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ESTÉTICA COTIDIANA ESTÉTICA COTIDIANA

Y JUEGÓS DE LA CULTURA a
Y JUEGOS DE LA CULTURA
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katya mandoki

En todo proceso de comunicación, sea en la ·interacción cara a cara o a tra.vés


de los medios masivos, la moda, el diseño, el discurso político o religioso, e
incluso el científico, hay siempre un exceso que rebasa el valor informativo del
mensaje: ese exceso irrumpe en la dimensión estética. La tesis central de este
libro es que no sólo es posible sino indispensable abrir los estudios estéticos
-tradicionalmente restringidos al arte y lo bello- hacia la riqueza y complejidad
de la vida social contemporánea. Eso es precisamente la Prosaica : la estética
en la vida cotidiana.

Mandoki actualiza las discusiones en torno a la estética, rescatando particular-


mente la filosofía de Dewey y Bajtín para proyectarlas hacia un enfoque lnterdis-
ciplinario. A partir de Huizinga y la taxonomía de los juegos de Caillois (yértigo,
competencia, azar y simulacro) la autora plantea a la lúdica como la gemela
siamesa de la estética para recorrer el tejido social siguiendo estas dos hebras
primordiales.

Katya Mandoki es doctora en Historia del Arte y profesora-investigadora de la


UAM-xcon una trayectoria reconocida y premiada en las artes visuales y más de
un centenar de artículos publicados sobre estética y emiótica.
PROSAICA UNO

siglo

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ESTÉTICA COTIDIANA
YJUEGOS DE LA CULTURA

PROSAICA!
por

KATYA MANDOKI

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siglo
veintiuno
~CONACULTA · IFOINIC:A editores
siglo xxi editores, s.a. de c.v.
CERRO DEL AGUA248, ROMERO DE TERREROS, 04310, MÉXICO, D.F.

siglo xxi editores, s.a.


TUCUMÁN 1621, 7° N, C1050AAG, BUENOS AIRES, ARGENTINA

A Amilcar y Asaf, naturalmente


siglo xxi de españa editores, s.a.
MENÉNDEZ PIDAL 3 BIS, 28036, MADRID, ESPAÑA

BH39•
M35
2006 Mandoki, Katya
Estética cotidiana y juegos de la cultura : Prosaica I /
por Katya Mandoki. - México : Siglo XXI, 2006.
216 p. - (Teoría)
ISBN 968-23-2653-2

l. Estética. l. t. 11. Ser.

Hago patente mi agradecimiento a la Uni-


versidad Autónoma Metropolitana por su
ilustración de portada: katya mandoki y amilcar paris
respaldo firme y sostenido a la investigación
primera edición, 2006 de este proyecto y al Fondo Nacional para
© siglo xxi editores, s.a. de c.v. la Cultura y las Artes, a través del Programa
isbn 968-23-2653-2 de Fomento a Proyectos y Coinversiones
Culturales (2005) por el apoyo económico
derechos reservados conforme a la ley
impreso y hecho en méxico / printed and made in mexico para su publicación.
PREFACIO

Una obra artística permanece siempre abierta al espectador para


hallar en ella sentidos diversos a lo largo del tiempo. Para el artista,
en cambio, la obra se cierra en el instante preciso en que retira el
lienzo del caballete o escribe el punto final de la novela. Pero un texto
teórico es siempre inconcluso y desoladoramente perfectible. A más
de una década desde que se publicó la exploración inicial de la estéti-
ca de lo cotidiano, el compromiso con un texto escrito en otro mo-
mento y casi por otra persona no resultó fácil. 1 Las alternativas eran
dejarlo morir de muerte natural, incrustar fragmentos que actualiza-
ran el proceso de pensamiento o reescribirlo en su totalidad.
Surgió por tanto una trilogía de libros que, si bien asumen parte
de la estructura anterior, descubren múltiples aspectos antes inadver-
tidos. Uno de ellos es la profunda imbricación entre la estética y la
lúdica. A partir de Huizinga y la taxonomía de los juegos de Caillois
(vértigo, competencia, azar y simulacro) emerge la lúdica como
actividad primordial de la estética -su gemela siamesa- que recorre
en serie y en paralelo al tejido de prácticas sociales.
La tesis central de este libro es que no sólo es posible sino indis-
pensable abrir los estudios estéticos -tradicionalmente restringidos
al arte y lo bello- hacia la riqueza y complejidad de la vida social en
sus diferentes manifestaciones. Eso es la Prosaica: sencillamente, la
estética cotidiana. Esta pervivencia de la estética se expresa de mil
maneras, desde nuestra forma de vivir, en el lenguaje y el porte, el
modo de ataviarse y de comer, de rendir culto a deidades o a perso-
nalidades, de legitimar el poder, ostentar el triunfo o recordar a los
muertos; pero el papel primordial que la estética tiene en nuestra
vida cotidiana se ejerce en la construcción y presentación de las
identidades sociales.
A pesar de esta omnipresencia de la estética en ámbitos no sólo
culturales y sociales sino incluso biológicos, los teóricos en estética
parecen no darse cuenta de ello y siguen requiriendo del aislamiento

1 Me refiero a Mandoki, 1994.

[g]
10 PREFACIO

de un museo o sala de conciertos para distinguir fenómenos que PRIMERA PARTE:


atañen a la sensibilidad. Temen que, de salirse del ámbito artístico, LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA
se precipitarían en un panesteüsmo que disolvería a la estética ipso
facto. Y cuando la estética extraartística ya es francamente insoslaya-
ble, los filósofos optan por aplicarle nombres como "corporalidad" o
"sensorialidad" para denotar lo que no es otra cosa que la estesis.
Tuve que repensar la noción de "facultad de la sensibilidad" pues
siempre me pareció un término elusivo y resbaloso. Lo que la dis- Chido, de poca madre, flipé, hizo un oso, súper, padrísimo, guau,
tingue de otras facultades humanas es la gran incógnita que se han macanudo, armó un pancho, vales mil, chingón, guácala, buena
planteado los estudiosos de la estética. Por lo menos ha quedado onda, a todo mecate, chévere... implican, por así decirlo, juicios
claro hasta aquí que ya no es posible hablar de Sensibilidad con estéticos en la vida diaria. Expresan que algo impresionó al hablante,
mayúscula y en singular como patrimonio privilegiado de genios y que lo conmovió o lo disgustó. No es necesario estudiar concienzuda-
artistas, críticos o connaisseurs, sino de sensibilidades en plural, mente la Crítica del juicio de lmmanuel Kant para emitir semejantes
expuestas y vulnerables a la vida, que se revisten de diferentes juicios. Todos enunciamos apreciaciones de índole estética respecto
maneras dependiendo del contexto cultural. Esta noción de sensibi- a las más diversas situaciones, personas e incidentes. A pesar de ello,
lidad ha tenido que trabajarse desde una perspettiva fenomenológica la teoría estética ha ignorado olímpicamente estas prácticas para
y epistemológica. De ahí emerge la formulación del concepto de concentrarse sólo en los pomposos juicios que un grupo de espe-
prendamiento y su opuesto, el prendimiento, cuyo potencial heurístico cialistas emite sobre el minúsculo universo de las obras de arte; ¿Es
ya lo juzgará el lector. realmente tan sólido el edificio teórico en que habitan los estetólogos
Así como la lingüística de Saussure no era sino la punta del tém- como para justificar su desdén hacia estos juicios cotidianos? Lejos
pano de una semiosis ilimitada, el arte ha sido la punta de una estesis de ello.
vasta y extendida. Ambas .son codependientes, pero hay aspectos En esta primera parte introduciré al lector a los principales
fundamentales que las distinguen: de la semiosis obtenemos signi- problemas que se debaten hoy en el campo de la estética. Discutiré
ficación y sentido, de la estesis abertura y arraigo; de la primera algunas propuestas de solución a estos problemas, algunas de sus
coherencia, de la segunda adherencia. Espero poder probarlo. fantasías, de sus iluminaciones, de sus fracasos. La aproximación será,
desde luego, crítica sin pretender con ello el desmontaje exhaustivo
del aparato conceptual construido para explicar el fenómeno esté-
tico, labor· que me desviaría del objetivo aquí propuesto que es
explorar la estética en la vida cotidiana. Por ello, haré un reconido
breve, sintético y al punto por algunas de las ideas heredadas princi-
palmente de Baumgarten y Kant que operan como verdaderos
obstáculos epistemológicos para el avance de la teoría estética. Aco-
piaré conceptos y hallazgos teóricos con qué equiparnos para iniciar
un recorrido distinto al del análisis tradicional: la Prosaica. Lo
detectado en el diagnóstico de esta primera parte será estructurado
en la segunda.

[11]
1. LOS PROBLEMAS DE LA ESTÉTICA:
DEFINIR, UBICAR, DISTINGUIR

PROBLEMAS DE DEFINICIÓN

Si por "estética" podemos entender una experiencia o una cualidad


del objeto, un sentimiento de placer, al clasicismo en el arte, un
juicio de gusto, la capacidad de percepción, un valor, una actitud, la
teoría del arte, la doctrina de lo bello, un estado del espíritu, la re-
ceptividad contemplativa, una emoción, una intención, una forma
de vida, la sensibilidad, una rama de la filosofía, un tipo de subje-
tividad, la cualidad de ciertas formas, un acto de expresión, etc., es
más que obvio que la estética como disciplina no ha definido
claramente su objeto de estudio. En unos casos denota ciertas
características del sujeto, o efectos en él como los emotivos o los
valorativos. En otros se trata de cualidades de un objeto, de un acto
o del análisis de una práctica social como es el arte, y aun de un
periodo o estilo determinado.
El intento de definir un concepto como la estética parecería
volverse aún más problemático a partir de los cuestionamientos que
Wittgenstein (1958, §71) plantea al acto mismo de definir. Según este
autor, en su ejemplo del concepto 'juego", no hay una característica
común entre los usos que se le dan a esta palabra; sólo hay semejanzas
o "afinidades familiares" (jamily resemblances) . 1 El concepto de 'juego"
es de límites u orillas borrosas, por lo que, para Wittgenstein el
sentido de un concepto radica más que nada en su uso. Desde esta
perspectiva, si el concepto de estética estuviese en su uso, tendríamos
que aceptar variantes como "estética canina", "estética unisex",
"cirugía estética" o "estética dental". Desde luego que estos usos están
emparentados con la idea de que la estética se refiere a lo bello y
similares: lo bonito, lo gracioso, lo agradable, lo elegante. Y es
precisamente por estos usos por lo que se vuelve necesaria, en un
trabajo teórico, si no una definición, por lo menos una demarcación.

1
La traducción de todas las citas de textos que no sean en castellano es mía.
,-

LOS LABERINTOS DE 1A ESTÉTICA LOS PROBLEMAS DE LA ESTÉTICA

Plantearé los límites del concepto de estética no para restringir el las disciplinas existen más que nada como eso, departamentos en las
vocabulario de los estilistas de perros sino para establecer un punto universidades). Como ese departamento no existe, los estudiosos de
de partida que nos permita manejar un sentido más preciso al de su la estética provienen de departamentos como Historia del Arte o
uso corriente, ya sea cotidiano o en la tradición teórica. Filosofía. La estética ha sido una rama de otra disciplina, la filosofía,
y no una disciplina propiamente dicha, al igual que no lf son ni la
ontología, ni la ética, ni la metafísica.
La crítica que Wolff (1983) esgrimió contra la estética por su
PROBLEMAS DE UBICACIÓN carencia de una dimensión sociológica prueba que esta rama de la
filosofía se ha resistido a convertirse en una multidisciplina. Hasta
Si es posible o no una definición, como lo plantea Wittgenstein, es ahora han sido casi nulas las aproximaciones a la estética que no
un problema, y otro, aunque emparentado, es si la estética es o no hayan sido filosóficas, y las raras de este tipo, siempre marginales.
una disciplina. Ubicar a la estética como disciplina puede resultar un Una de éstas es la de Bourdieu ( 1987), quien hace una crítica a la
problema para algunos, por ejemplo Diffey (1984), quien considera estética precisamente sobre este punto. Incluso acusa a la estética de
que la estética no es una disciplina sino un campo multidisciplinario plagiarse categorías de las ciencias sociales y enmascararlas como
o interdisciplinario. Para Diffey, existen disciplinas como la filosofía, suyas. Critica el carácter ahistórico de las categorías estéticas y de la
la sociología, la psicología, que pueden enfocar en ocasiones cuestio- experiencia estética por ignorar las condiciones sociales que posibi-
nes estéticas. La estética sería entonces, para el autor, un objeto o litan tales categorías y experiencias.
problema multidisciplinario. Lo que predomina en los estudios sobre estética son más bien
¿Es la estética una disciplina cuyo objeto es el arte y lo bello u otros tendencias filosóficas como la filosofía analítica (Danta, Dickie, Kivy,
posibles (forma significativa, expresión simbólica, experiencia sen- Goodman) prevaleciente en la actualidad en los países anglófonos, la
sible) o es la estética un o!Jjeto de varias disciplinas como la psicología, fenomenología (Merleau Ponty, Dufrenne), teorías del lenguaje y de
la sociología, la historia del arte? Si la estética fuese un objeto de los signos (Cassirer, Shapiro, Searle, Eco, Mukarovsky, Jakobson,
varias disciplinas contaríamos con un corpus teórico desde la psico- Lotman, Morris), aproximaciones kantianas (Schaper, Guyer,
logía, la sociología, la semiótica o la historia enfocadas a la estética. Crowther), marxistas (Lukács, Sánchez Vázquez, Bujarin, Kosik, Della
Pero ese corpus no existe en forma coherente, si acaso, sólo fragmen- Vol pe, Gramsci, Lunacharski), dialécticas (Hegel, Marx), idealistas,
taria. No hay historia de la estética sino de las teorías estéticas (Bayer, románticas o metafísicas (Croce, Schopenhauer, Collingwood, Schi-
1984; Maí-chan, Fiz). No hay sociología de la estética, sino enfoques ller, Fichte), intencionalistas o expresivistas (Langer, Ayer), esen-
sociológicos a los fenómenos artísticos como en Hauser (1969) o cialistas (Kainz), deconstructivistas (Derrida, Norris, Carroll), y
enfoques psicológicos a la percepción de la forma como la teoría de pragmatistas (Dewey, Shusterman). Ninguno de estos autores o
la Gestalt aplicada por Arnheim ( 1985). Si definiésemos a la estética tendencias, que yo sepa, conforman disciplina alguna; más bien miran,
exclusivamente como el estudio del arte (que no es la posición aquí desde su perspectiva metodológica, al arte y a lo bello.
asumida) podríamos concordar, y muy parcialmente, con una con- Es irónico que la crítica que Diffey le lanza a Wolff en su reseña
cepción de la estética como objeto de varias disciplinas ya que hay haya sido contestada de antemano por el libro reseñado: la estética
sociología del arte, historia del arte, teoría del arte. Pero esta no es una multidisciplina precisamente porque tampoco acepta al
definición no sería aceptable para un gran número de estetólogos reto sociológico entre otros, como el antropológico, el biológico, el
que prefieren entender su campo como el estudio de lo bello y no psicológico, el semiológico, además del económico y el político. Creo
del arte; Nwodo (1984), pór ejemplo. que no se le puede reprochar a la estética su hermetismo. Vista como
Por otra parte, si la estética fuese una disciplina, existiría un rama de la filosofía, no puede hacer otra cosa. Sus limitaciones
Departamento de Estética en cualquier universidad (de hecho, hoy pueden resolverse con otra orientación, no como rama de la filosofía,
16 LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS PROBLEMAS DE LA ESTÉTICA

sino como la multidisciplina que planteaba Diffey, que no es el caso


paralelas además de la estética entendida así como "bellología". Se
actual de sus investigaciones.
tendría entonces que instituir también la "feología", la "sublimolo-
De lo que se trataría, en efecto, es de partir de la filosofía y
gía", la "tragicología", la "grotescologfa", la "banalogía", la "sordi-
construir un corpus interdisciplinario que permita incorporar diversas
dología" y la "kitschología", disciplinas que serían, si no triviales, por
metodologías pertinentes a una visión integral del fenómeno estético.
lo menos algo cómicas. Con esta reducción al absurdo Ruede verse
Propongo la interdisciplina y no una transdisciplina pues se trata de
que no es posible fundar una disciplina alrededor de sólo una de las
integrar, y no de trascender, los diversos enfoques disciplinarios, cada varias categorías estéticas.
uno de los cuales tiene un instrumental metodológico propio que
De cualquier modo, cabe destacar con Nwodo la importancia de
puede resultar sumamente valioso al análisis estético. Dado que la
diferenciar entre la filosofia del arte y la estética (aunque no como
estética no es una cuestión exclusivamente filosófica sino cultural,
teoría de lo bello). Sin embargo, esta distinción es más una cuestión
social, comunicativa, política, económica, histórica, antropológica,
de énfasis que propiamente de campo. Lo bello es una de tantas
cognitiva, semiótica y aun neurológica, sería menester abordarla con
categorías en la producción de efectos sensibles, tantas como adje-
un trabajo multidisciplinario puesto que varias de estas disciplinas se
tivos existen en un lenguaje, y el arte es sólo una de sus manifestacio-
traslapan al enfocar esta problemática. nes, aunque sea la más espectacular.
Para concluir, la estética se refiere a cierto tipo de fenómenos
particularmente resbaladizos y difíciles de definir por el procedimien-
to filosófico tradicional de razones necesarias y suficientes, difíciles
PROBLEMAS DE DISTINCIÓN
de ubicar en tanto disciplina especializada u objeto multidisciplina-
rio, y difíciles de distinguir de campos afines como la teoría del arte.
Han habido numerosos intentos de definir a la estética y distinguirla
Lo que es, sin embargo, posible es demarcarla -así sea con brocha
de la filosofia del arte. Con el provocativo título "Filosofía del arte gorda- por sus orillas borrosas (cf. el cap. 5).
versus estética", Christopher S. Nwodo (1984) hace un recuento
histórico para argumentar que se trata de dos disciplinas distintas. La
propuesta en sí no es nueva, puesto que desde hace más de medio
siglo, Wilhelm Worringer, Max Dessoir y Emil Utitz plantean la
Allgerneine Kunstwissenschaft o ciencia general del arte, independiente
de la estética. De hecho, la historia del arte es cada vez más una
disciplina independiente de la estética en la que sólo muy tangen-
cialmente se tocan problemas filosóficos. Para Nwodo, la estética
vendría a ser la teoría que estudia la belleza, relegando el arte a la
teoría del arte. Hace a un lado las objeciones hechas a la pertinencia
del concepto de lo bello para la teoría estética y los argumentos
acerca de la inutilidad del mismo (como las de John Dewey, Richard
Hamann, Mikel Dufrenne). El problema con la propuesta de Nwodo
no es tanto que lo bello haya perdido en el arte contemporáneo el
papel dominante que tenía en el arte académico (aunque ésta parece
una de las causas de su distinción); el problema es que, como
categoría, lo bello por sí mismo no tiene la relevancia suficiente para
fundar una disciplina. Si fuera así, habría que fundar varias disciplinas
LOS FETICHES DE 1A ESTÉTICA Y SUS TRAMPAS

2. LOS FETICHES DE LA ESTÉTICA Y SUS TRAMPAS culturales. Lo bello corno tal existe igual que lo blanco, lo aburrido,
lo dulce, lo femenino, lo nauseabundo, lo inútil. Son efectos del
lenguaje que se aplican para describir experiencias y percepciones y
dependen de convenciones culturales. La noción de belleza, o lo
bello, es una categorización lingüística de una percepciqn o expe-
riencia extralingüística, aunque pueda ser provocada por el lenguaje
EL FETICHE DE LO BELLO (en el caso de la literatura y la poesía) o provocar la producción de
lenguaje (el caso típico, la crítica de arte). Lo bello sólo existe en los
La noción de Lo Bello ha sido y sigue siendo el concepto central para sujetos que lo experimentan así como el enunciado sólo ocurre en
la teoría estética. Sin embargo, La Belleza -como La Verdad, El Bien los sujetos que lo enuncian y lo interpretan. Suponer su existencia
y La Justicia- es resultado de la sustantivación de adjetivos, un efecto autónoma es incurrir en un fetichismo, pues su fuerza de atracción
del lenguaje, más que un hecho ontológico. Existe un acto bueno sólo existe por y en el sujeto.
para un sujeto que lo juzga así, como un objeto bello o un acto justo Sin embargo, no basta con declarar que lo bello es un fetiche para
y un enunciado verdadero según convenciones de bondad, belleza, que deje de operar corno un obstáculo epistemológico sobre la
justicia y verdad establecidas en cada contexto social. Todos son estética. Dufrenne (1973: lviii), por ejemplo advierte "hay que evitar
juicios emitidos por sujetos que dependen de una cultura determina- invocar el concepto de lo bello porque es una noción que, depen-
da desde la cual aplican la categ01ia de bueno, bello, verdadero,justo. diendo de la extensión que le demos, parece inútil para nuestros
Por ello se considera bella la deformación del labio inferior entre fines o peligrosa". Pero luego, termina afirmando que:
algunas tribus africanas y de los pies de las mujeres entre los chinos,
el aplanamiento de la frente entre los mayas, la inyección de silicona Básicamente no somos nosotros quienes decidimos qué es lo bello. El objeto
en los senos y de colágeno en los labios de las mujeres occidentales, por sí mismo lo decide, y esto ocurre al manifestarse a sí mismo. El juicio
la cirugía de párpados en las mujeres orientales, el tatuaje, la estético pasa desde el interior del objeto más que desde nuestro interior.
Nosotros no definimos lo bello, afirmamos lo que el objeto es (Dufrenne,
laceración o el pierángy el lifting. La belleza es convencional, aunque
1973: lxii).
se asocie a crite1ios de selección natural que trascienden lo cultural
hacia el ámbito biológico. Igual se considera justa la amputación de
El autor cuestiona el fetichismo de lo bello pero termina inventan-
manos de un supuesto ladrón o apedrear a muerte a una mujer por
do otro que resulta aún peor: el de los objetos que "deciden por sí
concebir fuera del matrimonio en algunos países musulmanes,
mismos", que son capaces de establecer "un juicio estético desde su
arrojar ácido al rostro de las mujeres pakistaníes por sus maridos o
interior". En algo tiene razón Dufrenne y es en lo peligroso de la
institucionalizar la pena de muerte en varios estados norteamerica-
noción de lo bello que, en su caso, le tendió esta trampa.
nos. Asimismo se considera verdadera la existencia de un espíritu
También para John Dewey la noción de lo bello, para fines
totémico en una comunidad o la del flogisto, del quark, del aura o
teóricos, se convierte en un término obstructivo:
del ADN. Esta diversidad de verdades, bellezas y justicias no nos obliga
a asumir una posición relativista en cada uno de estos ámbitos, pues
Lo bello está lo más alejado de un término analítico, y por tanto de una
si bien lo bello y lo verdadero están determinados por un contexto, concepción que pueda figurar en la teoría como medio de explicación o
lo justo en cambio es universal al estar en juego un valor absoluto: clasificación. Desdichadamente, se ha endurecido en un objeto peculiar; un
la vida y la integridad Qel ser humano. Afirmar que la belleza sea arranque emocional ( emotional rapture) se ha sometido a lo que la filosofía
n~lativa no implica que la justicia también lo sea. llama hipostasiación, y ha resultado el concepto de belleza como una esencia
Evidentemente no estoy hablando aquí de existencias ontológicas de la intuición (Dewey [1934], 1980: 129-130).
autónomas sino de construcciones sociales según convenciones
LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS FETICHES DE LA ESTÉTICA Y SUS TRAMPAS 21
20

Cabe por tanto seguir la dirección bastante más coherente de que le adscribimos al oqjeto es en realidad la proyección de una
Dewey y afirmar que lo bello no es una cualidad de los objetos en sí armonía que ocurre entre nuestras facultades cognitivas como la
mismos sino un efecto de la relación que el sujeto establece con el imaginación y el entendimiento, más que de aspectos de la obra en
objeto desde un contexto social de valorización o interpretación sí misma. Sin embargo, la estética analítica ha tomado literalmente
particular. Es la sensibilidad la que descubre sus objetos y ve en ellos lo que en su origen fue una simple expresión metafórica y se dedica
lo que ella ha puesto no según su capricho sino según sus condiciones minuciosamente a probar el estatus ontológico de lo bello y de la
bioculturales, perceptuales y valorativas. En este sentido, volvemos al obra de arte como existentes en sí, independientemente del sujeto.
punto inicial en que· el filósofo David Hume comenzó a reflexionar Entre los teóricos más conocidos que fundamentan su teoría
en el siglo xvm sobre los problemas del gusto y de la belleza para estética en la noción de "expresión", está Susanne Langer (1979: 240)
establecerlos respectivamente como diversos y relativos. quien entiende al arte como expresión simbólica: "La obra de arte
es una forma expresiva creada para nuestra percepción a través del
sentido o imaginación, y lo que expresa es el sentimiento humano."
Pero, insisto, no es el arte, ni la obra o la forma lo que expresa, sino
EL FETICHE DEL ARTE el artista, igual que no es el lenguaje el que significa sino el sujeto
que lo articula. El arte no es expresión de emociones; es el espectador
No voy a criticar aquí la importancia exagerada que se le ha dado a quien percibe e interpreta una expresión de emociones y genera
la producción artística en el discurso dominante de la te01ia estética. otras a partir de su experiencia con tal objeto.
Lo que me interesa analizar en esta sección es el fetichismo en su La idea de que una obra de arte "exprese" es efecto del lenguaje.
sentido literal: la obra de arte hecha fetiche, dueña de poderes y Se puede decir, lo he dicho. El Guernica de Picasso "expresa" el terror
capacidades humanas y sobrehumanas, incluso mágicas. Desde un de la masacre en Guernica. Pero esto no implica que, porque algo
enfoque marxista, Terry Eagleton (1990) nos explica cómo la obra sea enunciable, sea necesariamente real o posible (puedo decir: el
de arte ha sido para la teoría estética una especie de "sujeto" que grifo está comiendo lentejas; enunciable e imposible). Eso es con-
encarna todos los valores que la burguesía pretendía legitimar desde fundir el lenguaje con la realidad (aunque ésta, efectivamente, esté
la Ilustración. Me refiero a valores como la libertad, el desinterés, la constituida también por el lenguaje). La invocación no es tan fácil
autodeterminación así como al individuo como fin en sí mismo. ni la magia tan accesible. En breve, no es el Guernica de Picasso el
Todos estos valores, que casualmente fueron atribuidos a la obra de que expresa, sino que es Picasso quien expresa a través del Guemica.
arte poda teoría estética, proveen el modelo perfecto de subjetividad Aunque es demasiado obvia esta distinción, invertirla puede tener
que requería la sociedad capitalista 1emprana. "Mi argumento, en consecuencias fatales para la teoría: me consta.
términos generales, es que la categoría de lo estético asume la im- Las obras de arte no hablan; el lenguaje es solamente una aptitud
portancia que tiene en la Europa moderna porque al hablar de arte del sujeto, no de los objetos. Es el sujeto quien, a través del texto, un
se habla también de estas otras cuestiones que están· en el corazón enunciado o una obra plástica, produce ciertos significados por su
de la lucha de la clase media por la hegemonía política" (Eagleton, actividad neuronal. Ese mecanismo de fetichización, de investir fuer-
1990: 3). zas y capacidades a los objetos, se asemeja mucho al que halló Marx
De esta manera la burguesía del siglo xvm imaginó a un sujeto en la relación del obrero con las mercancías al ver en ellas relaciones
cuyas características proyectó metafóricamente en la obra de arte, entre objetos en lugar de relaciones sociales entre seres humanos. La
pero que se cristalizó ya como descripción literal en la teoría estética expresión que supuestamente se halla en una obra de arte es siempre
subsiguiente. De ahí surgen concepciones del artefq.cto artístico y sólo la del artista hacia el espectador mediada por el objeto. Quien
como capaz de expresión, de interpelación, de actitudes y valores. expresa no es la obra de arte sino el sujeto artista por mediación del
Kant no cayó en esta trampa al señalar claramente que la armonía lenguaje artístico e interpretada por el espectador. Entre ambos no
22 LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA
LOS FETICHES DE LA ESTÉTICA Y SUS TRAMPAS

hay simetría por el simple hecho de que cada sujeto ocupa. ~tro l~~ar
actividad humana, de sus emociones y actitudes. En la teoría, sin
en el tiempo y el espacio. Ocurre un desfase o, como dina Bajtm,
embargo, este animismo lingüístico debe evitarse en lo posible, pues
una exotopía, un estar afuera entre enunciante e intérprete.
una construcción teórica se nos puede venir abajo por confundir
Para Dewey ([1934] 1980: 47), "la palabra 'estética' se refiere[ ... ]
hechos con dichos. Cierto que, como lo señaló Austin ( Cómo hacer
a la experiencia en tanto apreciativa, percibiendo, disfrutan~~:
cosas con palabras), decir es una forma de hacer, pero 11ay muchas
Denota el punto de vista del consumidor, más que del productor. Si
maneras de hacer y de no hacer por medio de las palabras.
el arte concierne a la productividad, la estética para este autor es
asunto de receptividad. Un acto de enunciación es .estético ~i, Y
solamente si, se interpreta o es asumido como tal, mcluso si tal
interpretación proviene de los enunciantes mismos. Por ~tra parte, EL FETICHE DEL OBJETO ESTÉTICO
los objetos, acontecimientos, gestos o actos que no emergieron co?
intencionalidad estética alguna, pueden llegar no obstante a consi-
El fetiche del objeto estético es el más arraigado de la estética y el
derarse estéticos como resultado de la interpretación. Una voz
más plagado de problemas. Y no es para menos: se trata de un
murmurante puede no tener ningún significado para un sujeto Y ser
oxím?~~n, un~ contradicción de términos, puesto que lo estético por
intensamente seductora o evocadora para otro.
defimnon designa al sujeto en su disposición o susceptibilidad a
Las cosas no son capaces de actuar; un medicamento no cura ni
pe~cibir, apreciar, disfrutar y padecer, en contraste con lo que es un
un texto place. Es el enfermo el que se cura al tomar un medicam~nt?
objeto que no es susceptible a nada. Dufrenne, por ejemplo, inicia
y un lector el que se complace al leer un text~. El efect~ ~e feti~hi-
su exposición de la experiencia estética y el objeto estético confron-
zación es un hábito tan arraigado en el lenguaje que sena imposible
tando el problema de la circularidad de definiciones tales como: el
evitarlo. Pero lo que sí vale la pena destacar es que se trata de un
obj:~º estético es. el que se aprehende a través de la experiencia
efecto del lenguaje, y no de un hecho en la realidad; es un modo de
estet1ca y la expenencia estética es la que se establece con relación
hablar no de ser. Cuando uno y otro se confunden, aparecen al objeto estético:
aberra~iones como la "objetividad de lo bello", la "expresión de la
obra de arte", los "placeres del texto" (y no a través del texto)., los la p~r:epción; .estética o no estética, no crea a un objeto nuevo y el objeto
"objetos sensuales", o los "objetos estéticos" (literalmente objetos percibido estetICamente no es diferente de la cosa objetivamente conocida
capaces de una experiencia o percepción). o creada que solicita esta percepción (en este caso la obra de arte). Desde
Prevengo de antemano al lector en caso de que el lenguaje "me la experiencia. ~stética que los une, podemos por tanto distinguir al objeto
traicione" y le pido que lea en frases como ésta algo así como "en de su percepc1on para poder estudiarlos por separado (Dufrenne: xlix).
caso de que yo me traicione a través del lenguaje" .. De otr? modo
estamos en el pensamiento mágico del niño para qmen los jugue.tes .De nueva cuenta, Dufrenne nos confunde pues, además de que el
se rompen, la ropa se ensucia y la luna lo sigue o los árboles se alejan objeto y su percepción son indistinguibles y no pueden estudiarse
del vehículo en que viaja, o del médico para quien las enfermedades por separado -ya que sólo hay objetos para la percepción y toda
percepción siempre es percepción de algo--- se equivoca al afirmar
se contagian y las medicinas curan (en vez de las personas s~ ~onta-
gian de enfermedades y se curan -o se enferman- con medicmas). que "la percepción, estética o no estética, no crea un objeto nuevo".
Si el lenguaje "produce" conceptos, también "disfraza" efectos d~l Por supuesto que lo crea, no físicamente pero sí experiencialmente.
lenguaje como efectos de realidad. Todos practicamos una espeoe Antes de la percepción, el objeto no existe como tal, pero al ser
de animismo en el lenguaje o modos de hablar que antropomorfizan percibido estéticamente, el objeto antes no valorado en esa dimen-
sión, adquiere un nuevo carácter que lo altera cualitativamente.
a las cosas y les adjudican cualidades humanas. En la obra de arte,
este animismo es más tentador aún, pues se trata de huellas de la Dufrenne~ rec~noce que el objeto es sólo objeto para un sujeto,
pero unos parrafos después dice que "el objeto estético es nada más
24 LOS LABERINTOS DE 1A ESTÉTICA LOS FETICHES DE 1A ESTÉTICA Y SUS TRAMPAS
25
que lo sensual en toda su gloria, cuya forma, que lo ordena, mani- de subordinar la experiencia del sujeto al objeto. Eso es exactamente
fiesta plenitud y necesidad, y que lleva consigo mismo y' revela lo que propone: "¿por qué no introducimos suficiente precisión en
inmediatamente el sentido que lo anima" (Dufrenne, 1987: 4-5). la definición del objeto estético? ¿Y cómo podríamos introducirla?
Sugiere así que un objeto puede ser sensual y manifestar plenitud y Subordinando la experiencia al objeto en vez del objeto a la expe-
necesidad. Ejemplo inmejorable para ilustrar el fetichismo en la riencia, y definiendo al objeto mismo a través de la obra de arte"
estética, semejante al de la religión y la magia: si la estatua de un (Dufrenne, 1973: 1-li). ·
santo puede hacer· milagros o un muñeco maleficios, una obra de En esta especie de litolatría conceptual que busca una piedra de
arte puede expresar. Es cuestión de fe. toque objetual para la estética se olvida que en última instancia el
El error en que incurre Dufrenne se debe a su falta de distinción arte, los "objetos estéticos", sus cualidades y configuraciones son lo
entre lo estético, lo físico y lo artístico. El objeto en tanto estético, sí que esa teoría pretendería explicar, juzgar, evaluar, justificar, legiti-
depende de la experiencia del sujeto con relación a él. Su existencia mar: son su problema, no su piedra fundacional. Efectivamente, se
fisica, en cambio, no depende de esta experiencia. El objeto percibi- trataría de enfocar la estética desde la liquidez de la comunicación
do estéticamente sí es cualitativamente diferente de la cosa detectada de sentidos más que por su coagulación en objetos sacralizados.
objetualmente. Un orinal exhibido en un museo como obra de arte La estética académica va a especificar el estatus privilegiado de
propuesto por Duchamp e intitulado Fuente es distinto al orinal ciertos opjetos, las obras de arte, y por contagio, el de ciertos sujetos,
apreciado exclusivamente por su forma, color y textura en una tienda los estetólogos e historiadores de arte, aunque existan muchos otros
de muebles sanitarios, y a su vez es diferente al ser utilizado para objetos, sujetos y sucesos pertinentes a la estética. Y es que el estetó-
calmar una urgencia fisiológica en un baño, o bien a una réplica de logo insiste en seguir trabajando en los museos, bibliotecas y salas de
éste firmada por Duchamp subastada en Sotheby's por su valor arte con sus libros, partituras y cuadros, para no ser turbado por los
histórico y económico. Son, pues, distintas categorizaciones entre sí olores, sudores y ardores de la vida cotidiana.
el objeto-arte, el objeto-plástico, el objeto-funcional como mueble de
baño y el objeto-económico. Si podría hablarse de una metamorfosis
no es la del objeto sino de las categorizaciones valorativas, semióticas
y contextuales.
La circularidad del objeto estético-experiencia estética que atemo-
riza a Dufrenne debe ser asumida y resuelta no ·con relación al objeto
estético sino al sujeto de· 1a actividad estética. Negar que la estética
parta de sujeto -psicologismos o no- es como negar que el conoci-
miento parta del sujeto. El sueño positivista de algunos est~tólogos
-a quienes les gustaría creer que ciertos objetos producen automática-
mente la experiencia estética en el sujeto casi por reflejo pavloviano-
los lleva a emitir ideas como "Lo que la obra espera del espectador"
o "el objeto estético ejerce incesantemente una demanda en el que
actúa o lo observa ... a través de esta demanda, revela un deseo-de-ser
que de algún modo garantiza su ser" (Dufrenne, 1987: 6).
Dufrenne pasa del fetichismo de lo bello al del objeto estético, al
que atribuye la capacidad humana de percepción, gozo, evaluación
de la belleza, emotividad, expresión, sensibilidad y sensualidad. En
su intento de alejar al psicologismo, incurre en el riesgo aún mayor
,,.-

LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA

3. LOS NUEVE MITOS DE 1A ESTÉTICA comprometerse con ciertos grupos, y por ende, permanecer tácita-
mente comprometido con otros.
El realismo socialista, como el de los muralistas mexicanos -y el
teatro brechtiano, asumió la vinculación entre el arte y la realidad al
preocuparse por transformar la realidad por medio qel arte. El
dilema era si elevar a las masas hacia el arte o bien bajar el arte a las
EL MITO DE LA OPOSICIÓN ARTE / REALIDAD masas. Trataron de resolver el elitismo de las bellas artes burguesas
Y ESTÉTICA/ VIDA COTIDIANA por su instrumentalización propagandística corno manifestación
cultural de masas y de las clases proletarias. Fracasó porque estos
A pesar de la insistencia de Dewey ([1934] 1980) respecto a la artistas querían trasplantar sus convenciones típicamente burguesas
continuidad entre el arte y la realidad y sus argumentos en contra de al contexto proletario y popular mientras que las masas y el prole-
la visión museística de la estética, aún sigue siendo común encontrar tariado iban generando sus propios artistas, convenciones y géneros
en textos sobre estética el supuesto de que el arte y lo bello son esferas como la historieta, el bolero y el vodevil, totalmente al margen de las
apartadas del mundo ordinario y que, por lo tanto, quien escribe artes burguesas.
sobre ellos tiene un pasaje secreto para acceder a ellos. Bajo catego- Sin embargo, arte y realidad, como la estética y lo cotidiano, han
rías como la de autonomía del arte y la contemplación, la estética estado y están totalmente imbricados, y no por la voluntad explícita
ortodoxa separa lo estético de la vida ordinaria invocando verdades o "compromiso social" del artista políticamente correcto, ni por hacer
esencialistas y suprahistóricas de fuerte matiz religioso. Esta idea- p~tente u~a. ideología, sino ~orque ~o hay un más allá de la realidad/
lización de lo estético es común a marxistas, idealistas y romanticistas, m una estetJ.ca que no emerp en pnrnera instancia de lo cotidianó. \
pues no es requisito una tendencia política o filosófica determinada ¿Para qué tanto brinco de reunir arte y realidad, estética y cotidianía,)
para empeñarse en separar la estética de la vida cotidiana o el arte estando tan perfectamente integrados? Aun cuando el arte se ma-
de la realidad para luego afariarse en reunirlas. nifieste como un dispositivo de evasión (el arte hollywoodense) o de
La vinculación o separación del arte y la realidad, cuyos ecos emancipación (que intentó promover la Escuela de Francfort) sigue
inciden a su vez en la supuesta desvinculación entre lo estético y lo estando fatal e irremediablemente inmerso en la realidad preci-
cotidiano es, pues, uno de los problemas más comunes que se han samente corno índices en su evasión o afán de emancipación desde
planteado los artistas, críticos y teóricos del arte. Una parte signi- lo real.
ficativa de ia estética marxista se basaba en este falso problema por Mijaíl Bajtín y Walter Benjamin no tienen dudas sobre la inserción
su esfuerzo en utilizar el arte para despertar conciencias, así como la de lo artístico en la realidad, aunque el primero ve esta relación más
diatriba, vigente hasta mediados del siglo xx, entre artistas a favor en términos morales.
del "arte por el arte" (lo que Benjarnin denominó corno "teología del
Un poeta debe recordar que su poesía es la culpable de la trivialidad de la
arte") versus aquellos que abogaban por el ''arte comprometido". En vida, y el hombre en la vida ha de saber que su falta de exigencia y seriedad
el primer caso, el arte podía permitirse la total disociación de la en sus problemas existenciales son culpables de la esterilidad del arte ... El
realidad, mientras que en el segundo debía buscar los medios no sólo arte y la vida no son lo mismo, pero deben convertirse en mí en algo unitario,
para vincularse a ella sino para transformarla. Ambas posturas dentro de la unidad de mi responsabilidad (Bajtín, 1990: 11-12).
resultan hoy igualmente ingenuas, pues el arte es y ha sido siempre
un producto social y emerge directamente de la sociedad, por más En su clásico ensayo La obra de arte en la época de la reproducción
elitista que sea. Hay invariablemente un compromiso social, aun en mecánica Benjamin reconoce que las técnicas de producción indus-
esta teología del "arte por el arte" donde el compromiso es no trial se corresponden directamente con la producción de imágenes
artísticas y que no hay tal separación entre la esfera de lo artístico y
LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA

lo real. Adorno le reprocha a Benjamin la falta de mediaciones en su ción. Al margen de esta matriz, que coquetea con otras como la de
visión y la reducción del fenómeno artístico a lo técnico y social. Pero Estado, la turística, la mercantil etc., no hay arte. Como el "efecto
Benjamin tenía razón en detectar la estrecha relación entre el arte y mariposa" donde un batir de alas puede condicionar, por efectos
la realidad social y tecnológica. Es cierto que, como lo denunciaba sucesivos, un huracán al otro lado del planeta, las alteraciones en un\
Adorno, en la realidad cotidiana se manifiesta el fetichismo, la área de la vida social generan cambios en muchas otras esferas entre
enajenación, la reificación y diversos dogmatismos de opinión e ideo- ellas, por supuesto, el arte, y viceversa: alteraciones en el a~te p~eden
logía. Pero la realidad artística despliega exactamente las mismas generar efectos en la vida cotidiana. 1
tendencias: fetichismo de lo bello y del arte, enajenación generalizada La consolidación de este mito de la oposición del arte y la realidad
de los artistas respecto a conflictos en la realidad, reificación de la ha derivado en la supuesta inconmensurabilidad de la estética y la
obra de arte como si tuviese valor por sí misma y no fuese un vehículo vida cotidiana, tan afianzada que los filósofos no consideran siquiera
de relación entre dos sujetos (el autor y el receptor), dogmatismos necesario hacerla explícita. Cuando hablan de lo estético se refieren
reproducidos por la matriz artística en sus valores, sus categorías, sus siempre y en todos los casos al arte y a lo bello, a menos que especi-
jerarquías, y la ideología del arte generada por los discursos de la fiquen que se trata de la naturaleza o de lo sublime. Cuando se topan
estética y la crítica del arte. Habiendo fascismo en la realidad hay, accidentalmente con esta relación entre lo estético y lo cotidiano sin
paralelamente, fascismo artístico. Lo vimos en el arte del Tercer Reich la coartada de lo bello, o simplemente la ignoran y si la enfrentan,
y el arte franquista y stalinista. No quiero defender con ello la vieja se contradicen. 1
estética marxista y su teoría del reflejo o del impacto cuasimecánico No pretendo argumentar que lo cotidiano y lo estético o lo
de la estructura en la superestructura. Afirmo que, si bien el arte no artístico y lo real siempre coincidan. El arte figurativo, por ejemplo,
es siempre icónico de la realidad por semejanza directa a ésta, sí es pretende re-presentar lo real; y para toda re-presentación es necesaria
indicial de ésta al ser parte de ella por contigüidad o relación una distancia enunciativa e interpretativa de lo real. Pero no por ello
sinecdóquica. Un régimen espeluznante como el nazismo creó un el arte deja de ser una práctica social desde la cual se puede explorar
arte espeluznante: por una parte, su hipóstasis de estereotipos raciales lo cotidiano, como se lo puede explorar desde el poder, la semiótica
en el arte kitsch del Tercer Reich pero también su infamación o la economía.
caricaturizada de otros y la voz aterradod de sus víctimas. Extender lo estético a lo cotidiano resulta sumamente amenazante
Buscar refugio en los confines del arte y de lo bello para evadir la para especialistas que temen el colapso de su disciplina en un
realidad es el recurso típico de los pusilánimes. Fracasa porque el panestetismo al despojarla de su objeto, sea lo bello o el arte (cf.
mundo del arte es el mismo mundo de todos con sus mezquindades Tercera parte) . El estetólogo ortodoxo se concibe así esgrimiendo
y grandezas, su fineza y su grosería. Ni la magnificencia y el refina- un gran cuchillo para partir la realidad en lo estético por un lado y
miento están ausentes de la realidad ordinaria extraartística, ni la lo no estético por el otro, sea con la destreza de un cirujano con
mezquindad y la vulgaridad están ausentes del arte. bisturí o la crudeza de un carnicero con hacha. En el primer
El arte es una actividad con varias facetas y aplicaciones; puede ser compartimento coloca lo artístico y lo bello, y en el segundo todo lo
una actividad pecuniaria, lingüística, ética, política, libidinal, dirigida demás. Sin embargo, no es a cuchillazos como se construye la teoría
a afirmar la identidad del autor o del propietario en el proceso de sino siguiendo cuidadosamente los circuitos de redes de relaciones
distinción social y en la forja de identidades nacionales y étnicas. Hoy en su complejidad para destacar racimos particulamente pertinentes
en día circulan nombres y firmas de artistas en el sistema diferenciado a una reflexión.
de la matriz artística como taljetas de crédito, marcas de productos,
logotipos o billetes en el mercado. Aislado de la realidad social, el
arte es nada. El arte no es un concepto sino una categoría de objetos
definidos como tales por los miembros dominantes en esta institu- 1
Por ejemplo Stolnitz (1992) como se explicará más adelante.
r
LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA 31

