Sunteți pe pagina 1din 221

CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIATRICAS

PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA


SEDE CENTRO OCCIDENTAL
BARQUISIMETO ESTADO LARA
MAESTRIA EN ORIENTACIÓN DE LA CONDUCTA

RESILIENCIA Y ESPIRITUALIDAD EN MUJERES PERTENECIENTES AL


PROGRAMA ESPERANZA PARA UNA FAMILIA DE UNBOUND

AUTOR: NORIEGA REINALDO

TUTORA: MENDOZA TANIA

JULIO, 2016
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIATRICAS
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
SEDE CENTRO OCCIDENTAL
BARQUISIMETO ESTADO LARA

RESILIENCIA Y ESPIRITUALIDAD EN MUJERES PERTENECIENTES AL


PROGRAMA ESPERANZA PARA UNA FAMILIA DE UNBOUND

AUTOR: NORIEGA REINALDO

TRABAJO DE GRADO PRESENTADO COMO PARTE DE


LOS REQUISITOS EXIGIDOS PARA OPTAR AL GRADO
DE MAGISTER SCIENTIARUM

JULIO, 2016

ii
RESILIENCIA Y ESPIRITUALIDAD EN MUJERES PERTENECIENTES AL
PROGRAMA ESPERANZA PARA UNA FAMILIA DE UNBOUND

iii
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
SEDE CENTRO OCCIDENTAL
BARQUISIMETO ESTADO LARA

EN MI CARÁCTER DE TUTOR DEL TRABAJO DEL TRABAJO DE GRADO


PRESENTADO POR EL CIUDADANO REINALDO NORIEGA, CÉDULA DE
IDENTIDAD Nº 11.729.224, PARA OPTAR AL GRADO ACADÉMICO
MAGISTER EN SCITIARUM MENCIÓN ORIENTACIÓN DE LA
CONDUCTA, CONSIDERO QUE DICHO TRABAJO REÚNE LOS
REQUISITOS Y MÉRITOS SUFICIENTES PARA SER SOMETIDO A LA
EVALUACIÓN POR PARTE DEL JURADO EXAMINADOR.

EN LA CIUDAD DE BARQUISIMETO, A LOS_____ (__) DÍAS DEL MES DE


______________ DEL DOS MIL DIECISEIS.

MSC. TANIA MENDOZA.

________________________________
(FIRMA)
C.I. - 5.243.516

iv
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
SEDE CENTRO OCCIDENTAL
BARQUISIMETO ESTADO LARA

DECLARACIÓN DE AUTORIA

QUIEN SUSCRIBE, REINALDO NORIEGA, CÉDULA DE IDENTIDAD


NÚMERO V-11.729.224, HACE CONSTAR QUE ES AUTOR DEL TRABAJO
DE GRADO TITULADO “RESILIENCIA Y ESPIRITUALIDAD EN MUJERES
PERTENECIENTES AL PROGRAMA ESPERANZA PARA UNA FAMILIA
DE UNBOUND”, EL CUAL CONSTITUYE UNA ELABORACIÓN
PERSONAL REALIZADA ÚNICAMENTE CON LA DIRECCIÓN DEL TUTOR
DE DICHO TRABAJO, MAGÍSTER TANIA MENDOZA, CÉDULA DE
IDENTIDAD V-5.243.516, EN TAL SENTIDO MANIFIESTO SU
ORIGINALIDAD EN CUANTO A CADA UNO DE LOS CAPÍTULOS QUE LA
CONFORMAN, DEJANDO ESTABLECIDO QUE AQUELLOS APORTES
INTELECTUALES DE OTROS AUTORES HAN SIDO TOMADOS
TEXTUALMENTE PARA ESTE TRABAJO.

EN BARQUISIMETO A LOS _______________ (__) DÍAS DEL MES DE


__________________ DEL DOS MIL DIECISEIS

REINALDO NORIEGA
C. I. V-11.729.224
LAMOC 1401
reinaldojnoriega@hotmail.com
CEL. 0426-5547681

v
AGRADECIMIENTO

A Dios quien con su Espíritu Santo me enseña a ser fuerte y salir vencedor
ante las adversidades.

A mi querida y recordada madre, quien desde su feliz morada junto a Dios


me ha ayudado e inspirado para realizar esta maestría.

A mi amada esposa por su paciencia, comprensión y apoyo en todo este


tiempo.

A mis reinitas Adriana y Gabriela, quien con su amor, ternura e inocencia son
una fuente de inspiración constante en mi vida.

A mi querida y admirada tutora, la MSC. Tania Mendoza, por su confianza y


guiatura, por su amistad y aprecio personal.

A mis colegas de Unbound, por darme la oportunidad y confianza de hacer


esta maestría, aún en medio de mis múltiples compromisos dentro de la
organización.

A las madres y representantes del programa de apadrinamiento de Unbound,


quienes con su fe sencilla y auténtica, con sus luchas por superar juntas las
dificultades y retos de la vida, han sido una verdadera escuela de
espiritualidad y resiliencia para mí, siendo ellas el medio con el que Dios me
ha permitido desarrollar esta investigación viendo su potencial y no su
pobreza.

vi
ÍNDICE GENERAL
Pp.
LISTA DE CUADROS………………………………………………………… ix
LISTA DE TABLAS……………………………………………………………. x
LISTA DE GRÁFICOS………………………………………………………… xi
LISTA DE FIGURAS…………………………………………………………... xii
RESUMEN……………………………………………………………………… xiii
INTRODUCCIÓN…………………………………………….………………... 1

CAPÍTULO

I EL PROBLEMA................................................................................ 4

Planteamiento del Problema.............................................................. 4


Objetivos de la Investigación………................................................. 14
Justificación........................................................................................14

II MARCO TEÓRICO...............................................................................18

Antecedentes.....................................................................................18
Bases Teóricas...................................................................................37
Fundamentos Legales...................................................................... 108

III MARCO METODOLÓGICO............................................................... 111

Naturaleza y Tipo de la Investigación.............................................. 111


Diseño de la Investigación…………................................................. 111
Sistema de Variables…………………………………………………….112
Operacionalización de la Variables.................................................. 113
Sistema de Hipótesis………………………………………………….... 114
Población, muestra y selección de unidades de análisis.................. 114
Técnicas e Instrumentos de Recolección de Datos......................... 118
Validez y confiabilidad...................................................................... 119
Técnica de Análisis de Datos........................................................... 121
Procedimiento de la Investigación................................................... 121

vii
IV RESULTADOS…………………………………………...................... 123
Presentación de resultados…………………………………………… 124
Análisis y discusión de resultados…………………………………… 141

V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES……………………… 155

REFERENCIAS…………………………………………………..................... 160

ANEXOS………………………………………………………………………... 173
A. Instrumento de Recolección de Datos…………………………. 174
B. Validación de Instrumentos……………………………………… 180
C. Confiabilidad de instrumentos……………………………………. 201

viii
LISTA DE CUADROS

Cuadro Pp.

1 Operacionalización de las variables…………………………………. 113

2 Distribución absoluta (f) y porcentual (%) de las mujeres según la


frecuencia con que manifiestan Características de
Resiliencia……………………………………………………………….. 127

3 Distribución absoluta (f) y porcentual (%) de las mujeres según la


frecuencia con que manifiestan Características de
Espiritualidad.................................................................................... 133

ix
LISTA DE TABLAS

Tabla Pp.

1 Correlaciones……………………………………………………………. 138

2 Variables entradas/eliminadas………………………………………… 139

3 Resumen del modelo……………………………………………. ……. 139

4 Resumen del ANOVA…………………………………………………. 140

5 Coeficientes……………………………………………………………... 140

x
LISTA DE GRÁFICOS

Gráfico Pp.

1 Dispersión de valores de resiliencia y espiritualidad………………………. 138

2 Recta de regresión entre espiritualidad y resiliencia………………………. 140

3 Distribución porcentual promedio de mujeres, según la frecuencia con


que manifiestan características de resiliencia vs. espiritualidad…………. 141

4 Distribución porcentual promedio de mujeres, según la frecuencia con


que manifiestan las tres sub-dimensiones de resiliencia…………………. 142

5 Distribución porcentual promedio de mujeres, según la frecuencia de


sus indicadores de “atributos”………………………………………………... 143

6 Distribución porcentual promedio de mujeres, según la frecuencia de


sus indicadores de “factores protectores internos”………………………… 144

7 Distribución porcentual promedio de mujeres, según la frecuencia de


sus indicadores de “consecuencias”……………………………….............. 144

8 Distribución porcentual promedio de mujeres, según la frecuencia con


que manifiestan las cuatro sub-dimensiones de espiritualidad…………... 147

9 Distribución porcentual promedio de mujeres, según la frecuencia de


sus indicadores de “conexión con lo Trascendente”………………………. 148

10 Distribución porcentual promedio de mujeres, según la frecuencia de


sus indicadores de “Búsqueda de Sentido”………………………………… 148

11 Distribución porcentual promedio de mujeres, según la frecuencia de


sus “indicadores de Salud Mental”…………………………………………... 149

12 Distribución porcentual promedio de mujeres, según la frecuencia de


sus indicadores “Práctica de
Valores”…………………………………………………………………………. 149
xi
LISTA DE FIGURAS

Figura Pp.

1 Modelo Conceptual de Resiliencia de Garcia-Dia et. al (2013) 60

2 Instrumentos que miden Resiliencia…………………………… 80

3 Modelo Clínico Moderno de Espiritualidad de Koenig (2008) 85

4 Modelo de Espiritualidad de Rodríguez et. al (2011)………… 86

5 Instrumentos que miden Espiritualidad………………………… 96

xii
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIATRICAS
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
SEDE CENTROOCCIDENTAL
BARQUISIMETO ESTADO LARA

RESILIENCIA Y ESPIRITUALIDAD EN MUJERES PERTENECIENTES AL


PROGRAMA ESPERANZA PARA UNA FAMILIA DE UNBOUND

Autor: Reinaldo Noriega


Tutora: Tania Mendoza
Fecha: Abril 2015

RESUMEN

El presente estudio se realizó con el propósito de determinar las


características de la resiliencia y de la espiritualidad practicada por mujeres
de los sectores Santa Rosalía y El Tostao, Parroquia Juan de Villegas,
Municipio Iribarren (Barquisimeto), que participan en el programa de
apadrinamiento ofrecido por la organización Unbound, así como también
demostrar la correlación existente entre ambas variables en dicha población.
Se realizó una investigación de campo, de naturaleza cuantitativa y
correlacional, con un diseño transversal, no experimental. Se usó muestreo
probabilístico en base a un tamaño de la muestra con 95% de confiabilidad
(59 mujeres de 70 en total). Se diseñaron y aplicaron dos instrumentos tipo
cuestionario, con escala Lickert del 1 al 5, de 31 items cada uno, para medir
frecuencia de conductas que son características de resiliencia y de
espiritualidad. Ambos instrumentos demostraron validez y confiabilidad
aceptables (alfa de Cronbach > 0,7). Los datos se analizaron usando SPSS
22. Se encontró que las mujeres manejan en promedio niveles altos de
ambas variables y que existe una correlación positiva de nivel medio a
moderado entre las mismas (RPearson=0,628). Adicionalmente, mediante
regresión simple, se encontró que dicha relación es lineal, donde la
espiritualidad predice de manera significativa (p<0,000) el 40% de la varianza
en los valores de resiliencia. Se concluye que la espiritualidad es un factor
que favorece la resiliencia en las mujeres del programa de apadrinamiento, lo
cual apoya los hallazgos e hipótesis de otros investigadores en el tema. Se
sugiere promover la espiritualidad como factor de resiliencia tanto en las
madres de Unbound como en otros ambientes donde estas pueden ser
vulnerables o sufren situaciones de riesgo (pobreza, maltrato, abuso,
exclusión, enfermedad, pérdida), así como la creación, adaptación y
validación de otras escalas en diferentes contextos venezolanos o
latinoamericanos para continuar esta línea de investigación.
Descriptores: Resiliencia, Espiritualidad.
xiii
INTRODUCCION

La presente investigación, titulada “Resiliencia y Espiritualidad en


mujeres de los sectores Santa Rosalía y El Tostao pertenecientes al
programa de apadrinamiento de Unbound”, tiene como propósito describir las
características y determinar la relación existente entre la resiliencia y la
espiritualidad en mujeres de estratos socioeconómicos bajos que viven en los
citados barrios, siendo madres representantes de niños y jóvenes
beneficiados con un programa de apadrinamiento que ofrece la organización
internacional sin fines de lucro llamada Unbound (palabra inglesa que se
traduce como “liberado” o “sin ataduras”).
Estas mujeres enfrentan la común adversidad de la pobreza con todas
sus implicaciones y, en ese contexto, Unbound pretende brindarles
herramientas que les ayuden a desarrollar su potencial y a lograr
autosuficiencia para romper con el ciclo de la pobreza. Ellas, siendo en su
mayoría madres y sostén de sus familias, se ven retadas a desarrollar
habilidades, conocimientos y actitudes que les permitan afrontar de manera
exitosa los problemas del día a día sin “quebrarse” ante el dolor o las
dificultades, al contrario, aprendiendo de las mismas, adaptándose a los
cambios e integrándose de forma operativa a las nuevas situaciones que
surgen de la adversidad, es decir, siendo personas resilientes.
Por otra parte, las mujeres cuentan con un recurso personal, el de la
espiritualidad, que les permite dar un sentido positivo al sufrimiento y a los
problemas de la vida, desde los más sencillos hasta los más estresantes y
traumáticos. Esta espiritualidad es alimentada por la creencia en un ser
trascendente, que para la mayoría de ellas es el Dios del judeo-cristianismo,
visto como un Padre bondadoso y compasivo, siendo manifestada a través
de la oración, la religiosidad y la práctica de valores humanos asumidos
como universales por la civilización actual pero que tienen sus raíces
profundas en creencias o valores cristianos.
1
El estudio de ambos constructos (Resiliencia y Espiritualidad) se ha
sustentado en dos modelos teóricos: el primero es el Modelo Conceptual de
Resiliencia de Garcia-Dia et al. (2013), el cual enfoca a la resiliencia como
un proceso de aprendizaje surgido de la interacción entre factores internos
(personales) y externos (ambientales), que permite al individuo afrontar de
manera adaptativa las adversidades para salir más fortalecida e integrada a
su entorno
El segundo modelo considerado es el de Espiritualidad de Rodríguez
et al. (2011) adaptado del Modelo Clínico Moderno de Koenig (2008), el cual
considera a la espiritualidad como una capacidad innata de todo ser humano
que puede desarrollarse, estando asociada estrechamente a la salud mental,
favoreciendo al sistema neuroinmunológico y paralelamente, a la resiliencia.
En el Capítulo I, se hace el planteamiento del problema, se exponen
los objetivos del estudio y la justificación del mismo. Este capítulo orienta el
rumbo de todo el proceso investigativo, planteándose la cuestiones
fundamentales sobre si existe alguna relación entre la resiliencia demostrada
por las madres de Unbound y la espiritualidad que puedan desarrollar o
practicar.
Los objetivos de la investigación responden a estos cuestionamientos
y la justificación enfoca la relevancia o utilidad del tema de investigación en
diferentes contextos: local, es decir, para las propias mujeres del programa
de apadrinamiento; nacional, en especial para el ámbito docente y
académico venezolano; e internacional, para dar continuidad a las
investigaciones empíricas sobre el tema en otros países.
En el Capítulo II se exponen los estudios antecedentes sobre el tema,
para lo cual se hizo una amplia consulta a diversas bases de datos con
investigaciones correlacionales entre resiliencia y espiritualidad en los últimos
cinco años, al igual que libros de textos y diversas tesis de grado que
abordan a ambos constructos, dentro y fuera del CIPPSV.

2
En este segundo capítulo se describe desde la Teoría del Aprendizaje
Social de Bandura, específicamente desde el Determinismo Recíproco, cómo
las conductas resilientes y espirituales están mediadas por la interacción de
factores ambientales e individuales, dándose una aproximación para
comprender los procesos de aprendizajes subyacentes al desarrollo de la
resiliencia y al de las prácticas espirituales. Posteriormente se exponen las
teorías que sustentan la investigación y el marco conceptual que involucra a
todas las variables de estudio.
En el Capítulo III, se hace una descripción del marco metodológico que
siguió el autor para el desarrollo de la investigación, que incluye: la
descripción y operacionalización de las variables Resiliencia y Espiritualidad;
la estructura de los instrumentos elaborados y utilizados para recoger la
información de la muestra; la forma en que esta muestra fue seleccionada; la
validez y confiabilidad de los instrumentos en base a una prueba piloto; y las
técnicas utilizadas para la recolección y análisis de los datos.
En el Capítulo IV se presentan los resultados obtenidos, primero de
manera “cruda”, simplemente ofreciendo los datos estadísticos descriptivos y
porcentuales, con cuadros y tablas obtenidos por SPSS 22; luego, haciendo
el análisis e interpretación de dichos resultados, con gráficos e inferencias
desde el criterio del autor, fundamentándose en el marco teórico de la
investigación. Por último, en el Capítulo V, se plantean las conclusiones del
estudio, exponiéndose los aportes e innovaciones que representan los
resultados obtenidos, la relevancia de estos hallazgos desde el ámbito local,
nacional e internacional, así como las recomendaciones, referencias y
anexos de la investigación.

3
CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del problema

En esta sociedad cada vez más globalizada, convulsionada por


diversos factores políticos, económicos, sociales, culturales, científicos,
artísticos, religiosos y tecnológicos, los seres humanos sufren a menudo
tensiones enormes, lidiando cotidianamente con estímulos externos e
internos desagradables o negativos causantes de estrés, angustia, ansiedad,
así como otros cuadros emocionales alterados, asociados directamente con
altas tasas de enfermedades físicas, somáticas y mentales. La psicología ha
abordado estos problemas de salud desde diversos paradigmas que hacen
hincapié en los aspectos patológicos de la conducta humana y de los
sistemas cognitivos, sociales y ambientales que los provocan o mantienen.
Sin embargo, la psicología positiva, una nueva rama de la psicología,
ha venido dando un vuelco en estos enfoques recientemente para orientar el
interés de la investigación científica hacia el estudio de las fortalezas,
virtudes, recursos o potencialidades de las personas, más que en sus
debilidades o anormalidades (Seligman, 2003). Dentro de estas fortalezas, la
resiliencia ha sido una de gran relevancia desde que Rutter (1993) y otros
investigadores en los años 70 la analizaron y describieron, partiendo de la
experiencia de niños aparentemente “invulnerables” a la influencia de
situaciones adversas como pobreza, inestabilidad familiar o violencia
(Rodríguez et al., 2011).

4
La resiliencia se ha definido básicamente como la capacidad de salir
fortalecido ante la adversidad (Vanistendael, 2003), funcionando como un
recurso personal que permite afrontar, adaptarse y asimilar operativamente
no solo eventos muy duros o traumáticos (como la muerte, separación o
enfermedad), sino también problemas cotidianos, desde los más pequeños y
triviales, hasta los más graves y delicados, saliendo la persona más
“madura”, con actitud positiva y cualidades renovadas ante dichos
problemas.
En una consideración conceptual del término, Rutter (Op.Cit) citado por
Muñoz y De Pedro (2005), señala que la resiliencia no es un atributo
meramente genético ni solo adquirido durante el desarrollo, sino que es el
producto de un proceso interactivo entre el individuo y su medio a través del
tiempo. Así, desde la perspectiva del “determinismo recíproco”, Bandura
(1987) plantea que los factores psicológicos internos y la conducta se
influyen mutuamente, ésta última determina en parte cuál factor ambiental
será afectado, mientras que el ambiente afecta a su vez los comportamientos
desarrollados. De modo que el entorno es influenciado por la persona tanto
como su conducta es regulada por el entorno, en un proceso de doble vía.
De esto se deriva que, para estudiar y promover un recurso tan
importante como la resiliencia, es fundamental considerar tanto los factores
internos del individuo que la caracterizan o favorecen, como las condiciones
ambientales que podrían influenciarle de forma negativa o positiva. Entre los
factores asociados a la resiliencia que se han investigado, hay uno que está
tomando especial protagonismo por ser un común denominador del género
humano en su búsqueda de felicidad y realización. Este factor es la
“espiritualidad”, un término muy antiguo pero, a la vez, bastante nuevo y
actual para la sociedad, particularmente para la ciencia.
El boom de búsqueda espiritual que ha experimentado el mundo
moderno, principalmente a partir del siglo XX, con sus motivaciones
individuales y colectivas por alcanzar un mayor grado de salud, bienestar y
5
sentido, cada vez han hecho más evidentes las relaciones entre dicha
búsqueda y el logro de esos objetivos. Se observa que las personas con
mayores creencias o actitudes de vida espiritual no sólo resisten más las
adversidades, sino que tienden a hacer de ellas la fuente de nuevos
proyectos, habilidades y disposiciones interiores que les proporcionan
plenitud y felicidad, junto a una actitud abierta, optimista y confiada hacia el
futuro (Norwood, 2006).
En este sentido, Florence Nightingale (McCrae, 1995), madre de la
enfermería moderna, consideró por propia experiencia que la espiritualidad
no era un privilegio de algunas personas, instituciones o religiones, sino una
potencialidad que es intrínseca a la naturaleza humana, que es desarrollable
gradualmente y que constituye uno de los recursos más eficaces para
enfrentar el estrés y lograr superar situaciones conflictivas o traumáticas.
Otros personajes como Indira Gandi, Martin Luter King y Nelson Mandela
pensaron lo mismo, según Gallo (2010).
La psicología ha ido realizando un replanteamiento interesante al
constructo “espiritualidad”, impulsada por investigaciones desde otros
campos afines a la salud y bienestar humano como la medicina, psiquiatría,
enfermería, educación y trabajo social. Por ejemplo, Koenig (2000), revisó
1200 estudios sobre este tema, constatando empíricamente que la
espiritualidad proporciona un mayor bienestar emocional, incide
positivamente en el sistema inmunológico y favorece el estado de salud, lo
que implica menor vulnerabilidad ante enfermedades cardiovasculares,
cáncer y depresión, siendo las dos primeras causas principales de mortalidad
en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2012).
Espiritualidad se ha definido por Park, Paterson y Seligman (2004)
como la creencia personal de que existe un propósito o significado universal
en las cosas que ocurren en la propia vida y el mundo, y de que existe algo
superior que nos guía y protege. Para Koenig (Op.Cit), es la búsqueda de
significado o propósito existencial y una relación con lo que se cree como
6
sagrado, trascendente o un ser superior. Para Miller y Thorensen (2010),
citado por Calzadilla (2014), esta búsqueda proporciona vitalidad, sentido de
vida, sensación de alivio o paz, permitiendo encontrar belleza, bondad en la
vida cotidiana. Es un concepto muy diferente a “religiosidad”, la cual se
refiere al grado de observancia y compromiso con una religión determinada.
Desde la terapia cognitiva de Beck (1999), según refiere Riso (2005), la
espiritualidad, al igual que la religión, forma parte de un conjunto de
superestructuras cognitivo/afectivas motivacionales o valorativas que no
pertenecen al “esquema nuclear” del paciente (el cuál contiene las clásicas
creencias erróneas y de la que parten los sesgos cognitivos causantes de
conductas o actitudes no operativas) sino más bien a otro nivel interno, a las
que Beck junto a otros autores llama “modos” o “esquemas supraordinales”.
Para Beck, citado por Roehlkepartian y otros (2006), la espiritualidad
incluye cualidades que todo ser humano puede desarrollar, como
comprensión, conciencia de las interconexiones entre ella y otras personas o
seres vivos, experiencia del misterio y del asombro, generosidad y gratitud.
Por otra parte, la espiritualidad, aunque es un fenómeno humano
netamente individual y que trasciende los condicionamientos o
modelamientos que surgen de la religión o de la sociocultura, puede
explicarse o circunscribirse dentro del marco de la teoría del aprendizaje
social de Bandura (1987): los efectos benéficos que produce su vivencia
tales como serenidad, alegría, paz, actitud respetuosa, tolerante o
compasiva, entre otros, pueden servir como modelos motivadores para
iniciarse en dicha experiencia, autorreforzándose luego su práctica en la
propia vida mediante un proceso de motivación intrínseca y autorregulación
cognitiva-conductual para procurarse bienestar interior y felicidad.
El interés científico por el estudio correlacional de la resiliencia y la
espiritualidad ha ido cobrando relevancia en los últimos años, no solo por el
hecho de que ambos estén asociados positivamente con la salud, sino
también porque se ha observado que las personas resilientes tienen
7
frecuentemente un alto nivel de espiritualidad o buscan en ella la fuente para
salir vencedores de sus adversidades y adaptarse exitosamente ante las
mismas (Rodríguez y otros, 2011).
Según Castronovo y Migaly (2014), en la última Conferencia Mundial de
Psicoterapia realizada el 2013 en California, varios estudios meta-analíticos
mostraron que las personas que usan ciertas estrategias espirituales y
religiosas para hacer frente a dificultades tienen un mayor bienestar físico y
emocional. Igualmente, el modo que organizan sus pensamientos frente a lo
transcendental también ha mostrado ser relevante: por ejemplo, si alguien
espera que las cosas les sean solo regaladas o hechas por Dios tiene un
efecto muy diferente a si considera que él o ella misma debe hacer las cosas
con “colaboración” de lo “superior”, manteniendo un locus de control interno
alto.
En esta misma Conferencia, comentan Castronovo y Migali (2014), se
resalta que las prácticas espirituales en la psicoterapia han cobrado
protagonismo: el mindfulness (conciencia plena), el yoga y la meditación u
oración ayudan a comprender y manejar mejor las emociones, aumentan la
capacidad de auto-regulación y permiten recuperarse más rápido de las
adversidades; la evidencia de ello ha aumentado exponencialmente en los
últimos cuatro años.
Además, las habilidades para la resolución de problemas y la
activación de recursos como la resiliencia ahora se consideran dos caras de
la misma moneda, pues buscar lo que la gente hace o puede hacer bien
muchas veces es la clave para encontrar la solución.
A nivel latinoamericano se han realizado algunos estudios
correlacionales importantes entre la resiliencia y la espiritualidad. Por
ejemplo, en México, Zabala y otros (2006) estudiaron a pacientes con
diabetes mellitus tipo 2 y encontraron que aquellos que reportaban tener una
relación íntima con Dios y una fe que les motivaba a adaptarse a un estilo de
vida saludable y a tener más aprecio por ellos mismos, sufrían menos de
8
ansiedad ante su estado de salud que aquellos pacientes que no reportaban
tales creencias y actitudes de fe.
En Medellín, el equipo de psicólogas y enfermeras conformado por
Jaramillo y otros (2005), realizó un estudio con mujeres maltratadas,
encontrándose que aquellas con mayor espiritualidad reportaban menor
número de síntomas depresivos y estrés postraumático.
En Venezuela, son varios los estudios en el tema de la resiliencia y su
promoción en diferentes contextos. Por ejemplo, en el CIPPSV, solamente en
su sede de Barquisimeto, se han realizado cinco tesis sobre el tema de
resiliencia, entre las cuales, Torres (2012) hace una propuesta para
fortalecer la resiliencia en madres de niños con diversidad funcional.
Por su parte, la espiritualidad como variable independiente que afecta
positivamente la salud y el sistema inmunológico ha sido planteada por las
doctoras Navas y Villegas (2006) en una amplia revisión bibliográfica del
tema. Sin embargo, la correlación entre ambas variables, al parecer, no ha
sido estudiada en el país.
En este contexto, surge la inquietud para con este tema de
investigación. “Unbound”, una organización internacional sin fines de lucro y
con proyectos en 20 países alrededor del mundo, desarrolla en el Estado
Lara uno de sus programas sociales denominado “Esperanza para una
Familia” (EPUF), cuyo fin es promover el desarrollo del potencial que hay en
niños, jóvenes y familias en situación de pobreza, para que logren ser
personas autosostenibles y vivan con dignidad.
El programa EPUF ayuda a esta población través de un
apadrinamiento personalizado proveniente de Estados Unidos y otros países,
facilitándoles beneficios directos para que los niños y jóvenes estudien
(útiles, calzado y vestuario escolar), los ancianos y personas con
discapacidad tengan acceso a alimentación, medicamentos y servicios de
salud, mientras que las madres de familia obtienen acceso a capital para
realizar pequeños emprendimientos productivos.
9
El programa EPUF cuenta en la actualidad con más de cuatro mil
apadrinados, los cuales son visitados en sus mismos hogares, sectores o
barrios por “promotoras sociales” (personal contratado de Unbound) para
conocer y acompañar de forma personalizada la evolución del apadrinado
desde su propio contexto sociofamiliar. Además, cada promotora se reúne
con las madres de estos apadrinados una vez al mes en algún lugar de su
propia comunidad, conformando pequeños “grupos de madres” o “grupos de
autoayuda” (integrados por 15 a 30 madres cada uno), que son espacios
donde las representantes reflexionan, comparten experiencias, reciben
formación y se brindan apoyo mutuo en sus necesidades.
Estas mujeres se organizan al servicio de sus propios hijos o
representados integrándose en una de las cinco comisiones de trabajo:
correspondencia (que apoya la realización de cartas personales de sus hijos
para sus “padrinos"), educación (que apoya el seguimiento y refuerzo
educativo de los apadrinados escolarizados), finanzas (que apoya la entrega
de beneficios a los apadrinados y las iniciativas de generación de ingresos
para el mismo grupo), salud (que apoya las actividades médicas en beneficio
de los apadrinados) y recreación (que apoya la realización de actividades
recreativas y deportivas con los apadrinados).
Siendo los únicos criterios de aceptación para ser beneficiario del
programa Esperanza Para Una Familia (EPUF) vivir en situación de pobreza
y estar dispuesto a respetar y cumplir los compromisos y políticas internas de
Unbound, la mayoría de las madres de los apadrinados conforman familias
con solo uno o dos salarios mínimos de ingresos mensuales, pero hay casos
en que esto varía, sobre todo en familias con más de 10 años en el
programa, que han ido superándose poco a poco a nivel económico. Algunas
mujeres son trabajadoras formales o informales, pero otras se dedican
completamente a labores del hogar, realizando quizás alguna actividad
productiva a nivel doméstico.

10
En cuanto a su ubicación geográfica, la mayoría de estas mujeres viven
en zonas urbanas o semiurbanas de Barquisimeto, mientras que otras viven
en localidades urbanas o rurales fuera de la ciudad. La mayoría profesa la fe
cristiana pero desde diversas tradiciones o prácticas religiosas (católicas,
evangélicas, testigos de Jehová, etc.), mientras que otras no practican
ninguna religión, aunque tienen su particular manera de creer y de
relacionarse con Dios. En cuanto a su estado civil, la mayoría vive en
concubinato y otras son madres solteras que asumen generalmente toda la
responsabilidad familiar.
Como Unbound apadrina al niño desde que inicia en preescolar o
primaria hasta que obtiene un título profesional técnico o universitario, el
rango de edad de sus madres oscila ampliamente, pero la mayoría podría
ubicarse entre los 20 y 50 años de edad. El nivel educativo de estas mujeres
es muy variable: pocas son profesionales mientras que el mayor porcentaje
tiene un nivel de bachillerato (completo o incompleto) y otras, de primaria
(normalmente las que están iniciando o tienen menos tiempo dentro del
programa).
Partiendo de esta realidad, Unbound quiere que a través de un proceso
de formación, promoción y desarrollo continuo de la autoestima y
capacidades o talentos de estas mujeres, ellas logren empoderarse del
programa EPUF y alcancen autosuficiencia económica mediante la
combinación del apoyo institucional y la generación, por parte de sí mismas,
de proyectos o emprendimientos productivos que les generen ingresos y les
ayuden a romper con el ciclo de la pobreza, en beneficio propio y de sus
familia.
Para lograr este objetivo, Unbound tiene como base la no
discriminación de nadie por razones religiosas ni de ningún tipo y promueve
una espiritualidad entre las mujeres representantes basada en cinco valores
fundamentales: relación personal con Dios (visto como bueno, compasivo
con todos y “papá” de todos); dignidad humana (basada en la igualdad
11
fundamental de todas las personas); respeto mutuo (aceptación,
tolerancia…); integridad (honestidad, sinceridad…); y responsabilidad en la
vida cotidiana.
Específicamente, los grupos de madres que se reúnen en los barrios El
Tostao y Santa Rosalía, ubicados al oeste de Barquisimeto, comparten la
mayoría de las características sociodemográficos antes señaladas. Las
familias que habitan estos sectores no tienen terrenos propios. Algunas
poseen casas de bloque o adobe (con techos de zinc, la mayoría) y otras,
ranchos de zinc. Tienen acceso a luz, agua y cloacas, pero no poseen calles
asfaltadas y pocas aceras. La inseguridad y violencia en muy alta en estos
barrios. En su mayoría, estas mujeres tienen más de 7 años en el Proyecto.
En la cotidianidad de sus vidas, algunas de las mujeres de estos
“grupos de madres” muestran características de poca resiliencia, tales como:
actitudes pesimistas, escasa disponibilidad para asumir compromisos con el
grupo, dificultades de interrelación y de comunicación para con los demás,
conducta hostil o agresiva ante adversidades que se presentan en el
programa y baja capacidad de autoevaluación o de autocrítica (para asumir
errores y responsabilidades).
Otras deficiencias en cuanto a características resilientes son las pocas
habilidades para el trabajo en equipo (tales como fijación de objetivos,
conducta solidaria, respeto al disenso) y para la resolución de problemas.
Estas particularidades personales generan malestar tanto para ellas mismas
como para el resto de las integrantes de los grupos de madres.
Normalmente, las características y conductas señaladas reflejan lo
que dichas mujeres viven en sus propios hogares y contextos personales
diarios, siendo más notorio entre ellas los casos de disfuncionalidad familiar,
problemas conyugales, trastornos conductuales de los hijos, escaso
rendimiento académico o deserción escolar de los mismos. Estas madres
son más propensas a abandonar el programa sin lograr el objetivo de
mejorar su situación económica y sin aprovechar los espacios de formación
12
que se les ofrecen (como talleres de crecimiento personal, oportunidad para
cursos en oficios productivos, entre otros) para su desarrollo humano.
Pero otras mujeres de estos grupos de madres muestran una mayor
capacidad para reponerse ante diversos embates o situaciones personales
muy adversas, como enfermedades graves, abandono por parte de su
pareja, desempleo, falta de vivienda, muerte de algún hijo o familiar cercano,
entre otros, superando dichas situaciones con mayor fortaleza interna,
perseverando y afrontando a su vez con más eficacia los retos, cambios y
dificultades que se les presentan dentro del programa EPUF de Unbound.
Entre algunas características resilientes que muestran estas mujeres en
sus grupos, están su capacidad de autocrítica, mayor facilidad para
relacionarse con sus compañeras y con el personal de Unbound, iniciativa
para las actividades, optimismo, sentido del humor ante las adversidades y
mayor compromiso o responsabilidad con sus propios valores y con los que
promueve la organización.
Se observa también que algunas mujeres, aunque no la mayoría,
ayudadas por los valores que promueve Unbound y aferrándose a sus
creencias o a su fe en Dios, asumen actitudes o conductas que denotan una
alta espiritualidad. Por ejemplo, según ellas mismas expresan, Dios es
alguien central en sus vidas y a quien le deben todo, mostrándole gratitud y
respeto. Otras conductas espirituales son: demostrar gratitud hacia los
demás (vistos como instrumentos de Dios); gestos de compasión, servicio y
de ayuda solidaria hacia otros; sinceridad y transparencia en el manejo de
sus responsabilidades personales y desde la “comisión” que integran en el
grupo de madres; tolerancia y respeto hacia sí mismas y hacia los demás.
Estas mujeres ven a Dios como alguien bueno que les ama, les cuida y
les ayuda. Buscan en la oración o meditación personal y/o comunitaria una
forma de fortalecerse interiormente, de dar sentido a sus sufrimientos y de
tener esperanza ante lo que ellas mismas consideran y refieren como
“pruebas”, oportunidades que Dios pone en su camino para crecer y
13
aprender. Muestran también un mayor interés por aquello que tiene que ver
con el conocimiento de Dios o de ellas mismas, como lecturas espirituales o
de autoayuda, charlas, reflexiones, talleres e incluso música de meditación.
Tomando en cuenta estas observaciones, el autor del presente trabajo
se ha planteado las siguientes preguntas: ¿existe correlación significativa
entre la resiliencia demostrada por las madres del programa Esperanza para
una Familia y sus niveles de espiritualidad? Y de ser así ¿cómo es la relación
existente entre la resiliencia mostrada por estas mujeres y su espiritualidad?

Objetivos de la Investigación

1. Determinar las características de la resiliencia en mujeres del Programa


Esperanza para una Familia de Unbound, pertenecientes a los grupos de
madres de los sectores Santa Rosalía y El Tostao, Parroquia Juan de
Villegas, Municipio Iribarren, Estado Lara.
2. Describir las características de la espiritualidad practicada por las mujeres
de los grupos de madres de los sectores Santa Rosalía y El Tostao,
Parroquia Juan de Villegas, Municipio Iribarren, Estado Lara,
pertenecientes al Programa Esperanza para una Familia de Unbound.
3. Demostrar la correlación que existe entre la resiliencia y la espiritualidad
de las mujeres pertenecientes a los grupos de madres de los sectores
Santa Rosalía y El Tostao, Parroquia Juan de Villegas, Municipio Iribarren,
Estado Lara, en el Programa Esperanza para una Familia de Unbound.

Justificación

El interés en el tema planteado parte de una experiencia personal del


autor en el campo de la consejería, acompañamiento pastoral e intervención
clínica profesional, en las cuales ha observado cómo las herramientas que
aporta la espiritualidad, vivida de manera auténtica y no como meras
14
prácticas rituales individuales o colectivas, no solo promueven estilos de vida
más sanos y con mayor equilibrio emocional, sino que también permiten a las
personas afrontar de formas más exitosas y operativas sus dificultades,
saliendo más fortalecidas, maduras y felices de las mismas, por duras o
traumáticas que fuesen dichas situaciones, es decir, favoreciendo su
resiliencia individual.
Respecto a la citada Conferencia Mundial de Psicoterapia, llamada “The
Evolution of Psycotherapy”, donde participaron figuras contemporáneas que
lideran diferentes escuelas psicológicas como Aaron Beck, Salvador
Minuchin, Otto Kernberg, Martin Seligman, entre otros, Castronovo y Migali
(2014) consideran que la “espiritualidad” fue el segundo tema en importancia
para los psicólogos y psicoterapeutas allí congregados (después de la
Tecnología), seguido del tema de los recursos humanos, entre los cuales
está la “resiliencia”. Este dato proporciona una idea sobre la relevancia
científica actual del tema planteado.
En Venezuela, la investigación de la resiliencia a nivel científico,
específicamente desde la psicología, ha contado con un notable crecimiento
en el ámbito académico, no así el estudio empírico de la espiritualidad y,
mucho menos, su correlación con la resiliencia. En este sentido, la presente
investigación busca confirmar o descartar si existe una correlación positiva
entre ambas variables, pudiendo servir como base empírica para otras
argumentaciones.
Entre sus principales aportes, esta investigación crearía un
antecedente científico para futuros estudios empíricos en un campo que está
aún empezando a ser descubierto y valorado: el del conocimiento de
aquellas creencias y/o prácticas espirituales que pueden ser elementos
fortalecedores o creadores de resiliencia, y no necesariamente esquemas
irracionales amenazantes o factores patológicos internos determinados por la
sociocultura.

