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El matrimonio es un compromiso de amor

El matrimonio no hace feliz a la pareja, la pareja hace feliz el matrimonio

La afirmación que propone el título del trabajo en un poco arriesgada en los tiempos actuales
en que vivimos. Hoy en día, el matrimonio se ve como un mero formalismo para concretar
o hacer más sería una relación entre dos personas. La esencia del matrimonio, que
comentaremos durante todo el ensayo, ha perdido peso; el amor verdadero, con toda su
estructura, se está esfumando, ya no interesa.

Para empezar a reflexionar sobre lo que el título del ensayo nos presenta, tenemos
que definir dos palabras que son pilares de lo que el matrimonio representa. El amor, a bote
pronto, podemos definirlo como el querer recíproco entre dos personas que tienen un fin
común específico. Queda un poco escueta esta afirmación. Según la RAE, el amor es:
“Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y
busca el encuentro y unión con otro ser”1. Esta definición es un poco brusca, pero deja claro
uno de los objetivos más naturales y normales de todo ser humano, el encontrar otra persona
que nos termine de llenar y realizar. Pero, se sigue quedando corto, ya que el ser humano,
no busca a alguien más solo para sentirse lleno, completo, estaríamos objetivando al otro.
Hay algo más.

La segunda definición que nos propone la RAE es: “Sentimiento hacia otra persona
que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos
completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear”2. Esta definición muestra
unos factores que caracterizan al amor: reciprocidad, no solo me llena a mí, sino que yo
lleno al otro. Nos entregamos en cuerpo y alma a otra persona. Crear, tener un fin, sueño
especifico, individual o común, pero que, con la otra persona, se puede incrementar y
fortalecer. Todas estas definiciones no son más que eso; definiciones. Para el amor no hay
una receta única.

1
Real Academia Española. (2014). Diccionario de la lengua española (La 23.ª edición) Consultado
en: http://dle.rae.es/?id=2PGmlay
2 Real Academia Española. (2014). Diccionario de la lengua española (La 23.ª edición) Consultado

en: http://dle.rae.es/?id=2PGmlay

1
La otra palabra que nos interesa muchísimo definir, para poder explicarla mejor, es la
palabra compromiso. Según la RAE es: “obligación contraída”3. Esta definición, hace
referencia a que es un acto llevado a cabo entre dos personas, que están de acuerdo en hacerlo
y que se tiene que cumplir. Pues el matrimonio es un acuerdo pactado entre dos que se quieren
para quererse y que tienen un fin específico y común de futuro.

Tras estas definiciones, alcanzar esa naturalidad del amor parece fácil y sencillo. Pero
el verdadero amor y la verdadera forma de amar, la que se necesita para el matrimonio,
requiere mucho esfuerzo. En este trabajo vamos a responder algunas, preguntas, que son
importante en el proceso de búsqueda de esa vida en comunión: el matrimonio.

Para llegar al fin por excelencia de las relaciones humanas: la vida conyugal, hay unas
etapas que son importantes vivirlas en orden. Ellas son el enamoramiento, el noviazgo, el
casamiento, el matrimonio y la vida conyugal. En cada una de ellas existe el amor, pero no
en igual medida. Es importante hacer hincapié que el amar, como verbo, es una acción en la
que ambas personas tienen que luchar por crearlo, mantenerlo e incrementarlo.

Podemos decir que la “primera etapa” para llegar a esa vida conyugal es la del
enamoramiento. El enamoramiento es esa etapa del amor en la que una persona se siente
atraía por algo de otra persona. Como dice Tomás de Aquino: “El amor es el primer
movimiento, la primera vibración, del ser hacia un bien” 4. Ese bien será la persona en la que
nos hemos fijado. El enamoramiento es una etapa en la que nos gusta algo de la otra persona.
Esta etapa de divide en dos esferas: atractivo físico y enamoramiento afectivo 5.