EL MITO DEL DESINTERÉS ESTÉTICO interés estético del sujeto hacia su objeto, ya sea el de obtener placer,
aquietar la curiosidad, comprender, nutrirse emocionalmente, exci-
El mito del desinterés estético aparece ya en el siglo XVIII con tarse, expresarse, entretenerse o impresionarse.
Shaftesbury y Hume como una reacción contra el interés del instru- Crowther (1987) encuentra un excelente ejemplo para ilustrar el
mentalismo burgués, pero se consolida precisamente con Kant, en desinterés kantiano: el espejismo en un desierto. Segúp. el autor,
su Critica del juicio§ 2, al.definir a la experiencia estética como "deleite podemos apreciar estéticamente el espejismo de un oasis sin tener el
desinteresado" en lo bello. Para Kant, en la experiencia estética no menor interés estético en la existencia física del oasis que percibimos.
hay ni interés práctico por el objeto o a través de él, ni interés en la Podemos, según el autor, tener un interés funcional en su existencia
existencia del objeto, ni en apropiarnos y poseer física o materialmen- si estamos muertos de sed (lo cual, para Crowther no es un. interés
te a ese objeto. Kant, como Shaftesbury y Hume, construye este estético), pero para apreciar la belleza de ese paisaje imaginario, no
concepto de "desinterés" para no manchar al juicio de lo bello con necesitamos que exista materialmente. Este ejemplo es tan bueno
preocupaciones mundanas y para distinguir el deleite estético en lo que no sólo no confirma la pertinencia del concepto de desinterés
bello ( como desinteresado) del deleite en el bien o en lo agradable estético, a pesar de las intenciones de Crowther, sino que refuta
(en tanto interesados). involuntariamente la noción de "aspectos estéticos" propuestos por
Es necesario, sin embargo, reconocer que si tal concepto de Crowther. Veamos cómo. Obviamente en el espejismo no hay ningún
"deleite desinteresado" se sostuviera, tendría que extenderse tanto al aspecto objetivo que detectar, por mucha atención que se le ponga,
deleite en el bien como en lo agradable. Sería posible sentir "deleite puesto que no hay objeto estético tal y como lo entiende el realismo
desinteresado" no solamente ante la belleza sino ante una conversa- ingenuo de la estética analítica. Entonces, ¿cómo es posible hablar
ción agradable o un acto bondadoso e incluso ante la maldad de Yago de atención estética en este caso? ¿Cuáles son los "aspectos" que
o del villano en una telenovela o la desagradable apariencia del detecta? Solamente por la actividad perceptual del sujeto existe tal
jorobado de Notre Dame y todo el género de lo grotesco. Habría que apreciación estética aun ante objetos imaginarios como los sueños y
admitir también el hecho, .así sea vergonzoso, de un "deleite desinte- los espejismos. Al apreciar ese paisaje imaginario, el impulso natural
resado" en el mal cuando se disfruta por sí mismo, pues el ser es desear que existiese objetivamente para poder ampliar el rango de
humano es capaz de sentir deleite desinteresado en términos kantia- su seducción sensible: oler sus aromas, beber la frescura del agua,
nos no sólo respecto a lo bello. De todas formas, no es tan fácil como acogernos a la sombra de sus palmeras (lo cual refuta, de carambola,
pretendía Karit distinguir los objetos de deleite desinteresado de los también al mito del distanciamiento estético que 'revisaré en la
del deleite interesado, y mucho menos comprobar el desinterés próxima sección). El espejismo en sí es una percepción mental, pero
mismo en el deleite, pues experimentar deleite en algo ya en sí mismo "seduce" o atrae al sujeto hacia una experiencia más integral y por
despierta interés por sus efectos placenteros. lo tanto sí está interesada en la existencia física de lo que presenta.
Dickie (1974) cuestiona esta noción de "desinterés" kantiano ¿Quién puede negar que entrar en un oasis sea una experiencia
proponiendo el término de "atención focalizada" y argumenta que el mucho más intensa y placentera que ver un espejismo de éste a
"desinterés" sólo tendría sentido en oposición al "interés". Lo que distancia? Crowther cae cautivado por el espejismo teórico del
cuenta para Dickie desde el punto de vista estético es exclusivamente ejemplo del espejismo porque comparte la idea de la contemplación
la atención, y el desinterés se vuelve, para el autor, una noción distanciada y casi puramente visual como arquetipo de la experiencia
irrelevante. Sin embargo, el mito del desinterés kantiano se ha estética por excelencia. Se olvida que el deleite estético de un paisaje,
reproducido y mantenido hasta la actualidad entre numerosos auto- como el de la arquitectura, consiste especialmente en recorrerlo
res contemporáneos como Stolnitz, Crowther ( 1987) y muchos otros. sensorialmente, y para ello es necesaria su existencia. No se disfruta
Por razones distintas a las de Dickie, sostengo que las actividades igual una fachada reproducida a escala natural en fotografía, que la
vinculadas a lo estético no son nunca desinteresadas. Hay siempre un obra arquitectónica en su conjunto, y mucho menos un paisaje que
LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA 33
32
incita a una experiencia multisensorial integrada que un póster de realidad el concepto de "desinterés" kantiano y nos hereda los
ese paisaje. mismos problemas.
El mejor argumento en contra del desinterés kantiano está en la Un ejemplo que presenta Bullough para argumentar su caso es el
reacción ante el vandalismo de quien intentó destruir la Piedad de del esposo celoso que asiste a la representación de Otello de Shakes-
Miguel Ángel y la indignación mundial. ante la destrucción de los peare y se identifica a tal grado con la trama pensa:qdo en sus
Budas monumentales por los talibanes en Afganistán. No podemos problemas personales que pierde la distancia necesaria para disfrutar
permanecer indiferentes ante la destrucción de estas obras preci- estéticamente la obra. Se le puede argumentar que, al contrario, su
samente por su valor estético, pues la mayoría no somos budistas para estado emocional podría incluso intensificar la experiencia de la
apreciar su valor religioso. No hay duda de que la apreciación estética obra, y no necesariamente coartarla. Y al revés, un niño de ocho años
exige la existencia de los objetos que la proporcionan; no puede ser que asista a la obra tendrá tal distancia respecto a la trama, pues el
indiferente a ésta. problema de los celos maritales tendría tan poco que ver con su vida,
El concepto kantiano de desinterés puede ser aplicable no tanto que no podría generar la empatía necesaria para disfrutarla. ¿Cuál
a la relación estética como al importe semiótico o de un objeto o un sería entonces la distancia adecuada?
acontecimiento. En otras palabras, cuando un evento semiótico se Dickie ( 1988: 12) propone sustituir al distanciamiento ( detachment)
trueca en estético, el sujeto puede mostrar desinterés respecto al qué por el término "agudamente enfocado" (sharply focused) para definir
y para qué de éste y concentrarse en cómo se presenta, v.g. el valor la apreciación estética, pues en este ejemplo la falta de distanciamien-
estético que adquiere para él. Al encontrar a un amigo, después de to sería simplemente falta de atención por estar pensando en sus
re-conocerlo semióticamente, el sujeto podrá apreciar cómo se ve, problemas en vez de atender a la obra. El concepto dickieano de
cómo habla, cómo está vestido, etcétera, es decir, su presentación "foco" no considera, sin embargo, que tal foco puede ser no sólo
estética. Al ver un cactus y después de reconocer la especie a la que preciso sino disperso, convergente o divergente. La percepción
pertenece, la apreciación estética dará lugar al desinterés semiótico estética distraída de la que hablaba Benjamin ( 1968) en el público
para el que no interesa tanto qué especie es sino cómo está formado, cinéfilo, así como la recepción estética ligera de las telenovelas
es decir, percibiremos su forma y color, la simetría con que brotan (Mandoki, 2002), ilustran casos de foco disperso. Dickie, por supues-
las espinas, el contraste de formas y colores, la peculiaridad de su to, jamás concedería que pueda hablarse aquí de apreciación estética,
textura y de su composición. Así un evento de re-conocimiento pues para el autor sólo existe la dicotomía atención/ no-atención.
semiótico puede trocarse des-cubrimiento estético. En suma: en la Tampoco Bullough lo haría, pero por razones distintas, pues tanto el
apreciación estética no hay desinterés estético, sino semiótico en el público de telenovela como el cinéfilo requieren identificarse con los
momento en que la semiosis del "qué" da lugar a la estesis del "cómo". protagonistas, llorar con sus penurias, deleitarse con sus triunfos, lo
Se suspende el interés semiótico al trocarse por el estético. cual cancelaría la distancia y por consiguiente la experiencia estética.
En contraste, Aristóteles propuso que la condición para que ocurra
la catarsis es compartir el sentimiento de "temor y piedad" con los
protagonistas por identificación con ellos; en este caso, el distancia-
EL MITO DEL DISTANCIAMIENTO ESTÉTICO miento cancelaría toda posibilidad de catarsis.
Es Bertolt Brecht ( 1985: 327) quien asume el concepto de distan-
Con el concepto de "distancia psíquica" (psychical distance), Edward ciamiento como técnica clave de su Teatro Épico. La denomina
Bullough (1979) se apoya en una larga tradición filosófica que pare- verfremdungseffekt o efecto de distanciamiento que "tiene por objeto
celia más bien pretender legitimar el distanciamiento del estetólogo colocar al espectador en una actitud inquisidora, crítica, frente al
con respecto a las masas y el del gusto educado respecto al burdo, proceso representado". Brecht opone el distanciamiento a la identi-
que el de la contemplación estética. En Bullough reverbera en ficación del público con los hechos en escena y a la consiguiente
r
34 LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA (,, LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA
35
catarsis aristotélica. Por eso trata de crear y luego romper el "campo verfremdungseffekt sólo después de haber logrado perfectamente la
hipnótico" de la ilusión teatral para conscientizar al espectador de las ilusión en escena y la identificación del espectador por su oficio como
condiciones a las que apunta el gesto del actor. El esfuerzo de Brecht dramaturgo para el artificio teatral.
de generar técnicas de distanciamiento muestra que este efecto no Con espíritu crítico, Amold Berleant (1986; 1991) intenta destruir
es automático sino al contrario, ya que la relación natural del espec- tres mitos predominantes en la teoría estética: l] que el ai:te consiste
tador de teatro con las obras representadas suele ser la identificación, primordialmente en objetos, 2] que las obras de arte poseen un
es decir, falta de distanciamiento. estatus especial y 3] que deben ser vistas de una manera especial.
Puesto que el teatro griego no pretendía el distanciamiento sino Para Berleant, la crítica al objeto estético está basada en la necesidad
la catarsis y la identificación ¿podría negarse que por la falta de de abarcar al arte no objetual como el happening, el ready made y el
distanciamiento los griegos carecieron de un intenso vínculo estético arte conceptual en la definición de la estética. 2 Asimismo, denuncia
con sus maravillosas tragedias y comedias? La telenovela actual se las nociones de "distancia psíquica" de Bullough (1979) que derivan
propone el mayor efecto hipnótico posible, el estado de ilusión de las nociones de contemplación y de atención desinteresada de
dramática que Brecht hubiese censurado, y aunque los anuncios Kant. Propone, por lo tanto, sustituir a la obra de arte por "situaciones
comerciales y la transmisión por capítulos producen inevitablemente donde ocurren experiencias y que frecuentemente,· pero no inva-
el distanciamiento, el espectador se empeña en regresar al estado de riablemente, incluyen objetos identificables" (Berleant, 1986 11: 200).
identificación con los personajes. El efecto onírico del cine (señalado Lo ,que pretende Berleant es ajustar y contemporizar a la estética para
por Gubern) que los cine~stas cultivan con tanto ardor resulta en un que pueda dar cuenta de fenómenos artísticos actuales como el arte
no-distanciamiento que el público disfruta ampliamente. Ninguno de conceptual, el performance, las instalaciones, el arte correo y digital.
estos casos de falta de distanciamiento puede explicarse como simple La experiencia estética no es, para Berleant, ni desinteresada, ni
carencia de atención como lo caracterizaría Dickie. Todo lo contra- contemplativa, ni distanciada. Propone el concepto de "involucra-
rio: es tal la atención que los cinéfilos le prestan a la película que la miento" (engagement) al argumentar que si hay una característica
distancia desaparece y el espectador se identifica totalmente con el distintiva del arte tradicional como del contemporáneo, es su siempre
personaje. Incluso en el caso de los críticos de cine experimentados, insistente exigencia para un "involucramiento apreciativo" (Berleant,
que rebasan la simple identificación con los personajes para examinar 1986 II: 199; 1991).
la factura del filme, la distancia se acorta en el momento en que se Con Wittgenstein, nos preguntaremos cuál es el uso de esta
ponen en lugar del autor para poder comprender las decisiones que palabra "involucramiento" y hallaremos que hay involucramiento
tomó para comunicar de cierto modo y no de otro su obra. apreciativo en el amor, en la política, en la religión, en la guerra. Se
Negar que el distanciamiento sea una condición suficiente para puede uno involucrar en el chisme, en los derechos de los consu-
definir lo estético no implica que la ausencia de distancia lo sea. Lo midores, en una polémica, en las actividades de una escuela, en el
que se entiende por "experiencia estética" no es algo estático mante- movimiento ecologista, en un performance o en la vida de alguien.
niéndose a una distancia exacta y adecuada respecto al objeto, sino Aunque una palabra puede aislarse de su uso cotidiano para conver-
al contrario: el espectador de arte, como el individuo en la vida tirse en un concepto operativo dentro de la teoría, este giro requiere
cotidiana, se columpia, por así decirlo, a diversas distancias respecto a mayor elab~ración que una solución ad hoc para incluir al happening
su objeto. El ejemplo utilizado por Dickie ( 1992) es el momento en en el arte. Ese es el problema que le veo a la noción de "involucra-
que el personaje de Campanita de Peter Pan se dirige a los niños y les miento": no es una categoría puramente estética como sería el caso
pregunta "¿quién cree en las hadas?"; así se rompe el hechizo de la
2
ilusión en escena. Ambos casos, sin embargo, dinamizan al especta- Osbon1e ( 1980.) ilustra en parte la denuncia de Berleant. Confrontado por --o
dor y lo columpian hacia la escena de ida y vuelta desde su butaca, confrontando a- las obras de body art, larul art, happenings, arte conceptual, etc., su salida
es, más que tratar de ajustar la teoría estética a las obras, como lo hace Berleant,
de la fantasía a la realidad. Brecht lo sabía tan bien que recurría al
eliminar las obras de la teoría al decretar que no son arte.
LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA 37

de la fascinación, ya que se puede estar involucrado en un crimen EL MITO DE LA ACTITUD ESTÉTICA

por cuestiones meramente circunstanciales. Lo que sí ~ueda c~~o en


Berleant es su afán de sobreponerse al fetiche del objeto estetlco al En uno de los textos más reproducidos de la estetica analítica
llamar la atención sobre la primacía de la actividad del sujeto, Y su, anglófona, George Dickie (1992) desmonta como un simple mito la
esfuerzo por flexibilizar las nociones de la estética ortodoxa. noción de "actitud estética" propuesta por Jerome Stolnitzt Su víctima
Indirectamente relacionado al distanciamiento, Bajtín propone un contrasta la actitud estética con la percepción práctica como aprehen-
concepto bastante más útil para el análisis estético: el de "alteridad" sión de rasgos particulares de un objeto para fines ulteriores, por lo
(Bajtín, 1990: 13-92) o de "exotopía", cómo la traduce Todorov cual dejaría de ser desinteresada y por lo tanto estética (nótese de
(1984). Este concepto significa que el espectador es otro respecto a paso el dogma que identifica desinterés con estética). Asimismo
una obra o, específicamente, respecto al héroe de una novela, como Monroe C. Beardsley (1987) propone que existe un "punto de vista
el autor es otro respecto al héroe que crea. Al ser otro, el enunciado estético" ( aesthetic point of view) y lo define: "adoptar el punto de vista
artístico se mira desde un lugar y un tiempo distintos por ese exceso estético con relación a X es interesarse en cualquier valor estético
que es la alteridad. El concepto de exotopía no implica nec~esaria- que X pueda poseer" (1987: 13), definición que va refinando para
mente distancia psíquica, ya que hay un momento de empana o lo establecer subsecuentemente el "valor estético". También Virgil
que Lipps ( 1924) denominó como Einfühlung, de cercanía c~n el Aldrich (1963) distingue entre dos modos de percepción, la ordinaria
otro. El de "distanciamiento psíquico" de Bullough, en camb10, es y la estética, la primera dirigida al· aspecto fisico y la segunda al
tan distante que no llega a participar, a comunicarse con el otro, a aspecto estético del objeto. En esta línea de pensamiento no puede
tener algo en común con él. dejar de mencionarse también a la noción de "postura estética", que
En suma, la noción de "distanciamiento estético" carece de valor se distingue de la religiosa, la práctica y la teórica propuesta por Jan
teórico, y su sustitución por atención / no-atención de Dkkie Mukarovsky (1977: 146-147) o la de "posición estética" de Samuel
tampoco resuelve el problema. Propongo por tanto el concepto de Ramos ([1950] 1976). Por lo pronto puede resumirse esta variedad
columpiamiento que Brechtpracticó muy bien al acercar al espectador de interpretaciones del fenómeno estético como punto de vista,
a la trama por identificación, y luego alejarlo por el corte del postura, actitud, posición, valor, percepción, etcétera.
verfremdungseffekt. Sin el columpiamiento estético ante. el ,~rt~, es El ataque de Dickie (1974; 1992) contra Stolnitz se centra en la
imposible percibir lo que Monroe C. Beardsley denomma mudad suposición de que pudieran existir diferentes modos de percepción
en la diversidad", pues la primera requiere distancia y la segunda y califica a la idea de "actitud estética" como un mito inútil que
acercamiento. Los pintores, escultores y arquitectos también intuyen extravía a la teoría de sus objetivos. Reduce tal "actitud estética" sim-
este columpiamiento al proveer una visión de detalle que secomple- p1emente a la atención e insiste en que carece de valor teórico alguno,
menta con la visión de conjunto de la obra, como los músicos que aunque reconoce al final, no sin cierta ironía, que pueda tener él
nos alejan y nos acercan a ella por volumen y tonos music~les valor práctico de favorecer una actitud más desprejuiciada en el
estableciendo un verdadero paisaje acústico a recorrerse por el 01do. espectador hacia la apreciación del arte abstracto, por ejemplo. El
El columpiamiento es evidente cuando se observa a un pintor o punto exacto de la crítica de Dickie lo establece al afirmar que
escultor en acción: se acerca y se aleja continuamente de la obra en "Stolnitz confunde una distinción perceptual con una motivacional"
la que está trabajando para apreciarla en detalle y en conjunto, (1992: 35). Para Dickie no hay distintos modos de percepción sino
movimiento que será realizado posteriormente por el espectador. distintos motivos o intenciones en la percepción que no es más que
Ésta es la dinámica de proximidades variables que se requiere en la mera atención. Concurro con Dickie en que la estética no dependa
apreciación estética: una visión del todo y de las partes, del conjunto
de la intención de adoptar o no una actitud, pero el problema no se
y del detalle. resuelve con su simple dicotomía de atención / no-atención. Algo
LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA
39
ocurre en la actividad estética que no puede reducirse a la pura palabras, Dickie involuntariamente sigue cualificando al acto de
atención, aunque efectivamente no dependa de la adopción de una percepción, que no llama ya "actitud estética" sino "atención con
actitud. propósitos o motivaciones estéticas". Stolnitz podría por tanto repli-
En el ejemplo de Bullough repetido por Dickie, quien asista a una· car con razón que esa atención motivada ya establece una diferencia
interpretación de Otello y se mantenga pensando en que su esposa le perceptual, y que por lo tanto sí hay diferentes modos de percepción
es infiel, no es que le falte una percepción distanciada o desinteresada dependiendo de la actitud. Al combinar ambas versiones tendríamos
de la obra, sino que no le presta la debida atención por estar a un espectador tan concentrado en tener una atención con inten-
cavilando en sus problemas personales. Qúien escucha· música para ciones o motivaciones estéticas o en adoptar una actitud estética, que
hacer un examen no pone, según Dickie, suficiente atención a sus no le quedaría energía para disfrutar el objeto.
valores estéticos. Yo agregaría que, al contrario, nada le impide a Si efectivamente existiera tal cosa como la "actitud estética" de
quien estudia música para un examen disfrutar de ella de un modo Stolnitz, el lugar adecuado para verificarla sería en las inauguraciones
nuevo sin necesariamente dejar de atender a sus cualidades artísticas, de exposiciones de arte, ilustrada por la pose que los miembros del
asimismo, nada garantiza que quien vaya a un concierto disfrute artworúl suelen asumir y que resulta sumamente jocosa para el público
profundamente de la música. El mérito de la posición de Dicltje en no iniciado: es la actitud del esnobismo. A quien no le convenza como
su énfasis sobre la atención es que logra deshacerse en parte de la parámetro o instrumental teórico, mejor hará en buscar otras expli-
obstructiva noción de "desinterés". caciones. Podrá percatarse de que, más que una actitud, se trata de
Aunque los ejemplos de Dickie desarticulan las nociones de una actividad particular del sujeto, una actividad valorativa que será
desinterés y distanciamiento, también sobrevaloran el papel de la explicada con detalle en la Segunda parte.
intención y la motivación, como si el hecho de tener una intención
práctica o personal con relación a una obra, automáticamente
cancelara la posibilidad de disfrutarla estéticamente o al revés: como
si el tener un propósito estético garantizara la experiencia. Podemos EL MITO DE LA UNIVERSALIDAD DE LO BELLO
ponerle mucha atención a una pintura .sin por ello lograr conmover-
nos por ella y al contrario, en la vida cotidiana puede surgir la "Bello es lo que, sin concepto, place universalmente." Ésta es la ya
apreciación estética de un objeto insólito sin habérnosla propuesto. clásica definición de lo bello con que Kant concluye el Segundo
Es verdad que se requiere un grado de atención para apreciar algo, Momento de su critica del juicio. No se puede probar que un objeto
pero la sola atención no ágota el fenómeno estético, pues se le puede sea bello; pero se puede, según Kant, exigir adhesión a una validez
poner atención a una novela o a una página de internet sin sentirse subjetiva universal sobre "la esfera total de los que juzgan". Este mito
particularmente conmovido. Los estetólogos analíticos dirán que esa de la universalidad como expectativa y exigencia ha cabalgado sobre
atención no esta dirigida a las "cualidades estéticas" del objeto y que el lomo de la estética desde hace más de dos siglos. El mismo Marx,
por eso no ocurre la apreciación estética, pero esto nos lleva de nueva a pesar de su visión tercamente histórica y su convicción en las
cuenta al problema de definir tales "cualidades estéticas" desde su · determinantes estructurales, sucumbió al mito de la universalidad de
presupuesto objetivista. lo bello cuando se preguntaba por la vigencia actual del arte clásico
Si la atención estética se define por la intención o motivacion, griego. Su vigencia, para Marx (1976) era universal y ahistórica. La
como lo plantea Dickie, la estocada desmistificadora que pretende coartada que encontró fue que nos recuerda la "infancia de la
esgrimir contra la "actitud estética" no hace más que cambiar un humanidad". Aunque Marx mismo no logró trascender este mito de
término por otro, dejando el meollo del problema intacto pues la la universalidad del arte y de lo bello, su empeño histórico y social
"actitud estética" de Stolnitz equivale a la "atención con motivación en el materialismo nos abrió la posibilidad de asomarnos a las
estética" de Dickie (otra manera de definir esa actitud). En otras condicionantes materiales y sociales de estos valores artísticos.
LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA 41

El mito de la universalidad de lo bello es un efecto de la fe en el Al hacer arte, como al hacer ciencia, es imprescindible una actividad
"absoluto occidental" eurocéntrico que benévolamente acogió, hace lúdica y apreciativa, la absorción en el proceso de comprensión con
poco más de un siglo, manifestaciones estéticas no occidentales para el enorme placer que implica, una admiración por el orden de las
reivindicar precisamente esa universalidad. El filósofo se creía enar:. formas y de las estructuras, un goce en la exploración de incógnitas,
balando El Pensamiento, a través del cual podía tener acceso a La la admiración por la elegancia y la simplicidad de solqciones (cf.
Verdad, El Bien, y Lo Bello. El contacto con La Verdad lo embriagaba Wechsler, 1982). Así lo expresa Heisenberg al comentarlo con
porque veía por encima del hombre común, ese ser miserable Einstein:
engañado por las apariencias. Todo estaba regido por una perspectiva
Puede usted objetar que al hablar de la simplicidad y la belleza estoy
vertical en la cual La Razón jerarquizaba las posiciones hacia el foco
introduciendo criterios estéticos de verdad, y con franqueza admito que me
centrípeto del Absoluto. A la luz de los estudios etnográficos en el
siento fuertemente atraído por la simplicidad y belleza de los esquemas
siglo pasado, se hizo cada vez más evidente que se trataba de voluntad matemáticos que la naturaleza nos presenta. Debe haber sentido esto usted
de poder al promulgar como "Lo Bello Universal" simplemente a lo también: la casi aterradora simplicidad y totalidad de las relaciones, que la
bello occidental europeo. naturaleza repentinamente despliega ante nosotros. 3
Me atrevería a predecir que en investigaciones emp1ncas que
analicen comparativamente los juicios del gusto en diferentes cul- A pesar de semejante afinidad, una de las raras excepciones a este
turas y clases sociales (como la actualmente desarrollada por la lugar común de contraponer lo estético a lo racional en la teoría
Asociación Internacional de Estética Empírica), la que resulte más estética es John Dewey ( [ 1934] 1980: 73), quien señala que "hay pen-
lastimada será la univ~rsalidad de lo bello. La universalidad de lo samiento emocionalizado, y hay sentimientos cuya sustancia consiste
estético, en cambio, permanecerá ilesa, pues todos los seres humanos, de ideas o sentidos apreciados ... La única distinción significativa
sin importar la cultura o situación espacio-temporal, somos bási- concierne al tipo de material al que la imaginación emocionalizada
camente criaturas sensibles, estéticas. se adhiere." Con Dewey, no creo en la pureza conceptual del pensa-
miento científico como tampoco en la pureza emotiva de la aprecia-
ción estética, pues entran en juego también actividades intelectuales,
afectivas y sensoriales. Evidentemente la ciencia, no sólo el arte,
EL MITO DE LA OPOSICIÓN ENTRE LO ESTÉTICO Y LO INTELECTUAL puede propiciar lo que se ha denominado "experiencia estética" (cf.
Osborne, 1981; 1984; 1986; Eng1er, 1990; Wechsler, 1982). Ahí está
Entre lugares comunes del discurso en la teoría estética está la idea la belleza de las imágenes de las series de Julia y de Mandelbrot en
de la oposición entre lo estético y lo intelectual o lo sensible y lo los fractales, la hermosa simetría en el triángulo de Sierpenski y la
racional. Desde sus inicios, ya con las "ideas claras y distintas" de la curva de von Koch, lo sugerente de los atractores extraños de Lorenz
razón opuestas a las "ideas claras pero confusas" de la sensibilidad en y la botella de Klein, la elegancia sin par de la fórmula E=mc2. Es
Baumgarten, y en la definición de lo bello que place sin concepto de elocuente en este sentido la descripción del London Review of Books al
Kant, o su afirmación de que" el juicio de gusto no es, pues, un juicio publicarse Wittgenstein on Rules and Private Language de Saul Kripke,
de conocimiento; por lo tanto, no es lógico, sino estético", los "Cuando estas conferencias fueron publicadas hace ocho años, de-
ejemplos que ilustran esta oposición son innumerables. Tanto así, jaron a la filosofía analítica parada en su oído. Todos estaban furiosos,
que es frecuente no hallar mejor definición de la estética que como regocijados, o profundamente perplejos. Nadie era indiferente."
negación de lo racional. Muchos artistas envidiarían esta reacción tan fuertemente emotiva del
Sin embai·go, con las técnicas de visualización computarizada, es público. Las crónicas que describen la sensibilidad de los investigado-
cada vez más difícil negar la profunda afinidad entre la estética y la
aparentemente más racional de las empresas intelectuales: la ciencia. 3
Wemer Heisenberg (1971: 68) citado por Wechsler (1982: 16).
42 LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA
43
res hacia ciertas temáticas o eventos de carácter científico son innume- estrategia de ataque. La primera es la que cuestiona que el arte sea
rables y demuestran su apego profundamente estético a la ciencia. exclusivamente estético. La segunda es la que se opone a la idea de que
Por ello, más que entender lo estético como opuesto a lo racional, todo arte deba ser necesariamente estético. Pero hay una tercera,
voy a enfocar el análisis en términos de las conformaciones y no de los que voy a desplegar en este texto, y que pretende refutar que la
efectos, pues éstos pueden ser tan diversos como los efectos de estética tenga que ser exclusivamente artística. ,
verdad, de justicia, de belleza, de horror, de compasión o de risa loca. El mito de que el arte sea exclusivamente estético ha servido para
Desde nuestra perspectiva, no existe "lo lógico" o "lo estético" como reproducir la idea de la producción artística como desvinculada de
si se tratara de esencias o secciones de la realidad independientes. todo interés o utilidad social fuera de la función contemplativa, y al
Hay operaciones con las que el sujeto produce efectos de verdad o artista como un genio dotado de una sensibilidad prodigiosa. Sos-
de deleite, de justicia o de fealdad que sólo son aprehensibles desde tengo, por lo contrario, que el arte no es exclusivamente estético
un contexto interpretativo determinado. Así pues, como lo mencioné porque esta dimensión de ninguna manera agota la variedad de
respecto a la inviabilidad de los cortes de lo estético y lo no-estético, formas de relación con el arte. Existen también formas de relación
1
vale más hablar de conformaciones e interpretaciones estéticas y
racionales en ciertos fenómenos, eventos o situaciones.
¡ técnicas en la verificación de autenticidad de una obra, epistemo-
lógicas al explorar al arte como documento histórico o teórico,
En conclusión, la diferencia entre lo intelectual y lo estético no t políticas en su instrumentalización como propaganda política o
puede plantearse como una cuestión de esencia, metafísica o episte- publicitaria, psicológicas y terapéuticas en su uso catártico y curativo,
mológica como lo hace Baumgarten en su distinción entre las ideas financieras como especulación o inversión pecuniaria en obras de
"distintas" de la razón y las "confusas" de la estética. Se trata de arte, didácticas y sobre todo económicas para el sustento material
diversas aptitudes que entran en juego en las actividades humanas del artista. Así, el arte no es exclusivamente estético, aunque necesa-
como la motriz en la arquitectura, la montaña rusa o en la ejecución riamente pudiera serlo.
musical, la olfativa en la apreciación de un paisaje, un mercado o un Pero no todos piensan así. Uno de los principales críticos de la
platillo, la gustativa, táctil, visual y olfativa en el arte culinario. En necesidad de lo estético en el arte es Noel Carroll (1986: 57-63) quien
todos los casos lo sensorial y lo mental están íntimamente ligados cuestiona que la estética sea imprescindible en el arte y que deba ser
pues el primero siempre activa al segundo: el cuerpo es uno con la caracterizado únicamente en términos de la producción de efectos
mente y sin los sentidos no hay actividad mental ni razonamiento estéticos. Propone que hay formas de interacción con el arte que no
posibles. A pesar de su división tajante de las tres críticas (la del son estéticas, como la interpretación, el descubrimiento de estructu-
razonar, la del actuar y la del juzgar) Kant supo ver que la función ras y significados latentes, de enigmas y acertijos en la obra. Ataca,
mental no se opone a la estética al concebirla como el ''libre juego en suma, la definición estética del arte ya que, para Carroll, la
de la imaginación y el entendimiento", así como al iniciar su Crítica de relación con el arte puede ser también intelectual. Obviamente, en
la razón pura desde la Estética Trascendental. esta postura subyace el mito de la oposición de lo estético y lo
intelectual arriba analizada, pues el hecho de que el arte sea intelec-
tual no tendría por qué cancelar su valor estético, al contrario. Carroll
trata de liberarse de un mito para caer en otro.
EL MITO DE LA SINONIMIA ARTE- ESTÉTICA Como Carroll, Binkley ( 1987) considera que lo estético no es una
condición suficiente y ni siquiera necesaria para el arte: "no todo arte
De todos, el mito de que el arte y la estética son sinónimos es el más es estético. Al ver su casamiento con la estética como una unión
arraigado. A pesar de ello, hace algunos años dos estetólogos de la forzada, el arte busca sentido más allá de miradas a ras de piel." Para
tendencia analítica han intentado desmitificarlo. Me refiero concre- Binkley, en concordancia con Arthur Danto (1987; 1981), el arte es
tamente a Noel Carroll y Timothy Binkley, cada cual desde otra un acto de catalogar ( indexing) de acuerdo con ciertas convenciones
44 LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA

establecidas por el "artworld" o institución artística. Aunque ni Binkley


ni Carroll definen qué entienden por lo estético, se puede deducir
que lo conciben como equivalente a la percepción sensorial; por esta
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LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA

EL MITO DE LA POTENCIALIDAD ESTÉTICA DE LAS OBRAS DE ARTE

El mito del potencial estético de una obra, derivado del fetiche del
45

razón les parece que lo estético es irrelevante en el arte conceptual, objeto estético, consiste en suponer que el "objeto estético" tiene en
como en las obras de Marcel Duchamp L.H. O. O. Q. o Fuente. Sin potencia la capacidad de suscitar una experiencia estética. Este mito,
embargo, si no reducimos lo estético a lo puramente sensorial, el implícito en los textos de Dufrenne arriba citados, es compartido por
proceso intelectual que genera el arte conceptual es estético en la numerosos teóricos del arte. Samuel Ramos ([1950] 1976: 90) nos
medida en que es capaz de conmovernos, es decir, de producir advierte que "lo artístico de tales obras no radica en su pura mate-
efectos en la sensibilidad. rialidad, sino por decirlo así, en cierta virtud potencial que sólo cobra
En suma, no es necesario des-estetizar al arte para admitir la existencia cuando se refleja en el espíritu de un espectador enten-
dimensión intelectual en la apreciación de las obras artísticas. Hay dido. La obra de arte sólo adquiere actualidad con referencia a un
conceptos con enorme carga emotiva y sentimientos de gran com- sujeto artístico." Sánchez Vázquez expresa cómo Las Meninas de
plejidad conceptual (como lo menciona Dewey en la cita de páginas Velázquez esperan realizar su potencial estético al ser contempladas
atrás). por el espectador.
Pero que el arte sea estético o no lo sea no me preocupa tanto
como el problema de la exclusividad artística de lo estético, pues este desde que fue pintado y expuesto en 1656, el cuadro realiza una y otra vez
mito ha coartado toda consideración de la estética fuera del ámbito su potencialidad, o disponibilidad a ser contemplado, convirtiéndose siem-
artístico (con la excepción de algunas reflexiones sobre la naturaleza pre, en este o en aquel momento, en objeto estético. Pero hay momentos
también en que el cuadro permanece en la sala, mudo y ensimismado, en
en Kant y en la actualidad la estética ambientalista de Berleant y el
espera de nuevas contemplaciones, de un consumo interminable que jamás
grupo International Institute of Applied Aesthetics de Lahti). Que la significará su consumación (Sánchez Vázquez, 1992: 112).
estética sea exclusivamente artística es el obstáculo epistemológico
que urge contrarrestar para posibilitar un análisis de la estética en Desde luego que Sánchez Vázquez habla metafóricamente y reco-
todas sus ramificaciones, sean artísticas o extraartísticas. noce que la obra sólo se convierte en objeto estético al ser contempla-
En suma, el mito de la sinonimia arte-estética se encuentra implí- da. Justo por eso explica que se convierte en objeto estético "en este
cito en la ausencia de discursos sobre arte que enfoquen también estas o en aquel momento", es decir, cuando es interpretado y es objeto
otras funciones extraestéticas, habiendo taritas y tan relevantes para para un sujeto. Sin embargo, dada la tendencia en la teoría estética
entender la obra de arte. La ideología del arte clausura aspectos no de centrarse en los objetos más que en los sujetos, habrá quien
estéticos de la producción artística haciéndola aparecer como si sólo interprete esa afirmación en sentido literal suponiendo que la "dis-
fuera estética, cuando en realidad es tam!Yién estética, entre otras cosas ponibilidad a ser contemplado" le pertenece al cuadro, cuando la
como económica, política, semiológica, tecnológica, turística, terapéu- única disponibilidad es la del sujeto a contemplarlo.
tica, etc. Se delega a los sociólogos y economistas a que se ocupen de Las obras no tienen sentido potencial; el potencial es del sujeto
estos temas tan mundanos para que la teoría estética no contamine que a través de su vida ha construido modos de percepción del
sus exquisitas sensibilidades. Lo más grave de este mito desde la enton10 que le permitirán interpretar o disfrutar con mayor o menor
perspectiva aquí elaborada es el silencio rotundo, la clausura total de sutileza e intensidad las propuestas artísticas. El sujeto enunciante,
toda estética no artística. Terca ceguera ante el cada vez más espectacu- Velázquez en este caso, ha construido un mapa de recorrido visual
lar despliegue estético de la tecnología, la ciencia y el diseño. para generar sentidos y formas, "al invitarlos a poner en ejecución un
juego de estrategias" como diría Fish (1980: 183) o al diseñar al lector
in fabula de una obra literaria en Umberto Eco (1981). Esta invitación
lo es sólo para quienes ya tienen la disponibilidad y las estrategias
LOS lABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA 47
interpretativas para elaborar el sentido, forma y efectos sensibles del tivamente distinto de las experiencias cotidianas. Sin embargo, en el
cuadro en la subjetivación. Foucault (1984) acepta esa invitación, y el momento en que sucede, la descripción misma la anula y se trueca
sentido que produce de Las Meninas como representación de la repre- en un proceso cognitivo y referencial más que estético. Ésta es la
sentación o como juego de representaciones es resultado de la aporía que enfrentan los intentos de definición de la experiencia
estrategia interpretativa que Foucault ejerce ante el cuadro desde estética desde el subjetivismo puro. 0

lo que él denomina como episteme clásica. Desde otras estrategias, Al intentar escapar a esta aporía se entra en otra, como el caso de
distintas a las de Foucault, pueden construirse otros sentidos. las definiciones circulares que tratan de definir al objeto estético por
La dicotomía aristotélica "potencia-acto" sólo puede ser entendida la experiencia estética y a ésta por el objeto estético (v.g. Dufrenne).
como potencia y acto del sujeto y no del objeto: potencia del Algunos tratan de averiguar qué se siente o en qué consiste tener una
espectador de ejercer ciertas estrategias interpretativas en relación experiencia estética o qué se necesita hacer para tenerla como el
con un objeto, o potencia del autor de desplegar un enunciado a "distanciamiento psíquico" de Bullough, la percepción de la "forma
través de una obra y de interpelar al destinatario. El cuadro, en significativa" de Clive Bell (1977), el "sentimiento complejo" de
cambio, no es idea en potencia sino acto de enunciación e inter- Mitias ( 1982) o la "atención simpatética... " de Stolnitz ( 1992).
pretación que, como todo enunciado, requiere un intérprete o Dickie ( 1965) denuncia como fantasmática la noción de Beardsley
destinatario para significarlo como tal, así sea sólo el autor mismo. de experiencia estética, en particular lo que él llama "la concepción
· causal de la experiencia estética" que supone que el arte causa la
experiencia estética, es decir, que ésta es un efecto de un objeto es-
tético. Le critica a su maestro Beardsley la idea de que la experiencia
EL MITO DE LA EXPERIENCIA ESTÉTICA estética pueda definirse y distinguirse por ser "coherente y completa"
y consistir en "unidad en la diversidad". Para Dickie no hay nada que
Definir a la experiencia estética implica de inicio arrastrar la maraña pruebe que la experiencia estética misma sea unificada y argumenta
que envuelve en su conjunto a la teoría estética. Las discusiones al que las características que Beardsley le atribuye a la experiencia del
respecto oscilan entre versiones objetivistas que definen a la expe- espectador en realidad son las características de la obra misma.
riencia estética por las cualidades del objeto experienciado y las Rotundo antikantianismo éste si recordamos la advertencia de Kant
subjetivistas que la definen por la cualidad de la experiencia. Mientras de que no son las formas del objeto sino las de la experiencia lo que
los objetivistas creen que es más fácil definir al objeto que al sujeto, produce el deleite estético.
y salen a la caza de cualidades, conceptos o aspectos específicamente Contra la postura de que la experiencia estética no es cualificable,
estéticos en el objeto (orden, armonía, unidad, coherencia, propor- Michael Mitias (1982: 158) responde arguyendo que la experiencia
ción, ritmo, elegancia, gracia, etc.), los subjetivistas padecen lo estética sí tiene estructura y cualidades, y que Beardsley las describe:
engorroso de describir estas cualidades en la experiencia que no sólo unidad, coherencia y plenitud. Mitias se pregunta "¿bajo qué condicio-
es evanescente sino totalmente personal, impregnada de qualia. nes se puede percibir un objeto como objeto estético?". Sin embargo,
Aunque parezca ser la quintaesencia de la estética, la idea de la por tales condiciones entiende algo así como la "imaginación creati-
"experiencia estética" es bastante reciente, pues no aparece en la teo- va" que es otro modo de denominar a la experiencia estética y no
ría sino hasta el siglo x1x, basada en ideas de fines del siglo xvn y parece superar la circularidad de la definición. El esfuerzo argumen-
xvim desde Shaftesbu!y y Hutcheson (cf. Townsend, 1987). Here- tativo de Mitias por justificar la validez ontológica de la experiencia
dera de Kant por su "deleite desinteresado" y de Baumgarten y sus estética en contra de sus oponentes, particularmente Dickie, lamenta-
¡.
"ideas claras pero confusas" para culminar con Dewey en su "arte blemente fracasa. No se trata de efectuar taxonomías de las experien-
~orno experiencia", se intenta describir y cualificar a la experiencia 1
cias en general clasificando por un lado las que son coherentes,
estética a partir de la introspección del sujeto en su aspecto cualita-
¡ unitarias y completas y por otro las que no lo son. Desde luego, Mitias

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LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA
49
no propone esta taxonomía, pero ésa sería la consecuencia de su Ya que sólo se ha desplazado la pregunta, no resuelto, habría que
distinción de la experiencia estética y la no-estética desde el punto responder entonces cuáles son las cualidades de la actitud estética
de vista de sus cualidades. q~é- define al o~jeto es~é~co, qu~ provoca la experiencia estética, qué
Aun si esa cualificación de una experiencia fuera posible, no por d1stmgue al sujeto estetICo, que detecta los aspectos estéticos, qué
ello puede concluirse la validez de un concepto tal como el de estructura la experiencia estética, qué diferencia al sujeto estético del
"experiencia estética" pues seguramente encontraremos experiencias 0

no estético ... Esta cadena recuerda la canción tradicional del cabrito


"coherentes, unificadas y completas" a las que no sea particularmente que se canta en la Pascua hebrea donde el Santo, Bendito Sea, mató
pertinente atribuirles el calificativo de "estéticas". Pienso por ejemplo al á~1.?el de la muerte, que mató al carnicero, que mató al buey, que
en la experiencia de ir a la carnicería a comprar un kilo de ternera beb10 el agua, que apagó al fuego, que quemó al palo, que pegó al
(es coherente porque hacemos todo lo necesario, es unificada pués perro, ,que mordió _al gato, que se comió al cabrito que el padre
integra todos nuestros actos y es completa porque se inicia cuando compro por dos zuz1m.
decidimos ir a comprar el kilo de ternera y termina cuando lo hemos Contra Mitias y Beardsley e incluso Dewey, es necesario asumir que
hecho). Además, tal cualificación nos llevaría a confr~ntar laberintos el concepto de "experiencia estética" no resulta de gran ayuda a la
psicológicos y a establecer si tales cualidades se infieren antes (por teoría, pero en una dirección muy distinta a las objeciones que le
autosugestión), durante (por introspección), o después (por retros- plantea Dickie. Las aporías generadas ante el problema de definición
pección) de la experiencia. o descripción de la experiencia estética manifiestan que esta noción
Mitias va más allá y propone que lo que vuelve estética a una obstruye más de lo que aclara. En ambos casos, se busca la esencia
experiencia es la esteticidad de las cualidades del objeto de la ~el término. a defi~ir, ya sea la experiencia estética o el objeto esté-
experiencia. En esto, paradójicamente, se vuelve objetivista en su tico, como s1 estuviera dada de antemano y sólo se tratara de señalar
intento de defender la posición subjetivista de la experiencia estética. su género próximo (experiencia) y su diferencia específica (estética).
Irónicamente, a Dickie (1992) le sucede exactamente lo inverso que De ahí se continúa a un segundo nivel, más refinado, donde el género
a Mitias, pues pugna desde un objetivismo recalcitrante por desmiti- próximo sería, por ejemplo, "contemplación" o "placer" en el subjeti-
ficar a la experiencia estética al plantearla como mera atención vismo Y "forma" en el objetivismo, y la diferencia específica sería
partiendo del objeto estético, pero termina por asentarse en el sujeto, "de.s~nteresada" en el subjetivismo y "significativa" en el objetivismo
quien finalmente es el que, para Dickie, tiene las motivaciones o (ut1hzando las definiciones de Kant y de Bell, respectivamente).
intenciones de ver, mirar y juzgar fas cualidades de tal objeto en tanto / Hemos visto que la pregunta "¿cuáles son las cualidades de la
estético. Para Mitias hay un aspecto estético potencial en el objeto experiencia estética?" conduce una respuesta circular donde lo esté-
que se actualiza a través de la experiencia y lo permea con su carácter tico de la experiencia viene de lo estético del objeto, y éste de lo
de esteticidad. Para que esto sea posible, dice Mitias, es necesario ~stético de la actitud tomada para aprehenderlo. Según Mitias, e
adoptar una actitud estética, y volvemos de nueva cuenta al actitudina- mclus?, Stolnitz y los actitudinalistas, es la intención del sujeto, en su
lismo de Stolnitz. adopc10n de la "actitud estética", la que "actualiza" las "cualidades
r
Los anti-actitudinalistas como Dickie podrían aquí argumentar 1
~stética~"_en potencia del objeto produciendo (por contagio, ósmosis,
con razón que la defensa de Mitias cae en la aporía, puesto que final- ¡ mfiltranón o como se quiera) a la experiencia estética. Es como si
mente define a la experiencia estética por el objeto estético, como las "~u~~idades estéticas" del objeto se implantaran en la experiencia
t convirtiendola en estética.
Dickie sin querer define al objeto por las motivaciones del sujeto. [
Según Mitias, la experiencia estética es aquélla permeada y dotada ~l problema está, como lo señalé arriba, en el planteamiento
de estructura por el objeto estético; y el o~jeto estético es el que sale erroneo del concepto de "experiencia estética". 4 No es la intención
4 '
al encuentro, en tanto estético, al tener "cualidades estéticas". De , • Lawrence W. Hyman (1986) intenta reivindicar el concepto de experiencia
nueva cuenta la circularidad. e~tetica en su ataque a Dickie e insiste en nociones de desinterés y distanciamiento.
Sm embargo concluye que si el valor de una novela "no es cognitivo o moral, ¿cómo

¡
50 LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA

pos1c10n o la actitud lo que interesa a la investigación estética. 4. LOS MIEDOS DE 1A ESTÉTICA: LO INDESEABLE,
Tampoco es pertinente preguntarse qué hace que una experiencia LO IMPURO, LO PSÍQUICO, LO INMORAL
sea estética y otra no lo sea, sino cuáles son las condiciones de
posibilidad de la estesis. Eso haremos en la Segunda parte. Efectiva-
. 5
mente, lo que distingue al objeto de estudio de la estética tiene que
ver con la aptitud experiencial del sujeto. Por eso si la estesis es la
aptitud para la experiencia, toda experiencia sería estética y toda
estesis experiencial. Consecuentemente la noción de "experiencia Asomándose un poco entre la tramoya de la puesta en teoría de la
estética" es un pleonasmo como la de "objeto estético" un oxímoron estética tradicional se esconde un verdadero pavor a la pérdida de
y la discusión en torno a ellos una aporía. ¡Menudo problema en que privilegios discursivos de los expertos en estética y peor aún: el
estamos metidos! peligro de corrosión de la legitimidad de esta disciplina ante la
En su libro El arte como experiencia, Dewey propone a la experien- posibilidad de justificar la experiencia de cualquier sujeto con
cia artística como paradigmática del sentido más elevado de expe- cualquier objeto, y el consecuente deslizamiento en el relativismo de
riencia. También Shusterman (1999), siguiendo a Dewey, trata de valores estéticos y su democratización. Pero los miedos hay que
defender la viabilidad del concepto de experiencia estética contra enfrentarlos, y auguro que el resultado será sumamente prometedor.
Dickie y otros filósofos analíticos que trataron de desecharla argu- Mal que bien, dada la aburrición (diagnosticada por Passmore) en
mentando que, finalmente, todo el sentido de la creación artística que está sumergida la estética desde hace medio siglo, no tiene
no es otro que el de proporcionar al espectador una experiencia mucho que perder.
estética. De acuerdo, pero ¿por qué no mejor llamarla por su nombre:
"experiencia artística" como experiencia a través del arte? Eso nos
lleva a reconocer que hay igualmente experiencias deportivas, sexua-
les, religiosas, turísticas que se refieren a las vivencias que tenemos EL MIEDO A LO INDESEABLE Y EL SÍNDROME DE PANGLOS
al practicar deporte, el sexo o una religión, viajar, etc. No es necesario
cualificar tales experiencias para reconocerlas: simplemente se Desde los pavores de la estética, y como mecanismo de defensa, surge
diferencian por l] el contexto real o imaginario en el que ocurren lo que voy a denominar "Síndrome de Panglos" en honor del opti-
y 2] los objetos a través de fos cuales se realizan. mista filósofo y maestro de Cándido, personaje de Voltaire que
Desde mi punto de vista (y que ya argumentaré como dios manda caricaturiza a Leibniz.
en los siguientes capítulos), toda experiencia es por definición
estética pues experienciar equivale a la estesis. Pero no toda experiencia Panglos era el profesor de metafisico-teólogo-cosmo-nigología. Podría probar
es artística ya que ésta ocurre sólo en relacion con obras de arte. muy admirablemente que no hay efecto sin causa, y que en este mundo, el
mejor de los mundos posibles, el castillo del barón era el más magnífico de
Conviene distinguir entre "experiencia artística" que es el sentido
los castillos y su dama la mejor de las baronesas que podrían existir. Es
generalizado que se le da en la teoría estética y "experiencia estética" demostrable, decía, que las cosas no pueden ser de otro modo que como
que es una redundancia. son: pues todas las cosas han sido creadas para un fin, deben ser conse-
cuentemente creadas para lo mejor. Observen, que la nariz está formada para
los anteojos y por lo tanto usamos anteojos. Las piernas son visiblemente
podrá llamarse la experiencia que produce tal valor sino experiencia estética?". De
muchos modos, podrá respondérsele. Hyman presupone que sólo existen tres tipos diseñadas para las medias y por lo tanto usamos medias [ ... ] y esos que
de valores a] cognitivos, b] morales y e] estéticos, un poco a la Kant en sus tl'es críticas. afirman que todo está bien no se expresan cmrectamente; deberían de decir
Sí x no es ni a ni b, debe ser c. Pero las premisas son falsas, puesto que puede ser, d, que cada cosa es para lo mejor.
e, z y n; es decir, hay muchos tipos de valores: d] políticos, e] económicos, j] lingüísticos,
g] personales, n] etc. Por tanto, la conclusión es falsa.
LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS MIEDOS DE LA ESTÉTICA 53
52
En honor a Panglos, este síndrome consiste en sólo querer tratar fuego por civiles, sino al envenenamiento estetlco endémico y la
con lo bueno y hermoso de las cosas. Por eso, desde el siglo XVIII agresión sistemática a la sensibilidad del ciudadano en la que los
con Baumgarten y los teóricos del gusto hasta el día de hoy, la estética objetos valen cada vez más que los sujetos. La crueldad y la ordinariez
ha realizado una operación quirúrgica de escisión sistemática de no son solamente categorías morales sino estéticas: resultan de
todos aquellos fenómenos que no sean positivos y útiles en su oferta sujetos mermados, discapacitados en su sensibilidad.
de placer. Aquí sale a la luz que el desinterés kantiano no era, final-
mente, tan desinteresado.
El padre de la semiótica, Charles Sanders Peirce, adoleció de este
síndrome al definir a la estética como "la ciencia de los ideales, o de EL MIEDO A LAS IMPUREZAS COTIDIANAS
aquello que es objetivamente admirable sin alguna razón ulterior. No '
tengo mucho conocimiento de esta ciencia, pero debería reposar en Ante el vértigo de confrontar lo estético en lo cotidiano, en la
la fenomenología" ("A Syllabus of Certain Topics ofLogic", CPI.191, 1 naturaleza, en el mundo -vértigo que Kant enfrentó en su análisis
1903). Cancela Peirce toda posibilidad de una estesis de lo repugante de lo sublime-, Dufrenne regresa a la doméstica comodidad de lo
0 lo despreciable, y pone en evidencia, de nueva cuenta, y a pesar de artístico, perfectamente civilizado y acotado. Y es que ese horror a la
todas sus críticas, la fortísima influencia kantiana en sus escritos. estética mundana emana del desprecio puritano a las "impurezas"
Lo que denomino como "Síndrome de Panglos" explica que la del mundo:
estética se haya ocupado sólo del arte y de lo bello. Cuando aparecen
otras cualidades no tan placenteras, o son mencionadas de paso o Como nadie duda la presencia de obras de arte y lo genuino de las mejores
simplemente hechas a un lado. Por eso lo asqueroso, lo obsceno, lo obras, el objeto estético, si lo definimos con relación a ellas, puede ser fa-
cilmente localizado (sic). Y, al mismo tiempo, la experiencia estética a ser
grosero, lo insignificante, lo banal y lo sórdido carecen de estudios
descrita será de carácter ejemplar, libre de las impurezas (sic) a veces
en la estética. No se consideran categorías dignas de estudiarse, importadas en· la percepción de un objeto estético que emanan del mundo
aunque nuestra sensibilidad las confronta cotidianamente. Excepcio- de la naturaleza, como cuando la contemplación de un paisaje alpino se
nes dignas de mencionarse son el clásico estudio Estética de lo feo de funde con emociones agradables despertadas por el aire fresco o el aroma
Karl Rosenkranz (1853) y el trabajo de Aurel Kolnai (cf. Korsmeyer de la paja, por el placer de la soledad, el gozo de escalar, o el sentimiento
y Smith, 2002), quien analiza el disgusto como categoría filosófica, elevado de la libertad [ ... ] Sin embargo, creemos que nuestro método es el
así como William Ian Miller en la Anatomía del asco (1997), además adecuado, porque la experiencia estética derivada directamente de la obra
de Giesz (1973), Broch (1979), Moles (1990) y otros teóricos de la de arte es seguramente la más pura y quizás también la primera histórica-
mente. (¡¡sic!!) (Dufrenne, 1990: li).
estética del kitsch. 2
El Síndrome de Panglos nos impide concebir el inverso de la
Dufrenne supone que se necesitó primero la creación del arte para
catarsis aristotélica, el envenenamiento estético, que es tanto o más
que el ser humano fuera capaz de experiencias estéticas, lo cual es
relevante que la purificación. El concepto de enajenación que tanto
absurdo. La maniobra de Dufrenne es casi paradigmática en la es-
preocupó a los teóricos de la Escuela de Francfort, principalmente a
tética tradicional y contemporánea para evadir el examen de la
Adorno, puede verse como un fenómeno político tanto como estético
dimensión estética fuera del ámbito domado ya por lo artístico. Este
de envenenamiento que embota la sensibilidad. La actual escalada
miedo a las impurezas de lo cotidiano tendrá que ser superado si
de violencia se debe no solamente a la fácil adquisición de armas de
pretendemos encontrar en la estética algo más que su reducción a
1 CP con-esponde a Collected Papers de Charles Sanders Peirce. Otras abreviaturas: una inofensiva teoría de lo bello y el arte.
CRP = Crítica de la Razón Pum y C] = Crítica del juicio. Está el curioso caso de Stolnitz (la víctima de Dickie) quien define
2 Agradezco a la doctora en ciencias populares Elizabeth Romero Betancourt
haberme mencionado la obra de Miller. Carolyn Korsmeyer ha estado investigando el a la actitud estética como "atención desinteresada y simpatética hacia
disgusto en el ámbito estético y Radford (1999) en el artístico en la obra de Dalí. y contemplación de un objeto cualquiera de aprehensión, por sí mismo

l
LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS MIEDOS DE LA ESTÉTICA 55
54
exclusivamente" (cursivas mías). 3 Nótese que afirma que "un objeto EL MIEDO AL PSICOLOGISMO
cualquiera" es apto para la actitud estética, pero luego se retracta
espantadísimo al mencionar una experiencia estética en un mercado Otro miedo de la teoría estética es el de ser absorbida por la
de un barrio derruido y sucio. Stolnitz comenta que "este tipo de psicología. Y no es para menos, pues cuando la estética se refiere a
evidencia [la de una experiencia estética ante un mugroso mercado] los sentimientos y emociones, la psicología en efecto .le pisa los
no puede establecer que todos los objetos puedan ser objetos estéticos. talones. Por ello Dickie (1968: 312-335), nuestro infatigable crítico
Cuando tal evidencia se multiplique, sin embargo, hace que esta de tentaciones estetológicas, se pregunta si la psicología es relevante
suposición sea razonable para el inicio de la investigación estética" a la estética y su respuesta no podría ser más predecible: un "no"
(Stolnitz 1992: 10, 13). rotundo. Para el autor, la idea de una estética psicológica es fútil ya
Esta aseveración resulta muy sorprendente por dos razones: la pri- que no considera que técnicas de una ciencia empírica como la
mera porque, como dijimos, contradice flagrantemente su definición psicología puedan esclarecer algo de la naturaleza de lo estético.
que incluye a "un objeto cualquiera" para luego negarlo; y segundo, Arnheim (1985) en cambio incorpora la teoría de la Gestalt al análisis
porque ningún filósofo ha. dependido hasta ahora de estadísticas del arte, así como Berlyne (1971) en su enfoque biológico y el grupo
como la "multiplicación de evidencia" para hacer una afirmación en de la Asociación Internacional de Estética Empírica (Albert Wellek,
el campo de la estética. Lo curioso del caso es que Stolnitz vuelve a Robert Frances y Carmelo Genovese) dedicada a experimentos sobre
contradecirse una vez más al final de su artículo reafirmando que la percepción artística.
"cuaú¡uier cosa, sentida o percibida, sea producto de la imaginación A Bajtín le preocupaba esta distinción cuando afirma que "el
o del pensamiento conceptual, puede ser objeto de atención estética", problema del alma es metodológicamente un problema estético y no
pero no lo desarrolla y se lo suelta como papa caliente al desprevenido puede ser problema de la psicología, que es una ciencia causal caren-
lector. Ésta es la afirmación más controvertida del texto, y a la que te de valoraciones, puesto que el alma, a pesar de que se desarrolle
Dickie, en su artículo que desmenuza la postura de Stolnitz, no hace y se forme en el tiempo, es una totalidad individual, valorativa y libre"
referencia ni nota la contradicción, puesto que da por hecho (y sus (Bajtín, 1990: 93). Yvuelve a tratar el problema del siguiente modo:
ejemplos lo muestran) que lo estético se circunscribe a lo artístico. "Lo mío en la vivencia del objeto es estudiado por la psicología, pero
Insumisos respecto a Kant, hay que incorporar no sólo lo agradable en una abstracción absoluta del peso valorativo del yo y del otro, de
sino su opuesto, lo desagradable, ya que lejos de desviarnos d~ su unicidad; la psicología sólo conoce de 'individualidad posible'
nuestro objetivo, nos permitirá incluir en la dimensión de lo estético (Ebbinghaus). La dación interior no se contempla sino que se estudia
todos los sentidos corporales, no sólo la vista y el oído, y todas las en la supuesta unidad de la ley psicológica y en un contexto despo-
categorías atractivas o repugnantes que atañen a la sensibilidad. La jado de valores" (ibid.: 104). Siguiendo a Bajtín, la psicología incor-
estética nunca fue pura: asumámoslo. Si la sensibilidad busca el gozo, pora lo particular en lo general para teorizar la psique y maneja un
padece por lo mismo su ausencia que es igualmente pertinente a su criterio causal no valorativo excepto en términos terapéuticos; la
reflexión. Reducir la estética a una apoláustica (palabrita domingue- estética en cambio sí considera lo particular y lo concreto y establece
ra que alude a lo relativo al placer) preocupada exclusivamente por valoraciones.
lo placentero, la reduciría a ser una disciplina totalmente trivial. No Este nudo entre la teoría estética y la psicología se enreda más en
es que desprecie la importancia del placer (¡qué sería de la vida sin cuanto se plantea la estética en términos de sus efectos emotivos.
éste!), pero confio en que hay más en la estética que complacer. Kant, por ejemplo, habla de los efectos de placer y dolor como rele-
f vantes a la estética. Se habla de lo cómico como causa de risa, de lo
· 1
trágico como causa de piedad y compasión, lo sublime de asombro y
pasmo, lo grotesco de disgusto. Pero lo trágico puede provocar risa
3 "/ will define 'the aesthetic attitude' as 'disinterested and sympathetic attention to and

