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PLAN DE SALVAGUARDA PUEBLO EMBERA

DOCUMENTO UNIFICADO PLANES REGIONALES

MINISTERIODEL INTERIOR

ASOCIACIÓN DE CABILDOS INDÍGENAS EMBERA, WOUNAN,


KATÍO, CHAMÍ Y TULE DEL DEPARTAMENTO DEL CHOCÓ –
OREWA

CONVENIO INTERADMINISTRATIVO No. 26345-044-2013

JUNIO 2013

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CONTENIDO
Introducción ............................................................................................................. 4
1. Marco jurídico del Plan de Salvaguarda del Pueblo Embera ............................ 6
1.1. La Sentencia T-025 de 2004 de la Corte Constitucional ............................... 6
1.2. El Auto 004 de 2009 sobre pueblos indígenas .............................................. 6
1.3. El análisis focalizado de la Corte sobre el pueblo Emberá ............................ 9
1.4. Alcances del Plan de Salvaguarda del Pueblo Embera ............................... 14
2. La población y el poblamiento del pueblo emberá .......................................... 16
2.1. El poblamiento ............................................................................................. 16
2.1.1. El territorio tradicional emberá ................................................................. 16
2.1.2. El valle del río Cauca y el territorio integrado a la economía cafetera ..... 17
2.1.3. La población emberá dispersa ................................................................. 19
2.2. La población ................................................................................................ 20
3. Los factores subyacentes a la guerra y su impacto en el pueblo emberá ...... 23
3.1. Los factores determinantes de la guerra y el territorio emberá ................... 23
3.1.1. El ascenso territorial del pueblo Embera y la confrontación por el control
del territorio y el acceso a los recursos naturales ....................................... 23
3.1.2. El enfrentamiento por el dominio territorial entre actores armados y el
desconocimiento de la territorialidad indígena ............................................ 25
3.1.3. La restricción de los derechos de los pueblos indígenas como política
estatal…...................................................................................................... 28
3.1.4. La integración de la región en la economía ilícita .................................... 29
3.1.5. La minería y las políticas de desarrollo .................................................... 33
3.2. Los impactos de la guerra ........................................................................... 39
3.2.1. Las cifras de la guerra .............................................................................. 39
3.2.2. El desterritorialización del pueblo emberá ................................................ 40
3.2.2.1. El desplazamiento forzado en la región norte del Pacífico ................... 40
3.2.2.2. Migración y desplazamiento forzado: la población dispersa ................. 45
3.2.2.3. El desplazamiento y la integración de la población a los espacios
urbanos: la mendicidad ............................................................................... 49
3.2.3. La persecución política y el asesinato del liderazgo indígena .................. 50
3.2.4. La guerra y la situación alimentaria y de salud de la población ............... 51
4. El diagnóstico territorial................................................................................... 53
4.1. El Plan de Salvaguarda en la dimensión territorial ......................................... 54
4.1.1. Saneamiento, ampliación y titulación ......................................................... 54
4.1.2. El saneamiento de los resguardos .............................................................. 54
4.1.3. La ampliación de los resguardos .............................................................. 57
4.1.4. Población que necesita dotación de tierras ................................................. 60
4.2. El Plan de dotación de tierras ...................................................................... 66
4.3. Propuestas en territorio identificadas en los planes de salvaguarda ........... 66
5. La educación en el pueblo emberá ................................................................. 71
5.1. El sistema educativo ...................................................................................... 71
5.2. Educación se confunde con cobertura ........................................................ 72
5.3. Una propuesta educativa y para el fortalecimiento cultural Emberá ............ 74
5.4. Acciones a desarrollar ................................................................................. 75
5.5. Propuestas en educación identificadas en los planes de salvaguarda ........ 77

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6. Gobierno indígena y organización política ...................................................... 83
6.1. El cabildo como autoridad indígena ............................................................... 83
6.1.1. El gobierno indígena y el ejercicio de la justicia .......................................... 84
6.1.2. Autonomía indígena y gobernabilidad ......................................................... 85
6.2. El fortalecimiento del gobierno indígena y su sistema de justicia ................ 86
6.3. Acciones a desarrollar ................................................................................. 86
6.4. Propuestas en gobierno y justicia en los planes de salvaguarda ................ 87
7. Seguridad alimentaria: salud y nutrición de la población ................................ 93
7.1. El sistema productivo y la seguridad alimentaria ............................................ 93
7.2. El sistema de salud ..................................................................................... 96
7.2.1. Los factores que condicionan la situación de la salud de la población .... 96
7.2.2. Los limitantes para el acceso al sistema de salud ................................... 98
7.2.3. El sistema de salud: cobertura y empresas prestadoras del servicio .......... 99
7.2.4. La morbilidad ............................................................................................. 101
7.2.5. El suicidio entre la población emberá ..................................................... 101
7.2.6. La medicina tradicional........................................................................... 102
7.3. Salud y seguridad alimentaria en el marco del Plan de Salvaguarda ........ 103
7.3.1. Acciones a desarrollar ............................................................................ 103
7.3.2. Propuestas en salud identificadas en los planes de salvaguarda .......... 104
8. Sistemas productivos y economía ................................................................ 111
8.1. El sistema productivo tradicional .................................................................. 111
8.1.1. La extracción forestal y minera en las comunidades indígenas ................ 111
8.1.2. La economía cafetera, ganadería y el jornaleo ....................................... 112
8.1.3. Las comunidades sin tierra........................................................................ 113
8.2. El Plan de Salvaguarda y la economía del pueblo emberá ....................... 114
8.3. Acciones a desarrollar ............................................................................... 114
9. Derechos humanos fundamentales y derecho internacional humanitario ..... 116
9.1. La situación y afectaciones de diferentes grupos del pueblo Embera ....... 116
9.2. Propuestas en Derechos Humanos en los planes de salvaguarda ........... 118
9.3. Propuesta .................................................................................................. 120
9.3.1. Acompañamiento organizativo y asesoría jurídica especializada. ......... 120
9.3.2. Comunicación ........................................................................................ 121
9.3.3. Rutas especiales de atención ................................................................ 121
9.3.4. Plan de acompañamiento....................................................................... 121
ANEXO 1: Resguardos por departamentos y municipios .................................... 123
ANEXO 2: Títulos mineros vigentes y territorios embera afectados .................... 128
ANEXO 3: Consolidado víctimas embera por hechos violentos 1985-2012 ........ 129

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Introducción
La Corte Constitucional, mediante el auto 004 de 2009, ordena la formulación e
implementación de planes de salvaguarda para responder a la crítica situación que
viven 34 pueblos indígenas de Colombia afectados por el conflicto armado y el
desplazamiento forzado. Los planes tienen como propósito, según la Corte,
garantizar el retorno de la población desplazada en condiciones de voluntariedad,
seguridad y dignidad; y atender los casos especiales de las personas, familias y
comunidades que no puedan retornar por la vigencia de las amenazas que
propiciaron su destierro. Pero más que esto, los Planes de Salvaguarda se
orientan a garantizar la pervivencia de cada pueblo y, como condición para ello, la
vigencia plena de sus derechos constitucionales.
En la sentencia T-025 de 2004 y especialmente en el Auto 004 de 2009 la Corte
Constitucional analiza la situación de violencia extrema que afecta a los pueblos
indígenas en general y concluye que son víctimas de graves violaciones a sus
derechos humanos tanto individuales1 como colectivos; que el conflicto armado es
la causa principal del desplazamiento y éste y el confinamiento vulneran de
manera directa sus derechos a la autonomía, a la identidad y al territorio, dejando
graves secuelas sobre su integridad como pueblos.
El pueblo Emberá es identificado por la Corte Constitucional como uno de los
pueblos cuya supervivencia física y cultural se encuentra en riesgo debido a las
secuelas del conflicto armado y la violencia que se vive en sus territorios y, por
tanto, es destinatario de la orden de concertar un Plan de Salvaguarda.
Para la formulación de este Plan el ejercicio se realizó en una primera etapa en el
curso de los años 2011 y 2012, en principio por las organizaciones que agrupan al
pueblo Embera en los distintos departamentos. En esta etapa se convocó un
encuentro técnico nacional, en el que participaron los técnicos y líderes indígenas
que integraban los equipos que se encargaron de formular el plan en cada una de
las regionales, en el cual se acordó una ruta metodológica y unos instrumentos a
aplicar en el diagnóstico, con el propósito de disponer de una información básica
que se pudiera procesar en el mismo formato. Este acuerdo se realizó en función
de un principio de racionalidad técnica, con el objetivo de proyectar el plan a partir
de interpretar la situación del pueblo emberá en su dimensión nacional.
Al final del ciclo de realización de diagnósticos y formulación de los planes
regionales, los resultados son desiguales y no se cuenta con una base informativa
sólida, lo que dificulta la articulación de los diferentes documentos y una lectura
nacional sobre la realidad del pueblo emberá. Es necesario advertir que existen
algunos vacíos e inconsistencia en la información recabada, lo cual debe
resolverse en un futuro próximo para disponer de una base cierta sobre la
población emberá, fundamental para la proyección.
Al no disponer de un censo que hable de la estructura de la población, tampoco es
posible establecer comparaciones entre población en edad escolar y el segmento

1
Derechos a la vida, a la integridad personal y a verse libres de tratos crueles, inhumanos y degradantes, a la
dignidad personal y a la seguridad, artículos 1º, 11 y 12 C.P.

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de población escolarizada, y no es factible proyectar las demandas respecto a la
universalización de la educación, los recursos humanos requeridos para cumplir
esa meta y la infraestructura que se necesita.
Para la formulación del Plan de Salvaguarda, además de la información dispuesta
por las organizaciones, se recurrió a las bases de información institucional, Dane
en población, Ingeominas para acercarse a la realidad de la minería en los
territorios Embera, y al Sistema de Información sobre pueblos Indígenas de
CECOIN para dar cuenta de las víctimas del conflicto.
Es importante señalar que la salvaguarda del pueblo emberá tiene que ver con el
ajuste a políticas estructurales, es decir, con el modelo o visión de desarrollo
agenciado estatalmente. Esto significa que el núcleo para enfrentar la
problemática que afecta al pueblo emberá, no es la estructuración de programas
de atención de situaciones críticas, lo cual es necesario. El núcleo central debe
apuntar a la resolución de problemas de fondo como son los relacionados con la
minería, la estructuración de un sistema de educación indígena o los que se deben
salvar al evidenciar el impacto de la Ley 100 y el sistema de salud, al igual que la
satisfacción de las demandas territoriales y la construcción de autonomía.

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1. Marco jurídico del Plan de Salvaguarda del Pueblo Embera
1.1. La Sentencia T-025 de 2004 de la Corte Constitucional
Mediante sentencia de tutela T-025 de 2004, la Corte Constitucional declaró el
Estado de Cosas Inconstitucional respecto de la población afectada por el
desplazamiento debido a las condiciones de vulnerabilidad extrema en que se
encuentra y a la omisión reiterada del Estado de brindarle una protección oportuna
y efectiva. La Corte constata que las instituciones estatales no han logrado
contrarrestar el grave deterioro de las condiciones de vulnerabilidad de los
desplazados, no han asegurado el goce efectivo de sus derechos constitucionales
ni han favorecido la superación de las condiciones que ocasionan su violación.
Señala que a la población desplazada se le violan sus más elementales derechos
de manera masiva, prolongada y reiterada, lo cual se debe a un problema
estructural originado en la precaria capacidad institucional del Estado para
implementar la política de atención y en la insuficiencia de recursos destinados a
financiar su ejecución, todo lo cual ha conducido al deterioro de las condiciones de
vida de la población desplazada y a incrementar su vulnerabilidad.
La Corte enfatiza los deberes del Estado Social de Derecho de corregir las visibles
desigualdades sociales, facilitar la inclusión y participación de sectores débiles,
marginados y vulnerables de la población en la vida económica y social de la
nación, y estimular el mejoramiento progresivo de las condiciones materiales de
existencia de los sectores más deprimidos de la sociedad. Estos deberes se
traducen en las obligaciones de las autoridades de adoptar políticas, programas o
medidas para lograr igualdad de condiciones y oportunidades; satisfacer los
derechos de la población, y abstenerse de definir y promover políticas, programas
o medidas regresivas para el goce de derechos, que puedan agravar la situación
de injusticia, de exclusión o de marginación que se pretende corregir.
En su sentencia, la Corte indica que para superar ese ECI respecto de la
población afectada por el desplazamiento se requieren la intervención de varias
entidades del Estado, la adopción de un conjunto complejo y coordinado de
acciones y un nivel de recursos que demanda un esfuerzo presupuestal adicional
importante. En consecuencia, ordena a las autoridades nacionales y territoriales
asegurar los recursos suficientes para cumplir los compromisos derivados de los
mandatos constitucionales y legales, y asegurar el goce efectivo de los derechos
de la población afectada por el desplazamiento.
1.2. El Auto 004 de 2009 sobre pueblos indígenas
Mediante el Auto 004 de 2009, de seguimiento a la sentencia T-025 de 2004, la
Corte analiza la situación específica de los pueblos indígenas y el riesgo en que se
encuentran, tanto de exterminio cultural en razón al desplazamiento y la dispersión
de sus miembros, como desde el punto de vista físico debido a la muerte natural o
violenta de sus integrantes.
Previamente, mediante Auto 218 de 2006, la Corte había identificado que los
grupos étnicos son los que sufren el mayor nivel de desplazamiento en el país en
términos proporcionales e identifica las áreas críticas del sistema de atención a

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estos grupos, que los hace más vulnerables al exterminio físico y cultural. Tal
constatación es reiterada en el Auto 004 de 2009, mediante el cual le ordena al
Estado adoptar políticas con enfoque diferencial para atender su situación de
acuerdo a sus propias especificidades, así como a las de otros sectores afectados
(mujeres, niños, ancianos).
En su análisis, la Corte llama la atención sobre la ausencia de información
cuantitativa sobre el fenómeno del desplazamiento de los pueblos indígenas, lo
cual dificulta visualizar sus reales dimensiones, e identifica los problemas
estructurales que inciden en su situación de vulnerabilidad, las causas de la
violencia que padecen y el impacto que sufren, lo que la lleva a considerar que
muchos pueblos se encuentran en riesgo de exterminio físico o cultural.
Señala que el conflicto armado es el principal factor de riesgo de la existencia de
los pueblos indígenas y la principal causa del desplazamiento pero que a éste
subyacen otras causas principales como son los conflictos en torno a la tenencia
de tierra, la disputa de las tierras a los indígenas por diversos actores y la falta de
legalización de muchos territorios, así como procesos territoriales y
socioeconómicos vinculados con intereses externos, como son el desarrollo de
actividades económicas lícitas o ilícitas, especialmente la de cultivos y actividades
vinculadas al narcotráfico y las fumigaciones, la explotación ilegal de recursos
naturales (madera, monocultivos agroindustriales y minería) por actores
económicos privados o por grupos armados, o en alianza entre ambos.
La Corte también observa que la vulnerabilidad de los pueblos indígenas también
obedece a situaciones estructurales preexistentes de pobreza extrema,
inseguridad alimentaria, falta de atención en salud y abandono institucional, en
medio de las cuales deben soportar los peligros inherentes a la confrontación, y la
realización de obras o proyectos de infraestructura por el Estado, como represas,
carreteras y bases militares, con graves impactos sobre sus territorios y sus vidas,
y sin siquiera realizar la consulta previa en los términos que ordena la Ley. La
Corte verifica que éste tipo de proyectos causan graves daños a los sistemas de
vida de las comunidades y a los ecosistemas en sus territorios, diezmando su
base sustentación y generando problemas alimentarios que se expresan en
muertes por desnutrición.
En su análisis profundiza sobre los efectos del conflicto armado sobre los pueblos
indígenas, los que se reflejan en los alarmantes niveles de desplazamiento, en la
situación de zozobra que viven las comunidades y el confinamiento que limita la
movilidad por el territorio, lo que incide sobre su vida colectiva y sobre las
dinámicas y estructuras culturales, además de la aparición o exacerbación de la
conflictividad interna que muchas veces deriva en violencia. Con relación a la
población desplazada, evidencia que afrontan graves problemas de alimentación y
de atención en salud, están expuestas a riesgos de todo tipo y vulnerables a la
violencia sexual, a las redes delincuenciales, a la mendicidad, y a la explotación y
discriminación, y además constata que las personas desplazadas mantienen en
riesgo su vida y su integridad dado que el conflicto y la violencia se desplazan con
ellos hasta los sitios de llegada, obligando muchas veces al re-desplazamiento o al
retorno sin condiciones adecuadas de seguridad.

