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Historia de las primeras inyecciones

Entre los años 1300 y 1700, se estima que en Europa había muerto casi el 50% de la población por agentes
virales de sarampión, fiebre amarilla y viruela. Hacia el siglo XVIII, Edward Jenner, médico y científico
británico, introdujo el concepto de vacunación.

Uno de los avances de mayor impacto en el siglo veinte, en el área inmunológica, tuvo que ver con la
implementación de vacunas usando cultivos celulares, como por ejemplo en huevos embrionarios de pollo. Así
se desarrolló una vacuna contra el virus de la influenza.

Tabla 1. Desarrollo de vacunas virales.


Curanderos chinos utilizan las costras de viruela para inmunizar intranasalmente o en
Pre-1700 contacto con la piel. En el mediterráneo usan directamente las mordeduras de mosca de
arena infectadas con lehismania, para inducir protección a largo plazo.
Lady Montagu lleva el concepto de variolación de Turquía a Inglaterra, que consiste en la
1721
inoculación con pus de una víctima infectada con viruela de la vaca.
Edward Jenner publica su libro Variolae Vaccinae, donde describe sus descubrimientos
1798
para proteger a las personas contra infecciones de la viruela.
1885 Louis Pasteur y colaboradores introducen la vacuna contra la rabia.
Introducción de vacunas en contra del virus de la Hepatitis B, Hepatitis A, virus de la
1975
Varicela zoster, Varicela.
Sale al mercado la primera vacuna profiláctica contra el virus del Papiloma Humano (VPH)
2006
16 y 18.

El reto aún sigue para el desarrollo de estrategias que nos permitan erradicar problemas actuales causados por
algunos virus y bacterias como son: la Inmunodeficiencia adquirida (VIH), la tuberculosis, la influenza y, más
recientemente, el virus del Ébola.

Historia de las formas farmacéuticas delos medicamentos


La forma farmacéutica es la disposición individualizada a que se adaptan los fármacos (principios activos)
y excipientes (materia farmacológicamente inactiva) para constituir un medicamento. O dicho de otra forma,
la disposición externa que se da a las sustancias medicamentosas para facilitar su administración.
El primer objetivo de las formas galénicas es normalizar la dosis de un medicamento, por ello también se las
conoce como unidades posológicas. Al principio se elaboraron para poder establecer unidades que tuvieran
una dosis fija de un fármaco con el que se pudiera tratar una determinada patología. La importancia de
la forma farmacéutica reside en que determina la eficacia del medicamento, ya sea liberando el principio
activo de manera lenta, o en su lugar de mayor eficiencia en el tejido blanco, evitar daños al paciente por
interacción química, solubilizar sustancias insolubles, mejorar sabores, mejorar aspecto, etc.

Paciente
Paciente en medicina y en las ciencias de la salud[editar]
En la medicina y en general en las ciencias de la salud, el paciente es alguien que sufre dolor o
malestar (muchas enfermedades causan molestias diversas, y un gran número de pacientes también
sufren dolor). En términos sociológicos y administrativos, paciente es el sujeto que recibe los
servicios de un médico u otro profesional de la salud y se somete a un examen, a un tratamiento o a
una intervención.

Tipos de pacientes en Medicina Características de cada uno de ellos


Pacientes valientes Pacientes exigentes
Pacientes que no cumplen Pacientes directos
Pacientes enfadados Pacientes ansiosos
Pacientes manipuladores
Historia de las primeras inyecciones
Los agentes infecciosos han sido reconocidos desde hace más de 3 mil años. Este concepto fue
introducido en la China ancestral, donde ya se practicaba la generación de reacciones inmunes contra
estos agentes mediante la exposición más o menos controlada a personas con costras de viruela.
Éstas adquirían protección hacia nuevos brotes de dicha infección viral. En aquellas épocas, los niños
eran expuestos intencionalmente a formas virulentas de la infección para prevenir infecciones
subsecuentes.

Entre los años 1300 y 1700, se estima que en Europa


había muerto casi el 50% de la población por agentes virales de sarampión, fiebre amarilla y viruela.
Hacia el siglo XVIII, Edward Jenner, médico y científico británico, introdujo el concepto de
vacunación. Jenner notó que los ordeñadores de vacas a menudo desarrollaban pústulas similares a
las que producía el virus de la viruela y que las contraían mediante la exposición continua a las ubres
de la vaca, pues estas pústulas se presentaban también con frecuencia en ellas. Él notó que los
ordeñadores no se enfermaban con el virus de la viruela durante los grandes brotes de la enfermedad,
por lo que dedujo que, a través de las pústulas, desarrollaban cierta protección. Jenner extrajo material
de las pústulas de la vaca para después inyectarlo en el brazo de un niño de 8 años. Poco después,
durante un brote infeccioso de viruela, expuso intencionalmente a este niño con el material obtenido
y encontró que la enfermedad no se había desarrollado. Aún cuando ya había reportes en Europa de
la protección a través de la “viruela de la vaca”, no fue sino hasta el trabajo publicado por Jenner que
se demostró su eficiencia contra la viruela humana. Hoy en día se sabe que las pústulas de la vaca son
producidas por un virus casi idéntico al virus de la viruela, sin embargo, en el humano este virus sólo
genera un malestar menor y produce una respuesta inmune o de protección contra la viruela. El virus
se conoce como Vaccinia, el cual ha derivado en el nombre de vacuna (Abbas AK, 2010). Éste es
quizá el ejemplo más exitoso del uso de vacunas en la historia de la humanidad y el comienzo de
nuevos desarrollos científicos basados en tal estrategia.

