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Gobernando a través del delito1

Jonhatan Simon2
Universidad de California

Gobierno, castigo y modernidad

La afirmación de que nuestra sociedad es Derecho Civil y a los acuerdos contractua-


“posmoderna” depende en última instancia les, brindaba una especie de índice del pro-
de lo que uno piensa que ha cambiado en el ceso de modernización.
presente, que requiere romper los marcos Las sociedades tradicionales, según
interpretativos útiles que han sido asocia- Durkheim, permanecían unidas por una “so-
dos con la modernidad3. Este trabajo propo- lidaridad mecánica”, es decir, una identifica-
ne un fuerte candidato a ser considerado un ción común sustentada por una limitada di-
cambio de esta índole, cual es la relación his- visión del trabajo. El principal recurso sim-
tórica entre gobierno, castigo y modernidad. bólico de esta identificación con la sociedad
Un siglo atrás, Emile Durkheim (1933) sos- y su lazo común era el Derecho Penal, que
tuvo que la forma de regulación legal en una facilitaba ocasiones para invocar la moviliza-
sociedad era un indicador significativo de ción violenta y ritualista del grupo social
su orden social. El grado en el que una so- como un todo contra sus enemigos internos.
ciedad era gobernada a través de leyes y Dado que el delito y la oportunidad para
sanciones penales, en tanto opuestos al castigar proveen una plataforma crítica para

1 2
Publicado en inglés en Lawrence M. Friedman y Traducción al castellano de Augusto Montero (Uni-
George Fisher: The Crime Conundrum. Essays on versidad Nacional del Litoral).
3
Criminal Justice. Westview Press, Boulder, 1997, Para una defensa de la proposición de que el marco
pp. 171-189. anterior es útil todavía con respecto a las prácticas
penales, ver David Garland (1985:3-35).
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gobernar a las sociedades tradicionales, las te de nuestra propia identidad como moder-
categorías de delincuentes o delitos que van nos. Por vías diferentes, la vieja asociación
desapareciendo deben ser reemplazadas me- de la modernización con la declinación del
diante la redefinición de otras conductas delito y del castigo como los rasgos centra-
como delictivas (Erikson, 1966:3-5, 8, 26). les del mantenimiento del orden social pare-
Las sociedades modernas reproducen el ce estar siendo de alguna forma revertida.
orden social a través de un sistema de identi- Como los historiadores del delito y la vio-
ficaciones mucho más complejo, que lencia han acordado, la vida urbana en el
Durkheim llamó “solidaridad orgánica”. Es- pasado era más violenta. Aun cuando falten
tas identificaciones surgen de una división precisiones estadísticas, los estudios reali-
del trabajo altamente desarrollada. Gobernar zados sugieren que, teniendo en cuenta la
estas sociedades requirió una transición des- escala de población, las ciudades en Europa
de las leyes penales hacia aquellas que regu- y en Norteamérica han experimentado una
laban y validaban un conjunto más amplio disminución en la violencia desde el siglo
de relaciones legales entre individuos y gru- XVI en adelante, y especialmente desde me-
pos, provisto por los cuerpos de Derecho diados del siglo XIX; un proceso que diver-
Civil que incluían los contratos, la propiedad sos académicos han adjudicado a la discipli-
y la responsabilidad extracontractual. Las na del trabajo, a la educación moral y a la
sociedades modernas, en resumen, podrían profundización de la interioridad del sí mis-
en parte ser reconocidas por la proliferación mo (Elias, 1978:191-205; Lane, 1967:220-29;
de leyes restitutivas por sobre las retributi- Monkkonen, 1981:539-59). Esta tendencia
vas. Aun el Derecho Penal, en estas socieda- comenzó a colapsar en la década de 1940 y
des, se torna crecientemente un vehículo para se invirtió, aumentando rápidamente en los
reconocer grados de desviación e invocar ’50 y los ’60 hasta llegar a niveles que conti-
redes complejas de control social (Foucault, núan en el presente.
1979:73, 103). Las tasas de encarcelamiento en Estados
Las afirmaciones evolucionistas de Unidos fluctuaron dentro de un cierto límite
Durkheim han sido ampliamente cuestiona- desde el comienzo de las estadísticas
das. Sin embargo, su idea esencial de que la confiables en 1920 hasta los últimos años de
división del trabajo hace posible coordinar la década de 1970. Desde entonces han expe-
individuos sin descansar tanto en la pesada rimentado un aumento sin precedentes que
mano de la coerción estatal resulta atendible. continúa después de haber triplicado el por-
Más aún, la visión de Durkheim de una so- centaje de la población encarcelada hasta lle-
ciedad que por su misma diversidad, dina- gar a más de 409 presos por cada 100.000
mismo y complejidad, se torna capaz de al- habitantes4. Entre los varones afroamerica-
canzar un nivel de coordinación con mayor nos la cifra es diez veces mayor (Mauer,
profundidad que el de las sociedades más 1995:7). Y cuando miramos la totalidad del
simples continúa siendo una parte importan- sistema penal las cifras son dramáticas. Más

