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SALA CONSTITUCIONAL
Magistrado Ponente: PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ
Consta en autos que, el 6 de noviembre de 2000, el ciudadano JOSÉ MANUEL
MÁRQUEZ QUESADA, titular de la cédula de identidad nº 3.229.771, asistido por el
abogado Luis Francisco La Rosa Durán, inscrito en el Inpreabogado bajo el nº 57.875, ejerció
ante esta Sala demanda de amparo constitucional contra la sentencia dictada por la Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo el 18 de noviembre de 1999, para cuya
fundamentación denunció la violación del principio de legalidad y el de la prevalencia de la
justicia frente a formalidades no esenciales, consagrados en los artículos 137 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como de su derecho a la libertad
sindical e inamovilidad de los integrantes de las Directivas de las Organizaciones Sindicales
y al debido proceso, establecidos en las disposiciones contempladas en los artículos 95 y 49
eiusdem.
Recibido el expediente de la causa, se dio cuenta en Sala por auto del 6 de
noviembre de 2000 y se designó ponente al Magistrado Moisés A. Troconis Villarreal.
Reconstituida la Sala el 27 de diciembre de 2000, se reasignó la ponencia al
Magistrado Pedro Rafael Rondón Haaz.
DE LA PRETENSIÓN DE LA PARTE DEMANDANTE
1. Alegó:
1.1. Que comenzó a prestar sus servicios como Contador IV en el Fondo de
Crédito Agropecuario el 17 de julio de 1981.
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1.2. Que, en el año 1992, fue promovente y fundador del Sindicato Unitario
Nacional de Empleados Públicos del Fondo de Crédito Agropecuario (S.U.N.E.PF.C.A.),
sindicato éste en el cual fue electo Secretario General en Asamblea Convocada el 4 de abril
de 1991.
1.3. Que, el 2 febrero de 1994, suscribió, en su carácter de Secretario General,
el primer contrato colectivo entre el referido Sindicato y el Fondo de Crédito Agropecuario.
1.4. Que, el 29 de septiembre de 1995, fue notificado mediante publicación en
el diario "El Nacional", de su destitución del cargo de Contador IV adscrito a la Sub
Gerencia de Contabilidad de la Gerencia Administrativa del Fondo de Crédito Agropecuario.
1.5. Que el mencionado acto administrativo de destitución, emanado del
Presidente del Fondo de Crédito Agropecuario, ciudadano Noel Lezama Martínez, no tomó en
cuenta las prerrogativas constitucionales y legales de que, como dirigente sindical, gozaba
para el momento.
1.6. Que solicitó la nulidad del acto administrativo de destitución ante el
Tribunal de Carrera Administrativa por considerar que el mismo presentaba vicios de
ausencia de base legal, incompetencia del funcionario que dictó el acto y violación del
procedimiento legalmente establecido.
1.7. Que el Tribunal de Carrera Administrativa declaró sin lugar la nulidad
solicitada desconociendo sus derechos constitucionales y legales e interpretó de forma errada
la cláusula 7 letra “d” de la Ley del Fondo de Crédito Agropecuario relativo a las
atribuciones y deberes conferidos al Presidente de ese ente, al confundir los términos
remover y destituir.
1.8. Que contra esa decisión ejerció el recurso de apelación respectivo, el cual
fue conocido por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo y declarado sin lugar,
sin haber revisado el fondo del asunto e incurriendo en el mismo vicio en que incurrió el
Tribunal de Carrera Administrativa al confundir los términos remover y destituir.
2. Denunció:
2.1. La violación del derecho a la libertad sindical e inamovilidad de los
integrantes de las directivas de las organizaciones sindicales, previsto en la disposición
contemplada en el artículo 95 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
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por cuanto la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo no entró a conocer, por
razonamientos técnicos, la situación planteada relativa a la institución del fuero sindical y la
inamovilidad y con tal falta de pronunciamiento se sacrificó la justicia y, en consecuencia, se
transgredió lo dispuesto en el artículo 257 eiusdem.
2.2. La violación del derecho al debido proceso, previsto en la disposición
contemplada en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
2.3. La violación del principio de legalidad, previsto en la disposición
contemplada en el artículo 137 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
por cuanto la sentencia impugnada aplica una Ley inexistente ya que la Administración
Descentralizada en Venezuela carece de un marco regulatorio.
