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UNIDAD 1

El propósito del estudio de disciplinas afines al derecho

Economía y derecho – Teorías económicas y teorías jurídicas

Sin duda uno de los interrogantes del ingresante a la facultad de derecho se relaciona
con las materias que debe cursar durante el primer año de estudios. Entre ellas, en
particular, Teorías Económicas resuena como muy lejana a la ciencia jurídica. Pero
también otras disciplinas, como lógica, o historia del pensamiento filosófico, o teoría del
Estado, pueden calificarse como estudios humanistas pero aún lejos de la ciencia jurídica.
Un poco más cercanos aunque ciertamente indirectos, parecen los estudios de teoría del
pensamiento político y jurídico o teoría del derecho y la justicia.

El objetivo en esta primera etapa de la carrera, parece ser el estudio de teorías de ciertas
ciencias sociales con proximidad al Derecho, como necesaria introducción para forjar con
eficacia el conocimiento de los profesionales de las ciencias jurídicas que la universidad
forma.-

Ocupándonos de nuestra materia en particular, resulta necesario establecer una primera


aproximación entre la economía y el derecho e incluso entre las “teorías Económicas” y
las “Teorías Jurídicas”. Por otra parte, si logramos establecer el vínculo de necesidad
entre estos conocimientos hipotéticamente diversos, o distintos, también podremos
encontrar un hilo conductor relacionado con otros saberes de carácter social, en los
cuales se afirma el Derecho.

La economía , es una de las manifestaciones de interrelación entre los seres humanos.


Pero quizá antes que relación entre los seres humanos, la economía es relación del
hombre con la naturaleza. El hombre depende de la naturaleza como cualquier otro
animal. Por lo menos en su primera expresión histórica. Y se sirve de la naturaleza para
hacer posible su vida social. Desde ese punto de vista la economía constituye una
actividad eminentemente social, y como acción humana, se remonta tan lejos en la
historia como podamos imaginar. Actividades orientadas a satisfacer necesidades
materiales del hombre, que se vinculan con dos aspectos que resultan esenciales:
continuidad social, y un sistema de distribución social de los bienes necesarios para la
vida.

También el Orden Jurídico participa de éstos dos aspectos. En su consideración jurídica


normativa, debe corresponder a una formación lingüística que se presenta como “norma
jurídica” y que como tal establece vínculo entre los miembros de una sociedad, con
validez temporal, y con una prelación distributiva de derechos y obligaciones. Sin
embargo aún en el sentido sociológico, es decir, considerando lo que de hecho ocurre en
una comunidad, el derecho existe en razón de que existe la probabilidad de que los
hombres inmersos en la actividad comunitaria, consideren subjetivamente como válido un
determinado orden y orienten por él su conducta práctica.

Como sabemos, la palabra “teoría” proviene del griego, y significa mirar, observar,
contemplar e incluso considerar. Cuando mencionamos la palabra “teoría”, nos viene a la
mente una especie de contraposición o antagonismo con el vocablo “práctica” o “acción”.
Aún hoy se debate el problema de la relación, (sea como contraposición, equilibrio o
armonía ) entre teoría y práctica, y teoría y acción; otorgándose a la teoría el sentido muy
general de conocimiento, en particular de conocimiento objetivo. ( Ver Ferrater Mora J.
Diccionario de Filosofía p. 3474/78 y 3305-3313)– ed. Ariel S.A. Barcelona – 2001

Cuando hacemos referencia a las Teorías Económicas en ésta materia, pretendemos


señalar el contenido de las mismas, y su estrecha ligazón con el “Derecho” o el régimen
jurídico que las ampara. No podríamos hablar de un régimen de producción basado en la
esclavitud, si la misma no estuviera amparada por normas jurídicas que admiten ésta
relación. No se puede referir la economía liberal, sin ciertos presupuestos jurídicos tales
como la libertad, la igualdad y el derecho de propiedad. Asimismo, una restricción al
liberalismo económico, requiere normas jurídicas que restrinjan de algún modo el ejercicio
de ciertos derechos económicos, por lo menos poniendo un límite a la forma en que se
manifiestan.-

Queda claro que aún antes de que existieran teorizaciones sobre la actividad económica
había economía, y antes del establecimiento de un orden jurídico tal como lo conocimos
desde la antigüedad, existieron regímenes normativos a través del cual se expresó el
Poder, y en función al cual los hombres adoptaron su conducta social.-

Sin embargo, la vinculación de aspectos económicos y jurídicos, expresada como teoría


jurídica es mucho mas reciente. Podemos encontrar sus antecedentes en aquellos
filósofos políticos que como Locke, entendieron el “derecho de propiedad” como un
derecho natural. Desde éste concepto, lo jurídico no puede desentenderse de lo
económico, y como veremos a lo largo de la evolución de las doctrinas económicas, todas
nacieron como consecuencia de cambios sociales, y se desarrollaron al amparo de
normas jurídicas que protegieron y consolidaron estos cambios sociales, incluyendo su
contenido económico.-

Esto de ningún modo significa que economía y derecho sean una misma ciencia.
Economía es la ciencia social que estudia las relaciones sociales vinculadas con los
procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios,
entendidos estos como medios de satisfacción de necesidades humanas individuales y
colectivas de la sociedad.
El Derecho, en relación a la economía, es la ciencia social que regula mediante la norma
jurídica esas relaciones y esos procesos, validando los mismos y confiriendo a quienes
son parte de éstos procesos, derechos y obligaciones. Esto es parte del objeto del
Derecho.

El vínculo entre ambas ramas del conocimiento se hará más estrecho cuando más
importantes y necesarios sean los intercambios económicos. Por cierto, en el marco de
una sociedad o comunidad primitiva, las complejidades originadas en el “poder” político,
social, religioso, étnico o de clanes, son de mayor magnitud que las que resultan de su
sistema económico; particularmente, si la producción e intercambio de bienes es limitada
a unos pocos productos, la propiedad es comunal, o el autoabastecimiento es la base de
la subsistencia.

Al decir de Roll, “las ideas sobre la producción de bienes que sustentaba el hombre
primitivo, parecen destinadas a proporcionar alguna explicación sobre los cambios de
estación, la fertilidad de la tierra, la costumbre de los animales y la influencia de todo ello
sobre la habilidad para satisfacer las necesidades humanas. No se presentaban
problemas específicamente económicos, que requiriesen una explicación especial. El
proceso se determinaba por una técnica de producción simple, con propiedad comunal,
en la que existe división del trabajo incipiente, y un limitado intercambio individual de
bienes. No es necesario en consecuencia ninguna teoría social o económica
complicada.”

Ya veremos que el incremento de necesidades a satisfacer, y la creciente complejidad de


técnicas productivas fueron requiriendo un orden de tipo impersonal, que solo puede ser
eficazmente cubierto por un régimen normativo, cuyo contenido tendrá a lo largo de la
historia una referencia cada vez mayor en el sistema económico de producción y
distribución de bienes.

Estaremos entonces en presencia de la creciente proximidad entre el Derecho y la


Economía, y a lo largo del programa de la materia podremos ver hasta qué punto, una
enorme porción del sistema jurídico determina y al mismo tiempo es determinado por el
régimen económico, o lo que es lo mismo por las relaciones sociales de producción y
distribución de bienes.-

Así se establecieron metodologías donde la enseñanza de la economía y el derecho


adquieren una paridad e interrelación extremas, al punto de ser explicada la ciencia
jurídica, como parte de los efectos de los fenómenos económicos. Tal el sistema que los
norteamericanos denominan “Law and Economics”, que no se agota en una mera
especulación pedagógica, sino que parte del criterio de unidad, cuando no de
subordinación, de ambas ciencias.- (Dalla Vía – Der. Const. Económico”

El vínculo que hemos esbozado entre economía y derecho, no estuvo signado


históricamente por la misma importancia ni por la misma jerarquía. Fácilmente en un
repaso histórico, advertiremos que aún cuando dentro de las organizaciones sociales,
existieron en todos los tiempos fenómenos económicos, políticos y jurídicos, estos
vinculaban a las personas en magnitudes realmente diferentes. Idéntica evolución, ya sea
en sentido positivo o negativo, se aprecia en otras ciencias o saberes sociales, tales como
la política, la moral, la religión etc., y aún en los núcleos mismos de las organizaciones
sociales, tales como la familia.-

Mientras el hecho económico parece inalterable en su esencia a través de los tiempos,


(alguien produce para alguien, y el producido se apropia o distribuye socialmente de algún
modo), este hecho económico está profundamente incidido por los cambios políticos y
sociales que se modifican y evolucionan constantemente. La esclavitud por ejemplo, es
una institución política de determinadas sociedades. El vasallaje, es una evolución a otro
estadio social, luego el régimen de la libertad civil y política permitirá que la relación de
producción, se asiente en un contrato.-

Veamos ahora frente a la misma situación como actúa el Derecho. En la relación


esclavista, el vínculo es meramente de “Poder”, el amo tiene poder sobre el esclavo. Este
último carece de derechos. En una sociedad feudal, la relación se funda en un vínculo
mas complejo, ya que el vasallo tiene pertenencia a la tierra del señor feudal, y “derecho”
a una porción de producto, o a trabajar una porción de tierra para sí mismo y su familia, lo
que no lo exime de obligaciones que exceden la mera relación de trabajo, incluyendo
armarse en defensa del señor feudal.-

En la originaria sociedad capitalista, donde la primacía está dada por las libertades
individuales, la relación de trabajo parte del individualismo más atroz, rigiendo
exclusivamente la ley de la oferta y la demanda, tanto para la provisión de trabajo, como
para su remuneración. Desde ese origen, evoluciona hacia el régimen protectivo de la
relación laboral como uno de los elementos preponderantes en la sociedad actual.
También entonces el hecho económico sigue un curso similar (alguien produce para
alguien), pero la sociedad interviene activamente en aspectos directos, indirectos e
incluso remotos de la relación de trabajo. p. ej. Salario mínimo, horas de trabajo,
protección de la familia, jubilación, etc., con lo cual el hecho económico de producir,
queda totalmente signado por el efecto del mundo jurídico, que lo signa, lo condiciona en
cada uno de sus aspectos.-

Para decirlo en otras palabras, las leyes corren detrás de los nuevos hechos económicos
o sus variaciones técnicas, o los hechos económicos se adaptan para un correcto
funcionamiento, a las nuevas instituciones políticas que establece un nuevo derecho.-

Lo cierto es que podemos ver entonces claramente que el estudio de la ciencia jurídica,
se compenetra con los hechos económicos, y cada vez que el profesional de la ciencia
jurídica se encuentre asesorando un empresario, redactando una ley, o dictando una
sentencia, sin duda que estará afectando “derechos y obligaciones”, directa o
indirectamente involucrados con hechos económicos.-
Los problemas económicos en la antigüedad

Si nos disponemos a ejercitar un análisis histórico de la antigüedad, sin duda


encontraremos con certeza la existencia de actividad económica y hechos económicos
cuyo nivel de complejidad se incrementa cuando se insertan en sociedades cada vez
menos primitivas.

