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LA VOCACIÓN HUMANA CRISTIANA

1
1 Moisés cuidaba las ovejas de Jetró, su suegro, sacerdote de Madián. Una vez llevó
las ovejas muy lejos en el desierto y llegó al cerro de Horeb, esto es, el Cerro de Dios.
2 Entonces fue cuando el Ángel de Yahvé se presentó a él, como una llama ardiente en
medio de una zarza. Moisés estuvo observando: la zarza ardía, pero no se consumía.
3 Y se dijo: “Voy a dar una vuelta para mirar esta cosa tan extraordinaria: ¿por qué la
zarza no se consume?” 4 Yahvé vio que Moisés se acercaba para mirar; Dios lo llamó
de en medio de la zarza: “¡Moisés, Moisés!”, y él respondió: “Aquí estoy.”
5 Yahvé le dijo: “No te acerques más. Sácate tus sandalias porque el lugar que pisas es
tierra sagrada.” 6 Luego le dijo: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el
Dios de Isaac y el Dios de Jacob.” Al instante Moisés se tapó la cara, porque tuvo
miedo de que su mirada se fi jara sobre Dios. 7 Yahvé dijo: “He visto la humillación de
mi pueblo en Egipto, y he escuchado sus gritos cuando lo maltrataban sus mayordomos.
Yo conozco sus sufrimientos, 8 y por esta razón estoy bajando, para librarlo del poder
de los egipcios y para hacerlo subir de aquí a un país grande y fértil, a una tierra que
mana leche y miel, al territorio de los cananeos, de los heteos, de los amorreos, los
fereceos, los jeveos y los jebuseos. 9 El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí
y he visto cómo los egipcios los oprimen. 10 Ve, pues, yo te envío a Faraón para que
saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.” 11 Moisés dijo a Dios: “¿Quién soy yo
para ir donde Faraón y sacar de Egipto a los israelitas?” 12 Dios respondió: “Yo estoy
contigo, y ésta será para ti la señal de que yo te he enviado 12b Cuando hayas sacado
al pueblo de Egipto, ustedes vendrán a este cerro y me darán culto aquí.”

2
LA VOCACIÓN

DIOS Y LA VOCACIÓN
Vocación común vista por parte de Dios.- El primer protagonista de la vocación es Dios, al que la
Biblia indica como «el que llaman (Rom 9,1 1; cf. Gál 5,8: 1 Pe 1,15). La vocación de Dios tiene
estas características fundamentales: Es un acto de elección de la voluntad libre de Dios. Dios, por
propia iniciativa, dirige su amor al hombre escogiéndolo desde antes de nacer (Jr 1,5: Gál 1,15) y
alcanzándolo en su vida cotidiana, sea cual fuere su realidad personal, material, espiritual, y sean
cuales fueren las circunstancias concretas en que el hombre, por su propia responsabilidad, llega
a encontrarse en el camino de su vida (Jr 1 ,6-7. Gál 1 ,1314; Éf 1,3-14).

DEFINICIÓN DE VOCACIÓN
La vocación significa "llamada". Es un diálogo de amor entre dos
personas, Dios quien es el que llama y el hombre quien es el llamado, éstos son
los términos de una vocación personal: El autor de la llamada y el sujeto
llamado. No podría existir ningún llamado de no existir alguien que llama.
LA VOCACIÓN EN LO
RELIGIOSO
VOCACIÓN EN En el terreno religioso, vocación indica la
RELACIÓN A LA llamada por parte de Dios, como iniciativa
LA VOCACIÓN Y LA suya amorosa, y la respuesta de la persona
PROFESIÓN
PERSONA en un diálogo amoroso de participación
El término vocación ha El término vocación, corresponsable. El problema de la vocación
tomado diversos en sentido más se presenta, por tanto, como una realidad
amplio, puede compleja. Para poder ser entendido
significados en la cultura completamente, debe considerarse por tanto
contemporánea, poniendo significar la
inclinación hacia una desde un doble punto de vista: por parte de
siempre en el centro, con Dios y por parte del hombre. Vista desde la
diversas modalidades, a la profesión perspectiva de Dios, la vocación se presenta
persona. Por vocación se determinada, un como la iniciativa de Dios que se da y que al
entiende en primer lugar el conjunto de darse llama. Por parte del hombre, la
«proyecto de vida" que aptitudes o vocación es una invitación, una interpelación
elabora cada uno sobre la cualidades que a la que hay que dar una respuesta. Por
llevan hacia consiguiente, la vocación es un don que se
base de sus múltiples realiza en un diálogo: presupone la iniciativa
experiencias y en la opciones concretas,
o también el papel, de Dios y solicita una respuesta del hombre.
confrontación con un En esta óptica el concepto vocacional se
sistema coherente de la tarea y la misión presenta como: diálogo relacional, en cuanto
valores que dan sentido y que una persona se que se desarrolla en la relación entre Dios y
dirección a la vida del siente llamada a el hombre; - dinámico-evolutivo, vinculado al
individuo. desempeñar en desarrollo de la persona humana, que se ve
beneficio de los comprometida en la vocación; - histórico-
demás. cultural, en cuanto que el hombre, que se ve
comprometido en la vocación, está llamado
a dar su respuesta en el contexto histórico y
cultural concreto en que le ha tocado vivir.

3
NUESTRO NACIMENTO Y LA VOCACIÓN
Cuando nace un hombre entra en el mundo una potencial riqueza. Dios es fiel
y justo. Llama a todos a vivir su especial vocación; a cada uno asigna un
papel en la historia de salvación del mundo y asigna los medios necesarios
para realizarlo. Pero su poder gobierna el mundo según la ley de la variedad.
No se repite jamás. Dios enriquece a cada uno de los llamados con precisa,
exclusiva, absoluta y nueva identidad, trazando en cada caso un camino
único e irrepetible.

El amor de Dios llama,


elige, forma, consagra, Dios tiene un plan para
envía. En estas palabras cada uno de nosotros.
se inscribe el camino de Cada ser humano es
La vocación es un don
la vocación del hombre. único e irrepetible. Cada de Dios, una llamada
Cualquiera que ella sea. persona ha sido creada en nuestra vida, pero
Llama con misteriosa para dar un aporte a la también es una tarea
solicitud, elige con criterio historia y es tarea de que debemos realizar.
incensurable, forma con cada persona descubrir Si queremos ser fieles
intervención directa, qué es lo que Dios ha a la voluntad del Señor
consagra por medio del puesto en ella para darlo
Espíritu Santo, envía a a los demás
anunciar el Evangelio

La vocación no es un privilegio de pocos. Es


un derecho de todos. El mayor pecado es
traicionar o vender la propia vocación, es lo
mismo que traicionar a Dios. Es fracasar en la
misión que Él te confió.

4
VOCACIÓN Y VOCACIONES

Vocación a la
Desde el punto de vista vida.
teológico, el discurso
sobre la vocación se Vocación a
articula hoy de esta realizar la propia
manera vida en Cristo y
en la Iglesia

Las vocaciones
específicas en la
Iglesia

La primera gran Estas vocaciones son la


vocación se El punto culminante de la respuesta que el Espíritu
LAS VOCACIONES ESPECÍFICAS EN LA IGLESIA.-

identifica con la vocación es la llamada a Santo da a las nuevas


llamada a la la unión con Cristo. La necesidades de la Iglesia. Las
LA LLAMADA A LA VIDA CON CRISTO

vida. Toda vida llamada de Dios Creador, vocaciones específicas con


es vocación; que se dirige a cada uno que el Espíritu Santo ha
de los seres humanos, se
LA LLAMADA A LA VIDA.