4
Estadísticas del Boureau of Justice: Sourcebook of
Criminal Justice Statistics, Washington, DC, 1996,
p. 4.
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del dos por ciento del total de la población crecimiento sin precedentes, es todavía pe-
adulta y más del treinta y tres por ciento de queña en relación con otros espacios de go-
los varones jóvenes adultos afroamericanos bierno, como las escuelas, los negocios y las
están bajo alguna forma de custodia o de su- familias, es tentador considerarla como un
pervisión penal en cualquier día dado (Mauer, sector especializado. Es fácil mostrar que la
1995:7). incorporación a este sector es distribuida
Una práctica penal que actúa con particu- bastante inequitativamente y está entre las
lar sensibilidad como un indicador de la mo- diferencias más problemáticas en las socie-
dernidad es la pena de muerte o, mejor dicho, dades industriales avanzadas. Pero el gobier-
su disminución. La limitación o la abolición no a través del delito parece realizarse de
de la pena de muerte han estado asociadas múltiples maneras, que son más difíciles de
con los procesos de modernización y demo- medir que la demografía jurisdiccional formal
cratización en casi todos los lugares desde del sistema de justicia penal: un cambio de la
las revoluciones antimonárquicas de la últi- atención en el funcionamiento del Congreso
ma parte del siglo XVIII hasta la Sudáfrica y de las legislaturas estatales hacia los ele-
contemporánea. Desde la Segunda Guerra mentos del sistema de justicia penal; una dra-
Mundial casi todas las naciones europeas mática sobrerrepresentación del delito y del
han abandonado la práctica para siempre o la castigo como temas de campaña electoral
han reservado para categorías de atrocida- para todo tipo de cargo público –cuanto más
des que sólo ocurren raramente. En los Esta- central y poderoso el cargo público, mayor la
dos Unidos, sin embargo, la práctica de la sobrerrepresentación–; la revigorización en
pena de muerte está experimentando un re- toda clase de instituciones, desde los cole-
surgimiento. El apoyo político a la misma ha gios a los negocios y las familias, del gobier-
crecido rápidamente desde la década de 1970 no a través de reglas y sanciones; la obsesi-
y ahora alcanza una abrumadora mayoría en va atención de los medios de comunicación
casi todos los grupos demográficos relevan- hacia el delito y el castigo, lo que ha coloca-
tes. La cuestión de la legislación y la admi- do al delito como la metáfora preferencial para
nistración de la pena de muerte es una pre- todas las formas de ansiedad social y ha des-
ocupación creciente del gobierno y de las tacado los actos de castigo o retribución
campañas electorales. Las ejecuciones en sí como el mecanismo principal para resolver
mismas han crecido mucho más lentamente, disputas de todo tipo.
pero al existir un Estado como Texas, en el En resumen, la declinación histórica en la
que se ejecutan actualmente varios prisione- importancia del delito y del castigo para go-
ros por mes, la pena de muerte puede estar bernar ha finalizado. En realidad, se está pro-
en vísperas de su renacimiento como un cas- duciendo algo así como una inversión. En un
tigo convencional en los Estados Unidos. grado que habría sorprendido a los observa-
El miedo al delito se ha tornado un tema dores sociológicos de la modernidad en el
dominante en la cultura política. A causa de siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX,
que la población encarcelada, a pesar de su estamos gobernándonos a través del delito5.

5
Es verdad que muchas sociedades industriales avan- Unidos es la excesiva focalización sobre el proble-
zadas, y no sólo los Estados Unidos, han sido inva- ma del
didas por el delito. Lo que distingue a los Estados castigo.
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Gobierno

El argumento central de este ensayo es que vio que el delito proyecta una sombra
las sociedades industriales avanzadas (par- desproporcionada sobre lo que primariamen-
ticularmente los Estados Unidos) no están te identificamos como gobierno, es decir, los
experimentando una crisis del delito y del políticos y el proceso electoral democrático.
castigo sino una crisis del gobierno que los Todas las campañas presidenciales en los
ha conducido a priorizar al delito y al castigo Estados Unidos, desde Goldwater-Johnson
como los contextos principales para el ejerci- en 1964, han sido disputadas en parte sobre
cio de ese gobierno. Me refiero a este fenó- la arena del delito.
meno como “gobierno a través del delito”. Y A partir de la reacción frente al aviso “Willie
por gobierno no entiendo simplemente las Horton” en favor de George Bush en 1988, la
acciones del Estado sino todos los esfuer- importancia del delito y su interconexión con
zos para guiar y dirigir la conducta de los la raza han sido tomadas como rasgos dados
otros. de la política estadounidense. Si el delito tuvo
“El ejercicio del poder consiste en guiar un perfil más bajo en la campaña de 1996 fue
las conductas posibles y ordenar los resul- sólo porque ambos candidatos se resigna-
tados probables. Básicamente el poder es ron totalmente a la fijación pública sobre la
menos una confrontación entre dos adver- “crisis” del delito.
sarios o una vinculación de uno al otro que Aunque las tasas de delitos parecen ha-
una cuestión de gobierno... Gobernar, en ber descendido significativamente en los úl-
este sentido, es estructurar el posible cam- timos años, lo cual es una tendencia que ha
po de acción de los otros” (Foucault, sido exhaustivamente cubierta por los me-
1982:220). dios de comunicación y que puede conti-
Gobernamos a través del delito en la medi- nuar en el corto plazo, una encuesta realiza-
da en que el delito y el castigo se vuelven las da a fines de mayo de 1996 mostró al delito
ocasiones y los contextos institucionales que como el principal tema de preocupación del
empleamos para guiar la conducta de los público7. El New York Times resumió el men-
otros (y aun la nuestra)6. saje de la campaña de Dole: “El señor Dole
De un tiempo a esta parte se ha hecho ob- se ha retratado repetidamente a sí mismo

6
Nikolas Rose (1990:4) detalla la definición de go- El termino “gobierno” está empezando también a
bierno de Foucault como “una cierta manera de lu- ser mayormente usado nuevamente en ciencia polí-
char para alcanzar fines sociales y políticos actuan- tica y estudios urbanos en los que se pone énfasis en
do de una manera calculadora sobre las fuerzas, acti- la ampliación del enfoque desde el gobierno, en el
vidades y relaciones de los individuos que constituyen sentido del Estado, a la relación entre el Estado
una población”. Diferiría de Rose ligeramente y usa- (government) y la sociedad civil. Ver Patricia
ría gobierno para todas estas acciones calculadoras McCarney, Mohammed Halfani y Alfredo Rodríguez
sobre las “fuerzas, actividades y relaciones de los (1994:95).
7
individuos”, dejando la prioridad de la población Berke, Richard L.: “Voter Ratings for President
como un rasgo de una racionalidad particular de go Change Little”, en New York Times, junio 5 de
bierno que surgió en el siglo XVI y aún permanece. 1996, p. A1.
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como un amigo de las víctimas y el señor nan, pero las drogas y el delito están crecien-
Clinton como un amigo de los delincuen- do en los márgenes de las luchas acerca de
tes”8. Mientras tanto, el señor Clinton reco- cómo el trabajo debe ser gobernado. Esto se
rría el país incitando el establecimiento de observa, por ejemplo, en las empresas que
toques de queda para adolescentes, unifor- realizan tests sobre consumo de drogas a sus
mes para escolares y sentencias más duras empleados y en los sindicatos que amenazan
para los ofensores juveniles9. con denunciar a los empleadores que violan
Menos obvias son las maneras en las que las regulaciones ambientales.
el delito ha devenido en eje de gobierno en La intuición básica de Durkheim acerca de
las estructuras gubernamentales menos re- que en su sociedad el delito y el castigo for-
conocidas pero más fundamentales. En las maban una fuente de gobierno mucho me-
escuelas, la prevención del delito y del uso nos importante que el contrato, la propiedad,
de drogas probablemente hayan sido temas la familia y otras formas de asociación civil
de agenda significativos en las últimas dos es todavía una verdad indudable en nuestra
décadas (reemplazando a la integración so- sociedad. Aun un crudo análisis cuantitati-
cial, entre otras preocupaciones). Hasta los vo de las páginas de los códigos legales, de
uniformes escolares, que ahora repentina- la jurisprudencia o de los informes adminis-
mente vuelven a estar de moda, son trativos mostraría que estamos gobernados
justificados en nombre de la necesidad de mucho menos por el Derecho Penal que por
identificar a los no estudiantes que intentan otras fuentes de órdenes y normas. Pero las
infiltrarse en las escuelas para vender drogas tendencias son importantes también. Un aná-
o realizar actividades típicas de las bandas lisis cuantitativo refinado podría en realidad
de jóvenes ofensores. captar una inclinación clara en la producción
En los lugares de trabajo, los temas que no de gobierno hacia el delito y el castigo en las
tienen que ver con el delito todavía predomi- últimas dos o tres décadas.