La alianza entre la deidad y su pueblo, impregnan de religiosidad a toda actividad social


de la antigüedad, incluida la que se vincula con la producción y distribución de alimentos y
riqueza. Es la doctrina religiosa la que rige todo interés por el bienestar material, y es la
relación de “Poder”, la que impone los códigos de conducta a los miembros de la
comunidad, las obligaciones de quienes responden a la familia patriarcal, y los límites de
la propiedad privada, que en su aspecto más importante, (la tierra), mantuvo serias
restricciones para evitar su enajenación fuera de la familia y la comunidad.-

Así, tal como lo indica Roll, la lucha entre la sociedad tribal, con su propiedad comunal y
su actividad económica primitiva, está reflejada en el antiguo testamento, y en las
recopilaciones de leyes e interpretaciones que constituyen el antiguo pensamiento
hebreo.

La división del trabajo se acentúa con el progreso de las técnicas productivas, y con las
necesidades y requerimientos de una sociedad mas compleja, y una clase gobernante
mas dispendiosa.

Quizá el punto saliente del período antiguo, resulta la comprobación y evidencia de que
junto a la estructuración de comunidades basadas en jerarquías tribales, se asienta el
concepto del “derecho de propiedad”, y el concepto de “patrimonio”, referido a inmuebles,
hacienda, ganado, esclavos, y aprovechamiento de las tierras fértiles, las que aún cuando
se mantuvieran en régimen comunitario, sirvieron los intereses de quienes ejercían el
poder político y religioso para asegurar su dominio tribal.-

Aún cuando las recurrentes rebeldías alteraban la composición de los grupos de poder, el
desarrollo del concepto de la producción era tan primitivo, que el orden social se
desenvolvió sin la menor percepción sobre conceptos tales como capital, trabajo,
propiedad, valor, precio, renta, utilidad, u otros conceptos que habrían de esperar siglos
para que los grandes pensadores se preguntaran sobre ellos.

La disputa devenía religiosa, o como presión de clanes desplazados en su jerarquía, o


como reclamo por la corrupción, el exceso de lujo, etc. Quizá el único reclamo de neto
corte económico, aunque sin duda meramente intuitivo, fue la resistencia al recurrente
incremento de los impuestos. Las prédicas sin embargo siempre se orientaban hacia un
retorno a valores del pasado, a las míticas concepciones patriarcales, y a un ascético
retorno a los preceptos de la divinidad idealizada.-
El Antiguo Testamento

La visión que pretendemos aportar de los primeros períodos históricos, no intentan


establecer “sistemas económicos”, o elaboraciones teóricas sobre las etapas de
producción, distribución y consumo. La economía política como ciencia, es muy posterior,
y puede decirse con certeza que las primeras elaboraciones teóricas de la misma
pertenecen al siglo XVIII[2], con antecedentes durante la alta edad media.

Es verdad que las más antiguas conformaciones sociales mencionadas en los libros
sagrados poseían algunos principios o elementos que aún hoy observamos en la
sociedad, tales como la propiedad privada, la moneda, un régimen incipiente de división
del trabajo, y de distribución del producto. Sin embargo ello por sí mismo no admite una
pretendida teorización del pensamiento económico, que distaba muchísimo de ser
trascendente para los antiguos.[3]

A nuestro juicio sin embargo, lo que realmente importa de las raíces que aporta la
antigüedad, no es la doctrina precisamente, sino la evolución de la propiedad de la tierra,
(casi el exclusivo bien apreciado en estas sociedades, y la propiedad y modo de
distribución de aquello que la tierra brindaba o alimentaba para satisfacer las necesidades
comunitarias (granos o animales).[4]

Grecia. Roma

Grecia constituye la primera civilización antigua organizada bajo una concepción “política-
analítica”. Con esta expresión nos referimos no a una estructura de poder emergente de
luchas, tradiciones, o transacciones entre los poderosos, sino al pensamiento racional de
una comunidad políticamente organizada.

El período histórico-heroico de Grecia, está embebido de mitos de difícil distinción con las
meras leyendas, al parecer, y de acuerdo con la Constitución de Teseo, ya desde aquella
época estaba muy avanzada la decadencia de la organización tribal. Existía la propiedad
privada de la tierra, la división del trabajo, y el uso del dinero. Los lazos tribales fueron
reemplazados por una sociedad rigurosamente dividida en clases y gobernada por una
aristocracia de terratenientes. Las formas democráticas de gobierno que habían
subsistido desde los tiempos mas antiguos, como la asamblea popular, perdieron su
significado en las ciudades. El verdadero poder se concentraba en manos de los
propietarios de la tierra , y se ejercía en la polis conforme la pertenencia social y la
condición de propietario.
Los pensadores, intentaron elaborar conceptos inmutables. Todos ellos relacionados a la
complejidad de los vínculos entre los seres humanos viviendo en comunidad, y aún los
vínculos con aquellos seres que no pertenecieran a dicha comunidad. La huella indeleble
de los filósofos griegos en la cultura occidental se asienta precisamente en eso. Los
hombres no han de convivir según el mero devenir de las circunstancias. Los hombres
son capaces de elaborar una idea acerca de la organización política de la comunidad, y
llevarla a cabo. Esta organización no se basa en meras relaciones de fuerza
circunstanciales, sino en conceptos preestablecidos, y fines considerados un “bien
superior”.-

Platón elabora un esquema de la república ideal, con base en un penetrante análisis de la


sociedad. Su mayor contribución fue la elaboración de la “teoría política”, que incluye
desde un análisis del ciudadano, según su rol social, hasta un análisis de las instituciones
según el concepto de justicia, equidad, felicidad, ética, etc

En su texto La República, donde encontramos referencias económicas para la descripción


de la república ideal, concluye, desde un punto de vista puramente analítico, que la ciudad
es consecuencia de la división del trabajo, el cual a su vez es resultado de las distintas
aptitudes naturales de los hombres y la multitud de necesidades humanas. Cuando los
hombres se especializan y cada uno ya no se basta a sí mismo, se hace imprescindible
una organización. Pero para Platón esta organización no era “comercial o de mercado”,
sino política.

En efecto, su concepción filosófica del “estado ideal”, fue marcadamente clasista,


incluyendo artesanos y comerciantes entre “los gobernados”, razón por la cual, las
respuestas a sus observaciones de producción económica, no eran cuestión propia de los
gobernantes, quienes podían servirse de ellas a fin de consagrarse a gobernar la
comunidad por medio de la razón.

Vemos que estas consideraciones rozan solamente la economía, cuyo contenido no se


analiza, sino que meramente se expresa como condiciones fácticas para sostener
conclusiones políticas y filosóficas.-

Desde luego, la “economía”, distaba mucho de ser un elemento esencial del tejido social.
El abastecimiento de la comunidad, el intercambio de productos con otros pueblos o
comunidades, y en menor medida aún el intercambio interno de la comunidad, carecía de
la relevancia necesaria para un estudio sobre el fenómeno económico, y mucho menos
para la elaboración de teorías relacionadas con la producción, precio, renta etc.

Jenofonte, contemporáneo de Platón, (y discípulo de éste), por su parte retoma el


concepto mismo de economía en su libro OECONOMICUS
Jenofonte, historiador y soldado, lo mismo que Platón discípulo de Sócrates, llegó a
escribir un tratado llamado Oikonomikos (administración de la casa) que trata sobre la
administración eficiente a nivel del productor y/o de la familia pero lo aplica estadios más
complejos como la milicia y la administración pública, así mismo llega a aceptar que la
eficiencia mejora con el grado de división del trabajo que exista en la actividad.
Ensalzó a la agricultura, base de la riqueza económica, y favoreció el fomento estatal de
la navegación y del comercio. En mayor grado que Platón o que Aristóteles, sus obras
insinúan ciertos aspectos del capitalismo moderno. Propugnó la intensificación de la
extracción de la plata. con el fin de desarrollar la riqueza general y de alentar el comercio;
favoreció la formación de sociedades por acciones, las que permitirían la asociación de
varios individuos para practicar el comercio; vio en las artes pacíficas actividades más
provechosas que la guerra; y aprobó la creación de grandes ciudades, porque
favorecerían la especialización y la división del trabajo. Sin embargo, estaba de acuerdo
con la esclavitud y con el dominio público de las minas de plata y de otras actividades.

Particularmente la “producción” carecía de jerarquía en el esquema social, por lo que en


el marco de la organización política ideal, los encargados de llevar a cabo dicha
tarea representaban un estrato inferior, y su vínculo con la tierra, las minas o canteras,
quedaba solo limitado a la tarea material, al trabajo manual como parte del cumplimiento
del rol social que les fue acordado.-

Esto no significa que ya en ese período no se pudieran apreciar fenómenos propios de la


ciencia económica, tales como la división del trabajo, el cambio, el valor, pero sin que
sobre tales hechos, se propusiera una elaboración teórica, y menos aún particularizada en
el marco del abastecimiento comunitario que se daba por sobreentendido en la sociedad.-

Sin embargo, una actividad cuya significación resulta netamente económica, tal como el
comercio, requirió alguna atención mayor de los filósofos griegos, quizá
fundamentalmente porque la relación entre pueblos diversos, con intereses distintos, pero
con mutuo requerimiento de sus riquezas naturales, eran muy difíciles de
encasillar dentro del sistema ideal de república esquematizado por los pensadores de la
época. Podían teorizar sobre el rol de sus súbditos, dictaminar respecto de los
gobernantes, y definir la personalidad de sus jueces; pero encasillar al extranjero, que
ofrece su producción, y desea el excedente de la ajena, pero que ningún otro vínculo
pretende establecer, resultó en aquellos tiempos una variable difícil de introducir y
controlar en un esquema que supuestamente estaba destinado a una eterna duración en
pos del bien común.-

Precisamente la actividad comercial, da paso a una cuestión práctica pero al mismo


tiempo de neto corte racional como es el “medio de cambio”, y la referencia de “valor”, ya
se trate de trueque, o de un metal cuyo denominador resulte común a quienes lo emplean.

Un segundo aspecto que teniendo una elevada gravitación económica, encuentra


tratamiento solo bajo su significación política, es el relativo al “derecho de
propiedad”. Esta resulta determinante en el marco de la organización social, y se
constituye en sustento de las relaciones de poder, cuyo eje desde antiguo atraviesa
alternativamente y en diversas proporciones cuestiones relacionadas con el linaje, o
derecho de la sangre que otorga el pertenecer a castas patriarcales; o el poder militar,
con la conquista y la sumisión del contendiente; o la supremacía religiosa.

Aristóteles

Como discípulo de Platón, el estagirita, concibió una formidable evolución de las teorías
políticas, que mudaron su base clasista, a una formidable concepción de la democracia
como modelo político. Es importante para nosotros distinguir la enorme diferencia que
supone otorgar al sector de los gobernados la mera función de facilitar la noble actividad
de los gobernantes, (postura que podemos observar en Platón), de la concepción
aristotélica que obligaba a considerar la actividad de todas las clases y sectores sociales,
haciéndose cargo de un análisis más pormenorizado de los aportes que intercambiaban
entre ellos.

Así, Aristóteles avanzó en su intención de determinar un campo para las actividades


económicas; un estudio sobre la razón de ser del valor y su ineludible asociado que es el
cambio, y el tema de la moneda como conceptos inasibles pero universalmente
aceptados. y que por cuestiones que exceden a los preceptos legales, son adoptados
como medida de cambio. Para ello se detuvo en primer lugar en la ciencia de la
administración domestica, y del abastecimiento, para luego derivar desde allí, en el
problema del cambio, lo que lo llevó a distinguir que cada producto desde un punto de
vista, tiene valor de uso como es el alimento que producimos y consumimos, pero cuando
tenemos un excedente de alimentos, que no podemos o no queremos consumir, aparece
en el mismo producto, un valor de cambio, el que ya no depende solo del uso que el
mismo satisface para quien lo produjo, sino de la necesidad o satisfacción para el que lo
desea.

