Sunteți pe pagina 1din 51

Bitácora de un joven filosofastro 1

Matias Andres
Bitácora de un joven filosofastro 2
Matias Andres

Bitácora de un joven filosofastro es un material escrito polifacético redactado entre


el año 2014 y 2016 por Matias Andres Lopez
como parte del Segundo material acústico
solista que lleva el mismo nombre.

En todo el disco:
Contrabajo: Juane Mega
Guitarra y voz: Matias Lopez

Grabado en Sonar CTS por Marfus Record´s


(Marcos Vidal)
Mezclado y masterizado por Marfus Record´s
(Marcos Vidal)
Grabación y edición de videos por Frater AV
Registro fotográfico por Lucho Vega

De libre reproducción y descarga gratuita.


Todos los derechos reservados.
Reservadísimos.

Arte es vida. Y la vida, es gratis.

/MatiasAndresMusic

/MatiasAndresMusic

/MatiasAndresMus

/MatiasAndres

matias.andres.lopez@gmail.com
Bitácora de un joven filosofastro 3
Matias Andres

Ir-raciona
Es maravilloso que dos conceptos se
separen tanto por solo dos letras.
El presente escrito está ordenado en
dos partes. La primera, la “irracional”,
y la última, “racional”.
Igual que en esta palabra, en mí
conviven dos en el mismo espacio, en
el mismo dolor. Tan distantes e
inseparables a la vez. Mi yo y mi-tú.
Bitácora de un joven filosofastro 4
Matias Andres

Parte A:

Irracional.
Bitácora de un joven filosofastro 5
Matias Andres

“Había una vez un campesino gordo y feo que


se había enamorado (¡y cómo!) de una
princesa hermosa y rubia. Un día, la princesa
(ve a saber por qué) le dio un beso al feo y
gordo campesino… Y, mágicamente, éste se
transformó en un esbelto y apuesto príncipe…
(Por lo menos, así lo veía ella.)
(Por lo menos, así se sentía él.)”
Jorge Bucay
Bitácora de un joven filosofastro 6
Matias Andres

Prefacio irracional

Bienvenidos a la bitácora de mi alma.


Abro las puertas de mis suburbios más internos y cielos indecibles.
Mi yo y mi tú, ese que tan lejano se aparece, el que grita, y yo,
solo, un frágil reflejo.
Dilatando mi sinceridad sostengo mi alma. Miro de reojo y sonrío
a mis recuerdos para que sean cómplices de mis palabras.
Nuevamente, mi yo y mi tú.
Aprender y sorprenderse es uno de las artes más preciosas que
tenemos. Por eso, una vez que pude ponerles palabras a mi proceso
me sentí con la obligación de compartirlo. De advertirlo.
Pero vamos de a poco.
Y creo que para encontrar nuestro punto de encuentro debo dar de
mí lo real y declarar mis secretos, por más infantiles que parezcan.

Lo sincero es que:

1. Le tengo miedo a las lluvias de la cordillera patagónica.

2. Nunca aprendí a atarme los cordones, y a esta altura de la vida,


sinceramente, ya no quiero hacerlo.

3. Detesto el maquillaje. Creo que la belleza es implícita, y aplicar


retoques a la belleza natural es como pintar con marcador una rosa
con intenciones de “mejorarla”.

4. Estoy obsesionado con las agendas. No por el hecho de tenerlas, es


más, no tengo ningún papel. Pero soy demasiado metódico con el
Bitácora de un joven filosofastro 7
Matias Andres

calendario. Lo miro de reojo, armando y des estructurando mis


actividades.
Pero, el muy porquería, siempre hace lo mismo: pasa, camina, y
hace lo que quiere.

5. Detesto los títulos, y me siento incapaz de proporcionarlos. Nunca


le puse nombre a una canción, creo que no deberían tenerlos. Es
como guardar al viento en una cajita y colocarle una gran etiqueta
que diga “hasta agotar stock”. Ellas se presentan, se muestran y
conversan; y se hacen llamar de distintas maneras con cada uno de
nosotros.
*Nota al lector: Por favor, nunca las rotules.

6. Me canso, soy humano, pero muchas veces me olvido de eso.

Me olvido de varios por no decir que los suprimo y callo con la


mano a tantos otros pero la sinceridad con uno mismo es un
ejercicio poco conocido. Y digo más, es normal ver obesos de la
sinceridad arrastrándose, fingiendo ser una figura que no son.
Ojo con mis palabras, cuidado con mis declaraciones. Amo y odio,
busco y pierdo, sueño y abandono.
Atte, mi “Tu”.
Bitácora de un joven filosofastro 8
Matias Andres

«El amor deja de ser un demonio


solamente cuando deja de ser un dios»
— Denis de Rougemont

Me gustas
El “te quiero” porque eres como
es un pedazo yo, en versión tú.
de alma que — Leunam

le damos a
otro
— Mariani Sierra
Bitácora de un joven filosofastro 9
Matias Andres

El arte de los abrazos

 Existen los abrazos de brazos cortos. Son los chiquitos.


Pseudoabrazos que solo entran en esta categoría por la acción
misma. Parecen ser que tienen miedo de sí mismos, donde el frío
en ambos cuerpos es antártico.
Pero pueden ser los más afectuosos. Se recomienda observar la
sonrisa, la cual suele ser indirectamente proporcional al abracito
mismo. El desarrollo del mismo se debe a la poca experiencia en
este esplendoroso arte, o a la obligación de concretarse sin afecto
alguno. En éste último caso su función es cerrar capítulos, concretar
suspiros y olvidar olvidos.

