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La moabita Rut no tenía, en apariencia, ninguna virtud ni condición para llegar a ser la
mujer extraordinaria que describe la Biblia. No era judía (lo cual, por supuesto, en el
contexto de su historia era una grave desventaja). Era viuda y pobre. Sin embargo, Rut
manifestó virtudes que la convirtieron en uno de los personajes más inspiradores de la
Escritura. Veamos por qué.
Fue fiel en la amistad. Rut 1: 14-18. Orfa abandonó a Noemí, pero Rut decidió
quedarse en compañía de Noemí. Esto expresa fidelidad con Dios y con su pueblo.
Cuando vinieron los momentos difíciles no se alejó, sino que por el contrario se mantuvo
fiel. Así lo reconoció también Booz (Rut 2: 12). Ella había venido a refugiarse debajo de
las alas del Dios de Israel y allí estaría el resto de su vida. También nos habla del poder
de la amistad verdadera. La Biblia es toda acerca de relaciones. Nos dice cómo podemos
tener una relación cercana y significativa con Dios. Nos dice también cómo podemos
tener relaciones saludables con otras personas. La Biblia nos cuenta historias acerca de
amigos cercanos que cambiaron su mundo y fueron usados poderosamente por Dios. En
el Antiguo Testamento, pensamos en amigos como Moisés y Aarón (que además eran
hermanos), Caleb y Josué, David y Jonatán, Elías y Eliseo. En el Nuevo Testamento,
recordamos a Bernabé y Pablo, y más tarde a Pablo y Timoteo, y de hecho, al grupo de
los apóstoles que se ven como amigos cercanos. Rut es el libro de texto sobre la amistad.
Rut es el tipo de persona que representa el significado de un amigo fiel y dedicado.
Fue proactiva. Rut 2: 1-2. En medio de la necesidad material por la que estaban
pasando, Rut no se quedó pasiva, sino que buscó soluciones. El día de hoy, los cristianos
somos llamados a no dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. A pensar y emprender
soluciones para las necesidades de nuestras familias y del país que traigan cambios
positivos.
Fue sensible a la cultura a la que fue a vivir. Rut 3. Aunque Rut era moabita, supo
adaptarse a las costumbres culturales del pueblo de Israel, a fin de poder obtener sus
propósitos. Del mismo modo, Dios nos llama a los cristianos a ser sensibles a la cultura
que nos rodea, a valorarla, a redimirla, a usarla a fin de ganar a muchos para Cristo (1
Cor. 9: 20).