Este intercambio, que la división del trabajo transforman en generalidad, y la misma


concluye en lo que denominamos comercio se inicia con el trueque, hasta que alcanza un
sistema de cambio indirecto, mediante el uso de la moneda o un bien pacífica y
socialmente adoptado como medida de cambio. He aquí un claro desafío al pensamiento
de las antiguas gens y fratrias griegas, con la moderna estructura de la ciudad-estado. El
cambio como comercio y actividad humana, configura una nueva categoría social, cuya
importancia va en incesante crecimiento, y junto a él la moneda, y la posibilidad de que la
misma, genere beneficios por si misma.

Una preocupación aristotélica fue el préstamo de dinero con intereses. El pensador


entendió esta práctica como antinatural. El oro (o la moneda que se usara para el
intercambio), no podía reproducirse por sí misma. La razón no admitió entonces esta
ficción. Solo la semilla o los animales podían reproducirse. Las leyes de la naturaleza
gobernaban la producción de la que habrían de servirse los pueblos para atender sus
necesidades. Y para ello era necesario que el hombre aplicara su trabajo a los bienes que
la naturaleza le ofrecía. Transformar los bosques en madera, las canteras en bloques, la
semilla en frutos agrícolas.
Acrecentar un patrimonio sin otro requerimiento que la devolución del préstamo
incrementada por el transcurso del tiempo, no estaba dentro de las actividades que de los
hombres podía esperarse. Por lo tanto las leyes no podían ni reglamentar ni proteger
estas transacciones.
Sin embargo, el solo hecho de haber merecido la atención de los pensadores de la época
evidencia que la práctica de prestar dinero acordando el pago de un interés existía y se
usaba.
El Estado Ateniense
Cuando los griegos aparecen en la historia se hallan en los umbrales de la civilización . La
sociedad estaba organizada según la constitución gentilicia, en una fase avanzada de
transición. Al parecer, se dividían en tribus que se componían cada una de tres fratrias
formadas por treinta gens, y cada genos ocupaba a treinta familias.-
La economía de éstos pueblos se basaba en la agricultura y la ganadería. Cereales,
huertos y árboles frutales. Todo indica que el desarrollo de la productividad había
alcanzado un nivel de producción excedente que podía comercializarse con otros pueblos.
Esto da la condición para el trabajo esclavo, y la acumulación de riquezas en manos de
pocas familias. Existía la propiedad privada sobre el ganado, la vivienda y otros bienes
muebles, ocasionando la inevitable división entre familias ricas y pobres. La propiedad
privada de la tierra aún es comunal, pero su distribución ya aparece desigual. Cada
familia recibe una porción vitalicia de tierra por sorteo, pero con el crecimiento de la
población y las conquistas de territorio, se realizan nuevos repartos los que con el tiempo
acentúan la división. También se le concedían tierras a los denominados Basileis,
conferidas por el pueblo en recompensa por sus funciones públicas. La unidad económica
es el oikos, dirigida por el Basileis. El intercambio interior de productos estaba
escasamente desarrollado ya que la guerra seguía siendo el medio a través del cual se
proveían de los productos necesarios. El comercio externo, recaía más en la actividad de
los fenicios que en los propios atenienses.
En estos tiempos, la guerra había llegado a ser una institución permanente como factor
necesario para procurarse esclavos. Las funciones militares pasaron de ser ocasionales a
regulares, y el reparto del botín de guerra se hacía por el pueblo reunido en armas en
asamblea, y se distribuía en función al mérito. La mejor parte correspondía a los jefes y
comandantes.

El régimen aristocrático

A finales del siglo X, las cuatro tribus jonias asentadas en el ática se habían distribuido
todo el territorio y cada una se hallaba establecida en una parte del mismo. Formaban una
especie de confederación con sede central en la mayor de las doce ciudadelas. La
acrópolis de Atenas.
En esta época, el suelo estaba ya repartido y era propiedad privada. La producción
mercantil y el comercio marítimo se habían desarrollado en el mar Egeo, arrebatándole
primacía a los Fenicios.

La constitución de Teseo

La tradición atribuye al mítico rey Teseo, la unificación del Atica. Este proceso debió
ocurrir entre los siglos IX y VIII, y desemboco en la división de la sociedad en clases.
Eupátridas, geomoros y demiurgos; es decir, nobleza, campesinos y artesanos. No era
otra cosa que el reconocimiento de una sociedad que ya se había dividido en clases en
razón de su patrimonio y su actividad socio económica. La nueva constitución reservaba
el ejercicio de los cargos públicos a la nobleza. Los extranjeros, al no pertenecer a ningún
“genos”, quedaron excluidos de los derechos políticos, y aunque eran libres, no gozaban
de todos los derechos civiles.
Un cambio fundamental, que se relaciona con el proceso de evolución económico. (la
importancia del patrimonio con relación a la persona), fue que al desplazamiento y mezcla
de los miembros de la Gene, Fratrias y tribus, siguió una legislación que centralizaba los
derechos y la protección jurídica del ciudadano en relación a su lugar de residencia y no a
sus orígenes familiares. A finales del siglo VII y como consecuencia de la lucha entre el
Demos y la aristocracia, se da un nuevo paso en la organización jurídica del estado y se
procede a la codificación del derecho vigente.
Según Aristóteles, se trató de una compilación de las normas conservadas por la tradición
oral. Pero de hecho, la escritura conforma un límite, ya que solo puede aplicarse lo que la
ley expresa, y toda cuestión no establecida queda excluida de los poderes de la autoridad,
que hasta ese momento empleaban el derecho consuetudinario en función de sus
intereses.
A pesar de la ventaja que representó para el Demos la ley escrita, las diferencias de clase
no desaparecieron, por el contrario se profundizaron, y las diferencias entre los eupátridas
ricos y el demos empobrecido se agudizaron a comienzos del siglo VI.

La constitución de Solón

Es entonces que Solón es nombrado primer magistrado, e investido de amplios poderes


como árbitro entre las clases, y en ese marco propuso y estableció un amplio programa
de reformas sociales económicas y políticas. Solón inicia sus reformas con un ataque a la
propiedad de los acreedores para proteger la propiedad de los deudores. Abolió las
deudas hipotecarias, retiró de los campos los mojones hipotecarios y manumitió a todos
los campesinos que por insolventes fueron hechos esclavos. Los que fueron vendidos
como esclavos en el extranjero fueron rescatados por cuenta del Estado.
Abolió la esclavización por deudas, prohibió los contratos de préstamos en los que el
deudor se hacía prenda del acreedor. A partir de entonces el deudor respondía con sus
bienes pero no con su persona. Con el objeto de poner fin a la avidez de la nobleza por la
tierra, Solón puso un límite a la extensión de la propiedad que podía poseer un individuo.
Aparecen normas relativas al orden y método de plantar olivos, al uso de pozos y la
excavación. Se prohibió la exportación de trigo y se estimuló la exportación de aceite de
oliva y vino. El sistema de pesas de Fidón y el sistema monetario de Egina fue
reemplazado por el sistema de Eubea. Ello favoreció el comercio con la región. (100
nuevos dracmas equivalían a 73 dracmas antiguos, esta devaluación supuso la reducción
inmediata de las deudas y sus intereses en un 27 por ciento.-
Estableció leyes destinadas a desarrollar los oficios artesanales, atrayendo los extranjeros
hacia Atenas, que concedía la ciudadanía a todos aquellos que migrasen, con todas sus
herramientas para ejercer un oficio, con el propósito de establecerse de forma
permanente en Atenas.
La constitución de Solón constituye un hito fundamental en la evolución de los sistemas
jurídicos, y su vinculación con la economía. Se termina el monopolio político de la nobleza
y establece la timocracia, régimen basado en el nivel de riqueza de cada ciudadano. La
ley dividió en cuatro clases según su capacidad productiva anual. Entre los órganos del
Estado está la Asamblea Popular, que entiende todos los asuntos de interés general, y la
integran todos los grupos, con lo cual la nobleza pierde la mayoría decisoria. Se crea el
Tribunal Popular, lo que permite participar al pueblo en las sentencias, y éstos tribunales
se constituían con grupos de todas las clases totalizando quinientos, los que eran
elegidos por sorteo.

La lucha de clases después de Solón

El régimen establecido por Solón tuvo dos enemigos. Los eupátridas, que vieron
menguadas sus potestades políticas y preeminencia económica, y los pequeños
campesinos e indigentes que se sintieron no beneficiados por las reformas. Ello derivó en
luchas por una nueva reforma, que habría de terminar poco tiempo después en la tiranía.-
Relata Aristóteles que aparecieron tres partidos, los pediakoi o pedieis, que
representaban a los eupátridas, y formaban el partido aristocrático representado por
Licurgo. Estos defendían el retorno al antiguo régimen; el partido de los paralioi, que eran
de la región marítima y representaban los intereses mercantiles e industriales del litoral, y
no querían ir mas allá de las reformas ya establecidas; y el partido de los diacrios o
pequeños campesinos, que pretendían una nueva redistribución de tierras que los
alcanzase mas favorablemente. Estaba este último dirigido por Pisistrato. La revuelta
política puso al frente a éste último, quien estableció la tiranía, y repartió tierras a los
diacrios en Salamina.-

La tiranía de Pisistrato duró hasta su muerte en el año 527 a.c. Según Struve, Pisistrato
no se propuso grandes reformas ni promulgar nuevas leyes. Por el contrario hizo cumplir
las normas y funcionar las instituciones pero todas las elecciones de funcionarios recaían
en sus seguidores. El gobierno se destacó por la derrota total de la clase aristocrática, a
muchos de los cuales expropió y desterró. Fueron éstas las únicas tierras que repartió
fuera de las de conquista. Introdujo un sistema de crédito estatal que facilitaba a los
campesinos la compra de semillas y herramientas agrícolas. Estableció un impuesto
proporcional, -el diezmo-, sobre los ingresos. Para favorecer el desarrollo de la artesanía
y el comercio, se equipó a Atenas con una gran flota. Se llevó a cabo un gran plan de
obras públicas y Atenas se convirtió en un gran centro mercantil, artesanal y cultural.
La muerte de Pisistrato debilitó la tiranía, la abundancia solo podía sostenerse con altos
tributos a los campesinos, lo que provocó el descontento, que sumado al avance de los
Persas en Asia Menor y Egipto incitaron a la nobleza a rebelarse.
El restablecimiento de la aristocracia fue mas violento que la abundancia y el desarrollo
en la época de Pisistrato. Isagoras, apoyado por Esparta expulsó de Atenas cientos de
familias e intentó suprimir las instituciones de las que participaba la plebe. Esto provocó
la rebelión de los demos, que lograron desalojar a Isagoras.