por esta concreta históricamente


enriquecido actualmente a la
vocación, que en la llamada a la Iglesia se pueden subdividir
es personal, el salvación universal en en dos grandes categorías:
hombre puede Cristo, hacia el que tiende Los ministerios eclesiales
vivir en toda la historia como
comunión con término y modelo. La Es decir, a los servicios
Dios, siendo elección-vocación del destinados directamente al
capaz de hombre en Cristo es bien de la comunidad
personal y está inscrita cristiana: ministerios
dialogar con él, desde siempre en un
de colaborar ordenados (episcopado,
proyecto que el Padre
con él. El tiene para él. Esta llamada
presbiterado, diaconado)
hombre creado a realizar la propia vida en Ministerios instituidos
a imagen de comunión con el Padre (lectorado, acolitado),
Dios está por medio de Cristo en el ministerios de hecho (por
llamado por Espíritu Santo es la ejemplo, los ministros
vocación a suprema realización
individual y comunitaria extraordinarios de la
realizarse a del hombre. eucaristía, los catequistas, et
nivel individual
y comunitario
en alianza con
él

5
TODOS SOMOS LLAMADOS A LA SANTIDAD LA VOCACIÓN. EL LLAMADO A LA SANTIDAD

Todo fiel está llamado a la santidad. La La santidad es el gran regalo


santidad está en la misma línea que la
para el ser humano. Por los

LA SANTIDAD REGALO DE DIOS


conformación con Aquel que
precisamente es Maestro y Modelo de misterios de la Anunciación-
santidad. Nadie pues que realmente Encarnación, Vida, Pasión,
quiera ser cristiano puede considerarse Muerte, Resurrección y
exento del imperativo de aspirar a la Ascensión del Verbo Encarnado,
santidad. Ninguna excusa, como la
dificultad de ese camino o las
el amor de Dios se abre de
atracciones del mundo o lo complejo de modo inefable a la humanidad y
la vida moderna, puede aducirse para posibilita el restablecimiento, a
escamotear el destino de felicidad al niveles impensados, como
que Dios llama al hombre. No hay, «hijos en el Hijo», de la amistad
pues, excusas válidas para desoír el
llamado a caminar hacia la plenitud,
con Dios. Esta santidad es pues
hacia la felicidad plena. Existe sí la decisiva para la felicidad del ser
libertad de decir «no». humano. Es meta fundamental
a la que se debe tender para
alcanzar la plenitud.

SER CRISTIANO: VOCACIÓN AL COMPROMISO

Ser cristiano es una vocación una llamada al amor y


la verdad. Si toda persona tiene esta llamada, el
cristiano debe comprometerse con Dios para servir a
las necesidades materiales y espirituales de todas
las personas del mundo, comenzando por los que
tiene más cercanos su familia, sus amigos

La
libertad
CONDICIONES
PARA
RESPONDER La
A LA verdad
“VOCACIÓN La
caridad

6
LAS VOCACIONES EN LA IGLESIA

VOCACIÓN DEL LAICO


Jesús es la realización perfecta de la vocación del LAICO cristiano: Dios llama a éste a
participar en la obra de la creación, a liberarla del influjo del pecado ordenando las realidades
cotidianas según su plan eterno; a santificarse contribuyendo a la salvación del mundo desde
adentro, a modo de sal y levadura, en el matrimonio o en el celibato, en la familia, la profesión
y en las diversas actividades sociales. Santificando los vínculos humanos y, en primer lugar,
los familiares donde tienen origen las relaciones sociales; sometiéndose a las leyes de su
patria. Trabajando como pastor y agricultor, como albañil, herrero y carpintero, pero siempre
por amor al Padre y a sus hermanos.

Realizar mi vocación al matrimonio, es "madurar" física y psicológicamente, social y


espiritualmente; crecer constantemente primero como persona, y luego como pareja
y familia. Es, fundamentalmente, descubrir y desarrollar mi persona, la persona de
mi pareja y nuestra relación de mutua pertenencia. A través de nuestra llamada
recíproca de ser el uno del otro, Dios nos comunica el plan que tiene para nosotros.
Comprendemos que nuestro encuentro no fue fruto del acaso, sino de Su voluntad;
que ninguno de los dos existió nunca sólo en su mente, puesto que nos hizo el uno
para el otro. Sólo amándonos como Él nos ama podemos realizarnos a su imagen y
llegar a ser uno como Él.

Vocación Religiosa
Esta vocación es la llamada a "dejarlo todo" para seguir a Cristo "a tiempo completo" en una
comunidad de hermanos que muestre a todos, con el mismo testimonio de vida pobre, obediente y
casta, que Su "Buena Noticia" es verdadera y Su proyecto realizable; que ya en este mundo
podemos comenzar a ser familia de Dios, como Dios es familia, con su mismo amor. Jesús es la
realización plena de la vocación religiosa cuando deja su hogar y su profesión para consagrarse
totalmente a la causa del Reino de Dios; cuando renuncia al matrimonio para vivir en comunidad
con sus discípulos, una vida de total desprendimiento hecha don y servicio hasta el sacrificio
supremo; cuando anuncia así, en pobreza, castidad y obediencia, el Amor infinito del Padre para
destronar los ídolos y restaurar su soberanía en este mundo.

Vocación Sacerdotal
La vocación sacerdotal es una llamada de Dios y no una iniciativa de los
hombres, necesita de la respuesta permanente en un diálogo de
aceptación, en un crecer constantemente, con las crisis y éxitos propios
de todo crecer humano. Jesucristo sigue llamando y enviando a algunos
hombres para seguirle de una manera más radical y hacerles
"pescadores de hombres" (Mt. 4,19). Continúa repitiendo a través de la
Iglesia, "Como el Padre me envió, así los envío yo a vosotros".

7
El llamado del señor al servicio de su projimo
Toda persona esta llamado a ser primeramente un ser humano en medio del
mundo. Llamado a la vida principalmente, luego a ser cristiano y por último llamado
a ser parte de una comunidad de fe. El ser humano por naturaleza es un ser social
que existe en relación a los demás. y por ende nuestros candidatos están al
servicio de los demás. es por ello que debemos preguntarnos si ellos han recibido la
vocación de servicio para con su pueblo.

HACE USO DE LOS PRINCIPIOS DE LA CREACIÓN DE DIOS EN EL


HOMBRE A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS EN EL BUEN USO DE LA
TECNOLOGIA

1. ¿Conoces perfectamente los malos usos que se da a la


tecnología?
2. ¿Crees que Dios nos llama para servir a su pueblo desde
el don que tenemos en el buen uso de la tecnología?
3. ¿Crees que los jóvenes son conscientes que Dios les
llama para este servicio en medio de su pueblo?
4. ¿Nuestras autoridades habrán reflexionado sobre el
llamado que Dios los hace con la sagrada escritura en su
mano?
5. ¿Puedes ayudar a las personas a saber discernir si
verdaderamente están llamados para servir a su pueblo
desde un uso adecuado de la tecnología?
edithc233hotmail.es
6. ¿En qué medida cada uno de nosotros ayudamos para
que las personas hagan un buen uso de la tecnología?
7. ¿Es necesario ayudar a las personas a tomar conciencia
que ello es un llamado de Dios?

1.
8
El sacerdote es enviado por Jesucristo y no es elegido por el pueblo. Su sacerdocio es una
misión y un servicio que le lleva a realizar la voluntad de quien le envía y no hacer su
propia voluntad; es dar la vida por las ovejas, como el Buen Pastor, completando en su
propio cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, ofreciéndose
voluntariamente.

Como Cristo deberá decir "He aquí Padre que he venido para hacer tu voluntad" (Heb. 10,7)

El sacerdote es un enviado al servicio del reino de Dios y en colaboración con la Iglesia


entera. Es colaborador del Obispo de quien su misión es imposible separar. La misión
sacerdotal cumple la triple tarea de ser profeta, sacerdote y pastor. El ministerio sacerdotal
es ministerio de la Palabra y de los Sacramentos y de conducción del pueblo cristiano. La
Eucaristía es el eje y el centro de todo su ministerio.
El sacerdote, servidor de la fe y testigo del amor de Cristo entre los hombres, como lo
expresa Juan Pablo II, está al servicio de las comunidades cristianas.
El profeta, el sacerdote y el pastor se encuentran encarnados en hombres concretos que
deberán realizar esta triple misión en forma armoniosa y complementaria a todo el servicio
de la Evangelización, la gran prioridad de la Iglesia. Evangelizar para el sacerdote, significa
entregar la Palabra de Dios, la Eucaristía, el perdón de los pecados, en una línea pastoral
que forma personas y comunidades al servicio del Pueblo de Dios. Vive su consagración de
una forma exclusiva por medio del Celibato, el cual le garantiza tener un corazón indiviso,
sólo para Dios. Se une a Él por medio de la oración continua, y se acoge a la Madre de
Dios para que le ayude en la vivencia de su vocación.
Ser sacerdote no es una profesión que se realiza por horas o por turnos. Es una vocación
recibida por Dios que exige la vida enteramente entregada al servicio sacerdotal.