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Especial preocupación causa a la Corte la situación de mendicidad en que se
encuentran muchos indígenas en varias ciudades del país, que a su vez conlleva
la separación de los niños por parte de la policía o el ICBF. La separación de sus
entornos y la ruptura en el proceso de transmisión cultural, originan en ellos la
pérdida de respeto hacia sus familias, sus mayores y sus propias culturas.
También refiere la situación de las mujeres y su invisibilidad en las acciones
oficiales, que las hace víctimas de una triple discriminación: por ser mujeres, por
ser indígenas y por ser desplazadas, y llama la atención sobre la desintegración
de sus redes sociales, comunitarias y culturales de apoyo lo cual las hace más
vulnerables.
En el Auto 004 la Corte hace un profundo análisis sobre el impacto diferencial del
desplazamiento de los pueblos indígenas, tanto por la ruptura cultural que implica
su llegada abrupta a entornos urbanos y de miseria en los que se ven obligados a
dejar sus dinámicas tradicionales, como por la ruptura de los mecanismos
colectivos y solidarios de intercambio social, cultural, material y espiritual, que
generan la individualización especialmente de los jóvenes y la adopción de
patrones de consumo distantes de sus culturas, todo lo cual termina por diezmar
su integridad social y cultural y los pone al borde de desaparecer como sujetos
colectivos. También considera que el desplazamiento de líderes y autoridades
tiene fuertes impactos sobre sus comunidades en tanto afecta la estabilidad y
permanencia de sus estructuras sociales y de su cohesión como sujeto colectivo.
En síntesis, valora la Corte que el impacto diferencial del desplazamiento sobre los
pueblos indígenas radica en que además de los daños individuales que produce
sobre las personas afectadas, genera daños colectivos que se retroalimentan con
los primeros, y juntos desatan un proceso destructivo de la diversidad étnica y
cultural del país. Además resalta que muchos grupos perciben su desplazamiento
como resultado de una estrategia de desterritorialización avalada por el Estado,
pues en muchos casos éste se produce por situaciones en las que el Estado juega
un rol visible.
Sobre la respuesta del Estado frente al desplazamiento indígena, tal como lo hizo
en la Sentencia T-025 de 2004, la Corte advierte la ausencia de una acción
estructurada con enfoque diferencial para atender su situación específica, para el
acompañamiento al retorno ante la falta de garantías para subsistir en los sitios de
llegada, y, especialmente, porque el Estado no despliega acciones dirigidas a
solucionar los factores de fondo que originan el desplazamiento, lo que determina
nuevos desplazamientos por las mismas causas. También resalta que tanto las
medidas de prevención (alertas tempranas e informes de riesgo) como medidas
protección dictadas por organismos internacionales de Derechos Humanos para la
protección de comunidades y líderes han resultado ineficaces para prevenir los
crímenes o los desplazamientos.
Por todas estas razones, la Corte concluye que los pueblos indígenas son víctimas
de gravísimas violaciones de sus derechos fundamentales individuales y
colectivos y del Derecho Internacional Humanitario, y se encuentran en riesgo de
exterminio cultural o físico por el conflicto armado interno, y que el Estado no
cumple con sus obligaciones de atender a la población indígena desplazada con

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enfoque diferencial y de prevenir las causas de su desplazamiento forzado, ambas
derivadas de sus obligaciones constitucionales de garantizar los derechos
fundamentales de las personas y proteger la diversidad étnica y cultural de la
Nación (Artículos 1º, 5 y 7 de la CP). Por ello, le ordena al Estado el diseño e
implementación de un Programa de Garantía de los Derechos de los pueblos
indígenas afectados por el desplazamiento y de planes de salvaguarda étnica para
34 pueblos indígenas en riesgo de exterminio, entre ellos el pueblo Embera.
1.3. El análisis focalizado de la Corte sobre el pueblo Emberá
La Corte Constitucional llega a las anteriores conclusiones luego de un hacer un
análisis focalizado de la situación que viven varios de los pueblos indígenas
amparados por las medidas ordenadas, del cual deja constancia en el Anexo del
Auto 004. Uno de los pueblos sobre los que registra su dramática situación es
precisamente el pueblo Embera, lo cual hace a partir de los informes recibidos
tanto de las comunidades afectadas y sus organizaciones como de instituciones
estatales y organizaciones no gubernamentales, identificando graves violaciones a
los derechos de cada uno de sus grupos: los embera katío, los dobidá y los chamí.
En el caso de los Embera Katío, la Corte analiza la situación de los que se ubican
en el Alto Sinú y el Alto San Jorge (Córdoba); y en la región de Urabá y el Bajo
Atrato en el Departamento de Chocó. Respecto de los Dobidá, se centra en las
comunidades del Alto y Medio Baudó, Río Quito, Medio Atrato, Bojayá, Nóvita,
Lloró, Carmen de Atrato, Riosucio y Juradó en el departamento de Chocó. Por
último analiza la situación de los Chamí de los departamentos de Risaralda,
Caldas y Quindío.
Para cada uno de los casos, describe las afectaciones que sufren los embera por
el conflicto armado que se libra en sus territorios. Especialmente en las zonas
referidas en los departamentos de Córdoba, Chocó y Risaralda, la Corte pone en
evidencia la presencia de guerrillas, grupos paramilitares –desmovilizados y en
proceso de reconfiguración- y la Fuerza Pública, y las graves secuelas de
asesinatos, secuestros, amenazas, irrespeto a las autoridades y a la cultura,
reclutamiento forzado de niños, niñas y jóvenes; control de movilidad de personas,
víveres y alimentos que ha generado crisis alimentaria y de salud. Describe como
en todos ellos se ha intensificado la siembra de minas antipersonales y sus
pobladores sufren hostigamientos por las Fuerzas Armadas, y la práctica de
enamoramiento y violencia sexual contra las mujeres y niñas por los actores
armados en general.
Especialmente los Katío del Bajo Atrato y el norte del Departamento de Chocó,
están gravemente afectados por desplazamientos selectivos de líderes, familias y
comunidades enteras a los cascos urbanos, a otras comunidades y departamentos
y a Panamá y en varios casos se presentan retornos sin apoyo del Estado. Por su
parte, las comunidades Dobidá de los municipios de Ríosucio, Carmen del Darién,
Acandí y Unguía sucesivamente desde 1996 sufren el confinamiento, el bloqueo
de alimentos, medicamentos y movilidad, torturas, señalamientos y el asesinato de
líderes indígenas, la ocupación de territorios por las AUC y actividades de éstas
como guías de las Fuerzas Armadas, presentándose en varios casos la ocupación

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de sus territorios por las fuerzas armadas, combates entre los diversos actores y
hasta bombardeos del Ejército. También se reportan el reclutamiento de jóvenes,
la violación de mujeres, el robo de alimentos y canoas para el transporte fluvial y,
en algunos casos, la pérdida de áreas de resguardo a manos de las AUC y los
colonos. En los territorios indígenas Dobidá de Bojayá se registra fuerte presencia
de las FARC y, desde 2003, se incrementó la presencia de las AUC y de las
Fuerzas Armadas, haciendo de sus territorios el centro de los combates, los
cuales se incrementaron desde marzo de 2004.
En estas tres regiones del Chocó, la información recopilada por la Corte registra el
asesinato de 29 dirigentes Katíos y 7 dobidá, además de 8 desaparecidos entre
1996 y 2006; el desplazamiento de 18 comunidades enteras y de alrededor de 50
familias más, superando las 3000 personas desplazadas. Parte de éstas
comunidades y familias se ubicaron en cascos urbanos de Riosucio, Itsmina y
Pizzarro, entre otros. Debido a la precariedad de sus condiciones en los cascos
urbanos, muchas familias y comunidades se vieron obligadas a retornar a sus
territorios sin garantías de seguridad y sin acompañamiento estatal.
También se narra cómo la población de Bojayá, desplazada hacia otras
comunidades, fue utilizada como informante de las Fuerzas Armadas en las
comunidades receptoras, lo cual generó enfrentamientos y mayor inseguridad.
En las zonas donde los Dobidá sufren el confinamiento se registran muertes por
desnutrición y falta de atención. La información suministrada a la Corte da cuenta
de la muerte de 107 indígenas del resguardo de Catrú, principalmente de mujeres
y niños, debido a las fuertes restricciones al paso de alimentos, medicamentos y
personal de salud, y en otras comunidades Dobidá se registra la muerte de 16
menores y un anciano por desnutrición.
Un particular impacto que se destaca en la situación de los Embera, es el
incremento del suicidio, especialmente en jóvenes, lo que se asocia al contexto de
violencia, tensión y zozobra que viven las comunidades y por efecto de su
desestructuración cultural. Las tasas de suicidio se incrementaron especialmente
entre los katíos del Alto Sinú (20 casos entre 1997 y 2006) y el Bajo Atrato, y entre
los Dobidá (6 casos entre diciembre de 2001 y abril de 2004 y varios intentos).
Como caso paradigmático de vulneración de derechos a causa del conflicto
armado la Corte señala el de la comunidad Embera Dobidá de Honduras,
Caquetá, la cual ha sido víctima de repetidos desplazamientos de su territorio,
debido al hostigamiento y presión de las FARC y los enfrentamientos de ésta con
el Ejército. Finalmente, ante la negativa de brindar apoyo a las FARC, fueron
conminados por este grupo armado a abandonar su resguardo, lo cual se verificó
en septiembre de 2005, quedando fraccionada la comunidad en tres lugares
diferentes en la ciudad de Florencia y no puede retornar por falta de garantías y
porque su territorio se mantiene bajo el control de la guerrilla.
Con relación al pueblo Chamí, la información recabada por la Corte da cuenta de
que entre 1982 y 1992 fueron asesinados aproximadamente 200 indígenas, entre
líderes y miembros de la comunidad, por paramilitares y guerrilla. En Risaralda, la
situación en sus territorios es bastante similar a la que acusan los Dobidá y Katíos

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en el Departamento de Chocó, por lo que este pueblo se ha declarado en crisis
humanitaria. En su territorio tienen asiento todos los actores armados y se
presentan combates y bombardeos, ocupación de instalaciones, escuelas, y
casas, bloqueo de alimentos; desconocimiento de las autoridades, reclutamiento
forzado de jóvenes y niños; señalamientos por los desertores de la guerrilla que
son incorporados como informantes, y sucesivos desplazamientos, de los cuales
se contaban por entonces 300 indígenas desplazados en Pereira y otro tanto en la
ciudad de Bogotá. De acuerdo con los datos suministrado a la Corte, en el período
comprendido entre 2002 y 2008 fueron asesinadas 9 personas, entre ellas cuatro
gobernadores y un líder, ocurridos en varios de los municipios donde se asientan
los Chamí (Pueblo Rico, Mistrató y Quinchía) y 6 desaparecidos en la ciudad de
Pereira entre la población desplazada.
Con respecto a los Chamí del Departamento de Caldas, la información acopiada
por la Corte da cuenta que los grupos armados entran a los territorios indígenas
con personas secuestradas; extorsionan y chantajean a miembros de las
comunidades; utilizan las escuelas, puestos de salud, viviendas, casetas
comunales y lugares sagrados como sitios para acampar, en tanto que las
Fuerzas Armadas y los organismos de seguridad realizan allanamientos y retienen
a miembros de la comunidad acusándolos de colaborar con las guerrillas. Además
de los señalamientos y las detenciones arbitrarias, en ocasiones son amenazados
para que den información sobre los insurgentes. ES continua la persecución de
líderes y los gobernadores de los cuatro resguardos se encuentran amenazados
por los actores armados, al igual que entidades que trabajan con temas indígenas
y periodistas que difunden las actividades y programas de las comunidades, e
incluso las AUC han vertido amenazas contra la ONIC.
En el anexo del Auto 004, se reporta en este departamento el asesinato de 45
indígenas entre 2003 y 2006, el asesinato de los candidatos indígenas a la
alcaldía de Ríosucio de 2000, 2002 y 2003 y múltiples casos de amenazas,
lesiones y/o desapariciones. Según datos de la Personería, para la fecha del Auto
004, había 260 personas desplazadas en el casco urbano de Ríosucio, y se
verificaba una tendencia al desplazamiento dentro del mismo resguardo, o de una
comunidad a otra.
La respuesta estatal
Frente a la situación de violencia que viven los Embera en sus territorios, la Corte
señala que la respuesta estatal ha sido prácticamente nula. En el caso de familias
y comunidades afectadas por el desplazamiento, ésta se ha reducido a la entrega
de mercados e implementos agropecuarios para el retorno o la reubicación.
Muchas familias y comunidades desplazadas se vieron obligadas a retornar por la
precariedad de su situación en los sitios de recepción, no obstante que los
retornos no fueron recomendados por mantenerse en sus territorios las
condiciones de inseguridad. También se menciona la ausencia de actuaciones de
las autoridades competentes para prevenir nuevos desplazamientos y de la
atención diferencial que requieren las víctimas.

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La precariedad de las condiciones en que viven el desplazamiento en los sitios de
llegada, se puede ilustrar con los casos de las comunidades Dobidá desplazadas
del San Juan a Istmina o la de Bojayá. Las primeras fueron alojadas bajo
condiciones de hacinamiento en cuatro albergues dispuestos en el municipio, uno
de ellos sin piso y los otros sin paredes ni separadores interiores, en donde
convivían personas afectadas por brotes de varicela y por tuberculosis (se hablaba
de 12 personas con TBC). Durante el período del desplazamiento murieron 3
menores por causas preexistentes al desplazamiento. Para su retorno, presionado
por la precariedad de condiciones en el sitio de recepción, de acuerdo con
informes de la Comisión de Verificación, solo recibieron kits agropecuarios. Un
mes después, Acción Social, en coordinación con la administración municipal,
apoyó un proyecto de seguridad alimentaria para los 270 hogares retornados.
En el caso de las comunidades de Bojayá:
…los desplazados fueron ubicados en centros humanitarios que no tenían
espacio suficiente y las familias tuvieron que construir cambuches alrededor.
El tiempo que duró el desplazamiento vivieron en condiciones de
hacinamiento y expuestos a todo tipo de riesgos por enfermedades y por
crecida de los ríos en época de lluvias, frente a los cuales no se tenía un plan
de contingencia. Las comunidades debían usar el agua del río Atrato, tanto
para fines higiénicos como para alimentación lo cual produjo un gran número
de enfermedades del tipo diarrea y parásitos. En el momento del
desplazamiento se encontraron varios casos de tuberculosis pero no se
realizó un acompañamiento y seguimiento por parte del Centro de Salud. No
se dieron apoyos para construcción bajo el argumento que éste debía
enfocarse en el retorno.
Las comunidades decidieron retornar, no obstante la oposición de varias
instituciones por cuanto en sus territorios se mantenía presencia de los actores
armados (AUC y FARC). El retorno se verificó sin acompañamiento institucional
solo con apoyo para el transporte y la entrega por Acción Social de alimentos y
kits de aseo para 1 mes, además de un botiquín de primeros auxilios. Las mismas
comunidades tuvieron que definir su propio plan de protección. Posterior al retorno
se apoyó un proyecto de seguridad alimentaria mediante kits agropecuarios y un
motor fuera de borda pero no se brindó capacitación ni acompañamiento por la
UMATA municipal.
La Corte también registró otros casos desplazamientos forzados masivos de
comunidades en los que se presentaron retornos sin apoyo estatal (Chimirindó, La
Loma, Campo Bello y Corabazal) en uno de los cuales la comunidad fue objeto de
re-desplazamiento (Chimirindó).
Acerca de medidas de protección ordenadas por instancias nacionales e
internacionales de derechos humanos, también se hace mención de su ineficacia.
Al respecto se reseñan los casos de las comunidades Embera Katío del Alto Sinú
y de Riosucio, Caldas. Las primeras están amparadas por medidas cautelares de
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos desde junio de 2001, pero sólo
hasta el 2004 se definió con el Gobierno el esquema de protección para los líderes
beneficiarios. Según los representantes de estas comunidades, las medidas no

