Sunteți pe pagina 1din 11

LA PARROQUIA: COMUNIDAD DE COMUNIDADES

Qué es la parroquia:
La parroquia es célula viva de la Iglesia y el lugar privilegiado donde la mayoría de los cristianos
tienen una experiencia concreta de Cristo y de comunión eclesial. La parroquia está llamada a ser
casa y escuela de comunión.

Leer documento de Aparecida nn. 170-177

La parroquia tiene que ser:


 Espacio de iniciación cristiana,
 Donde celebramos nuestra fe,
 Abierta a la diversidad de carismas y ministerios,
 Integradora de movimientos y asociaciones,
 Atenta a la diversidad cultural,
 Inspiradora de distintos proyectos pastorales,
 Abierta a los problemas supraparroquiales
 Y a la realidad circundante

La renovación de las parroquias


Se pide que sea la parroquia:
 Una red de comunidades,
 Articuladora de distintos grupos,
 Espacio donde se recibe y acoge la Palabra de Dios,
 Donde se celebra y se vive su presencia eucarística.

Todas las parroquias deben ser misioneras.


Es muy limitado el número de católicos que llegan a la celebración dominical e inmenso el número
de los alejados.

La renovación misionera de la parroquia se impone tanto en las ciudades como en el campo.

Se pide que haya imaginación y creatividad para su renovación.

Se plantea también la creación de nuevas estructuras pastorales.

El principal desafío está en la formación de verdaderos laicos misioneros.

Por medio de los laicos, la Iglesia debe estar presente en el área de la cultura, del trabajo, de la familia,
de la educación, de las ciencias, de las artes, de la política, de la economía, de los medios de
comunicación…

Siguiendo el ejemplo de las primeras comunidades cristianas, la comunidad parroquial debe reunirse
para:
 Participar y profundizar la palabra de Dios.
 Integrar una verdadera comunidad de hermanos /as.
 Participar en el pan eucarístico.
 Practicar la caridad y la solidaridad.
La Eucaristía, signo de unidad de todos con todos, hace presente el misterio del Hijo de Dios hecho
hombre (Fil 2,6-8) y nos plantea la exigencia de una evangelización integral.

Si Jesús vino para que todos tengamos vida en plenitud, la parroquia tiene la hermosa ocasión de
responder a las grandes necesidades de nuestros pueblos.

Cada parroquia debe concretar algunos signos solidarios en su compromiso social. No puede ser ajena
a los grandes sufrimientos que vive la mayoría de nuestra gente.

Debe también ofrecer el sacramento de la reconciliación con celo pastoral y con entrañas de
misericordia.

La renovación de la parroquia exige actitudes nuevas en los párrocos y en los sacerdotes que están a
su servicio. La primera exigencia es que el párroco sea un auténtico discípulo de Cristo y ardoroso
misionero (DA 201).

Que sean promotores de una verdadera participación laical, de modo que los laicos se sientan
corresponsables.

Una parroquia comunidad de discípulos / misioneros (as) exige tener vigente el Consejo Pastoral, así
como el Consejo para asuntos económicos, animados por una espiritualidad de comunión y de
servicio.

Dentro del territorio parroquial, la familia cristiana es la primera referencia en la comunidad eclesial.
En ella viven y se transmiten los valores fundamentales de la vida cristiana, por eso se la llama Iglesia
doméstica en la que los padres son los primeros transmisores de la fe.

Los fieles deben experimentar en la parroquia un verdadero ambiente de familia, vivido a través de
la fe, de la amistad y de la solidaridad.