9
Podemos cambiar el mundo
Si tengo un granito de fe en la Palabra del Señor y el valor de responderle sea cual fuere su
llamada, puedo cambiar el mundo en que vivo y tener un papel muy importante en la
realización del plan divino.
Mi esfuerzo por pequeño que parezca, puede provocar un cambio de proporciones
incalculables, así como una sola piedra, arrojada a un estanque, pone en movimiento toda
su agua.

1.

- Es un acto de amor creativo, personal y único. Dios llama a una persona por su nombre
(1s 43,1). «Llamar", «dar el nombre a una cosan significa en el lenguaje bíblico hacerla
existir.

Dios, al llamar al hombre, lo crea según el proyecto de vida que ha pensado para él. (Gn 17
5; 1s 45,4; Jn 10,328). Dios establece entonces una relación personal y original con el
hombre de tal categoría que puede decir como Newman: « He sido creado para hacer o
para ser algo para lo que nunca nadie ha sido creado. Poco importa que yo sea rico o
pobre, despreciado o estimado por los hombres. Dios me conoce y me llama por mi
nombre. De alguna manera soy tan necesario en mi puesto como un arcángel en el suyo".

- Es un aspecto de la revelación divina. Dios se pone a la altura del hombre y entabla un


diálogo con él para manifestarle quién es, qué lugar ocupa y qué es lo que Dios ha previsto
en su plano para él. La llamada tiene un carácter programático, es decir, comunica al
hombre el proyecto de Dios sobre él para orientar su existencia: es autoritativa, en el
sentido de que vincula al hombre de una forma irrevocable: es transformadora, ya que da al
que ha sido llamado la fuerza eficaz para la respuesta; es judicial, en cuanto que ilumina
sobre el sentido justo que debe tener la vida de la persona llamada.

- Es una realidad dinámica. Dios llama al hombre en cada instante de su vida. La vocación
es, por tanto, una realidad vital que se desarrolla progresivamente en un diálogo entre el
Señor que no cesa de llamar y el creyente que no cesa de responder. Este diálogo
comienza en el tiempo y termina en la eternidad (LG 48).

- Es un don universal. Dios llama a todos los hombres (cf. LG 2; AG 2: GS 22).

- Es un don para una misión. Dios llama a cada uno para que sea la manifestación de su
amor a la humanidad. Por eso Dios llama para enviar a cada uno al servicio de sus
hermanos, determinado por los dones particulares con que lo ha enriquecido (cf. Éx 3: 4,1-
19; LG 11; AG 2, 5,36).

2.

10
Esta llamada se actúa en la Iglesia, que es el «sacramento" de salvación para todos los
hombres (LG 1).

Todo cristiano ocupa en la Iglesia su propio lugar y realiza su propia misión por medio del
don particular recibido del Espíritu Santo. Este don del Espíritu Santo, llamado carisma, es
lo que especifica, lo que hace personal e irrepetible la vocación idéntica de todos.

De la variedad de carismas nacen las diversas ocasiones específicas: por eso se puede
hablar no sólo de la vocación, sino de «las vocaciones". Todo cristiano, para ser auténtico
protagonista en la Iglesia, tiene que comprometerse a descubrir y a realizar su propia
vocación específica.

- vocaciones a las formas de vida, es decir, modos de actuar la vocación cristiana en


diversas condiciones de vida: matrimonio cristiano, viudez, consagración en los institutos
seculares, virginidad y celibato con vistas al Reino de los cielos.

Toda vocación específica es limitada, ya que expresa solamente una parte de la


riqueza de los dones de Cristo.

Por eso toda vocación específica tiene necesidad de todas las otras vocaciones: las
diversas vocaciones específicas son complementarias, se completan mutuamente. Este
hecho requiere en primer lugar el conocimiento de las diversas vocaciones con las que el
Espíritu Santo enriquece hoy a la Iglesia; en segundo lugar, la comprensión de otras
vocaciones que no son las nuestras, pero que forman parte de la Iglesia; en tercer lugar, el
aprecio de todas las vocaciones. La Iglesia debe preocuparse del desarrollo de todas las
vocaciones que suscita el Espíritu Santo para su bien. Todas las vocaciones están al
servicio del crecimiento; son modalidades diversas que se unifican profundamente en el
"misterio de la comunión» de la Iglesia. De esta manera, el misterio único e idéntico de la
Iglesia revela y revive en la variedad de las vocaciones la riqueza infinita del misterio de
Cristo.
Todo hijo de la Iglesia debe comprender que está llamado a ser santo [1]. El ser siempre y
enteramente santos, como santo es el que os llamó [2] neotestamentario sitúa al cristiano
en el horizonte de una vida conforme al designio divino que pide la perfección en el amor.
Es precisamente el Señor Jesús quien invita a seguir su camino hacia la plenitud,
enseñando: Por lo tanto sean perfectos como es perfecto vuestro Padre que está en los
cielos[3]. La palabra del Señor invita a todos cuantos la oyen a la vida santa. «El divino
Maestro y Modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó a todos y a cada uno de sus
discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida, de la que Él es iniciador
y consumador»[4]. El Concilio Vaticano II ha sido muy claro al respecto dedicándole todo
un capítulo de la Constitución Dogmática Lumen gentium [5]. En él leemos un pasaje
fundamental en el que conviene reflexionar: «Es, pues, completamente claro que todos los
11
fieles, de cualquier estado o condición [6]están llamados a la plenitud de la vida cristiana y
a la perfección de la caridad, y esta santidad suscita un nivel de vida más humano incluso
en la sociedad terrena. En el logro de esa perfección empeñan los fieles las fuerzas
recibidas según la medida de la donación de Cristo, a fin de que, siguiendo sus huellas y
hechos conformes a su imagen, obedeciendo en todo a la voluntad del Padre, se entreguen
con toda su alma a la gloria de Dios y al servicio del prójimo»[7].

No es el caso abundar aquí sobre la naturaleza de este llamado a la santidad y el designio


divino sobre el ser humano, pues además del Concilio Vaticano II no pocos autores se han
ocupado de él, y por lo demás hoy es un asunto bien conocido. Hay, sin embargo, algunas
cosas que conviene poner de relieve.

Si bien la santidad en la Iglesia es la misma para todos, ella no se manifiesta de una única
forma. Por ello la insistencia en que cada uno ha de santificarse en el género de vida al
cual ha sido llamado, siguiendo en él al Señor Jesús, modelo de toda santidad.

Cada uno, en su estado de vida y en su ocupación, desde sus circunstancias


concretas, «debe avanzar por el camino de fe viva, que suscita esperanza y se
traduce en obra de amor». Así, el obispo se ha de santificar como obispo concreto, el
sacerdote como sacerdote concreto, el diácono como tal, las diversas categorías de
personas que han sido llamadas a la vida de plena disponibilidad en su llamado y
circunstancias concretas, los laicos casados como casados, y los laicos no casados
aspirando a la perfección de la caridad como laicos. Así pues, cada uno ha de buscar
santificarse en su propio estado, condición de vida y en sus circunstancias
concretas. Esta es una enseñanza de siempre, si bien el Vaticano II ha sido ocasión
para que recupere toda su fuerza doctrinal.

