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LA SEDIMENTACION MOLASICA
EN LA CUENCA DE JACA
Talleres Editoriales LIBRERíA GENERAL. Pedro Cerbuna, 23. Zaragoza - 1975 JACA, 1975
INSTITUTO DE ESTUDIOS PIRENAICOS
Director: Secretario:
Enrique Balcells Rocamora Carlos-Enrique Martí-Bono
6. REFERENCIAS.
CHOUCROUNE et al. (1968), SEGURET (1970), SOLER (1970), SOLER Y aérea (espesores grandes). Este último método no es ciertamen-
PUIGDEFÁIlREGAS (1970), HEHUWAT (1970), VAN LUNSEN (1970), TEN te muy preciso, pero la comparación con algunos espesores me-
didos con el sistema de la ({vara de Jacob» no arroja grandes
HAAF et al. (1971), FERRER et al. (1971), MUTTI et al. (1972), REIL- diferencias, por lo' que su empleo en un trabajo de estas carac-
LE (1971), LUTERBACHER et al. (1973) y GARRIDO (1973), todo es- terísticas queda ampliamente justificado en razón de una mayor
to sin tener en cuenta las numerosas publicaciones que afectan economía de tiempo.
a temas parciales. Es evidente que 1970 representa una fecha La interpretación de los resultados de los estudios micropa-
importante en la que se renuevan por completo las ideas. En leontológicos ha planteado diversos problemas. En las facies nla-
rinas del Eoceno superior no ha sido posible caracterizar el Pria-
tectónica se vuelve a las interpretaciones aloctonistas (SEGURET, boniense que ciertamente debe de existir dada la continuidad se-
1970, SOLER Y PUlGDEFÁIlREGAS, 1970, y SOLER, 1970) mientras que dimentaria. Esto supone la imposibilidad de distinciones estrati-
en estratigrafía se introducen progresivamente los conceptos de gráficas cartografiables a partir del Biarritziense. Por otra par-
unidades sedimentarias y se da un nuevo impulso en lo que se te, el 'valor cronológico de los ostrácodos y caráceas de las facies
continentales eo-oligocenas no está todavía bien establecido, por
refiere a interpretaciones ambientales (HEHUWAT, 1970). A par- lo que para obtener resultados útiles se ha tenido que acudir al
tir de aquí los trabajos se han acelerado, lo que naturalmente mapa foto geológico de líneas de capa como ayuda imprescindi-
ha producido una serie de polémicas sobre interpretaciones de ble para las correlaciones.
distintos autores. Actualmente se está en una fase de enorme c) Las dos etapas anteriores conducen a la elaboración de un mapa
intensidad que es de esperar conduzca a la posibilidad de la cronoestratigráfico.
síntesis total de la historia sedimentaria de! Paleógeno pirenaico. d) Levantamiento de cortes estratigráficos que se presentan en lá-
minas fuera del texto, incluyendo una leyenda para su interpre-
tación que permite prescindir de descripciones detalladas para
no sobrecargar el texto. La leyenda y simbología utilizada está
1.4. METODOLOGÍA. VALORES y LIMITACIONES DEL TRABAJO tomada en parte de las normas empleadas por el Departamento
de Sedimentología de Utrecht~Leiden. La escala utilizada varía
Dadas las dimensiones de la zona a estudiar, con una super- según el detalle deseado. Los perfiles de series continentales son
ficie equivalente a unas diez hojas del mapa topográfico 1: 50.000. sumamente esquemáticos dado que los espesores varían entre
es evidente que tillO debe imponerse ciertas limitaciones y fi- los 3.000 y 7.000 m. Esta disminución del detalle se ha intentado
paliar con ampliaciones de secuencias o estructuras que puedan
jarse previamente e! grado deseado de e~actitud cartográfica ayudar a la interpretación del conjunto.
y de fiabilidad de las observaciones, siendo el factor tiempo uno e) Observación y descripción de afloramientos interesantes desde el
de los principales a considerar. punto de vista sedimentológico. Se ha realizado especialmente en
Esto supone el proponerse unos fines modestos y pOCO am- las facies continentales, no sólo como ayuda a la interpretación
biciosos que puedan ser alcanzados con métodos sencillos y, a del ambiente sedimentario, sino también como intento de com-
i ser posible, con exclusión de técnicas de laboratorio. En este
prender mejor la génesis de las estrtlcturas y los mecanismos se-
dimentarios.
I caso, los fines propuestos son tres: 1.', establecer unas unida-
des cronoestratigráficas utilizables; 2.', definir unas unidades
f) Cartografía de las direcciones de coniente estimadas en el cam-
po, dando preferencia al número de puntos de observación sobre
sedimentarias caracterizadas por un determinado ambiente de el número de observaciones en un punto determinado. El méto~
I deposkión, y 3.", razonar un, esquema de evolución paleogeo" do, aunque sujeto a subjetividades, resulta mucho más rápido
I gráfica a parti.r del Biarritziense.
y pennite obtener una idea general bastante aproximada de la
distribución de paleocorrientes. La estimación se ha hecho sobre
Los pasos seguidos han sido los siguientes: direcciones de canales, lineaciones de corriente, mega-estratifica-
ción cruzada cuando presenta cierta homogeneidad a escala de
a) Reconocimiento fotogeológico y cartografía de líneas de capa so- afloramiento, e imbricación de cantos en los conglomerados.
bre foto aérea. Confección de un mosaico a escala 1: 50.000 y su- g) Utilización de los datos de microfauna y demás observaciones pa-
perposición de éste sobre el mapa topográfico a la misma escala, leontológicas como indicadores del ambiente sedimentario.
con posterior reducción a escala' 1: 150.000 en razón de las dimen- h) Como resultado de todo 10 anterior se llega a la separación de
siones. una serie de unidades sedimentarias caracterizadas por un de-
b) Recogida de muestras para su datación micropaleontológica y me- terminado ambiente de deposición. He intentado su cartografía
dida de los espesores de las series. Los espesores se han obtenido por medio de sobrecargas en el mapa cronoestratigráfico. La evi-
por medición directa (espesores pequeños), o por apreciación y dente imprecisión de tal cartografía se debe por una parte al ca-
posterior corrección del total sobre el espesor calculado en foto rácter general de este trabajo, y por otra al hecho de que en rea-
12 C. PUIGDEFÁBREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 13
lidad existen todos los pasos graduales entre las unidades defi- de Uncastillo, Agüero, Ap~és y Alquézar, introduciendo sustanciales mo-
nidas. dificaciones en ciertas zonas (Sierra de Sto. Domingo al W. del Gállego
i) Recopilación de datos sobre tectónica regional con análisis es- y zona de Guara) mientras que otras han sido escasamente revisadas
tructural de algunos problemas concretos. Debo mencionar aquí (Sierra de Loarre y de Gratal); 6) la zona del anticlinal de Barbastro
la especial colaboración de M. SOLER en esta parte del trabajo. está basada en CRUSAFONT, RIBA y VILLENA (1966) modificada ligeramente.
A él se deben la mayoría de las ideas e interpretaciones. La fidelidad cartográfica resulta un tanto heterogénea debido a la am-
j) La combinación de todos los datos conduce a la interpretación plitud de la zona, pero teniendo en cuenta la escala puede considerarse
paleo geográfica y análisis de las relaciones entre tectónica y se- como satisfactoria. El criterio utilizado es el de intentar representar a
dimentación. la vez la cronología y las facies. Así, en el Terciario Continental se han
representado las edades con colores lisos y las facies con sobrecargas.
Como puede verse, en este esquema del método seguido apa- El conjunto es muy complejo y de difícil lectura pero puede resultar
útil para el lector realmente interesado. La interpretación viene además
recen numerosas limitaciones y lagunas, la mayoría de ellas in- facilitada por la representación de las paleocorrientes. En el Terciario
herentes a un problema esencial: una persona, sola, no exclusi- marino, facies y edades están representadas por colores. La gran di-
vamente dedicada y trabajando en una extensión de semejantes versificación de facies en los sedimentos transicionales obliga a carto-
dimensiones, tarda siete años en obtener unos resultados que grafiar grandes unidades a objeto de no perder la visión de conjunto
amigue sea en deterioro del detalle. Así por ejemplo, la Formación de
quedan incompletos o envejecen automáticamente. Desearía aquí Belsué-Atarés (núm. 14 en el mapa) incluye facies que no son propia-
subrayar la importancia del trabajo en equipo, absolutamente mente deltaicas, corno los bancos de Nummulites en las Bellostas y
imprescindible para investigaciones de geología regional. De es- de La Campana - Buil, mientras que las areniscas de Yeste - Arrés (nú-
te modo se logra mejorar la ,calidad de las observaciones en las mero 16 en el mapa) pueden incluir episodios deltaicos (Sta. Cilia de
distintas especialidades y una mayor rapidez en la obtención de Jaca).
los resultados. Es indudable que la relación calidad/tiempo es
mucho mayor que la obtenida por una sola persona. 1.4.2. Nomenclatura
Esto significa que el estudio que aquí presento está sobr~r Este tema plantea problemas de solución delicada, tanto en lo que
cargado de insuficiencias y suposiciones que obligan a utilizar- respecta a la nomenclatura estratigráfica como a la sedimentológica.
lo con toda serie de precauciones, a pesar de lo cual existen Ello obedece a varias razones. Deliberadamente he procurado evitar las
definiciones fOlmales de formaciones, debido a que recientemnte en el
ciertos valores positivos de importancia, bien en forma de hi- Pirineo se han definido en tal cantidad por distintos autores, que re-
pótesis de trabajo, bien en forma de afirmaciones probadas que sulta prácticamente imposible trabajar con tantos nombres. Siempre que
abarcan campos diversos desde los mecanismos sedimentarios y ha sido posible he utilizado nombres ya definidos anteriormente, pero
distinción de grandes unidades sedimentarias, hasta las interpre- en ocasiones me he visto en la necesidad de establecer nuevas forma-
ciones o miembros, con la especial intención de no atribuirles más que
taciones paleogeográficas y de ciertos fenómenos tectónicos. Este un valor local, sin generalizar a regiones vecinas. Tales definiciones no
conjunto de afirmaciones e hipótesis que se exponen a lo largo deben considerarse más que instrumentos de trabajo que pueden ser
de este trabajo, creo que son suficientes para justificar el esfuer- útiles para el presente estudio y cuya valor regional no me siento auto-
zo realizado. rizado a afirmar. En otras ocasiones he rehusado nomenclaturas cuyas
denominaciones se prestan a confusión, aunque las unidades estuvieran
bien definidas. Debe quedar bien entendido que en trabajos de síntesis
1.4.1. Interpretación del mapa a mayor escala o en estudios en áreas vecinas considero preferible uti-
Para la cartografía de la zona, cuyo mapa se adjunta fuera del -texto, lizar las nomenclaturas anteriornlente definidas.
se ,ha tenido en cuenta mayormente los datos originales exceptuando las Algo parecido ocurre con la nomenclatura sedimentológica. En este
siguientes zonas: 1) Sierra de Alaiz (datos de J. DEL VALLE, documenta- caso he sido deliberadamente impreciso ya que la variedad de criterios
ción intenm q.e la Diputación Foral de Navarra); 2) Sierras de Illón y y de clasificaciones de estructuras Se presta a un sinnúmero de confusio-
Leyre, con datos de la cartograña realizada por J. DEL VALLE e 1. SÁNCHEZ nes. Creo que toda clasificación implica una serie de limitaciones que
CARPINTERO (SÁNCHEZ CARPINTERO, 1973) a excepción de la Sierra de Orba se traducen freuentemente en falta de flexibilidad, y por esta razón
y corte del Esca donde incluyo observaciones propias; 3) el límite flysch- pienso que es preferible describir los fenómenos a conocer al dedillo
margas en la zona de Jaca así como diversos datos del área del flysch los nombres de las estructuras. De este modo, aunque los nombres em·
proceden de M. SOLER, muchos de los cuales pueden encontrarse en SOLER pleados no sean siempre correctos, se puede llegar a comprender los
y PUIGDEFÁBREGAS (1970); 4) la zona del anticlinal de Boltaña al N. de procesos. Sin embargo en algunos casos de hace necesaria la sistemá-
Campodarbe se ha realizado en colaboración con M.I SOLER; 5) en la tica. Así por citar algún ejemplo, he seguido a REINECK, SINGH y WUN-
zona de las Sierras Exteriores se ha tomado como base el trabajo de DERLICH (1971) para la nomenclatura de ripples en general y a BOERSMA
ALMELA y Ríos (1951) y sus posteriores versiones en las hojas 1:50.000 (1970) para los ripples de oscilación. Otros problemas surgen en lo que
14 C. FUIGDEF1\BREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 15
respecta a la traducción española de los nombres de estructuras se- del manuscrito han sido fundamentales para el desarrollo de la investi-
dimentarias. Como norma, cuando la traducción me parece de fácil gación.
utilización he desechado los nombres ingleses, conservándolos sin em. Al profesor doctor J. F. M. DE RAAF debo sus orientaciones en el as-
bargo cuando son universalmente empleados (p. ej. ripple) o cuando pecto sedimentológico. Nuestras salidas al campo han constituido para
su traducción española no tiene un significado tan preciso como el in- mí una verdadera escuela. Debo agradecerle además el calor con que he
glés (p. ej. «playón» para «point-bar)). Considero que este problema sido acogido durante mis estancias en Utrecht, haciéndolo extensivo al
constituye de por sí un interesante tema para lma lnemoria monográ- personal de dicho departamento, muy especialmente al doctor J. R.
fica que yo, desde la perspectiva de un trabajo de campo no me siento BOERSMA.
ap.torizado ni siquiera a abordar. Por otra parte estoy especialmente agradecido al profesor doctor En-
Finalmente, existe otro problema de nomeilcIatura sumamente polé- rique BALCELLS director del Instituto de Estudios Pirenaicos, quien del
mico. Se trata de los históricos términos de «flysch» y «molasa». Pese modo más desinteresado no ha regateado esfuerzos de ningún tipo para
a que actualmente se tiende a no emplearlos, creo que en su significado que este trabajo pudiera llegar a buen término.
de facies resultan bastante útiles. No es mi intención entrar en detalles También he mantenido interesantes colaboraciones con diversas perso-
ni justificaciones de tal o cual acepción. Simplemente debo aclarar que nas o grupos de trabajo. En ocasiones la colabora.:;ión me ha resultado
me atengo a los conceptos recientemente puestos al día por VAN HOUTEN difícil por no decir imposible, razón por la que estoy especial y sincera-
(1973). He utilizado flysch para designar las facies turbidíticas sinoro- mente agradecido a todos los que se han mostrado abiertos a cualquier
génicas que se depositan en cuencas de escala comparable a las dimen- tipo de intercambio.
siones del sistema orogénico con el que están relacionadas, mientras En primer lugar debo agradecer la colaboración de M. SOLER, excelen-
que empleo molasa para los sedimentos fluviales y fluviomarinos que te amigo, siempre dispuesto a comunicar ideas con la mayor generosidad.
originan dichas turbiditas llegando a sucederlas verticalmente. Por su- Su aportación en el campo de las interpretaciones tectónicas ha sido
puesto que dichos conceptos no deben emplearse más que en un sen- esencial.
tido muy amplio, ya que en el detalle carecen de utilidad .Y significado. En segundo Lugar debo también citar a F. A. HEHUWAT, con quien en
Pueden consultarse equivalencias terminológicas en el Anexo I (uni- el curso de su trabajo en :la zona, pude mantener un constante inter-
dades litoestratigráficas) y en el Anexo 2 (nomenclatura sedimentoló- cambio en el que sin duda salí ampliamente beneficiado, tanto más que
gica). la relación profesional dio paso a valiosa amistad. Como el lector podrá
observar, gran parte de las interpretaciones ambientales le pertenecen.
1.43. La Bibliografía Seguidamente debo agradecer la colaboración de J. FERRER y H. Lu-
TERBACHER por su estudio de la microfauna, así como al profesor J. F. DE
Este estudio no contiene propiamente bibliografía sino simplemente VILLALTA y al doctor J. RAM:ÍREZ DEL Pozo por los estudios respectivos de
una lista de referencias citadas en el texto. Tratándose de un trabajo la fauna de moluscos y de la microfauna de las facies continentales, y
de campo considero innecesaria una bibliografía exhaustiva sobre sedi- a E. CLAVELL por sus dataciones de Nurnmulites.
mentología cuando existen trabajos generales como los de BLATT, Mm- Asimismo ha sido muy valiosa la colaboración e intercambio mante-
DLETON y MURRAY (1972) Y REINECK y SINGH (1974) que incluyen listas como nidos con los doctores C. KRUIT y J. BROUWER, especialmente interesante
pletas y puestas al -día incluso comentadas. Tampoco considero necesa- en el campo de las interpretaciones regionales.
rio citar todos los trabajos consultados sino tan sólo aquéllos cuya cita Por sus visitas a la región, con lo que ello ha supuesto para mí en
en el texto se hace necesaria. cuanto a renovación de ideas, debo agradecer a los profesores F. B. VAN
La bibliografía regional presenta menos problemas ya que es cuan- HOUTEN, y P. F. FRIEND, así como a los doctores T. ELLIOT, NIO S. D.,
titativamente mucho menor. Sin embargo tampoco aquí se trata de bi- W. NIJMAN, A. GARRIDO, S. REGUANT, P. BUSQUETS, S. THOMPSON II, J. HEN-
bliografía exhaustiva sino de citas de trabajos que de algún modo afec- RY, G. PERRIN Y J. C. GALL.
tan a los temas que he tratado, poniendo especial interés en las publi~ Debo también agradecer a la Diputación Foral de Navarra por las
caciones posteriores a 1970, fecha en la que se produce un importante facilidades que he disfrutado en la zona de Navarra, especialmente en la
cambio en interpretaciones y métodos de trabajo. persona de J. DEL VALLE DE LBRSUNDI, así como a mi compañero J. SOlB
SEDÓ por la aportación de sus conocimientos regionales y por la lectura
. ,
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y critica del manuscrito .
Estoy también agradecido a L. ROSBLL y R. M. CASTELLANAS por la-
1.5. AGRADECIMIENTO mecanografía del manuscrito y a F. AURRECOECHEA por la paciencia que
ha demostrado en la delineación del mapa y gráficos que acompañan al
Muchas han sido las personas que, me han ayudado y de las que de trabajo. Su eficiente colaboración ha sido sin duda fundamental.
un modo u otro he recibido aportaciones a 10 largo de este trabajo y a
todas elIa-s debo el mismo agradecimiento, desde la valiosa aportación
científica hasta el simple acto hospitalario.
En primer lugar agradezco al profesor doctor O. RIBA la dirección de
este trabajo. Sus conocimientos regionales, su orientación metodológica,
las discusiones sobre los distintos temas y la cuidadosa lectura crítica
r
SEDIMENTACIÓN- CUBNcA DE JACA 17
opino que ambas son válidas para el propósito que fueron con-
cebidas, pero también es cierto que un exceso de rigidez y es-
quematización puede conducir a situaciones de callejón sin sa-
lida en las que hay que cambiar de criterio. En este trabajo he
seguido instintivamente un sistema que participa en las dos ten-
2. ESTRATIGRAFÍA dencias utilizando ambos criterios, o todos los que sean necesa-
rios para definir unidades prácticas. En realidad lo interesante
es que las unidades representen un aspecto determinado en el
conjunto de la evolución de la cuenca y creo> que el uso de una
regla fijr¡¡ es un factor limitante que puede dificultar la inter-
2.1. INTRODUCCIÓN pretación.
MIOCENO
(AQUITANIENSE ) 300
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Discordando
OLIGOCENO
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DiscoN!anclo
Morti¡OS
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Morgos con furbiditos muy finos w
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LUTECIENSE
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Facies de sfumps
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CRETAcrco
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O" PALEOCENO
Dlsaontfnuidod Dolomías
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O Areniscos .y Calizos arenosos MAESTRICHTIENSE
(con barras dolomlticos)
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FIG. 1. - Co~te esquemático de CarcavilIa. (Según Puigdefábregas y Soler, 1973)
FIG. 2. - Cone estratigráfico de Berroya
22
C. PUIGDEFÁBREGAS
SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 23
ció;sJ: f~;~:~t~~I::~:m:~;e .~tillara coml;,render la distribu- En el borde S. de esta cuenca sub si dente se depositan sedi-
que corresponden a las' disc~~~i~ui1a~~: s:%~e~~ s';lbdivisiones mentos litorales en facíes carbonatadas. Los afloramientos hay
que afectan a dichos Gro os A ' . anas mayores que buscarlos en las Sierras Exteriores, donde el Luteciense ca-
derar el techo del II d' P . SI pues, creo mteresante consi- lizo se encuentre sobre el Garumnense (fig. 1). La serie consta
d er lense como un momento en el de una parte inferior detrítica constituida por secuencias on-
pro Ucen algunos movimientos tect" (S que se
1970)
que provocan oambios im ort omcos OLER y GARRIDO, lap-offlCJJp a veces con una base conglomerática (Vadiello). La
cuenca y distribución de sedi Pt anAte.s en la ge.ometría de la parte superior está formada por caliza de alveolinas y final_
men os. SI, en las SIerras 1 t . mente por caliza de algas. El espesor total varía desde unos
res encontramos e! paso bru d 1 II d' . . n eno-
Cuisiense. A veces la brusqueJ~~ d: est:rp~ensell calIzo al flysch 50 m. en el extremo occidental (Sierra de Sto. Domingo) hasta
tosa como el di. so ega a ser apara- varios centenares de metros en la zona de Guara. A este con-
ViUanúa, la m~;~~ía edeal;:~~~:sa~um~la~ión ?e olisto.litos de junto litológico le denominaremos Formación Calizas de Gua'
diense. En las Sierras Exter' on e a mIsma calIza I1er- Ya, siendo su base el Garumnense en las Sierras Exteriores o la
d I f lores encontramos el . b
d~ a aciCes .Garumne¡lSe a la caliza Luteciense falt~:~~ elruIlsco Formación de Ager al E. del Alcanadre, mientras que en e! te-
cho encontramos la transgresión Biarritziense y el sistema del-
Iense y U1swnse (Hg 1 b . ' er-
' '! o servaclOnes realizadas en Arguís
Y VadielIo) . El cor t e de· I no taico del Eoceno superior. La edad de la Formación va desde
Alcanadre l' I .
dIe se encuentra I1erdiense (LUTERBACHER :St ~11\~~0) PEuntl o don- el Cuisiense (anticlinal de Boltaña) hasta el Biarritziense.
e e Leyre, el flysch de edad Luteciens " . . n a zona Según este esquema tenemos unas facies fluviales y deltai-
te sobre el Montiense calizo (f' 2 e se dencuentra dlrectamen_ cas al E. y unas facies carbonatadas al S. que pasan lateral-
·
b re e l I1erdlense Ig. ,corte e Berroya) b' mente a sedimentos turbidíticos profundos (Grupo de Hecho)
(Sierra de 111' 'M' o len so-
'1 .
Por u tuno, incluso en el corteon,dno aJones y foz d B' .. ) (figs. 3 y 4). En ambos casos el paso se efectúa a través de
I' A ~ .. Imes ,
Boltaña donde la seri . e no ra en el anticlmal de unas facies de margas con turbiditas proximales (Arro y Ain-
das del I1erdiense y C~. ~s contmuda entre. las facies carbonata- sa) o de margas con slmnps generalizados (zona de Leyre, per-
bio d b' . ISlense pue e apreCIarse un notable cam fil de Berroya). El conjunto pertenece al Grupo de Arro-Lum-
t ~ am lente sedImentario (PurGDEFÁBREGAS 1974 ) P -
a serIe de razones creo interesante separar cÍos a a. Or es- bier (MuTTI et al., 1972), denominación que COnservo en esta
del Grupo de Ager (MUTTI et al 1972) . .p rtes dentro cartografía aunque limitada a la primera localidad (Fonnación
diendo más o I ' : . ' una mfenor correspon- de Arro) puesto que Lumbier se encuentra sobre los niveles .que
Ager. de edad ~~~~e~o_~le~ttnor definición de. Formación de aquí he utilizado como techo de la formación.
I 1 Guara) de edad C . . L ense, y otra superIOr (calizas de Hay que indicar que en ciertos puntos donde las facies car-
I
l' .
ZIense. mSlense- uteciense e incluso en parte BI' arn't- bonatadas de Guara se extienden hacia el N. (anticlinal de Bol-
taña), la Fonnación de Guara se indenta en la de Arro de modo
¡i' tal que puede aflorar la primera debajo de la segunda. Este
ti 2.5. paso lateral es claramente visible en la zona de Morillo San
CurSIENSE, LUTECIENSE y PARTE INFERIOR DEL BIARR Pietro, así como entre Yeba y Fanlo. Para comprender mejor
ITZIENSE
estas relaciones geométricas puede consultarse el esquema de
no ~~s movimientos tectónicos ocurridos al principio del Eo las figuras 3 y 5. Es notable el hecho de que el flysch llega a
lenen por resultado la rec f ' ce- erosionar a las calizas del anticlinal de Boltaña (VAN LUNSEN,
«~ólysc~», su.rco subsidente alal~ad~np~I:f~~n~ee alal cUd~nca 1970) en la zona de paso a las facies de talud (foto 1). Personal-
CI n pIrenaica E t , f a Irec-
rríge..nos depo~ita~~s spuroco se .ue relldenando con materiales te- mente pienso que estos dos hechos, paso lateral y erosión, no
r cornentes e turbidez 'd se excluyen entre sí, sino que la formación de este amplio valle
procedencia se sitúa en la zon d . . cuya area e submarino (Puerto de Yeba) no es más que una parte del fenó-
encontramos las facies continen a e Ese.ra-Ribagorzana, donde
,¡¡
~emos las facies fluviales y del~~i~~se~~I'{;le(~es. ESddecir, te" meno general de! cambio de facies,
nana), pasando haci I W I .' rupo< e Monta-
Hecho). a e . a as faCIes «flysch» (Grupo de
24 c. PUIGDEFÁBREGAS
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2.6. LA TRANSGRESIÓN BIARRITZIENSE 'M H H
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se encuentran unas calizas de algas con AZvealina eZangata (cae 00
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lizas de Grustan, GARRIDO y Ríos, 1972), intercaladas entre for- •"
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continuidad sedimentaria entre ambas. Las capas de La Capana
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pueden segUÍTse por el flanco W. del sinclinal de Buil hasta que
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en las proximidades de Arcusa se observa una leve discordan- H
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cia sobre la Formación de Arro, particularmente clara en el ca- § "
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zorre y Betorz), los niveles discordantes se encuentran ya so- 00
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bre las calizas de Guara, presentando evidentes indicaciones de 'C< 'M H H .; H o H H H
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marea (PUIGDEFÁBREGAS, 1972 y 1974 a). La discordancia puede
seguirse en afloramientos aislados entre Rodellar y Otín donde
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fosiliza importantes relieves de las calizas de Guara (foto 3).
Desde Otín, la misma discordancia se sigue por Bagüeste y Las
Bellostas, hasta que en El Pueyo y Campodarbe son ya los tra-
mos rojos superiores los que fosilizan el relieve del anticlinal de
Boltaña. "• •o" "•
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ciendo luego bajo los bancos de Nummulites que se encuentran '" ,c< o
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en casi todos los perfiles del valle de Ara (Lám. VI). Al W. de H 00 ~ ~
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Fiscal, el cabalgamiento; de Oturia impide todo intento de co-
rreíación directa entre los valles de Ara y Gállego. No obstan-
te veremos ahora la posibilidad de relacionar estos niveles de
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La Capana que hemos seguido hasta aquí, y el espectacular ni-
vel guía constituido por la arenisca de Sabiñánigo. .,'"
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de esta hipótesis: "w "
-La serie margosa de la Canal de Berdún queda dividida en
dos partes por hr arenisca de Sabiñánigo: una inferior, relacio-
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2.7. EL COMPLEJO DELTAICO DEL EOCENO SUPERIOR
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I>i De un modo aproximado puede englobarse a todos los sedi-
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mentos marinos posteriores a la «transgresión» Biarritziense
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dentro del Eoceno superior, incluyendo en él todo el Priabonien-
se y la mayor parte del Biarritziense. Ciertamente que esto es
:;¡ muy discutible, pero para facilitar el lenguaje seguiré este cri-
1l¡j terio.
-;;¡ Unas 500 muestras han sido recogidas en este tramo para su
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u ~ estudio mícropaleontológico y los resultados obtenidos son has-
~
~ ,8 ta cierto punto desalentadores: apenas se ha podido diferenciar
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~ naaa dentro' del Eoceno superior. Las muestras han sido estu-
~~ :@ diadas por J. FERRER Y H. LUTERBACHER, buenos conocedores del
b Eoceno pirenaico, sin que haya sido posible caracterizar el Pria-
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boniense. Los resultados de los estudios micropaleontológicos
~ g .ó'l pueden consultarse en el Anexo número 4. Asimismo, los estu-
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¡j dios de las faunas de gasterópodos, realizados por F. DE VILLAL-
~ TA pueden consultarse en el Anexo número 3.