Explicaciones

El surgimiento de la prioridad de gobernar las décadas de 1950 y de 1960. Desde enton-


a través del delito podría razonablemente ces, las tasas de delitos parecen haber fluc-
considerarse como una respuesta a un incre- tuado dentro de un espacio relativamente
mento genuino en los delitos. Como sugerí estrecho. La demanda de castigo, sin embar-
antes, la larga curva de declinación de la vio- go, creció en medio de este período de esta-
lencia parece haber terminado en las socie- bilidad. Ni siquiera una demora política diría
dades occidentales en la década de 1940. Pero por qué la demanda realmente ha crecido de
el incremento más acentuado de los delitos, manera más acentuada a lo largo de la última
y de los violentos en particular, tuvo lugar en década y media. Esta tardía fijación sobre el

8 9
Seelye, Katharine Q.: “Revisting the Issue of Crime, Berke Richard L.: ob. cit., p. A12.
Dole offers List of Remedies”, en New York Times,
mayo 29 de 1996, pp. A1, A12.
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delito puede ser explicada como una respues- que aquélla constituya una explicación para
ta a la información selectiva sobre el delito ésta. En alguna medida, los liberales con-
por parte de los medios de comunicación. temporáneos también se encuentran inclina-
Pero aunque la representación del delito en dos hacia el castigo como un lugar para go-
los medios es claramente un factor funda- bernar. Las leyes y reglas institucionales cas-
mental en las políticas penales, provee tanto tigando el discurso racista, la violencia
una pregunta como una respuesta. Todavía doméstica, el acoso sexual y la pornografía,
es necesario que comprendamos por qué el por ejemplo, se han vuelto temas de agenda
delito constituye una historia tan convincente fundamentales para algunos liberales. Asi-
sobre nosotros mismos. Su incremento cuan- mismo, los conservadores del siglo XX ad-
titativo no puede explicar esto por sí solo. hirieron a menudo a enfoques no criminales
Podríamos, en cambio, buscar una explica- para gobernar como una alternativa para la
ción en el resurgimiento de las fuerzas políti- inestabilidad social (Gilbert, 1972:5-9). Resul-
cas conservadoras que comenzó en los últi- ta interesante que en un período de predo-
mos años de la década de 1970 en los Estados minio conservador durante el cual la dere-
Unidos y otras sociedades industriales ma- cha ha articulado aspiraciones para gober-
duras y persistió hasta los primeros años de nar a través del patriotismo, el trabajo y la
la década de 1990 (al menos). La retórica de familia, tanto como a través del delito, es en
los conservadores sugiere que ellos están en mayor medida con respecto al delito y al cas-
favor de la utilización del Derecho Penal como tigo que ha conseguido un éxito legislativo
una herramienta de gobierno estatal y consi- importante10.
deran a las normas privadas altamente puniti- Si bien la ideología conservadora no im-
vas como las estrategias preferenciales en pulsa la tendencia a gobernar a través del
otros espacios de gobierno. Desde esta pers- delito, los conservadores virtualmente en
pectiva podemos considerar que el incremen- todas las sociedades tardo o posmodernas
to del delito y la violencia de la década de se han beneficiado políticamente de su capa-
1960 ha movilizado el apoyo a las políticas cidad para articular la percepción, comparti-
conservadoras y reivindicado la crítica con- da por muchos de sus conciudadanos, acer-
servadora a los gobiernos liberales como de- ca de que los medios tradicionales y tradicio-
masiado “permisivos”. nalmente modernos de controlar a la juventud
Existe indudablemente algún vínculo en- –incluyendo a las familias, las escuelas, la
tre la influencia del conservadurismo y la ten- fuerza de trabajo, las iglesias, los militares,
dencia a gobernar a través del delito, pero etc.– se han debilitado11. Los votantes en
existen también razones para poner en duda todas estas sociedades, pero especialmente

10
Cuando observamos más detenidamente las estra- y la persecución penal de la violencia doméstica.
tegias para gobernar mediante el patriotismo o la Seelye, Katharine Q.: “Dole Says He Has Plan To
familia, encontramos técnicas de gobierno a través Win Votes of Women”, en New York Times, mayo
del delito –como leyes contra la quema de banderas 8 de 1996, p. A1.
11
y el abuso sexual de menores–. En verdad, cuando el Resulta útil aquí la sugerencia de Ulrich Beck (1992)
senador Robert Dole, candidato republicano a presi- acerca de que la modernidad desarrolló su propio
dente en 1996, buscó fundamentar por qué las muje- tipo de base tradicional, la vida y la cultura urbana e
res debían apoyar su candidatura, mencionó su apo- industrial, la cual ahora está decayendo.
yo a medidas para facilitar las condenas a violadores
Gobernando a través del delito 81