Esta vinculación de la misma vida cristiana con la santidad está fundada en el bautismo,
cuyas virtudes cada bautizado debe procurar conservar, manteniéndose en la relación con
Dios que la gracia posibilita y evitando toda ruptura en esa relación fundamental.
Igualmente se trata no sólo de permanecer en el amor y así permanecer con Dios, sino de
poner por obra la gracia amorosa que el Espíritu derrama en los corazones[16]. El cristiano
que realmente aspira a ser coherente ha de vivir según la fe en todos los momentos de su
vida, nutriéndose de la gracia y celebrando la fe de tal modo que toda su vida se desarrolle
en presencia de Dios, en espíritu de oración, aspirando a que los dinamismos de comunión
se alienten en el ejemplo del don eucarístico. No existe eso de cristiano en cómodas cuotas
horarias, diarias ni mucho menos semanales. La vida cristiana debe manifestarse
cotidianamente y en todos los momentos. Así, cada uno irá cooperando desde su libertad
con la gracia recibida, creciendo en amorosa adhesión al Señor Jesús y conformándose
con Él, tendiendo a la perfección del amor de la que nos da paradigmático ejemplo. Así
pues, una vez más con la esperanza de que quede del todo claro: «Todos los cristianos,
12
por tanto, están llamados y obligados a tender a la santidad y a la perfección de su propio
estado de vida»[17]. Es decir, todos, en los distintos estados y condiciones de vida, han de
orientar su existencia según el Plan de Dios evitando dar cabida a pensamientos,
sentimientos, deseos o acciones que obstaculizan ese designio divino y llevan a considerar
como permanente este mundo que pasa[18], y buscando seguir cada vez más de cerca el
Plan amoroso de Dios hasta producir los frutos del Espíritu, viviendo y actuando según
Él[19].

Se debe siempre a la iniciativa y al don de Dios, pero requiere de una colaboración


entusiasta y eficaz. El deber querer ser santo es algo que debe ir con naturalidad con la
vida cristiana. Todo creyente debe dejarse invadir por un intenso ardor por aspirar a la
propia santidad. No hacerlo es demencial. Todo bautizado debe tomar conciencia de qué
significa realmente ser bautizado y valorar tan magno tesoro pensando, sintiendo y
actuando como cristiano. Es, pues, necesario que cada uno ponga el mayor interés y
dedique lo mejor de sí a responder a la gracia, cooperando con ella desde su libertad para
vivir cristianamente y así acoger el designio divino y llegar a ser santo, para llegar a ser
feliz.

Pienso que la sincronía existencial que el secularismo ha introducido de manera flagrante


en la vida de los seres humanos de hoy es el mayor peligro de la seducción del mundo en
el aquí y ahora. La coherencia y unidad del ser humano no pueden ser juguete de los
ritmos de la vida hodierna, ya que su felicidad eterna está en juego. Así pues, si un
bautizado no encuentra en sí el suficiente entusiasmo para entregarse con todo su ser a la
hermosa tarea de hacerse ser humano pleno en amistad con Dios, ha de preguntarse, ante
todo, ¿qué mentira le tiene embotado el corazón? ¿por qué se permite la locura de vivir en
una dualidad existencial, por un lado lo que dice creer y por otro su vida diaria? La santidad
es una apasionante tarea que, cuando se la entiende como lo que en verdad es, despierta
un entusiasmo desbordante y una opción fundamental firme por vivir a plenitud la vida
cristiana, viviendo, precisamente, en cristiano los diversos actos en que se va manifestando
la existencia [20].

que se expresa en su fe, esperanza y amor, y desde esa santidad, ejerciendo tiernamente
la tarea de ser Madre de todos sus «hijos en su Hijo», que le fue explicitada al pie de la
Cruz[24], coopera a la santidad de cada uno ayudando a su nacimiento, guiándolo,
educándolo en la adhesión y comunión con el Señor Jesús

Ahora bien –se pregunta Benedicto XVI–, ¿podrán los


hombres lograr esta fraternidad por sí mismos, especialmente en nuestra era de la
globalización? Y responde que no, porque la fraternidad nace de Dios Padre, que nos amó
primero y nos enseñó mediante su Hijo lo que es la caridad fraterna. De ahí también –
añade– que la vocación para el desarrollo requiere hoy la urgencia de la caridad de Cristo.
Sólo esa urgencia de la caridad de Cristo permite
responder a los aspectos concretos y costosos de esa llamada. Así es la intervención en la
13
vida pública, cultural y política, cada cual según su condición. “Todo cristiano está llamado
a esta caridad, según su vocación y sus posibilidades de incidir en la pólis”. Otro aspecto
es el cuidado y la responsabilidad por la naturaleza; y, antes, el cuidado respetuoso de
cada persona en la familia, en la empresa, en la universidad, sabiéndose servidores y no
dueños. Responder a esta vocación requiere del trabajo y la técnica que de él procede. En
todo caso, Benedicto XVI proclama la necesidad de formar “hombres rectos… que sientan
fuertemente en su conciencia la llamada al bien común”.
Conviene subrayar que esta vocación no nos la hemos
dado a nosotros mismos, sino que viene de Dios. Por eso, antes que nada, y
continuamente, es preciso acoger a Dios en nuestra vida, dejarle entrar libremente y
seguirle con toda fidelidad y entusiasmo. Ha llegado la hora –especialmente para los
jóvenes y más aún para los universitarios– del compromiso con Dios y los demás. Pues
“sólo si pensamos que se nos ha llamado individualmente y como comunidad a formar
parte de la familia de Dios como hijos suyos, seremos capaces de forjar un pensamiento
nuevo y sacar nuevas energías al servicio de un humanismo íntegro y verdadero”.

JESÚS ES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA

Mucha gente se pregunta ¿Hacia dónde vamos, por


donde no podemos equivocarnos, busca salvarse?
Tomás le dijo: Señor, si no sabemos adónde vas,
¿cómo vamos a conocer el camino? Jesús le dijo: Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre sino por mí. Si me hubierais conocido, también
hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis
y le habéis visto
El evangelio nos dice que Jesús es ese camino, “no un
camino sino el Único camino” cada uno de nosotros
debemos ser como Tomas preguntarnos hacia dónde
vamos

NOS EQUIVOCAMOS EN ELCAMINO


Cuando Dios creó el mundo, era perfecto. Todo era bueno. Entonces
creó a Adán y Eva, y les dio libre albedrío, de manera que pudieran
escoger seguir y obedecer a Dios o no. Los primeros seres que Dios
creó, fueron tentados por Satanás para desobedecer a Dios, y pecaron.
Esto los separó (y a todo el que vino después de ellos, incluyéndonos a
nosotros) de estar en capacidad de tener una relación cercana con Dios.
Él es perfecto y no puede estar entre el pecado. Como pecadores,14 no
podríamos hacerlo por nosotros mismos. De manera que, Dios hizo un
camino para que pudiéramos estar unidos con Él en el cielo. “Porque de
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
Los caminos que se ofrecen al hombre para conseguir la meta de su plenitud son
incontables. Los políticos, los científicos, los filósofos, los teólogos de todos los tiempos, de
todas las culturas, de todas las religiones, se esfuerzan por convencer de la bondad de sus
caminos. Pero Jesús va más allá. No dice: éste es el camino, sino “yo soy el camino nadie
va al Padre sino por mí”.

Estarás de acuerdo conmigo que muchas veces perdemos la calma, vivimos nerviosos
y estresados, impacientes y desconfiados, inquietos y temerosos, preocupados y
desorientados, cansados y doloridos. Tantos trabajos, tantas preocupaciones, tantos
problemas, tantas competencias, tantos fracasos, tantos sufrimientos…

LA BUSQUEDA DEL HOMBRE EN LA HISTORIA


.
Desde los albores de la historia, los seres humanos han buscado el rostro de Dios, han
deseado acercarse a Él. Las pinturas rupestres no dejan de ser toscos intentos de
acercamiento a lo divino: petición de ayuda en la caza, de fecundidad para la familia y el
ganado, de vida más allá de la muerte para los difuntos. Cuando los hombres vivían en
cuevas o en chozas de paja, de las que no nos queda ningún vestigio, ya elevaban
monumentos a los dioses y Cúmulos funerarios de piedra, que todavía hoy perviven:
dólmenes y construcciones megalíticas, primero; templos, pirámides y zigurats, después.
Las más antiguas manifestaciones que conservamos de la arquitectura, de la pintura, de la
escultura, de la escritura... son obras religiosas, realizaciones del deseo de trascendencia
que arde en el corazón del hombre. Quienes hayan leído Del sentimiento trágico de la vida,
de Miguel de Unamuno, entenderán mejor a qué me refiero

15
LA BUSQUEDA DE LA TRASCENDENCIA
Todas las religiones son manifestación de un primordial movimiento ascendente
de la humanidad hacia Dios. Desde sus orígenes, los seres humanos sienten la
necesidad de trascendencia en lo más profundo de su ser: buscan, inventan,
sueñan, nunca se sienten totalmente satisfechos con lo que ya conocen o poseen.
En definitiva, ansían a Dios y caminan a su encuentro. Esfuerzo que surge de una
necesidad interior escrita en nuestro corazón por Dios mismo, ya que fuimos
creados para la comunión con Él y nuestro corazón anda inquieto hasta que lo
encuentra, como nos recuerda San Agustín. Pero esfuerzo estéril, al fin y al cabo,
ya que Dios siempre supera lo que podemos pensar o comprender. Todas
nuestras torres de Babel están condenadas al fracaso, porque el cielo desborda
nuestra capacidad, queda siempre más allá de nuestras posibilidades.

