Sunteți pe pagina 1din 5

La construcción de la subjetividad

1. LA CONSTRUCCIÓN DE LA SUBJETIVIDAD

Por Lic. Mizkyla Lego(1Licenciada en Psicología. Sexóloga Clínica. Especializada en Terapia de


Pérdidas. Docente. Supervisora del EquipoProfesional del Centro Municipal de Asistencia a la
Niñez y Adolescencia de Vicente López.)

“Lo vivido, lo aprendido es el referente, el marco de referencia y deexperiencia desde el cual interpreto el presente,
pero el presente, lanueva información se nos impone por su diferencia... si no podemosreconocer la
diferencia...nuestra respuesta será repetitiva,estereotipada, sin aprendizaje.ANA QUIROGA”

El carácter polisémico del término subjetividad, ha llevado a configurar una especie


deambigüedad conceptual y esto sucede porque el concepto adquiere un sentido según el
medio en elque se lo emplea.En las teorías filosóficas se observa la presencia de los conceptos
de subjetivismo ysubjetividad, estrechamente emparentados, relacionando el primero
relacionan con la subordinaciónde la realidad al pensamiento y se emplea en contraposición
con el de objetivismo. En el mismocontexto, es decir, dentro de las concepciones filosóficas, el
Diccionario de Filosofía de Abbagnano,define el subjetivismo como “el carácter de todos los
fenómenos de conciencia, o sea, tales que elsujeto los refiere a sí mismo y los llama “míos”.
Otro aporte acerca del concepto de subjetivismo, lotrae Ferrater Mora, afirmando que el
subjetivismo “...es la acción y efecto de tomar el punto de vistadel sujeto. El sujeto puede
entenderse como un sujeto individual, como el sujeto humano en general ocomo el sujeto
trascendental en el sentido kantiano”Con relación al segundo término es posible agrupar una
pluralidad de acepciones, queintentan definir la subjetividad, en la siguiente “la subjetividad
se refiere a la singularidad de lasexperiencias”, es decir, las experiencias son únicas para la
persona que las experimenta, son sóloaccesibles a la conciencia de esa persona. Aunque
ciertas partes de la experiencia son objetivas yaccesibles a cualquier otro, otras son sólo
accesibles a la persona que las experimenta. Surge acápreguntarnos ¿qué es la experiencia? Es
posible definirla como el cúmulo de hechos vividos que nosconstituyen y acompañan durante
toda la vida.Las experiencias pueden ser gratificantes o displacenteras. Cuando hablamos
deexperiencias estamos haciendo referencia a las experiencias familiares, laborales,
espirituales,enriquecedoras, dolorosas, reiteradas, inéditas, etcétera. En cualquiera de las
situacionesmencionadas, el registro de la experiencia se concreta desde lo subjetivo, lo
individual, lo propio ypersonal, lo diferente del otro, que nos distingue y caracteriza. Una
misma experiencia vivida porsujetos diferentes, adquiere valores únicos en cada uno; la carga
emocional adjudicada es dada porquien la vive y sólo comprendida por él/ella.

A partir de lo que hemos venido desarrollando, podemos comenzar a aproximarnos alconcepto,


