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INTRODUCCIÓN

Los controles de vuelo (como casi todo) han evolucionado mucho desde los primeros aviones que
se construyeron. Al principio, el piloto tiraba de una palanca que tiraba de un cable que tiraba de
la superficie de control (los alerones, el timón de cola, etc). Luego los aviones se fueron haciendo
más grandes y más robustos… al contrario que los humanos, claro, que ni crecieron ni se hicieron
más fuertes, y que en consecuencia ya no podían mover los controles sin ayuda. Así que tuvieron
que poner un sistema hidráulico entre los mandos y las superficies de control que hiciera el
trabajo por ellos.

Sin embargo, tanto el sistema mecánico como el hidráulico tienen importantes desventajas.
Suponen llenar el avión de pesados y complejos entramados de cables, poleas, palancas y/o
circuitos hidráulicos, muchas veces por duplicado por cuestiones de fiabilidad. Y, además, no
ayudan al piloto a compensar las inestabilidades en vuelo causadas por las variaciones en las
condiciones aerodinámicas (más adelante explicaré lo que he querido decir con esto, no os
preocupéis), pudiendo ocasionar, por ejemplo, que el avión oscile en su trayectoria o que entre en
pérdida (algo que no suele gustar a los humanos que van dentro).

Los humanos inventaron el fly-by-wire para lograr superar su debilidad y su patente falta de
reflejos. Sustituyendo los sistemas mecánicos e hidráulicos por cables eléctricos consiguieron
ahorrar una fracción de peso considerable (se sabe que los aviones están permanentemente a
“dieta”), además de hacer las conexiones más fiables. Y, sobre todo, consiguieron hacer que hasta
cosas como el F-117 volaran sin (demasiados) problemas.
DESARROLLO

FLY BY WIRE

El fly-by-wire es un control electrónico de vuelo. Como se sabe, una aeronave cambia la


trayectoria deflectando unas superficies en cierto rango de grados. Por ejemplo,
tenemos los alerones, que hacen que el avión alabee (esto es, gire según su eje
longitudinal), el timón de profundidad, que hace que el avión cabecee (es decir, gire según
el eje transversal, "el de las alas", por así llamarlo), y el timón de dirección, que hace que
el avión guiñe (girar según el eje vertical, el perpendicular "al suelo" del avión).

El fly-by-wire es la solución al problema de la inestabilidad. Traduce la acción del piloto


sobre el mando, convirtiéndola en una señal eléctrica, que a su vez es traducida de nuevo
cuando llega a los servos que mueven las superficies de control. Y lo bueno que tienen
las señales eléctricas es que los ordenadores las entienden. Normalmente el fly-by-wire
forma parte de un sistema de control computarizado. El avión dispone de sensores que le
dicen en todo momento cuál es su condición de vuelo y cómo se comporta el aire a su
alrededor, de manera que el ordenador de a bordo, al recibir la señal del piloto, puede
calcular y efectuar sobre la marcha las correcciones necesarias para que el avión haga
exactamente lo que el piloto le está pidiendo.

Con el fly-by-wire, si el piloto mueve el timón de profundidad para inclinarse diez grados,
el ordenador calculará cuál es la deflexión real que tiene que dar a dicho timón para que
el avión haga exactamente eso. Dicha deflexión dependerá de las condiciones del aire
alrededor del avión, pero pase lo que pase la trayectoria será la que quiera el piloto.

La idea surge, por un lado, como una necesidad de sustituir los viejos modelos mecánicos
e hidráulicos por algo que fuera más liviano, y ante todo más fiable en términos de
seguridad y estabilidad en el vuelo. Es necesario tener en mente en este punto el
tremendo peso que conlleva una estructura mecánico-hidráulica necesaria para pilotear
aviones de gran envergadura como un Boeing 777 o un Airbus A-330 y las consecuentes
ventajas de cambiar este sistema por circuitos electrónicos y sistemas de vuelo
computarizados.

Lo más interesante de este nuevo sistema, sin embargo, no se encuentra tanto en las
mejoras evidentes de rendimiento físico, sino que están también en la seguridad y
eficiencia del vuelo, ya que gracias a este modelo computarizado se ha logrado combinar
la pericia del piloto con la velocidad de cálculo de un ordenador, que es el encargado de
corregir las órdenes del piloto para luego enviar la señal electrónica y efectuar la orden,
todo en cuestión de milésimas de segundo.

