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POESÍAS

REGINA SUÁREZ DE VANZINI

“Paisaje”. Óleo sobre cartón entelado. 1990. 21cm x 31cm

Mariela Suárez
Nació en Concepción del Uruguay, Maestra Normal Nacional. Profesora en
Letras, egresada de la UBA. Autora de ensayos, integra la “Sociedad Argentina
de Autores” SADE. Es socia activa de la “Federación Argentina de Amigos de
Museos” FADAM. Desde muy joven se dedicó a la pintura, siendo sus
maestros, Mario Loza, Enrique Policastro, Demetrio Urruchúa y Miguel Dávila, aprendizaje
que la llevó a realizar presentaciones en salones, exposiciones individuales y colectivas de
pintura y de dibujo.
Suárez de Vanzini, Regina
Poesías. - 1a ed. - Concepción del Uruguay: Espacio Editorial Institucional
UCU, 2014.
50 p.; 23x15 cm.

ISBN 978-987-45508-3-5

1. Poesía Argentina. I. Título

CDD A861

©Espacio Editorial Institucional UCU, 2014.


editorial.ucu.edu.ar
editorial@ucu.edu.ar

Diseño de cubierta y diagramación interior: Cristian Rougier

Hecho el depósito que prevé la ley 11.723


Impreso en la Argentina. Printed in Argentina.

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, en todo ni en parte,
ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna
forma ni por ningún medio sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro sin el permiso previo por escrito de la editorial y los autores.
PRÓLOGO

El Espacio Editorial Institucional UCU, de la Universidad de


Concepción del Uruguay, se enorgullece de publicar la recopilación
de estos poemas, que constituyen una síntesis sensible del encuentro
de la escritora con sus más íntimos afectos y el paisaje entrerriano.
Sus poemas ratifican esa vocación regional y profundamente
humana que constituye el sello distintivo de una familia, como la
suya, íntimamente vinculada con la totalidad de las expresiones
educativas y culturales de Concepción del Uruguay y de la
provincia, las cuales enalteció a través de su vinculación con la
pintura, la música y la poesía en una ciudad a la que no es ajena esta
Casa de Estudios.
Esta publicación consolida la profunda raigambre de afectos de una
institución -la Asociación Educacionista “La Fraternidad”- que se ha
desarrollado desde 1877, con el apoyo de los habitantes de su ciudad;
una institución que en base a su pasado y su vocación de futuro creó
la Universidad de Concepción del Uruguay, la cual se enaltece con
los creadores que en ella han vivido y los que hoy la continúan
impulsando hacia el porvenir.
El 20 de enero de 1974 el Diario “La Calle”, de Concepción del
Uruguay, en su sección “Ámbito Cultural” efectuó a Regina Suárez
de Vanzini, autora de este poemario, el reportaje que forma parte de
este prólogo.
Preguntas, respuestas y poemas que enarbolan la mágica
certidumbre de que la poesía es capaz de destruir los límites del
tiempo y el espacio y mantenerse, a través de la emoción viva y
palpitante, más allá de los días que vanamente quieren apagarla y
vuelven posible la sombra del ángel palpitando a la luz de la tarde.

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ENTREVISTA.
REGINA SUÁREZ DE VANZINI: Secreto de una vocación.

Si buscamos a alguien en un tranquilo atardecer, si se nos da por


contar las nubes que pasan, si se nos ocurre disfrazar la pena y
ponernos un antifaz de alegría, allí tal vez encontraremos a esta
escritora nuestra que eleva su bandera de melancolía y la ata al
mástil altísimo de una esperanza verdadera.
P: Escritora desde siempre: ¿Qué está haciendo Ud. en este
momento?
R: Sigo escribiendo, yo no elegí este camino, un día me encontré
transitándolo y pienso que uno ha de ser el secreto de una vocación.
Marcel Proust dijo “todos llegamos a este mundo con una serie de
compromisos contraídos en una vida anterior” y agrega H. Butler
“del cumplimiento de estos compromisos depende nuestra
tranquilidad, nuestra paz interior” busco esa paz y esa tranquilidad
escribiendo.
P: ¿Le interesa seguir a los escritores de vanguardia?
R: Me gusta leerlos, los comprendo, aunque no es mi estilo, están
situados en intensas corrientes, en problemas de orden existencial,
atrapados por el tiempo cada vez más veloz, pero tienen su poesía o
la novela el deseo de recuperarse y rescatar la belleza liberada sin
artificios, y salen al encuentro de sus propias experiencias.
P: ¿Cuál es la tónica de su poesía?
R: Es la tristeza, el dolor y a veces también la rebeldía, muy pocas
veces la alegría.
P: ¿Tiene poemas reunidos como para editar un libro?
R: No, no tengo material como para editar un buen libro.
P: ¿Su misión como crítica de la Biblioteca Popular sobre distintos
autores hace a una inquietud suya?
R: En principio no soy crítica de libros de la Biblioteca Popular “El
Porvenir”, soy un miembro de la C.D. y estamos empeñados en dar