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u W Veremos ahora cuáles son ¡as unidades sedimentarias que se
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~ w u pueden distinguir. Fundamentalmente son dos: un sistema del-
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§-- ~ taico al E. constituido por alternancia de areniscas y margas
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Atarés), y su paso lateral margoso hacia el W. (Formación mar-
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gas de Pamplona, MANGIN, 1959-60). Las dos formaciones son
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lateralmente equivalentes y tienen como base el nivel de Sabi-
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·3 ñánigo-Urroz. El techo de la formación deltaica está constitui-
~ ,¡j do por los sedimentos continentales del Eoceno superior, mien-
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tras que las margas de Pamplona tienen como techo a la forma-
ción evaporítica de Guendulain.
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a 0 En la zona de las Sierras Exteriores encontramos las mis-
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mas formaciones, teniendo como base a lás calizas de Guara.
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~" Las margas de Pamplona presentan aquí unas facies menos pro-
fundas con gran cantidad de fauna (briozoos, nummulites, equí-
3:i nidos, etc.). Esta característica y el aislamiento geográfico del
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30 C. PUIGDEFÁBREGAS
SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 31
afloramiento en las Sierras, justifican la denominación equiva- MATEOS" 1962), o arenisca de Galar (DEL VALLE, informes Potasas
lente de margas de Arguís. de Navarra y Diputación Foral de Navarra). Constituye un ni-
El concepto de Formación de Belsué-Atarés corresponde a la vel guía desde Ruesta hasta Guendulain.
parte supenor del Grupo de Roda-Oroel de MUTTI et al. (1972): C) Niveles turbidíticos en las facies profundas de las margas de Pam-
En este caso he preferido utilizar· la denominación de Atarés en plona.
lugar de Oroel para evitar confusiones con los conglomerados 1. «Flysch» de Yesa. - Secuencias turbidíticas que se encuentran en
que forman la mole de Peña Oroe!. Asimismo, la Formación un afloramiento difícilmente correlacionable pero cuya edad" es
margas ~e Pamplona (MANGIN, 1959-60) correspondería a la par- claramente Biarritziense (RAMÍREZ DEL Pozol informe Diputación Fo-
te supenor del Grupo de Arro-Lumbier (MuTTr et al., 1972). ralde Navarra).
Ahora bien, dentro de este esquema cabe distinguir unidades 2. Areniscas de Gongolaz y Tajonar. - Forman cuerpos aislados. irre-
menores, cuya definición formal es algo difícil: . . . gularmente intercalados en las margas de Pamplona alrededor del
sinclinal de lzaga.
A) Niveles inmediatos a lá «transgresión» Biarritziense:
1. Arenisca de Sabiñdnigo. - Limolitas desde Javierregay hasta Urroz, . 2.8. FACIES CONTINENTALES
zona en. la que pue~e encontrarse un nivel calizo brechoide con
n~muhtes, glaucomta y cantos de caliza de' Alveolina. Areniscas
b~otur.badas con glauco:lita desde Áseara hasta Sabiñánigo. Are. El carácter especial de estos sedimentos dificulta. enorme-
l1lscas con dos secuenCIaS granocrecientes y con indicaciones de mente todo intento de separación de unid.ades estratigráficas,
marea en el valle del Basa. Existe un probable equivalente en la con el resultado. de que los límites entre las unidades son su-
zona d~ Arguís, donde sobre las calizas de Guara se encuentran mamente imprecisos. Los intentos de caracterización de unida-
unos mveles de limolitas arenosas bioturbadas y glauconíferas
a lo largo de toda la zona (desde Belsué hasta Santo Domingo). des están basados en dos criterios: la micropaleontología y los
aspectos sedimentológicos.
2. Capas .de Rodellar. - Margas y areniscas con estratificación cro.
zada bl~o~al y otras indicaciones de marea, que se encuentran des. El estudio micropaleontológico ha sido realizado por J. RA-
de NocIto hasta Rodellar así como en Almazorre. MÍREZ DEL Pozo, a quien una vez más agradezco su aportación.
3. Capas d~ La Capana. - Constituidas sobre todo por bancos de Los datos pueden consultarse en el Anexo núm. 5. El resultado
N,ummuhtes. Se encuentran en el sinclinal de Buil, Arcusa, Las es la separación cronoestratigráfica que figura en el mapa ad-
Bellostas y valle del Ara entre Aguilar y Albella. junto donde se distinguen el Eoceno superior, el Sannoisiense,
el Stampiense, un Chattiense que incluye parte del Aquitanien-
B) N~veles .esl?eciales no- directamente relacionados con el sistema- del.
talCO prmcIpal de Belsué-Atarés: se y un Aquitaniense - Burdigaliense. Ahora bien; estos límites,
que todavía no pueden considerarse como perfectamente carac-
1. Nive~es w:recifales. - Se encuentran en varios puntos (Sabiñánigo, terizados, raramente coinciden con cambios litológicos. Esto ha-
Atares, Bmacua, Eentué de Rasal, La Peña, flanco Sur de la Sierra
de Sa~to Domingo, Carcavilla). Se trata de capas disti,ntas, no co. ce que las isócronas así obtenidas sean difícilmente reconocibles
rrelaclOnables entre si, a excepción de algún caso. en el campo. Conviene pues, analizar las características sedi-
2. Arenisca de Yeste-Arrés. - Areniscas que se extienden desde Ben- mentológicas para tratar de seleccionar las que tienen un valor
t,,:é de Rasal y la Sierra de Santo Domingo (zona Sur) y entre regional; utilizándolas como referencia para la definición de
Bmacua y Martes (zona Norte). formaciones. Estas características de valor regional serán ob-
3. Arenisca de Martes. - Localizadas en la Sierra de Nobla y Peña viamente las que constituyan respuesta a fenómenos tectónicos.
l'4usera, fo.rmando un sistema deItaico menor, aislado al W. del La respuesta más evidente a una pulsación tectónica es la dis-
SIstema pnndpal. cordancia y, donde ésta desaparezca habrá que buscar algún cam-
4. Fonnacíón de Guendulain. - Constituida por dos miembros: bio de régimen sedimentario que puede, o no, haberse producido.
a) .Miembro inferior constituido por arcillas de tonos grises, ro- En nuestra zona, las discordancias son fundamentalmente
JOS y verdes, con laminaciones milimétricas, conteniendo las dos: la de Campodarbe en la base del Eoceno superior y la de
sales potásicas de la cuenca de Pamplona. Riglos en el Chattiense-Aquitaniense. Esta última está claramen-
b) ~iembro .superior Arenisca de Liédana (l'vIANGIN, 1962), o «are- te desdoblada en la zona de Riglos-Agüero (PUIGDEFÁBREGAS y
msca de npple-marks»} o arenisca _de Guendulain (RIBA y PÉREZ SOLER, 1973). Para facilitar los problemas consideraremos que
32 C. PUIGDEF~BREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 33
colaboración a fin de aclarar este punto tan importante para la mente, hacia el techo se pasa a las capas rojas de Santa María
interpretación paleogeográfica. Las primeras observaciones su- de Buil, pertenecientes a la Formación de Campodarbe.
gieren un depósito de talud cuya pendiente se dirigiría hacia el Para interpretar correctamente este corte conviene obser-
NW. deducible tanto de la geometría del afloramiento como de var su extensión lateral hacia el Sur (Arensa y Mondot). En el
las direcciones de corriente apreciadas en las turbiditas interca- camino de Arcusa a Mondot, las capas de nummulites están
ladas en las margas de talud subyacentes. , en discordancia sobre la serie inferior turbidítica (foto núm. 2),
En el cerro de Igardacua, la forma de la masa de olistolitos de modo tal que corresponden lateralmente a los slumps que
no es todavía bien conocida, pero lo que allí es indudable es contienen nummulites en el perfil de Buil, cuyo tramo inferior
su procedencia Sur. En este caso la edad sería anterior a la 'de con nummulites equivale sólo a unos pocos metros en ambos
Villanúa ya que los bloques alóctonos pertenecen en su mayoría flancos del sinclinal. La foto núm. 12, muestra estas relaciones
al Montiense. en el flanco W. entre Avcusa y Buil. El aumento de espesor hacia
el centro se origina probablemente por medio de deslizamientos
3.2. LA TRANSGRESIÓN BIARRITZIENSE según las pendientes producidas por el levantamiento de los an-
ticlinales de Boltaña y Mediano, con una resultante hacia el
Como queda anteriormente indicado, la evolución de la cuen- Norte.
'ca Cuisiense-Luteciense queda en cierto modo interrumpida por Vemos, pues, cómo en esta zona las capas de nummulítes su-
la transgresión que tiene lugar al final del Luteciense-principio ceden a la discordancia. Esto también ocurre en Las Bellostas
del Biarritziense. El fenómeno no puede situarse en un momen- (lámina V) donde la serie margosa con nummulites se sitúa dis-
to determinado sino que probablemente abarca un cierto lapso cordante sobre las calizas de la Formación de Guara. Los per-
de tiempo que varía según las zonas. Estudiaremos aquí los se- files del valle de Ara (Lám. VI) muestran también la situación
dimentos que siguen a este cambio (ver apartado 2.6.). de estos niveles nummulíticos sucediendo a la serie margoso-
turbidítica. Estas capas sufren una fuerte condensación en las
3.2.1. Capas de La Capana y Casas de Aguilar proximidades del flanco W. del anticlinal de Boltaña (fig. 6) de
El sinclinal de Buil, situado en el extremo oriental de la zona modo que en las casas de Aguilar quedan reducidos a un nivel
cartografiada, no ha sido estudiado con detalle y lo trataré aquí calizo constituido todo él por nummulites, discordante sobre el
de modo muy somero. El perfil de Buil (no representado) consta flanco del anticlinal, con discordancias internas a medida que
de una parte inferior margosa de carácter turbidítko (Forma- nos apartamos hacia el W. y finalmente con una discordancia que
ción de Arra), con frecuencia de slumps. Hacia arriba, los slumps sitúa a la formación roja de Campodarbe sobre todos los niveles
pasan a contener gran cantidad de nummulites. Sigue luego un anteriores, rodeando el espectacular paleorrelieve de Aguilar
nivel arenoso, a veces con mega-estratificación cruzada con (fotos núms. 4 y 5).
slumps a pequeña escala en los foresets. Se trata sin duda de No encontramos, pues, que en la zona del Ara, Las Bellostas,
una estructura muy particular que participa de los dos meca- y sinclipal de Buil, los sedimentos del Luteciense terminal están
nismos sedimentarios: corriente, que produce la estratificación constituidos por una serie de bancos de nummulites que suceden
'cruzada, con deslizamientos en las láminas cruzadas (fotos nú- indistintamente a las calizas de Guara o a su equivalente lateral
meros 9 y 10). margoso-turbidítico de la Formación de Arro.
Sigue luego un tramo de margas y limos con laminación mi- 3.2.2. Las capas de Rodellar y base de las margas de Arguís
limétrica con algún ripple y frecuente bioturbación. Se desarro,
lla luego un banco de nummulites sobre el que se depositan unas En el ámbito de las Sierras Exteriores, el momento de la
areniscas con claras indicaciones de marea. El tramo siguiente "transgresión» está representado por los niveles basales de las
está constituido por una alternancia de canales de arenisca con- margas de Arguís y por las capas de Rodellar. Lo que aquí ocu-
glomerática, alternando con margas en las que se encuentra rre es 'algo más complejo que una simple transgresión (fig. 5).
abundante fauna de gasterópodos, descubierta y descrita por Así, después de la deposición de las lcalizas de Guara se origina-
F. DE VILLALTA en la localidad vecina de La Capana. Los datos ron una serie de pliegues N-S a lo largo de toda la Sierra, con la
correspondientes pueden consultarse en el Anexo núm. 3. Final- consiguiente definición de una serie de cuencas-sinclinales, más
L SEDIMENTACIÓN CUBNCA DE JACA 41
¡1
" con cantos en su mayor parte de cuarzo y liditas. Su estructura
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interna es de mega-estratificación cruzada (foto 33) cuya dfrec-
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ción varfa de 290 a 310 La secuencia vertical es granodeore-,
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una secuencia grano creciente (ver corte de Peña Musera, Lá-
mina VIII), en tanto que hacia el E. se pasa gradualmente a
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canales fluviales en facies rojas. Este complejo debe interpre-
gf tarse pues como un conjunto de varios 'canales fluviales de
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cIerta importancia, desembocando en el mar sobre unos sedi-
.~ mentos en los que hasta el momento no se ha notadO' la menor
~ influencia fluvial. El hecho puede ocurrir por un simple cam-
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bio de dirección de la red fluvial que alimentaba los deltas de
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h ~ Sabiñánigo-Atarés o también por un descenso brusco del nivel
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de base, aunque las dos posibilidades no se excluyen mútua-
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I 5 mente.
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3.3.2. Discusión sobre las secuencias deltáicas
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Me referiré en este apartado a la interpretación general de
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las secuencias granocrecientes (coarsening-upward) basándose
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en el trabajo de HEHUWAT (1970) cuyo estudio exhaustivo de es-
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tas facies en la zona que nos ocupa, considero por el momento
~ fuera de revisión. .
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o Como hemos visto, las secuencias se caracterizan por un
.:::1: S aumento del tamaño de grano, del espesor de las capas areno-
~
~
~
sas, de la energía de las estructuras internas y aumento tam-
.::::?
.>l bién de la bioturbación. Varios modelos de secuencias están re-
.. o
~
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~
o
presentados en la figura 8 según HEHUWAT (1970). Estos tres
tipos son sumamente esquemáticos, caricaturas de lo que uno
~
54 C. PUIGDEFÁBREGAS ~
~
.Estas características son indicadoras de un proceso de offlap. .tio "e
- La bioturbación intensa y proliferación de fauna en el techo de la -, ~~~
secuencia, el decrecimiento o incluso desaparición de la actividad sedi~ 0°
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mentaria: y el paso de condiciones salobres a marinas (HEHUWAT, 1970),
son características de un proceso de onlap.
~ ;1 &~
~
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Uno de los rasgos más notables y constantes es la presen. i fl ~
cia de bioturbación generalizada en el techo de las secuencias, i •
de modo. que el substrato arenoso parece haber jugado un pa-
pel condicionante favoreciendo tanto la vida como la conser-
•
u
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~
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vación de los 'restos. Se han citado ejemplos en que las colo- o
nias de Ostraea siguen las trazas de los levees arenosos no fun- ,¡ ~
••"
cionales en el delta del Mississipi (COLEMAN y GAGLIANO, 1969 "~
en HEHUWAT, 1970). j •8 '5
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El problema reside ahora en averiguar el mecanismo que
ha originado semejante sucesión de procesos offlap-onlap en see \\ ,"' ,, I
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ries que pueden alcanzar los 700 m. de espesor (puerto de
Orad). Teóricamente las secuencias granocrecientes se forman
por diversos tipos de procesos litorales (SELLEY, 1970), pero aquÍ
encontramos varias características que apuntan hacia un ori-
gen deltáico: 1, regularidad de su repetición vertical en espe-
sores considerables; 2, los cambios bruscos de espesor, tendien-
.~
do las series más potentes a concentrarse en los sinclinales
~
(Belsué, Nocito, Atarés) y adelgazándose extraordinariamente
en los !anticlinales; 3, la disposición sedimentaria de ciertos •
~
perfiles transversales (Atarés, fotos 27, 28 Y 29); 4, la correla-
ción fotogeológica con las debidas comprobaciones en el cam- 1É '",
po, mostrando cómo series fluviales rojas pasan lateralmente ~ 1l.
a series de secuencias granocrecientes (ejemplos de Bagüeste,
;
1•
Bara, Nocito, Lúsera, Fiscal y Martes). -!,
El origen deltáico de este tipo de secuencias queda pues su- •§
ficientemente probado. La interpretación no es ciertamente ori-
ginal ya que secuencias granocrecientes se han descrito prácti-
¡;
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o
,
o
camente en todos lós deltas recientes que se han estudiado, así
como en numerosos ejemplos fósiles. Sin ánimo de citas ex- ~ ¡ ,~
haustivas, cabe menciona~' FrsK (1961), COLEMAN y GAGLIANO • '2
(1969), HOROWITZ (1966), OOMKENS (1967), DONALDSON et al. (1970),
•, ~ 2
3.3.3. Interpretación regional Los perfiles de Rasal, Garoneta y Salinas (Lám. V) pueden
considerarse como típicos para esta zona. En ellos puede
Estudiando la distribución cartográfica de las facies deltái- verse un tramo inferior de arenisca glauconífera bioturbada
cas se llega a la conclusión que existen tres complejos deltáicos (ver apartado 3.2.3.) seguido de un tramo margoso uniforme con
más o menos separados. El primero de ellos se encuentra en el microfauna escasa que va aumentando hacia arriba. Estas mar-
valle del Ara y sinclinal de Santa Orosia y está representado gas empiezan la intercalar niveles arenosos cada vez más abun-
en los cortes de la zona de Fiscal (Lám. VI) y en la parte del dantes y de mayor espesor a la vez que aumenta la fauna, tanto
nivel-guía de Sabiñánigo que se encuentra en el eje sinclinal en número de especies como de individuos. Antes del paso a las
de Santa Órosia. El segundo, que sucede en el tiempo al ante- facies rojas se encuentran areniscas de' tipo litoral precedidas de
rior es el más importante. Se extiende desde Bara hasta Ben- un nivel coralino (perfil de la Garoneta). El detalle de estas fa-
tué de Rasal en el flanco Sur del sinclinorio y desde Fablo cies litorales se estudiará en el apartado siguiente. Nos ocupare-
hasta Atarés en el flanco Norte. Se trata del complejo denomi- mos aquí de este tramo intermedio que incluye niveles arenosos
nado aquí de Belsué-Atarés, cuya característica más notable es v fauna abunaante.
que el sentido de progradación y la distribución de facies pare- Según HEHUWAT (1970), y observaciones propias, se distingue
ce estar condicionada por la tectónica, de modo tal que los ma- una distribución de fauna tal que en la base encontramos sola-
yores espesores corresponden a los sinclinal es. En el flanco Sur mente pequeños foraminíferos, y sucesivamente hacia arriba, brio-
del sinclinorio del Guarga, estos ejes sinclinales están orienta- zoos, lamelibranquios, grandes nummulites, equínidos y formas
dos de N. a S. con un buzamiento axial de unos 30" hacia el N., mayores de lamelibranquios hasta que finalmente aparecen algas,
mientras que en el flanco N. los ejes están orientados de WNW. corales y gasterópodos, a la vez que la bioturbación aumenta de
a ESE con buzamiento axial hacia el ESE. No parece aven- abajo arriba en el conjunto de la serie. El decrecimiento general
turada la hipótesis de la continuidad de los accidentes del de la batimetría parece pues bien claro. Globalmente puede con-
flanco S,. con los del N. por debajo del recubrimiento oligoce- siderarse al conjunto como una mega-secuencia grano creciente
no del sinclinorio, de modo que la distribución de las facies que, observada en detalle, aparece constituida por pequeñas se-
deltáicas seguiría las direcciones preferentes marcadas por los cuencias también granocrecientes indicando procesos de onlap"
ejes sinclinales que fueron posteriormente plegados. offlap. El techo de los niveles arenosos indica períodos no de-
El tercer complejo deltáico se situaría en las facies de Mar- posicionales (onlap) mientras que las facies finas margosas mar-
tes, siendo algo más moderno que el de Belsué-Atarés. Ya que carían el inkio del offlap hast,a el siguiente nivel arenoso. Hay
las facies de Martes son de carácter mucho más proximal, es de que observar, sin embargo que en este tipo de alternancia con
~uponer que más hacia el NW. se habría formado un complejo tramos arenosos profundamente bioturbados, la disposición gra-
de secuencias deltáicas que hoy no encontramos por falta de no creciente no siempre es evidente, existiendo a veces un límite
afloramientos. La fig. 27 representa un hipotético esquema pa- más a menos hrusco tanto en el techo' como en la base de los ni-
leogeográfico. veles fosilíferos. La característica más notable es la estrecha rela-
58 C. PUIGDEFÁBREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 59
ción entre los niveles arenosos y la fauna de modo que la arena 2. Los ejes de los pliegues se orientan según la dirección de la capa
parece favorecer la proliferación de formas de vida. Los restos (normal al buzamiento) y su vergencia es en el sentido de la máxi-
suelen encontr<irse en disposición no orientada y están frecuente- ma pendiente (buzamiento restituido).
mente fragmentados aunque son abundantes los ejemplares de 3. Los pliegues son más perfectos (menos ver gentes ) en la parte infe-
bivalvos cerrados. Esto parece indicar que la fauna no ha sufri- rior (W) del afloramiento y gradualmente se hacen más vergentes
y cabalgantes hacia la parte alta (E) (izquierda en la foto n~m. 34),
do transporte importante, siendo todo lo más ligeramente re- hasta que no se distinguen más que ciertos planos de deslIzamIen-
movida. to a modo de fallas inversas (foto núm. 37).
Este tipo de facies se extiende por toda la franja que bordea 4. Los pliegues muestran claros indicios de deformación en -estado
a las Sierras Exteriores hasta la terminación periclinal de la semiconsolidado.
Sierra de Santo Domingo. Por el E. (zona de Belsué) se inteJ:1cala 5. No se observa estructura sedimentaria alguna si exceptuamos al-
entre las distintas unidades de secuencias deltaicas, constitu- gunos restos de ripples en ciertas superficies. Posibleme~te las de-
yendo a veces paso lateral entre ellas (fig. 7). formaciones han borrado cualquier resto de estructura mterIfa.
Parece lógico suponer que estas facies de "plataforma» ocu- De todo esto puede deducirse que se trata de una capa de
paban zonas marginales no afectadas directamente por la sedi- arenisca todavía no consolidada que se deslizó por una pendien-
mentaciÓn fIuviomarina que se dirigía h<icia el NW. te de unos 12°, arnastrando sobre ella un cierto espesor de mar-
gas recientemente depositadas. Al llegar al fondo: ~ cualquie.r
3.4.2. Facies de talud otro punto donde la pendiente fuera menor, el mOVImIento deslI-
zante fue detenido formándose una serie de pliegues empezando
En el flanco N. del sinclinorio, Las facies deltaicas ceden paso por abajo y sucediéndose hacia atrás de modo tal que los ~lti
a una serie margosa mucho más pobre en fauna, aunque en la mos son tada vez más oabalgantes hasta que se reducen a SIm-
zona del Basa, al E. de Sabiñánigo, se encuentran niveles fosi- ples escamas superpuestas.
líferos íntercalados. Estas margas van adquiriendo caracteres de
Siendo que este fenómeno ocurre en las proximidades de las
mayor profundidad h<icia el W. en dirección a Pamplona. La ca-
facies deltaiéas de Atarés, cabe la hipótesis de que se trate de
racterística dominante es la uniformidad litológica y ausencia
un deslizamiento producido sobre la pendiente deposicional del
de estratificación, que puede ser debida a dificultad de observa-
delta. En este caso La pendiente calculada por medición directa
ción, pero que también puede tratarse de una característica ori-
(12°) resulta ciertamente exagerada, debido probablemente a
ginal. Conviene detenerse a estudiar algunas formas de desliza-
errores de medida, siendo quizás más acertado atenerse a la es-
miento que pueden ayudar a comprender el problema. Al W. de
timación sobre foto aérea (6 0). Puede sorprender la dirección del
Binacua y en las proximidades de Santa Cilia de Jaca existe una
deslizamiento hacia el WSW (250°), siendo que la progmdación
capa de arenisca intercalada en las margas (foto núm. 34) cuya
general es hacia el WNW., pero en realidad hay que pensar que
dirección de buzamiento difiere en unos 6 ° de la dirección regio"
nal, calculadas ambas sobre foto aérea y siendo la pendiente el frente deftaico no es una recta perpendicular al sentido de
progradación sino que tiene una morfología propia. Además este
próxima a la vertical. Ante tal obser",ación se hizo necesmio un
fenómeno ocurre en el flanco S. del anticlinal de Atarés, cuyos
estuaio detallado ante la eventualidad de una posible discordan-
movimientos podrían ser, aunque no necesariamente, los respon-
cia. La citada capa de arenisoa está afectada por una serie de
sables del deslizamiento.
pliegues de orden métrico a decamétrico, cuyos ejes son aproxi-
madamente verticales y se suceden groseramente con cierta pe- Otro aspecto interesante es la ausencia total de estratifica-
riodicidad cada 20-30 m. (fotos núms. 35 y 36). Todos ellos mues- ción en las margas circundantes, lo que p:arece sugerír que las
tran una clma vergencia en el mismo sentido. Un análisis de esta margas se han depositado de un modo parecido por deslizamien-
estructura ha sido realizado por PUIGDEFÁBREGAS y SOLER (1974), tos a modo de aludes (mud flaws). Merece la pena considerar la
cuyos resultados son los siguientes: posibilidad de que éste sea el modo normal de deposición de las
margas grises no estratificadas.
1. Proyectando estereográficamente las medidas y reduciendo el buza~ Lateralmente hacia el W. va aumentando el carácter turbidí-
miento de las capas de transición en la horizontal, obtenemos que tico (apartado 3.6.) observándose algunos slumps en la zona de
la pendiente de la capa es hacia el WSW, con un buzamiento de 12°. paso (foto núm. 38).
60 C. PUIGDEFÁBRBGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 61
3.4.3. Las margas con paleocano.lles de Gracionepel 3.5. FACIES LITORALES NO DELTAICAS
Ehtrre Sabiñánigo y Jaca, el tramo margoso que se sitúa sobre Agrupwré en este capítulo a las distintas facies litorales que
la arenisca de Sabiñánigo aflora a lo largo del flanco Sur de! no están directamente relacionadas con los complejos de!taicos.
anticlinal del Bas. Es difícil probar con absoluta certeza la exis- En el flanco Sur del sinclinorio se extienden desde Rasal hasta
tencia de un equivalente en el flanco N. aunque geométricamen- la terminación periclinal de la Sierra de Santo Domingo, mien-
te es posible. El sinclinal de Santa Orosia se prolonga hacia e! tras que en el flanco N. se desarrollan desde Binacua hacia el
W. pasando su eje justo al N. de Jaca. Este sinclinal presenta W. hasta la :aparición de las facies evaporíticas. A grandes ras-
unos buzamientos ¡axiales bastante fuertes que determinan un gos se pueden agrupar en dos: niveles arrecifales y facies are-
a~:JOmbamiento en la zona del Gállego de modo que al W. de nosas.
dIcho valle el eje buza hacia e! W. Según esto las margas del
Bas (Isún, Javierre) y Sabiñánigo podrían tener su equivalente 3.5.1. Niveles arrecifales
en las margas con paleocanales que se encuentran en Espuén-
No habiéndome propuesto el estudio detallado de su consti-
dalas y Gracionepel.
tución, intentaré aquí tratar la distribución de los distintos ni-
Las margas presentan allí una cierta laminación con algunos
veles arrecifales que existen en la zona. En los afloramientos de!
finos niveles de carácter probablemente turbidítico. Encajados
flanco Sur. del sinclinorio se encuentran tres importantes nive-
en este material existen numerosos canales arenosos (foto n." 39)
les: Bentué de Rasal, Rasal- La G8'roneta y Carcavilla - Santo
de forma relativamente estrecha y alargada. Presentan estratifi-
Domingo, existiendo además un pequeño afloramÍento en Santa
cación cruzada de bajo ángulo formandO' canales yuxtapuestos
Maria de la Peña. Entre estos tres, el de Bentué de Rasal es e!
cuyas direcciones varían de 270" a 290" a la vez que se encuen-
más antiguo y está constituido por una colonia de briozoos (fo-
tran estrías en la base de las capas, con direcciones variando de
tos núms. 40 y 41), mientras que los otros dos están en el techo
230" a 330". Es muy difícil averiguar el sentido de la corriente.
de la serie margosa, antes de! paso a condiciones continentales.
En la base de los canales se encuentran abundantes Nummuli-
tes, fragmentos de OstrCl!ea, de equínidos y gasterópodO's asocia- !=in el flanco N. existen cuatrO' niveles superpuestos, el más
ción de fauna que recuerda en gran manera a las de'la zona antiguo al E. y el más reciente al W. Por este orden son los de
Sabiñánigo, Oroe! inferior, Oroe! superior - Gab8'rdiella y Bi-
del Basa.
nacua. Para su disposición relativa ver la fig. 9 y los perfiles de
Se trata de facies en ciertO' modo análogas a las que presenta
la Formación de Arra en e! sinclinal de Ainsa, aunque aquí con la lám. VIII. Vista esta disposición totalmente diácrona cual-
quier intento de correlación basado en los nive!es arre~ifales
dimensiones y niveles de energía mucho menores. Existe allí, en-
(HEHUWAT, 1970) puede conducir a errores. Podría suponerse que
tre '-:A!rcusa y Boltaña, toda una gradación entre margas con ca-
nales arenosos con mega-ripples hasta canales turbidíticos. Esta el nivel más continuo en el flanco N. (capa de la Gabardiella) po-
dría corresponder a la mayor extensión en e! flanco Sur (Garo-
gnadación se efectúa de S. a N. coincidiendo con las direcciones
neta y Santo Domingo). Según los perfiles sísmicos realizados
de corriente. Estas facies de la Formación de Arra han sido· es-
tudiadas por MUTTI et al. (1972) y LUTERBACHER el al. (1973), tra, .por PHILIPS (ROJAS el al., 1973) existe un nivel con buena refle-
xión en el paso de marino a continental por debajo del sindino-
bajos en los que puede encontrarse abundante información. Los
rio del Guarga, pero por una parte no es seguro que el nivel
autores interpretan estas facies de canales como de «cañón sub-
marino» en sentido genérico. Por su parte, las facies de Gracio- de reflexión sea siempre el arrecife. Personalmente opino que
nepel corresponderían simplemente a facies de talud, más o me~ se trata siempre de niveles discontinuos que se desplazan en el
tiempo y en el espacio a medida que la regresión progresa hacia
nos relacionadas con los fenómenos de deslizamiento antes des-
c~tos. Según MUTTI el al. (1972) el talud sería de origen deposi-
el W. Los arrecifes intercalados en las secuencias deltaicas mar-
cIOnal en el frente de progradación deltaica. Se trata pues del carían los momentos transgresivos de mayor importancia.