15
Este estudio también podría motivar otras investigaciones a nivel de
prevención en salud, para el análisis y promoción de técnicas o “estilos de
vida espiritual y resiliente”, que se traducen en hábitos saludables de
pensamiento y procesamiento de la información, de autorregulación
emocional y autorrefuerzo conductual/motivacional operativos, en particular
para las mujeres y madres adultas. Se enriquecería de este modo el trabajo
terapéutico y la consejería clínica.
A nivel social, la comprensión y promoción de la espiritualidad asociada
a la resiliencia puede tener un impacto significativo. En el programa de
Unbound, Esperanza para una Familia, si las madres ven fortalecida su
resiliencia a través de la espiritualidad no solamente podrían asumir un rol
más activo, participativo, protagónico y operativo en sus grupos de madres,
sino que les daría mayores oportunidades de romper por sí mismas con los
factores que las mantienen en la pobreza, siendo a su vez modelos positivos
y eficaces de superación personal para sus hijos y familias.
Más allá de Unbound, esta investigación puede dar luces sobre los
aspectos cognitivo-conductuales asociados a la espiritualidad que favorecen
la resiliencia, protegiendo a las mujeres ante el riesgo de traumas, estrés,
enfermedades somáticas o ciertos trastornos mentales, en especial a
aquellas madres más expuestas a circunstancias de pobreza, violencia,
enfermedad o pérdida, que son muchas en Venezuela y no abordadas
adecuadamente por el Estado. Ello permitiría disminuir la prevalencia de
dichas patologías u otras asociadas al estrés (cáncer, problemas
cardiovasculares o gástricos, etc.), y por ende, el coste económico para
quiénes podrían padecerlas.
A nivel pedagógico, esta investigación puede ayudar a comprender la
espiritualidad como un valor universal que, junto a la resiliencia, podría
promoverse y enseñarse desde la infancia (incluso en colegios “laicos”),
simplemente por su potencial para contribuir a desarrollar personalidades
más sanas y fuertes ante las adversidades. Sin embargo, los primeros y
16
principales modelos para que el niño se motive a creer en Dios y a practicar
una espiritualidad, son sus padres y, en especial, la madre. Por ello la
importancia de conocer y promocionar esta dimensión en las mujeres.
A nivel científico, en general, esta investigación probablemente sea la
única en Venezuela y podría ser una oportunidad para aportar desde la
realidad nacional, una luz teórica y empírica en este tema que, en el ámbito
de la psicología internacional, es de primera relevancia, brindando mayor
validez a otros estudios que al respecto se han realizado en diversos países
y culturas en los últimos años.
Esta tesis podría ayudar al CISSPV a abrirse institucional y
científicamente a un tema de investigación que quizás le resulte poco
conocido y común (el de la espiritualidad), pero que a su vez podría ayudarle
a enriquecer la comprensión, por parte de sus Orientadores Conductuales,
sobre este aspecto tan humano y medular en la vida y en la toma de
decisiones de las personas atendidas, aprendiendo incluso a aprovecharlo,
como profesionales, para promover en sus clientes actitudes resilientes ante
las adversidades personales concretas que plantean las mujeres adultas en
consulta.
En el CIPPSV, este trabajo se enmarca en la línea de investigación nº
1 (“aprendizaje de la conducta”), temática nº 1.2 (comportamiento del adulto),
área de “etapas de la adultez” y tema “resiliencia”. Siendo éste un constructo
tan amplio y multidimensional, su estudio representa un grande y necesario
reto a fin de aportar mayor comprensión empírica sobre su naturaleza y
factores asociados de manera significativa, uno de los cuales parece ser la
“espiritualidad”.

17
CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

En la última década, las investigaciones que relacionan a la resiliencia


con la espiritualidad han tomado un auge considerable desde diversas
disciplinas científicas (psicología, medicina, neurociencias, enfermería,
trabajo social, entre otras) en especial en el ámbito norteamericano y
europeo, pero también se han realizado diversos aportes desde
Latinoamérica. Se citan a continuación algunos estudios, siguiendo un
criterio cronológico ascendente desde el 2012 hasta los más recientes.
Algunos de ellos son interdisciplinarios, lo cual refleja la apertura y amplitud
requerida para abordar constructos complejos como la resiliencia y la
espiritualidad.
Antecedentes

En el contexto internacional, Lamis et. al (2014), realizaron una


investigación titulada “Trastorno de vecindario, bienestar espiritual y estrés
parental en mujeres afroamericanas”, con el objetivo de examinar la
espiritualidad (medida como “bienestar espiritual”) como variable moderadora
(factor protector) en la relación entre el trastorno de vecindario (factor de
riesgo) y el estrés parental en madres afroamericanas de barrios
socioeconómicamente bajos y de alto riesgo. Fue una investigación de
campo, exploratoria, transversal y correlacional.
El estudio se realizó con 144 mujeres afroamericanas pobres atendidas
en el servicio de emergencias de un Hospital Público urbano y mujeres de
centros de refugio de la misma localidad, en el Sur-Este de los Estados
18
Unidos, con edades entre 22 y 52 años, siendo todas madres de hijos de
entre 8 a 12 años de edad, quienes reportaron trastornos en su bienestar
espiritual y en sus vecindarios, así como tres tipos de estrés parental.
Para medir estas variables, se usaron los siguientes instrumentos:
Demographics Data Form, DDF, en español, Forma de Datos Demográficos,
desarrollado por los propios investigadores; Parenting Stress Index - Short
Form (PSI – SF), Perceived Neighborhood Disorder Scale (PNDS) y The
Spiritual Well-Being Scale (SWBS).
The Parenting Stress Index - Short Form, PSI – SF, Índice de Estrés
Parental – Forma Breve, tiene 36 items. El instrumento tiene buena
confiabilidad y consistencia interna, validez concurrente y convergente en
otras muestras de bajos ingresos, con un alfa de Cronbach de entre 0.79 a
0.83 para sus tres sub-escalas.
The Perceived Neighborhood Disorder Scale, PNDS, en español Escala
de Trastorno de Vecindario Percibido, tiene 15 items que miden el desorden
físico y social como un constructo. El instrumento es de alta confiabilidad y
validez externa, según estudios previos (alfa de Cronbach en otras muestras
fue de 0,96).
The Spiritual Well-Being Scale, SWBS o Escala de Bienestar Espiritual,
tiene 20 items en Escala Likerttt, con 2 sub-escalas (bienestar espiritual
existencial y bienestar espiritual religioso). Este instrumento cuenta con
buena validez y confiabilidad interna consistente en sus dos sub-escalas:
coeficiente alfa de 0,84 para Existencial Well-Being (EWB) o Bienestar
Espiritual Existencial, y coeficiente alfa de 0,82 para Religious Well-Being
(RWB) o Bienestar Espiritual Religioso.
Luego del análisis de los datos a través de regresión jerárquica en tres
etapas, el estudio mostró que las mujeres que percibían más desorden en su
vecindario tenían más estrés parental, mientras que las mujeres que
reportaron mayor bienestar existencial y religioso tenían menos estrés
parental.
19
El bienestar existencial y no así el bienestar religioso, moderó la
relación entre el trastorno de vecindario y todos los tipos de estrés parental,
de modo que las mujeres con niveles medios y altos de bienestar existencial
tuvieron bajos niveles de estrés parental a bajos niveles de trastorno de
vecindario, pero incrementaban sus niveles de estrés parental a medida de
que aumentaba el nivel del trastorno de vecindario. No se encontraron
efectos moderadores a bajos niveles de bienestar existencial.
Basados en estos resultados, los autores concluyen que el Bienestar
Espiritual está negativamente asociado con el estrés parental, aunque en el
caso de mujeres afroamericanas de bajos ingresos, el componente
existencial es más relevante que el religioso. Afirman que la espiritualidad es
un factor de resiliencia, siendo un recurso gratuito con importantes
implicaciones para la paternidad, sin el cual las mujeres afroamericanas
pobres podrían ver los problemas como insuperables.
Por otra parte, los autores también enfatizan la relevancia de que los
psicólogos familiares incorporen para sus intervenciones este recurso
culturalmente relevante en dichas poblaciones (citando la búsqueda de
significado en las cosas sencillas de la cotidianidad, el perdón, la oración o la
meditación), independientemente de sus propias percepciones religiosas o
niveles de espiritualidad como profesionales.
El citado estudio es bastante relevante para la presente investigación
debido a que, al observarse algunos factores sociodemográficos comunes en
ambas muestras, se podrían hipotetizar resultados parecidos en cuanto a la
espiritualidad como un factor de resiliencia: Por un lado, la muestra acá
considerada también está en condiciones de pobreza y siendo Venezuela un
país con tanta diversidad étnica, su población tiene raíces afroamericanas,
en especial las de estratos más bajos.
Por otro lado, los grupos de madres atendidos abarcan barrios pobres
con características del denominado “trastorno de vecindario” (delincuencia,
drogas, desorden, violencia, etc.). Tercero, todas las mujeres incluidas en
20
esta investigación son madres, cuyos hijos tienen edades cercanas al rango
de 8 a 12 años de edad, que pudieran presentar niveles de estrés
considerables.
Otro interesante estudio fue realizado por Howell y Miller (2014), titulado
en español “Factores protectores asociados con funcionamiento resiliente en
adultos jóvenes después de exposición a violencia durante su infancia”, con
el objetivo de considerar el rol específico del soporte social, la espiritualidad y
la inteligencia emocional en la relación entre la exposición a violencia durante
la infancia y el funcionamiento resiliente en la adultez temprana. Se trató de
una investigación exploratoria, transversal y correlacional.
El estudio se realizó con 321 estudiantes de dos universidades en el
Medio-Oeste y Sur-Oeste de los Estados Unidos, en su mayoría mujeres
(71,3%), individuos caucásicos (66%), del primer año de estudios (51,1%) y
muchos de clase media, quienes experimentaron exposición a violencia en
su infancia. Los instrumentos usados para medir las variables estudiadas
fueron los siguientes:
Demographics (diseñado por los investigadores); Juvenile Victimization
Questionnaire – Adult Restrospective – Short Form (JVQR2), Cannor-
Davidson Resiliencia Scale (CD-RISC), Depression, Anxiety and Stress
Sacale – 21 (DASS – 21), Life Events Checkslist (LEC), Brief Emotional
Inteligence Scale (BEIS – 10), Daily Spiritual Experience Scale (DSES),
Lubben Social Network Scale – Revised (LSNS – R).
The Juvenile Victimization Questionnaire – Adult Restrospective –
Short Form, JVQR2, en español Cuestionario de Victimización Juvenil –
Restrospectiva Adulta – Forma Breve, tiene 34 items que examinan
diferentes formas de victimización reportadas retrospectivamente por los
adultas, experimentadas desde el nacimiento hasta los 17 años de edad. Los
items del JVQR2 no necesitan ser relacionados, sin embargo, su
confiabilidad no ha sido calculada.

21
Cannor-Davidson Resiliencia Scale, CD-RISC, consiste en 25 items que
evalúan la habilidad individual para responder al estrés y a la adversidad.
Tiene fuertes propiedades psicométricas, con un constructo definido y validez
discriminante, una consistencia interna en su escala total de alfa Cronbach =
0,97 en el presente estudio, rango de correlación total de items desde 0,30
hasta 0,70 y un coeficiente de correlación interclases de 0,87.
Depression, Anxiety and Stress Scale – 21, DASS – 21, en español
Escala de Depresión, Ansiedad y Estrés – 21, comprende tres sub-escalas
de 7 items. En este estudio se utilizaron las escalas de Depresión y
Ansiedad. En este estudio, la confiabilidad alpha de Cronbach para ambas
sub-escalas fue de 0,93 y 0,87, respectivamente.
Life Events Checklist, LEC, es un autorreporte de 17 items que clasifica
los períodos en la vida expuestos a eventos potencialmente traumáticos. Ha
demostrado tener un constructo adecuado, validez convergente y
discriminante en la autoevaluación de exposición traumática. Sin embargo,
su confiabilidad no ha sido calculada y los items no necesitan ser
relacionados.
Brief Emotional Intelligence Scale, BEIS -. 10, en español Escala Breve
de Inteligencia Emocional, utiliza 10 items de los 33 items de la Escala de
Inteligencia Emocional (Schutte et al., 1998), que evalúan el funcionamiento
emocional inter e intrapersonal. Tiene buena consistencia interna, con
coeficiente alfa de Cronbach igual a 0,83 en el presente estudio.
Daily Spiritual Experience Scale, DSES, es un autorreporte que mide
las percepciones que tienen los participante sobre la calidad de su vida
espiritual. Tiene alta confiabilidad y consistencia interna, con un coeficiente
alfa de 0,97 en el presente estudio.
Lubben Social Network Scale – Revised, LSNS – R, en español Escala
de Red Social de Lubben, evalúa el nivel de soporte social percibido de
familiares y amigos. Tiene adecuada consistencia interna, con confiabilidad
de 0,79 para la subsecala de Familia y 0,84 para la subescala de amigos.
22
Los resultados señalaron que la muestra era altamente victimizada, con
un promedio de 9 experiencias violentas reportadas durante su infancia. El
análisis de regresión jerárquica múltiple indicó que después de controlar la
exposición a victimización infantil, otros potenciales eventos traumáticos y los
síntomas presentes de depresión y ansiedad, una mayor resiliencia durante
la adultez temprana estaba asociada con mayor espiritualidad, mayor
inteligencia emocional y apoyo social de los amigos (no así de la familia).
En cuanto a la espiritualidad, los autores concluyen que el sentido de
estar conectado a un poder superior, encontrando fortaleza y alivio en lo
divino, y el sentirse bendecido, son aspectos que están relacionados con la
resiliencia. Sugieren que las personas con estos recursos, así como los
grupos y organizaciones, pudieran facilitar prácticas espirituales y
conectividad a otros adultos jóvenes, para favorecer un funcionamiento
resiliente de estos ante una etapa de la vida marcada por la incertidumbre y
los retos que implica hacer su propio camino separadamente de los padres.
Finalmente, los autores añaden que la investigación clínica debería
abordar a aquellos individuos que parecen más aislados y cómo la conexión
con los pares a través de la formación de comunidad y prácticas espirituales,
así como con un poder superior, están ambos ligados a una mayor
resiliencia.
Para la presente investigación, el estudio citado anteriormente tiene
varios aportes importantes: en primer lugar, algunas de las mujeres
atendidas en los grupos de la muestra son adultas jóvenes y luego, aunque
no se tiene información sobre experiencias de victimización sufridas en su
infancia, es probable que hayan estado presentes de forma significativa en
varios casos, considerando los niveles de violencia familiar y comunitaria que
vive la población venezolana desde hace años, en especial los habitantes de
sectores marginados o socioeconómicamente menos favorecidos.
Igualmente el hecho de contar con el soporte social del grupo de
madres de Unbound en su comunidad, junto al sentido de conexión espiritual
23
con Dios que promueve la fundación a nivel individual y grupal, podrían
constituirse en factores favorecedores del funcionamiento resiliente en dichas
madres.
Otra investigación, realizada por Leeson et. al (2014) y titulada en
español “Espiritualidad y Recuperación de la Calidad de Vida después del
Trasplante de Células Madre Hematopoyéticas”, tuvo como objetivo: primero,
explorar los cambios en la espiritualidad entre pacientes receptores del
trasplante de células madre hematopoyéticas (HSCT, por sus siglas en
inglés) desde el pre hasta el post trasplante, y durante los primeros 12 meses
después del trasplante; segundo, evaluar el grado en el que la espiritualidad
previa al trasplante predecía importantes aspectos de la calidad de vida en el
postrasplante. Fue una investigación de campo exploratoria, correlacional de
diseño longitudinal.
La investigación se hizo con 220 participantes adultos que estaban
recibiendo Trasplante de Células Madre Hematopoyéticas HSCT y el
consiguiente cuidado en The University of Wisconsin Carbone Cancer
Center, USA. El rango de edad de la muestra fue de 19 a 74 años, con una
media de 51 años. 34% tenían diagnóstico de leucemia, 31% de linfoma y
31% mieloma múltiple. 121 recibieron trasplante autólogo y 99 trasplante
alogénico. La mayoría era de raza blanca (96,8%), hombres (61,8%),
casados (82,7%), con niveles de educación de bachiller a universitario la
mayoría, así como también una mayoría cristiana protestante (25,5%) y
católica (23,2%).
Entre los instrumentos usados por los autores de este estudio,
estuvieron: The Funcional Assessment of Chronic Illness Therapy Spirituality
(FACIT – Sp), The Inventory of Depression and Anxiety Symptoms (IDAS),
The Fatigue Symptom Inventory (FSI), The Brief Pain Inventory (BPI) y The
Functional Assessment of Chronic Illness Therapy (FACIT).
Funcional Assessment of Chronic Illness Therapy Spirituality, FACIT –
Sp, en español Evaluación Funcional de Espiritualidad en Terapias de
24
Enfermedades Crónicas, es un autorreporte de 12 items que describe
diferentes aspectos de espiritualidad vividos por el participante en la última
semana. Ha sido usado exitosamente en estudios anteriores con población
cancerosa, teniendo en esta muestra buena confiabilidad para ambas
subestacalas: alfa = 0,79 – 0,87 para significado/paz; y alfa = 0,85 – 0,89
para fe religiosa.
The Inventory of Depression and Anxiety Symptoms , IDAS, en español
Inventario de Síntomas de Depresión y Ansiedad, evalúa síntomas de
depresión y ansiedad en la última semana. Ha mostrado fuerte validez
convergente, teniendo en esta muestra buena confiabilidad, con alfa de
Cronbach de 0,89 – 0,91 para depresión y de 0,77 – 0,86 para ansiedad.
Fatigue Symptom Inventory, FSI, en español Inventario de Síntomas de
Fatiga, está formado por 20 items que evalúan el grado en que la fatiga
interfiere en habilidades funcionales durante la última semana (actividades
diarias, ánimo y relaciones). Ha sido validado en muchas poblaciones de
pacientes con cáncer y mostró muy buena consistencia interna en este
estudio (alfa de Cronbach = 0,93 a 0,94).
Brief Pain Inventory, BPI, en español Inventario Breve de Dolor, usa la
subescala de funcionamiento del Pain Inventory para medir el grado en cual
el dolor interfiere con las actividades diarias, el ánimo y las relaciones. Esta
subescala ha mostrado validez en muestras de población con cáncer y una
excelente confiabilidad en la muestra de este estudio (alfa de Cronbach =
0.95 – 0,97).
Funtional Assessment of Chronic Illnes Therapy, FACIT, en español
Evaluación Funcional de Terapia en Enfermedades Crónicas, evalúa
bienestar físico y funcional en la última semana. Ha mostrado validez y
confiabilidad en muchas poblaciones con cáncer, con una consistencia
interna muy buena en las sub-escalas de bienestar físico (alfa de Cronbach =
0,80 – 0,94) y de bienestar funcional (alfa de Cronbach = 0,82 – 0,86).

25
Para cubrir el primer objetivo de la investigación, se usó estadística
descriptiva para caracterizar el FACIT midiéndose los cambios en la sub-
escalas de significado/paz y fe religiosa en cinco momentos diferentes de
evaluación. Mientras que para el segundo objetivo, se usaron modelos de
regresión lineal de efectos mixtos, para determinar el grado en el cual el
significado/paz y fe religiosa del pretrasplante producía respuestas en la
calidad de vida (depresión, ansiedad, fatiga, dolor, bienestar físico y
funcional) así como los cambios en las mediciones de esta calidad de vida,
en cinco momentos diferentes (antes del trasplante y a 1, 3, 6 y doce meses
después del mismo).
Se encontró, a través de estadística descriptiva, que el significado/paz
disminuyó al mes del postrasplante y volvió a niveles del pretrasplante a los 6
meses del trasplante, mientras que la fe se incrementó desde el
pretrasplante hasta los seis meses del trasplante. Los modelos de regresión
lineal de efectos mixtos (en cinco momentos diferentes de medición),
indicaron que un mayor nivel de significado/paz en el pretrasplante (no así la
fe religiosa), predijo menos depresión, ansiedad y fatiga, así como mejor
bienestar físico y funcional durante los 12 meses siguientes al trasplante.
Los autores concluyeron que la capacidad de encontrar significado y
paz podría facilitar la recuperación después de HSCT, sugiriendo que la
espiritualidad podría ser un factor de resiliencia que debería considerarse
para mejorar la calidad de vida en pacientes de HSCT.
En el contexto actual de Venezuela, donde la escasez de productos
farmacéuticos y de salud básicos aumentan el estrés en las personas
enfermas así como el riesgo de mortalidad y disminución en su calidad de
vida, más aún en personas pobres por lo costoso de los productos (cuando
tienen la suerte de conseguirlos), la espiritualidad podría constituirse en un
factor de resiliencia necesario e importante.
En la muestra de la presente investigación, algunas madres del
programa de apadrinamiento han sufrido patologías graves (entre las cuales
26
está el cáncer), por lo que el estudio citado anteriormente apoyaría la
hipótesis de que en ellas la espiritualidad sería una fuente de fortaleza y
adaptación en la etapa inmediata y posterior al diagnóstico así como en sus
etapas de tratamiento, dando un significado y propósito trascendental a su
enfermedad.
Estas últimas ideas han sido confirmadas con algunas investigaciones
en el contexto regional latinoamericano. Por ejemplo, Quiceno et. al (2013),
en su trabajo titulado “Resiliencia, percepción de enfermedad, creencia y
afrontamiento espiritual religioso y calidad de vida relacionada con la salud
en pacientes con diagnóstico de artritis reumatoide”, tuvieron como objetivo
evaluar las relaciones entre resiliencia, percepción de enfermedad, creencias
y afrontamiento espiritual/religioso, y calidad de vida en 41 pacientes con
diagnóstico de artritis reumatoide (AR) de la ciudad de Medellín, Colombia.
Se trata de un estudio de campo, ex-post-facto, correlacional, de corte
transversal.
Los pacientes fueron tomados de la Fundación para el Paciente con
Artritis Reumatoide (FUNPAR) en Medellín, siendo en su mayoría mujeres
(95,1%), amas de casa (56,1%), de nivel socioeconómico medio (78%), con
un promedio de edad de 57 años y 9 años con diagnóstico de AR, recibiendo
tratamiento farmacológico (92,7%).
Entre los instrumentos utilizados por los autores de este estudio,
estuvieron: Escala de Resiliencia RS, Cuestionario Breve de Percepción de
Enfermedad IPQ-B, Inventario de Sistema de Creencias SBI-15R, Escala
Estrategias de Afrontamiento Espirituales SCS y Cuestionario de Salud MOS
SF-36. El primero, la Escala de Resiliencia (Resilience Scale, RS),
desarrollada por Wagnild y Young (1993), es un cuestionario de 25 items que
evalúa la resiliencia tanto en población clínica como en no clínica. El alfa de
Cronbach del instrumento calculado para esta muestra fue de 0,92.
La Escala de Estrategias de Afrontamiento Espirituales (The Spiritual
Coping Strategies Scale, SCS), evalúa las estrategias de afrontamiento
27
espiritual religioso y no religioso tanto de personas sanas como con alguna
patología. Los alfas de Cronbach calculados en este estudio para el
afrontamiento religioso y no religioso fue de 0,76 y 0,61, respectivamente.
El Inventario de Sistema de Creencias (System of Belief Inventory, SBI-
15R), mide las prácticas y creencias religiosas y espirituales y el soporte
social derivado de ellas en las personas con algún tipo de enfermedad. . El
alfa de Cronbach calculado para este caso fue de 0,87. Por su parte, el
Cuestionario Breve de Percepción de Enfermedad (Illness Perception
Questionnaire, IPQ-B), evalúa la representación cognitiva emocional de las
personas en momentos de enfermedad. Está formado por 8 ítems, y cada
uno conforma una dimensión, por tanto no se le efectúa el análisis alfa de
Cronbach.
El Cuestionario de Salud MOS SF-36 (Medical Outcomes Study 36-
Item Short-Form Health Survey, SF-36), mide de forma general el estado de
salud y calidad de vida para población clínica y no clínica. Comprende 36
ítems, con un sistema de respuesta tipo Likerttt. Está conformado por 8
dimensiones: función física (α = 0,73), rol físico (α = 0,92), dolor corporal (α =
0,50), salud general (α = 0,91), vitalidad (α = 0,97), función social (α = 0,96),
rol emocional (α = 0,80) y salud mental (α = 0,89). Por otro lado, el MOS SF-
36 comprende dos índices sumarios: el índice de salud física y el índice de
salud mental.
Los resultados calculados con el Coeficiente r de Pearson, mostraron
correlación entre las diferentes variables del estudio con las creencias y
prácticas religiosas y espirituales (SBI-15R y SCS), observándose que la
dimensión “control personal” del IPQ-B y las dimensiones “competencia
personal”, “aceptación de sí mismo y de la vida” y “resiliencia total” de la
escala RS tuvieron correlaciones positivas con la dimensión “estrategias de
afrontamiento espiritual no religioso” del cuestionario SCS.
De igual manera, la dimensión “competencia personal” de resiliencia
tuvo una correlación positiva con la dimensión “apoyo social religioso” del
28
SBI-15R. Por otro lado, las dimensiones “creencias y prácticas religiosas y
espirituales”, “apoyo social religioso” y el “SBI-15R total” tuvieron
correlaciones positivas con la dimensión “estrategias de afrontamiento
religioso” de la escala SCS.
En el análisis de regresión lineal múltiple usado para medir el peso de
las variables sociodemográficos/clínicas, y de la resiliencia, percepción de
enfermedad, creencia y afrontamiento espiritual religioso sobre la CVRS
(calidad de visa relacionada con la salud), las consecuencias de la
enfermedad del IPQ-B y el tratamiento farmacológico tuvieron un peso
negativo sobre la calidad de vida a nivel físico, mientras que la aceptación de
sí mismo y de la vida (en la Escala de Resiliencia) y el estrato
socioeconómico lo tuvieron positivamente sobre la salud mental.
Los autores concluyeron que en este estudio se aprecia que variables
positivas como la resiliencia y la religión/espiritualidad tienen íntima relación
entre sí porque apuntan a una visión optimista de la vida, promueven
emociones positivas y pueden servir como marcos protectores para la salud
mental y la percepción de enfermedad de los pacientes con AR, ya que
reducen el afecto negativo, lo cual tiene afinidad con lo hallado en la
literatura con muestras de enfermos crónicos. La percepción de la calidad de
vida de los pacientes con AR es mediada por las representaciones de la
enfermedad y por factores salutogénicos como un afrontamiento de tipo
trascendental y la resiliencia.
Para la presente investigación, los hallazgos y conclusiones de Quiceno
et al. (Op.Cit) representan un aporte relevante, puesto que la percepción de
la calidad de vida de las madres del programa de apadrinamiento podría
estarse viendo afectada por su situación socioeconómica personal aunada
por la ya citada crisis nacional a nivel del sector salud. Al favorecerse una
visión optimista y positiva de la vida, desde una interpretación espiritual, ante
las adversidades cotidianas como podrían ser una enfermedad o la escasez
de medicamentos, dichas madres podrían disminuir su vulnerabilidad a
29
pensamientos catastróficos, estresantes o negativos asociados depresión u
otras patologías mentales concomitantes con enfermedades físicas crónicas.
En esta misma línea, Pérez et. al (2012) realizaron una investigación
titulada “Afrontamiento y adaptación y su relación con la perspectiva
espiritual en el paciente con VIH/SIDA”, cuyo objetivo fue Identificar el
proceso de afrontamiento y adaptación y su relación con la perspectiva
espiritual en 100 pacientes con VIH/SIDA de una Institución de Salud Pública
en la ciudad de Bogotá, Colombia.
Los pacientes tenían al menos 6 meses diagnosticados con la
enfermedad, hospitalizados (8%) o en cuidado externo (92%), y no estaban
en fase terminal. La mayoría fueron hombres (86%), con nivel educativo de
bachillerato completo (64%), empleados (62%), cristianos (católicos 66% y
otras denominaciones 22%), de estratos socioeconómicos medios bajos a
bajos (93%) con edades entre 21 y 40 años (promedio de 31 años caballeros
y 38 las mujeres), conformando en su mayoría familias atípicas (46%). Para
recoger la información los autores usaron los siguientes instrumentos: Roy's
Coping and Adaptation measurement Scale en su versión española
(EsCAPS) y el Spiritual Perspective Scale (SPS).
Roy's Coping and Adaptation measurement Scale en su versión
española, EsCAPS, en español Escala de Roy para medición de
Afrontamiento y Adaptación, comprende 47 items, con cuatro respuestas
opcionales tipo Lickert. Permite identificar las estrategias de afrontamiento y
adaptación que las personas usan para responder a las dificultades o
situaciones críticas. Tiene cinco sub-escalas, estrategias o factores de
afrontamiento/adaptación: “Recursivo y Centrado”, “Físico y Enfocado”,
“Proceso de Alerta”, “Procesamiento Sistemático”, “Conociendo y
Relacionando”. Posee buena capacidad psicométrica, con una confiabilidad
alfa de Cronbach igual a 0,88.
The Spiritual Perspective Scale, SPS, en español Escala de Perspectiva
Espiritual, mide comportamientos y creencias espirituales. Tiene una
30
consistencia interna de α = 0.91. Otra investigación en Colombia con mujeres
víctimas de maltrato, arrojó un α = 0,80 (Jaramillo D., Ospina D., Cabarcas
G., Humpreys J., Op.Cit).
Los cinco subgrupos de pacientes identificados, presentaron diferentes
dinámicas en cuanto al mayor o menor uso de las 5 estrategias de
afrontamiento. En la mayoría de pacientes se identificó una alta perspectiva
espiritual ante la vivencia de la enfermedad. Una débil pero significativa
correlación se encontró entre los procesos de afrontamiento y adaptación y
los componentes de la perspectiva espiritual.
En este estudio, los autores afirman que la perspectiva espiritual juega
un importante rol en la experiencia de tener VIH/SIDA según los pacientes,
tanto a nivel de sus conductas como de sus creencias más profundas. Estas
sirven de guía en aspectos de la vida diaria, convirtiéndose en una fuente de
soporte y de fortaleza interior, que promociona la superación personal y un
óptimo nivel de bienestar.
Los pacientes evocan aspectos espirituales con sus amigos, en
momentos del día en que comparten con otras personas, en sus lecturas,
teniendo incluso hábitos regulares de oración y meditación. Adicionalmente,
el perdón se manifiesta como un aspecto muy importante relacionado a la
espiritualidad en los pacientes, tanto a nivel religioso como no religioso,
promocionando un sentido de conexión con uno mismo, con otros y con un
ser superior.
Los autores concluyen que, habiendo esta relación positiva entre la
espiritualidad y el afrontamiento/adaptación en enfermos con VIH/SIDA, los
terapeutas deben tener muy en cuenta estos recursos internos de sus
pacientes en el cuidado o atención de los mismos. En este sentido, una vez
más se observa cómo la espiritualidad puede ser un recurso de resiliencia
ante situaciones adversas. En particular para esta investigación, los aportes
de Pamela Reed en la construcción de su Escala de Perspectiva Espiritual
podrían guiar la definición de algunos indicadores de espiritualidad para la
31
muestra de madres de Unbound a investigar, tanto en el aspecto cognitivo
(creencias) como conductual (prácticas o expresiones de espiritualidad).
Otra población en la que se ha abordado, a nivel latinoamericano, la
relación entre espiritualidad y resiliencia, ha sido la de estudiantes
universitarios. Salgado (2012) realizó una tesis doctoral titulada “Efectos del
bienestar espiritual sobre la resiliencia en estudiantes universitarios de
Argentina, Bolivia, Perú y República Dominicana”.
Los objetivos de la citada investigación fueron (1) determinar el impacto
que la cultura ejerce en el efecto de la dimensión religiosa del bienestar
espiritual sobre la resiliencia en estudiantes de Psicología de universidades
nacionales de cuatro países latinoamericanos; (2) establecer la asociación
que existe entre los niveles de las variables estudiadas; (3) comparar la
resiliencia entre estudiantes de Psicología de universidades nacionales,
según género, condición laboral, religión y país de procedencia y (4)
comparar la dimensión religiosa del bienestar espiritual según los mismos
criterios.
Se trató de una investigación de diseño no experimental, exploratorio,
correlacional y transversal, de tipo comparativa transcultural con enfoque
ético-émico para poder descubrir aspectos de las culturas investigadas. La
muestra estuvo conformada por 308 estudiantes de ambos sexos y solteros
de entre 17 y 25 años de edad, que cursaban el primer año en las Facultades
de Psicología de las universidades nacionales de zonas urbanas de
Argentina (82), República Dominicana (79), Perú (74) y Bolivia (73)
seleccionados a través de un muestreo de conveniencia en cada país.
El 81,8% de las personas incluidas en la muestra fueron mujeres. En
cuanto a religión, el 66,6% de la muestra era católica, el 18,1% cristianos
evangélicos y el resto de otras denominaciones no cristianas, agnósticos o
ateos. El 28,20% de la muestra trabajaban (mayormente los estudiantes de
Bolivia y República Dominicana). Como instrumentos se utilizaron la Sub-
Escala de la Dimensión Religiosa de la Escala de Bienestar Espiritual de
32
Paloutzian y Ellison y la Escala de Resiliencia de Wagnild y Young. Ambos
instrumentos ya han sido descritos en las investigaciones anteriormente
citadas.
Entre los principales resultados se encontró que: Primero (1), la cultura
ejerce un impacto en el efecto de la dimensión religiosa del bienestar
espiritual sobre la resiliencia, específicamente en los estudiantes de
Psicología de las universidades nacionales de República Dominicana y
Bolivia. En los estudiantes de Perú y Argentina no se halló ninguna relación.
Segundo (2), se halló que existe asociación significativa entre los
niveles de la dimensión religiosa del bienestar espiritual y los niveles de
resiliencia (con sus respectivos factores de competencia personal y
aceptación de uno mismo y de la vida) en los estudiantes de Psicología de
las universidades nacionales de Bolivia y República Dominicana. En los
estudiantes de Perú y Argentina no se halló dicha asociación. Tercero (3), no
existen diferencias significativas en la resiliencia, según género, condición
laboral y religión. Sin embargo, según país de procedencia si se hallaron,
donde el mayor promedio se observó en República Dominicana, en segundo
lugar en Perú, en tercer lugar en Bolivia y en último lugar, en Argentina.
Cuarto (4), existen diferencias significativas en la dimensión religiosa
del bienestar espiritual según género, donde las estudiantes mujeres
presentan mayores niveles que los estudiantes varones; según condición
laboral, donde los que trabajan y estudian al mismo tiempo presentan
mayores niveles que los que solo estudian; según religión, los estudiantes no
católicos presentan mayores niveles que los católicos; y por último, según
país de procedencia, donde los estudiantes de República Dominicana
presentan el mayor bienestar espiritual en la dimensión religiosa, en segundo
lugar Bolivia, en tercer lugar Perú y en último lugar, los estudiantes de
Argentina.

33
En los tres primeros países mencionados, los niveles de espiritualidad
fueron medios y altos, mientras que en Argentina, el nivel fue bajo para la
muestra. La autora concluye que la espiritualidad es un factor favorecedor de
la resiliencia, atribuyéndole incluso una relación causal con ésta última. Hace
una larga disertación sobre la importancia de valorar y considerar la
espiritualidad como parte del componente formativo en las universidades, a
pesar de la postura de rechazo o desprecio que muchos académicos
adoptan ante este tema en nombre de la ciencia.
Sugiere finalmente, entre otras cosas, que las futuras investigaciones
empíricas en el área correlacional de ambas variables deberían enfocarse en
tres contextos diferentes para hacer más válidas y generalizables estas
conclusiones: Familia (soporte social; manejo de conflicto interparental y
entre padres e hijos; funcionamiento familiar: cohesión, adaptabilidad y
comunicación); Universidad (estilo docente y clima social en el aula) y
Comunidad (soporte social, redes de apoyo y acontecimientos vitales
estresantes) que podrían tener un efecto explicativo directo o indirecto sobre
la relación entre el bienestar espiritual y la resiliencia.
Esta sugerencia dada por Salgado justamente constituye un estímulo
para abordar el presente estudio, ya que las mujeres del Programa de
Apadrinamiento Esperanza para una Familia de la Fundación Unbound,
participan conformando pequeños grupos de apoyo solidario, donde se
fomenta una espiritualidad basada en la fe en Dios, según la dimensión
religiosa o personal que cada persona tenga, y que “se caracteriza por la
autenticidad, integridad, transparencia, franqueza, inclusión, relación, mutua
corresponsabilidad y respeto, dialogo, aprendizaje mutuo, encuentro
personal y fuerza en la diversidad” (Manual de Apadrinamiento de Unbound
2015, página 1-3).
El acercamiento y revisión de una micro-realidad social y cultural
venezolana como la que representan estos grupos de mujeres, ofrecería otra
perspectiva científica en cuanto a las relaciones que pudieran existir entre la
34
espiritualidad y la resiliencia demostrada por dichas mujeres particularmente
ante la pobreza y situaciones adversas asociadas.
Para finalizar, siguiendo con una muestra poblacional parecida a la del
anterior estudio pero ubicada en el contexto nacional, Rivas (2012) también
realizó una tesis doctoral titulada “Fortalezas de Carácter y Resiliencia en
Estudiantes de Medicina de la Universidad de los Andes en Mérida,
Venezuela”.
Los objetivos de esta investigación fueron: (1) describir las fortalezas de
carácter (entendida como las cualidades positivas que poseen las personas y
que potencian su bienestar) de los estudiantes de la carrera de medicina
considerando las variables: edad, género, curso académico y presencia de
hijos; (2) describir los factores de resiliencia de los estudiantes de la carrera
de medicina considerando las variables: edad, género, curso académico y
presencia de hijos; y (3) relacionar las variables fortalezas de carácter y
factores de resiliencia presentes en los estudiantes de medicina. Se planteó
una investigación de campo, exploratoria, transversal y correlacional.
Participaron 522 estudiantes de primero a sexto año de medicina, la
mayoría cursando el primero o segundo año de carrera (50,95%) con un
rango de edad entre 16 y 42 años (21,99 años, como media). Más de la
mitad de la muestra eran mujeres (58,62%) y el 90,42% reportaron no tener
hijos. Se aplicó el Cuestionario de Fortalezas de Carácter (VIA) de Peterson
y Seligman, y la Escala de Resiliencia (Connor Davidson Resilience Scale,
CD-RISC).
Esta última escala ya ha sido descrita anteriormente, sin embargo, la
autora de la investigación citada realizó un análisis factorial exploratorio al
CD-RISC con rotación varimax, para simplificar la interpretación de los
factores con el fin de determinar las sub-escalas de resiliencia en los
estudiantes de medicina, encontrándose las siguientes: (1) Aceptación
positiva del cambio; (2) Competencia personal; (3) Control; y (4)
Espiritualidad. También calculó la consistencia interna de estos cuatro
35
factores o sub-escalas, obteniéndose un α = 0,88 para la resiliencia total, y
0,85 – 0,82 – 0,62 – 0,42 para los cuatro factores respectivamente.
El Cuestionario de Fortalezas de Carácter (VIA) (Values in Action),
consta de 240 ítems tipo Líkert y mide el grado en que los estudiantes
poseen cada una de las 24 fortalezas, ordenadas bajo 6 virtudes. El
coeficiente alfa de Cronbach indica una alta confiabilidad y consistencia
interna de los ítems que componen el Instrumento VIA, ya que todos están
por encima de α = 0,65. Las que presentan mayor confiabilidad son:
Espiritualidad y Perseverancia (0,83), Perdonar (0,82) y Humor (0,80).
Los resultados señalan que la principal fortaleza autopercibida por los
estudiantes fue la esperanza, seguida de gratitud, bondad, honestidad y
equidad. Las fortalezas con puntuaciones más bajas fueron: humildad,
autorregulación, prudencia, apreciación de la belleza y perdonar. Curiosidad
y mente abierta resultaron la principal fortaleza en los más jóvenes, en los de
mayor edad, la espiritualidad y la humildad. El género femenino, mostró
puntajes superiores en perdonar, humildad y espiritualidad. Sexto año
presentó puntajes superiores en humildad y prudencia. Estudiantes con hijos
mostraron mayor humildad y espiritualidad.
En resiliencia, los de menor edad, presentaron valores más altos en
resiliencia total, y aceptación positiva al cambio, el género femenino valores
más altos en competencia personal y espiritualidad. Primer año, valores más
altos en resiliencia total y aceptación positiva del cambio y control. Mayor
espiritualidad, en los de sexto año y con hijos. Estudiantes sin hijos
presentaron valores más altos en resiliencia total, aceptación positiva del
cambio, y control. Se mostraron relaciones significativas positivas entre la
mayoría de fortalezas y la resiliencia total y sus sub-escalas.
La autora concluye que lo importante del modelo salutogénico
abordado, desde la psicología positiva, es que cada persona reconozca y
utilice en la cotidianidad sus fortalezas y capacidades más desarrolladas,
aceptando la necesidad de cultivar aquellas menos manifiestas en su
36
comportamiento. Estos aportes son una luz teórica y empírica desde el
paradigma de la psicología positiva que podría iluminar y sustentar el
desarrollo epistemológico y metodológico del presente estudio.
Se observó que todas las fortalezas de carácter (incluso la
espiritualidad) se relacionan positivamente con las 4 sub-escalas de
resiliencia, mientras que las personas adultas y con hijos mostraron mayores
puntajes de espiritualidad asociada a resiliencia, lo cual podría predecir
resultados similares en los grupos de mujeres del programa de
apadrinamiento de Unbound ya que en su mayoría son adultas y madres.
Según los estudios citados, la actual investigación internacional y
regional apunta hacia una correlación consistente entre las variables
resiliencia y espiritualidad, así como en un particular interés científico por la
medición empírica de ambos constructos en la línea cuantitativa y cuasi-
experimental.