contemplation of any object of awareness whatever; for its own sake awne. " y lo cómico tristeza, lo sublime horror y lo grotesco placer. La
LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS MIEDOS DE LA ESTÉTICA 57
clasificación de los efectos emotivos efectivamente incumbe a la inmoralidad sino una perversión humana. En este sentido, lo trágico pierde
su dimensión estética en la vida real; dimensión que, en cambio, encorltra-
psicología, no a la estética. A la estética le incumben lo_s proces~s para
mos en ella cuando podemos considerarla desde las categorías de lo bello,
generar tales efectos, no /,a cualidad o naturaleza de tales efectos. Mientras
lo feo o lo sublime (Sánchez Vázquez, 1992: 214).
la relación que Otelo establece con la belleza de Desdémona y con
las palabras de Yago puede considerarse estética por la carga valora- En contraste con la sensibilidad moral de Sánchez Vázqnez (quien
tiva que les otorga al ser persuadido por uno y seducido por la otra, prefirió torcer la lógica que aceptar la posibilidad de placer estético
las reacciones emotivas particulares de amor, de rabia y de celos en con el horror real), Karlheinz Stockhausen, el conocido compositor
Otelo son efectos psicológicos, no estéticos. Nosotros como espec- alemán de música electrónica, declara en Hamburgo con singular
tadores, en cambio, apreciamos estéticamente la representación de admiración y un matiz que podría calificarse de envidia que el ataque
estas emociones en la escena, pero los efectos emocionales que nos a las torres gemelas del WIC en Manhattan fue "la obra de arte más
produzcan como compasión, simpatía, tristeza o placer, son efectos grande imaginable para el cosmos entero. Las mentes alcanzando
psicológicos, no estéticos. algo en un acto que no podríamos soñar jamás hacerlo con la música,
Por ello~ para exorcizar el miedo al psicologismo, la estética debe gente que ensayó tenazmente por diez años, preparándose fanáti-
dejar de preocuparse por cualificar los efectos emotivos generados camente para un concierto, y después muriendo, imagínense lo que
por las estrategias estéticas. No es que tales efectos carezcan de sucedió allí" (Frankfurter Allgemeine Zeitung 09 /19 /01).
importancia, la tienen, pero a la estética no le interesa tanto la Lamentablemente, que alguien pueda contemplar a la muerte, al
especificidad de tales efectos, pues varían de una persona a ~tra, dolor, a un incendio e incluso a la guerra como espectáculo y sentir
como los Inedias y condiciones desde los que se producen y la aptitud placer es un hecho. Lo prueba su reiteradísima aparición en el cine
del sujeto de generarlos y de vivenciarlos. En síntesis, podemos y la televisión calculando rating entre las masas y, en espíritus
sortear el miedo al psicologismo si nos ocupamos, como propio de supuestamente más refinados, la declaración de Stockhausen. Esta
la estética, de los mecanismos o estrategias de producción de efectos atracción hacia lo trágico en la vida real se confirma con la atracción
emotivos, y le dejamos a los psicólogos la naturaleza o tipificación de de las multitudes hacia los castigos públicos de la hoguera, la guillo-
tales emociones. tina y la horca. La repetida transmisión de imágenes violen tas en los
noticieros y medios periodísticos, y su manifestación actual más
brutal, el fenómeno del snuff, no son índices precisamente de la
fineza en la sensibilidád humana. Y esta atracción, perversa o no,
EL MIEDO A LO INMORAL amoral o inmoral es, hay que reconocerlo aunque nos pese, estética.
Sánchez Vázquez no puede aceptarlo: "Con esta limitación que, como
Sánchez Vázquez intenta incorporar de algún modo lo cotidiano en 1 vemos, es más propiamente moral que estética, cabe afirmar que lo
su teoría estética y aplica las categorías de lo feo, lo cómico, lo ! trágico se da en la vida real, en la existencia humana, sin que tenga
¡
sublime, lo grotesco y lo bello tanto al arte como a la vida cotidiana. -o, al menos, sin que tenga necesariamente- una dimensión
Plantea que el hombre puede tener relaciones estéticas en lo coti-
diano a través de estas categorías. Sin embargo, cuando se encuentra
¡ estética." Muy a pesar de las intenciones morales de Sánchez Vázquez,
dado que lo trágico es una categoría estética al definirse en función
con lo trágico, su pluma se niega, como un caballo asustado, a seguir de la sensibilidad del sujeto, habremos de encontrarlo tanto en la
adelante: 1 vida cotidiana como en las obras artísticas.
l El horror de Sánchez Vázquez a considerar lo trágico en la vida
Convertir el incendio del edificio, en el que un hombre es devorado por las
llamas, en un espectáculo u objeto de contemplación, y gozar con las formas,
los colores o la expresividad del rostro angustiado, sería no sólo una
¡ real como estético se explica porque el autor presupone que lo
relativo a la estética está necesariamente vinculado a estados de
"contemplación", "sentimiento de placer" y "deleite desinteresado".
LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA LOS MIEDOS DE LA ESTÉTICA
59
Para Sánchez Vázquez hay siempre un elemento de placer o una rre, pero no por ello se invalida como estético. Lo trágico, ya sea en
visión apoláustica como componente indispensable de la dimensión lo cotidiano o en el arte, es definitivamente estético cuando nos
estética; por ello le resulta inadmisible (más ética que lógicamente) conmueve, y no lo es cuando se trata de una mera categorización
considerar lo trágico cotidiano como estético. En lugar de deshacerse estando ausente toda valoración afectiva. Es necesario afrontar par-
de estas connotaciones de lo estético (que precisamente en este úcularmente el miedo a lo inmoral en la investigación del fenómeno
ejemplo prueban· cuán inútiles son), Sánchez Vázquez prefirió des- estético y deshacernos de la calculada ingenuidad de , Panglos al
hacerse de lo estético en lo trágico. La tendencia de atribuirle atribuirle un carácter exclusivamente virtuoso a los fenómenos
automáticamente un carácter virtuoso y una connotación positiva a estéticos.
cualquier hecho, experiencia u objeto categorizado como estético El punto aquí es que la inmoralidad de quien contempla y disfruta
(de nuevo, el "Síndrome de Panglos") opera aquí como obstáculo lo trágico en la vi.da cotidiana no nos impide categorizar un evento
epistemológico. Los fenómenos estéticos no tienen por qué ser trágico como estf tic o. Lo estético no puede disciplinarse y ceñirse a
inmorales, ni tampoco morales. Son lo que son: estéticos. lo moral, pero tampoco está excluido de éste. Desde el conocimiento
La observación de Sánchez Vázquez nos remite al miedo al de esta disposición sensible del sujeto podríamos explorar su imbri-
psicologismo, pero por otra vía. Sentir miedo, asco, morbo, dolor o cación con la ética y examinar el enigmático párrafo 59 de la Critica
pánico ante un hecho no lo vuelve, por definición, un hecho estéti- del juicio "La belleza como símbolo de la moralidad". Pero este tema
co. La emoción no define a lo estético, pues ésta puede deberse rebasa el espectro de este texto y espero tener oportunidad de
incluso a componentes químicos en el cuerpo. También la estesis abordarlo en trabajos posteriores.
puede ser resultado de la química, como en el caso de las drogas y Fenómenos como la ejecución de música clásica ante las puertas
los alucinógenos. de las cámaras de gas en Auschwitz o el snuff exigen un examen
Una muerte prematura es trágica, pero no por ello se vuelve riguroso -sin los lastres del esteticismo ingenuo panglosiano- para
estética para quien no la aprehende sensiblemente (como el médico conocer un poco más la sensibilidad humana tanto en su majestuo-
forense que no le añade un valor adicional al informativo y simple- sidad como en su tenebrosidad. La teoría estética tendrá que dar
mente registra "sujeto femenino de 17 años fallecido por congestión cuenta en su momento no sólo del deleite en lo bello y el conflicto
del sistema digestivo ... "). Calificar a un objeto como bello tampoco ante lo sublime kantianos sino de estos fenómenos como la estética
implica, por la mera calificación, que se convierta en objeto estético. de la violencia y la violencia estética, el embotamiento y abuso de la
Un hecho sólo se define como estético cuando el sujeto le adhiere sensibilidad, su tosquedad, su perversión y envenenamiento.
una carga valorativa (Bajtín, 1990: 104), no cuando es un juicio Para concluir, los miedos de la estética ante los precipicios del
categorial: calificar y clasificar no estetiza (al contrario de la opinión relativismo, del subjetivismo, del psicologismo, de lo trágico coti-
de algunos filósofos analíticos como Danto y Binkley) aunque sí diano, de lo indeseable, del mal gusto, de lo mundano y de lo inmoral
puede artistizar. Ello nos lleva a la paradójica conclusión de que califi- han sido otros obstáculos epistemológicos, además de los fetiches y
car distanciad.amente a un objeto como bello por la simple aplicación los mitos, en el afán de los teóricos de la estética de aferrarse a la
de categoría no lo constituye como objeto estético en sentido pleno. obra de arte y a lo bello como objetos exclusivos y excluyentes de su
En cambio, un objeto trivial pero profundamente conmovedor para disciplina. Si se sueltan del fetiche de La Belleza, es sólo para
un sujeto (como "lo obtuso" para Barthes en la imagen de un per- agarrarse inmediatamente a otro: el arte.
sonaje insignificante con una gorrita en una escena de una película
de Eisenstein que examinaré en la Tercera parte), se interpreta como
rebosante de sentido estético.
En síntesis, que lo trágico en la vida cotidiana pueda ser contem-
plado con placer es ciertamente una perversión, y ciertamente ocu-

l
SEGUNDA PARTE:
LA ESTESIS

No ha sido muy victoriosa, que digamos, nuestra salida de los laberin-


tos que recorrimos en la parte anterior. Carecemos de un concepto
suficientemente claro de la estética, de sus límites y modos particula-
res de manifestación. Aventurarnos en sus problemas, mitos, miedos
y fetiches nos ha permitido por lo menos reconocer que la dimensión
de lo estético no es tan simple como lo sugeriría la mera sinonimia
con lo bello y el arte. En esta parte se irá ovillando el hilo de Ariadna
que nos permita salir de este laberinto. Se establecerán las bases sobre
las.cuales podremos construir un concepto de estética que contemple
sus manifestaciones tanto extraordinarias como ordinarias. Partire-
mos de la demarcación de lo estético lo suficientemente amplia para
abarcar tanto lo cotidiano como lo artístico, y lo suficientemente
precisa para no perder en el camino la especificidad de los fenómenos
estéticos. Desde esta demarcación podremos emprender ya el recorri-
do hacia la exploración de la estética en la vida cotidiana.
La teoría estética tradicional supone que el objetivo de esta
disciplina es descubrir las características especiales de los objetos que
puedan ser categorizados como estéticos, particularmente de ciertos
artefactos clasificados como "obras de arte" elucidando qué criterios
deben normar tal clasificación. La estética analítica, por ejemplo,
ansía proceder de modo semejante a la ciencia: definiendo los
objetos específicos de su campo, purgando al discurso filosófico de
debilidades lógicas y confrontándolo con una supuesta realidad
independiente y observable de los fenómenos estéticos para verificar
si las proposiciones de la teoría están bien elaboradas y corresponden
a la realidad. Este mimetismo con las ciencias duras oculta el hecho
de que lo que está en juego en los fenómenos estéticos no son los
objetos sino los sujetos. Por lo tanto, los afanes de los estetólogos
analíticos son fútiles precisamente por ser éstos, los sujetos, a partir
de quienes la dimensión estética se proyecta.
El que la estética en la vida cotidiana sea una manifestación volátil
y persistente a la vez, pues no se coagula en obras finitas y durables

[61]
LA ESTESIS

como las obras de arte, aunque permea todos los ámbitos de la 5. DEMARCACIQN DE 1A ESTÉTICA
realidad social, el que no siempre sea espectacular ni extraordinaria,
explica por qué no ha llamado la atención de la teoría estética. Pero
el estudio de la estética en lo cotidiano se vuelve posible precisamente
en la actualidad cuando las ciencias sociales y las humanidades (a
través de disciplinas como la etnografía, la etología humana, el
análisis conversacional, la microsociología o el interaccionismo Cada nuevo libro de estética que sale a la luz plantea una vez más la
simbólico, el constructivismo epistemológico y la teoría del juego) se definición del término. Otras disciplinas como la física o las matemáti-
han volcado a explorar la minuciosa red de los intercambios sociales cas no empiezan por definir qué es la física o las matemáticas en cada
concretos. nueva publicación. Como resultó evidente en la Primera parte, parece
no haber acuerdo en lo que se entiende por estética y, hasta que tal
acuerdo no se logre, esta disciplina difícilmente podrá avanzar en un
desarrollo acumulativo de su teoría. Un intento de definición que
tenemos a la mano, entre cientos posibles, es el que nos ofrece Adolfo
Sánchez Vázquez ( 1992: 57): ''Y nuestra definición es ésta: la estética
es la ciencia de un modo específico de apropiación de la realidad,
vinculado con otros modos de apropiación humana del mundo y con
las condiciones históricas,. sociales y culturales en que se da."
El autor, sin embargo, no nos dice cuál es ese "modo específico"
ni cuáles son esos "otros modos". Por eso su definición puede
aplicarse también a la sociología, a la política, a la economía como
diversos "modos de apropiación" y, por lo tanto, deja de ser operativa.
Más aún, ¿es realmente la estética una ciencia? Mientras·e1 principio
de verificabilidad de la ciencia exige que cualquier observador,
dondequiera que se encuentre, pueda corroborar un fenómeno bajo
las mismas condiciones, en el estudio de la estética las observaciones
dependen totalmente de la ubicación matricial del sujeto. Para
colmo, esa ubicación no es sólo sincrónica sino diacrónica, es decir,
depende de su historia personal y social. Más aún, la teoría estética
no busca leyes en el comportamiento de la naturaleza o la experiencia
humana ni tiene posibilidad alguna de predictibilidad sobre los
. fenómenos que estudia. Por ello la estética no tiene la menor
posibilidad de convertirse en científica, pues no puede haber dos
sujetos ubicados exactamente en el mismo tiempo y lugar (tanto
objetivo como subjetivo) debido a la absoluta singularidad de cada
cual. No será ciencia, pero se podrá hacer teoría estética al proponer
categorías y modelos de análisis -como lo hizo Freud en el estudio
psicoanalítico del sujeto- para explorar los fenómenos vinculados a
la estética y enmarcar su ámbito de pertinencia, pero hasta ahí.
LA ESTESIS DEMARCACIÓN DE LA ESTÉTICA

Cito precisamente a Sánchez Vázquez porque cuando se propone en tanto que las cosas percibidas lo han de ser por una facultad infe-
definir a la estética genera una propuesta imprecisa y cuando sólo rior como su objeto o estética" (Baumgarten, 1975: 9). Por eso mis-
intenta describirla, atina con notable fineza a enfocar el ingrediente mo, hay que reconocer su enorme mérito al proponer precisamente
específicamente estético con que puede demarcarse: el exceso (Sán- entonces, en pleno racionalismo, el estudio diferenciado del conoci-
chez Vázquez, 1992: 100). Ya aclararé este punto en el capítulo 14. 1 miento sensible. Sin embargo, hoy resulta obsoleta esta vena cartesia-
Es indispensable remontarnos hasta el origen etimológico del na de las representaciones sensibles como "claras pero c¿nfusas" en
término para captar el sentido con que fue acuñado. Por su etimolo- comparación con las representaciones cognitivas "claras y distintas".
gía griega, mo0'Y)OL<; la estética se refiere específicamente al sujeto de Terry Eagleton (1990: 15) señala, por el contrario, que con este
sensibilidad o percepción ( aisthe percepción o sensibilidad derivado de movimiento Baumgarten trató menos de proyectar al mundo del
aisthenasthai, y el sufijo tés agente o sujeto). Nótese que no denota a cuerpo y de lo sensible hacia el frente de la discusión filosófica que
una categoría particular de objetos ni a lo bello o artístico, a pesar de someterlo a la colonización de razón. Es cierto, pero al no lograrlo
de que éstas han sido las acepciones establecidas en la teoría estética por la terca resistencia del objeto al que pretendió encerrar en cate-
y la historia del arte por más de un cuarto de milenio. gorías racionales, Baumgarten efectivamente logró ubicarlo en un
Se le da el crédito a Baumgarten en su Metafísica de 1739 de ser lugar imprescindible para la reflexión hasta la fecha.
el antecesor de esta disciplina, pues ahí aparece por primera vez la En la "Estética trascendental", al inicio de la Critica de la razón pura
palabra "estética" como concepto específico para una rama de la §1,. Kant define a lo estético como relativo a la sensibilidad: "Llamo
filosofía (antes de su enorme obra inconclusa Estética de 1750-1758). estética (a) trascendental la ciencia de todos los principios a priori de la
Se refiere por estética a la "ciencia del conocimiento sensible": sensibilidad." Por sensibilidad, Kant entiende "la capacidad (recepti-
Aesthetica est scientia cognitionis sensitivae. Desde Baumgarten se puede vidad) de recibir representaciones según la manera en que los objetos
pensar en el ser humano como sujeto con capacidad de un conoci- nos afectan". Pero en el inicio de la Critica del juicio §1 hay un cambio
miento especial que es el conocimiento sensible y que se caracteriza de matiz, aunque no de naturaleza, en lo que Kant define como
por algo que se vincula a los sentidos sin agotarse en ellos. "estético" enfatizando lo subjetivo:
Pero ¿qué es "lo sensible"? Invoca a una familia de términos entre
El juicio de ~usto no es, pues, un juicio de conocimiento; por lo tamo, no
los que hay semejanzas (Jamily resernblances, como les llama Wittgens-
es lógico, sino estético, entendiendo por esto aquél cuya base determinante
tein) manifiestas por la raíz común "sen" (Dewey, ((1934] 1980: 22) no puede ser más que subjetiva. Si en un juicio ... (las representaciones) ... son
derivadas de la sensibilidad: el sentimiento, la sensación, lo sensual, lo solamente referidas al sujeto (a su sentimiento), este juicio es entonces
sensitivo, lo sensible, lo sensiblero, lo sensorial, lo sensacional, el senti- siempre estético [cursivas mías].
do (común), el sentido (dirección), lo sentido (percibido) y lo sentido
(afectivo). Los invoca pero no se circunscribe a ninguno de ellos. Kant contrapone, siguiendo a Baumgarten, lo estético a lo lógico
Esta familia de términos emparentados ha causado enormes dolores excepto que su contraposición no es jerárquica como en éste. Ya se
de cabeza a los estetólogos que pretenden aprehender los conceptos · ha cuestionado en la Primera parte ( sexto mito) esta contraposición
desde su esencia y definir la estética por razones necesarias y suficien- entre lo lógico y lo estético, por lo que el procedimiento que seguire-
tes, o por género próximo y diferencia específica. mos será el demarcar a la estética no por oposición a la lógica -pues
Desde la ideología racionalista del siglo xvm se puede compren- hay razonamientos lógicos cuya elegancia y sencillez interpelan a la
der que Baumgarten haya establecido jerárquicamente que "las cosas apreciación estética- sino por sus estrategias. Lo que queda claro
conocidas lo son por una facultad superior como objeto de la lógica, hasta aquí, tanto en la acepción griega del término aisthetes, como en
la concepción kantiana, es que estamos tratando en primera instancia
con el sujeto y su relación con el mundo, su sensibilidad y abertura a
1 Cf. Mandoki, 2001. la vida. Kant lo dijo en una palabra: receptividad.
LA ESTESIS DEMARCACIÓN DE LA ESTÉTICA 67
66
El sujeto y agente de la percepción o aisthet,es es el punto de partida Weitz (1987: 153) argumentó que la función de la teoría estética
de distintas disciplinas, no sólo de la estética, pero difieren en su no es definir al arte, empresa condenada al fracaso, sino leerla como
punto de llegada. La neurología estudia al sujeto de la percepción sumarios de recomendaciones serias para poner atención de ciertas
en cuanto a sus procesos cerebrales y nerviosos a través de los cuales maneras a ciertos aspectos del arte. Establece la distinción entre el
llega a construir perceptos y actos. La epistemología lo enfoca en uso evaluativo y el descriptivo de la palabra "arte" aunque, justamente
términos de los procesos con que construye conocimientos y la validez en el caso de lo artístico, tal descripción casi siempre presupone una
de los mismos. Para la psicología el sujeto de percepción tiene interés evaluación cualitativa. En lo que se refiere a la estética, en cambio,
en cuanto a sus modos de aprehensión e interpretaciones de la esta distinción es tanto más pertinente pues cuando se dice que algo
realidad con fines de operación perceptual ( v.g. Gestalt) o de adapta- es "estético" nunca está claro si lo que se pretende es describir o elo-
ción social. A grandes rasgos, a la ética le preocupa estudiar al sujeto giar a tal objeto. Quepa advertir, por lo tanto, que a lo largo de este
en cuanto a las decisiones que debe tomar y actos que debe realizar texto el uso del término "estético" será exclusivamente descriptivo.
en función de valores sociales y personales. La epistemología, la psico- Referirnos a un evento como "estético" querrá decir en adelante no
logía y la estética se traslapan al abarcar al sujeto de percepción.como que tal evento sea bello o artístico, sino que será pertinente al estudio
su objeto de estudio, pero divergen en el tipo de efectos de percep- de la teoría estética por los procesos de estesis que reclute. Más aún,
ción que les interesa enfocar: cognitivos, emotivos o apreciativos. así como hay mal arte, sostengo que hay también mala estética, es
En todos estos casos el sujeto constituye realidades factuales o decir, que no nutren sino que debilitan al sujeto.
imaginarias, sociales y personales a partir de tales percepciones, pero Una definición no trata de apresar la esencia última de su objeto
mientras para el sujeto del conocimiento predomina el matiz deno- sino hacer explícito un modo de construcción y operación de
tativo respecto a esas realidades, para el sujeto estético prevalece el conocimientos. De ahí que sería útil aplicar a la estética la distinción
connotativo al arrastrar una carga valorativa. También la ética y la que ha hecho Morris (citada por Pele, 2000: 426) entre la semiosis y
estética se traslapan al tratar con el sujeto en términos de su sensibi- la semiótica en los siguientes términos: "Semiosis: Proceso de signos,
lidad, pero en el primer caso se enfoca la acción y sus consecuencias, esto es, un proceso en que algo es un signo para algún organismo.
mientras en el segundo la atracción o repulsión hacia su objeto. Debe ser distinguido de semiótica como estudio de la semiosis. Los
La valoración es una actividad que el sujeto ejerce desde criterios términos 'semiósico' y 'semiótico' deben ser distinguidos del mismo
distintos, pues puede valorar el importe de verdad o falsedad de una modo."
proposición como sujeto cognitivo, los beneficios o perjuicios de un Igualmente habrá de entenderse a la Estética como el estudio de la
acto como sujeto ético y la fascinación o repugnancia que le suscita condición de estesis. Entiendo por estesis a la sensibilidad o condición de
un objeto, persona o situación como sujeto estético. En el primer abertura, permeabilidad o porosidad del sujeto al contexto en que está inmerso.
caso la valoración se establece en función de las convenciones estable- Por lo tanto, si lo enfocamos a la escala humana, ya no plantearemos
cidas tocante a lo que debe entenderse como verdad, en el segundo corno problema fundamental del campo de estudio de la estética a
obedece a convenciones o posiciones respecto al deber ser o el bien, la "experiencia estética" (que literalmente significaría la bella expe-
mientras que en el tercero la valoración resulta de tal seducción o riencia, o la redundancia de experiencia experiencial, o bien la
aversión que también, en buena medida, están reguladas por conven- experiencia que resulta del estudio del arte y lo bello), sino a la condi-
ciones sociales. Es sólo a esta última valoración a la que habré de ción de estesis corno abertura del sujeto en tanto expuesto a la vida.
referirme de aquí en adelante. De ahí que el sujeto de la estética se En suma, lo que nos interesa explorar en este trabajo no son ya esos
distinga por apreciar el valor de lo que percibe en su entorno no sólo momentos privilegiados que se han dado en denominar "contempla-
en términos de su provecho directo para la sobrevivencia sino como ción estética" sino a esa condición del ser vivo que consiste en estar
un valor adicional que lo afecta en su condición de estar abierto al abierto al mundo. No hay estesis sin vida, ni vida sin estesis. Se trata,
mundo, en su vivacidad. pues, de la condición fundamental de todo ser viviente.

l
LA ESTESIS
68
Si la estesis es entonces el objeto de estudio de la estética, ¿por 6. CATEGORÍAS ELEMENTALES PARA EL ANÁLISIS ESTÉTICO
qué no mejor denominarla "estesiología"? Así la denomina Plessner
(2000: 57) específicamente como "estesiología del espíritu" (para
distinguirla de la estesiología médica). En efecto, la estesiología es
una rama de la medicina que estudia el funcionamiento físico y
. neurológico de los sentidos, pero no incorpora los efectos mentales
y culturales (más que espirituales) de tales procesos. En ese sentido, SUJETO Y OBJETO ESTÉTICO: CO-SUBJETIVIDAD

la estética aquí propuesta puede definirse como una estesiología


filosófico-antropológica en cuanto aborda a los sentidos ya mediados Habrá· que inicjar esta exploración desde la "obsoleta" dicotomía
por la cultura. Podemos seguir afinando nuestras distinciones y sujeto-objeto a pesar de que, para Heidegger y varios autores posmo-
encontraremos que la estesiologia se diferencia de la estetologia en que dernos, esta dicotomía es metafísica y por tanto insostenible. 1 Más
esta útlima no estudia los sentidos sino las teorías sobre éstos, es decir, que metafísica, la distinción sujeto-objeto es un constructo teórico
se trata del estudio de las teorías estéticas. Toda investigación de la indispensable para enfocar con mayor precisión los problemas en la
estética -en cuanto que es necesariamente intertextual- es estetoló- zona que hemos elegido examinar. La mente opera por dicotomías,
gica, pero hay textos que permanecen como estetología pura, por nos guste o no. Todo el largo e intenso debate en torno al objeto o
ejemplo, estudios dedicados a la Lntica del juicio de Kant. Nada tienen sujeto estético prueba cuán problemática es esta distinción y cuán
que ver estas categorías con el esteticismo que es una postura que privi- imprescindible resulta para el campo de la estética.
legia y exhalta lo estético por sobre todo lo demás. Prueba de su importancia es que la teoría estética ha oscilado entre
Plessner define a la estesiología espiritual como "la critica de los el objetivismo (de lo bello, del texto y su sentido, de la obra de arte
sentidos abarcados de la manera metódicamente correcta que tenía y de sus conceptos o aspectos) y el subjetivismo más o menos asumido
en mente Goethe, crítica y no psicológica, la ciencia de las posibili- de la teoría de la recepción, de la hermenéutica negativa, de la
dades y del significado normativo de los sentidos en el cuadro de la estética idealista y de la deconstrucción literaria. Optar por una de
actividad comprensiva del valor [ wertvol[J del espíritu humano". Y con estas alternativas es para el investigador, como lo plantea Feyerabend
esta palabra "espiritual", Plessner termina restringiendo la estesiolo- (1974: 72), quizás una decisión casi visceral o de temperamento, más
gía al arte, pues entiende a la ''manifestación de lo sensible espiritual que de razones objetivas. Por ello, es necesario hacer explícito que
en un espectro estesiológico en el cual en unextremo está la música el enfoque aquí elaborado parte desde un objetivismo del sujeto y
como resolución de la experiencia del contenido puro [en la suce- desde un subjetivismo del objeto. Planteo a un sujeto constituido por
sión], y en el otro a la geometría como resolución de la experiencia la espesa objetividad de lo social y por tanto, un sujeto objetivo o
de la forma pura [como figuración]" (Matteucci, 2003: 272). El intersubjetivo y a un objeto constituido por la percepción del sujeto,
fetiche del arte nuevamente acaparando cualquier alternativa de un objeto para un sujeto u objeto subjetivado. En otras palabras,
pensar la estética. parto de la subjetividad objetiva -la del sujeto constituido desde la
objetividad de lo social- y de la objetividad subjetiva -el objeto que
sólo existe en tanto que es subjetivado por el sujeto. A esta visión

1
Desde Heidegger hasta los filósofos posmodemos como Lyotard y Derrida, la
noción de "metafisica" se ha vuelto un término peyorativo. Sin embargo, aunque no
es éste el lugar para probarlo, el pensamiento no puede funcionar sin presupuestos
metafisicos. No todo es perfectamente comprobable, refutable, verificable; la misma
exigencia de verificabilidad es metafísica. El axioma matemático de A=A, el más lógico,
racional y riguroso posible, está basado en el presupuesto metafisico de la identidad.

[69]
70 LA ESTESIS CATEGORÍAS ELEMENTALES PARA EL ANÁLISIS ESTÉTICO

integrada del subjetivismo y del objetivismo que entiende a la ticulares. El sujeto del que se ocupa la estética es un sujeto histórica,
dicotomía sujeto-objeto como acoplamiento dinámico y procesual corporal, lingüística y socialmente constituido. Es un co-sujeto.
más que como entidad ontológica, habría que denominarla "sub-ob- Existen diversos modos de relación sujeto-objeto según las com-
-jetivismo", concepto que expresa mejor la posición aquí sostenida. 2 petencias puestas en Juego. Entre estas relaciones están la técnica
Asimismo los sujetos tienen una dimensión social y corporal com- (operar con el objeto), la cognitiva (distinguir las características del
partida o una morfología matricial y somática común desde la cual objeto), la estética (apreciar al objeto), económica (comp;ar/vender
se producen los efectos de estabilidad y objetividad en el objeto. Por al objeto), la lingüística (denotar a o discurrir sobre el objeto),
ello, para operar la teoría estética aquí elaborada, el término co- incluso metabólica (digerir al objeto) y muchas más, relaciones que
subjetividad propuesto por Parret ( 1995: 6-7) resulta idóneo, término se traslapan y se enredan unas con otras, pero que a muy grandes
que aquí haremos equivaler al de la objetividad, pues lo co-subjetivo, rasgos pueden ser así diferenciadas. En una práctica como la medici-
al ser intersubjetivo, es objetivo; no hay objetividad que no pase por na, por ejemplo, las relaciones que el sujeto (en este caso el médico),
la co-subjetividad. establece con su objeto (el paciente) son: la técnica al operar sobre
En la objetividad entendida aquí como co-subjetividad participan el paciente, la cognoscitiva al investigar o diagnosticar la enfermedad,
convenciones, debates, negociaciones y consensos, pero también lu- la ética al asumir la responsabilidad por la vida y el bienestar del
chas, excomuniones y clausuras o expulsiones en la producción social paciente, la económica al cobrarle por sus servicios, la lingüística al
de lo real por los sujetos a través de procesos de objetivación. La comunicarse con el paciente y sus colegas y enunciar la enfermedad,
relación sujeto-objeto es siempre una relación social en la medida en y la psicológica al tratar las emociones del paciente. Puede haber
que el sujeto se constituye como tal desde lo social y desde ahí también una relación estética al conmoverse por su condición.
constituye también a su objeto. Kant hablaba del sujeto que busca La relación estética no es una relación recíproca entre sujeto y
consenso universal a sus juicios sobre lo bello, cuando de hecho ese objeto ya que se puede establecer con un objeto de la naturaleza,
juicio ya estaba de antemano condicionado por lo colectivo. Ese una cascada o un árbol, pero no a la inversa. Como lo argumenté en
sujeto ya era, antes de emitir su juicio, parte del sensus communis, el el capítulo 2, la sensación de que un objeto responde, o que se puede
sentido comunal, al que luego apela para lograr consenso sobre sus dialogar con él es un efecto de la antropomorfización de los objetos.
juicios estéticos. El sujeto trascendental kantiano es en realidad, El supuesto "diálogo con el arte" no se establece con la obra sino con
contra Kant, un sujeto social e histórico. Esto no quiere decir que se el artista en una comunicación más o menos anticipada por éste y
cancele en lo social y que desaparezca, como -10 suponía la corriente diferida en el espectador, ambos mediados por la obra. El diálogo es
estructuralista y el marxismo antihumanista de corte althusseriano, o un logos trenzado, entretejido por dos o más hablantes que se van
que se reduzca a una posición particular determinada por el sistema. afectando mutuamente. Cuando el enunciado de uno no afecta al
Pero tampoco es el sujeto original cartesiano, el cogito desde el que enunciado del otro, cuando no produce efectos en él, no existe diálo-
se origina, en aislamiento, el conocimiento o la experiencia., Hay go sino dos monólogos sucesivos o traslapados.
condiciones de posibilidad y de emergencia del sujeto estético ya que Cada proceso de estesis es un acontecimiento particular determi-
ciertas percepciones sólo son posibles en condiciones históricas par- nado por una relación de un sujeto específico con un objeto especí-
fico, como lo señala Dewey ( [1934] 1980: 177):
2 Este "sub-ob-jetivismo" es parcialmente compatible con el concepto de ''<.;omuni-
dades interpretativas" de Stanley Fish (1980), ya que en ambos casos se niega la
objetualidad del texto estético y se afirma la intersubjetividad del sujeto. La estabilidad Pero el objeto de -o mejor dicho en- la percepción no es uno de su tipo
del texto, nos dice Fish, es efecto de la estabilidad de las estrategias interpretativas, lo en general, un ejemplar de nube o río, sino esta cosa individual que
que sería una especie de objetividad social del sujeto. Así como tales estrategias existiendo aquí y ahora con todas las particularidades irrepetibles que lo
interpretativas conforman la lectura para Fish, el sujeto estético conforma a su objeto acompañan y marcan tales existencias. En su capacidad de objeto-de-
en tanto estético. Diferentes estrategias interpretativas o diferentes sujetos constituyen percepción, existe exactamente en la misma interacción con la criatura viva
diferentes significados. que constituye la actividad de percibir.
72 LAESTESIS CATEGORÍAS ELEMENTALES PARA EL ANÁLISIS ESTÉTICO
73
La percepción del objeto por el sujeto no afecta al objeto en sí, de diversos tipos como las lingüísticas, las científicas, la laborales, las
pero sí al sujeto y a su percepción del objeto. El objeto no responde artísticas según los códigos y procesos que involucren.
ni seduce. 3 Es el sujeto quien se deja seducir por sus percepciones, La ciencia ha intentado trabajar en el nivel de la objetualidad pura
se siente seducido, se hace seducir o seduce y el que percibe las del referente, es decir, de la cosa en sí, del objeto mismo en su
huellas o inscripciones energéticas o emotivas del autor y las suyas constitución intrínseca, independientemente del hombre, hasta verse
propias en una obra. El arte no expresa como las palabras no hablan. obligada a reconocer, aun en una ciencia dura como 1; fisica la
Son los sujetos los que se expresan a través del arte y hablan a través '
inescapable intervención del sujeto. Sólo existe referente como tal al
de palabras con relación a otros sujetos quienes responden a la ser recortado por la referencia en un lugar y un momento deter-
expresión por medio del arte e interpretan las palabras. Pero que sea minados, lo que no quiere decir que ese recorte cree tal referente.
el sujeto el origen de la estesis no significa que no dependa de sus Las condiciones específicas de medición en la fisica relativista de
objetos. El sujeto no alucina las características de los objetos: compar- Einstein y el principio de incertidumbre de Heisenberg confrontan
te códigos y sentidos y los confronta en su relación con ellos. El arte, al sujeto no sólo con los límites de la objetualidad pura sino con los
como forma de comunicación, pretende materializar la enunciación de la objetividad de la ciencia, pues es siempre y sólo el ser humano
de una forma tal que incida en la sensibilidad del intérprete. el que observa, construye, explica, predice, apunta, se posiciona y
Al sujeto abierto al mundo y alerta a sus oscilaciones, como lo des- enfoca. El científico refina sus instrumentos para lograr la mayor
cribe John Dewey, al lugar desde donde se abre a la vida para nutrirse afinidad descriptiva y explicativa con el objeto que construye de
o se cierra para protegerse, es al que denomino "sujeto estético". El acuerdo con sus percepciones, pero son sus instrumentos teóricos y
sujeto del que se ocupa la estética es sensible al arte y a lo bello, como técnicos más finos los que producen objetos más definidos, referen-
lo ha entendido la estética tradicional, pero también lo es a la ciencia cias más diferenciadas, percepciones más agudas.
y a la justicia, a lo razonable y a lo digno. Está igualmente expuesto La inescapable presencia del sujeto es más patente aún en la
a lo mezquino y a lo grandioso, a lo grotesco y lo elegante, a lo vulgar investigación estética que en las ciencias duras. Sin embargo, todavía
y lo fino, a lo sublime y a lo banal. Puede ejercer incluso una persisten intentos de probar la objetualidad de lo estético y su
valoración estética ante la dimensión ética o cognoscitiva al apreciar objetividad al margen del sujeto, como si residiera en ciertas cuali-
un concepto bien elaborado o un acto noble o sus contrarios. dades o aspectos del objeto que la teoría tendría que inventariar.4
En realidad, cuando tal estética realista o positivista cree estar
examinando la objetividad del objeto estético, lo que en realidad
describe es el consenso sobre su percepción y valoración artística
OBJETIVIDAD, OBJETUALIDAD Y OBJETIVACIÓN
entre diversos sujetos de un minúsculo grupo de convenciones com-
partidas. Estando el sujeto socialmente constituido, la objetividad
Simple y llanamente, voy a entender por objetividad a la intersub- radica menos en lo objetual del objeto que en las condiciones de
jetividad, por objetualidad a la cosicidad del objeto y por objetivación percepción que comparten los sujetos, en su co-subjetividad, misma
a los procesos a través de los cuales el sujeto se manifiesta, se comu- que se manifiesta en expectativas e interpretaciones de lo percibido
nica y se vincula con los demás. Así es posible hablar de objetivaciones comunes a todos. A eso se refirió Fish ( 1980) con el término de
"comunidades interpretativas".
El sujeto se constituye desde el espesor de lo social, como también
3En Las estrategias fataks Baudrillard ( 1984) propone la "actividad del objeto" como desde su configuración corporal o biológica particular y de especie,
acicate al lector, pero no hay que olvidar que finalmente no es el objeto el que seduce
sino el sujeto detrás del objeto, o el diseñador y el publicista, quienes intentan sedu-
4
cir al consumidor y es éste, en primera instancia, quien accede o no a dejarse seducir. Véase Sibley, "Aesthetic Concepts", en Margolis, 1987: 29-52 y Crowther, "Aesthetic
Los objetos son sólo los mediadores en este proceso, no los agentes. Aspects", 1987.

1
LA ESTESIS CATEGORÍAS ELEMENTALES PARA EL ANÁLISIS ESTÉTICO 75
74
y ambas crean el efecto de objetividad de tales percepciones. Lo obje- En conclusión, para distinguir entre objeto, objetividad, objetiva-
tivo no está, pues, en los objetos sino en los sujetos en tanto sujetos ción y objetualidad en función de la estética, valga en primera
sociales y sujetos corporales, biológicos y por ende social y morfo- instancia señalar que sólo puede hablarse de objeto estético con
lógicamente determinados. En suma, se puede hablar de objetividad relación al sujeto estético que es quien lo constituye en tanto estético.
en la estética sólo en tanto inter-subjetividad o ca-subjetividad. Lo La objetividad, por otra parte, no tiene que ver con el objeto sino
objetivo del sujeto depende siempre de su corpo-realidad. con el sujeto, pues lo objetivo no es otra cosa que lo Ínter o co-
Concibo al sujeto como un proceso dinámico e interactivo de obje- subjetivo y las condiciones sociales de la subjetividad. La objetivación
tivación/ subjetivación o sístole/ diástole integral desde condiciones es el proceso complementario al de subjetivación: mientras en la
biológicas y sociales, es decir, desde biomas y culturomas (Mandoki, objetivación el sujeto se manifiesta, produce y transforma la realidad
2003). El sujeto establece "estrategias interpretatiyas" (Fish, 1980) u social, en la subjetivación es la realidad social la que produce,
"horizontes de expectativas" (Jauss, 1978) o Umwelt (von Uexküll, constituye y transforma al sujeto. Finalmente, la objetualidad, a
1982) ·desde su espesor bio-socio-histórico como sujeto. Dado que ese diferencia de la objetividad, sí tiene que ver con el objeto, pero no
espesor no le pertenece sólo a él, sino que es colectivo en buena es objetiva, ya que se refiere a la cosa-en-sí, a su cosicidad. No es
medida, tanto "sus" horizontes como "sus" estrategias son "nuestras" objetiva porque no pasa a través del sujeto y por lo tanto no podemos
o ''vuestras". Al coincidir en una lectura o una percepción, creemos conocerla. Podemos referirnos a ella como el lenguaje se refiere al
compartir el mismo texto u objeto, cuando lo que estamos compar- referente extralingüístico y el sujeto de la razón pura al nóumena kan-
tiendo es un a priori bio-cultural, una estrategia de interpretación tiano. La objetualidad es el afuera del conocimiento, de la percepción
ca-subjetiva de la carpo-realidad. Creemos compartir objetos fijos y del sujeto aunque los limita, se les resiste, y se les impone como un
cuando lo que nos es común es nuestra manera de ser sujetos. territorio absolutamente cerrado al conocimiento: el de la cosicidad.
Consecuentemente, por objetividad estética entiendo las condiciones Con un amor tragico y apasionado, un amor jamás correspondido,
en las que el sujeto estético es constituido como tal, esto es, las el conocimiento persigue a la objetualidad, eternamente evasiva,
matrices de subjetividad y los a priori de la estética. dispuesto a sacrificar su honor por cualquier guiño, por la menor
Las disquisiciones sobre la verdad del arte, los aspectos estéticos, insinuación a través de la cual supone posicionarse para la penetra-
las cualidades de la obra artística, la concretización de valores o de ción, al fin, de todos sus secretos y presenciar su auténtica revelación.
sentimientos en la obra, la forma de la obra, lo bello, etc. presuponen Se engaña.
esa creencia en la objetualidad del objeto estético. 5 Desde ahí se
asume que la función de la teoría consiste en detectar los aspectos CUADRO l. OBJET(IVIDAD, UALIDAD, IVACIÓN)
estéticos de la obra como si preexistieran a la percepción (si los
Objetividad Intersubjetividad
aspectos materiales efectivamente preexisten a la percepción, no así
los estéticos que son, por definición, perceptos). Surgen así los
Objetualidad Cosicidad
fetiches de la estética de atribuirle al objeto aptitudes estéticas o
sensibles, es decir, al convertirlo en una especie de seudos~jeto. Objetivación Proceso de exteriorización del sujeto
5 El miedo al relativismo en la estética ha sido determinante en esta versión domi-
Subjetivación Proceso de interiorización del sujeto
nante de la objetualidad del objeto estético. Dickie ( 1988), Beardsley ( 1987), Stolnitz 1

(1992), Dufrenne (1973), Mitias (1982), son algunos de los innumerables ejemplos
en esta tendencia en la que se habla de la estética en términos del objeto estético.
Dado que se define lo subjetivo tradicionalmente como inmaculada interioridad
personal y lo objetivo como cosicidad exterior, ambos se vuelven incompatibles. Si en
cambio vemos lo social entretejido en lo subjetivo y lo personal en lo objetivo, el
problema desaparece.
LA ESTESIS CATEGORÍAS ELEMENTALES PARA EL ANÁLISIS ESTÉTICO
77
SUBJETIVIDAD, INDIVIDUALIDAD, IDENTIDAD Y ROL la interacción cotidiana "cara a cara". En esta actividad de construc-
ción de la identidad entran en juego los actos de enunciación estética
Ya embarcados en la tarea de establecer distinciones metodológicas, que instauran las redes de relaciones que serán pertinentes para el
no podemos dejar de examinar el otro polo del objectus ( eyectado al estudio de la Prosaica. La producción de la identidad es no sólo una activi-
frente) arriba analizado. Me refiero a las fases del subjectus (eyectado dad semiótica para significar y simbolizar quiénes somos, sino propiamente
debajo). En este punto cabe distinguir cuatro conceptos profundamen- estética al implicar un quehacer y una intencionalidad apuntadas hacia su
te imbrícados: el de subjetividad, individualidad, identidad y rol. La valoración y apreciación por los otros. Como lo señalan Berger y Luckmann
subjetividad es el lugar de abertura o exposición al mundo y condición (1986: 217) "la identidad es un fenómeno que surge de la dialéctica
de posibilidad de las tres fases en que se manifiesta: individualidad, entre el individuo y la sociedad" y no un acto aislado o preestablecido.
identidad y rol. Es lo que distingue a un ser viviente de uno inerte en La identidad se construye por actos de enunciación e interpretación
cualquier orden de la naturaleza. En la subjetividad radica la estesis. que son performativos al trascender de la palabra al acto para ser
Voy a entender por individualidad a la condición corporal, visceral valorada y apreciada positiva o negativamente por los otros.
del sl.tjeto, a su singularidad. La individualidad es nuestro sustrato La subjetividad es la condición de posibilidad de la identidad (sin
biológico que nos pertenece desde el nacimiento, en el proceso de sujeto no hay sustrato para la identidad) como la individualidad lo
sustentarnos en la vida como criaturas, hasta perderlo en la muerte. es de la subjetividad (sin vida no hay sujeto). La subjetividad brota
De la individualidad emerge el temperamento y el carácter, la pulsión de la individualidad en el mero acto de nacer que se objetiva en
de vida, el ímpetu y el brío. identidades. Las condiciones colectivas de la identidad son las ma-
La identidad, en cambio, es social y depende de los otros para su trices o instituciones que establecen las reglas de su estructuración y
consolidación, aunque es construida y proyectada por el sujeto e manifestación. Pero la función de la subjetividad no se limita a ser
incluso lo trasciende más allá de su muerte. La identidad se nos sustrato de la identidad sino que es el punto de integración de
otorga, ya que es siempre el producto de la presentación de la persona realidades internas y externas, privadas y públicas, personales y
ante los demás que constituimos por estrategias que dependen de sociales y sobre todo, presentes, pasadas y futuras permitiéndonos
matrices sociales. Las identidades se constituyen por la pertenencia reconocernos como uno mismo a lo largo del tiempo y a través de
a una familia, a una etnia, profesión, nación, religión e incluso por el los distintos espacios sociales o matrices. La subjetividad es al mismo
mantenimiento o destrucción de una reputación personal y por las tiempo co-subjetividad entre varios sujetos e ínter-identidad en el
obras que uno realiza a lo largo de la vida. Pueden ser personales o sujeto. La inestabilidad resultante de la multiplicidad de identidades
colectivas y son indispensables para la supervivericia social, como el en distintos contextos es controlada y equilibrada por la subjetividad.
caparazón del caracol para su supervivencia biológica. La identidad Al ser sumamente dinámica en su continuo comercio con la realidad
se inicia justamente en lo que Lacan denominó como "fase del espe- social, la subjetividad amarra las diversas identidades y mantiene la
jo", momento en que el sujeto se percibe ya no desde el interior en memoria y la continuidad indispensable en las distintas presentacio-
su individualidad biológica y sus apetencias, sino desde el exterior nes de sí según los diferentes contextos de enunciación.
en el modo en que es visto por el otro. Ante el espejo, el sujeto se A través de procesos de objetivación y subjetivación, corno sístole
ve a sí mismo como otro, como objeto, cigoto de la identidad que y diástole, la subjetividad se mantiene viva y en continuo movimiento.
depende de la objetivación. Por la objetivación constituye identidades propias y por subjetivación
El hecho de que la identidad sea otorgada no quiere decir que aprecia o valida identidades ajenas a la vez que refuerza, crea y recrea
permanezcamos pasivos ante su generación y disposición. Todo lo su propia subjetividad. De ahí que no exista, al contrario de lo que
contrario: se somete a procesos continuos de construcción y de nego- podría suponerse, una simetría entre identidad y subjetividad porque
ciación donde la persona ejerce estrategias para establecer credibili- mientras ésta es heterogénea, única en su arraigo en la indi~dualidad
dad y personalidad con mayor o menor éxito, como lo ha señalado y relativamente estable, la identidad en cambio es efímera, múltiple
Goffman ([1959] 1981) respecto a la presentación de la persona en al variar según el contexto y homogénea consigo misma. De la
LA ESTESIS CATEGORÍAS ELEMENTALES PARA EL ANÁLISIS ESTÉTICO 79
homogeneidad depende la consistencia y credibilidad de la identi- Sartre se refiere a la identidad al ser activa, lúdica y persuasiva.·En
dad, al contrario de la subjetividad que de ser homogénea limitaría ciertas situaciones pueden intercalarse la identidad con el rol e
seriamente las posibilidades de sobrevivencia del sujeto al rigidizar el incluso subvertir el rol con la identidad. Por ejemplo, en vez de
rango de acción y reacción ante circunstancias cambiantes. Precisa- resignarse al rol de paciente -delegando pasivamente al médico
mente la rigidización de la subjetividad entraña estados patológicos todo el peso de la decisión sobre una intervención quir_úrgica con
de los que se ocupa la psicología (como los obsesivos compulsivos), los riesgos de anonimato y deshumanización que implica- una
particularmente cuando una identidad llega a usurpar el lugar de la persona puede-optar por constituir una identidad personal ante un
subjetividad en su conjunto. El caso del síndrome de personalidad médico formulando preguntas sobre el diagnóstico, estableciendo
múltiple suele ser tan doloroso porque la diversidad de identidades una actitud inquisitiva sobre el tratamiento y ponderando la cre-
llegan hasta a fragmentar y despedazar a la subjetividad, por lo que dibilidad del médico y así virar la interacción de rol de paciente hacia
el individuo carece del ancla imprescindible para darle sentido el de identidad de persona alerta que lo interpela y lo compromete
unitario a sus experiencias como ocurriéndole a él o ella. directamente.
Desde la concepción del interaccionismo simbólico planteado por Se ha supuesto que los procesos de la subjetividad incumben a la
Goffman, cabe examinar un término mencionado repetidamente por psicología más que a la estética, pues los tres rangos de la subjetividad
el autor y emparentado a los anteriores, y que con frecuencia se aquí planteados, la individualidad, identidad y. rol, casi corres-
confunde con identidad: el rol. Mientras la identidad es personal y ponderían, y muy g10sso modo, al ello, yo y superyó del psicoanálisis
específica, el rol es anónimo y general; la identidad se construye freudiano. Sin embargo, la psicología generalmente incide en casos
mientras el rol se asume; en la identidad el sujeto es activo, mientras de perturbación entre estos rangos, mientras que a la estética le
en el rol es relativamente pasivo. Por identidades vamos a entender a interesa averiguar no casos límite o patológicos sino la genealogía
las familiares, religiosas, escolares, nacionales, profesionales, etc., en del sujeto con relación a la sensibilidad. Tanto las pulsiones de la
cuanto a que son construidas personal y colectivamente e involucran individualidad y las estrategias de constitución de identidad en la
una intencionalidad, mientras que por roles entiendo condiciones objetivación, como el acatamiento del rol, comprometen procesos de
circunstanciales como la de ser pasajero en un vehículo, cliente en índole estética ya que requieren mecanismos de valoración para
un supermercado, cuentahabiente en un banco, parroquiano en un realizarse. La estética permite explicar por qué y cómo se valoran y
restaurante, usuario de un servicio. · se despliegan sensiblemente ciertas prácticas, imágenes o discursos
Jean-Paul Sartre describe cómo'el mozo de café juega y se presenta ·. que culminan en identidades grupales o personales.
como i:nozo de café: Si la estética no es el único campo de estudio enfocado al sujeto,
se distingue por los procesos que recluta. Las identidades nunca
Pero ¿a qué juega? No es necesario observarlo mucho tiempo para darse podrían constituirse como tales a no ser por los mecanismos que
cuenta: juega a ser mozo de café. No hay nada allí que pueda sorprendernos: generan la adherencia de los otros. Por lo mismo, la subjetividad no
el juego es una suerte de descubrimiento y de investigación. El niño juega trascendería el estado de solipsismo de la individualidad a no ser por
con su cuerpo para explorarlo, para establecer su inventario. El mozo de la forma en que construye y presenta identidades por objetivación a
café juega con su condición para realizarla. Esta obligación no difiere de la
los otros y el modo en que es interpelada a la subjetivación de iden-
que se impone a todos los comerciantes; toda su condición es de ceremonia,
el público reclama de ellos que la realicen como una ceremonia. Existe la tidades de los otros para ser reconocidas, valoradas y compartidas.
danza del almacenero, del modisto, del rematador a través de la cual ellos En el siguiente cuandro podemos ver la diferencia entre estas tres
se esfuerzan por persuadir a su clientela que no son nada más que un fases y cómo se vinculan a la subjetividad:
almacenero, un rematador, un modisto. 6