12
han sido efectivas para la protección de sus derechos ni para su seguridad. Por
su parte, en Julio de 2001 la CIDH otorgó medidas cautelares a favor de 40
indígenas Embera-Chamí de Cañamomo-Lomaprieta, San Lorenzo, la Montaña,
Escopetera-Pirza, Totumal, La Trina, La Albania, Cerro Tacón, La Soledad, y
miembros del CRIDEC. Las comunidades eran señaladas públicamente por
agentes del Estado como colaboradores de la guerrilla y habían sido objeto de
amenazas y actos de hostigamiento y violencia por parte de las AUC. No obstante
las medidas cautelares, se presentó una incursión de las AUC en la comunidad de
Escopetera-Pirza durante la cual se dio muerte a un excabildante del resguardo y
resultó herido el fiscal suplente del cabildo indígena, además de dejar destrozos
materiales. La posibilidad de la intervención paramilitar había sido previamente
denunciada, pero las autoridades no adoptaron medidas para prevenirla y con
posterioridad a ella no se prestó apoyo para ingresar a la zona con fines
humanitarios. El propio Gobierno reconoce que las medidas ordenadas por la
CIDH no se habían implementado respecto de todos los líderes que las requieren
y que persisten las amenazas.
Los factores asociados o conexos
Son varios los factores asociados al conflicto armado que se libra en los territorios
indígenas del pueblo Embera y a la situación de violencia que éstos sufren,
reseñados en el análisis que realiza la Corte. Entre ellos se destacan los cultivos
asociados al narcotráfico y la explotación irregular de recursos naturales, pero
también la ganadería, cultivos intensivos y megaproyectos impulsados por el
Estado.
En gran parte de los territorios de los Katío y los Dobidá se relacionan los cultivos
de coca como un factor determinante de la exacerbación de la violencia de los
actores armados ilegales. Los cultivos se han intensificado dentro de territorios
indígenas y en tierras colindantes, realizados por colonos no indígenas y por
paramilitares activos y desmovilizados, con un grave impacto sobre la vida de las
comunidades. No sólo por la violencia y la pérdida de tierras, sino por las
fumigaciones que destruyen los cultivos de pancoger y el entorno ambiental de las
comunidades, y la contaminación de las aguas para consumo, generando graves
perjuicios a la salud de la población.
En varias de las regiones enunciadas, además de la muerte de niños y ancianos
por desnutrición, el asesinato de líderes indígena y la desaparición de mujeres y
niños, se denuncia la pérdida de áreas territoriales, por ocupación y venta irregular
para cultivos de coca, pero también para ganadería, cultivos de palma y otros, así
como explotación forestal, la caza y la extracción de oro.
En estos territorios gran parte de las explotaciones económicas están controladas
por grupos armados. En el Alto San Jorge se registran la explotación maderera y
la pesca con explosivos como actividades controladas por las AUC. En los
territorios dobidá de Chocó (Alto Baudó, Río Quito, Medio Atrato, Bojayá, Nóvita),
el avance de plantaciones de palma africana y la explotación maderera, la primera
controlada en algunos casos por grupos paramilitares y la segunda financiada por

13
éstos. En Bojayá, además de los cultivos ilegales, se presentan también
plantaciones de palma africana y arracacho.
En cuanto a megaproyectos impulsados por el Estado, la Corte se detiene en el
análisis de la situación de los Embera Katío del Alto Sinú y pone en evidencia
como paralelamente al proyecto hidroeléctrico de Urrá su territorio se convirtió en
escenario de guerra, haciéndolos víctimas de graves violaciones, principalmente
desde 1999. Además de la pérdida de sus más connotados líderes y autoridades,
la Corte describe la situación que vive este pueblo a partir de los impactos
destructivos generados por el megaproyecto, tanto sobre su territorio afectando su
autonomía alimentaria y su integridad cultural, como sobre su integridad social y
cohesión política por la división y conflictividad interna desatada con el proyecto y
con el dinero proveniente de la indemnización. Este último además ha causado
aculturación, pérdida de costumbres y deja como secuela la estigmatización de
que es víctima el pueblo en su conjunto por los medios de comunicación, la
empresa y el Gobierno por los efectos que el flujo de dinero ha tenido en algunos
de sus miembros por dedicarse al alcoholismo, la prostitución, y el consumo de
bienes suntuarios. Los indígenas además señalan la aparición del fenómeno del
suicidio, presentándose 20 casos entre 1997 y 2006.
Con respecto a los Dobidá, se menciona la construcción de una base militar y un
helipuerto en territorios indígenas en el municipio de Ríosucio, Chocó, así como la
minería autorizada, como factores que han contribuido notablemente a
incrementar la violencia y han generado graves afectaciones a la integridad
territorial, social y cultural de las comunidades.
1.4. Alcances del Plan de Salvaguarda del Pueblo Embera
La situación descrita en el capítulo anterior llevó a la Corte Constitucional a
constatar la grave situación que viven los diferentes grupos del pueblo Embera y
por ello es uno de los destinatarios de las medidas especiales ordenadas en el
Auto 004 de 2009.
De acuerdo con los pronunciamientos de la Corte Constitucional contenidos en
dicho Auto y en la sentencia T-025 de 2004, se puede concluir que el Programa de
Garantía de los Derechos de los Pueblos Indígenas se orienta a superar el estado
de cosas institucional, lo que implica que el Estado en su conjunto oriente su
acción a hacer efectivos en la práctica los derechos constitucionales de los
pueblos indígenas en general. En tal dimensión, el Programa de Garantías debe
ser la política que oriente la acción de todas las entidades oficiales para que tales
derechos reconocidos formalmente dejen de ser solo norma para materializarse en
todos los ámbitos de la vida de los pueblos indígenas. Por su parte, los planes de
salvaguarda étnica, tienen por finalidad última evitar el exterminio cultural o físico
de los pueblos indígenas amenazados, entre ellos el pueblo Embera. Uno y otros
hacen un conjunto que además de garantizar la aplicación de los derechos
indígenas reconocidos, deben atacar los factores que subyacen a la violencia que
se ejerce contra los pueblos indígenas y remediar la vulneración de que han sido
víctimas comunidades, familias y personas indígenas.

14
De esta manera, los planes de salvaguarda deben reflejar conjuntamente con el
Programa de Garantía una misma política de prevención del desplazamiento y de
atención a los pueblos afectados por este fenómeno y por la violencia derivada del
conflicto armado. Además de esto, los planes de salvaguarda están orientados a
resolver los factores adversos a la integridad social, cultural, económica y política
de cada pueblo destinatario, y sus acciones específicas están llamadas a revertir
la amenaza de extinción física y cultural en que se encuentra.
En este marco, la Corte indica que los planes de salvaguarda deben integrar seis
componentes básicos, a saber:
- Prevención del impacto desproporcionado del conflicto armado y del
desplazamiento forzado sobre el pueblo indígena respectivo.
- Atención efectiva y diferencial a las personas desplazadas.
- Atención a los derechos fundamentales de las víctimas a la justicia, la
verdad, la reparación y las garantías de no repetición.
- Protección de líderes, autoridades tradicionales y personas en riesgo por
sus posturas de activismo o de liderazgo
- Herramientas para el fortalecimiento de la integridad cultural y social de
cada etnia beneficiaria
- Protección de los territorios tradicionales, especialmente de los que están
en proceso de titulación y de los que ya se encuentran titulados, frente a los
distintos procesos bélicos y de despojo.

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2. La población y el poblamiento del pueblo emberá
El pueblo emberá perteneciente a la familia lingüística Chocó se constituye en uno
de los grupos que, en el contexto nacional, se dispersan por diversos espacios de
la geografía nacional, se adaptan a distintos escenarios ambientales y se integran
en diferentes tipos de economía. Característico a la cultura del pueblo emberá es
la movilidad de las familias, rasgo que le confiere cierto dinamismo demográfico y
que, durante el siglo XX, le ha permitido poblar un amplio conjunto de cuencas de
la región del Pacífico, las estribaciones orientales de la cordillera occidental y
llegar hasta las tierras del piedemonte amazónico. Actualmente la Población
emberá se distribuye en tres grandes áreas geográficas, la primera conocida como
el Chocó biogeográfico, que se extiende desde el Nudo de Paramillo, localizado en
su parte norte, se extiende desde allí en dirección sur a lo largo de la cordillera
occidental, siguiendo la divisoria de aguas que tributan hacia la cuenca del
Pacífico y el Golfo de Urabá, de tal modo que abarca el territorio que desde la
frontera con Ecuador se extienda hasta la frontera con Panamá y el Paramillo.
Este inmenso territorio, que aproximadamente es el 10 por ciento de la geografía
nacional, se caracteriza por estar surcado por innumerables ríos que desde la
cordillera se desprenden en dirección de las tierras bajas del andén del Pacífico y
el golfo de Urabá, área cubierta de bosques que van de lo húmedo a lo súper
húmedo, donde la riqueza en biodiversidad la constituye en referente de
importancia global. La segunda área de poblamiento emberá, contigua a ese
amplio territorio tradicional del Pacífico, se extiende por la vertiente oriental de la
cordillera occidental en dirección del valle del río Cauca en su región media,
alrededor de la zona cafetera y, algunos pocos asentamientos, se localizan hacia
el bajo Cauca. La tercera, es la región en la que se ha dispersado la población
emberá a partir de los años sesenta, constituyendo asentamientos por fuera de su
territorio tradicional, especialmente en Putumayo, Caquetá y Meta, Bolívar,
Casanare, Boyacá y Tolima sitios donde han experimentado el impacto de la
guerra en todas sus manifestaciones.
2.1. El poblamiento
2.1.1. El territorio tradicional emberá
En el curso de la historia, el territorio donde tradicionalmente se ha asentado el
pueblo emberá, se define por ser espacio en donde la economía extractiva ha
determinado la vida de los pobladores y la gestión del Estado. Frente a esta
realidad las poblaciones indígenas que, desde el Paramillo hasta el Ecuador, se
asientan en este extenso territorio, comienzan a partir de la década de los setenta
del siglo pasado a demandar del Estado el reconocimiento territorial y garantías
para asumir su cultura y el desarrollo de su propia institucionalidad. Es en los años
ochenta cuando comienza a generarse transformaciones en el ordenamiento
territorial de la región y a consolidarse el resguardo como unidad territorial de
naturaleza colectiva reconocida por el Estado a una población indígena. Este
proceso de conformación de resguardos se constituye en la respuesta estatal ante
la movilización indígena frente a la amenaza que representa la intensificación de la
economía extractiva que, desde mediados del siglo, convierte los bosques en
proveedores de maderas para los mercados del centro del país, a la vez que

16
paulatinamente la minería artesanal cede ante nuevas tecnologías y los recursos
pesqueros se convierten en oportunidad para la comercialización.
El pueblo emberá que habita esta región asume diferentes maneras de auto
nombrase, aspecto que se relaciona con las formas específicas de asumir la
cultura, con las variaciones lingüísticas y con las adaptaciones al entono
ambiental. Es así como un segmento importante de la población se define como
emberá dóbida, forma de nominarse en alusión a sus asentamientos que se
localizan en las riberas de los ríos, especialmente en los valles medios y bajos.
Esta población en su mayoría habita en los ríos del Choco y en Antioquia en la
región media del Atrato. En oposición a la gente del río aparecen los emberá
eyabida, gentes que habitan las estribaciones de la cordillera, gentes de montaña,
que fundamentalmente habitan en el occidente de Antioquia y hacia el Alto Sinú y
San Jorge. El segmento poblacional emberá chamí, tiene su foco desde donde se
dispersa en el territorio tradicional de San Antonio de Chamí, desde allí migra, en
los inicios del siglo XX, a los territorios localizados al sur en dirección del Valle del
Cauca sobre las estribaciones de la cordillera occidental, lo mismo que a la región
del suroeste antioqueño. En la segunda mitad del siglo XX las migraciones toman
otro rumbo, como son las tierras bajas del piedemonte amazónico, el Magdalena
Medio y el Urabá. Otro de los grupos que integran este pueblo son los eperara
que se dispersan en el Pacífico al sur de Buenaventura, en la costa caucana y la
de Nariño.
En el espacio tradicional del Pacífico el pueblo emberá, frente a la colonización
hispana y posteriormente a lo largo de la república, asume como estrategia de
poblamiento el replegarse a territorios alejados del contacto con los poderes
locales, los misioneros y los comerciantes. Tal estrategia que los había llevado a
dispersarse en las partes altas de las cuencas y en sitios alejados, parece cerrarse
en la segunda mitad del siglo XX, en la medida que se intensifica la economía
extractiva, que las empresas madereras y aserrío presionan sus bosques, que el
auge minero avanza con las retroexcavadoras y en ciertas áreas la colonización
se instala con la ganadería y la agroindustria. Es así como en la década de los
ochenta del siglo pasado el pueblo emberá inicia la demanda ante el Estado por el
reconocimiento de sus territorios, aspecto que supone la conformación de las
modernas organizaciones donde se asocian comunidades de diferentes zonas en
procesos de tipo regional o departamental. Estas organizaciones se movilizan por
el derecho al territorio y por la participación del Estado en los procesos educativos,
productivos y de aseguramiento en salud. Es en el marco de esta movilización
social como se comienza la titulación de territorios bajo el modelo de resguardo y
se asume el Cabildo como fórmula de gobierno en ese territorio.
2.1.2. El valle del río Cauca y el territorio integrado a la economía cafetera
Otro segmento de la población emberá significativo es el que se localiza en el
departamento de Caldas, hacia los municipios de Riosucio, Supía, Guática y
Quinchía. Este territorio, integrado desde temprano a la colonización hispana por
la riqueza minera, ha resistido durante 5 siglos, una larga historia de despojo
territorial, de diversas formas de colonización y de violencia. Durante el período
colonial los valles de los ríos Supía y Riosucio, lo mismo que la zona de Marmato,