Los constituyentes principales son tres: algas, corales y
talud deposicional correspondiente al complejo de!taico de Be!-
nummulites aunque no tienen por qué encontrarse los tres jun-
sué-Atarés.
tos. Pareoe que existe una cierta asociacióh entre algas y num-
62 c. PUl G D E F Á B R-E G A S SEDIMENTACI6N CUENCA DE JACA 63
mulites (Sabiñánigo y la Garoneta). E! nivel arrecifal de mayor Puente de la Reina y Arrés). Al W. de Villalangua las 8'Teniscas no
espesor es el de Binacua, donde se alcanzan unos 140 m. de ca- (Corresponden exactamente a estos tipos y más bien parecen par-
pas nodulosas de algas, :a veces con corales. Es probable que al- ticipar de las dos asociaciones de estructuras, predominando so-
guna de estas capas esté constituida por acumulación de frag- bre todo la larninacj,¡Sn paralela. Las tonalidades rojas pueden
mentos procedentes de arrecifes próximos. aparecer tanto debajo como inmediatamente encima del nivel
Conviene observar la disposición estratigráfica de los arreci- arenoso.
fes en el flanco N. del sinclinorio (fig. 9), puesto que entre el
perfil de Oroe! y el de Alastruey constituyen horizontes-guía muy
valiosos. El nivel superior de Oroel está en la base del último
grupo de secuencias deltaicas, cuyo espesor es de unos 200 m.
Siguiendo lateralmente hacia el W. encontramos el mismo nivel
. en la base de los perfiles de La Gabardiella, Atarés y Santa
Cruz de la Serós, a la vez que hada el techo de este último per-
fil aparece el primer indicio de lo que constituirá el complejo
arrecifal de Binacua. Significa esto que los 200 m. de secuencias
de!taicas del puerto de Oroe! desaparecen totalmente en Bina-
cua, pasando a facies margosas en el resto de los perfiles; al
W. de esta localidad. Es decir, se puede comprobar sobre el te-
rreno el paso de las facies deltaicas a las «margas de Pamplo-
na" precisamente en la zona en la que se encuentran los fenó-
menos de deslizamiento antes descritos (ap8'rtado 3.4.2.).
64 e, PUIGDBFAUREGAS
SdDIMENTACldN cU~NCA De JACA 65
tificación cruzada de pequeño ángulo en la que se observan can-
tos arcillosos en la base y en el techo de las capas, donde existen hipótesis aunque desde luego, Icon las debidas reservas. Las fa-
además acusadas formas de erosión a modo de pequeños caná- cies arenosas con ripples de oscilación del techo del perfil de
les. En Martes se observan pequeños canales en las margas relle- Pintano, se prolongan hacia el W. hasta la zona de Pamplona
nos también con margas. Finalmente en Pintano encontramos un constituyendo, junto con las facies potásicas subyacentes, la
tramo con secuencias granulo clasificadas típicamente turbidí- Formación de Guendulain que se estudiará en el apartado 3.7.
ticas. La interpretación de todas estas facies arenosas de tránsito
Entre Santa Cilia y Arrés, este tramo margoso está sucedido entre condiciones marinas y continentales no resulta nada fácil
por margas con niveles de arenisca con ripples de oscilación don- en detalle. Hay que basarse en tres aspectos: suposición est<ra-
d.e se intercala un pequeño nivel coralino, probable prolonga- tigráfica, su distribución cartográfica y su estructura interna.
Ción del complejo arredfal de Binacua. Finalmente, en lugar Estratigráficamente se sitúan sobre las facies marinas restringi-
de las facies de gasterópodos, encontramos el cuerpo arenoso das de carácter lagunar más o menos confinado, y por debajo
sobre el que se sitúa el pueblo de Arrés. Estas areniscas que de los sedimentos rojos cuyo carácter fluvial es más acusado en
se acuñan al E. de Santa Cilia y al W. de Arrés, presentan una el flanco N. que en el S. Cartográficamente se extienden al W.
es1J':lIctura muy característica en forma de pequeñas estratifi- de la zona ocupada por las facies de!takas hasta la aparición de
cacIOnes cruzadas de relleno lateral a escala centimétrica (cut la formación evaporítica de Guendulain en las proximidades de
and ftU) con bruscas variaciones de tamaño de grano. La Ruesta, con la única interrupción de las facies fluviomarinas de
secuenera en Alastruey ha sido estudiada con todo detalle Martes. Estas dos condiciones inducen a pensar en una línea de
por HEHuwAT (1970). Esquemáticamente parece que existen tres costa marginal al !cuerpo deltaico principal, con materiales redis-
~ecuencias que se inician con estratificación cruzada de bajo tribuidos por corrientes litorales. Sin embargo, las facies no co-
angulo en la base, estratificación cluzada de relleno latBleal en la rresponden exactamente a este concepto. Como estructura inter-
parte intermedia y ripples de corriente, a veces climbing ripples na, ya hemos visto que a veces presentan caracteres de muy baja
en el techo (fig. 10 Y fotos núms. 42, 43 Y 44). Este grupo de tres energía (ripples de oscilación y laminaciones), mien1Jras que en
secuencias está erosionado por un canal fluvial de típica estruc- otros encontramos indicaciones de corrientes probablemente dé-
tura grano decreciente. Esencialmente éste es el aspecto de la biles pero de intensidad muy variable (arenisca de Arrés) como
capa en los cuatro perfiles aunque el número y el espesor de las parecen indicarlo los cambios bruscos de tamaño de grano y la
secuencias constituyentes sea distinto. Al W. de Arrés (Javierre, peculia<r estructura interna. HEHuwAT (1970) interpretó esta capa
Martes y Pintano), estas areniscas pasan lateralmente a facies de Arrés como una barra de desembocadura, de acuerdo con sus
margosas !cuyas características más notables son la ausencia de observaciones en el perfil de Alastruey. Desde el punto de vista
fauna, las laminaciones finas y las intercalaciones turbidíticas. A teórico, las condiciones hidráulicas propias de estas barras son
estas facies sucede bruscamente el complejo fluviomarino de .muy parecidas a las que pueden deducirse de las estructuras se-
Martes (ver apartado 3.3.1.4.). Lateralmente hacia el W. este com- dimentarias aquí observadas y en realidad esto es lo más impor-
plejo pasa a areniscas formadas en su totalidad por ripples de tante, tanto si e! modelo corresponde exactamente, o no. Muy
oscilación con enormes estructuras deformacionales (perfil de poco se conoce sobre otros tipos de sedimentos como pueden
Pintano). La forma exacta en que se Irealiza este paso lateral no ser pequeñas desembocaduras de canales distributarios secunda-
está nada clara debido principalmente a las dificultades de obser- rios en ambientes lagunares, casos éstos ciertamente próximos al
vación. El corte de Peña Musera (Lám. VIII), intermedio entre concepto de mouth-bar. Lo que sí parece cierto es que esta uni-
Martes y Pintano, muestra unas capas con ripples de oscilación dad de Arrés está relacionada con el mecanismo fluvial según
y flasers, pasando hacia arriba a ripples de IcoDriente hasta que parece deducirse de los perfiles, especialmente el de Triste en el
se llega a la erosión basal del canal fluvial. Es difícil averiguar que la 'arenisca en cuestión aparece dividida en tres unidades
si las areniscas del techo de! perfil de Pintano están simple" cada una de ellas en forma de canal. Que los canales irrumpen
mente debajo de los canales fluviales de Martes, o si se trata en facies lagunares parece también claro, en la mayoría de los
de sucesivos pasos laterales de los sucesivos canales que for- perfiles. Hay que destacar además dos datos importantes: la au-
marían el complejo. Actualmente me inclino por esta segunda sencia prácticamente total de fauna y también la ausencia de
cualquier indicio de actividad de mareas, aspectos éstos que
66 e, PUIGDEFÁBREGAS
crvua
Corno hemos visto, la Formación margas de Pamplona tiene
corno base el complejo turbidítico de Hecho-Arro, con la are-
nisca de Sabiñánigo-Urroz corno sepanrción aproximada entre
I
ambos. Hay que destacar, sin embargo, que en la parte alta el l' ,
flysch pasa gmdualmente a facies muy m",rgosas inseparables li- ;!
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j'1 I ¡ Ui
unidad litológica pasa lateralmente hacia el SE. a facies dcltai- ji i
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forme que, :conforme se sube estratigráficamente en dirección a ,,
la Sierra de Tabar, se empiezan a intercalar niveles arenosos
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milimétricos. Cuando estas capas aumentan algo de espesor pue-
de observ",rse claramente su estructura turbidítica. El tramo si-
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guiente hacia arríba está constituido por grandes canales turbi- '¡':";
" :,'
díticos de dimensiones kilométricas con indicaciones de direc-
ción WNW-ESE, aunque el sentido es difícil de determinar. Estos
canales se presentan en la cartografía a modo de grandes lente,
jones relevándose y sucediéndose en el espacio y en el tiempo
(areniscas de Gongolaz y Tajonar). Su relación anchura/profun-
didad es más bien baja y su estructura interna consiste en un
conjunto de canales de dimensiones decamétricas COn estratifi- ,
gro'"
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cación cruzada de ángulo pequeño y cantos arcillosos en las, ba- ""~e •• ! ! :¡¡ª
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68 e. PÚiGDEFÁBREGAS
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estudiarse el análisis de microfauna del perfil de U1TOZ realizado
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por J. BROUWER. Lo más notable es el carácter profundo de toda t¡11
111)
la fauna, incluso entre los niveles rojos con ripples de oscila- 1111 ~
ción del techo de la serie. J. BROUWER (com. personal) encontró z
el mismo fenómeno en un corte realizado en el á'l'ea de Pam-
plona, pasándose bruscamente de facies con fauna profunda ~,¡¡
a las evaporitas de la cuenca potásica. Esto parece incompati-
ble con la presencia de Plicatula pamplonensis citada por CAREZ o
!
(1881) en este tramo, aunque en realidad poco se conoce acerca
del medio de vida de esta especie. También pueden encontrarse ·
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con fodo, lo cierto es que existe un cambio brusco que ha indu- j¡: 11I 15
o.
cido a varios autores (RoJAS et al. 1973 y KRUIT Y BROUWER como .1J
personal 1973) a pensar en una discordancia. El problema lo
abordaremos en el siguiente apartado, después de estudiar las fa-
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cies evaporíticas de Guendulain.
En cuanto a la procedencia del material ¡¡rcilloso que consti~
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tuye la mayor parte de la Formación margas de Pamplona, es ló-
gico pensar en los complejos deltaicos de Belsué-Atarés. • " S
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3.7. LA CUENCA EVAPORITrCA FINIEOCENA; FORMACIÓN
DE GUENDULAIN ~<
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Esta formación comprende una serie de materiales que suce- ~
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lo revelan los sondeos efectuados hasta la fecha (figs. 11 y 26). Entre las capas gruesas se encuentran alternancias centimé-
Al N. de la falla de Loiti, la formación sólo aflora rodeando el tricas con fragmentos de conchas y ripples en el techo. La al-
sinclinal de Izaga pero cambiando de facies de modo tal que ternancia superior presenta climbing ripples (dirección SE.).
la arenisca de Liédena se encuent~a directamente sob.re las Es evidente que las facies de estos dos cortes son muy pa-
margas de Pamplona. recidas. Sin embargO' en superficies no existe ,continuidad lateral
En la Lám. IX pueden estudiarse los cortes, dos de ellos entre ellos ya que si se sigue la línea de afloramientos de uno a
correspondientes a la zona de Izaga y el resto a los afloramien- otro, las facies cambian notablemente. Las facies de Indurain se
tos al Sur de la Falla de Loiti. mantienen constantes aproximadamente entre Urbicain y Veso-
lla (fig. 28) mientras que las de IIundain se extienden entre
Labiano y el alto de Laquidiain. En el flanco Sur del sinclinal
3.7.1. Zona del sinclinal de lzaga
(zona de Sengáriz y Zabalzei:a) las areniscas casi desaparecen,
En la base del corte de Indurain se encuentran unos niveles quedando sólo unos pocos niveles de ripples sobre las facies
con concentración de fragmentos de conchas y nummulites y de arcillas rojas con evaporitas. En el flanco N. ocurre algo
ripples de oscilación de índice muy elevado. Sigue luego un con- parecido entre Lizarraga y Ardanaz donde sólO' se encuentran
junto de ocho bancos arenosos en los que se aprecia un aumen- unos pO'cos niveles de ripples directamente sobre las margas
to de tamaño de grano de la base al centro de la capa, seguido grises (margas de Pamplona), faltando aquí pO'r cambiO' de fa-
de una disminución desde aquí hasta el techo. Este carácter es cies, las arcillas rojas con evaporitas.
sólo apreciable a grandes i'asgos y a que en el detalle existen Finalmente, entre AJrdanaz y Urbicain se desarrO'lla una
fuertes variaciones locales de tamaño de grano. Las estructuras importante masa de conglomerados (50-80 m. de espesor) cons-
también varían encontrándose ripples o estratificación paralela tituyendo el cerro de Icegui. La fO'rma de la masa es lenticular
en la base y techo, y estratificación paralela o semiparalela y y los ¡cantO's, del o-rden de IO's 10 cm. proceden en su mayO'ría
cruzada de pequeño ángulo formando la mayor parte de la de la caliza paleO'cena y del flysch. En algunos puntos de la
capa. Son notables las deformaciones basales así como la pre- zO'na de Vesolla (sO'ndeO' de Adaro, ROJAS et al. 1973) existen in-
sencia de grietas de desecación y marcas basales de corriente tercalaciones conglomeráticas de pO'ca importancia, algunas de
indicando SE-NW sin que se pueda conocer el sentido. Hacia ellas ya citadas por MANGIN (1959-1960).
la p<!rte alta del perfil se pasa gradualmente a coloraciones VemO's pues, que en 'conjuntO' existe una notable variedad
más rojizas a la vez que aumentan los ripples de corriente. Jus- de facies en el sfnclinal de Izaga que difícilmente se pueden
to en la zona de tránsito existen huellas de aves del tipo Cha- interpretar sin cO'mparar con IO's datos de otros aflO'I'amientO's
radriipeda mínima y C. disjuncta (PANIN y AVRAM, 1962). de la formación.
El corte de IIundain es bastante incO'mpleto ya que no aflo-
ra 1" base y el techo queda inaccesible. En la base existe una 3.7.2. Zona de Monrea[
alternancia de capas centimétricas cuya estructura suele ser
estratificación cruzada de pequeño ángulo. El material de ['elle- Prácticamente la totalidad del corte de MO'nreal está cons-
no suele ser de grano mucho más grueso con abundantes frag- tituido por una alternancia de areniscas y areilLas cO'n profw.
mentos de conchas. LO's ripples son siempre de corriente (di- slon de ripples de oscilación (fO'tos núms. 45 y 46). Las capas
rección SW) y su frecuencia aumenta hacia arriba. En IO's me- inferiores presentan abundancia de estructuras deformaciona-
tros 3 y 5,5 existen dos capas gruesas con estratificación cruza- les (ANKETELL et al. 1969), aunque pueden encontrarse niveles
da de pequeño ángulo formando amplios canales cuyos ejes defO'rmadO's en tO'do el perfil (fO'tos núms. 47. y 48). La estra-
,indican direcciones NW-SE. (sin sentido apreciable) y en los tificación en flasers y linsens es frecuente mientras que las es-
que pueden encontra.rse concentraciones de fragmentos de con- tructuras de ,corriente (rípples y Iineadones) sólo se encuen-
chas. Finalmente, la última capa accesible presenta evidentes tran O'casiO'nalmente (metros 19, 21 a 23, 41 Y 45). No se ha en-
señales de tratarse de un depósito de canal, de base poco ero- contradO' ninguna traza ni fragmento de fósil marino. La cO'lo-
siva, cantos arcillosos y un lag·deposit :con fragmentos de ración es alternante gris-roja cO'n predominio del rO'jO' hacia
cO'nchas. arriba y en las zonas con estructura de cO'rriente.
72 C. PUIGDEFÁBRBGAS
SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 73
En Salinas de Ibargoiti existe un corte cuyo aspecto más IDO constituyendo capas (foto 52). Frecuentemente se encuentran en el
interes~,:te es el tramo de tránsito entre las facies arcilloso- techo de capas centimétricas sin estructura aparente (posiblemente para-
evapontIcas y las areniscas superiares. Desde los O a los 21 lela). Estas capas están mal gradadas en su mayoría, con algunas excep-
metros se ~bserva una gradación de energía creciente empezan- ciones en las que se observa cierto graded bedding. Los ripples de co-
do por lammación milimétrica en color y en tamaño ~ modo de rriente con raros, reconociéndose únicamente en el metro 40 con dudas
en los metros 54, 57 y 59, y también en el techo de la columna. Merece
varvas, en la~ a.rcillas inferiores. Hacia arriba se intercalan pri- especial atención la estructura de las capas gruesas (de 50 a 150 cm.). La
mero. finas lammas arenosas en las que se encuentran moldes base suele ser plana, a veces con flutes (MANGIN, 1962 Y DE RAAF, 1964)
de, cristales de sal. Progresivamente estas láminas pasan a ser con direcciones hacia el WNW. (fotos 53 y 54) (metros 13, 40, 53 Y 59). La
estructura interna es difícil de ver a causa de la homogeneidad del grano,
mas ~ruesas esta~do co.nstituidas por ripples de oscilación cuyo siempre de tamaño de arena fina. En la mayoría de los casos parece
tam~no crece hacIa arrIba. Esta secuencia está seguida por una estratificación paralela aunque a veces se observan ripples de corriente,
aremsc~ de 5 m. de espesar, cuya estructura original no es visi- incluso posibfemente mega-estratificación cruzada (metro 56). En el techo
ble de~Ido. a las estructuras deforman tes de la parte inferior y se encuentran ripples de oscilación, excepto en el metro 41 donde existen
a defiCIencIas de ~floramiento en el resto de la capa. Posiblemen- climbing ripples. Formas de slump de escaso recorrido se encuentran en
el metro 16. Los ejemplos de huellas de aves parecidas a las descritas
te puede carrelacIOnarse este nivel can la base del perfil de Mon- por MANGIN (1962) se encuentran hacia el metro 46 (foto 55) y parecen
real: Hasta el metro 38 sigue un grupo de capas con estructuras ser del tipo antes citado (Charadriipeda minima, PANIN y AVRAN, 1962).
semI~aralelas o cruzadas de ángulo muy pequeño, con bruscos - de 75 a 105 m.: tramo margoso con intercalaciones arenosas de poco
c~mbIOs en el tamaño de grano, intercalando a veces niveles con espesor y muy espaciadas, cuya característica más notable es la abun~
r~¡;ples de oscilación. Más arriba las condiciones de observa- danda de moldes de cristales de sal en el techo de las láminas (foto 56)
CIO~ no .son muy buenas hasta que finalmente se pasa a las (DE RAAF, 1964).
faCIes grIses lacustres de Zabalza.
MANGIN (1962) citó por primera vez la coexistencia, en el mis-
3.7.3. Zona de Liédena,Yesa mo perfil, de huellas de ave y capas con flute 'cast, estructura
comúnmente atribuida a corrientes de turbidez. Desde entonces
!'n el, perfi~ de Liédena (foto núm. 50) está situado en: la las discusiones se han sucedido sin términO', existiendo opinio-
antI~a lmea. !errea de Pamplona a Sangüesa, entre la Foz de nes de todo tipo, incluso de autores que nunca vieron el aflara-
l:umbIer y LIedena. Fue estudiado por MANGIN (1962) Y poste- miento. El problema inmediato que se planteó fue así: puesto
norment~ por DE RAAF (1964). He extremado el cuidado en las que los flute cast son fenómenos turbidíticos y a los depósitos
observaCIOnes y en las correlaciones a través de las numero- turbidíticos se les ICono ce como «flysch», resulta de ello que el
sas fallasqu~ cruzan el aflol'amiento. Cuando esta correlación «flysch» es un depósitO' somero ya que en él se encuentran hue-
me ha parecIdo dudosa he preferido representar el símbolo llas de ave y moldes de cristales de sal. Este razonamiento inco-
d~ .falla. La escal~ .de espesores está por tanto sujeta a impre- herente ha SIdo con frecuencia atribuido a MANGIN, y creo que de
ClSlones. P~~a fa~Ihtar la localización de las capas he indicado modo injustificado. Quisiera aquí reproducir el párrafo funda-
la n~meraclOn eXIstente hasta la fecha (1973) en el mismo aflo- mental del artículo que MANGIN publicam en 1962: «Ainsí les figu-
r~,,:',:,nto y cuyo autor desconozco. El perfil puede considerarse res caracteristiques dont la genese est souvent attribuée a des
dIVIdIdo en tres partes (de abajo arriba): courants deturbilité et qui aident a définir les «unités de sédi-
mentation» que de nombreux auteurs qualifien de turbidite en
. :-- de O a 12 ro.: .arcill~s roja~ finamente laminadas con frecuentes in- y voyant un depót bathyal, voisinen ici avec de temoignages ir-
dICIOS de y~so. HaCIa arrIba se mtercalan ripples de oscilación, progresi- recusables de tres faible profondeur». El párrafo es la expre-
vamen~e mas abundantes (foto 51). En la parte superior (8 a 12 ro) tanto sión pura y simple de una observación verdaderamente sagaz
las arcIllas COl:10 sus finas intercalaciones arenosas están Iaminada~ Exis-
ten algunos lllveles con estructuras de deformación. El infrayace~te no a la que rmramente se le ha atribuido el valor que merece. Lo
aflora: la falla de Loiti pone en contacto los tramos inferiores de las inmediato que se desprende de su lectura es que los flute cast
margas de Pamplona con las ardUas yesíferas. no tienen por qué ser típicos de corrientes de turbidez, y que
. - de 12 a 75 ID.: al~ernanda de margas y areniscas en capas centimé- una turbidita no tiene por qué ser profunda, conclusiones am-
tncas, alcanzando ocaSIOnalmente el metro o metro y medio de espesor bas que son absolutamente ciertas y hoy en día casi univer-
La estructura dominante son los ripples de oscilación! tanto aislados co~
salmente reconocidas. En efecto, los flute cast se han encontra-
t.====== - ~- - __
74 C.- PUIGDEFÁBREGAS
SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 75
do en medios no turbidíticos (FRIEND, 1965) Y no son raros en kening-upward, formando secuencias que miden de' 1 a 2 m. de
las formaciones fluviales que se describen en esta memada in- espesor. Los ripples en la base de cada secuencia son de dimensio-
cluso en la base de algunas canales. Por otra parte son cada nes reducidas (6 x 60 mm.) mientras que en el techo Se alcanzan
vez más frecuentes las descripciones de turbiditas en medios tamaños mayores (20 x 110 mm.). Son frecuentes las pequeñas es-
tructuras deformacionales a veces con cierto movimiento de desli-
poco profundos. Como ejemplos notables hay que destac"r el zamiento (foto 64). En el techo de las secuencias suele encontrar-
'de los Cárpatos Orientales, con profusión de huellas de verte- se una capa limosa milimétrica fosilizando la última superficie ri.
brados (PANIN, 1965), el Mioceno de La Malá (DABRIO et al. 1972), zada (foto 65). La característica más notable de los ripples que se
las capas de Yeba en el anticlinal del Boltaña (MUTTI et al. 1972). encuentran en este tramo, es su estructura mterna cuya lamina-
ción presenta una dirección de corriente absolutamente dominan-
Es además un hecho reconocido que la turbidez no implica ne- te hacia el W. BOERSMA (1970), estudió estos ripples utilizándolos
cesariamente profundidad, sino un cierto desnivel, siendo inclu- en -algunos casos' como modelo para describir algunas de las ca-
so posible encontrar capas que recuerdan a turbiditas en depó- racterísticas peculiares de los ripples de oscilación. En general
sitos fluviales de inundación. puede afirmarse que están prOducidos por movimientos pulsato-
Ciñéndonos a la interpretación del perfil de Liédena, convie- rios unidireccionales o de_ periodicidad irregular.
ne <tes tacar lo siguiente: c) (66 a 82 m.): Este tramo es algo más arcilloso que el anterior,
aunque intercalando también capas de ripples de oscilación sin
a) Presencia generalizada de los ripples de oscilación. que aparentemente se observen secuencias ordenadas. Lo más
b) Excepcionalidad delas capas gradadas. característico del tramo es la gran abundancia de estructuras de-
c) Los ¡lutes se encuentran en capas que miden alrededor formacionales- en los niveles margosos así como en las areniscas,
mostrando frecuentemente un sentido de desplazamiento. La ausen-
de un metro de espesor, resultando difícil imaginar una cia de secuencias graduales hace que los límites entre capas de
corriente de turbidez de tal magnitud en un medio tan distintas litologías sean más bnlscos, siendo ésta una condición
somero. favorable para el desencadcnamiento dc los mecanismos deforma-
cionales por gradientes de densidad (ANKETELL et al. 1969). Algunos
Es dedr, en mi opinión, caso de existir turbiditas en el corte ejemplos pueden observarse en las fotos 69 y 71.
de Liédena, éstas no corresponderían a los bancos con flutes, d) (82 a 103 ro.): Este tramo presenta cuatro capas mayores de are-
sino a las capas centimétricas antes des'critas, y su existencia nisca cuyos espesores oscilan entre 1,5 y 4 m., separadas por tra-
sería además totalmente ocasional. mos alternantes (fotos 72 y 73). La superficie basal de estas capas
suele ser plana y ligeramente erosiva, con frecuencia de cantos
Perfil de Yesa. - Se trata del corte más completo y quizás arcillosos. La primera capa llega a erosionar 1 m. la subyacente
el más interesante (foto 57). Fue estudiado anteriormente por a lo largo de unos 50 metros de afloramiento horizontal. Estas
DE RAAF et {/jI. (1965), teniendo ocasión de visitarlo personal- capas gruesas pueden considerarse compuestas por varias unida-
mente por primera vez en compañía del Prof. J. F. M. DE RAAF des separadas por las correspondientes superficies erosivas con
Y de los Dres. J. R. BOERSMA Y F. A, HEHUWAT a quienes debo cantos arcillosos. La estructura interna de cada una de estas uni-
dades es bastante difícil de observar debido a la homogeneidad
gran parte de las observáciones: del grano (arena fina), sin embargo pareCe que existe una secuen~
Podemos distinguir los siguientes tramos de ábajo arriba cia unitaria que consiste en una parte inferior con mega~estratifi
(figura 12): cación cruzada y estratificación paralela, pasando a una parte su-
perior con climbing ripples (foto 75). En el techo pueden encon-
a) (O a 44 ID.): Tramo de arcillas finamente laminadas en color (gris, trarse niveles con ripples de oscilación. La mega-estratificación
verde y rojo) y posiblemente también en tamaño de grano ya que cruzada de la parte inferior es de un tipo algo especial: la altura
las láminas rojas parecen ser de tamaño limo fino. El conjunto de los sets es de unos 25-30 cm. y forman unidades muy regula-
recuerda los depósitos de varvas. Son muy frecuentes las costras res alcanzando longitudes de varios metros (foto 74, afloramiento
carbonatadas con moldes de cristales de sal (fotos 58, 59 Y 60). del camino viejo al E. de la carretera), características éstas atri-
Las láminas arenosas con estructura paralela se hacen más fre- buibles a mega-ripples, sin embargo el ángulo de inclinación de
cuentes hacia arriba. El contacto con el subyacente marino es por las láminas cruzadas es demasiado pequeño para que se trate de
falla, y en esta parte está cubierto por terrazas del Aragón. mega-ripples normales, Lo cierto es que estas secuencias unita~
b) (40 a 66 ID.): Tramo arcilloso con ripples de oscilación, primero rias que agrupadas constituyen cada uno de estos bancos mayo-
aislados y de pequeñas dimensiones, mientras que de modo muy res sugieren unos depósitos transportados por algún mecanismo
gradual hacia arriba se van uniendo para formar ({trenes» de rip- alternante parecido al descrito por GLANNIE (1970 y 1972) para los
pIes, hasta que más arriba se forman verdaderas capas (fotos 61, waclis aunque, en nuestro caso, la acción eólica no está bien de-
62 Y ,63). Se trata pues de un ordenamiento vertical del tipo thic- mostrada. Los tramos de mega-estratificación cruzada de bajo
ángulo podrían corresponder a transporte eólico y los,_ de clim-
76 C. PUIGDEFÁBREGAS
SBDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 77
bing ripples a transporte hidráulico. Si por el contrario, toda la
secuencia se ha depositado en medio acuoso tendríamos una típi~ fusión de huellas de ave podrían preservarse ton tal perfección
ca sucesión vertical de energía decreciente. Es un hecho notable y regularidad sin invocar a la acción eólica. Aunque por el mo w
el que estas secuencias unitarias estén separadas entre sí dentTo mento faltan datos concluyentes, esta observación es sumamente
de la misma capa, por superficies de erosión. Las direcciones de sugestiva. En los afloramientos equivalentes en las cercanías de
corriente tienen todas una marcada componente hacia el W. Undués de Lerda (núcleo del anticlinal de Botaya), se encuentran
Los tramos margosos que separan estas capas mayores pre~ estructuras de tipo sand tails (foto núm. 84). Por otra parte los
sentan Un carácter alternante sin que se observen secuencias or- climbing ripples milill1.étricos (fotos núms. 79 y 80) no parece
denadas. Las margas suelen ser grises, con capas de limolitas muy que puedan formarse más que inducidos por el viento sobre una
finas. Las areniscas tienen espesores variables' desde 1 a 25 cm. delgada lámina de agua, según opinión sugerida por J. SoLÉ (com~
o más. 'El grano' es siempre de tamaño muy fino, incluso limo en posición personal 1974). Todo ello indica que la acción eólica exis~
las capas más finas. La estructura interna suele ser la laminación tió realmente, aunque queda por averiguar la importancia del pa~
p~ralela y muy frecuentemente ripples de corriente o climbing pel que jugó en la deposición de esta serie alternante.