LO QUE DICE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL VERBUM DOMINI

“…conviene que en la actividad pastoral se favorezca también la difusión de pequeñas comunidades,


<<formadas por familias o radicadas en las parroquias o vinculadas a diversos movimientos eclesiales
y nuevas comunidades>>, en las que se promueva la formación, la oración y el conocimiento de la
Biblia según la fe de la Iglesia.” (VD 73)
El Plan Pastoral, Instrumento Misionero

Sumario:

I. Introducción
II. El Plan Pastoral
III. El Plan Pastoral, Instrumento Misionero
1. Objetivos
2. Formación integral de los discípulos misioneros.
3. Procesos evangelizador
4. Itinerario de la misión (5 etapas)
Conclusión

I. Introducción.

En nuestra XC Asamblea Plenaria nos hemos propuesto como objetivo general ‘Redescubrir e
impulsar los procesos y las estrategias pastorales que orienten la misión Continental a fin de
sensibilizarnos como pastores, “discípulos-misioneros” en continua conversión para dinamizar el
proyecto de la misión permanente’.

Después de haber considerado los desafíos sociales de la situación del país y los desafíos pastorales
desde Aparecida (ver), hemos considerado como temas iluminadores: “El Obispo misionero de la
esperanza” y “El Obispo animador de los procesos misioneros” (juzgar-iluminar), pasamos a la
tercera parte con los temas: “La visita pastoral como servicio e impulso misionero” y “El Plan Pastoral
Instrumento Misionero” (actuar).

El proyecto pastoral de la Diócesis, camino de pastoral orgánica, debe ser una respuesta consciente y
eficaz para atender las exigencias del mundo de hoy, con indicaciones programáticas concretas,
objetivos y métodos de trabajo, de formación y valorización de los agentes y la búsqueda de los
medios necesarios, que permiten que el anuncio de Cristo llegue a las personas, modele las
comunidades e incida profundamente mediante el testimonio de los valores evangélicos en la
sociedad y en la cultura. (DA 371)

Esta firme decisión misionera debe impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los planes
pastorales de diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos y de cualquier institución de
la Iglesia. Ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en los
procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las estructuras caducas que ya no
favorezcan la transmisión de la fe. (DA 365)

En nuestros planes diocesanos debemos tomar en cuenta los siguientes elementos:


 Una eclesiología del Vaticano II.
La Iglesia es comunión, la Iglesia es pueblo de Dios, todos los bautizados forman la Iglesia
y participan de la Misión que Jesús le confío, la Iglesia es en Cristo como un sacramento o
señal e instrumento de la intima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano (cf.
LG1).

 Una espiritualidad de la comunión.


Que favorezca la fraternidad, la corresponsabilidad y la participación efectiva de todos los
fieles. Comunión que tiene su raíz en la Santísima Trinidad, descubrir al otro como un
hermano en la fe, no como un extraño, ver sus cualidades como un regalo de Dios para
nosotros y darle oportunidad de participar. (cf. NMI 43; DA 368)

 Una conversión personal y pastoral.


(Capacidad de someterlo todo al servicio de la instauración del reino y pasar de una pastoral
de mera conservación a una pastoral decididamente misionera).

 Formar misioneros.
 Un proceso evangelizador
 Un itinerario para la misión

Iglesia Misionera (anuncia el evangelio y trasmite el amor).

La Iglesia es esencialmente misionera, la Iglesia es comunión, comunión y misión están


profundamente unidas entre sí. . . la comunión es misionera y la misión es para la comunión (DA.
163). La Iglesia existe para evangelizar, esa es su identidad su vocación (cf. EN. 14)

Evangelizar es llevar la buena nueva y la buena nueva es una persona Jesucristo y con su influjo
transformar la conciencia personal y colectiva de los hombres, la actividad en la que ellos están
comprometidos, su vida y ambiente concretos (cf. EN 18)

La Iglesia también tiene el encargo de transmitir el amor de Cristo, “ Les doy un mandamiento nuevo:
Ámense los unos a los otros como yo los he amado, así también ámense los unos a los otros, por el
amor que se tengan los unos a los otros reconocerán todos que son mis discípulos (Jn 13, 34-35)
El amor es el que da la vida; por eso la Iglesia es enviada a difundir en el mundo el amor de Cristo,
para que los hombres y los pueblos tengan vida y la tengan en abundancia (cf. Jn 10,10)

El Espíritu nos impulsa a la misión como nos indica Aparecida.