Bases teóricas del estudio

Teóricos que sustentan la investigación

La resiliencia y la espiritualidad son constructos amplios y


multidimensionales (como la personalidad o la inteligencia), por lo cual son
diversas las teorías que podrían colaborar en su comprensión o explicación.
Dentro del conjunto de teóricos cognitivo-conductuales propuestos por el
CIPPSV para sustentar investigaciones de grado, Albert Bandura parece
ofrecer un marco conceptual amplio y adecuado a este fin.
Sin embargo, dado la relativa novedad de las citadas variables en el
campo de la psicología y en relación a dichos teóricos, parece necesario
considerar otros planteamientos epistemológicos quizás más actualizados
que, relacionados coherentemente con los aportes de aquellos, ayuden a
37
construir un marco conceptual explicativo suficiente para el fenómeno acá
investigado.
Bandura fue presidente de la Américan Psychology Asociation y
profesor de la Universidad de Stanford. En su Teoría del Aprendizaje Social
(Bandura, Op.Cit), el autor explica la conducta humana como el producto de
una interacción recíproca y continua entre determinantes cognoscitivos
(valores, normas, estándares de evaluación de las situaciones y de la forma
en que se abordan), comportamentales (manera de actuar sobre las
situaciones, experiencias pasadas y presentes de aprendizaje por
reforzamiento, castigo o moldeamiento) y ambientales (circunstancias
sociales, naturales, etc.).
Este proceso de determinación recíproca hace posible que las personas
influyan en su destino y también establece los límites de la autodirección o
libertad. De manera que, según esta concepción del funcionamiento humano,
las personas no son ni objetos impotentes controlados por las fuerzas
ambientales ni agentes libres que hacen siempre lo que quieren. Las
personas y el medio se causan o determinan mutuamente (Bandura, Op.Cit.).
En tal sentido, tanto la resiliencia como la espiritualidad son variables
intrínsecas a la persona, que evolucionan de forma dinámica y se
manifiestan a medida de que el individuo interactúa con situaciones
adversas, buscando en lo trascendental un sentido a su vida y a sus
sufrimientos, siendo esto justamente un proceso de determinación recíproca.

Determinantes antecedentes, autoeficacia y resiliencia

Bandura (Op.Cit.) asegura que las personas evalúan las situaciones


conforme a ciertas expectativas internas, entre ellas las preferencias y
valores personales, y que esta evaluación influye en su conducta. A su vez,
la retroalimentación o feedback ambiental que sigue a la conducta repercute
en las expectativas futuras. De modo que las expectativas rigen la conducta
38
en una situación, y los resultados de la conducta en esa situación moldean
sus expectativas en situaciones futuras. Estas expectativas forman parte del
conjunto de factores del aprendizaje que Bandura llama “determinantes
antecedentes” de la conducta.
Los determinantes antecedentes, según el citado autor, son las señales
del medio que indican a la persona que van a ocurrir ciertas cosas o los
efectos más probables de sus acciones en ese medio. Esta capacidad
predictiva se crea porque el sujeto, cuando ha vivido una situación
contingente a determinados resultados, las interpretan y relaciona a otras
situaciones que antes les eran neutrales. Dichas experiencias contingentes
crean expectativas más que conexiones automáticas estímulo-respuesta, y la
persona puede regular su conducta en base a estos antecedentes de tipo
predictivos.
Nombrada igualmente como “expectativa de eficacia” por Bandura
(Op.Cit), dicho autor define el término “autoeficacia” como la estimación o
convicción, por parte de una persona, de que puede efectuar
adecuadamente una determinada conducta para producir resultados
exitosos. Así, mientras más convencido esté alguien de poder ejecutar esos
pasos, más activos y persistentes serán los esfuerzos que invierta en su
conducta, a pesar de los obstáculos y experiencias aversivas que implique.
Por otro lado, el individuo quizás tenga la seguridad de que cierto curso de
acción puede conducir a resultados positivos, pero si no está convencido de
poder hacerlo o seguirlo, estaría manifestando poca autoeficacia personal.
Aunque originalmente Bandura (Op.Cit) ha extrapolado la utilidad del
constructo hacia el campo del tratamiento terapéutico de fobias y conductas
evitativas, la autoeficacia bien podría asociarse a la construcción o el
desarrollo de la resiliencia individual, teniendo incluso un efecto acumulativo
en el proceso de aprendizaje con el tiempo. Entendida la resiliencia como la
capacidad para afrontar de manera exitosa y adaptativa la adversidad al
punto de salir más fortalecidos de ésta, sería imposible desarrollarla
39
pensando que no se es capaz de superar los problemas, sin aprender de los
errores del pasado o esperando solamente soluciones milagrosas sin un
esfuerzo personal.
En este sentido, la Teoría del Aprendizaje Social afirma que cuando
las personas persisten en realizar acciones subjetivamente amenazantes,
pero que resultan inofensivas en la realidad objetiva, obtienen con ello
experiencias “correctoras” que refuerzan aún más su sentimiento de eficacia,
con lo que fácilmente superan sus miedos y conductas evitativas. Mientras
que las personas que desisten prematuramente retienen sus expectativas
auto-debilitantes y mantienen sus miedos durante mucho tiempo (Bandura,
Op.Cit.).
Por su parte, las adversidades o traumas asociados al concepto de
resiliencia suelen ser factores objetivos y reales generadores de estrés (no
se limitan a los “fantasmas” mentales presentes en las fobias o miedos), pero
igualmente implican una práctica de habilidades de afrontamiento que van
generando en la persona un perfil de autoeficacia elevado o deficiente.
Rotter (1954), otro teórico del aprendizaje social, definió esta expectativa
de evaluación de las situaciones como una importante estrategia
cognoscitiva, a la que llamó “locus de control”, según la cual aquellas
personas convencidas de poder controlar su destino tendrían un locus
interno, mientras que los que no creen controlar su destino tienen locus
externo. Los primeros piensas que obtienen reforzamiento y evitan castigo
gracias su esfuerzo, habilidad y entrenamiento personal. Junto a Bandura,
Rotter piensa que las expectativas llegan a formar un estilo habitual
“explicativo” del individuo que tiene un efecto profundo en la personalidad,
distinguiendo por ejemplo a los optimistas de los pesimistas.
En el caso de las mujeres del programa Esperanza para Una Familia
(EPUF), enfrentadas todas al común y actual denominador de la pobreza,
pero también cada una con su propia historia personal, expectativas internas
y jerarquía de valores, la autoeficacia ha sido el producto, entre otros
40
factores, de su interacción con situaciones adversas a lo largo de la vida,
enfrentadas de manera más o menos exitosas. Por la condición estructural y
cíclica de la pobreza, dichos factores normalmente no juegan a favor del
desarrollo de la resiliencia durante la infancia y juventud en personas
socioeconómicamente desfavorecidas o marginadas.
Sin embargo, los procesos prácticos de empoderamiento y toma de
decisiones que implica el programa EPUF, así como la formación y
promoción de iniciativas que favorecen la autosuficiencia económica y otras
características, como la responsabilidad y apoyo mutuo, con el fin último de
lograr una vida más digna y superar la pobreza, permiten el desarrollo de un
locus de control interno y expectativas de eficacia positivas en estas mujeres,
favoreciendo su resiliencia. Según Bandura (Op.Cit.), en este proceso
podrían intervenir cuatro factores de manera longitudinal: dos en forma
determinante (los logros de ejecución y la experiencia vicaria) y otros dos de
forma secundaria o más débil (persuasión verbal y estado emocional).

Logros de ejecución. Este factor es considerado por Bandura (Op.Cit)


como la fuente más confiable de autoeficacia ya que se basa en la propia
experiencia. Los fracasos ocasionales que luego son superados mediante
un esfuerzo personal, fortalecen la perseverancia automotivada, al
proporcionar la experiencia de que incluso los obstáculos más difíciles
pueden superarse mediante un esfuerzo sostenido; sin embargo, los
fracasos reiterados, en especial en las etapas tempranas del proceso de
afrontamiento, tienden a debilitar la autoeficacia.
Dentro del Programa EPUF, la realización activa de sus funciones en
las diversas comisiones de trabajo al servicio de sus hijos y el desarrollo de
iniciativas productivas o generadoras de ingreso grupal o familiar, favorecen
un sentido de autoeficacia personal en las madres básicamente a través de
cuatro procesos señalados por Bandura (Op.Cit.): el modelado participante
(reciben orientaciones y las siguen en la práctica), desensibilización por
41
ejecución (pierden el miedo a “lanzarse” a hacer tareas que pensaban no
podían ejecutar), exposición de ejecución (demuestran ante sus compañeras
y otras personas que son capaces de ejecutar exitosamente determinadas
actividades) y ejecución auto-instruida (realizan determinadas tareas o
trabajos buscando por sí misma los medios o conocimientos requeridos).

Experiencia vicaria. El hecho de ver a otros ejecutar actividades


amenazadoras sin consecuencias adversas, puede dar lugar a que los
observadores se creen la expectativa de que ellos también lo conseguirán si
se esfuerzan y persisten en su intento (Bandura, Op.Cit.). Esto también
podría llevarse a las situaciones adversas cotidianas y, en el caso de las
mujeres del programa EPUF, a la dinámica común que implica participar
activamente en sus planes y políticas.
Por ejemplo, al ver cómo otras compañeras de su grupo de madres
superan el temor de hablar en público, aprenden a solucionar conflictos de
manera asertiva, trabajan en equipo y desarrollan iniciativas de autogestión o
generación de ingresos familiares, una mujer del programa puede pensar
que ella también debe ser capaz de hacerlo.

Persuación verbal y excitación emocional. Ambas fuentes de


autoeficacia son consideradas por Bandura (Op.Cit) como poco fiables. La
persuasión verbal implica toda forma de sugestión o de exhortación por parte
de alguien (emisor) que busca reafirmar la capacidad del otro (receptor) para
afrontar exitosamente determinadas situaciones o ejecutar acciones temidas
por éste. Si la persona tiene una historia de fracasos, las expectativas de
éxito inducidas desaparecerán rápidamente ante las primeras experiencias
desconfirmatorias, por lo cual se hace necesario acompañar esta persuasión
verbal con un modelado progresivo y participante.
Análogamente, la sensación de miedo, angustia, agitación, tensión,
enojo o estrés (estado elevado de exitación emocional aversiva) tiende a
42
bloquear la ejecución exitosa de actividades, mientras que un estado relajado
la favorece. Esto puede lograrse en situaciones de dificultad leve, pero ante
circunstancias que requieren acciones más difíciles para la persona, la
autoeficacia puede afectarse por una discrepancia entre sus expectativas de
éxito y su ejecución real, aunque haya estado muy relajada (Bandura,
Op.Cit.).
Es por ello que, para facilitar un sano desarrollo de la autoeficacia,
Bandura recomienda que el modelado participante (observación vicaria de un
modelo y puesta en práctica de lo observado) debe acompañar el proceso de
aprendizaje, empezando con tareas sencillas que aseguren el éxito en
etapas iniciales del proceso y aumentando gradualmente el nivel de dificultad
en el modelo (Bandura, Op.Cit).
En tal sentido, el programa EPUF intenta seguir este patrón de
aprendizaje gradual para las madres, comenzando desde tareas fáciles hasta
otras más complejas, acompañando siempre el proceso de modelado con la
persuasión verbal (formación y psicoeducación) y el fomento de estados
emocionales favorables en los grupos de madres (confianza y respeto mutuo,
alegría y esperanza, oración y reflexión grupal).
En general, podría afirmarse que la resiliencia es alimentada por un
sentido de autoeficacia ante la adversidad y un locus de control interno, que
permiten a la persona tener un sano optimismo y una esperanza realista,
basadas en la propia responsabilidad y potencial capacidad de
autosuperación personal. La autoeficacia se aprende y desarrolla de manera
gradual, básicamente por la consecución de logros y observación vicaria de
modelos exitosos, pero también es favorecida por procesos persuasivos
(educativos) y de autocontrol emocional. El locus de control interno tendría
que ver, probablemente, con el aprendizaje de creencias y posiciones
existenciales.

43
Determinantes consecuentes, resiliencia y espiritualidad

Bandura (Op.Cit.) denomina “determinantes consecuentes” a las


consecuencias de la conducta, que a su vez influyen en ésta no de manera
inmediata y automática, como en el paradigma operante, sino creando la
expectativa personal de que en futuras ocasiones los resultados serán
similares. Estos determinantes son de tres tipos: consecuencias externas (de
la propia conducta), consecuencias vicarias (observadas en las conductas de
otros) y consecuencias autoproducidas (por el propio sujeto). Aunque no
expliquen del todo el origen de la resiliencia y de la espiritualidad individual,
sí dan una base para comprender su desarrollo y mantenimiento.

Consecuencias externas. Las consecuencias externas de la


conducta pueden influir en el desarrollo de la resiliencia, como ya se dijo,
creando expectativas de eficacia personal. Pero también, fortaleciendo la
“motivación intrínseca”, la cual consiste en la realización de actividades sin
una recompensa externa aparente. Bandura (Op.Cit.) da la anterior
definición citando la Teoría de la Atribución de Bem, Nisbett y Vallins,
aclarando que el constructo “motivación intrínseca” es escurridizo e
impreciso.
Bandura no niega que las personas tengan intereses y preferencias
intrínsecas ni que puedan automotivarse, pero dice que la mayor parte de las
cosas que gustan de realizar las personas por su propio valor, no tienen en
principio un valor reforzante para ellas, sino que surgen de las reacciones de
aprobación, afirmación y gratificación que dichas conductas producen en los
demás.
Citando la Teoría del Refuerzo, Bandura (Op.Cit) afirma que una
persona puede que no tenga mucho interés o habilidad para participar en
una actividad o en la solución de determinado problema, pero si recibe un
incentivo material inicial es probable que se motive a ello. A medida de que
44
aumenta la habilidad y el compromiso en dicha actividad o meta, las
recompensas sociales, simbólicas y autoevaluativas asumen las funciones
incentivas o motivacionales que perpetúan la conducta, haciéndolas
progresivamente de valor intrínseco para la persona.
Para la mayoría de las mujeres del Programa EPUF, las condiciones de
extrema pobreza y exclusión experimentadas por ellas cuando fueron
inicialmente admitidas en el apadrinamiento, impactaban negativamente su
motivación al logro de una vida más digna y con autosuficiencia económica.
Pero al comenzar a recibir mensualmente el aporte de los padrinos para sus
hijos o representados en forma de útiles escolares, calzados, uniformes,
alimentos y otros beneficios básicos para su salud y desenvolvimiento
académico, comenzaron a tener mayor esperanza de superación e interés,
involucrándose en las actividades y compromisos de la Organización.
Con el pasar de los años y con su activa participación en las reuniones
de representantes, trabajos por comisiones, actividades formativas (en
valores, psicoeducación, prevención y habilidades productivas), así como la
socialización y esfuerzo por vivir personal y comunitariamente los valores
propuestos por Unbound, sintiéndose animadas y apoyadas mutuamente por
sus compañeras de grupo y por el Proyecto, muchas de estas madres han
adquirido un motivación intrínseca para continuar participando y aportando
desde su experiencia cambios positivos para sus vidas, familias y
comunidad, a pesar de las dificultades del camino.
Prueba de ello fue que entre los años 2013 y 2014, por el efecto de la
inflación y la escasez de materiales importados en Venezuela, el aporte
mensual para los apadrinados se volvió muy escaso y poco significativo
económicamente, pero sin embargo, la gran mayoría de las madres decidió
no desertar del programa ya que afirmaban estar en Unbound “porque
querían, porque amaban la Fundación, creían en los valores propuestos por
ésta y porque tenían esperanza”. Se tuvo en ese lapso una deserción de casi
22% (de aproximadamente 6000 apadrinados a inicios del 2013, a 4700 para
45
finales del 2014), lo cual se consideró como algo positivo. Afortunadamente,
el aporte mensual volvió a incrementarse al final de ese período.
En resumen, el aspecto motivacional, que no solo está condicionado por
refuerzos externos sino también por el refuerzo vicario y el autorrefuerzo,
como se verá seguidamente, juega un papel crucial en el desarrollo de la
resiliencia. Una persona puede saber que tiene las cualidades necesarias
para enfrentar una situación adversa o salir victoriosa de un embate
problemático, pero si no tiene la motivación para hacerlo por sí misma sino
que prefiere contar para ello con la ayuda de los demás o simplemente con
un auxilio mágico o sobrenatural, difícilmente podrá desarrollar resiliencia y
salir más fortalecida ante dichas circunstancias. Al contrario, su pasividad
podría instaurar actitudes dependientes e irresponsables frente a la vida.
Por su parte, la espiritualidad, entendida como la búsqueda individual de
sentido y propósito existencial tanto en lo cotidiano como en lo trascendente
o lo divino, lleva de por sí en su base una motivación personal e intrínseca
hacia dicha búsqueda. Mediante su conexión subjetiva con lo que considera
un Ser Superior, la persona puede percibir aspectos materiales de la vida
como factores reforzantes externos provenientes de la divinidad (prosperidad
material, salud física, alimentación), frutos de esa conexión o relación.

Consecuencias vicarias. Las consecuencias vicarias se refieren a las


contingencias producidas por la conducta observada en otros individuos.
Cuando estas incluyen recompensas y el observador aumenta luego la
misma conducta, se dice que ha tenido un “refuerzo vicario” de dicha
conducta. Las consecuencias positivas observadas de las conductas de otros
ayudan, sobre todo, en la adopción de conductas que poseen aspectos
desagradables, por lo cual necesitan incentivos para su realización (Bandura,
Op.Cit.).
Las consecuencias vicarias pueden ser de mucha importancia para
desarrollar resiliencia en las mujeres del programa EPUF. Viendo el ejemplo
46
de otras compañeras que gestionan de manera exitosa los cambios
inesperados o los factores estresantes generados por la pobreza, y cómo
son reconocidas tanto en su ámbito familiar o comunitario como dentro de
Unbound, las madres del programa pueden verse motivadas a adquirir ellas
mismas esas habilidades o destrezas para intentar acciones de superación
personal. De hecho, así sucede en la práctica, pues unas ayudan a las otras
mostrándoles con su ejemplo que “sí pueden”.
También la espiritualidad se favorece de las consecuencias vicarias,
más aún si están amparadas en organizaciones comunitarias de búsqueda
espiritual (religiosas o no). Al apreciar que otros viven con mayor sentido,
dirección, autenticidad o plenitud gracias a su espiritualidad, el observador
refuerza de manera vicaria su propia búsqueda trascendental de realización,
y más si el modelo cuenta con el reconocimiento, respeto, cariño, gratitud y
confianza de los demás en su grupo o comunidad.
En este sentido, las mujeres de Unbound cuentan no sólo con el
modelo de espiritualidad de sus fundadores, sino con el de líderes y mujeres
dentro de sus mismos grupos que intentan vivir de forma auténtica su propia
espiritualidad y que son reconocidas comunitariamente por sus compañeras
en este aspecto.
Por el contrario, los modelos que profesan valores elevados de
humanidad y ascetismo, pero que no demuestran con su vida la autenticidad
de lo que profesan, siendo indulgentes consigo mismos pero exigentes con
los demás, merman el atractivo de los modelos y aumentan el rechazo de los
criterios, ideologías o creencias que defienden (Bandura, Op.Cit). En tal
sentido, siendo la igualdad y el respeto mutuo parte de la espiritualidad y
valores fundamentales en Unbound, normalmente la persona muy religiosa
con actitudes de rechazo o juicio de conciencia hacia los demás, tiende a
aislarse ella misma, siendo objeto de corrección por parte de sus
compañeras en el grupo de madres.

47
Consecuencias autoproducidas. Aunque algunas actividades se
mantienen por la anticipación de sus consecuencias, en opinión de Bandura
(Op.Cit.), por lo general la conducta se produce sin necesidad de
reforzamiento externo inmediato, gracias a la capacidad de simbolización
(abstracta y lingüística) y de reacción de los seres humanos ante su propio
comportamiento y pensamiento. Las personas tienen capacidad de
autodeterminación y pueden dar sentido o valor a lo que viven y perciben. En
este proceso, el individuo se impone a sí mismo ciertas normas de conducta
o estándares de desempeño, respondiendo ante sus propias acciones de
forma autorrecompensante o autopunitiva.
El autor define el “autorreforzamiento” como el proceso en el que los
individuos mejoran y mantienen su propia conducta aplicándose a sí mismos
recompensas cuando su comportamiento se ajusta a estas normas
autoprescritas. El “autocastigo” es el proceso contrario equivalente. La
“autorregulación” se refiere tanto a los efectos de reducción como de mejora
que tienen las influencias autocorrectivas. Según la teoría del Aprendizaje
Social (Bandura, Op.Cit.), el reforzamiento autorregulado aumenta el
rendimiento fundamentalmente a través de la función motivacional.
Bandura (Op.Cit.) afirma que las personas crean autoinducciones al
condicionar la autorrecompensa a un cierto nivel de desempeño, a fin de
persistir en su esfuerzo hasta que su conducta se asemeje a las normas o
nivel autoprescrito. Así, la conducta genera autorreacciones (de rechazo o
admiración) a través de una autovaloración, la cual depende de los criterios
personales internos usados para evaluar dicha conducta, las normas de
rendimiento autoimpuestas, la comparación interpersonal o social que hace
el individuo y el valor que le asigna a la actividad como tal.
En la teoría del aprendizaje social, los “valores” se refieren a aquellos
incentivos que son más significativos para el individuo y que varían para
cada quien: aprobación social, dinero, posesiones materiales, estatus social,
libertad de acción, relación interpersonal determinada, etc. Los incentivos
48
más valiosos para alguien puede que no lo sean para otra, motivándole a
realizar las actividades necesarias para conseguirlos, mientras que los
incentivos poco valiosos no tienen ese efecto motivador. Cuanto más alto es
el valor dado al incentivo, mayor es la motivación y el nivel de rendimiento
personal por alcanzarlo (Bandura, Op.Cit.).
En el ámbito de la resiliencia, los procesos de autorreforzamiento son
relevantes ya que las personas suelen gratificarse cuando tienen una
sensación de orgullo personal al superar dificultades o manejar situaciones
adversas inesperadas de manera adecuada y exitosa por ellas mismas, tal y
como observa Bandura (Op.Cit.). El autorrefuerzo podría mejorar la
autoestima (modificando autoconceptos negativos) e impulsar hacia una
mayor autoeficacia para superar futuras desaveniencias, en función de los
valores que motivan a la persona.
En el programa EPUF, las representantes de los apadrinados son
orientadas a planificar y desarrollar objetivos personales realistas de
superación económica y familiar, ya que una mejor calidad de vida es
indicador del valor central que se le da al ser humano y a su dignidad dentro
de Unbound. Pero también se les invita a celebrar el logro de dichos
objetivos, en cada una de sus etapas intermedias, lo cual les estimula a
plantearse nuevas metas.
En tal sentido, las madres suelen gratificarse por estos pequeños logros
intermedios a través de periódicos procesos de evaluación comunitaria sobre
su participación, desempeño y evolución en el programa, donde las otras
compañeras reconocen sus avances y se animan mutuamente en aquellas
áreas que necesitan mejorar.
Por otra parte, en el ámbito de la espiritualidad, la autorregulación juega
un papel fundamental. Normalmente, desde la infancia las personas copian
de sus modelos no sólo patrones de conducta o adecuación social, sino los
criterios de valor que guían dichas conductas. Entre estos valores y criterios,
el aspecto religioso, supersticioso o sobrenatural, sobre todo en la cultura
49
latinoamericana, suele tener un papel importante y el niño asume estas
conductas y creencias como parte de su proceso de pertenencia y
aceptación social, que puede ser reforzada directamente con mayor
aceptación y reconocimiento, o reforzada vicariamente observando modelos
atractivos y/o poderosos en este ámbito (eclesial, pastoral, espiritual).
Sin embargo, en una sociedad globalizada y democrática donde cada
quien asume distintas posturas o evaluaciones sobre un mismo tema y
donde la libertad de pensamiento y de culto es un valor central, la persona va
confrontándose con diversos modelos de religiosidad y espiritualidad,
encontrando inconsistencias no solo entre las diferentes creencias
espirituales y religiones, sino en el interior de ellas mismas.
En ese proceso lo común es que, durante la etapa de juventud y/o
adultez, haciendo uso de su libre albedrío y de su capacidad de abstracción,
el observador procesa las informaciones contradictorias hasta el punto que,
según Bandura (Op.Cit.), encuentra un criterio personal y auténtico en base
al cual evaluar sus conductas y tomar sus propias decisiones.
En el tema de la espiritualidad, la persona se confronta a esta crisis tarde
o temprano, debiendo decidir entre lo que tradicionalmente ha aprendido o
ha reconocido como socialmente aceptado, y lo que él o ella misma
considera que puede conducirlo auténticamente hacia un propósito y sentido
de vida pleno desde un punto de vista trascendental o espiritual.
En este proceso, juegan un papel básico los modelos positivos de
personas que, profesando una creencia espiritual, viven consistentemente
conforme a dicha creencia y manifiesta una vida integrada, coherente,
realizada y feliz. Impulsado por estos modelos, en unos casos, o por un
deseo intrínseco de dar sentido y paz a la propia vida, en otros, la persona
emprende el viaje interior que le lleva a encontrarse consigo mismo y con ese
Ser Superior que quizás antes visualizó lejano o ausente, en una experiencia
personal y subjetiva, pero real para ella o él.

50
Cuando este encuentro se da de manera sincera y auténtica, la persona
experimenta paz, tranquilidad, consuelo, alivio, esperanza, fortaleza, alegría
y una serie de emociones positivas que le conducen hacia un estado de
bienestar y armonía interior, según lo atestiguan las historias personales de
quienes así lo han vivido, tanto dentro de las estructuras religiosas como
fuera de ellas. Esta experiencia se hace tan motivadora por sí misma, que el
individuo ya no necesita de refuerzos vicarios para creer en su valor
intrínseco, autorregulando su vida y acciones en función de lo que pueda
mantener dicha conexión espiritual.
Las personas pueden autorreforzar su espiritualidad haciendo
actividades que les procuran bienestar físico y serenidad emocional, tales
como la meditación, el yoga, el mindfullness, la oración y reflexión sagrada,
escuchar música o lecturas de autoayuda, entre otras. O pueden hacer
autoevaluaciones reforzantes de conductas virtuosas en sintonía con su
propia espiritualidad, que no necesariamente son agradables o placenteras
por sí mismas.
Un ejemplo de lo anterior sería autoelogiarse o reconocerse por ofrecer
comida a un indigente, por brindar un gesto perdón y reconciliación hacia un
ofensor, por hacer un servicio sin esperar recompensa material, por
reconocer honestamente un error personal, o por no sucumbir ante una
tentación en contra de su integridad ética-moral.
La creencia y relación personal con lo que considera un Ser Superior
que le ama, acepta, ayuda o protege, está en la base de la espiritualidad de
muchas personas, fungiendo como criterio de valor fundamental para la
interpretación, evaluación y valorización de los diversos acontecimientos de
sus vidas, incluso los más dolorosos y traumáticos, y por consiguiente, para
la toma de decisiones. En síntesis, tanto la resiliencia como la espiritualidad
pueden ser promovidas, al menos inicialmente, por factores reforzantes
externos (materiales, sociales o simbólicos), a su vez que son motivados por

51
la observación de modelos positivos fuertes (resilientes) y de búsqueda
trascendental de sentido y propósito (espirituales).
Pero posteriormente, cada quien desarrolla este potencial en la medida
de que enfrenta y supera situaciones adversas (en el caso de la resiliencia),
y mediante la experiencia personal y subjetiva de búsqueda de felicidad en lo
trascendente (en el caso de la espiritualidad), al replantearse
responsablemente sus valores personales más básicos y su posición con
respecto a lo que la gente o la sociedad considera como aceptable o no a
nivel espiritual y religioso. La auotorregulación de la propia conducta en base
estos valores podría considerarse como el motor de la vida espiritual,
mientras que la relación personal con lo que se considera un Ser Superior,
su combustible o motivación intrínseca.

Motivación mediante control cognitivo, resiliencia y espiritualidad

Para Bandura (Op.Cit.) la motivación se refiere fundamentalmente a cómo


se activa y mantiene la conducta. Aunque ésta puede iniciarse por factores
ambientales o corporales, la mayor parte de lo que hacen las personas por
largos períodos de tiempo se basa en actividades cognitivas: imaginación,
representación simbólica de experiencias y procesos de pensamiento. La
capacidad de anticipar consecuencias futuras, como ya se ha mencionado,
funciona como un motivador conductual.
Otro motivador puede ser el establecimiento de metas, las cuáles
especifican cuáles son las exigencias que condicionan que una
autoevaluación sea positiva. Un vez que el individuo pone como condición de
su propia autorrealización alcanzar una determinada meta, tiende a persistir
en su meta hasta que sus ejecuciones encajen con lo que quiere conseguir,
usando influencias autocorrectivas.
Por otra parte, Bandura (Op.Cit.) afirma que la proximidad de la meta
influye en la autorregulación intencionada de la conducta, ya que las metas a
52
muy largo plazo naturalmente no tienen un poder motivador lo
suficientemente fuerte, en especial cuando se manejan muchas influencias
conflictivas en el presente. Por lo cual, la automotivación se mantiene mejor
poniéndose submetas explícitas e inmediatas que contribuyan a alcanzar
otras futuras. En este proceso, el individuo se observa a sí mismo y se ajusta
para el logro de estos pequeños escalafones intermedios de realización,
encaminándose hacia una meta mayor o final, que normalmente representa
una expectativa de plenitud o felicidad.
Para las variables estudiadas en esta investigación, la forma en que una
persona se hace consciente de sus metas en la superación de los conflictos
vitales representa un factor relevante para el desarrollo de la resiliencia. Una
persona que no es capaz de autorregular su conducta en base a un plan de
acción gradual y realista para enfrentar las adversidades y cambios
desfavorables en su vida, se frustraría fácilmente y no desarrollaría un
carácter resiliente. Ello implica elementos como paciencia, perseverancia,
autoeficacia y capacidad de fijarse pequeñas metas alcanzables en la
medida de que se enfrenta con la adversidad o sus consecuencias.
Por otra parte, si las personas para la vivencia de su espiritualidad se
crean expectativas muy lejanas (como pensar, por ejemplo: “seré feliz solo
cuando me muera y llegue al cielo”; o “debo ser igual a tal o cual mártir o
personaje del siglo XVI”, o “tengo que ser puro como un ángel...”), entonces
probablemente vivirían una vida de amargura, temor y frustración constante,
pues la esperanza de alcanzar estos estándares necesita alimentarse con
experiencias cotidianas más reales, sencillas y cercanas a la persona.
Un ejemplo de estas experiencias cercanas serían el disfrutar de la
sonrisa de alguien, o de realizar un gesto de servicio y de amor compartido
(empezando con los más cercanos en la familia, comunidad o trabajo), el
apoyo que se da y recibe en los momentos de error o debilidad, la paz de
conciencia cuando se actúa honesta y responsablemente respecto a los
deberes y roles diarios. De esta forma, la persona puede construir su
53
felicidad paso a paso, automotivada, viviendo cada etapa con una dirección,
sentido y propósito definidos, aún en los momentos de mayor dificultad.

Determinismo recíproco y variables de estudio

Bandura (Op.Cit) reconoce humildemente que no toda investigación en


el área conductual necesariamente tiene que utilizar paradigmas de
influencia recíproca, y pone como ejemplo para ello el “inicio” de la conducta
agresiva, en cuyo caso bastaría con estudiar los “determinantes” que la
originan, independiente de sus consecuencias en el ambiente y en las
conductas siguientes del mismo sujeto. Lo mismo se podría afirmar de la
resiliencia y de la espiritualidad, y por ello se abordarán a continuación otros
aportes teóricos sobre dichas variables.
El autor añade que la “autorrealización” no puede tener un referente
únicamente egocéntrico sino que debe enfocarse como un equilibrio entre la
libertad personal y el bien social común, lo cual se logra con una adecuada
interacción entre las circunstancias externas y los numerosos determinantes
personales: habilidades y destrezas, talentos innatos, potencialidades,
capacidad reflexiva, iniciativa, creatividad e innovación. Cualquiera sea su
orientación (filosófica, política, cultural, espiritual o religiosa), las personas
modelan, manifiestan y refuerzan lo que valoran (Bandura, Op.Cit.).
En esta línea, tanto la resiliencia que surge como resultado de enfrentar
adecuadamente la adversidad y el dolor, como la espiritualidad que emerge
de buscar sentido y propósito a la propia vida en lo trascendente y/o divino,
pueden ser variables fundamentales para que la persona discierna lo que es
auténticamente valioso en la vida y por lo que sí vale la pena luchar.

54
Resiliencia

Antecedentes teóricos

El término resiliencia, según el Diccionario Real de la Lengua Española


(1994), proviene del latin resilio, que significa rebotar, volver atrás o volver de
un salto. En el ámbito de las ciencias sociales y de la salud, la adaptación del
término es más reciente y se remonta a unos 40 años atrás. Algunos autores
distinguen tres etapas en el estudio y desarrollo de la resiliencia (Martínez,
2013; Villalba, 2004). El primer momento o etapa parte aproximadamente de
los años 50, cuando la investigación se centró en distinguir y describir
aquellas “cualidades” de las personas que prosperan frente a la adversidad
en oposición a aquellas que sucumben hacia conductas destructivas.
En esta primera etapa se supuso que la resiliencia podía estudiarse solo
después de que la persona se ha adaptado y, por ende, la investigación se
enfocó en encontrar el conjunto de factores que habían posibilitado la
superación. No era posible saber si alguien podía ser o no resiliente antes de
superar las adversidades. En esta línea estuvieron los estudios longitudinales
con niños pobres de Werner (1982,1993), Garmezy (1984, 1991, 1993) y
Rutter (1979, 1993).
En una segunda etapa, la investigación se ocupó de descubrir los
mecanismos de obtención de las cualidades resilientes identificadas en la
etapa anterior. Desde los 80 y 90, se estudia con mayor interés la dinámica
de la interrelación entre los distintos factores de riesgo y protección,
entendiendo la resiliencia como un “proceso”. Se supone que todas las
personas pueden ser resilientes y que el reto de las ciencias sociales es el
de hallar formas de promover la resiliencia tanto individualmente como en las
familias, según los contextos ambientales y etapa evolutiva de cada persona.
Como parte de esta segunda generación de investigadores de la
resiliencia, Grotber (1995) afirmaba que la resiliencia podía ser promovida en
55
cualquier etapa de la vida y que este proceso se facilitaba si se le pensaba
en términos de ladrillos para la construcción del crecimiento y el desarrollo:
los ladrillos corresponden a las edades y etapas evolutivas comunes a todas
las personas, identificando y delimitando los factores resilientes que pueden
promoverse según la edad.
Actualmente se habla de una tercera etapa en el estudio de la
resiliencia, que se inicia a finales de los 90 o inicios del presente siglo y que
plantea el término no sólo como una capacidad, un proceso o un resultado,
sino como un paradigma teórico que trata de identificar cuál es el marco
explicativo y la fuente motivacional de la respuesta cognitiva-conductual
habitual y no excepcional, que permite a la persona salir triunfante y
fortalecida ante la adversidad.
Según estos nuevos enfoques, que integran a los dos anteriores, no es
suficiente diagnosticar si alguien está siendo resiliente o si ha aprendido a
serlo, sino que es necesario también entender y describir cómo cualquier
persona o grupo puede construir su propia resiliencia constantemente
(Martínez, 2013). En esta línea se centra el presente estudio, partiendo de la
convicción de que el factor motivacional interno juega un papel crucial en el
desarrollo de la resiliencia, la cual se aborda de manera holística en su
definición y dentro de un modelo teórico adecuado a esta investigación.

Definiciones actuales del término

En la última década, la resiliencia se ha consolidado como un


importante constructo dentro de la teoría y la investigación sobre el bienestar
psicológico, y se ha estudiado en diversos ámbitos de la vida (Greeff y
Loubser, 2008), situándose en una corriente de la psicología positiva y
dinámica que fomenta la salud mental y la autoeficacia, el enfrentamiento
exitoso al estrés y a la adversidad (Raffo y Rammsy, 2005).

56
En este sentido, Bonanno (2004) define la resiliencia como la habilidad
que poseen las personas adultas para mantener niveles de funcionamiento
físico y psicológico relativamente estables y sanos, así como la capacidad
para generar nuevas experiencias y emociones positivas, después de haber
sido expuestos a eventos potencialmente muy disruptivos en la vida diaria
que generan estrés agudo, tales como separación inesperada de un ser
querido, desastres naturales o problemas económicos.
Jiménez y Arguedas (2004) afirman que la resiliencia es la capacidad
para “activar” las fortalezas y proteger la propia integridad al enfrentar
adversidades, construyendo a partir de éstas. Para Muñoz y De Pedro (2005)
la resiliencia es un continuo que refuerza las “opciones” y oportunidades de
la persona al aplicar sus capacidades y recursos internos para enfrentarse a
situaciones de riesgo o que pongan en peligro su desarrollo, superarlas,
mejorar su calidad de vida y hacer posible sus proyectos de futuro.
Por su parte, Carretero (2010) la define como una capacidad, fruto de la
interacción de variables personales con factores ambientales, que permite al
individuo enfrentarse y resolver de manera adecuada e integrada en su
medio cultural, diferentes situaciones de adversidad, riesgo o traumáticas por
diferentes motivos, permitiéndole alcanzar una situación normalizada y
adaptada a su entorno cultural.
Para la población de mujeres adultas de Unbound acá estudiadas, las
fuentes de estrés son múltiples y están relacionadas a problemas cotidianos
no necesariamente traumáticos. Tomando en cuenta este contexto,
sintetizando los conceptos más actuales del término y según el modelo
teórico descrito seguidamente, el autor de esta investigación define
“resiliencia” como el proceso que permite a una persona activar sus factores
protectores ante situaciones de riesgo, adversas o estresantes, respondiendo
de manera consciente, automotivada y eficaz ante dichas situaciones para
salir más fortalecida, adaptada o integrada a su entorno.