rtpples, aunque también pueden encontrarse ripples de oscilación
especialmente en el techo y en la base de las capas (fotos 76 77 Se podría repetir aquí lo dicho anteriormente para el corte
Y 78). Una observación minuciosa de las laminaciones paral~las
muestra cómo esta estructura puede pasar a pequeños ripples de de Liédena. La estructura dominante son los ripples, especial-
corriente de tamaño milimétrico. Pueden encontrarse estrías baw mente los de oscilación; las capas semejantes a turbiditas no
sales de corriente dirigidas siempre hacia el W., así como estrucw presentan una secuencia turbidítica clara y, en todo caso son
turas que recuerdan a grietas de desecación y hacia el metro 93 más bien excepcionales; las pistas de aves se encuentran rela-
se encuentran pequeñas huellas de aves.
donadas con las capas de ripples, tanto como moldes en la
e) (103 a 120 m.): Este tramo es muy parecido a las alternancias base, como huellas directas sobre las superficies de los ripples.
que se intercalan entre los cuatro bancos de arenisca del tramo
anterior (d). Las lutitas pasan a adquirir tonalidades cada vez Sin embargo, en este perfil conviene destacar algo que no exis-
más rojizas. En· la parte inferior de este tramo se encuentran te en ninguno de los anteriormente descritos. Se trata de las
algunos bancos de arenisca de 25 a SO m. de espesor, sin estruc~ cuatro capas de areniscas con mega-estratificación cruzada, cu-
tura interna visible a excepción de ripples de corriente en e\ ya geometría, secuencia y estructura parece indicar un origen
techo. La parte superior del tramo consiste en una alternancia de fluvial, de modo que el ambiente lagunar de la parte inferior
lutitas y areniscas en la que las capas constituyentes se agrupan
en secuencias thining~upward. Su estructura interna es siempre del perfil se ve interrumpido en su mitad superior por una im-
laminación paralela o ripples de corriente, a veces climbing, cuyas portante influencia fluvial :con la que podrían ,relacionarse los
dimensiones son sorprendentemente pequeñas (sets de 1 mm. de ocasionales niveles semejantes a turbiditas, tanto de este perfil
espesor) (fotos 79 y 80). Lo más notable de este tramo es sin duda como del de Liédena. Las muestras estudiadas no han dado
alguna la profusión de huellas de ave que se encuentra en la base
de la capa situada en el metro 105 (fotos 81 y 82). Las huellas más que algunos restos de ostrácodos (RAMíREz DEL Pozo, infor-
fueron descubiertas por DE RAAF en octubre de 1963 y descritas en mes de la Diput'ación Foral de Navarra).
un trabajo posterior (DE RAAF et al. 1965). Existen dos tipos de
huellas,· unas menores, semejantes a las descritas en los cortes de 3.7.4. Interpretación
Liédena e Indurain, así como en el metro 93 de este mismo corte,
correspondiendo al tipo Charadriipeda (PANIN y AVRAM, 1962), pero Parece fuera de duda que estos depósitos representan un
lo más espectacular son las huellas mayores, con membrana inw ambiente 'restringido de tipo lagunar más o menos relacionado
terdigital, del tipo Cinonoiidae (DE RAAP el al. 1965), aunque tam-
bién podría tratarse de flamencos si se tiene en cuenta su afinidad con el mar. No se ha encontrado prueba alguna en toda la zona
a los medios hipersalinos. En la parte supedor del corte existe de influencia de mareas. Hacia el ESE. existe una maI'cada in-
una pequeña fuente de agua algo salada que está rodeada de fluencia fluvial, posible responsable de los ocasionales niveles
aflorescencias salinas. Hacia el techo, el corte no puede seguirse semejantes a turbiditas, mientras que hacia el NW. la influen-
debido a los recubrimientos, pero junto al río siguen aflorando los
niveles de arenisca con ripples de oscilación y de corriente sobre cia marina pareoe alcanzar el tramo superior arenoso (pre-
los que ocasionalmente se encuentran huellas de ave (foto 83), cencia de fragmentos de conchas y nummulites en Indurain
hasta que finalmente se pasa a las facies fluviolacustres de Ja~ e Ilundain, donde además no se encuentran las evaporitas
vier. Existen también algunas huellas en bloques desprendidos que subyacentes, sino tan sólo margas grises).
podrían atribuirse a ungulados, en las inmediaciones del metro
106. Es muy interesante la observación de DE RAAP el al. (1965) en Caso de que se invoque la teoría de la barra para el origen
el sentido de que resulta difícil comprender cómo una tal pro~ de las evaporitas, las relaciones con el mar abierto no pueden
buscarse más que hacia el NW., donde por desgracia no existen
78 c. PUIGDEFÁBREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 79
~
más afloramientos que los que rodean a la Peña Izaga. La gran l'
) mente evaporítico de poca profundidad, .~emejante al qu~ pue-
dispersión del material ~renoso del miembro «Arenisca de Lié- de producir un sebkhas (Hsü, 1972 y Hsu et al. 1973): SIn e~
dena» que puede seguirse desde Ruesta hasta Uridiano (al SW. bargo estas evaporitas de origen so~ero fueron deposlta~as dI-
·de Pamplona) a lo largo de más de 60 Km. plantea el problema rectamente sobre facies profundas SIn que se observe ';Inguna
de la localización de su área fuente. Hemos visto que no existen transición gradual del tipo de fauna. Descartando suceSIVOS .Ie-
afloramientos ni al S. ni al N. de la zona, de modo que la única vantamientos y hundimientos del fondo marinO' el autO'r exphca
referencia está en la zona de Ruesta donde las facies arenosas el problema por sucesivas desecaciones de la cuenca .:nedlte-
parecen estar relacionadas con la zona deltaica de Martes (apar- .rránea durante el Mioceno superior. De esta manera Hsu (1972)
tado 3.3.1.4.). Podría trata'rse pues de una zona restringida mar- propone tres modelos de deposición evaporítica: 1) en agua p.r,o-
ginal con respecto a dkho complejo fluviomarino, en la que funda y cuenca profunda; 2) en agua somera y cuenca :amblen
eventualmente se introducirían episodios fluviales. somera y 3) en agua somera y cuenca profunda, escogI~ndo el
Existen sin embargo otros problemas a mayor escala, rela- tercer ~ódelo para el caso del Mediterráneo durante el M~oc~no.
cionados con las facies evaporíticas. Hemos visto cómo en la Ahora bien, la mayoría de las observaciones parecen IndICar
zona de Jaca el tránsito entre el Eoceno marino y no marino que este mismo modelo de «agua somera-~u~nca profunda» po-
se efectúa gradualmente a vravés de facies deltaicas 0, litorales. dría también ser válido p~ra la cuenca potaslca de Navarra, con
El paso gradual queda reflejado tanto en la sucesión de facies la evidente diferencia de que la escala es mucho meno;- que en
como en la fauna fósil. Por el contrario, las cosas son muy dis- el Mediterráneo, tanto en extensión como en p~ofundldad. Me
tintas al W. de Yesa (zona de Pamplona). El corte de Urroz (Ta- inclino por tanto a pensar que los hechos sucedIeron del modo
bla 3) pone de manifiesto el hecho chocante de la ausencia de siguiente:
facies litorales entre las margas grises eon canales turbidíticos 1. 0
Progradación deltaica con deposición margosa y turbidítica en el
(margas de Pamplona) y las facies equivalentes a las evaporitas. área de Pamplona.
El hecho queda todavía más patente si se observa la evolución 2.° Progresivo confinamiento de la cuenca, puesto de mal~ifiesto 'por
vertical de la microfauna. Se trata de una fauna profunda en la gradual desaparición de .las estructuras de marea haCIa la mItad
todo el perfil, exceptuando intercalaciones de fauna nerítica y superior del Eoceno supenor.
costera que se encuentra sólo en el tramo de areniscas rojas con 3.° Al "tinal del Eoceno superior la cuenca se. sel?aró ; gra~ualmente
ripples de oscilación. Según KRUIT y BROUWER (com. personal) del mar abierto (Cantábrico) a la vez que dlSll1muyo la Importan-
cia de los aportes fluviales.
el mismo fenómeno se observa .todavía con mayor brusquedad
4.° Simultáneamente la cuenca se va desecando en varias etapas, de-
al S. de Pamplona, en el paso de las margas a las evaporitas. Este positándose evap~ritas sobre facies profundas.
hecho ha inducido a varios autO'res a pens~r en la eventualidad
de una discordancia. El razonamiento es muy correcto pero per- La Formación de Guendulain, inclui~o su n;iembro Ar~nisca
sonalmente no he podido encontrar la menor traza de dicha de Liédena con sus intercalaciones flUVIales, mveles seme~an:es
discordancia. El hecho fundamental es que existe primerO' un a turbiditas, ripples de oscilación y huellas de. aves, ~ncaJ3nan
sistema deltaico progradante hacia el WNW. (Fonnación de Bel- perfectamente en este marcO' paleogeográfico. SI se deja uno ::e-
sué-Atarés) que Se interrumpe pocos kilómetros al W. de Jaca var .por los deseos de generalizar es difícil resistir la tenta~I.on
y es sustituido por evaporitas que se depositan directamente so- de invocar el mismo procesO' para toda la cuenca evapontrca
bre las facies profundas. Pienso que de existir discordancia.da_ finieocena del Ebro. Parece suficientement~ demostrado que la
da su importancia, sería mucho más patente desde el punto de cuenca evaporítica de Cataluña es de la mIsma edad que la de
vista cartográfico. Si desc~rtamos la discordancia y eonsidera- Navarra y que por aDra parte no podía estar relacionada con el
maslos datos en conjunto, nos aparece como muy sugestiva la Mediter;áneo ya que las paleocorrientes proceder; del ~. y q,;,e
analogía COn el modelo propuesto por Hsü (1972) para expli- las series fluviales se hacen más antiguas en la mI.sma. dlrecclOn
car las evaporitas miocenas que se encuentran en el fondo (PALLí, 1973). Según esto es lógi~o pensar. que eplso~lOS evapo-
del Mediterráneo. Estas evaporitas fueron descubiertas por el ríticos tan perfectamente simultaneos, tuvre~an I.a n::lsma caus:"
Deep Sea Drilling Project en 1970 (RYAN et al. 1970). Sus ca- originaria (desecación de la cue.nca). Ello Iml?hcana la contr-
racterísticas sedimentológicas parecen indicar un origen real- nuidad de los depósitos evaporítrcos de Oataluna y de Navarra,
.•,..-~~------------------------------------------------------------------
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80 C. PUIGDEFÁBREGAS
)L Huellos de Oyes
3.8.1.1.1. Facies de Bibán Hemos visto anteriormente estas facies y su situación al ha-
blar de la transición m8Jrino-continental (apartado 3.3.1.4. y lá-
Aflora en la zona indicada en la figura 28 y está representada mina VIII). Se trata de un banco más o menos continuo de are-
en el mapa con la sobrecarga 3:. Su edad puede considerarse co- nisca con mega-ripples y cantos de cuarzo (foto 33) que irrumpe
mo Eoceno superior-Sannoisiense ya que entre Las Bellostas y bruscamente sobre facies netamente marinas. Presenta una o va-
Belsué pasa en parte a Dacies deltaicas datadas como Biarritzien- rias secuencias grano decrecientes con paso gradual a lutitas
se y probable Priaboniense. El perfil de Bara (Lám. II) puede to- rojas. La capa en conjunto es de una continuidad notable, aflo-
marse como tipo de estas facies, que afloran desde el metro 500 rando desde Javierre hasta Ruesta. A lo largo de esta extensión
hasta el 2.200. Se trata aquí de facies muy rojas con areniscas de el espesor es variable y parece estar constituida por un comple-
grano grueso cuya estructura es siempre mega-estrátificación jo de canales. Sus características son pues, claramente fluviales.
cruzada de tipo cóncavo correspondiente a mega ripples. En la Ahora bien, existen tres hechos que obligan a correlaciona'!' estas
parte inferior del perfil, las areniscas son de grano más fino y su facies con las de Bibán: 1.', la abundancia de cantos de cuarzo;
Índice de clastiddad es menor, pero hacia arriba se pasa a ban- 2.', la dirección de corriente hacia el WNW., y 3.', la situación
cos conglomeráticos gruesos con espesores que alcanzan los en la columna estratigráfica (edad finieocena). Efectivamente, no
20 m. (zona de Bibán). Los cantos, siempre bien rodados, son existe ningún afloramiento de areniscas de este tipo ni en el flan-
de cuarzo y lidita aunque existen también cantos calizos. Las se- co Norte ni en el flanco Sur del sinclinorio, ni en los afloramien-
cuencias son de tipo grano decreciente aunque con carácter bas- tos dispersos en el núcleo del anticlinal de Botaya, ni en los son-
tante incompleto en su parte superior de modo tal que el paso deos efectuados por ADARO en la zona de los Pintanos. No queda
de la arenisca a la lutita es bastante brusco, observándose úni- entonces otra alternativa: las facies de Martes deben represen-
camente una zona de arena fina o media cuyo espeso'r varía de tar el paso lateral de parte de la serie de Bibán en la zona de
30 cm. a 1 m. en la que son frecuentes el moteado y bioturba- desembocadura fluvial.. La unión entre los dos afloramientos
dones. Hacia la parte superior del perfil se pasa a capas con- sólo puede realizarse por debajo del sinclinorio del GU8Jrga, a lo
glomerátkas en las que dominan los cantos de caliza y arenisca largo de una franja que lo cruzaría diagonalmente desde Bibán
86 c. PUIGDEFÁBREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 87
h~sta Martes, coincidiendo esta dirección con las corrientes me" fundidad. Esta fOrIlla de erosión se rellenó con material arenoso,
dldas en ambas zonas. resultando una estructura bastante compleja: entre los metros
Se trataría pues de un importante sistema fluvial con unas 155 y 160 1a estratificación es paralela o semiparalela, mientras
c~ra~te~sticas de ~nagnitud (espesor de las 'Capas) y regularidad que entre los metros 160 y 175 se desarrolla una estratificación
hldrauhca (mega-rzpples como estructura dominante) que no vol- cruzada a escala métrica dirigida hada el W. (fotos 86, 87, 88)
veremos a encontrar en ninguna de las facies continentales de constituida por láminas gruesas y mal definidas en las que se
la cuenca de Jaca. fOrIllan ripples menores cU)'1as direcciones son oblicuas e incluso
3.8.1.1.3. Facies de Monrepós opuestas con respecto a la estructura mayor. El contacto erosivo
con la unidad inferior está jalonado de grandes fragmentos arci-
Su extensión puede verse en la fig. 29, estando representada llosos. Según estas características tendríamos primero una co-
en el ~apa ",on la sobrecarga 2b. Su edad es Sannoisiense (corte rriente que erosionaría la unidad «A» originando una excavación
d; NOCIto, Lam. I.I) aunque pu~de incluir parte del Eoceno supe- en forma de canal, arrancando y transportando fragmentos arci-
nor o del Stamplense. El perfIl de Monrepós corta estas facies llosos de los bordes. Es difícil decir si el material que ahora re-
entre los metros 400 y 1.600 aproximadamente y el de Nocito llena esta depresión así formada fue transportado por la misma
entre el 1.300 y 2.100. ' corriente que lo excavó o por un aporte lateral inmediatamente
P:e~enta un aspecto que recuerda a primera vista a la facies posterior, aunque el tipo de estructura cruzada sugiere más bien
d~ Blba,?, aunque es menos conglomerática. El tipo de alternan- esta segunda hipótesis. La misma unidad «Bl> puede seguirse ha"
Cia consIste en capas muy extensas de arenisca (orden kilométrico) ¡;ia el E. aproximadamente hasta el metro 110. Toda esta zona de
y poco potentes de 3 a 8 m.) separadas por lutitas rojas frecuen- afloramientos se caracteriza po,,, su estratificación paralela de
temente arenosas, también poco potentes (10 a 15 m.), en las régimen hidráulico fuerte (high flaw regime, SIMONS, RICHARDSON
que son muy raras las intercalaciones de arenisca fina. No existe y NORDIN, 1965) según se deduce de la heterometría del material
un orden, secuencial .bi~I: de:inido, al menos en lo que respecta implicado abundando los cantos de cuarzo y grandes fragmentos
a. una pn;nera. apreclaclOn vIsual, pero existe una cierta tenden- arcillosos (foto 89). Se observan también mega-estratificaciones
CIa a la dISposIción grano decreciente. cruzadas de pequeño ángulo atribuibles a antidunas (foto 91).
En cuanto a 1.a estructura interna de las capas, lo más notable En esta zona existe una cierta disposición grano decreciente: las
es la heterogeneIdad, complejidad y variabilidad. Pueden encon- estructuras de la mitad inferior, como acabamos de ver, son de
tr~rse mega-ripples pero Son poco frecuentes y suelen estar li- , energía elevada, mientras que en la mitad superior se encuentran
:mtados a determinadas zonas de la capa. Para comprender me- grupos 'aislados de mega-ripples (foto 90). Finalmente, hacia el
Jor estas estructuras estudiaremos con detalle el excelente afio- techo encontramos una zona de 1 m. de espesor de grano medio
r~miento que existe en l,a carretera de Huesca a Sabiñánigo (ki- a fino, con climbing ripples (fotos 90 y 92) cuya dirección do-
lo;netro 28) poco despues del viaducto del río Flumen. El corte minante es opuesta a la de los mega-1'ipples inferiores. Esta zona
mIde 175 m. de longitud, está orientado de W. a E. y la carretera presenta 1.!n aspecto moteado muy típico, descrito por RIBA y
sube en este mismo sentido de modo que hacia el E. va cortando PÉREZ MATEOS (1962) como «tigreado». El origen de este aspecto
térIllinos cada vez más altos. Se pueden distinguir siete unidades hay que buscarlo en la misma estructura interna de los climbing
superpuestas (fig. 13). ripples. Siendo ésta una estructU'ra que se origina cuando la carga
El espesor total es de unos 10 m. en suspensión sobrepasa a la capacidad de transporte, ocurre que
La ~nidad inf;rior "A» presenta una superficie basal plana se produce una acumulación de material fino (rojo) en las de-
con reheves erOSIVOS y deformaciones. El tamaño de grano es presiones de los ripples, de modo que la superposición sucesiva
gru~so algo conglomerático con granos de cuarzo, formando un de los ripples unos sobre otros hace que el lavado diferencial pro-
conjunto de aspecto mal clasificado. La estructura dominante duzca este aspecto «tigreado». El hecho ha sido también observa-
es la mega-estratificación :cruzada, abundando además las estruc- do por J. SOLÉ (1972) ,en el Oligoceno de Mués.
turas deformacionales (foto 85). Las unidades superiores (D,E, F y G) presentan estructuras
La unidad "B" erosiona profundamente a la anterior forman- parecidas :con claro predominio de la estratificación paralela con
do un gran canal de unos 15 m. de anchura visible por 2,5 de pro- evidentes indicaciones de régimen hidráulico fuerte. Los mega-
88 C. PUIGDEFÁBREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 89
ripples son muy raros y en ningún punto se vuelven a observar drodinámicas podrían producir sedimentos como los que vemos
climbing-ripples. Las superficies de separación entre las capas, en la facies de Monrepós. Por estas razones he situado esta
,son siempre erosivas, con frecuentes deformaciones y trazado '- facies en el grupo de "fluvial poco sinuoso» excluyéndolas del
muy irregular, hasta el punto que a veces la sepwración de las grupo meandriforme (ver mapa adjunto).
unidades es dudosa. En el conjunto de la cuenca, la facies de Monrepós se rela-
En los primeros metros del corte (extremo E.l puede obser- ciona lateralmente con las de Bibán y Laguarta al E. y con la
varse el techo del grupo de capas. La superficie es perfectamente de Anzánigo al W., mientras que hacia arriba pasa muy gradual-
plana, sin irregularidades y de grano más fino. Siguen luego mente a la de Lasaosa. Hay que destacar que estos cambios de
J ,5 m. de limolitas arenosas con arcillas rojas con ripples de facies son sumamente graduales de modo que al estudiar una
corriente, burrows y colores amarillentos moteados, para termi- columna en el campo, cada capa se parece a la anterior y sólo
nar finalmente con las lutitas limosas rojas. en grandes distancias se observan diferencias. Los límites son
por tanto arbitmrios y tienen un importante margen de movi-
De todo ello podemos deducir que se trata de corrientes de lidad.
régimen fuerte, de direcciones variables y probablemente de tipo
inestable o intermitente, que divagan en cauces muy amplios, 3.8.1.1.4. Facies de Lasaosa
y que no están limitadas por ribazos estables ya que no se en-
cuentran las areniscas finas, típicas de desbordamiento, interca- Se extiende en el área indicada en la fig. 30 y está represen-
ladas en los materiales finos de la llanura de inundación. En tada en el mapa con la sobrecarga 3b. El perfil de Nocito (lá-
priJ1cipio podemos descartar los ríos meandrifo,rmes que requie- mina Il) corta estas facies aproximadamente entre los metoros
ren corrientes estables donde los mega-ripples tienen ocasión 2.100 y 2.500 Y el de Monrepós entre los 1750 y 2.250 m. Su edad
de formarse y constituir la parte más importante de los cuer- probable es Stampiense. ,
pos arenosos. Por otra parte faltan aquÍ toda la serie de sub- Se caracteriza por una alternancia de capas potentes de are-
facies de desbordamiento (overbank deposits). En realidad esta ',nisca (hasta 8 m.) separadas por amplios intervalos de sedimen-
facies es más ,afín al régimen anastomosado que al meandrifor- tos más finos. Las secuencias son siempre de tipo granodecre-
me. Esto puede parecer chocante ya que los ríos anastomosados dente, aunque a veces poco definidas eu la parte superior. La
se han descrito sobre todo en zonas donde existe gran acopio ,continuidad lateral de las capas es del orden del centenar de
de material grosero, mient,ras que aquí domina con mucho el metros. Da estructura dominante son los mega-ripples y contie-
material arenoso e incluso las lutitas y limos que representan nen abundantes cantos de cuarzo bien rodados, frecuentemente
una parte importante en la columna. Sin embargo hay que des- agrupados en la base de los mega-sets. Las direcciones de co-
tacar algunos puntos: 1) los estudios sedimentológicos de ríos rriente parecen presentar bastante variabilidad aunque sobre el
anastomosados realizados hasta la fecha pertenecen mayorita- mapa se aprecia la tendencia hacia el NW. Son frecuentes las
riamente a zonas periglaciares; 2) existen ríos meandriformes que estructuras de acreción lateral (Epsilon-cros-stmt., ALLEN, 1965).
en determinadas circunstancias dejan de serlo (Bramaputra se- Hacia el metro 2.150 del perfil de Monrepós se encuentra una
gún COLEMAN, 1969); 3) existen algunos ejemplos de corrientes capa de arenisca con direcciones _de corriente prácticamente en
nnastomosadas cuya carga de tracción no sobrepasa el tamaño ,todos los sentidos. Las medidas cOl'responden a un afloramiento
de arena y que se caracterizan por la incapacidad de la corrien- excepcional cuya descripción puede ayudar a definir este tipo de
te para transportar dicha carga en condiciones normales, y por facies. Se trata de una capa cortada profundamente por la carre-
el fuerte régimen estacional con bruscas avenidas. Me refiero a tera de Huesca a Sabiñánigo, unos 500 m. al N. de la Pardina de
un ejemplo que tenemos bien cercano: las desembocaduras de EscusaguáS\ (fotos 33 y 94). Lo que más llama la atención de
las «rieres» del Maresme, incluso la desembocadura del Tordera este afloramiento son las alineaciones que se observan en el
en Blanes. techo de la capa, cuyas direcciones describen claramente un
De ningún modo pretendo comparar los ríos del Sannoisiense giro. El afloramiento fue observado por HEHUwAT, F., en 1969
de Monrepós con las "rieres» del Maresme ni mucho menos con a quien se deben parte de las interpretaciones. Las observa-
el Bramaputm. Lo que me parece interesante es el destacar pro" ciones pueden esquematizarse como sigue:
cesos fluviales poco conocidos en detalle, cuyas condiciones hi-
90 C. PUIGDBFÁBREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 91
l. La capa puede descomponerse en tres cuerpos arenosos (a, b y e) meandro formada por una corriente relativamente importante
separados por las correspondientes superficies erosivas (fotos 95 ya que el espesor de la capa es de 8 m. y que la dirección de
y 96), en las que frecuentemente se encuentran fragmentos lutíti~
cas de diversos tamaños. su acreción lateral parece ser hacia el SE. según se deduce de
2. Cada una de las tres unidades presenta direcciones de corriente la estructura interna.
distintas y al parecer indepe;ndientes de las demás. Si a esto añadimos el factor tiempo, obtendremos una su-
3. Las alineaciones observadas en el techo de la capa corresponden cesión de capas potentes y moderadamente extensas de arenis-
aproximadamente a las direcciones de coniente de la unidad SU~ ca, separadas por importantes espesores de materiales más fi-
perior «c>}. nos, lutitas y areniscas de grano fino con climbing ripples o es-
4. Sea cual fuere la unidad que se encuentra en la base, el contacto tratificación paralela, frecuentemente afectadas por procesos pe-
con las fútitas y materiales infrayacentes es plano a gran escala,
con relieves erosivos de detalle. dogenéticos, conjunto que pertenece a los depósitos de llanura
5. La estructura interna es de mega-ripple'S para cada una de las tres de inundación con toda la serie de subfacies de desbordamien-
unidades. to (levees, crevasses, etc.). Los tramos lutínicos son de tonos
amarillentos con horizontes rojizos y frecuentemente moteados.