El atractivo físico es una etapa elemental en el ser humano. Es una etapa externa que
es captada por los sentimientos. Esta capa es muy elemental, animal; es un nivel en el que
corremos el riesgo de tratar a la otra persona como un objeto físico. No es la esencia del
verdadero amor, pero es una parte importante del mismo. La otra esfera que se encuentra de
forma más marcada en el enamoramiento, y que es un poco más profunda, es el

3 Real Academia Española. (2014). Diccionario de la lengua española (La 23.ª edición) Consultado
en: http://dle.rae.es/?id=A41ilou
4 J. Hervada. 1974. Diálogos sobre el Amor y el Matrimonio, Pamplona: EUNSA, 23.
5
Notas propias de clase de ética. Profesor: Manuel Cruz

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enamoramiento afectivo. Lo que nos atrae de la otra persona es su carácter, su forma de ser.
Nos encanta pasar tiempo con la otra persona.

El enamoramiento es una etapa en la que solo nos interesa descubrir más al otro. Se
encuentra en la etapa del deseo (Eros). Deseo pasar todo el tiempo que tengo con esa persona.
El objeto de la relación son las mismas personas 6. La etapa del enamoramiento es un tiempo
en el que las personas se encuentran como en otro mundo; ambas personas se idealizan, se
magnifican todas sus virtudes y sus defectos desaparecen. Esta fase va a durar, incluso, en
el noviazgo, pero cuando sea superada, la pareja tendrá disposición para conocerse más a
fondo, para llegar a ese amor verdadero, pero esto requiere dos aspectos importantísimos:
Tiempo y presencia7.

Estos dos elementos van a ser puesto en práctica en el noviazgo. El noviazgo se va a


convertir en una etapa para conocerse y aprender a quererse, teniendo como meta un fin
común: el matrimonio. El noviazgo sin ese fin de casarse y vivir una vida juntos, no tiene
ningún sentido.

En el noviazgo podemos suponer que los amantes se aman, se quieren, ellos mismos
y el uno para el otro. Pero esto no es algo que, por ser novios, ya va a surgir. No basta con
amar, hay que saber amar bien. Para esto, se necesita una preparación y disposición de las
personas implicadas. Esa preparación va a ser uno de los momentos más importantes que
van a ayudar a fundar una verdadera vida en pareja. Esa preparación tiene que ser personal.
Tenemos que evaluarnos, preguntar si estamos listos, si estamos dispuestos de tener una
relación. ¿Amamos porque queremos amar?, ¿puedo ser amado?, ¿me dejo amar? La
mentalidad a la que estamos acostumbrados hoy en día daría un sí precipitado a todas esas
preguntas. Lo que sucede es que, si no profundizamos en esas cuestiones, que son vitales
para la vida de las personas, no vamos a aprovechar lo verdaderamente importante de nuestra
instancia aquí.

Con lo mencionado anteriormente, podemos tratar un tema interesante y que


caracteriza la forma de ser de las personas. Es el amor ordenado y amor desordenado. Javier
Hervada, recoge en su libro Diálogos sobre el Amor y el Matrimonio, unas palabras del

6
Apuntes propios de Matrimonio y Familia.
7 Apuntes propios de Matrimonio y Familia.

3
filósofo y escritor alemán, Josef Pieper, que habla sobre la necesidad de ese equilibrio
persona-amor. El amor y solo el amor, es lo que tiene que estar en orden para que todo el
hombre lo esté y sea bueno8. El hombre, por ser social que es, tiene como premisa el amar,
pero si ese amor no está claro, analizado, controlado, por mejor que sea esa vida, se va a
descontrolar. Si se sale de control, el hombre tendrá más posibilidades de caer en el error,
en el mal. Una persona así, no va a ser capaz de mantener y enriquecer el noviazgo y menos
la vida matrimonial.

Entonces, ¿qué papel tiene el noviazgo en la historia del amor? Para responder a estas
cuestiones, pedí unos testimonios de personas y parejas que, por la cantidad de años que
llevan juntos de una forma estable, pueden ser representativos para contestar y ejemplificar
los postulados presentados.

El primer testimonio está a cargo de Luis Fernando Campos Montes, esposo desde
hace 24 años. Luis Fernando comenta que el noviazgo es la condición de novios, [1] es decir,
una relación amorosa mantenida entre dos personas con la posible intención de matrimonio,
[2] es un proceso por el cual dos personas desarrollan una asociación íntima más allá de
la amistad. Es una relación con propósito. Es un compromiso a respetarse con la
expectativa de ir avanzando a conocerse más para fortalecer la relación y con objetivo de
matrimonio.