 Pero tenemos el antónimo de la raza ya mencionada, son los


abrazos de brazos largos. Abrazan a todo. A los padres, a los
amigos, al novio o novia, a los novios o novias, a los ilusionados, a
las mascotas, a los por ilusionar. Son llamativos y
contraproducentes a sus propósitos y, sobre todo, sumamente
peligrosos. Ellos decepcionan a este prodigioso arte para humillarlo
hasta una simple acción. Que, al igual que la historia del pastorcito
mentiroso, de tanto hacerlo, cuando es real ya nadie lo interpreta.
Lo peor de todo es que ese cazador termina siendo cazado. Quien
juega con fuego, se termina quemando. Y quien juega con los
abrazos, lo terminan sobre abrazando.

 También tenemos los abrazos interminables. Estos logran llegar


hasta lo más profundo de nuestro pequeño y activo corazón. El
combustible que los ampara es la nostalgia, el miedo, la alegría, o la
necesidad de consuelo.
Suelen ser los más efectivos, pero menos casuales (fingir uno de
Bitácora de un joven filosofastro 10
Matias Andres

estos es muy fácil de comprobar).


Son solemnes como medio de expresión, hablando más de lo que
podrían decir un millón de palabras, curando las heridas más
internas, llorando lo que un mar de lágrimas no podrían expresar.
Se recomienda fervientemente consumir uno de estos abrazos en
cada momento oportuno, porque la retención de uno de estos
puede ser altamente nocivo para la salud humana.

Por último, y finalizando está muy breve introducción a este tabú


sonriente, recordamos que todo contacto humano que no
mencioné no entra en esta categoría; como tampoco los abrazos
textuales, ni nada de esas contradicciones naturales.
Sobre todo, se ruega responsabilidad ante este hermoso arte que
puede curar, como también destruir.
Bitácora de un joven filosofastro 11
Matias Andres

El arte de arrepentirse
Si cada afirmación que brotara de nuestra boca se tatuara en
nuestra carne para enfrentarse a nosotros cada vez que nos
intentemos desviarnos de ella, la cosa sería muy distinta (ojala nos
hiciéramos cargo de cada uno de los fonemas que pronunciamos).
Pero somos tan artísticos. Sin tener ninguna forma, pero sin ser
deformes.
Un melisma aventurero.

Y como ese viento seco que nos da de frente, así es pensar que
Dios comprende y anota nuestras promesas,
Él no se olvida.

Pero creo pensar que, quizá, nuestra falencia sea un gran


privilegio.

Ser borradores, y no permanentes, provoca en nosotros un atributo


de nuestra naturaleza: el arrepentimiento.
Es el arte de mirar nuestra propia sombra y ver como es un rastro
analógico que deja su marca, pero no es nuestro cuerpo.
Pedir perdón y perdonar
Cerrar los ojos para mirar las cosas de otra manera
Sacudirse el polvo y caminar en otra dirección
Secar mis lágrimas para rescatar el continue lejos del Game over.
Tomemos de nuestra grandeza, aquella que el sistema descarta, es
el arte de arrepentirse.
Bitácora de un joven filosofastro 12
Matias Andres

Preludio

Menos protocolo, más amor.

Más música, menos estrés.

Más Cristo, menos religión.

Más fe, menos miedo.

Más puntos. Menos comas.

Más de tu sonrisa, más de mí locura.

Más de Ti, menos de mí.

Más sinceridad, más amistad

Menos palabras, más sonrisas.


Bitácora de un joven filosofastro 13
Matias Andres

Disimulemos
-Te ka eme.
-Te ka eme. Dos puntos, cierro paréntesis.
Bitácora de un joven filosofastro 14
Matias Andres

Cartas de amor en código morse

Persona: -Decime que me querés…

Yo -… ¿cómo?

Persona -Decime que me querés…por favor.

Yo - te…te…quiero.
MUCHO.

Persona -…

Yo - Ahora…es tu turno.

Persona - ¡¿yo?!

Yo - Si, ¿me querés?

Persona - Te quiero. Te quiero mucho. MUCHO.

*Existen efectos colaterales no descriptos en este relato objetivo.


Serios efectos secundarios. Serios y…hermosos.
Bitácora de un joven filosofastro 15
Matias Andres

"Te llamo", fueron sus palabras.

Silencio.

Y rogué que esa doble L esté de más.


Bitácora de un joven filosofastro 16
Matias Andres

En otoño
En otoño miré el horizonte, mientras el atardecer me observaba.
Su garúa surqueó mi sonrisa, y yo sonreí en silencio.
Y me dije: Vos sí que tenes un espíritu otoñal.
Y debe ser. Debe ser porque esa estación es la más miúda de
todas. Va, mejor dicho, es la más añorada, esperada. Belleza,
cualidad singular sobre todas. Tan incompresible, tan frágil, tan
preciosa.

Pero no solo eso, comienzo a pensar que eres el otoño más


perfecto que vi en mi vida.

Planifico pintar de amarillo y verde esta ciudad.