A través de los sistemas fly-by-wire, el piloto envía una orden al aparato navegándolo
normalmente con del mando de vuelo. Esta orden se traduce en una señal electrónica
que es procesada por un ordenador en la aeronave, y comparada con una serie de
patrones adicionales como la velocidad, altitud, el viento, y otros datos que obtiene de los
propios sensores del avión. De esta forma, el ordenador es capaz de determinar
exactamente qué quiere hacer el piloto y corregirlo con absoluta precisión, para luego
enviar la señal a las estructuras mecánicas del aparato y efectuar la orden final,
evitándole al piloto el trabajo de estar realizando correcciones sobre la marcha, e
incrementando a la vez la estabilidad de la aeronave en el vuelo.

Claro que esto trae consigo un problema bastante significante, y es que un fallo en los
sistemas de vuelo fly-by-wire podría dejar a la aeronave absolutamente incontrolable. Por
este motivo, este tipo de sistemas cuenta con lo que se conoce como ordenadores
redundantes, varios equipos funcionando en paralelo que permiten que la aeronave pueda
continuar funcionando normalmente en caso de que uno, o incluso dos de ellos fallen.

Este tipo de sistemas es también utilizado en el automovilismo, por algunas escuderías de


Fórmula 1 como McLaren o Ferrari, aunque en este caso es conocida como drive-by-wire.
El sistema fliy-by-wire en aeronaves pequeñas ha sido diseñado para aumentar la
seguridad en los mismos y las apuestas son altas. En un incidente cada 10.000
horas de vuelo en Europa, los aviones pequeños tienen un historial de seguridad
mucho peor que aviones grandes. Así que para mejorar ese registro, los
investigadores europeos han tomado un vuelo desafiante.

Por encima de los Alpes austriacos vuela lo que parece ser un pequeño avión
ordinario. Pero tiene un secreto. Los controles de vuelo a bordo no son manuales.
En su lugar, las señales electrónicas y ordenadores determinan el patrón de vuelo.
El piloto de la aeronave vuela básicamente a través de un ordenador. Esto es lo
que se conoce universalmente como un sistema de vuelo digital de "fly-by-wire".

El sistema ha contribuido en gran medida a la seguridad de vuelo y ha estado en


uso durante décadas en los grandes aviones y jets de negocios. Sin embargo,
hasta ahora se ha visto como demasiado pesado, demasiado grande y demasiado
caro para ser instalado en aviones pequeños. Pero entonces los científicos en un
proyecto de investigación de la Unión Europea decidieron dar una mano a los
pilotos con menos experiencia a bordo de estos pequeños aviones.

Y para lograr esto, los científicos hicieron una investigación sofisticada. En un


laboratorio aeroespacial en Alemania, los científicos trabajaron para desarrollar
hardware y software capaz de garantizar una manera segura, automatizada y
autónoma de volar. Para ello se tuvieron que crear sistemas electrónicos que
podrían superar autónomamente los fallos en las funciones de la aeronave sin
que el piloto se diera cuenta si quiera que una falla crítica había ocurrido.

El siguiente paso fue integrar este software complejo en una reducido y ligero
hardware, adaptado a la capacidad de carga limitada de pequeñas aeronaves.
Pero antes de instalar el equipo digital en un avión real, una simulación compleja
había que hacer en una instalación única de vuelo aeronáutico.

Mientras tanto, en los Países Bajos, los investigadores probaron el sistema de


control de vuelo digital en un simulador. De hecho, fue capaz de garantizar la
seguridad de los vuelos virtuales en difíciles condiciones de vuelo simuladas; sin
que los pilotos de prueba intervinieran activamente. El sistema, dicen los
investigadores, incluso de forma automática mantiene el avión lejos de los
peligrosos patrones de vuelo.

De vuelta en Austria, los primeros vuelos de prueba del prototipo final se


consideraron como un éxito por los científicos, que ahora están mirando hacia el
futuro.

Los fabricantes de aviones pequeños ven esto de seguridad reforzada como una
herramienta de marketing ideal para seducir a nuevos clientes potenciales. Los
investigadores están estudiando la manera de utilizar el mismo control de vuelo
digital no sólo para el crucero, sino para un desafío más grande: el despegue y el
aterrizaje.
http://airvoila.com/sistemas-de-vuelo-fly-by-wire/

http://www.enocasioneshagoclick.com/2009/03/escuadron-click-controles-de-
vuelo-y.html

http://juandelacuerva.blogspot.mx/2007/12/fly-by-wire.html

http://www.euronews.com/2012/11/28/small-aircraft-smart-safety

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