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a conocer los libros que guardan sus anaqueles y lo hacemos todos
como un trabajo de extensión cultural, en lo que a mí concierne lo
hago con mucho gusto dentro de mis posibilidades.
P: ¿Hay algo nuevo sobre su quehacer creativo?
R: Sí, hay algo nuevo en mi quehacer, he comenzado algunos trabajos
y marcho por un nuevo camino, una delgada senda, colocado en el
deslinde de la realidad y el sueño, persigo una experiencia de mi
mundo interior que hoy siento en intensidad, aunque me es difícil
expresarlo por medio del lenguaje necesitando conservar una suerte
de equilibrio, que debe ser casi perfecto, para evitar confundir el
verdadero sentido de esta persecución, “quién puede ver el perfecto
equilibrio entre una flor efímera y la longeva estrella que me ilumina
por unas pocas noches, este brevísimo diálogo es una joya de las
voces de la eternidad”. Es necesario poder ver, escuchar las voces
interiores, ver detrás de las formas otras formas, el eco de las
palabras, y detrás de una presencia la sombra que ha de
transportarse, los muros un poco más allá de nuestro acontecer
cotidiano y rescatar vivencias de un mundo de silencios. Bastante
presuntuoso, ¿no?
P: ¿Qué significan para Ud. los premios obtenidos en los certámenes
literarios?
R: Los premios o menciones han servido de estímulo a la vez que han
halagado mi pequeña vanidad, no he llegado por ese motivo a
considerarme una buena escritora, ni creo que alguien lo haya
pensado.
P: ¿Si tuviera que elegir un tema, cuál sería?
R: El tema sería “La comprensión entre los hombres”.
P: ¿Su mejor anhelo?
R: Poder llegar a la emoción de quien lea mis poemas.

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POESÍAS
VENTANA

Hay este sol ardiendo en la mañana


un cielo azul que duele de tan cierto,
pero el clamor asido a la campana
se queda inmóvil en el aire, muerto.
Por eso puse el alma en la ventana,
dejé los ojos quietos en el huerto,
apretado verdor que se desgrana
sobre el dorado fruto descubierto.
Yo sé que un día llegará el momento
que romperá sus diques el tormento.
Para esa hora que presiento oscura,
esta ventana ha de tenderme un puente,
hilo de luz que rozará mi frente
con este hoy y toda su frescura.

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MILAGRO

Voy cruzando la tarde, silenciosa,


por el viejo camino, recobrado.
El viento ciega la mirada ansiosa
por la penumbra del umbral callado.

Inútil fue que se mostrara hermosa


la flor, y en el espacio delicado
el ave describió curva dichosa,
encendido de luz, su cuerpo alado.

Inútil todo, porque ya no estabas,


ni tu voz ni tu paso, y no me dabas
tu mano, como ayer, pero en mi frente,

con la quemante lágrima, brotaba


un hilo fresco y para mi cantaba.
Cantaba, en el milagro de la fuente.

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DÉCIMAS A MI TIERRA

El monte trae el aliento


que yo necesito tanto,
para hilvanar este canto
que ha de repetir el viento;
hay un cierto encantamiento
suspendido del paisaje,
aunque el alma esté de viaje
en su curva luminosa,
vuelve absorta pero ansiosa
hacia el guardoso ramaje.

Van quemando los eneros


a sus horas amarillas,
y en las ardientes cuchillas
se hacen mis pasos ligeros
por los agrestes senderos
rescatados al olvido,
un recuerdo estremecido
ovillado en mí regazo,
se despertó del abrazo
que yo creía dormido.

Los linares y trigales


decoran mi pensamiento,
por un hilo que presiento
sube un canto de zorzales;
y en los claros manantiales
donde permanece el cielo,
veo pasar como un vuelo
que se pierde por las lomas,

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en un blanquear de palomas
agitando su pañuelo.

Me gusta andar por los ríos


ver sus aguas transparentes,
y en arroyos sorprendentes
navegan los sueños míos;
con la aguja de hilos fríos
hechos de escarcha temprana,
va tejiendo la mañana
junto al oro de la tarde,
la trama que prende y arde
y se incendia en mi ventana.

Voy subiendo la lomada


con la roja margarita
pasta la hacienda mansita
por los verdes cautivada;
siento el alma enajenada
al refugiarme en el tala,
frecuencia de la “luz mala”
de los cuentos del abuelo,
y en el viviente revuelo
queda la pluma de un ala.

La tierra espesa y oscura


en su hondura estremecida,
fecunda un canto de vida
que me acontece en dulzura;
allí, sobre esa ternura
fue trazado mi destino,
desando el viejo camino
vivo un sueño a cielo abierto,

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veo la casa y el huerto
que fue mi hogar campesino.

Entonces mi corazón
rueda en las rubias arenas,
y del sauce escucha apenas
ese llorar sin razón;
y el verso que está en sazón
se desliza silencioso,
junto a un canto melodioso
que prende desde la sombra,
y sobre mágica alfombra
cruza un mundo prodigioso.