Planifico romper mi propio record de sonrisas en tu compañía.
Planifico borrar todos mis planes para simplemente esperarte,
nostalgiar...te.
Cada atardecer se ve en tus ojos. Los colores más sublimes que
quiero contemplar todos los días.
Días, eso que pasa y pasa. Eso que llamamos “hoy”, pero yo siento
como “ayer”.
Ayer fue la última vez que soñé despierto, cuando al verte llegar a
lo lejos, el tiempo se frenó por un instante.
Instante, segundo, momento. Solo eso me siento a tu lado. Un
algo, un simple humano al lado de una de las maravillas de la
creación.
Cada minuto que te veo, cada minuto que estoy, creo sentir eso
que llaman amor.
Te amo
24 horas
por segundo.
Bitácora de un joven filosofastro 17
Matias Andres

Ideas preconcebidas
No te preocupes, ya estaremos juntos.
De hecho, guardo una lista de caramelos y golosinas para el alma
destinados a el día que vivamos juntos, para sernos juntos.
Y, si bien, los días parecen cada vez más largos mientras te espero.
Cuando seamos uno recibiremos la eternidad de manera distinta, la
recibiremos juntos.
(En paréntesis a este breve catarsis, ¿Sabes porque es tan difícil no
precisarte? porque aunque intento no pensar en vos, todo me
recuerda a ti.
Las canciones que canto, para distraerme, me recuerdan a vos.
El cielo que admiro, tiene el color de tus ojos.
Los proyectos de mi vida en vida, solo cobran más vida cuando los
pienso con vos)

En fin,
¿de eso se trata amar?
Quizá depende de eso, de dejar de ser yo.
De, por primera vez en la vida, dejarme morir para vivir cuando tú
vives. Sonreír si tú sonríes.
Llorar si lloras.
Ser, si eres.

Y como el amor no es lógico…debo ir por el camino correcto.


Créeme, que no anhelo nada más que eso.

El último día, es por el que vale la pena vivir.


Bitácora de un joven filosofastro 18
Matias Andres

Sobre el verdadero amor:

Todo lo sufre, todo lo cree,


todo lo espera, todo lo soporta.
— la biblia

Vamos despacio,
disfrutemos el viaje.
Bitácora de un joven filosofastro 19
Matias Andres

Esperándote
¿Cómo hago pero expulsar todo lo que siento dentro de mí?
¿Es posible descomprimir tantos sentimientos?
Mi corazón va a reventar, pero mi cabeza parece disfrutarlo.
Vuelve sobre sí mismo, dolor tras dolor, sonrisa tras sonrisa.
Es difícil, para mí, seguir así. Pero este friday a´m in love es doloroso y
al mismo tiempo mágico.

Alguien dijo que


“Hay dos tipos de personas que no pueden mirarte a los ojos:
Alguien tratando de ocultar una mentira.
Y alguien tratando de ocultar su amor.”

Y mi mirada está perdida. Está y no está al mismo tiempo; tal un


transeúnte que deambula por los pasillos de la ciudad, pero anhelando
su tierra, su vida.

Es hora de practicar la teoría, y preciosas palabras de Pablo, cuando


escribe que el amor “todo lo espera”. Ellas hoy son mi lema.
Todo lo espero.
Todo te espero.
Siempre te esperaré, y esa es la prueba más maravillosa de
comprobarme esta travesía epifánica; el verdadero amor todo lo
espera.
Te esperaré cada vez que te levantes cansada, te esperaré cada vez que
te des por vencida, y aún más en tus victorias. Te esperaré cuando el
reloj marque la hora de salida, y deba perderme otras cosas por ti, te
esperaré. También lo haré ahora, cuando tus miedos son carne, y tus
temores te observen. Te esperare en tu intimidad. Lo haré cuando mi
espíritu dance dentro de mí, pero tu mirada se esconda por timidez.
Te esperaré.
Bitácora de un joven filosofastro 20
Matias Andres

Me dijeron que sería muy difícil - dijo ella.


Vos ya lo sabes, siempre me gustaron las cosas difíciles - dije yo.
Bitácora de un joven filosofastro 21
Matias Andres

Me molesta quererte.
Me molesta pensar en vos todo el tiempo.

Me molesta pensar en tu sonrisa.

Me molesta recordar tu mirada a cada segundo.

Me molesta imaginar en todo momento la estrategia más divertida


para lograr una sonrisa tuya.

Me molesta que me ponga tan mal verte triste.

Me molesta que tu nombre signifique mucho más que unas


vocales, signifique mi vocabulario completo.

Me moleta que los días se vuelvan interminables cuando sé que al


llegar vamos a hablar.

Me molesta esperar fines de semana completos para saber que


solamente voy a verte.

Me molesta no decirte tantas cosas.

Me molesta ser invencible ante innumerable circunstancias, pero


no duro ni dos segundos ante tu “por favor”.

Pero, sobre todo, me molestan tus “te quiero”. Porque me


cambian. Me dan vida, y los necesito.

No me molesta que ocupes mi mundo, me molesta que lo seas


por completo.
Bitácora de un joven filosofastro 22
Matias Andres

“A los ojos tristes hay que hacerles


menos preguntas y dales más
abrazos”
Bitácora de un joven filosofastro 23
Matias Andres

Historias inconclus
Como ese pequeño soplo que derriba tu castillo de cartas, es la
“comunicación”. Un extraño pentasílaba que quiebra muchos
vínculos.

Es una excusa muy cobarde refugiarse tras los fonemas del “yo soy
así”, “acéptame como soy”. Porque NUNCA JAMÁS la falta de
interpretación a las acciones posteriores compensa la deficiencia en
comunicar lo que nunca no se dijo; si no existiera falta de palabras
no sería necesaria el sobrar de las acciones.

Aprendamos a decir las cosas en un marco de respeto y con las


palabras justas. No las reprimas, porque responden a la ley física
que dice: “De tanta presión, en algún momento la energía se libera
por el lado más débil”.
Y es así como se rompen vidas.
Se pierden las amistades más preciosas
Se olvidan las personas más amadas
Se quiebran los proyectos más esperanzadores
El amor muta a odio.

Todo por esa pequeña palabra, comunicación.

Si tan solo me lo hubieras dicho, esta historia, por lo menos, tendría


un final feliz…o quizá, un final triste. Pero un final.