Clístenes.- La Isonomía
Sobrevino entonces el período de la isonomía. La igualdad personal y política. Este
período fue llevado adelante por Clístenes, quien amplió los derechos de los demos frente
a la oligarquía para lo cual reforzó las instituciones de carácter popular como el consejo y
debilitó las de carácter aristocrático como el arcontado. El pueblo tuvo sus propias
autoridades y autonomía de sus ciudades o aldeas. La base de la reforma se sostuvo en
profundizar el carácter territorial de cada ámbito político, suprimiendo la primacía del
“genos”. Es decir, los derechos se ejercían no por la familia de origen sino por el lugar del
nacimiento, con lo cual sin distinción los ciudadanos podían ejercer cargos administrativos
en su jurisdicción.-
La Asamblea del Pueblo (Ekklesia), integrada por todos los ciudadanos fue en adelante el
poder supremo de la sociedad. Ejercía control sobre los otros poderes y se reunía tres
veces al mes. Cuando hablamos de la democracia griega, lo importante es revisar la
evolución que hemos descrito, para advertir de que modo arribamos a un proceso
participativo de carácter políticamente igualitario.-
Las reformas de Clístenes cierran el período de conmociones sociales y políticas que
sacudieron el Atica durante cien años para terminar en la formación de las clases sociales
y el Estado.

El siglo de Pericles

Consolidado el Estado, conformado por una liga de ciudades perfectamente organizadas


en su estructura político- institucional, Pericles, en el siglo -V y gracias a la victoria de los
griegos sobre los persas, pudo desplegar el esplendor de un sistema que resultó el
cimiento fundamental sobre el que se edificó el futuro de la sociedad occidental. Los
atenienses formaron una potencia naval que suplantó a los mercaderes orientales, y esto
impulsó la consolidación del estado que regula, controla, defiende, y sostiene sus gastos
gracias a la actividad creadora del hombre y su vocación de intercambio.-
La liga de ciudades se transformó en una unión estatal centralizada por Atenas, se
establecieron guarniciones en el territorio, que controlaban el comercio con las ciudades
aliadas, se estableció la moneda y el sistema de pesas y medidas se unificó en todo el
territorio. Se atribuye a Pericles la institución de la remuneración de los funcionarios
públicos, el mantenimiento de un ejército permanente también remunerado, para sostener
el creciente comercio y el sostenimiento de una flota marítima de mas de 300 barcos. Ello
introdujo la necesidad de establecer un régimen financiero permanente, con un gasto
preestablecido, y debidamente aprobado por las instituciones vigentes. Estamos en los
principios de la era presupuestaria estatal. Los recursos del estado, por mas que la
información sobre la época es fragmentaria, pueden considerarse del siguiente modo:
Patrimoniales: que era la renta de la propiedad pública
Fiscales: Que era el sustento principal del tesoro constituido por la suma que debía pagar
cada una de las ciudades como contribución al Estado. También los monopolios
comerciales otorgados debían contribuir con una suma anual. También los aranceles
aduaneros constituyeron una parte importante de los ingresos. Los abonaban quienes
efectuaban transacciones comerciales internas o externas, y su recaudación recaía en
particulares que remataban el derecho de percibirlos pagándole al estado una suma
anticipada por esta concesión.
Los impuestos personales a los metekos, las viudas, y los impuestos extraordinarios en
tiempos difíciles, fueron también una parte de los recursos del Estado. Se sabe incluso de
la percepción de derechos procesales, multas, y otras contribuciones menores.-
Sin duda ninguna dificultad tenemos en comparar este sistema desarrollado hace 25
siglos con el que actualmente conocemos. Una cuestión de mayor importancia que nos
advierte del desarrollo del concepto de las finanzas públicas lo encontramos en lo que
podíamos denominar “gastos de inversión”. Cuando era necesario construir barcos para
proveer a la flota, el Estado se hacía cargo de los mismos, pero luego entregaba el barco
a la polis correspondiente que debía hacerse cargo a través de sus instituciones del
armado y mantenimiento.
En cuanto a los gastos, el estado destinaba parte de su tesoro a las celebraciones, fastos
religiosos, y tributos a los dioses. A propuesta de Pericles comenzó a darse a los
ciudadanos pobres una suma que les permitiera disfrutar de las celebraciones durante los
días festivos, con lo que el gasto social se hizo presente en una sociedad que ya
anunciaba la necesidad del estado de corregir, o por lo menos moderar las diferencias
sociales que se presentaban.
Las obras públicas también constituyeron una parte importante del gasto, para
fortificaciones, edificios públicos etc. Los gastos militares recayeron en forma permanente
en la estructura del Estado. Ya no para un ejército ocasional para la guerra, sino un
ejército permanente para asegurar la propiedad, el progreso y la expansión de una
sociedad en pleno desarrollo y crecimiento.
La retribución a los empleos públicos, (lo que hoy veríamos como la creación de la
burocracia), e incluso el costo del mantenimiento de una fuerza militar interna equivalente
a la policía, que si bien estaba formada por esclavos, su mantenimiento recaía en el
Estado.-
Nos hemos detenido particularmente en el mundo griego, porque nos evidencia la
formación de las instituciones que dieron forma al Estado en su organización y en la
distribución de poder. Sin embargo es necesario aclarar, que ello no produjo ninguna
teorización respecto de la economía como tal. Ni la familiar ni la estatal. Particularmente
ésta última siempre fue vista como un apéndice del poder político, por lo cual ningún
sentido tenía efectuar elaboraciones sobre leyes económicas que rigieran la producción o
distribución de bienes, cuando su mera existencia era ya una decisión expresa o implícita
de las obligaciones que la sociedad imponía a sus miembros.

ROMA.-

Al igual que respecto de todas las civilizaciones antiguas, buscar en el desarrollo de


Roma, “doctrinas económicas”, ya fuera en la época de la República o del Imperio,
constituye un grave error conceptual. No es posible elaborar “doctrinas” o “teorías” sobre
cuestiones atinentes a una sociedad, cuando el ámbito de conocimiento que se pretende
abarcar, carece de la entidad suficiente para generar en base a comprobaciones
empíricas hipótesis que fueran sustentables, y desde luego sin posibilidad de establecer
un cuerpo orgánico con pretensión de saber científico.-
Los “hechos” de contenido económico, abundaban en la sociedad romana al igual que en
otras civilizaciones anteriores o posteriores. La persistencia de “hechos” de contenido
económico a lo largo del tiempo, desde que se tiene memoria histórica su creciente
complejidad su masificación, y muy especialmente la intervención del Estado, como
expresión de la organización social, mediante un sistema jurídico que abarcó estos
hechos tanto en su individualidad como en su generalidad, fueron la causa de que el
saber se ocupe de ello e intente elaborar “doctrinas” que expliquen todos y cada uno de
los fenómenos de contenido económico.-
En Roma, y a través de su evolución, observamos fenómenos de contenido económico
tales como el Derecho de Propiedad, el Trabajo Esclavo (es decir no remunerado), La
distribución de la propiedad raíz como producto de las conquistas territoriales, la
existencia del comercio, la existencia de la moneda como reemplazo del mecanismo del
trueque, la obligación de pagar impuestos al Estado, de exigir tributos a pueblos
conquistados, etc.
Respecto de éstos fenómenos, o por lo menos de algunos de ellos, los pensadores del
momento se interrogaron; pero no con la intención de elaborar una doctrina sobre el
funcionamiento de los hechos económicos, sino para encontrar un justificativo o razón de
su existencia, o una buena razón para impedir o modificar ciertas prácticas. Por ejemplo,
respecto de la propiedad privada, pareció razonable, natural y justo que por lo menos una
porción de las tierras donde se asentaban los pueblos se repartieran entre las gens
originarias y que se transmitiera de generación en generación. Las tierras adquiridas por
conquista debían también naturalmente distribuirse entre quienes hicieron posible la
misma, es decir los ejércitos, estableciendo proporciones según la jerarquía de sus
integrantes. El trabajo esclavo fue visto como natural. El comercio fue visto como
antinatural para los pueblos cuya organización se basó más en el abastecimiento interno y
la expansión bélica que en el intercambio. No obstante, siempre fue tolerado, cuando no
incorporado como práctica propia, aún cuando a ello no se dedicaran ni los gobernantes
ni los aristócratas.-
La moneda, representada por metales preciosos o incluso por otros como el cobre, el
bronce, fue rápidamente empleada por los gobernantes e incluso monopolizada su
acuñación y establecido su valor, en algunos casos independiente del peso del metal. Los
tributos fueron base de sostén de gobiernos y ejércitos, que ya en la antigüedad
establecieron en muchos casos la remuneración como base de la institución. El poder
económico, íntimamente ligado al linaje, estuvo directamente relacionado con el ejercicio
de los derechos políticos, pero con el tiempo también el poder económico permitía adquirir
derechos políticos, ciudadanía y magistraturas.

http://es.wikipedia.org/wiki/Imperio_romano#Econom.C3.ADa
La economía del Imperio Romano era la propia de un imperio esclavista; los esclavos
trabajaban obviamente de forma gratuita, lo cual producía una enorme riqueza. Las
diferentes ciudades y provincias estaban conectadas por una red de comunicaciones, vías
y puertos, que fomentaban el comercio notablemente.
Aunque la vida se centraba en las ciudades, la mayoría de los habitantes vivían en el
campo con un buen nivel, donde cultivaban la tierra y cuidaban el ganado. Los cultivos
más importantes eran el trigo, la viña y los olivos, también árboles frutales, hortalizas,
legumbres y lino. Los romanos mejoraron las técnicas agrícolas introduciendo el arado
romano, molinos más eficaces, como el grano, el prensado de aceite, técnicas de regadío
y el uso de abono.
Desde el punto de vista económico, la base agrícola varía bastante según las zonas.
La sociedad romana original (comienzos de la República) se configura de dos clases
sociales que tenían la ciudadanía romana: una aristocracia de propietarios (patricii,
patricios) y una clase popular que luchaba por conseguir derechos (plebs, plebeyos).
Como ya se ha dicho anteriormente, la economía estaba basada en el sistema de
producción esclavista, donde la mayoría de los esclavos eran prisioneros de guerra.
Existían mercados de esclavos donde se comerciaba con ellos como si fuesen simples
mercancías.
Así pues la sociedad romana en sus orígenes estaba dividida en:
• Patricios: eran la clase dominante que poseía todos los privilegios tanto fiscales, como
judiciales, políticos y también culturales.
• Plebeyos: eran el pueblo que no gozaba de todos los derechos ni privilegios.
• Esclavos: no tenían derechos y eran posesión de sus amos. El esclavismo era toda una
institución social en Roma. No fue un esclavismo de raza, como sí lo sería siglos después.
En Roma cualquiera podía ser esclavo; la fuente de esclavos provenía sobre todo de
pueblos conquistados, pero también de delincuentes u otra gente que fuera degradada a
esa clase social por algún motivo. En realidad el esclavismo no era más que la clase
social más baja. Y como toda clase, también era posible ascender a veces comprando la
propia libertad, o simplemente por el deseo expreso del amo que se formalizaba con el
acto de manumisión, un privilegio exclusivo de todo propietario que convertía al esclavo
en liberto (esclavo liberado).
Al evolucionar la República y convertirse en Imperio, esta sociedad evolucionó con ella
dando origen a nuevos grupos o transformando otros. Ya hacia finales del siglo IV a.C se
había formado la clase de los optimates(o aristocracia patricio-plebeya), resultado de la
fusión de los antiguos patricios con los plebeyos más ricos.
En la medida que Roma entró en el gran circuito económico del Mediterráneo se
desarrolló la clase de los caballeros (u orden ecuestre), dedicada a los negocios
(empresarios mineros, grandes comerciantes, prestamistas, etc).
Por su parte, la antigua clase media campesina, propietaria de tierras en Italia, se arruinó
con las guerras y con la competencia de los latifundios y los productos agrícolas a bajo
precio venidos de las provincias. Los campesinos pobres que la formaban emigraron a
Roma y a las grandes ciudades de Italia, transformándose en el proletariado romano, una
masa ociosa y llena de vicios, cuyos integrantes solían engrosar la clientela de los
políticos profesionales y a quienes vendían sus votos. El proletariado fue sostenido por el
aporte económico de sus patrones y, durante el Imperio, por las arcas fiscales y los
recursos de los emperadores