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SONETO PARA EL MAR

Con alas de gaviotas y neblina,


te llevaré conmigo al manso río,
oigo el hondo clamar que te domina
y te enciende en furioso desvarió.

Rueda la eterna inmensidad marina


con retumbar metálico y bravío,
alta la verde ola se ilumina
y estalla en blanca espuma en torno mío.

Cubre tu abismo con su luz dorada


el sol, y aunque me siento casi nada
quiero dejar mi huella en tus orillas,

caminar tus arenas amarillas


¡Oh! Mar gris-verde-azul tu pedrería
triza su luz sobre el umbral del día.

Piriápolis. Punta del Este.

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ESTE LARGO SILENCIO…
Para Celia.

Dialogo con tus grises, ¡Oh agosto desolado!


La mano en mi tristeza y una lágrima dura
me golpea en el pecho; no es dolor resignado
es un grito rebelde que levanto a la altura.

¿Dónde encontrar de nuevo tu paso apresurado


la voz que desgranabas como espiga madura,
sobre mis manos tristes y mi acento apagado?
¿Dónde encontrar tu siempre delicada ternura?

Camino hacia tu sombra tras los pasos del día,


un árbol me acompaña vertical y sonoro
aunque todo es inútil, espero todavía;

hasta que el sol me alcance sus migajas de oro


este largo silencio me dice con certeza
que voy sola en la tarde, la mano en mi tristeza.

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PARA UNA AUSENCIA

Me sorprende el ayer, con tanta prisa


se escurrió entre mis manos distraídas…
ingrávidas las horas y los días
con sus claros y sombras se diluían
en mi verde mirada y en mi risa.

Y me quedé en el claro mediodía


embriagada de soles y de asombros
escuchando el silencio prodigioso
que se rompía en el cristal de un trino,
mientras crecía vertical el día.

Y después en la tarde presurosa


me perdí entre los rojos de un poniente
de desgarradas nubes silenciosas,
cuando en puntas de pie se desprendía
tu mano de la mía, cautelosa.

Ahora el paisaje es muro desteñido


donde sube la hiedra y aprisiona
sabia y tenaz, el pulso de la vida;
y apenas si es frescura la del agua
y apenas eco el paso que se ha ido.

Pero tengo la noche todavía,


con sus frágiles sueños demorados
que me mienten un sol y otro verano;
pero ya nunca más tendré tu mano
enlazada de nuevo con la mía.

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NUNCA MÁS…

Nunca más, esta tarde,


nunca más este cielo… este sol
estas nubes
blancas, algodonadas
que pasan lentamente
ni esos árboles fuertes, con sus
copas doradas
ni este espléndido otoño,
nunca más la mirada.

Nunca más en las noches brillará la ventana,


nunca más el murmullo de las hojas y el viento
ni la lluvia que cae golpeando los tejados,
ni esas horas tan largas, nunca más el tormento.

Nunca más la mañana de encendidos cantares,


con voces juveniles sonidos de campanas,
que apuraron el pulso hasta colmar la vida.

Nunca más las mañanas,


nunca más la mirada,
ya no habrá despertares.

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OTRA VEZ ESTA TARDE

Otra vez esta tarde, con un sol demorado


sobre las altas copas, madurando ternura,
arriba, todo un cielo de azul en cuya hondura,
un pañuelo de nubes se abisma resignado.

¿Cómo es que el árbol quieto se adormece y alado


se despierta entre silbos que lo ciñen de altura,
y ríe y se divierte el viento hasta la hartura
y es el mismo, que barre el umbral desolado?

Se adelgaza hasta el eco de los pasos de día;


un invisible río sereno se desliza
sobre la mano tibia, que escribe todavía;

escribe, que es inútil intentar el olvido.


En la suave penumbra de un color de ceniza
se encienden los recuerdos junto al rostro dormido.

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LA CASA QUE NO NOMBRO
Homenaje a la Biblioteca Popular en su centenario.

Camino sobre el tiempo inmemorial, momento


en que un canto de Origen se levanta en el día;
y los ecos que quiebran el vértigo del viento
maduran en silencio su verde lejanía.

Se deshoja este otoño de cobre, suave y lento,


y un antiguo milagro teje su cercanía;
recuperando nombres y voces que presiento
en el río infinito transcurren todavía.

Acaso éste es un sueño, un sueño celebrado


en la honda ternura de mi mundo de asombro,
legiones de latidos de ahora, del pasado,

para la “buena amiga”, la casa que no nombro,


porque lo sabe el alma, el alma estremecida,
y el umbral desgastado donde pasa la vida.

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COMO AYER
Para la Escuela. N. Avellaneda en sus 80 años.

En lento caminar hacia el presente


justo al atardecer con luz incierta,
golpeaba el corazón y suavemente
pisé el umbral y acaricié tu puerta.

Todo está como ayer dichosamente


llena de luz de eternidad, abierta;
bebí de nuevo de la vieja fuente,
en su dulce frescura descubierta.

