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posiciones un uno u otro lado, tiene mucho de circunstancia y localidad. Los europeos
han estado más en contacto entre sí desde hace muchísimos años más y así nos
culturizaron, en cambio los orientales y los africanos hace relativamente poco tiempo
que se conocen y por eso los europeos desarrollaron más ideas de dominio o de
exterminio pero en forma alguna son superiores a nadie por mucho que lo pregonen.
Creo que no hay razas superiores ni inferiores, todos somos unikos e inigualables,
con caracteristicas que nos hacen mejores que otros y con caracteristicas que no nos
hacen mejores que otros...
Lo importante es que cada uno este bien con lo que es y si algo no nos gusta tratar de
mejorarlo...
No hay superiores ni inferiores, hay seres humanos que son todos diferentes entre si
aunque posean caracteristicas similares...
Esta es la historia de una niña afroamericana que lo contaba todo; los pasos que
necesitaba para cruzar la calle, los pasos que había hasta la iglesia, el número de
platos que limpiaba, las estrellas que veía… todo lo que podía ser contado. La historia
de una niña afroamericana que creció en una época en la cual la segregación racial
era una realidad y que aún teniendo, a priori, pocas oportunidades, se convirtió en
una excelente matemática. La historia de una excelente matemática que realizó los
cálculos de las trayectorias de los primeros vuelos espaciales de Estados Unidos. La
historia de una excelente matemática que realizó los cálculos que llevarían al hombre
a la Luna. La historia de Katherine Johnson. Una excelente matemática. La mujer
que lo calculó todo. Una auténtica calculadora humana.
Se graduó a la temprana edad de 14 años y con 15 años continuó sus estudios superiores en
la denominada West Virginia State College, donde consiguió sus grados en Matemáticas y
Francés a la edad de 18 años. Durante sus años de estudio tuvo el apoyo de varios
profesores, entre ellos la química y matemática Angie Turner King y el matemático W.W.
Schiefflin Claytor, el tercer afroamericano en obtener un doctorado en Estados Unidos. El
profesor Claytor vio semejante potencial en Katherine que creó asignaturas de geometría
analítica y aeronáutica específicamente para ella.
En 1937 la (casi) única opción de una mujer afroamericana para trabajar fuera de casa era
dedicarse a la enseñanza. Fue así como Katherine se mudó a Marion (Virginia) a ejercer
como profesora de matemáticas, música y francés. Según sus propias palabras, fue en
Virginia donde sufrió las consecuencias de la segregación racial y el racismo por primera
vez de forma consciente. Aunque también fue en Virginia donde Katherine luchó de alguna
manera contra esa segregación; fue uno de los tres estudiantes afroamericanos (la única
mujer) seleccionados para realizar estudios de postgrado en la West Virginia University de
Morgantown. Desgraciadamente, problemas familiares hicieron que Katherine no pudiera
finalizar sus estudios.
Corría el año 1950 cuando se enteró que la NACA (National Advisory Committee for
Aeronautics), predecesora de la NASA (National Aeronautics and Space Administration),
buscaba mujeres afroamericanas para tareas de cálculo en el Departamento de Guía y
Navegación. Durante la II Guerra Mundial las agencias gubernamentales estadounidenses
contrataron a miles de mujeres para realizar diferentes actividades. Después de la guerra, la
NACA siguió aplicando dicha política, especialmente cuando la carrera espacial dio su
pistoletazo de salida con el lanzamiento del Sputnik 1 por parte de la Unión Soviética años