3. Pidió:
"…que declare con lugar la presente acción de amparo, y en consecuencia se
restablezca la situación jurídica infringida a la brevedad posible, declarando la
nulidad de la sentencia emanada de la Corte Primera en lo Contencioso
Administrativo de fecha 18 de noviembre de 1.999."
II
DE LA COMPETENCIA DE LA SALA
Visto que, con fundamento en las disposiciones previstas en los artículos 266,
numeral 1, 335 de la Constitución de la República y 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales, la Sala se declaró competente para conocer de las
demandas de amparo constitucional que se ejerzan contra las sentencias de última instancia
que dicten los Juzgados Superiores de la República, salvo el caso de las que pronuncien los
Juzgados Superiores de lo Contencioso Administrativo. Y visto que, en el caso de autos, la
demanda fue ejercida contra sentencia dictada por la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo, esta Sala se declara competente para conocer de la demanda en referencia.
Así se decide.
III
DE LA SENTENCIA IMPUGNADA EN AMPARO
El Juez de la sentencia impugnada decidió en los términos siguientes:
“(...) esta Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, (...) declara SIN
LUGAR la apelación interpuesta por el abogado Francisco La Rosa Durán,
actuando con el carácter de apoderado judicial del ciudadano JOSE MANUEL
MÁRQUEZ QUESADA contra la sentencia dictada en fecha 9 de febrero de 1999
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por el Tribunal de Carrera Administrativa, la cual declaró SIN LUGAR la
querella incoada por los abogados Alonso de Jesús Martínez y Hugo A. Díaz
Izquierdo, actuando en el carácter de apoderados judiciales del referido
ciudadano, contra el FONDO DE CREDITO AGROPECUARIO, la cual se
CONFIRMA en todas sus partes.”
A juicio del sentenciador, en relación al alegato de incompetencia del órgano que
dictó el acto recurrido, la sentencia apelada se encuentra ajustada a derecho, por cuanto,
efectivamente, la competencia para destituir al querellante correspondía al Presidente del
Fondo de Crédito Agropecuario.
En cuanto a la denuncia sobre infracción de los artículos 449 y 453 de la Ley
Orgánica del Trabajo, por el juzgado de la causa, con fundamento en el artículo 313, ordinal
2° del Código de Procedimiento Civil, señaló la sentencia impugnada que el caso objeto de la
apelación no encuadraba en los supuestos que prescribe la referida norma procesal.
violación, en el curso del procedimiento constitutivo, de su derecho a la defensa y al debido
proceso, estimó el Juez de la sentencia impugnada que el tribunal de la causa sí se pronunció
sobre ese alegato, por lo que desestimó la denuncia.
En relación con el alegato de la falta de un “pronunciamiento justo”, como
consecuencia de un “ensañamiento” de los funcionarios encargados del procedimiento, en
tanto que el Presidente del Fondo de Crédito Agropecuario habría intentado modificar la
cláusula 5 del Convenio Colectivo, así como respecto al alegato de incongruencia relativo a
la violación del principio de libertad sindical, estimó la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo que tales denuncias fueron traídas por primera vez a colación en la
formalización de la apelación, es decir, de forma extemporánea, por lo que mal pudo el juez
de la causa pronunciarse respecto a tales alegatos, cuando el recurrente no los formuló de
forma oportuna.
En cuanto al vicio de silencio de prueba, en el que presuntamente incurrió el
juez de la causa al no examinar el contrato colectivo promovido, consideró la sentencia
impugnada que el fallo si analizó la cláusula pertinente del contrato, por lo que no se
configuró tal vicio.
Finalmente, respecto al capítulo de la formalización de la apelación dedicado a
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los vicios del acto impugnado, declaró la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo
que se encontraba imposibilitada procesalmente para entrar a analizar las referidas
impugnaciones al acto administrativo, por cuanto: “...el recurso de apelación tiene como
finalidad fundamental cuestionar fáctica y jurídicamente al fallo apelado, mas no al acto
administrativo sobre el cual recayó dicho fallo...”.