Pedí al recuerdo nombres de otros días


rostros desdibujados en la ausencia
pero que viven en las horas mías;

y recobré una cálida presencia


que crece con la luz de la mañana
mientras canta en el aire la campana.

Abril de 1968

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DESDE TUS VERSOS
Para Ana T. Fabani.

Voy siguiendo tu canto de la “nada”


que tiene nombre has dicho, ya se posa
esa luz que le tiende “tu alborada”
a mi desvelo, espina de tu rosa.

Duele tu soledad, sí, tan callada;


“vuelve a ser corazón de mariposa”,
desprendida de un sueño, enamorada
de la mano tan quieta que reposa.

“No es ocaso, no es sombra” ni es olvido


la noche ha deshojado “en la ventana”
el eco de tu voz y su sonido,

me devuelve tu rostro en la mañana;


“buscada está la luz para la sombra”,
Alumbrando esa “nada” que te nombra.

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CANTO A ENTRE RÍOS

Un espejo te enmarca transparente,


te recobro en la suave paz del campo,
en tus gentes, tus verdes y tus pájaros,
y en tu ondulante suelo sorprendente.
Quiero beber en fuente de tu gracia
en la hora precisa del encanto,
cuando la luz ardiente de tus soles
me hiere el corazón, pero de magia.
Ya está septiembre en todos los senderos,
llegó hasta mi ventana siempre abierta,
alguien, de pronto pronuncio tu nombre,
Entre Ríos de cálidos eneros.
Me cautiva evocarte mientras arde
en tumulto mi sangre, y mis manos
se afanan en la urdimbre de un poema,
y el alma vuela en sueños por la tarde;
y se ofrecieron los colores tanto
en la hondura del campo y en las lomas,
inicialándome en sus resplandores
para templar las cuerdas de mi canto.

Entre Ríos lo primero para mí, que te canto,


es la suave dulzura que respira tu campo,
y tu luz transparente que acompaña mi paso
y enciende los colores que yo he mirado tanto,
la gama de los verdes, para mí que he vivido
en todos tus senderos, desde que yo he nacido
conozco desde el tierno del trébol, la gramilla
y el que viste tus montes, un verde oscurecido.
En los grandes linares que el viento suave mece

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hay un tono distinto, y cuando se estremece
y ondula bajo el cielo celeste de sus flores,
muestra en su tiernos tallos la esperanza que crece.
Yo he mirado en las tardes, en la hora dichosa,
los rojos, los azules, los dorados y ansiosa
buscaba en las nubes grises que se adensaban,
el índigo, el violeta y jirones del rosa.
Y por los claros campos y en los largos caminos
levantando en su copa reflejos ambarinos,
el espinillo en flor regala al caminante
un generoso brindis por futuros destinos.
Ahora que empieza a erguirse en su tierna glumilla
el milenario trigo del verde se desliga,
esperando dorarse en prometidos soles
y después resolverse en apretada espiga.
Hay un rumor de alas, apenas un latido
caricias fugitivas que sólo algún oído
percibe entre las hojas con levedad de plumas,
y nace jubilosa la ternura de un nido.
Y en la empinada loma, y en la parduzca piedra
prendiendo sus raíces como si fuera hiedra
la dulce, la sencilla, la roja margarita
arde como ese fuego que su color encierra.
El estival calor fuerte como un regazo
abre la tierra y pone en hondo trazo
la semilla, y la entraña la fecunda
en un tremendo y silencioso abrazo.
Un fuerte olor a monte en el viento
me dice que es verano, y un cierto encantamiento
trepado por el hilo de cristal de los trinos
me lleva entre su magia, que es eso lo que siento.
El tiempo se detiene, dejándome en la fronda
y sonámbula marcho sobre mágica alfombra

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de hojarascas y arenas desteñidas de tiempo,
tropiezo con mis sueños y alguna voz me nombra.
Después se oye en el monte un canto de leyenda
Que viene desde lejos y por antigua senda
sobre el árbol, el ave y la flor, y lo siente
todo aquel que en su pecho una lámpara encienda.

Enraizado en la tierra en ofrenda de halago


vive el árbol, que tiene la roja flor del pago,
es el ceibo tan criollo que erguido se desangra,
pero sigue viviendo en su perfil de mago.
Y canta y vive el ave porque en sus alas siente
la dicha de ser libre; pero un grito doliente
por el monte sonoro corta como un silencio:
es el crispín que llora y llama hacia el poniente.
En su follaje el sauce, distraído se queda
transitando el espejo de luz, y en la arboleda
se escucha el suave lloro sin razón de sus hojas,
que ondula por las costas y suavemente rueda.
El cielo provinciano se vuelve transparente
un polvillo dorado cae muy lentamente
sobre los altos árboles y en todos los caminos,
y el paisaje se aquieta indeciso y ausente.
Es Otoño que llega con sus pasos callados
el aire aún se entibia en soles dorados
ingrávidas las horas deslizándose lentas
hacia las sombras largas, en días madurados.
Resplandores muy suaves en esta tarde mía
me parecen más suaves en abril todavía
y las nubes rosadas, luminosos navíos
que se desplazan solos por la azul lejanía.
El color de naranjas, de naranja madura
suspendida en el verde, es el que más perdura

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y también en invierno perdurará en mi tierra,
el antiguo milagro de una siembra futura.
Los días que me queden de otoños a veranos
se me irán por el viento como locos vilanos
y feliz prisionera de la luz de tus campos
sentiré que es la dicha que sostiene mis manos.