No eso que somos ahora, esa cosa tan…


inconclusa.
Bitácora de un joven filosofastro 24
Matias Andres

Carta a mí mismo
Hoy escribo otro nuevo capítulo de una bizarra canción que no
deja de dar vueltas en mi cabeza. No tengo ganas de sacar ninguna
conclusión, hoy no me jodan con positivismo. Aún más, no quiero
explicaciones. No quiero sentirlo, pero no quiero dejar de sentirlo
tampoco.
Monstruos, eso somos todos.
Somos el error de la miseria, la vergüenza de los espectros
putrefactos. Guardar tanto caos interno solo nos pudre por dentro,
la sombra de cualquier espíritu.
“Love is a metaphoric term” dijo un sinvergüenza que explicó
perfectamente mi miseria intrínseca. Llegué a tal punto que me
revolví en mi vergüenza y ya no quiero amar. Ya no quiero sentir.

¿Es posible desterrar tanta belleza de mis ojos? ¿Se puede existir
sin vos? ¿Y es posible volar con solo pensarte? Claro que si ¡si a
toooooooodo eso!
Tus ojos color otoño, tan llenos de sinceridad, cambiaron todo
paradigma que pensaba conocer.
Ahora no sé nada, solo sé que te extraño.

Idiota. Vagabundeo con los propios engaños de mi corazón. Cómo


ese gato en Alicia en el país de las Maravillas, que gira, sonríe, y
desaparece solo cuando él quiere.
Y yo lo escucho.
Que insensato.
Bitácora de un joven filosofastro 25
Matias Andres

¡Ei! ¡EI!
¡Renueva! ¡Restaura!
¡Y hagamos la osadía de revivir esa sonrisa, la aventura más
arriesgada de este año!
Quitemos el whisky de nuestros ojos. Animarse a ser felices es
demasiado arriesgado, pero puede ser el único propósito de esta
vida
Y claro que vale la pena.
Ei, todo calma. Todo.
Bienvenidos al juego, apostamos el corazón.
Bitácora de un joven filosofastro 26
Matias Andres

Doce días

Día Uno sin ti:


Te extraño tanto que en mi reloj todavía es ayer.

Día Dos sin ti:


Vivo, creo que existo.
Estoy en el trabajo, pero soy un espectro.
Todavía te veo conmigo, hermosa, tan linda.
Pero en mis pesadillas.

Día Tres sin ti:


No llamaste. Ni me escribiste.
Las canciones que te dediqué ayer hoy son mi mayor tortura.
Las luces, las fotos, los recuerdos, el dolor en el pecho.
Todo eso sí comunica.

Día Cuatro sin ti:


Me desechaste a las doce del mediodía.
El reloj lleva cuatro días marcando las doce y cinco.

Día Cinco sin ti:


Tu ausencia presionando mi corazón.
Pareciera que han pasado 80 años por mi alma.

Día Seis sin ti:


Hoy solo he llorado escuchando a Coldplay
y leyendo a Cortázar.
Voy mejorando.
Bitácora de un joven filosofastro 27
Matias Andres

Día Siete sin ti:


Mi abuelo me recibió con un beso y unos mates.
Y salí del ataúd de mi silencio si ti,
dejando al lado de la almohada una nota de resurrección.

Día Ocho sin ti:


Salí a correr a la barda,
ha llovido como si le hubieran roto el corazón al cielo
y he comprendido
que uno es de donde llora pero
siempre querrá ir a donde ríe.

Día nueve sin ti:


No te olvido,
pero hoy he vuelto a sonreír de nuevo
y he sentido un anhelo reconfortante al abrir la ventana
como si el aire barriera los fantasmas de mi suelo.

Día diez sin ti:


He dejado de huir
porque me he dado cuenta que soy el
único que me sigue.
Tu recuerdo tampoco: se ha quedado atrás
Creo que me acerco a la meta.

Día once sin ti:


Me he olvidado que te estaba olvidando
y te he olvidado.

Día doce sin ti:


He conocido a alguien,
soy yo.
Voy a darme una oportunidad.
Bitácora de un joven filosofastro 28
Matias Andres

“Y sobre todas las cosas,


cuida tu mente,
porque ella es la fuente de la vida”.
Proverbios 4, Traducción en lenguaje actual (TLA)

De Elvira Sastre, Baluarte.


Adaptación a mi vida, Matias Andres.
Bitácora de un joven filosofastro 29
Matias Andres

Corazón sin vida


Mis últimas publicaciones son el resumen de vida en este tiempo.
Y, ahora que las leo, me avergüenza lo suficiente como para no
leerlas más. Pase de ser la alegría, proyectos de vida y vitalidad, a
sentir que se me desgarra el alma de a poquito. Y toda esa agonía
por entregarle mi corazón a la persona equivocada (¿te sucedió
alguna vez?).
Creo haber aprendido mucho, y quiero inmortalizarlo en la
presente publicación. Ojalá alguien me lo hubiera enseñado antes,
duele el recuerdo de tanto dolor. Pero es pasado, por eso comienzo
diciendo que:

Proverbios 4:23 (La Biblia) dice:



Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón,
porque de él mana la vida.”

Guardar el corazón es mantenerlo en un lugar seguro, lejos de


cualquier monstruo, tempestad o curioso que solamente
quiera “verlo”.
Este corazón está compuesto de la esencia real de nosotros. Son
nuestros secretos, nuestros sueños, nuestras mañanas, los
caprichos más sinceros, nuestras propias verdades internas.
Por lo tanto “¿qué es no guardar el corazón?”