recurriendo a distintas formulaciones sobre el contenido y alcances de lo que se hadenominado
subjetividad.El concepto de subjetividad es entendido como “el conjunto de percepciones,
imágenes,sensaciones, actitudes, aspiraciones, memorias y sentimientos que impulsan y orientan
el actuar delos individuos en la interacción permanente con la realidad” (Grajeda, 2001–Durán,
2006). Estaconcepción es retomada y caracterizada como “una disposición interna que el sujeto ha
construido deuna forma personal y social, a partir de su interacción con el entorno inmediato y el
entorno ampliado”(Davini, Liston y Zeichner).La indisoluble relación entre subjetividad e identidad
se pone de manifiesto en la siguienteexpresión que afirma que “la noción de identidad se
estructura sobre la pregunta ¿quién soy? y¿quién soy frente al otro?, la identidad se reconoce
como un proceso constituido por prácticas con unsignificado cultural, ideológico y social, es decir,
somos en razón de nuestra historia, nuestrasprácticas y el significado colectivo que éstas
adquieren, estas evidencias se reflejan en las formas dehacer, de hablar, de pensar, de concebir el
mundo, de organizar su vida en espacios y tiempo”(Aguado y Portal, 1991).En estrecho vínculo con
la identidad docente, es posible mencionar que “la formación esconcebida como el proceso de
construcción del sujeto, mediante el cual se va adquiriendo otransformando capacidades, formas
de sentir, de actuar, de imaginar, de comprender, de aprender”(Gilles Ferry, 1990), esto implica
que la identidad docente se convierte en el entrecruzamiento desubjetividades, a partir de lo
personal, lo institucional, lo laboral y lo cultural.“La subjetividad se define como el resultado del en
cuentro de los impulsos primitivos del serhumano, con las exigencias de su entorno social. Hablar
de la subjetividad es hablar de la condiciónde los sujetos, de su índole, de sus peculiaridades, de
aquello que los delimita y distingue del mundode los objeto” (Emma Ruiz Martí del Campo,
1998).En Psicología y Sociología, la subjetividad es el conjunto de características particulares
quehacen del ser humano, un sujeto único e irrepetible, una persona autónoma con
pensamientos,deseos, intereses, voluntad propia. Desde la perspectiva de Michel Foucault, uno de
los pensadoresmás lúcidos del siglo XX, la subjetividad sería el resultado de la incidencia de los
mecanismos denormalización en el individuo, con lo cual hacer referencia a la manera en que los
dispositivosdisciplinarios se articulan, con el fin de producir un tipo de mentalidad acorde a las
condicionesculturales existentes.Ahora hemos de intentar, siempre desde la visión de Michel
Foucault, dar cuenta de lamanera en que los dispositivos de normalización, son incorporados por
los individuos y, de esta formadescribir el proceso de subjetivación. Tomaremos como punto de
partida los mecanismosdisciplinarios y las inscripciones que estos dejan en los sujetos, delineando
sus relaciones sociales.

3. Los mecanismos de normalización funcionan como dispositivos que desde el exterior,moldean


las acciones de los individuos, estos mecanismos funcionan en los espacios cerrados de
lasinstituciones disciplinarias (familia, escuela, etc.) y tiene como finalidad normalizar y evitar
elcomportamiento desviado. Es necesario tener muy presente lo afirmado en párrafos
anteriores,acerca de que la normalización actúa en el espacio cerrado de las instituciones y toma
el cuerpo delindividuo como lugar de operación.En las sociedades disciplinarias el cuerpo es el
lugar en el cual se inicia el proceso desubjetivación, es decir, con la producción del cuerpo
normalizado y con su modelación se pretendeestablecer una vía a partir de la cual se pueda
gobernar el alma del sujeto. El cuerpo se convierte enla superficie donde las instituciones
imprimen sus disposiciones normativas, a partir de esto, el cuerpoentra en el circuito disciplinario
donde el tiempo, el espacio, la combinación de fuerzas, la mirada y lasanción se tornan estrategias
para su vigilancia y control.El mecanismo privilegiado por los dispositivos disciplinarios, para
gobernar el alma, lainterioridad del individuo, radica en la inscripción , proceso en el cual los
distintos elementosnaturales, humanos y no humanos, situados en el exterior, dejan marcas que
construyen lasubjetividad. Con relación a esto, Doménech y Tirado (2001) dicen: “...Foucault
define verdaderosdispositivos de inscripción, pero con la peculiaridad de que el material inscrito
es el cuerpo.Efectivamente, prisiones, talleres, escuelas (...) no son más que aparatos de
inscripción sobre loscuerpos. El objetivo, no obstante, no es la creación de un cuerpo en sí mismo
sino la producción de“almas o espíritus”.En la escuela las inscripciones corren por cuenta o están a
cargo de quien ocupa el lugar deprofesor, es éste quien cuadricula el espacio, quien ejerce la
vigilancia y quien ejecuta la sanción, deesta manera la subjetividad al infante le viene desde el
afuera, órdenes, normativas y disposicionesque serán incorporadas como si fuesen propias. Así de
las marcas en el cuerpo a las inscripciones enel alma, este cuerpo - alma se convierte en la nueva
superficie donde se escr5ibirá la historia delindividuo. Una vez más hemos de retomar a
Doménech y Tirado (2001), que insisten en sostener que”...el cuerpo es esa suerte de tejido que
puede ser modelado, trabajado, inscrito con hábitos ynormas, inscrito con gestos que duren más
allá de las paredes de la institución, es decir, grabado enla historia...El método par la inscripción es
la disciplina”.La historia del individuo es la historia de su paso por las instituciones disciplinarias, ya
quepara éste siempre habrá un régimen normativo que aprender y una nueva inscripción que
incorporar.El proceso de normalización los llevará desde las costumbres familiares, pasando por
las normativasescolares hasta llegar a los reglamentos y leyes sociales. El proceso de inscripción es
un procesomarcado por los signos del encierro y la atemporalidad.Las inscripciones que dejan las
disciplinas, como lo podemos ver, van más allá del cuerpo delindividuo y es en ese más allá donde
situamos a la subjetividad. Ese espacio imaginario que no sesitúa ni en el interior ni en el exterior
del individuo, sino en medio, en el borde que vincula el adentro yel afuera de manera continua,
rompiendo, así, con las dicotomías entre el adentro y el afuera. La

