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Año del buen servicio al ciudadano”

TRABAJO MONOGRÁFICO

CURSO:
MICOLOGÍA
TEMA:
CRYPTOCOCCUS NEOFORMANS

DOCENTE:
VELASQUEZ HINOSTROZA
ESTUDIANTES:
ZANABRIA CUYUTUPAC KEYLA

HUANCAYO – PERÚ
2017
PRESENTACIÓN

Cryptococcus neoformans es un hongo encapsulado que puede vivir tanto en


las plantas como en los animales. A menudo se encuentra en los excrementos
de palomas. Este hongo monomórfico se transmite por inhalación a partir de
los excrementos. En el hombre puede ocasionar criptococosis pulmonar y
neumonía aguda atípica. El principal problema clínico que generan son las
meningitis.
Han sido identificadas dos variedades del hongo, C. neoformans var.
neoformans, de distribución mundial, aislada de diversas fuentes y es la
principal responsable de las infecciones en pacientes inmunocomprometidos,
y C. neoformans var Gatti de una distribución más restringida, y que se ha
identificado principalmente en individuos inmunocompetentes. La
criptococosis es la micosis oportunista más severa en pacientes con
enfermedad por VIH. Se ha demostrado entre el 30-45% de estos individuos
produciendo meningitis, neumonía y diversas formas de dermatitis, entre
otros cuadros.
INDICE

CAP. I: HISTORIA
CAP. II: GENERALIDADES
CAP. III: TAXONOMIA
CAP. IV: MORFOLOGÍA
CAP V: CRIPTOCOCOSIS
5.1. PATOGENIA
5.2. FORMAS CLINICAS
5.3. MANIFESTACIONES CLINICAS
5.4. PRUEBAS DIAGNÓSTICAS DE LABORATORIO
5.5. TRATAMIENTO
5.6. PREVENCIÓN Y CONTROL
CAPITULO I: HISTORIA
En 1894, F. Sanfelice, fundador del Istituto di Igiene de la Università di Cagliari en Italia,
informó la presencia de una levadura encapsulada en el jugo fermentado de duraznos
(melocotones); al año siguiente produjo en conejillos de Indias (cobayos, cuyos) de
experimentación la enfermedad cerebral que origina ese hongo y lo llamó
Saccharomyces neoformans. En Alemania, en 1894, Otto Emil Franz Ulrich Busse y, en
1895, Abraham Buschke, de manera independiente describieron el primer caso en
humanos con lesiones cutáneas y óseas; el primero observó la levadura en una muestra
de tejido tomada de una lesión seudosarcomatosa en la tibia de una mujer, y la llamó
Saccharomyces. En 1896, Ferdinand Curtis, en Francia, comunicó un caso similar al
aislar el microorganismo tras drenar un absceso inguinal en un paciente originario de
Lille y logró producir lesiones tumorales en los pulmones, bazo y riñones de animales
de experimentación; denominó al agente patógeno Saccharomyces subcutaneous
tumefaciens. En 1901, Jean Paul Vuillemin clasificó la levadura aislada en estos
pacientes en el género Cryptococcus al no encontrar en este hongo las ascosporas
características propias del género Saccharomyces, además de que no observó
fermentación de carbohidratos; llamó Cryptococcus hominis al hongo aislado por Busse,
mientras que denominó Cryptococcus neoformans al hongo descubierto por Sanfelice.
Aunque se ha sugerido que Zenker estudió el primer caso de meningitis por
Cryptococcus en 1861, no se obtuvo cultivo, por lo que este hecho se atribuye a David
Paul von Hansemann, quien en 1905 observó a un sujeto que murió por meningitis y, en
1914, Verse reconoció la enfermedad in vivo en una mujer con leptomeningitis. En 1916,
J. L. Stoddard y E. C. Cutler consideraron que la cápsula del Cryptococcus era una
cavidad lítica provocada por digestión y llamaron al hongo Torula histolytica. Estos
nombres crearon confusión, hasta que en 1950, Rhoda Benham, tras prolongados
estudios con más de 40 cepas que incluían las originales de Sanfelice, Busse y Curtis,
concluyó que sólo existe una especie patógena de Cryptococcus y propuso conservar
el nombre propuesto por Vuillemin; 15 años antes, diferenció la blastomicosis europea
(criptococosis) de la americana (fi gura 1-14). En 1950, E. E. Evans y colaboradores, en
la University of Los Ángeles, Los Ángeles CA, prosiguiendo con los estudios de Benham,
encontraron diferencias serológicas en los aislados e identificaron tres serotipos: A, B y
C. En 1951, Chester Wilson Emmons aisló C. neoformans del suelo y más tarde de nidos
y excretas de palomas y de otras fuentes. En 1955, R. D. Baker y R. K. Haugen
demostraron la presencia de la cápsula y, en 1962, F. Staib descubrió que C.
neoformans producía colonias con pigmento café en un medio que contenía Guizotia
abyssinica, y en 1970, J. Lodder y N. J. W. Kreger-van Rij establecieron la prioridad del
término C. neoformans y en ese mismo año, Gatti aisló en el líquido cefalorraquídeo de
un niño de Zaire con meningoencefalitis una variedad de Cryptococcus a la que Roger
Vanbreuseghem denominó C. neoformans var. gattii. En 1976, Kwon-Chung caracterizó
la forma teleomorfa y la llamó Filobasidiella neoformans. En 1999, Sarah P. Franzot, Ira
F. Salkin y Arturo Casadevall propusieron considerar a C. neoformans var. grubii una
variante genotípica, lo cual apoyó la variedad fenotípica previamente propuesta. En
2003 se terminó de secuenciar su genoma. En 2003 J. C. Christanson, W. Engber y D.
Andes, revisaron 73 casos de la forma cutánea primaria publicados en la literatura
inglesa hasta 2003. En 2010 H. Y. Sun, B. D. Alexander y O. Lortholary describieron la
clínica y el tratamiento de 146 pacientes trasplantados con criptococosis observados en
forma prospectiva en todo el mundo de 2001 a 2007. En 2012 Silvio A. Marques, Ivander
Bastazini Jr., Ana Martins y colaboradores en Brasil describieron 11 casos de la forma
cutánea primaria. En México, Antonio González Ochoa hizo mención del primer caso en
1955; en 1959, Amado González Mendoza, Fuentes y Ruy Pérez Tamayo estudiaron
una forma generalizada; en 1961, Dominique Vérut, Josefa Novales y Pedro Lavalle,
una modalidad cutaneomucosa y en 1997, Rubén López-Martínez y G. Barriga-Angulo
informaron el primer caso de infección por Cryptococcus neoformans var. gattii en un
paciente con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
CAPITULO II: GENERALIDADES

