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Curso: 10°C
Fecha: 06 de Septiembre de 2012
AUTOBIOGRAFÍA
La vida puede ser definida de tantas maneras que ya ni podemos describirla, pero
si me preguntaran, respondería que es un conjunto de retos. Cada día vamos
adquiriendo más y más experiencias que nos hacen cada vez más sabios de esa tal
“vida” de la que hablaba, cada situación que se nos presenta en la cotidianidad
tiene su propósito y su reflexión, a lo que puedo concluir que uno nunca para de
aprender. Pero para poder aprender, se necesitan tanto las angustias como las
emociones, las cuales se construyen por medio de retos que nos pone la vida.
He vivido mis 15 años de retos a plenitud, he llorado y reído, y ahora en esta etapa
de mi vida, los sentimientos encontrados hacen que pueda reflexionar de lo que
realmente pasa, y de por qué debemos sufrir y lamentar, que es la situación a la
que nadie quiere llegar, pero que todos sabemos, algún día nos va a llegar.
Vivo en un sector estrato 3, en un primer piso con mis padres (Alejandro Martínez
y Danelia Loaiza Gracia). Mi único deber por el momento, gracias a Dios, es
estudiar. Como lo ven, soy un adolescente promedio, pero que como todos, tiene
su historia. De lo que puedo recordar borrosamente de mi infancia, vivía también
con mi abuelo y abuela paternos, sinceramente no los conocí muy bien, aunque las
referencias que tuve de mi padre no son las mejores. Mi papá es la persona que
más puedo admirar, sufrió desde muy niño, tuvo que irse de la casa ya que no
aguantaba más el trato que tenía su padre hacia él y en general a la familia. Con
solo haber estudiado primaria, busco ayuda, obtuvo trabajo desde muy joven y se
dedicó toda su vida a estudiar para algún día ser profesional, y lo logró en 1993,
muchos años después.
Como hablaba anteriormente, vivíamos con mis abuelos, mi papá no tuvo ningún
rencor hacia ninguno de ellos, al contrario, los acogió aquí en este hogar donde
ahora escribo estas palabras. Mi papá siempre me ha dicho que yo era la alegría de
ellos, más que todo de mi abuelito, me sacaba al parque y jugaba conmigo, lo cual
recuerdo, y me hace tener sentir una felicidad inmensa. Su muerte fue la “cuenta
de cobro” de tantos maltratos que tuvo hacia su cuerpo, bebiendo y fumando a
través de su vida, tenía 5 o 6 años cuando sucedió. Mi abuelita se fue a vivir a la
casa de una sobrina de mi papá. Esto marcó mucho mi vida ya que hubiera
querido vivir mucho más con ellos dos, y pues ahora solo “batallamos” los
problemas nosotros tres, mamá, papá e hijo, una familia pequeña pero fuerte.
Debo dedicar muchas palabras para mi mamá, ya que ella ha sido la que siempre a
estado conmigo, ayudándome, dándome apoyo y formándome correctamente
hacia el bien, es la persona a la que más agradezco y agradeceré cuando en un
futuro pueda tener éxito en mi vida. Igualmente luchadora, me ha dado el amor
que nadie puede regalar, ése, el de madre. Viene de un hermoso pueblo del
Quindío, llamado Circasia, aunque ella recuerda más lo que vivió en otro hermoso
pueblo de Risaralda llamado Santa Rosa de Cabal. Se formó en una familia
humilde, recorriendo huertas llenas de frutos y siempre viviendo en la
tranquilidad del campo. Posee muchas experiencias las cuales valoro mucho.
Quiso venir a Bogotá a buscar trabajo, lo logró, y en poco tiempo conoció a mi
papá en el barrio Egipto, donde vivió mi papá toda su infancia.
Estudié en el colegio Claretiano de Bosa, un gran lugar que me formó muy bien, y
en donde conseguí amigos, que aunque ahora distanciados, los recuerdo muy bien.
Este colegio me regaló muchos momentos, los cuales agradezco infinitamente. La
prueba mayor de mi vida fue la del examen de admisión al Técnico. Mi papá desde
antes que naciera, quería que estudiara allí, sabia el reto que debía afrontar, pero lo
pude superar.