57
Modelo teórico

Según ha avanzado la investigación sobre la resiliencia en sus sucesivas


etapas, también han surgido diversos modelos teóricos, los cuales tienden a
plantearse para poblaciones y contextos específicos. A criterio del autor del
presente estudio, el Modelo Conceptual propuesto por Garcia-Dia et al.
(Op.Cit) ofrece una perspectiva amplia e integral sobre la “resiliencia” que
incluye muchas de las dimensiones observadas en los otros modelos, por lo
cual se ha tomado como el modelo teórico guía para la comprensión de esta
variable desde el contexto específico de las mujeres del programa EPUF.
Sustentadas en el análisis de 35 libros y artículos de bases de datos
confiables (PubMed, CINAHL, Proquest, PsycINFO y Google Scholar) que
tratan la definición del constructo para poblaciones de diferentes edades y en
diversos contextos de estrés, las autoras elaboran un modelo que explica de
forma molar el fenómeno de la resiliencia psicológica individual, incluyendo
los factores antecedentes, las respuestas resilientes (definidas como
atributos o características) y las consecuencias. Entienden la resiliencia tanto
como un proceso de interacción persona-ambiente, como un resultado de
esta misma interacción, destacando en la respuesta resiliente el aspecto
motivacional, consciente, libre y responsable.
En un momento inicial del “mapa conceptual” desarrollado por Garcia-
Dia et al. (Op.Cit) se tiene a la “adversidad” (primer antecedente), la cual
consiste en un evento estresante que puede ser de varios tipos: problemas
diarios y corrientes como pobreza, dificultades laborales, alcoholismo,
divorcio, muerte de la pareja o un familiar, exigencias cotidianas; desastres
naturales como inundaciones, terremotos, tsunamis; enfermedades físicas,
mentales o venéreas; eventos traumáticos como guerra, asalto, terrorismo,
actos violentos, maltrato. Este evento puede poner al individuo en “riesgo”
(segundo antecedente) al comprometer su habilidad para afrontar y superar
los estresores.
58
Luego, una vez que el evento adverso ha ocurrido o está presente, el
individuo puede interpretarlo como física o psicológicamente traumático y
dependiendo de su respuesta a dichos estresores, podría desarrollar su
repertorio disponible de “factores protectores” (tercer antecedente), los
cuales ayudan a mitigar los efectos y las reacciones negativas al riesgo.
Estos factores protectores pueden ser internos (rasgos de personalidad,
habilidades motoras avanzadas, herramientas de autoayuda,
neuroplasticidad) o externos al individuo (comunidad, familia, recursos
socioeconómicos). Una vez que el sujeto tiene una comprensión realista de
las circunstancias, entonces, los factores protectores le ayudarán a aceptar y
afrontar adecuadamente su situación, haciéndose resiliente.
Como respuesta ante el riesgo y producto acumulativo de los factores
protectores, surgen o se desarrollan “atributos” resilientes que también
pueden ser inherentes a las personas, de los cuales Garcia-Dia et al. (Op Cit)
identificaron cuatro por ser las características más frecuentemente asociadas
al concepto de resiliencia en la literatura revisada por ellos y que serían
susceptibles de ser medidas. Estas son: rebote, determinación, soporte
social y autoeficacia. Como “consecuencia” de estos atributos o respuestas
(que incluyen aspectos cognitivos y conductuales), la persona afronta con
eficacia la nueva situación y se reintegra a la sociedad o al ritmo normal de
vida, saliendo incluso con nuevas fortalezas, valores y habilidades.
Según las autoras, los riesgos pueden minimizarse si se proporcionan
intervenciones. Estas intervenciones (consejería, grupos de apoyo social,
entre otras) pueden abordar los riesgos reales o potenciales que el individuo
está experimentando. Las intervenciones que se ofrecen a la persona le
ayudarán a afrontar con eficacia la adversidad e integrarse a la sociedad si
ella hace uso libre y voluntario de dicha intervención. Pero si no busca o
acepta la ayuda, entonces permanecerá en el mismo estado de depresión,
aislamiento o conducta desadaptada, aunque tenga la ayuda disponible, por
lo cual el factor de motivación y decisión personal es fundamental.
59
Figura 1. Modelo Conceptual de Garcia-Dia et al. (2013)

60
En el contexto estudiado, los grupos de madres de El Tostao y Santa
Rosalía se enfrentan día a día con la común adversidad de la pobreza y han
lidiado en el presente o en el pasado con algunos de los eventos estresores
mencionados en el diagrama modelo: separación, muerte de un ser querido,
problemas laborales, desempleo, enfermedad, actos violentos en manos del
hampa, entre otros. Ante el riesgo generado por estos eventos, algunas
mujeres cuentan con o hacen uso de factores protectores internos y externos
que les permiten desarrollar atributos o conductas resilientes, logrando como
resultado un nivel funcional de integración social y de afrontamiento efectivo
de estas dificultades o de las situaciones por ellas desencadenadas.
Desde el ámbito de Unbound, el Programa de apadrinamiento EPUF se
presenta como un elemento de intervención directa para ayudar a las madres
y familias a romper con el ciclo de la pobreza generando procesos
individuales y grupales de participación y empoderamiento. Las madres no
sólo reciben ayuda material y económica, sino capacitación humana en áreas
de relaciones interpersonales, planificación, trabajo en equipo y toma de
decisiones en cuanto a la inversión de los beneficios individuales que reciben
mes a mes por padrinos desde Estados Unidos.
A su vez, los pequeños grupos formados por las madres les brindan a
ellas, en muchos casos, el apoyo moral y emocional que necesitan para lidiar
con problemas diarios. Este apoyo grupal y la formación comunitaria son
factores que ayudan a las mujeres del programa a ser resilientes, afrontando
con mayor éxito la adversidad y logrando poco a poco su autosuficiencia
económica.

Características de la resiliencia

Cuando se habla de características personales de resiliencia, los


diversos autores que tratan de describirlas tienden a mezclar factores
antecedentes, que más bien podrían considerarse protectores, con las
61
respuestas resilientes propiamente dichas ante la adversidad y sus con
secuencias para el individuo.
Este es un escenario no muy fácil de discriminar por la misma
naturaleza dinámica de la resiliencia y porque tanto los factores protectores
como las respuestas ante el riesgo pueden incidir directa e
independientemente en la adaptación positiva, según García-Dia et al.
(Op.Cit), siendo estas variables medibles o cuantificables en muchos casos.
Vemos a continuación una descripción de estos tres aspectos (antecedentes,
respuestas o atributos y consecuentes), por ser característico de la resiliencia
como procese de aprendizaje adaptativo del individuo en determinismo
recíproco con el ambiente.

Atributos de la persona resiliente. Sin embargo, en el Modelo


Conceptual de García-Dia et al. (Op.Cit), mientras que la resiliencia en
general se plantea como el producto de la interacción de un rango de
factores de riesgo y de protección que van desde el individuo hasta su
entorno social, las autoras caracterizan a la persona resiliente con un
conjunto de patrones o atributos particulares de conducta funcional a pesar
del riesgo, producto de la interacción de los factores anteriores.
La diferencia radica, según las autoras, en que los factores protectores
y los riesgos que conducen a estos atributos no pueden ser controlados por
el individuo, mientras que los atributos sí ya que son habilidades utilizadas de
manera consciente y automotivada por la persona. En este Modelo
Conceptual, se definen cuatro atributos de resiliencia:
1. Rebote: descrita como la habilidad de “rebotar”, es decir, de volver a
un estado saludable o mejor de funcionalidad luego de enfrentar eventos
vitales alteradores que les han afectado; las personas resilientes son
capaces de reconocer los eventos adversos y sufrirlos, pero también de
crecer a partir de estos y seguir adelante viviendo nuevamente de manera
“normal”.
62
2. Determinación: definida como la intensión firme y constante de
alcanzar una meta deseada, es una característica clave ya que le da a los
individuos la creencia de que ellos pueden sobreponerse a cualquier
obstáculo que tengan que enfrentar. Es una fuerza motivacional intrínseca
que les anima a afrontar sus nuevas situaciones resultantes de los eventos
estresantes y a seguir adelante.
3. Soporte social: se refiere no solo a la disponibilidad, por parte del
individuo, de al menos una persona fuerte o significativa cercana a él,
dispuesta a ayudarle o que le demuestre amor, sino sobre todo a la
disponibilidad del propio sujeto para “buscar” el apoyo de otros en los
momentos de crisis.
4. Autoeficacia: implicada en varios escenarios, formas y niveles de
resiliencia, la autoeficacia es descrita como la creencia en la propia habilidad
para alcanzar un objetivo o superar un evento adverso; es la razón por las
que unas personas “se quiebran definitivamente y otras se recuperan”; le
permite al individuo mantenerse fortalecido cuando enfrenta cambios vitales
estresores.

Factores antecedentes de la resiliencia. Partiendo de la premisa de


que todos los modelos de resiliencia contemplan un “determinismo recíproco”
(Bandura, 1986) entre aspectos personales y ambientales o contextuales
para enfrentar y superar con éxito las adversidades de la vida, y basados en
el Modelo Conceptual de Garcia-Dia et al. (2013), se describen a
continuación y de manera más detallada los “factores antecedentes” que
caracterizan a la resiliencia, desde la perspectiva de estos autores y de otros
que los han definido teóricamente.

Factores de riesgo y adversidad.


En el Modelo Conceptual de Garcia-Dia et al. (Op.Cit), la distinción
entre adversidad y riesgo es una cuestión didáctica, ya que ambos conceptos
63
se incluyen e implican mutuamente: la adversidad (evento estresante) pone
en riesgo al individuo, y las situaciones de riesgo son de por sí, adversidades
en proceso de desarrollo actuando sobre el mismo. Los “factores de riesgo”,
por su parte, se han definido como aquellos estresores o condiciones
ambientales que incrementan la probabilidad de que alguien experimente un
ajuste promedio pobre o tenga resultados negativos en áreas particulares
como la salud física o mental, el desempeño laboral y el ajuste social
(Baverman, 2001).
Además de los problemas sociales, la pobreza y el medio ambiente
desfavorable, Ospina, Jaramillo y Uribe (Op.Cit) mencionan que muchas de
las situaciones adversas que enfrentan las mujeres latinoamericanas se
derivan de los estereotipos de género comunes a muchas culturas y
enraizados en prácticas sociales que son necesarios transformar. Estos
factores bien pueden extrapolarse a las mujeres del Programa EPUF y son:
1. Situación de dependencia económica y psicológica, sustentada por
creencias culturales o religiosas sobre el rol del hombre como proveedor y el
de la mujer como cuidadora y sirvienta. Pérdida del esposo o hijos(as) del
cual han dependido previamente.
2. Condiciones de discriminación, maltrato social o exclusión de las
cuales han sido objeto, tales como la violencia doméstica o el abuso sexual,
o trato injusto a nivel laboral.
3. Situaciones relacionadas con la gestación y la crianza de los hijos(as),
que impactan su salud física y mental.
4. Enfermedad o discapacidad en las mujeres, desconocimiento de sus
propias habilidades o potencialidades.
5. Acumulación importante de otros factores de riesgo desde la infancia.
Entre estos últimos, Bueno (2005) destaca: relaciones tensas con los
padres, carencia de afecto y de comunicación (falta de reconocimiento y
aceptación hacia los hijos), disciplina parental muy rígida o inconsistente,
pocas expectativas educacionales de los padres para con sus hijos,
64
alcoholismo o drogadicción de los padres o de algunos miembros de la
familia, falta de supervisión y permisividad hacia los hijos, situación de estrés
de la familia por problemas económicos, pobreza, disfunción conyugal, entre
otros. Aunque no es posible observar estos factores de riesgo vividos en el
pasado, en el caso de las mujeres de Unbound es importante tenerlos en
cuenta para comprender el impacto sobre su resiliencia en la actualidad.
En este sentido, las mujeres del Programa EPUF son quienes
normalmente llevan la mayor carga dentro de la dinámica familiar. Sin excluir
la figura del padre, Unbound busca identificar y moderar los riesgos
socioeconómicos y desequilibrios de poder en las familias apadrinadas
promoviendo en las mujeres y madres de los apadrinados procesos de
formación, participación y empoderamiento que les permitan aumentar su
autoestima y autoeficacia, logrando una mayor autosuficiencia económica
para que la carga familiar y la toma de decisiones no repose exclusivamente
en el hombre, cuando él está presente.
Otros eventos estresantes que pueden entrar en la categoría de
“problemas cotidianos” o “traumáticos” vividos por las madres del Programa
EPUF, citados por Quiñones (2006) y asociados la mayoría a la pobreza,
son: condiciones de vivienda inadecuadas, deficiencia en los servicios
básicos, falta de suministro de agua potable y saneamiento; inseguridad,
robo, asalto o ataque en manos del hampa, contaminación ambiental.
Factores protectores
Los “factores protectores” son aquellos que modifican, mejoran o alteran
la respuesta de una persona ante algún peligro o dificultad que predispone a
un resultado o conducta no adaptativa, atenuando los efectos del riesgo
(Rutter, 1979). En el modelo conceptual de García-Dia et al. (Op.Cit), las
autoras señalan los factores protectores como antecedentes de la resiliencia,
pero lo hacen de manera general, sintetizando a grandes rasgos los que
consideraron más comunes a todas las edades y contextos. Se describen a
continuación dichos factores, clasificados como internos o externos al
65
individuo, incluyendo los aportes de otros autores por ser pertinentes para la
población de madres del Programa EPUF:

Factores protectores internos.


1. Rasgos de personalidad: se refieren, según Garcia-Dia et al. (Op.Cit) a
aspectos más o menos estables de la persona en cuanto a su forma de
pensar, percibir, sentir y actuar frente a sí mismo y a las circunstancias, que
pueden ser aprendidos o innatos. Se mencionan seguidamente los tres más
relacionados a la población estudiada, según el criterio del autor de esta
investigación: el locus de control, el optimismo y el temperamento.
1.1 El locus de control: según Juby y Rycraft (2004), describe si una
persona orienta interna o externamente las fuerzas que mueven su vida. Un
locus externo indica que la persona cree que fuerzas externas (por ejemplo,
la sociedad o un Dios lejano) guían su destino; ello provoca una falta de
empoderamiento en la toma de decisiones y en la responsabilidad (pro
actividad) personal ante la adversidad.
El locus interno indica que el individuo cree que su destino está en sus
manos, lo cual le hace más creativo y resiliente ante las adversidades. En el
Programa EPUF, se incrementa el empoderamiento de las familias
reforzando progresivamente las pequeñas tomas de decisiones autónomas
que aportan soluciones a sus necesidades y que involucran el uso del aporte
mensual del apadrinamiento.
1.2 El optimismo: según Crespo y Rivera (2012), es una habilidad o
tendencia mental desarrollada por las personas, sobre todo luego de sufrir
eventos muy adversos o traumáticos, que les ayuda a tener ánimo y
esperanza, aún en las situaciones más difíciles, viendo el lado positivo de las
mismas y sus posibles implicaciones favorables, de manera realista.
1.3 Temperamento sereno o fácil: entendido como una persona con
bajos niveles de ansiedad rasgo (Ah Min et al., 2013); que es afable y se
adapta fácilmente a los cambios o con baja reactividad ante los estímulos
66
(Thomas y Chess, 1977, en Morris & Maisto, 2001); que tiene adecuado nivel
de actividad y receptividad frente a otras personas (Werner, 1982).
2. Habilidades de autoayuda: según Garcia-Dia et al. (Op.Cit) refiere a
la disponibilidad, por parte de las personas, de los conocimientos o
herramientas que le permiten afrontar los diversos retos de la vida. La
persona conoce la solución a los problemas y/o tiene la capacidad para usar
esos conocimientos, o bien, trata de aprender, capacitarse o buscar
información adecuada al respecto. Se mencionan seguidamente los más
relacionados a la población estudiada, según el criterio del autor de esta
investigación y refiriendo el aporte de otros investigadores:
2.1 El reconocimiento de la posibilidad de afrontar la adversidad; la
práctica reflexiva (lectura y los estudios); el trabajo proactivo y el humor; el
sentido de pertenencia y la participación comunitaria, entre otras (Menoni y
Kalsse, 2007). Cada una de estas habilidades son promovidas y practicadas
dentro de los grupos de madres de Unbound, y cada una de ellas las van
asimilando e interiorizando a su propio ritmo. Las expresiones de religiosidad
son respetadas en Unbound como formas particulares y culturales de
expresar la propia espiritualidad, más no es promovida ninguna religión en
particular.
2.1.1 El reconocimiento de la posibilidad de afrontar la adversidad: Es
un sistema de representaciones subjetivas que le permite a las mujeres,
frente a las situaciones adversas, mantener confianza en su capacidad de
enfrentarlas, sobrellevarlas e incluso, transformarlas (Menoni y Kalsse,
Op.Cit).
2.1.2 La práctica reflexiva: se refiere al ejercicio de la lectura y de los
estudios como medios para valorar y de crear significados, que le permite a
las mujeres establecer vínculos con su entorno y fortalecerse. La literatura
amplía su universo simbólico, posibilitando el diálogo con autores,
trascendiendo el sufrimiento personal y compartiendo las estrategias o las
diversas formas en que el ser humano ha desarrollado para sobrellevar el
67
dolor. La lectura permite ampliar el horizonte, conocer y compartir
emociones, comprender los acontecimientos históricos, la transmisión de
experiencias, mitos, narraciones, el poder develador de la poesía, generando
un significativo encuentro a través del tiempo y el espacio (Menoni y Kalsse,
Op.Cit).
2.1.3 El trabajo proactivo: se refiere a la actividad realizada por las
mujeres para obtener recursos económicos para vivir, especialmente cuando
se trata de trabajo honorario por la significación social que este le
proporciona (Menoni y Kalsse, Op.Cit), pero también incluye toda iniciativa
generadora de ingresos o de autoemprendimiento productivo (como por
ejemplo, venta de algo o ejercicio particular de un talento o habilidad, de
manera remunerada), incluso el desarrollo de habilidades que faciliten el
emprendimiento a través cursos, talleres, autoaprendizaje y otros medios.
2.1.4 El humor: consiste en la capacidad de reír y/o ridiculizar al opresor
y/o a las situaciones adversas que afectan a la mujer, encontrando así alivio
a las situaciones (Menoni y Kalsse, Op.Cit). Podría incluir, incluso, la
capacidad de reírse de sí misma o de los propios errores, no de manera
autopunitiva sino poniendo en perspectiva los problemas y defectos
personales para aceptarlos con humildad pero con la disposición y confianza
para superarlos, de ser posible.
2.1.5 El sentido de pertenencia: en el caso de las mujeres de este
estudio, consiste en sentirse orgullosas de ser parte de Unbound desde sus
grupos de madres; incluye la identificación con la institución, la incorporación
de los valores comunes de Unbound en sus vidas y el elegir durante varios
años seguir participando activamente dentro del Programa de
Apadrinamiento Esperanza para una Familia, a pesar de las dificultades y
retos que han enfrentado en el mismo (Menoni y Kalsse, Op.Cit).
2.1.6 La participación comunitaria: se basa en el significado o
importancia que le dan las mujeres a su participación activa en la comunidad
(Menoni y Kalsse, Op.Cit). En el contexto de Unbound, consiste en el grado
68
de participación automotivada e interactiva que tienen las mujeres dentro de
sus grupos de madres, involucrándose responsablemente en las comisiones
de trabajo y en la gestión, desarrollo y evaluación de resultados de las
actividades planificadas por dichas comisiones en conjunto con el personal
de Unbound a nivel educativo, cultural, deportivo, recreativo, comunicacional
(hacia los padrinos) y financiero (en la administración y manejo de los
recursos destinados a sus hijos apadrinados).
2.2 La comparación social: descrita por Juby y Rycraft (2004) como la
capacidad de evaluar las propias condiciones o habilidades individuales, en
comparación a las de otras personas. Los autores la clasifican en
comparación activa (crítica hecha con el propósito de rebajar el status de
alguien) y comparación pasiva (cuando la persona, consciente de alguien
poco afortunado, usa esa información para hacer una comparación favorable
a ella). La comparación social pasiva es positiva por naturaleza y está
asociada a una disminución del estrés. Puede hacerse en dirección
ascendente, cuando el sujeto de comparación está en una posición mejor; o
en dirección descendente, cuando el mismo está subjetivamente peor.
En la comparación pasiva ascendente, el sujeto de comparación debe
estar en un nivel o situación superior pero cercano a las posibilidades reales
del individuo que se compara para favorecer su autoestima y estimular la
consecución de objetivos vitales; de lo contrario, la comparación puede
generar frustración, estrés y depresión, convirtiéndose en una amenaza para
alguien en crisis. Para las mujeres que ingresan al Programa, con pocos
recursos económicos y/o de conocimiento personal, el ver que otras
compañeras de sus mismos sectores que han vivido condiciones ambientales
parecidas van superándose socioeconómicamente, les anima a ellas también
a superarse y a pensar que “si ellas pueden, también yo pueden lograrlo”.
En la comparación pasiva descendente, el sujeto debe estar en una
posición mucho más desfavorable para provocar el bienestar del que se
compara, más aún si su autoestima es baja. De lo contrario, se propicia en
69
ella una situación de ansiedad ante la posibilidad de desmejorar. Para las
mujeres del programa EPUF, sobre todo las que tienen más tiempo dentro de
Unbound, esta es una forma útil en que ellas se automotivan ante las
adversidades.
Al compararse con ellas mismas cuando ingresaron al programa o con
otras madres que están más “nuevas”, las mujeres pueden visualizar cómo
han ido evolucionando y superando situaciones que quizás les parecían muy
difíciles de solventar, tales como: tener ahora una casa propia, ver a sus
hijos en la universidad o graduándose profesionalmente, tener un pequeño
negocio familiar o mayor estabilidad laboral.
3. Habilidades motoras avanzadas: según García-Dia et al. (Op.Cit) son
un aspecto clave sobre todo en las primeras etapas de la vida y se refieren a
capacidades que permiten una mayor integración y desarrollo personal, tales
como escritura, lectura, motricidad fina. Afortunadamente, todas las madres
de los grupos estudiados cuentan con estas habilidades.
4. Neuroplasticidad: se refiere a la capacidad del cerebro humano de
cambiar fisiológicamente como resultado de las experiencias individuales.
Garcia et al (Op.Cit) citan los hallazgos de Southwick & Charney para afirmar
que la neuroplasticidad se presenta a lo largo de toda la vida y que puede
incrementarse mediante la práctica y el entrenamiento, ante la influencia de
otros factores protectores como el apoyo social, la conducta altruista, la
disciplina y concentración. Sin embargo, consideran que las intervenciones
orientadas a mejorarla son más eficaces en las etapas tempranas del
desarrollo, teniendo un mayor impacto en el futuro afrontamiento resiliente
ante el estrés.
Para efectos de la presente investigación, los dos últimos factores
protectores de García-Dia et. al. (Op.Cit.), mencionados anteriormente, no
son tomados en cuenta en la medición de la resiliencia en las madres del
Programa EPUF, por estar más asociados a poblaciones infantiles y además,

70
en el caso de la neuroplasticidad, debido a que no hay posibilidad de ser
cuantificada o evaluada por el autor de este trabajo.

Factores protectores externos


1. Recursos socioeconómicos: referido a la disponibilidad de medios
materiales y monetarios adecuados o suficientes para cubrir necesidades
básicas y afrontar los gastos que implican retos o eventos estresantes
inesperados. Las madres de Unbound, sobre todo al ingresar al Programa de
apadrinamiento, cuentan con muy poco recursos económicos pero sí con un
inmenso potencial, por lo cual el apoyo instrumental (material) que les brinda
la Fundación se usa como un estímulo para que ellas aprendan a forjar su
autosuficiencia económica y a disminuir el riesgo de ser dependientes de
otras personas y del mismo apadrinamiento.
2. Familia: incluye la disponibilidad de un ambiente familiar funcional y la
cercanía o apoyo de ella. En particular, Rutter (Op.Cit) observó que la
presencia de una relación armónica, cálida y de confianza con la pareja,
favorecía que las mujeres fueran capaces de ejercer una buena maternidad.
En tal sentido, algunas mujeres del programa cuentan con este apoyo,
mientras que las demás normalmente cuentan con familiares que les aman,
apoyan y animan de manera personal en momentos de crisis (hijos mayores,
hermanos, padres u otros).
3. Comunidad: se refiere a la accesibilidad a redes de soporte social en
el ámbito local, vecindario, escuela y trabajo. Para Juby y Rycraft (2004), el
“soporte social” se refiere tanto al número de apoyos que posee la familia y el
individuo, como al grado en que dichos apoyos son accesibles para ellos en
tiempos de crisis. Para las mujeres del Programa EPUF que están
contratadas o cumplen algún horario laboral, no siempre el ambiente de
trabajo constituye un apoyo, por las condiciones de desigualdad que en
momentos imperan en ellos.

71
En el ámbito del vecindario, la polarización ideológica imperante en el
país hace que las organizaciones civiles no cumplan adecuadamente, en
muchos casos, su rol de apoyo a la mujer, condicionando la participación de
ésta a una determinada tendencia política. Por ello, a nivel local, los grupos
de madres de Unbound junto a otros órganos civiles y religiosos constituyen
su principal fuente de soporte comunitario, considerándose precisamente
como grupos de “autoayuda o apoyo mutuo”, que permiten a las mujeres
brindarse una base moral y emocional entre sí, haciéndoles conscientes de
su dignidad personal y de su potencial para superar la pobreza
solidariamente.
De esta manera, de busca fortalecer no solo a las madres y
apadrinados, sino a todo su núcleo familiar a través de estrategias
psicoeducativas y de empoderamiento económico. Por otro lado, los mismos
autores (Juby y Rycraft, Op.Cit) distinguen cuatro tipos de apoyo social:
emocional, informativo, social e instrumental.
3.1 Apoyo emocional: cuando se favorece la autoestima del individuo
mediante una actitud comprensiva y no enjuiciadora hacia éste, por ejemplo,
el que brinda una promotora social u otra compañera del grupo de EPUF a
una madre soltera del Programa en riesgo de maltratar a su hijo por el estrés
de su pobreza.
3.2 Apoyo informativo: cuando la fuente de estrés de la persona se
mantiene por falta de conocimiento y se le brinda a ella la información
necesaria para entender y afrontar efectivamente el problema. Por ejemplo, a
través de talleres para padres se orienta a las mujeres de Unbound cómo
comprender y abordar la conducta inadecuada de sus hijos, partiendo de
ellas mismas, mejorando su autoconocimiento y estima personal; también se
les orienta como invertir y manejar eficientemente sus finanzas familiares. Un
factor clave que mantiene el ciclo de la pobreza es justamente este
desconocimiento y Unbound trata de abordarlo “enseñando a pescar más
que dando el pescado”.
72
3.3 Acompañamiento social: cuando la persona es motivada a integrarse
en actividades comunitarias o recreativas grupales. En Unbound, las
representantes de los apadrinados son motivadas, pero también
comprometidas desde un principio, a participar una vez al mes en una
reunión grupal con otras 20 o 30 representantes de y en su mismo sector, a
fin de organizar mejor el desarrollo operativo del Programa al servicio de sus
hijos en esos sectores.
El grupo, a su vez, se organiza en cinco pequeños subgrupos llamados
“comisiones de trabajo”, cada uno encabezado por una madre líder. Desde
estas comisiones, las madres se brindan un apoyo mutuo partiendo del
servicio específico que les corresponde asumir, siendo acompañadas a su
vez por una promotora comunitaria o trabajadora social contratada por
Unbound-Proyecto Barquisimeto, que las supervisa, orienta y anima en el
desempeño de sus funciones.
En fin, la necesidad de trabajar en equipo para poder cumplir con todas
sus funciones, los lazos de compañerismo y de amistad que surgen de estos
procesos de socialización y la integración general que se produce por el
hecho de reunirse mensualmente o con más frecuencia todas las madres de
las cinco comisiones para reflexionar y orar, compartir temas formativos,
evaluar y planificar en sus grupos, constituye un eje fundamental del
Programa de apadrinamiento sin el cual el acompañamiento personalizado
que pretende brindar Unbound y el desarrollo de las nueve características de
Esperanza para Una Familia no serían posibles.
3.4 Apoyo instrumental: referido al aporte material (dinero, vestido,
alimentos, subsidios, entre otros), es particularmente útil y necesario para
familias pobres en crisis, ya que reducen el estrés ante el riesgo de pasar
hambre o sufrir penalizaciones legales ante la incapacidad de cubrir gastos
básicos.
En el caso de Unbound, la motivación inicial que se les brinda a las
madres y familias en pobreza es básicamente instrumental, ya que el aporte
73
mensual que envía el padrino (aproximadamente 20 dólares) no se entrega
en efectivo, sino en beneficios tangibles necesarios para la educación de los
apadrinados (útiles, calzado y ropa escolar) o para la alimentación, salud y
cuidado de éstos si no son escolarizados, como en el caso de niños muy
pequeños, en condición especial o personas ancianas (en cuyos casos se
proporcionan víveres, medicinas y artículos de aseo personal).
El apoyo instrumental de Unbound a las familias en pobreza busca
inicialmente cubrir necesidades materiales significativas y urgentes que
ponen en riesgo incluso la salud e integridad de sus miembros (como por
ejemplo, una cama, un colchón, una cocina de gas, un techo de zinc del
hogar en mal estado, un escaparate para tener un lugar adecuado donde
tener la ropa, una mesa donde comer juntos como familia).
En la medida de que estas necesidades básicas son cubiertas, se les
forma y motiva a las madres a que inviertan el aporte de los padrinos en
pequeños negocios a nivel familiar así como en la capacitación en oficios
productivos (peluquería, panadería, repostería, costura, elaboración de
detergentes, por ejemplo) que puedan ayudarles a ser menos dependientes
del programa o de terceros.
A través de una cultura de tolerancia y de respeto, las madres
aprenden a responsabilizarse mutuamente y a tomar protagonismo activo y
democrático en las decisiones del Programa, a la par de otros valores
fundamentales como la integridad, la sinceridad y el liderazgo desde el
servicio humilde y equilibrado a los demás, como parte de las políticas de
Unbound, lo cual favorece su resiliencia colectivamente (Suárez, 1993).

Consecuencias de la resiliencia. Según Windle (2011, citado por


Garcia-Dia et. al. Op.Cit), las consecuencias son el punto de llegada que
surge de los antecedentes y atributos de la resiliencia en interacción con la
adversidad o factores de riesgo. Como resultado de su resiliencia individual,

74
la persona debería demostrar procesos de afrontamiento efectivo junto a una
mente y cuerpo sanos, aún cuando enfrenta situaciones adversas.
En la literatura se describen muchas de estas consecuencias
(integración, autocontrol personal, ajuste psicológico, crecimiento personal,
afrontamiento efectivo), pero según Garcia-Dia et al. (Op.Cit), la integración y
el afrontamiento efectivo son muestras claras de resultados de la resiliencia.
Igualmente, para esta investigación, ambos factores son tomados en cuentas
para la medición global del constructo.
Integración: desde el enfoque de Garcia-Dia et al. (Op.Cit), la integración
indica el ajuste o adaptación positiva que la persona muestra ante las
nuevas circunstancias resultantes después de atravesar una crisis, evento
adverso o traumático, según el ciclo evolutivo en que esté (niñez,
adolescencia, adultez, vejez). En el caso de de las madres del Programa
EPUF, podría incluir conductas como aprendizaje y práctica de nuevas
habilidades sociales y productivas; tener un trabajo y/o participar activamente
en las actividades del grupo de madres y otras organizaciones; interacciones
sociales funcionales, entre otras.
Afrontamiento efectivo: según Garcia-Dia et al. (Op.Cit), se describe
como el manejo exitoso de un evento adverso en el presente. Las autoras
mencionan como ejemplo de afrontamiento la redefinición de objetivos y
metas; el recobrase físicamente (en el caso de personas enfermas); el
ajustarse psicológicamente (en el caso de personas con traumas); y el
crecimiento personal.
Respecto a ésta última, Pargament (1997), plantea un modelo de
afrontamiento religioso-espiritual, el cual describe cómo la utilización de
creencias y comportamientos religiosos o espirituales es efectiva para
prevenir y aliviar las consecuencias negativas de eventos estresantes, y para
facilitar la resolución de problemas. Según este modelo, existen tres tipos de
afrontamiento religioso-espiritual: el autodirigido (las personas confían en sí
mismas más que en Dios para resolver sus problemas), el evitativo (la
75
responsabilidad es dejada en manos de Dios) y el colaborativo (se establece
una dinámica compartida entre la persona y Dios para enfrentar el estrés). La
autora destaca este último como el más efectivo y eficaz.

Pobreza y resiliencia

En el Modelo Conceptual de García-Dia et. al (Op.Cit), las autoras


establecen un vínculo directo entre la adversidad y la resiliencia, por lo cual
se describe ahora brevemente la dinámica de esta correlación en el contexto
de las madres de Unbound. La pobreza ha sido descrita como una macro-
condición de riesgo, generadora de dolor y estrés, que afecta el desarrollo
especialmente en las etapas tempranas de la vida, tanto como afectaría el
vivir con padres enfermos mentalmente (Fonagy et al., 1994).
Existe evidencia empírica de que un nivel socioeconómico bajo va
acompañado frecuentemente con una proliferación de riesgos psicosociales
cuya acumulación incide directamente en una mayor morbilidad en diversas
esferas (Bradley et al., 1994). Las familias del programa EPUF acá
estudiadas, sobre todo al iniciarse en Unbound, suelen estar expuestas a
situaciones precarias que atentan contra la salud física y mental. Los
sectores de El Tostao y Santa Rosalía están lejos de los centros urbanos y
sufren de mayor contaminación ambiental, dada la falta de sitios adecuados
donde depositar la basura, la poca conciencia ecológica y la escasez de
áreas verdes.
Además, el tener que vivir en ambientes polvorientos y sucios,
generalmente sin asfaltado, las dificultades en el suministro del agua potable
o de cloacas, el hacinamiento en las viviendas (a veces hechas de zinc o
madera, sin piso), la preocupación de que los niños jueguen en lugares
inseguros, el riesgo de salir de noche o a cualquier hora por la delincuencia
desatada, con calles mal iluminadas y la irregularidad del transporte público,
son situaciones que derivan en conductas de aislamiento, incertidumbre y
76
sensación de vulnerabilidad, tal y como señalan diversos autores (Bradley et
al., Op.Cit).
Según Aceitón y Kotliarenco (2006), los sentimientos de culpa, la
preocupación y el estrés son vivencias cotidianas en los padres de familias
pobres debido a su dificultad para satisfacer necesidades básicas del hogar,
al verse fracasados en su rol de proveedores o administradores. Es frecuente
que deban trabajar horas extras o dos jornadas para aumentar sus ingresos,
como en el caso de las mujeres que laboran además fuera del hogar. Esta
situación puede afectar la estabilidad y el buen desarrollo de las relaciones
familiares y de la pareja como tal. Las reacciones de estrés de los padres
condicionan de forma importante la calidad de vida de sus hijos, pudiendo
derivar en conductas antisociales por parte de estos (DSM V, 2014)
Si la pobreza es extrema, conlleva un efecto negativo en cadena donde
toda una serie de episodios estresantes aparecen en la vida del individuo, sin
posibilidad de dar una respuesta adecuada, lo que aumenta su impotencia,
nivel de estrés y depresión, y el círculo continúa (Rutter, 1993). Esta
perspectiva a veces se utiliza para explicar que los pobres son incapaces de
romper este círculo de empobrecimiento, llegando a una aceptación de la
continuación de tal ciclo, en parte basados en que las experiencias infantiles
determinan el éxito en la vida adulta y la capacidad de ser resiliente frente a
la adversidad (Aceitón y Kotliarenco, Op.Cit).
Sin embargo, el constatar cómo algunos individuos sí lograban salir de
estos entornos de pobreza y evitaban las consecuencias negativas del riesgo
que ella implica, fue lo que motivó el estudio inicial de investigadores como
Werner (1992) y Garmezy (1993) para comprender las características
asociadas a este fenómeno y a partir de dichas investigaciones, surge el
constructo “resiliencia”. De manera pues que la pobreza, vista como la más
universal y común fuente de adversidad o de riesgo para el desarrollo
humano, fue el motivo del surgimiento de un tema o área de investigación tan

77
promisoria y positiva tanto para la psicología como para todas las ciencias
sociales y de la salud.
Algo análogo ocurre con la presente investigación. La palabra
anglosajona “Unbound” significa “sin cadenas, sin límites, sin ataduras”, y
designa de manera global la misión de esta Fundación: ayudar a los pobres y
marginados a romper con las cadenas y ataduras generadas por la pobreza.
Las familias y grupos atendidos en este estudio, al momento de ser
admitidas en el programa EPUF, comparten muchas de las características
descritas anteriormente por ser la pobreza extrema un criterio de inclusión.
Las familias y en particular, las mujeres y madres, vienen cargadas con
una cantidad de factores de riesgos que las mantienen en el ciclo de la
pobreza, pero también con potencialidades que Unbound busca descubrir,
valorar y promover bajo el lema “superando juntos”, es decir, en equipo, en
comunidad. Se le quiere transmitir a la madre, a la familia apadrinada: “No
estás sol@, tú puedes superarte, confío en ti”. La “esperanza” que transmite
el Programa de apadrinamiento no es solamente en que existe un Dios
amoroso que cuida y guía la vida de todos, sino también que ese Dios regala
talentos y capacidades a cada quien para superarse como persona y poder
alcanzar una vida autónoma, plena y feliz.
En la medida de que avanzan dentro del Programa EPUF, se nota que
muchas mujeres desarrollan un mayor sentido de autoeficacia, se proponen
metas y se esfuerzan por alcanzarlas, haciéndose más responsables de sí
mismas y empoderándose de los asuntos relacionados al manejo del mismo
Programa. El sentido de pertenencia a la Fundación, el apoyo social recibido,
la formación en valores y la efectiva superación de límites económicos a
través del aporte de los padrinos extranjeros, unida a la esperanza de ver a
sus hijos superarse a través de los estudios gracias en parte al Programa,
son factores que favorecen procesos y respuestas resilientes de las mujeres
ante la adversidad, haciéndoles personas más positivas y optimistas.

78
Instrumentos que intentan medir la resiliencia

La medición de la resiliencia es compleja debido a que se pueden


anticipar tres escenarios en su manifestación: que los individuos en riesgo
muestren una mejor evolución a la esperada, que una adaptación positiva se
mantenga a pesar de experiencias estresantes, o que se llegue a una buena
recuperación después de un trauma (Monroy & Palacios, 2011).
En la figura 2 el autor de esta investigación hace una síntesis de
algunos de los instrumentos encontrados en la bibliografía sobre el tema, que
pretenden medir las características, dimensiones o rasgos de resiliencia en
personas jóvenes y adultas. Estos instrumentos reflejan diversos enfoques
para su medición, lo que ha dado lugar a inconsistencias con respecto a la
naturaleza de los factores de riesgo, los procesos de protección y las
estimaciones de prevalencia de la resiliencia (Luthar, 2010).
La amplitud de factores y dimensiones considerados en estos
instrumentos reflejan lo novedoso que aún resulta el constructo “resiliencia” y
la necesidad que existe de enfocarlo según la etapa del desarrollo y el
contexto adverso vivido. Sin embargo, en el presente estudio se tratarán de
medir los factores de protección descritos, así como las características o
atributos resilientes mencionados por Garcia-Dia et al. (Op.Cit) en su Modelo
Conceptual, junto a algunos de los indicadores de integración y
afrontamiento efectivo, que son consecuencias de los factores anteriores.
En síntesis, se ha constatado en esta primera parte del marco teórico
cómo la resiliencia es un recurso importante para la salud humana, en la
medida en que permite el afrontamiento y recuperación exitosa ante eventos
perturbadores o estresantes vitales. La combinación de múltiples variables
de tipo biológico, psicológico, social y situacional parece determinar el
desarrollo de la resiliencia, dependiendo de la edad y el contexto
sociocultural de las personas, en la cual interactúan y se determinan
mutuamente factores protectores y de riesgo.
79
Figura 2. Instrumentos que miden resiliencia

INSTRUMENTO AUTOR (AÑO) ASPECTO QUE MIDE


The Dispositional Bartone et al. Han abordado la resiliencia como
Resilience Scale (1989) resistencia psicológica ante una
situación difícil, pero caracterizándola
como rasgo de personalidad
The Connor-Davidson Connor y Busca y mide factores asociados a la
Resilience Scale (CD- David-son capacidad de afrontamiento del estrés.
RISC) (1999),
The Resilience Scale Friborg et al Mide factores protectores intra e
for Adults - RSA, (2003) interpersonales que favorecen la
resiliencia.
The Resiliency Hurtes y Explorado las actitudes resilientes en
Attitudes and Skills Lawrence jóvenes.
Profile (2001).
The Resilience Scale Wagnild y Se enfoca en identificar el grado de
(RS) Young (1993). resiliencia individual en tres sentidos:
competencia personal, aceptación de
uno mismo y de la vida.
Psychological Windle et al. Evalúa la capacidad de recuperación
Resilience Scale (2008). psicológica asociada a factores que
actúan como protección contra los
riesgos y las adversidades.
Escala basada en CD- Lever et al. Mide factores protectores y capacidad
RISC y la RSA (2010), México de afrontamiento al estrés.
Inventario de Factores Salgado Evalúa los factores de autoestima,
Personales de (2005), en empatía, autonomía, humor y
Resiliencia. Perú. creatividad, en niños, pero adaptado
también para población adulta.
Escala de Factores Amar et al. Identifica y mide actitudes resilientes de
Personales de (2014), mujeres en situación de desplazamiento
Resiliencia (FPR-1) Colombia. forzado.

Todo esto hace recomendable y pertinente la investigación de aquello


que contribuya al desarrollo y promoción de la resiliencia, tomando en cuenta
las etapas del desarrollo humano, así como los recursos personales y
ambientales. En el contexto de la persona joven y adulta, la espiritualidad se
perfila como una variable asociada a la resiliencia, según lo apuntan diversos
estudios y autores, actuando quizás como factor protector en unos casos o
como mecanismo de afrontamiento en otros, que permite encontrar un
significado o sentido a la vida, antes, durante y después de sufrirse
momentos de estrés, crisis o trauma, promoviendo así la salud y adaptación
ante la adversidad (Sánchez, 2004), como se plantea a continuación.