JESUS EL ÚNICO CAMINO


Yo soy el Camino. (Jn 14,6): camino para ir al Padre, camino para
entender al Padre, camino para entender la verdad profunda del
hombre, camino para la realización humana, camino para la
solución a todos los problemas socioeconómicos y culturales.
Quien se aparta de este Camino se perderá, tropezará, se
desviará y no llegará nunca al puerto de la salvación y de la
felicidad eterna. Quien sigue este Camino, que a veces es arduo
y empinado, llegará, aunque llegue cansado, sin fuerzas y
arrastrándose. Él es el Camino y el gozo al fin del camino, pues
nos está esperando al final con los brazos abiertos. En Jesucristo
ha terminado la búsqueda de la humanidad, porque es Dios
mismo el que nos ha buscado a nosotros, respondiendo a
nuestros deseos más profundos, saliendo a nuestro encuentro:
«A Dios nadie lo ha visto nunca. El Hijo Único de Dios, que es
Dios y está en el seno del Padre, nos lo ha dado a conocer» (Jn
1, 18).

2. JESÚS ES LA VERDAD.

Yo soy la Verdad. (Jn 14,6): Ha venido a traer la Verdad de Dios, la Verdad del 16
mundo, la Verdad del hombre, la Verdad de las cosas materiales, la Verdad del
sufrimiento, la Verdad de la muerte, la Verdad del más allá. Quien se aparta de
esta Verdad, caerá en el error, en la mentira, en la incoherencia, en la
"

Cristo es la Verdad. Al decir Cristo dice la última Cristo anuncia la


VERDAS SEGUNDA
VERDAD PRIMERA

VERDAD TERCERA
que es la Verdad afirma verdad y no la
que El interpreta auténtica verdad existencial, la
penúltima; reveló lo que verdad en que se
y fielmente el mundo y
es el hombre delante de
también al hombre y a
Dios y lo que es Dios
decide la salvación o
Dios. Quien quiera saber y condenación.
vivir lo que es el hombre y para los hombres; da
Dios, el mundo y la Historia, siempre la medida
debe atender las palabras definitiva, el último
de Cristo. criterio.

Son las verdades de la ciencia, de la filosofía y del arte; sirven a la cultura, al orden
La verdad de Cristo exige entrega y obediencia. Comparado
económico, político y social. Estas verdades pueden parecer las últimas a todos los que
con ella, las verdades que pueden encontrar los hombres son
tienen a este mundo como criterio definitivo. Por muy digno de esfuerzo que sea su
vulgares y de segundo orden; también tienen su importancia y
descubrimiento, no pueden, sin embargo, responder a las últimas cuestiones que mueven
son imprescindibles para la vida de este mundo; sin ellas
al hombre, y aún dentro del ámbito en que son válidas, no ofrecen nunca una seguridad
faltaría a la existencia humana la luz que el hombre necesita
absoluta. Están además sometidas al cambio y a la evolución.
para poder moverse por el mundo, para captar el sentido de la
vida

Son las verdades de la ciencia, de la filosofía y del arte; sirven a la cultura, al


orden económico, político y social. Estas verdades pueden parecer las últimas a
todos los que tienen a este mundo como criterio definitivo. Por muy digno de
esfuerzo que sea su descubrimiento, no pueden, sin embargo, responder a las
últimas cuestiones que mueven al hombre, y aún dentro del ámbito en que son
válidas, no ofrecen nunca una seguridad absoluta. Están además sometidas al
cambio y a la evolución. Por eso el hombre no se siente obligado
incondicionalmente por las verdades descubiertas por él; sabe que sólo sirven
para establecer un orden de necesidades.

17
LA VERDAD CONOCER A DIOS
A lo largo de los siglos, los hombres han querido
conocer a Dios y han pensado muchas cosas sobre él,
unas acertadas y otras no. De ahí surgen las religiones,
tan variadas como las ideas de los hombres sobre Dios.
La gran novedad del cristianismo es que Dios mismo nos
ha hablado, su Hijo ha venido a nosotros y nos ha
revelado lo que no podíamos descubrir sólo con
nuestras fuerzas. Cristo es el revelador del Padre. «El
Hijo que es Dios nos lo ha revelado» (Jn 1, 18). El texto
griego dice literalmente «exegheomai», es decir: «nos ha
hecho la exégesis». La exégesis es el estudio de un
escrito antiguo, viendo cómo se usan las palabras, cuál
es su origen y su significado, desentrañando el
contenido del texto. Esto ha hecho Jesús con nosotros:
nos ha explicado con paciencia quién es Dios, cómo
actúa, etc.

JESÚS ES LA VIDA.

¿Cómo se vive en tu entorno el hecho de la muerte? Desde tu


experiencia personal, ¿Cómo te ha afectado la muerte de un
ser querido? En estos u otros momentos importantes de tu
vida, ¿Has podido comentar con alguna persona en confianza
lo que estabas viviendo? ¿Eso te ha ayudado?

JESÚS NOS. YO SOY LA VIDA


Ha venido a traer la vida divina, de la que Él disfrutaba
al lado del Padre (Jn 11, 25 y 14,6). Y esa vida divina
nos viene a través de los sacramentos y de la oración.
Quien no se acerca a Jesús experimentará tarde o
temprano los síntomas de la muerte. Quien sigue a
Jesús, que es Vida, no morirá jamás, sino que vivirá
eternamente. Es promesa de Jesús. Y Él cumple,
porque es la Verdad.

18
JESÚS ALIMENTO ESPIRITUAL
Yo soy el Pan de la vida. (Jn 6, 35 y 48): ¡Qué atrevimiento! Darse Él como Comida, en
cuerpo y sangre, alma y divinidad. ¡Nadie habló como Él! Pan porque es el elemente
«Un hombre llamado Lázaro había caído
enfermo... Marta dijo a Jesús: "Señor, si
hubieras estado aquí, mi hermano no habría
muerto"... Jesús afirmó: "Yo soy la
resurrección y la vida. El que cree en mí,
aunque haya muerto, vivirá y todo el que vive
y cree en mí no morirá para siempre"

El Evangelio de S. Juan consta de un prólogo (Jn 1) y de dos partes bien diferenciadas. A


la primera se la llama «libro de los signos» (Jn 2-12). En ella se cuentan siete grandes
milagros de Jesús (él siempre los llama signos) unidos a sermones de Jesús que explican
su significado. La transformación del agua en vino en Caná sirve para explicar que con
Jesús se cumplen las promesas de los profetas, que anunciaban el desposorio de Dios con
su pueblo. La multiplicación de los panes sirve para explicar que Jesús es el pan de la vida.
La curación del ciego de nacimiento sirve para explicar que Jesús es la luz del mundo... El
último de los signos, antes de la muerte del Señor, es la resurrección de Lázaro y sirve
para manifestarnos que Jesús es más fuerte que la muerte, que él acepta la suya
libremente, pero que la muerte no tiene poder sobre él.

La segunda parte es llamada el «libro de la pasión y la gloria» (Jn 13-21) y recoge los
acontecimientos de la Última cena, la oración sacerdotal de Jesús, su condena, muerte y
resurrección.