en los Estados Unidos, han afirmado la creen- vida social como una serie de distribuciones
cia de que el control social se está resque- de riesgos agregados que podían ser gober-
brajando y de que el castigo del delito es la nados por medio de su redistribución. En un
estrategia más prometedora para corregir esa trabajo anterior, junto a otros autores, he des-
quiebra12. cripto algunas de las propiedades de estas
Desde esta perspectiva resulta útil recor- nuevas estrategias de gobierno y de las
dar que las problemáticas del delito y del cas- novedosas tecnologías políticas que desple-
tigo han estado en gran medida asociadas a garon, incluyendo a los seguros, al trabajo
las dificultades de gobierno de poblaciones social y a las estadísticas sociales (Garland,
urbanas13. El delito literalmente ha mapeado 1985:73-158; Rose, 1990:4; Simon, 1993). Uno
y diseñado las ciudades durante el siglo XIX de los elementos claves en la construcción
(Leps, 1992:17-31). Pero, a principios del si- de este nuevo enfoque del gobierno fue la
glo XX, las figuras singulares del criminal y respuesta socializada a los accidentes indus-
las clases peligrosas homogéneas ya no fue- triales y a los accidentes cuasi-industriales
ron los objetivos centrales de la política so- de consumidores que nos han preocupado
cial porque nuevas prácticas y ciencias hi- durante gran parte del siglo XX (Ewald, 1986).
cieron posible gobernar las ciudades a tra- El accidente devino un modelo para el dise-
vés de nuevas manipulaciones sobre la ño de nuevas formas de intervención en las
industria, la etnicidad y la nacionalidad, la relaciones de poder. Pero pudo desempeñar
juventud y la ignorancia. Hasta el delito y el este rol sólo luego de un largo esfuerzo, nun-
castigo fueron reconfigurados en torno a ca completado, para liberarse de la implica-
estas agendas (Garland, 1985:73-158; Simon, ción del delito14.
1993). Durante gran parte del siglo XX el cas- Cuando el presidente Clinton, durante su
tigo de los delitos fue desplazado como la State of the Union Address de 1996, declaró
clave para el ejercicio del gobierno urbano que la era del gran gobierno había terminado,
por una focalización sobre la vivienda, la sa- se estaba haciendo eco de las palabras exito-
lud pública, el trabajo social y la educación. sas de los candidatos republicanos para el
Esta familia de estrategias ha sido asocia- Congreso, en 1994, acerca de que el tamaño
da con una variedad de términos y figuras del gobierno federal debía ser reducido. Pero
que incluye al keynesianismo, el fordismo puede haber estado refiriéndose también a
(ver Harvey, 1989), el colectivismo (Gilbert, un punto menos visible, a que había termina-
1972:5-9) y lo social (Donzelot, 1979:88-89). do la era en que parecía plausible gobernar a
Estos nuevos proyectos representaron a la la sociedad a través de lo “grande” (big-

12
Berke, Richard L.: ob. cit., p. A1; Seelye, plazaría al Derecho Penal como el principal foro
Katharine: “Dole Says He Has Plan…”, cit., p.1. para producir estrategias de gobierno para asegurar
13
Existe, por supuesto, una historia del gobierno de el orden en las sociedades modernas. Lo que ahora
las ciudades a través del delito y otros problemas experimentamos no es sólo una renovación del in-
relacionados como la insurrección, la enfermedad y terés por gobernar a través del delito, sino también,
la pobreza. Lane (1962:3-25), Chevalier (1973:161- paralelamente, un malestar con la responsabilidad
254). extracontractual como una fuente de regulación. Ver,
14
Durante gran parte del siglo XX pareció que el en bilbliografía, Simon (manuscrito no publicado).
derecho de responsabilidad extracontractual rem-
82 Jonhatan Simon

ness). Esta escala es exactamente la que ali- gobierno. Los Estados Unidos y otras socie-
mentaba a los programas como el seguro de dades industriales avanzadas se han encon-
desempleo, la indemnización para los traba- trado a sí mismas reevaluando los sistemas
jadores, etc.: la utilización del seguro y de las de distribución colectiva de riesgos, como la
tecnologías afines para contrarrestar los ries- asistencia social, la educación pública, el se-
gos producidos por la sociedad industrial en guro de desempleo y la indemnización de los
la misma escala en la que parecía situarse la trabajadores. El fracaso del modesto seguro
fuente de buena parte de ese riesgo. nacional de salud en los Estados Unidos, en
La era del “gran gobierno” iba mucho más 1993, fue una potente advertencia sobre lo
allá del Estado, era también un estilo de orga- confusas que se volvieron las narrativas y
nización del sector privado, ejemplificado por racionalidades básicas en las que se apoyan
las uniones de las grandes industrias auto- estas modalidades de gobierno17.
motrices y metalúrgicas en las cuales el con- El gobierno a través del delito, en toda su
trol de los grandes oligopolios sobre las con- amplitud, podría ser visto como una respues-
diciones de mercado ayudó a hacer posible ta a esta crisis, tanto una vuelta atrás hacia
una paz laboral basada en la distribución coo- estrategias reales o imaginadas para mante-
perativa de los costos en las estructuras ma- ner un orden social precario, como un paso
yores de consumo e inversión 15 (Piore y adelante hacia nuevas plataformas para go-
Sabel, 1984:3-18). Las compañías de seguros bernar un orden social que verdaderamente
fueron un símbolo de esta era y de la clase de está teniendo un notable cambio demográfi-
gobierno que promovía. Las “buenas manos” co y económico18.
de Allstate, por ejemplo, eran manos gigan- Algunos autores han empezado a descri-
tescas que incitaban a todos a entrar. bir la emergencia de una familia neoliberal de
Prudential invitaba a los norteamericanos a tecnologías de gobierno (Barry et al., 1996).
vincular sus precarias circunstancias indivi- En lugar de los grandes sistemas de distribu-
duales a la fuerza de su capital colectivo16. ción colectivista de riesgos, las técnicas neo-
En los últimos años estamos experimentan- liberales re-enfatizan al individuo como un
do, al parecer, una crisis de estos modos de administrador crítico del riesgo, pero lo ha-