80
Espiritualidad

Antecedentes teóricos

El género homo (“humano”) ha tenido conciencia espiritual desde su


aparición hace unos 500 mil años, siendo la creencia en un alma inmortal y
en una realidad trascendente un fenómeno antropológico universal (Harris,
2008), asociado estrechamente a la aparición y evolución del lenguaje y el
pensamiento desde la prehistoria hasta la actualidad (Harrod, 2010).
Etimológicamente, el término “espiritualidad” proviene del sustantivo
cristiano latino spiritus (espíritu), que es una traducción de la palabra griega
pneuma (soplo), y del adjetivo spiritualis, traducción latina del griego
pneumatké, es decir, etéreo, espiritual o no carnal (Principe, 1983). En el
siglo V ya se encuentra propiamente el nombre spiritualitas (espiritualidad)
en una carta antiguamente atribuida a Jerónimo pero que perteneció en
realidad a Pelagio, haciendo referencia a la vida guiada o motivada por el
Espíritu Santo (Llorens, 2007).
A lo largo de la historia, se han desarrollado diferentes corrientes o
concepciones filosóficas y religiosas espirituales, dependiendo de los
diversos contextos culturales a los que se haga referencia. En el siglo XX se
experimentó un resurgimiento de la búsqueda espiritual, suscitando el interés
de los científicos, entre ellos los psicólogos, por conocer todo lo relacionado
con la espiritualidad y los beneficios psicológicos que, según podían apreciar,
alcanzaban las personas que poseían esta característica en su vida práctica
(Rodríguez et al., Op.Cit).
En el campo de la salud mental, Carl Jung y Viktor Frankl comenzaron a
enfocar y utilizar el aspecto trascendente o espiritual del ser humano como
un recurso o elemento positivo (Sáinz, 1991). Desde hace unos 30 años, la
investigación sobre espiritualidad y salud se ha intensificado, teniendo a la
cabeza, entre otros, los aportes de K. Pargament (psicóloga), P. Reed
81
(enfermera), D. Larson, J. Levin y H. Koenig (psiquiatras) (Moreira-Almeida,
Lotufo y Koenig, 2006). Esto ha hecho posible el estudio académico de la
espiritualidad y la aparición del término “psicología de la religión y la
espiritualidad” (Yoffe, 2007).
En el ámbito médico, se ha encontrado que la espiritualidad favorece la
función inmune (Lee, Kim y Ryu, 2005), previene accidentes
cardiovasculares, problemas neurológicos y ayuda a enfrentar el dolor,
asociándose a una menor mortalidad (Peres, Arantes, Lessa y Caous, 2007);
y en el campo de la salud mental, que tiene una función positiva en el
tratamiento o prevención de adicciones, suicidio, delincuencia, ansiedad-
depresión, estrés, esquizofrenia, trastornos bipolares y otras afectaciones
psicológicas o psiquiátricas (Guimaraes y Avezum, 2007).

Definiciones actuales del término

Para Koenig (2012, en Koenig, H., & García, K., 2013), la espiritualidad
es una conexión y búsqueda personal de lo sagrado o trascendente, siendo
lo sagrado referido a la Divinidad, mientras que la Trascendencia indica algo
que está fuera y dentro de la persona a la vez, conocida en las tradiciones
occidentales como Dios, Alá, HaSehen o un Poder Superior, y en las
tradiciones orientales como Realidad o Verdad Última, Vishnu, Krish o Buda.
La espiritualidad está íntimamente relacionada con lo supernatural y la
religión, aunque se extiende más allá de la religión y la precede. Incluye en
su definición factores humanistas, valores morales e indicadores de salud
mental como armonía, serenidad, relaciones de amistad o conexión con
otros, esperanza, significado y propósito de vida.
Según Seligman et. al (Op. Cit), la espiritualidad consiste en tener un
conjunto coherente de creencias acerca del propósito superior y significado
del mundo y del universo, que le permiten a la persona conocer donde
encaja en este esquema más grande de cosas; creencias sobre el significado
82
y propósito de la vida que moldean la conducta diaria y que son para el
individuo una importante fuente de alivio y bienestar. Incluye entre estas
creencias la fe religiosa, aunque no las limita a ésta.
Para el citado autor, la espiritualidad es una fortaleza de carácter
asociada a la virtud de la “trascendencia”, que engloba otras seis fortalezas
(el disfrute de la belleza/excelencia, la gratitud, la esperanza, la fe, el perdón,
el sentido del humor y la pasión o entusiasmo), definiendo “fortaleza de
carácter” como un rasgo moral o característica psicológica cuyo desarrollo
hace posible el logro de la felicidad personal.
Rodríguez et al., (Op.Cit), partiendo del modelo propuesto por Koenig y
de una amplia revisión del concepto, afirman que la espiritualidad es una
función, cualidad o capacidad filogenética de tipo adaptativo para la
evolución y supervivencia de la especie humana, que permite y motiva la
búsqueda personal intrínseca de significado y propósito, conexión y paz,
esperanza y felicidad, expresada a través de valores y creencias teológicas y
filosóficas, unidas a prácticas y actitudes individuales o institucionales.
Tomando en cuenta los planteamientos anteriores, el modelo teórico de
referencia que se expone a continuación y los aportes de las madres del
programa EPUF acá estudiadas, el autor de esta investigación define la
“espiritualidad” como una capacidad y motivación humana universal de
búsqueda y conexión con un Ser Trascendente o Dios y con un sentido de la
propia vida, con el fin de encontrar felicidad, bienestar y dar respuesta a
cuestiones existenciales (como el por qué y para qué se está en este mundo,
el sufrimiento y la pérdida, el valor de la vida y el significado de la muerte),
relacionándose estrechamente con y manifestándose a través de la
religiosidad, la práctica de valores humanos o morales y la salud mental.

83
Modelo teórico

Para el presente estudio, se ha escogido como modelo teórico de la


Espiritualidad el propuesto por Rodríguez et. al., (Op.Cit) el cual es una
adaptación del Modelo Clínico Moderno de Koenig. En este modelo, Koenig
(2008, en Quiceno y Vinaccia, Op.Cit) parte de que la espiritualidad,
entendida como búsqueda o conexión con lo trascendente o sagrado, puede
expresarse personalmente dentro y fuera de los ámbitos de la religión y de lo
secular. Esta espiritualidad incluye y promueve valores humanos y morales,
conexiones con otros, tranquilidad, armonía, bienestar, esperanza, rasgos
positivos de carácter y estados mentales positivos como el propósito y
significado de la vida.
Para Koenig (Op.Cit), tanto la espiritualidad como la religión y el
secularismo parecen aportar recursos para la salud mental e indirectamente
para la salud física, al favorecer estados psicológicos de bienestar que
inciden positivamente en el sistema inmunológico, según investigaciones del
mismo autor confirmadas por otros estudios. Lo secular o secularismo incluye
las actividades y ambientes humanos corrientes no relacionados a la religión.
Los estados negativos de salud mental (depresión, ansiedad, suicidio)
estarían condicionados por valores bajos o inadecuados en los indicadores
de salud mental positivos (significado, propósito, conexión, otros) y pondrían
al individuo en un estado de mayor vulnerabilidad a patologías físicas
(enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras) o mortalidad, mediante la
disminución en la actividad del sistema inmune (Koenig y Cohen, 2002),
razón ésta por la que se coloca en vertical el término psiconeuroinmunología,
campo que ha estudiado empíricamente este fenómeno.

84
Koenig opina desde un punto de vista terapéutico que, aunque su
modelo no permite la investigación científica de la espiritualidad (ya que toda
persona sería “espiritual” en cierto modo y no habría, por tanto, grupos
control con los cuales se pudieran hacer comparaciones experimentales), sí
parece ser adecuado para la atención clínica en salud pues, al no excluir a
nadie, los pacientes pueden definir por sí mismos lo que consideran espiritual
o no en ellos sin sentirse discriminados por sus prácticas o creencias.
El Modelo de Espiritualidad de Rodríguez et al. (Op.Cit), adopta el
diagrama y la idea general del modelo de Koenig, pero parte de un concepto
de espiritualidad más amplio, no limitado a la conexión o búsqueda de lo
trascendente o sagrado como un fin en sí mismo sino como un medio para
alcanzar la felicidad personal y/o estados de salud mental positivos, siendo el
aspecto clave su función “adaptativa” para el género humano.
Las personas podrían buscar en otros ámbitos como el arte, la música,
el trabajo, la familia, la naturaleza o hasta la ciencia, esta realización o
felicidad, propósito o sentido de vida, y ello también sería considerado como
“espiritualidad”, siempre y cuando dicha búsqueda no conduzca a
desadaptación o implique conductas destructivas para la persona, para otros

85
o para la especie humana. La premisa para Rodríguez et al. (Op.Cit) y
también para el autor del presente estudio, es que una auténtica
espiritualidad por su función adaptativa, siempre respeta a la vida (propia y
de los demás), los genuinos derechos y el igual valor o dignidad de toda
persona en este planeta, como miembros de la misma familia humana .
Una novedad que surge de esta definición de Rodríguez at al., (Op.Cit)
y que se refleja en su adaptación al modelo de Koenig, es que puede
practicarse una religión sin espiritualidad y que también se puede tener una
vida secular sin espiritualidad, lo cual está representado en las secciones no
sombreadas de los círculos “religión” y “secular”, siendo ambos escenarios
factores que aumentan el riesgo de ceder a estados de salud mental
negativos y la vulnerabilidad ante enfermedades relacionadas al
funcionamiento psiconeuroinmunológico, como se señala en la figura 4.

86
Esto sucede porque, aunque una persona aluda a razones religiosas,
espirituales, seculares o filosóficas para comportarse de determinada manera
en su búsqueda de bienestar o felicidad, si dicha conducta no respeta la
integridad personal o la de los demás generando(les) malestar y daño físico,
psicológico o moral, estaría contradiciendo la función adaptativa de la
espiritualidad acá planteada.
Por ejemplo, si una persona musulmana se convence de que Alá le
llama a inmolarse por él y decide voluntariamente suicidarse, estallando en
medio de gente inocente por la creencia de que debe salvar así a los infieles
que no aceptan el Islam, estaría asumiendo un comportamiento con
motivación religiosa, pero no espiritual. Igualmente podría decirse del
cristiano que se autocastiga físicamente o mentalmente, creyendo que con
eso calma la ira de Dios por sus pecados.
Lo último es denominado por Pargament et al. (1998, en Rodríguez et
al., Op.Cit) como afrontamiento religioso negativo, un patrón cognitivo
conductual de enfrentar la adversidad a través la apreciación religiosa
condenatoria o demoníaca, la reapreciación del poder de Dios como temible,
el descontento espiritual, la auto-punición y el descontento religioso
interpersonal, todo lo cual genera ansiedad, depresión y otros estados de
infelicidad.
Lo contrario, según la autora y que entraría en el ámbito de la
espiritualidad por su función adaptativa ante el estrés, sería lo que ella llama
el afrontamiento religioso positivo, que emplea la apreciación religiosa
benevolente, la colaboración con los demás, la búsqueda de apoyo y
conexión espiritual, la purificación religiosa y el perdón.
Análogamente, una persona puede sentirse realizada en el ejercicio
secular de su profesión y estar convencida de que su misión en el mundo es
hacer avanzar la ciencia o la sociedad a través de su trabajo, pero si éste le
conduce conscientemente la creación de armas de destrucción masivas u
otras cosas con fines evidentemente dañinos, no podría hablarse de
87
espiritualidad. Lo mismo podría afirmarse del secular que desde la política o
la acción social busca darle sentido y propósito a su vida, pero que favorece
prácticas o estructuras injustas y corruptas en detrimento de la población que
pretende servir (o parte de la misma), porque no piensan ideológicamente
igual a él o ella. Esto tampoco sería una conducta con motivación espiritual.
La otra novedad en el Modelo adaptado por Rodríguez et al., (Op.Cit)
es que la espiritualidad en su conjunto también favorece el desarrollo de la
resiliencia ante dichos riesgos y adversidades, como se señala en la figura 4.
Para afirmar esto, los autores se basan en la evidencia empírica constatada
por 24 estudios científicos realizados desde el año 2002 hasta el 2010,
encontrados en diversas bases de datos como ProQuest, MIDLINE, OvidSP
y otras. Precisamente, esta correlación entre la resiliencia y la espiritualidad
es lo que se pretende demostrar concretamente en la población de mujeres
del programa EPUF de Unbound investigadas aquí.

Características de la espiritualidad

Según lo expuesto hasta ahora, la espiritualidad es un constructo amplio


que presenta características internas y externas propias de van desde lo
cognitivo hasta lo evidentemente conductual, siendo éstas últimas
características consecuencias directas de las primeras. Considerando la
definición de espiritualidad planteada por el autor de esta investigación, se
destacan dos dimensiones internas básicas del constructo: la búsqueda,
conexión con lo trascendente o sagrado y la búsqueda del sentido de vida.
Pero tomando en cuenta sus consecuencias, la espiritualidad se
caracteriza externamente por conductas operativas que responden a
creencias religiosas y valores morales universales, reflejándose en ciertos
indicadores de salud mental. Se describen cada uno de estos aspectos a
continuación.

88
Conexión con lo Trascendente. Se refiere a la búsqueda de y
contacto con lo que la persona considera un Ser Superior, Sagrado, Divino.
Las palabras “búsqueda” y “conexión” aluden a un deseo, indagación activa y
apreciación subjetiva de relación íntima y/o personal con dicha
Trascendencia. (Koenig, 2012; Rodríguez et al., Op.Cit). La oración y la
religiosidad intrínseca son maneras de canalizar y manifestar esta búsqueda
y conexión trascendente.
Oración. La oración es una forma privilegiada de procurar contacto o
conexión con lo Trascendente en todas las religiones y aún fuera de ellas.
Benson (2000, en Navas y Villegas, 2007), luego de estudiar por 30 años el
poder de la oración y específicamente en el efecto que tiene sobre el cuerpo
la meditación trascendental o forma budista de conectarse con la
trascendencia “vaciando” la mente, reporta que todas las formas de oración
producen una respuesta de relajación que combate el estrés, calma el
cuerpo y promueve la sanación.
La oración entendida como diálogo directo y personal con Dios en la
tradición cristiana, ha demostrado tener un efecto positivo medible en la
realidad cuando se trata de pedir por el propio bienestar o por el de otras
personas, incluso desconocidas y distantes geográficamente, como lo
indican los estudios de Byrd (1988) y varias otras réplicas posteriores del
mismo (Sicher, Targ & Moore, 1998; Harris, Gowda, Kolb et. al.,1999;
Thorensen & Harris, 2002; en Salgado, Op.Cit). También puede vivenciarse a
través de la música u otras experiencias sensoriales (Kelly, 2004).
Religiosidad intrínseca. Para Koenig et. al. (Op.Cit), la “religión” es un
sistema organizado de creencias, prácticas, rituales y símbolos diseñados
para facilitar la cercanía a lo sagrado o transcendente, donde el aspecto
comunitario y el apego a una tradición o institución es importante. Mientras
que lo “secular” se entiende como toda actividad humana no referida
directamente a religión, ni a Dios ni al espíritu sino a cuestiones materiales
relacionadas con la vida corriente de las personas en los planos social,
89
político, técnico, filosófico, económico, científico, artístico o cultural en
general.
La religiosidad, por su parte, se ha entendido como el conjunto de
prácticas y creencias institucionales asociadas a religiones específicas
(Richards y Bergin, 2005). En tal sentido, Koeinig afirma que el compromiso
positivo con los demás desde un contexto comunitario religioso sería un claro
indicador de espiritualidad: asistencia al culto semanal, participación en
estudios de lectura sagrada, grupos o cadenas de oración, donación de
dinero y tiempo a actividades eclesiales o servicios voluntarios de los propios
talentos en ayuda de aquellos menos afortunadas o más vulnerables y que
implican cierto grado de sacrificio o sufrimiento personales virtuosos como la
compasión (Koenig, 2000).
De hecho, Allport y Ross, (1967, en Rodriguez, 2006) distinguen dos
tipos de religiosidad, la intrínseca y la extrínseca. La religiosidad intrínseca
es la expresión integrada de los pensamientos y prácticas religiosas de una
persona que se toma la religión muy en serio, asumiéndola plenamente en su
vida cotidiana y encontrando en ella el fundamento de sus motivaciones, aún
en la soledad.
Algunos autores como Fehring, Miller y Shaw (Martínez et al., 2004)
consideran que la religiosidad intrínseca, es equivalente a o sinónimo de
espiritualidad. El autor de esta investigación plantea, además, que este tipo
de religiosidad es una característica interna de la espiritualidad ya que
permite al individuo sentirse pleno o fluir espontáneamente en el ejercicio de
las prácticas y principios que inspiran su religión o su fe particular,
reflejándolas en todos los aspectos de su vida.
La religiosidad extrínseca, por su parte, es la que se limita a hacer uso
de las formas, ambientes y rituales de la religión, no para conectarse con la
Divinidad o lo Sagrado, sino para usarlos en la satisfacción de otras
motivaciones como aprobación social, seguridad, status, superstición o
simple tradición impuesta.
90
Este tipo de religiosidad se ubicaría en la parte blanca del círculo
“Religión” que no intercepta con el círculo gris de espiritualidad en el Modelo
de Rodríguez et. al. (Op.Cit), ya que la incoherencia entre la fe y la vida o el
aparentar creer en algo que en realidad no se acepta, tiende a producir
disonancias cognitivas que no favorecen la autoestima y salud mental.
Mientras que la religiosidad intrínseca coincidiría con la otra parte gris del
círculo de religión que se une al de la espiritualidad.

Búsqueda del sentido de vida. Esta característica de la espiritualidad


no suele explicarse tan claramente en la aún incipiente literatura científica del
constructo ya que alude a cuestiones más metafísicas, filosóficas o
subjetivas, difíciles de medir. Sin embargo, el referente común y original de
tales variables dentro de la psicología ha sido Viktor Frankl, con su
Logoterapia o terapia del “Sentido” (en griego, “Logo” significa “Palabra,
Significado”).
Desde esta perspectiva, el sentido sería como una flecha o vector con
un punto de inicio y un punto final, que indica el origen y dirección de la vida
y los acontecimientos. El primer punto estaría más en conexión con el
pasado y presente, relacionándose con el “significado” o el “por qué” de los
hechos y de las cosas que existen o pasan. El segundo punto se conecta
más con el presente y futuro, relacionándose con el “propósito” o el “para
qué” de las cosas o eventos, qué consecuencias, objetivo o finalidad tendrán
tanto en el ámbito de las actividades cotidianas como en el de las relaciones
interpersonales y, en particular, de las situaciones de dolor, sufrimiento o
pérdida inevitables.
Desde la perspectiva logoterapéutica de Víktor Frankl, según Gómez
(2002), la voluntad de encontrar este sentido de la propia vida es la
motivación más fuerte que existe, mayor que la de placer y la de poder.
Coincide con Bandura y otros teóricos del aprendizaje social en que el ser
humano depende de la interacción de diversos factores, como las
91
condiciones y exigencias de la naturaleza, de su ambiente, de sus instintos y
de sus procesos de aprendizaje, pero cree que también cada persona va
construyendo su vida con su intencionalidad y su determinación propia. La
voluntad de dar sentido a la vida, es una exigencia de la misma existencia
por su naturaleza tan breve y contradictoria.
Frankl (citado por Gómez, Op. Cit) afirma sin vacilación que Dios existe,
que no es un simple producto primitivo de la psiquis humana ante el miedo a
la muerte o a las fuerzas naturales que le superan, y que la aceptación o no
de este hecho se halla más en el plano existencial-teológico de la fe que en
el plano intelectual-antropológico de la ciencia, condicionando la realización
auténtica de las personas. Según Frankl, se llega a la fe en Dios por
revelación personal de su Amor a cada individuo, quien recibe de Él una
misión y es libre de responderle, creerle y cumplirla o no.
Cuando la persona encuentra el sentido de su vida a través de esta
relación Trascendente y descubre su “tarea”, se autorrealiza plenamente.
Pero ya esta búsqueda autotrascendente es fuente de realización para quien
decide emprenderla. También la persona puede alcanzar en parte su
realización y dar sentido a su vida al ampliar su visión y práctica de los
valores humanos existenciales en las actividades seculares o privadas, no
como elementos morales o religiosos, sino como actitudes vitales ante sí
mismo, los demás y el mundo, aunque lo ideal sea lo primero, es decir, el
encuentro y relación personal con lo Trascendente.

Indicadores de salud mental. En el Modelo de Koenig adaptado por


Rodríguez et al. (Op.Cit), se incluyen cuatro factores asociados a la
espiritualidad, que son: la religión, lo secular, los indicadores de salud mental
y valores (humanos, morales). Los valores no son incluidos por los autores
en el diagrama de su modelo, pero sí los mencionan en su explicación.
La forma operativa en que se manifiestan conductualmente estos
cuatro factores en el individuo es lo que caracteriza a la espiritualidad en su
92
práctica socio-cultural y en su función adaptativa original. Los dos primeros
factores ya se han descrito en este capítulo. Se mencionan y explican a
continuación los indicadores de salud mental para, posteriormente, analizar
algunos de los valores prácticos más comunes y universales en el campo de
la espiritualidad.
Los indicadores de salud mental señalados por Koenig (2008) se
refieren a estados psicológicos, cognitivos, que inciden favorablemente en la
autoestima del individuo, en su sentido de realización, confianza y capacidad
de relacionarse con los demás. Incluyen el significado, el propósito, la
conexión humana, el bienestar, la paz y la esperanza. Los dos primeros ya
han sido definidos como características internas del concepto de
“espiritualidad” planteado por el autor de esta investigación. Los otros cuatro
indicadores, tanto desde la perspectiva de Koenig (2008) como desde la de
Rodríguez et. al., (2011), se definen de la siguiente manera:
1. Conexión humana: se refiere a la calidad de la relaciones con las
demás personas o del apoyo social.
2. Bienestar: indica una percepción subjetiva de felicidad o realización
personal, o de armonía y satisfacción de las propias necesidades y con la
vida en su totalidad.
3. Paz: sensación de armonía, seguridad y confianza, que puede
experimentarse aún en medio de eventuales amenazas y adversidades.
4. Esperanza: visión optimista del futuro, aunque las circunstancias
actuales no sean las más favorables. Seligman (2004) añade que la
esperanza implica planificar y trabajar duro por alcanzar un futuro mejor.

Práctica de valores. Por su parte, los valores humanos son las


necesidades superiores del ser humano convertidas en aspiraciones e
ideales y que responden a diferentes significados (trascendentes, religiosos,
morales, económicos, políticos, sociales, culturales, estéticos, científicos o

93
morales), motivando la conducta personal en cada uno de estos ámbitos
(Rodríguez, 1985).
En este sentido, el Modelo de Rodríguez et al. (2011) no precisa qué
valores humanos se correlacionan más con la espiritualidad, sin embargo, se
incluyen aquí los que a criterio del autor de esta investigación, son los más
pertinentes a la vivencia espiritual de las mujeres del Programa EPUF
estudiadas. Las diez primeras se definen desde la perspectiva institucional
del Manual de Políticas Internas de Unbound (2015), y las últimas cuatro
como fortalezas de carácter según la Psicología Positiva (Seligman et al,
2005):
1. Dignidad humana: considerar que toda persona tiene el mismo valor,
pues todas son igualmente hijas de Dios.
2. Servicio: acto de ofrecer los propios talentos, conocimientos y
capacidades a otra persona o a la comunidad para procurarle un bien, sin
ánimo de lucro económico.
3. Compasión: ponerse en el lugar del otro, empatía con el sufrimiento
ajeno que lleva a servirle (no a tenerle lástima).
4. Solidaridad: brindar apoyo al compañero del mismo grupo en caso de
que tenga una necesidad o reto que no pueda o no sepa afrontar por sí solo.
5. Respeto: tratar al otro con consideración y amabilidad, sin juicios de
valor y sin dañar o rebajar su dignidad personal.
6. Responsabilidad: cumplir los deberes del propio rol y los compromisos
libremente asumidos ante sí mismo y ante los demás; responder por las
consecuencias positivas o negativas de los propios actos y decisiones sin
culpar a otros.
7. Integridad: ser sinceros y honestos consigo mismo y con los demás.
Tener una sola cara o forma de ser en todas las circunstancias.
8. Tolerancia: tener apertura y actitud positiva ante los cambios,
aceptación o paciencia ante las propias frustraciones y ante las diferencias
de los demás.
94
9. Perdón: renunciar al deseo de venganza, recordar las ofensas sin
resentimiento, dar otra oportunidad al agresor cuando éste lo pide.
10. Mutualidad: interdependencia, acompañarse en el camino, trabajar
en equipo.
11. Humildad: no buscar ni desear sobresalir; ser feliz por el hecho de
que los propios logros hablen por sí solos pero sin buscar ser el centro; no
verse a sí mismo necesariamente como alguien especial, aunque los demás
si le consideren como tal.
12. Gratitud: estar muy consciente de todas las cosas buenas que le
pasan a uno, sin dar nunca nada por sentado o merecido; tomarse tiempo
para expresar el agradecimiento y apreciar la bondad de los demás.
13. Entusiasmo: ser enérgico y apasionado; levantarse cada día y mirar
hacia delante deseando vivir más días; entregarse a uno mismo, en cuerpo y
alma, en todas las actividades en que se toma parte.
14. Justicia: no dejarse llevar por sentimientos o prejuicios personales
para sesgar las propias decisiones en relación a otros; al contrario, darle a
cada quien en forma leal y equitativa lo que le corresponde, dejándose guiar
por los más altos principios de moralidad.
Cada uno de estos valores y/o rasgos morales, en el contexto de las
mujeres de Unbound, están condicionados por un común denominador: la
creencia en un Dios bondadoso y compasivo que les ama, les capacita para
superarse y para ser mejores personas, más felices y útiles para sí mismas y
los demás, empezando por sus hijos y familias. Dichos valores se
manifiestan en conductas concretas, tal y como lo indica la definición de cada
uno. Junto a los indicadores de salud mental, la religiosidad intrínseca o
positiva y las actividades seculares cotidianas como familia, trabajo, diversión
y otras, la práctica de estos valores sería un reflejo de esa conexión con Dios
y de esa búsqueda de sentido de vida llamada acá espiritualidad.
Para efectos de la presente investigación, el autor ha tomado solo la
mitad de este conjunto de valores mencionados para su medición, ya que
95
considera que son representativos de la espiritualidad común vivida y
promovida desde Unbound en sus grupos de madres y en las diversas
actividades de la organización a nivel internacional, donde se cuenta con
personas (padrinos, apadrinados y trabajadores) de diversas razas, culturas
y religiones. Estos valores universales son: Dignidad humana, servicio,
respeto, responsabilidad, integridad, tolerancia y gratitud.

Instrumentos que intentan medir la espiritualidad

Quiceno y Vinaccia (Op.Cit) señalan que junto al desarrollo teórico de la


psicología de la religión y la espiritualidad, en el campo de la salud en los
últimos 40 años se han venido desarrollando, diseñando y validando
instrumentos psicométricos en diferentes versiones e idiomas para tener una
medida objetiva de la espiritualidad en cuanto a creencias, prácticas y
afrontamiento espiritual-religioso, tanto en personas sanas como con alguna
patología, mencionando 21 de tales instrumentos, en orden cronológico. Se
citan a continuación 11 de éstos, por estar más adaptados al contexto
sociodemográfico de la población en este estudio, ya que los otros están
orientados a personas de la tercera edad o con enfermedades específicas.

Figura 5. Instrumentos que miden espiritualidad (Quiceno y Vinaccia


(2009)
INSTRUMENTOS ASPECTO QUÉ MIDE
Religious Orientation Inventory/ROI Evalúa separadamente la orientación
desarrollada originalmente por intrínseca (espiritualidad) y extrínseca a la
Allport y Ross (1967) religión.

The Spiritual Well-Being Scale Esta escala proporciona un indicador general


(SWBS) desarrollado originalmente del bienestar espiritual. Mide la percepción de
por Paloutzian y Ellison (1982). Se calidad de vida espiritual, el bienestar
cuenta con una adaptación para religioso (que hace referencia a la
México (Sub-escala de Relación con autoevaluación de la relación de la persona
Dios de la Esca-la de Bienestar con Dios) y el bienestar existencial (que hace
Espiritual) desarrolla-da por referencia a la autoevaluación del sentido del
Montero-López y Sierra (1996) propósito y la satisfacción con la vida)

96
Spiritual Perspective Scale (SPS) Esta escala hace referencia al conocimiento
desarrollada originalmente por Reed de sí mismo, a un sentido de conexión con un
(1986, 1987a) ser de naturaleza superior o a la existencia
de un propósito supremo

Self-Transcendence Scale (STS) Mide la capacidad de la persona de buscar


desarrollada originalmente por Reed un sentido del bienestar a través de aspectos
(1987b) cognoscitivos, creativos, sociales, espirituales
e introspectivos

Intrinsic/extrinsic measurement: I/E- Evalúa la religiosidad intrínseca y extrínseca.


revised desarrollada por Gorsuch y En la religiosidad intrínseca (espiritualidad)
McPherson (1989) se miden creencias, actitudes y fe religiosa, y
en la religiosidad extrínseca se evalúan
relaciones interpersonales y sociales

Index of Core Spiritual Experiences/ Mide las experiencias cruciales que ha vivido
INSPIRIT, de Kass, Friedman, una persona en relación con la existencia de
Laser-man, Zuttermeister y Benson un Ser Supremo
(1991)

RCOPE desarrollado originalmente Esta escala evalúa el afrontamiento religioso


por Koenig, Pargament y Nielsen en personas con enfermedades físicas y
(1998) y Pargament, Koenig y Perez mentales, y está dividida en dos dimensiones
(2000). De esta escala se cuenta que miden el afrontamiento religioso positivo
con una versión breve el Brief- y el afrontamiento religioso negativo
RCOPE desarrollado originalmente
por Pargament, Smith, Koenig y
Perez (1998). Se cuenta además
con una adaptación para México
(Escala de Patrones positivos y
negativos de métodos de
afrontamiento religioso, Brief-
RCOPE) desarrollada por Rivera-
Ledesma y Montero-López (2005)

Multidimensional Measure of Este instrumentos de 38 ítems estudia cuánto


Religiousness/Spirituality,desarrolla afectan o no a la salud los siguientes
do por Fetzer Institute (1999). factores: las experiencias espirituales diarias,
el significado, los valores, las creencias, el
perdón, las prácticas religiosas privadas, el
afrontamiento espiritual-religioso, el apoyo
religioso, la historia espiritual-religiosa, el
compromiso, la organización religiosa y la
preferencia religiosa

Functional Assessment of Chronic Esta escala evalúa la religiosidad tradicional


Illness Therapy – Spiritual Well- (factor de fe) y la espiritualidad (factor de
Being (FACIT-Sp), desarrollada significado y paz), este último factor de
originalmente por Brady, Peterman, significado y paz tiene asociaciones con la
Fitchett, Mo y Cella (1999) y adaptación psicológica. Aunque es una
Peterman, Fitchett, Brady, escala originalmente diseñada para pacientes
Hernandez y Cella (2002) oncológicos se puede aplicar en personas
con otro tipo de enfermedades

97
Spiritual Coping Strategies (SCS), Esta escala comprende dos dimensiones que
desarrollada originalmente por evalúan las estrategias de afrontamiento
Baldacchino y Buhagiar (2003). religioso y las estrategias de afrontamiento
no religioso. Fue desarrollada originalmente
con enfermos cardiacos, aunque se puede
utilizar con población en general o que tenga
otro tipo de enfermedades

The Spirituality Scale (SS), El SS es un instrumento holístico que busca


desarrollado originalmente por medir las creencias, intuiciones, opciones de
Delaney (2005) modo de vida, las prácticas y los rituales
representativos de la dimensión espiritual
humana. Ha sido diseñado, además, para
evaluar el efecto de programas de
intervención espiritual

Todos estos instrumentos intentan medir la espiritualidad desde


diferentes ángulos o dimensiones (creencias, afrontamiento, orientación,
prácticas, valores), siendo lo religioso un componente o factor importante en
la mayoría de ellos, a excepción de cuatro (SPS, STS, INSPIRIT y SS). El
hecho de que la mayoría de los instrumentos registrados por Quiceno y
Vinaccia (Op.Cit) tengan como destinatarios a personas enfermas o de la
tercera edad, nos indica la línea predominante de investigación científica en
espiritualidad, que asocia este constructo a la salud física y mental, según
nos lo plantea el Modelo de Koenig adaptado por Rodríguez et al. (Op.Cit),
por lo cual éstos autores la presentan como un factor asociado a la
resiliencia.

Resiliencia y Espiritualidad en las mujeres del Programa “Esperanza


para una Familia” de Unbound

Identidad, visión y misión de Unbound. Unbound es una palabra


inglesa que puede tener mucho significado, resaltando el de “Libertad”,
porque implica responsabilizarse de la propia vida buscando la excelencia en
el trabajo diario. Es una organización civil internacional sin fines de lucro que,
optando por el servicio preferencial hacia los pobres y marginados, trabaja
por su dignificación y desarrollo integral junto a personas de todas las
98
tradiciones de fe y de buena voluntad, mediante la atención y
acompañamiento personal, la visita a sus hogares y comunidades.
La visión de Unbound es la creación de una comunidad mundial de
compasión y solidaridad, sin prejuicios religiosos ni de ningún tipo. Imagina y
trabaja por crear un mundo donde las personas de diversos antecedentes y
contextos culturales viven una relación autentica consigo mismas, con los
demás y con los recursos del mundo.
Por otra parte, la misión de Unbound es caminar junto a las personas
que viven en pobreza, brindándoles beneficios directos y oportunidades para
el desarrollo de su potencial y el logro de una vida digna mediante un
programa de apadrinamiento llamado “Esperanza Para una Familia”, creando
pequeños grupos o comunidades de apoyo mutuo, respeto, comprensión y
empoderamiento para el servicio al prójimo. Este Programa está basado en
nueve principios que no buscan un fin asistencialista, sino al contrario, el que
los apadrinados y sus representantes, en particular las mujeres, puedan
romper por ellos mismos con el ciclo de la pobreza que les ata en diversas
maneras a nivel material, psicológico y espiritual.
Estas 9 características u objetivos incluyen que la familias deben lograr:
su autosuficiencia económica; formar una red de apoyo mutuo entre ellas;
mirarse como agentes de cambio positivo y como parte de algo más grande
que les trasciende; fomentar su propia capacidad para generar ingresos y
crecer personalmente; tomar las decisiones que incumben al uso del dinero
del apadrinamiento; empoderarse del programa, es decir, llevar su
organización y ejecución.
Además, las madres y sus representados deben tener metas personales
claras y realistas, así como planes viables para alcanzarlas; amar el
aprendizaje, lo cual implica medir y evaluar los resultados, adaptarlos y
aprender de ellos; lograr la sostenibilidad de las ocho características
anteriores en sus vidas, de tal modo que tomando iniciativas y
responsabilidad en su propio desarrollo, puedan mantener su autosuficiencia
99
económica en el tiempo y no necesiten permanecer siempre en Unbound
como beneficiarios del Programa.

Estructura y organización general de Unbound. Unbound tiene su


sede en Kansas City y presencia en 20 países, con uno o varios “Proyectos”
en cada país. Atiende a más de 300.000 niños, jóvenes y ancianos de
América Latina, África y Asia. En Venezuela, atiende a más de 4.000
personas apadrinadas entre los estados Lara y Yaracuy, a través del
“Proyecto Barquisimeto”, denominado jurídicamente Fundación Unbound
Venezuela, cuyo personal sirve de enlace entre los padrinos y sus ahijados
mediante un trabajo conjunto de formación y acompañamiento con las
familias apadrinadas, garantizando la efectiva comunicación entre ellos a
través de cartas y visitas personalizadas, y la justa distribución de los
beneficios que cada padrino destina directamente a su apadrinados(as).
El Proyecto se divide en 3 zonas administrativas, cada una de las cuales
está formada por varios subproyectos o áreas geográficos más pequeñas.
Los subproyectos comprenden uno o varios barrios donde habitan las
familias apadrinadas y se reúnen mensualmente las madres y representantes
de éstos. Los 4 grupos de madres de El Tostao (1) y Santa Rosalía (3)
reúnen un total de 70 madres y pertenecen al Subproyecto ES (Esperanza
Solidaria) de la Zona 1.

Valores fundamentales de Unbound, espiritualidad y resiliencia.


Unbound está enraizada en el llamado de Dios expresado en los Evangelios
cristianos, de servir preferencialmente a los marginados y más vulnerables,
para ayudarles a ser libres de las ataduras de la pobreza, la opresión y el
aislamiento. Su espiritualidad se caracteriza por la autenticidad, integridad,
transparencia, franqueza, inclusión, relación, mutualidad, dialogo,
aprendizaje mutuo, encuentro personal y fuerza en la diversidad. Pero no

100
utiliza sus recursos para ganar prosélitos para ninguna religión específica ni
para adoctrinar a los apadrinados ni a familias en una fe particular.
Muchos padrinos se unen a Unbound como una expresión de su fe y
a su vez, muchos apadrinados reciben sus beneficios y consideran su
relación con sus padrinos como signo del amor personal de Dios hacia ellos.
En este sentido, Unbound está abierto a tales conceptos, esperando ser un
pacificador ecuménico interreligioso en un mundo lastimado y dolorido,
fomentando un respeto profundo entre las diversas tradiciones de fe y
culturas, de modo que cada persona vea y ayude a la viabilidad cultural de
los otros. Lo mismo se aplica al interior de los Proyectos y grupos de madres
en el programa.
Unbound está abierto a la participación de todas las personas de
cualquier religión, o incluso de aquellos que no profesan o practican una
determinada religión (agnósticos), en tanto se adhieran y acepten las
políticas del programa y actúen en solidaridad y en el mejor interés de los
apadrinados y las pequeñas comunidades que Unbound espera construir en
las zonas donde sirve. En este sentido, Unbound promueve cinco valores
fundamentales, considerándolos universales a toda cultura:
1. La fe: se promueve que las personas crean y busquen a Dios desde
sus contextos culturales y religiosos propios, y que sirvan con amor (es decir,
con generosidad, alegría, desinterés) a los demás, en especial al que sufre y
al más necesitado, como una expresión de esa fe.
2. La dignidad humana: Cada persona es igual en dignidad y valor.
Unbound valora el “ser más” y no tanto el “tener más”. Los beneficios
tangibles del apadrinamiento proporcionan satisfacción a necesidades
básicas, pero hay otros muchos beneficios del Programa que son intangibles,
como el apoyo y servicio solidario entre las madres de los grupos, el lograr
un sentido de pertenencia, una gran esperanza, una auto-imagen más fuerte
y un alto concepto de sí mismo, que ayudan a restaurar la dignidad de la
persona apadrinada.
101
El programa de apadrinamiento de Unbound se propone dar poder a la
persona apadrinada para llegar a ser simultáneamente apoyo para sí misma
y para la comunidad, favoreciendo su formación académica y profesional.
Esto significa también trabajar con las madres o representantes de los niños
para ayudarles a adquirir y utilizar las habilidades necesarias que les
permitan incrementar los ingresos familiares y lograr autosuficiencia
económica.
3. Las relaciones de respeto mutuo: aceptando la igual dignidad de toda
persona, Unbound promueve el respeto como un valor central, velando
porque se viva entre los padrinos y sus apadrinados, entre éstos y el
personal del Proyecto, mediante relaciones multiculturales recíprocas y de
mutuo crecimiento, sin prejuicios religiosos, ideológicos ni de otro tipo. La
opción por los pobres no es solo cuestión de dar, sino también de “recibir” de
ellos, esperando que aporten al Programa su trabajo, compromiso y sus
talentos en la medida de sus posibilidades, con amor, integridad y
responsabilidad.
4. Integridad: entendida como honestidad y transparencia, es un valor
esencial para la autenticidad personal y para que un grupo, comunidad u
organización funcionen eficiente y efectivamente, por lo cual Unbound se
preocupa por promoverla entre los grupos de madres, sabiendo que la mejor
manera de hacerlo es dando el ejemplo desde casa, es decir, desde el
personal del Proyecto que labora al servicio de ellos.
Las madres y apadrinados son animadas a tener una vida íntegra y se
les exhorta escribir cartas auténticas (no mentiras) a sus padrinos, así como
también a utilizar los recursos del apadrinamiento para los fines específicos a
los cuales son destinados (estudios del apadrinado, necesidades básicas de
este no solventables por los padres o inversión en negocios familiares
productivos), llevando cuentas claras ante el grupo de madres y ante el
Proyecto. Este valor implica necesariamente el siguiente.