Figura 1. El Virus Vaccinia (izq) usado para la vacunación contra el virus de


la Viruela (der).
Ambos virus pertenecen a la misma familia, la de los poxvirus. El virus Vaccinia tiene como
hospedero a las vacas, pero su superficie externa es prácticamente igual al virus de la Viruela. Esta
similitud le permite actuar, como vacuna, contra un virus que ha sido uno de los agentes patógenos
más mortíferos en la historia de la humanidad.
Uno de los avances de mayor impacto en el siglo veinte, en el área inmunológica, tuvo que ver con la
implementación de vacunas usando cultivos celulares, como por ejemplo en huevos embrionarios de
pollo. Así se desarrolló una vacuna contra el virus de la influenza. En la tabla 1, se encuentran algunos
desarrollos sobresalientes en la obtención de las vacunas (Acheson N, 2009 y Vaccine Technology
V, 2014).
Tabla 1. Desarrollo de vacunas virales.
Curanderos chinos utilizan las costras de viruela para
inmunizar intranasalmente o en contacto con la piel. En
Pre-1700 el mediterráneo usan directamente las mordeduras de
mosca de arena infectadas con lehismania, para
inducir protección a largo plazo.
Lady Montagu lleva el concepto de variolación de
1721 Turquía a Inglaterra, que consiste en la inoculación con
pus de una víctima infectada con viruela de la vaca.
Edward Jenner publica su libro Variolae Vaccinae,
1798 donde describe sus descubrimientos para proteger a
las personas contra infecciones de la viruela.
Louis Pasteur y colaboradores introducen la vacuna
1885
contra la rabia.
Walter Reed demuestra que la fiebre amarilla es
1900
causada por un virus filtrable.
Introducción de vacunas para la encefalitis Japonesa
1930-45
B (1930), fiebre amarilla (1935) e influenza (1936).
Introducción de vacunas para el virus de la poliomielitis
tipos 1-3 (cepa de Sabin atenuada y virus inactivado
Salk); virus de sarampión, paperas, y rubeola, virus de
1946-75 la encefalitis transmitido por garrapatas; cultivos de
tejidos de cerebros de ratón, embriones de pato para
vacunas del virus de la Rabia; virus Influenza A y B
inactivada; Adenovirus.
Introducción de vacunas en contra del virus de la
1975 Hepatitis B, Hepatitis A, virus de la Varicela zoster,
Varicela.
Sale al mercado la primera vacuna profiláctica contra
2006
el virus del Papiloma Humano (VPH) 16 y 18.
Flublok® es la primer vacuna recombinante autorizada
por la FDA contra la influenza, basada en el uso de
2013 cultivo de células infectadas con baculovirus, el cual es
un sistema en el que se desarrollan gran cantidad de
proteínas.

Edward Jenner, pionero en el desarrollo de la vacuna contra la viruela.


En el área inmunológica existen dos términos comúnmente usados: antígeno y anticuerpo. Se
denominan antígenos a partículas extrañas al organismo que pueden tener naturaleza viral, bacteriana
o de otro origen que desencadenan una respuesta inmune; y anticuerpo, a las moléculas del sistema
inmune que serán capaces de eliminar los antígenos.

Louis Pasteur, químico y biólogo francés, creador de la vacuna antirrábica


Dentro de las vacunas se pueden encontrar dos tipos: las profilácticas y las terapéuticas. En el caso
de los virus, las vacunas profilácticas ayudan a prevenir la presentación de la infección mediante la
producción de moléculas neutralizantes llamadas anticuerpos, que son dirigidas contra las partes
externas más expuestas del virus, como son las proteínas de su superficie. Cuando existe contacto con
el virus, las proteínas externas de éste son reconocidas por los anticuerpos y eliminadas. Las
vacunas terapéuticastratan de eliminar las lesiones o la infección ya existente. En casos como el virus
del Papiloma Humano, (VPH), el desarrollo de vacunas terapéuticas se enfoca en erradicar o reducir
las células ya infectadas y en la prevención de la progresión de las lesiones de bajo a alto riesgo para
evitar carcinogénesis. Esto se intenta lograr con el uso de proteínas del virus y/o proteínas del huésped
presentes en la célula infectada que se sobreproducen tardíamente en la enfermedad. El uso de estas
proteínas, usadas como antígenos, estimula la población de células inmunes llamadas células
citotóxicas y asesinas, que reconocen a las células infectadas y se encargan de atacarlas y eliminarlas.
Las vacunas son efectivas contra los agentes infecciosos si no sufren mucha variación antigénica, no
interfieren con la respuesta inmune del huésped y no desarrollan latencia. Es decir, no se integran a
los genes del huésped. Son más eficaces contra las infecciones en las que el humano es el huésped y
no tienen un animal reservorio, es decir, un animal donde hospedarse.
Las vacunas virales pueden agruparse en varias categorías…
Las vacunas virales pueden agruparse en varias categorías: Virus vivos tipo silvestre; son las vacunas
más simples y se encuentran entre las más efectivas. En este caso un virus que infecta a una especie
animal, su huésped animal, puede ser usado en otra especie donde se replica pobremente sin efectos
patógenos, resultando en una efectiva respuesta inmune. Como se mencionó arriba, desde hace medio
siglo una de las estrategias de terapia viral consiste en el uso de los propios virus como vacunas
antivirales. El virus puede ser utilizado en su forma inactiva o atenuada,cuya introducción ha
ayudado a la reducción y control de enfermedades infecciosas humanas. Por ejemplo, el uso de virus
inactivos contra la rabia y atenuados contra la polio, sarampión y fiebre amarilla. El inconveniente en
el uso de virus atenuados es que pueden causar la enfermedad en sujetos inmunodeprimidos, es decir,
bajos en defensas, por ejemplo una persona que tenga cáncer o el virus VIH. También se han utilizado
cepas de virus no patógenos estrechamente relacionadas, con el fin de inducir una respuesta inmune
protectora contra las infecciones virales, como en el caso del virus Vaccinia, el cual se ha usado para
combatir el virus de la Viruela. Componentes o subunidades de vacunas; consisten en proteínas
virales purificadas o toxinas inactivadas provenientes de bacterias que generan una respuesta
inmunológica y carecen del ácido nucleico del virus. Tienen la ventaja de no presentar peligro de
infección, como puede suceder con cepas virulentas activas, como el antígeno de superficie del virus
de la Hepatitis B. A finales de los años 70 y principios de los 80, se descubrió que en la sangre de
pacientes infectados con este virus, se encontraban grandes cantidades de partículas compuestas por
la proteína S de la superficie del virus de la Hepatitis B. Estas partículas eran capaces de producir una
respuesta inmune y tenían la característica de no ser infecciosas debido a que carecían del ácido
nucleico del virus. Estas proteínas de la superficie del virus de Hepatitis B han sido empleadas como
vacunas en forma efectiva para combatir la enfermedad.