6 Jean-Paul Sartre en L'Étre et le Néant, Gallimard, p. 99, citado por Joseph (1999:

58-59).
80 LA ESTESIS

CUADRO 2. FASES DE LA SUBJETIVIDAD 7. CONDICIONES DE POSIBILIDAD DE LA ESTESIS

Suldetividad Ca-subjetiva Nodo de las tres fases

Individualidad In trapersonal Singularidad, unicidad

Identidad Interpersonal Objetivación de subjetividad


Si el conocimiento es un efecto de la capacidad de conocer del ser
Rol Impersonal Anónimo y circunstancial humano, la estesis es un efecto de su condición sensible. Como en
Kant, habría que preguntarse por las condiciones de posibilidad de
la sensibilidad humana, empresa tan compleja como necesaria, y de la
Estos tres despliegues de la subjetividad los podemos constatar que aquí sólo propondré sus elementos básicos. Más que preguntar-
cada vez que nos encontremos en situaciones en que se superpongan se qué es lo bello o el arte o cómo definir la experiencia estética y
niveles distintos. Es común, por ejemplo, el conflicto de lidiar distinguirla de otras experiencias, la cuestión está en ubicar cómo se
simultáneamente con el traslape entre nuestra identidad como manifiesta la sensibilidad humana.
padres y como hijos cuando nuestra autoridad en un caso se ve Para Kant en la "Estética trascendental" de su primera Critica, el
contrapuesta a nuestra transigencia en el otro. La contradicción entre modo de relación inmediata que tenemos con los objetos es la
nuestro rol al estar esperando en una fila para algún trámite buro- intuición. Para que la intuición de los objetos sea posible, se requie-
crático y la imperiosa necesidad de subvertir el anonimato y protestar ren las dos formas puras o a priori de la subjetividad que son a] el
esgrimiendo una identidad, se interpreta como una transgresión que espacio como sentido externo y el tiempo como sentido interno. Los
frecuentemente se castiga con la mirada reprobatoria de quienes se a priori de la intuición son la condición necesaria, pero no suficiente,
atienen resentidos a sus roles sin protestar. También ocurre la para la estesis. Se requiere además b] la sensación de resistencia e
subversión de la individualidad por la identidad cuando el sujeto impacto de la materia cuyo a priori es la condición corporal del sujeto
llega al límite de perder el ímpetu por vivir, como tantas mujeres y sus sentidos de vista, olfato, oído, gusto y tacto, y e] el contexto cuyo
atrapadas en una identidad de esposa tan sofocante que contemplan a priori está constituido por códigos y convenciones culturales _de
la posibilidad de embestir su individualidad por el suicidio (situación percepción formal y ·significación trátese de bioma, umwelt o cul-
ilustrada bellamente en la película Las horas). Se desprende de lo turoma (y aun cuando la cultura se aprende -y por tanto sus
anterior que la subjetividad no es tan unitaria y prístina como se ha contenidos pueden ser considerados a posteriori-- la cultura en sí
supuesto, y que la búsqueda por la autenticidad profunda, la esencia misma es a priori ya que no hay comunidad humana carente de cultu-
última del individuo, es una empresa quimérica. ra). Por último, es necesaria d] la viveza del sujeto cuyo a priori es la
energía afectiva y vital desde la cual valora aspectos del mundo en
que está inmerso.
El disfrute de la música, independientemente de si al género se le
califique de arte culto o no, presupone la intuición del tiempo en
que se suceden los sonidos, del espacio en que vibran, del cuerpo
capaz de percibirlos, de la cultura desde la que adquieren significa-
ción y sentido y de la energía afectiva capaz de responder a ellos. En
contraste, la situación de anestesia es precisamente la eliminación de
la intuición del espacio y el tiempo, de la sensación del cuerpo y del
· dolor físico, de la percepción de formas y de la emoción.
LA ESTESIS CONDICIONES DE POSIBILIDAD DE LA ESTESIS

De las cuatro condiciones de posibilidad de los fenómenos estéti- cial y no una abstracción teórica, se trata de un espacio topológico o
cos, Dewey se ocupa sobre todo de las dos últimas. El autor nos corporal en oposición al espacio euclidiano o abstracto y mental
describe cómo la larga línea de ancestralidad animal permanece en como los distingue Saint-Martin (1992: 90-91). El espacio-tiempo como
el ser humano y condiciona su experiencia y su interacción cqn el origen del aquí y ahora se extiende más allá del cuerpo y el presente
medio ambiente. Desde ahí surge la experiencia de la armonía como y se proyecta al ayer y mañana y a las presencias o ausenci~s cercanas,
solución del conflicto, el sentido del orden y del equilibrio, el ritmo, lejanas y remotas.
la forma y la consumación, la unidad y la intensidad. "En un mundo La categoría del espacio-tiempo no es concebida aquí como
como el nuestro, cada criatura viva que adquiere sensibilidad le da categoría ontológica sino fenomenológica, es decir, como condición
la bienvenida al orden con una respuesta de sentimiento armónico de posibilidad de la experiencia (Berger y Luckmann, 1986: 39-46).
dondequiera que encuentre un orden congruente en éste" (Dewey Sin ella, no sólo no hay posibilidad de concebir la vida cotidiana
[1934] 1980: 15). como un universo ordenado, sino que ni siquiera puede concebírsela.
A partir del espacio-tiempo que se comparte con los otros se posibilita
la co-subjetividad.
Hay dos situaciones donde la experiencia estética es imposible, nos
ESPACIO-TIEMPO dice Dewey. La primera es en un mundo absolutamente estático y la
otra en un mundo absolutamente caótico, carente de todo orden,
Aunque la intuición espacio-temporal es obvia como condición para ritmo o forma. En un caso se perdería la intuición del tiempo y en la
la estesis, es necesario mencionarla debido a que en la teoría estética otra la del espacio ante una explosión simultánea de sensaciones
se pasa por alto a pesar de que sin ella la percepción sería imposible. inmediatas y amorfas al carecer de perspectiva para distinguirlas. Toda
Percibimos al espacio-tiempo desde los órganos sensoriales, el cere- mirada estética al mundo se configura desde una ubicación espacio-
bro, el cerebelo, los ganglios basales y el hipocampo que se ocupan temporal; es una mirada cronotópica, como diría Bajtín.
de la sucesión del movimiento, el tiempo y la memoria. Incluso la El espacio-tiempo aquí considerado no es el mismo que el calcula-
percepción visual está orgánicamente segmentada en distintas áreas do en disciplinas como la física o la astronomía, pues tratamos con
del cerebro que permiten distinguir forma, profundidad, volumen, categorías no sólo eminentemente sociales y concretas, sino también
color (Edelman, 1992: 105). subjetivas. El tiempo es así un ritmo a la vez circadiano o biológico
Aunque parto del concepto de a priori de la intuición del espacio y social como fondo de actividades cotidianas o patrones de regula-
y del tiempo desde Kant, es importante destacar que, a diferencia del ridad temporal con los cuales le otorgamos un sentido de orden a la
filósofo del siglo xvm, hoy tenemos que reconocer que la intuición vida (Zerubavel, 1985, cap. 1). Asimismo la percepción y regulación
y percepción del espacio y el tiempo están condicionadas social e del tiempo están codificadas culturalmente, como en lo que Hall
históricamente. No son actividades puramente mentales ni están ( 1988; 1983) denominó culturas policrónicas y monocrónicas.
conformadas en su totalidad desde el nacimiento como se implica en Lakoff y Johnson (1980: 42-43) observan que la idea occidental del
la visión kantiana, sino que dependen del cuerpo y de la cultura y se espacio está basada en la metáfora del receptáculo o contenedor y la
van desarrollando a u-avés de la filogénesis tanto como de la ontogé- del tiempo como un objeto móvil. Esto explica por qué utilizamos fra-
nesis, es decir, en tanto especie e individuo. A pesar de su transfor- ses como ''vendrá el tiempo cuando ... ", "ha pasado mucho tiempo ... ",
mación, no por ello dejan de ser a priori pues podrá cambiar su "ha llegado el momento de actuar... ", "el tiempo vuela", etc. Podemos
configuración pero no su irrevocabilidad en toda percepción. agregar la visión del tiempo como línea, algo así como un vehículo en
El espacio constituyé el "aquí" de mi cuerpo y es constituido por una carretera o un u·en para quien espera en la estadón. Hay otra
éste, como el tiempo constituye y es constituido por el "ahora" de mi visión del tiempo subyacente en la cultura occidental, "time is money",
conciencia al momento de la percepción o sensación. Al ser experien- implicando que la vida es una máquina de producción de capital.
LA ESTESIS CONDICIONES DE POSIBILIDAD DE LA ESTESIS

El espacio es igualmente corporal, relacionado a nuestra percep- y capacidades motrices y mentales, por no decir su longevidad, sus
ción del mundo más que un concepto abstracto. El espacio subjetivo necesidades de territorialidad, la especialización de ciertos sentidos y
puede resultar así infinitamente grande, por ejemplo, cuando la la atrofia parcial de otros.
madre se vuelve inaccesible al crío a pesar de estar en la misma. ha- Desde aquí podría deducirse que, si aceptamos la especificidad del
bitación, o infinitamente pequeño cuando el crío se siente sofocado cuerpo como condición de posibilidad de la estesis, esto ~os llevaría,
por la sobreprotección de la madre. por extensión, a la posibilidad de plantear una estética propiamente
Quepa por último señalar que la intuición espacio-temporal ha femenina y una masculina, una desde lo obeso y desde lo enjuto, de lo
sido transformada radicalmente en el siglo xx por la aerodinámica heterosexual a lo homosexual, de la escasez a la abundancia de
y las revoluciones científicas y tecnológicas como la nanotecnología y riqueza, de lo templado a lo tropical, de lo atlético a lo tullido, de lo
la astronomía contrayendo nuestra vivencia del tiempo en una acele- lujurioso a lo puritano. Efectivamente, tendremos que asumir el
ración creciente y expandiendo de manera impresionante las escalas hecho de que la diversidad de los cuerpos y de sus prácticas condi-
de nuestra concepción del espacio. ciona una diversidad de estéticas. Hay modos distintos de percibir la
realidad dependiendo de las diversas maneras de vivir el cuerpo.
Insisto: la realidad es carpo-realidad pues el cuerpo precede y
constituye todo sentido y toda estesis.
EL CUERPO Y SUS SENTIDOS

Con la frase "la estética nace como un discurso del cuerpo" Eagleton
(1990: 13) inicia su recorrido conceptual sobre la ideología estética. VIVEZA EMOTIVA

Efectivamente, sin el cuerpo no hay estesis, hecho que Kant trató de


evadir pero que se le aparecía obcecadamente una y otra vez en su El concepto de energía como vitalidad emotiva está emparentado a
Tercera Crítica. Para Dewey, en cambio, en su posición radicalmente grandes rasgos con el "alma" en Platón, "entelequia" en Aristóteles,
antikantiana, el cuerpo está siempre en el origen de la estesis. E! archeus en Paracelso, "voluntad de vivir" en Schopenhauer, élan vital
"sentido" (sense) nos dice Dewey ([1934] 1980: 22), cubre una gama en Bergson y "autopoiesis" en Varela y Maturana (1992). Aunque el
amplia de contenidos: lo sensorial, lo sensacional, lo sensitivo, lo concepto de energía en las ciencias humanas es todavía problemático
sensible, -lo sentimental, junto con lo sensual: El sentido es, pues, en y se utiliza a veces como sinónimo de fuerza (fuerza de trabajo en
todos sus significados, la materia prima de la subjetividad y ocurre economía), de poder, libido, pulsión, voluntad, ímpetu y hasta fuerza
tanto en los órganos del cuerpo así llamados, como en el sentido ilocutiva, este concepto es imprescindible para el análisis del fenó-
mental o significado. El sentido de las cosas es su significado emotivo, meno estético pues donde no hay energía no hay estesis. Dewey le
vital, relacional, sensorial para el sujeto. Tiene que ver con el senti- dedica un capítulo entero titulado "La organización de energías"
miento y la sensatez, indispensables para la sobrevivencia. desde el enfoque biológico (Dewey [1934] 1980, cap. vm) ya que la
El ser humano, como lo señalan Berger y Luckmann ( 1986: 71), vitalidad puede ser vegetal, animal y biológica en general, y nuestro
no sólo es cuerpo sino que tiene un cuerpo que utiliza. El cuerpo cuerpo es humano con huellas de etapas anteriores (como en el
humano define los sentidos como sentidos humanos y por lo tanto, sistema límbico). Por vitalidad emotiva hay que entender la pulsión
su carácter social e histórico. El cuerpo es un producto biológico que, o ímpetu que anima y guía al sujeto, conscientemente o no. En
como lo señaló Marx, ha sufrido transformaciones por las diversas términos de Dewey ( [1934] 1980: 177):
prácticas, contextos y, cómo lo ha reiterado Foucault, instituciones y
En el objeto estético, el objeto opera... para aman-ar energías que han estado
disciplinas. Han variado sus dimensiones y proporciones, su resisten-
ocupadas separadamente en tratar con muchas cosas distintas en diferentes
cia a las enfermedades, el rango y distinción de sus sentidos, su color ocasiones, y para darles una organización rítmica particular que hemos
86 LA ESTESIS CONDICIONES DE POSIBILIDAD DE LA ESTESIS
87
llamado ... clarificación, intensificación, concentración. Energías que per- vez más compleja de la. realidad. Desde convenciones como el len~
manecen en un estado potencial con respecto unas de otras... se evocan y guaje, el uso de los espacios y del cuerpo, así como de los ritmos
refuerzan unas a otras directamente con el propósito de la experiencia que
resulta. ,
temporales de actividades a través de rituales sagrados y profanos, el
individuo ingresa a la realidad que hereda de sus antepasados como
ingresa a la naturaleza, con la sensación de que fue daqa desde el
Como simple energía, la vitalidad del ser humano se funde con la
principio de los tiempos. Berger y Luckmann ilustran la génesis de
del protozoario, el animal o la planta, pues todos participamos en el
las convenciones culturales a través de mecanismos como la tipi-
proceso global de circulación e intercambio de energías.
ficación, la objetivación, la sedimentación, la internalización, la
identificación y la legitimación hasta momentos críticos como la per-
mutación de un sistema de convenciones a otro que denominan
CONVENCIONES CULTURALES
"alternancia". Por ello, no abundaré más en este terna y remitiré al
lector a este trabajo.
Las convenciones culturales son artificios materiales y mentales cuyo Recapitulando, la condición de ser humano, que es una condición
uso le proporciona al ser humano la estabilidad necesaria para biológico-social, está en el origen de los a priori espacio-temporal,
sobrevivir socialmente. Como la criatura inestable y mortal que es,, corporal, vital y cultural que se vuelcan unos en los otros atravesando
y constituyendo la subjetividad.
depende de la cultura y de sus convenciones para albergarse y
convivir; para ello labora y trabaja (Arendt, 1998: 136). Combinacio-
nes de distintos contextos geográficos, históricos y sociales pueden
dar cuenta de la diversidad cultural. La cultura modifica los a priori
del cuerpo y del espacio-tiempo a la vez que es perpetuamente
modificada por ellos. No por su transformación e historicidad, la
cultura deja de ser a priori, pues no hay grupo humano, por remoto
o cercano, antiguo o moderno que sea que no haya constituido una
cultura, desde las más primitivas hordas nómadas de cazadores y
recolectores hasta las masas contemporánea~ que se aglomeran en
playas y estadios deportivos. La evidencia está en la pintura rupestre
del paleolítico y en los testimonios de los antropólogos e incluso de
los estudios de grupos de primates y otros mamíferos, pues en
todos los casos se establecen ciertos acuerdos para la conviven.da. En
este sentido, si la cultura no es exclusiva de la especie humana, sin
duda le es inherente como lo ilustra el famoso relato de Robinson
Crusoe. Todo grupo humano necesariamente genera un culturoma,
como cuerpo orgánico colectivo, del bioma en que habita y del que
no se escapa absolutamente ninguna actividad, sea pecuniaria o
política, estésica o semiósica, material o mental.
A través de procesos- de habituación, las convenciones culturales
--.proporcionan el indispensable orden, dirección y estabilidad para la
convivencia (Berger y Luckmann, 1986: 74). Esta habituación se va
institucionalizando paulatinamente en una versión compartida cada
FENOMENOLOGÍA DE LA CONDICIÓN DE ESTESIS 89

8. FENOMENOLOGÍA DE 1A CONDICIÓN DE ESTESIS: Todo lo contrario: si entendemos a lo estético como teoría de la


PRENDAMIENTO. Y PRENDIMIENTO sensibilidad en su acepción etimológica y desde Baumgarten como
scientia cognitionis sensitivae, nada hay quizá más común, indispensable
y cotidiano que lo estético. "La sensibilidad es gozo" nos dice Levinas
y agrega: "La sensibilidad no es un conocimiento teóricp inferior
ligado íntimamente en alguna forma con estados afectivos: en su
misma gnosis, la sensibilidad es goce; está satisfecha con lo dado, está
En el capítulo 3 me referí a un mito que ha generado bastante contenta" (Levinas, 1998: 136). De ahí habría que partir para com-
polémica en el campo de la teoría estética: el noveno mito de la prender a la estesis etimológicamente como percepción y fenomeno-
experiencia estética. A ésta habremos de referirnos en esta sección lógicamente como gozo.
para examinar con mayor cuidado qué podríamos rescatar de este Al nacer somos pura sensibilidad. El primer impulso que tenemos
problema. Entre los términos utilizados para designar lo estético desde el nacimiento se relaciona con lo estético. Me refiero al acto
desde una perspectiva subjetiva, han predominado en la actualidad de apetencia del infante por el pecho de la madre y su ferviente
la noción de actitud (Stolnitz), experiencia (Dewey, Beardsley), adherencia a éste, lo que las madres llaman "prendamiento" al pezón.
empatía (Lipps), involucramiento (Berleant), posición (Ramos), En este caso concurren tanto la percepción primordial como el gozo
postura (Mukarovsky), etc. Lo que los une es que presuponen en primordial: ahí se forma el cigoto de la semiosis y la estesis que se
todos los casos la noción de "contemplación estética", proyección desarrollará en el individuo a lo largo de su vida. En esta experiencia
metafórica más o menos consciente de una situación religiosa excep- originaria de todo ser humano en tanto mamífero se arraigaría su
cional, más bien mística, sobre la teoría estética. disposición y su susceptibilidad estética futura.
El predominio de esta noción de "contemplación" es en parte Por ello, para comprender la estética más allá del restringido
atribuible a la descalificación de la esfera cotidiana por la teoría ámbito de ~o bello y el arte, propongo como estrategia cognitiva la
estética, pues la objeción que de inmediato surge ante la posibilidad proyección metafórica del término de prendamiento -derivado de
de un enfoque estético sobre la vida diaria es ¿cómo puede contem- la experiencia corporal del crío al prendarse del pezón de la madre-
plarse lo ordinario y habitual? La negación de Sánchez Vázquez como origen y modelo de la condición de estesis. Lo que hace posible
(1992) de incluir a lo trágico cotidiano en la estética se debe a esta el prendamiento es 'esa afinidad morfológica íntima entre el sujeto
concepción subyacente de lo estético como actitud contemplativa. y el objeto. Tal acoplamiento en forma y sustancia entre la concavidad
Es necesario superar el término de contemplación como exclusivo de la boca de un mamífero y la convexidad del pezón de la madre
y excluyente en la condición de estesis, pues entre los problemas permite la adherencia. Justamente, como veremos posteriormente, tal
provocados por éste están: a] el peso exagerado que se le otorga a adherencia es también el mecanismo que permitiría la integración
la visualidad en negligencia de los otros sentidos, b] el negar implíci- del individuo en el seno de la heterogeneidad social.
tamente que esté involucrado el cuerpo de manera integral, c] negar Para Kant ( C] § 8), el juicio de gusto exige la adherencia de los
tácitamente que la actividad intelectual también participe en la demás al confirmarlo, pero ésta es a su vez resultado de una adheren-
experiencia estética -indicada claramente por la fórmula kantiana cia formal y corporal del sujeto al objeto del juicio y de la conforma-
en la Crítica del juicio § 9 del "libre juego de la imaginación y el ción social del sujeto por el sensus communis en tanto sujeto co-
entendimiento"- y d] el ignorar la actividad propiamente enuncia- subjetivo. En el acto de prendamiento, el sujeto se acopla a la forma
tiva de la estética, haciéndola aparecer como puramente receptiva. de su objeto a través de los diversos registros de experiencia -visual,
Consecuentemente, por esta táctica teórica, buena parte de la acústico, corporal o verbal- y se adhiere a la reticulación semiósica
sociedad queda excluida de reconocer en su vida este tipo de que va generando a partir de tal objeto. Si la realidad intersubjetiva
experiencias. ¿Es realmente tan extraordinaria la condición estética? puede entenderse como una red semiósica que compartimos con los

[88]
90 LA ESTESIS FENOMENOLOGÍA DE LA CONDICIÓN DE ESTESIS
91
otros, la estética es esa textura cohesiva que nos permite adherirnos todos modos no dejan de intentar extender raíces para prendarse,
a ella, algo así como la viscosidad de las telarañas para que los insectos desesperadamente, así sea a las figuras brumosas de su fantasía. El
se peguen a ella. prendamiento se ejerce siempre sobre algo afectivamente signifi-
Este proceso de prendamiento se inicia desde el nacimiento en la cativo, valorado y cargado de sentido para el sujeto.
sensación -de hambre- donde se genera la percepción -del El prendamiento es un concepto alternativo también a)a noción
pecho, del paulatino reconocimiento de la madre por olor, tacto, de "contemplación" criticada por Dewey (1980), y que se ha mante-
imagen-. En este nivel de primeridad ontogenética, la sensibilidad nido en la teoría incluida toda la carga religiosa o espiritual que lleva
brota en el gozo del acto del prendamiento mismo que el crío expresa a cuestas asociándola erróneamente a un estado puramente mental.
tan elocuentemente por su ritmo de succionar, apretando el seno A diferencia del término de "involucramiento" de Berleant (1991) o
con sus manitas, hundiendo en él su rostro y moviendo la pierna o de "atención" de Dickie (1992) que pueden aplicarse a numerosas
el brazo por placer. En la medida en que se afina el prendamiento situaciones extraestéticas al grado de perder su pertinencia espe-
estésico se agudizan uno o varios sentidos simultáneamente: el oído cíficamente estética, el de "prendamiento" implica fascinación,
que se afina más que cualquier otro sentido al momento de pren- seducción, ímpetu, nutrición y apetencia, más afines al fenómeno
damos a la música, la vista al prendarnos a un paisaje o a un rostro que nos ocupa.
hermoso, el olfato ante un aroma delicioso, el gusto ante un sabor, Reconocer la propuesta de Weitz (1987; 1989), quien aboga por
el tacto ante una textura o la combinación de varios. Hay cierta una teoría estética de conceptos abiertos y flexibles, nos permite
oralidad en la condición de estesis al nutrimos del mundo. delinear al ámbito de lo estético como estudio de la abertura sensible
El prendamiento es un acto por el que extraemos vigor para vivir, del ser humano y del acto de prendamiento como su principio activo.
como la semilla que se prenda a la tierra generando raíces para absor- Se trata de una actividad y no de una actitud (a diferencia de la "acti-
ber sus nutrientes. Sin prendamiento no hay supervivencia posible al tud estética" de Stolnitz, 1992), que se extiende a lo largo de diversos
no haber arraigo en la realidad. De ahí que la noción kantiana de rangos desde el leve adormecimiento plácido en el seno de algo
"deleite desinteresado", tan socorrida en la teoría estética, sea negada reconfortante hasta la apetencia apasionada y la voracidad estésica.
por la experiencia concreta de la apetencia vehemente en la condi- Este concepto del prendamiento nos permite a su vez abarcar la
ción de estesis. esfera cotidiana, a diferencia del de "contemplación" restringido a lo
No sólo desde que nacemos, sino desde que despertamos cada bello y a lo sublime: Mientras el término de "contemplación" proyecta
mañana buscamos oportunidades de prendamiento: escuchar el metafóricamente una experiencia religiosa al plano de lo estético, el
canto de los pájaros al amanecer, sentir la frescura de una ducha, de "prendamiento" lo proyecta de una experiencia corporal común
oler el perfume del jabón, palpar la ropa limpia, saborear un café ... no sólo a todos los seres humanos sino a los mamíferos posibilitando
así vamos prendándonos a pequeños placeres cotidianos para ir una concepción bio-estética.
tejiendo nuestra existencia corno la abeja se prenda de flor en flor. La secularización y la corporalización que operamos en el término
Si nuestra apetencia estésica dependiera de las obras maestras del de prendamiento son imprescindibles para actualizar la conceptuali-
arte, difícilmente sobreviviríamos al elemental y a veces tan difícil zación de lo estético, aunque su factibilidad .tendrá que ser demostra-
acto de ponernos de pie cada mañana. da en aplicaciones subsecuentes. Aun una experiencia cruda, nos dice
Imaginemos por un momento qué sería de nuestra vida sin Dewey ([1934]1980: 11) "si es auténticamente una experiencia, es
oportunidad alguna de prendamiento, sin la posibilidad de vincular- más apta para darnos una pista sobre la naturaleza intrínseca de la
nos afectivamente a algo y disfrutarlo: un ser querido, un paisaje, un experiencia estética que un objeto ya establecido fuera de cualquier
animal, la música, una creencia religiosa, proyectos, sueños, etc. Este otro modo de experiencia". El prendamiento implica un ritmo, ése
- estado de des-prendamiento caracteriza a enfermos mentales quienes que Dewey enfatiza cuando afirma que "sólo cuando estos ritmos, aun
careciendo de posibilidad de arraigo a una realidad co-subjetiva, de cuando estén encarnados en un objeto externo corno la obra de arte,
LA ESTESIS· FENOMENOLOGÍA DE LA CONDICIÓN DE ESTESIS 93
92
se convierten en ritmo en la experiencia misma, son estéticos" lograr que éste se prendara a la realidad en un grado sobresaliente
([1934]1980: 162). No es casual tampoco que, en su origen, el para su condición de autismo. Dado que la situación de prendimiento
prendamiento del crío al pezón sea rítmico. Si la estesis radica, para por la desgracia no puede evadirse, queda sin embargo la posibilidad
Dewey, no en los objetos sino en la experiencia, mantengo que se de invertir su signo.
inicia en esa condición primigenia del prendamiento. Quienes llevan una vida fértil en estímulos nutrici9s, pueden
mantener la sensibilidad abierta. Quienes, por el contrario, están
continuamente expuestos a la violencia estética de la sordidez, la
miseria, la amenaza, la mezquindad humana es decir, viven en
PRENDIMIENTO situación de prendimiento continuo, se ven obligados a bloquear su
sensibilidad para no padecer. La mayoría silenciosa que viaja horas
En el polo opuesto del espectro de lo estético no está lo feo sino el todos los días al trabajo hacinada en los vagones del metro o en las
reverso de la actividad de prendamiento que es la pasividad del 1argas filas de auto vías, resignada a una soledad entre multitudes
prendimiento. En este caso el sujeto es prendido o capturado por su hacia una jornada de trabajo monótona o agresiva, está prendida
objeto en situaciones de intrusión estética -en tanto sufrir o suffering estéticamente por un medio hostil que la obliga a cerrarse para
de Dewey, en oposición a doing y undergoing o hacer y experimentar sobrevivir. Dado que el prendamiento es indispensable para vivir, los
del prendamiento-. En el prendamiento hay intencionalidad, pul- sujetos por el prendimiento suelen buscar una fuerte descarga de
sión hacia un objeto, el "libre juego de la imaginación y el en- estimulantes para desbloquear su sensibilidad. La escalada de violen-
tendimiento" kantiano, mient;as que en el prendimiento está el cia en espectáculos que tan vorazmente consumen las masas puede
envenenamiento estésico, la pérdida de esa capacidad de "libre juego" ser indicia! del grado de bloqueo de la sensibilidad que provoca la
y el embotamiento o lesión de la sensibilidad por la violencia estética. sociedad urbana contemporánea.
El prendimiento es lo otro de la disposición a la estesis, su contrario El prendamiento estésico es eros en sentido pleno de intencionali-
en tanto susceptibilidad y entumecimiento de los sentidos, igualmente dad o arraigo a la vida, ímpetu, como el prendimiento es tánatos. Hay
pertinente a la teoría estética en su acepción privativa. por lo tanto diversas formas de prendamiento, no sólo en la contem-
Así como el sujeto se establece, para Althusser, en dos sentidos, plación artística al prendarse a la belleza atribuida a un objeto, sino
como sujeto de y como sujeto por -sujeto de la subjetivación y sujeto en las artes de masas donde el espectador se prenda al espectáculo
por la interpelación-, el sujeto de la estesis se constituye igualmen- para evadir el prendimiento de la rutina.
te en sujeto del prendamiento y en sujeto por prendimiento. El prenda- El prendamiento puede ocurrir también entre las masas en tanto
miento es una abertura, un acto de amplitud, mientras que el masa a través de lo que Parret (1993) denomina "intercorporeidady
prendimiento es encierro y estrechez de la subjetividad en su impo- eufonía", como sucede entre fanáticos de una estrella del espec-
tencia, cuando la sensibilidad no es cautivada sino capturada. táculo, de un movimiento político o un equipo deportivo. 1 Ante la
Que el prendamiento no sea siempre la ruta más simple o inme- monumentalidad arquitectónica o urbana de la arquitectura fascista,
diata puede ilustrarse con el caso de madres o padres que tienen que por ejemplo, el prendamiento se produce por la fascinación ante la
enfrentar la responsabilidad de un hijo con graves problemas de salud enormidad de la escala, pero al mismo tiempo ocurre prendimiento
o alguna discapacidad. Aunque no todos lo logran, después de pasar por intimidación al sentirnos estremecidos y disminuidos por lomo-
por la etapa de shock, miedo, ira o lástima por sí mismos, inician una numental en relación con nuestro cuerpo, algo así como lo sublime
actividad vigorosa en que invierten el prendimiento a la situación de dinámico conceptualizado por Kant. Puede hablarse también del
desdicha por la de prendamiento a la criatura para sacarla adelante.
Recuerdo el caso de la madre de un niño autista que se prendó con 1
Aquí no es precisamente a las masas a lo que se refería Parret con este término.
tal vehemencia a su hijo que lo interpelaba constantemente hasta Me parece, sin embargo, que es así como mejor se expresa: entre las multitudes.
94 LA ESTESIS , FENOMENOLOGÍA DE LA CONDICIÓN DE ESTESIS
95
prendamiento a la familia·o la comunidad en tanto vínculo cargado lo debilita, lo obnubila y lo vulnera. La,condición de estesis en el
de sentido afectivo y vital enu·e sus miembros, y que en ocasiones prendamiento, lejos de ser desinteresada, se realiza para extraer
puede invertirse en el prendimiento por el rencor y la culpa. fuerza vital. Un sujeto puede prendarse a la música para sentirse
Valga mencionar el prendamiento religioso cuyo extremo es el energetizado, conmovido, maravillado o consolado, a una novela
éxtasis de los místicos y cuyo promedio es la devoción cotidiana del para enriquecerse con las situaciones que narra y con lé! forma en
feligrés. El prendamiento religioso es un proceso de constitución que son narradas: pero también a la religión para sentirse acogido
estética de la realidad de lo sagrado por mediación del ritual, las por el mundo que le ofrece, a la medicina para tener esperanza en
imágenes, los mitos, rezos y la articulación del mundo que la religión la cµración y activarla con su cuerpo o a la profesión para satisfacer
le ofrece como materia de adherencia o fe. Sobreviene asimismo el su vocación de servicio o nt:cesidad de reconocimiento. Lo que busca
prendimiento religioso en casos de fanatismo cuando el devoto deja es fuerza, no sólo placer.
de nutrirse de su fe para ser devorado por ella. El prendamiento Ciertamente no basta para resolver el problema un simple cambio
ocurre también ante el saber a través del aprendizaje y la investi- de nombre de "contemplación" por el de "prendamiento", pues
gación cuando el sujeto se aferra apasionadamente a una incógnita ambos son los términos a elucidar, no las respuestas, y una operación
hasta resolverla. En el asombro socrático, el filósofo se prenda a un puramente nominal o semántica no soluciona nada. Sin embargo, el
enigma con la misma apetencia que el infante al pezón. Por ello he concepto de prendamiento como proyección metafórica del hecho
insistido que la diferencia entre la actividad intelectual y la condición simple de aferrarse a la vida del crío, aporta una base fenomenológica
de estesis no amerita la compartimentalización efectuada por Kant, para demarcar los contornos del objeto de estudio de la estética.
ya que el acto de conocer se imbrica íntimamente con el prenda-
miento estésico.
Aplicando a grandes rasgos el cuadrado lógico de la filosofía
escolástica (de la que Greimas deriva su cuadrado semiótico), pode-
mos proponer los conceptos de des-prendamiento como ruptura de la
condición de prendamiento, y la de des-prendimiento como liberación:
del prendimiento. 2
El des-prendamiento es una situación bien conocida que ocurre
cuando después de haber estado prendados a un proyecto que al fin
cristaliza, nos percatamos de que ya no es necesario nuestro esfuerzo ·
en esa dirección; entonces nos embarga una sensación de desorienta-
ción hasta hallar un nuevo objeto de prendamiento. Lo mismo ocurre
cuando perdemos a un ser querido por muerte o ruptura de relación.
Al contrario, cuando la relación ha sido tormentosa o enfermiza y
que nos mantuvo en estado de prendimiento, la ruptura la recibimos
con un suspiro de alivio: el des-prendimiento.
Cabe concluir, pues, que la condición de estesis, como abertura,
genera el acto de prendamiento o prendimiento. El prendamiento
unifica y vigoriza al sujeto, mientras el prendimiento lo fragmenta,

2 La expansión a estos dos conceptos fue resultado de discusiones en clase con mis
alumnos del Área de Estética aplicada generación 2002.

1
TERCERA PARTE:
SEMIO-ESTÉTICA

Hemos llegado hasta aquí después de renunciar a un buen número


de hitos que hubieran podido orientarnos respecto a qué entender
por "fenómenos estéticos". ¿Cómo proseguir ahora sin ten~r a la
"obra de arte" como paradigmática, a "lo bello" como juicio objetivo,
al "objeto estético" como referencia última de esta exploración, ni
siquiera a una técnica, como la pintura o la escultura, para no
perdernos en este camino? Estas ideas han guiado estudios preceden-
tes pero, como lo argumenté en la Primera parte, a un costo teórico
demasiado alto. ¿De qué vamos a hablar entonces si ya no conside-
ramos a lo trágico y lo cómico, al teatro y a la música, al romanticis-
mo o al clasicismo como valores o e:ategorías indispensables para
definir o demarcar lo estético?
Renunciar a estas nociones no implica que haya que deponer
también la fundamentación conceptual de este proyecto. Para colmo,
en estos tiempos en que el posmodernismo y la deconstrucción se
han puesto de moda, tampoco resulta ya muy "intelectualmente
correcto" proponer una fundamentación para una empresa teórica.
Y sin embargo, quisiera ver cómo los edificios deconstrucionistas,
tanto teóricos como arquitectónicos, pueden sostenerse sin fun-
damentos, pues aun la propuesta de la condición fluida del signi-
ficante derrideano en la diferancia se puede entender como una
nueva fundamentación antifundamentacionalista, así sea líquida, de
otra metafísica.
Si, por otra parte, entendemos al conocimiento no como reflejo
fenoménico en la mente humana de una realidad noumenal, sino
como una construcción conceptual para establecer relaciones entre
distintas experiencias, entonces no tendríamos problema en admitir
que se requiere una base firme para armarla, aun cuando la meta no
sea llegar a la verdad absoluta. La teoría ya no pretende construir el
Gran Templo para alojar al Absoluto, sino viviendas más modestas
para nosotros, los mortales, apenas lo suficientemente firmes para
permitirnos una comprensión aceptable de los problemas que nos
ocupan. Viviendas para la mente, aunque no estén construidas sobre

1.
98 SEMIO-ESTÉTICA · SE MIO-ESTÉTICA
99
tierra firme sino flotando en el agua, como las casas en los canales Parret aboga por una '"estetización' de la semiótica" para com-
de Amsterdam o en los lagos de Cachemira. prender el fenómerío estético en una perspectiva no exclusivamente
¿Desde dónde, pues, arrancar nuestra exploración si no es, precisa- artística desde la exploración greimasiana de la dimensión pasional
mente, desde lo más básico: los procesos de significación y sentido? y propone que "... Úl semiosis no es una proyección intelectual sino un
Como proceso primordial de todo ser vivo, del que dependerá toda universo de pasiones; el interpretante no es únicamentr cognitivo
experiencia como intercambio de sentido, no podemos sino princi- sino, de entrada, emocional y 'sentimental' ... " (Parret, 1995: 6). En
piar por la semiosis. otro trabajo (2003), sugiere una taxonomía semiótica muy detallada
para analizar el gusto y el sonido, específicamente la aspectualización
del vino y la voz. Aunque el autor denomina su enfoque como "semio-
estética", vale la pena utilizar la terminología habitual en semiótica
SEMIO- ESTÉTICA Y ESTESIO-SEMIÓTICA ( i.e. bio-semiótica, fito-semiótica, antropo-semiótica o zoo-semiótica),
por lo que su exploración se define mejor como "senso-s~miótica" o
La relación entre la dimensión semiótica y la estética no ha pasado "estesio-semiótica", a saber, una semiótica de los sentidos (cuando le
inadvertida en múltiples estudios dedicados al arte (Shapiro, Morris, comenté este ajuste terminológico, Parret no estuvo de acuerdo; la
Eco, Lotman, Mukarovsky, Rossi-Landi, Searle). Sin embargo, frecuen- razón, m_e parece, era su desconocimiento de una versión alternativa,
temente ha sido sobresimplificada como en la idea acuñada por Bell o 1a Prosaica, que estudia la semiosis desde la estesis).
de "forma significativa", de Susane Langer como "expresión simbóli- Por contraste, esta distinción puede ayudarnos a situar mejor la
ca" y la de Cassirer de "forma simbólica". El problema con estas propuesta de la Prosaica entendida estrictamente como una "semio-
nociones es que generalmente evidencian una herencia semántica estética" al ser un acercamiento que observa !,a comunicación e intercam-
mentalista que ignora el lado material tanto de la sensibilidad como mos sociales como fenómenos estéticos. La Prosaica es un estudio estético
de la semiosis, su encarnación o su incorporación, es decir, su puesta de la semiosis, en contraste con el enfoque semiótico de la estética
en carne y cuerpo. Estas aproximaciones contrastan con la notable (como sentidos y como arte) de Parret sobre la subjetividad y lo
aportación de Dewey, quien se pregunta por las condiciones de po- cotidiano ( 1986; 1987; 1988) y particularmente su perspectiva prag-
sibilidad biológicas, energéticas o materiales del fenómeno estético. mática. Ambas direcciones son opuestas: una analiza los sentidos, los
La exploración de la estética con un acercamiento metodológico sentimientos y el gusto desde una perspectiva semiótica, la otra
por la semiótica comenzó desde los esfuerzcis incipientes de Charles propone analizar la comunicación y los intercambios de sentido
Morris y de la escuela lií:1güística de Praga, particularmente Jakobson desde una perspectiva estética, es decir, desde los sujetos como
y Mukarovsky, continuados por Barthes, Todorov, Eco y Shapiro, la productores e intérpretes de sentido en tanto sujetos sensibles. -La
semiótica de Greimas, Metz y Floch, y actualmente en el trabajo de estesio-semiótica de Parret descubre esa dimensión estética en la
Fontanille y Landowski. También, los trabajos del Groupe µ en semiosis como ligada al deseo, a las pasiones, al sujeto. La semio-
retórica y signos visuales, de Tarasti y Agawu respecto a la música y estética que propongo explora la estesis en la semiosis a través de la
de Sonneson en pintura deben ser mencionados. Trabajos que cual la sensibilidad humana se objetiva o co-subjetiva. 1
investigan el acoplamiento de la semiótica y la estética pueden En el esfuerzo de distinguir entre las varias gamas del espectro
discrepar sobre la escuela semiótica particular que cada cual aplica, estético, la metodología semiótica es una herramienta analítica
pero todos coinciden en comprender al ámbito de lo estético prác- indispensable pues, para que exista estesis (como percepción, viven-
ticamente como sinónimo del arte, sea que se refieran a la literatura,
al cine, a la música o a las artes visuales. En este sentido, sería mejor
1
definirlos como "semiótica del arte" o, en un término dominguero, Para el lector interesado en profundizar más sobre la relación entre estética y
comunicación, recomiendo el texto Estética y comunicación: de acción, pasión y seducción,
"poiesio-semiótica". Bogotá, Norma, 2006.
100 SEMIO-ESTÉTICA

cia o experiencia) tiene que haber semiosis o sentido. En otras 9. UMBRALES DE LA PERCEPCIÓN:
palabras, para que algo sea significativo estéticamente debe tener SENSACIÓN, DISCERNIMIENTO Y MIRAMIENTO
significación semiótica (en términos de Morris, 1974). De la significa-
ción semiótica a lo estéticamente significativo, ocurre un exceso cuya
elucidación es casi la cereza del pastel.
Resulta por lo menos peculiar encontrar en los textos de Feruccio
Rossi-Landi el tono despectivo con que se refiere a los estetólogos
que usan herramientas semióticas "... un estetista semiótico puede ser Existen, en el mismo ser humano, varias y tan distin-
solamente un hombre del pasado que procura modernizarse adop- tas_ percepciones unas de otras del mismo y único
tando cierta lengua, y en cualquier caso que la lengua está en el riesgo objeto que no queda más que deducir la existencia
de degradarse al nivel de una mera jerga no dominada" (Rossi-Landi, de diferentes sujetos en el mismo ser humano.
1976: 63). De casi retrasados mentales tilda Rossi-Landi a los estetó- FRANZ KAFKA 1

logos. Los contrasta con los semiólogos a los cuales se les ocurre
aplicar metodología semiótica al arte y a la estética entre otros objetos Kafka deduce, notablemente, la existencia de una diversidad de
de investigación. Me sorprende esta opinión, porque si el arte es sujetos a partir de diferentes percepciones. Es algo así como el inverso
ciertamente un objeto muy interesante para los semiólogos como de~ pri~1cipio ontológico esse est percipi (ser es ser percibido), del
oportunidad de poner a prueba sus herramientas metodológicas, obispo irlan~é.s del ~iglo xvm Berkeley, pues ya no se vincula al objeto
también la comunicación lo es para los estetólogos en la aplicación que es percibido smo al sujeto que percibe, y no en la condición
de análisis estéticos. ¿Qué es el arte si no un proceso comunicativo? pasiva. del percepto sino activa del perceptor. Digamos que podría
Desde mi posición algo embarazosa (según Rossi-Landi) al utilizar res~mirse como "percibo luego soy", curiosa versión empirista del
la estética para estudiar la semiosis, trataré de explorar esta misteriosa cogzto ergo sum cartesiano. .
facultad de la sensibilidad tal como se materializa y objetiva en la ¿Existen re~lmente diversos modos de percepción, como lo plan-
comunicación, cualquier comunicación, no solamente artística. En t~a Kafka, o bien h.31-y un solo modo de percibir que se posa sobre
vez de intentar entender cómo funcionan los signos en las obras de diferentes objetos? Esta es la pregunta que, sin ser formulada explíci-
arte (como los semiólogos interesados en la estética, i.e. Groupe µ, tame~lte, ~onstituye, tengo la certeza, el meollo de buena parte de
Sonesson, Tarasti), o cómo están implicados nuestros sentidos y las discus10nes filosóficas en torno a la estética del siglo xx. La
emociones en la producción del significado ( i.e. la estesio-semiótica filosofía analítica de Dickie, por ejemplo, presupone que sólo existe
de Parret), me centraré en esos procesos que rebasan de la semiosis una forma de ~erc~pción o, mejor dicho, de atención, por lo que
a la dimensión estética, asume que la diversidad perceptual descansa sólo en la diversidad de
La comunicación no sólo transfiere información del emisor al propiedades del objeto. Tal diversidad es resultado exclusivamente
receptor, sino que lo hace de un modo persuasivo, cautivador: lo de las motivaciones del perceptor al fijar su atención en o acentuar
captura. No sólo pretende informar y convencer sino fascinar, sedu- cier~as cualidades de los objetos y no otras. En cambio, las aproxi-
cir. Cómo logra hacerlo es la médula de los estudios de la Prosaica. maoones que apuntan a algo así como el "punto de vista estético"
(Beardsley), la "actitud estética" (Stolnitz) o la "postura estética"
(Mukarovsky) y las derivadas de la estética de la recepción traslucen

1
Cita. tomada de Daniel Chandler, Visual Perception 2, p. 35 <http:/ /www.vea.org.
nz/ftp /V1sual_Perception. pdf.>

[101]
~1

102 SEMI O-ESTÉTICA UMBRALES DE LA PERCEPCIÓN 103

la conjetura de que, efectivamente, pudiera haber formas distintas CUADRO 3. STRATA


de percibir que alteran o destacan aspectos particulares. 2 En este
trabajo iremos en otra dirección para examinar las posibilidades y Tipo (Hjelmslev) Stratum formal Stratum sustancial (material,
consecuencias de un modelo que se apoya en la perspectiva pragma- energética, mental)
tista y emerge desde un enfoque biosemiótico, aunque indirectamen- Sistema (Maturana Estructura Organización
te hace eco de la fenomenología peirceana o "faneroscopía".
~rela)
Unidad viva Contorno Entorno
Organismo Membrana Metabolismo