La superficie del techo de la capa presenta una estructura Estas facies se extienden lateralmente hacia el E. con ca-
muy interesante: las alineaciones están formadas por crestas y racterísticas similares. En la pista de Lasaosa o Nocito pueden
depresiones de dimensiones métricas cu)'8J altura es de 15-20 cm. verse también algunos ejemplos de acreción lateral. Hacia el
Estas crestas presentan estratificación cruzada interna lige- W. NW. se pasa lateICalmente a las facies más finas de Ipiés. En
ramente oblicua con respecto a la dirección de la cresta (fo- el conjunto de la cuenca representan un papel parecido a la
to 98), de modo parecido al descrito en el Mioceno de Murillo facies de Bibán, aunque con corrientes menos importantes, y a
el Fruto (PurGDEFÁFREGAS, 1973), correspondiendo a la típica las que en cierto modo sustituyen en el tiempo.
estructura de lacreción lateral. Es decir, en el techo de la capa
se conserva la fotografía de acreción original (Scrolls). 3.8:1.1.5. Facies de Anzánigo
La secuencia en el conjunto de la capa no presenta una va- Se extiende aproximadamente desde Aquilué hasta el valle
riación granodecreciente bien definida, pero esta disposición es- del Asabón (ver figuras 29 y 30) Y está representada en el mapa
tá perfectamente clana en la unidad superior. con la sobrecarga 3b. Su edad es Sannoisiense-Stampiense co-
Es evidente que el conjunto de las observaciones apuntan mo se deduce de las muestras del corte de Salinas (Anexo núc
hacia una interpretación como depósito de point-bar. El pro- mero 5). El perfil de Javierrelatre (Lám. II) corta esta facies
blema está en saber si la capa con sus tres unidades, es el pro- entre los IIletros 1.200 y 3.000, el de Anzánigo entre los 1.100
ducto deposicional de un solo point-bar, o bien si representa y los 2.900 y finalmente el de Salinas corta la zona de paso la-
la superposición de va·rios point-bars distintos. Según la prime- teral entre la facies de Anzánigo y la de Javier-Pintano-Villa-
ra interpretación, las dos unidades inferiores constituirían la par- langua.
te inferior de la barra y sólo la unidad superior constituiría el La facies de Anzánigo se caracteriza por una altenlancia are-
upper point-bar. Esta hipótesis es muy atractiva por su simpli- . nisca-Iutita en la que los tramos lutíticos son muy importantes
cidad, pero choca con dos hechos que 1a hacen poco probable: con respecto a las areniscas. Estas areniscas forman capas muy
las direcciones de estratificación cruzada de las unidades «b» continuas con espesores que varian de 4 a 8 m. y presentan una
'y «c» son casi opuestas y el contacto entre ellas es demasiado clara disposición en secuencias granodecrecientes, con tamaños
erosivo (foto 98). Por estas razones me inclino a suponer que de grano que van desde gravillas eu la base hasta arena fina en
se trata por lo menos de dos barnas, una mayor constituida por el techo. La estructura dominante en esta capa es de mega-rip-
«a» y {(b») , con superposición de otra posterior ({C~), lo que signi- pIes, aunque en la base suele encontrarse estratificación cruza-
fica que el meandro ha crecido desde la base de «a» hasta el da de pequeño ángulo, mientras que hacia el techo se pasa gra-
techo de «b» siendo posteriormente abandonado. Más tarde la dualmente a rippIes de corriente o climbing ripples. Estas ca-
misma corriente fluvial podría formar la barra «c» sobre el pas .están muy espaciadas (del orden de 50 m.) encontrándose
complejo anterior. a veces tramos lutítkos con espesores hasta de 200 m. en los
Lo que sí se puede afirmar es que se trata de una barra de que no se observa ninguna de estas capas gruesas de arenisca
92 c. PUIGDBFÁBREGAS
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FPIG. 13. - Esquema del afloramiento del Río Flumen (carretera de Arguís a Monrepós).
sgDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 93
3.8.1.1.7. Facies de Leoz pretar el conjunto como sedimentos fluviales de tipo meandri-
forme. Existen además otras dos características comunes que
Se extienden en la zona indicada en la fig. 30 Y aparecen en permiten deducir conclnsiones de tipo paleogeográfico: 1) 'p~e
el mapa con la sobrecarga 3b. El perfil de Zabalza (Lám. IV) sencia de cantos de cuarzo, especialmente abundantes en B,ban
corta el conjunto entre los metros 2.300 y 3.200 aproximada- y Petilla, y exceptuando la zo;ra. de Leoz; 2), d~recci~nes ?e co-
mente, siendo el límite superior muy ambiguo ya que se pasa rrientes· hacia el NW. Esta ultIma caractenstIca, dIscntIble a
verticalmente a las facies del Carrascal con las que tienen baSe escala de afloramiento, es evidente si observamos las paleoco-
tantes semejanzas. nientes en el mapa, con la excepción también de la facies de Leoz.
Los rasgos fundamentales son la alternancia de lutitas y li-
moJitas de tonos 'fojas con capas de arenisca de notable ex- Las dos últimas características hacen pensar que el sistema
tensión. La calidad de los afloramientos raramente permite las fluvial procedía del SE. yse dirigía hacia el NW. o WNW., al me-
observaciones detalladas pero se puede afirmar que se trata de nos tal como están situadas las unidades tectónicas en la actua-
areniscas de grano grueso con mega-estratificación cruzada pro- lida:d. Los cantos de cuarzo no pueden proceder del N. puesto
bablemente correspondiente a mega-ripples, cuyas direcciones que el Pirineo en este 'Sector es un país abrumadorame;rte. ca~izo.
tienen una notable ,componente Sur. La relación de elasticidad Los materiales, por tanto, deben proceder del SE. segun Illd"can
es bastante elevada, pasándose gradualmente hacia el SE. y S. a las corrientes bien sea del macizo del Ebro, bien de la zona
sedimentos cada vez más finos, hasta llegar a las facies lacus- pirenaica cent~al entre el Esera y Las Nogueras. ~ecuérdese que
tres de Sangüesa. los conglomerados de Pobla de Segur son de la mIsma edad que
la Formación de Campodarbe, a la que pertenece este grupo de
Aunque las observaciones en esta zona son deficientes, el
facies.
aspecto general y el parentesco con la unidad superior del Ca-
rrascal, permite interpretar estas facies como sedimentos fllie En una primera etapa (Eoceno superior) existiría un~ red
viales de tipo probablemente meandriforme con corrientes di- fluvial importante y estable de tipo meandriforme que alImen-
rigidas hacia el S. La afirmación del carácter meandriforme no taría los deltas de la Formación de Belsué-Atarés y Martes. Una
es evidentemente muy sólida. La continuidad de las capas de distribución parecida aunque 'COn sistemas fluviales men?~ im-
arenisca y el poco espesor de los tramos lutíticos sugiere la portantes, la encontramos posteriormente en el Sann?'Slen~e
comparación con las facies que hemos descrito en Monrepós, (Monrepós-Anzánigo) y en el Stampiense (Las~osa ~ PetIlla) SIll
En cualquier caso, aunque los datos sean insuficientes, debe tra. que exista ya ningún equivalente l~teral deltaIco, .SIllO lacust;e.
tarse de un régimen fluvial de elevada energía. La distribución sobre el mapa sug,ere que este SIstema flUVIal
principal se desplazó de E. a W. con el tiempo de modo que en
3.8.1.1.8 . Interpretación el Eoceno superior se sitúa al E. (Bibán), hasta que en el Stam-
piense lo encontramos al W. (Petill~), con la excepción de las
Como puede observarse, este grupo de facies presenta una facies de Lasaosa que pueden conSIderarse como una prolon-
serie de ,características comunes: 1) capas de arenisca muy ex- gación directa en el tiempo de las de Bibán.
tensas, por lo general de continuidad kilométrica, con espeso-
res que varían entre 2 y 10 m. alc=zando excepcionalmente los 3.8.1.2. Aportes laterales de procedencia
20 m. (Bibán y Las Bellostas); 2) alternancia con secuencias
Norte
grano decrecientes más o menos perfectas; 3) las areniscas pre-
sentan estructura de mega-ripples y frecuentemente estructu- En el apartado anterior hemos tratado de definir un. sistema
ras de acreción lateral, y 4) los tramos lutíticos que separan las fluvial principal drenando la cuenca SE. a NW. Ahora bIen, este
capas de arenisca contienen frecuentes intercalacione:; de are- sistema recibía taIl1bién aportes laterales de procedenCIa N. c,:,yo
nisca fina con ripples de corriente y alteraciones pedogenéticas, volumen está en relación directa con la actividad tectónica pIre-
cuyas facies sugieren un origen por desbordamiento de los ca- naica. Estos aportes se efectuaron príncipa'¡me~te en forma .de
nales principales. conos aluviales y ríos anastomosados con ot~os tIpos de subfa~I,es
Estas cuatro características generalizables a todo el grupo particulares. Son las facies de Santa Oros1a, Laguarta-CancIas,
de facies con la excepción de la de Monrepós, conducen a inter- Guarga y BailÍn.
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C. P'UIGDEPÁBREGAS
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FIG. 14. - Esquema del afloramiento de la pasarela de Gésera (carretera del Guarga).
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FIG. 15. - Esquema del afloramiento al W de la pasarela de Gésera (carretera del Guarga).
SEDiMENTACIÓN CUENCA DE JACA 97
que por su posición en la serie, podrían pertenecer ya al Chat-
tiense aunque sin duda forman un conjunto homogéneo con las
facies alternantes inferiores (facies de Laguarta), en disposición
de mega"secuencia grano creciente. La facies de Laguarta se ex-
tiende también hacia el S. por las Sierras de Portiello y Picardie-
110, pasando muy gradualmente hacia el S. a las facies fluviales
anastomosadas del Guarga.
Este tipo de facies puede interpretarse probablemente como
producto de grandes sheet-fZoods (periódicos o aperiódicos) de-
positando extensiones de gravas a la vez que en áreas vecinas
no directamente afectadas prevalecería la .deposición limosa,
formación de caliches y subambientes propicios a la sedimen-
tación carbonatada con algas y gasterópodos. En realidad las
diferencias entre estos procesos y las corrientes anastomosadas
son bastante ambiguas, con matices difíciles de captar en un
estudio regional.
mo una tendencia a la formación de point-bars, pero el regI- en el techo, a la vez que disminuye el tamaño de grano, carac-
men hidráulico parece ser todavía demasiado inestable e inter- terísticas éstas que sugieren cursos meandriformes.
mitente como para permitirlo. Se trataría pues de una zona in- En realidad no debe sorprender que en una zona de fuertes
termedia entre el sistema fluvial anastomosado de la zona del gradientes, dominada por cursos anastomosados existan áreas
Guarga y los sistemas meandriformes de Lasaosa e Ipiés. con gradientes menores en las que se formen meandros, espe-
roorros cialmente si se tiene en cuenta que esta facies de Oañardo es
ligeramente superior a la típica del Guarga. Este tipo de facies
que aquí parece fuera de lugar, se encuentra enormemente ex-
,- tendida en toda la cuenca (facies de Ipiés y sobre todo facies de
• Uncastillo) por lo que las estudiaremos más adelante .
:j
Q
nués (entre los 1.175 y 1.775), Sta. Cruz (entre 1.200 y 2.000),
Alastruey (a partir de los 1.400), Pintano (a partir de los 1.700)
(todos ellos en la Lám. IU), Javierrelatre (a partÍT de los 3.000,
Lám. II) y Urriés (a partir de los 1.300, Lám. 1). En la zona de
, , , , , , , ,, ,
Om,
Cáseda y Sangüesa ningún perfil corta a estas facies en su área
40
" " " " " " típica (Cáseda), constituyendo en esta zona una especie de trán-
FIG. 17. - Esquema del afloramiento de Cañardo. sito entre las facies inferiores de J avier-Pintano-Villalangua y
las superiores de Petilla con las que se indentan hacia el W. En
todo caso, la facies de Cáseda no debería agruparse en el apar-
Fina'lmente hay que destacar que este conjunto de facies del tado de los aportes laterales de procedencia N. puesto que no
Guarga presenta una subfacies distinta en la zona de Laguarta- es ésta su relación paleogeográfica.
Cañardo-Secorún, que se caracteriza, por la gran importancia Este conjunto un tanto heterogéneo tiene en común una li-
de los tramos lutíticos en los que se intercalan canales estre- tología alternante de lutitas con areniscas formando capas po-
chos y profundos (foto núm. 116) totalmente parecidos a los co extensas y con una relación de elasticidad bastante baja. La
que se ha descrito en la zona de Caspe (RIBA et al., 1967) asocia, única excepción son los afloramientos del flanco N. del sinclino-
dos a algunas capas con notables indicaciones de acreción late- rio donde se deja sentio:' la influencia de la sedimentación con-
ral. La fig. 16 muestra un corte perpendicular del canal en el glomerática de lo que más tarde constituirá la importante ma-
que se observa el decrecimiento del grano hacia arriba y hacia sa de conglomerados de San Juan de la Peña (ver corte de
los bordes (fining-upward and outward). El techo del canal es Sta. Cruz de la Serós). Las areniscas se caracterizan por la es-
de grano fino y está afectado por pedogénesis, y el paso a las casez de granos de cuarzo, por su geometría en forma de cana-
lutitas superiores es relativamente' brusco. La fig. 17 (foto nú- les estrechos y aislados, y por la relativa abundancia de estruc-
mero 115) muestra un corte próximo al anterior en el que la turas de acreción lateral. Mega ripples y estratificación paralela
sedimentación lateral hacia el N. se evidencia por las superficies son las estructuras internas más frecuentes. Las secuencias gra-
de acreción que separan unidades con megaestratificación cru- nodecrecientes están por lo general bien definidas. En general
zada cuya dirección es oblicua con respecto a las anteriores. puede afirmarse que existe un paso lateral de E. a W. desde
Dentro de cada una de estas unidades se observa una grada- las zonas con más areniscas al E. (Ipiés) a las zonas donde son
ción desde los cantos basales y fragmentos de arcilla, mega- más escasas y están más espaciadas. Ocasionalmente se encuen-
estratificací6n cruzada en la parte central y pequeños ripples tran bancos calizos de poco espesor (1 piés y Cáseda).
102 . C. PUIGD"EFÁBRRGAS' SEDIMKNTACIóN CUENCA DE JACA 103
y e! perfil de Campodarbe corta a las facies correspondientes cedencia Sur (cantos de cuarzo) junto a cantos de caliza y are-
a los 400 m. inferiores. nisca de procedencia N.
En la Lám. II puede observarse un perfil detallado de los El problema que se plantea en el orden regional es el siguien-
80 m. basales del corte de Campodarbe. Discordante sobre las te: ¿ Por qué razón encontramos aquí este conjunto de facies
calizas del anticlinal de Boltaña existen unas brechas con cantos de baja energía mientras que simultáneamente está funcionando,
de las mismas calizas (fotos núms. 100 y 101), seguidas hasta el en el flanco Sur, el sistema más importante de ríos meandrifor-
metro 20, de un tramo de limolitas arenosas en las que se inter- mes? Aquí hay que analizar el papel jugado por el anticlinal de
calan capas de arenisca con estratificación oruzada con gran Boltaña en esta época. Este anticlinaI, con toda seguridad estaba
abundancia de Nummulites resedimentados (fotos núm. 1Q2 y ,emergido ya que las formaciones continentales están discordan-
103). Sigue luego un tramo de limolitas pasando a lutitas con tes sobre él. Vemos también que los ríos de la facies de Bibán
paleocanales con cantos de cuarzo, Nummulites resedimentados proceden del SE., justamente donde el relieve creado por el an-
y secuencias granodecrecientes. Los tramos lutíticos son muy ticlinal es menos importante. Es lóg>co pensar que dichos ríos
importantes e intercalan frecuentes bancos de caliza como el que bordearían el anticlinal por su extremo meridional siguiendo lue-
se observa en las cercanías del pueblo de Campodarbe. Las cali- go hacia e! WNW., lo que crearía una zona de escasa influencia
zas pueden alcanzar los 2 m. de espesor y están constituidas so· fluvial a la «sombra» del relieve del anticlinal. En esta zona pro-
bre todo por algas. El tramo siguiente se caracteriza por una tegida se depositarían primero las facies lagunares de Ligüerre,
sucesión de canales conglomeráticos separados por importantes seguidas luego de las fluvio-Iacustres de Campodarbe, con sus
tramos lutíticos con calizas. Lo más notable es la presencia de brechas acumuladas al pie mismo del relieve, siguiendo un pro-
cantos de cuarzo con cantos de caliza y arenisca en una misma gresivo aumento de la influencia fluvial en la que participarían
capa o en capas vecinas, hasta que finalmente todos los cantos primero corrientes de procedencia Sur y luego Norte, mezclán-
son de caliza y arenisca (procedencia Norte), momento en que dose alternativamente hasta llegar a las facies conglomeráticas
se pasa a las facies de Laguarta. de Laguarta-Canciás.
La facies de Ligüerre se caracteriza por una litología de luti-
tas finamente estratificadas, con intercalaciones arenosas muy 3.8.1.32. Facies de Santa Cruz - Bailo
finas laminadas o con ripples de oscilación. Los colores son ocres- Su extensión puede apreciarse en las figs. 28, 29 y 30 Y en
amarillentos con pasadas rojas. Vertkalmente suceden a las fa- el mapa adjunto donde está indicada con la sobrecarga 4a. For-
cies deltaicas del valle del Acra (Lám. VI). Hacia;, el W. (Fiscal) :ma un conjunto relativamente heterogéneo que aparece en los
:contienen numerosas intercalaciones marinas y salobres de to- perfiles de Sabiñánigo (metros 2.800 a 3.500), Navasa (a partir
pos grises y con fauna de gasterópodos y Ostraea. Una de ellas ,de! metro 3.200), Bernués (metro 400 a 1.150), Santa Cruz de la
se extiende mucho hacia el E. localizándose en Ligüerre (metro Serós (metro 300 a 1.150) y Alastruey (metro 150 a 1.450) todos
530) y según la observación de REGUANT, S. (com. personal 1973) ellos en la Lám. III. Su edad varía desde el Eoceno superior al
en Planillo, aproximadamente hacia el mismo nivel estratigráfico. Stampiense y en general es un paso lateral de la unidad conglo-
Las estructuras sedimentarias propias de medios poco energéti- merática de Canciás-Bailin.
cos, su :relación lateral con facies de gasterópodos y su posición Litológicamente el rasgo más notable es la, importancia de
estratigráfica sucediendo a las facies deltakas sugiere un am- los tramos lutíticos en los que son frecuentes las areniscas de
biente de tipo lagunar. Acsimismo, las facies de Campodarbe su- grano fino con ripples de corriente y climbing ripples así como
gieren también un medio de baja energía (abundancia de calizas frecuentes burrows. Las areniscas gruesas son bastante escasas
lacustres) aunque se encuentran ya canales de cierta importan- pero cuando existen forman capas del orden de los cinco metros,
cia, sobre todo hacia la parte alta. Las brechas basales y la pro- pasi siempre con estructura interna de mega ripples y ordena-
fusión de nummulites resedimentados sugieren un origen pura- ,ción grano decreciente perfecta. Ocasionalmente pueden encon-
mente local relacionado con la discordancia sobre las calizas del trarse ejemplos de acreción lateral. También pueden encontrarse,
anticlinal de BoItaña y capas nummuIíticas ~de Aguilar (apartado sobre todo en la zona de Alastruey-Bailo, algunos finos niveles
3.2.1.). Se trataría pues de un ambiente mixto lacustre-fluvial de caliza o costras carbonatadas recubriendo las capas de arenis-
en cuyos canales se observa la presencia de materiales de pro- ca fina. En el perfil de Puente la Reina - Bailo (no representado)
106 C. PUiGDEFÁBREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 107
sólo se \lncuentran dos capas gruesas de mega-ripples que pue- climbing ripples y pequeñas formas acanaladas, mientras que las
den interpretaTse como depósitos de canal. Estas características capas de grano medio presentan tonos oscuros y sus estructu-
apuntan, sin demasiadas dudas, a un origen fluvial probablemen- ras son raramente visibles, en parte debido al tipo especial de
te meandi-iforme, en el que se intercalan importantes episodios fracturación que presentan (HANKocK, 1972). Sin embargo su for-
lacustres, especialmente en la zona d\l Bailo. . ma externa sugiere pequeños canales y point-bars aislados, espe-
Sin embargo existen algunas subfacies especiales como la ca- cialmente en la zona de Javier y los Pintanos donde existen es-
pa del metro 1.390 (nivel e) del perfil de Bernués. Esta capa está ;tructuras de acreción lateral. Los tramos lutíticos suelen pre-
compuesta por una sucesión de capas paralelas con espesores sentar bioturbaciones y alteraciones pedogenéticas. No es Taro
disminuyendo hacia arriba (foto núm. 104) y cuya estructura encontrar capas delgadas de arenisca con cierta gradación y con
interna es de laminación paralela de corriente con cierta ten' ,estructuras basales de corriente. Los cortes más típicos son los
dencia a la gradación y a veces con pequeños ripples. Existen li- de Pintano (Lám. UI), Urriés y Luesia (Lám. IV).
neaciones de corriente en las superficies de estratificación (fotos En cuanto a su extensión lateral conviene señalar que esta
números 105 y 106). En la mitad inferior del conjunto pueden facies constituye el paso lateral de los grandes complejos fluvia-
encontrarse cantos intercalados. Estas estructu¡:-as recuerdan les de Monrepós-Anzánigo al llegar a zonas fluviolacustres. Las
enormemente a las turbiditas y de hecho se podría interpretar sel11.ejanzas con la facies de Ipiés (Stampiense) son muy nota-
estos depósitos como aportes arenosos en zonas lacustres trans- bles, aunque e! carácter lacustre es más acusado en las de Javier-
portados por mecanismos semejantes a las «corrientes túrbidas Pintano-Villalangua.
superficiales» de PANIN (1965). Otro afloramiento parecido puede
'Observarse en el perfil de Sabiñánigo (metro 2.980, nivel e) aun- 3.8.1.3.4. Fades de Ruesta
que allí la mayor frecuencia de ripples indica más claramente
Esta facies se encuentra en una zona muy reducida pero es
las condiciones lacustres.
muy interesante tanto por su interpretación como por su sig-
Hemos visto que esta facies constituye el paso lateral de los
nificado regional. Su extensión puede apreciarse en la fig. 28.
conos aluviales de eanciás-Bailín. Este paso ocurre entTe el Gá- Los mejores afloramientos se encuentran en las cercanías de
llego y e! puerto de Oroe!. Pero además, por debajo del sinclino-
Ruesta, concretamente en el corte del barranco que desciende
rio, estas facies se correlacionan a las de Anzánigo con las que de la zona de los Pintanos, en el punto en que cruza a la carre-
presentan notables similitudes, hasta el punto que se las podría
tera de Ruesta a Navardún. Sólo el perfil de Pintano (Lám. III)
considerar como una misma unidad. Quizás la única diferencia corta esta facies entre los metros 150 y 210. Estratigráficamen-
es el mayor aspecto lacustre que encontramos en la zona de te sucedén a las típicas areniscas con ripples de oscilación de la
Bailo, peTO incluso este detalle -coincide con el paso lateral que formación de Guendulain.
se observa en la unidad de Anzánigo hacia el W. (ver mapa).
Son típicas de éstas facies la coloración roja y la litología
alternante de lutitas laminadas con abundantes ripples de osci-
3.8.1.3.3. Facies de Javier-Pintano-Villalangua
ración y corriente, y bancos gruesos de arenisca fina cuya base
Su extensión puede apreciarse en la fig. 29, estando indicadas es sumamente plana. La fig. 19 muestra un ejemplo de la suce-
en el mapa con la sobrecarga 4b. Está representada en los cortes sión. Las capas de arenisca tienen unos 2 m. de espesor y sti es-
de Salinas (Lám. U, metros 800 a 3.900), Pintano (Lám. III, me~ tructura interna es difícil de ver a causa de la finum de! grano.
tros 150 a 1.750), Luesia (Lám. IV, de 400 a 2.700), Urriés (lámi En varios puntos se observan estratificaciones cruzadas de peque-
,na IV, de 80 a 1.700) y Navardún (Lám. IV, de O a 400). Su edad ño ángulo aunque también existen estructuras de gran ángulo,
es Sannoisiense según los estudios de caráceas (Anexo núm. S). visibles en algunos afloramientos de la carretera y en el mismo
Se trata de una facies muy extendida y que conserva una corte de los Pintanos (foto núm. 120). Son frecuentes las cica-
notable homogeneidad. Litológicamente son lutitas rojas con trices erosivas internas que a veces c'ontienen cantos arcillosos.
capas de arenisca de grano fino también rojizas y con frecuentes La disposición granodecrecÍente está mal definida, aunque los
capas de caliza del orden de los 5 cm. de espesor. La estructura 25 cm. superiores de cada capa sue!en ser de grano más fino y con
de las areniscas es muy difícil de ver pero parece claro que las ripples de corriente, seguidos inmediatamente por capas con
de grano más fino suelen estar paralelamente laminadas o con ripples de oscilación y lineaeiones de corriente (foto 122). Uno
108 c. PUIGDEFÁBREGAS SRDIMBNtACldN CUBNCA bE JACA 109
de los rasgos más característicos es la terminación lateral brus- el área de Pamplona, esta facies equivale a la formación evapo-
ca de estas capas (foto 120) sin gradación lateral 'a facies más rítica de los yesos de Undiano.
finas. La facies de Sangüesa aparece en los 2.250 metros inferiores
Las facies finas con laminación paralela y ripples de oscila- del perfil de Gallipienzo (Lám. IV), exceptuando dos intercala-
ción podrían pertenecer a ambientes poco energéticos de tipo ciones de carácter fluvial (metros 1.050 a 1.300 y 1.600 a 1.700).
lagunar o lacustre, mientras que los bancos de arenisca presen- Característica dominante es una litología con predominio absolu-
tan netas características fluviales. Lo que ya resulta más difícil to de tramos lutítico-margosos en los que se intercalan capas
es definir el tipo de canales. Se trata evidentemente de canales centimétricas de areniscas con ripples de corriente, casi siempre
amplios y poco profundos que están encajados en sedimentos de del tipo climbing. Es también típica la presencia de calizas en
tipo lacustre y que no parecen producir depósitos de desborda- toda la zona, con espesores que pueden alcanzar hasta 1 m. En
miento, al menos en el sentido de las facies meandríformes nor- ellas se encuentran abundantes caráceas y algunos gasterópodos.
males. Como primera aproximación se puede pensar en una zona íEn cuanto a su extensión lateral las facies de Sangüesa constitu-
de desembocadura fluvial en un medio de baja energía y de agua yen el paso hacia el S. de los sistemas fluviales de Leoz-Carras-
dulce. cal, y por el E. de los de Cáseda y Fetilla. Su edad parece estar
Lo más interesante desde e! punto de vista regional son las bien definida como Stampiense (Anexo núm. 3).
relaciones laterales. Las corrientes medidas son siempre hacia La facies de Tafalla aparece sólo en el extremo SW. de la zona
e! W., mientras que hacia el E. se pasa lateralmente a las facies cartografiada (fig. 30). La incluyo aquí sólo con la intención de
de grandes canales fluvio-marinos de Martes. Es posible que se mostrar cómo la facies lacustre con calizas de la zona de San-
trate de una amplia zona marginal con respecto al gran sistema güesa-Eslava pasa lateralmente hacia e! W. y SW. a depósitos eva-
fluvial de Malrtes. Por otra parte, hacia el W. esta facies de Rues- poríticos con yesos y halita. La importancia de estos yesos au-
ta pasa lateralmente a las areniscas del tramo superior del perfil menta hacia e! W. a lo largo del anticlinal de Tafalla y en los
de Yesa, exactamente los niveles con huellas de aves. Salta a la núcleos anticlinales de Falces.
vista, efectivamente, la similitud entre estos canales de Ruesta
y los que ya se han descrito en Yesa (apartado 3.7.3.). Sería más
apropiado, por tanto, incluir esta facies en la formación estra- 3.8.2. Formaciones de Bernués y Uncastillo
tigráfica de Guendulain. Como hemos visto anteriormente (apartado 2.8), después de
la sedimentación de la Formación de Campodarbe-Sangüesa,
3.8.1.4. Fa c i e s 1 a c u s tre s hacia el final del Stampiense se produce una reactivación tectó-
Las facies típicamente }acustres se encuentran en la zona oc- nica que cambia por completo el panorama paleogeográfico. El
cidental (Navarra) donde ya no alcanza la influencia fluvial del efecto geométrico inmediato es la formación de discordancias
complejo de Campodarbe-Guarga. Existen en el Sannoisiense (Fa- progresivas o angulares, mientras que el efecto sedimentario es
cies de Zabalza) y en el Stampiense (Facies de Sangüesa y de Ta- una reactivación general de! régimen con importantes variacio-
falla), cuya extensión geográfica puede verse en las figs. 29 y 30. nes en las paleocorrientes. Hay pues dos hechos que inmedia-
La facies de Zabalza (corte de Zabalza, Lám. IV, metro 100 tamente llaman la atención: a partir del Chattiense desaparecen
a 1.500 aprox.) sucede verticalmente a la Formación de Guendu- los sistemas fluviales procedentes del SE. a la vez que se gene-
lain y está constituida por margas grises con intercalaciones li- raliza la sedimentación conglomerática con materiales de pro-
molíticas, todo ello finamente laminado. Los colores pasan a ser cedencia directamente pirenaica.
rojizos hacia arriba y lateralmente hacia e! E. donde se indentan Esta reactivación tectónica no se produce instantáneamente
muy gradualmente con las facies fluviolacustres de Javier. La sino que se producen varias discordancias que a veces llegan a
presencia de algún canal indica una ocasional influencia de este superponerse (PUIGDEFÁBREGAS y SOLER, 1973). Esto dificulta bas-
cambio lateral. La mayoría de las intercalaciones arenosas son tante la separación neta de los sedimentos anteriores y posterio-
de poco espesor y siempre con estratificación paralela o ripples, res a estos movimientos, sobre todo si pensamos que en las par-
tanto de oscilación como de corriente, siendo frecuentes los Clim- tes centrales de la cuenca el único criterio a seguir será el de
bing ripples dispuestos en secuencias de energía decreciente. En los cambios de régimen sedimentario que por 10 demás, tampo-
110 C. PUIGDEFÁBREGAS SBDIMBNTACldN CUENCA DE JACA 111
ca serán perfectamente isócronos ya que su causa probablemen- nodecrecientes groseramente ordenadas de modo que cada una
te tampoco lo es. de ellas se inicia con una capa de unos 5 m. de conglomerado.
La situación geográfica actual de los afloramientos obliga a La base es brusca y erosiva mientras que hacia el techo se pasa
separar estos sedimentos en dos fonnaciones, la de Bernués si- a las limolitas rojas a través de un tramo de 1 a 3 m. de arenis-
tuada al N. de las Sierras Exteriores en e! sinclinorio del Guar- ca de grano grueso y ripples de corriente. A partir de! metro
ga, y la de Uncastillo, extendida ampliamente al Sur de las Sie- 2.000 estas secuencias incluyen un banco de caliza en la parte
rras y en el sinclinal de Artajona y Ribera de Navarra. alta de cada tramo lutítico. Estas calizas tienen una estructura
que recuerda a los caliches, con una parte inferior nodulosa
3.8.2.1. La Form aci ón de B ern u é s con ·tubos verticales entre las limolitas, que hacia arriba se van
agregando hasta formar la capa continua cuyo espesor suele ser
En la fig. 31 .puede verse la extensión de los afloramientos de orden decimétrico. Parece ser que la separación entre estas
de la Formación de Bemués y la distribución de sus facies. Fun- dos series conglomeráticas (con calizas y sin ellas) coincide
damentalmente son tres: a) conglomerados masivos; b) conglo- con la base de los conglomerados masivos de San Juan de la
merados intercalados, y c) facies de paleocanales. Peña (metro 2.380 del corte de Santa Cruz de la Serós, Lám. UI).
