importante y ellos
mismos van a otorgarle ese mismo peso a su físico, o a la personalidad si fuese el caso de
que los papás o figuras significativas valoran más esa cualidad en los demás y en sí mismos.

Psic. Daniela Pérez Acosta

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