Me llamó la atención “(…) es una relación con propósito (…)”. No es solo un


momento para estar con alguien, de una forma más íntima. No es solo estar con alguien para
ayudarle y hacerle sentir mejor. No es estar con alguien solo porque quiero estar con alguien.
El noviazgo tiene que ser una etapa en la cual, ese proyecto de futuro, se empiece a poner en
común, se empiece a trabajar a nivel personal, para que así, sea un proyecto en el que ambas
personas se realicen.

El otro testimonio, es el de su esposa, Mariamalia Bulgarelli. Según Mariamalia, el


papel del noviazgo, debe ser serio, con miras a casarse. Es un tiempo para conocerse, para
compartir, para aprender a respetarse, comunicarse, ver que actividades, pasatiempos, les
gusta a cada uno y evaluar si pueden vivir el resto de sus vidas con los gustos y los defectos

8 J. Hervada. 1974. Diálogos sobre el Amor y el Matrimonio, Pamplona: EUNSA, 106.

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del otro. Si el noviazgo se tiene con esos objetivos es un tiempo con sentido, sino es una total
pérdida de tiempo y energías.

El noviazgo debe ser un “papel serio”. Debe ser un tiempo para “aprender a
respetarse”, “comunicarse”. Tres afirmaciones que, en los tiempos modernos se desconocen.
El noviazgo se entiende hoy en día, como algo transitorio, momentáneo, solo para satisfacer
placeres, en el cual estoy con alguien solo por sentirme bien y aparentar. Los verdaderos
novios son gente que se toman su relación en serio. Personas que saben tratar con respeto a
la otra persona, que habla con respeto, que quiere con respeto, esto por el simple hecho de
ser una persona en su totalidad y no un objeto.

El tercer testimonio es el de Ana Bini, una chica que lleva 7 años con su novio, algo
“raro” en nuestros tiempos. Ana dice que el noviazgo tiene un papel muy importante porque
es donde se sientan las bases de cualquier matrimonio. Es muy importante cuidar el
noviazgo ya que es el momento de la relación donde puedes echar marcha atrás. (…) Para
cuidar el noviazgo se necesita tener las cosas claras, saber qué buscas para un futuro. Una
se sabe eso, ya vas actuando para poder llegar a ese futuro con la persona que escojas. “Es
el momento de la relación en la que puedes echar marcha atrás”. Es un momento en el que,
la pareja, tiene que darse cuenta de si pueden lograr una vida juntos hasta la muerte, con
todos sus defectos y virtudes. Si no es así, el noviazgo es el momento para acabar, ya que el
fin primordial de la vida conyugal tiene que ser el hacer feliz al otro (eso va a ser mi
felicidad). Si eso no se consigue, el amor verdadero no va a existir.

Según el filósofo y profesor, Fernando Alberca: “El noviazgo tiene que ser lo
suficientemente largo como para conocerse bien y lo suficientemente corto para no
aburrirse”9. Cuando ya sabemos quién es esa otra persona con la que quiero vivir toda la
vida y cuando se lo que quiero con ella, además de poder, porque soy maduro y consciente
de lo que eso conlleva, y de querer estar con esa el resto de la vida, estaremos preparados
para dar el siguiente paso: sí quiero. Cuando todos estos factores se alinean estamos listos
para recibir el sacramento del matrimonio.

9 Apuntes propios de Matrimonio y Familia

5
El amor conyugal; fase final en la carrera del amor. Es el fin único que tienen las
parejas desde el primer momento en que se conocieron. Antes de entrar de lleno en el amor
conyugal, vamos a mencionar unas cuestiones importantes sobre el matrimonio.