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SEPTIEMBRE

Cuando te ibas juventud, marcaba


el reloj una hora indiferente
ardió en silencio, tu mirada estaba
perdida en otros días; suavemente.

Tu mano se detuvo, acariciaba


la lejanía de un verano ardiente
cuando la vida urgente te llamaba
hasta este hoy anclado en el presente.

Y yo más en silencio que una sombra


fui siguiendo tus pasos por el día
descifrando el paisaje que aún te nombra;

territorio celeste e inviolado


estás entre mis manos todavía
corazón de septiembre iluminado.

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APENAS UNA FLOR

Ahora que todo enciendes primavera,


que inauguras el grito adolescente,
creciendo vertical y transparente
por la mañana tibia de la espera.

Tu fervorosa luz, la verdadera,


ha de traerme el canto de la fuente,
también un sol, quemándome la frente
y el manantial azul ¡oh! mensajera…

Por la irisada piel de la mañana,


pasa el viento dejando rastro leve,
y un delicado aroma se desgrana;

Sobre la mano que es acaso mía,


dejó la primavera en gesto breve
apenas una flor, pero esplendía…

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POEMA PARA EL RÍO URUGUAY

Me sorprendió la tarde junto al río;


vine para saber desde muy lejos,
si en el cristal intacto de tu espejo
aún se reflejan los recuerdos míos.

Todo está igual, los juncos y la arena


y la canción del agua, y toda esa
alegría de espuma que me besa
y me salva de ser, recuerdo apenas.

Nada te pido río, solamente


quiero mojar mis manos y mi frente
en la fresca ternura de tu cauce.

Y cuando con el sol yo me haya ido


Tendrás, mi corazón adormecido
sobre las verdes ramas de tus sauces.

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LA SOMBRA DEL ÁNGEL

Fue una de esas tardes,


la quietud compartida con el árbol más solo,
y la frágil mirada tropezando misterios
vio la sombra del ángel proyectada en el muro.

Y más allá del mármol,


delicada escultura,
con las alas abiertas patinadas de tiempo,
su sombra palpitaba a la luz de la tarde.

Había un gran silencio,


sólo el murmullo suave
subiendo entre las hojas
de la hondura del tiempo;

Palabras como un sueño, viniendo de algún cielo


ya de regreso, eternidad adentro,
apenas como un eco, translúcido y disuelto
en la inasible levedad del viento.

Y junto con la luz se fue la sombra


hacia su inmóvil vuelo,
hacia la noche blanca,
a su quehacer antiguo,
a un desvelo celeste poblado de silencios.

Y de nuevo en la tarde,
en un paisaje sumergido en calma,
lúcida y sorprendida,
supe que en esa sombra palpitaba la vida.

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PALABRAS PARA ELLA

Una vez yo decía, tengo miedo a la muerte,


a perder en la sombra, la suave transparencia
de estos días dichosos, con su clara presencia
y no sentir su mano tan frágil y tan fuerte.

Como hoy era octubre y miro ya sin verte


como nacen y mueren los días en tu ausencia,
atardece otro octubre, con tenaz persistencia
los años me guardaron el dolor de perderte.

Pienso que estas palabras vivirán todavía


cuando yo me haya ido con el sol a buscarte
y estaré en tu mirada y estarás en la mía;

y será como un sueño el volver a encontrarte;


en tanto, me sostiene tu recuerdo, y lo siento
que acaricia mi frente con el ala del viento.

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VIEJA CASONA…

Vieja casona mía… del recuerdo…


hoy recorrí anhelante aquel sendero
que el tiempo respetó, sólo por verte
vieja casona mía... del recuerdo.
Marchaba repitiendo viejos nombres
con el alma temblando de emoción…
se detuvo mi paso y bruscamente,
lloró mi corazón...

Yo quería encontrar mi vieja casa,


contemplar sus paredes y su techo…
y el humo del hogar…
llegarme despacito hasta la puerta,
pisar el viejo umbral…, y soñar
que mi madre me nombraba,
invitándome a entrar…

Pero todo está muerto…ya no hay nada,


la voz amada ya no podré escuchar…
y de mi vieja casa sólo queda
ese montón de piedras que señalan
el querido lugar…

Algunos viejos árboles del huerto


se vistieron de flores,
para hacer menos triste mí regreso…
aquellos viejos árboles del huerto…
el cielo azul, los pájaros y el río,
me prestaron consuelo;
y fui juntando los recuerdos yertos

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como a niños perdidos...
y les hice un nido
en lo más escondido de mi pecho…
Después, el sol radiante hacia el poniente…
agitó su pañuelo en despedida.