LA EDAD MEDIA

Tampoco la edad media desconoció las prácticas comerciales y los hechos económicos
que ya hemos descripto. Aún cuando el régimen de abastecimiento de los miembros de
una sociedad eran precarios y más bien limitados a unos pocos productos de los que no
podrían proveerse, el intercambio estuvo presente, al igual que la moneda como medio de
pago, y el régimen de propiedad como respaldo del sistema.
Quizá la diferencia más notable que observamos respecto de los regímenes antiguos, es
que mientras los griegos juzgaron las prácticas económicas a la luz de elaboraciones
filosóficas que pretendían encontrar una sociedad ideal, los romanos menospreciaron
analizar estas prácticas en tanto la conquista y la guerra eran suficiente justificación para
el funcionamiento del Estado, y de las sociedades sometidas; por su parte, en la edad
media las prácticas económicas debían atravesar el tamiz de la doctrina religiosa. Este
punto de vista, menospreció el ejercicio del comercio, el uso de la moneda como medio
para obtener recursos (es decir el cobro de interés o usura), relegando la primera a su
mínima expresión y prohibiendo en forma estricta la segunda.-

Eric Roll refiere a los principales aspectos vinculados a este tiempo destacando que lo
esencial de la época fue la acentuada división en clases sociales (señores y siervos),
también alude y con razón destaca el acentuado concepto del Derecho de Propiedad,
sobre el cual sus titulares ejercían no solo dominio de carácter económico como el que
ahora conocemos, sino político, ejercían la justicia, y los siervos que habitaban sus
latifundios pasaban a los herederos ya que pertenecían a las tierras. No solo estaban
obligados a trabajar las tierras del señor (ya sea por una porción del producto como
recompensa sino que también debían armarse y defender a su señor, en sus disputas
territoriales o políticas, e incluso en sus incursiones de conquista de nuevas parcelas o
dominios.

Estas unidades económicas, administrativas y aún políticas fueron el estandarte de la


sociedad medieval. El señorío sobre territorio, originado en una rígida división dentro de la
propia nobleza, respondía política y militarmente al monarca, y todo este sistema, se regía
en sus aspectos éticos y morales por los principios religiosos infundidos por la iglesia
católica. Ello por cierto no suprimió disputas, intrigas y luchas que modificaban los
personajes que representaban los diversos roles, pero el sistema permanecía incólume.-

En ese marco, y habida cuenta de la distancia entre la nobleza y los siervos, la iglesia
tuvo que establecer en muchos casos una concepción ambivalente según a quien
estuviera destinada la regla moral.(nota) Así, la iglesia pudo condenar algunas veces las
prácticas económicas que aumentaban la desigualdad mientras que en otras situaciones
predicaba la indiferencia hacia las miserias de éste mundo). E.R.

Para Santo Tomás el comercio era un mal inevitable en un mundo imperfecto. Era
necesario un justificativo para el ejercicio del comercio, y por ende fue admitido como
medio para sustentar la familia del comerciante y siempre que beneficiara al país. En
busca del límite a la ganancias, se elaboró la teoría del “precio justo”, para lo cual una vez
mas Sto. Tomás se inspiró en Aristoteles, diferenciando valor de uso y valor de cambio.
La teoría del “precio justo”, no era fácil de explicar, lo había intentado ya Alberto Magno
desarrollando las ideas de Aristoteles, concluyendo que deben cambiarse productos que
tengan igual trabajo para producirlos e igual gasto. Para Santo Tomás, el costo de
producción incluía la ganancia del productor, que estaba determinada en forma ética por
el principio de justicia (lo que fuera necesario para mantener a su familia).
Por su parte el derecho civil, en su contenido romanista, parecía contradecir las opiniones
religiosas, liberando al propietario a obtener por sus bienes lo que pudiera obtener
libremente.

Si bien los evangelios despreciaban las riquezas de éste mundo, no se oponían en


absoluto a la propiedad, sino solo a algunas manifestaciones o consecuencias de ella. La
prohibición del comercio y la denominación de “antinatural” de toda actividad económica,
expresaba cosas muy distintas. Para los señores feudales significó claramente que los
principios de su señorío se originaban y se sostenían en base al sistema feudal del que
participaban según su posición social y territorial. La economía poco importaba, ya que
nada podía cambiar, y cuando algún cambio se producía, el caudal de riqueza provenía
de guerras, conquistas o alianzas, no de rentas o productividad de la tierra que no
obstante tenían la importancia de permitir mantener una importante dotación de hombres
a su servicio, y de permitir un nivel de vida acorde con su posición social. Para los siervos
las prohibiciones relacionadas con el comercio eran casi irrelevantes, ya que su
pertenencia al feudo impedía toda posibilidad de ejercer esta actividad.

La verdadera limitación era para hombres libres no terratenientes, o pueblos dedicados al


comercio y a la producción de ciertos bienes que comerciaban con los feudos. Hacia ésta
práctica la iglesia dirigía una posición de menosprecio cuando no hostil. Una cuestión
particular que acompañó la posición sobre el comercio mereció consideraciones
doctrinarias de la iglesia; nos referimos a los préstamos de dinero a cambio del pago de
un interés o usura. Los mismos fueron unánimemente condenados por la doctrina, que
como veremos, sufrió una evolución acompañando prácticas que la sociedad no erradicó,
pero moderando en todos los casos su aplicación.-

Esta cuestión, que ya se había manifestado como preocupación en Aristóteles, que no


admitía el incremento antinatural de un bien estéril como el dinero, se receptó con fuerza
en el Medioevo por la doctrina de la iglesia. La condena a la usura, durante la baja edad
media, si bien era general, se limitaba al clero, ya que la sociedad en general gozaba de
una economía monetaria muy limitada y por consiguiente difícilmente ésta práctica podía
emplearse de modo constante y general. En todo caso, el uso del dinero podía requerirse
para el mantenimiento y expansión del poder de la iglesia. Los monarcas cuando
requerían dinero para sus campañas militares acudían a extranjeros o impuestos
extraordinarios. En el Concilio Lateranense de 1139 celebrado en Roma, fue decretada la
primera de una serie de prohibiciones y restricciones sobre la usura.
Aún así, el avance del comercio fue lo suficientemente rápido para obligar a la iglesia a
retirarse de sus intransigentes posiciones originales. El mismo Santo Tomás había
permitido algunas oscilaciones en torno al “precio justo” cuando había fluctuaciones de
mercado que podrían llevar a la ruina al vendedor si se ajustaba a un precio
aparentemente equitativo. Ello llevó a admitir que las variaciones de la oferta o la
demanda, alteraran los precios de mercado. Era un inicio para establecer excepciones; la
iglesia fue adoptando un criterio impersonal del “cambio”, lo que de algún modo significó
que “el mercado” respondía a reglas propias.-
Lo mismo pasó con la usura. El avance del comercio y el volumen de las transacciones,
mas las oportunidades de inversión en empresas comerciales, orientó la doctrina de los
comerciantes a favor de los préstamos de dinero con interés, fundándose en institutos
jurídicos del derecho romano, lo que de algún modo escandalizó y endureció a la iglesia
en sus posiciones. Pero luego, la doctrina religiosa, con base en Aristóteles, comenzó a
reverse desde las excepciones que facultarían el cobro de un interés por el préstamo de
dinero. Nació asi la doctrina del damnum emergens es decir el daño que podía
experimentar el prestamista si pudo perder oportunidad de mejor uso de su dinero.
También se aplicó el criterio de la mora o retraso en la devolución, lo que sin duda
generaba daño al prestamista, dependiendo en ciertos casos si había buena fe o no tanto
en el deudor como en el acreedor. La mas importante concepción teórica para admitir el
cobro de intereses ternimó fundándose en el lucrum cesans es decir perder la oportunidad
de ganar dinero por no disponerlo al haberlo prestado. Por último también se acudió a la
teoría del riesgo que fácilmente podía acreditar los peligros que suponía una aventura
comercial efectuada con dinero que no le era propio. Desde allí, diversos modos
contractuales. A veces reales y a veces ficticios se establecían entre las partes para que
el préstamo o “mutuo” fuera definitivamente aceptado y legal.
La evolución sobre el concepto de la usura, tuvo involuciones y avances a lo largo de tres
o cuatro siglos, a pesar de que la tendencia al préstamo era cada vez mas definida, y el
debate se redujo poco a poco al ámbito de los claustros.

Sto tomas http://biblioteca.campusdominicano.org/3.pdf obtener copia de la parte


pertinente (cuestión 77 pag 593 t. 3)

Entre otras preocupaciones de los estudiosos de la edad media encontramos ciertos


análisis verdaderamente profundos sobre el dinero, su valor y su envilecimiento. Es
interesante considerar, que el uso de un elemento de intercambio, que se constituyó con
el tiempo en unidad de medición del valor de todas las cosas, fue cuestionado no en su
esencia, sino en la forma que imponía su uso. En primer lugar, el poder de los monarcas
que se atribuyeron el derecho a establecer el cuño y ser monopolizadores del derecho a
acuñar moneda y sus valores. En segundo lugar, por su envilecimiento, ya sea mediante
la degradación del metal precioso que le daba sustancia, o por la sustitución de éstos
metales, por otros no preciosos pero supuestamente respaldados por la casa real
emisora. Una tercera cuestión, que luego se profundizará con el avance del comercio
entre naciones, la instituyó el concepto de la riqueza como acumulación de metales
preciosos. Un autor que puede ser considerado el iniciador de los estudios sobre la
moneda fue Nicolás Oresme quien escribió el primer tratado sobre la moneda y el sistema
monetario. En alguna fecha anterior a 1.355, escribió un tratado sobre ética y economía
sobre la producción del dinero. El libro se tituló Tratado sobre el Origen, Naturaleza, Ley,
y Alteración de las Monedas, y consolidó su fama como economista para siempre. El título
más adecuado al que se podría traducir hoy día es "Tratado sobre la Inflación."
EL CAPITALISMO COMERCIAL

Adam Smith definió en su célebre tratado al Mercantilismo, conjunto de prácticas


comerciales y esbozos teóricos que se desarrollaron sobre el final del Medioevo y el
surgimiento de la fisiocracia. El mercantilismo no tiene pretensión de doctrina económica,
sino mas bien una correcta y delicada explicación teórica de los fundamentos del
comercio, y su íntima vinculación con el Estado del que espera cooperación e incluso
participación activa asegurándole como contrapartida su enriquecimiento. Hace algunos
análisis económicos parciales y llega a formular alguna ley aislada, o un concienzudo
análisis de algunos aspectos del fenómeno económico, y particularmente elabora su
propia justificación.
Numerosos cambios se produjeron en la alta edad media. El particularismo feudal de
autoabastecimiento, que podía menospreciar el comercio, se vio superado por una
creciente aceleración de la economía
La apertura de nuevas rutas comerciales se debió a dos grandes motivos: la caída de
Constantinopla y los grandes descubrimientos geográficos. Al apoderarse los turcos de
Constantinopla en 1453, quedaron cortadas las antiguas rutas de Occidente con Asia.
Pero los
nuevos Estados, en lugar de resignarse con los acontecimientos, van a tratar de encontrar
una nueva solución al problema del comercio con los países asiáticos. Nadie se hubiera
atrevido
nunca a soñar las consecuencias de esta actitud emprendedora. Las naves de Enrique el
Navegante pasan la línea del Ecuador, doblan el cabo de Buena Esperanza y llegan
finalmente a la India en 1498; de ahí pasan a Malaca y hasta China. Buscando un camino
más corto para llegar a la misma meta. Cristóbal Colón descubre América en 1492. Poco
tiempo después tendrán lugar las conquistas de México y del Perú, y toda una serie de
descubrimientos geográficos de la mayor importancia: Se produce un desplazamiento
radical de los antiguos ejes comerciales. Venecia, señora del Mediterráneo, tiene que
ceder su lugar a Lisboa y a Sevilla. Éstos son los puertos que ligan a toda Europa con las
Indias Orientales y con América. De ellos parte también la ruta al norte de Europa, vía
Amberes y Amsterdam.