PREMISAS DE LA PERCEPCIÓN Y STRATA


Semiosis (Von Uexküll) Perceptor Efector (Impulso)
--

Como premisas, partimos del hecho que no hay estesis sin semiosis,
Planteo entonces la noción de "stratum" o "estrato sustancial" a fin
es decir, no hay abertura del sujeto al mundo sin que medien
de aplicar estos conceptos en su acepción exclusivamente relacional
procesos de significación y sentido (así sea en la primeridad). No hay
y metodológica como lo subrayó inicialmente Hjelmslev. No son
tampoco semiosis sin estesis, puesto que sin abertura al mundo no
categorías ontológicas sino analíticas, ya que sólo hay strata al enfocar
hay significación posible. De ahí que la estesis inicie, atraviese y rebase
un fenómeno desde la co-dependencia entre forma y sustancia en sus
todo proceso de semiosis de cada organismo adquiriendo distintos
procesos de emergencia (o entre sus aspectos formales y material-
grados de intensidad y extensividad, es decir, grados de vivacidad y
energéticos). Aplicadas a la zoosemiosis, tales categorías implican que
de diversidad en el espectro total de las criaturas vivas.
la dinámica de vida de una unidad depende de su contorno (forma)
No basta, sin embargo, la abertura para generar un proceso de
y su entorno (sustancia) de donde obtiene los elementos materiales
percepción y semiosis. Se requiere un impulso, un sustrato material
para crecer y reproducirse. Por lo mismo, el metabolismo y la
y energético dirigido hacia la sobrevivencia del organismo. Asimismo,
percepción de un organismo dependen de su entorno tanto como
esta energía o materia requiere de una con-formación particular para
de sus contornos o bordes y de la permeabilidad de membranas para
no disiparse. Quizá la distinción que establece Hjelmslev (1969) entre
el flujo de estímulos.
los dos strata -forma y sustancia- y dos planos -expresión y
Como se asume tácitamente en la corriente biosemiótica, la
contenido- pudiera proyectarse (sin demasiada violencia teórica)
s~miosis se despliega en cada uno de los tres órdenes de los orga-
más aUá de la lingüística y los problemas de carácter principalmente
msmos autopoiéticos definidos por Maturana y Varela -el celular, el
semántico en los que se situó para conceptualizarlos en la semiótica
pluricelular o individual y el pluri-individual o social-, a través de
más general.
la citosemiosis, la endosemiosis y la sociosemiosis. Al enfocar enton-
ces la percepción desde el punto de vista del organismo de cualquiera
de estos tres órdenes, emerge un umbral por cada uno, es decir, un
umbral celular, uno individual y uno social, aunque no se identifique
con éste. Un organismo del primer orden, por ejemplo una célula
de moho, puede ejercer la percepción desde cualquier umbral ya sea
como organismo unicelular independiente, como conjunto multi-
2 De ahí abrevan también, desde diferentes ángulos, la crítica al "ojo inocente" de
celular en la agrupación simbiótica para formar pistilos y como
Gombrich, y la aplicación del modelo de la psicología Gestalt a la percepción artística especie para proyectar esporas que tengan mejores posibilidades de
de Arnheim, así como las incursiones de los Gibson en la psicología de la per- supervivencia.
cepción.
104 SEMI O-ESTÉTICA UMBRALES DE LA PERCEPCIÓN
105
En la teoría de los sistemas autoorganizados de estos biólogos 3
afectados por él". Creo que Kant sobreestima la complejidad del
chilenos, la autopoiesis es resultado de la situación limitada del mecanismo de la sensación puesto que, al ocurrir en un nivel pura-
organismo, cerrada y diferenciada del ambiente, aunque porosa y mente fisico elemental, aún no puede hablarse de actividad represen-
parcialmente receptiva. Por eso la operación de las membranas es tativa alguna. Un dolor de estómago, un ligero escalofrío, la sensación
condición de posibilidad de vida al cerrar y al abrir selectivamente al de una sombra momentánea pueden ser detectados orgáp.icamente
organismo. La membrana, como contorno, separa al organismo del sin llegar a ser representados en la conciencia. La sensación es una
entorno, pero también lo conecta y le impone distintos umbrales a forma de percepción tan primaria como la planteada por Von
la percepción. Uexküll al referirse al "perceptor" del ciclo funcional. Pertenece a
cualquier ser vivo, mientras que la representación implica ya un
sistema de mediaciones entre el estímulo presente y ciertas categorías
Primer umbral de objetos ausentes a la sensación pero presentes virtualmente como
hábitos de recorridos sinápticos neuronales. En el ser humano, este
En el primer umbral, correspondiente al nivel más elemental de las primer umbral podría corresponder al concepto de Jeeling de Peirce,
unidades del primer orden (unicelular), la percepción opera por los como "un estado que es completamente lo que es en cada momento
estímulos o impulsos que atraviesan la membrana celular y provocan en que perdura" (Peirce, CP, 1.307). "Es simplemente una cualidad
reacciones subsecuentes. En este umbral, la percepción ocurre como de la conciencia inmediata."
"sensación", i.e. en la detección de azúcares por la bacteria o el caso
del paramecium, un protozoario que se alimenta de bacterias o de
otros protozoarios y reacciona comiendo o evadiendo obstáculos por Segundo umbral
contacto directo en su membrana a base de la simple distinción entre
lo edible e inedible. La sensación es la percepción primordial Cuando el estímulo es cotejado con un repertorio de experiencias
planteada por Von Uexküll al referirse al "perceptor" del ciclo previas (como los códigos filogenéticos y ontogenéticos o la memoria
funcional, el contacto inmediato con el mundo en todo ser vivo. de los anticuerpos en el sistema inmunológico), la sensación se estruc-
Entre las células de un organismo más complejo, células como las tura y se convierte en discernimiento. En este segundo umbral se
neuronas, el proceso de semiosis. también o~urre por medio de la despliegan los mecanismos de la diferenciación en la producción de
sensación de carácter quimico y eléctrico (no meramente fisico como sentido, como en las células del cigoto que migran a otras zonas de la
en el caso anterior) por las conexiones neuronales que liberan y anatomía del feto y se especializan para generar tejidos tan diversos
absorben neurotransmisores por gradiente en las sinapsis. Un orga- como el cartilaginoso, óseo, adiposo, epitelial, etcétera.
nismo múltiple como el ser humano no prescinde, a pesar de su En este segundo orden, a escala del sujeto humano, la percepción
complejidad, de ·ciclos perceptuales tan primordiales como los pasa por la piel, el oído, la vista, el tacto, el gusto y el olfato que son
unicelulares en sus partes y como totalidad. La sensación a nivel todas ellas funciones de abertura que dependen de membranas
celular es la unidad mínima de la percepción sobre la que se van diferenciadas para derivar en zonas también diversificadas del cere-
derivando procesos perceptuales más complejos que parten desde la bro. Aunque emparentado con la sensación que lo impulsa, el
orientación inmediatista y ávida de un recién nacido que percibe al discernimiento se proyecta más allá de la inmediatez reactiva de -ésta
mundo como un todo indiferenciado, hasta llegar a la mirada experta al ser mucho más selectivo, entrenado y minucioso.
y la observancia de reglas sociales por la visión de conjunto. Un matemático es capaz de discernir patrones numencos, un
En la Critica de la razón pura, Kant define a la sensación como "el músico discierne patrones acústicos como una madre patrones
efecto de un objeto sobre nuestra capacidad representativa, al ser
3
CRP, 1961: 170.
SEMI O-ESTÉTICA UMBRALES DE LA PERCEPCIÓN
106
anímicos en el llanto de su crío y un pintor patrones cromáticos con la religiosa los rituales de bautizo, iniciación o excomumon. Hay
much~ mayor agudeza que otras personas. El discernimiento es una membranas físicas como las hay nominales: el apellido es, meta-
actividad de percepción entrenada, especializada y totalmente matri- fóricamente, una membrana nominal que rodea a los miembros de
cial,,es decir, contextualizada al depender de un campo de significa- una familia como las bardas, muros, ventanas y puertas de la casa son
ción mediado y consensado interactivamente. una membrana física que determina formas de percepcióp y acción.
Si en la sensación del primer umbral el sujeto es relativamente Las membranas de tercer orden se establecen, como en las del
pasivo pues ésta "le ocurre" en su contacto corporal directo con el primero, para separar lo ajeno de lo propio y aglutinarlo y su fin es
entorno, en el discernimiento es plenamente activo ya que organiza también la autopoiesis.
al percepto transformando incluso su inventario de mapas de recorri- Tomemos por ejemplo el caso del perro. A nivel de sensación,
dos sinápticos para reconfigurar y asimilar los nuevos perceptos. Un percibe el dolor en el primer umbral cuando es lastimado, pero en
discernimiento afortunado logra transformar incluso el código el segundo discierne entre su amo y un extraño, entre un olor ajeno
entero no sólo de segundo orden o repertorio mental de una y uno familiar al que ha sido entrenado. 4 En una jauría, los perros
persona, sino del tercero en un organismo social, tal como se ilustra se perciben conjuntamente, por miramiento, corno grupo mante-
en las revoluciones de paradigmas científicos. · niendo una distancia en el tercer umbral aguardándose unos a otros.
Las abejas perciben la luz en el primer umbral por sensación cuando
tratan de escapar de un lugar cerrado, pero no disciernen el vidrio
Tercer umbral al toparse con él pues no han sido preparadas evolutivamente para
ello. En cambio sí disciernen entre una flor abierta y una cerrada,
El tercer umbral de percepción puede definirse como "miramiento". entre flores con polen o ya vaciadas e incluso pueden discernir la
Entiendo por este término esa forma de percibir del organismo al distancia y dirección de un lugar apropiado para nutrirse o fundar
formar parte de un colectivo. En el miramiento, el sujeto observa (en otro panal por el diámetro y el movimiento en la danza de otras
el doble sentido de ver y de acatar) las convenciones de convivencia abejas (cf. Sebeok, 1963; 1969). Pero en su trabajo dentro del panal
y las despliega en función a su rol de~ltro del grupo. El miramiento y en la división entre obreras y reina, son guiadas por el miramiento
responde a la necesidad de impersonalidad en interacciones según corno percepción colectiva.
su ubicación circunstancial en el conjunto. No importa qué tan primitivo sea un organismo, puede desplegar
Desde el tercer umbral, la célula se comporta ya no como organis- estos diversos umbrales desde la sensación en su nivel más primario,
mo totalmente enfocado a su sobrevivencia individual y reproducción corno la del heliotropo. El discernimiento ocurre tanto a nivel celular
como en el primer umbral, ni en un proceso de especialización como por la especialización como en animales que ya distinguen por
en el segundo, sino como parte de un sistema, pues lo que detecta aprendizaje nuevos aspectos· del medio ambiente; es el caso de la
depende de este tercer orden colectivo. Si el sujeto es una persona, mosca Drosophila melanogaster al aprender que ciertos olores se
su percepción y comportamiento en este umbral obedecerá a normas asocian a cargas eléctricas. Se puede conjeturar que los suicidios
colectivas y se ajustará a mantener la cohesión dé este tercer orden, colectivos en especies corno los pingüinos y ballenas pudieran tener
a diferencia también de su conducta en el segundo orden cuyo que ver con el miramiento grupal que se sobrepone a la sensación
objetivo primordial radica en su distinción y diferenciación de otros
sujetos, que es una manera de generar membranas especiaHzadas.
4
Las membranas de tercer orden adquieren una forma distinta depen- En la investigación de comportamiento animal, se ha descubierto que el perro,
porc <:l olfato, es un intérprete privilegiado de síntomas como el autismo, el cáncer
diendo de la extensión· y características de cada matriz: en la matriz
melanoma, la tuberculosis, el ébola, capaz de alertar sobre estados críticos de epilepsia
nacional· son las fronteras nacionales como en la matriz escolar la y diabetes señalando insistentemente la alarma a la persona. El perro percibe la anor'-
lista de matriculación, en la funeraria los límites del cementerio y en malidad y nos comprueba el grado en que la semiosis rebasa a la especie humana.
108 SEMIO-ESTÉTICA · UMBRALES DE LA PERCEPCIÓN 109

individual de miedo e impulso por la sobrevivencia y al discernim.ien- EL MODELO TRIÁDICO

to de peligro.
El sujeto de estos tres umbrales puede ser tanto un organismo En este punto pudiera resultar esclarecedora la aplicación de la
unicelular como el moho, hasta el más complejo como el ser humano. faneroscopía peirceana (de faneron, fenómeno) a estos tres niveles
A escala humana, una persona que cruza el portal de la iglesia tendrá perceptuales. La sensación se emparentaría a grandes ra~gos con la
sin duda en el primer umbral una serie de sensaciones por el cambio primeridad peirceana o firstness en tanto "modo de ser de aquello
súbito de iluminación, sonido, temperatura, aroma y escala espacial. que es tal como es, positivamente y sin referencia a nada más". El
Por el discernimiento seleccionará en el segundo umbral aspectos discernimiento correspondería a la segundidad o secondness en tanto
particulares de esa experiencia según se trate de un turista, un feli- "modo de ser de aquello que es tal como es, con respecto a un
grés, un sacerdote, un historiador de arte, un arquitecto, etc. En el segundo pero independientemente de un tercero". El miramiento
tercer umbral, se percibirá por miramiento durante la misa formando correspondería a la terceridad o thirdness como "modo de ser de
parte de la congregación que invoca el ritual como la eucaristía. aquello que es tal como es, en traer al segundo y tercero en relación
Llegados hasta aquí, mi duda está en si en este tercer umbral el uno con el otro" (Peirce, "A Letter to Lady Welby", CP, 8.328 [1904])
sujeto se percibe desde el colectivo o si es el colectivo el que se ya que implica un carácter general que en nuestro caso es no sólo
percibe desde el sujeto. En otras palabras, se trata del problema de del sujeto individual o interpersonal sino impersonal en un contexto
si es posible hablar de un sajeto colectivo con una percepción común grupal.
o si lo colectivo no es más que la suma de percepciones individuales. Según Peirce, las tríadas o el pensamiento triádico responden a
Sabemos, sin embargo, que ninguna percepción es totalmente indivi- una tendencia congénita de la mente (Peirce, CP, 1.374). Incluso
dual pues está atravesada por la ca-subjetividad desde su origen acuñó el término de "triadomanía" para denotar a los obsesivos de
(incluso en organismos muy simples que viven solos -como el . las tricotomías, pero cómicamente él mismo se deslinda, pues supone
gusano del chícharo- la ca-subjetividad está en la evolución filogené- estar exento de ella ("On trichotomies", CP, 1.568, 1910). La emer-
tica), pero tampoco podemos hablar de una percepción totalmente gencia de las tres críticas y la división entre el sentimiento (de placer
colectiva, pues la singularidad del punto de vista de cada sujeto es y dolor), el conocimiento y la voluntad ponen definitivamente a Kant
irreductible. De lo que no hay duda es de que toda percepción bajo sospecha de padecer esa manía (y no se engañe el lector por las
depende de una posición al ser eminentemente topológica y morfo- tres fases, los tres umbrales y los tres volúmenes de Prosaica... ¿o acaso
lógica. Eso lo sabe hasta un infante cuando mueve la cabeza para ver es parte del síndrome considerarse exento?). Digamos que hay casos
el objeto que se esconde detrás de un sillón o de una mesa. más graves que otros, y algunos tendemos más hacia la tetramanía o
Quizá se pudiera conjeturar que Proust hubiese pasado por el la pentamanía. Lo principal, me parece, es que sea el objeto de
primer umbral de la sensación provocada por el sabor de las magda- estudio el que marque las taxonomías (disculpando el fetichismo),
lenas al segundo umbral de evocaciones que abren pequeñas puertas en vez del investigador armado de un triángulo o un cubo, quien
de la memoria (como las de Alicia en el país de las maravillas, pero fuerce al objeto a ajustarse a su esquema.
en el tiempo, no en el espacio) por la dinámica narrativa. En el tercer Cuando el triadomaníaco Peirce define a la primeridad como
umbral inaugura, con Joyce, el quehacer literario donde el tiempo posibilidad, a la segundidad como actualidad y la terceridad como
(y por ende, el sujeto interior) se convierte en el gran protagonista necesidad, replica la cuarta serie (de modalidad) de Kant, en la Tabla
de la literatura del siglo xx. de las categorías ( CRP § 10) (sin considerar las otras tres series: de
cantidad, de cualidad y de relación). Asimismo, estos "modos fun-
damentales de conciencia" -de la inmediatez, el sentido polar y la
conciencia sintética- como los denomina Peirce, son modos de
percepción que implican modos de posición de la subjetividad en el
110 SEMIO-ESTÉTICA ·

espacio perceptual, que a su vez implicarán otras fases de la expe.;. 10. EL EJE DE LO SÍGNICO Y SUS DIFERENCIAS
rienda: el gozo de la sensación, la apreciación del discernimiento y
la deferencia del miramiento (cf. el cuadro 4).
Para concluir, presento este esquema triadomaníaco que pudiera
ilustrar en parte la idea citada de Franz Kafka al inicio de este
capítulo, pues muestra diferentes despliegues de subjetividad percep-
tual en un mismo individuo. Para Saussure ([1916] 1967: 42), la semiología sería "una ciencia que
estudie la vida de los signos en el seno de la vida social' implicando la
CUADRO 4. FASES, UMBRALES, SEMIOSIS Y ÓRDENES
existencia objetiva de los signos y su limitación a la esfera humana.
La semiótica, aunque mucho más amplia, es el término que utiliza la
Fases de la Umbrales de Se miosis Característica Órdenes
Subjetividad Percepción básica corriente iniciada por Charles Sanders Peirce quien define a la doc-
trina de los signos de la siguiente manera: "la lógica, en su sentido
general, es, como creo haber mostrado, sólo otro nombre para
Individualidad Sensación Primeridad Inmediata Celular
semiótica (ur¡µELWTLKYJ) la 'cuasi-necesaria' o formal, doctrina de los
signos" (Peirce, 1955: 98). De hecho ambos, Saussure y Peirce,
Identidad Discernimiento Segun di dad Interaccional Multicelular
actualizaron una discusión muy antigua que se inició desde los
o individual
griegos y se desarrolló en la Edad Media con Ockham, santo Tomás,
Scotus y Poinsot (cf. Deely, 1990).
Rol Miramiento Terceridad Normativa Multiindivi-
Quepa señalar la distinción de Charles Morris ( [ 1938] 1994: 27-28)
dual o social
entre semiosis en tanto "proceso en el que algo funciona como signo"
y semiótica como "el estudio de los objetos ordinarios en la medida
en que (y sólo en la medida en que) participan en la semiosis". En
otras palabras, hay que distinguir a la semiosis como proceso y a la
Aunque la semiosis permea todos los niveles de la subjetividad, semiótica como su estudio al igual que en la segunda parte definimos
para el análisis de la Prosaica -que se ubica en la relación del sujeto a la estesis como condición de abertura de todo ser vivo y a la estética
con las identidades- habría que ocuparse especialmente del segundo como estudio de tal condición.
umbral de percepción, el del discernimiento, como función domi- La semiosis, al igual que la estesis, no se reduce a la especie
nante aunque lleve acopladas en cierta medida la sensación y el mira- humana sino que constituye procesos a lo largo y ancho del espectro
miento como funciones secundarias. De ello tratara el volumen n. biológico. 1 Por ello es necesario hacer explícito que aquí nos ocupare-
mos exclusivamente de la antroposemiosis. La energía enfocada a la
sobrevivencia humana atraviesa del bioma al culturoma a través de
la construcción de la realidad y de las identidades personales y co-
lectivas, pues sobrevivir en sociedad implica sobrevivir como identi-
dad (aunque dependa de la sobrevivencia individual en su sustrato

1
Como lo exploró inicialmente Von Uexküll (1957; 1982) seguido por Sebeok
(1963; 1969), Krampen (1981), Hoffmeyer y Emmeche (1991), Hoffmeyer (1996),
Merrell (1994), Kull (1999) y la corriente biosemiótica.

[ l l l]
SEMI O-ESTÉTICA EL EJE DE LO SÍGNICO Y SUS DIFERENCIAS 113
112

material así como de la grupal en su herencia cultural). De ahí la La dicotomía entre estos dos ejes no es nueva. Desde el origen de
importancia de la estética en la semiosis cultural pues constituye el la teoría de los signos entre los estoicos, se establece ya una distinción
mecanismo de adherencia para que tales realidades e identidades entre los "signos recordatorios" y los "signos indicativos" que Ockham
logren constituirse, legitimarse y adherirse. desarrolla en su distinción entre el "signo natural' y el "signo convencio-
Vamos a abordar a la semiótica desde dos ejes básicos, cada cual naf' (los primeros emparentados con los índices y los segundos con
correspondiente a un stratum semiósico particular: el eje de lo síg- los símbolos peirceanos). Hay algo en esta dicotomía que la ha hecho
nico cuyo stratum dominante es el formal (st-f) y el eje de lo simbólico persistir aunque con matices diversos, pues el pensamiento opera en
donde domina el stratum material-energético (st-me). Digo que es buena medida por operaciones binarias (¿dicotomanía?). Kant a su
dominante puesto que tanto el eje sígnico tiene materia y energía (el vez plantea la distinción entre la exposición simbólica -indirecta y
pronunciar un vocablo operamos sobre la materia acústica, corporal, analógica- y la esquemática -directa y demostrativa ( Critica del juicio
neuronal a través de un impulso) como el simbólico tiene forma (de § 59).
otro modo no se podrían- distinguir unos símbolos de otros y del Se retomará esta dicotomía para explorar la semiosis siempre en
contexto). La diferencia entre ambos es puramente relacional y relación con un sujeto pues "algo es un signo si, y sólo si, algún
metodológica. Por ello defino al eje de lo sígnico, indirectamente intérprete lo considera signo de algo" (Morris, [1938] 1994: 28).
heredado de Saussure, como el análisis de eventos semiósicos que Peirce retoma la definición estoica y medieval del signo como aliquid
acentúa su aspecto formal y diferencial ( "por oposiciones y di- stat pro aliquo y la postula en su clásica definición como "un signo o
ferencias") mientras que el eje de lo simbólico se ocuparía del representamen, es algo que está para alguien en lugar de algo en algún
predominio del aspecto material y energético de la semiosis. Valga respecto o capacidad. Interpela a alguien, esto es, crea en la mente
insistir una vez más: sin materia articulable y el impulso energético de la persona un signo equivalente, o quizás un signo más desarrolla-
de comunicar e interpretar no hay semiosis. Igualmente, sin el do" ( énfasis mío). A diferencia de Peirce, quien establece una
aspecto formal o la con-formación diferencial de sentidos y significa- tricotomía entre el signo, el objeto y el interpretante, aquí no asumo
dos no hay comunicación ni interpretación posibles. que el proceso de semiosis se inicie por el signo (que interpelaría al
sujeto) o por el objeto (en relación causal con el signo según Peirce)
sino en el sujeto quien significa su entorno como perceptor (Von
CUADRO 5. STRATA Y EJES Uexküll, 1982: 32-33) y actúa respecto a él en tanto efector. Es el
sujeto quien acopla una cosa con otra, aliquid con aliquo (lo que no
Stratum Formal Stratum Mat-energético implica que tal sujeto sea necesariamente humano).
Excepto para los peirceólogos, la doctrina de Peirce es peligrosa
Eje sígnico Eje simbólico
en su aplicación literal a disciplinas distintas a la semiótica, pues se
presta a ser malinterpretada no sólo por su complejidad sino por su
relativa nebulosidad. Por ello y en observancia a la navaja de Ockham,
Así pues, por evento sígnico se va a entender el elemento que
he preferido arrancar (en sus dos sentidos, como "partir" y como
compone el eje de lo sígnico. Este eje, como lo estableció Saussure
"desprender") desde la _teoría saussureana a pesar de su pesada
respecto al valor lingüístico, es de carácter puramente diferencial y
orientación positivista y psicologista (que supone al significado como
convencional por su forma, no motivado por su materia. Su desarro-
"imagen psíquica") aunque con la enorme deslealtad al propio
llo es histórico y adquiere cada vez mayores grados de sofisticación y
Saussure de pragmatizar su enfoque e inyectarle una dosis bajtiniana.
c~mplejidad formal en un proceso de multiplicación y diversifi-
Lo he hecho así por razones didácticas y prácticas. El primer concep-
cación progresivo. Tal carácter diferencial se establece respecto
to que queda alterado es el del signo que Eco ( 1978: 359) puso en
a otros eventos sígnicos al estar socialmente contextualizados e
cuestión cuando afirma "Es el concepto de signo en que resulta inservi-
in tertextualizados.

1
114
SEMIO-ESTÉTICA EL EJE DE LO SÍGNICO Y SUS DIFERENCIAS ll5

ble... " ( cursivas en el original). Entre las razones para descartarlo o subjetivismo psicológico a partir de las distinciones establecidas en
están el que carga con el problema de la búsqueda de unidades la Segunda parte y hablar del sujeto co-subjetivo como agente de la
mínimas de la semiología, que da por hecho una discontinuidad significación y la simbolización, el co-sujeto como significante y sim-
donde hay procesos continuos, además de reificar procesos discur- bolizante (atravesado por lo social) en su impulso de poner en común
sivos en ese ente positivista llamado "signo". A pesar de estas ob- un gesto (verbal, corporal, acústico o escópico), es decir, por intersub-
jeciones al término, retomo el concepto de signo y de símbolo como jetivar, comunicar algo para alguien (así sea para sí mismo).
abstracciones o herramientas metodológicas para denotar eventos De igual modo, por "significado" defino simplemente el efecto de
semiósicos que adquieren significación y sentido con relación a sus l,a actividad del significante (efectorde Von Uexküll): es lo que el sujeto
ejes respectivos a cualquier escala, desde un gemido hasta la teoría produce cuando materializa un significante, el producto del proceso
cuántica. Así cuando mencione el término de "signo" me estad~ de significación (y no una imagen mental). Así, no hay significante
refiriendo a un evento sígnico resaltado por el análisis respecto al sin significado como no hay percepto sin efecto, y viceversa: no hay
proceso discursivo social y el proceso enunciativo individual. Decir significado sin significante. Ni los textos dicen, ni las palabras
que una palabra, un gesto o un parque son signos querrá decir que significan; son los sujetos los que hacen decir a los textos y significar
se realiza un recorte alrededor de ciertos eventos significativos para a las palabras; los que definen objetos y les atribuyen sentidos, aun
resaltar que funcionan como "signos" para diferentes sujetos y que en el nivel biológico elemental del perceptor-efector enfocado por Von
pueden ser objetivados como tales, es decir, puestos en común, Uexküll (1982: 32-33). La semiosis es una actividad ejercida siempre
disponibles o comunicables. por un sujeto aunque no sea exclusivamente humano, ya que puede
Retomo el modelo binario de la lingüística saussureana donde los englobar al perro que muestra los dientes, al ave que canta, al ARN
significantes se distinguen no por su significado inmanente sino por que replica el código del ADN o a la pulga que interpreta el ácido
un juego de diferencias en el código. Para este autor, se opera por butírico del sudor de un mamífero como· señal para saltar; picar y
medio de "cortes hechos de la masa del pensamiento". Sin embargo, reproducirse.
quepa señalar que podemos significar conceptos por cortes al pen- A escala humana, el significante no es un sonido que pulula por
samiento y a la percepción e incluso producirlos por cortes a los el lenguaje sino el agente que significa (como simbolizante es el que
significantes y a los enunciados mismos en el trabajo analítico, como simboliza) por medio de estrategias de enunciación e interpretación.
podemos significar y simbolizar experiencias y sentimientos por En esta escala, el significante equivale al enunciante, como el signifi-
cortes a la mirada sobre el flujo cotidiano del vivir. cado al intérprete que se entretejen (no se reflejan, pues no hay
Por el término "significante" entiendo simplemente al sujeto que simetría) a través del enunciado. Así tenemos un modelo binario
significa, es decir, al sujeto-significante (perceptor de Von Uexküll) en significante-significado del acto y su efecto, y un modelo ternario del
cualquier orden (celular, pluricelular o pluri-individual): no al objeto enunciante-enunciado-intérprete en que el primero y el tercero se
o cosa o texto o palabra o sonido significante; ni siquiera "imagen ponen en contacto a través del segundo. Como lo mencioné antes,
acústica" de un sonido como lo definió Saussure, después de haber elegir entre un modelo binario o ternario depende del objeto sobre
vacilado entre soma y serna, forma e idea, imagen y concepto hasta el cual se va a aplicar tal modelo (a menos que se padezca de dicoto
llegar a significante y significado (Barthes, 1971: 41). Entiéndase el o tricotomanía aguda, como Peirce).
dilema entre el psicologismo y el positivismo: Saussure no quiso Aun en la percepción de un fenómeno natural, no sólo de un
entender al significante como la pura materia física del sonido u enunciado, lo que se subjetiva se transforma en sintagma para el
objeto puro, vibraciones en el espacio, y puesto que su perspectiva intérprete. Pintar un cuadro implica la objetivación por medio de
es antropocéntrica al trátarse del lenguaje, termina por reducir el materiales tales como figuras, líneas, colores, en un formato dado.
significante a la entidad psíquica de "imagen acústica". En este Esta configuración es necesariamente significante, así signifique sólo
trabajo creo que podemos librar ese jaloneo entre objetivismo puro color embarrado. La pintura puede funcionar como evento sígnico
u6 SEMIO-ESTÉTICA EL EJE DE LO SÍGNICO Y SUS DIFERENCIAS

para muchos sujetos, pero no siempre y no sólo actúa como signo de la producción de eventos semiósicos es, a la vez, una producción
estético, ya que puede ser también económico, biográfico, histórico, y recepción de significados y una transformación de significantes-
etc., según las estrategias puestas en juego para la significación e sujetos. El producto de este proceso de significación es el sujeto en
interpretación. Aquí nos tocará examinar una multitud de eventos tanto significante o perceptor y significado o efector. Producir
sígnicos verbales y no verbales cuya sola ilocución crea realidades, no significantes es producir significados y un sujeto otro, qiferente al
meramente las refleja. inmediato anterior, porque ya ha sid9 alterado en el proceso. Sin
El plano de contenido del eje sígnico está constituido por el embargo, en un proceso de enunciación, cada significante producirá
significado. Tal significado no es el referente en lo real del vocablo varios significados de acuerdo con sus intérpretes (incluyendo al
o el objeto peirceano hacia el que apunta el significante (interpretan- propio significante o enuncian te) que serán inconmensurables unos
te en este caso), ni la referencia (imagen psíquica saussureana), sino con otros en la medida en que estén revestidos de connotaciones
el producto o efecto concreto de éste en cada evento semiósico para personales y qualia, pero se engarzarán por la denotación y su
un sujeto determinado. El estudio de los significantes separados de pertenencia al código.
sus significados, de una lingüística que expulse a la semántica, Por lo anterior, todo significante es teleológico en tanto que
redundaría en una morfología abstracta cuyo potencial explicativo produce fatalmente un significado; de otro modo, no sería "signifi-
sería excesivamente limitado. Por ello considero con Frei, Morris, cante". Siendo significante sólo para el sujeto y desde el sujeto que
Saussure y Hjelmslev que los significados forman parte de los signos, lo produce (ya sea como enunciante o como intérprete),· pone
y por lo tanto, el estudio de la semiosis tendrá que ocuparse no sólo necesariamente en juego estrategias para producir significado (así
de los significantes sino de sus efectos de significación. En vez de sea el significado de "no tiene significado"). Por ello se ha elegido
expulsar al significado del análisis, he decidido expulsar al referente tal significante y no otros en la construcción del enunciado. Al
y dejárselo a los ontólogos, fanerólogos y metafísicos. 2 No pretendo concepto saussu:reano de la arbitrariedad de la relación entre signi-
negar con ello a los referentes, pues son el sustrato material con que ficante y significado, muy debatido _en el campo de la semiótica,
se impactan los órganos de percepción y de acción de los sujetos. Sin prefiero simplemente entenderlo, con Benveniste (1988) como
embargo, puesto que el punto de observación de los fenómenos de relación de convencionalidad.
la Prosaica es el sujeto, y dada la coyuntura de privilegiar al objeto
en la teoría estética predominante, los problemas que atañen al
referente no nos competen.
Barthes (1971) plantea a la significación como un proceso o acto
que une el significante y el significado y cuyo producto es un signo.
Prefiero plantearlo -para los fines de nuestro análisis y por razones
que se irán afirmando en su desarrollo- como un proceso, sí,
pero que no une al significante con el significado como si preexistie-
ran al signo separados uno de otro (es cierto que Barthes toma
precauciones para no ser mal interpretado de este modo), sino don-

2 En contra de la distinción propuesta por Greimas entre lo semántico que


correspondería al contenido y lo semiológico que correspondería a la expresión (¿con
-- qué expresión podría tratar tal semiología que no involucre al contenido?) el estudio
de la semiosis implica siempre semántica, aunque su énfasis pueda ser también
sintáctico o pragmático (como en este caso).
EL EJE DE LO SIMBÓLICO Y SUS CARGAS 119

ll. EL EJE DE LO SIMBÓLICO Y SUS CARGAS el símbolo peirceano es icónico del signo saussureano). Según el
Curso de lingüística general, "lo característico del símbolo es no ser
nunca completamente arbitrario; no está vacío, hay un rudimento de
lazo natural entre el significan te y el significado" (Saussure, [ 1916]
1967: 105). Nótese que ese "lazo natural" indica que el .símbolo es
motivado y no arbitrario. Aquí el concepto de símbolo saussureano
Entre los conceptos que se prestan más a confusiones en el campo parece coincidir con el concepto de "índice" en Peirce como "proximi-
de la lingüística y de la semiótica está el de "símbolo" por las diversas dad existencial" por lo del "lazo natural". Pero luego se desvía hacia
acepciones que se le han atribuido al término (no menos complejo lo que Peirce denomina "icono" al ejemplificarlo así: "el símbolo de
y ambiguo que el de "estética"). Ogden y Richards (1938: ll), por la justicia, la balanza, podría ser remplazado por cualquier otro, por
ejemplo, usan el término "símbolo" en sentido tan laxo que incluye un carro, por ejemplo". No sé si los alumnos de Saussure se equivocan
a toda representación verbal o proceso de referencialidad. Otro uso en este caso, pues la balanza es una metáfora visual motivada, una
del término es el de Bourdieu (1984) cuando habla de "capital sim- analogía para expresar igualdad del concepto más abstracto de justi-
bólico" y se refiere a capital intelectual, cultural. El capital simbólico cia. Por ello Saussure nunca logró desarrollar su concepto de símbolo
en Bourdieu se distingue del capital social y del material o eco- y terminó integrándolo al del signo a pesar de esta inconsistencia con
nómico, aunque, como veremos, lo simbólico no tiene nada de nada menos que su Primer Principio de la arbitrariedad del signo.
inmaterial y mucho menos de asocial. Ernst Cassirer (1975: 163) Otra acepción del símbolo la hallamos en (¿quién más sino el
también aborda el término de "símbolo" pero lo define desde una monumental filósofo?) Kant, párrafo 59 de la Critica del juicio, quien
perspectiva totalmente distinta: "por 'forma simbólica' ha de enten- define a la hipotiposis (exposición) como doble: esquemática y
derse aquí toda energía del espíritu en cuya virtud un contenido simbólica. Entiende a la primera como lo que procede demostra-
espiritual de significado es vinculado a un signo sensible concreto y tivamente por exposiciones directas de conceptos, y la segunda como
le es atribuido interiormente". Aunque Cassirer enfatiza el concepto la que procede analógicamente por exposiciones indirectas. Kant
de energía en el símbolo, su definición espiritual resulta muy proble- termina esta distinción a la que apenas se asoma diciendo que "este
mática; metafísica más bien. Además, esa "atribución interior" y la asunto ha sido, hasta ahora, aún poco analizado, aunque merece una
falta de distinción entre signo y símbolo no aportan soluciones a investigación más profunda". No podría yo estar más de acuerdo,
nuestro problema. además de que la intuición kantiana respecto a lo simbólico apunta
Para Peirce ( CP, 4.447, c. 1903) "un símbolo es un representamen sin duda a la dirección correcta en su carácter analógico.
cuya significancia o aptitud especial para representar radica en el Berger y Luckmann (1986: 59) entienden que "cualquier tema
hecho mismo de ser hábito, disposición, u otra regla general efectiva significativo que de esta manera cruce de una esfera de realidad a
que así lo interprete". 1 Los símbolos peirceanos son cierto tipo de otras (se refieren por ejemplo, del sueño a la realidad cotidiana)
funcionamiento de la segunda tricotomía que se diferencian de los puede definirse como un símbolo, y el modo lingüístico por el cual
índices y de los iconos porque operan con relación al legisigno y se alcanza esta trascendencia puede denominarse como lenguaje
actúan por medio de réplicas, además de ser fuertemente convencio- simbólico". Aunque parto de su visión de la sociología del conoci-
nalizados. Por ello, son semejantes a los signos saussureanos en su miento, esta versión del símbolo me parece equivocada, ya que delata
relativa arbitrariedad y densa convencionalidad (podría decirse que quizás una herencia psico-espiritual desde Eliade y Jung con la que
no hay aquí afinidad alguna. En este "cruce" del sueño a la realidad
están en juego la metáfora, la función referencial y la metalingüística
1 "A symbol is a representamen whose special sig;nificanr,e or fitness to represent just what it
del lenguaje (en términos de Jakobson) con que el sajeto traduce el
does represent lies in nothing but the very fact of there being a ha bit, disposítion, or other effective
general rul,e that it will be so interpreted."
lenguaje del sueño al de la vida cotidiana, y por tanto se vale de signos

[118]

l
120 SEMI O-ESTÉTICA EL E]E DE LO SIMBÓLICO Y SUS CARGAS 121

tanto como de símbolos. Discrepo también con estos autores en lo implicó la conquista de Tenochtitlan. Las reliquias de las iglesias y
que denominan "universos simbólicos" (1986: 120-163), ya que por conventos asociadas a la vida de algún santo o la máscara funeraria
este concepto entienden a la religión y la ciencia que definen como de Tutankamón asociada al antiguo imperio faraónico, al lujo y a la
"la matriz de todos los significados objetivados social y subjetivamente juventud de su dueño al morir, funcionan de ese modo como
reales; toda sociedad histórica y la biografia de un individuo se ven símbolos. La guitarra de Jimmy Hendrix asociada por su.s fans a su
como hechos que ocmren dentro de ese universo" (1986: 125). La innegable pericia musical, su elocuencia y trágica vida, o un Rolls
religión es efectivamente una matriz de significación, pero como la Royce asociado al diestro trabajo manual individual especializado y
familia o la nación, está constituida tanto por eventos sígnicos como su connotación aristocrática, además del tiempo invertido en su
simbólicos (cf. Mandoki, tomos II y III). fabricación, su escaso número y su enorme valor pecuniario, circulan
Baste lo anterior para ilustrar la variedad de significados que se le como símbolos. Del mismo modo, el cadáver de Lenin asociado a la
otorgan al término, además de muchos otros autores entre los cuales revolución de 1917 y sus sueños de emancipación proletaria, o el
está Carl Jung para quien el símbolo es existencial (como el índice Santo Sepulcro, la Kaaba de La Meca y todos aquellos objetos o
de Peirce) y Wallon y Hegel (para quienes el símbolo es analógico y lugares cuya carga energética y temporal es afectivamente fuerte para
motivado). 2 Presento este repertorio de definiciones del símbolo para un grupo social determinado adquieren la función de símbolos.3
que el lector pueda percatarse de que este concepto, como el de la Por si no fuera obvio, el concepto de símbolo -como cargado de
estética, está muy lejos de haberse sedimentado en una acepción tiempo, materia y energía- aquí propuesto diverge totalmente del
común y consensuada. símbolo peirceano (abstracto y convencional), además de que este
Muy parcialmente en la línea de autores que encuentran en el símbolo cargado engloba al índice y al icono de la terminología
símbolo procesos de analogías, motivación y proximidad existencial, peirceana según cada caso en particular. La imagen de la Virgen de
voy a definir al eje de lo simbólico como un proceso de producción de Guadalupe en la tilma de Juan Diego es, para sus fieles, índice
sigriificancia (o de lo significativo) que opera por medio de asociaciones peirceano de la existencia de la Virgen y del milagro de la aparición,
de tipo energético, afectivo, temporal y material. Aunque Cassirer icono peirceano de su figura y símbolo peirceano de una manifesta-
también encuentra un carácter energético en el símbolo, su concepto ción particular del cristianismo que se denomina como guada-
de energía es puramente espiritual. En la Prosaica,.entiendo a la lupanismo. Sin embargo, en los tres casos la imagen participa del eje
energía en términos bien materiales y concretos, es decir, vitales y de lo simbólico para el sujeto creyente al estar cargada de energía
corporales, que se relaciona a tiempos y espacios específicos e afectiva y devocional, de tiempo desde su aparición hace 400 años y
involucra afectos, esfuerzos, vitalidad, ímpetu. de materia al ser la misma tilma en que ocurrió el milagro. Pero
El pene de Napoleón guardado celosamente por la Squire Urolo- también es evento sígnico al situarse en oposición y diferencia a otras
gical Clinic de Nueva York tiene menos interés desde el eje de lo figuras devocionales como Dios o los santos y otras vírgenes como la
sígnico (un pene entre otros y en oposición a otros órganos) que de los Remedios, Lourdes, o la Virgen negra de Guadalupe en
desde el eje de lo simbólico, pues lo asocia con una virilidad casi Extremadura. ·
arquetípica por haber pertenecido a este personaje singular. Lo En el símbolo ocurre una combinación particular de tres elemen-
mismo respecto a los cabellos de Beethoven, subastados como feti- tos, uno de los cuales predomina y lo carga particularmente de
ches después de su muerte (recuerda a los pedazos del cuerpo del significancia: energía (fisica y afectiva), materia y tiempo. "En el
Bebé de Macón en el filme de Greenaway). Ejercemos la actividad símbolo hay siempre algo de arcaico" dice Lotman (1993: 49). Es esa
simbólica cuando interpretamos al Árbol de la Noche Triste en asocia- carga de tiempo a la que nos hemos referido, un tiempo en la memo-
ción con la derrota de Hemán Cortés y a toda la carga afectiva que ria de un sujeto individual o colectivo. El valor de los originales en

2 3
Cf. Barthes (1971: 40). Al respecto de esa carga simbólica de los lugares, véase Mandoki, 1998.

l
122 SEMI O-ESTÉTICA

el mercado del arte es un valor simbólico por el hecho de material.izar 12. VISIÓN COMPARATIVA DE LOS DOS EJES
un pedazo de vida y tiempo, además de la carga afectiva que el au,tor
invirtió y cristalizó en esa obra. El eje de lo simbólico se ocupará, por
tanto, del análisis de estas cargas que, para el sujeto, le dan significan-
da a los objetos en tanto simbólicos.
El místico tiene que recurrir al eje de lo simbólico para articular
una situación emocional intensa y personal, de carácter no racional En su libro sobre las economías simbólicas, Jean:Joseph Goux realizó
y no del todo consciente ya que procede por analogías en su proyec- un trabajo de exploración de la semiosis desde un enfoque económi-
ción metafórica. El símbolo, al ser criptofórico y polisémico, conden- co laxo cuya principal aportación es precisamente el abarcar fenó-
sa emociones y articula sensaciones mejor que el signo. Para el menos aparentemente diversos desde un eje troncal común. Entiende
cabalista, en el reverso de las palabras como signos de comunicación al proceso social de simbolización como "el proceso de intercambio
social y de los números como medidas, están ambos, palabras y en sentido general del término, de sustitución de actividades vitales"
números, como símbolos de atributos divinos asociados a concen- (1990: 30) y a los diversos regímenes de significación como.formas
traciones de energía y significancia de lo trascendente. de simbolización. En otras palabras, para Goux, simbolizar es inter-
cambiar, y la significación es una forma de simbolización.
Tomar una perspectiva semiótica centrada en procesos energéticos
implicaría manejar un modelo económico en sentido laxo, como el
propuesto por Jean:Joseph Goux (1990) en tanto examen de proce-
sos de sustitución, intercambio, equivalencia, acumulación o gasto
material y energético (a diferencia del sentido estricto como sistema
pecuniario o productivo-laboral). Aunque la energía precede a la
semiosis como su condición de posibilidad, se mantiene a todo lo
largo del proceso que la articula.
Goux incluye en el proceso de simbolización a todas las prácticas
de intercambio sean lingüísticas, económicas, libidinales, políticas o
legales. Busca, por tanto, la estructura lógica de este proceso de
simbolización común a todas estas prácticas de intercambio para
detectar los modos específicos en que esta estructura se manifiesta
en cada una de ellas. Para Goux, la economía, el lenguaje, el deseo,
el Estado y la identidad individual son procesos simbólicos. "Mi tesis
es que todas las prácticas que comprenden intercambio o sustitución
tienden al engranaje con una única fase, una sola forma, de la lógica
dialéctica del proceso de simbolización pero, al mismo tiempo, la
lógica de este proceso es específica a cada esfera del intercambio"
(Goux, 1990: 93).
Desde la perspectiva que propongo, el signo (como evento sígni-
co) no forma parte del eje simbólico, como lo hace para Goux, sino
que se opone a éste. De hecho, lo que Goux entiende como proceso
de simbolización es lo que aquí se define como la semiosis en general
124 SEMI O-ESTÉTICA VISIÓN COMPARATIVA DE LOS DOS EJES 125

que rebasa el ámbito humano encontrándose al nivel incluso mole- desde una perspectiva horizontal y múltiple. El presidente de un país
cular y celular, mientras que la simbólica y la sígnica que abordamos se define por relación diferencial con sus equivalentes en otros países.
aquí son exclusivamente humanas. La economía, el lenguaje, el El eje simbólico establece que cada cargo es significativo en función
deseo, el Estado y la identidad personal son, desde nuestra perspecti- a una perspectiva vertical donde a mayor altura se le asigna mayor
va, tanto simbólicos (en la medida que se los comprenda desde la carga de poder. La cima de la pirámide está en la figura prrsidencial.
materia, tiempo o energía que comprometen), como sígnicos (en En el nivel internacional, el poder de los presidentes es relativo a la
cuanto a que se establecen desde sistemas de oposiciones y diferen- topología política internacional, cuya cima actual la ocupa el presi-
cias). Así, la economía de un país está en el eje de lo sígnico por lo dente de los Estados Unidos. En el régimen del deseo, circulan
que se refiere a su moneda, sus ingresos per cápita, PIB, etc., por objetos por el eje sígnico con cualidades diversas, mientras que en el
oposición diferencial a otros en el sistema de economía mundial, eje de lo simbólico hay un objeto particular más deseado que otros
y será simbólica por lo que extrae en energía, tiempo, emociones y para el deseante, y su carga depende de la intensidad del deseo y la
materia de los sujetos comprometidos en ella. El lenguaje en tanto energía afectiva depositados en él.
intercambio abstracto de signos en un sistema de oposiciones y El hecho de que el oro como símbolo esté en la base del código
diferencias será visto desde el eje de lo sígnico, pero en tanto proceso monetario que es sígnico no implica necesariamente que este código
performativo que compromete material y afectivamente actos como sea simbólico, como lo ha entendido Goux. Lo que indica es la
promesas, expresión de emociones, constitución de realidades factua- permanencia (y no una sustitución) del eje de lo simbólico como una
les o imaginarias, producción de conocimientos, establecimiento de coordenada indispensable, junto con el sígnico, en la producción de
contacto y solidaridad humana (las funciones conativa, expresiva, sentido y significación a escala humana. Para Goux hay etapas donde
estética, referencial y fática segúnjakobson, 1963) será visto desde el el signo sustituye al símbolo (en la economía, el dinero en billetes y
eje de lo simbólico. 1 monedas sustituye al oro y prescinde de su respaldo). Es como si, para
El arte, en el eje sígnico, diferencia a una acuarela de inicios del el autor, el signo fuera la evolución o sofisticación del símbolo,
siglo xx, estilo expresionista, de Picasso, periodo azul. Por el eje aunque permanezca ligado a él, pues concibe un proceso lineal en
simbólico es significativa como obra original del pincel del gran la economía que va del instrumento al fetiche, del fetiche al símbolo
maestro con una fuerte emotividad en el uso del trazo y el color para y del símbolo al signo (Goux, 1990: 49). Parecería, por lo contrario,
expresar el mundo melancólico de los marginados, y que fue recu- que el signo no necesariamente sustituye al símbolo, aunque pueda
perada por accidente de una bodega húmeda al fin de la segunda ocurrir en algunos casos (el billete a la moneda de oro), sino que son
guerra ·mundial. los signos los que evolucionan y se sustituyen unos a otros, no a los
En la academia universitaria el eje sígnico radica en estudiar una símbolos, ya que ambos mantienen su particularidad sin disolverse.
carrera y no otra, estar en una universidad y no otra, en un salón, La moneda, por ejemplo, puede entenderse como signo y símbolo:
con un texto, un maestro y no otro. El eje simbólico se constituye signo en relación diferencial con otras monedas; símbolo por sus
por la inversión de tiempo y energía que distingue un nivel de otro connotaciones afectivas, por la inversión de energía laboral para
(licenciatura de un doctorado), complejidad y horizonte de conoci- adquirirla o por la carga temporal en monedas antiguas atesoradas
mientos, brío y entusiasmo del maestro en impartir cátedra, etc. En por la numismática. Las diversas monedas se sustituyen unas a otras
el Estado, el eje sígnico se define porque cada cargo político supues- sólo en tanto signos según convenciones establecidas por la Casa de
tamente funciona por relación diferencial en la asignación de tareas Moneda. La tarjeta de crédito funciona como signo por relación a
otras y a las formas de circulación pecuniaria y como símbolo por la
firma, ya que implica el compromiso de pago, de trabajo social o
1
inversión energética para respaldarla. Por ello, la visión lineal de
Al respecto de esta dimensión performativa, es decir material, de las funciones
deJakobson, remito al lector a Mandoki (1999a). Goux donde el signo sustituye al símbolo es muy problemática. En

1
J
SEMIO-ESTÉTICA · VISIÓN COMPARATIVA DE LOS DOS EJES 127

todo caso, puede hablarse de periodos de significación y simboliza- cia de la significación en el signo, no es diferencial sino asociativo.
ción distintos como en la moda, en los diversos estilos artísticos y en Saussure venció uno de los presupuestos en la lingüística que le
los paradigmas científicos que cambian a lo largo del tiempo y donde antecedió al descubrir el carácter diferencial de los signos. Encontró
unos estilos discursivos y valores sociales son desplazados por otros. que la palabra no carga un significado inmanente como, lo hace
En la economía libidinal puede verse un eje de lo sígnico en los suponer un diccionario. Parece una regresión, por tanto, ~firmar que
llamados "símbolos sexuales" que más bien operan como signos en el símbolo la significancia o el plano de contenido sí está cargado.
sexuales ya que se definen por oposición a y diferencias con otras Sin embargo, entiendo a esta carga como un proceso de asociación,
estrellas de la pantalla y el espectáculo. Pero desde el eje de lo al contrario del de diferenciación y oposición en el signo. Un signo
simbólico, estas estrellas invierten energía en sus espectáculos que se diferencia negativamente por no ser lo que los otros signos son
libidinizan al público, invierten dinero en la publicidad, escenografia cada cual en particular, pero el símbolo se distingue positivamente
y vestuario e invierten tiempo en el montaje de sus espectáculos. Sus por ser e integrar o acumular lo que los otros símbolos asociados a
fans invierten energía afectiva hacia las celebridades así como éstas él son también. 2
invierten o simulan invertir energía erótica para seducirlos. Quere- En el símbolo hay una huella existencial de lo que representa,
mos ver simbólicamente a las estrellas -como decía Barthes en sus como en el índice peirceano, por ello no es arbitrario. La relación
Mitologías (1980: 110-112)- dilapidar en sudor, lágrimas y saliva en directamente material que tiene el índice para Peirce (como en el
el espectáculo el equivalente a lo que hemos invertido en ellas por hueco de una bala, la huella de una pisada, un barómetro o una
la compra del boleto, entendido como intercambio por nuestro veleta), se extiende hacia la esfera mental, corporal, temporal y
esfuerzo laboral, monetario y emotivo. afectiva del sujeto, al mismo tiempo que se limita a un eje u otro
Insisto en distinguir ambos ejes por dos razones: 1] nos permitirá según el proceso en que opere. Por eso la marca de una bala será un
diferenciar entre el prendamiento estético con relación a lo simbólico índice sígnico cuando signifique por oposición el arma de un calibre
y a lo sígnico y 2] la vinculación más fuerte entre la semiosis y la en vez de otro, o el ataque por arma de fuego en vez de por arma
estesis dependerá principalmente del eje de lo simbólico por ser blanca, y será un índice simbólico por asociación a un acto de violen-
vehículo de la significancia, como se verá más adelante. Un coleccio- cia, a un evento histórico o afectivo para el intérprete independiente-
nista de llaveros o de cajas de cerillos, por ejemplo, encontrará valor mente del calibre o tipo de arma. Así también, un palacio como
estético en cada objeto por discriminación sígnica de las diferencias símbolo es índice de la cantidad de trabajo invertida en él, por su
entre un ejemplar y otro, así como por asociación simbólica al ostentación de exceso en espacio y de lujo, pero también es icono
esfuerzo que implicó adquirir cada objeto y las connotaciones anec- peirceano por su relación de semejanza con el estilo de vida de la
dóticas y afectivas de cada ejemplar. En el eje de lo simbólico, la aristocracia monárquica.
relación apreciativa del sujeto se dirige a la antigüedad del objeto, a Mientras que todo proceso de semiosis (simbólico o sígnico) es
su rareza, lujo, material, valor sentimental. La Última cena de Da Vinci necesariamente material al ser neuronal, para el eje de lo simbólico
ha perdido buena parte de su valor sígnico perceptual o sensorial por la materialidad misma es simbolizante por las evocaciones y connota-
los estragos del tiempo sobre el material pictórico, pero su valor ciones que genera. Se podría conjeturar que el eje de lo sígnico active
simbólico ha crecido por ser una obra que ha sobrevivido medio más el hemisferio izquierdo (donde están los centros del lenguaje y
milenio, hecha por la mano del gran genio renacentista y sobre un de las matemáticas) al operar por diferenciaciones, mientras el simbó-
tema de enorme carga afectiva ya convertido en icono de la fe
cristiana.
2 Mient1·as en el alemán Nacht se diferencia de Niichte negativamente por un juego
Mientras el signo tiéne un valor diferencial que se establece con
de oposiciones en el sistema, una corona de oro, diamantes, rubíes y esmeraldas se
relación a otros signos y en función al contexto, el símbolo está
distingue por ser positivamente lo que el oro, los diamantes, los rubíes y las esmeraldas
cargado en sí mismo. El efecto o sig;nificancia del símbolo, a diferen- son, además de ser corona.
SEMI O-ESTÉTICA VISIÓN COMPARATIVA DE LOS DOS EJES 129

lico active al derecho al operar por analogías, pues ahí se encuentran un código diferencial entre sus equivalentes que las identifique como
los centros de percepción musical, espacial y de la creatividad. Pero representantes de países o grupos determinados, son signos. Para los
para nuestros fines, la diferencia entre ambos ejes es menos neuroló- miembros del grupo que representa, la bandera en cambio lleva una
gica (pues carecemos de evidencia empírica para probarlo) que carga energética por la asociación con hechos históricos, colectivos
teórica y fenomenológica por el hecho de que el sujeto interpreta y personales. La bandera mexicana como símbolo se aso.da con los
símbolos de distinta manera a los signos debido a las operaciones días lunes en que todos los niños del país le rinden tributo solemne
mentales y afectivas que realiza con cada cual. vestidos de blanco, con la leyenda mítica de los aztecas y la fundación
Desde la sígnica se distingue entre silla y mesa, entre grifo y de Tenochtitlan en su escudo, con el relato histórico sobre Juan
centauro por oposiciones y diferencias. No importa la existencia Escutia que se envolvió en ella y se tiró del Castillo de Chapultepec
material del objeto sino su distinción respecto a términos próximos en 1847 para defenderla del invasor, con momentos solemnes, con
y distantes, género y especie, su ubicación en el repertorio o código. el nacionalismo deportivo, político o militar, con el punto central del
Desde la simbólica, en cambio, un término u objeto se asocia a otros Zócalo, centro del centro del centro del país.
y sólo desde esa asociación obtiene su significancia. Así una loseta de Una mesa finamente labrada, un vestido meticulosamente bor-
barro se distingue en lo sígnico de una de linóleum en su composi- dado o cosido de lentejuelas, una mansión erigida con mármoles y
ción química, en sus dimensiones, color, textura, etc., pero desde el granito, espacios inmensos, materiales preciosos, tendrán un valor
eje de lo simbólico el barro se asocia a la tierra, a su rugosidad, simbólico por la energía humana y el trabajo invertido y coagulado
calidez, humedad, frescura, connotaciones de la naturaleza, etc., en ellos. Desde el eje de lo sígnico podrán significar mesa española
mientras el linóleum a la artificialidad, modernidad, funcionalidad, del siglo xvm, vestido de fiesta, mansión del general Tinaco, pues
higiene. Puede decirse que mientras el eje 9-e lo sígnico dispara la circulan desde sintaxis sígnicas particulares. Desde el eje de lo simbó-
denotación, el eje de lo simbólico desencadena la connotación. lico, en cambio, lo que se enuncia e interpreta es el trabajo, la energía
Quepa enfatizar que, como en el caso del "objeto estético" que invertida en labrar la mesa, bordar el vestido, construir la mansión,
sólo es tal en relación con un sujeto, no pueda hablarse de signos y extraer los materiales, el tiempo que exigió su realización y su
símbolos con una existencia propia e independiente al s1tjeto, sino duración. Con esa energía es con la que se carga su valor simbólico.
que es el eje desde el que se enuncia e interpreta un evento semiósico Ni la significación del signo ni la significancia del símbolo son
el que establecerá si y de qué manera funciona como signo o como absolutamente universales ni espontáneamente interpretables en
símbolo. La corona del monarca es un signo cómo prenda que se lleva cualquier contexto, ya que ambos están constituidos contextual e
en la cabeza y que se diferenciaría por su forma de la gorra de un intertextualmente.
campesino, de un bufón o de un cardenal y es símbolo por estar hecha El signo es extenso pues se puede tener un vocabulario más amplio,
de oro y piedras preciosas que implican rareza material, trabajo y cuantitativamente superior y con mayores diferenciaciones cua-
tiempo invertido, energía afectiva y laboral. La cruz es signo del litativas. El símbolo es intenso; no requiere de la variación sino de la
cristianismo en relación diferencial con la estrella de David del judaís- concentración, como en el cuento Zen donde por la contemplación
mo y la luna creciente y la estrella de 5 picos del islamismo, pero es de tan sólo un guijarro se puede llegar .a conocer el secreto del
un símbolo si se asocia con la muerte de C1isto y su sacrificio por los universo.
pecadores. Los logotipos, las banderas, los uniformes militares y Por ello las pirámides mesoamericanas se construyeron sobre otras
religiosos, la Coca Cola, las tarjetas de crédito y el papel moneda, pirámides y las iglesias en sitios próximos o idénticos a tales pirá-
funcionan predominantemente desde el eje de lo sígnico; como las mides. Por eso también las mezquitas se erigieron exactamente sobre
letras del alfabeto o el sistema binario, son elementos de una combi- los santuarios cristianos y judíos como la cueva de Macpelá, el templo
·. natoria diferencial. Sin embargo, en cada uno pueden leerse rastros de Jerusalén e innumerables más, y las iglesias sobre las mezquitas,
del eje de lo simbólico. Las banderas, cuando sólo significan desde como la de Córdova y Sta. Sofia. El símbolo es criptofórico y po-
SEMI O-ESTÉTICA VISIÓN COMPARATIVA DE LOS DOS EJES

livalen te; el signo se reproduce por partenogénesis expulsando en la tilma, son elementos a los que el sujeto se prenda o es prendido
ambigüedades y polisemia. 3 afectivamente: se conmueve, se impresiona, se identifica, les atribuye
Si en el New York Stock Exchange lo que se vende son signos, en un valor.
Sotheby y Christie están en venta primordialmente los símbolos. Sin Este modelo biaxial permite proyectarnos al ámbito de la estética
un concepto de símbolo es imposible explicar cómo el valor de pues mientras el eje de lo sígnico nos define dónde se d~sarrolla la
cambio de un vestido viejo y no particularmente elegante o fino como significación, el eje de lo simbólico establece cómo se despliega en
el de Marilyn Monroe pueda ser más alto que el de un paquete de los intercambios en que se juega la dimensión estética para incidir
acciones contantes y sonantes de Microsoft o Coca Cola. en la sensibilidad de los partícipes. El impacto estético siempre tiene
Cabe señalar por último que tanto el símbolo como el signo que ver con el eje de lo simbólico en sus cargas afectivas, materiales,
articulan energías e intencionalidades, pero el tejido de cada articu- sensoriales, temporales. Los signos informan y los símbolos impactan~
lación es distinta. Por el código duro y altamente convencionalizado apelan a los sentidos de manera más penetrante.
del sistema de signos, la densidad del tejido no permite ver más allá
del código. En el símbolo, el tejido es tan holgado y el código tan
suave que puede entreverse fácilmente el carácter motivado del sim-
bolizante y su relación directa con el simbolizado. Desde este punto CUADRO 6. TABLA COMPARATIVA DE LOS DOS EJES
de vista, en las mercancías el valor de uso es simbólico pues está encarna-
do y depende de la energía, tiempo, materia de los que está cargado. Eje de lo sígnico Eje de lo simbólico
El valor de cambio es sígnico ya que es formal, abstracto y obedece Producción de significación Producción de significancia
a un sistema de equivalencias y diferencias.
Oposiciones y diferencias Asociaciones y cargas
Recapitulando, los signos se definen por un proceso de diferen-
Intervención sinecdóquica Intervención metafórica
ciación desde un código convencionalizado que genera denotaciones. ~"