Cryptococcus neoformans es una célula fúngica esférica, encapsulada, no miceliada y


no fermentadora. Las células, de 4-6 micras (μm) de tamaño, son esféricas o elipsoides
y están rodeadas de una cápsula polisacarídica gruesa que aumenta de tamaño hasta
los 25 μm. Existen cuatro tipos de C. neoformans en función de los antígenos capsulares
(A, B, C y D). C. neoformans var. neoformans comprende los serotipos A y D. Se
encuentra en forma de levadura, tanto en el medio ambiente como en el huésped
durante la infección. Entre los hongos patógenos, C. neoformans es único ya que posee
una cápsula mucinosa. Las basidiosporas de pequeño tamaño (1,8 a 3,0 μm) pueden
transformarse en células de levadura, la forma preferida a 37 ° C, o pueden formar hifas
dicarióticas favorecidas a 24 ° C.
Las personas pueden infectarse con C. neoformans después de respirar el hongo
microscópico, aunque la mayoría de las personas que están expuestas al hongo nunca
se enferman.

La infección con el hongo Cryptococcus (ya sea C. neoformans o C. gattii ) se llama


criptococosis. La criptococosis generalmente afecta los pulmones o el sistema nervioso
central (el cerebro y la médula espinal), pero también puede afectar otras partes del
cuerpo. Las infecciones cerebrales debidas al hongo Cryptococcusse llaman meningitis
criptocócica.

Las infecciones por C. neoformans son extremadamente raras en personas que por lo
demás están sanas. La mayoría de los casos de infección por C. neoformans ocurren
en personas que tienen un sistema inmunológico debilitado, particularmente en aquellos
que tienen VIH / SIDA avanzado
CAPITULO III: TAXONOMIA

REINO: Fungi
FILO: Basidiomycota
CLASE: Tremellomycetes
ORDEN: Tremellales
FAMILIA: Tremellaceae
GÉNERO: Cryptococcus
ESPECIE: Cryptococcus neoformans
CAPITULO IV: MORFOLOGÍA