El texto que vamos a estudiar es, pues, el nexo de unión entre la primera y la segunda
parte. Es el último de los signos de Jesús, el más poderoso y nos prepara a entrar en el
«libro de la pasión y la gloria» sabiendo que Jesús es más fuerte que la muerte.

Miramos nuestra vida. Nuestra sociedad está empeñada en hacer más feliz la vida de la
gente. En este empeño, va suavizando todo lo que molesta, apartando lo que estorba,
silenciando gritos, acallando preguntas. Parece que hay interés por ocultar el sufrimiento y

19
la muerte. Los enfermos son llevados a los hospitales, los ancianos a las residencias
geriátricas y los muertos a los tanatorios.

Sin embargo, antes o después tenemos que vivir acontecimientos que nos presentan la
realidad con toda su crudeza: una enfermedad incurable, un accidente de tráfico, la muerte
de un ser querido. Entonces nuestras seguridades y nuestra propia existencia se
tambalean.

Escuchamos la Palabra de Dios. Podemos releer despacio en el texto de Juan el encuentro


de Marta con Jesús (Jn 11, 17-27). El episodio se sitúa en Betania, un pueblecito próximo a
Jerusalén, cuatro días después del entierro de Lázaro. Parece que Jesús llega tarde a
propósito: se trata de poner de manifiesto que la muerte de su amigo es real, con el fin de
resaltar la grandeza del signo. El evangelista hace una detallada presentación de los
personajes:

Marta, María y Lázaro son hermanos, amigos de Jesús. El se detenía con sus discípulos en
su casa cuando iba a Jerusalén.

Los judíos, según sus costumbres, acompañan en el luto a los familiares del difunto. A
pesar de lo que van a ver, algunos se resisten a creer en Jesús.

Jesús y sus discípulos han estado caminando varios días, porque Lázaro era su amigo.

La oscuridad que ha causado a Marta la muerte de su hermano, la anima a salir en


búsqueda de la luz. Ella abre el diálogo con Jesús: «Si hubieras estado aquí, mi hermano
no habría muerto». A pesar del dolor por la muerte de su hermano, manifiesta su confianza
en el poder del Señor. Él había sanado a muchos y podía haber hecho lo mismo por su
hermano, aunque ahora parece que ya es demasiado tarde. Marta, que creía en la
resurrección en el último día se encuentra con la afirmación de Jesús: «Yo soy la
resurrección y la vida». La vida eterna se hace presente en Jesús para los que han muerto
y para los que aún viven. El que cree en Jesús, tanto si está muerto como si está vivo, no
morirá para siempre, tiene ya la vida eterna. La vida ya se ha hecho presente entre
nosotros por medio de Jesús. La muerte no es el final de la vida, sino sólo un paso más en
nuestro caminar hacia la plenitud que ya ha comenzado entre nosotros. La pregunta de
Jesús a Marta marca el culmen: «¿Crees esto?». Marta es capaz de reaccionar
rápidamente y confesar su fe en Jesús.

Intentemos responder a estas preguntas:

¿En qué circunstancias se produce el encuentro entre Jesús y Marta?

¿Qué dice Jesús de sí mismo?, ¿Qué ofrece Jesús?

20
¿Cuál es la pregunta que hace Jesús a Marta?, ¿Cuál su respuesta?

¿Podemos decir que la fe de Marta avanza a lo largo de la conversación con Jesús?

Volvemos sobre nuestra vida. En su diálogo con el Señor, las convicciones de Marta se
tambalean. El cambio de mentalidad que le exige no tuvo que resultarle fácil. Ella esperaba
la resurrección en el día final. Jesús le dice que él mismo es la resurrección, ya presente en
nuestra historia; que la vida eterna ya está presente entre nosotros y que no hay que
esperar a morir para encontrarla (aunque sí que hay que esperar a morir para poseerla en
plenitud, sin las limitaciones de la vida presente)

¿Te ha ayudado la experiencia de la muerte a madurar en la fe? ¿De qué manera?

¿Cómo debería influir nuestra fe en la resurrección en la forma de vivir la muerte desde


ahora? ¿Y en la vida de cada día?

EL CAMINO

A. JESÚS ES EL ÚNICO CAMINO A DIOS...

1. Jesús declara claramente ser el único camino a Dios – Jn 14:6

2. Como Pedro proclamaría más tarde, no hay salvación sino por medio de Él – ver
Hech 4:12

-- Esto podría sonar políticamente incorrecto, pero Jesús lo establece a pesar de todo

B. COMO ES QUE JESÚS ES EL CAMINO AL PADRE...

1. Por revelación de Él resaltado en el evangelio de Juan – Jn 14:7-9; ver Jn 1:18;


12:44-45

2. Por el camino abierto para Él, enfatizado en el libro de Hebreos – Heb 10:19-20

3. Por servir como nuestro sumo sacerdote, otro tema en Hebreos – Heb 10:17-18;
4:14-16; 10:21-22

4. Él intercede ahora por nosotros


a. Como nuestro abogado – 1 Jn 2:1
b. A la diestra de Dios – Rom 8:34
c. El un (y el único) mediador entre Dios y el hombre – 1 Tim 2:5
d. ¡El que siempre vive para interceder por nosotros! - Heb 7:24-25

21
-- En virtud de Su vida en la tierra, Su muerte en la cruz, y ahora Su servicio en el cielo,
¡Jesús es en verdad el único camino a Dios!

[Jesús no es solo el camino a Dios, Él es también...]

II. LA VERDAD

A. ¿QUÉ ES LA VERDAD?

1. La misma pregunta planteado por Poncio Pilatos – Jn 18:38

2. Considere el significado de las palabras griegas traducidas como “verdadero” y


“verdad”:
a. Verdadero (alethes) – “evidente, manifiesto...real, verdadero de hecho” – Vine
b. Verdadero (alethinos) – “denota ‘verdadero’ en el sentido de ‘real, ideal, genuino;’”
– ibid.
c. Verdad (aletheia)
1) “objetivamente, contrastando ‘la realidad deshonesta sobre las bases de una
apariencia; la esencia manifestada, verdadera de un asunto’ (Cremer)” – ibid.
2) “subjetivamente, ‘veracidad, ‘verdad,’ no meramente verbal, sino sinceramente y
con integridad de carácter” – ibid.

-- Cuando Jesús habla de la verdad, describe lo que corresponde a la realidad, lo que


es objetivo y absoluto, no relativo

B. COMO JESÚS ES LA VERDAD...

1. Él proclama que la verdad es real y conocible – Jn 8:32

2. Él declara que la verdad puede determinar que alguien esté libre de la esclavitud del
pecado – Jn 8:32-34

3. Su doctrina es el camino a la verdad que libera a alguien del pecado – Jn 8:31-32,


34-36

4. La palabra de Su Padre fielmente proclamada, que es la verdad – Jn 17:14,17

-- Al permanecer en las enseñanzas de Jesús, ¡podemos conocer la verdad y la


libertad ofrecida!

[La libertad de la esclavitud del pecado viene a ser aun más significativa cuando
consideramos como Jesús es...]
22
III. LA VIDA

A. ÉL OFRECE VIDA ABUNDANTE...

1. Como Él lo prometió en Su discurso como el buen pastor – Jn 10:10-11

2. Jesús ofrece una paz que el mundo no puede dar – Jn 14:27; 16:33; ver Fil 4:6-7

3. Él nos da Su amor, que excede a todo conocimiento – Jn 15:10; ver Ef 3:19

4. Él provee Su gozo, que es inefable – Jn 15:11; ver 1 Ped 1:8

-- Con tal paz, amor, y gozo, ¡qué vida abundante ofrece Jesús!

B. JESÚS PROVEE AHORA VIDA ABUNDANTE...

1. Por Su doctrina en relación al nuevo nacimiento


a. Debemos nacer de nuevo – Jn 3:3
b. Debemos nacer de nuevo de agua y del Espíritu – Jn 3:4-5

2. Por enviar el Espíritu que da el nuevo nacimiento y la nueva vida


a. El Espíritu que nos regenera en el bautismo – Ti 3:5-6
b. El Espíritu que se vuelve para nosotros en “ríos de agua viva” – Jn 7:37-39; ver
Gál 5:22-23

-- Jesús provee vida abundante por medio de Su evangelio, por el que somos nacidos
de nuevo a una vida nueva que el Espíritu hace posible – ver 1 Ped 2:22-25

CONCLUSIÓN

1. Jesús es en verdad el camino, la verdad, y la vida...


a. El camino para conocer y experimentar a Dios como nuestro Padre celestial
b. La encarnación de la verdad que provee libertad de la culpa y esclavitud del pecado
c. ¡La fuente de vida que es bendecido ahora y para siempre!