Los símbolos, en cambio, establecen asociaciones y mantienen Operación digital Operación analógica
huellas materiales, temporales y energéticas de su origen y su signifi- Trama semiósica compacta Trama semiósica holgada
cancia generando connotaciones. Mientras los signos se van diferen- Denotación Connotación
ciando en un proceso centrífugo de multiplicación, los símbolos se
van cargando en un proceso centrípeto de densificación en el que
su valor se va acumulando y saturando a lo largo del tiempo y de la
energía laboral y afectiva invertida en ellos. El significante produce
inexorablemente efectos de significación, es decir, significados
definidos por un contexto y sus convenciones. En los símbolos, por
las mismas estrategias, los efectos son múltiples y hasta contradicto-
rios y polisémicos pero nunca ambiguos ni arbitrarios. No olvidemos
que los signos y símbolos, además de ser semiósicos y generar
información, participan de la estética en la medida en que una
bandera, una corona, la cruz del cristianismo, la imagen de la Virgen

3 Un ejemplo de esta expulsión de la polisemia está en el que hemos realizado en

el capítulo 16 con la palabra "prósica" y "poésica" aquí propuestas en un proceso de


"semiogenesis" (otro término inventado, relativo a partenogénesis).

l
LO OBTUSO
1 33

13. LO OBTUSO derarse un acento, la propia forma de una emergencia, de un pliegue


(de una arruga) que ha quedado marcado en el pesado tapete de las
informaciones y las significaciones" (Barthes, 1986: 62).
Esta emergencia de la que habla Barthes es precisamente epifanía
en el prendamiento estético. El acento o pliegue que merwiona es la
aparición de un discernimiento intransferible. Este corte súbito
Tan obtuso como un capítulo entero de apenas algo más que una subvierte el habitual re-conocimiento semiósico para permitir el des-
cuartilla es el no-eje de lo obtuso. En la exotopía o un lugar otro de cubrimiento estético. Por ello, lo obtuso no es un sentido como lo
los ejes de lo simbólico y lo sígnico se encuentra este no-eje que generaría el eje simbólico, sino un sin-sentido. No es ni simbólico ni
carece de convenciones, asociaciones, oposiciones, diferenciaciones sígnico puesto que no significa ni simboliza nada; simplemente lo
y cargas. Roland Barthes descubrió o inventó este curioso sentido, al apreciamos sin la esperanza de compartirlo con alguien; no es co-
margen de lo que llama la significación y la información, al que subjetivo. Lo sentimos fuera de cualquier orden, es decir, a través del
denominó "sentido obtuso": eje como un afuera, una transgresión, una alteridad. Es más que
absurdo cuando el absurdo se vuelve ya parte de una sígnica y una
El sentido obtuso parece como si se manifestara fuera de la cultura, del saber, sim~~lica. La Fuente de Marcel Duchamp pudo haber sido obtusa para
de la información; desde un punto de vista analítico tiene un aspecto algo un VIsltante casual y afortunado del museo, antes de volverse un objeto
irrisorio; en la medida en que se abre al infinito del lenguaje, resulta limitado
sígnico y simbólico perfectamente codificado y cotizado en el mundo
para la razón analítica; es de la misma raza de los juegos de palabras, de las
del arte.
bromas, de los gastos inútiles; indiferente a las categorías morales o estéticas
(lo trivial, lo fútil, lo postizo y el "pastiche"), pertenece a la esfera del Para ilustrar lo obtuso, Barthes presenta el caso de un extraño
carnaval. De manera que obtuso es la palabra adecuada (Barthes, 1986: 52). personaje con un gorrito en la escena de una película de Eisenstein.
Voy a arriesgar un ejemplo a sabiendas de que probablemente el
Si lo obtuso pertenece a la esfera del juego y el carnaval, como lo < lector no tendrá ni pista de por qué se me ocurrió precisamente éste
afirma Barthes, entonces no puede serajeno a la estética y a la moral (como el lector de Barthes tampoco la tenga respecto al suyo): escu-
(puesto que el carnaval se vale de aquélla para subvertir a ésta) ché a mi hijo de 5 años decirle a una amiguita: "¡no fui yo, fue Dios!"
aunque sí a sus categorías incapaces de apres_arlo. Todos nos hemos _(lo que me conmovió profundamente). Lo obtuso es irrepetible y su
encontrado con lo obtuso: un elemento fuera de lugar, abstruso y, mtersubjetividad mínima: apenas puede pasar del grado 1: el sujeto
por eso mismo, conmovedor. Por ello, el sentido obtuso podrá no de su epifanía.
funcionar desde la semiótica, sea sígnica o simbólica, pero no es ajeno Aunque Barthes lo equipara a las bromas y los juegos de palabras,
a la estética, pues captamos al sentido obtuso desde la sensibilidad y lo obtuso no equivale a lo humorístico, pues el humor ya pertenece
desde ahí nos prendamos a éste: "Creo que el sentido obtuso conlleva a los .ejes de lo sígnico y lo simbólico. El efecto 1isible se ancla en lo
cierta emoción; dentro del disfraz esta emoción no llega a ser nunca sígnico al alterar sorpresivamente una expectativa (el final inespe-
pegajosa; es una emoción que se limita a designar lo que se ama, lo r~d~ de un chiste o punch line) establecida de antemano por un
que se desea defender; se trata de una emoción-valor, de una valori- cod1go de oposiciones y diferencias, por convenciones. El humor
zación" (Barthes, 1986: 59-60). puede anclarse también en lo simbólico, como en el espíritu carnava-
Evidentemente, al haber valorización y emoción, aterrizamos de lesco de la blasfemia, la desacralización, la obscenidad y la escatología
frente en el terreno de la estética. Como para Barthes el sentido que genera risa por la descarga energética, afectiva, del objeto
· · obtuso está fuera de la lengua, no puede ser pegajoso, ya que le está burlado (el papa, el rey, la misa, el cuerpo, la muerte). Lo obtuso,
en cambio, es incalificable: puede dar risa, tristeza, melancolía,
vedada la enunciación al no poder ser comunicado. "Podría consi-
ansiedad o todas a la vez.

[132]
SEMI O-ESTÉTICA
134
Lo que caracterizaría al no-sentido de lo obtuso es q~e no puede 14. DE LA SEMIOSIS A 1A ESTESIS
ser enunciable; sólo es interpretable. Pretender enunnar lo obtuso
ya, por ese sólo hecho, le da sentido, 1~ dirige al/ de~tinatario y _entra
en un juego de diferencias que lo convierte en s1gmco para deJar de
ser obtuso. A pesar de su carácter fortuito e intransferible y con todo 1
y su sesgo insólito, lo obtuso no deja de pasar por la semiosis, aunque
se brinque los dos ejes para tomar un atajo al prendamiento. Su paso Profundamente imbricadas, la estética y la semiótica mantienen sin
por la semiosis es a través de sus intersticios. embargo características importantes que las distinguen. La semiosis es
la condición necesaria para la estesis, pero no suficiente. Para que el
fenómeno estético ocurra se requiere además de un exceso que rebase
la función perceptual e informativa, ése que Sánchez Vázquez lúcida-
mente señaló cuando escribe:

Es dificil creer que el hombre prehistórico no tuviera cierta conciencia de


que, al introducir elementos formales excedentes, estaba rebasando el límite
práctico-utilitario más allá del cual se abría un nuevo espacio: justamente el
que nosotros llamamos estético. Asimismo, al producirse -no por puro
azar- ciertos elementos formales que excedían las exigencias funcionales,
tenía que darse también cierta conciencia de la capacidad propia para
crearlos (Sánchez Vázquez, 1992: 100, cursivas mías). 1

Sánchez Vázquez (1992: 101) apunta a esa "capacidad de imprimir


al material una forma 'excedente' [que] se pone simbólica, mágica-
mente al servicio de la finalidad práctica de cazar animales salvajes" y
entiende a esa "forma excedente" como "buena forma" resultado del
"buen trabajo". En tal apreciación de la buena forma y el buen trabajo,
ha mediado la semiosis, el re-conocimiento de la percepción, pero ha
sido rebasado por el exceso del des-cubrimiento en la apreciación o
valorización de esa "forma excedente" como foco de prendamiento y
deleite que trasciende de la significación a lo significativo.
A través de la semiosis, el sujeto detecta o re-conoce a su objeto y
lo decodifica por significación o simbolización según el código y el
contexto en el que se le presente. El re-conocimiento semiótico le
brinda datos del objeto que relaciona con las numerosísimas catego-
rías desde las cuales organiza su comprensión del mundo y adquiere
un importe informativo para el sujeto. Pero en ocasiones sucede algo
más: el objeto es percibido más allá del evento puramente informa-
tivo y genera un fulgor o un valor adicional para ubicarse en la

1
Al respecto de la relación entre la estética y el exceso, véase Mandoki (2001).

[ 1 35]

.~.
SEMI O-ESTÉTICA , DE LA SEMIOSIS A LA ESTESIS 1 37

dimensión estética a través del des-cubrimiento, es decir, de retirar y de la hambruna, de los eclipses y de las epidemias; excede a
la cubierta del hábito de percepción. 2 El salto de la seniiosis a la cualquiera de sus súbditos y a todos juntos. El padre es responsable,
estesis ocurre cuando el sujeto trasciende el automatismo perceptual, para el hijo, del objeto sagrado de deseo, fuente de vida y nutrición:
rebasa la detección y alcanza a lo experiencia! en el des-cubrimiento su madre. 3
de lo inesperado. Sucede la epifanía donde el objeto de la percepción Si representamos a la dimensión semiótica en un diagi:ama como
se nos aparece de una manera novedosa, imprevisible, fascinante 0 un plano con dos ejes, el simbólico y el sígnico, en que ocurre un
gozosa. Por ejemplo, la sensación de un zumbido, que puede ser evento semiósico a, la estesis rebasa ese plano, por así decirlo, y se
agradable o molesto, nos lleva al dato semiótico de re-conocer que muestra también en otro. En la epifanía de la valoración estética,
se trata de un colibrí para des-cubrir el fabuloso verde esmeralda de ese evento a trasciende la dimensión semiósica para figurar en la
sus plumas y prendarnos al milagro de la existencia de un ave tan dimensión estética como evento a para el sujeto.
deslumbrante. Pero también podríamos haber ignorado la sensación
o habernos detenido en el re-conocimiento sígnico del percepto Eje Simbólico
"colibrí" para regresar inmediatamente nuestra atención a lo que evento semiósico o -------~ evento, estésico a
estábamos haciendo.
¿En qué momento podemos decir que la semiosis se transfonna
T Eje Sígnico

en estesis? ¿Cuándo un símbolo o un signo adquieren un valor Un evento estésico puede ocurrir en cada una de las tres fases de
estético? En el instante en que irradian para el sujeto un exceso de la subjetividad. Desde la individualidad, que se abre al mundo por la
valoración, es decir, cuando un evento semiósico simboliza más allá sensación, ocurre el gozo o el dolor corporal. En la fase de la identi-
del símbolo y significa más allá del signo, rebasándose a sí mismo. dad, ocupada en presentarse socialmente y por ende abierta al
Hay una característica de exceso, dice Goux ( 1990: 27) que deter- mundo por el discernimiento, el evento estésico se da en la aprecia-
mina la selección del equivalente generalizado en las relaciones de ción. No por ser anónimo y predominantemente colectivo el rol
intercambio. Ese equivalente rebasa su condición de semiosis e carece de elementos para la estesis, pues a partir del miramiento
interpela hacia el prendamiento en lfi estesis. El oro es símbolo por como umbral de abertura, surge la deferencia que la persona genera
la inversión de materia-tiempo energía en cuanto a la solidez mate- al sentirse parte de un sujeto colectivo. La sensación es estar presente,
rial, el esfuerzo energético de extraerlo de la tierra y la durabilidad el discernimiento es estar adiestrado, mientras que el miramiento es
en el tiempo; pero es asimismo estésico por el brillo y su asociación estar ubicado. La sensación es epidérmica y reacciona espontánea-
con la luz y el astro solar. Según Goux, en el oro hay exceso, lujo, mente, el discernimiento examina y distingue, el miramiento observa
abundancia, despilfarro, así como en el falo, en el monarca, en Dios su lugar y se ubica.
y en la imagen del padre para el niño. Tal exceso, hay que agregar,
es de orden material, temporal o energético que lo proyecta precisa- 3
La selección del equivalente generalizado en la economía libidinal, pecuniaria o
mente como símbolo. Como lo señaló Bataille ( 1987), para fecundar política es del eje de lo simbólico, aunque funcione en el eje de lo sígnico como punto
un solo óvulo el falo eyacula un exceso de esperma. La abundancia de referencia. Mientras en el eje de lo sígnico todo es intercambiable -y no hay razón
de Dios rebasa el bien y la justicia para generarlo todo, desde el para elegir un objeto en vez de otro como referente universal- en el eje de lo
simbólico la elección de cada objeto es motivada. Para Goux el oro, el falo, el padre
infinito milagro de la creación hasta el horror de exigir el sacrificio
y Dios han sido el fundamento del valor simbólico. La razón de que sea el oro, y no
de Isaac, del diluvio, las desgracias de Job y la destrucción de Sodoma el cafe o el algodón, el que haya funcionado como fundamento del valor pecuniario
y Gomorra. Al monarca se le hace responsable hasta de las cosechas en Occidente deriva del eje de lo simbólico por el esfuerzo de obtenerlo desde las
entrañas de las tierra; el oro está cargado de energía, es tiempo de trabajo coagulado.
2 Puede decirse que este descubrimiento es afin al concepto de "desfamiliarización" El falo es el cuerno patriarcal de la abundancia, su generación de esperma en millones
o extrañamiento ( ostranenie) propuesto por Victor Shklovsky como una función clave es absolutamente excesiva para la fecundación de un solo óvulo ( como lo señaló
del arte, en cuanto a que suspende la clasificación automática del percepto. Bataille ( 1987) en las economías del exceso).
SEMIO-ESTÉTICA DE LA SEMIOSIS A LA ESTESIS 1 39

CUADRO 7. FASES, UMBRALES Y PROCESOS Si el gozo y la apreciación no necesitan mayor explicación pues
aparecen frecuentemente en la teoría estética, es necesario detener-
Fases de la Umbrales de Proceso Proceso nos un momento en el concepto de la deferencia como manifestación
subjetividad percepción semiósico estésico estética. Como la deferencia depende del rol, que es impersonal y
Individualidad Sensación Detección Goce/dolor anónimo, es difícil comprender cómo la sensibilidad pµeda estar
Identidad Discernimiento Distinción del Apreciación/ activa en este nivel. Sin embargo, no excluye la posibilidad de una
percepto menosprecio abertura sensible del sujeto a su condición circunstancial colectiva,
Rol Miramiento Observancia del Deferencia/ como en la intercorporeidad y eufonía (Parret, 1993) entre las
precepto transgresión multitudes. Sólo sucede en un contexto colectivo y consiste en un
movimiento rítmico de interacción que no está personalizado como
No se equivoque el lector ingenuo al suponer que andamos por en la identidad, sino que cuando es ordenada produce una coreogra-
el mundo desplegando a veces nuestra identidad para apreciar y a fía colectiva a través de la cortesía y el cuidado a las convenciones
otras nuestro rol para mostrar deferencia'. Se trata apenas de un definidas por la situación. Su carácter estético radica en la formaliza-
esquema que nos permitirá entender un poco mejor qué exclusiones ción para la preservación de la armonía del grupo con un sentido de
efectuó la estética en la construcción de su teoría. La estética analítica equilibrio y ritmo. La deferencia es sensibilidad grupal, aunque
ha enfocado exclusivamente la zona del discernimiento desde las siempre parta del sujeto que participa en ella y la despliega.
identidades del connoisseurperteneciente al artworld. En su identidad La transgresión es el inverso simétrico a la deferencia, pues la
de experto, supuestamente sólo el conocedor discierne las propieda- segunda es al orden lo que la primera al caos colectivo. Pero hay una
des del objeto estético y aprecia sus cualidades. En palabras de Sibley forma híbrida de transgresión y deferencia que es la carnavalización,
(1987: 42) el crítico es quien logra trascender el uso de los cinco ordenadora a la vez que transgresora del orden de lo cotidiano para
sentidos para ejercer el gusto. Asimismo, al reducir la apreciación a instalar fugazmente lo extra-ordinario o carnavalesco. En el prenda-
la atención, Dickie (1992) sencillamente intentó sustituir el proceso miento del carnaval las masas cancelan distancias y, con éstas, la
estésico por el semiósico, es decir, confundió el discernimiento del deferencia que anula identidades y roles individuales para crear un
percepto (que llama "atención a las cualidades estéticas del objeto") cuerpo colectivo transgresor, como lo señaló Bajtín en sus estudios
con la apreciación. No logra distinguir entre el importe informativo de las jerarquías medievales y la poética de Rabelais. Éste se opone
de un objeto en la semiosis (re-conocimiento) de su excedente a su vez a la transgresión de la plaga, donde sólo existe un cuerpo
apreciativo para el sujeto (des-cubrimiento). colectivo amorfo, el de la muchedumbre ciega, que se dispone al
Con este gesto, la teoría estética ha clausurado del campo de su aplastamiento, al linchamiento, a la estampida.
incumbencia a todos los otros niveles en que ocurre el prendamien- En un enjambre o una parvada se guardan distancias; hay un
to. Por ello ha carecido de elementos para comprender que la orden en que el grupo mantiene el miramiento en la escala animal.
condición de estesis no es el privilegio exclusivo de los conocedores Pero en la muchedumbre, como en las plagas de langosta, las masas
del arte de elite. No sólo rebasa el ámbito de las Bellas Artes en la se mueven cuerpo a cuerpo, en la inmediatez del contacto. Como un
matriz artística y palpita a través de la urdimbre de la vida cotidiana, fluido, la masa lo invade todo en su convulsión; ahí la sensibilidad
sino que probablemente trasciende el esquema antropocéntrico al no emerge de unidades discretas como la identidad que requiere
que ha sido circunscrita. El gatito que disfruta el sol y juega con una distancia, sino del conglomerado mismo en euforia y embriaguez
madeja de estambre o las conformaciones de las parvadas que mani- colectivas (de nueva cuenta la "intercorporeidad" señalada por
fiestan un sentido de orden y simetría que no parece ser meramente Parret, y que cada vez exhibe con más claridad su simiente totalitaria
utilitario, nos permiten conjeturar que la estesis no es una condición y fanática en esa excitación de formar parte de la muchedumbre).
exclusiva de la especie humana.
SEMI O-ESTÉTICA

A través de todos estos procesos, no todo es miel sobre hojuelas. 15. ENUNCIACIÓN ESTÉTICA Y SU CARÁCTER DIALÓGICO"
Prevenidos contra el síndrome de Panglos tenemos que reconocer
que si las sensaciones pueden ser gozosas, también pueden ser
dolorosas. El discernimiento puede ser apreciativo, pero también
despectivo y el miramiento puede ser deferente pero también ofen-
sivo. La sensibilidad está abierta a las encantadoras sutilezas de la
vida, pero también a la violencia estética. A diferencia de una simple En el capítulo anterior analizamos la condición de estesis princi-
agresión ante la cual cada quien se defiende como mejor puede, la palmente desde la actividad interpretativa del sujeto. En el presente
violencia estética lacera precisamente la abertura del sujeto al mun- lo enfocaremos desde su actividad enunciativa. Al contrario de la idea
do, el punto de mayor vulnerabilidad. generalizada de que la enunciación estética es exclusiva de los artistas,
En suma, la sensación es pasiva ante los estímulos, el discernimien- hay que enfatizar que todos ejercemos esta actividad en las diversas
to es activo en su organización, el miramiento es observante de una matrices en que nos hallamos situados diariamente. Cabe insistir en
avenencia social tácita. La sensibilidad es valorativa y puede brotar que la enunciación estética no es tampoco exclusiva del ser humano,
en todos y cada uno de estos procesos rebasándolos como gozo, pues encontramos sus despliegues en el reino animal como en el paso
apreciación y deferencia. El sujeto se despliega ante el mundo de orgulloso del pavorreal al extender su fabuloso abanico de plumas,
diferentes maneras: entregándose a la sensación, constituyendo su en el pájaro tilonorinco que adorna su nido con objetos de colores
identidad en el discernimiento y observando su rol en el miramiento. para atraer a la hembra y en general en los ritos de acoplamiento de
Desde cualquier fase o proceso, el sujeto se expone en la sensibilidad diversas especies. Si la semiosis en los pájaros se manifiesta en un acto
a la valoración, como también al dolor, al padecimiento, al desprecio tan estético para nosotros como· es el canto y el vuelo simétrico de las
y la ofensa, pues en tanto umbral de la sensibilidad, el sujeto es parvadas o en las abejas por la danza, en el ser humano se enuncia
vulnerable. por todos los registros de la semiosis: corporal, visual, verbal y
acústico.
Por ello, resulta asombroso que la teoría estética siga suponiendo
hasta la actualidad que es posible realizar estudios sobre los fenóme-
nos estéticos sin la mediación de la semiótica. La lingüística se ha
separado en direcciones divergentes a partir de que Saussure distin-
gue entre la lengua ( langue) y la palabra (parole) implicando la
distinción entre un sistema abstracto de combinaciones y reglas por
un lado y el enunciado individualizado y concreto por el otro. Bajtín
le critica a Saussure su concepción despersonalizada del discurso
como sistema abstracto de signos y su errónea suposición de que el
enunciado (parol,e) es totalmente individual: "Ningún enunciado en
general puede ser atribuido exclusivamente al hablante; es producto
de la interacción entre los interlocutores y, en términos amplios, el
producto de una situación social completa y compleja en la que
ocurre" (Voloshinov, 1987: 118). 1 Es cierto que todo acto de comuni-
cación se sitúa entre el autor del enunciado y su destinatario, y que

1
Aunque firmado por Voloshinov, la autoría se le atribuye a Bajtín.
SEMI O-ESTÉTICA ENUNCIACIÓN ESTÉTICA Y SU CARÁCTER DIALÓGICO
143
está destinado como lo señaló Bajtín, mientras que "las palabras y las convencional sino real, delimitada con precisión por el cambio de
oraciones son impersonales, no pertenecen a nadie y a nadie están los sujetos discursivos, y que termina con el hecho de ceder la palabra
dirigidas" (Bajtín, 1990: 285). al otro, una especie de un dixi silencioso que se percibe por los
A pesar de los riesgos de combinar visiones inconmensurables, oyentes [como señal] de que el hablante haya concluido" (Bajtín,
intentaré integrar la visión saussureana con la bajtiniana a fin de 1990: 258, 261). En la comunicación es activo no sólo el autor del
tener una perspectiva de la comunicación estética que abarque tanto enunciado sino el destinatario o intérprete ya que "toda co~prensión
al intercambio concreto (sintagmático) a través de enunciados de un discurso vivo, de un enunciado viviente, tiene un carácter de
(parol,e), como a los ejes y planos (paradigmáticos) desde los que se respuesta (a pesar de que el grado de participación puede ser muy
configuran o sistemas de significación ( langue) . variado); toda comprensión está preñada de respuesta y de una u
La estética no es, por tanto, un mero fantaseo del individuo aislado otra manera la genera: el oyente se convierte en hablante" (Bajtín,
en su mundo interior ni una facultad humana enigmática e ina- 1990: 257).
prehensible, una colección de objetos o categoría de clasificación de Aplicar un modelo semiótico al análisis estético no implica que la
éstos, sino que es un ingrediente activo en intercambios sociales estética sea una manifestación puramente lingüística. Se trata más
concretos entre los sujetos y con su contexto. No se trata, entonces, bien de asumir el hecho de que la semiosis es un proceso siempre
de definir la sensibilidad como una esencia ni de describir psico- presente en fenómenos estéticos. En vez de reducirse a objetos
lógicamente al ser sensible, sino de encontrar las herramientas fetichizados por el artworld, las manifestaciones artísticas no son otra
conceptuales para entender cómo opera, puesto que siempre es cosa que enunciados o interpelaciones, llamados a la sinergia.
sensibilidad de alguien respecto a algo o alguien, en algún lugar y Por eso la estética como disciplina tradicionalmente ha analizado
tiempo; no existe en abstracto. No hay, pues, sujeto monádico sino al arte como objeto privilegiado, pues es un acto. ostentoso de
dialógico, como diría Bajtín, ya que se establece en un nodo de comunicación y una puesta en sinestesia -aunque más o menos
comunicación y fhtjo energético con los otros a través del complejo diferida- entre el artista y el espectador. Sinestesia en ambos
tejido de interacciones sociales. sentidos: a] como intento de compartir la estesis con otro sujeto, es
De ahí que la comunicación estética pueda se:r: ~ntendida desde decir, una puesta en común de la estesis mediada por la obra, y b]
el dialogismo bajtiniano considerando que siempre se establece en sinestesia por la integración de sentidos que despiertan eco en otros
un diálogo de alguien con algo o alguien en concreto sobre algo, de sentidos. De ahí que analizar un enunciado desde el punto de vista
lo dicho con lo no dicho, de lo que puede decirse con lo que no de la teoría estética resulta sin duda más problemático que hacerlo
puede decirse, de lo que se ha dicho antes y lo que se podría decir desde la lingüística ya que, además de realizarse a través de varios
después. Lo que se comparte en la comunicación son enunciados registros simultáneamente (no sólo el verbal del lenguaje), excede
como cargas vitales, energías, actividades, conceptos, perceptos, su importe informativo al apuntar hacia la sensibilidad más que al
sentimientos y sensaciones que interpelan al sujeto como enunciante entendimiento. Si la traducción intersemiótica entre un registro y
e intérprete en una relación dialógica. Como puesta en común, se otro (como el somático y el verbal) es muy complicada -v.g. el pro-
intercambia información en la semiosis como se intercambian expe- blema de incomunicabilidad del dolor señalada por Wittgenstein-
riencias afectivo-sensoriales en la estesis. La sensibilidad escucha apenas podremos imaginar la dificultad de afrontar una traducción
hasta lo que las palabras no pronuncian. metasemiótica de la estesis, ubicada como está entre la primeridad y
La Prosaica, como un lugar particular de observación de fenóme- el éxtasis.
nos estéticos cotidianos, se sitúa entre identidades; por ello depende Es importante hacer explícito el punto de observación en el que
de la enunciación y la interpretación, es decir, del habla. Así "todo vamos a situarnos respecto al estudio de la Prosaica. Nuestro enfoque
enunciado es un eslabón en la cadena, muy complejamente orga- se ubica en este sujeto y su despliegue de estrategias estéticas por lo
nizada, de otros enunciados ... " y "el enunciado no es una unidad que, consecuentemente, habremos de orientarnos al nivel del enun-

l
144 SEMI O-ESTÉTICA ENUNCIACIÓN ESTÉTICA Y SU CARÁCTER DIALÓGICO

ciado más que al del signo o del discurso. Mientras la escala a la que in absentia, la an-estesia. De ahí que sea imposible hablar de un evento
se observa el discurso es mucho más distante (casi telescópica) -pues estético sin implicar al sujeto, a su interpretación y a su situación,
los discursos son sociales e impersonales- el enunciado siempre se pues para un sujeto dado un evento puede ser estético de gran
vincula a la identidad y requiere una escala 1:1, es decir, dialógica. intensidad y para otro no; o serlo en un momento y no en otro.
El signo, en cambio, tendría que verse como abstracción con un En la construcción social de lo real, se producen signQs, enuncia=..__ _
microscopio semiótico para conocer su emergencia y operación dos y discursos que incluyen diversas combinaciones de lo perceptible
respecto a otros signos, como ese gran esfuerzo de observación tan y lo decible. Un texto literario es un enunciado no sólo en lo decible
detallada realizado por Peirce. Tampoco es cuestión de rastrear del lenguaje sino en lo perceptible indirectamente por mediación de
unidades mínimas como el fonema, morfema o el colorema sino de aquél. La estesis artística es siempre sinestesia en ambos sentidos: a]
definir y justificar escalas de observación. como sincronía de los sentidos y b] como sentir-con otro, simultánea
¿Por qué situamos en el nivel de la enunciación? Porque lo que o diferidamente (el artista, el personaje, el espectador). De hecho,
está en juego en los procesos de enunciación e interpretación es en toda enunciación artística es un esfuerzo por alcanzar esta sinestesia
primera instancia la identidad del enunciante puesto que, por su de la ca-subjetividad.
inmediatez, la individualidad -como sustrato biológico del sujeto- La estesis orgánica, en cambio, es profundamente solitaria, como
no es enunciable excepto como pura intencionalidad hacia la super- lo expresa Wittgenstein (1953) en sus reflexiones acerca del dolor y
vivencia. Asimismo, por su complejidad, tampoco es enunciable la su inconmensurabilidad respecto a su expresión lingüística. No hay
subjetividad ya que integra -como unidad propia- la multiplicidad continuidad entre experiencia y enunciación para Wittgenstein ( v.g.
de despliegues de identidades según la variedad de matrices en que entre estesis y semiosis) pues nada se puede decir de la sensación.
se ubique. Como lo señaló Goffman ([1959]1981), los sujetos cons- Parece cancelarse, pues, toda posibilidad de iconismo (en sentido
truyen sus identidades para presentar su persona ante los otros y peirceano como semejanza) entre estesis y semiosis lingüística, en
asentarse en la realidad social. Lo hacen por estrategias y mecanismos este caso entre sensación y enunciación (aunque se mantenga su
semióticos. Sin embargo, agregaríamos, no basta con identificarse relación indicial). La pregunta permanece: ¿qué es, entonces, lo que
como tal o cual persona en el plano de la semiosis, pues la credibili- se enuncia si no es la experiencia, así sea imaginaria y creada por el
dad, la confianza y la adhesión del otro dependen de la forma en que enunciado? De ahí entonces que toda semiosis lo es de la estesis como
se presenta, es decir, de las estrategias estéticas en su modo de ésta de la semiosis en una cinta de Mobius (cf. Mandoki, 2003b).
enunciación (phrvnesis, arete y eunoia aristotélicas como sabiduría
práctica, virtud y armonía) y sus tres pesos ilocutivos ( logos, ethos,
pathos) (cf. Mandoki, 1999).
Por ello, un evento semiósico tiene relevancia estética cuando
logra irradiar ese exceso de valoración donde el sujeto no sólo detecta
signos o decodifica mensajes sino los aprecia y los disfruta o padece.
Habrá que considerar como eventos estésicos a todas aquellas formas
manifiestas, ya sean verbales (escritas y orales), visuales (colores,
texturas, figuras), conductuales ( actos, actitudes), corporales (gestos,
posiciones), sensoriales en general (táctiles, olfativas, auditivas,
gustativas) a través de las cuales el sujeto valora a los otros, a sí mismo
y a su entorno. Si consideramos un espectro de diversas gradaciones
e intensidades, se pueden considerar asimismo los efectos de signifi-
cación estética de grado cero, como la indiferencia, es decir, la estesis
CUARTA PARTE: HACIA LA PROSAICA

PROSAICA Y PANESTETISMO

Cabe enfrentar de entrada la impugnación casi automática que la


estética conservadora habrá de esgrimir contra la propuesta aquí
elaborada; me refiero sin duda a la acusación de panestetismo. Tal
imputación iría más o .menos en estos términos: si se amplía tanto el
concepto de estética para rebasar el arte y lo bello, entonces todo
terminaría por ser estético y, por consiguiente, se disolvería totalmente
el objeto de estudio. En efecto, al decir que todo es estético, la estética
pierde pertinencia. La objeción es contundente e inapelable.
Pero en la Prosaica nunca se propone que todo sea estético. Al
contrario, se asume precisamente lo contrario: que ninguna cosa es
estética, ni siquiera las obrasde arte o las cosas bellas. La única estesis
está en los sujetos, no en las cosas. La formulación de la estética de
lo cotidiano aquí elaborada no puede ser más inocente de cualquier
acusación de panestetismo por el simple hecho de que al enunciar
que "todas las cosas son estéticas" se presupone el objetualismo,
pecado del que la Prosaica está absuelta. La estesis es una condición
de los seres vivos. Mejor dicho, no es "una" condición sino "la" condi-
ción de vida. Vivir es estesis (lo cual no quiere decir que todo en la
vida sea es tesis).
En la misma medida, si se dice que todo es arte (como el arte de
amar, el arte de engañar, el arte del conversar, de apostar en el
hipódromo y del buen beber), entonces también el contepto de
"arte" pierde pertinencia. En este caso simplemente se usa el término
en sentido metafórico, no literal ni descriptivo.
Le debo a Jan Mukarovsky (quien asume que cualquier objeto y
cualquier acción -sea un proceso natural o una actividad humana-
pueden llegar a ser portadores de la función estética) esta precau-
ción de curarse en salud del ataque de panestetismo. De inmediato
advierte que "ésta no pretende ser una afirmación panesteticista,
puesto que: l] no se afirma la necesidad, sino únicamente la posibi-
lidad general de la función estética; 2] no se cuestiona la posición
HACIA LA PROSAICA

dirigente de la función estética entre las restantes funciones de los 16. POÉTICA Y PROSAICA
fenómenos dados para toda la esfera de la función estética; 3] no se
trata de confundir la función estética con otras funciones, ni tampoco
de concebir las otras funciones como meras variantes de la función
estética" (Mukarovsky, 1977: 47).
En su esfuerzo por trascender los confines del arte en el análisis
estético, Mukarovsky cita a Guyau cuando propone: "Respirar profun- Una vez establecidos los términos desde los cuales vamos a concep-
damente, sentir cómo la sangre se purifica en contacto con. el aire, tualizar a la estética, es momento ya de emprender la incursión en
¿no es ésta precisamente una sensación embriagadora, a la que sería sus manifestaciones más inquietantes y menos exploradas: las de la
difícil negar valor estético?" (Les problemes de l'estétique contemporaine) vida cotidiana. Sorprende que, desde los filósofos presocráticos, el
y a Dessoir: "el designar una máquina, la solución de un problema ser humano se haya preguntado antes por la vastedad del universo
matemático, la organización de un determinado grupo social, como que por la especificidad de lo humano. La estética igualmente se
cosas bellas, es algo más que una forma de expresión" (Ásthetik und inició desde la reflexión de un fenómeno extraordinario, el arte,
allgemeine Kunstwissenschaft). N átese la diferente acepción de lo antes de interesarse por sus manifestaciones cotidianas a pesar de (o
estético en uno y otro autor: mientras en la frase de Guyau subyace precisamente por) que inundan copiosamente todos los ámbitos de
el concepto de lo estético como relativo al placer, en Dessoir se la cultura.
vincula a lo bello. Aristóteles define a la Poética, como el estudio del arte en gene_ral
En la Prosaica, en cambio, lo estético se vincula a la estesis como (Poética, 1447) "de sus especies y capacidades, de la estructura de la
dimensión viva de lo real, a la experiencia, sin que implique· nece- trama para un buen poema; del número y naturaleza de sus partes
sariamente a la belleza o al placer. Por ello, la Prosaica equivale a una constitutivas". Se pregunta por la mimesis en la "Poesía Épica y la
estesiología filosófica y antropológica (como estudio del funciona- Tragedia, como de la Comedia, y la poesía Ditirámbica, y buena parte
miento de los sentidos en la cultura) o a una socioestética (como el de la música de la flauta y la lira ... " Pero la Poética es la punta del
despliegue de la estesis en el seno de la vida social) . A la Prosaica le témpano de una multiplicidad de actividades estéticas con las que
conciernen tanto los mecanismos o configuraciones estéticas (en constituimos diariamente nuestra vida cotidiana: la Prosaica.
cuanto se elaboran para incidir sobre la sensibilidad) como sus Elegí el término de "Prosaica" por razones coyunturales para
condiciones y efectos en la sensibilidad, tanto la forma como la enfrentar el dominio exclusivo que tiene la Poética en sentido aris-
materia-energía de los dos strata antes mencionados. totélico sobre la teoría estética. El término de "Prosaica" deriva del
verbo latino provertere (verter al frente) y me parece adecuado para
designar la diversidad de los procesos colectivos e individuales de
presentación social por mediaciones estéticas. Este "verter al frente"
es precisamente la enunciación estética, emparentada a la "expre-
sión" (del latín expressio, presionar hacfa. fuera) y su inverso, la
"impresión" (del latín impressus, presionado hacia adentro) (cf. tomo
n, capítulo 8). En ambos casos, para verter y para presionar afuera/
adentro, es necesaria la energía, el impulso que se con-forma y se
articula corporalmente por medio de prácticas de intercambio y
comunicación contextualizadas desde un lugar y tiempo determi-
nados (los a priori) como condiciones de posibilidad de la dimensión
estética.

l
HACIA LA PROSAICA POÉTICA Y PROSAICA 151

En un texto muy poco conocido, Aristóteles definió como Prosfúca Prosaica es una mirada estética a la vida cotidiana. Estos tres ejerci-
a los requisitos de la buena comedia y al secreto de un buen chiste, cios de la mirada corresponden al orden de la re-presentación en la
en contraste con la Poética que concierne a la compasión y el temor Poética, de la presentación en la Prosaica y de la presencia en la vida
en lo trágico. 1 Sin embargo, en su Poética (1449) incluye a la comedia diaria. El Guernica de Picasso o cualquier pintura figurativa, novela o
al referirse a lo ridículo, lo feo, y a los poetas cómicos que concur- teatro, re-presenta (vuelve a presentar)· en la Poética a sus .Personajes
saron en el Archon como Epicarmus, Formis y Crates (486-440 a.C.). o situaciones desde el material que emerge de la presencia en la vida
Antes de la invención de las artes en prosa como la novela o el cuento, diaria, al tiempo que presenta la identidad del autor, su gesto en la
el término tenía relación con el hecho de que los personaj~s de la Prosaica, al crear o seleccionar ciertos temas y no otros. La presencia
Tragedia eran de alto rango y se expresaban en poesía mientras los del horror y la presentación de Picasso como artista con una profunda
del pueblo lo hacían en prosa, como en las obras de Shakespeare. indignación ante la masacre perpetrada por los alemanes durante el
También es cierto que Aristóteles dedicó la mayor parte de la Poética bombardeo contra el pueblo vasco en abril de 1937 es articulada en
al análisis del género de la Tragedia, pero ha pasado a utilizarse para su re-presentación a través del cuadro por el cromatismo austero de
designar al estudio del arte en general. contrastes en blanco y negro, un dinamismo vertiginoso y una expre-
La Prosaica en su sentido aquí propuesto no se define por oposi- sividad desgarradora de cuerpos humanos y animales. La Poética es
ción a la Poética ni denota al estudio de lo cómico en contraste con el modo en que la estética intenta evadir la volatilidad de la Prosaica.
lo trágico, pues la mirada estética de lo cotidiano no se opone a la Por ello recurre a su impresionante poder de re-presentarla. Pero tal
enunciación artística sino que subyace a ella. "Las cimas de las presentación de la Prosaica en el testigo de un evento no equivale a la
montañas no flotan sin soporte; ni siquiera sólo descansan sobre la presencia misma en la vida, como la que les fue arrebatada a sus
tierra: Son la tierra en una de sus operaciones manifiestas" (Dewey, víctimas por los nazis.
([1934] 1980: 3). Con esta metáfora, Dewey nos señala que el arte no Como antecedentes al uso del término de "Prosaica" hay que
se eleva por fuerza propia ni sólo se apoya sobre lo cotidiano, sino mencionar dos casos: uno es el estudio clásico de la prosaica al
que es lo cotidiano en una de sus manifestaciones más notables. Sin designar la escritura en prosa como opuesta a la métrica -por
embargo, tal relación entre el arte y lo cotidiano de la que habla ejemplo el de Annae Mariae Van Schurman ( 1648, Nobiliss. virginis
Dewey no resulta tan transparente. De ahí que la Poética sea un área Annae Mariae a Schurman, opuscula Hebraea, Graeca, Latina, et Gallica.
especializada de la- Prosaica que se ocupa de estudiar la poiesis Prosaica et Metriea)- y otro en el campo de la estética, a Morson y
profesional de la producción y la recepción artística (cf. tomo n, Emerson en su libro intitulado Mikhail Bakhtin, Lreation of a Prosaics
capítulo 16). Otra forma de entender a la Prosaica es como socioes- (Mijaíl Bajtín, Creación de una Prosaica). En éste se utilizan dos
tética, es decir, la estética de la vida social por lo cual la Poética, en acepciones distintas de Prosaica:
tanto práctica social de legitimación de ciertos objetos para la
La Prosaica abarca dos conceptos relacionados pero distintos. Primero en
contemplacíón artística, forma parte de ella.
oposición a la "Poética", la_ Prosaica designa una teoría de la literatura que
Hay mediaciones entre lo cotidiano y lo artístico, o entre Prosaica
privilegia la prosa en general y la novela en particular sobre los géneros
y Poética, que pueden marcarse, muy grosso modo, en términos de poéticos. La Prosaica en su segunda acepción es mucho más amplia que en
la mirada. La Poética sería una mirada estética a la Prosaica como la la teoría literaria: es una forma de pensar que supone la importancia de lo
1 Hace poco di en internet con este curioso caso de la Prosaica aristotélica, hecho
cotidiano, lo ordinario, lo "prosaico" (Morson y Emerson, 1990: 15).
que, a pesar de tener otro sentido, reafirmó la pertinencia del término para esta empresa
teórica. Era "A Brief History of Láughter" de Adrienne Kress en http:/ /www.library. Cito la definición de Morson y Emerson porque refleja el uso
utoronto.ca/uc/ucdp/buffo/laughter.html. Según este textito, el arte de la risa, que se común dado a la palabra "prosaica" y porque, además del texto
olvidó por la peste de la Edad Media, se recupera en el Renacimiento a través de un perdido de Aristóteles, es la primera vez que se menciona el término
espacio dedicado a la risa, el Laughtorium (que podríamos traducir como Risatorio),
ubicado detrás del burdel, donde se podían escuchar los sonidos más repugnantes.
sin una carga despectiva asociado a lo banal y con Ún afán teórico
HACIA LA PROSAICA POÉTICA Y PROSAICA
1 53

que no designa exclusivamente a la prosa. Los autores, sin embargo, de realidades, de imaginarios, de identidades. Aquí nos concentrare-
se desvían de este sentido para enfocarse en la teoría de la novela en mos exclusivamente en las prácticas sociales en que la estética
Bajtín, es decir, de la prosa. adquiere una función estratégica preeminente, y esas prácticas tienen
Aunque entiendo a la Prosaica como lo que "supone la importan- que ver con las identidades (cf. tomo II passim).
cia de lo cotidiano, lo ordinario, lo 'prosaico"', no es lo cotidiano en Con Peter Berger y Thomas Luckmann (1986: 36) entiendo que
sí o lo ordinario lo que abarcaría la Prosaica sino exclusivamente su "la vida cotidiana se presenta como una realidad interpret;da por los
dimensión estética. En la vida cotidiana dormimos, hacemos el amor, hombres y que para ellos tiene el significado subjetivo de un mundo
comemos, trabajamos, hablamos, actuamos. Lo cotidiano es, e~ectiva- coherente". Dado que, como lo han argumentado ampliamente estos
mente, "la prosa del mundo" como la llamó Merleau-Ponty. Pero la autores, la realidad es una construcción social, la tesis aquí propuesta
Prosaica no trata de esa prosa o de su gramática sino de la forma en es que los materiales e instrumentos con que se construye, y la textura
que está configurada para cautivar o sojuzgar. No trata del ser para que los sujetos se adhieran a ella son, en buena medida, esté-
ocupado en sus faenas cotidianas sino de la manera en que se realizan ticos. Si la sociedad se concibe como una reticulación semiósica
y desde la cual operan para generar efectos sensibles en las in- semejante a una telaraña, la estética sería ese compuesto que la vuelve
teracciones sociales y con el entorno a través de la construcción de pegajosa para atraer a sus presas.
matrices culturales y sus respectivas identidades, aunque ambas se Tanto Berger y Luckmann como Goffman nos plantean respec-
apoyen en y constituyan al "mundo de vida" o Lebenswelt (Schütz y tivamente que la realidad y la identidad son constmctos sociales y
Luckmann, 1973). han procurado explicar qué sucede en estos procesos. La Prosaica
Por ello, cabe señalar que no analizaremos a la vida diaria como arranca precisamente donde estos autores se detienen, pues nuestro
tal a la manera de un sociólogo, psicólogo, filósofo, político o objeto de exploración no es qué sino cómo suceden tales procesos, es
antropólogo, que los hay muy distinguidos en el estudio de la vida decir, cómo funciona la dramaturgia de la persona a la que apunta
cotidiana (cf. Lefebvre, 1972; Heller, 1972; de Certeau, 1988; Schütz, Goffman y con qué materiales y discursos se construyen las identi-
1976; Schütz y Luckmann, 1973). Al Lebenswelt, Schütz y Luckmann dades personales. Así también exploraremos cómo y de qué manera
(1977: 25) lo definen así: "Por mundo de la vida cotidiana debe se establecen las instituciones de las que hablan Berger y Luckmann
entenderse ese ámbito de la realidad que el adulto alerta y normal para lograr la adhesión y plausibilidad necesarias que las asienten
simplemente presupone en la actitud de sentido común. Designamos intersubjetivamente, y cómo es que se conforman identidades perso-
por esta presuposición todo lo que experimentamos como incuestio- nales y colectivas a partir de ellas. Aunque advierten del riesgo de
nable ... " La Prosaica no se ocupa del "lebenswelt sino de las condiciones hablar de identidades colectivas por el peligro de hipostasiación a la
sensibles con que se teje. Durkheim en su teoría de "conciencia colectiva" (a la que se puede
En otros términos, la Prosaica no trata de la presencia del ser añadir el Volkgeist o "espíritu del pueblo" del nazismo y el "in-
humano en la vida diaria sino de los modos o estilos de la presentación consciente colectivo" de Jung) comparto la posición atinadamente
retórica y dramatúrgica del sujeto en su contexto social (Goffman, señalada por Gilberto Giménez (1991: 199) cuando afirma que:
[1959] 1981), sin excluir su re1Jresentación artística. Lo cotidiano,
Este riesgo sólo existiría si se concibiera la identidad colectiva de un grupo
etimológicamente ligado a lo diurno, al término "día" (del latín
como algo totalmente diferente y externo a las identidades personales de cada
quotidie), no es un hecho simple dado sin mediaciones, pues se
uno de sus miembros. La identidad colectiva no planea sobre los individuos,
constituye continuamente sobre la base de acuerdos negociados y sino que resulta del modo en que los individuos se relacionan entre sí dentro
reglas compartidas ·donde están en juego las identidades personales de un grupo o de un colectivo social. Ya he dicho que la identidad no es
y colectivas presentadas a la sensiblidad de los participantes. De ahí "esencia" sino un sistema de relaciones y de representaciones.2
que requiera de mecanismos de persuasión y adhesión que le den 2
Giménez nos remite a la fundamentación del concepto de identidad colectiva en
sentido y encanto, es decir, de estrategias ligadas a la presentación Pérez Agote ( 1986: 76-90).