- Estado anamorfo o mitospórico. La reproducción asexual representa el estado


anamórfico, el cual está caracterizado por la producción de células
levaduriformes gemantes (propágulos asexuales), que típicamente desarrollan
una gran cápsula compuesta por polisacáridos. El arreglo de los componentes
capsulares determina alguno de los cuatro serotipos de la levadura: A, B, C ó D.
Las levaduras son redondas (4-6 µm de diámetro) o en ocasiones ovaladas y
excepcionalmente formadoras de seudomicelio. Tanto las levaduras madre,
como los blastoconidios se caracterizan por la presencia de cápsula.
- Estado Teleomorfo. El estado sexual del hongo está caracterizado por la
producción de basidiosporas (propágulos sexuales). Filobasidiella
neoformans es el teleomorfo de C. neoformans y F. bacillispora, lo es de C.
gattii. El género Filobasidiella es un basidiomiceto, con dos tipos sexuales: "a" y
"alfa" caracterizados por tener el micelio hialino, consistente en hifas dicarióticas
y un basidio alargado, portando basidiosporas sésiles y en cadena (gemación
basípeta).

CAPITULO V: CRIPTOCOCOSIS

La criptococosis es una micosis sistémica aguda, subaguda o crónica, inicialmente


pulmonar causada principalmente por Cryptococcus neoformans. La forma pulmonar es
generalmente transitoria, leve y no reconocida. Las lesiones cutáneas, óseas o
viscerales pueden presentarse durante la diseminación de la enfermedad, pero la
inclusión del sistema nervioso central con meningitis subaguda o crónica es la forma
más familiar de la micosis. Aunque el hongo tiene una amplia distribución mundial y se
encuentra de manera abundante en la naturaleza, solamente causa enfermedad grave
en personas con resistencia inmunológica muy baja. En la actualidad, la incidencia de
la criptococosis es paralela a la presentada por el SIDA.

5.1. PATOGENIA
La infección es iniciada por la inhalación de las levaduras, que en la naturaleza están
secas, con mínima cápsula y que se pueden dispersar fácilmente en aerosol. La
infección pulmonar primaria puede ser asintomática o remedar un cuadro de infección
respiratoria similar a la influenza que suele ceder espontáneamente. En individuos
inmunodeficientes las levaduras pueden multiplicarse y diseminarse a otras zonas del
cuerpo, pero se dirigen preferentemente al sistema nervioso central, en la cual
ocasionan meningoencefalitis por criptococos. Otros sitios de diseminación frecuente
son la piel, las suprarrenales, los huesos, los ojos y la próstata.
5.2. FORMAS CLINICAS
Pese a la ocurrencia ubicua de Cryptococcus neoformans, no es frecuente que se
desarrolle una enfermedad clínicamente importante en el hombre. Las manifestaciones
más severas de la micosis y su frecuencia están asociadas a una seria deficiencia
inmunitaria local o sistémica del paciente. Por consiguiente, la criptococosis es más
frecuente en personas con enfermedades como SIDA, Hodgkin, leucemia, linfosarcoma,
diabetes mellitus y en pacientes con terapias prolongadas con esteroides.

• Criptococosis pulmonar. Generalmente, las lesiones pulmonares se encapsulan y


sanan. La criptococosis pulmonar crónica ha sido reportada ocasionalmente. Las
manifestaciones clínicas no son específicas; los principales signos y síntomas son: tos
y escaso esputo mucoide con o sin hemoptisis, febrícula, malestar general y pérdida de
peso. Un estado inmunológico deficiente puede determinar el que las levaduras se
diseminen “silenciosamente” a través del torrente sanguíneo a otros órganos,
principalmente hacia sistema nervioso central.

• Criptococosis del sistema nervioso central (SNC). Las manifestaciones corresponden


a una meningitis (el cuadro más frecuente en inmunodeprimidos), meningoencefalitis o
lesiones focales con cefalea intermitente. Aunque el resultado usualmente es insidioso
y el curso crónico, el paciente puede desarrollar súbitamente vértigo, cefalea frontal
severa, temporal o postorbital y vómito. El curso agudo y severo puede indicar la
presencia de lesiones cerebrales de rápida diseminación. Los datos clínicos
corresponden a los de una lesión intracraneal extensa o meningitis cerebroespinal con
fiebre elevada, rigidez de nuca (moderada). Los signos y síntomas solo son aparentes
en un 30% de los sujetos. El paciente puede estar irritable o apático, incoherente o
comatoso. Los reflejos de rótula y talón pueden estar disminuídos pero algunos
pacientes muestran hiperreflexia. Se puede presentar papiledema importante que
requiere de frecuentes drenajes espinales para prevenir un daño óptico irreversible. La
duración de la criptococosis del SNC varía de pocos meses a 15 - 20 años, aunque el
curso usual es rápido y marcado por una deterioración progresiva. En la mayoría de los
casos crónicos, hay períodos de remisión y eventualmente se presenta la recurrencia a
la enfermedad progresiva.
Las lesiones focales por Cryptococcus se manifiestan hasta en1/5 parte de los
pacientes con SIDA. Dan lugar a datos de una masa ocupativa, tales como fiebre, dolor
de cabeza, convulsiones, hemiparesia y estado mental alterado.