15
Este punto no debe ser exagerado. Es difícil imagi- complejidad de las narrativas de las compañías de
nar que las sociedades industriales y postindustriales seguros en general, ver Baker (1994:1.395-1.433).
17
puedan ser gobernadas sin apelar a muchas formas Aun donde estas estrategias gubernamentales se
de distribución colectivista de riesgos. No obstante, mantienen fuertes, como en Alemania, existe una
tanto las tendencias económicas como las culturales creciente presión para el cambio. Friedrich, Klaus:
están lejos de confiar en estas tecnologías. Podemos “The End of Germany’s Economic Model”, en New
esperar continuas controversias políticas sobre aque- York Times, junio 10 de 1996, p. A19.
18
llos aspectos del sistema, principalmente asociados El horizonte más amplio no es necesariamente el
con grupos impopulares (como el welfare en los más profundo. Está claro que otras dimensiones de
EEUU) y resistencias continuas frente a los esfu las sociedades tardo-modernas, tales como la reno-
erzos dirigidos a su expansión (como el plan de salud vada polarización étnica y racial, ayudan tanto a
de Clinton). determinar el atractivo del gobierno a través del
16
El aviso de Prudential salió al aire en NBC durante delito como la forma específica que éste toma en
los play-offs de 1996 de la NBA. Resulta difícil decir sociedades concretas.
si estaban haciendo una oferta o un rechazo. Para la
Gobernando a través del delito 83

cen a través de mecanismos deliberados de duos “respondan” o sean “responsabiliza-


dirección más que de las amenazas y exhor- dos”, como algunos observadores han des-
taciones del liberalismo tradicional (Rose, cripto correctamente (O’Malley, 1991:171-90).
1996:37-64). La socialización de los riesgos Gobernar a través del delito es también una
inevitablemente debilita la disciplina (tal como forma de imponer este nuevo modelo de go-
sus críticos dijeron que lo haría). Las nuevas bierno sobre la población.
estrategias apuntan a hacer que los indivi-

Gobernando a través de la seguridad

Un observador del discurso político en los dad (Shearing y Stenning, 1987:9-18). Están
Estados Unidos podría creer que la pobla- dirigidos a poner a la gente a salvo, de sí
ción estuvo gobernada crecientemente por misma y de los demás. El delito, por supues-
una lógica que dejó virtualmente todo lo im- to, constituye una forma principal de insegu-
portante en la vida a la elección personal, ridad para estos sistemas, pero uno puede
disciplinada solamente por el miedo al casti- gobernar el delito sin gobernar a través del
go inevitable para aquellos que cruzaran los delito. El gobierno a través de la seguridad
límites trazados por el Derecho Penal. Lo que se centra en el potencial daño más que en su
este cuadro dejaría afuera es el grado de in- fuente o sus explicaciones. Aunque todo está
tensidad de la regulación en los espacios en abierto como posible estrategia para este
los que la gente de clase media pasa la ma- enfoque de gestión de riesgos, incluyendo a
yor parte de su tiempo. Los espacios de tra- los castigos, no hay una inversión en el cas-
bajo y de consumo y aquellos híbridos como tigo como ceremonia política. Un sistema de
los aeropuertos y los centros comerciales, seguridad, a fin de cuentas, no está para re-
que acumulan ambas actividades, se han forzar la adhesión individual a normas de ac-
vuelto sitios de regulación extensiva y deta- tuación excepto cuando eso es un modo efi-
llada. Las asociaciones privadas han llena- caz de minimizar costos.
do cada vez más los vacíos regulatorios de- Estas técnicas han sido más ampliamente
jados por el gobierno oficial. Algunas de adoptadas por las organizaciones privadas
estas regulaciones toman la forma de nor- responsables de mantener la seguridad de
mas cuasi penales, como las reglas contra el empleados y clientes. Tal vez la más famosa
cigarrillo, las radios encendidas o la práctica de esas organizaciones es la Disney
del skate. Gran parte de la nueva modalidad Corporation, cuyos parques temáticos de di-
de gobierno toma la forma de ambientes de versiones son mundialmente célebres. Es-
alta ingeniería que son diseñados para evi- tos lugares también merecen ser vistos como
tar y mitigar peligros reconocidos sin siquie- modelos de gestión de riesgos en los que
ra buscar el consentimiento del sujeto. virtualmente todo ha sido concebido para
Lo que los gobiernos de muchos de estos reducir al máximo acciones dañosas (acci-
lugares comparten, además de las demandas dentales o de otro tipo) y minimizar al mismo
de una economía de mercado, es una tiempo cualquier apariencia de control so-
focalización sobre el problema de la seguri- cial coercitivo, que sería altamente incompa-
84 Jonhatan Simon

tible con su principal negocio, que es ven- importantes formas de movilización personal
der diversión familiar (Shearing y Stenning, y política. Aquí es suficiente advertir que ellas
1984)19. Muchas de estas tecnologías son ofrecen respuestas prometedoras a aquellas
desplegadas en la administración de espa- corrientes, tratadas anteriormente, que pare-
cios cuasi públicos en torno y dentro de los cen estar impulsando la tendencia hacia go-
grandes espacios residenciales, comerciales bernar a través del delito.
y de uso mixto, a los que Shearing y Stenning Las técnicas de gestión de los riesgos no
llaman “propiedad privada masiva” (Shearing involucran una acumulación explícita de los
y Stenning, 1984). riesgos y así evitan los problemas políticos
Otro sitio importante para el desarrollo del que han acosado a los esfuerzos por exten-
gobierno a través de la seguridad han sido der la vieja estructura colectivista de distri-
los aeropuertos internacionales, que han te- bución de riesgos. Los parques temáticos y
nido que crear sistemas de gobierno aptos los aeropuertos son completamente sociales
para tratar con múltiples niveles de peligro en el sentido de que han sido concebidos
(todo vuelo que aterriza o despega es un con la colectividad de los usuarios en mente,
potencial desastre masivo) y una población pero requieren que no existan asociación for-
humana fluctuante con poco en común ade- mal ni responsabilidades comunes, al menos
más de la prisa y la ansiedad que acompañan entre los consumidores.
al viaje aéreo. Las técnicas de gestión de los riesgos no
Las implicaciones de estos enfoques gu- descansan en la intersubjetividad para pro-
bernamentales, la gestión de riesgos o el go- ducir orden. Estos espacios están diseñados
bierno a través de la seguridad, son temas en para ser transitables para aquellos que no
sí mismos (Beck, 1992; Ericson, 1994:149-75; comparten siquiera el lenguaje. Los aeropuer-
Stenson, 1993:373-89; O’Malley, 1992:252-75; tos y los centros comerciales han tenido que
Simon, 1994:15-45, manuscrito no publicado). hacer frente a usuarios diversos. Sus tecno-
Constituyen una alternativa emergente a los logías se están diseminando rápidamente en
sistemas más colectivistas de distribución de las sociedades en las que la inmigración y el
riesgos que están ahora en crisis. multiculturalismo están debilitando (o al me-
Pero existen peligros políticos claros aso- nos eso se percibe) las fuentes de integra-
ciados a este enfoque del gobierno. Estas ción tradicionales y modernas.
técnicas son fácilmente desviadas hacia fi- Las técnicas de gestión de los riesgos no
nes de exclusión, algo que suele ser deman- invocan la forma de poder soberano relacio-
dado por el mercado. En general, no recono- nada con el Derecho Penal y su cadena de
cen la importancia de los espacios de desvia- experiencias y asociaciones desacreditadoras
ción en torno a los cuales pueden tener lugar e incapacitantes.