El matrimonio, como sacramento, no es más que el acto de unión de dos personas,


bautizadas, que juran ante Dios y los testigos presentes, vivir el uno para el otro el resto de
la vida y lograr hacer feliz al otro. Es muy importante que, llegado este momento, las dos
personas que están a punto de comprometerse para siempre, estén seguro y quieran dar ese
paso, ya que, como dice Hervada en su libro: “El matrimonio tiende y está ordenado en
último término a la gloria de Dios, a la santificación de las almas y a la realización
personal”10. Si los novios no están seguros de lo que casarse conlleva, si no están maduros
como personas, si no se conocen bien, todo va a provocar que esa relación conyugal no
funcione. Los problemas van a empezar a surgir y será difícil cumplir uno de los fines del
matrimonio, que es el de realizar al otro desinteresadamente.

Cuando las cosas no van bien, es difícil dar gloria a Dios, y para el matrimonio, este
aspecto, es una de las cosas más importantes. La forma en la que los cónyuges van a dar
gloria a Dios y, paralelamente, se van a ir realizando, es procurando vivir una unión limpia:
ayudándose, cuidándose y amándose en última instancia.

El matrimonio es al final, como acto de la voluntad, la decisión de querer, “desde


hoy”, al otro por el resto de la vida. Es el momento en que los novios se comprometen a ser
y a tener apertura a la vida.

El amor conyugal es un amor muy distinto a todos los demás. El amor que uno tiene
por sus padres o sus hermanos, o el amor que uno puede dar a los amigos, tiene rasgos
comunes con el amor conyugal, pero este, se diferencia de todos los demás, porque posee un
carácter sexual, procreador11. Uno de los fines del matrimonio es el de mantener relaciones
con la pareja con el fin de procrear. Como dice Hervada: “Lo amado conyugalmente, es de
modo básico y primario, la persona. Se ama al otro como persona y en su entera persona” 12.
Cualquiera que sea la forma de amar, tenemos que hacerlo porque amamos a la otra persona

10 J. Hervada. 1974. Diálogos sobre el Amor y el Matrimonio, Pamplona: EUNSA, 60.


11 J. Hervada. 1974. Diálogos sobre el Amor y el Matrimonio, Pamplona: EUNSA, 26.
12 J. Hervada. 1974. Diálogos sobre el Amor y el Matrimonio, Pamplona: EUNSA, 26.

6
en toda su integridad, pero principalmente en las relaciones conyugales, porque cuando esto
no pasa, como tiene esa dimensión característica sexual, se puede caer en un proceso de
despersonalización, nos convertiríamos en animales que solo nos dejamos llevar por los
placeres y deseos.

Por eso es que el amor conyugal requiere una madurez absoluta de ambas personas y
más que eso, tiene que haber voluntad. Esa voluntad como un impulso o incentivo para
querer querer a la otra persona de forma plena, de querer amar la totalidad de la otra persona,
de querer tener un amor perpetuo con esa persona. “Quien no quiere comprometerse para el
resto de la vida, carece de verdadero amor conyugal, lo que ofrece es un amor falseado, que
ofende, por gravemente injusto al otro” 13.

Pedro Juan Viladrich, en su libro Agonía del matrimonio legal, recoge las palabras
del literato y filósofo bengalí, Tagore. Él promulgó de forma contundente que “el amor
depende de la voluntad de quien lo da, y esa generosidad puede permitírsela el último de los
pobres”14. Cualquier persona puede y tiene que ser capaz de amar. Pero para esto, hay que
saber y querer hacerlo, porque si no va a ser una realidad falseada de lo que quisiéramos ser,
tener y hacer.

Otro aspecto en el que se tiene que estar listo, para amar de forma plena, es el salirnos
de nosotros mismos, dejarnos ver y querer por los demás. “Una vez que estamos abiertos al
mundo, el amante o quien sea puede entrar en nosotros y descubrir nuestro verdadero mundo
interior, ya que ha decidido que esas cosas valen la pena” 15. Aquí es donde se unen todos los
aspectos para poder vivir adecuadamente el amor conyugal. En el momento en que yo me
abro a los otros, estoy dando a entender que tengo las ganas y la voluntad de conocer y amar
a los otros y que los otros me conozcan y amen en totalidad. Cuando se supera esta etapa,
vamos a estar listo para darnos en alma y cuerpo a otra persona, por el resto de la vida, para
amarnos, hacernos felices y poder dar todo a las siguientes generaciones. Por eso es que el
fin del matrimonio no es solo el hacer feliz al otro, sino también la realización de las

13 J. Hervada. 1974. Diálogos sobre el Amor y el Matrimonio, Pamplona: EUNSA, 57-58.


14 P.J. Viladrich. 1989. Agonía del Matrimonio Legal, Pamplona: EUNSA, 65.
15 P.J. Viladrich. 1989. Agonía del Matrimonio Legal, Pamplona: EUNSA, 66.