3.8.2.1.1. Los conglomerados se presentan esencialmente en Como interpretación se debe pensar en ambientes intermedios
las dos acumulaciones masivas de Peña Oroe! y San Juan de la • entre los conos aluviales y las facies fluviales (zona de sheet
Peña. Es probable que la parte alta de Canciás también sea de floods), tal como hemos visto para las facies de Laguarta-Can-
esta edad pero de momento es imposible comprobarlo. Es curio- ciás (apartado 3.8.1.2.2.).
so observar la ho¡nogeneidad de la composición litológica de los 3.8.2.1.3. Las facies de pa[eocanales constituyen el paso la-
cantos: no existe variación vertical apreciable de materiales más teral inmediáto y sorprendentemente brusco de los conglomera-
recientes a más antiguos. En realidad el paisaje,en cuanto a com- dos anteriormente descritos. Están representadas en los 1.000 úl-
posición litológica cuantitativa no debió ser muy distinto al de timos metros de los perfiles de Anzánigo y Salinas (Lám. II) y
ahora. Los cantos de arenisca son, con mucho, los más abundan- a partir de los 1.500 en Alastruey y 1.600 en Pintano (Lám. UI).
tes, seguidos de los de caliza, y ya con frecuencias menores de! Litológicamente se caracteriza por ~ma alternancia en la que pre-
1 %, los de las restantes litologías. Esto significa, que al área dominan las lutitas y limolitas sobre las areniscas. Estás arenis-
fuente fue e! flysch eoceno, sin descartar por supuesto al propio cas se presentas en capas poco extensas y de espesores muy va-
Oligoceno, siguiendo en importancia el Paleoceno y el Cretácico. riables. Tienen mega-estratificación cruzada y son frecuentes las
Tanto en Oroel como en San Juan de la Peña, la disposición estructuras de acreción lateral. Aparte de estos canales, se inter-
de las capas hace pensar en un aporte lateral a unas depresiones calan numerosos bancos de arenisca fina casi siempre con rip-
subsidentes (sinclinales de Oroel y de Bailo). Ambas depresiones pIes de corriente, a veces agrupados en pequeños haces en for-
están limitadas hacia el S. por zonas altas (anticlinales de Ata- ma de canales. Las secuencias son marcadamente granodecre-
rés y Botaya) de modo que los materiales no se dispersaron hacia dentes. Las corrientes se dirigen hada el SSW. de modo que se
el S. hasta que los sinclinales subsidentes fueron quedando suce- aprecia un cambio de dirección al pasar verticalmente de los
sivamente colmatados. Esto hacc que existan importantes abani- tramos inferiores (Form. de Campodarbe) a la de Bernués (ver
cos de discordancias progresivas tanto al N. como al S. de estas por ejemplo el perfil de Anzánigo). Sin duda se trata, por sus
masas conglomeráticas. El mejor ejemplo lo ofrece la Peña Oroe! características y por su posición con respecto a los conglome-
vista desde· su extremo oriental (foto 123). El abanico es tam- rados, de unas facies, totalmente comparables a las de Ipiés.
bién espectacular en San Juan de la Peña. El conjunto de estas tres facies representa evidentemente
3.8.2.1.2. Estos conglomerados masivos pasan hacia el S. a las tres partes de un modelo sedimentario: el de los conos alu-
una alternancia de conglomerados y Zutitas con buenos aflorac viales y sus facies de dispersión. Vemos pues que a partir del
mientas en la carretera de Bernués a San Juan de la Peña así Chattiense empiezan a funcionar estos conos constituyendo
como en la de Jaca a Bernués. El perfil de Bernués (Lárn. UI) probablemente los únicos puntos de llegada de sedimentos a la
corta a esta serie entre los metros 1.750 y 2.500. La alternancia cuenca. A diferencia de lo que hemos visto para la Formación
de conglomerados y limolitas está dispuesta en secuencias gra- de Campodarbe, aquí no existe ningún sistema fluvial que recoja
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estos materiales redistribuyéndolos en las zonas de!taicas o la- des rasgos ocurre en dos etapas (PUIGDEFÁBREGAS y SOLER, 1973),
custres. Aquí, además, se pasa bruscamente de los conos aluvia- es en realidad el resultado de una serie de complejos cambios de
les a las facies de canales, indicando un rápido cambio de gra- situación de los puntos de alimentación de los conos. Algunos de
diente que no deja lugar al desarrollo de las zonas con corrientes ellos, sin embargo, no variaron mucho su posición dando lugar a
anastomosadas como. ocurre en el Sannoisience - Stampiense sedimentación conglomerática continua desde el Chattiense has-
(Guarga). ta el Burdigaliense a través de amplios abanicos de discordancia
progresiva. Es el caso de Gallipienzo-Ujué (camino de Ujué a
3.8.2.2. Fa r m a ció n d e Un c a s t i II o Lerga), Sierra de Luesia y Agüero. Entre Agüero y Riglos se ve
claramente una serie conglomerática inferior que llega a quedar
Esta formación constituye todo e! borde N. de la cuenca Mio- recubierta por los conglomerados superiores (Mallos de Agüero
cena del Ebro. Está siempre en discordancia sobre las Sierras y Riglos). Finalmente en la región de Barbastro (San Cosme, Ro-
Exteriores fosilizando su relieve y un conjunto de estructuras, dellar y Colungo) es muy probable que los conglomerados sean
hecho que fue conocido desde antiguo desde MALLADA (1878), progresivamente más antiguos hacia el E. ya que todos los au-
DALLONI (1910), SELZER (1934) y ALMELA Y Ríos (1951) y que re- tores que han trabajado en la zona de! Cinca-Esera, coinciden
cientemente ha sido redescubierto por REILLE (1972) en cuyo en atribuirles edad Oligocena (GARRIDO, 1973).
trabajo queda perfectamente demostrada la existencia de impor- He introducido aquí el concepto de edad estratigráfica pues-
tantes relieves bajo los depósitos miocenos. Hacia e! W. donde to que contribuye a aclarar las sucesivas posiciones de los pun-
la serie es completa desde el Oligoceno, sólo existe discordancia tos de alimentación a lo largo del tiempo.
progresiva cartografiada por primera vez por SELZER (1934). Pos- Algo aislados hacia el NW. quedan los conglomerados de Sam-
teriormente ALMELA y Ríos (1951) consideraron el conjunto como pelayo situados muy arriba en la columna, llegando, probable-
una potente serie oligocena en facies «normal>" hasta que el mente al Burdigaliense. En e! sinclinal de Peña Izaga existe una
oescubrimiento de yacimientos fosilíferos en Santa Cilia (CRUSA- importante acumulación conglomerática aislada por completo
FONT, RIBA Y VILLENA" 1966) y en Ayerbe (CRUSAFONT y PONS, 1969) del resto de los afloramientos. En su base existe discordancia
así como los trabajos micropaleontológicos realizados por J. RA- angular sobre el Sannoisiense y Stampiense, de modo que proba-
MÍREz DEL Pozo (Diputación Foral de Navarra, documentación in- blemente representan una serie continua desde el Chattiense
terna), han demostrado el acierto de SELZER. hasta e! Burdigaliense.
El conjunto de la formación se compone, como en el caso En cuanto a la composición, tamaño e imbricación de los can-
de Bernués, de una facies conglomerática y una facies de paleo- tos, son válidas para esta zona las conclusiones deducidas para
canales. El paso entre ellas es también muy brusco, especialmen- los conglomerados de la Formación de Bernués. Como hecho cu-
te en la depresión de Huesca. rioso hay que destadar que no se encuentran nunca caliches ni
en los conglomerados ni en los sedimentos que les rodean, a di-
3.8.2.2.1. Los conglomerados ferencia de lo que ocurre en la Formación de Bernués, con la
Aparecen dispuestos en grandes masas discontinuas a lo única ex{)epción de los conglomerados de Sampelayo. Hemos
largo de todo el frente de la discordancia. Estas masas de for- visto que existen facies conglomeráticas asociadas a calizas (ban-
ma cartográfica groseramente lenticular, no son totalmente isó- cos de caliche) desde el Sannoisiense (Canciás) hasta el Burdiga-
cronas sino que se sitúan irregularmente entre el Chattiense y liense (Sampelayo) y facies de conglomerados sin calizas en la
el Burdigaliense. Es posible, aunque no esté probado, que lle- misma gama de edades. Por tanto no se trata de un fenómeno
guen hasta el Mioceno terminal. Así tenemos que en una etapa ligado al tiempo. Las calizas parecen ser exclusivas de las facies
inicial se depositaron los conglomerados de Gallipienzo, Peña, del sinclinorio del Guarga, ya que no se las encuentra en el fren-
Petilla, Biel y probablemente los inferiores de Agiiero. Poste- te conglomeratico de la facies deUncastillo, pero sin embargo
riormente estos conos dejaron de funcionar, apareciendo otros existe la excepción de Sampelayo. Puede pensarse que en la zona
nuevos al S. de Cáseda, en el puerto entre Sos y Uncastillo, Sie- del sinclinorio existen condiciones especialmente favorables a la
rra de Luesia, conglomerados superiores de Agiiero-Riglos y to- deposición de calizas, y que excepcionalmente se podrían dar en
dos los del flanco S. de las Sierras Exteriores. Esto, que a gran' otras zonas, pero existen también otras hipótesis posibles. Podría
114 C. PUIGDEFÁDREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 115
tratarse también de un fenómeno ligado a la diversificación de descrito por RIBA et al. (1967) en la zona de Caspe y por PUIG-
sub-ambientes y, en último extremo, a la pendiente sedimenta- DEFÁBREGAS (1973) en Muriílo y Santacara (Navarra), extendién-
ria. Existen en nuestra zona dos tipos de conos, uno con fuer- dose también por Sádaha y Castiliscar. Toda la extensión entre
tes gradientes y acumulación de conglomerados en masas muy UncastilIo, Luna y el GálIego está ocupada por estas facies aun-
localizadas con paso lateral muy brusco a las áreas vecinas, y que los afloramientos no son del tipo «Caspe» por ser el relieve
otro con menores gradientes y mayor dispersión de las gravas mucho más montañoso.
por medio de un complejo sistema de corrientes intermitentes,'
permitiendo la existencia de amplias zonas de baja energia
dúrante un lapso de tiempo suficiente para la formación de ca-
liches y otros depósitos carbonatados. El primer tipo implica-
ría una elevada actividad tectónica con formación de relieves
acusados mientras que el segundo podría originarse con menor
actividad tectónica. Pur supuesto que esto no es más que una
simple hipótesis de trabajo.
116 C. PUIGDEFÁBREGAS
Tenemos pues, en un mismo afloramiento, Gas extremos de pasos por donde fueron transportados los conglomerados que se
un proceso similar, salvando las diferencias de escala. Si la si- acumularían al pie de la Sierra. Estamos pues ante un relieve
nuosidad es muy elevada, la acreción lateral progresa práctica- heredado como mínimo desde el Mioceno. Particularmente nota-
mente en sentido horizontal, mientras que si la sinuosidad es ,ble es el caso del sinclinal de Rodellar que, como hemos visto,
'menor, el sentido de la acreción es una línea inclinada hacia uno ;funcionó ya durante el Eoceno superior como estuario por don-
de los flancos del canal (el más abrupto), hasta que en el caso 'de se transportaban materiales hacia el N. (cuenca de Jacal',
supuesto de un curso perfectamente rectilíneo, la acreción sería mientras que al llegar al Mioceno la situación se invierte de
simplemente vertical, produciendo teóricamente cuerpos areno- moao que el mismo sinclinal actuó como valle por e! que se
sos estrechos y verticales. El primero sería el caso de los point- transportaron materiales hacia el S. (cuenca de! Ebro). Sobre
bars y el segundo el de la mayoría de los canales de la zona, el papel de barrera morfológica desempeñado por las Sierras,
mientras que el tercer caso no se daría nunca en la realidad. Es existe además una interesante observación realizada por e! botá-
evidente que si la velocidad de acreción lateral es lenta compa- nico Dr. P. MONTsERRAT (com. personal 1974) según la cual exis-
rada con la vertical, se puede llegar a obtener, con el tiempo, ten en la zona algunas especies vegetales relictas de! Mioceno,
un trazado muy sinuoso sin que por ello se originen verdaderos que para su preservación hasta la actualidad necesitaron de la
point-bars. Es· de suponer que en las facies de Uncastillo coexis- influencia micro climática de una masa de agua importante muy
ten ambos tipos, con todas las gradaciones entre ellos. La inter- próxima al flanco de las Sierras. Este podría ser el caso de las
pretación de los afloramien~os tiene pues rcierta coherencia. facies arcillosas que en la depresión de Huesca se aproximan
Ahora bien lo que ya no está tan claro es el por qué coinciden tanto a las Sierras sin que existan las importantes redes de pa-
en un mismo ambiente los dos tipos extremos de sinuosidad. El leo canales que se observan en las zonas vecinas, tanto al E. (Bar-
problema es en definitiva el averiguar las condiciones hidrodi- bastro) como al W. (Uncastillo). En esta zona de Huesca, los ma-
námicas que producen uno 11 otros procesos. En el apartado teriales miocenos en contacto con las Sierras son de origen pu-
3.8.4. se discutirá más ampliamente este problema. ramente local siendo notable el caso de Nueno donde existen
En cuanto a su extensión regional, estas facies se sitúan en- unas limolitas arenosas rojizas con yesos que inducen a pensar
tre el borde conglomerático al N. y las facies de arcillas, calizas en 'una resedimentación del Keuper (SELZER, 1934),
y evaporitas del centro de la cuenca del Ebro al S. constituyen-
do una franja de amplitud variable que se reduce hasta casi 3.8.3. Evolución paleo geográfica de las facies continentales
desaparecer entre el Gállego y el Flumen. En esta zona, situada Conviene aquí resumir los hechos y trazar brevemente los su-
al pie de las Sierras Exteriores, apenas existen los conglomec ,cesivos pasos de la evolución paleo geográfica de las facies conti-
radas de burde y las facies arcillosas, probablemente lacustres nentales:
llegan a estar muy próximas al mismo flanco de las Sierras.
En algunos puntos (Mallos de Riglos) puede verse el paso ex", 1) Eoceno superior (fig. 28). - Existe una red fluvial (fa-
tremadamente rápido de las masas conglomeráticas a las facies cies de Bibán) con importantes ríos meandriformes dirigiéndose
más finas. Esto es debido, sin duda a que el relieve de las Sie- de SE. a WNW. desembocando en el mar y originando el conjun-
rras formaba una barrera orográfica que impedía la organiza- to de facies deltaicas que progradan en el mismo sentido. Los
ción de una red de drenaje excepto en ciertos puntos de relie- anticlinales N-S de las Sierras constituyen relieves emergidos o
ve menos acusado. En efecto, si observamos la situación de las semiemergidos que condicionabaiI el desarrollo de las facies del-
masas conglomeráticas veremos que se sitúan siempre junto a taicas y originando a veces zonas protegidas con deposición local
las zonas más deprimidas. Desde la zona de Riglos (pasn actual de facies lagunares (Ligüerre) o fluviolacustre (Campodarbe).
del Gállego) no se encuentran acumulaciones importantes hasta Sólo en Santa Orosia existen aportes conglomeráticos proceden-
el Salto del Roldán, justamente en el valle del Flumen (zona tes del N.
deprimida de Belsué). Otras acumulaciones importantes se si- 2) Sannoisiense (fig. 29). - Hacia el final del Eoceno tuvo
túan en San Cosme al pie de la depresión de Nocito, y en el valle lugar el confinamiento de la cuenca con la consiguiente deposi-
del Alcanadre junto al sinclinal de Rodellar. Es decir, las zonas ción de evaporitas, desapareciendo ya las facies marinas. Sin
actualmente deprimidas constituyeron durante el Mioceno, los embargo, en el área continental continúa el mismo esquema pa-
120 C. PUIGDEFÁBREGAS SEDIMENTACI6N CUENCA DE JACA
leogeográfico del Eoceno superior. La red fluvial principal sigue puntos, la sedimentación conglomerática fue continua desde el
distribuyendo materiales hacia e! WNW. por medio de ríos mean- Chattiense (Izaga, Gallipienzo, Luesia, Agüero) existiendo a ve-
driformes cada vez menos importantes (facies de Anzánigo y su ces discordancias angulares internas (AgUero). Hacia el S. estos
equivalente lateral de Monrepós). Por el N. se reciben aportes conglomerados pasan a las facies de paleo canales de Uncastillo
laterales que forman conos aluviales (Laguarta-Canciás) que y luego a las facies lacustres y evaporíticas del centro de la
pasan lateralmente a facies anastomosadas (Guarga). Los mate- cuenca.
riales aportados son drenados y distribuidos por la red fluvial
principal. La zona de los conos aluviales crea un efecto de «som- 3.8.4. Discusión sobre la sedimentación fluvial
bra» de modo que en su flanco W. se originan zonas protegidas
donde predominan los depósitos directamente relacionados con La interpretación de facies y subfacies de los sedimentos
los conos (facies de Bailín). Este conjunto diversificado pasa continentales descritas en el capitulo anterior requiere una jus-
hacia el W. a una zona extensa y homogénea de facies fluvio~ tificación. Debe tenerse en cuenta que, aunque es relativamente
lacustres con multitud de pequeños canales distributarios (fa- fácil reconocer un sedimento fluvial, resulta ya más difícil el
cies de Javier-Pintano~Villalangua) hasta que en Navarra encon- interpretar el tipo de ríos que lo han originado y sus caracte-
tramos los facies lacustres en Zabalza y yesos en Undiano. rísticas hidráulicas, así como e! -reconocimiento de los subam-
3) Stampiense (fig. 30). - La -red fluvial meandriforme se bientes asociados. La literatura referente al tema es abundan-
sitúa ahora en dos zonas, una en el Guarga (facies de Lasaosa) tísima, procediendo tanto del campo estrictamente sedimento-
y otra más al W. (facies de Petilla). En el Guarga se siguen reci- lógico como de los de la Geomorfología e Ingeniería. Esto sige
biendo aportes del N. en forma de conos aluviales y corrientes nifica que la variedad de problemas a tratar y de métodos a uti-
anastomosadas (Laguarta-Canciás y Guarga). El conjunto pasa lizar es tan extensa que uno se ve obligado a limitarse, especial-
a las facies fluviales de menor energía (facies de Ipiés) que dis- mente en trabajos de índole 'regional. Por estas razones he renUll-
tribuyen los materiales hacia e! W. El efecto de «sombra» de los ciado a estudios de arcillas, fenómenos pedogenéticos, análisis
conos aluviales determina la existencia de facies fluviolacustres petrográficos y granulométricos, así como a un estudio estadís-
en Santa Cruz-Bailo. A su vez, la red meandriforrne de Petilla tico de paleocorrientes. Las observaciones se han concentrado
pasa hacia el W. a las facies fluviolacustres y lacustres de Cáse- en la mórfología de los cuerpos arenosos, de sus estructuras se-
da y Sangüesa, con yesos en Tafalla. Sin embargo, en la zona al dimentarias', las secuencias verticales y la estimación de dIrec-
SE. de la Sierra de Alaiz se desarrolla un sistema fluvial hacia ciones de corriente.
el S. y SE. (facies de Leoz y Carrascal) aportando materiales a De este modo se han llegado a los siguientes grupos:
la misma zona lacustre de Sangüesa. A) Sedimentos transportados por corrientes regulares flu-
4) Chattiense-Aquitaniense (fig. 31). - Al iniciarse esta edad yendo en cauces limitados por ribazos estables. Un régimen de
ocurren ciertos movimientos tectónicos que provocan la reacti- este tipo arrastra una carga de tracción por medio de mega-
vación de! relieve estructural con la consiguiente acumulación de ripples con remolino frontal, originando un cuerpo arenoso cuya
conos aluviales en puntos dispersos (Oroe!, San Juan, Peña Igaza forma puede ser de distintos tipos y cuya estructura dominante
y frente conglomerático de las Sierras). A partir de este mo- es la mega-estratificación cruzada de tipo cóncavo. La carga en
mento el sinclinorio del Guarga no es más que una pequeña cuen- suspensión se deposita por desbordamientos en las zonas adva-
ca residual sin red fluvial jerarquizada de modo que no se depo- centes así como directamente sobre los materiales de tracciÓn,
sitan más que los conos aruviales y las facies de paleo canales que intercalando sedimentos propios de los bordes (levées) así como
los rodean. Las corrientes ya no se dirigen hacia el WNW., corno frecuentes niveles de material más glueso que por diversos me-
en la etapa anterior, sino que lo hacen hacia el S. o SW. canismos (crevasses, inundaciones anormales, etc.) pueden llegar
5) Aquitaniense-Burdigaliense (lig. 31). - Una renovación a la llanura de inundación.
de los movimientos tectónicos ocurridos en la etapa anterior La secuencia vertical suele ser grano decreciente (fining-up-
provoca una nueva llegada de materiales conglomeráticos for- ward) y su origen es ya bien conocido habiendo sido descrito
mándose conos aluviales en todo el frente S. de las Sierras Ex- por muchos autores (BERSIER, 1959; SUNDBORG, 1956; LEoPoLD,
teriores, desde Navarra hasta la zona de Barbastro. En algunos WOLMAN y MILLER, 1964; ALLEN, 1964; FRIEND, 1965; MOODY-STUART,
122 C. PUIGDEFÁBREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 123
1966; FRmND y MOODY-STUART, 1973; LEEDER, 1973, entre otros}, de baja sinuosidad. El concepto de sinuosidad (SCHUMM, 1963 y
siendo atribuido unánimemente al modelo de río meandriforme. MOODY-STUART, 1966) en esta facies particular no corresponde
B) Sedimentos transportados por corrientes irregulares flu- a dos tipos fluviales distintos ya que tanto los cursos poco si-
yendo en canales no confinados por bordes estables. La carga nuosos corno los muy sinuosos presentan análogas característi-
de tracción forma la parte más importante de los sedimentos V cas hidrodinámicas. E! único factor determinante es la velocidad
es transportada por medio de un complejo sistema de barras en que se :Iesarrolla un meandro (acreción lateral) con respecto
y canales de posición muy variable. Los cuerpos arenosos resul- a la velocIdad de acumulación de los depósitos de overbank
tantes suelen fOrIllar capas muy extensas cuya estructura inter- (acreción vertical). Es de suponer que la cohesión de los bordes
na revela los rápidos cambios de régimen hidráulico. Son muy sea un factor condicionante para que este tipo de corrientes lle-
frecuentes las laminaciones paralelas de corriente, los rellenos gue ? no ~ .formar meandros. No sería de extrañ'ar que la mayor
laterales y las estratificaciones cruzadas de pequeño ángulo. Los eroslOn~bl]¡dad de los bordes favoreciera la formación de point-
mega-ripples aunque pueden existior son siempre una estructura bars, ml~ntras que en otros casos, su mayor cohesión obligara
subordinada. Estas capas arenosas o conglomeráticas alternan a la corrIente a adoptar un trazado menos sinuoso sin que esto
con limolitas en proporciones próximas a 1: 1. La secuencia ver- signifique una diferencia fundamental en las características hi-
tical es sumamente irregular y desordenada, a veces granodecre- dráulicas. Otras causas posibles para la mayor velocidad de acre-
dente, pero también según la superposición de las subfacies. Es- ción vertical podrían ser una superabundancia de carga en sus-
te tipo de depósitos es mucho menos conocido que el anterior, pensión con acumulación de materiales finos (más coherentes)
siendo de destacar los trabajos de DOEGLAS (1962), WILLIAMS Y en los bordes, o una etapa de incisión erosiva de la red fluvial.
RUST (1969), RusT (1972), COLEMAN (1969), ANDERSON (1969), Ho- Se han propuesto algunos métodos para calcular la anchura
\VE (1969), COSTELLO Y WALKER (1972) Y EYNON y WALKER (1974). de los canales a partir de la medida de la profundidad (LEEDER
Se les atribuye por lo general un origen por corrientesanasto- 1973) por medio de ecuaciones empíricas, válido para eorrien~
mosadas, aunque no forzosamente todos los ejemplos de nues- tes meandriformes. Dichos métodos están todavía en estado de
tra zona correspondan a este tipo de régimen. El concepto, algo c.omprobación: Resultados semejantes pueden obtenerse a paT-
más amplio, englobaría a los tipos fluviales no meandriformes tIr de la medIda ,de una unidad de Epsilonccross..stratificación,
o poco sinuosos. euya ancbura segun ALLEN (1965) viene a ser los dos tercios de
En la realidad existe toda una gradación entre estos dos tipos la canal en su punto máximo. Este método tiene el inconvenien-
A y B hasta el punto que resulta imposible delimitarlos en el t~ de ser sólo aplicable para pequeñas corrientes ya que a me-
campo. En la zona estudiada pueden reconocerse las siguientes dl~a que aumentan sus dimensiones disminuye la pendiente del
variaciones dentro del primer grupo: pOlnt-bar (ALLEN, 1970) y por tanto el ángulo de las superficies
de acr~ción late~al, lo que hace que la est·ructura sea práctica-
A~l: Capas extensas con espesores mínimos de unos 5 m.
mente IrreconocIble en el campo. En algunos casos, en nuestra
A-2: Capas poco extensas en forma de placas de base plana COl1 es-
pesores de 1 a 3 m. y con estructura de acreción lateral.
zona, las dimensiones de los canales de corrientes pequeñas pue-
den ser estimadas directamente en el campo (figs. 17, 18, 20, 21).
A-3: Canales en forma de cordones aislados más o menos sinuosos
de anchura muy variable y espesor máximo observado de 8 m. E! primer caso A-1 creo que puede interpretarse corno acu-
mulación de depósitos de point-bar producidos por la divagación
El más simple es el tipo A-2 cuyo origen y modo de forma- de meandros en un mismo cauce amplio. Sin embargo, en algu-
ción corresponde a los micro"point-bars siendo ya descrito en el nas capas de estructura muy homogénea puede pensarse en un
Mioceno de Santacara (PUIGDEFÁBREGAS, 1973). El tipo A-3 corno colo proceso originario, tratándose entonces de ríos verdadera-
hemos visto anteriormente coexiste con los micro point-bars, mente importantes. En ambos casos, la anchura de la capa re-
existiendo todos los pasos intermedios entre ambos, resultando sultante vendrá determinada por la sinuosidad máxima y por el
de la combinación entre la velocidad de acreción lateral y ver- caudal.
tical. Se trata pues de una misma facies fluvial cuya caracte- El grupo de los sistemas no-meandriformes (B), está repre-
rística más notable es la coexistencia lateral y transición ver- se.ntado en nues~ra zona por dos facies de diferente aspecto
tical de corrientes que presentan un carácter tanto de alta corno (tIPO Guarga y tIpo Monrepós), aunque conservando una serie
124 C. PUIGDEFÁBREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 125
de características hidrodinámicas parecidas. Sin duda alguna Finalmente hay que destacar las investigaciones que se es-
lo más notable es la asociación desordenada de estructuras de tán realizando para deducir las condiciones hidráulicas en se-
régimen fuerte (high flow regime) con otras, minoritarias, de dimentos antiguos, tales como la ['elación entre la velocidad
r"gimen débil. En definitiva lo característico es la irregularidad p.rofundida.d y pendiente, caudal, carga y capacidad, etc. Espe:
del régimen. Hay que destacar que también aquí pueden darse cmlmente mteresante es el trabajo de FRIEND y MOODY-STUART
estructuras de acreción lateral, aunque de modo muy subordi- (1973) en el que se apuntan métodos a seguir, a partir de aná.
nado. Es decir, como en la mayoría de los casos, no existen cri- lisis de la forma y dimensiones de los canales, estudio de las
terios diagnósticos para distinguir los tipos fluviales, sino aso- secuencias y granulometrías. No cabe duda de que ésta es una
ciaciones de características. Profundizando más entraríamos en importante línea a seguir y sería totalmente deseable que el
la discusión de por qué los ríos forman meandros y las causas trahajo que aquí presento pudiera utilizarse como base para
que conducen al anastomosamiento. Sobre este tema la biblio- investigaciones en este sentido.
grafía es especialmente abundante y en realidad poco concreta.
El lector interesado puede consultar una síntesis bibliográfica
en SOLÉ (1972).
La causa inmediata y principal de la formación de meandros
estaría en la geometría helicoidal del flujo (SAKALOWSKI, 1974)
siendo el sistema meandriforme el que con mayor probabilidad
adoptará una corriente circulando sobre aluviones finos y ~ro
sionables 'aunque con cohesión suficiente para mantener nba-
zos consistentes (LEoPoLD y LANGBEIN, 1966, cit. en SAKALOWSKI,
1974). Este sería el resultado de los procesos tendentes a rec
duCÍr al mínimo las pérdidas de energía.