Apertura de inmensos mercados. Por Lisboa y Sevilla afluyen a Europa toda clase de
productos coloniales que van a transformar la economía europea, su alimentación y sus
hábitos. El maíz, Ia
papa, el tabaco, las especias tan buscadas y, sobre todo, el oro y la plata. A la penuria
de alimentos y de metales preciosos en Europa se sucede la abundancia. Las especias y
toda otra clase de productos asiáticos inundan los mercados de Europa. América y Asia
ofrecen inmensos mercados a los productos europeos.

Afluencia de metales preciosos. De 1450 a 1550, los portugueses drenan hacia su patria
todo el oro africano del Sudán y de Etiopía. Pero la gran afluencia de metales preciosos
se debe a la explotación de las minas de América española.
MERCANTILISMO: tendencia de la economía política burguesa y de la política económica
de los estados en la época de la acumulación originaria del capital (siglos XV-XVIII);
reflejaba los intereses del capital comercial cuando éste todavía se hallaba unido al capital
industrial. Los mercantilistas consideraban que la ganancia se crea en la esfera de la
circulación y que la riqueza de las naciones se cifra en el dinero. De ahí que la política
mercantilista tendiera a atraer al país la mayor cantidad posible de oro y plata. Los
primeros mercantilistas (Stafford y otros) insistían en que se prohibiera toda exportación
de dinero del país. Lo que ellos se proponían era acumular dinero en el país por todos los
medios, exportando mercancías al mercado exterior. Con el crecimiento de las formas
capitalistas de economía y la ampliación del comercio exterior, se hizo cada vez más
evidente la inconsistencia de la política que veía su objetivo en retener el dinero de la
circulación. Frente a la política de la balanza monetaria activa, se presentó la política de la
balanza comercial. Sus partidarios eran mercantilistas posteriores (T. Mun, A. Serra y
otros). Según ellos, el Estado ha de poseer un tramo activo en la balanza comercial, la
importación de mercancías no debe superar a la exportación. Para que así fueses se
estimulaba el desarrollo de la industria que producía para exportar. El mercantilismo
consideraba que la fuente de la riqueza radica en el comercio exterior, y como quiera que
eran los artesanos quienes suministraban las mercancías que se exportaban, se negaba a
la conclusión de que era indispensable fomentar la producción artesanal. La producción
capitalista estaba en sus comienzos y las ideas de los mercantilistas se hallaban
condicionadas por el nivel del desarrollo económico de aquella época. El mercantilismo
empieza a descomponerse a mediados del siglo XVII dado que, a medida que el
capitalismo progresa, la forma principal de aumentar las riquezas va siendo la producción
capitalista. El mercantilismo, según caracterización de Marx, fue la prehistoria de la
economía política. La verdadera ciencia económica moderna empieza tan sólo cuando la
investigación teórica pasa del proceso de circulación al proceso de producción" (C. Marx).
En su tiempo, la política del mercantilismo fue progresiva, contribuyó a desarrollar las
primeras grandes empresas capitalistas: las manufacturas; facilitó el progreso de las
fuerzas productivas, la victoria del capitalismo sobre el feudalismo. Al mercantilismo como
corriente del pensamiento económico de la burguesía, le sucede la teoría de los
fisiócratas. Eumed http://www.eumed.net/cursecon/dic/bzm/m/mercantilismo.htm

El régimen de producción sufrió notables cambios. No solo señoreó el puramente


comercial, sino que se inició de modo incipiente la producción en volúmenes apreciables a
través de los denominados “verlag”, sistema que se basaba en la entrega de materia
prima por parte del capitalista a grupos familiares, los que desarrollaban algún aspecto de
la producción, para luego completar el producto en varios pasos el que luego era
exportado por el capitalista. La importancia de éste sistema radicó en añadir valor al
producto exportado. Las naciones incipientes, se creaban fuentes de riqueza mediante el
sistema del “monopolio”, lo que representó una gran ventaja para el Estado, por el
absoluto control del ejercicio del comercio por la compañía a la que se concedía el mismo.
Ello le permitía cobrar impuestos, establecer eventualmente precios, reglamentar
volúmenes de operaciones, salida e ingreso de metales preciosos etc. También para las
compañías era importante el monopolio, ya que eliminaban toda competencia. Esto
motivó la creación de grandes compañías tales como los mercaderes Aventureros, la
compañía moscovita, la compañía de Indias occidentales y la compañía de Indias
Orientales. Estas grandes empresas, pasaron del comercio de mera intermediación, a
diversos mecanismos que por un lado potenciaban el rendimiento económico y por otra
parte beneficiaban el enriquecimiento del Estado. Así, los ingleses triangulaban enviando
productos al extranjero, allí compraban esclavos que luego vendían en América, para
adquirir allí materias primas que llevaban a Inglaterra para elaborar productos
manufacturados.
Las técnicas agrícolas se fueron perfeccionando, rotación de cultivos, mayor
productividad etc. La construcciones navieras permitieron mayores cargas y mas
seguridad de las mismas, esto permitió una política inglesa de restricción de ingreso de
mercancías en barcos que no fueran ingleses o que hubieran cargado sus productos en
puertos de intermediación. También hubo una profunda transformación en los gremios
medievales de artesanos y productores, impermeables a la necesidad de trabajadores
adaptados al nuevo sistema. Se vieron sobrepasados, y los trabajadores libres obtenían
permiso del monarca para producir y abastecer la incipiente industria.

Durante todo este período se mantuvieron cuestiones no resueltas, y temas nuevos que
los debates intentaron develar. Así la cuestión del interés respecto del préstamo de dinero
no había sido totalmente resuelta en el ámbito teórico y moral, pero si en el campo de los
hechos. Las enormes compañías comerciales, y los empresarios libres, requerían
capitales para emprender sus travesías, las que siempre eran riesgosas y de ningún
modo obtendrían dinero sin considerar un interés por el préstamo. Mientras Carlos
Molineaux escandalizaba a sus contemporáneos con un tratado sobre la Usura de 1546
en el que defendía el cobro de intereses, siempre que se fijara una tasa máxima; las
posiciones de Tomas Wilson eran violentamente opuestas.
La justificación del Estado en la actividad económica requería toda una elaboración sobre
la justicia y la legitimación tanto de los estados modernos que surgían, como del poder
que gozaban sus gobernantes.
Bodin (también llamado Bodino, o Baudin, o Bodinus) fue un pensador francés, jurista,
politólogo y economista. Nacido en Angers, estudió en París y en Toulouse.

Su primer texto sobre teoría monetaria fue una respuesta a Monsieur de Malestroit, que
data de 1569, en el niega la teoría de la suba de precios a largo plazo. Bodin en su escrito
mantiene que los precios suben debido a diferentes causas:
1. El aumento de las cantidades existentes de oro y plata.
2. La existencia y dominio de monopolios.
3. La disminución de la oferta por causas de devastaciones.
4. El exceso de demanda de reyes y príncipes.
5. La degradación y adulteración de la moneda.
Pero de todas estas causas, la primera era la más influyente.
Este texto, publicado en 1568, tuvo una gran influencia en Europa y fue considerado
durante mucho tiempo la primera exposición de la teoría cuantitativista del dinero. Sólo
recientemente se ha reconocido que los pensadores de la Escuela de Salamanca, y en
concreto, Martín de Azpilcueta, habían descrito ya, incluso con mayor claridad y
profundidad de análisis, los efectos inflacionistas de la masiva importación de metales. Es
casi seguro que Bodino había tenido previo conocimiento de las ideas de estos
españoles. De hecho, había coincidido con Martín de Azpilcueta en la Universidad de
Toulouse.
Su obra más importante es "Les six livres de la République", que es un clásico del
pensamiento político, en el que define al Estado en base a su soberanía. En el último de
estos seis libros hace una exposición de principios económicos mercantilistas, pidiendo
limitaciones a la salida de materias primas y a la importación de manufacturas no
imprescindibles. Sin embargo defiende el comercio internacional ya que señala que el
beneficio de uno no supone necesariamente pérdida para otro. En relación a nuestra
asignatura la importancia que le asignamos a este tratadista, proviene de la unión
indisoluble a partir de ese momento de estudiar los fenómenos económicos como parte
del sistema político. Tanto las doctrinas monetarias como los sistemas de producción, y
comercialización, en particular respecto al comercio internacional son analizados como
parte de la conformación del Estado. Una frase que podemos destacar al respecto: “el
Estado debería concebir sus leyes de manera que el interés personal corrieran por
canales que llevaran al beneficio general.” Es decir, el análisis del régimen de gobierno,
va de la mano con el régimen económico que lo hace posible, que le da sustento, y es
para los súbditos para quien se ha de gobernar. No ya como ciudadanos o personas a
“secas”, ni como meros súbditos de la corona, sino como parte de un sistema productivo
que a cada quien fue asignando su lugar, como campesino, como artesano, productor,
mercader, terrateniente o mero capitalista inversor