Estoy con Harol desde sexto, hemos vivido mucho desde entonces, aunque a
comienzos no lo trataba mucho, descubrí en el una persona con ganas de salir
adelante y con mucho juicio. Es la persona con la que he vivido más momentos y lo
considero uno de mis mejor amigos. Esta también Nicolás Jaramillo, una persona
algo tímida pero con una personalidad gigante. Lo conocí mucho mejor en octavo
(en sexto estaba con él en la misma ruta), y sé que es alguien honesto y muy
amigable. También debo hablar de Miguel Rodríguez (Yalo), el cual conozco desde
hace dos años, pero ha sido alguien que me ha ayudado demasiado estos últimos
meses, e igualmente trato de ayudarlo a él. Siempre me he juntando con ellos y son
las personas que más aprecio de todo el colegio, siendo mis mejores amigos. Están
también Julián Herrera (y nuestras ganas de molestarnos mutuamente y el amor a
Megadeth), Diego Baquero y Diego Garzón (Mis tocayos), Oscar Trujillo, Andrés
Felipe Díaz y Daniel Muñoz. Ellos también han sido muy buenos compañeros a lo
largo de estos dos años y medio que he convivido con ellos, y son unas personas
excepcionales. Este se consideraría mi “grupo” con el que ahora comparto mis
mejores momentos.
Alguien con el que he podido compartir mucho fuera del colegio es con Carlos
Mario Gil Muñoz, somos amigos desde que nuestras mamás nos sacaban al parque
a jugar de 4 o 5 años, ha sido una amistad con mucha confianza y muy duradera.
También su hermano Jorge Enrique Gil Muñoz, que prácticamente lo conozco
desde que nació. Ellos son con los que juego afuera del colegio, siendo nosotros
vecinos y amigos.
La amistad es una de las más grandes felicidades que puede poseer una persona,
escuchan nuestros problemas y nos aconsejan, y siempre están pendientes de como
estamos. Son las personas con las que más se comparte, y las que más
extrañaremos al terminarse el bachillerato, Hablo mucho sobre las personas con las
que convivo ya que me han enseñado mucho, y me han demostrado que los
problemas siempre tendrán una solución, no importa cual sea, pero si se tiene
apoyo, todo se puede lograr.
Algo que marcó mucho mi vida fue la pastoral del colegio. Con ánimos de realizar
servicio social en 9°, vi la oportunidad de hacer parte de este gran grupo de
alumnos y exalumnos que buscan “Salvar al mundo” con pequeñas cosas como
enseñar y ayudar de la mano con las enseñanzas de nuestro fundador San Juan
Bautista de la Salle. Para entrar primero tuve que ir a ESPAL 2011 en Restrepo,
cerca a Villavicencio. Fue la mejor experiencia que pude haber vivido en mis 15
años de vida, fue muy complicada, pero de ahí salí satisfactoriamente como
pastoralista del ITC. Entré a un centro de proyección junto a Harol,
específicamente en el colegio Manuela Beltrán ubicado en Ciudad Bolívar, y allí se
me acercó otro reto, ayudar a algunos estudiantes en algunas materias tales como
español y matemáticas sábado a sábado. Al principio fue duro ya que era muy
complicado controlar la disciplina de los estudiantes y al mismo tiempo intentar
que entendieran los temas que explicábamos, pero al final, me siento bien del
trabajo que hice allí. Aunque no pude retomar esta labor este año, lucharé para
reintegrarme en 11°.
Mi vida se a conformado por estos hechos, sé que a medida que pasa el tiempo los
problemas se harán más grandes y de más complejidad, pero sé que con lo que he
vivido hasta ahora, puedo afrontar lo que venga más adelante, y todo esto gracias
a mis amigos y mi familia.
Aunque falten muchos hechos por explicar, solo quiero que sepan que mi vida es
muy plena y solo trato de vivirla al máximo, tratando de disfrutar cada momento
que paso, y tratando de conseguir lo que deseo a corto y largo plazo, por medio de
los retos que me pone la vida al frente mío.