4. subjetividad se ubica tanto en el interior como en el exterior. Por todo lo que se ha venido
exponiendo,la subjetividad, como interioridad, como constructo, como modo particular, único y
singular de mirar,comprender, pensar, adaptar, usar, recrear, innovar, se construye y ese proceso
de construcciónentraña el misterio de la humanización, en el cual familia y escuela asumen un rol
fundante. Paraponer de relieve esta importancia hemos de remitirnos a lo expresado por Hector
Rougier, docente dela Escuela de Psicología Social de Rosario, extractando de un interesantísimo
trabajo que haelaborado, aquellas ideas que se estiman más relacionadas con la temática que
estamosdesarrollando.“El protagonismo de los pueblos de las más amplias latitudes, la lucha
desigual de nuestrosdetenidos desaparecidos, tal como se plasmara en sus hijos, y la recuperación
de la historiafundacional de nuestros pueblos originarios, han creado favorables condiciones para
que lospsicólogos y seguramente los docentes, podamos comprender que la identidad y la
memoria implicanun lugar mucho más gravitante en nuestro psiquismo...”“Identidad que no es
alucinatoria construcción de ningún individuo aislado, sino gestalt-gestaltung, producto de
procesos histórico - sociales, en los que cada sujeto se implica, o resultaimplicado, a través de la
acción compartida con otros, productora de referencias culturalescomunicadas, sentidas y
pensadas que configuran procesos identificatorios personales y colectivos”.“...La familia y la
escuela constituyen formas de organización de los procesos sociales, cuyacapacidad de
configuración identitaria nadie pone en duda, aunque su resultante sea tantas veces tanpoco
anticipable. Es que tanto una como otra ocupan esa zona de intermediación mediatizadora queles
confiere dramática determinación como forma organizativa, al tiempo que les adjudica
capacidadpara anticipar el presente y el futuro a través de los sujetos que configura para tiempos
que, en rigor,no son de su incumbencia. He ahí una de las escenas dramáticas de estas
comunidadessubjetivantes, instituidas por el escenario histórico social”.“La crisis de la familia,
sujeta hoy a la permanente “refundación” a partir de la desvalorizacióndel trabajo, la
“socialización” temprana de la infancia, la supuesta inexistencia o eternización de laadolescencia y
la institucionalización y despojo cultural de la ancianidad, pone en cuestión sucapacidad de
direccionalidad identitaria”.“Por su parte la escuela resulta ser objeto –y esto, claro, sobre todo es
evidente en la escuelapública – de políticas ciclónicas que sustituyen recursos inexorables por
“insumos” imaginarios,acrecientan funciones sociales y desacreditan su eficacia educativa y
además la vuelven re-legislablepara toda ocasión. Las escuelas populares en nuestros centros
urbanos han sido transformadas enlugares enrejados inhóspitos para niños/as, jóvenes y docentes
en los que el aprender se transforma,día a día, en una epopeya desprovista de ilusiones. Y frente a
ella y la organización familiar se alza,llena de lujo y de información autista y banal, la magnífica
televisión con su clara perspectivarepresentacional del mundo todo, en la que el pasado es una
tierna película de aventuras olvidable yel presente y el futuro un único modo posible que, en
última instancia, se reduce a su imagen”.