. El mercantilismo y el metalismo.-
La particularidad del mercantilismo la encontramos en la magnitud de su actividad. El
comercio internacional, magnificado por avances incesantes en las técnicas agrícolas,
sistemas productivos, intensificación del comercio con indias orientales a partir del tráfico
marítimo doblando el cabo de Buena Esperanza, y el incipiente tráfico con América,
incitado por las expectativas de metales preciosos, debilitaron definitivamente el ya
agrietado sistema feudal.-
Algunos tratadistas, como Schmoller, identifican el mercantilismo con una nueva forma de
estructuración del Estado. Es opinión suya, tanto como de Heckscher , que el
mercantilismo debe ser considerado esencialmente como una fase de la historia de la
política económica. Es indudable que en este proceso se consolidaron los nuevos
Estados Nación, sometiendo los antiguos regímenes particularistas del feudalismo a una
autoridad central, un territorio y un régimen jurídico política y militarmente unificado. Pero
ello no debe involucrarnos en un debate bizantino respecto de causas y efectos. Fue la
economía mercantil la que cambió el Estado o fue la nueva organización política la que
facilitó el crecimiento del comercio?.-
El sistema monetario en manos del Estado puede ser visto también como consecuencia
del desarrollo mercantil. Especialmente respecto del comercio exterior, que obligó a un
minucioso análisis para entender si la política correcta era la acumulación de metales
preciosos o si la riqueza provenía de una mayor fluidez comercial que determinara una
balanza comercial favorable. Los rivales extranjeros no debían debilitar el reino privándolo
de sus recursos monetarios, pero al mismo tiempo la acumulación de oro impedía un
desenvolvimiento eficaz del comercio, ganar nuevos mercados, y obtener productos
extranjeros mejores y a veces mas baratos que los fabricados dentro del propio territorio.
Junto al proteccionismo del metálico, se propugnó a veces la protección de las fronteras
en desmedro de los productos extranjeros. Esto tenía un doble significado: en primer lugar
proteger la producción local e impedir la salida de oro del reino; en segundo lugar era un
modelo de “competencia” que dificultaba el crecimiento de potencias extranjeras. Estos
manejos restrictivos también tuvieron motivaciones de carácter interno; Los alimentos que
componían el salario de los trabajadores debían mantenerse en un valor que permita
mantener baja la remuneración.
Con base en estos principios, se legisló protegiendo la acumulación de dinero en el reino
e impidiendo la exportación de metales preciosos. Asimismo se reglamentó el plazo en
que debía ingresarse el metálico correspondiente a los productos que se exportaban.
Estas medidas se completaron con la instauración del “cambista real” que con estrictas
reglamentaciones quien establecía las equivalencias de valores entre los productos
importados o exportados y el metálico. -
Esta política no podía mantenerse mucho tiempo ya que no hizo otra cosa que retardar el
crecimiento del intercambio entre las naciones. En respuesta a esta política denominada
“metalista”, surgieron dos respuestas, impulsadas por la realidad y la fuerza del desarrollo
comercial. Una de carácter netamente económico y otra que evidencia la creación del
Derecho en función de las necesidades de la economía. El primer concepto fue el de
“balanza comercial”, expresión atribuida a Misselden quien vivió en la primera mitad del
siglo XVII. El concepto resultaba evolucionado y al mismo tiempo protectivo ya que
consistía en asegurarse de que un país debía exportar más de lo que importaba. De éste
modo se enriquecería, y siempre quedaría un excedente de oro a su favor. Esta tesis,
condujo al criterio del “libre comercio”, y fue incluso reforzada con criterios relacionados
con el transporte, prefiriéndose barcos de la bandera nacional, y afinándose para
comparar no una balanza comercial general sino una por cada país con que se
comerciara.-
El concepto jurídico al que hicimos referencia, resulta elocuente evidencia de la
integración del derecho con la economía. Los comerciantes, para salvar las restricciones
relacionadas con la moneda metálica, establecieron métodos comerciales basados en
papeles y compromisos de banqueros o representante extranjeros a través de los cuales
se realizaban las cancelaciones y pagos. Las denominadas “letras financieras” o Letras de
cambio”, instrumentos cuyo valor fundamental es que evitaban el transporte directo de
moneda, y ello se hacía mediante una orden escrita, por la cual un banquero o
representante en el extranjero se comprometía a hacer el pago a persona determinada.
Esta modalidad, con antiguos antecedentes, comenzó a ser usada, y depurada en sus
formas con el avance del comercio entre plazas distantes, hasta que fue receptada por la
legislación de los países.
La letra de cambio es una orden de pago, creada y firmada por una persona física o
jurídica, dirigida a otra organización (normalmente, un banco, también firmada por él), en
la que requiere a dicha institución que realice un pago de una suma establecida en un
momento estipulado a un tercero.
Es un procedimiento muy utilizando en el comercio internacional, donde el documento por
excelencia es la carta de crédito, en la cual el banco libera el pago del comprador una vez
que el vendedor se presente en la institución con el certificado de embarque
Entre los representantes mas conocidos de este período y éste debate tenemos las
opiniones de Eduardo Misselden Antonio Serra y Tomás Mun. El primero y el tercero
prestigiosos comerciantes de la época, que desde luego, teorizaban en función de su
experiencia comercial, y las de sus respectivas compañías. Ello por cierto, sin perjuicio
de que seguramente consideraban que su intereses eran equivalentes a los del Estado
mismo, que también se enriquecía con los impuestos y participaciones en sus negocios. A
Misselden se atribuye el uso original de la expresión “balanza comercial”. Su posición
tendió al libre comercio y a la búsqueda de una balanza comercial favorable. Serra,
promovió la industria advirtiendo que la misma promovía el trabajo interno de una nación,
y generaba exportaciones con valor agregado.

Tomas Mún

Fue un próspero sedero londinense que desarrolló los mismos argumentos que ya hemos
visto. Vió atacados sus intereses comerciales en razón del volumen de metales preciosos
que se autorizaba a sacar del país a la compañía, y por tal causa defendió el beneficio
que para la nación tenía el reingreso de productos y metálico que se producía como
consecuencia de la evolución de sus transacciones. El sentido de su obra, por lo menos
en la primera etapa (“Discourse of trade from England into the east Indies” 1621) era
liberar de toda sospecha a su compañía de ser causante de algún mal por sacar oro del
país. En definitiva, el comercio que se hacía con ese numerario traía mas riqueza a
Inglaterra que “todos los demás comercios juntos. En 1630 escribió su libro Englands
Treasure by foreing trade y en esa obra desarrolla claramente su concepto del capitalismo
comercial. Es la diferencia entre “capital” y “riqueza”, distingo que nadie había advertido
hasta entonces pero que resultó de una importancia fundamental. “El capital es una
cantidad de dinero y bienes que se emplean para que rindan un excedente futuro” En tal
caso, la cuestión no radica en mantener estático el oro dentro del país, sino de invertirlo
correctamente en el comercio exterior hasta donde éste lo permita y así traer verdadera
riqueza para la nación. Mantiene desde luego el concepto de la excedencia de las
exportaciones sobre las importaciones, y elabora una teoría sobre los precios en función
de la capacidad de Inglaterra para competir con determinados productos.
Es en este período avanzado del mercantilismo donde se comienza a distinguir una teoría
sobre los precios, y la manera en que oscilaban los precios internos, según la cantidad de
metálico que hubiera en el país, los precios internacionales según la apreciación relativa
de las diversas monedas de pago. Esta elaboración, fue luego explicada con mas
precisión por los clásicos. En una directa relación de lo económico con lo jurídico, vemos
la posición de los gobiernos, que intentan regular no solo su propio comercio interno, sino
el nivel de apertura comercial de otras naciones según su relación con Inglaterra. Así,
hubo reglamentaciones que exigían a quienes exportaban hacia Inglaterra comprarle
productos a ésta por la misma cantidad. A esto se opuso Mun advirtiendo que estos
sistemas de represalias que en algunos casos parecían favorecer a Inglaterra, en otros la
perjudicaría porque los comerciantes ingleses también se verán obligados a comprar
donde venden sus productos y no donde sea mas conveniente.
Similar posición tuvo respecto de la acumulación excesiva en el tesoro nacional, lo que
lejos de resultar un beneficio sería un perjuicio tanto para la corona como para los
súbditos, que se verían privados de un importante volumen comercial al sustraer una
porción del tesoro de la actividad económica. Otro aspecto del que se ocupó Mun es la
diferenciación de las balanzas comerciales por país y por producto. En aquella época, las
autoridades intentaban controlar cada comercio y cada país según el resultado de su
balanza comercial individual, con la convicción de que solo era positivo comerciar en
aquellos casos en que el resultado fuera favorable. Mun al igual que Josias Child insistió
en que lo importante era la balanza comercial general, ya que no podía esperarse un
resultado positivo con cada país o con cada producto.
En esta última etapa mercantilista también comenzó a protegerse la creación de fuentes
de trabajo, para garantizar un valor agregado a los productos a exportar. Así, hubo
tratadistas como Hales, que se oponían a la exportación de materias primas sin
elaboración porque privaba de trabajo a los obreros ingleses. Hasta el sistema colonial fue
puesto en duda en un momento, ya que se temió que las colonias comenzaran a recibir
masas de inmigrantes, dejando a los países exportadores con una pequeña cantidad de
trabajadores, lo que reduciría su producción y empodrecería su economía. La solución
que se planteaba para esta posibilidad era la de obligar a las colonias a comerciar solo
con el país colonizador.
Como vemos, fue ésta una época muy importante porque se deja de considerar al
comercio una cuestión extraña para pasar a ser esencial en la vida de las naciones, las
compañías se apoyaron en el Estado y el Estado se valió de las compañías comerciales
para enriquecer al monarca. Toda la actividad fue reglamentada y a veces lo era en
exceso. El Estado empleó para ello tanto las meras prohibiciones como los impuestos,
derechos alcabalas y otros mecanismos de restricción que le garantizaran una balanza
comercial favorable. El resultado de la reglamentación del comercio fue un proteccionismo
que puso a ciertas naciones en condiciones de estructurar un sistema capitalista
industrial, cuando el mero comercio dejó paso al nuevo sistema productivo capitalista. El
mercantilismo contribuyó a la creación y fortalecimiento de los estados-nación, que
poderosamente se lanzaron a la conquista de territorios y mercados; el régimen mercantil
sepultó los particularismos medievales y su reticencia a la creación de excedentes para el
intercambio. El capitalismo incipiente se convirtió en capitalismo industrial. No tuvo el
mismo efecto en todos los países, particularmente Inglaterra y Francia se fortalecieron
porque este proceso concluyó primero. Países como España, no supieron aprovechar la
enorme riqueza que provino de la conquista, y precisamente por considerar que lo único
importante era atesorar metálico, terminaron con una gran inflación en sus precios,
obligados a importar productos de otros países y sin producción suficiente para
convertirse en grandes mercaderes.
UNIDAD 2

Introducción

El pensamiento político. El comienzo de la edad moderna y el racionalismo filosófico.-