Esta V Conferencia, recordando el mandato de ir y de hacer discípulos (cf. Mt 28, 20), desea despertar
la Iglesia en América Latina y El Caribe para un gran impulso misionero. No podemos desaprovechar
esta hora de gracia. ¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro de las
personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del
encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de “sentido”, de verdad y amor, de alegría y de
esperanza! No podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos, sino urge acudir
en todas las direcciones para proclamar que el mal y la muerte no tienen la última palabra, que el
amor es más fuerte, que hemos sido liberados y salvados por la victoria pascual del Señor de la
historia, que Él nos convoca en Iglesia, y que quiere multiplicar el número de sus discípulos y
misioneros en la construcción de su Reino en nuestro Continente. Somos testigos y misioneros: en
las grandes ciudades y campos, en las montañas y selvas de nuestra América, en todos los ambientes
de la convivencia social, en los más diversos “areópagos” de la vida pública de las naciones, en las
situaciones extremas de la existencia, asumiendo ad gentes nuestra solicitud por la misión universal
de la Iglesia. (DA. 548)

II. El Plan Pastoral.

Respecto a la acción pastoral planificada nos dice el Documento de Puebla: “El camino práctico
para realizar concretamente esas opciones pastorales fundamentales de evangelización es el de una
pastoral planificada” (Puebla 1306). Esta acción pastoral planificada “Es la respuesta específica,
consciente e intencional, a las necesidades de la evangelización. Deberá realizarse en un proceso de
participación en todos los niveles de las comunidades y personas interesadas, educándolas en la
metodología de análisis de la realidad, para la reflexión sobre dicha realidad a partir del Evangelio;
la opción por los objetivos y los medios más aptos y su uso más racional para la acción
evangelizadora” (Puebla 1307).

Pastoral es la continuación de la obra salvadora de Jesús, Buen Pastor, a través acción de la Iglesia.
Dentro del proceso de dicha acción en la Iglesia universal, en cada diócesis y en cada una de las
parroquias, se deben tomar en cuenta algunas preguntas: ¿Qué necesidades o carencias hay en la
comunidad? ¿Cuáles son prioritarias? ¿Qué estamos haciendo para responder a ellas? ¿Qué
queremos lograr? ¿Qué queremos cambiar o transformar? ¿Qué queremos hacer desaparecer?
¿Cuáles son nuestros objetivos? ¿Con qué recursos contamos?

Todo plan contiene 4 fases o momentos fundamentales en los que debe estar concentrado el máximo
de participación: a) elaboración; b) la difusión; c) la ejecución y d) la evaluación.

Modelos del Plan Pastoral utilizando la metodología prospectiva.

A). Modelo de Situación (Análisis de la Realidad)

Necesitamos ir analizando la realidad para ir descubriendo las dimensiones de pecado –que trastorna
el plan de Dios, rompe la comunión con Él y con la comunidad- y poder redimirla, transformarla en
Reino de Vida, de Justicia, de Verdad, de Unidad, de Gracia, de Amor y de Paz.

Conocer los signos del reino y los obstáculos al reino.

B). Modelo ideal, ¿Qué imagen de Iglesia debemos construir que este conforme al plan de Dios?

C). Modelo de diagnóstico, conocer las dificultades y obstáculos que impiden el futuro deseado
(modelo ideal) y los recursos y potencialidades que lo favorecen

E). Modelo operativo consiste en elaborar los pasos, planificación y programación para acercarse al
futuro deseado.

III. El Plan Pastoral, Instrumento Misionero

1. Objetivos:
1.1. Objetivo general
Abrirse al impulso del Espíritu Santo, para promover la conciencia y la acción misionera
permanente de los discípulos, mediante la misión Continental.