Las causas del anostomosamiento son algo más polémicas.
La opinión más generalizada es la de un exceso de carga por
tracción en relación al caudal. Sin embargo algunos autores
dan mayor importancia a otros factores como la erosionabili-
dad de los bordes, irregularidad del caudal y cambios de pen-
diente. Es muy probable que varios factores contribuyan al
anastomosamiento, 'así como es también muy probable que exis-
tan muchos tipos fluviales intermedios todavía poco conocidos.
A este respecto resulta ilustrativo el trabajo de COLEMAN (1969)
en el que se describe cómo el Bramaputra pasa anualmente por
tres estados distintos: 1) estiaje anterior a la crecida, con for-
mación de varios canales uno de ellos principal que circula
bordeando un ribazo y pasando de un lado a otro; 2) crecida,
con disminución de la curvatura, erosión en los ribazos, modi-
ficación del taJlweg y deposición arcillosa en la llanura de inun-
dación; 3) paso de la crecida al siguiente estiaje: exceso de car-
ga de tracción y suspensión, con formación de barras y talweg
anastomosado en constante movimiento.
Por supuesto que el modelo del Bramaputra no es compara-
ble a ninguno de los aquí descritos, pero lo que interesa es com-
probar la complejidad de algunos modelos considerados como
anastomosados.
SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 127
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La continuidad estructural entre los ejes N-S y los WNW-ESE
de la zona de Jaca fue puesta de manifiesto por SOLER y PUIG-
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'" DEFÁBREGAS (1970) para el caso del anticlinal de Boltaña -plie-
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gue de Ordesa. En el curso de este trabajo he sugerido que tal
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continuidad parece ser también cierta para los demás ejes de
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Po las Sierras Exteriores ya que las facies deltaicas parecen con-
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e ¡:j' centrarse en los sinclinales de forma que las depresiones! así
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~ originadas «canalizarían» en cierto modo la progradación del-
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taica del Eoceno superior. Puede dudarse sobre cuál ha sido
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g ~ la unidad tectónica que ha producido tal efecto, pero sí parece
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81" ser cierto que dicho empuje hacia el W. existió, desde el Eoce-
I "'\"- !no medio como mínimo hasta el Oligoceno. No es necesario
I --' .¡j, suponer que el esfuerzo original tuviera carácter discontinuo,
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ya que la formación de un anticlinal pudo evolucionar hasta
/
'f'" ] cierto límite de rigidez a partir del cual se requeriría menor es-
I
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I
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fuerzo para originar un nuevo anticlinal paralelo, que para se-
o
I m guir plegando al anterior. Así, un esfuerzo continuo ha dado lu-
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N '§"" 'más al W. se encuentran.
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• cuerpos tectosedimentarios de valor regional? Pienso que evi-
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O
dentemente no es posible, y con esto me adhiero a la opinión
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·S de SEGURET (1970), según el cual, la tectónica y la sedimenta-
ción están tan íntimamente ligadas que no es posible separar
~ ambos fenómenos, al menos en esta etapa de la evolución pire-
~ naica. Por esta razón he preferido separar las unidades sedi-
•
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"" mentarias a nivel de la «transgresión Biarritziense». Se trata de
un fenómeno regional detectable desde Mediano por el E. hasta
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correlacionable con la transgresión de la misma edad observada
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Po en el Pirineo Catalán (GICH, 1969 y PALLí, 1972). Se desconoce
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diada, aunque bien se la podría relacionar con los movimientos
de la unidad del Pirineo Central. Lo cierto es que a partir de
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e este momento cambian por completo las condiciones sedimen-
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tarias en toda la zona, excepto, como es lógico, en las zonas de
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I facies profundas (cuenca de Pamplona y sinclinal de Buil). Para
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!l 134 c. PUIGDEFÁBREGAS <1 SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 135
Los yesos de Barbastro hay que interpretarlos en continuidad En el Stampiense se conserva un esquema muy parecido en
con las facies potásicas de Cataluña (RIBA, 1967 Y QUIRANTES, la zona del Guarga. El sistema de conos aluviales-ríos anastomo-
1969), desapareciendo al NW. de Barbastro bajo el corrimiento sados sigue funcionando hasta sobrepasar en importancia a las
de las Sierras. Recientemente se ha postulado la posibílídad geo- corrientes meandriformes de Lasaosa, pasando ambas al comple-
métrica de la continuidad con las potasas de Navarra (PUIGDE- jo fluvial de pequeños carrales (Ipiés) que gradualmente pasa al
FÁBREGAS, 1974 b). Piénsese que existen potasas en la zona de W. a las facies lacustres de Sangüesa, donde también confluye
los Píntanos (extremd W. del anticlinal de Botaya) y que la con- el sistema meandriforme de Petílla, procedente del SE. Existe
tinuidad es especialmente posible en la zona del Onsella, sobre sin embargo algún cambio notable con respecto al Sannoisiense.
todo si se tiene en cuenta la estructura de las Sierras con des- Vemos en efecto que en la zona al SE. del cabalgamiento de la
plazamientos hacia el Sur, de 8 Km. como mínimo en la zona Sierra de Alaiz, en lugar de prolongarse las facies lacustres según
de Riglos (PUIGDEFÁBREGAS y SOLER, 1973). Si tal continuidad pue- la direoción pirenaica, se desarrolla un importante sistema flu-
de probarse algún día, sería un argumento más en favor de la vial de notable energía con direcciones de corrientes hada el
hipótesis de la desecación de la cuenca eocena como origen de S. y SE. de modo que puede afirmarse que dicho sistema apor-
, las potasas. taba también materiales a la zona lacustre de Sangües'a. El
comienzo del levantamiento de }a Sierra de Alaiz provocaría
este cambIo en la geometría de la cuenca, desplazándose su
4.4. EL OLIGOCENO eje hacia el S. hasta formar la enorme cuenca oligo-miocena
de la Riber3J de Navarra. Estos movimientos locales habrían pro-
ducido una reactivación del régimen fluvial en la Sierra de Leoz
Hemos visto que las facies potásicas de Navarra marcan el y Carrascal cuyo momento máximo se alcanzaría en el límite
fin de la sedimentación marina en esta zona. A partir de este Stampiense-Chattiense, correspondiendo con las discordancias de
momento, el régimen es siempre continental, con tres tipos fun-
Izaga y del Perdón.
damentales de ambientes sedimentarios: conos aluviales, siste-
mas fluviales y fluviolacustres, y finalmente ambientes lacustres Hemos visto hasta aquí, las facies de una gran unidad tecto-
típicos. La fig. 29 muestra la distribución de facies durante el sedimentaria que empieza con la transgresión Biarritzíense y que
Sannoisiense y la fig. 30 durante el Stampiense. Ambos esquemas termina con la discordancia generalizada (progresiva o angular)
ponen en evidencia la conservación de la geometría de la cuenca del Chattiense-Aquitaniense. Esta unidad es susceptible de sub-
de forma alargada según la dirección pirenaica, paralelamente al división en una inferior con facies continentales pasando a mari-
surco «flysch», pero con el eje desplazado hacia el Sur. Los espe- nas (Biarritziense-Eoceno superior) y otra superior únicamente
sores acumulados son muy importantes, variando desde los 3.000 con facies continentales (Sannoisiense-Stampiense).
metros en el Guarga, 4.000 a 5.000 en el Onsella y finalmente la
enorme acumulación continua de 7.000 m. desde el Sannoisiense
hasta el Burdigaliense al SW. de la Sierra de Alaiz (corte de Za- 4.5. LA DISCORDANCIA FINI-OLIGOCENA
balza). Es evidente pues, que la zona de Navarra está actuando
como cuenca sub si dente mientras que la Cuenca de Jaca está El Chattiense y Aquitaniense se caracterizan por la sedimenta-
dejando de serlo. ción conglomerática en todd el borde N. de la cuenca del Ebro,
Las facies se distribuyen de modo que parece clara la exis- circunstancia que dificulta enormemente el estudio micropaleon-
tencia en el Sannoisiense, de una red meandriforme principal tológico, siendo preferible agrupar esos dos pisos en una sola
situada en la zona de Anzánigo, con la subfacies especial de unidad. Estos materiales conglomeráticos suceden en discordan-
Monrepós, recibiendo aportes conglomeráticos procedentes del cia progresiva a las diversas facies de Stampiense o bien se co-
N. por los sistemas de conos aluviales-ríos anastomosados. El locan en discordancia sobre la estructura de las Sierras Exterio-
conjunto pasa hacia el WNW a facies fluviolacustres con peque- res, fosilizando algunos relieves como indica REILLE (1972), aun-
ños canales (Javier-Pintano-ViIlalangua), y finalmente a las fa- que con una apreciación exagerada debida a no considerar la
cies lacustres de Zabalza. pendiente sedimentaria original. Lo que en primer lugar nos in-
teresa es averiguar cuál es el fenómeno tectónico que produce
o
g
SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 137
tal discordancia generalizada. Para ello consideraremos tres ob-
servaciones distintas: el corte del Gállego, el anticlinal de Bar-
,
bastro y los perfiles sísmicos.
, o
W números 140 y 141). Los hechos más notables son: 1.' existencia
..J de un pliegue tumbado y fallado vergente al Sur implicando ma-
..J teriales desde el Trías hasta el Oligoceno, 2.' fosilización de esta
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C,!)
estructura por los conglomerados inferiores de Agüero y Riglos,
3.' plegamiento de la estructura anterior en forma de anticlinal
..J vergente al Sur y 4.' fosilización de esta estructura por los con-
W glomerados superiores de Agüero-Riglos. El desplazamiento ho-
Z rizontal mínimo se estima de! orden de unos 8 Km. lo que supone
W un corrimiento al Sur del mismo orden para toda la cuenca de
I Jaca en esta zona, con despegue a nivel del Trías. El eje de la
en
W
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1'- I estructura buza hacia el E. mientras que hacia el W. tiende a evo-
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lucionar en el aire (zona actualmente erosionada) con el único
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I testigo del klippe de San Felices. El pliegue es cónico abierto ha-
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cia el W. pero e! flanco S. de la Sierra de Santo Domingo desa-
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parece bajo el flanco normal al E. del Gállego, de modo que la
X o l1 estructura en su conjunto tendería a reducir su vergencia hacia
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/ el W., hasta que en la terminación periclinal de Santo Domingo,
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en '0
I el desplazamiento horizontal sería nulo. Es indudable pues, que
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/ la unidad de la cuenca de Jaca se desplazó unos 8 Km. hacia el
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/
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Sur en la zona de Riglos y que este desplazamiento fue mayor
W I
/ . hacia el Este (Barbastro). El hecho ocurrió entre el Stampiense
en / y el Aquitaniense, ya que las capas correlacionables con los con-
en I glomerados superiores de Riglos contienen fauna Aquitaniense en
I
<t Ayerbe (CRUSAFONT y PONS, 1969).
-' "\
El anticlinal de Barbastro presenta una estructura particular
W que fue ya estudiada por CRUSAFONT et al. (1966). Este anticlinal
O consta de un núcleo de yesos del Eoceno superior y una serie roja
W plegada y concordante con ellos, de edad Oligocena (Formación
~ de PeraItllla). Otra serie detrítica sucede a la anterior en dis-
o:: cordancia progresiva, pasando lateralmente a los conglomera-
8 dos que fosilizan a las Sierras Exteriores. Su edad es Aquita-
niense según el yacimiento de vertebrados de Santa Cilia es-
tudiado por los citados autores. Lo más notable es que e!
flanco NE. de dicho anticlinal está fallado y jalonado por aflo-
ramientos 'de materiales de las Sierras (Cretácico, Garumnen-
se y Eoceno), siendo los más notables los de San Román y
iJj
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Monasterio del Pueyo. En San Román pueden verse las bre-
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chas basales del Aquitaniense dispuestas en discordancia sobre
" " el Cretácico-Garumnense-Eoceno. Siguiendo la faHa hacia el NW.
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138 C. PUIGDEFÁBREGAS
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SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 139
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LEYENDA
Esculo Gráfico
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Fcnto
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Cotollco R
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PERFILES ESTRATIGRA'FICOS
;;3- Ilundain LAM. XI 19 - Puente la Reina L. VIII 35 - Borrastre LAM. VI 51 - Benlué de Rosal LAM. \1
4- Induraln LAM. XI 20- Alastruey LAM. 111 Y VIff 36 - San Juste LAM. \11 52 - Rosal y Javlerrelatre LAM. \1 Y VI
5 - Monreal LAM. XI 21 - Sta. Cilio LAM. VIII 37 - Llguerre LAM. VI Y VII 53 ~ Anzánlgo y ·Garoneta LAM. 11, Vy VIU
6- Salinas de Ibargoiti L.XI22- Blnocua LAM. VIII 38- Albella LAM. VIII 54 - Yeste LAM. VIII
ARBASTR
7 - llédena LAM. XI 23- Sto. Cruz LAM. 111 y VII/ 39 - Planlllo LAM. VI 55 - Tl'isle LAM. VIII
a - Yeso LAM. XI Y Fig. 14 24 - Atarés LAM. VIff 40 - San Felices LAM. VI 56 - Sta. Moría LAM. VIfI 3- Molinar
25 - Bern ués LAM. 111 Y VIff 41 - Campodarbe LAM.II 57- Legó LAM. VIII 9- Javier- 2
9- Ruasta LAM. VIII
LAM. VIII 10- La Magdalena
10 - Galllpienzo LAM. IV 26- Oroel LAM. VII 42 - Las Bellostas LAM. V 58 - Salinas
43 - Bolees LAM. V 59 - Salinas LAM. fI Y V 11- Pintano-I
11- Urrlés LAM. IV 27- Novoso LAM. 111 Y VII
60 - Los Juanes LAM. VIff 12- Pintano-3
12 - Novardún LAM. IV 28 - Sardas y Sabiñónigoll/'Vfl44 - Bara LAM. 11 Y V
61 - Ferrera LAM. VIII 13- Plntano-2
13 - Luesia I.AM. IV 29 - Allué LAM. VII 45 - Noclla LAM. 11 Y V
14- Plntono LAM. 111 Y VIII 30 - Fablo LAM. VII 46 - Lúsero LAM. V 62- Sto. Domingo · LAM. VIff
15 - Peña Musara LAM. VIff 3 I - Fanllllo LAM. 111 Y VII 47 - Salsué LAM. V 63 - Carcavllla FIg.2
16- Martes LAM. VIII 32 - Ye bra LAM. 1/1 Y VII 48 - Monrepós LAM. 11 Y V 1-·1'= FIg.S'
FIG. 26.
ESQUEMA DE DISTRIBUCION DE LAS FACIES DELTAICAS
Escala Gráfica
g 10 15 20 20 Km.
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6 Mon, e P e r d ido
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Ard/!1Q .
Noval
2 Facies de mareas
3 Bancos de Nummulites (inferiores a 1 1
4 Zona de paso de facies deltaicas a facies de plataforma y talud
5 Margas, pequefios canales turbidílicos en Gracionépel
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FIG, 27.
ESQUEMA DE DISTRIBUCION DE FACIES DEL EOCENO
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Esca a 25 Km,
5 10 15 20
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ESQUEMA DE DISTRIBUCION DE FACIES DEL SANNOISIENSE
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Facies fluVIQ es t Canc l as
2 I 'les 'de Laguor 0-
Facies de conos o uVla, fluviales ol'iostomosadas
3 S 'ltuación probable de faCies aluviales (n o a fl ora n en superficie)
.:i.l Focies de Bal'1'In, Paso Ia t e rol de, conos
5 Facies fluv 'lales de Monrepós
6 '1 de Anzdnigo
Facies fluviales St Cruz- Bailo
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Facies fluvio-Iacustre de
Facies fluvio -lacustre d e Javlel" ·
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3 - Facies de canales y Point- bars
FIG. 31.
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BURD1GAllENSE -
la Fm, de Uncastillo, no inJuye los conglomerados de borde.
AQUITAN1ENSE
FORMACllÍN DE BERNU~S (SOLER y PUIGDEFft:SREGAS í970). Equivale probablemente a parte de la Fm. de Uncastillo y recibe otra denor¡;in,áci6n por su
aislamiento geogrMico
FORMACiÓN DE PERAlTlllA (CRUSAFOln, RISA y VILlENA 1966)
aLl GOCENO
'FQRMAQI1N DE ANZÁNiGO (SOLER y ~UIGDEFÁgREGAS 1970) 1,ReagrupadoS en Fm~'-'de CAMPODARBE* EqUivale a Fm. de SANGUESA (facies lacustr<es) con
FORMACtÓ'tJ DE CAMPODARBE (S.OLER y PUIGOEFÁBREGAS 1970) - el miembro Yesos de lafa1la.
,
'ARENISCA DE LlÉDENA (fIANGIN 1959~1960) ~ Areni_sca de Guendulain (RISA y PEREZ~I~ATEOS 1961) ~ Arenisca ele Galar (J. DEL:VALLE)
EOCENO SUPER!'O~
'FORI1AC¡ÓU DE GUENDULAIN* lsquiv", a Yesos d~: ~a.rbastro). Facies potásicas de Navarra ¡
'FORMAGI'6N DE BELSUr~ATARtS~:F,a'c\"es deltai~á'§,"'paso la-t.eral d~ la Fm. de Campodarbe. ,~iembros: Capas de Rodel1?r, capas de la Capana, Arenisca'
EOCENO SUPERlb~
BIARRITZIENS'E .. -: de Arrés ":",' " , :, '::' -, ',,: .
- FORMAC,ÓN t·jARGAS DE PAMPLONA-(-:J ~11ANG¡N 1959'~-1960) Paso _l~teral de la Fm. Belsué-atarés. Miembr_o,s: Areniscas de Gongoraz, ITflysch l' margoso de
y a veces p~r1e
lrurozqui,l!_flysch,1I de Yesa.
superior del'
FORMAC¡ON I'IARGAS DE ARGUIS(1) Sinonimia de margas de Pamplona, en las Sierr,,-s Exteriores.
LUnCI ENSE
Arenisca de Sabiñánigo: miembro independiente susceptible de ser incluído en la Fm. de Belsué-Atarés o en la Fm. Margas de Pamplona.
a ~eces parte i nf. ,FORMACiÓN DE flONTAÑAIIA (MEY et al. 1968): parte inferior del GRUPO DE ~,ONTAÑANA-C~~íPODARBE de MUTTI ei a1. (1972)
del BIARRITZI ENSE '--,'FORI'IACI6N DE HECHO, flysch de Hecho, flysch eoceno, GRUPO DE HECHO (MUTTI ei a1. 1972)
LIJTECIENSE fORf\AC¡-¡1¡¡ ,O_E ARRO: parte inferior del GRUPO DE ARRO-LUMBIER (I~UTTI et a1. 1972)'
CUISIENSE {[ORI<ACIOII CALIZAS DE GUARA'. f",,;;-;¡;-p1o¡'foc," ",boo,¡'d, " 1" S"ce" E"ocloc", y ,,1,,1,",1 d, B,H,'"
';:; que pasan lateralmente a flysGh de Hecho
ILERDIEflSE - {C'h'" d, Al'O,l,,,, [ORMACIÓN DE AGER (LUTERBACRER 1969 poc1,,)
.~
PALEOCEtJO ,
PALEOCENO '
"es
~
Margas de Yeba
GARUMNENSE(1) (LEYMER1E 1877) Slnonula. Form. de Tremp (IIEY el al. 1968) -
MAES:TR ICHT IENSE'
m ,;
"
I
18 Lamarckina?
Pullenia quinqueloba angusta
Siphotextularia olianensis
ANEXO N." 3. - ESTUDIO DE MICROFAUNA DEL EOCENO, Palmula? '
SEGÚN EL DR. J. FERRER 'Cylindroclavulina eocaena?
miliólidos
Cyclogyr'di
Plectina eocenica
SALINAS (Láminas II y V) Lenticulina spp.
Cibicides
16' Nummulites Nodosaria
Lenticulina spp. Textularia cf. recta
Rotalia Gyroidina
Heterolopa Saracenaria
Ammobaculites o CylindroCla~ulina? Marginulina cf. behmi
Reussella Melonis ef. halkyardi
Marginulina behmi Glandulina '\ '
Uvigerina Pseudoglandulina
Gyroidina Gaudryina quadrilatera
Bolivinopsis' mississípiensis distincta Chilostomella
Marginulinopsis cf. fragaria texasensis Marginulinopsis fragaria texasensis
Globjgerina spp: Bolivínopsis misssissipiensis distincta
Globorotalia Globigerapsis
Pseudohastigerina? Globigerina
«Porticula'sphaera) mexicana?? (o G. barrí??) Gg. ex gr. linapertaleocaena
Hantkenina- cf._ alabam'ensis G'apsts tropicalis
Gl. ex gr.' Hnaperta Catapsydrax
Gl. ex 'gr; 'eacae11a Gg. ex gr. tripartita
Gl. cf. rotundimargrnata Gg:' officinalis
17 miliólidos Gg. ex gr. ciperoensis
Ammobaculites "pyrenaicus Gg. cf. inaequispira
Marg~nulina behmi-
22 polimorfínido
Lenticulina spp. I : ,- l '
Dorothia sp.
H eterolepa perlucida Eponides ouachitensis
Valvulina? Ammobaculites
Clavulinoides Sigmoilina bartoniensis
Uvigerina
Allomorphina
Pullenia quinqueloba. angÍlsta Brizalina
Marginttlinopsis ' Uvigerina
Eponides cf. ouachit¿wnsis Bulimina
Cibicides carrascalensis Lenticulina s¡pp.
Melonis Textularia adalta
Bolivinopsis mississipiensis distincta? Gyroidina
Globigerina spp. Nodasaria
Globigerapsis index Haplophragmoides spp.
G. cf. troplcalis?? miIióJidos
Globorotalia centralis T extularia recta
G. cf. rotundomarginata Heterolepa perlucida
Pseudohastigerina micra Bathysiphon?
Gg. ex gr. linaperta & eocaena Gaudryina cf. quadrilatera
. Gg. ex gr. tripartita Cibicides?
Bolivinopsis mississipien'sis distincta
Globigerina spp.
- - - - - - - - - - - - - - - _...
160 C. PUIGDEFÁBREGAS
161
H eterohelix
Globigerapsis index?? textulárídos
G'apsis semiinvolutal tropicalis rotálidos
G'apsis tropicalis Operculina ex gr. alpina
Rotalia pustulosa
24 Operculina SI'. Asterigerina cf. campanella
Nummulites spp. (cf. incrassatus) Asterocyclina spp.
Textularza adalta miliólidos
miliólidos gypsínido
Asterigerina? Sphaerogypsina globula
Heterolepa 5 miliólidos
Glandulina Trochamminoides
25 Nummulites Triloculina? (Colom, 1971)
Asterocyclina T extularia recta
Operculina ex gr. alpina Sigmoilina bartoniensis
O. SI'. Heterolepa perlucida
Sigmoilina bartoniensis Almaena epistominoides
Lenticulina spp. Florilus scaphum?
Asterigerina campanella Pararotalia?
T extularia adalta Discapulvinulina de Coloro (1971)
Floritus scaphum Glabigerina sp.
H eterolepa perZucida 6 Heteralepa cf. per1ucida
Bolivinopsis mississipiensis distincla miliólidos
Clavulina cf. angularis Globigerina spp.
Gaudryina Globigerina angiporoides
Textularia recta Globigerina ex gr. linaperta
Discarbis (?)
Nodosaria spp. 7 Nummulites spp. (pequeños)
Discorbis miliólidos
Clavulina parisiensis Sigmoilina bartoniensis
Reussella 8 miliólidos
Glabigerina spp. Sigmoilina bartoniensis
Florilus cf. scaphum
Edad: Biarritziense - Priaboniense. Heterolepa?
Edad: Biarritziense Priaboniense.
w
MONREPÓS . (.Lám. V)
Alabamina Reussella
Operculina Globotruncana
Asterocyclina
Anomalinoides groserugosa
S Nummulítes spp.
Discocyclina spp.
Almaena epistominoides
Nummuloculina? sp.
Textularia adalta
Alveolina . (frgt.)
T. d. speyeri
Operculina spp.
Sigmoilina bartoniensis
miliólidos miliólidos
Lenticulina spp. rotálido
Eponides 5 Azoica
miliólidos 6 Azoica
Pullenia quinqueloba angusta
Gaudryina quadrilatera 11 (frgts de concha (gasterópodos?))
Siphotextularia olianensis Discocyclina (frgts)
Bolivina Nummulites (frgts)
Marginulinopsis fragaria texasensis miliólidos
Bolivinopsi,s mississipiensis distincta textuláridos
Globigerina spp.
Globigerapsis?? 12 milióJidos
Truncorotaloides rohri 13 milióJidos
Globorotalia centralis o cerroazulensis Rotalia
Pseudohasterigerina micra Dentalina
GlaborotaUa rotundimarginata Nummulites
Ggt. cerroazulensis possagnoensis/ pomeroli Florilus scaphum
Gg. ex gr. linaperta
Catapsydrax sp. 14 milióJidos
Ggt. cf. bullbroo1ci Florilus scaphum
Gg. eocaena
Ggt. spinulosa 15 Alveolina?
Orbitolites
3 Lenticulina spp. Nummulites
Cylindroclavulína eocaena? Operculina
H eterolepa perlucida gypsínido
Cibicides carrascalensis miliólidos
Glandulina sp. Rotalía
Sigmoilina bartoniensis Asterigerina cf. campanella
Florilus 'scaphum Almaena epistominoides
Reussella Halkyardia mínima
SijJhotextularia olianensis Bolivinopsis mississipiensis distincta
Bolivinopsis mississipiensis distincta Globotruncana contusa
Globigerina spp. G. arca
Globorotalia rotundomarginata
Truncorotaloides rohri 16 Nummulites
Pseudohastigerina micra N. sp. aff. N. garnieri
Gg. ex gr. linaperta miliólidos
Tre. rohri ~ topilensis 17 Nummulites
PI. micra N. sp. aff. N. garnieri
Gg. corpulenta N. striatus
Catapsydrax Di'scocyclina spp.
Ggt. rotundomarginata Operculina ex gr. alpina
Edad: Biarritziense. Lenticulina
Biarritziense Priaboniense en muestra
w n,O 9. milióJidos
Baggina?
Dentalina
YEBRA (Láms. III y VII) H eterolepa perlucida
1 Azoica Rotalia armata
Globotruncana cf. falsostuarti Nodosaria
Glubulína
2 Rotalia armata? Uvigerina
Conorboides? Florilus scaphum
Globotruncana ex gr. lineana Lagena "PP·
3 Azoica Globigerapsis
Chiloguembelina?
4 Azoica
168 C. PUIGDEFÁBREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 169
H eteroheliJe
Globotruncana sp. 27 Nummulites spp.
Planomalina? sp. N. sp. aff. N. garnieri
Rotalipora? sp. Operculina ex gr. alpina
Discocyclina spp.
19 Nummulites spp. Ammobaculites
miliólidos Pseudonodosaria laevigata
Operculina ex gr. alpina Cibicides ex gr. lobatulus
H eterolepa perlucida
21 Nummulites sp. aff. N garnieri Melonis sp. d. M. halkyardi
miliólidos . Florilus scaphum
Rotalia ef. armata Globigerina spp.
Heterolepa perlucida
Glomospira 28 Nummulites
Globigerina Florilus 'scaphum
Globotruncana Rotalia?
Rotalia armata
22 Bulimina miliólidos
Reophax Foraminifero arandceb
H eterolepa perlucida Baggina?
Operculina Heterolepa perlucida
Discorbis Cycloloculina?
Textularia polymorflnidos
Valvulineria ef. jacksonensis Clavulina
mili61idos Globorotalia?
Recurvoides
Dentalina 29 Nummulites
Anomalina Operculina
Gyroidina miliólidos
Florilus scaphum
23 Eponides ouachitensis Cibicides
Lenticillina spp. Globotruncana sp.
AZmaena epistominoides
miliólidos Edad: Biarritziense (muestras núm. 16. 17, 21, 23, Y 24).
Reophax Luteciense supo - Biarritiziense (muestras núm. 15-19, 27-28).
Rotalia armata
Florilus sp. FISCAL (Um. VI)
Bolivinopsis mississipiensis distincta
1 «Virgulina» dibollensis
24 Lenticulina Cibicides
Reophax Bulimina
miliólidos Textularia
H eterolepa spp. Heterolepa
H. perlucida ?Bolivina
-Florilus scaphum ?Cancris
Pseudonodosaria laevigata Lenticulina
Sigmoilina ef. bartoniensis ?Chilostomella
Ammobaculites Osangularia
Trochammina Saracenaria
Bolivina Bulimina
Lagena spp. Gyroidina
Globigerina Chiloguembelina
?Truncorotaloides Pseudohastigerina .
Truncorotaloides sp. d. T. rhori
.25 Nummulites
Lagénidos Globigerina
miliólidos ?Recurvoides
170 C. PUIGDEFÁBREGAS
SEDIMENTACI6N CUENCA DE JACA 171
5 Nummulites sp.
Discocyclina sp. Anomalina
G/obigerina spp.
5-6 Azoica (?) G/oborotalia
textuláridos Globocassidulina suhglobosa
Fragts. organógenos H eterohelix?
Rotalia Chiloguembelina?