IV
ADMISIBILIDAD DE LA PRETENSIÓN
Vistos los términos de la pretensión de amparo interpuesta, a los fines de
verificar el cumplimiento de los requisitos exigidos en la disposición contemplada en el
artículo 18 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, la
Sala encuentra que dicha pretensión cumple los citados requisitos. Así se declara.
Vistas igualmente las condiciones de admisibilidad de la citada pretensión de
amparo, a la luz de las causales de inadmisibilidad contempladas en el artículo 6 de la citada
Ley Orgánica de Amparo, la Sala encuentra que, por no hallarse incursa prima facie en las
citadas causales, la pretensión es admisible. Así se declara.
Sin embargo, la Sala observa que la pretensión del quejoso es la revisión del
criterio interpretativo de los jueces de instancia y no propiamente el restablecimiento de una
situación jurídica protegida por derechos o garantías constitucionales. Al respecto, resulta
pertinente advertir, una vez más que:
“...en sentencia emitida el 20 de febrero de 2001 (Alimentos Delta C.A). que
ratificó el criterio expuesto en sentencia del 27 de julio de 2000, (caso
mercantiles SEGUROS CORPORATIVOS C.A., AGROPECUARIA ALFIN S.A.
y el ciudadano FERNANDO CÁRDENAS) , se estableció:
‘...Para que el amparo proceda, es necesario que exista una infracción por
acción u omisión a una norma constitucional, sea esta realizada mediante
desconocimiento, mala praxis, o errada interpretación de normas legales o sub
legales, siempre que ella enerve el goce y ejercicio pleno de un derecho
constitucional.
Ahora bien, hay que distinguir entre la incorrecta aplicación de una norma, su
omisión, o los errores en su interpretación, que se refieren a su actividad y
entendimiento, de la infracción de un derecho o garantía constitucional. Estos
no se ven en principio vulnerados, porque la norma deja de aplicarse, se
aplica mal o se interpreta erradamente. Estos vicios, por sí mismos, no
constituyen infracción constitucional alguna, y es del ámbito del juzgamiento
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de los jueces, corregir los quebrantamientos señalados, los cuales pueden
producir nulidades o ser declarados sin lugar. Cuando estos vicios se refieren a
las normas de instrumentación del derecho constitucional, en principio los
derechos fundamentales no quedan enervados. La forma como interpretan la Ley
el Juez o la Administración o su subsiguiente aplicación, puede ser errada u
omisiva, pero necesariamente ello no va a dejar lesionado un derecho o una
garantía constitucional, ni va a vaciar su contenido, haciéndolo nugatorio. Por
ejemplo, en un proceso puede surgir el quebrantamiento de normas procesales,
pero ello no quiere decir que una parte ha quedado indefensa, si puede pedir su
corrección dentro de él. La Administración puede tomar erradamente una
decisión sobre unos bienes, pero esto no significa que le prive al dueño el
derecho de propiedad. Se tratará de una restricción ilegal que originará
acciones del perjudicado, pero no la de amparo, al no quedar cercenado el
derecho de propiedad del dueño.
Pero cuando el tipo de vicio aludido deja sin aplicación o menoscaba un derecho
o garantía constitucional eliminándolo, y no puede ser corregido dentro de los
cauces normales, perjudicándose así la situación jurídica de alguien, se da uno
de los supuestos para que proceda el amparo, cuando de inmediato se hace
necesario restablecer la situación jurídica lesionada o amenazada de lesión. Si
la inmediatez no existe, no es necesario acudir a la vía del amparo, sino a la
ordinaria, no porque el amparo sea una vía extraordinaria, sino porque su
supuesto de procedencia es la urgencia en el restablecimiento de la situación o
en el rechazo a la amenaza, y si tal urgencia no existe, el amparo tampoco debe
proceder.
Los errores de juzgamiento sobre la aplicabilidad o interpretación de las
normas legales, en principio no tienen por qué dejar sin contenido o
contradecir una norma constitucional, motivo por el cual ellos no pueden
generar amparos. Lo que los generan es cuando los errores efectivamente
hagan nugatoria la Constitución, que la infrinjan de una manera concreta y
diáfana. Es decir, que el derecho o garantía constitucional, en la forma
preceptuada en la Constitución, quede desconocido.’