1.2. Objetivos específicos.


1.2.1. Fomentar una formación integral y permanente de los discípulos misioneros, comenzando
con el kerigma que impulse una espiritualidad de la acción misionera teniendo como eje la
vida plena en Jesucristo.
1.2.2. Promover una profunda conversión personal y pastoral de todos los agentes pastorales y
evangelizadores, para que con la actitud de discípulos, todos podamos recomenzar desde
Cristo, una vida nueva en el Espíritu inserta en la comunidad eclesial
1.2.3. Lograr que las comunidades, organizaciones, asociaciones y movimientos eclesiales se
pongan en estado de misión permanente, a fin de llegar hasta los sectores más alejados de la
Iglesia, a los indiferentes y no creyentes.
1.2.4. Comunicar que la vida plena en Cristo es un don y un servicio que se ofrece a la sociedad y
a las personas que la componen, para que puedan crecer y superar sus dolores y conflictos
con un profundo sentido de humanidad.

2. Formación integral de los discípulos misioneros

2.1 El kerigma,1

Kerigma Apostólico: “Israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús, el Nazareno, hombre


acreditado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales . . . . vosotros lo matasteis
clavándolo en la cruz por mano de los impíos . . . .Dios lo resucitó liberándole de los dolores
del Hades. . . . Dios lo ha constituido Señor y Cristo. . . de lo cual nosotros somos testigos ¿Qué
hemos de hacer hermanos? Pedro les contestó: “Convertíos y que cada uno de vosotros se haga
bautizar en el nombre de Jesucristo”, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo. (Hech 2, 22-24.36-38

El primer anuncio, fundamento de toda actividad pastoral tiene como metas:

 La Conversión. El encuentro vivo con Jesús.


 La adhesión a Jesús como Salvador (bautismo).
 El reconocimiento de Jesús como Señor y recibir así la efusión del Espíritu Santo para ser
testigos (confirmación)
 Formar la comunidad de los discípulos misioneros de Cristo, Comunidad, Parroquia
(Eucaristía) “Acudían asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles, a la comunión, a la
fracción del pan y a las reuniones de oración” (Hech 2, 42).
Renovando así los sacramentos de la iniciación cristiana.

1
Dios te ama, eres precioso a sus ojos, saliste de sus manos. ¿Por qué tantos males? El hombre cerró su
corazón al amor de Dios, le dio la espalda y entraron todos los males, ruptura de la armonía, injusticia,
violencia, desequilibrio, enfermedades, muerte, pero Dios que te ama envió a su Hijo Jesús él tomó el pecado
y pagó la deuda por ti, canceló, borró tus pecados “Canceló la nota de cargo que había contra nosotros . . . la
suprimió clavándola en la cruz” (Col 2, 14)

¿Qué tengo que hacer?

 Conviértete y cree en el Evangelio de Jesús.


 Acepta a Jesús como tu salvador, para que tengas vida nueva.
 Acepta a Jesús como tu Señor “Sepa toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Mesías a
este Jesús a quién ustedes han crucificado”
 Recibe el Espíritu Santo, para que seas creatura nueva, para ser testigo del resucitado, la promesa es
para ti ahora . . .
 Consagración del Espíritu Santo
 Intégrate a la comunidad (Iglesia) de los discípulos misioneros de Cristo que se reúnen a la
enseñanza, a la oración, a la fracción del pan (cfr. Hech 2, 42)
“….La fe cristiana es, ante todo, conversión a Jesucristo, adhesión plena y sincera a su persona y
decisión de caminar en su seguimiento. La fe es un encuentro personal con Jesucristo, es hacerse
discípulo suyo. Esto exige el compromiso permanente de pensar como él, de juzgar como él, de vivir
como él lo hizo. Así, el creyente se une a la comunidad de los discípulos y hace suya la fe de la
Iglesia” (DGC #53)

“El kerigma no solo es una etapa, sino el hilo conductor de un proceso que culmina en la madurez del
discípulo de Jesucristo, sin el kerigma los demás aspectos de este proceso están condenados a la
esterilidad, sin corazones verdaderamente convertidos al Señor. Sólo desde el kerigma se da la
posibilidad de una iniciación cristiana verdadera, por eso la Iglesia ha de tenerlo presente en todas
sus acciones” (D.A 278, a).