Abathopholus mayaroensis??
6 rotálidos Globotruncana??
1()-14 globigerínidos 15-30 rotálidos
rotálido globigerínidos
textuláridos Rotalic, sp.
Lenticulina sp. Nummulites spp_
Bolivina? sp. Discocyclina spp.
11-18 Discocyclina? spp. 21 Nummulites
rotálidos N: sp. d. «afi. garnieri»
12-19 A/veolina sp. Operculina ex gr. al pina
gIobigerínidos Anomalina
Nummulites spp. Hetero/epa
miIiólidos Gyroidinoides?
rotálidos Elphidium
Rotalia sp. E. nodosum
Discocyclina sp. Globigerina spp.
Orbitolites sp. GZoborotalia ef. centralis
G. broedermanni?
12-21 A/veolina sp. Truncorotaloides rohri?
Discocyclina sp.
Rotalia sp. 22 Operculina sp.
Nummulites sp.- Nummulites sp. cf. ({aff. garnierb
Heterolepa
12-22 miliólidos Osangularia?
,rotálidos Dentalina
Discocycllna spp.' BuZimina
Nummulites spp. Rotalia cf. armata
Rotalia 'sp. Trochammina
24 Nummulites «gr. perfóratus» Asterigerina
N. sp. ef. «att. garnieri» Globotruncana spp. (arca?, otras)
Operculina sp. Heterohelix
Trochammina Pseudotextularia elegans
Hap/ophragmoides Globigerinelloides
Rotalia armata Globigerina
R. trochidiformis? Globorotalia
Asterigerina G. broedermanni?
Halkyaro.ia minima 23 Frgto. de Nummulites
miliólidos Cyclogyra? o Ammodiscus?
Orbitoides? ?Heterolepa
Lenticulina RotaZia? o Pararotalia?
Hetero/epa Miscellanea?
Anomalina ?G/oborotalia
Textularia Globigerina
Uvigerina G. sp. cf. triloculinoides,
Glomospira ?Heterohelix
Cyc/ogyra Globotruncana spp, (cretacea, linneana, ?)
Baggina
Edad: Biarritziense
172 C. PUIGDEFÁBREGAS SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 173
[1
1;
- - - ' .....
174 c. PUIGDEFÁBREGAS
SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 175
Globg ex gr. linaperta
Globg. eocaena Operculina ex gr. alpina
Grzybowskia reticulata
11 Lentículina spp. Heterolepa spp.
Eponides ouachitaensis Alabamina?
miliólidos miliólidos
Heterolepa sp. Bolivinopsis mississipiensis distincta
H. perlucída
Globigerina spp. 19 Nummulites ex gr. incrassatus
N. spp. (pequeños)
12 Operculina Operculina ex gr. alpina
O. ex gr. alpina miliólidos
miliólidos Sigmoilina bartoniensis
Discocyclina (?) (juvenil) Textularia adalta
Plectina eocenica Heterolepa
Heterolepa perlucida Anomalinoides grosserugosa
Alabamina?
Globigerina spp. 20 miliólidos
Truncorotaloides rohri? Nummulites spp. (pequeños)
13 Lenticulina spp. 21 ninguno
Plectina eocenica Edad: Biarritziense - Priaboniense.
Eponides ouachitaensis
Heterolepa perlucida
rniliólidos JAVIERRELATRE-RASAL (Láms. JI y V)
Alabamina? 2 Siphotextularia olianensis
Globigerina spp. Cibicides carrascalensis
H edbergella? Florilus scaphum
Globigerina ex gr. linaperta Lenticulina spp.
14 Plectina eocenica Ammobaculites pyrenaicus
Lenticulína spp. Dorothia
Globígerina spp. Gyroidina
Globigerina ex gr. linaperta Uvigerina
Globigerina eocaena H eterolepa perlucida
Marginulinopsis
15 Heterolepa perlucída Ple'ctina eocenica
Bolivinopsis mississipiensis distincta Gaudryina quadrilatera
miliólidos Rotalía
Melonís cf. haU'yardí Tritaxilina?
Bolivinopsis mississipiensis distincta
16 Lenticulina sp. Globigerina
miliólidos Globigerinatheka .
17 Plectina eocenica Globorotalia rotundomargmata
Marginulinopsis fragaria texasensis Pseudohastigerina micra
Eponides ouachitaensis Gg. corpulenta
Rotalia Gg. ex gr. eocaena
Heterolepa perlucida Gg. ex gr. linaperta
miliólidos «G'oides» higginsi
Bolivinopsis mississipiensis dvstincta Gg. inaequispira
Melonís halkyardi 3 Lenticulina spp.
Catapsydrax Cibicides carrascalensis
Globigerina ex gr. linaperta Anomalinoides grO'sserugosus
18 Nummulites ef. striatus Nodosaria
N. chavanesi? Ammobaculites pyrenaicus
Gaudryina quadrilatera
,_._-
176 Ci. PUl G DE F Á B R E G A S SEDIMENTACI6N CUENCA DE JACA 177
Sigmoitina,l bartoniensis T extularia recta
Plectina eocenica Marginulina cf. behmi
T extularia ,'eeta Brizalina
Marginulina behmi Trifarina
Anomalina anomalinoides Uvigerina
Bolivinopsis mississipiensis distlncta Globigerapsi's
Uvigerina spp. GIobigerina
Gyroidina Globorotalia
Dentalina Gg. eocaena
H eteralepa perlucida Gg. cf. linaperta
Coleites GIt. ex gr. cerroazulensis
miliólidos
Anomalina 6 textuláridos
Chilostemelloides miliólidos
Pseudonodosaria Discocyclina
Guftulina Korobkovella?
Florilus scaphum
Spiroloculina bidentata 7 rotaliformes
Coleites arborescens textuláridos
Trifarina miliólidos
Bolivina 8 Placopsilina?
Siphotextularia. olianensis Fabiania?
Cylindroclavulina eocena F. cassis
Globigerina spp. planorbuIínido
Globocassidulina Carpenteria?
Globigerapsis tropicalis rotaliformes
Globorotalia __ r9lundimarginata (= Truncorotaloide~<;' rohri)
Pseudohastigerina micra 9 Azoica
Globigerinatheka
Gg. eocaena 10 Nummu1ites
Catapsydrax sp. Discocyclina
Gg. ex gr. tripartita miliólidos
Gg. linaperta gyps!nidos
Opeculina
5 Lenticulina spp. textuláridos
Nodosaria spp. 11 Oogonios de carófitas.
Sigmoilina bartoniensis
rniliólidos Edad: Biarritziense - Priaboniense.
Anomalina
Ammobaculites pyrenaicus? LUESIA (Um. IV)
H eterolepa perlucida
Textularia adalta 38 Discocyclina spp.
polimorñnidos Nummulites spp.
Pseudonodosaria Asterocyclina spp.
Plectina eocenica Carpenteria?
Rhabdommina Rotalia sp.
Bolivinopsis mississipiensis distincta
Siphotextularia olianensis 40 Operculina sp.
Haplophragmoides spp. miliólidos
Gaudryina quadrilatera Bolivina?
Karreriella siphonella? rotaliformes
Gyroidina TeXtu1aria
Anomalinoides grosserugosus 46 Discocyclina
Florilus scaphum Grzybawskia
Melonis !halkyardi textuláridos
----.--~ ----n
valvulínidos
PINTANO (Lám. 1Il)
Fabiana cassis (ÜPPENHEIM)
1-2 miliólidos Rotalia spp.
Sigmoilina bartoniensis Halkyardia minima (LIB~US) .
Chilostomella? Alveolina spp. A. cf. fuslformls
H eterolepa perlucida Discocyclina sp.
Dentalina Asterigerina
Baggina den tata Orbitolites sp.
Eponides ouachitaensis «Gypsina linearis»
Pseudonodosaria
3 rotálidos
Virgulina schreibersiana planorbulínido
Bolivinopsis mississipiensis distincta Nummulites spp. N. perforatus
Globigerinatheka tropicalis Asterigerina sp.
Globigerina spp.
«Gypsina linearis»
Pseudohastigerina micra Discocyclina? spp.
Cg. corpulenta
Cg. eocaena 4 miliólidos
Cg. ex gr. linaperta rotálidos
Gg. officínalis gypsÍnidos
Gl. cerroazulensis pomeroli Nummulites spp.
Operculina sp.
Edad: Biarritziense Priaboniense.
M
Rotalia sp.
Asterigerina cf. campanella
MARTES (Lám. VIII) Discocyclina sp.
Stomatorbina?
6 Oogonios de carófitas Alveolina sp.
Baggina dentata
Trochamminoides spp. 5 textulárido .
Heterolepa Nummulites spp. N. strzatus
5 Heterolepa perlucida
N. ex. gr. perforatus
Baggina dentata Asterigerina sp.
Reussella 6 miliólidos
Heterolepa rotálidos
Edad: Biarritziense Priaboniense
M
8 rotálidos
miliólidos
NOCITO (Láms. II y V) Rotalia sp.
1 miliólidos 9 miliólidos
gypsÍnidós rotálidos
valvulínidos
Discocyclina sp. 10 miliólidos
Alveolina spp. A. d. fusiformis Nummulites spp.
Asterigerina sp. Alveolina spp.
Anomalinoides grosserugosa?? «Gypsina linearis»
Rotalia spp. Carpenteria?
Pabiana cassis (ÜPPENHEIM) Discocyclina sp.
Spirolina sp. Rotalia sp.
«Gypsina linearis» Orbitolites
Korobkorella sp. 11 Florilus scaphum
Malkyardia minima Blphidium aff. subnodosum
2 miliólidos
gypsÍnidos
Pararotalia sp.
H eterolepa sp.
textuláridos
miliólidos
F
¡
I
I
184 C. PUIGDEFÁBREGAS
SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 185
12 Elphidium aff. subnodosum
miliólido
Pararotalia?
14 Clavulina parisiensis ANEXO NúM. 4. - FAUNAS DE GASTEROPODOS y BIVALVOS
miliólido (Triloculina sp.) EN LAS FACIES DE TRANSICIúN MARINO.CONTINENTAL
15 Elphidium sp. Estudio realizado por el profesor J. M. DE F. VILLALTA
E. aff. subnodosum
miliólidos
Florilus scaphum
rotálido GASTEROPODOS
16 Placopsilina?? LA CAPANA
Elphidium aff. subnodosum
Cibicides? o Discorbis Pyrazus pentagonatus (SCHLOTHEIM)
Elphidíum sp. Potamides (Potamidopsis) ripaudi VASSEUR
miliólido Potamides (Ptychopotamides) cinctus BRUG
Potamides cristatus LAMK
18 Elphidium cf. subnodosum Potamides (Exechestoma) interruptus angulosus LAMARCK
20 Elphidium sp. Piranella (Tiaracerithium) tiarella DESHAYES
E. aff. subnodosum Pircmella (Tiaracerithium) crenulata DESHAYES
miliólidos Tectus (S. A.) Nov. sp. (La Capana)
Elphidium subnodosum Calliostoma aculeatum DAINELLT ('La Capana)
Globotruncana sp. Serratocerithium maryense MUNIER-CHAIMAN
Serratocerithium tuberculosum LAMK
22 Elphidium subnodosum Cernina (Eocernina)
Sigmesalia chaussyensis COSSMANN
Edad: Luteciense, Biarritziense, Priaboniellse. M elanatria vulcanica SCHLOTHEIM
Auricula (Pyrhiopsis) ovala LAMK
Aurícula (Pyrhiopsis) douvillei VASSEUR
Ancilla (Sparella) dubia DESH
¡ Tympanotonus (Eotympanotonus) cordieri DESHAYES
j
Cypraea (Bemayia) barloniensis F. EDVI'.
I II ({Cerithium» solerense CAREZ
I Clavilithes (Rhopalithes) clavel/oides GRABAU
Clavilithes (Rhopalithes) nO"e (LAMK)
I
¡
Pugilina subcarinata (LAMK)
Ampulella parisiensis ORBIGNY
Cerithium (Serrato cerithium) sp.
I
¡
I
Hexaples (Murexul?) cf. leonibus OPPH.
Trophon (Trophonopsis) plini (de RAINC)
I BINACUA
III
-~-¡-.I
186 C. PUIGDEFÁBREGAS
SEDIMENTACIÓN CUENCA DE JACA 187
S. ROMÁN
Lathyrus (Lathyrulus) melendezi VILL.
Turvitella (Haustator) tremptna CAREZ
Datirus (Latirulus) gouetensis COSSM. Turritella (Archimidiella) gradataeformis c. SCHAU
Rostellaria (Sulcogladius) vidali VILL. Turritella (Haustator) altavillensis Cass. et P I G . .
Turritella (Archimediella) gradataeformis r. SCHAU Potamides (Exechestoma) armoricensis COSSM. v. hergerontlla
Turritella (Peyrotia) granulosa DESH. Rimella (Strombolaria) boussaci VILL.
Globularia grossa (DESHAYES) Orthochetus charlesworti (PRESTWICH)
Solarium (Pseudotorinia) yebrensis VILL. Orthochetus soleri VILL.
Solarium (Pseudotorinia) oscensis VILL. Volutilithes (Volutocorhis ?) Pyrenaica nov'. sp.
Pyramidella oscensis VILL. Olivancillaria (Agaronia) bartoniensis VILL.
PyramideIla terebellata varo canica nov. varo FERRUSAC Atilia (Atilia) augusta (DESR)
Phasianella (Tricolia) turbinoides LAMK val'. arenularia COSS1\( Turritella (Haustator) subula (DESH)
Phasianella (Tricolia) morgani COSSM. (non vasseur) Turritella (Haostator) d. unisulcata (LAMK)
Pleurotoma (Eopleurotoma) fombotae VILL. Tritonidea leopoldinae TOURH
Orthoohetus charlesworthi (PRESTWICH) Bathytoma (Epalxis)
Diastoma costeIlatum biarritzien'Se QpPlL
Diastoma costellatum elongatum (BRONGN.) ISÚN
Orthochetus soleri VILL.
Tenagodes (Pyxipoma) multistriatus (DEFR.) Drillia (Tripia) cf. acuminensis (de BOURY}
Tenagodes (Agathirses) striatas (DEFR.) Solarium (Pseudetorinia) oscensis VILLALTA
Faunus (Melanatria) ef. auvieri DESH. Turritella (Archimediella) gradataeformis v. SCHAU
Faunus (Melanatria) undosus BRONGN. Polynices (Labellinacca) biarritzensis (BOUSSAC)
Mesalia yebrensis VILL. Orthochetus charlesworthi (PRESTWICH)
Polynices (Labellinacca) biarritzensis (BaussAc) Surcula (Apiotoma) revillae. VILLALTA
Lathyrus (Latirulus) melendezi VILL. Scala (Crisposcala) acuminen'sis DE BOURY
Conus (Conospira) parisiensis DESR. Turritella (Haustator) altavillensis COSS. et PEY
H emiconus defrancei (DESH.) T8nagodes (Agathirses) st1"iatus (DEFR.)
Borsonia (Cordieria) microgranulosa VILL. Potamides (Ptychopotamides) cordieri (DESH) v. occidentalis COSSM.
Borsonia (Cordieria) marceti nov. VILL. Amauropsina thomasii VILLALTA
Borsonia (Cordieria) calliphytis Coss. et. PISS Orthochetus soleri VILL.
Surcula (Apiotoma) revillae VILL. Potamides (Exchestoma) armoricensis Cass. var bergeroni VASS
Surcula almelae VILL. Distorsio alvaredae VILL.
Drillia palneorum BOUSAC Triphara (Ogiria) 'singularis (DESR)
Scaphander conicus DESH Mesalia yebrensis VILL.
Auricula (Pythiopsis) monthiersi varo vasseuri COSSMAN Glabularia grossa (DESH)
Bathytoma (Epa/xis) rosati DAINELLI Rostellaria (Sulcogladius) vidali VILL
Bathytoma (Epalxis) curognae OPPE. Turritella (H austator) subula (DESH)
Drillia (Crassispira) aragonica VILL. Voluta hericorum OPPENH.
Surcula transversaria {LAMK). Dentalium
Surcula textiliosa (DESH.) val'. ramondi, de BOURY Niso terebellata (LAMK.)
Cyproglobina (S. st.) rec1uzi (COSSM.) Sassia websteri WRIGLEY
Newtoniella iberica VILL. Monodonta biarritzensis TOURN
Rimella (Strombolovia) bousaci VILL. Gyroscala (Circtdoscala) sp.
Potamides (Ptychopotamides) cordieri (DESH) varo occidentalis COSSM. Newtoniella sp.
Potamides (Tympanotomus) daUonii VILl.. Tritonidea leopoldinae TOURN
Rimella (Stromboloria) baussaci VILL.
Pyrazus cf. pyramidatus (DESE.) BERNUÉS
Rimella (?) fusoides (d'ARCH et HAIM)
Clavatula (Trachelochetus) desmia (EDWARS)
YEBRA DE BASA Cyproglobina (S. str.) carbuloides corbuloides (BELL)
Pleurotoma (Surcula) tallavignesii ROUAULT
Surcula (Apiotoma) ? revillae VILI.. Eutritonium (Sassia) cuneatum COSSM
Niso terebellata LAMK? Lyria branderi (DESH)
li
t,s-,:::c: ---- '--~..-"-'--~___ _
ANEXO N.' 5. - ESTUDIO DE OSTRÁCODOS y CARACEAS,
REALIZADO POR EL DR. RAM1REZ DEL POZO
188 C. PUIGDEFÁBREGAS
BIVALVOS
BERNUÉS / ISÚN
-'-'
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ill
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Nucula bisulcata SOW. p
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Divaricardium paristriatum BELL
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Venericafdia laurae BRONG 'H
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Ostrea cyatula LAMK raza bouillei BOUSSAC " "
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Nucula cossmanni E. VINe
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~
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1-,
p
ill
ILUESIA I
SAN ROMÁN DE BASA / YEBRA DE BASA " o ,IH o O O o
-
Caráium (Trachicardium) asperulum LAMK 12 ... _._- X
Cardite (Venericardia) squamosa LAMK 13 X D -:- E Stampiense
Cardite (Venericardia) baziniformis ÜPPENHEIM r- 1-:-.. X X X
'r-
Venericardia hortensis (VINN. de REGN) 20
-t- _ _ o,
I - r- . - t---.
Corhula cicer VINN. de REGN 34 X X X
Corhula pisum SOWERBY varo baussaci nov. varo .- - --- f- . B +c Sannoisiense
Corbula píxidicula BESH 35 X IX
Nucula cf: bisulcata Sow.
Limopsis turgida ROVERETO
Crassatella plicata SOW.
Ostrea cyatula LAMK raza bouillei
Chama pellati BOUSSAL
BOUSSAC
•ro
'H
"'" "So •" .oo
ro
'", "•
'H Po
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" "'" •"
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El estudio micropaleon"iológico y la separación de tramos ha sido realizado por el Dr. J. Ramirez del Pozo. Debido a dificultades de correlacién, se lla~ utilizado
en la cartografía los tramos siguientes: A, B.C, D.E y F introduciendo algunos reajustes. las muestras no indicadas son azoicas o con microfauna resedirneni:ada.
la micr"tlf:,ulÍa l'esadintentada no presenta ninguna ordenación vertical.
-¡w---
L~YENDA DE FOTOS
FOTO 29. Paco montano. Carretera de Jaca a Pamplona entre Atarés y Santa FOTOS 48 y 49. Monrea!. Niveles deformados. Con frecuencia. las pequeñas bo-
Cruz. -Secuencia Coarseníng-upward con disposición geométrica similar a la las corresponden a ripples individuales que han descendIdo en el proceso
de Atarés (FOTOS 27 y 28). deformacional.
FOTOS 30 y 31. Detalle. de la estratificación cruzada de ripples de oscilación FOTO 50. Vista elel Corte de Liédena. La serie está invertida con techo a la
en la parte inferior de la secuencia de Paco. montano (FOTO 29). derecha.
FOTO 32. Nocito. Secuencia Coarsening upward con disposición geométrica' si-
w FOTO 51. Típico ripple de oscilación aislado en lutita (Liédena).
nrilar.R la 'de Atarés (FOTOS 27 y 28). La pendiente deposicional es hacia aba-
jo, coincidiendo .con la mega-estratificación 'cruzada del ténnino arenoso FOTO 52. Superficie con ripples de oscilación. La estructura interna de las
superior. capas¡' corresponde frecuentemente a esta estructura.
Foto 33. Javierre. Estratificación de megawripples en las facies de Martes, Ob- FOTOS 53 Y 54. Flute casts en la base de las capas gruesas de Liédena.
sérvese el contenido en cantos bien rodados de cuarzo.
FOTO 55. Huella de ave en el m. 46 del perfil de Liédena.
•
FOTO 56. Moldes de cristales de sal abundantes en el tramo superior del perfil
de Liédena. FOTO 83. liueHas· de aves sobre una Capa de ripples. Afloramientos junto al
río. Yesa.
FOTO 57. Vista del corte de Yesa. Carretera de Yesa a Javier. A la izquierda
FOTO 84. Sand~tails producido por acción eólica sobre pequeños obstáculos
el tr~mo arcilloso inferior, pasando gradualmente hacia arriba al tramo de
aremscas. (Undués de Lerda).
FOTO 58. Tramo inferior arcilloso con intercalaciones limolfticas y costras FOTO 85. Deformación por gradiente de densidad entre dos tipos distintos de
Hnas. Yesa. sa- arena. Facies de Monrepós.
FOTO ~9. J?etal!~ de las costras salinas. Las bandas claras corresponden a ma- FOTO 86. Afloramiento de la carretera de Monrepós junto al viaducto del río
tenal hmohtico y las oscuras a costras carbonatadas con moldes de crista- Flumén. Obsérvese la estratificación cnlzada a gran escala en la mhad su-
les de halita. Yesa. perior, sobre una cicatriz erosiva.
FOTO 60. Superficie superior de una costra con moldes de cristales de halita. FOTO 87. Detalle del afloramiento de la foto 86. La cicatriz erosiva está jalonada
Yesa. de grandes piezas de ~naterial lutítico. Los ¡oreseis mayores tienen una es-
tructura interna compuesta por foreseis a pequeña escala en dirección obli-
FOTO 61. Ripples de oscilación aislados. Yesa. cua a los primeros.
FOT~ 62. Trenes de ripples de oscilación forma~do capas más FOTO 88. Detalle de la estructura interna de los foresets de la foto 87.
tmuas. Yesa. o menos COI)¡-
Furo 78.. Formación de foresets sobre un escalón morfológico preexistente. Ca- FOTO 98. Detalle de la estructura interna observable en un corte transversal a
pas mtercaladas entre los canales. Yesa. una de las alineaciones de la superficie del afloramiento (recuadro en la
foto 93). Obsérvense las superficies de acreción lateral dirigidas hacia la iz-
FOTO 79. Climbing ripples a escala milimétrica. Tramo superior. Yesa. quierda mientras los foresets se disponen hacia la derecha, oblicuamente a
la p'rimera.
Foro 80. Climbing ripples a escala milimétrica. Tramo superior. Yesa.
FOTO 99. Javierrelatre. Camino hacia la central hidroeléctrica. Huellas de' ver~
FOTO 81. Moldes de huellas de aves. Yesa. tebrados, correspondiendo probablemente a aVes corredoras.
I1 FOTO 82. _-Moldes, de huellas de palmípedas (Gruidos?) junto COn otras de menor FOTO 100. 'Brecha de Campodarbe (izquierda) sobre las calizas del anticlinal dc
tamaño (charadrlídidos). Yesa.
Boltaña (derecha).
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FOTOS 101, 102 y 103. Detalle de los niveles que siguen inmediatamente a la bre- FOTO 125. Foto aérea del pint-bar indicado en la foto 124. Ver explicación en la
cha de Campodarbe. Obsérvese la abundancia de Nummulites resedimentados fig. 27.
y dispue;tos en foresets, mezclados con cantos angulosos de caliza. Los FOTOS 126 y 127. Ejemplos de estructura típica de acreción lateral en el point
Nummuhtes proceden probablemente del paleo-relieve de Aguilar (foto 4), bar de la foto 125. «a» Superficies de acreción, «s» estratificación cruzada.
FOT? 104. Afloramiento en la carretera entre la GabardielIa y Bernués. El COil- FOTO 128. Canal de Murillo de Gállego, carretera de Huesca a Pamplona, junto
Junto forma una secuencia thining-upward (techo a la izquierda), La estruc- al puente viejo sobre el Gállego. Obsérvese la asimetría. El flanco de la de-
tura interna es casi siempre paralela, con ripples en las superficies de es- recha es muy abrupto, mientras que el de la jzquierda es mucho más suave.
tratiEicación. Ver fjg. 28.
FOTO 105. ?etalle. de varias superficies de estratificación (techo), mostrando la FOTO 129. Ejemplo de desarrollo de acrcción lateral en las facies finas de over-
pres~ncla de npples de oscilaci.ón así como lineaciones de corriente, cuyas di- ban1c, debajo mismo del canal de la foto 128.
reCCIOnes son a veces perpendIculares. Afloramiento de la foto 104. '
FOTO 130. Detalle del flanco derecho del canal (con respecto a la foto 128).
FOTO 106. Detalle de las lineaciones de corriente y huellas de impactos en la F01U 131. Climbing ripples encaramándose sobre las superficies inclinadas del
parte inferior de la foto 105. .
sistema de acreción lateral de la foto 129.
FOTO 107. Facies del Guarga. Relieves erosivos (scours) en la base de una capa FOTO 132. Pequeños diques de arena rellenando grietas de desecación por in-
conglomerática. yección de abajo a arriba. Techo de la capa.
FOTOS 108 JI 109: Secuencias groseramente coarsening-upward. La parte superior FOTO 133. Probable molde de hueso de vertebrado en la base de un canal en las
congloJ?erá~Ica puede presentar estratificaciones cruzadas a gran escala. La Bardenas. Archivo de la Diputación Foral de Navarra. Ejemplar recogi.do
parte mfenor contiene frecuentemente caliches. Facies del Guarga. por C. Beroiz y J. Bacaicoa.
FOTO 1.10. Conglomerados con estratificación cruzada a gran escala con interca- FOTO 134. Anticlinal de Boltaña.
laCIOnes arenosas. Se trata probablemente de barras fluviales en régimen FOTO 135. Sinclinal de Rodellar. Vista hacia el Norte.
anastomosado. Facies del Guarga.
FOTO 136. Anticlinal occidental de Sierra Gabardiella y pantano de BeIsué. La
FOTOS 111 y 112. Afloramicnto de la pasarela de Gésera. Ver fig. 19 y explicación alternancia de margas y areniscas corresponde a las facies deltaicas.
en el texto.
FOTO 137. Anticlinal oriental de Sierra Gabardiella. La zona señalada por las
FOTO 1.13. Aflo.ramiento al W. de la pasarela de Géser'a. Ver fig. 20. La parte in- flechas indica la superficie de erosión sobre la que se depositaron discordan~
fenor (a) tIene una estructura de acreción lateral propia de point-bar mien- tes las facies dcItaicas y fluviales que ocupan la zona oscura a la derecha
tras que la müad superior corresponde a un chute bar. de la foto.
FOTO 114. Detalle de la estratificación cruzada del chute bar de la foto 113 en FOTO 138. Flanco E. del antic1inal de la Siena del Aguila sobre el que se sitúan
q:ue alternan foresets conglomeráticos y arenosos. Estos últimos tienen en discordancia los tramos basales de la formación deltaica de Be1sué.
npples menores dirigidos oblicuamente hacia arriba sobre la pendiente de los
foresets mayores. FOTO 139. Anticlinal de Bentué de Rasal (norte a la jzquierda). Los tramos ba-
sales de las margas de Arguís (areniscas glauconíferas) rodean por completo
FOTO 115. Ejemplo de estructura de acreción lateral en las proximidades de' el anticlinal sin discordancia alguna.
Cañardo (ver fig. 21).
FOTO 140. Corte por la margen derecha del río Gállego a su paso por las Sierras
FOTO 116. Cañardo. PaleocanaI esquematizado en la fig. 22. Exteriores.
FOTO 117. Paleocanal de Hostal de Ipiés. Las flechas indican las direcciones de FOTO 141. Corte por la margen izquierda del río Gál1ego a su paso por las
los mega-ripples. Sierras Exteriores.
FOTOS 118 y 119. Mega-ripples en el canal de Hostal de Ipiés.
FOTO 120. Ruesta. Afloramiento del puente sobre el barranco de los Pintanos.
Canal de base muy plana y borde abrupto hacia la derecha (ver fig. 24).
FOTO. 121. Tipo de estratificación cruzada de bajo ángulo en los canales de las
facies de Ruesta. Carrretera de Ruesta al puerto de los Pintanos.
FOTO 122. Capas de ripplt;s en el afloramiento de la foto 121. Obsérvese el paso
later?-l y. gra~ual de npples de oscilación a ripples linguoides y finalmente a
partmg-lmeatton (donde está el martillo).
FOTO 123. Vista de Peña Oroel desde Ara. Norte a la derecha.
FOTO 124. Mosaico '!e fotos aéreas de la zona entre Santacara y Murillo el
Frut? Los peque~os cordones y placas oscuras corresponden a litologías de
aremscas (no cultIvadas) en facies de canales y point bars. El recuadro está
ampliado en la foto 125.
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