Sunteți pe pagina 1din 3

Pregunta:

Mi vida es un lío en este momento con un problema tras otro. El futuro parece ser
francamente sombrío y estoy luchando con todo, inclusive con querer salir de la cama a la
mañana. Honestamente, siento que tengo una cuota injusta de problemas, son
situaciones que parecen tener pocas perspectivas de mejorar y realmente estoy furiosa
también con Dios. Usted suele escribir que debemos confiar en Dios, pero en mi opinión
me soltó la mano y no está haciendo muchas cosas buenas por mí. Ya no confío en Él y
no puedo seguir haciéndolo porque las cosas empeoran. ¿Algún otro consejo que me
ayude a manejar este desastre de vida que me tocó?

Respuesta:

Lamento que su paso por el aula de la vida esté siendo tan árido en este momento. Usted
se siente mal no sólo debido a las situaciones negativas que está experimentando sino
también por cómo las piensa.

Lo más importante que debe entender en este momento es que todo lo que piensa
proviene de su perspectiva adquirida. Pero la manera en que ve su situación y cómo se
siente al respecto no es nunca su única opción. Hay otras maneras de verlo, que podrían
cambiar totalmente su forma de sentir.

Entiendo que sea escéptica, porque las malas situaciones son malas más allá de cómo se
vean, pero por increíble que parezca, verlas de otra manera puede darle esperanza,
agregar sentido a las experiencias y hasta disminuir el sufrimiento en cierta medida.

En este momento, su perspectiva con respecto a su vida proviene principalmente de su


programación subconsciente y es muy probable que esté anclada en el miedo, que sea
negativa y tenga un alcance limitado. Esto ocurre porque la mayor parte de nuestra
programación subconsciente es adoptada antes de los 5 años. Por ende, a veces
podemos ver la vida a través de una lente muy inmadura, impotente y simple.

La cuestión es si usted está dispuesta a analizar su situación desde otra perspectiva.


¿Está abierta a cambiar su mentalidad en cuanto a qué significan las experiencias difíciles
que está atravesando? ¿Está abierta a dejar atrás su historia de víctima?

Se lo pregunto porque algunos quedamos sujetos a nuestras historias de víctima. Éstas


pueden hacernos ganar amor solidario y hasta a veces pueden disculpar nuestra
conducta inmadura. Algunos tenemos miedo de no poder cambiar y no estamos seguros
de querer hacerlo.

Yo espero, desde el momento que usted me escribió, que esté lista para salir de esta
mentalidad negativa y crear felicidad en su vida a pesar de las privaciones.

Helen Keller (que no tuvo precisamente todo a su favor) dijo: “Aunque el mundo esté lleno
de sufrimiento, también está muy lleno de superación”.

Ella tenía un punto de vista muy interesante respecto de los inconvenientes y desde el
momento que sus problemas eran tan grandes, me parece que tiene credibilidad en este
tema. En su libro “Light in Darkness”, escribió “Agradezco a Dios mis deficiencias, porque
gracias a ellas me encontré a mí misma, descubrí mi vocación y hallé a mi Dios”.

Ella eligió ver a Dios como el autor de todas las cosas y pudo, por ende, optar por ver
sentido y propósito en las circunstancias difíciles que Él creó para ella. Esa es una opción
de perspectiva nueva pero requiere que usted considere que el fin último de Dios es
nuestra educación y nuestro crecimiento. También requiere que usted le dé el beneficio
de la duda pensando que cada experiencia que usted vive es útil para usted, la fortalece y
la educa.

Usted podría optar por ver el universo como un maestro sabio, que sabe que para
aprender tenemos que entender las profundidades del bien y del mal, de la alegría y el
sufrimiento, de la confianza y el miedo. El universo nos brinda, pues, todo un espectro de
experiencias humanas interesantes, muchas de las cuales no son realmente agradables.
Pero el propósito en todo es que nos sirva, que nos eduque y nos haga mejores, más
sabios y más afectuosos.

Creo que el universo trabaja como representante nuestro y elige crear (conjuntamente con
nosotros) nuestra aula perfecta con todas las lecciones que necesitamos. Creo que la
mayoría de los cursos difíciles en los que me inscribo fueron decisión mía, pero también
hay otros en los que no recuerdo haberme inscrito.