17
son espacios en los que el poder hispano constituye a la mano de obra indígena
en tributarios que laboran en las vetas ricas en oro, siendo esta región uno de los
distritos mineros más ricos e importantes en esta época. Con la independencia y la
instauración de la república, estas minas que habían servido para respaldar los
empréstitos para financiar la guerra, son entregadas a los banqueros ingleses que
envían a sus representantes para asumir la explotación. Con la activación de las
minas, en la segunda mitad del siglo XIX se vive una segunda ola de colonización,
los resguardos indígenas constituidos durante la colonia comienzan a ser
invadidos y por métodos fraudulentos a sustraerse amplias áreas a favor de
comerciantes y de las familias que encarnan los poderes locales.
En la primera mitad del siglo XX se consolida la gran propiedad ganadera y se
desarrolla el tipo de establecimiento cafetero. Las familias indígenas se ven
confinadas a pequeñas áreas, en tanto en las tierras comunales donde
tradicionalmente realizaban sus cultivos de maíz y frijol se convierten en extensos
pastizales y en las laderas florece la gran propiedad cafetera. Las familias
indígenas se convierten en jornaleros que desarrollan su labor en las tierras que
se les ha expropiado o, con el paso del tiempo, al consolidarse la economía de la
zona cafetera, en mano de obra que periódicamente deambula por diversos sitios
de Caldas, Risaralda y Quindío. En la década del cuarenta se da el paso a disolver
el resguardo colonial de San Lorenzo, a la vez que las tierras de los otros
resguardos son invadidas o compradas a través de métodos fraudulentos.
El escenario de esta historia de despojo ha estado marcado por la violencia.
Desde los años cincuenta la confrontación liberal-conservadora convierte a esta
región en lugar de asesinatos, masacres, desplazamientos forzados y en sitio
donde cobra vida la violación de los derechos en todas sus formas. Este proceso
de violencia se proyecta hasta el presente pasando por diversos momentos, es así
como durante la década de los setenta la población se integra en las
organizaciones campesinas y, sus luchas en el marco de la ANUC, experimentan
la represión estatal que fue característica de esa época. Luego, hacia los años
ochenta, la población reivindica su identidad indígena y sus derechos territoriales
en el contexto de sus títulos de los resguardos coloniales, dinámica que abre otro
momento en la historia regional.
Con el ascenso de la reivindicación de la identidad indígena y la afirmación de los
cabildos como autoridad propia, proceso que ocurre en el curso de los años
ochenta, se abre paso una nueva etapa dominada por la represión contra la
población indígena y la persecución de sus líderes. En verdadero hito se
constituye el asesinato del líder indígena José Gilberto Motato, que en el año de
1988 se postula a las elecciones a la alcaldía del municipio de Riosucio, poniendo
en cuestión los partidos tradicionales, hecho que no tenía antecedente y que ante
la real posibilidad de resultar elegido desencadena la reacción de los poderes
locales y es asesinado.
De igual forma, población emberá chamí originaria de su territorio tradicional migra
hacia las tierras del valle del río Cauca, para establecerse en el suroeste de
Antioquia, algunas familias lo hacen hacia finales del siglo XIX, otras en el curso
del XX, para colonizar ciertas áreas de las que son despojadas ante el avance de

18
la colonización antioqueña. Hacia el sur del valle de este río, en Risaralda y en el
Valle del Cauca y en el Quindío, también las familias emberá chamí forman
pequeños asentamientos, algunos titulados como resguardos, los cuales tienen
como característica que son áreas de tamaño reducido, donde no les es posible
generar soberanía alimentaria y en donde se convierten en mano de obra
disponible para fincas ganaderas, cafeteras y productoras de frutas.
2.1.3. La población emberá dispersa
En la década de los sesenta del siglo pasado, de la región que se extiende desde
el Chocó hacia el Valle del Cauca, desde el Dovio y San José del Palmar, como
también desde Pueblo Rico en el actual Risaralda, salen familias emberá chamí en
dirección de las tierras bajas del Urabá, del Magdalena Medio, del Caquetá y
Putumayo. Es en este período donde esos territorios adquieren importancia como
espacios hacia donde se expande la frontera agrícola y son polo de atracción de
las familias campesinas que salen expulsadas de sus tierras por causa de la
violencia, como también de las familias indígenas que migran en busca de tierras
baldías, en zonas de bosques, ricas en caza y pesca. Fueron muchas las familias
que se desplazaron en camiones hacia el Caquetá, llegando a Puerto Rico y Pajuil
y otras se orientaron rumbo a Orito (Putumayo).
En estos departamentos del piedemonte amazónico, en los que la colonización se
asocia a la consolidación de grupos armados y en consecuencia éstos ejercen el
control territorial, en la segunda mitad del siglo XX el escenario es de guerra y los
pueblos indígenas van a experimentar sus efectos. Consecuencia de la guerra que
se libra en esa región los pobladores emberá que estuvieron asentados en
diferentes veredas, se fueron dispersando hasta constituir los principales
asentamientos que hoy existen en ambos departamentos, pero también de las
familias que desde allí se desplazan en dirección del Meta, hacia la serranía de la
Macarena, para posteriormente por las mismas causas desplazarse a otros
municipios del Meta y hacia Villanueva en Casanare. La población que se dispersa
en el departamento del Meta y en Casanare es, entonces, el efecto de una
segunda ola migratoria de las familias que originalmente se constituyeron en el
Caquetá y el Putumayo.
Otro de los sitios que se convirtió en esa época en lugar de llegada de familias
emberá fue el Urabá antioqueño, que para ese momento adquiría importancia por
el establecimiento de las plantaciones de banano con el requerimiento de mano de
obra, pero también por la disponibilidad de tierras baldías. Es así como las familias
que habitan en Mariquita, Tolima, originarios del Valle y del Chocó, migran en una
primera fase hacia la región de Urabá en la década del sesenta, para de allí ser
desplazados hasta donde se encuentran actualmente.
En límites entre los departamentos de Risaralda y Chocó, se ubica otra zona de
expulsión de población emberá. De allí han migrado en diferentes momentos
diversos grupos que han hecho ruta por diferentes departamentos (Caldas,
Quindío, Risaralda, Arauca, Antioquia, Boyacá) para asentarse finalmente en la
región del Magdalena Medio, en los departamentos de Boyacá y Santander.

19
Al sur de Bolívar, en la quebrada Arizá, familias emberá katío provenientes del Alto
Sinú y San Jorge migran por efecto de los eventos de la guerra que en esa región
se viven en los últimos treinta años. El establecimiento de estas familias se realiza
en la lógica tradicional de hacer uso de un espacio adyacente al río para
establecer su producción agrícola, mientras las zonas de bosque proveen recursos
de caza y recolección, en tanto el río es proveedor de peces. Pero el auge minero,
el establecimiento de retroexcavadoras en el curso del río y el control militar de
quienes explotan la minería se constituye en el escenario de vida de estas familias
que ven degradar su entorno y con ello su existencia.
2.2. La población
En conjunto el pueblo emberá está conformado por 181.405 personas que se
distribuyen en 16 departamentos, cifra que aunque sirve de referencia en el
dominio global o para identificar su presencia en ciertos lugares y establecer
comparaciones con otros grupos poblacionales. Sin embargo, presenta la
dificultad de no poder conocer la dinámica demográfica actual y su distribución por
grupos de edad. Sólo a partir del conocimiento sobre la estructura de la población
es posible proyectar las demandas de ésta, ya sea respecto a la atención en
salud, en cobertura educativa, en programas de atención y, en síntesis, para poder
realizar la planeación requerida por las autoridades locales y los entes territoriales.
Este déficit en la información tiene su origen en los instrumentos censales en el
dominio nacional, pero también en las mismas organizaciones indígenas que no
disponen de una base informativa confiable.

Tabla No. 1
Población emberá por departamentos y municipios
Departamento Municipio Población
Antioquia Turbo 1583
Antioquia Apartadó 847
Antioquia Chigorodó 2020
Antioquia Mutatá 1414
Antioquia Murindó 1552
Antioquia Dabeiba 4676
Antioquia Frontino 2600
Antioquia Nechí 66
Antioquia Segovia 449
Antioquia Bolívar 254
Antioquia Vigía del Fuerte 804
Antioquia Uramita 98
Antioquia Urrao 1452
Antioquia Jardín 1643
Antioquia Pueblo Rico 131
Antioquia Támesis 113
Antioquia Valparaiso 239
Antioquia Ituango 324
Antioquia El Bagre 33
Antioquia Zaragoza 46
Antioquia Anorí 31
Antioquia Remedios 60

20
Antioquia Vegachí 36
Bogotá Bogotá 868
Bolívar Montecristo 120
Boyacá Puerto Boyacá 160
Caldas Riosucio/Supía 22823
Caldas Riosucio 29794
Caldas Riosucio/Quinchía 7524
Caldas Belalcázar 667
Caldas Risaralda/San José 286
Caldas Supía 3186
Caldas Anserma 295
Caldas Filadelfia 88
Caldas Neira 136
Caldas Marmato 1568
Caldas Palestina 48
Caquetá Florencia 241
Caquetá Belén de los Andaquíes 51
Caquetá Montañita 26
Caquetá San Vicente del Caguán 231
Casanare Villanueva 39
Cauca López de Micay 923
Cauca Timbiquí 3255
Chocó Acandí 178
Chocó Alto Baudó 10962
Chocó Bagadó 4356
Chocó Bahía Solano 785
Chocó Bajo Baudó 3215
Chocó Bojayá 4813
Chocó Carmen del Darién 1147
Chocó Certegui 284
Chocó Condoto 266
Chocó El Carmen de Atrato 2837
Chocó Juradó 2116
Chocó Lloró 3376
Chocó Medio Atrato 1099
Chocó Medio Baudó 2203
Chocó Nóvita 535
Chocó Nuquí 1983
Chocó Quibdó 3311
Chocó Río Quito 552
Chocó Riosucio 3042
Chocó San José del Palmar 525
Chocó Sipi 147
Chocó Tadó 1926
Chocó Ungüía 422
Córdoba Puerto Libertador 290
Córdoba Monte Líbano 178
Córdoba San José de Uré 254
Córdoba Tierralta 2266
Meta Villavicencio 46
Meta Granada 76
Meta Acacías y Otros 28
Meta La Uribe 150
Meta La Macarena 77

21
Meta Lejanías 15
Nariño 1970
Putumayo Villa Garzón 51
Putumayo Orito 992
Putumayo Valle del Guamuez 334
Putumayo Puerto Asís 231
Quindío Calarcá 154
Quindío Córdoba 130
Quindío Circasia 49
Quindío Quimbaya 43
Quindío Montenegro 71
Quindío Armenia 562
Risaralda Pereira 876
Risaralda Apía 77
Risaralda Balboa 30
Risaralda Belén de Umbría 399
Risaralda Dos Quebradas 347
Risaralda Guática 2054
Risaralda La Celia 25
Risaralda La Virginia 60
Risaralda Marsella 786
Risaralda Mistrató 3595
Risaralda Pueblo Rico 4128
Risaralda Quinchía 10687
Risaralda Santa Rosa de Cabal 135
Risaralda Santuario 88
Santander Magdalena Medio 93
Tolima Mariquita 141
Valle Trujillo 339
Valle Obando 157
Valle Bugalagrande 252
Valle El Dovio 1643
Valle Versalles 44
Valle La Victoria 80
Valle Bolívar 2057
Valle Alcalá 107
Valle Dagua 35
Valle Buenaventura 535
Valle Vijes 123
Valle Anserma Nuevo 199
Valle San José del Palmar 265
Valle Tuluá 170
Valle Yotoco 154
Valle Restrepo 79
Valle Calima Darién 136
Valle Sevilla 285
Valle Argelia 165
Valle El Cairo 132
Valle Cartago 80
Total 181.405

22
3. Los factores subyacentes a la guerra y su impacto en el pueblo emberá
3.1. Los factores determinantes de la guerra y el territorio emberá
La historia de los pueblos indígenas en los últimos siglos se desarrolla en un
escenario de violencia y violación sistemática de sus derechos, pero es preciso
señalar que en el período actual, a pesar del reconocimiento que en la
Constitución Política de 1991 se hace de los derechos de los pueblos indígenas,
sin embargo, es factible observar que los territorios, para el caso de la población
emberá, ya sean los tradicionales o los que son reconocidos a través de títulos,
son objeto o se inscriben en un escenario en el que diversos actores armados
confluyen y asumen la confrontación por el dominio del territorio y el control
político de la población. En la historia reciente, desde las dos últimas décadas del
siglo pasado, los territorios del pueblo emberá y la población experimentan
verdadera ruptura, tal cambio, responde al nuevo orden en el que la guerra se
convierte en amenaza que determina el modo como se vive en lo cultural, en lo
político y en lo económico. Estas transformaciones tienen una causalidad diversa,
pero para efecto del análisis se pueden agrupar en:
 El ascenso territorial del pueblo indígena y la confrontación por el
control del territorio y el acceso a los recursos naturales.
 El enfrentamiento por el dominio territorial entre actores armados y el
desconocimiento de la territorialidad indígena
 La restricción de los derechos de los pueblos indígenas como política
estatal.
 La integración de la región en la economía ilícita.
 La minería y las políticas de desarrollo.
3.1.1. El ascenso territorial del pueblo indígena y la confrontación por el
control del territorio y el acceso a los recursos naturales
La titulación de los resguardos en el territorio tradicional del pueblo emberá es
acción que el Estado despliega desde los inicios de la década de los ochenta del
siglo pasado, proceso que en el ámbito jurídico significa un cambio en el
ordenamiento al dejar de asumirse estos territorios como espacios baldíos, pero
que en el plano de lo económico no implica que las comunidades indígenas
aseguren el control de los recursos existentes en las áreas delimitadas. La
titulación de los resguardos no lleva a que se disminuya la presión sobre la
extracción de recursos de estas áreas, al contrario, la lógica extractiva se
intensifica, al paso del tiempo nuevas áreas se integran a este tipo de economía y
nuevos productos son demandados por el mercado. En este nuevo escenario en el
que se delimitan territorios indígenas, al mismo tiempo coinciden varios
fenómenos, uno de ellos es el que nuevos actores económicos pulsan por ejercer
dominio sobre los recursos naturales, el otro, es le relacionado con los actores
armados -fundamentalmente la guerrilla en una primera fase- que comienzan a
ampliar sus zonas de controlen y ligarse también a la economía extractiva.

23
Son múltiples las situaciones o casos a través de los cuales se puede describir
esta realidad, pero dos de ellos permiten conocer sobre los límites reales para el
ejercicio de control territorial por parte de las comunidades indígenas. Uno de los
casos es el del Alto Andágueda y la mina de Dabaibe, el otro, es el de la
explotación forestal en el resguardo de Chajeradó. En el Alto Andágueda se abre
un capítulo en la historia del pueblo emberá que ya llega a tres décadas sin que se
pueda cerrar. La confrontación por el control de la mina de Dabaibe, conocida por
su inmensa riqueza en oro, va cambiando de actores y en tanto ello sucede la
población experimenta todas las formas de violencia, a tal punto que hace ya más
de una década familias procedentes del resguardo Tahamí deambulan por las
ciudades, se asientan en zonas marginales viviendo de la mendicidad, en
condiciones degradantes y sin oportunidades para asumir su cultura con
dignidad2.
Es posible decir que, con el conflicto alrededor de la mina Dabaibe, se abre el
capítulo de la moderna guerra en la que se articula el pueblo emberá. Allí, en ese
territorio de forma temprana ya se observan un conjunto de hechos, que luego, en
la década de los noventa se generalizan en la mayoría de los territorios. En el año
de 1987, son 63 los indígenas que son asesinados en medio de la guerra que se
desata por el control de la mina (ver Gráfico No. 2), conflicto en el que aparecen
implicados actores armados de la guerrilla, de grupos paramilitares y agentes
estatales.
De igual modo, en el territorio tradicional de Chajeradó, en el municipio de
Murindó, la empresa forestal Madarién, con la protección de la autoridad ambiental
CODECHOCO, se apropia de los bosques propiedad de la población indígena,
destruyendo su espacio de vida. Esta situación es la que describe la sentencia T
380 de 1993 de la Corte Constitucional, en la que señala: A juicio del accionante
de tutela, las sucesivas intervenciones en el territorio indígena de Chajeradó de
una cuadrilla de máquinas, técnicos, ingenieros y técnicos de MADARIEN, bajo la
responsabilidad de REINERIO PALACIOS, entre junio de 1988 y noviembre de
1990, arrojaron como resultado neto la explotación de 3.400 a 4.300 hectáreas de
bosque húmedo tropical, "el cual constituía la infraestructura natural de la
economía de subsistencia y cultura de los nativos". Asegura el peticionario que
CODECHOCO tuvo conocimiento de la extracción que se venía haciendo sin
permiso de la entidad y omitió, con manifiesta negligencia, velar por el
cumplimiento de las normas legales y reglamentarias en materia de reserva
forestal (D. 2811 de 1974).
Es paradójico que, mientras la empresa Madarién destruye el territorio, al mismo
tiempo el INCORA en el año de 1989 esté entregando el título del resguardo a
esta comunidad. La apropiación del área de resguardo para el saqueo forestal
que, en Chajeradó adquiere el significado extremo por la magnitud de la
destrucción y por los recursos tecnológicos usados, es dinámica que con diversos

2
El pueblo emberá katío procedente del resguardo Tahamí actualmente vive en condición de desplazado en
ciudades como Bogotá, Medellín, Pereira y recorre las ciudades del eje cafetero, igual que Cali e Ibagué. En
tales ciudades las familias se hacinan en paga diarios y en albergues en espacios asociados a la prostitución,
el micro tráfico y la ilegalidad. La mendicidad se constituye en la principal fuente de ingreso de estas familias.

