La final decisión de realizar el trabajo sobre el texto Amor ¿futuro perfecto?

de Regina
Freyman surgió de la manera siguiente: tras buscar y buscar artículos que emocionalmente me
sacaran sentimientos emocionales fuertes para poder sumergirme en el artículo y realizar de
una manera rigurosa el examen y análisis del texto, acabé con que ninguno que leí me acababa
de convencer, y, llegado el día último para la entrega del trabajo, tuvo que ser mi novia la que
escogiera el artículo.

La estructura visual es bastante cómoda, separando la hoja en dos para facilitar el cambiar de
línea y permitir así una lectura más fluída. Está dividido en una introducción y tres apartados,
que, al ser el texto formado por 4 páginas es una división bastante clara.

La introducción del texto expone de una manera bastante clara, en formulación de preguntas,
cuál es el objetivo del texto. Es una introducción breve que aclara la temática del artículo. Va
destinado a todo tipo de público, esto se hace notar cuando comenta que “no podemos negar
que gran parte de lo que hacemos está motivado por ese complejo sentimiento que llamamos
amor.

En el primer apartado se van realizando diferentes definiciones del concepto para dar una
visión global del concepto, también históricamente cómo ha ido evolucionando. Estos recursos
de autoridad e históricos le darían un peso considerable a el intento de dar una definición
global si no fuera por la excesiva diversidad de los diferentes puntos de vista que se
encuentran en el texto, además de que no sigue ningún tipo de orden. Además, da también
puntos de vista que no justifica o argumenta de manera deductiva, sino que utiliza un tipo de
discurso poético con el que trata de cautivar al lector.

En el segundo apartado expone una lista bastante larga de emociones que surgen a partir del
enamoramiento o que tenga que ver con éste. Al principio del apartado ya se posiciona y
emite una reflexión de cuándo ella sabe que está enamorada, que es “cuando sus fines se
vuelven imprescindibles para ella”, nuevamente de una manera subjetiva en el sentido en que
es pura doxa sin justificación alguna. Explica el enamoramiento con imprecisiones como
cuando dice que “el enamoramiento podría deberse o iniciarse en una molécula llamada
feniletilamina”.

En el tercer apartado intenta sostener la teoría de que el amor está volviendo a ser como antes
pero nuevamente, a pesar de estar utilizando recursos de autoridad, no se les puede llamar
argumentos en si ya que son emitidos, junto con todos los demás intentos de argumentación,
a modo de sentencia. Si que ofrece conclusiones a las preguntas mencionadas, aunque no se
detallan bien en ninguna conclusión final, y, además las respuestas que da vuelven a no estar
bien argumentadas, con lo cual, el artículo acaba siendo una emisión de ideas de la autora
combinada con ideas de otros autores, a pesar de que no ayuden a sustentar su tesis.