• Criptococosis cutánea. Cursa generalmente de forma simultánea con una infección


sistémica y precedida por una infección respiratoria, pero existen casos que han sido
diagnosticados sin una lesión pulmonar preexistente. Las lesiones cutáneas consisten
en infiltraciones dérmicas que crecen lentamente con contornos a menudo fijos,
ocasionalmente fluctuantes, semejantes al eritema nodoso. Los nódulos cutáneos
ulcerativos de color rojo-azulado que aparecen posteriormente pueden presentar
configuraciones muy variadas y tener aspecto acneiforme, como pápulas y pústulas o
abscesos subcutáneos con superficies irregulares y granulomatosas con ulceración,
presentando a menudo infiltración e induración. Las úlceras pueden ser solitarias o
múltiples, en ocasiones con apariencia de carcinoma o goma.
Las lesiones en las mucosas no están consideradas como sitios primarios de
inoculación, a menos que exista linfoadenopatía regional, pero es factible la
diseminación hematógena o extensión de una lesión cutánea. Las lesiones mucosas
oronasales son nodulares, granulomatosas o úlceras superficiales.

• Criptococosis ósea. Las lesiones ocurren en alrededor del 10% de los casos
reportados. Se diseminan lentamente sin proliferación periosteal, pero frecuentemente
hay osteolisis con diseminación a piel por extensión o seguida de una exploración
quirúrgica, con multiplicación del hongo que contribuye a la secreción de pus.

• Criptococosis visceral. Cualquier órgano o tejido del cuerpo es susceptible de invasión.


Las Lesiones granulomatosas son habitualmente sintomáticas, con parecido histológico
a cáncer maligno. Las lesiones del ojo incluyen papiledema, uveitis, retinitis y queratitis.
La endocarditis es una manifestación rara.
5.3. MANIFESTACIONES CLINICAS
La principal manifestación clínica es la meningitis crónica que puede remedar trastornos
como tumor o abscesos cerebrales, o una enfermedad degenerativa del sistema
nervioso central o cualquier meningitis por micobacterias u hongos. Pueden aumentar
la tensión y el nivel de proteínas del LCR y también el número de células en él, en tanto
que su nivel de glucosa es normal o menor. El paciente puede presentar cefalea, rigidez
del cuello y desorientación. Además, es posible que aparezcan lesiones de piel,
pulmones u otros órganos.
La evolución de la meningitis por criptococos puede fluctuar durante periodos largos,
pero sin tratamiento todos los casos al final son letales. En forma global, en promedio,
58% de las personas con SIDA terminan por mostrar meningitis por criptococos. La
infección no se transmite de una persona a otra.

5.4. PRUEBAS DIAGNÓSTICAS DE LABORATORIO


- Muestras: Las muestras por lo común son de LCR, tejidos, exudados, esputo, sangre,
raspaduras de piel y orina.
- Examen directo en fresco con tinta china: El tamaño de C. neoformans/C. gattii (4 –
20 µm de diámetro) permite una fácil observación con tinción negativa, y ayuda a
diferenciar al hongo de los linfocitos con los cuales algunas veces es confundido. Este
estudio en fresco solo requiere agregar tinta china al producto patológico, lo que revela
una clara aureola, imagen debida a la cápsula, en torno a las células de Cryptococcus.
Muy ocasionalmente pueden observarse seudomicelios. Ante un examen directo
negativo, es de gran utilidad centrifugar el líquido cefalorraquídeo o la orina, a 3000
rpm/10 min, reservando el sedimento para su examen al microscopio y cultivo. El esputo
y el pus, pueden mezclarse con una solución al 10% de hidróxido de sodio antes del
examen. En un espécimen apropiadamente preparado, las células del pus y desechos
celulares digeridos delinean la cápsula, la cual es resistente al hidróxido. En un
fragmento de tejido macerado, sin digestión preliminar, la cápsula es prominente.
- Cultivo. Cryptococcus neoformans/C. gattii son fáciles de cultivar en los medios
convencionales (Sabouraud dextrosa, malta dextrosa, papa dextrosa), adicionados con
cloranfenicol y sin cicloheximida. Los cultivos se mantienen a 30ºC y a 37ºC, al menos
durante una semana. El cultivo levaduriforme es inicialmente blanco, pero
posteriormente se torna beige y marrón-amarillo. Si las levaduras poseen grandes
cápsulas, esto se verá reflejado en la presentación de una morfología colonial de
aspecto brillante, mucoide y escurrente; por el contrario, si el material capsular es
escaso, la morfología macroscópica se traducirá en colonias secas y opacas. El medio
de Níger (Staib agar), es aconsejable como primocultivo, sobre todo en los casos del
aislamiento del hongo a partir de especímenes muy contaminados, como esputo o
materia fecal. En este medio, las colonias de C. neoformans crecen de color marrón
obscuro, distinguibles de otras levaduras como Candida spp, Trichosporon spp
o Rhodotorula spp
- Bioquímica: C. neoformans/C. gattii, comparten con el resto de los miembros del
género, las siguientes características: son levaduras ureasa positivos, no reductores de
nitratos a nitritos, no fermentadores de azúcares, pero son las únicas especies que
crecen bien a 37ºC y manifiestan la presencia de laccasas (productoras de melanina)
cuando crecen sobre sustratos que contienen compuestos polifenólicos como el agar
Níger o el agar-DOPA.