19
Hasta ahora el Magic Kingdom ha reclamado una para comprar los primeros 351 lotes en noviembre
jurisdicción limitada dado que sus ciudadanos llegan de 1995. Blundo, Joe: “Disney’s Town Taps Some
por una semana o menos. En 1995 la Disney Talent from Our Town”, en Columbus Dispatch,
Corporation comenzó a desarrollar una comunidad marzo 24 de 1996, p. 1K. Claramente, sus residen-
residencial llamada “Celebration”, cerca de su par- tes pagarán precios diferenciales tanto para acceder
que en Orlando, Florida. A pesar de un para nada a sus tecnologías de gobierno como para acceder a
accesible precio de U$S 120.000, cerca de 5.000 sus diversiones.
personas asistieron a una lotería por una chance
Gobernando a través del delito 85

Community policing

La idea de reemplazar a las estrategias ba- estructuras para gobernar las comunidades a
sadas en el control del delito por otras dirigi- través de asociaciones híbridas entre la poli-
das a hacer sentir seguras a las personas ha cía, los seguros y el voluntarismo individual
emergido recientemente en el discurso sobre (O’Malley, 1991:181-182), el community
la policía. Aunque algunos programas han policing inevitablemente vincula estas estruc-
evocado una nostalgia por el clásico “vigi- turas con los aparatos de arresto, acusación
lante de a pie” de los viejos barrios urbanos, y castigo. Los departamentos de policía, pues-
la realidad del community policing tiene más to que deben responder en última instancia
en común con Disney World. El Departamen- frente a las fuerzas democráticas y frecuente-
to de Policía de Nueva York, hoy frecuente- mente resultan más representativos de sus
mente aclamado como un ejemplo del poten- comunidades que otros centros de poder, ofre-
cial del community policing, descansa en gran cen un atractivo contrapeso a las tendencias
medida sobre el “CompStat”, un programa que de exclusión de la seguridad privada. Pero el
utiliza tecnología computarizada para integrar community policing, en la medida en que per-
la toma de decisiones y medidas estadísticas manece básicamente comprometido con el
de rendimiento. La estrategia es crear funda- delito como la principal justificación para el
mentos objetivos para la accountability que mantenimiento del orden, corre el riesgo de
permitan a los jefes regularse a sí mismos como reforzar el imperativo de nuestras sociedades
regulan a sus colaboradores. de gobernar a través del delito. En realidad, la
William Bratton, ex jefe del Departamento estrategia del Departamento de Policía de Nue-
de Policía de Nueva York (NYPD), describió va York ejemplifica este peligro mediante la
su punto de vista sobre la orientación del justificación, explícitamente, del arresto y del
community policing: “Hoy el Departamen- traslado de los “limpiavidrios”, de los fuma-
to no sólo trata de resolver delitos indivi- dores de marihuana en espacios públicos, de
duales. Enfrentamos modelos criminales y los consumidores de bebidas alcohólicas y
desmantelamos empresas delictivas”20. otros violadores del orden público como me-
Aunque enfatiza la idea de seguridad y crea didas contra los delitos violentos.

Excepcionalismo estadounidense

Alguien podría sostener que el gobierno a través del delito aparezca como un rasgo pro-
través del delito es en gran medida un fenó- minente de todas las sociedades que pade-
meno estadounidense. Virtualmente toda la cen el proceso de desmantelamiento de las
evidencia que he tratado aquí ha sido norte- estrategias de gobierno de la modernidad in-
americana. Sin embargo, por las razones ex- dustrial, un proceso que algunos han vincu-
ploradas en la sección sobre las explicacio- lado con la experiencia cultural de la
nes, deberíamos esperar que el gobierno a posmodernidad (Harvey, 1989).

20
Bratton, William J.: “How To Win the War Against
Crime”, en New York Times, abril 5 de 1996, p. 17.
86 Jonhatan Simon

Pero aun si el gobierno a través del delito lación y el destierro, empezaron a ser consi-
tiene corolarios en otras sociedades, el caso deradas incompatibles con las instituciones
norteamericano es claramente único en su al- republicanas, de la misma manera que el uso
cance. Puedo ofrecer dos explicaciones pro- exagerado de la pena de muerte. La prisión,
visionales. La primera es la raza. El problema entre tanto, pasó a ser vista como una herra-
de la raza ha estado entrelazado en las prácti- mienta positiva de la democracia. Existe un
cas del delito y el castigo casi desde el co- sentido en el que nuestro compromiso con el
mienzo del asentamiento europeo en las cos- gobierno a través del delito representa un
tas norteamericanas del océano Atlántico. compromiso continuado con el gobierno de-
Hoy los vínculos reales e imaginarios de la mocrático. Al insistir con la inversión en el
violencia (y del delito callejero en general)21 aparato que nos habilita a usar el castigo para
con los hombres jóvenes afroamericanos lograr el orden social, afirmamos la soberanía
está ayudando a conducir el imperativo de de cada individuo. Una sociedad con menos
gobernar a través del delito. Reconozcan o fe en la capacidad de los individuos para
no los votantes estos motivos a los encues- gobernarse a sí mismos buscaría constreñir
tadores, es difícil ignorar las continuidades su comportamiento –y no solamente casti-
entre la situación presente y una tradicional gar su mal comportamiento22.
preferencia por gobernar predominantemen- Un compromiso con la democracia también
te a las poblaciones afroamericanas de for- exalta las bases populares de la justicia. Bien
mas diferenciadas y claramente menos res- adentrado el siglo XX presenciamos una for-
petables. ma de ratificación comunitaria directa del
La segunda explicación provisional surge gobierno a través del delito. El delito y el cas-
del compromiso con la democratización por tigo eran regulados por sheriffs elegidos (o
el que los Estados Unidos han sido larga y policía controlada por los clientes), por jura-
justamente famosos (Brion Davis, 1975:39- dos extraídos de la ciudadanía masculina
83, 164-212). Durante siglos, este espíritu blanca y por jueces locales que estaban su-
democrático ha tenido una relación compleja jetos a poca revisión en instancias superio-
con el programa de gobierno a través del de- res. Este involucramiento directo de la comu-
lito. La generación revolucionaria y algunas nidad en el proceso de control del delito ha
de las que la siguieron consideraban que el disminuido mucho. En realidad, el crecimien-
gobierno a través del delito de una manera to de la policía y los aparatos penales masi-
democrática era una herramienta importante vos y de un sistema burocrático de adminis-
para el derrocamiento del gobierno monár- tración de justicia ha vuelto problemática la
quico (Rothman, 1971:57-78; Dumm, 1987:141- relación entre el entusiasmo popular por la
54). Ciertas formas de castigo, como la muti- justicia penal y su práctica.