Existen varias estrategias actuales para el desarrollo de las vacunas:


 Vacunas desarrolladas con vectores in vivo. Incluyen el uso de recombinantes virales y
bacterianos y generan una potente respuesta inmune. Se refiere al uso de la secuencia de
genes que produce un virus o bacteria, con diferentes segmentos de ácido desoxirribonucleico
(ADN) que son capaces de regular su producción. Estos recombinantes contienen, además,
una secuencia de un gen de particular interés, con modificaciones o falta de algunos genes
relacionados con una fuerte infección, especialmente aquellos que son capaces de
reproducirse en los humanos u otro ser vivo. Se han usado para liberar antígenos y estimular
una respuesta inmune contra bacterias como, Listeria
monocytogenes, Salmonella, Bacillus Calmette-Guérin (BCG) y Lactococcus lactis, entre
otros. Vectores virales como el virus Vaccinia, Adenovirus, virus Adeno-asociados, etc.
 Vacunas basadas en péptidos. Se basan en el empleo de pequeñas secuencias de aminoácidos
provenientes de antígenos derivados de las proteínas de la bacteria o de un virus a combatir.
Se unen a moléculas específicas en el organismo, generando una respuesta de las principales
líneas de defensa del sistema inmune, conocidos como linfocitos T CD4+ o T CD8+.
 Vacunas basadas en proteínas. Tienen la ventaja, sobre aquellas basadas en péptidos, en que
pueden incluir todos los posibles antígenos y son procesados por las células del propio
paciente. Su respuesta se puede incrementar también con el uso de adyuvantes, los cuales son
substancias que ayudan a la formación de anticuerpos.
 Vacunas basadas en quimeras. Utilizan antígenos de interés fusionados a genes que codifican
para proteínas (la quimera es el resultado de esta fusión) que se sabe tienen alta respuesta
inmunológica, como las proteínas de choque térmico (Hsp), el antígeno de superficie del virus
de la Hepatitis B (HBsAg), etc. Estas quimeras facilitan la presentación del antígeno a los
linfocitos T para generar la respuesta inmune.
 Vacunas basadas en ácido desoxirribonucleico (ADN). El ADN que codifica secuencias no
infecciosas del antígeno de interés -bacteriano o viral- es introducido a las células, lo cual
induce la síntesis de péptidos endógenos que al salir de las células producen anticuerpos a
través de los linfocitos T. Son fáciles de producir a gran escala y los productos son de una
alta pureza y estabilidad en comparación con preparaciones de proteínas y vectores in vivo.
 Vacunas basadas en replicones de ácido ribonucleico (ARN). Son moléculas de ARN que se
reproducen en las células en las que han sido introducidos, producen altos niveles de
antígenos de interés por un extenso período de tiempo. El ARN es menos estable que el ADN,
pero los replicones de ARN pueden mejorar la respuesta inmune del organismo debido a sus
altos niveles de reproducción.
 Vacunas basadas en células dendríticas. Son las células con una forma ramificada similar a
las neuronas, que son por excelencia potentes captadoras de antígenos y son estimuladas con
péptidos sintéticos, fragmentos de células tumorales o ácidos nucleicos que producen
antígenos tumorales y que se introducen directamente en células dendríticas (Tomson T,
2004).
 Vacunas basadas en plantas. Se ha tratado de generar y adquirir inmunidad a través de las
vacunas comestibles, usando alimentos consumidos por el humano; por ejemplo, la expresión
de partículas conteniendo secuencias de proteínas del VPH en plantas de jitomate capaces de
producir una significante respuesta a anticuerpos y a linfocitos T citotóxicos, con la idea de
producir una vacuna profiláctica/terapéutica en contra de este agente viral (Paz de la Rosa G,
2009). En el mismo campo, usando toxinas del cólera o epítopes de la Influenza en proteínas
de fusión, usados como antígenos unidos a proteínas de la superficie del virus del mosaico de
tabaco para generar partículas recombinantes (Rosales-Mendoza 2009, Petukhova, 2014). A
las plantas se les ha dado una importancia relevante como objeto de estudio para el empleo
de vacunas o, en algunos casos, el uso de las proteínas de virus de plantas como contenedores
de fármacos o moléculas de ADN. Se ha demostrado su biocompatibilidad in vivo, debido a
que carecen de mecanismos de entrada para infectar a las células de mamíferos. C2

En la tabla 2 se muestran algunos de los avances que ha tenido el desarrollo de las vacunas (Acheson
N, 2009).

Tabla 2. Avances tecnológicos que apoyan el desarrollo de vacunas virales

En Alemania se utilizó glicerina para estabilizar y descontaminar la


1850
vacuna de la viruela.
Víctor Galtier realizó con éxito la transferencia del virus de la rabia de
1879
perro a conejo y de conejo a perro.
1884 Elías Metchnikoff describe el rol de patogénesis en inmunidad.
Louis Pasteur y colegas descubren que la virulencia del virus de la rabia
1885
se pierde durante el secado.
Julius Richard Petri descubre las placas de vidrio superpuestas para el
1887
uso de cultivos estériles.
Friedrich August Johannes Loeffler y Paul Frosch describen “los virus
1897
filtrables” (enfermedad viral de boca y pie).
Ernest Goodpasture usa por primera vez huevos embrionarios para
1931
cultivos virales.
Wendell Meredith Stanley aísla el ácido nucleico del virus mosaico del
1936
tabaco.
John Franklin Enders, Thomas Huckler Weller y Frederick Chapman
1950 Robbins realizan los primeros estudios del cultivo celular con el virus
de la poliomielitis.
George Otto Gey y Mary Kubicek descubren la primera línea celular de
1953
células cancerígenas inmortales (HeLa).
1960 Producción de virus de la Influenza A en huevos de gallina.
1972 Primer ADN insertado artificialmente en un genoma de bacteria.
1974 Primera glicoproteína viral recombinante generada en bacterias.
El gen del antígeno de superficie de la Hepatitis B es insertado en otro
DNA para producir proteínas del virus. Se empiezan a utilizar DNA
1985 virales como el virus Vaccinia y el virus Herpes Simple para expresar
antígenos provenientes de agentes infecciosos y que pueden servir
como vacunas.