En el caso de autos, se puede constatar que la accionante, al hacer uso de la
acción de amparo constitucional, sólo pretendió impugnar el fondo de la decisión
(...), para así, lograr la revisión, en otra instancia, del criterio de interpretación
del Juzgador en su decisión, pues su inconformidad es manifiesta cuando alega
que ...
(...)
En efecto, mediante la acción de amparo el quejoso está atacando la valoración
del juez de la Alzada; (...) circunstancias sobre las cuales, en reiteradas
oportunidades, la Sala ha establecido, que dicha valoración forma parte de la
autonomía e independencia de la que gozan los jueces al decidir, quienes, si bien
deben ajustarse a la Constitución y a las leyes al resolver una controversia,
disponen de un amplio margen de valoración del derecho aplicable a cada caso,
por lo cual pueden interpretarlo y ajustarlo a su entendimiento, como actividad
propia de su función de juzgar, sin que el juzgador de amparo pueda inmiscuirse
dentro de esa autonomía del juez en el estudio y resolución de la causa, salvo
que tal criterio viole notoriamente derechos o principios constitucionales.
De este modo, se concluye que esta Sala Constitucional no puede entrar a
analizar las razones de mérito en las que, tanto el Juez de la instancia, como el
Juez que conoció la apelación, fundamentaron sus fallos, ya que ello forma parte
soberana de la apreciación del juzgador, y dada la inexistencia de la violación de
derecho o garantía constitucional alguna, a juicio de la Sala, resulta forzoso
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declarar la improdecencia de la acción de amparo interpuesta y así se decide.”
(s.S.C. nº 1104, 22.06.01, caso: Unidad Médica El Cristo C.A.).
En efecto:
1. La alegada incompetencia del órgano que dictó el acto administrativo del
cual conoció el a quo fue analizada y decidida por ambas instancias; el hecho de que lo haya
sido en forma adversa a la pretensión del quejoso, con fundamento en una interpretación que
estima errada, no comporta, per se, la violación que denuncia y así se declara.
2. Tampoco hubo violación alguna de la libertad sindical e inamovilidad por
parte de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo; el hecho de que hubiere
desestimado la denuncia al respecto con relación al acto administrativo impugnado, por los
motivos reseñados supra (denuncia propia de un recurso de casación y no del de apelación),
constituye el criterio interpretativo del juez competente respecto de un asunto sometido a su
conocimiento y no comporta, a juicio de la Sala, el desconocimiento de tales derechos.
3. Aunque fue denunciada la violación del debido proceso no presentó el
quejoso ningún argumento para sustentar su denuncia, razón por la cual ésta debe ser
desechada.
4. Por último, el criterio del demandante, según el cual la Corte Primera de
lo Contencioso Administrativo habría violado el principio de legalidad por haber dilucidado
el punto de la competencia para dictar el acto administrativo en cuestión con fundamento en
una Ley inexistente, es desacertado en tanto que la decisión impugnada se basa en leyes
vigentes y refleja, en todo caso, no la violación denunciada, sino una disconformidad con lo
fallado no tutelable por la vía del amparo constitucional. Así, por último, se declara.
DECISIÓN
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Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
Constitucional, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
declara IMPROCEDENTE in limine litis la demanda de amparo ejercida por JOSÉ
MANUEL MÁRQUEZ QUESADA, representado por el abogado Luis Francisco La Rosa
Durán, contra la sentencia dictada, el 19 de noviembre de 1999, por la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo que declaró sin lugar la querella incoada por el prenombrado
ciudadano contra el Fondo de Crédito Agropecuario.
Publíquese, regístrese y notifíquese. Archívese el expediente.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Sesiones de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los 03 días del mes de AGOSTO de dos mil uno.
Años: 191º de la Independencia y 142º de la Federación.
El Presidente,
IVÁN RINCÓN URDANETA
El Vicepresidente,
JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO
JOSÉ M. DELGADO OCANDO
Magistrado
ANTONIO J. GARCÍA GARCÍA
Magistrado
PEDRO RAFAEL RONDON HAAZ
MagistradoPonente
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El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO
PRRH.sn.fs.
Exp. 002938
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