24
recursos y actores se generaliza como práctica económica en las últimas dos
décadas, a tal punto, que en la actualidad existen resguardos en los que la
degradación ambiental limita a la población en sus oportunidades para el
abastecimiento alimentario a través de la tradicional cacería y pesca3.
La riqueza en biodiversidad que caracteriza las áreas de resguardos, lo mismo
que la disponibilidad de recursos mineros, convierten estas áreas en escenarios
en los que la extracción asociada a la ilegalidad ha limitado la apropiación real de
los territorios por parte de la población indígena. Uno de los factores que explican
la violencia que se ejerce sobre la población indígena es el saqueo sistemático
que se realiza en los resguardos por parte de diferentes actores, los cuales
ejercen presión y violencia sobre la población para asegurar el acceso a los
recursos disponibles.
3.1.2. El enfrentamiento por el dominio territorial entre actores armados y el
desconocimiento de la territorialidad indígena
Una segunda variable a tener en cuenta es la que se relaciona con la dinámica de
la guerra y la disputa territorial entre diferentes actores armados. El territorio del
Pacífico que en una primera fase de la expansión guerrillera, hacia la década de
los ochenta del siglo pasado, es asumido como escenario de retaguardia, al paso
de los años y, desde los inicios de los noventa, comienza a adquirir importancia
geoestratégica, siendo varios los corredores que desde la zona costera comunican
con el interior del país. Al norte, el territorio del Urabá se constituye en espacio
desde donde la guerrilla se proyecta hacia Panamá y hacia el occidente de
Antioquia y el valle del Sinú en Córdoba. En continuidad con este corredor del
norte, en el Alto Chocó, en los límites con Risaralda, se asientan diversos grupos
guerrilleros que, desde allí extienden sus dominios en dirección occidental hacia el
río Baudó y la región costera, como también en dirección oriental para acceder al
suroeste antioqueño y la zona cafetera. En la región media del Pacífico, se
establece otro corredor que comunica desde las montañas del Cauca y el Huila,
desde las áreas de asentamientos guerrilleros más antiguos, en dirección de
Buenaventura y ejercer control en la zona costera, desde este puerto hacia el sur
por la distintas cuencas hasta el Naya, y al norte, por el río San Juan hasta su
parte media. En la frontera con Ecuador, ocurre el mismo proceso y los grupos
guerrilleros se establecen desde el piedemonte amazónico, en Caquetá y
Putumayo, proyectándose hacia el puerto de Tumaco y las áreas contiguas.
El dominio territorial que ejercen diferentes organizaciones guerrilleras conlleva a
la subordinación de la población, el establecimiento de rentas a las diferentes
actividades económicas que regionalmente tienen importancia, a la vez que se
asume el control a la movilidad y a la organización de la población. Los territorios
indígenas se convierten en sitios en los que se establecen campamentos
guerrilleros, la población joven es objeto de reclutamiento, la guerrilla pasa a
ocupar el papel de agente de control social en detrimento de la autoridad indígena
y la población es obligada a realizar apoyos de distinta naturaleza. En síntesis, los
actores armados se convierten en fuerza paraestatal y en agentes que controlan

3
Los impactos de la deforestación en el área del resguardo de Chajeradó son analizados en el estudio…

25
las redes de comercio propias al tipo de economía extractiva que caracteriza la
vida de la región.
Este escenario donde las fuerzas guerrilleras son actores de primer orden
comienza a transformarse a partir del avance de los grupos paramilitares hacia la
región. Desde mediados de los noventa el Pacífico pasa a ser espacio de
confrontación y los pueblos indígenas experimentan todo el impacto de la guerra.
Desde el Paramillo las autodefensas, con el acuerdo con el ejército nacional, se
proyectan hacia el eje bananero y el valle del río Atrato. En la misma lógica el
paramilitarismo avanza copando las carreteras que desde Medellín llevan a Turbo
o a Quibdó y controlando los territorios adyacentes a esta vías. Esta dinámica que
se explica en función de una estrategia nacional lleva a que, en la región media
del Pacífico de igual forma la confrontación entre el paramilitarismo y la guerrilla se
exprese en la crisis humanitaria experimentada por las poblaciones indígenas en
los ríos San Juan, Naya y Baudó. Esta misma situación es la que viven las
poblaciones indígenas de Caldas, en la zona cafetera y la región media del Valle
del Cauca. Más al sur, se trata de controlar el carreteable a Tumaco y la zona de
frontera, proceso que se experimenta de forma tardía, hacia el año 2000,
momento en el que los cultivos de coca migran hacia el Pacífico.
Gráfico No. 1

Fuente: Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas en Colombia de Cecoin

A partir del año 1997 el desplazamiento forzado habla del drama humanitario que
vive el pueblo emberá (Ver gráfico No. 2). La nueva realidad que enfrenta la
población constituye a la amenaza colectiva e individual en fantasmas alrededor
de los cuales las autoridades indígenas y sus organizaciones se deben movilizar,
como también, se impone el confinamiento y con ello el hambre, la desnutrición y
26
la muerte de la población infantil. En el nuevo orden adquiere vigencia la violencia
sexual, el asesinato de líderes, el bombardeo y minado de los territorios, la
persecución de los médicos tradicionales y la destrucción de la cultura. Desde
1985 hasta el presente año el total de la población emberá desplazada llega a la
cifra de 36.199, cifra que para su análisis se debe leer por zonas, en tanto es
factible observar que la presión sobre la población se concentra en áreas
estratégicas para el control por parte de los actores armados. El impacto del
desplazamiento, como de otros indicadores de la violencia que se ejerce sobre la
población, se analizará en el capítulo sobre la guerra y la afectación que
experimenta el pueblo emberá.

Gráfico No. 2

Fuente: Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas en Colombia de Cecoin

La lectura sobre la evolución del desplazamiento forzado y el asesinato de los


dirigentes indígenas enseña que desde mediados de los noventa sigue la misma
pauta. Es importante entender que el análisis de estas cifras debe hacerse de
forma localizada, dado que la causalidad como el impacto se explica con relación
a situaciones con significado territorial, ejemplo, la violencia experimentada por los
emberá katío del Alto Sinú tiene sentido en el contexto del megaproyecto de la
hidroeléctrica de Urrá, mientras los mismos hechos en el Alto Andágueda y
Risaralda, se explican en función de la minería. Estas dos situaciones muestran la
complejidad de las afectaciones por la guerra y de los diferentes motivos que
pueden existir para presionar el desplazamiento de una población.

27
3.1.3. La restricción de los derechos de los pueblos indígenas como política
estatal
En un tercer nivel aparece el mismo Estado que, con sus políticas, se convierte en
agente desencadenante de conflicto. Al respecto es importante señalar que la
Constitución Política de 1991 inaugura un amplio catalogo de derechos para los
pueblos indígenas, realidad que contrasta con los hechos que en las dos últimas
décadas han experimentado estas sociedades.
Es en lo relacionado con la consulta previa en donde es factible conocer la
verdadera política estatal y en donde es posible evidenciar la forma como el
Estado se convierte en agente que vulnera los derechos de los pueblos. Con
motivo de la construcción de proyecto hidroeléctrico Urrá es evidente que el
Estado no es garante de los derechos de los pueblos indígenas. Allí, la afectación
que el pueblo emberá katío experimenta en todos los órdenes de su existencia por
la inundación de su territorio tradicional, no es evento que tenga relevancia en
cuanto se deba realizar la consulta como mecanismo para hacer efectivos sus
derechos respecto a estar plenamente informados y participar en la toma de
decisiones respecto a aquello hechos que ponen en riesgo su cultura. La acción
estatal en lo relacionado con el reconocimiento de los derechos de los emberá
katío sólo es posible que se asuma a partir de la denuncia internacional de la
situación, la movilización de la población indígena y el amparo de la Corte
Constitucional a través de la Sentencia 7-652 de 1998. Con relación al desarrollo
de este proyecto hidroeléctrico la Corte Constitucional verificó que la construcción
de obras civiles para la hidroeléctrica Urrá, afectando parcialmente el territorio del
Pueblo Emberá Katío del Alto Sínú (Córdoba), se realizaron sin haberse cumplido
la consulta previa. Por medio de esta sentencia, la Corte suspendió el llenado del
embalse hasta tanto se realizara en debida forma la consulta a las comunidades y
se llegara acuerdos sobre los impactos futuros del llenado y operación de la
hidroeléctrica, las medidas para su prevención o mitigación, las indemnizaciones a
que hubiere lugar, la compensación por la pérdida de parte del territorio indígena y
la participación en los beneficios, de acuerdo a lo establecido por el Convenio 169
de la O.I.T. Por haberse construido la presa sin consulta previa, condenó a la
Empresa Multipropósito Urrá S.A. a pagar una indemnización al pueblo emberá
Katío del Alto Sinú y financiar los programas de desarrollo que previamente se
habían acordado entre dicha empresa y los cabildos mayores de las comunidades.
Esta movilización indígena por la defensa de sus derechos desata la más aguda
represión y persecución por parte de diferentes actores armados y, es en ese
momento, en el que el territorio indígena se convierte en centro del
paramilitarismo, que desde allí proyecta su acción en la región, convierte esta área
en tierras de cultivo de coca para financiar su empresa y asume el papel de
ejército al servicio de la empresa Urrá. La muerte de Kimi Pernia, el líder que
encaró la amenaza de la hidroeléctrica, enseña el papel del paramilitarismo al
servicio de las grandes empresas de distinto tipo, en el sentido de ser ejércitos
privados que operan o son funcionales a las políticas de desarrollo.
Esta política de desconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, no es
un hecho aislado que se evidenció en Urrá, más bien debe entenderse como

28
política de Estado y ello es perceptible en casos como en la titulación de áreas
mineras y específicamente en las áreas concesionadas para exploración en el
bloque Mandé, en los resguardos indígenas localizados en los límites entre Chocó
y Antioquia, hacia Murindó y Carmen de Atrato. Allí, la exploración y ocupación del
territorio se realiza sin que medie la consulta a las comunidades y, el camino
expedito para llevar a cabo esta actividad por parte de la empresa, es la ocupación
militar por parte del ejército para asegurar las áreas donde se construyen los
campamentos. La acción del Estado en cuanto al cumplimiento de la Ley sólo es
posible en la medida que la movilización indígena acude a escenarios
internacionales y la corte Constitucional tutela los derechos de la población a
través de la Sentencia T-769 de 2009. Con relación a la exploración en esta área,
la Corte Constitucional ordenó suspender el proyecto minero Mandé Norte para
cuya ejecución el Estado le otorgó concesión a la empresa Muriel Mining
Corporation (MMC) sobre un área que comprende el Resguardo Indígena Emberá
de Uradá Jiguamiandó y afecta directamente o otras comunidades indígenas,
negras y campesinas asentadas en los municipios de Frontino, Murry, Urrao, Vigía
del Fuerte, Carmen del Darién y el Municipio de Murindó en los departamentos de
Antioquia y Chocó. La Corte argumentó que no se realizó la consulta cumpliendo
los requisitos exigidos, porque no se consultó a todas las comunidades afectadas
y solo se realizaron unas reuniones con personas que legalmente no
representaban a las comunidades y, por tanto, no podían decidir sobre sus
territorios ancestrales. Además, dijo la Corte que no se habían realizado estudios
integrales sobre los impactos y daños que podía causar el proyecto a las
comunidades y sus territorios y transmitido a las comunidades los resultados de
esos estudios para que ellas pudieran participar de manera adecuada en la
consulta.
La restricción de los derechos de la población indígena se torna evidente al hacer
el análisis sobre el ordenamiento territorial minero y la entrega de títulos a la gran
empresa. La mayoría de los resguardos indígenas, localizados en las
estribaciones occidentales de la cordillera occidental, se han concesionado en
parte de sus territorios y para la población indígena la información al respecto llega
cuando los agentes de los empresarios toman posesión para asumir actividades
exploratorias o directamente de explotación. El verdadero ordenamiento territorial
es el minero, ejercicio que se hace sin la participación de los propietarios del
territorio y planeación del uso que se constituye en la mayor amenaza para la
población indígena. La política minera, como política de Estado, se constituye en
instrumento que expropia a la población indígena y le amenaza en su existencia.
3.1.4. La integración de la región en la economía ilícita
Es importante precisar que los territorios del pueblo emberá a lo largo de la
historia han estado inscritos en el dominio de la economía de lo ilícito. Es esta la
lógica de la economía extractiva, que en su dinámica constituye estos espacios en
frontera, en territorios donde la población se reduce a mano de obra servil y se
impone un modelo económico de forma violenta. Pero la práctica de lo ilícito
evoluciona, se transforma y adecua en función de políticas estatales, globales o
con relación a poderes locales.

29
Un factor asociado a los mercados globales es el que ocurre con el
establecimiento de áreas de cultivo de coca en el Pacífico. La economía de
narcotráfico migra desde el Caquetá y Putumayo hacia la región sur del Pacífico
hacia el año 2000, momento en el que las áreas sembradas en el piedemonte y el
plano aluvial se aproximan a cerca del 22% del total nacional, cuestión que
significa el traslado de los actores armados que pulsan por controlar el territorio y
los mercados. Es precisamente en ese momento en el que el paramilitarismo, que
ya hacia el norte de la región se había establecido, avanza desde la cordillera
hacia Tumaco y convierte este territorio en espacio de guerra con las FARC y el
ELN. Si bien en primer momento son los territorios del pueblo Awá los escenarios
de violencia, al cabo del tiempo, en la medida que los cultivos de coca se
extienden en dirección norte será el pueblo emberá que experimentará las
fumigaciones de sus territorios, el desplazamiento forzado, el asesinato y
persecución, pero sobre todo, la articulación de la población en la cultura que
propicia el narcotráfico. Con relación a la dinámica seguida por los cultivos de
coca en el Pacífico señala el estudio de la Oficina de las Naciones Unidas contra
la droga y el delito:
Al analizar la densidad de cultivos de coca (ha de coca/ km²), el mapa muestra
cambios ostensibles para cada periodo; en el año 2000 los principales núcleos
estaban en el departamento de Nariño, municipios Tumaco, Barbacoas y
Magui y en el Cauca en los municipios de Argelia, Piamonte y El Tambo. En el
año 2003 en relación con el 2000 se observa un incremento de la densidad
para la gran mayoría del territorio del departamento de Nariño (>8 ha/ Km²) y
una disminución en municipios de Piamonte y Argelia en Cauca, núcleos que
tienden a desaparecer. Para el 2007, la densidad disminuye en Nariño (4 -
8ha/ Km²) no obstante los núcleos de Tumaco, Olaya Herrera y Policarpa se
mantienen; en el Cauca comienza un aumento significativo hasta el 2010, en
sectores como el piedemonte de la cordillera con altas densidades de cultivos
de coca (>8ha/ Km²). En el Valle del Cauca aunque se han generado nuevos
núcleos de cultivos de coca, se mantiene en una densidad media (2 -8 ha/
Km²), sin embargo se han expandido en el sur del municipio de Buenaventura
en límites con el Cauca, por la ribera del río Naya. En el departamento de
Chocó desde el año 2007 se observa con preocupación la expansión de
cultivos de coca en sentido sur–norte, con una concentración importante en la
región del Baudó expandiéndose en el último periodo a municipios como
Unguía y Riosucio al norte y al sur del departamento.” (SIMCI-Acción Social.
Estudio económico de unidades productoras agropecuarias de zonas de
influencia de cultivos de coca. Bogotá. 2011)

30
31
Desde el año 2000 los cultivos de coca constituyen a la región del Pacífico en
espacio propicio para el cultivo, como también para el comercio. Ya en el año
2001 el CIMSI reportaba la existencia de 11.171 hectáreas de cultivo de coca en la
región, siendo las áreas donde existía mayor área cultivada en primero orden
Nariño y en segundo Cauca. Año tras año el área se ha ido expandiendo, tanto en
magnitud como en zonas afectadas, es así como para el año 2010, el total de los
lotes cultivados llega a 23.620 hectáreas4 y la zona de influencia ha ido creciendo
en dirección sur norte, ampliándose cada vez más hacia el Chocó.
Porcentualmente, en el año 2010 los cultivos de coca del Pacífico representan el
39.4% del total del área sembrada en toda la geografía nacional.