21 22
Las encuestas sugieren que muchos de los residen- La clásica declaración continúa siendo la condena
tes en EEUU visualizan al delito callejero en general del juez Brandeis a la justificación preventiva para
como violento, aun si la ofensa particular, tal como las leyes antisindicales en Whitney v. California,
el robo, no involucra ataques o amenazas directas de 274 US, 357, 378 (1924): “Entre hombres libres,
daño corporal. los disuasivos que se aplican ordinariamente para
Little Hoover Commission (1994:61). prevenir el delito son la educación y el castigo para
violaciones de la ley...”.
Gobernando a través del delito 87

Conclusión: el delito y la política de gobierno

Actualmente los Estados Unidos, al me- prometió en una campaña estructurada so-
nos, parecen bastante comprometidos con el bre un registro de gobierno a través del deli-
gobierno a través del delito. El partido repu- to. Fracasó en defender las ideas innovado-
blicano se ha declarado irrevocablemente ras, tales como el básquet de medianoche,
devoto de esta estrategia. Las políticas repu- que perfectamente ejemplificaban buenas
blicanas llaman a un masivo ensanchamien- maneras de hacer sentir segura a la gente en
to del sistema penal al tiempo que ponen el formas más positivas, más productivas, me-
acento en castigos arcaicos, como la pena de nos estigmatizantes y menos caras que las
muerte y las cadenas de forzados trabajando cortes y las prisiones.
en las autopistas. Tan poco preocupado está El presidente creyó que podría continuar
el partido de Lincoln con el impacto de esta apostando a gobernar con el delito, pero las
estrategia sobre la política racial de la nación elecciones de noviembre de 1994 dieron a esa
que su delegación en el Congreso ha recha- estrategia un terrible revés. Una cosa que el
zado el meditado y conservador juicio de la gobierno a través del delito no hace es movi-
United States Sentencing Comission acerca lizar a aquellos grupos electorales que son
de que nuestra política actual, que castiga a receptivos a las estrategias progresistas para
los vendedores de cocaína en forma de crack administrar el cambio social. Es decir, la lógi-
mucho más severamente que a aquellos que ca ideológica de usar al delito como una jus-
la trafican en forma de polvo, es injustificada tificación para el gobierno puede hacer más
y discriminatoria contra los afroamericanos dificultoso emprender la urgentemente nece-
(US Sentencing Commission, 1995). El mis- saria reconstrucción del gobierno. En el lar-
mo partido que un siglo y cuarto atrás hizo go plazo, debe ser que el argumento contra el
de los castigos antiigualitarios, como la es- gobierno a través del delito nos volverá
clavitud, una ofensa contra nuestra Consti- ingobernables, al menos por medio de técni-
tución, ahora hace un gesto de desprecio fren- cas democráticas.
te a una gran parte de los descendientes de Aquí están las que considero las razones
los esclavos liberados, encerrados en un sis- principales para abandonar esta estrategia:
tema que directamente arriesga su capacidad
para participar en un mercado económico Gobernar a través del delito es demasia-
común nacional y en una sociedad política. do costoso
Impresionada por la capacidad de los pre- En un mundo de crecimiento económico
sidentes republicanos para cosechar benefi- limitado, la expansión explosiva del gasto en
cios electorales del gobierno a través del de- todos los aspectos de la policía y los siste-
lito, la administración Clinton siguió una pos- mas penales ha tenido un efecto devastador
tura “un paso adelante, dos pasos atrás”, en sobre otras formas de gasto público para el
la que pequeños gestos en dirección del go- gobierno de la sociedad. California es un caso
bierno a través de la seguridad son abando- escalofriante al respecto. Veinte años atrás,
nados mientras gana terreno el impulso ha- la próspera economía de California sustenta-
cia las técnicas penales crudas y caras. A ba y era sustentada por un sistema educati-
medida que se aproximaban las elecciones vo de calidad que absorbía a todos los jóve-
intermedias en 1994, el presidente se com- nes académicamente exitosos de todas sus
88 Jonhatan Simon

escuelas superiores dentro de su sistema de cesarios para una provechosa producción y