102
5. Responsabilidad: El programa “pertenece a los apadrinados”, en el
sentido de que todos los recursos administrados por Unbound provienen
esencialmente de y por medio de las personas que viven en pobreza.
Consecuentemente, Unbound debe ser responsable y honesto con las
personas apadrinadas. Todas las decisiones referentes a las finanzas y al
programa de Unbound se hacen como si las personas apadrinadas
estuvieran votando sobre una determinada decisión o política. Además, las
mismas familias escogen los beneficios tangibles que desean recibir del
apadrinamiento, según sus necesidades personales concretas.
Este valor es esencial entre las madres de los grupo, quienes desde su
incorporación al apadrinamiento se comprometen con asumir las normas,
exigencias y políticas de Unbound, resumidas básicamente en: garantizar
que sus hijos estén estudiando y vayan lo mejor posible académicamente,
entregando al Proyecto un reporte académico cada lapso; velar porque el
apadrinado escriba al menos dos cartas al año a sus padrinos; participar
activamente en las reuniones mensuales de su grupo respectivo y en una
comisión de trabajo dentro del mismo; asistir ellas y sus hijos apadrinados en
las actividades formativas y recreativas que se le convoque; y cumplir las
normas básicas de convivencia, integridad personal y respeto mutuo.
Se entiende que tanto la identidad, visión y misión de Unbound como
sus cinco valores fundamentales son una expresión de espiritualidad, en el
contexto amplio del término, tal y como se ha definido en esta investigación.
Además, el Programa EPUF implica la vivencia de otro racimo de valores
correlacionados, que ya se han mencionado entre los factores asociados a la
espiritualidad.
Partiendo de su conexión con Dios y de mirar en el servicio al prójimo
(empezando por sus hijos, familias y compañeras de grupo en el Proyecto)
una misión que Dios les confía para su propia realización y crecimiento
individual y comunitario, las mujeres de Unbound cuentan con esta

103
espiritualidad quizás como su principal “factor protector” ante la pobreza,
siendo protagonistas de su desarrollo y promoviendo así su resiliencia.
Unbound proporciona a las madres, además de la espiritualidad, otros
“factores protectores externos” necesarios para desarrollar características
resilientes, principalmente una amplia red de apoyo social (los grupos de
madres, el personal que labora para Unbound y los padrinos), que le brinda a
cada mujer: apoyo emocional (en momentos de crisis familiar, económica o
moral) y apoyo instrumental (el aporte de 20 dólares mensuales en forma de
beneficios tangibles e intangibles para el apadrinado y/o la familia en sus
necesidades).
Igualmente, Unbound les brinda apoyo informativo (talleres de
desarrollo humano y habilidades productivas para las mujeres) y
acompañamiento personal a través del la participación en el grupo de
madres y comisión de trabajo, de las visitas a sus hogares por parte del
personal del Proyecto y de la comunicación personalizada de los padrinos
con ellas y los apadrinados a través de las cartas.
Simultáneamente, el Programa EPUF de Unbound favorece en las
mujeres el desarrollo y activación de “factores protectores internos”
predictores de resiliencia, en especial un locus de control interno
(empoderando y poniendo las decisiones del apadrinamiento en sus propias
manos), optimismo (fomentando la esperanza de un futuro mejor partiendo
del propio esfuerzo personal valiente y constante, pero también confiando en
que Dios bendice su esfuerzo), el reconocimiento de la posibilidad de superar
la pobreza mediante la propia iniciativa o trabajo proactivo; la promoción de
la lectura, la reflexión y del estudio, dentro y fuera de los grupos de madres;
el humor y el sentido de pertenencia a Unbound a nivel local y mundial.

Características espirituales y resilientes de las mujeres en el


programa de apadrinamiento Esperanza para una Familia. En entrevistas
realizadas a las mujeres de los grupos de Santa Rosalía y El Tostao, ellas
104
reportan que buscan y se relacionan con Dios en distintas formas,
encontrando así respuestas a cuestiones existenciales fundamentales. La
visión que tienen de Dios coincide mucho con la noción cristiana del mismo:
Dios es una Persona, el Padre y Creador del mundo y del universo, el
Salvador, es “todo” en sus vidas, lo más importante. La forma de ser de
Dios, según ellas, es el amor, la bondad, la hermosura, la solidaridad, la
fidelidad, un amigo confiable, una fuente de ayuda y oportunidades; les ama
personal e incondicionalmente tal como son, con la ternura de una madre.
Consideran su relación personal con Dios como algo importante y hasta
fundamental en sus vidas. La mayoría basa esta relación en la confianza, la
gratitud y la obediencia. Creen que Dios les da fuerzas y capacidad para
llevar adelante la vida, la casa, el trabajo, los hijos; que esta relación les ha
protegido de tomar o decidirse por caminos equivocados (drogas, alcohol,
prostitución); ven a Dios como alguien que colabora con ellas para superar
las dificultades y que les brinda salud y capacidad para trabajar y superar los
problemas, dándoles también motivación para vivir y luchar.
Esta relación con Dios la viven diariamente mediante la oración, siendo
conscientes y agradecidas de sus bendiciones y amor providente, teniéndolo
presente constantemente en sus mentes. Lo manifiestan eventualmente
asistiendo al culto religioso, leyendo y meditando la Biblia (a solas o en
comunidad), confesando sus pecados y haciendo el rosario (en el caso de
las mujeres católicas); viendo que Dios responde sus peticiones en
momentos de enfermedad, necesidad económica y en otras dificultades
inesperadas.
Las mujeres corresponden a Dios practicando el amor primeramente
con sus hijos y familia, tratando de ser “buenas” madres y esposas, pero
también siendo solidarias, sirviendo, aceptando y perdonando a otras
personas, en especial a las que requieren de su ayuda o apoyo (dando
alimento, atención o medicina a otros), alegrándose por la superación de

105
otros que han pasado las mismas dificultades que ellas (como falta de una
casa, sanación de una enfermedad, logros académicos de los hijos).
Las mujeres ven que Dios está presente en sus familias, trabajos,
vecinos, compañeras del grupo de madres de Unbound y hasta en las
personas que no son tan afines o cercanas a ellas, viendo su amor protector
y providente en todo ello. En cuanto a sus familias, consideran que Dios les
brinda bienestar y protección a sus hijos, trabajo y salud a sus miembros,
armonía y unidad entre todos, paciencia y fortaleza para salir adelante juntos.
Consideran que sus hijos y esposos son signos directos del amor de Dios
hacia ellas.
El trabajo lo ven como el principal medio que Dios usa para ayudarles
económicamente, dándoles la salud, la capacidad y el ánimo necesaria para
hacerlo, considerando la prosperidad que en momentos gozan por su trabajo
como bendiciones de Dios. En los vecinos o personas de la calle, piensan
que Dios se manifiesta a través de la bondad y honestidad de algunas
personas, o en la humildad de quienes llegan a ellas pidiendo alguna ayuda
material, pero no en aquellas personas que se muestran agresivas, violentas
o mentirosas. Sin embargo, dicen que a todas ellas Dios quiere que les
muestren amor y les ayuden cuando lo requieran.
En cuanto a las otras madres de Unbound, compañeras de grupo en el
Programa EPUF, las mujeres expresan que Dios se manifiesta en la
solidaridad y trabajo en equipo que realizan, el entusiasmo y optimismo para
asumir sus responsabilidades. Consideran que Dios es quien lleva la
fundación y hace posible la ayuda de los padrinos. Otras, sin embargo,
opinan que algunas compañeras son egoístas y pesimistas, no reflejando a
Dios con estas actitudes.
Respecto a quienes no piensan igual que ellas en aspectos religiosos o
políticos (lo cual se da dentro de los mismos grupos), las mujeres creen que
Dios los tiene a todos vivos por alguna razón o propósito y que cada persona
debe descubrirlo. Dicen que la religión de cada quien es respetable y
106
siempre que las personas busquen a Dios y hagan el bien con sinceridad a
los demás, Dios está con ellos. No así con los que obran mal o dicen
mentiras, aunque digan creer en Dios o hagan obras solidarias sociales.
En concreto, la espiritualidad ayuda a las mujeres, según ellas, a
mejorar su capacidad de relacionarse adecuadamente con los demás,
haciéndolas más espontáneas, auténticas, sinceras, pacientes, prudentes,
misericordiosas y tolerantes, más solidarias y generosas. También dicen que
la espiritualidad les permite encontrar un sentido a sus múltiples problemas y
sufrimientos: todo lo que pasa es para algo bueno, los sufrimiento les
enseñan a crecer y Dios sabe que ellas tiene el potencial para superarlo,
dándoles la capacidad cuando ponen de su parte. Algunas mujeres piensan,
desde una perspectiva más mística, que el sufrimiento les purifica del pecado
y les enseña a amar a Dios como Jesús les ama a ellas desde la cruz.
Según las mujeres de EPUF, la espiritualidad les permite enfrentar y
superar los problemas en sus vidas, agravados por su situación de pobreza,
dándoles la capacidad, el valor, la serenidad, la paz, la confianza en ellas
mismas y en Dios que les ayuda. Piensan que Unbound les ha favorecido en
el cultivo de esta espiritualidad a través de los grupos de madres, en
particular con los espacios de oración y reflexión que se tienen en cada
reunión, y a través de los talleres de crecimiento personal que reciben en el
Programa, lo cual ha aumentado su autoestima y fortaleza ante las
dificultades.
En esta última línea, las madres consideran que la espiritualidad les ha
ayudado a salir más fortalecidas de eventos muy estresantes y duros como:
accidentes graves de hijos y/o familiares cercanos a quienes han tenido que
atender en su convalecencia; crisis conyugal; muerte de un hijo; desempleo
temporal de ella o de su esposo que les puso en grave situación económica;
enfermedad y/o discapacidad de un hijo(a); cáncer y todo el proceso de
quimioterapias; grave situación de inseguridad con vecinos del barrio o asalto

107
en manos del hampa. Esto sería indicador de el primer atributo de la
resiliencia ya considerado, llamado por Garcia-Dia et. al,. (Op.Cit) “rebote”.
También la espiritualidad estaría favoreciendo su “determinación”, otra
característica resiliente, permitiéndoles a las madres tener mayor firmeza y
perseverancia para enfrentar las dificultades y en particular para superar su
condición de pobreza, planteándose metas realistas para ello. Igualmente, al
fomentar una visión de Dios que les da capacidades, talentos y que confía en
ellas, las madres afirman su sentido se “autoeficacia”, tercera característica
de resiliencia, junto a una mejor autoestima.
Por último, las mujeres muestran también un deseo y actitud de buscar
“apoyo social”, cuarta característica de resiliencia, al involucrarse en el
Programa y participar en los grupos de madres, cumpliendo proactivamente y
en equipo las responsabilidades asumidas, buscando la amistad de sus
compañeras así como orientación y ayuda del Proyecto en aspectos
económicos claves de sus vidas.
En tal sentido, el formar comunidad o principio de subsidiaridad,
mutualidad e interdependencia, forma parte inspiradora y transversal en la
espiritualidad de Unbound para romper el ciclo de la exclusión, el egoísmo y
la pobreza. El lema institucional “superando juntos” resume muy bien esta
espiritualidad y actitud resiliente que se quiere vivir y promover en toda la
familia Unbound, en especial entre las mujeres madres de familia.

Fundamentos legales

Aunque no se menciona la palabra “espiritualidad” en la constitución


venezolana respecto a las mujeres, sí se alude a la libre búsqueda o
creencia en Dios dentro o fuera de cualquier religión por parte de toda
persona, lo cual respalda el concepto de espiritualidad planteado en este
estudio y también las posición de Unbound respecto a la práctica religiosa,
como expresión de espiritualidad, dentro de los grupos de madres y en la
108
Fundación Unbound en general. En tal sentido, la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), en su artículo 59 establece:

Toda persona tiene derecho a profesar su fe religiosa y cultos y a


manifestar sus creencias en privado o en público, mediante la enseñanza
u otras prácticas, siempre que no se oponga a la moral, a las buenas
costumbres y al orden público… nadie podrá invocar creencias o
disciplinas religiosas para eludir el cumplimiento de la ley ni para impedir
a otro u otra el ejercicio de sus derechos.

Nótese en el citado fragmento del artículo 59 el énfasis en la condición


de ajuste social que deben cumplir las expresiones de fe dentro del contexto
sociocultural venezolano, lo cual también apoya la línea teórica que
considera a la espiritualidad como una función adaptativa para el ser humano
como especie. Aunque en Venezuela, al igual que en toda Latinoamérica, se
tiene una amplia variedad y amalgama de creencias espirituales no
profundizadas en este estudio, si éstas no respetan la vida y los legítimos
derechos de los demás, no encajarían con el concepto de “espiritualidad”
propuesto en esta investigación.
Ejemplo de lo anterior podrían ser las prácticas espiritistas o de
“santería” que buscan hacer daño a otros por cualquier motivo (venganza,
“amarres” para buscar o retener una pareja, arruinar el trabajo, negocio o la
salud de alguien, entre otros); o incluso las actitudes condenatorias y
expresiones explícitamente peyorativas, ofensivas o agresivas de un
creyente cristiano hacia otra persona por creer o concebir a Dios de una
determinada manera distinta a la propia visión. En ambos casos se estaría
hablando de prácticas o creencias espirituales y religiosas, pero no de
espiritualidad.
Por otra parte, aunque en las políticas públicas venezolanas se alude
al empoderamiento de la mujer en distintos ámbitos de la dinámica nacional
(Embajada Venezolana en el Ecuador, 2015), el término resiliencia no es

109
mencionado o abordado directamente en ninguna. Este empoderamiento
promovido por el ejecutivo puede ser un factor que favorezca el desarrollo de
características resilientes de las mujeres al promover su autoeficacia y
determinación personal, más aún cuando son de estratos pobres y se
integran o buscan formas comunitarias de participación y organización para
el logro de sus propias metas comunes de superación, bienestar y felicidad,
tales como grupos civiles, religiosos, políticos (consejos comunales u otros)
o, en el presente caso, los grupos de madres del Programa EPUF.

110
CAPÍTULO III

MARCO METODOLÓGICO

Naturaleza y tipo de investigación

La presente investigación es de naturaleza cuantitativa, definida como


aquella que usa la recolección de datos para probar hipótesis, con base en la
medición numérica y el análisis estadístico, para establecer patrones de
comportamiento y probar teorías (Hernández, Fernández y Baptista, 2006).
En este sentido, se buscó encontrar evidencia empírica de la relación directa
entre la espiritualidad y la resiliencia, en la línea de los aportes teóricos de
Rodríguez et al (Op.Cit) y de otras investigaciones al respecto.
Se trata de una investigación de campo, puesto que los datos fueron
tomados directamente de la realidad social donde se desarrollan las
variables (Hernández, Fernández y Baptista, Op.Cit). Además, es de tipo
correlacional ya que se ha buscado conocer la relación que existe entre dos
variables o conceptos, resiliencia y espiritualidad, mediante un patrón
predecible para un grupo o población en un contexto en particular.

Diseño de la investigación

En esta investigación se implementó un diseño no experimental ya que


se observó la manifestación de dos fenómenos, resiliencia y espiritualidad,
tal y como se dan en su contexto natural, para después analizarlos. En este
tipo de diseños no es posible manipular las variables o asignar
aleatoriamente a los participantes. De hecho, no hay condiciones o estímulos
planeados que se administren a los participantes del estudio (Hernandez et
al., Op.Cit).
111
Se usó un diseño transversal correlacional ya que los datos, indicadores
de resiliencia y de espiritualidad, se recogieron en un solo momento para
describir dichas variables y establecer relaciones entre las mismas.
Específicamente, el diseño fue “causal prospectivo”: en este tipo de estudio,
según Hernández et. al. (Op.Cit), la causalidad ya existe pero es el
investigador quien la direcciona estableciendo cuál es la causa y cuál es el
efecto de acuerdo a una hipótesis fundamentada en la revisión de la
literatura al respecto. Se habla de diseño causal prospectivo cuando se parte
de describir o medir las variables independiente y dependiente para luego
construir relaciones entre las mismas.
De esta manera, siendo la espiritualidad una capacidad intrínseca o
innata de todo ser humano según plantean Rodríguez et. al (Op.Cit) y la
resiliencia una capacidad que se va adquiriendo mediante un proceso de
interacción o determinismo recíproco entre factores protectores (internos o
externos) y factores de riesgo, según el modelo teórico de García-Dia et. al
(2013), se plantea que la espiritualidad es una variable independiente,
antecesora o “predictora” de resiliencia.

Sistema de variables

La resiliencia ha sido medida en función de las características descritas


en el marco teórico, al igual que la espiritualidad. Dichas características
conforman las dos “dimensiones” que, en última instancia, se midieron y
correlacionaron entre ambas variables. Las “características de resiliencia”
comprenden tres sub-dimensiones, mientras que las “características de
espiritualidad” engloban 4 sub-dimensiones, cada una de las cuales contiene
una serie de variables (indicadores) que las describen y que están
directamente relacionadas a los constructos resiliencia y espiritualidad.

112
Cuadro 1.
Operacionalización de las variables.
VARIA DEFINICIÓN DIMEN SUB- INDICADORES ITEMS
BLES CONCEPTUAL SIÓN DIMENSIÓN
Resi- Proceso que permite ATRIBUTOS Rebote 1,2
liencia a una persona activar Determinación 3,4
sus factores Soporte social I 5,6,7
n 8,9,10
protectores ante Autoeficacia s
situaciones de FACTORES Locus de control t 11,12,13
riesgo, adversas o Interno r
PROTECTORES u
estresantes, respon- Práctica reflexiva 14,15,16
INTERNOS m
Trabajo proactivo e 17,18,19
diendo de manera
Humor n 20,21
consciente, automo- t
Sentido de pertenencia 22,23
tivada y eficaz a o
Participación 24,25
dichas situaciones
Comunitaria
para salir de ellas
más fortalecida,
Comparación social A 26,27
pasiva
adaptada o integrada CONSECUEN- Integración 28,29
a su entorno. CIAS Afrontamiento efectivo 30,31
Espiri- Capacidad y CONEXIÓN Oración 1,2,3
tualidad motivación humana CON LO
TRASCENDENTE Religiosidad intrínseca 4,5
universal de
búsqueda, conexión BÚSQUEDA DEL Significado 6,7
con un Ser SENTIDO DE
Propósito 8,9
Trascendente y con VIDA I
un sentido de la n
INDICADORES Conexión humana s 10,11
propia vida, para DE SALUD t
Bienestar r 12,13
encontrar felicidad, MENTAL
u
bienestar, dando Paz m 14,15
respuesta a e
Esperanza n 16,17
cuestiones t
existenciales, la cual PRÁCTICA DE Dignidad humana o 18,19
se manifiesta a VALORES 20,21
Servicio
través de la Respeto 22,23
B
religiosidad, la 24,25
Responsabilidad
práctica de valores
Integridad 26,27
morales y la salud
mental. Tolerancia 28,29
Gratitud 30,31
113
Sistema de hipótesis

Se planteó una hipótesis causal bivariada, es decir, que especifica la


relación solo entre dos variables (resiliencia y espiritualidad) y la manera en
que se manifiestan, proponiendo un sentido explicativo o de causa-afecto.
Para establecer causalidad, antes debe haberse demostrado correlación,
pero además la causa debe ocurrir antes que el efecto (Hernández et al,
Op.Cit.). Tomado en cuenta la evidencia empírica aportada por las
investigaciones antecedentes que demuestran correlación positiva entre las
variables estudiadas y partiendo del modelo teórico de Rodríguez et al.
(Op.Cit) donde se entiende que la espiritualidad antecede y favorece a la
resiliencia, se propuso el siguiente sistema de hipótesis:
Hipótesis 1 (H1): Existe correlación positiva entre resiliencia y espiritualidad.
La hipótesis nula (Ho) estableció que no existía tal correlación.
Hipótesis 2 (H2): Mayores niveles en la escala de espiritualidad de las
mujeres evaluadas predecían mayores niveles en la escala de resiliencia
obtenidos por ellas. La hipótesis nula (Ho) estableció que mayores niveles en
la escala de espiritualidad de las mujeres no predecían mayores niveles en la
escala de resiliencia.

Población, muestra y selección de unidades de análisis

Población

La población estudiada incluye 70 mujeres del programa de


apadrinamiento de Unbound en los sectores El Tostao y Santa Rosalía de la
zona periférica oeste de Barquisimeto, que pertenecen en su mayoría a
estratos socioeconómicos bajos y que participan en los grupos de madres y
representantes del programa de apadrinamiento en esos sectores, siendo
todas mayores de edad y teniendo más de tres años en la organización. Son
114
de diversas denominaciones religiosas cristianas, en su mayoría católicas.
Todas han enfrentado adversidades a causa de la pobreza y han mostrado,
de una u otra manera, características de resiliencia y de espiritualidad
durante su proceso de pertenencia y participación en Unbound.

Muestra

Se midió el tamaño de la muestra “n” mediante la fórmula (Cea


D`Ancona, Mª A., 1998):
n=

Donde:
k: es una constante que depende del nivel de confianza que se asigne.
El nivel de confianza indica la probabilidad de que los resultados de la
investigación sean ciertos: por ejemplo, un 95,5 % de confianza es
equivalente a decir que puede haber una probabilidad de equivocarse del
4,5% en la medición de la variable. El nivel de confianza lo establece el
investigador. Los valores de k se obtienen de la tabla de la distribución
normal estándar N (0,1). Los valores de k más utilizados y sus niveles de
confianza son:
Valor de k 1,15 1,28 1,44 1,65 1,96 2,24 2,58
Nivel de confianza 75% 80% 85% 90% 95% 97,5% 99%
N: es el tamaño de la población o universo (número total de personas
posibles entrevistadas o encuestadas).
e: es el error muestral deseado, en porcentaje. El error muestral es la
diferencia que puede haber entre el resultado que se obtiene preguntando a
una muestra de la población y el que se obtendría si se le preguntase al total
de ella. Esta diferencia la establece el investigador.

115
p: proporción de individuos que poseen en la población la característica
de estudio que se desea medir. Este dato es generalmente desconocido y se
suele suponer que p=q=0.5, que es la opción más segura.
q: proporción de individuos que no poseen esa característica, es decir,
es 1-p.
Para efectos del presente estudio, el autor fijó un error (e) del 5%
(0.05), lo cual quiere decir que si, por ejemplo, el 50% de las madres en la
muestra a las que se les aplique la escala de resiliencia arrojan un nivel
“alto”, entonces el 45% al 55% de la población total (32 a 39 mujeres)
mostrarán también un nivel alto de resiliencia. Por su parte, se escogió un
nivel de confianza 95%, que es un nivel aceptable para ciencias sociales
(Hernández et. al., Op.Cit). También se ha asumido que las mujeres que
presentan características o niveles altos de resiliencia y espiritualidad estén
en una proporción del 50% en relación a las demás, ya que se espera que
estos niveles varíen de un caso a otro debido a factores personales.
En tal sentido, el tamaño de la muestra fue:

Es decir, el tamaño de la muestra para un error estándar del 5% y un


porcentaje de confianza del 95%, fue de 59 mujeres, lo cual representa el
84% de la población total considerada. Se utilizó un muestreo probabilístico
por racimos, ya que las mujeres se reúnen mensualmente en cuatro grupos
(“racimos” o unidades muestrales), en diferentes lugares de los sectores el
Tostao y Santa Rosalía. Esta forma de muestreo permitió el ahorro de
costos, tiempo y energía que hubiese implicado visitar a las mujeres casa por
casa en dichos sectores. No fue necesario elegir aleatoriamente los racimos
ya que se tomó en cuenta el 100% de las unidades muestrales (racimos)
para el estudio (Hernández et al., Op.Cit).

116
La distribución de la muestra en cada racimo fue proporcional al tamaño
de estos, según la fórmula:
nh = nh´ (n/N) Donde:
nh = tamaño ajustado de la unidad muestral h (racimo h).
nh´ = tamaño de unidad muestral sin ajustar (tamaño real del racimo h)
(n/N) = relación entre el tamaño total de la muestra y el tamaño de la
población, que equivale a la desviación estándar de cada
elemento en cada racimo.
De manera que para la presente investigación, se obtuvieron los
siguientes valores o números de unidades de análisis (mujeres) para cada
unidad muestral (racimo o grupo de madres), que en total suman 59 mujeres,
la cantidad de la muestra total:
n1 (Grupo Santa Rosalía 1) = 23 (59/70) = 19 mujeres
n2 (Grupo Santa Rosalía 2) = 14 (59/70) = 12 mujeres
n3 (Grupo Santa Rosalía 3) = 21 (59/70) = 18 mujeres
n4 (Grupo El Tostao) = 12 (59/70) = 10 mujeres
n (tamaño de muestra total) = 59 mujeres

Selección de unidades de análisis

Por su parte, las unidades de análisis (mujeres) se seleccionaron de


manera aleatoria, para garantizar que todas las mujeres tuviesen la misma
probabilidad de ser elegidas para el estudio y poder luego generalizar los
resultados a todas las madres. Se usó un sencillo sistema de “tómbola”
(Hernández et al., Op.Cit.) ya que la cantidad de la muestra lo permitía sin
implicar demasiado tiempo ni trabajo. Se dispuso para ello del listado, con
nombres y apellidos de cada una de las mujeres integrantes de los cuatro
grupos de madres, introduciendo cada nombre escrito, por separado, en
cuatro recipientes para su posterior elección al azar, empleándose un
recipiente por grupo.

117
Técnicas e instrumentos de recolección de datos

El autor elaboró dos instrumentos cuantitativos para la medición de las


variables de estudio, entendiéndose como “medición” el proceso de vincular
conceptos abstractos como lo son la resiliencia y la espiritualidad con
indicadores empíricos, como por ejemplo, reírse de los propios errores
(humor) o tomarse tiempo para orar y meditar (oración), respectivamente,
estableciéndose una correspondencia entre la realidad observable y los
conceptos representados por esta realidad, la cual en este caso, se ha
basado en las alternativas de respuestas marcadas por las mujeres en los
instrumentos utilizados (Hernández et al., Op.Cit.).
Los instrumentos elaborados fueron tipo cuestionario, pero no
redactados en forma interrogativa sino como oraciones afirmativas en
primera persona, de tal modo que el individuo al diligenciarlo pudiese
señalar en una escala lickert de 5 opciones la frecuencia con la cual
consideraba que emitía cada una de las conductas descritas: Siempre, Casi
Siempre, A Veces, Casi Nunca, Nunca. Todos los ítems estaban redactados
en una misma dirección, de modo que a mayor frecuencia de emisión de la
conducta descrita, mayor sería el nivel o valor de las variables estudiadas en
la persona. Es decir, no se incluyeron ítems inversos.
Cada instrumento constó de 31 items, la mayoría con ejemplos
concretos para ayudar a las madres a ubicar dichas conductas en su
realidad, con un lenguaje sencillo adaptado al nivel cultural y al contexto
social de la muestra. Fueron aplicados durante las 4 reuniones de los grupos
de madres de El Tostao y Santa Rosalía en el mes de Enero del 2016,
realizadas en hogares de las madres en esos mismos sectores y en horas de
la tarde.
Los instrumentos se diligenciaron de manera auto-administrada
después de una breve introducción por parte de la persona que los aplicó en
cada grupo de madres, indicándoseles el propósito de la evaluación, quiénes
118
no participarían en la misma y cómo fueron seleccionadas. Las respuestas
fueron marcadas con lápices en ambos instrumentos y de manera
consecutiva (62 items), durando un rango temporal de entre 17 a 40 minutos
para su completación.
Cada pareja de instrumentos estaba enumerada según la cantidad de
unidades de análisis (mujeres) en cada grupo. Las mujeres no podían hablar
ni hacer preguntas durante el llenado de los cuestionarios. Estos incluyeron
inicialmente, además de las indicaciones, algunos datos sociodemográficos
de las madres, pero de manera anónima (sin colocar sus nombres).

Validez y confiabilidad

Validez

La validez o grado en que un instrumento realmente mide la variable


que pretende medir, puede contener diferentes tipos de evidencia, entre las
cuales están las relacionadas con el contenido, el criterio y el constructo. En
esta investigación, los instrumentos A y B (escalas de resiliencia y de
espiritualidad) fueron evaluados por el juicio de expertos del CIPPSV para
definir la validez de “contenido”, la cual se refiere al grado en que un
instrumento refleja el dominio específico de contenido de la variable que se
mide, respondiendo específicamente a la pregunta: ¿el instrumento mide
adecuadamente las principales dimensiones de la variable? (Hernández et
al., Op.Cit.).
La validación del contenido se basó en la consideración positiva de tres
aspectos en cada ítem: su “claridad”, es decir, ausencia de ambigüedad en la
interpretación del ítem; su “congruencia” o lógica interna; y su “pertinencia”, o
sea, la relación directa del ítem con el indicador que pretende medir,
contextualizado en el tiempo y espacio de las mujeres de Unbound
consideradas en la muestra. Cada ítem pasó por un proceso de redacción y
119
revisión minuciosa, en base al marco teórico que sustenta a las variables
estudiadas y a cada una de sus dimensiones internas.

Confiabilidad

La confiabilidad es el grado en que un instrumento de medición


produce resultados consistentes y coherentes si se aplica repetidas veces a
un mismo sujeto. Este constructo o cualidad del instrumento puede
determinarse mediante diversos métodos como midiendo la estabilidad de
respuestas en aplicaciones sucesivas, haciendo mediciones paralelas o en
mitades partidas (Hernández et al., Op.Cit.). En este estudio, se utilizaron
medidas de consistencia interna, específicamente el coeficiente “alfa de
Cronbach”, el cual permite cuantificar el nivel de fiabilidad de una escala de
medida para una magnitud inobservable (como resiliencia o espiritualidad),
construida a partir de “n” variables observables de dicha magnitud.
La confiabilidad varía de acuerdo al número de ítems que incluya el
instrumento de medición, de modo que mientras mayor cantidad de ítems
haya, mayor será la confiabilidad. En esta investigación, los instrumentos
fueron diseñados con 31 items cada uno y la confiabilidad fue calculada a
través del programa SPSS 22, en base a una prueba piloto aplicada a 9
mujeres pertenecientes al programa de apadrinamiento de Unbound con
características notorias de resiliencia y espiritualidad respecto a los
indicadores conductuales y dimensiones teóricas de estos constructos. Estas
mujeres pertenecían a otro grupo de madres que se reunía en el sector El
Paraíso, cercano al sector El Tostao, pero fuera de la población del estudio.
El alfa de Cronbach de la prueba piloto para el instrumento A (escala
de resiliencia) fue de 0,720. Por su parte, el alfa de Cronbach de la prueba
piloto para el instrumento B (escala de espiritualidad) fue de 0,717. Como
criterio general, George y Mallery (2003, p. 231) sugieren las siguientes
valoraciones para evaluar los coeficientes de alfa de Cronbach:
120
-Coeficiente alfa >.9 es excelente
- Coeficiente alfa >.8 es bueno
-Coeficiente alfa >.7 es aceptable
- Coeficiente alfa >.6 es cuestionable
- Coeficiente alfa >.5 es pobre
- Coeficiente alfa <.5 es inaceptable

Técnicas de análisis de datos

Se utilizó estadística descriptiva para analizar las variables, primero


espiritualidad y luego resiliencia. Se interpretó de esta manera cómo la
muestra se distribuye alrededor de ambas variables, usando gráficos
generados por el programa SPSS 22. Posteriormente se utilizó estadística
inferencial para generalizar los resultados a toda la población (Hernández et
al., Op.Cit).
En este sentido, se usaron estadísticos paramétricos para demostrar la
hipótesis: primero, se determinó si de hecho existía correlación entre ambas
variables a través del coeficiente R de Pearson y posteriormente,
corroborada dicha correlación y su nivel, se estimó el efecto de la
espiritualidad sobre la resiliencia a través de un modelo de regresión línea,
suponiéndose que la covariación de ambas variables fuese solamente lineal
y no curvilínea.

Procedimiento de la investigación

El autor, partiendo de su problema de investigación, elaboró un marco


teórico para explicar las variables de estudio y sustentar lo que otras
investigaciones han arrojado en cuanto a correlaciones entre dichas
variables. En base al modelo teórico de Rodríguez et. al (Op.Cit), se postuló
121
la hipótesis de que mayores niveles de espiritualidad predicen mayores
niveles de resiliencia. Posteriormente, se elaboraron dos instrumentos de
medición, uno para cada variable, basados en la operacionalización de éstas
en dimensiones, sub-dimensiones e indicadores. Los instrumentos fueron
validados en cuanto a contenido por expertos del CIPPSV y se determinó
una confiabilidad aceptable para ambos, luego de aplicarse a un grupo piloto.
Las pruebas fueron aplicadas de manera grupal, en cuatro momentos
diferentes y por una sola persona, a una muestra de 59 mujeres
pertenecientes al programa de apadrinamiento de Unbound. Los datos
arrojados fueron sometidos a análisis estadístico descriptivo y luego se utilizó
estadística paramétrica para probar la hipótesis. Una vez realizado este
análisis, se plantearon conclusiones y recomendaciones al respecto para
futuras investigaciones.

122
CAPÍTULO IV

RESULTADOS

Este capítulo ha sido dividido en dos partes. En la primera parte se


presentan los resultados o datos crudos obtenidos de la muestra,
acompañados de estadísticos descriptivos: medias, máximos, mínimos,
rangos y desviaciones estándar. Los datos recogidos, además de las
características sociodemográficos de las mujeres estudiadas, incluyeron la
siguiente información atendiendo secuencialmente a los objetivos específicos
de esta investigación: características de resiliencia (objetivo 1),
características de espiritualidad (objetivo 2), correlación y regresión lineal
entre ambas variables (objetivo 3).
En esta parte, los resultados se presentan inicialmente desde el nivel
macro de las dimensiones, bajando luego al nivel intermedio de las sub-
dimensiones y finalizando en el nivel más bajo, el de los indicadores e ítems
específicos. Se muestran los cuadros de distribución absoluta y porcentual
de mujeres respecto a la frecuencia con que exhiben características de
resiliencia y espiritualidad, así como los cuadros y gráficos obtenidas por
SPSS 22 que indican correlación y relación lineal entre las dos variables.
En la segunda parte, se procede al análisis interpretativo y discusión
de los datos estadísticos obtenidos, siguiendo la misma secuencia lógica de
los objetivos planteados: características de resiliencia (objetivo 1),
características de espiritualidad (objetivo 2), correlación y regresión lineal
entre ambas (objetivo 3). El análisis y discusión se hace en el mismo orden
que en la sección anterior, comenzando desde cada dimensión, bajando a
las sub-dimensiones y culminando en los indicadores e ítems específicos,
respaldando estas interpretaciones con gráficos de barras en cada nivel.
123
Presentación de resultados

Características de la muestra

Partiendo de la información socio-demográfica suministrada por las


mujeres en los instrumentos que diligenciaron, se obtuvo que el 58% de ellas
eran adultas jóvenes (entre 20 y 39 años) mientras que el 42 % eran adultas
medias (entre 40 y 60 años). La edad promedio de la muestra fue de 38,27
años con una desviación estándar de + 9,19, siendo el mínimo de 20 años y
el máximo de 56. En cuanto al número de hijos de las mujeres, la media fue
de 3 con una desviación estándar de + 2, teniéndose como mínimo un (1)
hijo y máximo once (11). En cuanto al tiempo que tienen las mujeres
participando en el Programa de Apadrinamiento, la media es de 11,98 + 5
años, siendo el mínimo de permanencia de 2 años y el máximo de 23.

Respecto a su estado civil, el 58% de las mujeres vivían en


concubinato, el 22% eran casadas y el 20%, madres solteras (sin pareja). En
cuanto a la religión que profesaban, el 61% de las mujeres se consideraban
católicas, el 17% eran cristianas evangélicas y el 22% eran de otras
religiones o dijeron no tener ninguna, aunque todas afirmaron creer en Dios.

Sobre el tipo de relación laboral que mantenía, el 22% de las mujeres


trabajaban bajo contrato y dependencia de un patrón, mientras que el 20%
ejercían actividades productivas de forma independiente y la mayoría, el
58%, no realizaba ninguna actividad generadora de ingresos, dedicándose
básicamente a labores del hogar. En cuanto a las 25 mujeres que sí trabajan,
los oficios que más señalaron fueron los de empleada doméstica (16%),
comerciante (12%), cocinera (8%) y costurera (8%).

124
Características de resiliencia

La suma de los 59 puntajes totales en la dimensión Características de


Resiliencia para la muestra estudiada dio un promedio de 134,86 + 13,09
(siendo el máximo posible de 155), con un rango de 58, teniéndose como
puntuación mínima 97 y máxima, 155. El promedio total de los 31 ítems fue
de 4,35 + 0,36. El puntaje promedio de estos ítems que más se repite (moda)
es el de 4,59, siendo el máximo de 4,93 y el mínimo de 3,49 (rango de 1,44).

La sub-dimensión “Atributos” de la dimensión Características de


Resiliencia (10 ítems) arrojó un promedio de la suma total (59 valores) de
43,11 + 4,95, siendo la puntuación máxima posible de 50, presentándose un
mínimo de 27 y un máximo de 50 (rango de 23). La sub-dimensión “Factores
Protectores Internos” de la dimensión Características de Resiliencia (17
ítems) arrojó un promedio de la suma total de 73,45 + 7,71 (puntaje máximo
posible de 85), con mínimo de 50 y máximo 85 (rango de 35). Por su parte, la
sub-dimensión “Consecuencias” de la dimensión Características de
Resiliencia (con 4 ítems) obtuvo un promedio de la suma total de 17,39 +
2,42 (puntuación mayor posible de 20).

En cuanto a la frecuencia con que las mujeres manifiestan indicadores


conductuales de las sub-dimensiones descritas, se obtuvo que: el 63% de
ellas “siempre” muestran atributos de Resiliencia y el 17% “casi siempre”; el
66% de las madres “siempre” muestran factores protectores internos de
Resiliencia y el 17% “casi siempre”; el 68% muestran “siempre”
consecuencias (integración y afrontamiento efectivo) de Resiliencia y el 17%
“casi siempre”. A excepción del indicador “trabajo proactivo”, más del 50 %
de las madres expresan que “siempre” emiten los otros 12 indicadores
conductuales de Resiliencia y más del 72% de todas las madres están en el
rango “siempre” y “casi siempre” de características conductuales resilientes.

125
Los cuatro indicadores de características resilientes mostrados con
mayor frecuencia por las mujeres son la comparación social pasiva (80% de
las madres dijo “siempre” y 14%, “casi siempre”), el afrontamiento efectivo
(80% de las madres dijo “siempre” y 12%, “casi siempre”), el locus de control
interno (76% de las madres dijo “siempre” y 15%, “casi siempre”) y el sentido
de pertenencia (porcentajes iguales al anterior). Por su parte, los cuatro
indicadores de características resilientes mostrados con menos frecuencia
por las mujeres son (de menor a mayor): trabajo proactivo, práctica reflexiva,
soporte social e integración.

Los cuatro enunciados o items con más alto puntaje, al promediar las 59
unidades de análisis en el intervalo del 1 al 5, fueron (de mayor a menor):

1°. El ítem 23 (indicador de “sentido de pertenencia”): Me siento una


miembro importante dentro de la gran familia que es Unbound (4,93+0,31).

2° El ítem 31 (indicador de “afrontamiento efectivo”): Para enfrentar el estrés


diario me esfuerzo por superar las adversidades sin desesperarme ni
rendirme. Ejemplo: si en mi barrio hay mucha inseguridad procuro igualmente
salir a la calle cuando sea necesario pero teniendo precaución y confiando
en Dios (4,83+0,42).

3° El ítem 24 (indicador de “participación comunitaria”): Participo en mi grupo


de madres de Unbound desde la comisión de trabajo que me corresponde
(4,81+0,54).

4° El ítem 26 (indicador de “comparación social pasiva”): Pienso que puedo


superarme con la ayuda del programa al igual que lo han logrado otras
madres de Unbound (4,80+0,52).

Los cuatro enunciados que obtuvieron puntajes promedios más bajos


fueron (de menor a mayor):

126
1°. El ítem 19 (indicador de “trabajo proactivo”): Aprendo habilidades que me
ayudan a realizar oficios productivos, haciendo cursos o por mi propia
cuenta.

2°. El ítem 6 (indicador de “soporte social”): En momentos de dificultad busco


el apoyo de personas confiables dispuestas a ayudarme (ejemplo: un
profesional, un pastor, un sacerdote, un miembro de Unbound…).

3°. El ítem 14 (indicador “práctica reflexiva”): Leo libros, folletos, revistas u


otros textos que tratan sobre temas de superación personal o de autoayuda.

4°. El ítem 17 (indicador de “trabajo proactivo”): Hago actividades productivas


para obtener dinero por mí misma, sin esperar que solo me llegue de una
fuente externa (Dios, pareja, gobierno, Unbound…).

Cuadro 2.

Distribución absoluta (f) y porcentual (%) de las mujeres según la


frecuencia con que manifiestan Características de Resiliencia

Siempre Casi Algunas Casi Nunca


Siempre Veces Nunca
INDICADORES
f % f % f % f % f %

1. Me he recuperado volviendo a tener una 32 54,24 13 22,03 9 15,25 3 5,08 2 3,39


vida normal luego de sufrir experiencias
difíciles o traumáticas (ejemplo: pobreza
extrema, pérdida de empleo, maltrato…).
2. He crecido como persona después de vivir 37 62,71 11 18,64 2 3,39 7 11,8 2 3,39
diversas situaciones dolorosas o 6
traumáticas (ejemplo: muerte de un
familiar, enfermedad, separación…)
REBOTE / PROMEDIO 34 57,63 12 20,34 6 10,17 5 8,47 2 3,39

3. Persevero con firmeza para alcanzar las 41 69,49 7 11,86 10 16,95 0 0,00 1 1,69
metas que me planteo en la vida (ejemplo:
busco los medios para obtener mi propia
casa, un trabajo digno, una mejor calidad
de vida, una profesión…).