Tabla No. 2
Resguardos Indígenas del Chocó y hectáreas de coca sembradas al 2009
Municipio Resguardo Ha Coca
Quibdó Rio Munguidó 4
Pania 1
Alto Baudó (Pie de Pató) Aguaclara-Bellaluz 8
Dominico-Londoño-Partadó 9
Puerto Alegre-La Divisa 5
Ríos Catrú y Dubasa 82
Ríos Jurubidá-Chorí-Alto Baudó 27
Puerto Libia Tripicay 3
Dearadé-Biakirudé 3
Bajo Baudó (Pizarro)
Unión Pitalito 1
Bellavista
Pavasa-Jella 2
Rio Purricha 78
Carmen de Atrato La Cristalina 2
Litoral del SanJuan Chagpien-Tordó 2
Buenavista 16
Santa María de Pángala 7
Istmina Puadó, Matare, La Lerma, Terdó 9
La Unión Chocó San Cristóbal 3
Medio Atrato Paina 1
Medio Baudó Quebrada Querá 9
Rio Torreidó – Chimani 38
Santa Cecilia- Quebrada Oro 2
Medio San Juan Puado, Matare, La Lerma, Terdó 9
Nóvita Sabaletera, San Onofre El Tigre 1
Nuquí Ríos Jurubidá -Chorí- Alto Baudó 27
Riosucio Peranchito 3
Perancho 5
Sipí Sanandocito 12
Total 369
Fuente: Plan salvaguarda Fedeorewa

Lo ilícito se torna en fórmula para obtener rentas que permitan reproducir los
ejércitos y la minería es la actividad complementaria al cultivo de coca y al

4
Esta cifra integra los municipios de Tierralta y Puerto Libertador.

32
narcotráfico. Dragas, mini dragas y retroexcavadoras surcan las cuencas migran
de un lugar a otro según las oportunidades, las unas son de paramilitares, las
otras son de guerrilleros, también las hay de pequeños empresarios que pagan
sus impuestos a los actores armados que controlan el territorio. Nada escapa al
control de los actores armados, estos se tornan en proveedores de motosierras y
de capital de trabajo para la extracción forestal y se organiza el saqueo de los
bosques de los resguardos.
La primera década del presente siglo lleva a la consolidación de una economía
fundada en la práctica de lo ilícito, todas las actividades en las que se integra la
población están mediadas por tal fórmula. El saqueo de los recursos organizado
militarmente permite que se consoliden nuevos poderes, en tal sentido la
población indígena o sus territorios se constituyen en áreas reservadas para la
producción de materias primas; hacia los bosques de los resguardos avanza la
extracción forestal, las retroexcavadoras surcan los ríos, cocinas para la
transformación de la coca y cultivos integran a los jóvenes indígenas en la nueva
economía.
3.1.5. La minería y las políticas de desarrollo
La minería se constituye en uno de los bastiones sobre los que se estructura el
modelo de desarrollo, de tal modo que los resguardos indígenas y los derechos
que la Ley les reconoce como pueblos, son asumidos por los agentes estatales
como un obstáculo para darle concreción a esa política de Estado. Con relación a
la minería en la lógica gubernamental se habla de la existencia de dos tipos, la
una de naturaleza legal y la otra ilegal, pero cuando se analiza desde la
experiencia de los pueblos indígenas es posible decir que toda la minería que se
realiza en territorios indígenas es de carácter ilegal. Para entender la forma como
actualmente los territorios indígenas se integran a la economía de tipo minero es
importante contextualizar esta actividad a lo largo de la historia.
Los territorios en donde actualmente se asientan la mayoría de la población
emberá han girado desde mediados del siglo XVII alrededor de la minería del oro.
A lo largo de la región del Pacífico el referente fundacional es la economía
extractiva, durante siglos la región se constituye en frontera, en espacio baldío en
el que se disponen recursos para extraer. Sucesivos períodos de auge extractivo
marcan la historia, el oro ha estado en el trasfondo, pero desde el siglo XIX los
bosques se convierten en atractivo para comerciantes y colonos, al paso de los
años la tagua y el caucho son fuente de riqueza, como los son las pieles y el
mangle. Desde mediados del siglo XX se intensifica la explotación forestal y con
ello paulatinamente se degradan los ecosistemas. Esta lógica del desarrollo
constituye a esta región en exportadora de materias, sin que los propietarios de
los territorios o de los resguardos tengan oportunidad de proyectar su propia visión
sobre el manejo y uso del territorio.
Teniendo como referencia la historia de saqueo a los territorios indígenas es
factible decir que existe continuidad del modelo y que, aunque el Estado
modernamente distingue entre prácticas legales e ilegales, sin embargo es posible
enunciar que la forma como se ordena el territorio minero es claramente fundada

33
en principios de ilegalidad y de desconocimiento de los derechos colectivos. En el
ordenamiento minero actual se pueden describir por lo menos tres tendencias, la
primera es la de la minería tradicional, de tipo artesanal, que la realizan los
pobladores locales en una lógica de generar recursos para la subsistencia. En un
segundo orden aparece la minería que ha apropiado en los últimos treinta años
modernas tecnologías, como son la retroexcavadora, las dragas y minidragas, que
a la vez se convierten en fuente de financiación para actores armados y diversos
grupos ilegales. En un tercer nivel está el ordenamiento estatal con las licencias
que entrega y con las áreas que reserva, proceso que se lleva a cabo afectando el
territorio indígena sin que la población se entere y que de hecho entrega derechos
a terceros, generalmente transnacionales mineras.

Tabla No. 3
Total de títulos mineros en territorios indígenas emberá por departamento
No. Total Títulos
Departamento
resguardos Mineros
Antioquia 29 145
Chocó 26 146
Valle 2 2
Risaralda 1 7
Cauca 4 6
Caldas 2 6
Total 64 312
Fuente: Ingeominas

La entrega de título a empresarios no está desprovista de lo ilícito, esta lógica de


lo ilícito es también agenciada por el Estado que, a pesar de haber titulado de
forma colectiva el territorio, sin embargo opera bajo la racionalidad de constituir
esos espacios en baldíos, en territorios disponibles para concesionar a la gran
empresa minera. Para la población indígena en sus resguardos y para sus
autoridades se constituye en sorpresa el que su territorio se entregue a las
grandes empresas mineras sin que ellos tengan conocimiento y la información al
respecto les llega en el momento en el que los representantes de las empresas
llegan para hacer efectiva la fase de exploración. Actualmente 2012, según la
base informativa de Ingeominas sobre las áreas de resguardos indígenas emberá
el Estado ha entregado derechos a empresarios mineros por un total de 312
títulos, los cuales gran parte son áreas concesionadas a un grupo reducido de
empresas. De estos títulos, 171 de ellos son para la empresa Anglo Gold Ashanti
Colombia S.A., cuestión que significa que el 54.8% de las áreas concesionadas
pertenecen a la Anglo Gold Ashanti o en síntesis, el ordenamiento real del
territorio está dado en función de intereses globales o de las transnacionales
mineras.

34
Pero además, a estos 315 títulos, existen 506 (Tabla No. 4) solicitudes en proceso
para concesionar nuevas áreas como lo indica la cartografía sobre las áreas de
resguardo afectadas por la política minera, son esos territorios los que igualmente
han estado en el centro de la confrontación y es desde esos territorios desde

35
donde se ha generado el desplazamiento de la población y asesinato de líderes
(Ver Anexo 2)5.
Tabla No 4.
Solicitudes de títulos mineros o áreas por concesionar
en resguardos emberá por departamento
No. Total de
Departamento
Resguardos concesiones
Antioquia 30 234
Chocó 38 230
Valle 5 6
Cauca 2 3
Caldas 3 24
Risaralda 2 6
Putumayo 1 1
Córdoba 2 1
Nariño 1 1
Total 84 506
Fuente: Ingeominas

Esta política de desconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, no es


un hecho aislado, más bien debe entenderse como política de Estado y ello es
perceptible en casos como en la titulación de áreas mineras y específicamente se
puede constatar en el área concesionada para exploración en el bloque Mandé, en
los resguardos indígenas localizados en los límites entre Chocó y Antioquia, hacia
Murindó y Carmen del Darién. Allí, la exploración y ocupación del territorio se
realiza sin que medie la consulta a las comunidades y, el camino expedito para
llevar a cabo esta actividad por parte de la empresa, es la ocupación militar por
parte del ejército para asegurar las áreas donde se construyen los campamentos.
La acción del Estado en cuanto al cumplimiento de la Ley sólo es posible en la
medida que la movilización indígena acude a escenarios internacionales y la corte
Constitucional tutela los derechos de la población a través de la Sentencia T-769
de 2009. Con relación a la exploración en esta área , la Corte Constitucional
ordenó suspender el proyecto minero Mandé Norte para cuya ejecución el Estado
le otorgó concesión a la empresa Muriel Mining Corporation (MMC) sobre un área
que comprende el Resguardo Indígena Embera de Uradá Jiguamiandó y afecta
directamente otras comunidades indígenas, negras y campesinas asentadas en
los municipios de Frontino, Murrí, Urrao, Vigía del Fuerte, Carmen del Darién y el
Municipio de Murindó en los departamentos de Antioquia y Chocó. La Corte
argumentó que no se realizó la consulta cumpliendo los requisitos exigidos,
porque no se consultó a todas las comunidades afectadas y solo se realizaron

5
En Anexo 2 se presenta el listado de títulos mineros vigentes y solicitudes en proceso. Con base en esta
información se genera el mapa sobre títulos mineros que presenta la situación de los resguardos indígenas.
La cartografía correspondiente está en al ANEXO de referencia.

36
unas reuniones con personas que legalmente no representaban a las
comunidades y, por tanto, no podían decidir sobre sus territorios ancestrales.
Además, dijo la Corte que no se habían realizado estudios integrales sobre los
impactos y daños que podía causar el proyecto a las comunidades y sus territorios
y transmitido a las comunidades los resultados de esos estudios para que ellas
pudieran participar de manera adecuada en la consulta.
Es evidente que en lo relacionado con el bloque Mandé Norte, que los agentes
gubernamentales proceden violando los derechos fundamentales y ejerciendo
violencia para imponer la presencia de la empresa. El primer paso para ingresar la
empresa al territorio es ejercer control militar por parte del ejército colombiano, es
así como se construye helipuerto y campamentos en el territorio indígena, tareas
previas al ingreso de la empresa, a la vez que se realiza una Consulta en la que
no intervienen los representantes de las comunidades. Este modelo minero
formalmente legal, no difiere del tipo de minería, fundamentalmente realizado por
medio de retroexcavadoras, por parte de paramilitares y guerrilleros. Se trata de
imponer la misma fórmula seguida a lo largo de siglos, el territorio es espacio de
frontera que se debe controlar en un primer momento militarmente y, a partir de
ello realizar el saqueo y subordinar la población.
Pero si la actividad minera permite descubrir la forma como la política de
desarrollo se constituye en la verdadera amenaza respecto a la posibilidad de un
ejercicio de control territorial por parte de la población indígena, de igual modo la
explotación de hidrocarburos es, en el inmediato futuro, la nueva fuente de
conflictos territoriales. Los bloques petroleros para ofertar a las empresas cubren
la totalidad de los territorios indígenas y con ello se abre un nuevo capítulo en la
historia regional y de las poblaciones indígenas (Ver mapa bloques petroleros).

37
38
3.2. Los impactos de la guerra
3.2.1. Las cifras de la guerra6
Siempre será precario el análisis sobre los impactos de la guerra a partir de las
cifras que indican las violaciones que ocurren y que se definen con base en
variables cuantificables. El asesinato de una autoridad indígena puede tener
implicaciones que sólo el análisis detallado o del caso puede hacer explícitas, en
este sentido las cifras presentan una radiografía limitada del fenómeno, pero no
enseñan sobre el drama que se vive. También es importante decir que los eventos
no son posible de registrar en su totalidad por ausencia de documentación o
porque los sistemas de información no son adecuados a los contextos culturales.
En donde es claro el limitante de la información es en lo relacionado con la
variable “violencia sexual”, que según el Cuadro No 1 sólo se reportan desde 1985
hasta la fecha 6 casos. Cifra que enmascara una realidad en donde la denuncia
de estos casos se esconde por las implicaciones que ello tiene para las mujeres,
la sanción moral implícita o la revictimización que se experimenta al interior del
grupo. Además, es necesario entender que la violencia se ejerce de múltiple
formas, así:
La violencia sexual fue permanente, hubo violaciones y acoso sexual en los
caminos y los ríos. Por ejemplo, con mucha pena las mujeres del resguardo
Gitó Dokabú contaron cómo una vez, mientras pescaban, el Ejército las
estaba espiando y les escondió los vestidos, teniendo que someterse a la
vergüenza de regresar a la comunidad en ropa interior. Una de las razones
para que las mujeres no comenten este tipo de situaciones es el temor que
sienten de que los actores armados tomen represalias contra ellas o sus
esposos.7
Pero de igual modo es en el confinamiento en donde se puede ver los limitantes
de los sistemas de información. El confinamiento como práctica aplicada por los
distintos actores armados ocurre de diferentes modos, uno, es el que se realiza
impidiendo el acceso a los centros en los que tradicionalmente realiza el
intercambio comercial o a donde se accede para obtener ciertos servicios, el otro,
es el que ocurre al interior del territorio cuando éste es ocupado por un actor
armado y que lleva a que se restringa la movilidad, se impida el acceso a espacios
de caza, de pesca e incluso a campos de cultivo. El impacto del confinamiento de
modo inmediato se refleja en la seguridad alimentaria, la población es sometida al
hambre, con consecuencias en altos índices de mortalidad infantil. El
confinamiento como práctica de guerra es realizado por todos los actores armados
en los períodos en los que se está disputando el control de un territorio, siendo
general que tal evento no sea objeto de denuncia por quienes experimentan tal
situación, aunque reportes de organizaciones de derechos humanos indiquen esta
situación.