elite universitaria a unos accesibles U$S1.000 consumo sin los altos costos sociales, políti-
al año. Con alrededor de 25.000 reclusos en cos y económicos del control del delito, dis-
las prisiones del California Department of frutan de ventajas competitivas sobre los
Corrections, el Estado podía hacerse cargo Estados Unidos.
de gastar para la provisión de educación su-
perior el doble de lo que gastaba en castigo. Gobernar a través del delito no funciona
Para el año académico 1996-1997, los estu- Por más extraño que pueda sonar, dada la
diantes de la Universidad de California paga- visión del “sentido común”, existe poca evi-
rían más de U$S4.000. Al mismo tiempo, el dencia para apoyar la proposición de que el
California Department of Corrections espe- funcionamiento del sistema de justicia penal
raba tener una población promedio de alre- reduce las tasas de delitos, ya sea de aque-
dedor de 140.000 prisioneros23. Veinte años llas personas que pasan a través de él o de la
atrás los correccionales recibían la mitad del población como un todo. El mejor estudio
presupuesto que le era otorgado a la educa- del Estado que ha invertido con más fuerza
ción superior. Las dos empresas están hoy a en la estrategia de encarcelación masiva,
la par. Es probable que la reciente legislación, California, muestra que el encarcelamiento
que ordena sentencias que van desde veinti- previno algunos delitos pero a una relación
cinco años a prisión perpetua por un “tercer costo-efectividad que pocos republicanos
strike” en California, duplique los presupues- defenderían en sus propias empresas24.
tos de los correccionales dentro de una dé-
cada. Al mismo tiempo el Estado ha hecho Gobernar a través del delito hace a las
recortes sobre los beneficios sociales y los comunidades menos gobernables a través
gastos en la educación K-12 que, respecto de estrategias alternativas
de los cuales cada uno a su manera había Cualquiera que pueda ser la justificación
provisto medios para gobernar a poblacio- precisa para la transferencia masiva de jóve-
nes de jóvenes masculinos que ahora están nes masculinos de clase baja desde las es-
siendo transferidos al sistema de justicia pe- cuelas y el mercado de trabajo al sistema pe-
nal en números récord. nal, este fenómeno tiene enormes consecuen-
Gobernar a través del delito es costoso tam- cias para la gobernabilidad de la población a
bién en el sector de la oferta de la economía. largo plazo. Es una transferencia hacia un
El costo de ello (es decir, el costo de castigar espacio institucional distinto y aislado, en el
menos lo que sea que el castigo haga para cual son gobernados de una manera diferen-
bajar el costo del delito) es una parte del cos- ciada. Vivir en el sistema de justicia penal no
to de vivir, trabajar y consumir en los Esta- es solamente estar sujeto al régimen un tanto
dos Unidos. En la medida en que otras socie- diferente y mucho más riguroso del Derecho
dades logran los niveles de orden social ne- formal, sino en un sentido más amplio entrar

23
California Department of Corrections, Fall 1993, país entero. El fracaso de su campaña, sin embargo,
Population Projections 1993-1999. no debería ser tomado como una refutación de su
24
Pete Wilson planeó competir para presidente so- estrategia política. Ver Zimring y Hawkins (1995).
bre la promesa de que podría hacer lo mismo para el
Gobernando a través del delito 89

a un mundo (que incluye al submundo crimi- Gobernar a través del delito es corrosivo
nal mismo) en el que la economía entera de de la democracia
poder, las normas, los métodos y las formas Los teóricos clásicos reconocieron que el
de solidaridad difieren del resto de la socie- Derecho Penal estaba íntimamente relaciona-
dad. En este mundo la violencia sirve como do con las estrategias más amplias para el
una herramienta de gobierno mucho más fá- gobierno de la sociedad. Los líderes de nues-
cilmente de lo que lo hace en el resto de la tras revoluciones democráticas del siglo XVIII
sociedad (Silberman, 1995:13). priorizaron la abolición de los procedimien-
El encarcelamiento aumenta perceptible- tos monárquicos y el establecimiento de for-
mente las posibilidades de que alguien co- mas de castigo nuevas, más suaves y más
meta un nuevo delito y además hace difícil democráticas. Estos líderes creyeron que los
que el sujeto sea absorbido por una econo- sujetos libres responderían racionalmente no
mía alternativa de poder (como el trabajo, pero al brusco mando del Estado, sino a la estruc-
también la familia y las actividades de cons- tura incentivadora de sus leyes penales. El
trucción comunitaria). Igualmente produce un cálculo de las penalidades impulsado por
potente conjunto de intereses especiales – Beccaria y Bentham era una alternativa real a
funcionarios y managers correccionales, los castigos excesivos asociados con los
empresas que brindan servicios a las prisio- códigos monárquicos –que eran claramente
nes, comunidades que les proveen trabaja- disfuncionales en lo que respecta a modelar
dores– que hacen cualquier esfuerzo para una sociedad libre y productiva (Foucault,
reforzar, lejos de abandonar, esta estrategia 1979:73-103).
políticamente costosa. ¿Sirven las sentencias más severas de la
Las sentencias condenatorias por delitos actualidad para enviar una señal a los hom-
provocan enormes agujeros en el estatus bres libres? Sería difícil tomar esta idea seria-
político y económico de una persona. En la mente. La improbabilidad del ideal clásico,
mayoría de los Estados se pierde el derecho en las condiciones reales de pobreza urbana
de votar a menos que sea reconcedido por en Estados Unidos, es manifiesta para quie-
un perdón de algún tipo. Virtualmente, en nes se encuentran en todo el espectro políti-
todas partes se va al final de la fila de quie- co. Pero en lugar de alejarnos de nuestro com-
nes piden trabajo. Estas sanciones reflejan promiso de gobernar a través del delito, ofre-
nuestra determinación para castigar. En la cemos abiertamente castigo a los efectos de
medida en que la guerra contra las drogas almacenar a los indignos de confianza y crear
vincula la responsabilidad penal prácticamen- entretenimientos morales (como cadenas de
te con todos los hogares en alguna parte de forzados) para los virtuosos. Cualesquiera
nuestros barrios, diluye y disipa la capaci- sean los méritos de estos propósitos, no au-
dad del Derecho Penal para provocar una guran el bien para la práctica democrática.
solidaridad moral común. Así como la prohi- Más ominosamente, el delito y el miedo al
bición aislaba y alienaba a las comunidades delito continúan conduciendo a niveles más
irlandesas, italianas y judías, la guerra contra profundos de aislacionismo suburbano. La
las drogas amenaza con cercar y criminalizar forma metropolitana emergente, con su com-
barrios urbanos enteros. binación de un centro urbano colapsado y
zonas suburbanas de la ciudad dispersán-
dose sin control, con sus superposiciones
90 Jonhatan Simon

de razas y demonización, constituye un de- no importante por un largo tiempo como para
safío directo al ideal de nacionalidad demo- que no nos importe qué hacer con él. Pero
crática25. gobernar a través del delito reproduce las
No podemos pretender que nuestros pro- mentalidades y estrategias que nos han ayu-
blemas urbanos reales desaparezcan, pero dado a llegar a esta difícil situación. Con las
podemos hacer elecciones reales entre las elecciones políticas correctas podríamos co-
diferentes orientaciones para gestionarlos. El menzar a cambiar esas mentalidades y estra-
delito continuará siendo un problema urba- tegias mañana.

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