Figura 2. Representación esquemática de la producción y vacunación con partículas similares a virus


(VLP) del virus del papiloma humano (VPH). La proteína de la cápside L1 puede plegarse y
autoensamblarse en VLP cuando se expresa en células eucariotas. Las VLP ayudan a la protección
contra el desarrollo del cáncer cervico-uterino, que puede darse mediante la producción de
concentraciones altas de anticuerpos neutralizantes contra genotipos del VPH. La vacuna previene
contra la infección del virus en la zona de transformación en los epitelios del cérvix. Imagen de
Schiller T 2004.
En las últimas décadas se han desarrollado partículas llamadas virosomas, las cuales tienen una forma
cuasi esférica, una bicapa membranal con proteínas (glicoproteínas) insertadas que son producidas
dentro la célula infectada mediante instrucciones del genoma viral. Cuando la cápside (envoltura
proteica del genoma viral) del virus sale de la célula, se lleva parte de la membrana celular que
contiene sus propias glicoproteínas, las cuales le sirven para el reconocimiento celular. Los virosomas
carecen del genoma viral y pueden ser capaces de producir una respuesta inmune protectora, como
en el caso de la vacuna de la Hepatitis B. Hoy en día, los virosomas se pueden sintetizar en grandes
cantidades por métodos de biología molecular, donde las glicoproteínas obtenidas de esta manera se
conocen como proteínas recombinantes. Los virosomas han sido producidos no solamente para
vacunas o terapias virales, sino también como acarreadores de proteínas y genomas para terapia de
genes.
A través de los años se han ido desarrollando vacunas contra numerosos agentes infecciosos, desde
la inoculación de los virus en animales para producir el virus (para purificar su membrana que
contiene las glicoproteínas necesarias para generar la vacuna contra ese virus en particular), hasta,
actualmente, la producción de las mismas glicoproteínas por medio de métodos biomoleculares, los
cuales son más seguros (al no utilizar el virus) para obtener grandes cantidades de éstas y abastecer
gran parte de la población mundial. En la década pasada, ciertos procedimientos moleculares han
permitido el desarrollo de vacunas basadas en la tecnología de ADN recombinante, incluyendo
bacterias o vectores virales como adenovirus que expresan antígenos de diferentes especies, para la
producción de una inmunidad protectora. Las técnicas de cultivo de células, producción de
anticuerpos, cristalografía de rayos X y la creación de animales genéticamente modificados ha
favorecido un gran adelanto en el campo de las vacunas, sobre todo para las pruebas preliminares in
vitro e in vivo de las vacunas antes de probarse en humanos.
No obstante, a pesar de grandes avances tecnológicos, algunos virus como el de la
influenza aviar H5N1, persisten
No obstante, a pesar de grandes avances tecnológicos, algunos virus como el de la influenza aviar
H5N1, persisten y siguen causando pandemias en animales en muchas partes del mundo. Hay pocos
casos de infecciones por este virus en humanos, pero la tasa de mortalidad es muy alta (33-70%). La
producción de cambios impredecibles en los genes, llamadas mutaciones, pueden conducir a un
contagio en humanos. Además, los virus son altamente patogénicos en las aves y pueden rápidamente
matar las células de sus embriones e inhibir su reproducción, lo cual en aves domésticas puede tener
consecuencias económicas importantes. Existe una vacuna contra la influenza estacional en humanos
y una recombinante aprobadas por la FDA (Food and Drug Administration, USA), pero las vacunas,
como en el caso de la influenza, necesitan mejorarse para disminuir las tasas de mortalidad
prevalentes. Las investigaciones siguen en curso para el desarrollo de otra vacuna recombinante
contra un brote de Influenza H7N9 (Vaccine Technology V, 2015).
En la actualidad se han desarrollado programas como el sistema MIMIC que simula la
inmunofisiología de neonatos, adultos, personas en edad avanzada y con alergias. Puede ser usado
para examinar no sólo la inmunogenicidad, sino también la funcionalidad de varios fármacos.
Adicionalmente, existen programas para el manejo de datos, análisis de proteínas, mapeo de antígenos
o epítopes en células inmunes para el diseño previo de vacunas. También, se han creado los
nanoparches, que contienen un arreglo o circuito altamente denso de epítopes. Aquí es depositada la
proteína recombinante seca, la cual puede ser liberada a través de la piel, vía epidermis y dermis,
donde se encuentran gran cantidad de células inmunes, presentadoras de antígenos, capaces de captar
y procesar estas proteínas. En ratones, se ha demostrado que estos nanoparches producen una gran
cantidad de anticuerpos tipo Inmunoglobulina G que neutralizan al antígeno. Se han desarrollado
compuestos llamados bisfosfonatos, que son fármacos cuyo blanco son las células B inmunes y
producen una expansión de las mismas con producción de anticuerpos con el antígeno de interés.
Estos son una clase de adyuvantes que estimulan la respuesta inmune humoral, es decir, la respuesta
inmune relacionada con la producción de anticuerpos (Vaccine Technology V, 2015).