2. ¿Ha venido Jesús a su camino, a su verdad, y a su vida ante Dios...?


a. ¿A una relación cercana y personal con Dios?
b. ¿A la liberación de la culpabilidad del pecado por medio de la sangre de Cristo?
c. ¿A una vida abundante por virtud de un nuevo nacimiento espiritual y a las bendiciones
que le siguen?
23
Podría ser que Jesús sea “el” camino, la verdad, y la vida, pero Él no es de valor a menos
que Él llegue a ser “su” camino a la verdadera salvación que lleva a la vida eterna con Dios.
¿Ha respondido usted al evangelio de Jesucristo...? – ver Mr 16:15-16; Hech 2:38; 22:16

1. Jesús: Yo soy. (Jn 8,24; Jn 8,28); 8, 58; Jn 13,19): significa existencia, identidad,
autenticidad, veracidad, unidad, coherencia. Detrás de esa definición se esconde esta gran
verdad: Jesús es la Existencia que da la existencia y consistencia a todo lo demás. Quien
se une a Jesús, quien lo sigue, quien trata de imitarlo será una persona que viva en la
verdad, autenticidad, identidad consigo mismo. Y evitará la duplicidad, la doblez de vida,
las fisuras, los resquebrajamientos, la esquizofrenia.

2..

3.

4..

5. Yo soy la Resurrección. (Jn 11,25): Así como Él resucitó, así también nosotros, si
creemos en Él, si lo seguimos, si lo amamos, resucitaremos. Y resucitaremos con nuestros
mismos cuerpos. Y estos cuerpos se unirán a nuestras almas inmortales, para nunca más
morir. Y unidos cuerpo y alma se formará, una vez más, nuestra persona, ya gloriosa y
transfigurada, cuyo único objetivo será alabar, amar y servir a Dios en esos cielos nuevos.

6. Yo soy la Luz del mundo. (Jn 8,12): Antes de su venida, una espesa oscuridad se cernía
sobre el mundo y Él vino a traer la Luz del cielo, donde todo es transparencia, luminosidad,
claridad. Quien sigue a Jesús no tropezará ni caerá, porque Él ilumina nuestro sendero.
Quien sigue a Jesús no tendrá frío, porque su luz es calor para el alma.

7. Yo soy el Buen Pastor. (Jn 10, 11): Hay tres tipos de pastores: el bueno, el malo y el
mercenario. El pastor mercenario es asalariado, no busca el bien de las ovejas, sino que se
sirve de las ovejas para su propio provecho; no ama a las ovejas, ama el oro que le pagan
por cuidarlas. El pastor malo es el ladrón que salta la valla para robar. Y el Buen Pastor es
el que da la vida por sus ovejas; es Cristo. Y será Buen Pastor quien se configura con el
único Pastor y está dispuesto a dar la vida por las ovejas. ¿Qué hacer ante estos tres tipos
de pastores? Debemos reconocer al Buen Pastor para amarlo, respetarlo, obedecerle; al
mercenario hay que tolerarlo; al ladrón, evitarlo, porque si no lo evitamos, nos roba el alma

8. Yo soy la Puerta de la ovejas. (Jn 10,7 y 9): puerta por la que se entra y se sale y por la
que entran tanto las ovejas como los pastores, aunque no todos los pastores, sino sólo los
verdaderos. Significa que Él es la Puerta de la Vida y el Camino de la Redención. Es el
único mediador entre Dios y los hombres. Es la Puerta para entrar en la Casa del Padre. Es
la Puerta para entrar en el Banquete celestial. Es la Puerta para entrar en la Vida eterna y
24
feliz. Otras puertas conducen tal vez al vacío, a la violencia, a la nada, a la muerte. Quien
es pastor lo único que debe hacer es hacer que sus ovejas pasen por esta Puerta que es
Jesús. Quien es oveja lo único que debe hacer es hacer caso al Buen Pastor y a los
pastores que le representan y entrar por esa Puerta, desoyendo la voz de los ladrones que
saltan la tapia, porque quieren matar y robar. Y entrando, tendrán vida y vida en
abundancia.

9.

10. Yo soy la Vid verdadera. (Jn 15, 1): La Vid es la que da savia y alimento y fruto a los
sarmientos. Los sarmientos somos nosotros. Sólo quien está unido a esa Vid tendrá vida y
no se secará. Quien no está unido a esa Vid, se seca, se corta, se arroja fuera y se quema.
¿Para qué sirve, si no? ¿Queremos dar frutos en la vida personal, en la vida familiar, en la
vida social? Unámonos a esta Vid. E injertemos a esta Vid a esos sarmientos que tal vez se
desgajaron o se dejaron desgajar, consciente o inconscientemente.

11. Yo soy Rey. (Jn 18, 37): No un rey temporal, político, social que subyuga, esclaviza a
sus súbditos. Más bien, es un Rey pobre, pobre materialmente, pero rico espiritualmente;
es un Rey entregado a la Causa encomendada por el Padre; es un Rey humilde, pero
consciente de su Realeza. Es un Rey que sirve, sale de palacio para caminar por nuestros
caminos polvorientos y ver las necesidades de cada uno de sus súbditos y así poner
soluciones. Nuestro Rey sufre nuestras miserias y dolores y los comparte. Es un Rey
especial, porque tiene como trono, la cruz; como cetro, la verdad; como ley, el amor y el
perdón; como vestidura, la humildad y la pureza; como corona, una de espinas labrada con
todos los pecados nuestros.

Su Reinado son las naciones, las familias, cada corazón, donde Él quiere reinar, si le
dejamos. No quiere que nadie quede fuera de su Imperio de amor y de paz.

Este Rey pide súbditos fieles y felices de enarbolar su bandera, de servirle, de transmitir su
ley y su mensaje. Estos súbditos fieles no cambian este Rey Jesús ni por el rey de copas,
que sería el rey-placer, ni por el rey de oros, el rey-dinero, ni por el rey de bastos o de
espada, el rey-violencia. Dicen "Viva Cristo Rey" con los labios y con la vida. No quiere ni
súbditos infieles ni cobardes o mediocres, que viven éstos últimos en el ejército de Cristo,
pero no luchan, no trabajan, no se esfuerzan, por seguir la ley del mínimo esfuerzo, de la
queja continua, del sabotaje y de la mentira.

MAYTE
Primero 69 cuarto59 quinto 68
25
DEFINICIÓN
Orar es hablar con Dios, de tú a tú, como le habla un hijo a un padre. Y a Dios
podemos decirle cualquier cosa: lo que vivimos, nuestras preocupaciones, lo que
hemos logrado, en lo que necesitamos su ayuda, incluso platicarle nuestro día tal y
como lo haríamos con la gente a la que le tenemos confianza y le queremos. La
oración es un dirigirse a Dios para alabarlo, agradecerle, reconocerlo y pedirle cosas
que sean para nuestro bien.