El encuentro con Jesucristo en Aparecida:

“No se comienza a ser cristiano con una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un
acontecimiento, con una persona, que da un nuevo horizonte a la vida y con ello una orientación
decisiva. (D.A. 243)

“Comuniquen por doquier por desborde de gratitud el don del encuentro con Jesucristo” (D.A. 14)

El encuentro con Jesús, su roca, su paz, su vida. (D.A. 21)

“El mayor tesoro que les podemos ofrecer es que lleguen al encuentro con Jesucristo resucitado,
nuestro Salvador”. (D.A. 95)

2.2 La iniciación Cristiana2 (D.A 286-294)

Uno de los anhelos más grandes que se ha expresado en las Iglesias de América Latina y el Caribe es
la renovación de las Parroquias y que estas se conviertan de verdad en “espacios de la iniciación
Cristiana, de la educación y celebración de la fe.” (cf. D. A. 170).

2
Por los Sacramentos de la iniciación cristiana, los hombres, liberados del poder de las tinieblas, muertos,
sepultados y resucitados con Cristo, reciben el Espíritu de hijos adoptivos y celebran con todo el pueblo de Dios
el memorial de la muerte y resurrección del Señor (Ad gentes 14).

Por el Bautismo, se recibe la dignidad de hijos de Dios, se restituye la inmortalidad, abre las puertas del reino
de los cielos, queda revestido de Cristo, se llena de la luz de Cristo e incorporado a la Iglesia cuerpo místico de
Cristo, Pueblo de Dios, consagrado sacerdote, profeta y rey.

Por la Confirmación, se recibe el Espíritu Santo para dar testimonio de Cristo y colaborar en el anuncio del
Evangelio y la extensión del reino de Cristo, en la Confirmación se perpetúa la gracia de Pentecostés y se
participa en la responsabilidad apostólica de anunciar el evangelio y establecer su reino, el ungido por el Espíritu
Santo recibe la fortaleza para vencer el mal, para ser justo, santo, portador de paz, lleno de alegría “has amado
la justicia y odiado la impiedad por eso Dios te ha ungido con oleo de júbilo” (Sal 45,8)

Por el Sacramento de la Eucaristía, al participar en la asamblea eucarística se come el cuerpo de Cristo y se


bebe su sangre para recibir vida eterna y expresar la unidad del Pueblo de Dios. Ofreciéndose así mismo con
Cristo y participar del sacrificio de la cruz.
La realidad nos manifiesta que:

Son muchos los creyentes que no participan en la Eucaristía dominical, ni reciben con regularidad los
sacramentos, ni se insertan activamente en la comunidad eclesial (D.A 286). La iniciación cristiana
en muchas partes ha sido pobre o fragmentada (D.A. 287) muchos cristianos tienen una identidad
cristiana débil, vulnerable, porque no ha habido una adhesión personal a Jesucristo y no hay
coherencia entre fe y vida. Los sacramentos se reciben sin la suficiente formación (EIA 34). La
iniciación cristiana, un gran desafío ante mucha gente que no valora el sentido de la vida Sacramental,
de la participación comunitaria y del compromiso ciudadano.

Ante la realidad antes mencionada, se impone la tarea irrenunciable de ofrecer a todos los hombres
el kerigma como una experiencia de encuentro vivo con Cristo y de una experiencia de discipulado,
mediante una iniciación cristiana viva y operativa (cfr. D.A. 287)

Pero ¿Qué es la iniciación cristiana?

-La iniciación cristiana es la manera ordinaria e indispensable de introducir en la vida Cristiana, es la


catequesis básica y fundamental, después vendrá la catequesis permanente. (cfr. D.A. 294). Poner en
contacto con Cristo e iniciar el discipulado.