Figura 3. Imagen de microscopía


electrónica de transmisión en color falso del virión del virus de Ébola. Imagen obtenida por la
microbióloga Cynthia Goldsmith, del Center for Disease Control (CDC). Esta imagen revela algunos
detalles de la morfología estructural del virus del Ébola. CDC/Cynthia Goldsmith – Public Health
Image Library del Center for Disease Control and Prevention’s Public Health Image Library (PHIL),
with identification number #10816
El reto aún sigue para el desarrollo de estrategias que nos permitan erradicar problemas actuales
causados por algunos virus y bacterias como son: la Inmunodeficiencia adquirida (VIH), la
tuberculosis, la influenza y, más recientemente, el virus del Ébola. De este último se conoce muy
poco, pero se sabe que se transmite de persona a persona por un virus perteneciente a la familia de
los filovirus; causa fiebre aguda y síndrome hemorrágico generalizado, conduciendo la mayoría de
las veces a la muerte (Geisbert TW, 2009). Estudios de comparación se han realizado con los brotes
en ciudades y pueblos para generar un esquema de detección y control del esparcimiento del virus
(Allaranga Y, 2010). Por otro lado, en primates no humanos -monos- se han desarrollado varios
intentos de producir vacunas contra diferentes cepas del virus del Ébola (Geisbert TW, 2009).
Algo que ya está demostrado es que la agresividad del virus es atribuida parcialmente a la
proteína de superficie del virus…
Productos antivirales como el BCX4430 que inhibe la actividad de la enzima RNA polimerasa, que
es una proteína del virus, produce protección cuando se ha administrado 48 horas después de la
infección. Los tratamientos basados en ácidos nucleicos, vacunas recombinantes y anticuerpos,
parecen ser menos adecuados para las fiebres hemorrágicas de Marburg y Ébola (Warren TK, 2014).
Situaciones de emergencia han hecho que se administren tratamientos como es el caso del fármaco
Zmapp, aún no aprobados por la FDA, que han demostrado eficacia previa en no-primates y que
fueron administrados a 2 sujetos norteamericanos trabajadores de la salud que actualmente se
encuentran libres del virus (Zumbrun EE, 2014). Algo que ya está demostrado es que la agresividad
del virus es atribuida parcialmente a la proteína de superficie del virus, llamada sGP; ya que es
secretada y fácilmente detectada en personas infectadas, de tal forma que las estrategias para combatir
esta epidemia pueden ir enfocadas a diseñar vacunas y tratamientos para bloquear la proteína de
superficie del virus (De la Vega, 2015).
El mayor obstáculo en el desarrollo de las vacunas es la incapacidad para entender una protección
natural, por lo que investigando más para comprender la patogénesis y los mecanismos que nos
confieren protección, nos permitirá continuar en la batalla contra las infecciones; así como la
realizaron nuestros antepasados con el virus de la viruela y otros más. Aunque la batalla contra los
virus y las bacterias ha ganado terreno, tenemos que tomar en consideración el cambio continuo de
los virus y las bacterias a través de su evolución en el tiempo –mutaciones– las cuales les proveen
resistencia a los medicamentos actuales, y también a la aparición de nuevos patógenos infecciosos.
Es importante entender su estructura, función e interacciones a nivel molecular para tratar de
desarrollar nuevos fármacos contra los patógenos actuales y los que puedan surgir en el futuro. C2

Bibliografía

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 Abbas AK, Lichtman AH, Pillai S. Cellular and Molecular Immunology. Saunders Elsevier. 2010.
 Allaranga Y, Kone ML, Formenty P, Libama F, Boumandouki P, Woodfill CJ, Sow I, Duale S, Alemu W, Yada A. Lessons learned during active
epidemiological surveillance of Ebola and Marburg viral hemorrhagic fever epidemics in Africa. East Afr J Public Health. 2010 Mar; 7(1): 30-6.
 De La Vega MA, Wong G, Kobinger GP, Qiu X. The Multiple Roles of sGP in Ebola Pathogenesis. Viral Immunol. 2015 Feb; 28(1): 3-9.
 Geisbert TW, Geisbert JB, Leung A, Daddario-DiCaprio KM, Hensley LE, Grolla A, Feldmann H. Single-injection vaccine protects nonhuman
primates against infection with Marburg virus and three species of Ebola virus J Virol. 2009 Jul; 83(14): 7296-304.
 Paz de la Rosa G, Monroy-García A, Mora-García Mde L, Peña CG, Hernández-Montes J, Weiss-Steider B, Gómez-Lim MA. An HPV 16 L1-
based chimeric human papilloma virus-like particles containing a string of epitopes produced in plants is able to elicit humoral and cytotoxic T-
cell activity in mice. Viral J, 2009 Jan 6; 6:2.
 Petukhova NV, Gasanova TV, Ivanov PA, Atabekov JG. High-level systemic expression of conserved influenza epitope in plants on the surface
of rod-shaped chimeric particles. Viruses. 2014 Apr 21; 6(4): 1789-800.
 Rosales-Mendoza S, Alpuche-Solís AG, Soria-Guerra RE, Moreno-Fierros L, Martínez-González L, Herrera-Díaz A, Korban SS. Expression of
an Escherichia coli antigenic fusion protein comprising the heat labile toxin B subunit and the heat stable toxin, and its assembly as a functional
oligomer in transplastomic tobacco plants. Plant J. 2009 Jan; 57(1): 45-54.
 Schiller JT and Davies P. Delivering on the promise: HPV vaccines and cervical cancer. Nature Reviews Microbiology. 2004 Vol 2 April: 343-
347.
 Tomson TT, Roden RB, Wu TC. Human papillomavirus vaccines for the prevention and treatment of cervical cancer.Curr Opin Investig Drugs.
2004 (12): 1247-1261.
 Vaccine Technology V, Junio 8-13 2014.
 Warren TK, Wells J, Panchal RG, Stuthman KS, Garza NL, Van Tongeren SA, Dong L, Retterer CJ, Eaton BP, Pegoraro G, Honnold S, Bantia
S, Kotian P, Chen X, Taubenheim BR, Welch LS, Minning DM, Babu YS, Sheridan WP, Bavari S. Protection against filovirus diseases by a
novel broad-spectrum nucleoside analogue BCX4430. Nature. 2014 Apr 17; 508 (7496): 402-5.
Historia de las formas farmacéuticas delos
medicamentos
La forma farmacéutica es la disposición individualizada a que se adaptan los fármacos (principios
activos) y excipientes (materia farmacológicamente inactiva) para constituir un medicamento. O dicho
de otra forma, la disposición externa que se da a las sustancias medicamentosas para facilitar su
administración.
El primer objetivo de las formas galénicas es normalizar la dosis de un medicamento, por ello también
se las conoce como unidades posológicas. Al principio se elaboraron para poder establecer unidades que
tuvieran una dosis fija de un fármaco con el que se pudiera tratar una determinada patología. La
importancia de la forma farmacéutica reside en que determina la eficacia del medicamento, ya sea
liberando el principio activo de manera lenta, o en su lugar de mayor eficiencia en el tejido blanco, evitar
daños al paciente por interacción química, solubilizar sustancias insolubles, mejorar sabores, mejorar
aspecto, etc.