Algunas de estas pruebas son creadas, me parece, por un universo sabio que sabe
exactamente qué deberé aprender para poder cumplir mi misión en la vida. Enojarse con
el universo porque envía estas lecciones no cambiará nada. Estar agradecida por estos
desafíos es difícil, pero creo que me siento mejor cuando practico la confianza.

Digo “practico” porque no lo hago a la perfección, pero entiendo que es una opción.
Confiar en el proceso de la vida (en que el universo está de mi lado y trata de bendecirme
con estos retos) es una elección que debo hacer a cada minuto de cada día. Este
momento es el único momento en que tengo el poder, pero siento que me sirve porque la
única otra opción es la ira, los celos, el arrepentimiento, el desaliento y la decepción, y
crean una baja energía que me drena y me hace sentir aún peor.

Una de mis historias favoritas sobre este tema tiene que ver con Jon Mundy y su libro
“Living a Course in Miracles”. Habla de un hombre que quedó varado en una isla luego de
un naufragio y rezaba febrilmente por su rescate. Durante días, monitoreó el horizonte y
no vio nada. Dadas las circunstancias, hizo todo lo que pudo y construyó un refugio y
prendió una fogata para cocinar alimentos. Encendió el fuego allí y transformó él solo su
choza en una casa. Un día, mientras estaba buscando comida, unas ramas encendidas
provocaron un incendio en la casa y ocurrió lo peor, perdió todo. Además de estar solo y
varado, ahora había perdido todo lo que tenía. Sacudido por el dolor y la rabia, gritó:
“¡Cómo me haces esto! ¿Por qué esto sobre todo lo demás?”

Al día siguiente se despertó con el sonido de un barco que se acercaba a la isla. “¿Cómo
supieron que yo estaba aquí?” preguntó el hombre cansado.

“Vimos su señal de humo”, fue la respuesta.


El truco está en confiar en que el universo sabe lo que hace mientras vemos cómo se
quema nuestra casa. Me doy cuenta de que esto no es fácil, pero vale la pena practicarlo
porque disminuye de alguna manera el sufrimiento.

Viktor Frankl, sobreviviente del Holocausto (que también tiene cierta credibilidad para mí
en el terreno del sufrimiento) dijo que las personas que mejor soportaban Auschwitz eran
las que veían un propósito y un sentido en el hecho de estar allí. Dijo: “El sufrimiento deja
de ser sufrimiento cuando encuentra sentido”. Lo que quería decir es que ver la vida como
un aula perfecta le da al menos a cada experiencia un sentido y un propósito.

Cambia nuestra perspectiva de una manera profunda que nos ayuda.

Si personas como Helen Keller y Viktor Frankl pudieron encontrar sentido y propósito en
los problemas de su vida, y si eso los ayudó, creo que funcionará para nosotros. Aquí van
otros consejos para avanzar en las zonas difíciles del recorrido:

1. Escriba 10 aspectos positivos que podría crear cada problema en su vida. (Viktor Frankl
y los sobrevivientes del Holocausto usaban este mismo ejercicio y se les ocurrían cosas
como un mayor aprecio de las pequeñas bendiciones, más solidaridad con los que sufren,
un bello deseo de hacer que cada momento cuente.) Si ellos pudieron hacer esto, usted
puede hacerlo.

2. Concéntrese en lo que está bien, no sólo en lo que está mal. Practique la gratitud a
diario por sus bendiciones por pequeñas que sean. En mi sitio web hay una excelente
planilla que puede ayudarle a ver que las bendiciones superan a los problemas todo el
tiempo. (The Nature of Life Worksheet).

3. Concéntrese en los demás. Piérdase al servicio de los otros. Encuentre a otros que
están en circunstancias iguales o peores que usted –son muchísimos. Cuanto más se
concentre en las personas en circunstancias peores, mejor se sentirá.

4. Escriba cómo quiere que termine esta historia. Si su vida fuera un libro o una película
¿qué querría que sucediera ahora? Siéntese y escriba una historia donde el héroe (usted)
maneje este momento difícil y se eleve por encima de él y termine victorioso. Escriba
cómo podría lograrlo y qué actitud mental requeriría en este preciso momento.
Propóngase decidir que este camino avance. A veces el hecho de ver un camino nos da
esperanza. Luego mantenga la fe en que, pase lo que pase, el universo sabe más y está
tratando de darle fuerzas.
Usted puede hacerlo.

S-ar putea să vă placă și