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El cuello

La exploración del cuello abarca a los músculos, los ganglios linfáticos, la


tráquea, la glándula tiroides, las arterias carótidas y las venas yugulares. Las
regiones del cuello se definen por los músculos esternocleidomastoideo, que
dividen cada lado del cuello en dos triángulos, anterior y posterior. La tráquea,
la glándula tiroides, los ganglios cervicales anteriores y la arteria carótida se
encuentran en el triangulo anterior; la arteria carótida sigue un trayecto paralelo
y anterior al musculo esternocleidomastoideo. Los ganglios linfáticos
posteriores se encuentran en el triangulo posterior.
Cada musculo esternocleidomastoideo se extiende desde la parte superior del
esternón y el tercio interno de la clavícula a la apófisis mastoides del hueso
temporal, detrás de la oreja. Estos músculos giran y flexionan lateralmente la
cabeza. Los músculos trapecios se extienden desde el hueso occipital del
cráneo al tercio lateral de la clavícula y llevan la cabeza hacia el lado y hacia
atrás, elevan la barbilla y los hombros encogiéndolos.
Examen físico del cuello
En el examen físico de cuello se utilizan las técnicas de inspección, palpación y
auscultación.
Precauciones

 La inspección se suele realizar con el paciente sentado o acostado, con


la cabeza ligeramente levantada. Extender moderadamente la cabeza y
desviarla al lado contrario del que se observa, facilita esta técnica.
 La palpación se debe realizar con movimientos suaves y rotatorios,
abarcando zonas pequeñas.
Inspección
Inspecciones el cuello en su posición anatómica habitual, en hiperextension
ligera y cuando el paciente traga. Observe la simetría bilateral de los
esternocleidomastoideos y trapecio, el alimento de la tráquea, las referencias
de los triángulos anterior y posterior, y la existencia de cualquier
engrosamiento, por sutil que sea, en la base del cuello. La existencia de
bandas, el exceso de cutáneo cervical posterior y el cuello anormalmente corto
se asocian a alteraciones cromosómicas.
El edema parcial del cuello se asocia a infecciones locales. Explore amplitud de
los movimientos pidiendo que flexione, extienda, rote y gire lateralmente la
cabeza y el cuello. Los movimientos deben ser suaves e indoloros, y no causar
mareos ni vértigos.
Al realizar la inspección se debe seguir el siguiente orden: iniciar en la región
anterior, continuar con la región esternocleidomastoidea y finalizar con la región
lateral.
En la inspección se debe tener en cuenta:
1. Piel: su color depende de la raza del individuo; ocasionalmente se
observa cambios de coloración; hiperpigmentación o hipopigmentación,
también integridad; puede haber lesiones, cicatrices.
2. Simetría: se valora a través de la posición de la tráquea y el desarrollo
muscular, puede estar desviada o alterada por presencia de masas.
3. Desarrollo muscular: se valora tamaño, simetría de los músculos
esternocleidomastoideo y trapecio; este desarrollo varia de una persona
a otra, dependiendo de las actividades que desempeñe.
4. Masas: se confirman y describen sus características en la palpación.
5. Movimientos: la movilidad de cabeza y cuello se puede valorar con
movimientos pasivos cuando el examinador mueve la cabeza del
examinado o con movimientos activos; cuando el examinado los realiza
por si mismo.
Se evalúa mediante los movimientos de:

 Flexión
 Extensión
 Inclinación
 Rotación
Cuando el examinador mueva la cabeza del examinado; procurara hacerlo con
suavidad para evitar problemas en caso de que haya lesión en el cuello.
Durante la flexión: la cabeza de una persona normal deber ser llevada hasta
que el mentón toque la horquilla esternal; si esto no sucede; puede ser indicio
de:

 Enfermedad del sistema nervioso central


 Inflamcion del musculo del cuello
 Limitación mecánica de movimientos; por artritis de la raquis cervical
Durante la inclinación; la cabeza debe ser llevada hasta un ángulo de 45° a
cada lado; si esto no es posible; puede ser:

 Artritis del raquis cervical


 Inflamación del cuello
 Fibrosis
Palpación
Finalizada la inspección; se continúa con la palapacion que es la técnica que
mayor información suministra sobre el cuello.
Es bueno recordar que la palpación se realiza con la cara palmar de los dedos;
con movimientos suaves; lentos y rotatorios; colocando una mano sore el
vértice de la cabeza del examinado; esta puede ser movida en cualquier
posición deseada, mientras la otra mano palpa; en ocaciones se requiere de las
dos manos; por tanto, el paciente debe estar sentado.
Durante la palpación hay que valorar:
1. Temperatura y sensibilidad: se valoran cambios: hipertermia, hipotermia,
dolor o zonas de hipoanestasia.
2. Cadenas ganglionares: los ganglios linfáticos del cuello se pueden
agrandar en el curso de muchas enfermedades
3. Masas: se pueden presentar por aumento de tamaño de la gladula
tiroides, glándulas orales o masas. Las masas son mas fáciles de
detectar en la palpación, y es indispensable describir sus características:
 Localización
 Tamaño en centímetros
 Bordes (regulares o irregulares)
 Consistencia (blanda, leñosa, dura, petrea)
 Dolor
 Movilidad
4. Glándulas: en el cuello es importante distinguir las glándulas orales y
tiroides.
El grupo de las glándulas esta constituido por las parótidas, submandibulares y
sublinguales; de estas las únicas no palpables, aun en presencia de
alteraciones, son las sublinguales. Las parótidas se palpan, cuando aumentan
de tamaño; por delante y por debajo del pabellón auricular.
La toroides no es visible ni palpable en la persona normal; cuando hay aumento
moderado de tamaño, se puede palpar sin dificultad uno o ambos lados de esta
glándula.
La tiroides normal tiene una consistencia un poco más firma que los tejidos
blandos que la rodean.
La evaluación comienza solicitando al paciente que coloque la cabeza en
hiperextension de modo que la piel del cuello este lo mas tirante posible.
Observe la presencia de cualquier asimetría. Tras ofrecer al paciente un sorbo
de agua y después de que este se coloque de nuevo en hiperextension,
solicitar que trague el agua. La deglución puede poner de manifiesto la
presencia en el cuello de una glándula tiroides aumentada de tamaño. En este
caso observe si es simétrica o asimétrica. Un aumento en el tamaño de la
glándula tiroides puede ser solamente visible cuando se realiza la inspección
lateral.
La palpación de la glándula tiroides exige un tacto delicado, se puede realizar
con dos técnicas, la posterior y la anterior.
La glándula debe elevarse ligeramente y libremente al traga. La glándula
tiroides mide por su parte mayor 4cm, y el lóbulo derecho suele ser un 25%
mayor que el izquierdo.
Medición: la medición de la glándula tiroides solo se puede hacer cuando esta
aumentada en tamaño y se hace por medio de la campana del estetoscopio ya
que el aporte sanguíneo aumenta y se oirá un soplo vascular o un suave
sonido deslizante.
5. Tráquea: se palpa más fácilmente por encima de la horquilla estarna, en
busca de desviaciones.
Palpe la tráquea para determinar su posición en línea media. Colocar un pulgar
a cada lado de la tráquea en la posición inferior del cuello.
Identifique el hueso hioides y los cartílagos tiroides y cricoides. Todos deben
presentar una superficie lisa y suave, ser insensibles al tacto y moverse bajo
los dedos cuando el paciente deglute.
La tráquea puede ser desplazada hacia un lado por aneurisma aórtico, un
tumor en mediastino, por agrandamiento unilateral de la tiroides o abscesos de
las partes profundas del cuello
Auscultación
El examen físico finaliza con la auscultación. En esta se valora la presencia de
soplos, que pueden indicar estenosis de arterias de grueso calibre, mediante la
auscultación de las arterias carótidas.
El cuello es una estructura compleja que brinda información valiosa sobre el
funcionamiento de glándulas como la tiroides y puede reflejar patologías
propias o sistemáticas.
La valoración del cuello se realiza utilizando las técnicas de inspección,
palpación y auscultación.
En la inspección del cuello se deben tener en cuenta: piel, simetría, desarrollo
muscular, pulsaciones, masas, movimientos.
Con la palpación de cuello se valoran: temperatura y sensibilidad, cadenas
ganglionares, masas, pulso carotideo, glándulas y tráquea.
La auscultación de las carótidas permite detectar la presencia de soplos.

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