Las diferentes formas farmacéuticasexistentes en la actualidad son: sólido,


semisólido, líquido y gaseoso. A continuación las iremos describiendo para que
podáis conocerlas algo mejor.

– Formas farmacéuticas sólidas: se incluyen los polvos


(que pueden estar encapsulados), papeles, oleosacaruros, granulados y
cápsulas. Estas últimas pueden ser duras, elásticas o perlas. También se
incluyen en esta categoría los sellos, tabletas o comprimidos, píldoras,
extractos, y por último, los supositorios.
– Formas farmacéuticas semisólidas: compuestas por las pomadas, las pastas
y las cremas, así como las jaleas y los emplastos.
– Formas farmacéuticas líquidas: soluciones, aguas aromáticas, inyecciones,
jarabes, pociones, mucílagos, emulsiones, suspensiones, colirios, lociones,
tinturas y extractos fluidos. También podemos incluir los elixires, vinos
medicinales, linimentos, y el colodión.
– Formas farmacéuticas gasesosas: Aparte del oxígeno y el óxido nitroso
existen otras formas farmacéuticas gaseosas, tales como los aerosoles,
dispersiones finas de un líquido o sólido en un gas en forma de niebla.
Recordad que un medicamento genérico tiene el mismo principio activo, la
misma dosis, la misma forma farmacéutica y las mismas características
cinéticas, dinámicas y técnicas que un medicamento que no está protegido
por patente alguna y que es utilizado como referencia legal técnica.
Antecedentes (1900 – 1935)
Los medicamentos empleados al inicio del siglo XX consistían en
decocciones, pociones y extractos bastante simples y la orientación
inicial de la praxis médica era fundamentalmente clínica, pero
escasamente científica. Durante las dos primeras décadas se
producen las primeras actividades relacionadas con la seguridad de
los alimentos y los medicamentos, encaminadas a garantizar una
mínima pureza de los mismos. De ello se derivan las primeras
regulaciones sobre alimentos y las primeras convenciones
internacionales sobre control de estupefacientes. Sirva como
anécdota ilustrativa el hecho del hallazgo de restos de pesticidas en
algunas bebidas alcohólicas elaboradas clandestinamente durante
los años de la prohibición norteamericana. En este período tiene lugar el descubrimiento
de sustancias tan importantes como la insulina, las vitaminas, la penicilina, las sulfamidas,
a la vez que se conoce la radiactividad y se empiezan a practicar ensayos biológicos. La
aparición de estos nuevos y efectivos fármacos facilitó el desarrollo de técnicas de
purificación, el desarrollo de formas farmacéuticas capaces de liberar el principio activo en
el organismo, la evolución de los procesos de producción y la puesta en marcha de estudios
clínicos más amplios. A partir de los primeros años treinta se empiezan a definir los primeros
conceptos fármaco-cinéticos: eliminación, aclarado, volumen de distribución y área bajo la
curva (AUC). Todo ello generó una información que obligó a las disciplinas médico-
farmacológicas a adoptar planteamientos científicos hasta entonces casi inexistentes.

El desarrollo técnico (1936 – 1970)