No hacerlo es exponer ante una persona todo lo que contiene,


todos esos secretos que mencionamos, toda la confianza. Es ahí
cuando no lo refugiamos, sino que lo revelamos o entregamos en
las manos de otra persona. Ya sea amigo, padres, mejores amigos,
Bitácora de un joven filosofastro 30
Matias Andres

amigas, mejores amigas, esposa, etc.


Hacer esto no es malo, para nada. Pero es, creo yo, uno de los
trabajos más importantes de nuestra vida. Porque si nos
equivocamos, le entregamos la fuente de nuestra vida y alegría a
quien no será responsable de la misma.
Es por ello que cuando sufrimos una desilusión (y no precisamente
amorosa) sentimos que nuestro mundo se desarma a pedacitos. Es
horrible esa sensación donde un elefante te pisa el pecho, los
suspiros son más potentes que la respiración misma. Dormir cuesta.
Levantarse también. Sonreír, mucho más. Todo. Todo duele mucho.
Es frenético observar como personas nunca salen de este estado.

Tengo muchísimas más cosas que acotar, pero por el momento me


limito a consejos prácticos en función de mi experiencia:
 El único que es digno de confianza y nunca nos va a desilusionar es
Dios. Él puede cuidar nuestro corazón de una manera que solo él
puede hacerlo. Solo él debe ser tu primer saludo en la mañana, tu
despedida en la noche. Tu abrazo en la angustia, y tu oído en cada
catarsis. Allí nunca te va a faltar vida.

 Intentemos retener nuestra fuente para vivir (el corazón) todo lo


que podamos. Esto quiere decir, no brindar nuestros secretos a
cualquier amigo, cualquier amiga. De hecho, creo que en esto
radica la belleza del matrimonio: la única persona que tendrá tu
corazón (secretos, sueños, proyectos, ambiciones) en sus manos
todos los días.

 Si eres varón, ten mucho cuidado con “la mejor amiga”. Y si eres
mujer, con “el mejor amigo”. Suele suceder que de las amistades
más sinceras se muten de una simple confianza a un anhelo
Bitácora de un joven filosofastro 31
Matias Andres

intrínseco de ser pareja. Esto diría que es casi imperceptible. Es


más, todo el mundo se da cuenta, menos vos. Y es algo inevitable,
porque está en nuestra naturaleza humana.

Si ambos deciden dar ese pasó, creo que es una de las maravillas
del universo. Pero si uno de los dos no ve el mismo deseo, es el
universo mismo lo que se te cae. Y créanme, que no vale la pena
correr el riesgo. No-vale-la-pena. ¿OK?

Este es un sencillo tópico que ojala te sirva para evitar desilusiones


y entender una de las verdades fundamentales de la vida.
Lo mejor es confiar y esperar en Dios. Él guiará nuestros caminos y
nuestros pasos. Solo él nos presentará la persona perfecta, es hora
de dejar de buscar por dejarse encontrar.

Paz.
Bitácora de un joven filosofastro 32
Matias Andres

Esta vida es un laberinto. Y como todo laberinto, la


mejor manera de buscar la salida siempre es por
arriba. Miremos al cielo, busquemos a Dios.
Bitácora de un joven filosofastro 33
Matias Andres

EL GRAN PROPÓSITO

En el taller existe solo tengo una regla: “Los títeres que no cumplen
su propósito deben ser arrojados al tacho se basura.” Este es el
orden perfecto para hacer las obras más preciosas que el ojo puede
ver.
Es así que con mucho amor el dueño de esa sala mágica, El Gran
Artesano, preparó junto a sus dos ayudantes (resaltaba entre ellos
uno llamado “El amado”) una de las obras más sublimes, casi
indecibles, Los títeres. Unos títeres hermosos. Los extravagantes
títeres vivos.
Les dio tanto amor y libertad que les otorgó la capacidad de ser
artísticos. De continuar, de progresar. Les dio vida y el majestuoso
propósito de dar alegría.
Hicieron feliz a mucha gente por un tiempo. Pero poco a poco se
dieron cuenta que querían verse más bonitos. Al principio solo
utilizaban poco de su tiempo en ese objetivo. Pero, luego
comenzaron las competencias. Se empecinaban por ser otra cosa.
Se peleaban, golpeaban, progresaban, y mentían para conseguirlo.
Hasta que un día el gran inventor dijo “BASTA”.
Basta de eso.
Basta de insultar mi poder.
Basta de humillarme, al llamarse mi creación con esos actos, y, en
muchos casos, ni siquiera reconocer a su creador.
Basta.
No tuvo otra opción. Deben cumplir la regla. Deben ser…tirados a la
basura.
-¡¿Qué?! Se escuchó desde la oficina. Era su ayudante, el Amado.
Las reglas son claras, respondió el gran El gran inventor, el cartel
Bitácora de un joven filosofastro 34
Matias Andres

siempre estuvo escrito, no cumplen su propósito.


Pero no quisiera…no podría soportarlo. Respondió El Amado.
¿Puedo…puedo…cumplir la regla por ellos?
Silencio.

Solo silencio y el eco del silencio.


Parecía que el tiempo se había detenido, nada parecía tener
sentido. Pero de la nada, y si mirarlo, el gran Artesano respondió a
su pregunta: puedes. Si te arriesgas por ellos, hazlo. Solo hazlo.
El ayudante salió de su oficina y camino lentamente hasta el taller.
Al entrar cada títere dirigió su mirada hacia él y al unísono
comenzaron a reírse. Unas risas finitas, chillonas y hasta acopladas,
pero muy intensas. Comenzaron a injuriarle, a gritarle y
discriminarlo por su “fealdad”, y como no se defendió, se
abalanzaron sobre él.