Serología: Es posible realizar métodos para detectar antígeno capsular en LCR, suero
y orina. El método de aglutinación en látex de laminilla o el Enzimoinmunoanálisis para
determinar el antígeno criptococócico arrojan resultados positivos en 90% de personas
con meningitis por criptococos. Con el tratamiento eficaz la concentración del antígeno
disminuye ( excepto en pacientes con SIDA que suelen conservar títulos altos del
antígeno por largo tiempo).
5.5. TRATAMIENTO
De manera general la criptococosis pulmonar y la curación o escisión de las lesiones
dérmicas sin una recurrencia subsecuente, tienen buen pronóstico. Por el contrario, la
diseminación de la criptococosis visceral y cerebro-meníngea tiene un pronóstico pobre.
La criptococosis del sistema nervioso central es una enfermedad fatal si no es tratada.
La criptococosis crónica de curso letal está marcada por intervalos de remisión y
exacerbación y la evaluación de la terapia es difícil e incierta.
Actualmente, la anfotericina B y el fluconazol son las únicas drogas disponibles con
eficacia probada. Están indicadas en todos los pacientes con criptococosis del sistema
nervioso central y sitios de diseminación. La anfotericina B debe ser administrada
intravenosamente a dosis que van de 0.25 a 0.75 mg/kg de peso. El medicamento debe
ser disuelto en suero glucosado 5% y protegerse de la luz. Se administra cada tercer
día por goteo lento. La dosis se mantiene durante una semana y si el paciente no
muestra reacciones colaterales, es posible incrementarla hasta una dosis máxima de 30
– 40 mg. Para evitar los efectos colaterales es recomendable administrar analgésicos,
antihistamínicos, hidrocortisona y heparina. Además deberán valorarse pruebas de
funcionamiento hepático y renal. El fluconazol se administra a dosis de 50 – 150
mg/día/VO. Los mejores resultados (en el 85% de los pacientes) se obtienen al combinar
los esquemas terapéuticos de anfotericina B con fluconazol. Aun cuando las únicas
lesiones estén en piel o membranas mucosas, el tratamiento tópico (nistatina,
anfotericina B o derivados del imidazol) se combina con el tratamiento sistémico. El
itraconazol se ha empleado como profiláctico. La 5-fluorocitosina es también un fármaco
útil, sin embargo, en México no se dispone de él.
5.6. Prevención y control:
Entre los patógenos oportunistas causantes de infecciones graves, Cryptococcus
neoformans es uno de los agentes más importantes. Antes de la era VIH, la
criptococosis era una enfermedad rara, pero actualmente es una de las causas más
comúnes de meningitis en pacientes con SIDA. Aún cuando datos recientes indican que,
con la introducción de terapia antirretroviral altamente activa, los casos de criptococosis
han disminuído, los pacientes con SIDA siguen considerados como población de riesgo
en la adquisición de la micosis, principalmente aquellos cuya cuenta linfocitaria de CD4
es menor a 50 células/ml.
Debido a que Cryptococcus se encuentra distribuído ampliamente en la naturaleza y
que la vía de infección es respiratoria, se hace difícil poner en práctica alguna estrategia
de control y prevención, pero tomando en cuenta que el paciente inmunosuprimido es
el más afectado podrían tomarse algunas medidas como el evitar el contacto o la
convivencia con aves (canarios, pericos australianos, palomas, otros)
BIBLIOGRAFÍA:

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