l
HACIA LA PROSAICA POÉTICA Y PROSAICA 1 55
1 54

Efectivamente, vamos a entender a las identidades colectivas en capaz de reclutar y suscitar (estética), es decir, menos por una opera-
relación con las identidades personales (pues no se oponen unas a ción denotativa que por la connotativa. Hay un componente estético
otras) ya que ambas emergen desde matrices sociales concretas, en el modo en que se construye y se propaga la ideología, y su función
nunca en abstracto. La diferencia entre ambas radicaría en la escala cohesiva es resultado de movilizar a la estesis con que se genera la
de observación al no haber identidad personal que no se constituya adherencia y la identificación imprescindibles para la vinqilación de
por medio de materiales y códigos colectivos y ante la mirada de los los sujetos entre sí y con las instituciones. Hace décadas, los análisis
otros (a partir de la "fase del espejo" lacaniana) en una situación de marxistas enfatizaban a la ideología como aglutinante social. Lo que
co-identidad. La ineludibilidad de esa mirada se traduce en la nunca explicaron fue cómo se alcanzó esta cohesión y por qué
indispensabilidad de la estética en la vida cotidiana. dispositivos obtuvo tal eficacia, pues mantener cierta unión dentro
Habrá que efectuar, entonces, un viraje de 180 grados al concepto de una sociedad de clases extremadamente antagónicas requirió un
de la estética tradicional para situar el foco de estudio ya no en los mecanismo altamente eficiente y de gran alcance. Este mecanismo
efectos estéticos de las prácticas sociales como el arte, las artesanías o el es operado por la estética ( cf. tomo 111 sobre la estética en su
diseño, sino en los efectos social,es de las prácticas estéticas ( que no se operación política).
reducen a estos tres tipos de objetos). Ello implica que la estética es
antes que nada una práctica, una actividad más que una cualidad. En
otras palabras, la estética no es el efecto de lo bello o lo sublime en la
sensibilidad humana sino un conjunto de estrategi,as constitutivas de POÉSICA Y PRÓSICA

efectos en la realidad. Vamos a analizar, pues, los modos en que se


despliega tal constitución estética de la vida cotidiana y el tipo de Para evitar afirmaciones tan confusas y ambiguas como: ".. .la novela,
prácticas en las que está involucrada. Ya que la subjetividad resulta la más prosaica de las formas prosaicas" (Morson y Emerson, 1990:
inaprehensible excepto a través de su objetivación, la estética en la 27) un cambio de terminología podrá resultar útil. Con el fin de
vida cotidiana sólo puede abordarse teóricamente a través del análisis denominar la teoría de la literatura referida a la prosa como la novela
de los procesos de enunciación e interpretación en los que la y el cuento, me atrevo a proponer el neologismo de "prósica"
subjetividad se articula, se despliega y se con-forma. esperando se justifique por las ambigüedades que expulsa. La prósica
El viraje que propongo es el resultado de enfocar a la estética ya (referida a la prosa) podrá así distinguirse de la Prosaica como estética
no desde una aproximación puramente filosófica (como se ha realiza- en la vida cotidiana sin la carga peyorativa del término. A la teoría
do tradicionalmente), sea especulativa en la corriente idealista o la literaria de los géneros en poesía puede denominarse con otro
estética analítica que examina la lógica de las proposiciones, sino des- neologismo: "poésica". La poésica, como relativa a la poesía, será
de una aproximación multidisciplinaria. A partir del interaccionismo distinta a la Poética, relativa al quehacer artístico. Cabe afirmar que
simbólico, particularmente los trabajos microsociológicos de Goffman la construcción teórica es también una forma de poiesis pues, en su
([1959] 1981; 1967) y la escuela de Chicago, como los de Foucault sentido literal, poiesis es "hacer" y por ende ocurre en diversos ám-
en la genealogía del sujeto, tres nutrientes filosóficos fértiles (cf. cap. bitos de la realidad social, no sólo en el arte. Sin embargo opté por
18) y con un instrumental metodológico de la semiótica híbrida conservar su sentido aristotélico referido exclusivamente a la práctica
saussure-peirceana, será posible realizar análisis que subrayen la artística por ser éste su uso más común.
relevancia y especificidad de la estética en la vida diaria. De lo anterior se desprende que en la Poética hay manifestaciones
La metáfora de "cemento social" se ha utilizado a menudo para tanto de la prósica como de la poésica. La prósica poética denota a las
explicar la función de la ideología en la sociedad. La ideología, sin obras artísticas en prosa como la novela, la literatura dramática y el
embargo, aglutina a la gente menos por su importe informativo cuento en el arte de elite, (es decir, lo que se entiende por "bellas
(semiótico) que por el importe emocional o la carga afectiva que es artes" o arte canónico, clásico o culto, etc.) y a las novelas rosas,
HACIA LA PROSAICA POÉTICA Y PROSAICA

radionovelas, telenovelas en el arte de masas. La poésica poética se en el de masas como en la vida cotidiana. Queda claro que la Prosaica
refiere a versificación artística como los sonetos, glosas y coplas del es un campo de investigación que no compromete de antemano
arte culto y al rap y baladas del pop y el rock en las artes de masas. ninguna carga axiológica; no es un adjetivo ni un valor, no califica
Opto por distinguir arte culto del arte de masas pues, como lo señaló ni descalifica, es decir, no es un término evaluativo sino analítico.
Bourdieu, en la actualidad se crean obras deliberadamente para un Concluyo que existen dos diferencias fundamental~s entre las
público de minorías o de mayorias. prácticas estéticas en la Poética y en la Prosaica. La primera radica
También en la Prosaica podemos encontrar la manifestación de en el carácter finito y consumado de los enunciados de la Poética en
estos dos términos: la prósica prosaica se halla entre lo qu~ Bajtín contraste con el carácter intermitente, continuo e inconcluso de los
denomina "géneros": reportes, órdenes, solicitudes, tratados cientí- enunciados en la Prosaica. Las cualidades que Beardsley (1987) le
ficos, ensayos filosóficos, cartas de amor, pláticas de salón ( 1990: atribuyó a la experiencia estética en tanto "coherente, unificada y
248-293). La poésica prosaica puede hallarse en plegarias rimadas, completa" y a las que Mitias (1982) aludió para justificarla (revisadas
porras deportivas, eslóganes políticos o comerciales y duelos rimados en la Primera parte) se aplican, más que a la experiencia, a la enuncia-
como los albures de los niños turcos descritos por Dundes, Leach y ción estética en la Poética. Cada enunciado en la Poética, indepen-
Bora (1972). dientemente de su calidad y rango, es siempre finito desde el punto
de vista .de la enunciación aunque, como lo remarcó Eco ([1965]
1990 passim; 1974: 177), permanezca abierto para la interpretación.
CUADRO 8. PRÓSICA Y POÉSICA; PROSAICA Y POÉTICA Un cuadro, una película, una telenovela, un álbum en disco compac-
to, un soneto o una sinfonía son enunciados que se definen con un
Prósica Prosaica Reportes, órdenes, solicitudes, pláticas, tratados principio y un final claramente establecidos según las convenciones
científicos, ensayos filosóficos, cartas de amor __ del género. En ello radica su poiesis. Para los enunciados en la
Prósica Poética Arte elite. novela, literatura dramática, cuento Prosaica, en cambio, la unidad, coherencia y completud nunca son
Arte de masas. novela rosa, radio y telenovelas definitivos como en la Poética sino relativos, ya que se extienden
Poésica Prosaica Plegarias rimadas, porras deportivas, eslóganes continuamente, pausa tras pausa y turno tras turno alterándose y
políticos o comerciales y duelos rimados
alternándose a lo largo del tiempo. Ello explica la frecuencia de lo
Poésica Poéüca Arte elite. sonetos, glosas, coplas que se conoce en análisis conversacional como "reparación", por
Arte de masas. rap, baladas pop y rock
ejemplo, donde un enunciado dicho puede ser alterado y cambiar
su sentido por un enunciado subsecuente.
La segunda diferencia entre ambas radica en que los sujetos de la
Recapitulando, no pretendo elaborar una teoría social del arte o enunciación en la Poética de elite y de masas, al estar fundamentadas
de la cultura como lo han hecho otros autores entre ellos Hauser en la división social del trabajo, son unos cuantos que han aprendido
(1969), Wolff (1983; 1993), Bourdieu (1984) o en LatinoaméricaAcha y ejercido el oficio de la expresión artística, pues la Poética es siempre
( 1996). El objetivo de este trabajo es comprender las diversas prácticas profesionalizada y depende de oportunidades (más que de talentos)
sociales en su dimensión estética y no solamente las obras de arte en especiales. En cambio en la Prosaica todos, sin excepción, somos
su contexto cultural e histórico. He distinguido al término de "Pro- enunciantes aunque varíen las matrices desde las cuales ejerzamos
saica" para referirme exclusivamente a la condición de estesis en la tal enunciación.
vida social. Las otras acepciones peyorativas del término han de
dejarse de lado como lo banal, lo vulgar o lo trivial (lo prosaico con
-· minúscula), en tanto que son aplicables tanto a la Poética como a la
Prosaica, pues hay vulgaridad y trivialidad tanto en el arte de elite y
1ANGENTES DE LA PROSAICA
1 59

17. TANGENTES DE LA PROSAICA ¿De qué conductas nos habla la autora entonces? Las define como
"haciendo especial" ( making specia[) , "el meollo biológico del arte, la
mancha que está profundamente teñida en la médula conductual de
los humanos en todos lados consiste en este 'haciendo especial"'
(1996: 42). Así resuelve Dissanayake el problema que tantq ha inquie-
tado a los filósofos y a los críticos desde la antigüedad hasta la
Desde la publicación de la incursión inicial en la Prosaica (Mandoki, actualidad: arte será todo lo que sea "haciendo especial". Esta fórmula
1994), han llegado a mis manos cuatro libros en que se intenta, sería maravillosa si efectivamente funcionara, pero hay tantos casos
directa o indirectamente, abordar por primera vez la estética de lo de "hacer especial" tan difíciles de categorizar como artísticos como
cotidiano. Uno de ellos es Romo Aestheticus: lWtere Art comes From and cuando se "hace especiales" por medio del estigma a ciertos indivi-
Why de Ellen Dissanayake ( 1996) quien trata de dar una explicación duos o etnias que no estén en conformidad con el denominador
darwinista del arte y, sin demasiada modestia, autocalifica su trabajo dominante.
como una revolución copernicana en el campo de la estética ( aunque D~'ssa~ay~k: afirma q_ue ~l arte es necesario para la adaptación y
ni el título es original pues, seis años antes, Luc Ferry publicó otro que los mdividuos con mclmaciones artísticas, esos que poseían esta
libro bajo este mismo título de Romo Aestheticus (1990, traducido al conducta de arte, sobrevivieron mejor que aquellos que no" (1996:
inglés en 1993), y cuyo tema es el gusto como lo señala el subtítulo 3~) · ~ería razonable esperar que una afirmación de pretensiones
"La invención del gusto en la era democrática"). Dissanayake prome- nentificas y basada en el paradigma darwiniano proporcionara
te al lector explicarle de dónde viene el arte y por qué, y su solución alguna evidencia empírica. Como no es el caso, uno se queda
es que el arte no es un conjunto de objetos sino una conducta para la~e~ltando el hecho de que Mozart, Beethoven, Van Gogh, Modi-
fines de sobrevivencia ( 1996: 33-38): "el enfoque especie-centrista ve gham Y tantos otros mártires del arte no hubiesen conocido este
al arte no como una entidad o cualidad sino como una tendencia secreto, ya que les hubiera facilitado en mucho su frecuentemente
conductual, una manera de hacer las cosas. Esta tendencia conduc- penos~ ~xistencia. Si algo caracteriza a estos grandes artistas es que
tual es heredada e indeleble a la vez que universal" (Dissanayake, sobrevivieron bastante peor que sus vecinos. En suma, para Dissana-
1996: 34). Además de que parece más lamarckiana que darwinista, yake, el arte, el juego y el ritual son maneras de "hacer especial" y
podría uno estar de acuerdo con ella en que la estética no sea un con ell~ cree pro~ar la universalidad darwiniana del arte. No lo logra
conjunto de objetos (como lo argumenté ampliamente respecto al por la simple razon de que, para empezar, no distingue entre estética
fetiche del objeto estético) pero que el arte sea conducta resulta muy Y arte y, para terminar, no rebasa el antropocentrismo ni aplica
difícil de creer y más de probar. Ahí están como evidencia los realmente el darwinismo.
innumerables objetos que la matriz artística ha coleccionado por Evidentemente el arte no requiere de justificaciones, sean darwi-
siglos y que guarda celosamente en los museos, objetos que se nianas o de cualquier tipo. Si hay una característica en común que
representan en las salas de concierto y de teatro. No serán objetos puede encontrarse en lo que se denomina como "arte" desde el
estéticos, como lo he señalado en la Primera parte, pero definitiva- paleolítico hasta el esquimal, desde el Dadá al posmodernismo, es su
mente son objetos artísticos por la simple razón de haber sido artificialidad. El arte es, por así decirlo, antinatural por naturaleza. La
socialmente producidos, categorizados, inventariados, cotizados, estética, en cambio, se integra y forma parte de la naturaleza no sólo
disfrutados y coleccionados como tales. Incluso, el performance y el humana sino animal, pues consta que el pavorreal parece perfecta-
arte no objetual se cuidan muy bien de dejar testimonios objetuales mente alerta de su belleza y los cuervos, monos y canguros,' entre
· ·en sitios consagratorios del artworld para ser parte del repertorio de otros animales, disfrutan del sol, mimos, juegos y mutua compañía
la historia del arte. (Beko~f y Byers, ~ 99~). ~l libro de Dissanayake trae ejemplos ricos y
evocativos, pero si, efectivamente, la estética es universal y trasciende
160 HACIA LA PROSAICA TANGENTES DE LA PROSAICA

la especie humana, el arte en cambio no sólo es exclusivamente tradicionales de la estética como "contemplación", "desinterés" y
humano, sino (en sentido estricto del artworld) exclusivamente "distanciamiento" a fenómenos de la vida diaria. El libro está agrada-
occidental. De ahí que no sea susceptible de un paradigma darwinista blemente ilustrado con fragmentos literarios y su propuesta resulta
en los términos en los que lo aplica. tentadora para quien tenga la fortuna de rodearse de una calidad
Otro trabajo en esta dirección es el de Ossi Naukkarinen (1998) estética de vida como la que describe. Pero desde la teorfa, el texto
Aesthetics of the Unavoidable. Plantea que hay muchos tipos de estética adolece de serios problemas: el principal de ellos, la presencia
y que cada caso particular puede ser caracterizado según el modelo tesonera del síndrome de Panglos de querer tratar sólo con lo bueno
por él propuesto de tres coordenadas polares que van de lo explícito y hermoso de las cosas. Al identificar a lo estético con lo bello o lo
a lo tácito, de lo original a lo no original y de lo volátil a lo estable. placentero, Tuan reproduce la visión ortodoxa de la teoría virando
No logra justificar por qué elige éstas y no otras categorías entre varias sólo el objeto al cual la aplica. El autor parece ver en esta disciplina
posibles y define a lo estético como aquello que "siempre se vincula sólo una función apologética: que la vida es bella y vale la pena vivirla.
a una tradición, amplificando o repudiando sus características" (más En esta misma línea puede ubicarse el trabajo de Crispin Sartwell
afín, me parece, a lo artístico. que a lo estético). Lo que llama "estética ( 1995), y en cierta medida la de Yuriko Saito con una reflexión sobre
de lo inevitable" -refiriéndose a "anuncios, coches, peinados, otras la estética del clima muy emparentada a la reflexión de Tuan. El texto
personas, utensilios domésticos, tarjetas de crédito, lentes, reproduc- de Saito forma parte de la compilación de 11 artículos que Andrew
tores de co, computadoras, zapatos, lápices, luces de neón, carteras, Light acaba de publicar con Jonathan M. Smith titulada Aesthetics of
encendedores, botellas de cerveza, semáforos, etc." (1998: 12)- no Everyday Life (2005) . 1 Saito parte de la tradición japonesa para la cual
es tan inevitable, ni necesariamente estética, pues en miles de aldeas la estética del clima es muy apreciada y sofisticada, pues se expresa
del mundo no existe la mayoría de esos "inevitables". De hecho, lo tanto en el haikú como en la ceremonia del te, dos formas de arte
que Naukkarinen entiende por "no arte" es al diseño y a la "aparien- específicamente japonés. Sin duda, una hermosa y muy bien elabo-
cia personal" ( human appearance) que ( always already) se ordenan por rada reflexión de la relación sensible que establecemos con la natu-
principio con criterios estéticos. Parte del problema en Naukkarinen raleza a través del clima. Cuán profundo cala el clima en la sen-
es remitirse a los objetos como ejes de la reflexión estética, por lo sibilidad humana, sea en Oriente u Occidente, se expresa en su
que espero logre desarrollar a futuro su modelo para dotarlo de un presencia elocuente en las novelas y el énfasis en otros géneros como
mayor poder explicativo. el cine, la poesía e indirectamente, la música, que si bien no es siem-
La línea de Naukkarinen se vincula inditectamente con la de pre protagonista, sí representa el fondo emotivo del relato o como
Leddy ( 1995), quien en un breve artículo procura demostrar que metáfora de la interioridad afectiva de los personajes. En otro texto,
categorías como lo limpio o sucio, ordenado o desordenado, son Yuriko Saito (2001) abordó la estética desde el punto de vista de
"cualidades estéticas de superficie en la vida diaria". Me pregunto por objetos artísticos y no artísticos en la cultura japonesa como la cere-
qué eligió estas cuatro categorías tan moralizadas en vez de tantas monia del té o el baño, los empaques y la comida en un intento por
otras posibles, como lo flamante, lo sórdido, lo chanflón y lo despam- librarse de la perspectiva artisto-céntrica occidental en la estética.
panante, etc. Como en Zúñiga (1989) se trata de una mención, más En esta compilación Leddy contribuye respecto a la contemplación
que de una construcción teórica de la estética de lo cotidiano. estética enfocada a objetos no convencionalmente considerados
Un tercer intento de abordar la estética de lo cotidiano es mucho artísticos pero con "propiedades estéticas" y asociados a "lo bello"
más coherente, y se plantea mucho menos problemas. Me refiero a
Yi-fu Tuan en Passing Strange and Wonderful; Aesthetics, Nature and
1 Su contribución "Wim Wenders' Everyday Aesthetics" (otra versión de su texto de
. Culture (1995), qÚien logra un texto ameno desde una concepción
1997) tiene que ver más con la estética del cine de Wenders que con lo cotidiano, más
de lo estético como sinónimo de lo bello para explorar la vida con Poética que con Prosaica. Otro autor, Príncipe, trata más de teoría del arte (en la
cotidiana en esos términos. Tuan sencillamente aplica las categorías cuestión de los indiscemibles) al comparar las ideas de Danto con las de Baruchello.
HACIA LA PROSAICA TANGENTES DE LA PROSAICA

(nociones ya discutidas en la Primera parte). Como buen filósofo (1981) y Kafka (1989, no Franz sino Bárbara) con la misma propuesta
analítico, procede por el análisis del lenguaje en los términos relativos pero argumentos distintos. Brady (2005) no necesita recurrir al arte
a lo estético pues declara: "una manera más frutífera de explorar la para argumentar que oler y saborear pertenecen al ámbito de lo
estética de la vida diaria es a través de la discusión de términos esté- estético. Desde Sibley, antecesor de la discusión sobre la estética de
ticos ... " y lamenta que se hayan descuidado algunos de ellos como estos dos sentidos (contra la exclusión de éstos operada. por santo
"neauiess", "messiness", "looks good", "smells nice" (Leddy, 2005: 19), Tomás de Aquino), Brady argumenta que oler y saborear son objetos
estudio que corresponde más a la semántica que a la estética. estéticos en sentido pleno. Me pregunto ¿por qué insistir en su carác-
El segundo autor de esta antología es Arnold Berleant quien, ter de "objetos" en vez de facultades del sujeto, modos de estesis? Es
prosiguiendo desde Schiller, busca a la estética social a partir de ca- el fetiche del objeto estético en acción que disfraza como cualidades
tegorías como aceptación; percepción, sensualidad, descubrimiento, de los objetos las que son exclusivamente cualidades o aptitudes de
unicidad, reciprocidad, continuidad, involucramiento y mutiplicidad. los sujetos. Los olores y sabores son efectos de la estesis no sólo huma-
Berleant considera que podemos hallar belleza en formas y relaciones na sino de varias criaturas; no existen sin la mediación del sujeto.
humanas sea en la familia o en la amistad y encuentra un paralelo Con un sólido corpus bibliográfico pero no tanto en lo argumen-
entre la belleza y el amor o el arte y el amor. Ambiciosa o, mejor di- tativo, Welsch propone al deporte como arte y concluye que "el
ría, ingenuamente, propone sustituir conflictos de poder y violencia deporte es una especie de arte. El arte (en el sentido usual) es otra
por una estética social como modelo de amor para una comunidad [especie de arte]" (Welsch, 1999: 236; 2005: 150). Cuántas especies
más humana. Con el profundo respeto y aprecio que le tengo, no de arte existen, según Welsch, no queda suficientemente explicitado,
puedo menos que corroborar síntomas daros del síndrome de pues requeriría una escrupulosa taxonomía de las artes. Como le
Panglos en esta propuesta, pues la estética no tiene por qué ser objeté en un congreso reciente, Welsch no distingue entre "estética"
necesariamente el remedio para el conflicto o la violencia; igual y "arte" lo que le impide distinguir que en el deporte en efecto, hay
puede ser parte constitutiva de éste (cf. Mandoki, 1999). estética, pero no poiesis, fantasía, artificio, mensaje, es decir, arte. Se
En esta antología, Haapala parte desde otro texto de Tuan (1974) parecen mucho: el deporte, como el arte, es un espectáculo profe-
para expresar que un lugar puede manifestar propiedades estéticas. sional para la contemplación y la participación emotiva del público.
Menciona la sensación de extrañeza de un lugar como "base de la Incluso hay una poiesis del cuerpo mismo como artificio por el
apreciación sensitiva estética" (2005: 50) (semejante a la distinción entrenamiento, v.g. el body buildingy la cirugía escultórica del cuerpo,
que propuse entre re-conocimiento y des-cubrimiento) y distingue pero eso no es precisamente el deporte. También hay ciertos deportes
entre la estética de lo familiar (lo cotidiano) y de lo extraño (el arte). híbridos cuasiartísticos como la gimnasia y el patinaje artístico que
Propone el término de "attachment" como concepto central para la imitan a ser arte pero no llegan a serlo. Welsch cita la autoridad de
comprensión de la estética de lo familiar cotidiano. Hegel quien supone que el deporte precedió al arte griego pero ¿qué
Carlson enfoca con todo rigor la apreciación estética del paisaje muestran las evidencias históricas? El deporte, no me cabe la menor
desde los conceptos tradicionales de contemplación y objeto estético duda, "es estético" y se practica para la estesis (de otro modo no
para regular y dictaminar (bajo el supuesto de que el paisaje es a la atraería así a las masas) pero definitivamente no es artístico pues ya
estética lo que el texto a la teoría literaria posmoderna) cuáles son desde su origen los griegos distiguieron perfectamente al an:fiteatron
las formas aceptables para apreciar el paisaje. Propone cinco tópicos para el arte del stadion para el deporte. Sea lo que fuere, no se puede
medulares para lo que denomina "currículum correcto para la apre- ignorar el contexto social en que funcionan cada una de estas
ciación del paisaje": forma, conocimiento común, ciencia, historia y prácticas estéticas (cf. tomo 11, capítulo 10).
uso contemporáneo (2005: 105). En todos los autores mencionados se pretende legitimar diversas
Cabe mencionar el intento Kuehn (2005, en la antología arriba actividades estéticas con mayor o menor referencia al paradigma
citada) por argumentar que la comida es arte, antecedido por Quinet artista-céntrico. Se puede contemplar al clima como a un paisaje o

1
HACIA LA PROSAICA

involucrarse en lo social como en un performance aunque de manera 18. LOS NUTRIENTES DE LA PROSAICA:
más integral. También Adolfo Sánchez Vázquez le dedica brevemente BAJTÍN, DEWEY, HUIZINGA
algunas reflexiones a lo cotidiano en su Invitación a la estética y Gillo
Dorfles en el capítulo vn, "Estética de la cotidianidad", de su Elogio
de la disarmonía, donde propone "la explosión cromática en el vestido
juvenil" al lay-out tipográfico y a las transmisiones televisivas en un
tímido y superficial esbozo de la estética cotidiana. De hecho, más
que precuparse por una Prosaica, Dorfles (1989: 172) plantea a la La tentativa de hacer trascender a la teoría estética más allá del
"cotidanidad del fenómeno artístico" en la típica confusión de lo ámbito artístico fue iniciada por Kant en sus reflexiones sobre la
estético y lo artístico. n~t~raleza y l? subl~me y, a inicios del siglo xx, por Max Dessoir y su
El carácter luminoso, espectacular, del arte ciega a los estetólogos disn~ulo _Emlle U titz al prop~mer una distinción entre la estética y
pe1mitiéndoles ver si acaso la inadiación estética en la naturaleza, una ci_enna general del arte (Asthetik und allgemeine Kunstwissenschaft).
pero oculta áreas mucho más complejas y profundas que es necesario Dessoir propuso una "naturaleza estética" e intentó explorar la estéti-
desmontar y conocer. Tuan, Saito y Berleant logran mirar su fulgor ca extraartística en la vida diaria y cultural. Sin embargo, al tratar de
más allá del arte en la vida cotidiana, pero la penumbra que la rodea re~a~ar d subjetivismo del principio de Einfühlung o vivencia de la
y la oscuridad en la que se hunde cuando se ejerce la violencia estética estetica para asentarla como empresa científica, desplegó una estra-
tegia objetualista que buscaba lo estético en los objetos mismos. Este
permanecen ajenas a su mirada.
Estos intentos demuestran que ha crecido el interés en la estética fetic~ismo paralizó su esfuerzo. Desde entonces, muchos trabajos
de lo cotidiano a partir de la segunda mitad de los noventa. Sin semeJantes, como el de Mukarovsky, fueron prácticamente olvidados
y la iniciativa inconclusa. Pero hay tres autores que no se prop~siero:.n
embargo, no sólo el silencio absoluto de la estética tradicional respec-
el~borar una estética no artística y sin embargo colaboraron en
to a la vida diaria, sino las escasas tentativas de abordarla demuestran
orientar la ruta hacia este propósito, cada cual desde una perspectiva
la dificultad de la tarea de elaborar una teoría de la estética al margen
totalmente distinta.
de la categoría de lo bello y el paradigma artístico tradicional.

MIJAÍL BAJTÍN

Morson y Emerson (1990: 23) califican a Bajtín como el primero en


fo~mular una teoría de la prosa (o prósica poética) más elaborada,
mientras que sólo uno de los principales pensadores de lo prosaico
(entre ellos Tolstoi por la importancia que los pequeños detalles de
la vida ~ienen en sus novelas). Afirmo sin embargo que Bajtín sí es
un nutn~e~te de la Prosaica por su insistencia en enfocar problemas
de la estetica desde lo concreto del habla en la vida cotidiana en vez de
partir?e generalizaciones teóricas, del genio del artista o de lenguajes
exc~usiva~ente artísticos. Como Moisés, quien condujo a su pueblo
hacia la tiena prometida pero jamás llegó a ella, Bajtín apuntó con
perfecta puntería la dirección hacia la Prosaica, aunque sólo la haya
visto de lejos.
166 HACIA LA PROSAICA LOS NUTRIENTES DE LA PROSAICA

Captamos muy sensiblemente el más mínimo cambio de entonación, la más constituye estéticamente una mirada al poder político y religioso
ligera interrupción de voces de cualquier cosa que tenga importancia para
desde el humor y la desacralización. Al existir la mirada ya no es "la
nosotros en el discurso práctico y cotidiano de otra persona. Todos esos
atisbos verbales, miradas, reservas, salidas imprevistas, insinuaciones, aco- vida misma" de la presencia sino la Prosaica de la presentación en tanto
metidas no se nos escapan, no son ajenas a nuestros labios. ¡Tanto más que involucra la exotopía de la mirada del otro. El carnaval es un
sorprendente, entonces, es que hasta ahora todo esto no haya encontrado ningún evento relativamente formalizado y excepcional, con un principio y
conocimiento teórico preciso, ni la atención que merece! ( citado por Morson y un final (como la Poética), que traza un "círculo mágico" (como la
Emerson, 1990: 34; cursivas mías). lúdica en Huizinga, 1955) en el espacio y el tiempo dentro del cual
todo el pueblo se vuelve enunciante a través de la actitud carnava-
Este "conocimiento teórico preciso" es el que habrá de emprender lesca. Es la sacudida de las identidades por la puesta en una estética
la Prosaica que no se reduce a la información a través del lenguaje otra, carnavalesca. Las matrices convencionales se disuelven bajo este
no verbal (semiosis) sino a los aleteos intermitentes de la sensibilidad régimen efímero de una nueva y a la vez eterna matriz del carnaval
(estesis). En su análisis de los géneros, de la relación entre el autor que retorna cíclicamente.
y el personaje, en su visión del carnaval, en su concepto del "cronoto- La polifonía, la hibridación y la heteroglosia, términos que adquie-
po ", del "dialogismo", la "polifonía" y la "heteroglosia", Bajtín se ren un sentido particular en Bajtín, se expresan en la novela porque
encontró constantemente con la sensibilidad y la enunciación estética emergen en realidad de la Prosaica (cf. tomo 11, capítulo 7). Es así
en la vida· cotidiana. De lo que Bajtín se ocupó fue de la prósica corno la Prosaica ha sido tácitamente para Bajtín el embrión para el
poética en la novela (Rabelais y Dostoievski principalmente) pero ahí desarrollo de su visión filosófica y su teoría literaria, pues los diversos
mismo se encontró con el tejido de los géneros de la prósica prosaica, temas que abordó están unidos en su origen a la configuración
materia prima de la Poética. Aunque no existe el concepto de "Pro- estética en lo cotidiano. Por ello, Bajtín es un nutriente de la Prosaica,
saica" en Bajtín, repetidamente habla de la vida cotidiana ( byt), de lo aunque su principal enfoque haya sido el de la Poética.
casual u ordinario ( bytovoy), de lo extra-artístico ( vnexudozestvenny7) y
de géneros cotidianos ( !Jytovoj zanr) .
La mirada de la Prosaica produce una imagen estética de la vida
cotidiana del mismo modo en que, para Bajtín (1990, 13-92), la JOHN DEWEY
mirada del otro produce la imagen estética de una persona con
relación a un horizonte y la mirada del autor al personaje en el Otro nutriente de la Prosaica es John Dewey quien partió de una
contexto narrativo. El artista objetiva estéticamente una mirada visión no sólo cotidiana sino orgánica de la experiencia, aunque su
sensible a la vida a través de su obra como el hombre común objetiva preocupación era explicar a la experiencia estética en torno a lo
una mirada estética a la vida a través de su forma de vivirla. La artístico. En su visión monista entiende a la sensibilidad en su origen
Prosaica, por tanto, recrea estéticamente a la vida como la Poética orgánico o biológico y cultural. No se pregunta por lo que caracteriza
recrea estéticamente a la Prosaica. a lo bello o al arte; sin ser kantiano (más bien es declaradamente
Para Bajtín hay una frontera categórica entre la vida, como origen antikantiano), lo que se plantea son las condiciones de posibilidad
de la representación artística, y la Poética, aunque ésta emerge de de la experiencia estética en el arte, como Kant se planteó las
aquélla. El carnaval es un caso complejo pues "está situado en las condiciones de posibilidad del conocimiento. "¿Cómo es que el
fronteras del arte y la vida. En realidad es la vida misma, presentada diario hacer de las cosas se convierte en esa f01ma de hacer que es
con los elementos característicos deljuego" (Bajtín, 1974: 12). Esta genuinamente artística? ¿Cómo es que nuestro disfrute cotidiano de
situación fronteriza del carnaval nos permite ver que no puede haber escenas y situaciones se desarrolla en una satisfacción peculiar que
nada fuera de la '\ida misma" y lo que varía son más los grados de caracteriza la experiencia que es enfáticamente estética? Éstas son las
sofisticación discursiva que sus ingredientes estéticos. El carnaval preguntas que la teoría debe responder" (Dewey, [1934] 1980: 12).
-,_,

' 1-.·
HACIA LA PROSAICA LOS NUTRIENTES DE LA PROSAICA 169
168
Para contestarlas, Dewey intenta "recuperar la continuidad entre con que se revisten sus análogos hoy día. Utensilios domésticos, adornos de
la tienda y la casa, tapetes, petates, jarras, macetas, arcos, lanzas, se realizaban
formas de experiencia refinadas e intensificadas, como las obras de
con tal cuidado delicioso que hoy los cazamos y les damos lugares de honor
arte con los eventos cotidianos, haceres y padeceres que son recono- en nuestros museos de arte. Sin embargo en su propio tiempo y lugar, tales
cid;s universalmente como constitutivos de la experiencia" ([1934] objetos eran intensificaciones de los procesos de la vida cotidiana. En vez de
1980: 3). No es analizando esos objetos secuestrados por el aparato elevarlos a un nicho aparte, pertenecían a la exhibición de <audacia, la
legitimador del arte en museos y teatros, en galerías y colecciones manifestación de membrecía en el grupo y el clan, al culto a los dioses, fes tejo
privadas, donde pueden encontrarse todas las respuestas sobre la y ayuno, lucha o caza, y todas las crisis rítmicas que penetran el flujo de vivir
estética, como lo señala Dewey. Muchas obras del pasado, hoy (Dewey [1934] 1980: 6-7).
descontextualizadas en los recintos exclusivos del arte, tenían una
función social muy distinta a la contemplativa, como fue elevar la Todo eso es la Prosaica.
dignidad e intensificar la emoción y la coherencia de la comunidad
en que se gestaron (cf. Mandoki, 2001). Por ello afirma que: "Para
entender a lo estético en sus formas últimas o aprobadas, uno debe
empezar en lo crudo; en los eventos y escenas que mantienen al ojo JOHAN HUIZINGA
y el oído del hombre atentos, despertando su interés y ofreciéndole
gozo cuando ve y escucha: los suspiros que detien~n ~ la muchedum- El tercer nutriente de la Prosaica es Johan Huizinga. En su obra
bre el carro de bomberos apurándose, las maqumas excavando clásica Homo Ludens, Huizinga insiste en que su afán no es mostrar
en;rmes hoyos en la tierra, la mosca humana trepando un risco el elemento del juego en la cultura, sino el juego de la cultura. No
escarpado ... " (Dewey, [1934] 1980: 4-5). . . puedo enfatizar suficientemente la importancia que tiene esta distin-
La principal separación operada en la episteme gnega y m~d~eval ción para la teoría de Huizinga. La civilización se constituye, para
no se esgrimió tanto entre el arte y la vida como e1;tre lo cotidiano este autor, a partir de juegos y no como un aspecto entre otros de la
y lo sacro (0 lo sagrado y lo profano, como lo señala Emile Durkheim, vida cultural. Sin juego no hay cultura, pues, para Huizinga, el juego
1982). En manifestaciones estéticas como las saturnales con sus antecede a la cultura:
enmascarados, sus coros y ditirambos, participaba todo el pueblo. Las
comunidades medievales visualizaban sus objetos de adoración a El juego es una actividad voluntaria o una ocupación ejecutada dentro de
ciertos límites fijados de tiempo y lugar, de acuerdo con reglas libremente
través de una experiencia integral con el rito, la música, 1~ arquitec-
aceptadas como absolutamente acatables, cuyo fin está en sí mismo y se
tura, el incienso, la fiesta y la iluminación de antorchas o vitrales. Eso acompaña de sentimientos de tensión, gozo y conciencia de que es "diferen-
no ocurre hoy con el arte de elite, amputado como está ~el ~uehacer te" de la "vida cotidiana" (Huizinga, 1955: 28).
colectivo y cotidiano. Por ello, para Dewey, hay mayor vi~hdad_ para
la satisfacción del hambre estética de la sociedad en mamfestaciones Menciona distintos tipos de juego como son "de fuerza y destreza,
no consideradas artísticas -como el cine, el jazz, las historietas y las juegos de invención, de acertijos o adivinanzas, de azar, exhibiciones
notas rojas de los periódicos- que en las bellas artes. Agregaría a y actuaciones de todo tipo" (Huizinga, 1955: 2). Valga recalcar que,
esta lista el rock, la telenovela, los espectáculos deportivos, la moda, aunque la obra de Huizinga privilegie en su recorrido histórico un
la cocina y el turismo en la sociedad contempor~nea. . tipo de juego, el agonístico, sobre una variedad de juegos posibles,
Dewey abarca con su mirada a una gran vanedad de mamfesta- lo importante de su propuesta es menos su elección del juego
ciones estéticas muy lejanas del concepto ortodoxo del arte: particular que su tenacidad y su lucidez en enfatizar la centralidad
del elemento lúdico como constitutivo de lo real.
:ta escarificación corporal, plumas ondulantes, vestidos vistosos, o~namentos
Además, reconoce la cualidad profundamente estética deljuego a
brillantes de oro y plata, esmeralda y jade, formaban los contemdos de las
artes estéticas y, presumiblemente, sin la vulgaridad de la exhibición de clase
través de lo que llama "absorption", que no es otra cosa que lo que
HACIA LA PROSAICA LOS NUTRIENTES DE LA PROSAICA

aquí he designado como "prendamiento". Encuentra presente al debem~s dejarlo ahí: el juego es una función de los seres vivos, pero no es
juego en todos los ámbitos sociales como el lenguaje, el mito y el rito susc~~t1ble de una definición exacta sea lógica, biológica o estéticamente
de donde subsecuentemente emergen la ley, el comercio, la artesanía (Hmzmga, 1955: 7, cursivas mías).
y el arte, la poesía, el saber y la ciencia. Para Huizinga, todas estas
actividades están enraizadas en el suelo originario del juego. ~os titubeos de Huizinga se deben al fetiche del objeto que ha
"El objeto del presente ensayo es demostrar que hay más que una temd~ atenazada a la estética, y que lo obliga a suponer que si no es
comparación retórica en ver la cultura sub specie ludi" (Huizinga, 1955: un objeto, no puede ser estético. Sin embargo, las coincidencias entre
5). Por "comparación retórica" Huizinga se refiere seguramente a la el juego y la estética en el sentido amplio aquí desarrollado son muy
figura de la metáfora. Efectivamente, para el autor decir que la cul- marcadas. l] ~n ambos casos es imposible una definición exacta; 2]
tura se desprende del juego no es una metáfora sino un enunciado en ambos el ntmo es crucial (véase el énfasis al respecto resaltado
literal. Nos remite a Calderón, Shakespeare y Racine quienes en por Dewey n~ r~enos que Huizinga); 3] hay en ambos un deleite y
cambio sí utilizaban la metáfora de la vida como un teatro con un un compromiso mtegral del sujeto con su actividad y, sobre todo; 4]
marcado acento moralista señalando la hipocresía y vanidad de todas en .ª~bos ocurre el prendamiento; 5] ambos también implican una
las cosas. Huizinga, por lo contrario, no dice que la cultura sea como act1V1dad; 6] en ambos se participa integralmente por la sensibilidad·
un juego, sino que es un juego y con ello nos señala involuntariamen- 7] hay además un proceso semiósico imprescindible en ambos qu~
te la clave para responder a una pregunta que el mismo autor no se es rebasado en el des-cubrimiento y el gozo; 8] ambos trazan un
formuló: ¿por qué subyace el juego a la cultura? ~írcu!o ~ágico en el espacio-tiempo; 9] en ambos participan los
A lo que Huizinga se aboca es a mostrarnos cómo podemos reco- nnagmanos así como la subjetividad y de manera fundamental la
nocer el elemento lúdico en diversas prácticas culturales y sociales y ilusi~n. (de inlusio, illudere o inludere, que quiere decir "en juego");
dónde está el juego en actividades tan serias como las religiosas, legales po~ ~lumo, 10] ~n ambos casos se despliega la identidad y la consti-
o cognitivas. El por qué, en cambio, no es abordado directamente por tucio~ de la realidad. Con estas diez coincidencias no queda más que
el autor, pero puede responderse por la función cognitiva y práctica asurmr que la estética y la lúdica sean gemelas siamesas. Hablar de
de la metáfora misma: el ser humano comprende e interpreta las actividades la estética de la cultura implica la lúdica de la cultura, como ve;·emos
sociales y culturalRs a partir de su experiencia primigenia en el juego. De ahí en el siguiente capítulo.
que el juego pueda estar operando como lo que Lakoff y Johnson Donde se encuentre el juego ahí estará la estética y donde se
(1980; 1999) entendieron como "metáfora viva" en acción. Quien en~u:ntre la estética, irremediablemente estará ahí también el juego.
nunca jugó, no podrá significar sus actividades en términos culturales Hmzmga ( 1955: .9) afirma que el juego: "adorna la vida, la amplifica
más amplios que los de su utilidad inmediata. Y es en esa medida una necesidad tanto para el individuo -como
Huizinga no explora la estética en lo cotidiano pues reproduce una función de vida- y para la sociedad por la razón del sentido
la noción de ésta como estrictamente vinculada a lo bello. Por que contiene, su significancia, su valor expresivo, sus asociaciones
ello afirma: espirituales y sociales, en breve, como una función de cultura". Tales
palabras se aplican exactamente igual a la estética.
Si el juego no puede ser directamente referido a las categorías de verdad y La importancia del orden, la armonía y el ritmo es destacada con
bien, ¿podría quizás ser incluido en el ámbito de lo estético? Aquí nuestro la ~1~sma vehemencia por Dewey respecto a la estética que por
juicio titubea. Pues aunque el atributo de belleza no se anexa al juego como Hmzmga respecto al juego. Huizinga lo reconoce explícitamente
tal, el juego sin embargo tiende a asumir elementos marcados de belleza. En cuando afirma:
sus formas más desarrolladas, está saturado de ritmo y armonía, los dones
más nobles de la percepción estética conocidos por el hombre. Muchos y
cercanos son los vínculos que conectan al juego con la belleza. Igualmente, La_ profunda afinidad entre el juego y el orden es quizás la razón por la que
no podemos decir que la belleza sea inherente al juego como tal; así que ~lJuego [ ... ] par:ce estar en gran medida en el campo de la estética. El juego
tiene la tendenoa de ser bello. Puede ser que este factor estético, idéntico

.1
HACIA LA PROSAICA

al impulso de crear forma ordenada, sea el que anima al juego en todos su,s 19. LOS JUEGOS DE LA CULTURA
aspectos. Las palabras que usamos para denotar los elementos del juego
pertenecen en su mayor parte a la estética, términos con los que describimos
los efectos de la belleza: tensión, talante, balance, contraste, variación,
solución, resolución, etc. El juego nos hechiza; es encantador, cautivante.
Está investido de las cualidades más nobles que somos capaces de percibir
en las cosas: ritmo y armonía (Huizinga, 1955: 10).
LUDUS Y ESTESIS: GEMELAS SIAMESAS

En suma, Huizinga recorre la cultura con los ojos puestos en el


juego como elemento constituyente. La Prosaica la recorre observan- La insistencia en Huizinga de ver el juego a través de la cultura en
do a la estética también como constituyente marcando los elementos las más diversas manifestaciones de la vida cotidiana, y no como un
de los que se vale y las estrategias que despliega. Si lo que se opone eler~ento más de la cultura (deportes, lotería, casinos), nos emparen-
a la estética no es lo feo sino la indiferencia o la insignificancia, lo ta directamente con su empresa. En idéntico sentido, la Prosaica no
que se opone al juego no es lo serio sino lo automático. Las máquinas explora a la estética en la cultura (como sería sólo su manifestación
no juegan (aunque lo aparenten en el ajedrez por computadora): artística o los elementos bellos o decorativos de la vida diaria) sino
simplemente resuelven problemas e indican movimientos por instruc- la estética de la cultura, es decir, la construcción estética de la cultura.
ciones programadas. Si para Huizinga "sin juego no hay cultura" podemos afirmar con la
· El lector perspicaz pudiera sospechar de cierto abuso de los ~isma :e~emencia que sin estesis no hay cultura (como no la hay
autores mencionados como nutrientes al proyectarlos más allá de lo sm sem10s1s).
que se propusieron. Dewey se preocupó más del arte, mientras que El juego atraviesa el espesor de lo social como lo atraviesan la estesis
la vida cotidiana era sólo la base desde la cual intentaba explicar el y la semiosis. Después de Huizinga, y desde la Prosaica, podemos
fenómeno artístico, no el cotidiano. Bajtín se interesó por la novela comprender que la realidad social en todos sus ámbitos se constituye
y de la misma manera observa fenómenos cotidianos que sustentan por Juegos (y por juegos también se constituyen las identidades como
la producción de este género. Su interés no era buscar la estética de lo señala Goffman reiteradamente en todo su análisis). La función de
lo cotidiano sino la infiltración de lo cotidiano en el arte. Con la estét!ca está e~ la elaboración de los juguetes sociales ( utilería y
Huizinga, a pesar de que no se le escapó la proximidad entre estética v~stu_ano), de los Jugueteros o círculos mágicos (escenografía o setting,
y juego, le confiere a la, estética un sentido apegado a lo bello. termmo de Goffman) y de los jugadores sociales (todos y cada uno
Pareciera entonces que estoy reclutando padrinos insignes a una de noso~os). ~ambién está en las reglas del juego, en los sonidos que
empresa tan marginal como la Prosaica con el afán de disimular su acompanan al Juego (porras, gritos, risas, chiflidos) y en la actividad
irremediable orfandad. No puedo aducir nada a mi favor. corporal que requieren. Ello no quiere decir que la estética esté al
~e~cio del juego, sino que no hay juego sin estética (sin prend/a-
1/m1ento) como no hay estética sin juego. Por algo, para describir la
experiencia estética, Kant habló del "libre juego de la imaginación y
el entendimiento" y Schiller ( [1794] 1968) vinculó vehementemente
al juego con el arte. El juego es estético como la estética es lúdica. La
Lúdica, como el estudio del juego, no es menos esencial a la com-
prensión de la estética que la Poética como el estudio del arte, pues
ambas fonnan parte de la disposición humana al prendamiento y de
su susceptibilidad al prendimiento sensible. La estesis y la lúdica
conforman el mismo ovillo con que se teje lo social.
1 74 HACIA LA PROSAICA LOS JUEGOS DE LA CUUURA

PERIPATOS Y UN MODELO PENTÁDICO DEL JUEGO CUADRO g. TABLA COMPARATIVA DE LOS JUEGOS

Basándose en Huizinga, Roger Caillois propone cuatro categorías Juegos Acción Condición Característica (!je
para distingir distintos tipos de juego: agon o competencia, ilinx o Agon Desafiar Rivalidad Competencia
juego de vértigo, mimicry o juegos de disfraz e imitación y alea o juegos
Alea Apostar Estremecimiento Azar
de azar. 1 Su aporte permite elaboraciones que enriquecen más la
~-M.imicry Imitar Simulación Disfraz
comprensión de la naturaleza del juego. Sin embargo, a pesar de
llinx Retozar Vértigo
la perfecta simetría del modelo tetrádico de Caillois, es necesario Equilibrio
agregar una quinta categoría adicional de juego que no está incluida Peripatos Explorar Aventura Conjetura
en su esquema. La voy a denominar como peripatos y difiere del
mimicry al no generarse por imitación o "como si" ( as if), sino por
exploración o "qué tal si" ( what if). El juego peripatos, emparentado Los juegos no siempre se presentan en estado puro al traslaparse
a los mencionados por Huizinga como 'juegos de invención, de unos con otros. Varían los efectos lúdicos de los diversos juegos entre
acertijos o adivinanzas" es el que subyace a la ciencia y al arte, a la la re-presentación del mimicry, el retozo del ilinx, la palpitación del
construcción de teorías y a las aventuras, pues siempre nos adentra- alea, la emulación del agon y la aventura del peripatos. El mimicry, de
mos en estas empresas con el espíritu lúdico de averiguar qué pasaría gran importancia en la matriz artística por la enorme pertinencia que
si tal o cual posibilidad, idea o acto se concretizara, es decir, de el concepto de mimesis ha tenido en la filosofía del arte desde Platón
recorrerla imaginaria o factualmente. y Aristóteles, consiste en simular o presentar de nueva cuenta o forma
Elegí el término "peripatos", del griego peripatein, porque significa lo ya dado. La competencia implica al desafío que, a diferencia de
recorrer, deambular, afin a la actividad de explorar. Recordemos que los otros efectos., resulta siempre en un ganador y un perdedor: lo
a la escuela de A1istóteles se le llamó "escuela peripatética" por la que se busca en el agon es el trofeo. El retozo del ilinx genera vértigo
costumbre que tenía el maestro de deambular mientras enseñaba. El y la agudización de algún sentido en el movimiento para tratar de
peripatos corporal de Aristóteles y sus alumnos es una metáfora mantener el equilibrio. La aventura del peripatos consiste en desviarse
puntual del peripatos intelectual que realizaban. El peripatos se apoya del camino rutinario hacia una alternativa distinta.
en la curiosidad lúdica y, a falta de conceptualización de esta cate- Caillois distingue entre el juego sometido a reglas, como el ludus
goría, creo poder atribuirle los titubeos de Htiizinga en integrar a las o juego ordenado por un lado, y el juego espontáneo o paideia. Sin
artes plásticas como actividad lúdica en pleno. Al pintar un cuadro, embargo, el síndrome de Panglos no abandona tampoco a los teóricos
escribir un cuento o elaborar una teoría, el juego que jugamos es del juego, pues ninguno de estos autores se atreve a reconocer que
exploratorio: se juega al qué tal si. Cabe distinguir al "peripatos" de hay también juegos crueles como los de los niños que juegan a
la "peripecia", cuyo sentido teórico preciso para Aristóteles es el torturar animales o a sus compañeros. Como adultos, estos juegos
cambio abrupto de eventos en el género de la tragedia. Así al cuadro ~rueles los juegan los militares, celadores, cónyuges y maestros que
de la distribución de los juegos de Caillois ( 1994: 79) le agregaré una Juegan a torturar subordinados, presos, consortes y alumnos con
línea más. diversos grados de violencia. Por vergonzosos que puedan parecerle
al teórico, su repulsión no le da derecho a ignorarlos. La diferencia
entre el juego cruel y el cordial depende de su vínculo al prendamiento
o al prendimiento, como se puede ver en la siguiente figura. En un
caso hay buena fe, en otro mala fe que no es sólo una categoría moral
1 Mi agradecimiento a Lauro Zavala por haber traído a mi atención este texto de
sino estética, pues compromete la sensibilidad por prendimiento.
Caillois.
HACIA LA PROSAICA LOS JUEGOS DE LA CULTURA 1 77
176
CUADRO 10. JUEGOS Y PREND(A-I)MIENTO destino con el cónyuge elegido. El peripatos es indispensable al educar
a los hijos, pues requerimos bastante creatividad para hallar alter-
Prendamiento Ludus Prendimiento Paidea nativas. Menos divertido es el prendimiento al ilinx al poner en riesgo
juegos
Rivalidad el equilibrio familiar por crisis agudas, muerte, enfermedad, violencia
Agon Competencia
doméstica o adicción.
Alea Apuesta Adicción
En la matriz religiosa, particularmente la cristiana y la islámica, se
Mimicry Disfraz, mascarada Engaño
practica el agon en su lucha por abarcar mayor cantidad de fieles, y
Ilinx Vértigo Locura
en la judaica el peripatos en la hermenéutica y exegética de la Torá
Peripatos Adivinanza Asedio ( stalking) y el Talmud. Las doctrinas que creen en la predeterminación divina,
como el calvinismo, juegan evidentemente al alea respecto a la
salvación. El ilinx ocurre entre los más fervorosos que experimentan
Entre las dos posiciones distintas respecto al juego -la de Huizin- arrebatos místicos, o en los devotos que padecen con angustia la
ga que lo entiende como un mecanismo configurador_de la c_ultura, duda sobre la existencia de Dios. El mimicry jugado por la Iglesia
y la de Caillois algo más ambigua que oscila entr~ el ~~ego hteral y católica para encubrir a los sacerdotes pederastas no puede dejar de
como estrategia explicativa- opté por una combmac1on de ambas mencionarse, y horrorizar.
en su potencial heurístico. Así pudimos descubrir que la actividad El juego idóneo para jugarse en la matriz escolar es sin duda el
lúdica de la cultura se despliega como parte de la dimensión estética peripatos al estimular la creatividad o lo que Peirce denominó como
puesto que el prend(a-i)miento estético depende de ésta. "musement", una especie de meditación lúdica donde la abducción se
añade a la inducción y la deducción por la invención, la conjetura y
el enigma. Sin embargo, lo que más se juega es agon, que no está mal
como impulsor de retos, pero deja de ser divertido al adquirir la
JUEGOS DE LAS MATRICES SOCIALES severidad del castigo y la humillación. También se juega alea ·en los
exámenes de opción múltiple cuando no se ha estudiado, o en la
En el volumen n de Prosaica exploraremos con mayor detalle algunas casualidad de que por un maestro asignado en vez de otro, se pueda
de las principales matrices sociales, además de fundamentar ~l c~n- aniquilar o despertar una vocación de por vida en un alumno. Ocurre
cepto, elaborar un modelo de análisis y mostrar el papel constltuuvo el mimicry cuando, en ausencia del maestro, los alumnos lo imitan en
de la estética en lasidentidades y la cultura en general. forma caricaturesca o constituyen identidades por imitación a mo-
Pero vamos a adelantarnos un poco en esta sección para mostrar delos que les ofrece la escuela. El ilinx se juega en situaciones
cómo la lúdica, entrelazada con la estética, participa y constituye la extremas de expulsión y admisión o cuando el futuro de un alumno
cultura en cada matriz social. depende de un solo examen.
En la matriz familiar el mimicry se juega en el simulacro de Tratándose de una matriz que se las ve cotidianamente con la
fidelidad durante el adulterio o en las niñas imitando ser mamás o extrema vulnerabilidad del ser humano, la matriz médica no excluye,
amas de casa con sus muñecas. No está ausente el agon en la compe- sin embargo, la posibilidad del juego: se practica agon al competir
tencia entre hermanos por el afecto de los padres o cuando la contra la enfermedad o contra colegas para ser pionero en ciertos
identidad de una familia se establece por oposición a la de vecinos Y tratamientos (particularmente feroz entre compañías farmacéuticas
familiares. El alea familiar se juega en lo azaroso del género, carácter y grupos de investigación en competencia por patentes y teorías, por
0 salud del feto, o en intentar un embarazo más, después de siete ejemplo Luc Montagnier del Instituto Pasteur en Francia contra
niñas, esperando que esta vez sí sea un varoncito. El matrimonio Robert C. Gallo de Estados Unidos en rivalidad por ser reconocidos
mismo es un juego de alea, pues desconocemos qué nos depara el como descubridores del virus del sida). Desde luego que en la for-