El siguiente párrafo no quisiera describirlo. Pero, presiento que es


mí deber comentarlo, aunque sea brevemente.
Solo lo usaron, porque creían que debía ser “lindo”, como ellos. La
razón de su “felicidad” era la estética (cosa muy alejada al concepto
del Gran Artesano) y, como no cumplía ese propósito de “felicidad”
ellos lo tiraron al tacho de basura.

¿Al ayudante? preguntarás. Si a él. Y, parece no tener ningún


sentido. Pero de esta manera se cumplió lo que prometió El Amado
en secreto. Él cumplió su palabra y entregó esa libertad a sus
pequeñas obras de arte.

Pero no terminé.
(Aprovecho de dar un largo suspiro).
Bitácora de un joven filosofastro 35
Matias Andres

El ayudante conoce el camino a casa, a su taller. Si bien el basural es


algo asqueroso y lejano, y aún más para unos pequeños títeres, el
ayudante vuelve. Algo lastimado, algo cansado. Con alguna que otra
cicatriz de los golpes; pero con el mismo amor que le llevó a cuidar
proteger esas pequeñas criaturas creadas por el Gran artesano y sus
ayudantes.

En el taller existe una regla. “Los títeres que no cumplen su propósito


deben ser tirados al tacho se basura.”
Pero ahora hay otra, colgada exactamente al lado de esa que dice lo
siguiente: “En caso de olvidar tu propósito, hablar con El Amado, con
gusto les repetirá las indicaciones.”

Esa oficina sigue en el mismo lugar. Y, debes en cuando, algún que


otro títere perdido (o ubicado, como prefieras) golpea esa puerta
donde el ayudante con una sonrisa inmensa y un abrazo
interminable, les recuerda al razón de ser a esos pequeños. Les
recuerda una gran razón de ser.
Bitácora de un joven filosofastro 36
Matias Andres

Dios no puede ser un producto de mi imaginación,


porque él es mucho más grande de lo que yo pueda
imaginar.
C.S.Lewis
Bitácora de un joven filosofastro 37
Matias Andres

Parte B:

racional.
Bitácora de un joven filosofastro 38
Matias Andres

La Biblia es muy clara:

Hay vida después de la vida,


o hay muerte después de la muerte.
Bitácora de un joven filosofastro 39
Matias Andres

Teorema de los espectros


Ser humano.
Oír los colores de tu silencio,
cantar las texturas de tu mirada,
soñar las fragancias de lo añorado.

Podemos escuchar, sentir, ver, oler y tocar. Ser.


Podemos disfrutar del oído, las melodías que nos envuelven, los
sonidos que despiertan. Pero…(siempre hay un pero ¿no?).
Anatómicamente solo escuchamos una pequeña medida de todos
los sonidos que existen. De hecho, el espectro audible de una
persona joven y sana es de 20 a 20.000 Herz. ¿Podes creer que
existen infinitas frecuencias debajo y sobre dicho umbral que no los
oímos, sin embargo están?

Amo los colores en otoño ¡Es un delirio de nostalgia! Pero… amaría


más ver todos los colores que realmente existen en esa época.
Nuestro ojo solo interpreta de los 400 a los 700 nanómetros,
aproximadamente. En otras palabras solamente vemos los colores
que van desde el rojo hasta el violeta ¡Y pensar que existen
innumerables colores más que no percibimos!

Ahora, si hablamos de temperatura sabemos que todos disfrutamos


o sufrimos el calor o el frío. Esta temperatura de sensación máxima,
que se combina con la velocidad del viento, es de 40 grados Celsius
aproximadamente. Y la mínima es de -10 grados Celsius. Pensar que
la temperatura del sol (yendo a un ejemplo lejano) llega a
Bitácora de un joven filosofastro 40
Matias Andres

15.000.000 °C y en la Antártida se registraron valores de -89,2°C.


¿Seguís pensando que conoces el frio o el calor?

Así podríamos continuar con todos los sentidos. Pero nos


detenemos a pensar un instante: ¿No somos un interfaz bastante
limitado? ¿Acaso creemos conocer lo que nos rodea? Sin duda que
nos sentimos pequeños. Nos rodeamos de “espectros” y
“paradigmas”.
Somos como la cámara de un celular en medio de un mundo que
existe en HD. Como simples velas en medio de las estrellas.
Es por eso, porque somos humanos, que pienso en que existe algo
más que conoce todo lo que existe.

Si existe tanto de lo cual no sentimos ni un susurro de su


existencia, pero es certero que está: ¿Es difícil pensar que Dios
también exista, como creador de todo? ¿Perceptible y no
perceptible?
Bitácora de un joven filosofastro 41
Matias Andres

Teorema del amor

Cuando el viento susurra mueve toda hoja que se encuentre a su


paso, todas se abandonan a esa coreografía indescifrable. Sin
quejas, sin discriminación. Cuando el amor, la muerte, las
situaciones límites y el asombro nos encuentran, tampoco podemos
escapar a sus efectos secundarios. Nos atrapan en este laberinto de
la vida esos sentimientos que logran tomarnos como un títere, sin
dejarnos el derecho a esquivarlos.

¿Por qué el amor? Esa cosa tan abstracta que inspira tantas
canciones como sonrisas e, igualmente, lágrimas. Es tan poderoso
que puede mantener unidas a dos personas durante toda la vida, y
más. Como también puede lastimar tan dentro de nosotros una
herida que nunca sierra.

En fin ¿Cómo puedo evitar eso que parece ser un juego de azar?
¿Alguien tiene la fórmula para saber si mi pareja me ama de verdad?
Puede amarte sinceramente, o demostrártelo para sacarte todo el
dinero. Solo son impresiones subjetivas. Nadie tiene el test para
conocer del todo a la otra persona, ningún laboratorio desarrolló la
formula, ni Wikipedia tienen la respuesta. No lo sabemos, ni nunca
lo sabremos. Solo es fe en la otra persona.