Este catecumenado está íntimamente unido a los sacramentos de iniciación: Bautismo, Confirmación
y Eucaristía, celebrados solemnemente en la Vigilia Pascual (D.A. 288) La iniciación cristiana realiza
mediante el conjunto de los tres sacramentos: el Bautismo, que es el comienzo de la vida nueva; la
Confirmación, que es su afianzamiento; y la Eucaristía que alimenta al discípulo con el Cuerpo y la
Sangre de Cristo para ser transformado en él. (CCE 1275).

a) El rito de iniciación cristiana de adultos (RICA, año 1973) nos presenta cuatro tiempos o
pasos graduales para la iniciación cristiana:

 Evangelización y precatecumenado (anuncio del kerigma) los no cristianos se


convierten a Cristo y se adhieren a él, abren su corazón al Espíritu Santo, en este
tiempo deben recibir una adecuada explicación del evangelio. Reciben signación de
la frente y de los sentidos, imposición del nombre y entrada al templo.

 El catecumenado, los candidatos se presenta en público por primera vez y


manifiestan su voluntad de adherirse a la Iglesia, manifiestan su deseo de ser
cristianos, tienen una primera experiencia de la comunidad participando en la liturgia
de la palabra, reciben las oraciones de exorcismo, la bendición de catecúmeno,
reciben una catequesis ordenada y gradual acerca de los dogmas y mandamientos.

El tiempo de la purificación y de la iluminación de los catecúmenos coincide


ordinariamente con la Cuaresma, empieza con el rito de la admisión o elección, desde
este momento a los catecúmenos se les llama elegidos o también competentes o
iluminados, en este tiempo se hacen los escrutinios (3) y la entrega del símbolo de
la fe y de la oración dominical.
Ritos para preparación inmediata: Recitación del símbolo, rito del effetá, elección del
nombre cristiano, unción con el óleo de los catecúmenos.

 Celebración de los sacramentos de la iniciación en la Vigilia Pascual (el sábado santo


los catecúmenos realizan ayuno y retiro espiritual).
 Bautismo. Letanías, bendición del agua, ritos de renuncia y profesión de fe,
baño con agua por inmersión o infusión, entrega de la vestidura blanca y del
cirio encendido.
 Confirmación. Imposición de las manos y unción con el Santo Crisma, para
recibir el don del Espíritu Santo.
 Primera Eucaristía, culmen de la iniciación cristiana, que los neófitos tomen
parte activa en la oración de los fieles y en la procesión de dones al altar.

 La “mistagogia” se realiza dura todo el tiempo Pascual, la nueva participación de los


neófitos en los sacramentos ilumina la comprensión de las sagradas escrituras y a la
vez aumenta el conocimiento del hombre y redunda en experiencia de la vida
comunitaria.

2.3 Formación permanente:

Un proceso catequético orgánico y progresivo, que se extienda a todo el arco de la vida desde la
infancia hasta la ancianidad, con una formación integral: a) humana y comunitaria, b) espiritual, c)
intelectual d) pastoral y misionera (cf. DA 280). Para formar discípulos misioneros que respondan a
su vocación en la Iglesia y en el mundo.

Para conocer a fondo a Jesucristo:

a) El pueblo debe ser guiado y conducido en la lectura y meditación de la Palabra de Dios


(Sagrada Escritura)
b) Vivencia de la oración y aprecio por la liturgia.
c) Compromiso apostólico, servicio a los demás, por ello necesita conocer el Catecismo de la
Iglesia Católica, El compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (elaborar subsidios) cf.
DA.298-299.

3. Cinco pasos de un proceso evangelizador para la formación de los discípulos misioneros:

1. Encuentro con Jesucristo vivo (¿qué buscan? (Jn 1,38).


2. La conversión. (Maestro ¿Dónde vives? Vengan y vean. Se les invita a vivir una experiencia
profunda de Dios que cambie su vida.
3. El discipulado, la decisión de seguir los pasos de Jesús (dejándolo todo los siguieron Mc.
1,18). Formación bíblico-doctrinal (profundizar el conocimiento de la palabra de Dios y los
contenidos de la fe
4. La comunión con Cristo y con la Iglesia. (Jesús llamó a los que él quiso, para que estuvieran
con él Mc. 3,14). Nuestros fieles buscan comunidades donde sean acogidos fraternalmente y
se sientan corresponsables.
5. La Misión (os haré pescadores de hombres Mc. 3,14) El compromiso misionero de toda la
comunidad que va al encuentro de todos los alejados a fin de reencantarlos con la Iglesia e
invitarlos a volver a ella (DA 226) ir al mundo a anunciar a Jesucristo y compartirles su
alegría de seguir a Jesús, y construir el Reino (DA 278).