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HOY QUE VUELVEN…
Para Argentino.

Hoy que vuelven a mí las horas viejas,


que recorro los días y que sueño…
hoy yo sé cuando el alma se te escapa
en busca de distancias…

Y te quedas ahí,… desmadejado…


con la mirada ausente… y te marchas
tras el vuelo alocado de algún pájaro
o tras alguna nubecita blanca…

Pero siempre regresas extasiado,


y con tus grandes ojos suavizados
de quien sabe que cosas que has mirado...

Y te quedas de pronto, sorprendido


que yo, de aquí asomada a mi ventana,
te he mirado y al punto, comprendido…

Por eso siempre espero tus regresos,


pues tengo la certeza,
que tu palabra cálida y amiga,
trae nuevos senderos de belleza…

Eso quiero decírtelo hoy, hermano,


hoy que todo en mi vida es emoción…
quiero que sepas que una vez, tu mano,
me abrigó el corazón…

35
PARA MI GRAN AMIGO
Don Pedro Castiglioni en sus 90 años.

Un montón de años bravos, tendidos a lo largo


de este largo camino, han abierto una huella
clara y firme es la huella, por donde caminamos
seguros y confiados, detrás de su figura
erguida y silenciosa, tenaz, y suavemente
sonriéndole a la vida…

A veces en mis tardes, en mis tardes doradas


entre rumor de alas, y una nube que pasa,
y la flor, y la lágrima que se funde en la tierra,
y la risa y el viento jugueteando en las hojas
yo lo he visto que marcha,
yo lo he visto que avanza por la empinada senda
con su paso tranquilo, pero siempre adelante,
yo lo he visto en mis tardes, con la mano extendida
indicando el camino, tenaz y suavemente
sonriéndole a la vida…

36
SOL

Llegó hasta mí, despacio, por el suelo


hasta rozar mi pie el hechicero,
tocó mi corazón, rompió su hielo,
y pude ver la flor del duraznero.

Miré las nubes transitar el cielo


deje el camino y elegí el sendero
el aire jugueteó sobre mi pelo
y se cubrió de flores el romero.

Latió la sangre cálida en mi frente


y por la luz que me tendió su puente,
pisé la fresca claridad del cauce,

el viento se llevó mi desconsuelo,


hubo un suave temblor de mi pañuelo
y me incliné gozosa sobre el sauce.

37
ESCUELA DE MI INFANCIA

Hoy he vuelto de nuevo, escuela de mi infancia


por el camino amigo de la recordación,
he transpuesto la puerta, y entonces,
la distancia se fue haciendo pequeña aquí, en mi corazón…

He recorrido el patio, tan familiar y amigo,


me detuve a la sombra cordial de aquellas moras,
entré en el aula, acaricié sus bancos,
y me sentí una niña, como otrora,
entre un montón de guardapolvos blancos…

Y vinieron entonces, los recuerdos amados,


voces, rostros, palabras... canciones de otros tiempos,
rumoreo de enjambre que pasó por mi vida,
y que nunca he olvidado…

Hoy he vuelto de nuevo, escuela de mi infancia;


a mis buenos maestros, con profunda emoción
y en sencillo homenaje, por ella y para ellos,
he vestido de fiesta mi viejo corazón…

38
HOY, DE LEJANOS DÍAS DE MI INFANCIA…
Para Elvio

Hoy, de lejanos días de mi infancia


por un camino envuelto en suave bruma,
me llegó tu recuerdo, y la distancia
se fue acortando aquí, junto a mi pluma;

y me puse a escuchar atentamente,


sí, era tu voz, tu risa, era tu canto,
tus enojos, tus bromas y firmemente,
tu mano sosteniéndome en el llanto;

y me rodearon los recuerdos, tanto,


que todo el frío de esta helada tarde,
se convirtió por ti en tibio manto…

Y me acunó de pronto tu canción,


y te quise nombrar, y dije… Padre,
así es como te nombra el corazón.

39
JUNTO A TU RETRATO

En la noche sin sueño que se alarga


llora mi corazón, y entre mis brazos
se agita la impotencia, y me es amarga
la perdida vigilia de tus pasos…

Cierro los ojos, pero allí agolpadas,


detrás de mi ardorosa frente, siento
un murmullo de voces asomadas
a la ventana en sombras que presiento.

Todo se vuelve gris, como el olvido…


pero me salva, madre, el encendido
recuerdo de tu amor como una fuente
fluyendo suavemente hacia mis días
y asombrada en la noche que moría
vi nacer una luz sobre tu frente…

40
ALGUNA NOCHE...

Alguna noche de estas, he de salir furtiva…


en busca de los sueños que me quitó la vida…
he de vestir mi tosca pollera campesina,
aquella blusa clara, un poco desteñida,
y calzare mis blandas zapatillas, de lana,
mis viejas zapatillas, ligeras como el viento.
Y por la puerta abierta, de mi casa dormida,
saldré una noche de estas…
en busca de los sueños, que me quitó la vida.