6
Respecto a las cifras y datos que enseñan el impacto de la guerra sobre la población emberá se anexa
documento que registra todos los hechos y que se constituyen en referente para asumir la reparación en el
marco de la Ley de Víctimas, por esta razón el período de referencia es desde 1985, marco definido por esta
Ley.
7
Ver “El desplazamiento forzado en Risaralda” Cecoin-Unidad de Víctimas. Bogotá, 2013

39
Tabla No. 5
Violaciones a los Derechos Humanos e infracciones al DIH del pueblo Emberá
Chamí en Pueblo Rico, Risaralda: 1987-2012
Asesi Amena Ame Detenci
Despla Desapari Violen
natos za naza ones Heri Secue Tort Acciones
Año zamien ción cia Total
políti colecti indiv arbitrari dos stro ura bélicas
to forzada sexual
cos va idual as
1985 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
1986 0 10 0 0 0 0 2 0 0 0 0 12
1987 51 62 2 0 7 9 4 0 0 0 0 135
1988 788 15 1 0 6 20 4 0 0 2 0 836
1989 55 13 0 0 10 2 3 0 0 0 0 83
1990 0 5 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5
1991 130 5 0 0 0 1 0 0 0 6 0 142
1992 0 14 0 1 1 0 0 0 0 0 0 16
1993 180 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 181
1994 0 8 0 0 1 0 0 0 0 0 0 9
1995 8 18 0 0 0 0 0 0 0 0 0 26
1996 241 18 2 0 2 1 0 0 0 0 1 265
1997 1760 30 945 19 10 7 3 1 0 17 3 2795
1998 2513 27 1836 58 25 4 10 5 2 6 0 4486
1999 1367 26 83 13 14 17 5 34 0 0 4 1563
2000 1408 41 178 16 7 35 5 1 0 5 1 1697
2001 5464 56 175 8 3 16 3 1 3 8 136 5873
2002 2553 54 824 24 4 6 4 0 0 2 2 3473
2003 837 47 269 7 4 49 12 0 0 24 9 1258
2004 3276 36 7 19 7 14 3 3 0 9 0 3374
2005 5472 27 3010 2 2 12 47 16 0 7 18 8613
2006 142 10 154 7 2 17 14 1 0 14 199 560
2007 1 18 11 5 31 7 15 0 0 4 12 104
2008 1602 20 10 1 1 2 1 0 0 3 2 1642
2009 3172 23 313 10 1 12 5 0 0 4 3 3543
2010 300 6 0 1 2 14 8 0 1 7 5 344
2011 0 11 0 0 0 0 0 0 0 0 0 11
2012 4009 3 5 2 0 0 1 0 0 0 0 4020
Total 35.329 604 7.825 193 140 245 149 62 6 114 395 45.062
Fuente: Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas en Colombia de Cecoin

Las cifras de la guerra, respecto al conjunto de violaciones identificadas en el


cuadro anterior, muestran que es a partir del año 1997, el momento en el que se
inicia la escalada de guerra contra el pueblo emberá o en la región donde éste
habita. Es el año 2005, el punto crítico o el momento en el que en conjunto se
presenta un número mayor de violaciones (Ver gráfico No. 1), pero igual es
importante observar que tales eventos se siguen presentando sin que se reduzca
significativamente su intensidad en años posteriores. Como ya se señaló el
análisis sobre las distintas formas de violencia debe realizarse contextualizando
los eventos, de tal forma que se genere una mejor comprensión respecto a las
causas y sobre sus impactos.
3.2.2. El desterritorialización del pueblo emberá
3.2.2.1. El desplazamiento forzado en la región norte del Pacífico
Las lecturas sobre la guerra constituyen al desplazamiento forzado de la población
en un indicador que de forma extrema habla de una situación de crisis

40
humanitaria, de un momento en el que un grupo experimenta la pérdida de sus
referentes espaciales, de la degradación de su soberanía en todos los órdenes y
de la pérdida de su capital en términos de campos de cultivo e infraestructura.
Pero sobre todo tiene implicaciones en la desterritorialización, como fenómeno
donde la autoridad indígena se les restringe respecto al ejercicio de la autonomía,
de tal modo que otra institucionalidad y gobierno se impone. Si bien el
desplazamiento forzado puede leerse en su dinámica general y enseña la forma
como impacta con relación al conjunto de la población, de igual modo es preciso
tener en cuenta los casos, según regiones o resguardos, dado que sus impactos
son diferenciales. Como es el caso de la población emberá chamí de Risaralda o
los katíos del Alto Andágueda, que han experimentado procesos de
desterritorialización de larga duración, con implicaciones en su cotidianidad ligada
a espacios urbanos. Lo mismo podría decirse de la población emberá katío que, a
partir de la construcción de la hidroeléctrica de Urrá, asume su vida por fuera de
su territorio tradicional, ya sea en el espacio urbano de Tierralta o en espacios
adyacentes a esta área urbana.

Gráfico No. 3

Fuente: Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas en Colombia de Cecoin

Los impactos del desplazamiento forzado, como la violación a los derechos


colectivos de mayor relevancia, pueden analizarse en términos del impacto sobre
el conjunto de la población o con relación a dinámicas que se explican en función
zonas o territorios marcados por aspectos relacionados con la economía o por la
importancia geoestratégica. En el curso del tiempo el desplazamiento describe un
recorrido geográfico que permite leer la forma como se van integrando los
territorios indígenas en la lógica de la guerra.

41
Gráfico No. 4

Fuente: Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas en Colombia de Cecoin

Es en los departamentos de Córdoba y Antioquia, en donde en una primera fase


se experimenta con mayor intensidad tal fenómeno. La lectura sobre la forma
como el pueblo emberá vive los impactos de la guerra en Antioquia se debe
realizar en complementariedad con Córdoba. Es en la zona limítrofe entre estos
dos departamentos en donde el proyecto paramilitar funda su más importante
núcleo de poder y, es desde allí, desde donde se proyecta hacia otras regiones del
país, pero fundamentalmente hacia la región occidental en la zona costera de
Atlántico y del Pacífico. Es en el Paramillo en el área del Parque Nacional Natural
y el resguardo indígena ubicado en esta misma zona, en donde el paramilitarismo
se hace fuerte territorialmente, a la vez que adquiere poder económico al ejercer
control de la economía ilícita de los cultivos de coca y la comercialización al
asegurar los corredores que les llevan desde esas zonas en dirección a las costas.
El desplazamiento de la población emberá corre camino paralelo con la
confrontación entre las fuerzas del paramilitarismo con las de la guerrilla, siendo
proceso que se expresa en toda su intensidad a partir de mediados de los noventa
en el territorio del Urabá, la región occidental de Antioquia y el valle del río Atrato.
En Antioquia el ciclo del desplazamiento aparece en su máxima expresión entre
los años 1997 hasta el 2000 (Gráfico No. 3), período en el que no sólo la población
indígena experimenta la guerra en todo su rigor, pues es en estos años en los que
igual huye la población afro de sus territorios y el campesinado es despojado de
sus tierras.
Los municipios de Antioquia en donde la población emberá es desplazada en el
período 1997-2000 corresponden fundamentalmente a Chigorodó, Apartadó,
Turbo. Mutata, Dabeiba, Murindó y Frontino. El total de población desplazada en
este período es de 4050, de los cuales 3983 corresponden a los resguardos de

42
estos municipios. Estos significa que la guerra se focaliza en ese territorio y es el
momento en el que se consolida el poder paramilitar en las áreas urbanas y los
territorios adyacentes, lo mismo que sobre carreteables y corredores estratégicos.
Gráfico No. 5

Fuente: Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas en Colombia de Cecoin

El desplazamiento en Córdoba remite a dos espacios, uno es el resguardo


karagavi e Iwagadó en el Alto Sinú, el otro es el resguardo de quebrada Cañaveral
en el San Jorge. Con relación a la población emberá del alto Sinú es necesario
señalar que esta población ha experimentado dos formas de desplazamiento, el
uno es el directamente relacionado con los eventos de la guerra y, el otro,
correlacionado con el primero es el de la construcción de la hidroeléctrica de Urrá.
De los 2970 (Gráfico No. 5) desplazados en Córdoba desde 1998, 2289
corresponden al resguardo Iwagadó y 681 al resguardo quebrada Cañaveral. Con
relación al desplazamiento en Iwagadó, éste ha configurado dos tipos de
asentamiento, uno es el de las familias que permanecen en el área del resguardo
y el otro es el grupo de familias que viven por fuera, en la zona adyacente a
Frasquillo y Tierralta. Los segundos se integran alrededor de cabildos familiares,
mientras los primeros se articulan en el cabildo Mayor. Con relación a la población
del río San Jorge, del resguardo Cañaveral, desplazados en su totalidad desde el
año 2002, se han dispersado en pequeños asentamientos, mientras su territorio
permanece minado en ciertas zonas, en tanto en otras la minería ilegal y los
cultivos de coca se han establecido bajo el control de grupos paramilitares.
Al analizar el comportamiento del desplazamiento en el departamento del Chocó
se puede ver claramente que este fenómeno se intensifica en fase posterior a
Antioquia y Córdoba, es decir, en la medida que se consolida el paramilitarismo en
Córdoba y el occidente de Antioquia, se avanza hacia el interior del Chocó y
Risaralda. Si se observa lo ocurrido en el departamento del Chocó, (Gráfico No. 6)
en el año 2005 el total de personas desplazadas llegaba a 5.425, cifra que tiene

43
profundas implicaciones puesto que el 16.6% del total de la población indígena
emberá estaba en ese momento por fuera de su territorio, en sitios de refugio y en
lugares donde dependían de recursos de apoyo humanitario. Pero si se observan
los años 2004 y 2005, el desplazamiento representa el 25.5% del total de la
población. Otro factor para analizar es el regional, aspecto que se observa en toda
su dimensión en la zona del Alto Chocó, hacia los municipios del Carmen de
Atrato y Bagadó, allí en el año 2012 es donde se focaliza el desplazamiento y el
total de la población que debe huir en ese año llega a 3583, todos provenientes de
esa zona y en su mayoría del Alto Andágueda. Con relación a esta población, los
emberá katío del Alto Andágueda, es importante señalar que el desplazamiento,
como fenómeno recurrente, ha generado una cultura asociada a la mendicidad en
centros urbanos como Medellín, Pereira, Cali, Bogotá y la zona central del país.

Gráfico No. 6

Fuente: Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas en Colombia de Cecoin

Los hechos que se describen hacia el Alto Andágueda tienen continuidad con lo
que ocurre en Risaralda, fundamentalmente hacia los municipios de Pueblo rico y
Mistrató. Ya en 1998 se producen los primeros desplazamientos de población
indígena de estos municipios, siendo el año 2001 el año en el que un número
mayor de familias huyen de sus resguardos (Gráfico No. 7). En esta fase, son
expulsadas de su territorio un total de 2.399 personas, las cuales representan el
16.19% del total de los municipios de Pueblo Rico y Mistrató, pero si se observa la
dinámica del municipio de Pueblo Rico el total de desplazados en el período es de
2245 personas, cifra que muestra una situación extrema, en cuanto el 54.38% de
la población ha estado en condición de desplazada. La continuidad entre los
hechos que se suceden en el Chocó y estos dos municipios se puede ver en el
2012, en este año el total de los desplazados, 3.583 en el Chocó y 425 en

44
Risaralda, corresponden al Alto Andágueda y a Pueblo Rico. Hechos que se
explican por la guerra que se libra en ese territorio donde el trasfondo es la
minería que, como ya se señaló es conflicto que se remonta a los inicios de la
década de los ochenta del siglo pasado.

Gráfico No. 7
Desplazamiento forzado contra indígenas Emberá en los municipios de Mistrató y
Pueblo Rico Risaralda: 1985 - 2012

Fuente: Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas de Cecoin

3.2.2.2. Migración y desplazamiento forzado: la población dispersa


Como ya se señaló en el capítulo sobre la distribución de la población, un
segmento de familias emberá se dispersan por fuera de su territorio tradicional, en
asentamientos que tiene su origen en migraciones que se remontan a mediados
del siglo pasado. La mayoría de esta población ha vivido los impactos de la guerra
en esas regiones y han experimentado el desplazamiento forzado como factor que
determina o explica el poblamiento actual, ello explica la existencia de
asentamientos del pueblo emberá en los departamentos de Caquetá; Meta y
Casanare; en la región del Magdalena Medio entre los departamentos de Tolima,
Boyacá y Santander, como de emberas katíos en el sur del Departamento de
Bolívar y de los pobladores embera Katío y chamí que desde hace varios años se
ubican en Bogotá.
Si bien algunas de estas familias comenzaron a desplazarse durante el periodo de
la violencia bipartidista, por causas relacionadas con ésta o por conflictos internos
derivados del cambio de su pauta de poblamiento por el repliegue a que fueron
sometidos, estas familias llegaron a reconstruir sus vidas en territorios alejados de
sus sitios de origen, en los departamentos de Caquetá y Putumayo y también en el
Urabá antioqueño, zonas donde la confrontación armada ya estaba instalada y
donde se agudizó la guerra a partir de la década del 70. Es ésta la causa de que
muchas de las familias emberá que allí tomaron asiento se hayan visto obligadas a

45
expandirse por territorios aledaños. Las primeras migraciones que llegan al
Putumayo, hacia la región de Orito, se constituyen en el núcleo que migra
posteriormente hacia Caquetá, para luego desde allí subir en dirección del Meta y
poblar parte de la Macarena. Algunas familias desplazadas del Meta llegaran
hasta el Casanare. Ha sido general que esta población enfrente periódicos
desplazamientos y sucesivos retornos y algunos se han convertido en
desplazados indefinidos que pueblan los cascos urbanos de municipios cercanos
Es la población indígena emberá del Caquetá donde es posible ver claramente su
historia asociada a la violencia y a la exclusión. En Florencia actualmente viven las
familias emberá que fueron desplazadas de sus territorios, los de País Amazonía
desde 1987 y los del resguardo de Honduras desde 1996. Así mismo en San
Vicente del Cagúan viven desde el 2004 el grupo de familias desplazadas de La
Pradera en el mismo municipio.
Gráfico No. 8

Fuente: Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas en Colombia de Cecoin

El total de la población desplazada en el Caquetá llega a 247 personas que viven


barrios de invasión y en condiciones de alta vulnerabilidad por la falta de atención
estatal. Esta población representa el 52.2% del total de familias emberá que viven
en el departamento.
Respecto a la población emberá dispersa en otros departamentos es factible de
afirmar que la totalidad de ésta viven condiciones de total vulnerabilidad o en
condiciones de desplazamiento forzado. Así, en el Tolima La comunidad Bianía,
asentada en Mariquita (Tolima), está constituida por 35 familias embera chamí.
Entre 1995 y 1998 se desplazan a Mariquita, luego del asesinato de 3 de sus
familiares, uno de ellos líder indígena que trabajaba en la alcaldía de Chigorodó, y
posteriores amenazas. En el año 2001 ocupan un predio a las afueras del casco
urbano junto a la carrilera del tren, en inmediaciones del estadio de fútbol y de los
tanques de almacenamiento de combustible de la Terpel. A partir de esta invasión,

46
se generan nuevas tomas de familias no indígenas hasta constituir hoy día un
barrio de aproximadamente 80 familias, denominado Los Pinos.
En el departamento de Boyacá, en el municipio de Puerto Boyacá, actualmente En
Puerto Boyacá, la comunidad Motordochaque está integrada por dos troncos
familiares provenientes del municipio de Santa Cecilia, Risaralda. Un primer grupo
de familias (Leiva y Nacábera) comenzaron a migrar en el año 1973 hacia el
Magdalena Medio, un segundo grupo de familias su desplazó a finales de los 80
debido al hostigamiento de las FARC y el posterior asesinato de uno de sus
integrantes, Juan Bautista Dovigama. Llegaron a Puerto Boyacá en dos grupos y
se mantuvieron unidos, primero en campamentos de trabajo, luego en un pedazo
de tierra que compraron a orillas del rio Magdalena que posteriormente se llevó el
rio, para ubicarse finalmente en el casco urbano de Puerto Boyacá varias familias
en una casa en arriendo. Las familias dispersas en Puerto Boyacá comienzan a
agruparse en el año 2001 hasta conformar la comunidad Motordochaque,
compuesta en la actualidad por 29 familias (19 Dovigama y 10 Leiva Nacavera),
con un total de 160 personas (83 hombres y 77 mujeres).
En el departamento de Santander vive en la actualidad la comunidad indígena
Dachi Drua está conformada por 18 familias con 93 personas (39 mujeres y 54
hombres), los cuales pertenecen a cuatro troncos: Tamaniza - Niaza, Arias,
Tascón y López - Guaquerama de los departamentos de Caldas y Valle. Se
dispersan estas familias en el municipio de Puerto Parra, donde vive los
descendientes de la familia López-Guaquerama, en la vereda India Medio, en un
predio de 29 hectáreas en el que conviven, otro viven en la vereda Campo Capote,
a unos 20 minutos de India Medio, allí se ubican 5 familias más constituidas por
las hijas mujeres que no recibieron herencia. Por su parte, la familia Arias
originaria de Caldas, luego de pasar por Quindío, llegó a Puerto Zambito,
corregimiento de Cimitarra, donde adquirió un predio del que fue posteriormente
desplazada obligando a sus integrantes a dispersarse en la región en el trabajo en
jornal. El 10,75% de la población está conformado por menores de 5 años, un
9,68% por adultos mayores, entre 60 y 80 años; el 33,33% corresponde a
población en edad escolar entre 5 y 14 años, y el 46,24% restante lo constituye
población en edad productiva, entre 15 y 59 años. Cuatro familias (22%) tienen
jefatura femenina.
En el departamento de Bolivar se asienta la comunidad indígena Kugurudó está
conformada por 22 familias embera katío ubicadas a lo largo de la quebrada Arizá,
en jurisdicción del municipio de Montecristo, departamento de Bolívar. El
asentamiento se encuentra a 3 horas de distancia del poblado más cercano, el
corregimiento de Regencia. Pertenecen a la familia Domicó, procedentes, en su
mayoría, del Alto Sinú, resguardo de Karagabí en municipio de Tierra Alta, y del
municipio de Puerto Libertador en el departamento de Córdoba. Su migración se
remonta a la década del 90 con motivo del proyecto de la represa de Urrá.
Los asentamientos embera en el departamento de Meta, en su mayoría
pertenecen a la primera ola migratoria que llegó al Caquetá, de donde fueron
desplazados por causa del conflicto armado, dirigiéndose unos a San Vicente del
Cagúan y otros a Castillo, Meta, para luego dispersarse por diferentes municipios