4. Itinerario de la misión, etapas sugeridas para su realización.

4.1 Un tiempo de preparación y sensibilización de agentes pastorales

4.2 Una etapa destinada a la formación y al reencantamiento de los agentes pastorales y


evangelizadores

4.3 Una etapa para profundizar la experiencia cristiana con grupos prioritarios en la pastoral de
la Iglesia

4.4 Una etapa destinada a las misiones sectoriales o ambientales

4.5. Una etapa dedicada a la misión territorial

En la primera etapa: Sensibilización

 Difundir y conocer al Documento de Aparecida


 Formar una comisión diocesana y Parroquial para promover y acompañar la misión

En la segunda etapa: Formación de los Agentes Pastorales

 Capacitarlos en la vivencia de la “lectio divina”.


 Profundizar en la conversión personal y pastoral
 Visitar casa por casa
 Elaborar itinerarios de iniciación cristiana que comience con el Kerigma
 Impulsar la formación permanente de los ministros ordenados
 Desarrollar la espiritualidad de la comunión y la espiritualidad misionera
 Fortalecer el trabajo de Pastoral Vocacional con una atención especial a los jóvenes.

En la tercera etapa: Misión con Grupos Prioritarios (por ejemplo profesores de religión, catequistas,
periodistas católicos)

 Fortalecer su compromiso de fe
 Catequizar sobre el sentido del domingo
 Catequizar sobre la Eucaristía como proyecto de solidaridad
 Darle importancia a la pastoral familiar

En la cuarta etapa: Misión Sectorial o Ambiental (jóvenes, educadores, trabajadores de la salud,


dirigentes sociales, políticos, empresarios, comunicadores sociales, etc.)

 Prepararlos como discípulos misioneros que hagan presencia específica en sus ambientes
(hacer un itinerario de formación)
 Continuar la visita casa por casa
 Los jóvenes pueden preparar una página web o blog de cada Parroquia al servicio de la
comunidad.
En la quinta etapa: Misión Territorial, tener Parroquias acogedoras, participativas, misioneras,
solidarias, que ofrezcan una experiencia de vivencia fraterna y de formación de discípulos misioneros
a partir del kerigma.

 Sectorizar la Parroquia y preparar equipos misioneros que atiendan dicho sector.


 Formar misioneros capaces de hacer la “lectio divina” (el texto de Emaús para la Pascua de
Resurrección; el texto del sembrador, para el tiempo de Pentecostés y el texto del Buen
Samaritano para el mes de septiembre.
 Signos de solidaridad caritativa para los más necesitados de la Parroquia (enfermos, pobres,
encarcelados, migrantes, tóxico dependientes, etc.)
 Continuar dando el kerigma y el proceso Evangelizador a más jóvenes.

Conclusión:

La Diócesis tiene como prioridad pastoral favorecer el encuentro vivo con Cristo, por medio del
anuncio del kerigma, facilitar la formación de los discípulos misioneros de Cristo, comenzando con
la iniciación cristiana donde todos los miembros de la Iglesia Particular vivan la experiencia de una
comunidad fraterna y solidaria, haciendo de ella una verdadera casa y escuela de comunión.

El Obispo es el primer responsable de la misión en cada Iglesia particular y es quien debe convocar
a todas las fuerzas vivas de la comunidad, para este gran empeño misionero: Sacerdotes, religiosos,
religiosas y laicos. La evangelización está íntimamente unida a la promoción de la dignidad humana.

Que María Santísima de Guadalupe, misionera de nuestra nación nos acompañe a todos los
mexicanos, especialmente a los agentes de pastoral para emprender la Gran Misión Continental y
permanente en nuestra patria de México.

S-ar putea să vă placă și