He de marchar por todos los senderos queridos,


por todos los caminos de mis sueños perdidos…
y andaré sin descanso, hasta caer rendida…
y no habré comprendido…

Y he de tenderme entonces, por fin, en cualquier parte;


y con la verde alfombra que me sirve de almohada,
de espaldas a la tierra, ¡para mirar el cielo!
¡y escuchar los rumores, en la noche callada!...
Mi brazo está en reposo, sobre la hierba fresca,
y un poquito más lejos, mi mano se ha cerrado,
sobre una leve cosa..., que palpita y alienta,
es la flor del camino, pequeña y perfumada,
esa pequeña cosa, que me refresca el alma…
me acaricia en los ojos…
que me besa en la boca, me consuela y me calma.

Qué importa, si la vida ha borrado mi senda,


y si están para siempre mis alas aquietadas,
si puso entre mis manos, para que yo comprenda,
una flor del camino, pequeña y perfumada…

41
DE PRONTO…
Para Celia T. de Taddei.

De pronto fue la angustia cortando el mediodía


bajo grises de un cielo de agosto entristecido,
un sollozo se quiebra sobre el filo del día,
y es inútil el gesto y el dolor compartido.

Después, como un oleaje de sombras, se extendía


un vuelo de hojas muertas, y el aire desvalido
anduvo por la tarde sin paisajes, vacía,
con alas de ceniza volando hacia el olvido.

El sol también se aleja por la honda llanura,


soltando el hilo tenue de luz que lo sostiene
un resplandor apenas, bajo la piel oscura,

de la noche infinita. Pero la noche tiene


un racimo celeste de astros encendido,
para alumbrar la senda al paso que se ha ido.

42
DESPUÉS DE TU MANO

Estaba solo el canto de la fuente,


todo olvido el camino ceniciento
ardía apenas el oro del poniente
sobre una rama que temblaba al viento.

Era un largo silencio; solamente


el gesto inútil de mi desaliento,
forma imprecisa de un ayer ausente,
delgada voz en desolado acento.

Después tu mano se posó en mi frente;


se deslizó la tarde suavemente
sobre el cristal intacto del gran río,

Milagro de la luz en la penumbra,


he visto que tu lámpara me alumbra.
Ahora el color del mundo es todo mío.

43
SOMBRA CLARA
Para Ángela C. de Nano.

Junto a tu sombra clara se deslizan los días


y en el río infinito de gastadas arenas
donde discurre el tiempo, estas palabras mías
dibujan los contornos de un sueño que es apenas,

ligero como el aire, pasan las horas frías


sobre las otras horas recordadas y plenas,
rescata la memoria cálidas alegrías,
imaginando tardes ya lejanas y ajenas.

Sin embargo se acercan ayeres encendidos


en la lámpara antigua que habita mi presente
con la constante llama que no sabe de olvidos.

Corazón tan callado, nunca estarás ausente,


un invisible canto se levanta en la sombra,
es un canto celeste, de un cielo que te nombra.

44
PALABRA PARA EL MAR

Con alas de gaviotas y neblina,


te llevaré conmigo al manso río,
con el hondo clamar que te domina
y te enciende en furioso desvarío.

Rueda la eterna inmensidad marina


con retumbar metálico y bravío,
alta la verde ola se ilumina
y estalla en blanca espuma en torno mío.

Cubre tu abismo con su luz dorada


el sol, y aunque me siento casi nada
quiero dejar mi huella en tus orillas,

caminar tus arenas amarillas,


¡Oh mar! gris-verde-azul tu pedrería
triza su luz sobre el umbral del día.

45
HORMIGA

Va cruzando la tarde sin fatiga


ansiosa con su aguja de esmeralda
trazando su camino va la hormiga
con un rayo de luz, sobre la espalda.

De su carga un instante se desliga


ante la altura de una piedra gualda,
y en desborde de ingenio se prodiga
entre un revuelo de su breve falda.

Otra vez diminuta y abrazada


a su verde cosecha de madera,
va dichosa cumpliendo su jornada,

hacia la ciudadela que la espera;


ya no podrá la gota de rocío,
borrar la senda, para su extravío.

46
OTOÑO

Son milagros las tardes de este espléndido otoño,


el aire tibio y suave murmurando ternura,
ingrávidas las horas deslizándose lentas
hacia las sombras largas,
va madurando el tiempo.
Ha encendido la magia en el viejo sendero,
sobre los verdes montes, sobre los claros campos,
en las nubes rosadas, luminosos navíos
que se desplazan solos, por los mares azules
de una azul lejanía.
Trae un color distinto, de naranja madura
y renueva el encaje de ardientes amarillos
con resplandor a soles,
y sencillez de espiga;
y en las altas colinas oro puro ha sembrado,
y lo derrama lento
sobre los fuertes árboles, hasta caer al suelo,
alfombrando el camino que hasta ayer era verde
Y aparece de pronto suavemente dorado.
Otoño transparente sin velos de misterio,
madurando la vida, alumbrando las horas
de esta tarde tan mía,
quiero que me acompañes en el último paso,
ese menguado paso, hacia la sombra lenta
que llegará algún día.