Los medicamentos más potentes hicieron pagar su precio
en vidas humanas hasta el inicio de los años sesenta. Las
muertes que tuvieron lugar durante 1938 por
formulaciones incorrectas de sulfanilamida, crearon la
necesidad de llevar a cabo estudios en animales sobre
seguridad y toxicología de los nuevos medicamentos,
antes de su empleo en seres humanos. A partir de este
momento se produce una mayor actividad relacionada
con la evaluación de medicamentos tanto en facultades de medicina como en grupos de
investigadores o instituciones oficiales. Pero no es hasta después de la Segunda Guerra
Mundial cuando la industria farmacéutica empieza a destinar recursos financieros para la
evaluación de la seguridad y la efectividad de los medicamentos. No en vano las
necesidades militares habían actuado como favorecedoras del desarrollo de nuevos
fármacos, tal como sucedió a primeros de los cuarenta con la penicilina que había sido
descubierta en la década anterior. A partir de 1945 la utilización de técnicas radiológicas
permite empezar a comprender algunos mecanismos relacionados con la carcinogénesis de
tal forma que, a finales de la década siguiente, se prohibe la utilización de aquellos fármacos
que puedan producir cáncer en los animales: desde una década y media antes se había
empezado a extender la utilización de animales para la evaluación de la seguridad y la
eficacia de los medicamentos, utilizándose la información generada como punto de partida
para establecer las dosis efectivas en humanos, aunque los primeras trabajos se basaban
en meras conjeturas. Los peligros de los nuevos
medicamentos y la mala utilización de muchos de
ellos por parte de la población dieron lugar a las
primeras reglamentaciones que limitaban la
utilización de algunos de ellos solamente bajo
prescripción médica. Paralelamente la industria
farmacéutica se lanza a una importante actividad
de investigación en busca de nuevos
medicamentos. Aparecen así muchos
“antiepilépticos”, antibióticos, antihistamínicos,
esteroides, diuréticos, anestésicos, estimulantes del SNC así como sustancias inhibidoras o
potenciadoras de diferentes neurotransmisores.y aparecen también las primeras vacunas.
En 1962 el desastre de la talidomida hará necesario el estudio del efecto de las nuevas
drogas sobre el embrión y el feto. Durante toda la década de los sesenta tiene lugar una
importante eclosión de los estudios toxicológicos y clínicos Gracias al marcaje de moléculas
con isótopos radiactivos se empiezan a perfeccionar los estudios sobre la absorción,
distribución, metabolismo y excreción de los medicamentos, potenciándose también el
desarrollo de técnicas analíticas capaces de detectar pequeñas concentraciones de los
mismos presentes en distintos fluidos del organismo. De esta forma se produce un fuerte
incremento del número de personas que se ven involucradas en estudios clínicos, que
desembocará en las primeras regulaciones de carácter ético, tendentes a evitar las
horripilantes prácticas que se pusieron de manifiesto en el juicio de Nuremberg. Los
procesos de desarrollo de nuevos fármacos empiezan a utilizar métodos estadísticos en el
análisis y la toma de decisiones. La industria farmacéutica obtiene logros importantes en la
comercialización de sus nuevos productos consiguiendo mejorar la calidad de vida de
muchas personas y revolucionando el ejercicio de la medicina que ve el nacimiento, durante
los años sesenta, de los primeros sistemas de salud.
.
El desarrollo tecnológico (1971 – 2000)
Durante este período se produce un gran
incremento de la especialización necesaria
para el desarrollo de nuevos medicamentos:
farmacología, toxicología, medicina clínica,
farmacocinética, genética, biología
molecular, biotecnología y química: Las
características cinéticas de los
medicamentos que se habían empezado a
desarrollar a partir de 1945 empiezan a dar
sus frutos: empiezan a perfilarse conceptos
como el de absorción y se conocen los
primeros mecanismos de metabolización de
los fármacos. Los años setenta se inician bajo
un claro dominio de la farmacología que permite garantizar una mayor seguridad y eficacia
de los medicamentos estableciendo dosis y regímenes posológicos. Pero, a pesar de la
aparición de la farmacocinética y los ensayos multicéntricos, la evaluación de la seguridad
de los medicamentos seguía resultando insuficiente teniendo en cuenta que su
comercialización produce una importante automedicación de millones de personas. Es
precisamente el incremento del gasto en medicamentos de los individuos y los gobiernos el
que origina presiones sobre la industria farmacéutica para intentar controlar los precios:
Nacen así, durante los años ochenta, los genéricos y las primeras reivindicaciones sobre
medicamentos huérfanos. La aparición de la electrónica permite una miniaturización que
favorece el nacimiento de nuevas técnicas analíticas: los estudios in vitropermiten un
extraordinario avance de la toxicología en cuestiones como carcinogénesis, genotoxicidad,
antigenicidad y alteraciones metabólicas. A los modelos “in vitro” se suceden los modelos
animales de la enfermedad, que permitirán posteriormente el desarrollo de técnicas de
identificación de los marcadores biológicos que, con los años, entrarán a formar parte de
de la evaluación de la seguridad, la eficacia y la
toxicidad de los fármacos. A partir de los años
ochenta se produce un gran avance en el campo
de la farmacocinética que permite establecer
relaciones matemáticas del comportamiento de
los fármacos en el organismo. A partir de
entonces se relacionarán estas variables con el
perfil farmacológico del fármaco y, por tanto, con
su eficacia: nace así el concepto de
biodisponibilidad. La aparición de nuevos
fármacos experimenta un cierto enlentecimiento como consecuencia de las crecientes
regulaciones legislativas de seguridad al mismo tiempo que requiere cada vez el
compromiso de unos recursos crecientes, tanto financieros, como tecnológicos y humanos.
Aunque no puede obviarse la importancia de actividades como la química combinatoria, la
biotecnología o la obtención de animales transgénicos, por citar solamente algunos
ejemplos, lo cierto es que, a finales del siglo XX, los estudios farmacocinéticos constituyen
una parte fundamental en la evaluación de los fármacos: la comprensión de los procesos de
absorción, distribución, metabolismo y excreción de los fármacos, así como la cuantificación
de los mismos constituyen las bases para el diseño adecuado de las formas farmacéuticas y
proporcionan los elementos para establecer de forma fiable la utilización de los
medicamentos. En los últimos cinco años ha venido creciendo una fuerte evidencia tanto
sobre los mecanismos de algunos desórdenes celulares como de la propia muerte de las
células que han abierto nuevos horizontes y han puesto en tela de juicio algunos paradigmas
clásicos. La identificación de diferentes aspectos morfológicos y funcionales han conducido
a la construcción de una teoría que abarca distintos tipos de muerte celular: necrosis,
apoptosis y destrucción de los lisosomas. Las mitocondrias, ciertas proteínas y, muy
especialmente, algunos enzimas catabólicos que participan en la regulación de la muerte
celular podrían constituir importantes dianas para la manipulación farmacológica. Estos
procesos reguladores están implicados en situaciones tan diferentes como enfermedades
autoinmunes, procesos cancerosos, isquémicos o inflamación crónica. El avance en el
conocimiento de los mecanismos de la apoptosis podrá proporcionar en un futuro próximo
nuevas teorías que permitan aplicaciones farmacológicas o incluso quirúrgicas.
Situación actual
Aunque los medicamentos del futuro (es tema para otro
día) resultan casi milagrosos actualmente, lo cierto es que
la industria farmacéutica internacional no está en sus
mejores momentos. Las patentes de muchos productos de
gran difusión van caducando una tras otra. Además, no se
vislumbra en un horizonte cercano el nacimiento de
nuevos medicamentos verdaderamente innovadores.
Cabe añadir la extensión de las políticas de control de la
oferta de medicamentos definida por una estrategia de
recortes sucesivos de precios. Por si fuera poco, el comercio de medicamentos ilegales
alcanza la poderosa estimación de suponer un 25% del comercio mundial de medicamentos.
Parece que los únicos que pueden atajar estos peligros son los propios usuarios,
absteniéndose de comprar medicamentos a través de Internet. La cuestión, sin embargo,
va más allá de esta circunstancia. Tanto es así que se han detectado partidas de
medicamentos ilegales circulando por las redes oficiales y han conseguido infiltrase en
algunas farmacias. En España se están estudiando diversos sistemas que permitan
identificar cada uno de los envases de cada medicamento. La adopción de cualquiera de las
medidas propuestas supondrá, no solamente importantes cambios operativos, sino que
dará lugar a una gran cantidad de información de carácter confidencial. Tanto por lo que se
refiere a la posible violación del derecho a la intimidad de los pacientes, como por lo que la
información generada pueda ser utilizada con fines comerciales. Tal vez un escenario
semejante no esté tan lejos como puede parecernos.Ahora, sin embargo, tenemos otro tipo
de problemas con los medicamentos. Uno: tiramos “a la basura” (aunque se reciclen) miles
de envases sin estrenar.Dos: un 25% de los medicamentos recetados por los médicos nunca
son retirados de las farmacias. Tres: un 30% de las urgencias hospitalarias podrían haberse
evitado si se hubiese utilizado mejor los medicamentos. Todo ello en un ambiente de una
creciente medicalización de la sociedad en la que cualquier circunstancia personal puede
convertirse en una nueva enfermedad. Y ante la enfermedad, ya se sabe, tratamiento con
medicamentos. La gran efectividad de muchos de los medicamentos existentes ha
propiciado una confianza excesiva en los mismos y una extensión de su consumo. Se
pretende asociar cada “dolencia” a un medicamento supuestamente específico. Lo cierto
es que los datos existentes revelan que no utilizamos correctamente los medicamentos. En
muchas ocasiones los tratamientos con medicamentos vienen a paliar la ausencia o el
retraso de otras medidas terapéuticas (rehabilitación, cirugía, etc.). Disponemos de un
sistema de salud mucho más centrado en la sanidad que en una verdadera promoción de la
salud.
Paciente