Fe, palabra rara para usar en el idioma del amor ¿No? Pero amar es
solo eso, un salto al vacío. Una apuesta de todo o nada que puede
entregar el mejor premio de la vida o dejarnos en bancarrota. Es
estar seguro, sin dejar lado a la duda, solo por el simple hecho de
estarlo. ¿Vas a dejar de amar a tu novio solo porque no se puede
Bitácora de un joven filosofastro 42
Matias Andres

calcular matemáticamente? ¿No le abrirás tu corazón a nadie


porque los científicos de la NASA no encontraron la fórmula para
conocer la verdad de la otra persona? Eso es el amor, fe. Sin ciencia,
solo amor.

Con Dios es similar. Es verdad, la ciencia nunca demostró su


existencia, pero tampoco que inexistencia. Ni la cura de una simple
gripe, ni la verdad sobre el amor. Si necesitáramos saber
científicamente que mi pareja me ama para estar con ella,
pasaríamos toda la vida solo, ya que es imposible. Si necesitáramos
saber científicamente que Dios existe, seguiremos en una constante
y solitaria búsqueda toda la vida.
Fe, solo eso. Porque después de todo, no hay que ver para creer,
sino creer para ver. Como el amor.
Bitácora de un joven filosofastro 43
Matias Andres

Teorema de lo bueno y lo malo

Es rarísimo, pero las mejores respuestas surgen sol si existen


buenas preguntas. Como dijo Borges: La duda es uno de los
nombres de la inteligencia”. Y es así que nació este teorema. Me
preguntaron algo que me dejó sin respuestas ¡Una de esas
preguntas que tiene más incógnitas que sílabas!

Un amigo, cuando le presento a Dios, me responde: Vos hablas


desde el punto de vista de quien establece un parámetro. Pero si yo
no creo en ese límite no tenes una base sustentable, tu
pensamiento se desmorona.
Y ese “pensamiento” Se fomentaba en lo que llamamos como
“bueno” y “malo”, “blanco” y “negro”, mandamientos y pecados. Él
no piensa que eso se autodefine, que alguien lo inventó.
Inmediatamente comencé mi búsqueda y, paradójicamente, ¡él
tenía razón! No existe un ente, una “cosa”, o un “algo” que viva por
si solo llamado pecado. Alguien lo marcó, alguien lo definió, alguien
estableció en algún momento de la historia y dijo que era lo bueno,
y que era lo malo.

Luego me imaginé un mundo sin esos parámetros. Un mundo


donde la libertad personal esté innata, el sueño de tantas personas.
Robaría todo lo que me atrae. ¿Escuela? No existiría ¿Leyes? Nunca.
Ni hablar del respecto a los padres, olvídalo; el maltrato, violaciones,
asesinatos, todo estaría permitido.

Todo eso trae una verdad ¡Sería imposible convivir! Sin duda que
sin nada que nos limite, la sociedad no existiría. Y como dijo un
Bitácora de un joven filosofastro 44
Matias Andres

escritor: “Si Dios no existe…todo está permitido; y si todo está


permitido la vida es imposible.”

Mis dudas se fueron. Supe que si, alguien definió lo bueno y lo


malo, pero lo importante radica en quien lo pautó, fue Dios.
El escritor de Las Cronicas de Narnia dijo: “Mi argumento contra
Dios era que el universo parecía tan cruel e injusto ¿Pero de donde
tengo yo la idea de justo e injusto? Un hombre no llama a una línea
torcida a menos que sepa lo que es una línea recta”.

Es más, la biblia dice que aunque no conozcas ni uno de sus


mandamientos los intentas cumplir por tu propia naturaleza; y eso,
es verídico, se llama convivencia. Aún sin saberlo, nuestros
pensamientos reproducen un patrón visible de intento de orden. Y
como dijo Josué Ferrer:
“esta ley moral nos la grabó a fuego nuestro hacedor y es una
evidencia de que Él existe”.
Bitácora de un joven filosofastro 45
Matias Andres

Teorema de la inmortalidad

Aproximadamente 7.000.000.000 de personas que viven en este


planeta, y todos con un mismo terror: La muerte. Muchas veces es
un acto intencional, pero sigue existiendo el mismo miedo que nos
aterra a tomar ese paso de oscuridad, esa duda del futuro.

Partiendo de esta base, mi pregunta es: ¿Por qué vivir es lo


“natural”, lo común? ¿y morir tan tenebroso? En otras palabras,
¿Cuál es la razón para que absolutamente los 7.000 millones de
habitantes guarden cierto respeto a este tema, sabiendo que es algo
tan esencial como la vida? ¿Acaso existe alguna posibilidad de que
no nacemos ni servimos para morir?

En el libro de génesis, La Biblia, se relata la creación de todo. Entre


ello, las personas. Allí, Dios, crea al hombre y la mujer con una
llamativa coincidencia: No fuimos creados para morir.

Se relata que era una naturaleza distinta ¡sin muerte! Tal cual lo
desea nuestro pensamiento. Y, si quieren pensarlo desde a la
Psicología, esta es una imagen mnémica en nuestro pasado marcado
en cada uno de nosotros.

Pero algo sucedió, algo pasó para que nuestra naturaleza cambie de
rumbo y todos terminemos con el mismo fin.