Hemos visto en el capítulo anterior, un largo proceso histórico, cuyo intento fue mostrar en
qué medida la actividad económica estuvo siempre incorporada a toda sociedad
organizada, aún cuando su importancia para el conjunto, fue muy limitada e incluso nula
durante mucho tiempo. La complejidad de las civilizaciones, las ciudades los imperios, la
organización de territorios y pueblos conquistados, los vínculos entre los hombres y sus
diversas clases sociales, y entre los hombres y sus gobiernos, incorporó la actividad
económica como una cuestión que no podía ignorarse. Cualquiera fuera el grado de
libertad, o de opresión que se impusiera a los diversos pueblos o sus clases sociales, no
dejó de existir la producción y el intercambio de sus excedentes, la moneda como medio
aceptado de representación de “valor”, las normas jurídicas que convalidaban las
acciones humanas, y el “derecho de propiedad”, nunca seriamente cuestionado, pero si
permanentemente disputado.
El rápido impulso de la actividad mercantil, establece reglas de juego muy distintas de las
conocidas a lo largo de la edad media, período en que la escolástica tendió a inmovilizar
en el tiempo un régimen social que parecía bastarse a sí mismo, con un liderazgo
espiritual ejercido por el cristianismo como filosofía oficial, y un particularismo político
basado en jerarquías nobiliarias, que constituyeron un entramado político, basado en
poder territorial, militar, y alianzas político religiosas.
En ese marco, el hombre común, carente de poder y propiedad, formaba parte de la tierra
de su señor. Y de él dependía su vida y el futuro de los suyos. Quienes evidenciaban una
capacidad artesanal apta para satisfacer con productos de lujo o poco comunes a la
nobleza, fueron respetados, al punto que crearon sus propias instituciones como los
“Collegia”, con un régimen estamental tan rígido como el que observaban en las
jerarquías eclesiásticas o políticas. Pero escaso fue el interés que provocaron en el
sistema político. Quienes ejercían el comercio, fueron menospreciados, aunque no así sus
productos cuando provenían de tierras lejanas y eran desconocidos o escasos y
preciados para los ricos de Europa.
En algún momento, la complejidad de la sociedad, los avances técnicos, las incursiones
cada vez mas frecuentes y lejanas para obtener nuevos productos, hicieron del comercio
una actividad cada vez mas importante. En primer lugar debía alimentarse una población
cada vez mayor, ejércitos improductivos, sostenerse guerras costosas, y una nobleza
cada vez mas exigente y deseosa de riquezas y lujos. Para ser complacida debieron no
solo tolerar sino impulsar el comercio con otros estados o ciudades. Para un comercio de
cierta importancia es necesario disponer grandes cantidades de oro o plata, que en
aquellos tiempos era la representación de la riqueza y la unidad de medida que permitía
establecer equivalencia de valores.
Pero como no solo el metálico bastaba para comerciar. Era necesario contar con una
producción excedente importante, para colocar productos en el extranjero que permitieran
intercambiar u obtener oro para así continuar el proceso. Esto no habría de lograrse con
pequeñas unidades políticas escasamente autosustentadas. Fue necesario promover una
unión estrecha de grandes territorios, con una sola autoridad central que ejerciera el
poder, y que todos los habitantes de territorio tuvieran que someterse a ella. Incluso aún
cuando no desaparecían los privilegios de clase en la nobleza, la misma pasó a depender
de las reglas que la corona impuso al comercio. El Estado mismo pasó a ser formador de
la nueva clase mercantil, y al mismo tiempo dependiente de la riqueza que la actividad de
ésta le proporcionaba. Ello condujo a la formación de los estados-nación como
modernamente los hemos conocido.
Pese a los interrogantes que se formularon filósofos, religiosos y pensadores de aquel
período, no existió la intención de elaborar una teoría o un conjunto de conocimientos
económicos que pudiera denominarse “sistema”, del cual pudiera derivar una legislación
que contenga éste fenómeno. Así, cuando los religiosos se preguntaron por la usura, o
por el precio justo, lo hicieron como una apreciación del fenómeno y su correspondencia o
no con los mandatos divinos. Por el contrario, fueron los actores del proceso mercantil,
quienes intentaron dar precisiones sobre la legitimidad de su actividad y en consecuencia
obtener una legislación que proteja e impulse el intercambio.
Los monarcas, que rápidamente gozaron de las ventajas de ésta actividad arrasadora, y
que contaban con un gran desarrollo en las técnicas de navegación para conseguir
nuevos mercados y nuevos productos, se asociaron a esta fuente de riqueza que
aparecía inagotable. Lo hicieron al modo que lo hace el poder; establecieron reglas,
controles, prohibiciones, y también libertades protegidas estableciendo concesiones ya
sea por área geográfica o plaza comercial, por producto, por volumen transportado etc.
Sin embargo, el principal medio de participación e interés de los gobiernos en la actividad
producida por los mercaderes fue el impuesto recaudado, y el excedente de metales
preciosos que podían obtenerse gracias al comercio. Ambas modalidades enriquecían al
monarca, y la riqueza conlleva poder político y militar, lo que permitió fortalecer el Estado,
o aspirar a su expansión. Ya vemos que todos los roles se implican y se potencian.
Ordenar éste proceso, no fue sencillo. Como dice Eric Roll, El capitalismo comercial, que
derivó en un capitalismo industrial, requería teorías que expliquen y fundamenten cada
uno de sus aspectos. No meras interpretaciones de fenómenos aislados. Veremos ahora
como el pensamiento filosófico desarrolló una tesitura apropiada para éste sistema
económico, y una modalidad de Estado apta para su sostén control y expansión. Fue por
cierto necesario concluir la separación del pensamiento religioso como fundamento último
del poder de los monarcas y de la razón de ser de las sociedades. Esta emancipación,
tuvo también su aspecto económico.

Bodin-Maquiavelo

Un pensador claro que definió la estructura de la “república” fue Bodin, quien trató los
problemas sociales en la relación “del hombre con el hombre” no ya del “hombre con
Dios”. A ese respecto, uno de los primeros problemas que trató fue el de la “autoridad”.
Cuál era el respaldo de una autoridad soberana fuente de todo derecho y responsable de
establecer el orden? Si el poder y el orden no estaban preestablecidos por Dios, por lo
menos para la organización de la vida social, la autoridad debía provenir de algún
consenso social, ya sea histórico, contractual o meramente tácito. Pero indudablemente
provenía de la libertad y la necesidad de los hombres de vivir en comunidad. “La
soberanía es el poder absoluto y perpetuo de la República (...). La soberanía no es
limitada, ni en poder, ni en responsabilidad, ni en tiempo (...). es necesario que quienes
son soberanos no estén de ningún modo sometidos al imperio de otro y puedan dar ley a
los súbditos y anular o enmendar las leyes inútiles. Después de Dios, nada hay mayor
sobre la tierra que los príncipes soberanos”. Así se expresó el filosofo del Estado en su
libro Jean Bodin. Los seis libros de la República. 1576.
Son estos los principios sobre los que habrá de asentarse la “teoría del Estado”. Nicolás
Maquiavelo, devino famoso en la historia como pensador inescrupuloso respecto de los
medios para alcanzar fines en la política. Esta consideración es realmente injusta, ya que
se sindica como propulsor de la inmoralidad para obtener y conservar el poder a quien
señaló con elevada capacidad de abstracción y síntesis cada uno de los ejemplos
históricos que evidencian distintas formas de desprecio por la moral en relación al
ejercicio del poder. Quizá la argumentación punzante, sumada a una clara descripción no
solo del usufructuario del “poder” sino de quienes se apegan a él cualquiera fuera el
camino que hubieran transitado en la disputa política, le valió un desconsiderado concepto
histórico. En rigor, Maquiavelo es un pensador alejado de las cuestiones económicas,
pero nos es útil conocer hasta qué punto el renacimiento marcó una filosofía cada vez
mas alejada de las justificaciones divinas y religiosas para acomodarse a las miserias y
grandezas terrenales tan propias de los mortales.-
En la visión de Bodino, próxima tanto a las fuentes del poder del Estado como a las
necesidades de los súbditos; la búsqueda se orientó hacia la justificación del Poder
secular, no divino. Debía ser un Poder central, fuente de todo derecho y monopolio de la
fuerza. Pero no dejó de percibir los peligros de un poder ilimitado. Bodino estableció que
la ley natural y la ley divina prescribían los límites máximos del poder del Estado. Pero la
genialidad de su pensamiento estriba en que buscó la forma de alcanzar mecanismos por
los cuales el monarca debía obtener el consentimiento de los súbditos para los ejercer
actos de autoridad. Bajo ésta modalidad, la propiedad privada estaría protegida, la libertad
de comercio asegurada, y el Estado mantenía el control y la regulación de éstas
actividades.
El siglo XV y particularmente el XVI, dieron paso a un despertar de las ciencias, las
técnicas productivas, la experimentación como base del conocimiento, el método racional
en la investigación de los problemas sociales. A esto se sumó un despertar integrador del
mundo con la unión marítima de tierras tan lejanas como la India y América, que
aportaron riquezas, productos y experiencias totalmente innovadoras para un mundo que
venía de largos siglos de quietud, y de una concepción filosófica conformada desde lo
divino y no desde lo humano.
Probablemente el comercio amalgamó todas éstas nuevas fuerzas con que la historia
dotó a los hombres, y entonces la actividad económica no solo fue aceptada, sino que
influyó activamente en la búsqueda de una forma de gobierno que fuera adecuada, en el
desarrollo de las ciencias y la investigación, en el análisis de las organizaciones sociales,
e incluso en su propia superación, transformando con rapidez lo que fue un mero
intercambio mercantil, en procesos productivos industriales, que derivaron en lo que luego
se llamó “sistema capitalista”.-
Francis Bacom

Francis Bacon
Cuando mencionamos como tema “los filosofos políticos”, hacemos referencia a quienes
orientaron su pensamiento a interpretar los fenómenos de su época. Francis Bacom, Se
propuso ante todo reorganizar el método de estudio científico. Percibió que el
razonamiento deductivo destacaba entonces a expensas del inductivo y creyó que,
eliminando toda noción preconcebida del mundo, se podía y debía estudiar al hombre y su
entorno mediante observaciones detalladas y controladas, realizando generalizaciones
cautelosas. Para ello, el estudio que el hombre de ciencia hace de los particulares debe
realizarse mediante observaciones que deben validarse. Los científicos deben ser ante
todo escépticos y no aceptar explicaciones que no se puedan probar por la observación y
la experiencia sensible (empirismo).

Los escritos de Bacon se engloban en tres categorías: filosófica, literaria y política.[1]

[1] Sus mejores obras filosóficas son El avance del conocimiento (1605), y Novum
Organum o Indicaciones relativas a la interpretación de la naturaleza (1620).

La filosofía de Bacon influyó en la creencia de que la gente es a la vez sierva e intérprete


de la naturaleza, de que la verdad no se deriva de la autoridad y que el conocimiento es
fruto ante todo de la experiencia. Se le reconoce haber aportado a la Lógica el método
experimental inductivo, ya que anteriormente se practicaba la inducción mediante la
simple enumeración, es decir, extrayendo conclusiones generales de datos particulares.
El método de Bacon consistió en inferir a partir del uso de la analogía, desde las
características o propiedades del mayor grupo al que pertenece el dato en concreto,
dejando para una posterior experiencia la corrección de los errores evidentes. Este
método representó un avance fundamental en el método científico al ser muy significativo
en la mejora de las hipótesis científicas.

Su Novum Organum influyó mucho en la aceptación en la ciencia de una observación y


experimentación precisas. En esta obra mantenía que había que abandonar todos los
prejuicios y actitudes preconcebidas, que llamó en griego eidola o ídolos, ya fueran la
propiedad común de la especie debido a modos comunes de pensamiento ("Idola tribus")
o propios del individuo ("Idola especus"); ya se debieran a una dependencia excesiva del
lenguaje ("Idola fori") o de la tradición ("Idola teatri"). Los principios que se plantean en
Novum Organum tuvieron gran importancia en el subsiguiente desarrollo del empirismo.

Como escritor, se le debe además la creación del género ensayístico en inglés, con sus
Essays, (1597) que siguen la estela de Montaigne, en los que muestra un estilo en
apariencia poco ornamentado, y una gran capacidad aforística. En su Nueva Atlántida
ofrece la primera utopía tecnológica, donde los gobernantes serán los científicos de la
"Casa de Salomón", especie de gran universidad donde se concentraría el conocimiento.
Previó en su época grandes adelantos científicos como máquinas voladoras, submarinos
y telecomunicaciones

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