127
4. Cuando encuentro obstáculos para el logro 36 61,02 12 20,34 8 13,56 2 3,39 1 1,69
de mis objetivos en la vida, trato de
superarlos con determinación (ejemplo: si
emprendo un negocio y tengo alguna
pérdida no me desanimo sino que sigo
intentándolo)
DETERMINACIÓN / PROMEDIO 38 64,41 10 16,95 9 15,25 1 1,69 1 1,69

5. Recibo apoyo de una persona adulta 40 67,80 10 16,95 8 13,56 1 1,69 0 0,00
significativa, cercana, que me hace pensar
que “sí puedo” salir adelante (ejemplo: mi
pareja, un familiar, un amigo o amiga…).
6. En momentos de dificultad busco el apoyo 18 30,51 14 23,73 16 27,12 4 6,78 7 11,86
de personas confiables dispuestas a
ayudarme (ejemplo: un profesional, un
pastor, un sacerdote, un miembro de
Unbound…).
7. Aprovecho el apoyo que instituciones o 43 72,88 8 13,56 6 10,17 0 0,00 2 3,39
personas competentes pueden brindarme
en momentos difíciles de mi vida (ejemplo:
ayuda de Unbound, de mi Iglesia, del
Estado…).
SOPORTE SOCIAL / PROMEDIO 33 55,93 11 18,64 10 16,95 2 3,39 3 5,08

8. Manejo exitosamente la mayoría de los 34 57,63 18 30,51 3 5,08 2 3,39 2 3,39


retos que se me presentan (ejemplo:
dificultades con la crianza de los hijos, en
el hogar, en el barrio, en el trabajo…)
9. Creo que, pase lo que pase, seré capaz de 45 76,27 6 10,17 6 10,17 2 3,39 0 0,00
aplicar una solución adecuada a mis
problemas.
10. Las experiencias difíciles que he 45 76,27 6 10,17 7 11,86 1 1,69 0 0,00
superado en el pasado me hacen sentir
confianza en mí misma para enfrentar
nuevos retos.
AUTOEFICACIA / PROMEDIO 41 69,49 10 16,95 5 8,47 2 3,39 1 1,69

Sub-dimensión: ATRIBUTOS / PROMEDIO 37 62,71 11 18,64 7 11,86 2 3,39 2 3,39

11. Tomo decisiones por mí misma en 43 72,88 11 18,64 3 5,08 1 1,69 1 1,69
cuanto a lo que quiero para construir mi
propio destino.
12. Elijo libremente los pasos hacia donde 45 76,27 10 16,95 3 5,08 1 1,69 0 0,00
deseo ir, luego de pensar en los caminos
que Dios me ilumina.
13. Soy creativa para realizar acciones que 47 79,66 7 11,86 2 3,39 1 1,69 2 3,39
afectan positivamente mi vida (por
ejemplo, para decidir y usar los
beneficios mensuales del
apadrinamiento).
LOCUS DE CONTROL INTERNO / 45 76,27 9 15,25 3 5,08 1 1,69 1 1,69
PROMEDIO

128
14. Leo libros, folletos, revistas u otros 20 33,90 17 28,81 13 22,03 4 6,78 5 8,47
textos que tratan sobre temas de
superación personal o de autoayuda.
15. Reflexiono a través de lecturas de 30 50,85 11 18,64 11 18,64 4 6,78 3 5,08
crecimiento personal o de autoayuda
para superar situaciones difíciles de mi
vida.
16. Aprovecho con interés las reflexiones 38 64,41 12 20,34 7 11,86 2 3,39 0 0,00
que hacemos en las reuniones de mi
grupo de madres para orientar
positivamente mis acciones.
PRÁCTICA REFLEXIVA / PROMEDIO 30 50,85 13 22,03 10 16,95 3 5,08 3 5,08

17. Hago actividades productivas para 27 45,76 9 15,25 16 27,12 3 5,08 4 6,78
obtener dinero por mí misma, sin esperar
que solo me llegue de una fuente externa
(Dios, pareja, gobierno, Unbound…).
18. Aprovecho las oportunidades que me 32 54,24 12 20,34 9 15,25 1 1,69 5 8,47
dan Unbound u otras organizaciones
para generar mis propios ingresos.
19. Aprendo habilidades que me ayudan a 21 35,59 9 15,25 16 27,12 4 6,78 9 15,25
realizar oficios productivos, haciendo
cursos o por mi propia cuenta.
TRABAJO PROACTIVO / PROMEDIO 27 45,76 10 16,95 14 23,73 2 3,39 6 10,17

20. Soy capaz de reírme de mis propios 36 61,02 12 20,34 8 13,56 1 1,69 2 3,39
errores, teniendo la disposición para
corregirlos.
21. Encuentro alivio a mis sufrimientos 28 47,46 17 28,81 9 15,25 3 5,08 2 3,39
pensando con buen humor en las
situaciones adversas que los
provocaron.
HUMOR / PROMEDIO 32 54,24 14 23,73 9 15,25 2 3,39 2 3,39

22. Me identifico con la visión, misión, 34 57,63 16 27,12 8 13,56 0 0,00 1 1,69
valores de Unbound, tratando de vivirlos
con coherencia en mi vida diaria.
23. Me siento una miembro importante 56 94,92 2 3,39 1 1,69 0 0,00 0 0,00
dentro de la gran familia que es
Unbound.
SENTIDO DE PERTENENCIA / PROMEDIO 45 76,27 9 15,25 4 6,78 0 0,00 1 1,69

24. Participo en mi grupo de madres de 52 88,14 3 5,08 4 6,78 0 0,00 0 0,00


Unbound desde la comisión de trabajo
que me corresponde.
25. Motivo a las otras madres del programa 34 57,63 11 18,64 13 22,03 0 0,00 1 1,69
con mi participación responsable en el
desarrollo de las actividades del grupo.
PARTICIPACIÓN COMUNITARIA / PROM. 43 72,88 7 11,86 8 13,56 0 0,00 1 1,69

26. Pienso que puedo superarme con la 50 84,75 6 10,17 3 5,08 0 0,00 0 0,00
ayuda del programa al igual que lo han
logrado otras madres de Unbound.

129
27. Cuando comparo mi situación 44 74,58 9 15,25 3 5,08 3 5,08 0 0,00
económica familiar con la de algunas
madres en el programa de
apadrinamiento, noto que ha mejorado.
COMPARACIÓN SOCIAL PASIVA / PROM. 47 79,66 8 13,56 3 5,08 1 1,69 0 0,00

Sub-dimensión: FACTORES 39 66,10 10 16,95 7 11,86 1 1,69 2 3,39


PROTECTORES INTERNOS / PROMEDIO

28. Las situaciones adversas de mi vida me 34 57,63 10 16,95 6 10,17 4 6,78 5 8,47
han impulsado a aprender nuevas
habilidades para salir adelante (ejemplo:
la pobreza me llevó a aprender y
practicar ciertos oficios dignos como
peluquería, cocina, costura… para
conseguir más dinero).
29. Al superar las adversidades me he 32 54,24 14 23,73 10 16,95 0 0,00 3 5,08
adaptado a las nuevas situaciones
poniendo en práctica mis talentos para
ayudar a otros(ejemplo: a mi familia, a
mis vecinos, a mis compañeras de
Unbound…)
INTEGRACIÓN / PROMEDIO 33 55,93 12 20,34 8 13,56 2 3,39 4 6,78

30. Me planteo nuevos objetivos en la vida 43 72,88 7 11,86 5 8,47 0 0,00 4 6,78
luego de sufrir fracasos o adversidades
(ejemplo: después de separarme de mi
pareja me propuse seguir adelante,
trabajando y educando a mis hijos)
31. Para enfrentar el estrés diario me 50 84,75 8 13,56 1 1,69 0 0,00 0 0,00
esfuerzo por superar las adversidades
sin desesperarme ni rendirme (ejemplo:
si en mi barrio hay mucha inseguridad
procuro igualmente salir a la calle
cuando sea necesario pero teniendo
precaución y confiando en Dios).
AFRONTAMIENTO EFECTIVO / PROMEDIO 47 79,66 7 11,86 3 5,08 0 0,00 2 3,39

Sub-dimensión: CONSECUENCIAS / 40 67,80 10 16,95 5 8,47 1 1,69 3 5,08


PROMEDIO

PROMEDIO TOTAL 39 66,10 10 16,95 6 10,17 2 3,39 2 3,39

Características de espiritualidad

La suma de los 59 puntajes totales en la dimensión Características de


Espiritualidad para la muestra estudiada dio un promedio de 140,86 + 11,24
(siendo el máximo posible de 155), con un rango de 55, teniendo como
puntuación mínima 100 y máxima, 155. El promedio total de los 31 ítems fue

130
de 4,54 + 0,33. El puntaje promedio que más se repite entre estos ítems
(moda) es el de 4,83, siendo el máximo de 4,93 y el mínimo de 3,61 (rango
de 1,32).

La sub-dimensión “Conexión con lo Trascendente” de la dimensión


Características de Espiritualidad (5 ítems) arrojó un promedio de la suma
total de los 59 valores igual a 20,32+4,18 (puntuación máxima posible es 25),
con mínimo 9 y máximo, 25 (rango de 16). La sub-dimensión “Búsqueda del
Sentido de Vida” de la dimensión Características de Espiritualidad (4 ítems)
arrojó un promedio de la suma total de 17,47+2,43 (puntaje máximo posible
es 20), con mínimo 11 y máximo, 20 (rango de 9).

La sub-dimensión “Indicadores de Salud Mental” (con 8 ítems), por su


parte, obtuvo un promedio de la suma total de 37,49+3,09, siendo el puntaje
máximo posible de 40, con mínimo 26 y máximo, 40 (rango de 24). Por otro
lado, la sub-dimensión “Práctica de Valores”, con 14 ítems, arrojó un
promedio de la suma total de 65,58+5,55 (puntaje mayor posible de 70), con
mínimo 45 y máximo, 70 (rango de 25).

En cuanto a la frecuencia con que las mujeres manifiestan indicadores


conductuales de las sub-dimensiones mencionadas, se encontró que: el 49%
de ellas “siempre” practican la conexión con lo trascendente y el 19%, “casi
siempre”; el 64% de ellas “siempre” buscan dar un sentido a la vida y el 19%,
“casi siempre”; el 80% “siempre” da muestras de salud mental (conexión
humana, bienestar, paz, esperanza) y el 12%, “casi siempre”; el 81% de las
madres practican los valores del respeto, la tolerancia, el aprecio por la
dignidad humana, el servicio, la responsabilidad, integridad y gratitud,
mientras que el 12% “casi siempre” los practican. A excepción del indicador
“religiosidad intrínseca”, más del 50% de las madres expresan que “siempre”
emiten los otros 14 indicadores conductuales de Espiritualidad y más del

131
71% de todas las madres están en el rango “siempre” y “casi siempre” de
características conductuales de Espiritualidad.

Los cuatro indicadores de características espirituales mostrados con


mayor frecuencia por las mujeres son: gratitud (92% de las madres dijo
“siempre” y 7%, “casi siempre”), dignidad humana (igual al anterior),
responsabilidad (86% de las madres dijo “siempre” y 10%, “casi siempre”) y
esperanza (85% de las madres dijo “siempre” y 10% “casi siempre”). Por otra
parte, los cuatro indicadores de características de espiritualidad mostrados
con menos frecuencia por las mujeres son (de menor a mayor): la
religiosidad intrínseca, la oración, el significado y el respeto.

Los cuatro enunciados o ítems con más alto puntaje al promediar las 59
unidades de análisis, en el intervalo del 1 al 5, fueron:

1°. El ítem 30 (indicador de “gratitud”): Agradezco a Dios por sus regalos


amorosos para mí y para los demás. Por ejemplo: por mi vida, salud,
alimentos, familia, trabajo, medio ambiente, bienes materiales… (4,93+0,31).

2°. El ítem 18 (indicador de “dignidad humana”): Trato a todos con dignidad


porque creo que toda persona es igual ante los ojos de Dios (4,90+0,36)

3°. El ítem 19 (indicador de “dignidad humana”): Aprecio la dignidad, el valor


interior de toda persona, en especial de los más vulnerables. Por ejemplo:
niños, ancianos, personas pobres, enfermas o con discapacidades
(4,88+0,42).

4°. El ítem 24 (indicador de “responsabilidad”): Cumplo con responsabilidad


los compromisos que asumí libremente en el programa de apadrinamiento
desde mi grupo de madres. Ejemplo: asisto a las reuniones mensuales y
talleres, elaboro las cartas regulares, entrego las calificaciones escolares de
mis hijos y participo en mi comisión de trabajo (4,85+0,45).

132
Los cuatro indicadores que obtuvieron menos puntaje fueron (de menor
a mayor):

1°. El ítem 4 (indicador de “religiosidad intrínseca”): Asumo compromisos con


la religión que profeso porque es esencial para mi vida de fe. Ejemplo:
participando en misas o cultos, ayunando, dando ofrendas o diezmos.

2°. El ítem 2 (indicador de “oración”): Escucho música, predicaciones y


programas de contenido espiritual para acercarme a Dios.

3°. El ítem 23 (indicador de “respeto”): Cuando alguien me trata injustamente,


reclamo mis derechos a la otra persona de forma respetuosa, sin ser
agresiva. Ejemplo: si alguien se me adelanta en una cola para comprar un
producto regulado, se lo hago notar con claridad pero sin mostrarme alterada
ni ofenderla con palabras groseras.

4°. El ítem 27 (indicador de “integridad”): Evito prácticas deshonestas, como


por ejemplo: hablar por las espaldas de los demás, manipularlos, difamarlos
o explotarlos, tomar lo que no es mío, mentir, “bachaquear”…

Cuadro 3.

Distribución absoluta (f) y porcentual (%) de las mujeres según la


frecuencia con que manifiestan Características de Espiritualidad
INDICADORES S CS AV CN N

F % f % f % f % f %

1. Dedico momentos diarios para 31 52,54 12 20,34 15 25,42 1 1,69 0 0,00


comunicarme con Dios, meditando
textos sagrados y espirituales.
2. Escucho música, predicaciones y 28 47,46 8 13,56 19 32,20 2 3,39 2 3,39
programas de contenido espiritual
para acercarme a Dios.
3. Me conecto con Dios contemplando 34 57,63 13 22,03 7 11,86 1 1,69 4 6,78
la belleza, bondad de la naturaleza
(ejemplo: viendo a las personas,
animales, plantas, paisajes…).
ORACIÓN / PROMEDIO 31 52,54 11 18,64 14 23,73 1 1,69 2 3,39

133
4. Asumo compromisos con la religión 21 35,59 10 16,95 19 32,20 2 3,39 7 11,86
que profeso porque es esencial para
mi vida de fe (ejemplo: participando
en misas o cultos, ayunando, dando
ofrendas o diezmos).
5. Me siento motivada a practicar 33 55,93 12 20,34 12 20,34 1 1,69 1 1,69
espontáneamente los principios
espirituales que inspiran a mi religión
(ejemplo: alabar y adorar a Dios,
bendecir los alimentos, perdonar,
ayudar a personas necesitadas…).
RELIGIOSIDAD INTRÍNSECA / PROM 27 45,76 11 18,64 16 27,12 1 1,69 4 6,78

Sub-dimensión: CONEXIÓN CON LO 29 49,15 11 18,64 15 25,42 1 1,69 3 5,08


TRASCENDENTE / PROMEDIO

6. Busco dar un significado positivo a 36 61,02 13 22,03 8 13,56 1 1,69 1 1,69


las experiencias dolorosas que me
pasan (ejemplo: muerte de un ser
querido, accidente, enfermedad…)
reflexionando por qué ocurrieron.
7. Cuando suceden eventos difíciles 34 57,63 9 15,25 11 18,64 1 1,69 4 6,78
(ejemplo: desastres naturales,
hechos violentos…) pienso que Dios
los permite porque de ellos sacará
consecuencias positivas para las
personas afectadas.
SIGNIFICADO / PROMEDIO 35 59,32 11 18,64 10 16,95 1 1,69 2 3,39

8. Aprendo de todas las experiencias 38 64,41 13 22,03 5 8,47 3 5,08 0 0,00


que vivo, incluso de mis errores,
sacando una enseñanza para mi
crecimiento personal-espiritual.
9. Cuando vivo experiencias tanto 42 71,19 10 16,95 3 5,08 1 1,69 3 5,08
agradables (ejemplo: la graduación
de un hijo) como desagradables
(ejemplo: la pérdida o robo de un
objeto valioso mío) pienso que Dios
está cumpliendo un plan amoroso
para mí a través de ellas.
PROPÓSITO / PROMEDIO 40 67,80 12 20,34 4 6,78 2 3,39 1 1,69

Sub-dimensión: BÚSQUEDA DEL 38 64,41 11 18,64 7 11,86 2 3,39 1 1,69


SENTIDO DE VIDA / PROMEDIO

10. Tengo amistades que me ayudan 33 55,93 13 22,03 11 18,64 1 1,69 1 1,69
en mi desarrollo espiritual (ejem-
plo: compañeras del grupo de ma-
dres Unbound, hermanos de Igle-
sia y amigos de otros ambientes)
11. Me relaciono de forma respetuosa, 52 88,14 4 6,78 3 5,08 0 0,00 0 0,00
cordial, afectuosa con quienes
interactúo diariamente (ejemplo:
con mis familiares, vecinos, cole-
gas de trabajo y otras personas)
CONEXIÓN HUMANA / PROMEDIO 43 72,88 8 13,56 7 11,86 1 1,69 0 0,00

134
12. Siento bienestar, armonía conmigo 47 79,66 7 11,86 5 8,47 0 0,00 0 0,00
misma, con Dios y con lo que me
rodea.
13. Me siento satisfecha como persona 46 77,97 7 11,86 6 10,17 0 0,00 0 0,00
al practicar mi espiritualidad en los
distintos ámbitos de mi vida
(ejemplo: familia, pareja, trabajo,
grupo de madres de Unbound…)
BIENESTAR / PROMEDIO 47 79,66 7 11,86 5 8,47 0 0,00 0 0,00

14. Me siento en paz, segura aún en 51 86,44 5 8,47 3 5,08 0 0,00 0 0,00
situaciones de amenaza o riesgo,
porque pienso que Dios me
protege.
15. Mantengo la paz, la serenidad aún 44 74,58 12 20,34 3 5,08 0 0,00 0 0,00
en situaciones de dolor o
adversidad, sabiendo que Dios
está cerca para apoyarme.
PAZ / PROMEDIO 48 81,36 8 13,56 3 5,08 0 0,00 0 0,00

16. Tengo esperanza de que las cosas 50 84,75 6 10,17 3 5,08 0 0,00 0 0,00
pueden cambiar para bien cuando
realizo las actividades planificadas
en el grupo de madres.
17. Mejoro el desempeño de mis 49 83,05 7 11,86 3 5,08 0 0,00 0 0,00
labores con la esperanza de que
todo esfuerzo dará sus frutos
positivos.
ESPERANZA / PROMEDIO 50 84,75 6 10,17 3 5,08 0 0,00 0 0,00

Sub-dimensión: INDICADORES DE 47 79,66 7 11,86 5 8,47 0 0,00 0 0,00


SALUD MENTAL / PROMEDIO

18. Trato a todos con dignidad porque 54 91,53 4 6,78 1 1,69 0 0,00 0 0,00
creo que toda persona es igual
ante los ojos de Dios.
19. Aprecio la dignidad, el valor interior 54 91,53 3 5,08 2 3,39 0 0,00 0 0,00
de toda persona, en especial de
los más vulnerables (por ejemplo:
niños, ancianos, personas pobres,
enfermas o con discapacidades).
DIGNIDAD HUMANA / PROMEDIO 54 91,53 4 6,78 1 1,69 0 0,00 0 0,00

20. Ofrezco voluntariamente mis 45 76,27 5 8,47 8 13,56 1 1,69 0 0,00


servicios en el desarrollo de las
actividades del grupo de madres
para el beneficio de todos.
21. Asumo como una misión al servicio 48 81,36 8 13,56 3 5,08 0 0,00 0 0,00
de los demás todas mis
responsabilidades (ejemplo: mi rol
de madre, trabajadora, vecina,
creyente, representante en
Unbound…)
SERVICIO / PROMEDIO 47 79,66 6 10,17 5 8,47 1 1,69 0 0,00

135
22. Muestro respeto hacia quien me 49 83,05 8 13,56 2 3,39 0 0,00 0 0,00
rodea, tratándole con amabilidad,
sin distinguir su rango social,
político, económico, religioso o
educativo.
23. Cuando alguien me trata 31 52,54 11 18,64 10 16,95 3 5,08 4 6,78
injustamente, reclamo mis
derechos a la otra persona de
forma respetuosa, sin ser agresiva
(ejemplo: si alguien se me adelanta
en una cola para comprar un
producto regulado, se lo hago
notar con claridad pero sin
mostrarme alterada ni ofenderla
con palabras groseras).
RESPETO / PROMEDIO 40 67,80 10 16,95 5 8,47 2 3,39 2 3,39

24. Cumplo con responsabilidad los 52 88,14 5 8,47 2 3,39 0 0,00 0 0,00
compromisos que asumí
libremente en el programa de
apadrinamiento desde mi grupo de
madres (ejemplo: asisto a las
reuniones mensuales y talleres,
elaboro las cartas regulares,
entrego las calificaciones escolares
de mis hijos y participo en mi
comisión de trabajo).
25. con responsabilidad mis fallas, 50 84,75 6 10,17 3 5,08 0 0,00 0 0,00
asumiendo las consecuencias
negativas de mis actos o
decisiones.
RESPONSABILIDAD / PROMEDIO 51 86,44 6 10,17 2 3,39 0 0,00 0 0,00

26. Pienso que soy una persona 49 83,05 8 13,56 1 1,69 0 0,00 1 1,69
íntegra, sincera, que tiene una sola
cara en cualquier situación.
27. Evito prácticas deshonestas (como 36 61,02 10 16,95 3 5,08 3 5,08 7 11,86
por ejemplo: hablar por las
espaldas de los demás,
manipularlos, difamarlos o
explotarlos, tomar lo que no es
mío, mentir, “bachaquear”…).
INTEGRIDAD / PROMEDIO 43 72,88 9 15,25 2 3,39 1 1,69 4 6,78

28. Acepto a las personas tal como 47 79,66 6 10,17 5 8,47 1 1,69 0 0,00
son, aunque piensen diferente que
yo sobre ciertos temas.
29. Soy capaz de ver a los demás 46 77,97 6 10,17 6 10,17 1 1,69 0 0,00
como hermanos(as), aún cuando
vivan estilos de vida diferentes.
TOLERANCIA / PROMEDIO 47 79,66 6 10,17 5 8,47 1 1,69 0 0,00

30. Agradezco a Dios por sus regalos 56 94,92 2 3,39 1 1,69 0 0,00 0 0,00
amorosos para mí y para los
demás (por ejemplo: por mi vida,
salud, alimentos, familia, trabajo,
medio ambiente, bienes
materiales…).
136
31. Expreso mi gratitud a los demás 51 86,44 6 10,17 2 3,39 0 0,00 0 0,00
por cualquier favor, servicio o
acción positiva, directa o indirecta,
hacia mi persona.
GRATITUD / PROMEDIO 54 91,53 4 6,78 1 1,69 0 0,00 0 0,00

Sub-dimensión: PRÁCTICA DE 48 81,36 7 11,86 2 3,39 1 1,69 1 1,69


VALORES / PROMEDIO

PROMEDIO TOTAL 41 69,49 9 15,25 7 11,86 1 1,69 1 1,69

Correlación entre resiliencia y espiritualidad

En cuanto a la distribución porcentual de unidades de análisis (mujeres)


según la frecuencia con que dicen emitir conductas resilientes y espirituales,
se encontraron los siguientes resultados: 66,10% de ellas “siempre”
muestran características de resiliencia y 69,45% “siempre” muestran
características de Espiritualidad; “casi siempre” el 16,95% muestran
Resiliencia y 15,25%, Espiritualidad; “algunas veces” el 10,17% muestran
Resiliencia y 11,86%, Espiritualidad; “casi nunca” el 3,39% muestran
Resiliencia y el 1,69%, Espiritualidad; “nunca” (iguales porcentajes que el
anterior).

En el gráfico 1 (dispersión de puntos), se observa una mayor


concentración de valores hacia la parte superior derecha del eje cartesiano,
mientras que hay una mayor dispersión en la parte inferior izquierda del
mismo. La correlación de Pearson (R) entre resiliencia y espiritualidad fue
R=0,628 con probabilidad asociada de p=0,000 (tabla 1).

137
Gráfico 1: Dispersión de valores de resiliencia y espiritualidad

Tabla 1.

Correlaciones.

VAR RES VAR ESP

VAR RES Correlación de **


1 ,628
Pearson

Sig. (bilateral) ,000

N 59 59

VAR ESP Correlación de **


,628 1
Pearson

Sig. (bilateral) ,000

N 59 59

138
Regresión Lineal

La tabla 4 (Resumen del ANOVA) arroja un modelo lineal ajustado


mediante la ecuación Y= a +bX, con los siguientes valores:

RESILIENCIA=1,052+0,728*ESPIRITUALIDAD

Se presentan a continuación los siguientes datos obtenidos por medio


del programa SPSS 22: Variables entredas/eliminadas (tabla 2), Resumen
del Modelo (tabla 3), Resumen del Anova (tabla 4), Coeficientes (tabla 5) y la
gráfica de regresión simple. La interpretación de estos datos se expone más
adelante, en la segunda parte de este capítulo sobre “análisis y discusión de
resultados” (ver página 138 en adelante).

Tabla 2.

Variables entradas/eliminadasa
Variables Variables
Modelo introducidas eliminadas Método
b
1 ESPIRITUALIDAD . Intro

a. Variable dependiente: RESILIENCIA

b. Todas las variables solicitadas introducidas.

Tabla 3.

Resumen del modelo


R cuadrado
Modelo R R cuadrado ajustado Error estándar de la estimación
a
1 ,628 ,395 ,384 ,32871

a. Predictores: (Constante), ESPIRITUALIDAD

139
Tabla 4.

Resumen del ANOVAa


Suma de Media
Modelo cuadrados gl cuadrática F Sig.
b
1 Regresión 4,020 1 4,020 37,204 ,000
Residuo 6,159 57 ,108
Total 10,179 58
a. Variable dependiente: RESILIENCIA

b. Predictores: (Constante), ESPIRITUALIDAD

Tabla 5.

Coeficientesa
Coeficientes
Coeficientes no estandarizados estandarizados
Modelo B Error estándar Beta t Sig.
1 (Constante) 1,052 ,546 1,928 ,059
ESPIRITUALIDAD ,728 ,119 ,628 6,099 ,000

a. Variable dependiente: RESILIENCIA

Gráfico 2: Recta de regresión entre espiritualidad y resiliencia.

140
Análisis y discusión de resultados

Características de resiliencia

La resiliencia de las mujeres en este estudio demostró ser alta en la


gran mayoría de ellas. Como puede apreciarse en el gráfico 3, 66% de ellas
dijo que “siempre” emitían conductas resilientes y 17% “casi siempre”; y en
su conjunto, la muestra obtuvo un puntaje alto en esta dimensión (135 sobre
155). Esto indica que al menos dos tercios de las mujeres de Unbound han
podido salir más fortalecidas de las adversidades particularmente en el
contexto de pobreza y carencias con las que han tenido que lidiar desde que
entraron al programa de apadrinamiento hasta ahora.

Gráfico 3: Distribución porcentual de las mujeres según la frecuencia


con que manifiestan características de Resiliencia vs. Espiritualidad
141
Desde el nivel de las sub-dimensiones, como puede apreciarse en el
gráfico 4, la sub-dimensión “consecuencias” es la más fuerte en las mujeres
estudiadas, encontrándose que el 68% de ellas “siempre” y el 9 % “casi
siempre” dan muestras de saber afrontar eficazmente las situaciones
adversas e integrarse adecuadamente a su entorno en esas circunstancias,
como producto de la interacción entre sus factores protectores internos, sus
atributos resilientes y los problemas o adversidades que viven.

En el misma gráfico 4, se aprecia que las sub-dimensiones “factores


protectores internos” y “atributos”, aunque con valores un poco menores,
igualmente superan el 70% en cuanto a cantidad de mujeres que “siempre” o
“casi siempre” dan muestras de estos indicadores, es decir, que la mayoría
de ellas se comportan de manera operativa en situaciones de riesgo
(atributos), especialmente en aquellas asociadas a la pobreza, dando a su
vez señales conductuales de tener características inherentes a su
personalidad o a sus procesos de aprendizaje individual que les ayudan a
modificar, mejorar o alterar sus respuestas de manera exitosa ante dichas
situaciones (factores protectores internos).

Gráfico 4: Distribución porcentual de las mujeres según la frecuencia


con que manifiestan las tres sub-dimensiones de Resiliencia
142
En el nivel de los indicadores específicos de características resilientes,
como puede apreciarse en los gráficos 5, 6 y 7, las mujeres de Unbound
destacan más por su capacidad de reconocer tanto que otras compañeras
del programa van avanzando en su calidad de vida como que ellas mismas
también pueden superar la pobreza (comparación social pasiva).

Igualmente, las mujeres destacan por el hecho de saber adaptarse a los


nuevos contextos surgidos de la adversidad (afrontamiento efectivo) y
sentirse dueñas de sus decisiones, creyéndose responsables de construir su
propio destino (locus de control interno) además de identificarse con
Unbound y sentirse valoradas en la organización, específicamente en sus
grupos de madres. También la mayoría expresa que se involucra
activamente en sus grupos de madres desde las comisiones de trabajo que
asumen (participación comunitaria).

Gráfico 5: Distribución porcentual de las mujeres según la frecuencia de


su indicador de “Atributos”.
143
Gráfico 6: Distribución porcentual de las mujeres según la frecuencia de
su indicador de “Factores Protectores Internos”.

Gráfico 7: Distribución porcentual de las mujeres según la frecuencia de


su indicador de “Consecuencias”.
144
Sin embargo, el indicador más bajo en promedio y en comparación a las
demás variables, aunque con valores igualmente altos en la escala total, está
relacionado a la búsqueda de apoyo de otras personas confiables en
momentos de dificultad, incluyendo a sus compañeras de grupo y personal
de Unbound (soporte social). Esto podría explicarse en razón de que las
madres prefieren resolver sus problemas por sí mismas sin hacer de su
participación en los grupos un medio para ventilar situaciones personales. Al
contrario, buscan quizás aportar soluciones a los retos comunes que viven
como grupo, lo cual es consistente con los mayores valores en
“responsabilidad” (característica de espiritualidad).
Por otra parte, el menor valor del indicador práctica reflexiva,
específicamente a través de las lecturas de autoayuda, parece estar mediado
por una pobre cultura lectora y por el bajo nivel académico observado por el
autor de esta investigación en la muestra, aunque este dato
sociodemográfico no haya sido registrado. Otro indicador que obtuvo
menores valores fue el de trabajo proactivo, mostrando que las madres
tienen menos tendencia a buscar capacitarse para aprender oficios que les
puedan generar ingresos y a emprender iniciativas de negocio.
Una de las explicaciones a este fenómeno podría radicar en el hecho
de que, cuando se introdujo el emprendimiento para generar autosuficiencia
económica como uno de los objetivos claves dentro del programa de
apadrinamiento en el 2010, las representantes estaban acostumbradas a un
estilo más “asistencial” del programa, además, recibían un aporte poco
significativo ya que los 20 dólares enviados por sus padrinos mensualmente
eran cambiados a 6,30 Bs/dólar, lo cual hacía muy difícil hablar de inversión
del recurso de una manera sustentable, situación que se mantuvo hasta
finales del 2013.
Posteriormente, a partir del 2014 la tasa de cambio mejoró
sustancialmente y algunas madres se han venido animando a probar
iniciativas individuales de inversión hasta el día de hoy como uno de los
145
medios básicos para generar cambios que impacten su calidad de vida y
romper así el ciclo de la pobreza.
Características de espiritualidad
La espiritualidad de las mujeres en este estudio demostró ser alta en la
gran mayoría de ellas. Como puede apreciarse en el anterior gráfico 3, el
70% de ellas dice que “siempre” emite conductas espirituales y 15% “casi
siempre”; y en su conjunto, la muestra obtuvo un puntaje alto en esta
dimensión (141 sobre 155). Esto indica que muchas mujeres de Unbound
(más de dos tercios de ellas) han buscado su felicidad y bienestar
manteniendo una conexión con Dios y un sentido de vida que se manifiesta a
través de diversas conductas.
Desde el nivel o perspectiva de las sub-dimensiones, como puede
apreciarse en el gráfico 8, la “Práctica de Valores” es la sub-dimensión más
frecuente en las mujeres estudiadas, encontrándose que el 81% de ellas
“siempre” y el 12% “casi siempre” ponen en práctica valores relacionados o
inspirados directamente en sus creencias espirituales, lo cual demuestra que
los ideales y aspiraciones superiores de estas mujeres están motivadas por
los significados morales y trascendentes que dan a la vida en diferentes
ámbitos.
Por su parte, la sub-dimensión “Indicadores de Salud Mental” arrojó
valores muy cercanos a los de práctica de valores, siendo que el 80% de las
mujeres y el 12% de ellas manifestaron estados psicológicos o cognitivos
que inciden favorablemente en su autoestima, confianza, realización
personal y capacidad para relacionarse con los demás.
Las sub-dimensiones “Búsqueda del Sentido de Vida” y “Conexión con
lo Trascendente”, si bien son menores que las dos primeras, igualmente
representan una buena parte de la distribución porcentual de las mujeres
puesto que el 83% (en el primer caso) y el 68% (en el segundo caso)
muestran “siempre” o “casi siempre” dichas conductas, lo cual indica que la
mayoría de las mujeres tratan de mantener algún contacto con Dios y dar
146
sentido positivo a los acontecimientos vitales, en particular a los más
adversos o dolorosos.

Gráfico 8: Distribución porcentual de las mujeres según la frecuencia


con que manifiestan las cuatro sub-dimensiones de Espiritualidad.

En cuanto a indicadores específicos de características espirituales


(cuya distribución se observa en los gráficos 9, 10, 11 y 12), las mujeres de
Unbound destacan por cuatro relacionados todos con la sub-dimensión
“práctica de valores”, mostrándose agradecidas hacia Dios y hacia quienes
les rodean, exteriorizando su aprecio por la igual dignidad o valor de las
demás personas a pesar de sus diferencias culturales, ideológicas, étnicas o
religiosas, siendo responsables en el cumplimiento de sus deberes o
compromisos dentro y fuera del grupo de madres de Unbound, demostrando
un sentido de esperanza en que todo puede cambiar para bien si cada una
de ellas pone su parte de esfuerzo personal y la confianza en Dios, lo cual es
un “indicador de salud mental” (ver gráfico 11).

147
Gráfico 9: Distribución porcentual de las mujeres según la frecuencia de
sus indicadores de “Conexión con lo Trascendente”

Gráfico 10: Distribución porcentual de las mujeres según la frecuencia


de sus indicadores de “Búsqueda de Sentido”

148
Gráfico 11: Distribución porcentual de las mujeres según la frecuencia
de sus “Indicadores de Salud Mental”

Gráfico 12: Gráfico 11: Distribución porcentual de las mujeres según la


frecuencia de sus indicadores de “Práctica de Valores”

149
No obstante, el indicador con promedio más bajo y en comparación a
las demás variables (pero igualmente con valores altos en la escala total que
alcanzan a casi dos tercios de la muestra) es el de “religiosidad intrínseca”, lo
cual muestra que las mujeres tienden menos a manifestar su espiritualidad
con señales, ritos o costumbres religiosas tradicionales de manera
espontánea o internamente motivadas. Es decir, más de la tercera parte de
las mujeres estudiadas no ven en las conductas inspiradas en o exigidas por
la religión algo fundamental en sus vidas.
Esto último podría guardar relación con el hecho de que buena parte de
la muestra fuese católica (61%), cuya población en su mayoría no suele estar
muy comprometida con sus principios o deberes religiosos (PBC, 2010); y
también por el hecho de que el 22% de las mujeres profesan otras creencias
diferentes al cristianismo o no se identifican con ninguna religión.
Aunque más del 70% de las mujeres expresan comunicarse con Dios
“siempre” o “casi siempre”, llama la atención que este indicador sea el
segundo con menores valores promedio en comparación al resto. La misma
característica socio-demográfico religiosa de la muestra mencionada
anteriormente puede ser un factor explicativo de este fenómeno ya que
precisamente dentro del catolicismo la cultura de “hablar con Dios a través de
la lectura bíblica” es mucho menos arraigada que en otras denominaciones
cristianas, donde este aspecto suele ser más reforzado y modelado desde la
familia, incluyendo también la escucha frecuente de música y predicaciones
que tienen que ver con la proclamación del evangelio (Grzona, 2012).
Los indicadores de integridad y respeto en la muestra, aunque sus
valores promedio absolutos no son bajos, están entre los cuatro últimos del
estudio quizás por las variables socioeconómicas que afectan
significativamente a los sectores más pobres de Venezolana, a los cuales
pertenecen las mujeres de Unbound.
Esto último se refleja en la diferencia de cerca del 30% en la
distribución de las madres según la frecuencia de emisión de conductas
150
entre los ítems de los mismos indicadores, ya que cuando se trata de
contrastar tales valores en los contextos estresante, amenazantes y
humillantes de las colas o búsquedas diarias de alimentos producidas por la
escasez de productos en el país, la práctica de dichos valores se hace
menos sencilla para las mujeres de Unbound quienes, como toda madre,
buscan la supervivencia propia y de sus hijos mostrándose fuertes en medio
de un ambiente que se torna cada vez más competitivo, agresivo y hostil.

Correlación entre resiliencia y espiritualidad

En las barras de distribución porcentual de las madres en cuanto a


frecuencia de emisión de conductas resilientes y espirituales (gráfico 3), se
aprecia una homogeneidad o paralelismo en los valores promedios de ambas
variables que tiende a incrementarse con el aumento de los mismos. Luego,
al observarse el gráfico 1 de dispersión, se nota también una distribución que
tiende a seguir un patrón de aumento ascendente más o menos homogéneo,
indicando la probabilidad de que exista alguna correlación positiva entre las
variables estudiadas.
Por su parte, al calcularse el estadístico Coeficiente de Correlación de
Pearson (tabla 1), se obtiene que R=0,628, y que el nivel de significancia es
de p=0,000, es decir que p<0,01 y por lo tanto, puede rechazarse la primera
Hipótesis Nula (Ho) que establece que no existe correlación entre resiliencia
y espiritualidad, precisamente porque sí hay evidencia de dicha correlación.
Además, como el valor de R está entre 0,50<R<0,75, se puede decir que
ambas variables están asociadas en la población de la que proviene la
muestra analizada, y que dicha asociación muestra una correlación directa
de nivel medio o moderado (Hernández et. al., Op.Cit).

151
Regresión lineal

En la tabla 3 (Resumen del Modelo), se obtiene el Coeficiente de


Correlación R Pearson y su cuadrado, siendo este último el Coeficiente de
Determinación que se calcula por la ecuación:
R² = 1 – Suma de cuadrados de los residuos
Suma de cuadrados total
El Coeficiente de Determinación R² obtenido es igual a 0,395, lo que
significa que la espiritualidad predice o explica el 40% de la varianza en los
valores de resiliencia en el modelo lineal. La R² ajustada es una corrección a
la baja de R² que se basa en el número de casos (n=59) y de variables
independientes (p=1), según la fórmula:
R²ajustada= R² - [p (1 - R²) / (n – p – 1)]
En el presenta estudio, R²ajustada es prácticamente igual a la R² sin ajustar
por la cantidad de casos y porque solo hay una variable independiente.
En la última columna de la tabla 3, se indica el Error típico de la
estimación (al cual se le llama Se), que es la desviación típica de los
residuos, es decir, la desviación típica de las distancias existentes entre las
puntuaciones de la variable dependiente “resiliencia” (Yi) y los pronósticos
realizados con la recta de regresión del gráfico 2 (Yi), aunque no
exactamente porque la suma de las distancias al cuadrado están divididas
entre n – 2, según la fórmula:

Se = √Ʃ(Yi – Yi)² / (n – 2) = 0,32871


Este error típico corresponde a la raíz cuadrada de la media cuadrática
del residuo, que según el Resumen del ANOVA (tabla 4) es igual a 0,108 y
representa una medida de la parte de la varianza en la variable dependiente
(resiliencia) que no es explicada por la recta de regresión. En este caso el
error es pequeño porque el ajuste de la recta es bueno.