7
personas, de una forma fiel e indisoluble, que se va a plasmar en la procreación y educación
de los hijos.

Me parece interesante recoger en una breve explicación, todos los postulados


anteriores, que por muy sonados y conocidos que sean, es importante conocerlos y
analizarlos desde su profundidad. Esa profundidad viene a ser dada por la dimensión social
del ser humano. Existen tres vertientes relacionadas a esa sociabilidad del ser humano. En
primer lugar, se hace acto de presencia en la relación entre hombre y mujer. Es la atracción,
por naturaleza, de los sexos opuesto y que se va a manifestar de forma contundente, en la
unión de ambos. Esta unión no es un acto meramente intencional, o, mejor dicho, ocasional,
sino que se establece algo más duradero, una comunidad, “en la que se realizar la entera
sociabilidad posible entre varón y mujer” 16. El autor hace referencia a ella como una
comunidad conyugal.

La socialización del hombre va relacionado al acto de la procreación. La comunidad


conyugal no se queda entre el hombre y la mujer, sino que se abre a otros, a los hijos. Con
esta dimensión se abre la comunidad familiar. Ya no solo va a ser una unión permanente
entre dos personas, sino que esas dos personas se van a dar, en igual medida, a otros. Pero
esto no queda aquí, la realización plena entre hombre y mujer (comunidad conyugal) y la de
padres e hijos (comunidad familiar), va a abarcar un proyecto común mucho más amplio,
que va ser la sociabilización con otras comunidades conyugales y familiares de nuestro
alrededor. Por eso es que se dice que: “la familia, es la primera célula de la sociedad” 17.

Y la familia se va a convertir en el lugar y ámbito en donde nos vamos a realizar y


entrenar para salir a un mundo cada vez más revoltoso. La familia también va a ser el lugar
al que se va a volver, como nos dice Rafael Alvira en su libro El lugar al que se vuelve.
Reflexiones sobre la familia. La familia se va a volver el campo de entrenamiento en el cual
nos vamos a capacitar para poder vivir de la mejor manera y sacar el máximo provecho del
mundo exterior, de la sociedad, de las amistades, de los enemigos; de todo lo que, por
naturaleza, está unido al ser humano. Y cuando, en algunos momentos, fallemos en ese
mundo exterior, va a ser la familia la que nos va a recibir con los brazos abierto para

16 P.J. Viladrich. 1989. Agonía del Matrimonio Legal, Pamplona: EUNSA, 54.
17 P.J. Viladrich. 1989. Agonía del Matrimonio Legal, Pamplona: EUNSA, 55.

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recuperarnos y volver a empezar las veces que sean. Por eso es que, cuando una unión
matrimonial no es madura, verdadera, respetuosa, sincera y amorosa, no se va a poder ofrecer
como pilares o soportes para otras personas en el futuro.

Con lo visto a lo largo del ensayo nos damos cuenta que en la larga, ardua y
emocionante travesía del amor, las diferentes etapas por las que se pasan para llegar a ese
fin último: la vida conyugal, lo que hacen es prepararnos individualmente y como una unión,
para poder vivir en sintonía el resto de la vida. Ya que el verdadero amor, el que tiene que
reinar en la vida de todas las personas, tiene que ser algo que se haga por querer al otro, pero
más importante para querer a ese otro. Es un compromiso que no se puede romper; es
entregarse en alma y cuerpo a la otra persona para siempre. Por eso, el profundizar en estos
temas desde que somos jóvenes, es una manera de abrir la mente para darse cuenta de que,
el trabajo por conseguir ese compromiso empieza ya; el trabajo por empezar a entregarse a
esa persona que va a vivir con uno el resto de la vida tiene que empezar ahora mismo.

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