5. El análisis de los frondosos conceptos que desliza el autor al que hemos recurrido, han
depermitir reconocer la importancia que, tanto la familia, la escuela, los medios de comunicación
masivay la sociedad toda, adquieren en el proceso de construcción de la subjetividad.Llegados a
este punto, se hace necesario acercarnos a otro concepto fundamental en esteproceso, concepto
que no es otro que el de matrices de aprendizaje. Para Ana Quiroga la matriz deaprendizaje está
representada “...por la modalidad con que cada sujeto organiza y significa eluniverso de su
experiencia, su universo de conocimiento. Se constituye en interacción con el mundopero a la vez
condiciona modalidades de interacción. Matriz, en tanto, estructuración, es el lugar o laforma en
la que se genera la particularidad que tiene en cada uno/a de nosotros/as el vincularse, elaprender
y la posibilidad de realizar”.En líneas generales, las matrices de aprendizaje han sido definidas
afirmando que “...éstasson modalidades más o menos estables de comportamiento, tanto en lo
sensible, en lo motor, en lasformas de pensamiento y acción” -, con lo cual se está aludiendo a los
esquemas internos, propios decada sujeto, con los que se enfrenta con la realidad, se adueña de
ella y establece relaciones con elmedio circundante. Los primeros vínculos establecidos entre el/la
bebé y sus cuidadores primarios, esel inicio de un proceso de construcción individual en un
universo o entramado de vínculos sociales. Elser humano es un sujeto de aprendizaje desde el
mismo momento que es concebido y cada situaciónque protagoniza es, siempre, una situación de
aprendizaje y un elemento insustituible en laconstrucción de su subjetividad. A la capacidad de
aprender que porta cada mujer, cada hombrecuando arriba como nuevo habitante del planeta, se
suma la capacidad del medio para brindaraquellas experiencias que faciliten el desarrollo o lo
comprometan.Es muy clara la filiación entre los dos conceptos centrales sobre los que estamos
trabajando:subjetividad y matrices de aprendizaje. Uno y otro se sostienen, se acompañan, se
construyen uno alotro y en, síntesis, dan cuenta de una única realidad: la singularidad del sujeto
humano comocreación inédita que cada vez que se repite.Desde lo que se ha venidos destacando,
entre lo que ocupa un lugar de excelencia lasinstituciones familia y escuela como elementos
subjetivantes, es válido señalar que cada vez que unsujeto despliega una actitud, concreta una
intervención, toma un decisión frente a un hecho o unasituación que se inscribe en el escenario
cognitivo, emocional o motor, estamos presenciando elcorolario de lo que ha sido y es la paulatina
construcción de la subjetividad, estamos ante laconstrucción de esos modelos originarios a los que
se ha denominado matrices de aprendizaje.Desde esta concepción, no hay duda, que las personas
cuando participan, cuando actúan,cuando aprenden, no sólo están operando sobre sí mismos, sino
que, al mismo tiempo, ejerceninfluencia en el proceso de apropiación de la realidad de otras
personas, es decir, los modelos omaneras que cada sujeto asumió personalmente para aprender,
han de incidir, han de afectar,positiva o negativamente, en la construcción de las matrices de
aprendizaje o modelos de aprendizajede otras personas.

S-ar putea să vă placă și