Ese relato también está en la biblia. Se lee que las personas de


aquel entonces tuvieron la posibilidad de elegir: Obedecer una
sencilla regla que Dios impuso, o lo contrario, desobedecer pero
ateniéndose a las consecuencias de esa condenada y maldita
intriga. Y gracias a que rompimos (si, rompimos nosotros, la raza
humana) tal ley, trajo las consecuencias con los castigos
Bitácora de un joven filosofastro 46
Matias Andres

correspondientes que hoy en día la teología interpreta como


“pecados”. Pecamos cuando rompemos una regla impuesta por
Dios.

No da vergüenza confesar que le tememos a la muerte cuando


entendemos que no fuimos creados para ella. Si podemos elegir,
casi todos elegiríamos la vida. Saber que en algún lugar, muy dentro
de nosotros seguimos pensando que podríamos vivir para siempre,
que queremos vivir para siempre, como Dios siempre quiso.

Cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia.


Bitácora de un joven filosofastro 47
Matias Andres

Teorema de la justicia

Hay tantas cosas que nos dan vida en la vida


¿Pero qué sucede con aquellas que nos la quitan?
Interviene en escena el dolor, que parece ser tan importante en
nuestra historia cronológica, como el entrenamiento para el
deportista, o el silencio para el pensador.
Simplemente lo vivimos, y no nos replantearnos una vida sin esa
característica-
El tiempo se detiene cuando emprendemos un camino de dolor, y
un vacío se nos impone cuando nuestros sueños fracasan, nuestras
miradas se apagan o alguien/algo que teníamos hoy, mañana debe
ser olvidado.

¿Quién nos enseñó a sentir la necesidad de satisfacer la justicia ante


esas situaciones?
Recuerdo que de niño mis padres buscaron trasmitirme varios
valores, pero nunca me explicaron la justicia.
Pero igual nace, esa fuerza que exige reclamarla cuando sé que
tengo todas las razones para pedirla.

La justicia es parte de nuestra esencia.

Ahora, es sorprendente que la justicia es parte del plan de Dios,


según lo que dice la biblia. Hubo dos motores en el inicio de todo: el
amor y la justicia. El amor en su mayor dimensión al otorgar el
privilegio de la vida. La justicia en su dimensión, al exigir castigo a
quien la quitaba.
Bitácora de un joven filosofastro 48
Matias Andres

Allí, también dice que Dios es amor, pero también justo. Y, aunque
parezca mentira, esto es una gran esperanza.

La justicia, en este planeta, parece una utopía. Filas de culpables


caminan frente a nuestras veredas, cientos de asesinos de todo tipo
y color han transitado su vida sin haber saciado el dolor de miles y
miles de personas. Gritos en las calles, en las redes sociales, y en
silencio, por justicia. Buscamos la justicia, necesitamos la justicia,
pero pocas veces la encontramos.
Pero Dios, en una parte de la Biblia, promete que “Él les secará toda
lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni
dolor. Todas esas cosas ya no existirán más” Y, al final de los días,
NADIE va poder escapar a este evento: la justicia de Dios.
Entonces, aunque, con tintes grises, ¿no es una maravillosa
esperanza? Pensar que esa quimera tan inconseguible que miles de
veces grité, esa justicia que no encontré en este planeta, finalmente
será otorgada. Que las lágrimas no quedarán en el silencio, sino que
cada uno recibirá lo que merece. Personalmente, esta fue una
promesa que me mantuvo en pie, y aún lo hace.

El infierno, según la bíblica, solamente fue creado para el “Diablo”


(personaje famoso en todas las culturas).
¿Pero qué tiene que ver esto con nosotros? ¿Y con este relato?
Bitácora de un joven filosofastro 49
Matias Andres

El infierno se convierte en una esperanza, la mayor esperanza para


el más débil, porque allí se concretará, finalmente la justicia.

¿Cómo cambia, no? El infierno no fue hecho en una lógica de


control, nunca lo fue, sino de justicia. Y todos la anhelamos.
Llevamos la justicia tan dentro nuestro, como un síntoma de
nuestra existencia eternal o marca de eternidad en nuestros
corazónes. Y será un resultado sin un mínimo afecto en las variables
que lo atraviesan.
Será la justicia consumada, pase lo que pase.

Esperanzador para unos, aterrador para otros.

Y la pregunta es:
¿Estás preparado/a para ello?

La biblia es muy clara: Existe la vida, después de la vida; o la muerte,


después de la muerte.
Bitácora de un joven filosofastro 50
Matias Andres

Dios no existe

Dios no existe el día que vea un adulto jugando como un niño


Dios no existe el día que produzcamos recursos sin lastimar nuestro
propia tierra, ni a nosotros mismos
Dios no existe el día que salga de mi casa sin tener la necesidad de
cerrar la puerta
Dios no existe el día que las autoridades estén más cerca del pueblo
que del poder.
Dios no existe el día que el noticiero no reporte más asesinatos,
violaciones, genocidios, etc.
Dios no existe el día que la trata de personas sea solo un cuento de
terror, no la realidad.
Dios no existe si hoy mentir fuera un delito, odiar una asquerosidad,
envidiar una aberración. Dios no existe si el alcohol, las drogas, el
sexo desenfrenado fueran una necesidad para las mentes perversas

La más clara muestra de que Dios existe somos nosotros mismos.

Dios puede ser, para vos, un simple personaje mitológico o el Señor


de tu vida.
Puede ser un imaginario personaje de historieta, o tu mejor amigo.
Pero sea quien tenes toda una vida para darte cuenta de que el
espejo te muestra una misma realidad: Dios es salvación porque
necesitamos ser salvados.

"Todos nosotros nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su


propio camino, pero el Señor cargó sobre él la maldad
de todos nosotros. " La biblia.
Bitácora de un joven filosofastro 51
Matias Andres

¿Fin?

S-ar putea să vă placă și