152
La tabla 4 (Resumen del ANOVA) informa sobre si existe o no relación
significativa entre las variables. El estadístico F permite contrastar la
Hipótesis Nula de que el valor poblacional de R es cero, lo cual, en este
modelo de regresión lineal simple, equivale a contrastar la hipótesis de que la
pendiente de la recta de regresión b vale cero. El nivel crítico (Sig.) indica
que si se supone que R = 0, no es probable (p=0,000) que R en esta muestra
tome el valor de 0,628. Lo cual implica que R > 0 y en consecuencia, que
ambas variables están linealmente relacionadas (George & Mallery, 2003).
Por otro lado, la tabla 5 (Coeficientes) proporciona los
correspondientes errores típicos tanto de las constante a (valor de la
ordenada en el origen o de la resiliencia cuando la espiritualidad es cero)
como de la constante b (coeficiente de regresión o pendiente). Basados,
pues, en los planteamientos teóricos de Rodríguez et al (2011) y en la
ecuación lineal que surge al calcular la regresión simple de Y (resiliencia)
sobre X (espiritualidad): RESILIENCIA=1,052+0,728*ESPIRITUALIDAD,

la cual puede apreciarse en el gráfico 2, se rechaza la segunda Hipótesis


Nula (Ho) que establece que no hay un incremento de la resiliencia en la
medida de que aumenta la espiritualidad, ya que la pendiente de la recta
debería ser igual a “cero” para que solo sea necesario calcular Y (resiliencia)
buscando su valor promedio y no mediante los valores de X (espiritualidad).
En las últimas columnas de la tabla 5, se presenta el contraste de
hipótesis para el coeficiente de regresión, a través de una t de Student
(contraste de Wald), la cual parte de la hipótesis nula (Ho) que supone que el
coeficiente de regresión lineal vale cero. En este caso la t de Student para la
constante b vale 6,099 y el valor p asociado es menor que 0,000, razón por
la cual no tiene sentido aplicar el contraste de hipótesis para dicha constante.
El hecho de que la espiritualidad predice el 40% de la resiliencia, según
este modelo, podría interpretarse desde la perspectiva de que existen
probablemente otras variables predictoras o intervinientes relacionadas al
constructo resiliencia. La edad de las personas, según algunos estudios
153
antecedentes ya citados, podría ser una de ellas, pero no se hizo el
respectivo análisis en este estudio para confirmar dicha afirmación.
Aunque los resultados del estudio confirman las hipótesis planteadas,
solo pueden generalizarse a la población estudiada (70 personas) y no a
todas las madres del programa de apadrinamiento de Unbound en
Venezuela (que son más de 2000) y mucho menos a una población más
amplia fuera de la organización.

154
CAPÍTULO V

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Conclusiones

El presente estudio logró cumplir con los objetivos planteados. Se han


descrito las características de resiliencia y espiritualidad en las mujeres del
programa de apadrinamiento de Unbound, concretándose así los objetivos 1
y 2 de la investigación: se encontró que las mujeres tienen valores de
resiliencia y de espiritualidad elevados, con promedios totales de 135 y 141
respectivamente, en las escalas diseñadas para medir tales constructos
(ambas, en base a un puntaje máximo de 155, con 31 items cada una). La
gran mayoría de dichas mujeres (más de dos tercios de la población),
muestran con frecuencia características conductuales de ambas variables.
Las características resilientes que más resaltan por manifestarse en un
70% o más de los casos con máxima frecuencia (siempre), son de mayor a
menor: afrontamiento efectivo (de la sub-dimensión “consecuencias”); locus
de control interno, participación comunitaria, sentido de pertenencia y
comparación social pasiva (de la sub-dimensión “factores protectores
internos”); y autoeficacia (de la sub-dimensión “atributos”).
Por su parte, las características de espiritualidad más destacas por
manifestarse en un 70% o más de los casos con la máxima frecuencia son,
de mayor a menor: gratitud, dignidad humana y responsabilidad (de la sub-
dimensión “práctica de valores”); esperanza, paz y bienestar (de la sub-
dimensión “indicadores de salud mental): tolerancia, servicio, integridad y

155
conexión humana (las 3 primeras son “prácticas de valores” y la última es
“indicador de salud mental”)
La oración (de la sub-dimensión “conexión con lo trascendente”) y el
significado (de la sub-dimensión “búsqueda de sentido”) no resultaron estar
entre de los indicadores más notorios, siendo estos elementos los que
tradicionalmente se han venido incluyendo más en los estudios sobre
espiritualidad y en los instrumentos que intentan medirla a nivel científico. Sin
embargo, un 70% y 78% de las mujeres siempre o casi siempre dicen asumir
estas conductas, respectivamente, lo cual sigue siendo una cantidad
elevada, a criterio del autor de esta investigación.
Por otra parte, concretándose el objetivo 3, se demostró que existe una
correlación positiva (R=0,628) y significativa (p<0,000) entre ambas
variables, además de que dicha relación sigue una tendencia lineal en donde
la espiritualidad, definida en los términos de esta investigación, puede
predecir en un 40% (coeficiente de regresión R²=0,395) la variación o
varianza de los valores de resiliencia en las mujeres de la muestra. Estos
resultados apoyan empíricamente los de otras investigaciones
correlacionales en el tema a nivel internacional, que sugieren un papel causal
o predictivo de la espiritualidad sobre la resiliencia.
La espiritualidad, tal y como se ha definido en esta investigación, se ha
considerado una variable que antecede a la resiliencia por ser una cualidad
asociada filogenéticamente al ser humano y que presenta fines adaptativos o
de supervivencia para la especie, mientras que la resiliencia, aunque
mediada por factores protectores internos como la personalidad o la
neuroplasticidad, está condicionada más por procesos de aprendizaje. Sin
embargo, ambos constructos se desarrollan mediante procesos de
determinismo recíproco entre las potencialidades individuales internas y los
factores ambientales externos definidos por la sociocultura.

156
Recomendaciones

En esta investigación, se asumió una postura teórica sustentada en el


modelo de Rodríguez et al (2011) quienes a su vez han hecho una amplia
revisión biográfico de investigaciones empíricas para sustentar su teoría.
Sin embargo, se tuvo el límite metodológico de no contarse con un grupo
control con el cual comparar los datos obtenidos y llevar la investigación a un
nivel experimental. En este sentido, sería recomendable poder hacer
adaptaciones de las escalas aquí desarrolladas para aplicarlas a poblaciones
más generales y amplias, a fin de poder hacer réplicas que impliquen
diversos grupos comparativos y alcanzar resultados más fiables y
contundentes en la línea de causalidad.
Por ejemplo, se podría determinar la espiritualidad de muchas madres
en un contexto homogéneo, controlando eventuales variables intervinientes
como la edad, nivel socioeconómico y educativo, número de hijos, religión y
estado civil; luego hacer dos grupos de 100 o más personas: uno cuyos
valores de espiritualidad sean iguales o menores a 75 puntos (espiritualidad
muy baja) y otro cuyos valores sean iguales o mayores a 140 (espiritualidad
muy alta), desechando a las mujeres que tengan valores intermedios.
Posteriormente, se podría determinar la resiliencia de ambos grupos y la
diferencia en los promedios poblacionales de esta variable tendrían que
explicarse de manera significativa por la influencia de la espiritualidad.
Igualmente podrían revisarse la redacción y cantidad de ítems
planteados por indicadores en ambos instrumentos de medición a fin de
lograr una consistencia interna (Alfa de Cronbach) mayor de 0,8 es decir,
buena o excelente. Aunque la ejecución de las pruebas se hizo de manera
anónima y se les dejó en claro a las madres que las respuestas no iban a
condicionar de ninguna manera su participación o futuro en el programa de
apadrinamiento, algo que probablemente influenció en cierto grado dichas
respuestas pudo haber sido el hecho de que el coordinador general del
157
programa fue quien dirigió su aplicación en los cuatro grupos de mujeres,
siendo recomendable que entre esta persona y a quienes se aplica la prueba
no haya ninguna relación de dependencia para evitar posibles sesgos.
La relevancia de esta investigación para Fundación Unbound
Venezuela y para toda la organización Unbound a nivel mundial, es
considerable, ya que permitirá sustentar la creación de espacios formativos
donde se fomente la espiritualidad para generar en las representantes y
grupos de madres características resilientes que les permitan seguir
superando las adversidades de la vida, en especial las relacionadas a sus
situaciones de pobreza y marginación, alcanzando así la autosuficiencia
económica que promueve Unbound como medio principal para romper con el
ciclo de la pobreza.
Esta situación de pobreza o de limitaciones materiales, cuando se
enfrenta con el apoyo, la orientación y las herramientas adecuadas,
incluyendo una espiritualidad sólida, se constituye en un medio para el
crecimiento y fortalecimiento personal y comunitario, es decir, en una
oportunidad para aprender a ser resilientes.
En el contexto nacional, el aporte de esta investigación es relevante ya
que constituye la primera en esta línea y puede servir de base para futuras
intervenciones que pretendan sustentar empíricamente programas de
formación y prevención dirigidos a diversos sectores vulnerables de la
población femenina, como por ejemplo mujeres maltratadas, con
enfermedades crónicas o víctimas de otras situaciones adversas (acoso,
exclusión, cuidado de familiares enfermos o en situación especial,
separación o divorcio), a fin de favorecer el desarrollo de conductas y
actitudes resilientes ante dichas adversidades.
Análogamente, el CIPPSV podría valerse de estos hallazgos para
sustentar el uso de la espiritualidad en la orientación de conductas
operativas que tomen en cuenta esta fortaleza o potencialidad en toda
persona, ayudándoles a tomar decisiones o acciones más adecuadas y
158
exitosas ante las adversidades. La espiritualidad es un recurso interno,
gratuito e ilimitado que impacta significativamente la capacidad de superar
los problemas personales o ambientales, posibilitando la felicidad y bienestar
aún en contextos más adversos como los que sufre hoy Venezuela.
Esta investigación no solo ofrece una manera original de medir la
resiliencia y la espiritualidad sin ser incoherentes con los fundamentos
teóricos y operacionales previos que describen a ambas variables en el
ámbito científico internacional de la medicina, la enfermería o la psicología,
sino que también toma en cuenta la adaptación a una realidad y contexto
muy particular que es el de las mujeres venezolanas en situación de
pobreza, enfrentando los retos de una crisis nacional caracterizada por
escasez, inflación, inseguridad, violencia y ruptura en la práctica de valores
que anteriormente caracterizaban a buena parte de la población venezolana.
Para el autor, la realización de este estudio ha constituido una gran
oportunidad para profundizar un tema de investigación previamente
abordado desde el 2011 en la Universidad El Bosque (Bogotá, Colombia) y
para brindar mayores luces a un tema que está en la vanguardia del interés y
de la investigación científica mundial a nivel de la psicoterapia, la enfermería,
la neoroinmunología y el trabajo social, pues representa una esperanza para
los profesionales de la salud y promoción del ser humano en su capacidad
de favorecer las capacidades, el crecimiento, el bienestar y la felicidad de los
pacientes o clientes en sus luchas ante las contingencias de la vida diaria.
En este sentido, el presente estudio puede ser una guía para la
elaboración de otros instrumentos que midan estos constructos en distintos
contextos latinoamericanos. También ha sido para el autor un reto y
satisfacción personal el poder contribuir con el CIPPSV en el abordaje
empírico de un constructo (la espiritualidad) poco conocido pero que
favorece significativamente el desarrollo de otro (la resiliencia) cuya línea de
investigación sí es apoyada oficialmente por esta reconocida institución
venezolana.
159
REFERENCIAS

ABIDIN, R. (1995). Parenting Stress Index, 3ra Edicion: Professional


Manual. Odessa, FL: Psychological Assessment Resources, Inc.

ALPER, M. (2009). Dios está en el cerebro: una interpretación científica


de la espiritualidad humana y de Dios. Bogotá: Grupo Editorial
Norma.

ALLPORT, W., & ROSS, M. (1967). Personal religious orientation and


prejudice. Journal of Personality and Social Psychology, 5, 432-443.

ACEITÓN, H. Y KOTLIARENCO, M. (2006). La resiliencia como ventana de


oportunidades: un análisis sobre resiliencia y pobreza. [Documento en
línea]. III Conferencia de la Red Latinoamericana y del Caribe de
Childwatch International. México. Disponible:
http://www.uam.mx/cdi/pdf/iii_chw/kotliarenco_ aceiton _chile.pdf [Con-
sulta: 2014, Octubre 24]

AH MIN, J., YOUNG - EUN, J., DAI-JIN, K, HYEON-WOO, Y., JIN KIM, J.,
TAE-SUK, K., CHANG-UK, L., CHUL, L., & JEONG-HO, CH. (2013).
Characteristics associated with low resilience in patients with depression
and/or anxiety disorders. Qual Life Res, 22,231–241 [Base de Datos
PROQUEST]. [Consulta: 2015, febrero 21].

BANDURA, A. (1987). Teoría del Aprendizaje Social. 3ra. Edición, Madrid:


Espasa Universitaria.

BANDURA, A. (1969). Social-learning theory of identificatory processes.


In D. Goslin (Ed.), Handbook of socialization theory and research (pp.
213-262). Chicago: Rand McNally.

BECK, A. Y CLARK, D. (1999). El estado de la cuestión en la teoría y la


terapia cognitiva. En I. Caro (Com.), Manual de psicoterapias
cognitivas. Barcelona: Paidós.
160
BENSON, H. (2000). The relaxtion response. 1ra. Edición. New Yourk:
Harper Tourch

BONANNO, G. (2004). Loss, trauma and human resilience: Have we


underestimated the human capacity to thrive after extremely aversive
envents? American Pshycologist, 59, 20-28

BRADLEY, R., WHITESIDE, L., MUNDFROM, J.,CASEY, P., KELLEHER, K.,


POPE, S.(1994). Indicadores tempranos de resiliencia y su relación con
las experiencias en el hogar de niños prematuros con bajo peso
viviendo en pobreza. Child Development, 65(2), 346-360.

BRAVERMAN, M. (2001). Applying resilience theory to the prevention of


adolescent substance abuse. Focus, 7(2), 1-12

BREWER, E. (2001). Vocational souljourn paradigm: A model of adult


development to express spiritual wellness as meaning, being, and doing
in work and life. Counseling and Values, 45(2), 83–93.

BUENO, G. (2005). Perfil sociodemográfico de los estudiantes universitarios


sin progreso académico y la relación entre el apoyo psicosocial con
enfoque de resiliencia y el éxito académico en los estudiantes de primer
año de universidad. Trabajo de grado de Doctorado, Universidad
Complutense de Madrid, España.

BYRD, R. (1988). Efectos terapéuticos positives de la oración de intercesión


en población de unidad de cuidados coronarios. Southern Medical
Journal, 81(7), 826-829.

CABESTRERO, T. (2005). Espiritualidad y religiones. Misioneros Claretianos.


[Documento en línea]. Disponible:
http://www.claret.org/es/espiritualidad/bib_espiritualidad.php Tomado el
[Consulta: 2015, Marzo 11].

CALZADILLA, V. (2014). Psicoterapia y Espiritualidad. [Comunicación


personal del autor por correo-e]. Ponencia presentada en la IV Jornada
de Terapia Cognitiva Conductual, Caracas.

161
CARRETERO, R. (2010). Resiliencia: Una visión positiva para la prevención
e intervención desde los servicios sociales. Nómadas. Revista Crítica
de Ciencias Sociales y Jurídicas, 27 (3). [En línea]. Disponible:
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/27/raulcarretero.pdf
[Consulta: 2015, Febrero 25].

CASTRONOVO, M. Y MIGALI, M. (2014). “The Evolution of Psycotherapy


2013”: Los grandes temas del mayor de los eventos de actualización en
psicología a nivel mundial. [Facebook del Centro Privado de
Psicoterapia en línea]. Disponible: https://www.facebook.com/Centro
PrivadodePsicoterapias?fref=ts [Consulta: 2014, Septiembre 27].

CEA D`ANCONA, Mª A. (1998). Metodología cuantitativa: Estrategias y


Técnicas de Investigación Social. Madrid: Síntesis.

CONNOR, K. & DAVIDSON, J. (1999). Development of a new resilience


scale: The Connor - Davidson Resilience Scale (CDRISC). Depresión
and Anxiety, 18(2), 76-82.

CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


(1999). Gaceta Oficial N° 36.860

CRESPO, L., Y RIVERA, M. (2012). El poder de la resiliencia generado por


el cáncer de mama en mujeres en Puerto Rico. Revista Puertorriqueña
de Psicología, 23, 109-126. [Base de Datos REDALICK]. [Consulta:
2015, febrero 21].

DICCIONARIO ESENCIAL DE LENGUA ESPAÑOLA (1994). (1ra. Edición).


México, D.F.: Larousse.

DSM-IV (1995). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos


mentales. Barcelona: MASSON, SA.

EMBAJADA EN ECUADOR DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE


VENEZUELA. [Página Oficial en línea]. Disponible:
https://www.content&view=article&id=357%3Ala-mujer-en-la-revolucion-

162
bolivariana-de-hugo-chavez&catid=2%3Anoticias-debenezuela-en-pais
&Itemid=18 [Consulta: 2015, Abril 17]

FONAGY, P., STEELE, M., STEELE, H., HIGGITT, A., & TARGET, M.
(1994). La teoría y práctica de la resiliencia. Journal of Child Pshycology
and Allied Disciplines, 35, 231-257.

GALLO, G. (2009). Liderazgo, sinergia y resiliencia. Portafolio.co [Periódico


en línea] Disponible: http://www.portafolio.co/archivo/
documento/CMS-4827752 [Consultado: 2014, Septiembre 20].

GARCÍA-DIA, M., DINAPOLI, J., GARCÍA-ONA, L., JAKUBOWSKI, R., &


O'FLAHERTY, D. (2013). Concept Analysis: Resilience. Archives of
Psychiatric Nursing. 27, 264–270. [Base de Datos PROQUEST].
[Consulta: 2015, febrero 20].

GARMEZY, N. (1991). Resiliency and vulnerability to adverse developmental


outcomes associated with poverty. American Behavioral Scientist, 34,
416-430.

GARMEZY, N. (1993). Children in powerty: resilience despite risk. Psychiatry,


56, 127-136.

GARMEZY, N., MASTEN, A.S. & TELLEGEN, A. (1984). The study of stress
and competence in children: A building block for developmental
psychopathology. Child Development, 55, 97-111.

GEORGE, D., & MALLERY, P. (2003). SPSS para Windows paso a paso:
Una guía simple y de referencia. 4ta. Edición. Boston: Allyn & Bacon.

GÓMEZ, P. (2002). La espiritualidad en el hombre desde la perspectiva


logoterapéutica de Viktor Frankl. Psicología y Psicopedagogía. Año 3,
Junio, nº 10. [Documento en línea] Disponible:
http://www.salvador.edu.ar/psic/ua1-9pub03-10-03.htm [Consulta: 2010,
Octubre 27]

GREEFF, A. Y LOUBSER, K. (2008). Spirituality as a Resiliency Quality in


Xhosa-speaking Families in South Africa. Journal of Religion and

163
Health, 47(3), 288-301. [Base de Datos ProQuest Medical Library]
Disponible: http://.doi:10.1007/s10943-007-9157-7 [Consulta: 2010,
Agosto 23]

GROTBERG, E. (1995). The international resilience project: Research,


application and policy. Symposium International Stress e Violencia,
Lisbon, Portugal.

GRZONA, R. (2012). La Palabra de Dios y el católico de hoy: es urgente


volver a las fuentes del cristianismo. La Palabra entre nosotros.
[Revista digital en línea]. Disponible en: https://la.palabra.com/archi
ves/articla/lapalabradeDiosyelCatólicodehoy [Consulta:2016, marzo 10]

GUIMARÃES, H., Y AVEZUM, A. (2007). Impacto de la espiritualidad en la


salud física. Revista de Psiquiatría Clínica, 34 (1), 88-94.

HARRIS, M. (2008). El desarrollo de la teoría antropológica: Una historia


de la teoría de las culturas (Décimo sexta edición en español). Madrid:
Siglo XXI

HARROD, J. (2010). Researching the Origins of Art, Religion, & Mind in


Oldowan, Early, Middle and Upper Paleolithic. OriginNet. [Documento
en línea] Disponible: http://www.originsnet.org/home.html. [Consulta:
2010, Septiembre 17]

HERNÁNDEZ, S., FERNÁNDEZ, C., & BAPTISTA, P. (2006). Metodología


de la Investigación. 4ta. Edición. México: Editorial Mc Graw Hill.

HILL, P., Y PARGAMENT, K. (2003). Avances en la conceptualización y


medición de la religión y la espiritualidad: implicaciones para la
investigación en salud física y mental. American Psychologist, 58, 64–
74.

HOWELL, K. & MILLER-GRAFF, L. (2014). Protective factors associated with


resilient functioning in young adulthood after childhood exposure to
violence. Child Abuse & Neglect. 38, 1985-1994 .Avanced online
publication. [Base de Datos Science Direct]. Disponible: http:
//dx.doi.org/10.1016/j.chiabu.2014.10.010 [Consulta: 2015, Enero 25]

164
JARAMILLO, D., OSPINA D, CABARCAS, G., Y HUMPHREYS J. (2005).
Resiliencia, espiritualidad, aflicción y tácticas de resolución de conflictos
en mujeres maltratadas. Salud pública. [Revista en línea] 7(3), 281-
292. Disponible: http://www.scielosp.org/pdf/rsap/v7n3/v7n3a04.pdf
[Consulta: 2014, Septiembre 29]

JIMÉNEZ, F. & ARGUEDAS, I. (2004). Rasgos de sentido de vida del


enfoque de resiliencia en personas mayores entre los 65 y 75 años.
Actualidades Investigativas en Educación 4 (2), 1-28 [Revista
electrónica] Disponible: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed
.jsp?iCve=44740205 [Consulta: 2015, Febrero 19].

JUBY, C., Y RYCRAFT, J. (2004). Family Preservation Strategies for Families


in Poverty. Families in Society. 85(4), 581–587.

KELLY, J. (2004). Spirituality as a Coping Mechanism. Dimensions of critical


care nursing. 23(04):162-168

KOENIG, H. (2000). The Importance of religious community to older adults.


The Gerontologist, 40 (1), 112.

KOENIG, H., & GARCÍA, K. (2013). Re-examining definitions of spirituality in


nursing research. Journal of Advanced Nursing, 69(12), 2622–2634.
[Base de Datos ProQuest]. [Consulta: 2015, Marzo 10].

KOENIG, G., & COHEN, J. (2002). The Link between Religion and Health:
Psychoneuroimmunology and the Faith Factor. New York: Oxford
University Press.

KOENIG H., KING, D. & CARSON, V. (2012). Handbook of Religion and


Health. New York: Oxford University Press.

KOENIG, H., MCCULLOUGH, M. Y LARSON, D. (2000). Handbook of


Religion and Health. [Resumen en línea]. New York: Oxford University
Press. Disponible: http://admin.cmf.org.uk/pdf/helix/aut04/29books.pdf
[Consulta: 2014, Septiembre 26].

LAMIS, D., WILSON, C., TARANTINO, N., LANSFORD, J. & KASLOW, N.


(2014). Neighborhood Disorder, Spiritual Well-Being, and Parenting
165
Stress in African American Women. Journal of Family Psychology. 28
(6), 769-778. [Base de Datos APAPsycARTICLES]. [Consulta: 2015,
Enero 24]

LEE, M., KIM, M., Y RYU, H. (2005). Qi-training (qigong) enhanced immune
functions: what is the underlying mechanism? International Journal of
Neuroscience, 115(8), 1099-1104.

LEESON, L., NELSON, A., RATHOUZ, P., JUCKETT, M., COE, C., &
COSTANZO, E. (2014). S. Spirituality and the Recovery of Quality of
Life Following Hematopoietic Stem Cell Transplantatio. Healt
Psychology. Avanced online publication. [Base de Datos
APAPsycARTICLES]. Disponible: http://dx.doi.org/10.1037/hea0000196
[Consulta: 2015, Enero 23].

LUTHAR, S., CICCHETTI, D. & BECKER, B. (2000). The construct of


resilience: A critical evaluation and guidelines for future work. Child
Development, 71(3), 543-562.

LLORENS, N. (2007). Espiritualidad Cristiana. Revista Vitral, 78(año XIII),


marzo – abril. [Documento en línea]. Disponible: de
http://www.palabracubana.org/2007-04/espiritualidad_cristiana.htm
[Consulta: 2015, Marzo 10]

LUTHAR, S. (2010). Resiliencia a edad temprana y su impacto en el


desarrollo psicosocial del niño. Enciclopedia sobre el desarrollo de la
primera infancia [En línea]. Disponible: http://www.enciclopedia-
infantes.com/documents/LutharESPxp.pdf [Consulta: 2010, Octubre 10]

MANUAL DE APADRINAMIENTO DE UNBOUND (2015). Página 1-3.


Versión Digital.

MARTÍNEZ, C (2013). Resiliencia Infantil. Re-descubriendo a Edith Grotberg:


los ladrillos de construcción de la resiliencia [Blog personal] Disponible:
http://resilienciainfantil.blogspot.com/2013/07/re-descubriendo-edith-grot
berg-los.html [Consulta: 2015, Febrero 12]

166
MARTÍNEZ, M., MÉNDEZ, C. & BALLESTEROS, B. (2004). Características
espirituales y religiosas de pacientes con cáncer que asisten al centro
javeriano de oncología. Univ. Psychol. 3 (2), 231-246.

MATON, K., Y PARGAMENT, K. (1987). Los roles de la religion en la


prevención y promoción. Prevention in Human Services, 5, 161–205.

MCCRAE, J. (1995). Nightingale’s spiritual philosophy and its significance for


modern nursing. Image [Resumen en línea], 27 (1), 8-10. Disponible:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/7721325 [Consultado: 2014,
Septiembre 20].

MENONI Y KLASSE, E., (2007) Construyendo alternativas al dolor:


Reflexiones sobre la resiliencia en el barrio Casabó, Cerro de
Montevideo. Revista Uruguaya de Enfermería, 1 (2), 25-39.

MOBERG, D. (1984). Mediciones subjetivas del bienestar spiritual. Review of


Religious Research, 25, 351-364.

MONROY, B. Y PALACIOS, L. (2011). Resiliencia: ¿Es posible medirla e


influir en ella? Salud Mental, 34(3), 237-246.

MOREIRA-ALMEIDA, A., LOTUFO, F. Y KOENIG, G. H. (2006).


Religiousness and mental health: a review. Revista Brasileira de
Psiquiatria, 28(3), 242-50.

MORRIS, CH., & MISTO, A. (2001). Introducción a la Psicología. (10ma.


Edición). México: Prentice Hall.

MUÑOZ, V. & DE PEDRO, F. (2005). Educar para la resiliencia. Un cambio


de mirada en la prevención de situaciones de riesgo social. Revista
Complutense de Educación 16 (1), 107-124.

NAVAS C., Y VILLEGAS H. (2007). Espiritualidad y salud. Revista Ciencias


de la Educación [Revista en línea], 1 (27), 29-45. Disponible:
servicio.bc.uc.edu.ve/educacion/revista/volIn27/27-2.pdf [Consultado:
2014, Septiembre 23]

167
NORWOOD, R. (2006). Las mujeres que aman demasiado. 1ra. Edición,
Barcelona: Ediciones B, S.A.

OMS (2012). Las 10 causas principales de defunción en el mundo. [Datos en


línea]. En Organización Mundial de la Salud: Centro de Prensa.
Disponible: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs310/es/index2.
Html [Consulta: 2014, Septiembre 21].

OSPINA, M., JARAMILLO, V., Y URIBE, T. (2005). La resiliencia en la


promoción de la salud de las mujeres. Investigación y Educación en
Enfermería, 23(1).

PARGAMENT, K. (1997). La Psicología de la Religión y del


Afrontamiento: teoría, investigación y práctica. New York: Guilford
Press.

PARGAMENT , K., SMITH, B., KOENIG, H., Y PÉREZ, L. (1998). Patterns of


positive and negative religious coping with major life stressors. Journal
of Scientific Study of Religion, 37(4):710-724.

PARK, N. PETERSON, C. Y SELIGMAN, M. (2004). Strengths of character


and well–being. Journal of Social and Clinical Psychology. [Revista en
línea] 23 (5), 603-619. Disponible: http://www.viacharacterblog.org/wp-
content/uploads/2013/12/Character-strengths-well-being-Park-Peterson-
Seligman-2004.pdf [Consulta: 2014, Septiembre 25].

PBC Noticias en Línea (2010, Julio 6). ¿Por qué miles de personas
abandonan la Iglesia Católica? [Noticiero en línea]. Disponible en:
https://pancholon.wordpress.com/2010/07/06/porquemuchoscatólicosde
jansuiglesia [Consulta: 2016, Marzo 10].

PERES, M., ARANTES, A., LESSA, P., Y CAOUS, C. (2007). La importancia


de la integración de la espiritualidad y de la religiosidad en el manejo
del dolor en los cuidados paleativos. Revista de Psiquiatría Clínica, 34
(1), 82-87.

PÉREZ, B., VELOZA, M., ORTÍZ, J. (2012). Afrontamiento y adaptación y su


relación con la perspectiva espiritual en el paciente con VIH/SIDA.
Investigación y Educación en Enfermería. [Artículo en línea]. 30(3), 330-
168
338. Disponible: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_
arttext&pid=S0120-53072012000300005 [Consulta: 2015, Enero 20].

PRINCIPE, W. (1983). Hacia una definición de la espiritualidad. Studies in


Religion, 12(2), 127-141.

QUICENO, J., Y VINACCIA, S. (2009). La salud en el marco de la psicología


de la religión y la espiritualidad. Diversitas: Perspectiva Psicológica.
5(2), 321-336.

QUICENO, J., Y VINACCIA, S. (2013). Resiliencia, percepción de


enfermedad, creencia y afrontamiento espiritual religioso y calidad de
vida relacionada con la salud en pacientes con diagnóstico de artritis
reumatoide. Psicología desde el Caribe. [Revista en línea] 30(3), 591-
619. Disponible: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=21329176008
[Consulta: 2015, Enero 21].

QUIÑONES, M. (2006). Creatividad y resiliencia. Análisis de 13 casos


colombianos. Trabajo de grado de Doctorado, Universidad Autónoma
de Madrid, España.

RAFFO, G. Y RAMMSY, C. (2005). La resiliencia. Asociación Uruguaya para


la Prevención del Alcoholismo y la Farmacodependencia. Revista Foro,
38, 14, 114-129.

RICHARDS, P., Y BERGIN, A. (2005). A spiritual strategy for counseling and


psychotherapy. 2da. Edición. Washington, DC: American Psychological
Association.

RISO, W. (2005, Septiembre 15). Conceptualización cognoscitiva multinivel:


análisis por fases. [Documento en línea]. Conferencia presentada en el
pánel “Terapia Cognitiva: hacia un Nuevo Paradigma”, Universidad
Nacional de Colombia. Disponible: www.henrry.tipica.org/.../pdf/riso_
formulacion%20por%20niveles.ppt [Consulta: 2014, Septiembre 27].

RIVAS DE MORA, S. (2012). Fortalezas de carácter y resiliencia en


estudiantes de medicina de la Universidad de los Andes, Mérida,
Venezuela. [Versión completa en línea]. Trabajo de grado de
Doctorado, Universidad Autónoma de Madrid, España. Facultad de
169
Medicina, Departamento de Psiquiatría. Disponible: https://repositorio.
uam.es/bitstream/handle/10486/11241/56139_rivas_sileny.pdf?sequenc
e=1 [Consulta: 2015, Enero 20].

RODRÍGUEZ, M., FERNÁNDEZ, M., PÉREZ, M., Y NORIEGA, R. (2011).


Espiritualidad como variable asociada a la Resiliencia. [Versión
completa en digital]. Trabajado de grado de Especialización,
Universidad El Bosque, Bogotá, Colombia.

RODRÍGUEZ, M. (2006). Afrontamiento del cáncer y Sentido de la vida: un


estudio empírico y clínico. Trabajo de grado doctoral. Universidad
Autónoma de Madrid. Facultad de Medicina. Dpto. de Psiquiatría.

RODRÍGUEZ, Z. (1985) Filosofía, ciencia y valor. La habana: Editorial de


Ciencias Sociales.

ROEHLKEPARTIAN, E. Y OTROS (2066). Manual de Desarrollo Espiritual


en la infancia y la adolescencia. SAGE Publications. [Resumen en
línea]. Disponible: http://www.movilizacioneducativa.net/imprimir.
asp?idLibro=161 [Consulta: 2014, Septiembre 27]

ROLLAND, J., Y WALSH, F. (2006). Facilitating family resilience with


childhood illness and disability. Current Opinion in Pediatrics, 18, 527–
538. [Base de Datos ProQuest]. [Consulta: 2010, Julio 15].

ROTTER, B. (1954). Social Learning and Clinical Psychology. 1ra.


Edición. Prentice-Hall.

RUTTER, M. (1979). Protective factors in children ´s responses to stress


and disadvantages. En M.W. Kent y J.E. Rolf (Eds.). Primary
prevention of psycopathology, 3, 49-74. Hanover, NH: University Press
of New England.

RUTTER, M. (1993). Resilience: Some conceptual considerations. Journal of


Adolescent Health, 14(8), 626-631.

SALGADO, A. (2012). Efectos del bienestar espiritual sobre la resiliencia en


estudiantes universitarios de Argentina, Bolivia, Perú y República
Dominicana. [Versión completa en línea] Trabajo de grado de
170
Doctorado, Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, Perú.
Facultad de Psicología. Disponible: http://cybertesis.unmsm.edu.Pe
/bitstream/cybertesis/3293/1/salgado_la.pdf [Consulta: 2015, Enero 18].

SÁINZ, F. (1991). La psicología de C.G. Jung en el mundo. Revista de


Psicología de El Salvador, 10(41), 179-205.

SÁNCHEZ, B. (2004). Dimensión espiritual del cuidado en situaciones de


cronicidad y muerte. Aquichán, 4(4), 6-9.

SÁNCHEZ, B. (2009). Bienestar espiritual de enfermos terminales y de


personas aparentemente sanas. Investigación y Educación en
Enfermería, 27(1), 86-95.

SELIGMAN, M. (2003). Felicidad Auténtica. Barcelona: Javier Vergara


Editor. [Libro digital] Disponible: https://www.google.co.ve/
?gfe_rd=cr&ei=4cycV66cEYiEqQWli5ioCQ#q=libro+la+autentica+felicid
ad+gratis

SELIGMAN, M., Y OTROS (2005). Positive Psychology Progress. American


Psychologist, 60(5), 410-421. Disponible: http://www.
authentichappiness.sas.upenn.edu /images/apaarticle.pdf. [Consulta:
2015, Enero 20]

SUÁREZ, E. (1993). Resiliencia o capacidad de sobreponerse a la


adversidad. Medicina y Sociedad, 16.

TORRES, Y. (2012). Orientación Cognitivo Conductual para fortalecer la


resiliencia en madres de niños con diversidad funcional. Trabajo de
grado de maestría no publicado. C.I.P.P.S.V., Sede Centro Occidental.

VANISTENDAEL, S. (2003). Resiliencia y espiritualidad. El realismo de la fe.


Oficina Internacional Católica de la Infancia. Suiza: Ginebra [Documento
en línea] Disponible: http://www.addima.org/Documentos/Articulos/
ResilienciaEspiritualidad_BICE2003.pdf [Consulta: 2014 Septiembre 25]

VILLALBA, C. (2004). El concepto de Resiliencia: Aplicaciones en la


intervención social. Departamento de Trabajo Social y Ciencias
Sociales. Universidad Pablo de Olvide. Sevilla.
171
VILLALTA, M. (2010). Factores de resiliencia asociados al rendimiento
académico en estudiantes de contextos de alta vulnerabilidad social.
Revista de Pedagogía, 31 (88), 159-188.

WAGNILD, G., YOUNG, H. (1993). Development and psychometric


evaluation of the Resilience Scale. Journal Nurs Meas, 1(2): 165-177.

WERNER, E. (1982). Vulnerable but invincible: A longitudinal study of


resilient children and youth. New York: McGraw-Hill.

WERNER, E. Y SMITH, R. (1992). Overcoming the odds: High risk


children from birth to adulthood. Ithaca, NY: Cornell University Press.

WINDLE, G. (2011). What is resilience? A review and concept analysis.


Reviews in Clinical Gerontology, 21, 152-169.

WOLIN, S. Y WOLIN, S. (1995). Resilience among youth growing up in


substance-abusing families. Pediatric Clinic of American, 42.

YOFFE, L. (2007). Efectos positivos de la religión y la espiritualidad en el


afrontamiento de duelos. Psicodebate, 7, 193-205.

ZABALA, M., VÁZQUEZ, M., Y WHETSELL, M. (2006). Bienestar espiritual


en pacientes diabéticos. Aquichán [Revista en línea] 6(1), 11-21.
Universidad de la Sabana, Bogotá. Disponible:
http://aquichan.unisabana.edu.co/index.php/aquichan/article/view/76
[Consulta: 2014, Septiembre 28]

172
ANEXOS

173
ANEXO A

INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS

174
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTRIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS, PSICOLÓGICAS
Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA

Barquisimeto, de Enero del 2015

Estimada madre y/o representante:

Le saludo afectuosamente solicitando su valiosa colaboración voluntaria para


diligenciar las siguientes dos escalas, que tienen como objetivo medir niveles de
resiliencia y de espiritualidad en madres del programa de apadrinamiento
“Esperanza para una Familia”, de la organización Unbound.

La información que usted aporte se utilizará exclusivamente para fines de


investigación científica y académica, sin ninguna consecuencia para su participación
o continuidad dentro del programa de apadrinamiento. No es necesario que coloque
su nombre para que así pueda responder con toda libertad, sinceridad y confianza.

Por favor, antes de empezar a diligenciar ambas escalas, lea las instrucciones
generales.

Agradeciendo de antemano su apoyo, me suscribo.

Maestrante Reinaldo José Noriega

(Coordinador General de Unbound en Venezuela)

175
176
177
178
179
ANEXO B

VALIDACIÓN DE LOS INSTRUMENTOS

180
181
182
183
184
185
186
187
188
189
190
191
192
193
194
195
196
197
198
199
200
ANEXO C

CONFIABILIDAD DE LOS INSTRUMENTOS

201
RESILIENCIA Y ESPIRITUALIDAD EN MUJERES DE LOS SECTORES
SANTA ROSALÍA Y EL TOSTAO PERTENECIENTES AL PROGRAMA DE
APADRINAMIENTO DE UNBOUND
DATOS PRUEBA PILOTO
9 Sujetos-Cuestionario 31 ítems (escala tipo Lickert)
AUTOR: REINALDO NORIEGA
TUTOR(A): TANIA MENDOZA

INSTRUMENTO A: ESCALA DE RESILIENCIA

VALORES PUNTUADOS POR LAS MUJERES

202
CORRELACIONES PRUEBA PILOTO INSTRUMENTO A (por SPSS 22)

203
Resumen de procesamiento de casos (por SPSS 22):

N % Estadísticas de fiabilidad
Casos Válido
9 100,0 Alfa de N de
Cronbach elementos
a
Excluido 0 0,0 ,720 31
Total 9 100,0
a. La eliminación por lista se basa en todas las variables
del procedimiento.

204
RESILIENCIA Y ESPIRITUALIDAD EN MUJERES DE LOS SECTORES
SANTA ROSALÍA Y EL TOSTAO PERTENECIENTES AL PROGRAMA DE
APADRINAMIENTO DE UNBOUND
DATOS PRUEBA PILOTO
9 Sujetos-Cuestionario 31 ítems (escala tipo Lickert)
AUTOR: REINALDO NORIEGA
TUTOR(A): TANIA MENDOZA

INSTRUMENTO B: ESCALA DE ESPIRITUALIDAD

VALORES PUNTUADOS POR LAS MUJERES

205
CORRELACIONES PRUEBA PILOTO INSTRUMENTO B (por SPSS 22)

206
Resumen de procesamiento de casos (por SPSS 22):

Estadísticas de fiabilidad
N %
Casos Válido
9 100,0 Alfa de N de
Cronbach elementos
a
Excluido 0 0,0 ,717 31
Total 9 100,0
a. La eliminación por lista se basa en todas las variables
del procedimiento.

207
208

S-ar putea să vă placă și