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'l
HACIA LA PROSAICA LOS JUEGOS DE LA CULTURA 1 79
mulación de hipótesis y conjeturas para la curación se juega al los jugadores de lucha libre para espectacularizar exageradamente los
peripatos. El ilinx es constante al tratar casos de vida o muerte y el gestos y efectos. Se juega alea por el contrincante y las condiciones
esfuerzo por mantener el equilibrio vital del paciente. El alea se juega particulares del juego (la cancha mojada, el sol al frente, la fase en
en los resultados de una intervención quirúrgica riesgosa y sus el ciclo menstrual en las atletas olímpicas el día de la competencia)
complicaciones. Los placebos en la investigación de medicamentos y el ilinx por la pasiones en jugadores y fanáticos ante la d~rrota o el
son casos típicos de mimicry. triunfo. Como en la guerra, aquí también hay cierto grado de peripatos
En la adivinación, el juego principal es alea pues supone que la en la planeación de estrategias.
identidad depende del horóscopo. El adivinador juega también al En la matriz turística el peripatos lo jugamos en la planeación de un
mimicry de la predicción del futuro y al impersonar identidades con viaje que podría hacerse en cualquier dirección, pero se define por
poderes especiales, como practica el peripatos al ensayar tentativas de el "qué tal si" de aventurarse hacia lo exótico, lo diverso, lo remoto.
interpretación. Hay por supuesto agon al competir supuestamente con Se juega al mimicry cuando el turista se viste para no llamar la atención
el destino para someterlo a voluntad del solicitante, pero en realidad en lugares lejanos o parecer un habitante local (como las periodistas
es para captar el presupuesto de los clientes, mientras es el ilinx ante de la BBC que usan burka en los países musulmanes). El agon se
una decisión lo que con frecuencia lleva al cliente a esta matriz. practica al viajar para competir y presumirles a los familiares o veci-
En la matriz penal, abogados y fiscales típicamente juegan agon, nos de haber estado en tal o cual lado, y el ilinx al alejarse de la segu-
como los policías y ladrones cuando los policías no sean ladrones ni ridad de su rutina diaria, descubrir que está perdido en un· sitio
los ladrones policías. Para el acusado, se juega el alea en lo azaroso desconocido, o no tener dónde pasar la noche en un sitio peligroso.
de que se presenten o no suficientes pruebas que lo inculpen o Se juega al alea al viajar por cuenta propia J no en paquetes organi-
eximan, y de que sea un juez y no otro, o un jurado y no otro, quien zados, al ser bendecido con lo insólito, lo inesperado, lo obtuso.
emita el veredicto. Durante el juicio, el acusado permanece en el Las matrices mercantil, financiera o corporativa juegan feroz-
juego del ilinx. Se juega el mimicry al borrar huellas digitales o mente al agon en la competencia por el mercado ( v.g. Microsoft vs.
escenificar supuestos crímenes, sembrar droga para detener o ex- Mackintosh), alea en lo azaroso de pérdidas o ganancias particular-
torsionar inocentes, así como en la simulación del acusado de una mente en la bolsa de valores, e ilinx al tratar de mantenerse en
identidad conservadora ante el juez y los jurados para ser exonerado. equilibrio en un medio fuertemente agresivo y evitar la bancarrota.
Las novelas de Sherlock Holmes por Arthur Conan Doyle muestran También juegan al mimicry al fabricar una identidad cuasi-personal a
cómo se podría jugar al peripatos en la labor de los detectives, y que los productos por campañas publicitarias y peripatos al inventar nuevos
en la actualidad ha proliferado en series televisivas de enfoque productos y estrategias de venta.
forense como CSI, Medical lnvestigation, Law & Order: Criminal intent, Dada su gravedad, lógico sería pensar que en la matriz funeraria
Cold Case, Without a Trace, etcétera. no se juega ningún juego. Sin embargo, el ilinx lo juegan los deudos
En la matriz militar el juego por definición es el agon, aunque en al tener que visualizar su vida abruptamente en ausencia de un ser
el campo de batalla se juega el alea al enfrentar la vida o la muerte. fundamental para su identidad y sus afectos. El alea lo jugamos todo
El ilinx está en el vértigo de la guerra y el cambio radical de valores el tiempo en lo azaroso de que el muerto sea uno y no otro, de que
y formas de vida. No está ausente el peripatos al imaginar estrategias la Parca nos libere esta vez o nos elija para otro entierro. Por eso
de ataque y el mimícry para engañar al enemigo, especialmente en el también jugamos al agon contra la muerte, una competencia que sólo
camuflaje de los uniformes de combate o armamento de cartón. podremos perder una sola vez. El llanto de las plañideras según las
La matriz deportiva es el reino del agon, naturalmente. Pero en costumbres de div€rsas culturas ilustra el mimicry funerario, especial-
b_éisbol se juega también mimicry al lanzar bolas que parecen ir en una mente cuando los eufóricos deudos simulan pesadumbre mientras
dirección cuando van a otra, en los tics de los pícheres que simulan calculan su herencia. Sólo está ausente el peripatos, pues ante la
rascarse cuando envían un mensaje al cácher, o en las reacciones de contundencia de la muerte, no queda lugarpara ningún "qué tal si",
180 HACIA LA PROSAICA LOS JUEGOS DE LA CULTURA

aunque la imaginación juegue con posibilidades de la reencarnación para problemas sociales. Eljuego del ilinxdel candidato contendiente
y el paraíso. a un puesto de elección popular es directamente proporcional a su
El juego que juega el artista es principalmente peripatos al aventu- jerarquía, es decir, el vértigo de la cima o la sima política se intensifica
rarse hacia los mundos imaginarios que va creando, un juego que por la altura del puesto. Juega también alea al apostar su carrera
Huizinga no consideró y por ello le niega un sentido lúdico a las artes política en alianzas que pueden o no ser favorecidas por ta suerte.
plásticas. Toda creación artística e intelectual es un apasionante juego El desfile de los héroes y los villanos, las víctimas y los opresores
de peripatos para explorar y ponderar sus resultados. Pero también se no deja la menor duda de que en la matriz nacional el juego favorito
juega el agon en bienales, concursos literarios, castings y premios de es el agon, además de que una nación generalmente opta por
popularidad y de taquilla como los Grammy, Osear, Ariel, etc. El definirse en oposición sígnica a su vecina. Esta matriz juega el alea
mimicry puede hallarse en la música que simula la acción y la emoción en su definición territorial y étnica por lo arbitrario de sus fronteras
del espectador de teatro, cine y la televisión y géneros que a su vez y lo fortuito de muchos de sus desenlaces. No podemos saber en qué
imitan la realidad como la novela y la telenovela. Hay mimicry también medida, por ejemplo, la conquista de México se hubiese alterado
en la identificación del espectador con el personaje o del autor con radicalmente si los indígenas mexicanos hubiesen sido inmunes a la
éste en su desarrollo por la novela o teatro. Un caso que ilustra el viruela. En la matriz nacional el mimicry se juega típicamente al
ilinx en las artes plásticas es la acuarela donde un error puede proponer a los héroes nacionales como modelos a seguir. El ilinx
provocar irreversiblemente la pérdida de equilibrio de toda la obra, nacional ocurre de manera vicaria por la proyección de la matriz
además de las artes circenses cuya destreza juega precisamente con deportiva, particularmente las selecciones nacionales de fútbol y
el vértigo. El ilinx se vive ante el éxito o el fracaso artístico, estar en otros deportes olímpicos, pues los momentos de vértigo en que se
la cúspide de la fama o en la sima de la vergüenza que en ocasiones juega el orgullo nacional dependen desmesuradamente del resultado
es sólo resultado del alea. También se juega alea cuando se aprove- de un partido. Lo ubico como ilinx, además del agon, pues mientras
chan cualidades azarosas del material en la pintura, vetas en la éste se ejerce por el jugador, el público poco puede incidir en el
madera y mármol para la escultura o los hallazgos casuales en la vida desenlace, lo que no implica que el aturdimiento ante la derrota o
cotidiana y encuentros inusitados que se incorporan a la literatura. el vértigo pór el triunfo sea menos intenso. El peripatos nacional es
Con su Fuente Duchamp jugó en un solo movimiento mimicry al tan escaso como el estatal, pues poco se conjetura acerca de las
presentar un objeto que mimetiza lo "escultórico", agon al hacerlo alternativas de construcción de identidades nacionales y de proyectos
participar en un concurso de arte, alea en que podría haber sido un de país en otros términos.
intento frustrado al no lograr convencer a los jueces del concurso de Hoy en la matriz global se juegan cuatro juegos menos el indis-
arte, ilinx en el vértigo de subvertir los mecanismos del artworld al pensable, el peripatos, hecho particularmente grave ante las amenazas
volverlos visibles y, en la aventura del "que tal si se hiciera pasar un de devastación nuclear, militar, económica, ecológica y sobre todo
orinal como obra de arte", jugó magistralmente al peripatos. Por eso social por la exclusión sistemática a las mayorías de condiciones
esta obra es genial. elementales de dignidad y seguridad. El agon sejuega en la implaca-
Para el político profesional, la realidad está constituida verticalmen- ble competencia financiera internacional, el mimicry en los desplantes
te; por ello practica el deporte del alpinismo de Estado desarrollando mediáticos de la propaganda global y a/,ea en las apuestas políticas de
destrezas en agon, su juego favorito. En los espectáculos políticos se países pobres en su condición de absoluta desventaja. Se juega
vale del mimicry con singular talento histriónico enunciando lo que también el ilinx al arriesgar cada día el equilibrio social y natural del
supone que el pueblo desea oír para conseguir consenso en su planeta por los intereses particulares de poderosos grupos político-
promoción por la pirámide del poder. El peripatos es tan frecuente en financieros.
esta matriz como los tréboles de cuatro hojas en las macetas, pues por En la matriz académica y universitaria, Ken-Ichi Sasaki (2004),
la misma inercia institucional rara vez se plantean soluciones creativas como presidente de la Asociación Internacional de Estética, lo

.d
HACIA LA PROSAICA LOS JUEGOS DE LA CUITURA

expresó cándidamente: "La motivación fundamental para particip&r sonoridad tenue de los follajes agitados por el viento, en el placer de
en un Congreso era la convicción de que como académico especia- encontrar la carta de un amigo en nuestro buzón, en un dolor agudo
lizado en una disciplina occidental como la Estética, tendría la meta de la espalda, en una bocanada de tabaco, en el sabor del café, el
de ser capaz de rivalizar con los académicos occidentales, y que el aroma del jazmín, el intimidante espacio de los estacionamientos
Congreso Internacional es el campo de batalla o pista en la cual tal subterráneos en fin, en el simple hecho de vivir radica esa s~nsualidad
rivalidad se pone en juego." El trabajo teórico es sin duda un juego y sensibilidad que constituye la estética.
y, para Sasaki, se juega al agon en un congreso. Otros juegan al ilinx Valga insistir: no toda la estética es juego, pues hay experiencias
para ver si su propuesta se sostiene y no pierde equilibrio o consis- no lúdicas que pueden ser simplemente sensoriales, afectivas, inte-
tencia, o mimicry para demostrar que manejan los conceptos tan bien lectuales. Sin embargo, todo juego es necesariamente estético al
como sus maestros, alea cuando de pronto algún concepto resulte involucrar componentes como la armonía, el ritmo, el suspenso y
particularmente esclarecedor para algún colega, o lo contrario. Mi sobre todo los sentidos que configuran una experiencia significativa
juego favorito es el peripatos al juguetear con alguna idea quizás para el jugador. A partir de la omnio-estesis que nos pertenece en
insólita que> sin embargo ¿qué tal si resultara sugerente, valiosa, tanto seres vivos, lo que procede es explorar de qué modo la estética
esclarecedora? participa en la construcción de la cultura, de la realidad, de los
Hemos visto cómo la cultura literalmente juega. El juego no es una mundos que hemos elegido desarrollar y de los que hemos optado
actividad que se realiza al margen de los deberes y haceres de la vida por descuidar y abandonar. Ésta será la tarea de una socio-estética
cotidiana, sino que ésta depende íntimamente del elemento lúdico que exploraremos en los volúmenes II y 111. Si aquí recorrimos las
para involucrar a los sujetos en su quehacer. Habiendo juego, hay diversas matrices sociales desde la perspectiva del juego, en los
vivencia, es decir, involucramiento afectivo, corporal y sensible de los siguientes las recorreremos por su constitución desde la estética.
sujetos con su actividad. Eso ocurre en Occidente y en Oriente, ~orno
lo ejemplifica el importante trabajo sobre el juego agonístico de la
pelea de gallos en Bali ( Geertz, 1997). Así, la presencia del juego es
testimonio e índice de la actividad estética. Disfrutamos o padecemos
el juego en la medida en que nos prendamos a o somos prendidos
por nuestras ocupaciones diarias.
Para jugar este juego teórico de la Prosaica, ha sido necesario
abandonar la visión monolítica de la teoría estética que la entiende
exclusivamente como una empresa dedicada a señalar, aislar y
almacenar sus objetos específicos (bellos, artísticos, sublimes) para
inculcar su apreciación al resto de la sociedad. Pudimos reconocer
así que la estesis está dispersa por todo el tejido de la cultura: en las
fiestas y en la seducción erótica, en la puesta de la mesa y la pre-
paración de platillos, en los partos y las graduaciones, en la turbación
que sentimos a través de las interacciones, en nuestros itinerarios y
nuestros sueños.
Y no puede ser de otro modo, pues si la estesis se refiere a la
rxperiencia y a la sensibilidad, éstas son parte de la faena diaria del
vivir. Al asomarnos al color vivo de las bugambilias, el percibir el
fuerte olor a diesel que deja tras de sí un vetusto camión, en la
HORIZONTES DE LA PROSAICA

20. HORIZONTES DE 1A PROSAICA porque entre las condiciones mínimas para la sobrevivencia física y
mental del ser humano está su dignidad estética. Quien requiere
cons_tan~eme~t~ de estímulo a través de las drogas o alcohol huye de
la m1sena estetlca y ansía el prendamiento que no logra obtener por
otras ví:-s. L~ violencia psicológica que deriva en el crimen y la
patolog1a sonal pasa por la sensibilidad vejada del individuo.
La estética tradicional se restringió sola y por definición exclusiva- . ~l racismo, hay que reconocerlo, utiliza una coartada estética para
mente al estudio de lo bello y el arte. Hegel (1970: 22) fue enfático JUSt1ficar. a la p~opia raza como superior, y reacciona con disgusto
al circunscribir la estética al estudio de lo bello y más aún, sólo en ante la d1ferenna en el color y olor de la piel, el sonido de la voz, el
las bellas artes, excluyendo también a la naturaleza de su objeto de modo de hablar y la configuración física, ademanes y porte del otro.
pertinencia. Por ello menciona el curioso término de "kalística" como La ir~acio~a.l repu~nancia d~l racista. es en buena parte una repug-
idea de belleza (del griego kalos) como posible nombre para designar nanna estetlca sonalmente mducida. Las puestas en escena de los
esta área de estudio. Quizá por eso, como lo dijo Passmore ( 1951), rituales del Estado hitleriano y las reuniones del partido Nazi con la
la estética se volvió una disciplina muy aburrida ya que el sentido de mú_sica de Wagner de fondo y la catedral de luz diseñada por Speer
lo bello radica más en disfrutarlo que en analizarlo. La relevancia aplicaron la estética de manera espectacular (cf. Mandoki, 1999).
social y cognitiva de tal restricción no nos concierne discutirla ahora. Pero a más de medio siglo desde el genocidio nazi, aún no hemos
Pero preocupa que una disciplina que pretenda afirmarse desde su logrado comprender cómo fue posible la complicidad general de la
origen baumgarteniano como el estudio de la sensibilidad humana poblacióri civil alemana con las actividades del NSDAP y la Gestapo y
( cognitionis sensitivae), termine reduciéndose a la descripción, evalua- su sobrecogedora falta de sensibilidad hacia situaciones extremas de
ción y clasificación de objetos denominados "obras de arte" y a la degradación humana. Como lo argumenta Lifton (2000) la llamada
justificación de precisamente aquello que menos la necesita: lo bello. "solución final" del genocidio nazi se realizó con la indiferencia de
Seguidores de Baumgarten, los estetólogos habrían de ocuparse un mero trámite burocrático para nonnalizar un orden de sistema-
originalmente de la ciencia del conocimiento sensible, pero lo tización de la muerte. Hay aquí un tema que obliga a ser enfocado
olvidaron en el camino. Deslumbrados con el arte y lo bello, buscan- desde la problematización de la sensiblidad humana, no sólo el tema
do su influencia en la matriz artística y académica para arbitrar qué de la belleza y el arte.
es y qué no es arte, han evadido su responsabilidad social en lo que Se diseñan ciudades y edificios para almacenar personas desde una
podrían aportar desde su particular perspectiva. división social de la estética directamente proporcional al capital que
Mientras la teoría estética ortodoxa se vuelca minuciosa y reitera- poseen. Lo que le sucede al individuo depositado en esos lugares ya
damente sobre los mismos problemas, en la práctica atestiguamos en no parece ser incumbencia de nadie: arquitectos y urbanistas proyec-
la indefensión conceptual el desarrollo de la tecnocracia de la tan esp~cios obedeciendo solamente al uso y presupuesto programa-
sensibilidad, las psico-ingenierías de la subjetividad y las boyantes dos, ~uentras que los efectos de ansiedad o depresión que tales
estéticas de la violencia. Es cada vez más difícil refutar que muchos espac10s generen los delegan como problema exclusivo al sajeto que
los habita.
de los problemas más graves de la sociedad contemporánea están
directa, aunque no exclusivamente, relacionados con la estética. Me Pero no se trata sólo de un problema personal que se deba resolver
refiero a la drogadicción, al racismo, a la criminalidad, al suicidio, al e~ ~sicoterapia, sino síntomas del daño a la sensibilidad y a la
alcoholismo, la violencia doméstica, la pornografía, la obesidad e d1gmdad humana propagado por condiciones de vida en ámbitos
· incluso enfermedades emocionales como la depresión crónica par- sociales sistemáticamente agresivos y degradados. Una ciudad no es
ticularmente aguda en países altamente tecnologizados. Lo están sólo un conglomerado de edificios; significa también itinerarios
cruzados, espacios al aire libre, tareas comunes, ritmos distintos,
HACIA LA PROSAICA HORIZONTES DE LA PROSAICA
186
cambios de uso y de fauna humana en el transcurso del día, de la institución religiosa ha sido la gran experta en la seducción por
semana, del año. Sin embargo, quienes deciden los proyectos urba- estrategias estéticas, y sin embargo sus efectos para generar armonía
nos entienden a la ciudad como constituida ex profeso para esos o fabricar fanáticos no han merecido ¡es increíble! estudios apropia-
privilegiados no-sujetos que dominan el espacio urbano: los automó- dos. Se habla apenas del "arte religioso" pero reducido a su carácter
viles (cf. Mandoki, 2005). objetual como mero asunto de colección y patrimonio. ,
Poco sabemos de la sensibilidad humana, aunque lamentable- Hemos descuidado con bastante torpeza diseñar la enseñanza con
mente quienes más la estudian lo hacen con la intención de mani- recursos estéticos creativos, estimulantes, frescos. La educación
pularla. La manía de las empresas de publicidad por fabricarle escolar se ha impuesto en mayor medida por la amenaza del examen
identidades a sus productos y marcas se debe a lo que han podido y la mala calificación. La misma negligencia de lo estético se puede
averiguar por su cuenta sobre la necesidad de identificación del observar en la rehabilitación de los presos en reclusorios, la recupe-
consumidor y sus mecanismos de adhesión a ciertas imágenes. Se ración de enfermos crónicos en sanatorios, en la planificación de
utilizan calculadamente estrategias estéticas a la menor oportunidad barrios y plazas urbanos y suburbanos (diseñados para el desplaza-
de exposición de. marcas en una lucha a muerte por captar la miento anónimo más que para la interacción ciudadana). Disminuye
atendón de los consumidores. cada vez más nuestra capacidad de colocarnos en la perspectiva del
Y es que el diseñador y el comerciante saben que la estética vende. otro yh saturación de estímulos triviales corroe poco a poco la sensi-
En efecto, la confección de productos y campañas publicitarias con bilidad hacia la indiferencia y el bloqueo. Se producen sensibilidades
criterios estéticos es el mecanismo básico para lanzarlos al mercado. cada vez más burdas como defensa a un entorno violento.
En el proceso de mediatización creciente, este mecanismo se aplica Actualmente las cadenas mediáticas de noticiarios compiten con
también a la estetización de candidatos de partidos políticos por mecanismos estéticos por lograr mayor rating. Las masas enfurecidas,
compañías publicitarias y cineastas efectivos en mobilizar emociones los heridos sangrantes, los fanáticos delirantes, autos quemados,
que los ponen en circulación bajo los mismos criterios con que plagas infernales, explosiones, muertos ante la cámara son las escenas
circulan mercancías y estrellas de telenovela. Los aspirantes al poder más codiciadas por los periodistas en su impacto sobre la sensibilidad
ensayan su estética ante el espejo: el tono preciso, el gesto adecuado, del auditorio. No se trata tanto de razonar sobre los hechos, sino de
el vestuario correcto, la palabra enfatizada, el ritmo discursivo, la conmoverse por la imagen de la pantalla. La noticia se presenta hoy
escenografia connotativa, el lema pegajoso. Maquillados y disfrazados con fondos musicales melosos o tenebrosos para granjearse la simpa-
según lo sugiera el sondeo, los políticos salen al proscenio con su tía, el miedo o la compasión, más que la reflexión del público. Los
imagen.fabricada para seducir al ciudadano. Sus asesores de imagen problemas mundiales son difundidos bajo el género del melodrama
son expertos en esta puesta en estética tan poco imaginativa, pero para su rápida digestión por la audiencia, quien inmediatamente
dada la mediocridad del debate político, altamente efectiva al suplan- identifica al héroe y al villano según el periódico o noticiario que
tarlo. Y así deja de ser relevante al hombre o mujer de la calle la eligió para extraer sus opiniones políticamente correctas en la
argumentación de una propuesta para persuadido a adherirse. presentación de su identidad política. Este apetito humano por
Expulsado el razonamiento de la escena política, dependemos de la imágenes violentas es en parte síntoma de un envenenamiento
sensibilidad y la emoción, del carisma y la personificación ante las estético que ha llegado hasta al extremo de la pornografía infantil.
cámaras. La estética contagia nuestros valores y respuestas al mundo, Crecen las legiones de afligidos con su sensibilidad vejada por vivir
incluso a nuestros juicios sobre lo verdadero y lo falso. Puerilmente, en condiciones de indigencia estética. Olvidamos que el ser humano
la política se juega mucho más por la estesis que por la semiosis. no es sólo un en te cuya productividad hay que optimizar o un
La estética, sin embargo, no sólo sirve para vender: es un vehículo consumidor cuyos recursos hay que absorber. Somos algo más que
también para enseñar y aprender, curar o enfermar, aglutinar y máquinas falibles en la medicina o lucrativas en la economía, doma-
dividir, persuadir y disuadir, intimidar o estimular. Durante siglos, la bles en la política o generadoras de prótesis en la tecnología. ¿No es
188 HACIA LA PROSAICA

acaso ya el momento de ampliar los horizontes de /la. est~tica pa.r~ GLOSARIO


reflexionar y asumir estas cuestiones? Se trataría, en ultima mstanna,
de partir de la estética para comprender al sujeto cual vulnerable e
impresionable es, abierto al mundo para el gozo o cerrado por la
violencia en su fugaz e irreversible vida.
Alteridad: ser otro, sinónimo de otredad.
Apoláustico: relativo al placer.
Bioma: complejo de comunidades caracterizadas por un tipo distintivo de
vegetación y mantenidas bajo condiciones climáticas de la región, como
un desierto.
Ca-subjetividad: forma de ser sujeto en relación con los o~ros. Subjetividad
compartida.
Carpo-realidad: la realidad que emana de la condición corporal.
érvnotopo: definición espacio-temporal de un evento u objeto.
Culturoma: conjunto de matrices caracterizadas por tipos distintivos de
hábitos y actividades mantenidas bajo condiciones regionales de produc-
ción semiósica y material dependiendo en parte del bioma.
Desprendarniento: desacoplarse de una relación sensible con algo.
Desprendimiento: liberación de la condición de ser prendido por algo.
Discurso: tejido material translingüístico, intertextual y co-subjetivo.
Enunciación/interpretación: proceso dual que ocurre en cada sujeto ya que el
enunciante interpreta al tiempo que enuncia su discurso y su interlocutor
no sólo interpreta sino construye y enuncia mentalmente una versión de
lo que escucha.
Escópica: puesta en mirada, o comunicación por medio de sintagmas visuales
y espaciales.
Estesiología: estudio del funcionamiento fisico y neurológico de los sentidos.
Estesio-semiótica: semiótica de los sentidos o del gusto.
Estesis: procesos que involucran al ser vivo en tanto sujeto abierto al
mundo.
Estética: teoría de la estesis o sensibilidad.
Esteticismo: postura que privilegia y exhalta lo estético por sobre todo lo
demás.
Estetología: estudio de las teorías estéticas.
Exotopía: lugar afuera, exterior a.
Faneroscopía: término peirceano para referirse a la fenomenología o descrip-
ción del faneron (y por el faneron significo el total colectivo de todo lo
que esté presente en la mente de cualquier manera o en cualquier
sentido, sin importar si corresponde a alguna cosa verdadera o no).
Heteroglosia: diversidad de registros o subregistros en un enunciado, es decir,
sintagmas mixtos.
Hibridación: interpenetración de subjetividades o conciencias.
Identidad: construcción matricial de la persona por su presentación.

[189]
GLOSARIO

Individualidad: singularidad del ser. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Objetivación subjetiva: acto de hacer perceptibles aspectos de la propia
subjetividad hacia el destinatario.
Objetividad: intersubjetividad.
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1
ÍNDICE ONOMÁSTICO Y DE TEMAS

Absoluto, 40, 97 artística, 9, 20, 28, 43, 44, 50, 55, 73,
actitud estética, 37-39, 48, 49, 53, 54, 74,93,99, 100,138,145,150,152,
91, 101 155, 156, 157, 158, 165, 166, 167,
adivinación, 178 173, 175, 180, 184
afinidades familiares, 13 artworld, 39, 44, 138, 143, 158, 160,
Agawu, 98 180
agon, 174-182 Asociación Internacional de Estética
agradable, 13, 30, 54, 136 Empírica, 40, 55
Aldrich, 37 atención, 30, 31, 33, 34, 35, 36, 37,
allgemeine Kunstwissenschaft, 16, 148, 38,39,47,48,53,54,91, 101,138,
165 179,186
alteridad, 36, 133 autonomía, 26
aplanamiento de la frente entre los autopoiesis, 85, 104, 107
mayas, 18 Ayer, 15
apreciación estética, 31, 32, 33, 36,
38, 41, 65 Bajtín, 22, 27, 36, 55, 83, 139, 141,
Arendt, 86 142, 143, 152, 156, 165-167, 172
aristocracia, 127 Bakhtin, 151
Aristóteles, 33, 85, 149, 150, 151, 174, Barthes, 58, 98, 116, 126, 132, 133
175 Bataille, 136
Arnheim, 14, 55 Baumgarten, 11, 40, 42, 46, 52, 64,
arquitectura, 31, 42, 93, 168 65, 89,184
arte, 9, 10, 11, 13, 14, 15, 16, 17, 19, Bayer, 14
20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, Beardsley, 36, 37, 47, 49, 74, 88, 101,
29, 34, 35, 36, 37, 39, 41, 42, 43, 157
44, 45, 46, 47, 50, 52, 53, 55, 56, Bekoff, 159
57, 59, 61, 62, 64, 67, 68, 69, 72, Bell, 47, 49, 98
74, 98, 100, 124, 133, 138, 147, belleza, 16, 18, 19, 20, 24, 30, 31, 41,
148, 149, 150, 155, 156, 158, 159, 42,56,59,93, 148,159,162,170,
160, 161, 163, 164, 168, 172, 173, 172,184,185
174, 175, 184, 185, 187 bello,9,1~ 1~ 15, 1~ 17, 1~ 19,20,
arte conceptual, 35, 44 21, 22, 24, 26, 28, 29, 30, 39, 40,
arte correo, 35 52, 53, 56, 57, 58, 59, 61, 64, 67,
arte por el arte, 26 69, 70, 72, 74,81, 89,91,97, 147,
artificio, 35, 163 148,154,160,161,164,167,170,
artista, 9, 21, 27, 43, 71, 143, 145, 171, 172, 184
151,165,166,180 Benjamin, 26, ,27, 28, 33
artistas, 10, 26, 27, 28, 41, 141, 159 Benveniste, 117

[201]

J
202 ÍNDICE ONOMÁSTICO Y DE TEMAS ÍNDICE ONOMÁSTICO Y DE TEMAS 203

Berger, 77, 84, 87, 119, 153 cotidiano, 9, 14, 26, 27, 29, 35, 53, económico, 16, 24, 116, 118, 123 91,92,98, 110,145,148,157,167,
Berleant, 35, 36, 44, 88, 91, 162, 164 56,58,59, 61,62,88, 89,99, 139, Edelman, 82 168, 173, 182, 183
Berlyne, 55 147,150,151,152,158,160,161, educación, 187 experiencia estética, 15, 23, 24, 30,
Bien, 18, 40 162,164, 16i 168,170,172 elegante, 13, 72, 130 31, 33, 34, 35, 41, 45, 46, 47, 48,
Binkley, 42, 43, 44, 58 Critica de la razón pura, 42, 65, 104 elite, 138, 155, 156, 157, 168 49, 50, 53, 54, 67, 81, 83, 88, 91,
biológico, 15, 18, 55, 76, 83, 84, 85, Croce, 15 Emerson, 151, 155, 165, 166 157,167,173
87,111,115,144,159,167 Crowther, 15, 30, 31 emoción, 13, 58, 81, 132, 168, 180, experiencias, 19, 35, 47, 48, 50, 53,
bioma, 81, 86, 111, 189 cultura, 18, 68, 81, 82, 83, 86, 132, 186 78, 81, 88, 97, 105, 114, 142, 183
biosemiótica, 103 148, 149, 169, 170, 171, 173, 176, emociona~ 19, 33, 99, 122, 154 expresión, 13, 14, 20, 21, 22, 24, 72,
Bourdieu, 15, 118, 156 182,183 Engler~ 41 98, 102, 124, 145, 148, 149, 157
Brecht, 33, 34, 36 entendimiento, 21, 42, 88, 92, 143, expresión simbólica, 14, 21, 98
brío, 76, 124 Danto, 15, 43, 58 173
Bujarin, 15 Deely, 111 entorno, 45, 66, 103, 104, 106, 113, familia, 64, 76, 94, 107, 120, 162,
Bullough,32, 33, 35,36, 38, 47 deleite, 30, 31, 42, 46, 47, 57, 59, 90, 144,152,187 176
burguesía, 20 135, 171 epistemológica, 10, 42 faneroscopía, 102, 109
Byers, 159 Della Volpe, 15 esnobismo, 39 fantasía, 34, 91, 163
deportiva, 178, 181 espacio-temporal, 40, 82, 84, 87 fascismo, 28
Caillois, 9, 174, 175, 176 Derrida, 15, 69 espacio-tiempo, 82, 83, 86, 171 fealdad, 42
capital simbólico, 118 desinterés, 20, 30, 31, 32, 33, 37, 38, espectador, 9, 21, 24, 33, 34, 35, 36, femenino, 19, 58
capital social, 118 52, 161 37, 39, 45, 46,47,50, 71,93, 143, fenomenológica, 10, 83, 95, 128
Carroll, 15, 42, 43, 44 desinteresado, 30, 46, 57 145,180 fetiche, 18, 19, 20, 23, 36, 45, 59, 68,
Cassirer, 15, 98, 118, 120 Dessoir, 16, 148, 165 espejismo, 31 125, 158, 163, 171
categorías estéticas, 15, 17 Dewey, 15, 16, 19, 20, 22, 26, 41~ 44, espíritu, 13, 18, 35, 45, 68, 118, 133, Feyerabend, 69
celos, 33, 56 46, 49, 50, 71, 72, 82, 83, 84, 85, 153,174 Fichte, 15
Certeau, 152 91,92,98, 150,165,167,168,169, estesiología, 68, 148, 189 filosofia, 13, 14, 15, 16, 17, 19,41,64,
ciencia, 16, 40, 41, 42, 44, 52, 55, 61, 171, 172 estesio-semiótica, 98, 99, 100, 189 94, 101, 175
63, 64, 65, 68, 72, 73, 111, 120, Dickie, 15, 30, 33, 34, 36, 37, 38, 39, estesis, 10, 32, 50, 52, 58, 61, 67, 68, Fish, 45, 73, 74
162,170,174,184 47,48, 49,50,53,54, 55,91, 101, 71, 72, 76, 81, 82, 84, 85, 88, 89, forma, 9, 13, 14, 21, 23, 24, 32, 46,
cirugía estética, 13 138 90, 92, 94, 95, 99, 102, 111, 135, 47, 49, 68, 72, 74, 79, 82, 83, 89,
clasicismo, 13, 97 Diffey, 14, 15, 16 136,137,138,141,142,143,144, 95, 98, 101, 102, 103, 105, 106,
coherencia, 10, 46, 47, 157, 168 dimensión sociológica, 15 145, 147, 148, 155, 156, 163, 166, 112, 114, 118, 123, 128, 133, 135,
Collingwood, 15 diseño, 44, 154, 160 173,182,183,186,189 139,144,148,152,162,172
columpiamiento, 36 Dissanayake, 158, 159 estética de la violencia, 59 Foucault,46,84, 154
corner, 9 distancia psíquica, 32, 35, 36 esteticismo, 59, 68 fractales, 41
comida, 161, 162 distanciamiento, 31, 32, 33, 34, 36, estetología, 68, 189 Freud, 63
comunicación, 25, 71, 72, 99, 100, 38, 47, 49, 161 estetólogos, 11, 14, 24, 25, 38, 42, 61, función, 42, 43, 57, 67, 74, 77, 110,
112, 122, 141, 142, 143, 149 Dorfles, 164 64, 100, 164, 184 119, 121, 135, 147, 148, 153, 154,
cornunidad, 18, 81, 94,162,168 drogas, 58, 185 estilo, 13, 124, 127 161, 168, 170, 171, 173
condiciones sociales, 15, 75 Duchamp, 24, 44, 133, 180 ética, 15, 28, 58, 59, 66, 71, 72 funeraria, 106, 121, 179
conflicto, 59, 80, 82, 162 Dufrenne, 15, 16, 19, 23, 24, 45, 53 evaluación, 24, 67, 184
connaisseurs, 1O Dundes, 156 exotopía, 22, 36, 132, 167 Geertz, 182
contemplación, 26, 31, 32, 35, 49, 53, Durkheim, 153, 168 experiencia, 13, 14, 15, 19, 22, 23, 24, Gestalt, 14, 55, 66
·. 56, 57, 67,88, 91, 93, 95, 129, 150, 25, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 38, 41, Giménez, 153
161, 162, 163 Eagleton, 20, 65, 84 45, 46, 47, 48, 49, 50, 53, 54, 63, goce, 41,89, 138
convencional, 18, 112, 113, 121, 143 Eco, 15, 45, 98,113,157 67, 68, 70, 81, 82, 83, 88, 89, 90, Goffinan, 76, 78,144,153,154,173
204 ÍNDICE ONOMÁSTICO Y DE TEMAS ÍNDICE ONOMÁSTICO Y DE TEMAS

Goux, 123,125,136 intelectual, 40, 42, 43, 44, 88, 94, 99, Lefebvre, 152 muertos, 9, 31, 187
gracioso, 13 118, 174, 180 legitimar, 9, 20, 25, 32, 163 Mukarovsky, 15, 37, 88, 98, 101, 147,
Gramsci, 15 intencionalidad, 22, 77, 78, 92, 93, lenguaje, 9, 15, 18, 19, 21, 22, 75, 87, 148,165
Greimas, 94, 98 144 114,115,119,123,124,127,132, multidisciplinario, 14, 16
Groupe, 98, 100 interdisciplinario, 14, 16 143,145,162,166,170 museo, 10, 24, 133
Guemica, 21, 155 interés, 30, 31, 32, 43, 66, 120, 164, Levinas, 89
guerra,35,57, 124,178,179 168,172 libertad, 20, 53 Naukkarinen, 160
gusto, 13, 20, 32, 40, 52, 59, 65, 81, International lnsitute of Applied Lifton, 185 Norris, 15
89,90,99, 105,138,158 Aesthetics, 44 Light, 161 novela, 9, 36, 38, 95, 150, 151; 152,
Guye1; 15 International Institute of Applied lingüística, 10, 19, 28, 71, 98, 102, 155, 156, 166, 167, 172, 180
Aesthetics de Lahti, 44 114, 116, 118, 119, 127, 141, 143, Nwodo, 14, 16, 17
Haapala, 162 intemet, 38 145
Hall, 83 interpretación, 20, 22, 38, 43, 46, 74, Lipps, 36, 88 objetivación, 70, 72, 74, 75, 76, 77,
happening, 35 77, 115, 116, 142, 144, 154, 178 literatura, 19, 98, 108, 151, 155, 156, 79,80, 87,115,154
Hegel, 15, 120, 163, 184 intersubjetividad, 72, 75, 133 180 objetividad, 22, 69, 70, 72, 73, 74,
Heisenberg, 41, 73 intuición, 19, 81, 82, 83, 84, 119 lógico, 40, 42, 65, 94 75
Heller, 152 involucramient9, 35, 88, 91, 162, Lotman, 15, 98, 121 objetividad subjetiva, 69
heteroglosia, 166, 167 182 Luckmann, 77, 83, 84, 87, 119, 152, objeto, 13, 14, 17, 18, 19, 20, 21, 23,
heurístico, 10, 176 153 24, 25, 30, 34, 35, 37, 38, 39, 45,
hibridación, 167 Jakobson, 15,98, 119,124 46, 47, 48, 49, 50, 53, 54, 55, 56,
historia del arte, 14, 15, 16, 64, 158 Jauss, 74 Mandelbrot, 41 58, 64, 65, 66, 67, 69, 70, 71, 72,
histórica, 16, 39, 71, 120 Johnson, 83, 170 Mandoki, 33, 74, 120, 144, 145, 158, 73, 74, 75, 76, 83, 85, 89, 91, 92,
Hjelmslev, ·l 02, 103, 116 Joseph, 123 162,168,185,186 93,94,95,97, 100,101,104,109,
Huizinga, 9, 165, 167, 169, 170, 171, juego, 13, 42, 45, 46, 62, 78, 88, 92, Marx, 15, 21, 39, 84 113, 114, 116, 126, 128, 133, 135,
172,173,174,176,180 132, 159, 166, 169, 170, 171, 172, marxistas, 15, 26, 155 137,138,158,162,163,171,180
Hume, 20, 30 173, 174, 175, 176,177,178, 179, masas, 27, 32, 57, 86, 93, 139, 156, objetualidad, 72, 73, 74, 75
Hyman, 49-50 180,181,182,183 157,163,187 obras de arte, 21, 25, 35, 43, 45, 50,
juicio estético, 19 materialismo, 39 53, 61, 62,100,156,168,184
icónico, 119,121, 12~ 127 justicia, 18, 42, 72, 119, 136 matrices, 74, 76, 77, 141, 144, 152, obtuso, 58,132,133,134,179
idealistas, 15, 26 154, 157, 167, 176, 179, 183 occidental, 40, 83, 160, 161, 182
identidad, 69, 76, 77, 78, 79, 80, 111, Kafka, 101, 110, 163 Matteucci, 68 Ogden, 118
123,124,137,138,139,140,144, Kainz, 15 Maturana, 85, 103 ontología, 15
153, 154, 171, 176, 178, 179, 187 Kant, 11, 20, 30, 35, 39, 40, 42, 44, médica, 68, 177 oposiciones y diferencias, 112, 124,
ideología, 27, 28, 44, 64, 84, 154, 46, 47, 49, 53, 54, 55, 65, 68, 70, membranas, 103, 104, 105, 106, 107 128, 130, 131, 133
155 81, 82, 84, 89, 93, 94, 104, 105, metafísica, 15, 42, 64, 69, 97, 118 orillas borrosas, 13, 17
ideología estética, 84 109, 113, 119, 165, 167, 173 Miller, 52, 196 Osbome, 41
ilinx, 174, 175, 177, 178, 179, 180, Korsmeyer, 52, 195 mimicry, 174, 175, 176, 177, 178, 179, Otelo, 56
181, 182 Kosik, 15 180, 181, 182
ilusión, 34, 35, 171 Kripke, 41 miramiento, 101, 106, 107, 108, 109, paisaje, 31, 32, 36, 42, 53, 90, 162,
imaginación, 21, 41, 42, 47, 54, 88, 110, 137, 138, 139, 140 163
92,173,180 La Verdad, 18, 40 Mitias, 47, 48, 49, 157 panestetismo, 10, 29, 147
individualidad, 55, 76, 77, 79, 80, Lakoff, 83, 170 mito, 26, 29, 30, 31, 32, 37, 39, 40, paradigma, 159, 160, 163, 164
.. 110, 137, 138, 144 Langer, 15, 21, 98 42, 43, 44, 45, 46, 65 Parret, 70, 93, 99, 100, 139
instalaciones, 35 Leach, 156 Mon'is, 15, 67, 98, 100, 111, 116 Passmore, 51, 184
instituciones, 77, 84, 153, 155 Leddy, 160, 161 Morson, 151, 155, 165, 166 pecuniaria, 28, 43, 86, 125
206 ÍNDICE ONOMÁSTICO Y DE TEMAS ÍNDICE ONOMÁSTICO Y DE TEMAS 207

Peirce, 52, 105, 109, 111, 113, 115, prósica, 155, 156, 165, 166 seducción, 31, 66, 91, 182, 187 signo, 67, 93, 111, 113, 114, 116, 118,
118, 119, 120, 127, 144, 177 psicología, 14, 55, 56, 66, 78, 79 semántica, 95, 98, 116, 162 119,122,123,125, 12~ 127,128,
Pele, 67 publicidad, 126, 186 semio-estética, 97, 98 129,130,136,144
percepción, 13, 19, 21, 23, 24, 31, 33, público, 33, 34, 39, 41, 78, 126, 156, semiosis, 10, 32, 67, 89, 98, 99, 100, simbólico, 62, 78, 112, 118, 119, 120,
37, 39, 44, 55, 64, 66, 74, 81, 82, 163,181,187 102, 103, 104, llO, ll l, 112, ll3, 121,122,123,124,125,126,127,
83,84, 89,90, 101,102,103,104, 115,116, 12~ 126, 12~ 134,135, 128, 129, 130, 132, 133, 137, 154
105, 106, 107, 108, 109, 110, 116, qualia, 46, 117 136,138, 141-145, 166,173,186 símbolo, 59, 114, 118, 119, 120, 121,
128,135,136,138,162,170 Quinet, 162 semiótica, 14, 16, 29, 52, 67, 77, 98, 122,125,126,127,128,129,130,
performance, 35, 158, 164 99, 100, 111, ll2, 113, 117, 118, 136
peripatos, 174, 175, 176, 177, 178, racional, 40, 41, 42, 122 123, 132, 135, 137, 141, 154 simetría, 8, 32, 41, 77, 115, 138, 174
179,180,181,182 racismo, 184, 185 sensación, 64, 82, 90, 101, 104, 105, sintagma, 115
personaje, 34, 51, 58, 120, 133, 145, Radford, 52 106, 107, 108, 109, 110, 136, 137, sociedad,20,26, 77,88,93, 111,120,
166,180 Ramos, 37, 45, 88 138,140,145,162 153, 154, 155, 168, 171, 182, 184
razón,40,42, 65, 75,104,132,171 sensibilidad, 10, 13, 20, 24, 40, 41, 44, sociología, 14, 63, 119
Picasso, 21, 124, 151
placer, 13, 31, 41, 49, 52, 54, 55, 56, ready made, 35 52, 53, 54, 57, 59, 64, 65, 67, 79, Stolnitz, 30, 37, 38, 39, 47, 48, 49, 53,
realidad, 21, 22, 26, 27, 28, 29, 34, 42, 81,82, 89,90,92,93,98,99, 100, 54, 88, 91, 101
57,58,90,95, 109,148,183
61, 62, 63, 66, 75, 77, 85, 87, 89, 131, 132, 139, 140, 142, H3, 148, subjetivación, 46, 74, 75, 77, 79, 92
Platón, 85, 175
90,93,94,97, 111,119,144,152, 154,161, 16~ 167,171,182,183, subjetividad, 13, 20, 69, 74, 75, 76,
Plessner, 68
153,155,171,173,180,183 184, 185, 186, 187 77, 78, 79, 80, 81, 84, 87, 92, 99,
poder, 9, 29, 34, 40, 85, 125, 160, 162,
receptividad, 13, 22, 65 sensorialidad, 1O 108,109,110, 13~ 138,144,154,
167,180,186
redes, 29, 77 sentido, 10, 13, 21, 43, 45, 46, 50, 58, 171, 184
poésica, 155, 156
relativismo, 51, 59 64, 69, 70, 78, 81, 84, 85, 90, 91, subjetivismo, 47, 49, 59, 69, 70, 115,
poética, 149, 150, 151, 155, 156, 157,
religión, 24, 35, 50, 76, 94, 95, 120 94,98,99, 100,102,105,109,114, 165
165,166,167,173
re-presentación, 29, 151, 152, 175 123,125,132,133,134,145,147, sublime, 29, 53, 55, 56, 57, 59, 72, 91,
polifonía, 166, 167
Richards, 118 149, 152, 174, 180, 184 93, 154, 165
política, 16, 26, 35, 44, 63, 86, 155,
rol, 76, 78, 79, 80, 110, 137, 138, 139, Shaftesbury, 30, 46 suh-ob:ietivismo, 70
181,186,187
140 Shakespeare, 33, 150, 170 sujeto, 13, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25,
posmodemismo, 97, 159
Rossi-Landi, 98, 100 Shapiro, 15, 98 31, 32, 36, 39, 45, 46, 48, 49, 50,
pragmática, 99 Shusterman, 15, 50 57, 66, 67, 69, 70, 71, 72, 73, 74,
prendamiento, 10, 88, 89, 90, 91, 92,
Saint-Martín, 83 SibÍey, 138, 163 75, 76, 77, 78, 79, 81, 89, 91, 92,
93,94,95, 126,133,134,135,136, Saito, 161, 164 Sierpenski, 41 94,95,99, 101,102,105,106,108,
138,139,170,171,173,175,176, Sánchez Vázquez, 15, 45, 56, 57, 58, sígnico, 111,112, ll4, 115,116,120, 109, 110, 113, 114, 115, 116, 117,
185 63, 64,88, 135,164 121, 123, 124, 125, 126, 127, 128, 121, 122, 126, 127, 128, 136, 137,
prendimiento, 10, 88, 92, 93, 94, 173, Sartre, 78, 79 129, 130, 131, 132, 133, 134, 136, 138,139,140,141,142,143,144,
175,176,177 Sartwell, 161 137 154, 163, 171, 185, 188
presencia, 53, 73, 151, 152, 161, 167, Sasaki, 181, 182 significación, 10, 81, 98, 100, 102,
182 Saussure, 111, 112, 113, 114, 116, 106, 114, 115, 116, 117, 120, 123,
presentación, 9, 32, 76, 149, 151, 119, 127, 141 125, 126, 127, 129, 130, 131, 132, táctil, 42
152,167,187 Schape1~ 15 135,142,144 Taras ti, 98, 100
prosaica, 147, 151, 155, 156 Schiller, 15, 162, 173 significado, 68, 84, 100, 113, 114, tecnología, 44, 187
Prosaica, 9, 11, 77, 99, 100, 109, UO, Schopenhauer, 15, 162, 173 115, 116, 117, ll8, 119, 127, 153 televisión, 57, 180
116, 120, 142, 143,.147, 148, 149, Schurman, 151 significante, 97, ll4, ll5, 116, 117, teoría, 11, 13, 14, 16, 17, 18, 19, 20,
150,151,152,153,155,156, 15~ Schütz, 152 119, 130 21, 23, 25, 29, 35, 40, 41, 44, 45,
158,161,164,165,166,167,169, Searle, 15,98 significativo, 91, 100, ll9, 120, 125, 46, 50, 51, 53, 55, 59, 61, 62, 63,
172,173,176,182,188 Sebeok, 107 135 64, 67, 69, 70, 73, 74, 82, 88, 89,

\ \
208 ÍNDICE ONOMÁSTICO Y DE TEMAS

90,91,92,97, 104, 11~ 114, 11~ Varela, 85, 103 ÍNDICE DE CUADROS
139, 141, 143, 149, 151, 152, 153, Velázquez, 45
155,156,161,162,164,165,167, verdad, 18, 40, 41, 42, 66, 74, 97,
182,184 170
teoría del arte, 13, 14, 16, 17 verfremdungsejjekt, 33, 35, 36
'Tercer Reich, 28 violencia estética, 59, 92, 93, 140,
Todorov, 36, 98 164
CUADRO 1. OBJET
Townsend, 46 vitalidad, 85, 86, 120, 168 75
tradición, 14, 32, 160, 161 Voloshinov, 141
CUADRO 2. FASES DE LA SUBJETIVIDAD 80
triunfo, 9, 179, 181 von Koch, 41
Tuan, 160,161,162,164 vulgaridad, 28, 156, 168
turística, 29, 44, 179 CUADRO 3. STRATA 103
Wechsler, 41
Uexküll, 74, 103, 104, 105, 113, 114, Weitz, 67, 91 CUADRO 4. FASES, UMBRALES, SEMIOSIS Y ÓRDENES 110
115 Welsch, 163
universalidad, 39, 40, 159 Wittgenstein, 13, 14, 35, 64, 143, CUADRO 5. STRATA Y EJES 112
Utitz, 16, 165 145 •
Wolff, 15, 156 CUADRO 6. TABLA COMPARATIVA DE LOS EJES 131
valor, 13, 18, 32, 36, 37, 43, 68, 112, Worringer, 16
121,122,126,129,130,131,148, CUADRO 7. FASES, UMBRALES Y PROCESOS 138
157, 171 Zerubavel, 83
valorativa, 39, 55, 56, 58, 66 Zúñiga, 160 CUADRO 8. PRÓSICA Y POÉSICA; PROSAICA Y POÉTICA 156

CUADRO g. TABLA COMPARATIVA DE LOS JUEGOS 175

CUADRO 10. JUEGOS Y PREND (A-I)MIENTO 176

[209]
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l
ÍNDICE

PREFACIO 9

PRIMERA PARTE: LOS LABERINTOS DE LA ESTÉTICA 11

1. LOS PROBLEMAS DE LA ESTÉTICA: DEFINIR, UBICAR, DISTINGUIR 13


Problemas de definición, 13; Problemas de ubicación, 14; Problemas de
distinción, 16
2. LOS FETICHES DE LA ESTÉTICA Y SUS TRAMPAS 18
El fetiche de lo bello, 18; El fetiche del arte, 20; El fetiche del objeto
estético, 23
3. LOS NUEVE MITOS DE LA ESTÉTICA 26
El mito de la oposición arte/realidad y estética/vida cotidiana, 26; El
mito del desinterés estético, 30; El mito del distanciamiento estético, 32;
El mito de la actitud estética, 37; El mito de la universalidad de lo bello,
39; El mito de la oposición entre lo estético y lo intelectual, 40; El mito
de la sinonimia arte-estética, 4 2; El mito de la potencialidad estética de
las obras de arte, 45; El mito de la experiencia estética, 46
4. LOS MIEDOS DE LA ESTÉTICA: LO INDESEABLE, LO IMPURO, LO
PSÍQUICO, LO INMORAL 51
El miedo a lo indeseable y el síndrome de Panglos, 51; El miedo a las
impurezas cotidianas, 53; El miedo al psicologismo, 55; El miedo a lo
inmoral, 56

SEGUNDA PARTE: LA ESTESIS 61

5. DEMARCACIÓN DE LA ESTÉTICA 63
6. CATEGORÍAS ELEMENTALES PARA EL ANÁLISIS ESTÉTICO 69
Sujeto y objeto estético: co-subjetividad, 69; Objetividad, objetualidad y
objetivación, 72; Subjetivid-ad, individualidad, identidad y rol, 76
7. CONDICIONES DE POSIBILIDAD DE LA ESTESIS 81
Espacio-tiempo, 82; El cuerpo y sus sentidos, 84; Viveza emotiva, 85;
Convenciones culturales, 86
8. FENOMENOLOGÍA DE LA CONDICIÓN DE ESTESIS: PRENDAMIENTO Y
PRENDIMIENTO 88

TERCERA PARTE SEMIO-ESTÉTICA 97


SEMIO-ESTÉTICA Y ESTESIO-SEMIÓTICA 98

[211]
~
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212 ÍNDICE

g. UMBRALES DE LA PERCEPCIÓN: SENSACIÓN, DISCERNIMIENTO Y


MIRAMIENTO 101
Premisas de la percepción y strata, 102; Primer· umbral, 104; Segundo
umbral. 105; Tercer umbral, 106; El modelo triádico, 109
10. EL EJE DE LO SÍGNICO Y SUS DIFERENCIAS 111
11. EL EJE DE LO SIMBÓLICO Y SUS CARGAS 118
12. VISIÓN COMPARATIVA DE LOS DOS EJES 123
13. LO OBTUSO 132
14. DE LA SEMIOSIS A LA ESTESIS 135
15. ENUNCIACIÓN ESTÉTICA Y SU CARÁCTER DIALÓGICO 141

CUARTA PARTE: HACIA LA PROSAICA 147


PROSAICA Y PANESTETISMO 147

16. POÉTICA Y PROSAICA 149


Poésica y prósica, 155
17. TANGENTES DE LA PROSAICA 158
18. LOS NUTRIENTES DE LA PROSAICA: BAJTÍN, DEWEY, HUIZINGA 165
Mijail Bajtín, 165; john Dewey, 167; Johan Huizinga, 169
lQ. LOS JUEGOS DE LA CULTURA 173
Ludus y estesis: gemelas siamesas, 173; Peripatos y un modelo pentádico
del juego, 174; juegos de las matrices sociales, 176
20. HORIZONTES DE LA PROSAICA 184

GLOSARIO 189
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 191
ÍNDICE ONOMÁSTICO Y DE TEMAS 201
ÍNDICE DE CUADROS
209

impreso en caigraphics, red de impresión digital


av. presidente juárez 2004
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tlalnepantla - edo. de méxico
octubre de 2006

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