LA ORACIÓN
LA ORACIÓN
La oración es la elevación de nuestro
corazón a Dios, una dulce conversación No es otra cosa oración mental, a
entre la criatura y su Criador.(SANTO mi parecer, sino tratar de amistad,
. CURA DE ARS, Sermón sobre la oración estando muchas veces tratando a
solas con quien sabemos nos ama
(SANTA TERESA, Vida, 8, 2
LA ORACIÓN
La oración es la elevación del alma
hacia Dios y la petición de lo que se
necesita de Dios. (SAN PEDRO
DAMIAN, en Catena Aurea, vol. III, p.
304)

LA ORACIÓN LA ORACIÓN
La oración es la elevación del alma hacia La oración es el acto propio de la
Dios y la petición de lo que se necesita criatura racional. (SANTO
de Dios. (SAN PEDRO DAMIAN, en TOMÁS, Suma Teológica, 2-2, q.
Catena Aurea, vol. III, p. 304)
83, a. 10

26
La oración es el La oración es, ante todo, un

JUAN PABLO II
reconocimiento de nuestros acto de inteligencia, un
límites y de nuestra sentimiento de humildad y
dependencia: venimos de reconocimiento, una actitud
Dios, somos de Dios y de confianza y de abandono
retornamos a Dios. Por en Aquel que nos ha dado la
tanto, no podemos menos vida por amor. La oración es
de abandonarnos a El, un diálogo misterioso, pero
real, con Dios, un diálogo de
nuestro Creador y Señor,
confianza y amor.
con plena y total confianza

Padre nuestro, que estás en el cielo, Dios te salve María llena eres de gracia el
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Señor es contigo bendita eres entre todas
reino; hágase tu voluntad en la tierra como en la mujeres y bendito el fruto de tu vientre
el cielo. Jesús
Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdona Santa María, madre de Dios ruega por
nuestras ofensas, como también nosotros nosotros los pecadores ahora y en la hora
perdonamos a los que nos ofenden. No nos de nuestra muerte
dejes caer en la tentación; mas líbranos del Amén.
mal.
Amen.

Dios te salve, Reina y Madre de Proclama mi alma la grandeza del Señor, y se


misericordia, vida y dulzura y esperanza alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador; porque
nuestra: ha mirado la humillación de su esclava.
Dios te salve. A ti llamamos los desterrados Desde ahora me felicitarán todas las
hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y generaciones, por el Poderoso ha hecho obras
grandes en mí: su nombre es santo, y su
llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, misericordia llega a sus fieles de generación en
Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros generación.
esos tus ojos misericordiosos y, después de Él hace proezas con su brazo: dispersa a los
este destierro, muéstranos a Jesús, fruto soberbios de corazón, derriba del trono a los
bendito de tu vientre. poderosos y enaltece a los humildes, a los
¡Oh clementísima! ¡oh piadosa! ¡oh dulce hambrientos los colma de bienes y a los ricos los
Virgen María! despide vacíos.
V. Ruega por nosotros santa Madre de Dios, Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la
R. Para que seamos dignos de alcanzar las misericordia como lo había prometido a nuestros
padres en favor de Abrahán y su descendencia
promesas de nuestro Señor Jesucristo.
por siempre.
Amén.

27
! Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos.
Amén

Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.


Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio
Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios
Padre desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos; el
perdón de los pecados; la resurrección de los muertos; y la vida eterna.
Amén

Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante vosotros hermanos que he pecado


mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a
vosotros hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén.

1. La encarnación del Hijo de Dios. 1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto


de Getsemaní.
2. La visitación de Nuestra Señora a Santa
Isabel. 2. La Flagelación del Señor.
3. El nacimiento del Hijo de Dios. 3. La Coronación de espinas.
4. La Presentación del Señor Jesús en el 4. El Camino del Monte Calvario cargando la
templo. Cruz.
5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en 5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
el templo

28
EL SANTO
ROSARIO
La palabra "Biblia" viene del griego y significa "libros". Es el conjunto de Libros
Sagrados llamados también "Sagradas Escrituras" (Mateo 21:42; Hechos 8:32) que
contienen la Palabra Viva de Dios y narran la "Historia de Salvación" (como Dios nos
salva). Nos revela las verdades necesarias para conocerle, amarle y servirle

La Palabra de Dios es luz en el camino. Es viva y eficaz y más tajante que espada
de doble filo. Penetra hasta la raíz del alma y del espíritu. Y permanece para
siempre. Ella es alimento del alma y alegría del espíritu. La Palabra de Dios es una
guía, pero también un alimento espiritual. Confía en Jesús y confía en las
promesas que Dios te hace en su Palabra. La Palabra de Dios nos guia por el
camino de la vida en medio de tantas tentaciones y dificultades. La Palabra de Dios
ilumina para confiar, para alabar, para luchar o para superar las tentaciones y
seguir el camino del bien

La Biblia se divide en dos partes: Antiguo Testamento (antes de Cristo) y Nuevo


Testamento (plenitud de la promesa en Cristo). "Testamento" significa "alianza" y se
refiere a las alianzas que Dios pactó con los Israelitas en el Antiguo Testamento y la
nueva y definitiva alianza que Dios hizo con los hombres en la Sangre de Jesucristo
.

1. La Biblia merece respeto. 2. Merece toda nuestra


¿Cuál es el lugar más estima. Ojala la amemos tanto
importante en nuestro hogar; la que sea nuestro libro de 29
televisión o la Biblia abierta?.
cabecera.
3. Hay que leerla. Dichoso el 4. Hay que escucharla
que lee y escucha las palabras atentamente. La fe viene de la
de esta profecía y observa las escucha de la Palabra de Dios.
cosas que en ella están
escritas.

5. Hay que creerla. Lo escrito en 6. Hay que estudiarla.


este libro ha sido para que crean Como los judíos de
que Jesús es el Cristo, el Hijo de Berea que examinaban
Dios, y para que, creyendo, tengan diariamente las
vida en su nombre.. Escrituras..

7. Hay que memorizar algunos textos. Queden grabadas en tu


corazón estas Palabras que yo te mando hoy. Se las repetirás a
tus hijos. Se las dirás, tanto si estás en casa como si vas de viaje,
cuando te acuestes y cuando te levantes, las atarás a tu mano
como una señal, como un recordatorio ante tus ojos

8. Hay que vivirla. 9. Hay que proclamarla. Vayan por el


Dichoso el que mundo entero, predicando el Evangelio
escucha la Palabra a toda criatura. Pidamos esta gracia:
de Dios y la pone en Señor, da a tus siervos el don de
. práctica.. proclamar tu Palabra con toda libertad.

.. La Biblia es un libro abierto para todos. Es un libro donde se narra una historia de amor
. entre Dios y el hombre

Dios es amor y no puede dejar de amar. Ama a todos sin excepción, al justo como al
pecador. Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo unigénito
30
Es realmente hermoso saber que tenemos un Papá que nos cuida con ternura. Así
quiere que lo llamemos, así nos lo enseñó Jesús

Nuestra vida sólo tiene sentido en el amor a Dios y al prójimo. De estos dos
mandamientos pende toda la Ley y los profetas. Es decir, toda la Biblia está resumida
en el gran mandamiento del amor a Dios y a los demás. Por eso, insiste tanto Jesús:
"Os doy un mandamiento nuevo, que os améis los unos a los otros" (Jn 15:12-17). "El
amor es la plenitud de la ley" (Rom 13:10).

. Hay que amar a todos, hacer siempre el bien, bendecir, ayudar, servir. Nunca hacer
daño a nadie. Incluso, dice Jesús: "Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que
os aborrecen, bendecid a los que os maldicen y orad por los que os calumnian" (Lc
6:27-28).

La Compañía permanente es muy frecuente de parte de Dios. "Yo nunca te dejaré ni te


abandonaré" (Jos 1:5). "Yo te enseñaré el camino que debes seguir" (Sal 32:8). "Te
tengo grabado en la palma de mis manos" (Is 49, 15-16). "Yo estoy contigo y te
bendeciré adondequiera que tú vayas y no te abandonaré hasta cumplir mis promesas"
(Gen 28, 15).

HACE USO DEL MENSAJE DE LA PALABRA DEL SEÑOR Y LA ORACIÓN


CRISTIANA EN LAS FESTIVIDADES POPULARES
¿Dentro de las festividades populares de nuestro pueblo existen las oraciones
que hacen los cristianos?
¿La gente que asiste tiene conciencia de la oración en cualquiera de las
festividades populares?
¿En qué festividades populares no encontramos las oraciones que el Señor nos
ha mandado en su evangelio?
¿Qué oraciones saben más las personas al momento de participar de las
festividades populares?
¿Crees que las personas leen la Sagrada Escritura al momento de las
festividades de nuestros pueblos?
¿Los mayordomos o principales de las fiestas se encomiendan al Señor al iniciar 31
su festividad?
¿Cuándo las personas oran, que siente en su ser para con el Señor que nos
ama?

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