47
DATOS BIOGRÁFICOS

Regina Suárez de Vanzini nació en Fray Bentos (R. O. del Uruguay), pero
su vida transcurrió en Entre Ríos, casi siempre en Concepción del Uruguay,
donde concurrió a la escuela primaria y cursó dos años en la Escuela
Normal “Mariano Moreno”, obteniendo luego un título de capacitación
profesional en la Escuela Profesional de Mujeres “Ana Urquiza de
Victorica”.

Distinciones:
1963.- Tercer premio por su poesía “Río Uruguay” en el concurso literario
organizado por el Diario “La Calle”.
1967.- Premio “Dr. Benito Cook”, medalla de oro y diploma de honor en los
Juegos Florales de la Costa del Río Uruguay, organizado por el Círculo
Literario de la Escuela Normal, por su poema “Canto a Entre Ríos” y
segunda mención de honor y diploma por su poema “Algo que quiero
darte”, en los Primeros Juegos Florales del Instituto del Profesorado “Sedes
Sapientiae” de la ciudad de Gualeguaychú.
1968.- Tercer mención de honor por su soneto “Milagro” en los Juegos
Florales organizados por el Círculo de Literatura de la Escuela Normal
“Mariano Moreno”.
1969.- Selección -entre los seis escritores de Concepción del Uruguay- de su
cuento “Andrés”, en el certamen de cuentos organizado por el Centro
Editor Río de los Pájaros, para integrar la Antología del Cuento Entrerriano,
posteriormente leído en un importante espacio de una emisora de la Capital
Federal.
1970.- Segundo premio, medalla y diploma, por su trabajo “La paz a través
de la comprensión”, en el certamen organizado por el Rotary Club de
Concepción del Uruguay, publicado en la revista Rotaria “Pirámide”.
1972.- Selección de su soneto “Milagro” en la Muestra Literaria
Departamental de Entre Ríos.

49
1972.- Selección de su cuento fantástico “Demasiado tarde” para la página
literaria del diario “El Tiempo” de Azul.
1972.- Breve Historia de la Biblioteca Popular “El Porvenir”, escrito en
colaboración con Celia T. de Taddei, en oportunidad de la conmemoración
del centenario de dicha institución.
1975.- Publicación de su trabajo “Ana Teresa Fabani” en la revista
“Evocaciones” de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, en
oportunidad de celebrarse “El año Internacional de la Mujer”.
1976.- Mención especial por su soneto “Otra vez esta tarde” en el Certamen
Nacional de Poesía, realizado en Azul Pcia. de Bs. As.
1978.- Mención de Honor por el poema “Abuelo” en los Juegos Florales del
Círculo de Literatura “Roberto Parodi”, de la Escuela Normal de
Concepción del Uruguay.
1980.- Mención por su poema “Memoria de mis días”, publicado en la
revista “Poesía del Litoral” del Círculo de Literatura “Roberto A. Parodi”.

50
ÍNDICE

PRÓLOGO ................................................................................................. 5
ENTREVISTA. REGINA SUÁREZ DE VANZINI: Secreto de una
vocación. .................................................................................................... 6

POESÍAS

VENTANA .............................................................................................. 11
MILAGRO ............................................................................................... 12
DÉCIMAS A MI TIERRA ...................................................................... 13
SONETO PARA EL MAR...................................................................... 16
ESTE LARGO SILENCIO… .................................................................. 17
PARA UNA AUSENCIA ....................................................................... 18
NUNCA MÁS… ..................................................................................... 19
OTRA VEZ ESTA TARDE ..................................................................... 20
LA CASA QUE NO NOMBRO............................................................. 21
COMO AYER .......................................................................................... 22
DESDE TUS VERSOS ............................................................................. 23
CANTO A ENTRE RÍOS ....................................................................... 24
SEPTIEMBRE .......................................................................................... 28
APENAS UNA FLOR ............................................................................ 29
POEMA PARA EL RÍO URUGUAY .................................................... 30
LA SOMBRA DEL ÁNGEL ................................................................... 31
PALABRAS PARA ELLA...................................................................... 32
VIEJA CASONA… ................................................................................. 33
HOY QUE VUELVEN… ....................................................................... 35
PARA MI GRAN AMIGO ..................................................................... 36
SOL ........................................................................................................... 37
ESCUELA DE MI INFANCIA .............................................................. 38
HOY, DE LEJANOS DÍAS DE MI INFANCIA… .............................. 39
JUNTO A TU RETRATO ....................................................................... 40
ALGUNA NOCHE... ............................................................................. 41
DE PRONTO… ....................................................................................... 42
DESPUÉS DE TU MANO...................................................................... 43
SOMBRA CLARA .................................................................................. 44
PALABRA PARA EL MAR................................................................... 45
HORMIGA .............................................................................................. 46
OTOÑO ................................................................................................... 47

DATOS BIOGRÁFICOS ........................................................................ 49

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