Paciente en medicina y en las ciencias de la salud[editar]


En la medicina y en general en las ciencias de la salud, el paciente es alguien que sufre dolor o
malestar (muchas enfermedades causan molestias diversas, y un gran número de pacientes
también sufren dolor). En términos sociológicos y administrativos, paciente es el sujeto que
recibe los servicios de un médico u otro profesional de la salud y se somete a un examen, a
un tratamiento o a una intervención.

Fases en la atención del paciente[editar]


Antes de llegar a ser formalmente paciente, las individuo pasa por varias etapas: la identificación
de los síntomas, el diagnóstico, el tratamiento y el resultado (véase la denominada historia
natural de la enfermedad).
En el entorno hospitalario, el paciente comienza a comportarse de forma diferente de como lo
haría en otra situación. Este hecho se denomina "institucionalización", y se basa en la pérdida
de autonomía, lo cual implica que la persona deberá aprender a conformarse con las reglas y
rutinas del hospital. Muchas veces este proceso no es aceptado por el paciente; cuando éste
se recupera, debe volver al rol que tenía inicialmente.

Pacientes y usuarios[editar]
Recientemente, la palabra paciente está comenzando a sustituirse por la palabra usuario,
precisamente por la relación que tiene con la palabra paciencia [cita requerida] y, erróneamente por
supuesto, también con la palabra pasividad que, aunque de distinto origen etimológico,
transmite la sensación de que el paciente tiene que comportarse, necesariamente, como un
ente pasivo, inactivo, sin mostrar interés alguno por plantear preguntas y cuestionar lo que no
le resulta familiar, lo que no entiende en la consulta con el profesional de la salud. Por supuesto,
llámese paciente o usuario, es indispensable que la persona que asiste a consulta con
un profesional de la saludmuestre interés tanto por su cuerpo como por sus sensaciones, sus
síntomas; que esté pendiente, de preferencia con anticipación a la aparición de los síntomas,
de toda sensación (tanto las habituales como las esporádicas), de todo dolor, de todo cambio,
pues es ése, el reconocimiento, el primer paso para encontrar el camino hacia un buen estado
de salud tanto física como mental.

Tipos de pacientes: terminologías de otras disciplinas[editar]


En algunas ciencias de la salud (en algunos tipos de terapia psicológica, en particular) el
paciente recibe otros nombres: en algunas escuelas de psicoanálisis, por ejemplo, se le
denomina analizando (galicismo; proviene del término francés analysand). En la
denominada terapia centrada en el cliente o terapia centrada en la persona, su autor, Carl
Rogers, utiliza este término para hablar de un tipo de terapia no directiva o, más en general,
incluso de un enfoque de interrelaciones humanas.

Tipos de pacientes en Medicina Características de cada uno de ellos


Pacientes agradables
Los pacientes agradables son generalmente muy fáciles de cuidar. Por suerte, la mayoría de
los pacientes entran en esta categoría. Sin embargo, el principal problema de estos pacientes
es que, dada su simpatía, un médico puede estar tentado de ser más tranquilizador y optimista
de lo que debe ser cuando el realismo dicta lo contrario.

Pacientes valientes
Los pacientes valientes tienen la fuerza emocional suficiente para afrontar con entereza
cualquier diagnostico por duro que resulte.

Pacientes que no cumplen


Estos pacientes pueden ser muy frustrantes para un paciente porque nunca parecen querer
continuar con el tratamiento que se les prescribe a pesar de seguir acudiendo a la consulta para
quejarse de los síntomas que le trajeron allí por primera vez. Es el caso, por ejemplo, de los
fumadores que no dejan el tabaco.

Pacientes enfadados
No todos los pacientes reaccionan bien ante un mal diagnóstico, algunos lo hacen con enfado,
rabia e incluso ira. Recuerda que la ira puede ser el mecanismo de defensa del paciente ante
alguna otra emoción subyacente, como el miedo, la ansiedad o la depresión.

Pacientes manipuladores
Estos pacientes han aprendido cómo conseguir lo que quieren si es bueno para ellos o no.
Tenemos que ser capaces de reconocer cuándo estamos siendo manipulados y tener cuidado
para evitar “ceder” cuando sabemos que no es en el mejor interés del paciente.

Pacientes exigentes
Este tipo de pacientes requieren mucha atención. Pueden resultar agobiantes en ciertas
ocasiones, por lo que a veces tienes que fijar con suavidad límites a lo que puede y no puede
hacer por ellos.

Pacientes directos
Son los pacientes a los que gusta estar al mando, controlándolo todo. Te dicen lo que quieren
y no dudan en mostrarse en desacuerdo con el médico si no les gusta lo que está diciendo o
haciendo (o no haciendo).

Pacientes ansiosos
Este tipo de pacientes pueden llevar mucho tiempo y a menudo requieren mucha tranquilidad.
El caso más extremo es el paciente hipocondríaco que llama a urgencias ante el más mínimo
dolor.

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