47
de este departamento. Con una población cercana a los 400 habitantes, en la
actualidad los principales asentamientos se encuentran ubicados en los municipios
de La Uribe y La Macarena, en el primero el resguardo La Julia y el asentamiento
El Paraíso y en el segundo la comunidad San Antonio de Chamí. Existen además
los asentamientos Dokerá en el municipio de Granada y Bello Horizonte en
Lejanías y asentamientos urbanos en los municipios de Granada y Villavicencio y
en Villanueva, Casanare, constituidos por población desplazada principalmente de
los asentamientos de La Uribe. Unas familias se encuentran también en el
municipio de Acacías y en los municipios San Carlos de Oguara, San Juan de
Arama y Fuente de Oro.
El asentamiento El Paraíso se formó en 1990 en un predio de 308 Has adquirido
por 9 familias, ubicado en la vereda El Paraíso, donde se alojan otras 16 familias.
En un predio ubicado en la vereda El Placer, a una hora de la Inspección de La
Julia y a 3 horas de la cabecera municipal del La Uribe se asentó un grupo de
familias, en predios adquiridos por algunas de ellas, que en el año 2003 fueron
constituido en resguardo, con una extensión de 208 Has. En la actualidad la
comunidad de La Julia está conformada por dos troncos familiares. Son 26
familias compuestas por 65 habitantes (36 hombres y 29 mujeres).
El asentamiento San Antonio de Chamí fue formado en los 90 por familias
desplazadas por violencia política que primero se ubicaron en San Vicente del
Cagúan y luego en el municipio de La Macarena. En la actualidad se encuentran
asentadas en dos terrenos adquiridos, uno de 120 has, denominado Maloka de
San Antonio y otro en la vereda de Caño Azul, en el corregimiento Playa Rica. Son
15 familias compuestas por 77 personas (44 hombres y 33 mujeres).
Jorge Bedoya y su familia, desplazados de Urabá en 1996 por el frente 5º de las
FARC, llegaron al departamento del Meta, primero al corregimiento Cachama en
San Martín en donde nuevamente fueron amenazados y desplazados en el año
2006, esta vez por paramilitares. En la actualidad viven en el municipio de
Granada en un predio de 4 hectáreas sobre lo que fue un relleno sanitario, en la
vereda de Patio Bonito, son 12 familias compuestas por 50 personas (28 hombres
y 22 mujeres).
La familia de Luis Eduardo Yagarí, originaria de El Dovio (Valle), llegó al
departamento del Meta proveniente del Caquetá en busca de oportunidades. En el
año 2000 se estableció en el predio Bello Horizonte de 90 hectáreas, ubicado en la
vereda Alto Yucapé, adquirido mediante compraventa. Hoy son 4 familias
compuestas por 15 personas (9 hombres y 6 mujeres).
Hacia el departamento del Casanare llegan un grupo de r 13 familias embera
chamí desplazadas del Resguardo La Julia, Meta. En la actualidad son 13 familias,
las que viven en el municipio de Villanueva, 11 de las cuales viven en dos barrios
en 3 viviendas arrendadas, y las otras dos se ubican en la vereda Morichal y en
Barranca de Upía, también pagando arriendo. Las 13 familias agrupan 39
personas (19 hombres y 20 mujeres).

48
3.2.2.3. El desplazamiento y la integración de la población a los espacios
urbanos: la mendicidad
El mayor impacto del desplazamiento forzado es la inserción de las familias en el
universo de la mendicidad, actividad, que al final de su aprendizaje involucra no
sólo a los desplazados, sino que permea el mundo de ciertos segmentos
poblacionales emberá chamí y katío. La mendicidad como fenómeno engloba a la
población, chamí y katío, de los departamentos de Risaralda, Valle del Cauca y
Chocó, práctica que se constituye en alternativa para segmentos localizados en
Pueblo Rico y Mistrató, en comunidades del Alto Andágueda, las de la carretera
Medellín Quibdó y las que están asentadas al norte del departamento del Valle.8
Es importante reseñar que respecto a este fenómeno las autoridades indígenas,
en distintos momentos, han emitido declaraciones y resoluciones con el objeto de
propiciar instrumentos de control, pero estas han quedado en simples
declaraciones, como igual, en los centros urbanos se han realizado campañas
para que los ciudadanos no apoyen tal práctica, e igual, tales campañas no tienen
ningún impacto.
La población desplazada de los municipios de Bagadó, Pueblo Rico y Mistrató,
emberá chamí y katío, tienen como centros de referencia la ciudad de Pereira y su
área metropolitana, pero desde allí se proyectan a centros como Bogotá y
Medellín. Esta población, desde hace más de una década, deambula por
diferentes ciudades y ha convertido la mendicidad en forma de vida. Es importante
destacar que en el área metropolitana de Pereira, para el año 2013, se asientan
doscientas cuatro (204) familias embera9, para una población de ochocientas
setenta y seis (876) personas. La mayor parte de la población Embera
concentrada en el área metropolitana proviene de Risaralda y sus municipios
aledaños, las familias que habitan en el Barrio las Brisas, casi en su totalidad son
del municipio de Pueblo Rico del resguardo Unificado, y unos pocos de Gitó
Dokabú. Así mismo los pobladores de Caimalito ubicados hacia el área rural, son
originarios del Municipio de Mistrató de la comunidad Margen Izquierdo del Rio
San Juan. Mientras que los Embera de Puerto Caldas provienen del municipio de
San José del Palmar Chocó, de la comunidad Copeg del Río Ingará, y del
municipio de Anserma Nuevo Risaralda, del Departamento del Valle del Municipio
del Dovio Valle, comunidades de Batatal y Bolívar.
En Bogotá, según el censo realizado por el ICBF en el año 2011 la población
indígena procedente de esta misma región llega a 146 familias y 868 personas. En
la actualidad esta población ha cambiado por el retorno de un grupo de familias
embera chamí, apoyado por la Unidad de Víctimas en diciembre de 2012. Sin
embargo, es importante señalar que los censos son cambiantes, que existe una
alta movilidad y que actualmente en Bogotá, luego del retorno de diciembre de
2012, han quedado un grupo de familias katíos y otro grupo de chamí que esperan
ser reubicados.

8
El Plan de Salvaguarda de la población emberá del Valle, señala que un 7% de la población deriva sus
ingresos de la actividad de la mendicidad.
9
Caracterización población indígena de Pereira. Cecoin-Unidad de Victimas. 2013

49
Tabla No. 6
Población embera residente en Bogotá
Barrio
Denominación Familias Hombres Mujeres Total
/Localidad
San Bernardo
Embera chamí 86 234 278 512
y la Favorita
Los Mártires y
Embera katío 62 175 181 356
Santafé
Total 146 409 459 868
Fuente: ICBF, 2011. Censo de población embera en el Distrito Capital.

Con relación a las familias que se movilizan por diferentes ciudades, éstas se
ubican por familias en “paga diarios”, así denominados porque deben pagar cada
día su derecho a estar en el lugar, dado que es muy difícil por su situación
socioeconómica conseguir una vivienda en alquiler para el normal desarrollo de su
vida. Las zonas donde habitan son sectores marginales, centros de miseria y de
consumo de drogas aledaños al centro de la ciudad, donde operan la delincuencia
y la prostitución. Esta dinámica que se observa en Bogotá tiene las mismas
características en Medellín y, en general, en los diferentes centros urbanos donde
llegan las familias indígenas en condición de desplazados, pero también
asociados a la mendicidad.
Con relación a esta población embera chamí y katío, que actualmente se asienta
en los centros urbanos, es preciso preguntarse por el desplazamiento y sus
afectaciones en el campo cultural, una vez hecha esta pregunta, al momento
surge el fenómeno de la mendicidad como uno de los tantos impactos o eventos
sobre los que se debe actuar. Así, no es el desplazamiento el efecto de grado
mayor que emerge del conflicto, éste es simple causa de la degradación y
desestructuración de la cultura y, es allí donde se identifica el campo de la
reparación.
3.2.3. La persecución política y el asesinato del liderazgo indígena
La persecución política y el asesinato de líderes se constituyen en otro de los
factores que desestructuran la institucionalidad indígena y su la cultura. Es
general que tales hechos se valoren en términos de la persecución a personas con
un rol político claramente asociado a uno u otro de los actores en conflicto por el
control territorial, pero también se orienta a destruir personajes inscritos en la
institucionalidad tradicional, como también, en algunos casos el asesinato se
convierte en fórmula para dirimir conflictos internos. Es el caso de los Jaibanás
que, en la región de Risaralda, en una fase del conflicto se convierten en objetivo
militar, al respecto se señala:
Según información de la comunidad, se calcula que en un solo año fueron
asesinados cerca de dieciséis de ellos. El golpe a los jaibanás tuvo una enorme
eficacia simbólica, dado que en la cultura emberá asesinar o vencer a un jaibaná
es colocarse por encima de un gran poder.
Y como ya había indígenas que eran guerrilleros, mandaban a que los mismos
indígenas mataran. Entonces ha habido mucha muerte de los jaibanás ordenadas

50
por la guerrilla del ELN y matados por los mismos indígenas que estaban
trabajando en la guerrilla. (Líder emberá del resguardo Unificado, Pueblo Rico,
2012).
La persecución y asesinato de autoridades tradicionales, de maestros y de
personas con cierto liderazgo, lo mismo que de personas a las que se les aplica la
justicia desde la perspectiva guerrillera, tiene como consecuencia la degradación
de la institucionalidad propia y la legitimación del modelo militar. Esta realidad es
posible de percibir claramente cuando se trata de la aplicación de justicia, para
muchos miembros de las comunidades el recurrir a los actores militares para que
intervengan en los conflictos que se presentan, se convierte en fórmula de más
rápida resolución, aspecto que tiene consecuencias con respecto al
empoderamiento de los actores armados y la deslegitimación de la autoridad
indígena. Estas prácticas, experimentadas en muchas comunidades, al cabo del
tiempo lleva a que sean los actores armados sean los que controlan políticamente
a la población y les exponga en la medida que otros actores militares hagan
presencia en el territorio.
3.2.4. La guerra y la situación alimentaria y de salud de la población
Donde se hace explícito el impacto de la guerra es en la situación nutricional de la
población infantil y del grupo de las mujeres en edad reproductiva. En el caso del
Chocó desde el 2000 son periódicos y frecuentes los reportes de niños que
mueren por desnutrición o de grupos de niños que son llevados desde su
comunidad hacia los centros urbanos en estado de desnutrición extrema y
afectados por diversas enfermedades. Esta situación que se reitera es denunciada
por la OREWA en el siguiente comunicado:
El pasado 24 de mayo de 2008, fueron trasladados desde la comunidad de
Aguasal hasta Quibdó 23 niños y niñas junto con sus madres, con problemas
graves de desnutrición. Otros 45 menores quedaron en la comunidad con la
misma situación.
En anteriores comunicados hemos denunciado la muerte de niños y niñas por
desnutrición, en esta zona de Alto Andágueda, Municipio de Bagadó. Según
nuestros informes tenemos datos que en el 2006 murieron 52 menores, en el
2007 murieron 28 y lo que va corrido del año 2008 han muerto 10 por la
desatención de enfermedades prevenibles y curables.
Pero esta misma situación es generalizada en todas las comunidades
indígenas del Departamento. Las causas están siendo generadas en algunas
zonas por la restricción que impone la Fuerza Pública a la entrada de
alimentos a las comunidades indígenas aduciendo que son “para la guerrilla”,
incluso comida que es para los restaurantes escolares y los desayunos
infantiles. (Comunicado a la opinión pública. Los niños indígenas se siguen
muriendo por desnutrición. OREWA. Mayo del 2008).
En esta zona que la OREWA reseña por los altos índices de mortalidad infantil, de
igual modo en estudio sobre la situación nutricional de la población infantil
realizado por el ICBF, se señalaba que “… de acuerdo al análisis nutricional,
obtenido a través de la realización de la toma de Datos Antropométricos, se
evidencia que el 84% de los 469 niños valorados, presentan algún grado de

51
desnutrición, lo que afecta a su vez el crecimiento, el desarrollo físico, emocional e
intelectual de éstos y facilita también la adquisición de enfermedades como la
tuberculosis, Diarrea, Enfermedad Febril, Parásitos, IRA, EDA, escabiosis, entre
otras, las que se constituyen en las principales causas de morbi-mortalidad en la
comunidad.

52
4. El diagnóstico territorial
El estado del territorio y de la población indígena presenta tres situaciones que
deben ser resueltas, la primera es la del grupo de familias que históricamente han
permanecido sin que el Estado genere escenarios de vida para las familias
indígenas, el segundo es el de los territorios constituidos como resguardos que, al
momento de su delimitación dejaron predios de campesinos en su interior con la
promesa de comprar esas propiedades, pero que al paso de los años no se ha
resuelto y se convierte en factor de conflicto entre indígenas y colonos; el tercero
es el de las comunidades que por crecimiento demográfico o porque al momento
de la constitución de los resguardos las áreas delimitadas no cumplían con los
mínimos que garantizaran la reproducción del grupo.
En el momento la población indígena que dispone de áreas de resguardo es de
148.760 habitantes (Tabla No. 7), los cuales representan el 82% del total de la
población. Respecto a la cifra de población es posible que se presente cierta
inconsistencia con relación a la distribución de la población por municipios citada
en el presente texto, la causa de ello se explica por las diversas fuentes que se
usan, ya que los Planes de Salvaguarda presentan inconsistencias cuando se
trata de relacionar población.

Tabla No. 7
Resguardos por departamentos
No. de No. de Población en Extensión
Departamento
Municipios Resguardos resguardos (has)
Antioquia 19 40 19.255 331.735,61
Caldas 6 6 61.094 36.002,24
Caquetá 3 3 151 772.3
Cauca 2 8 1.700 74.733,48
Córdoba 2 2 2.988 118.895,67
Chocó 23 102 47.665 1.083.297,07
Meta 1 1 65 208
Nariño 5 9 1.659 18.843,24
Putumayo 3 5 1.031 20.633,00
Quindío 1 1 220 141,23
Risaralda 3 5 8.821 28.079,71
Valle 11 17 4.111 21.311,36
TOTAL 79 199 148.760 1.734.972,62
Ver anexo lista de resguardos por departamentos y municipios

Si se hiciera un análisis de donde se relacione población con áreas tituladas se


pudiera deducir que existe una relativa satisfacción de las expectativas territoriales
de las familias indígenas, pero ello debe contextualizarse respecto a condiciones
ambientales, dinámicas fisiográficas, disposición de tierras fértiles y otras
variables, Así, en cada caso se puede deducir la real condición de la población.

53
Otro factor es el traslape con Parques Nacionales, el minado de ciertas zonas y
las reales condiciones para la apropiación territorial por parte de la población.

4.1. El Plan de Salvaguarda en la dimensión territorial


4.1.1. Saneamiento, ampliación y titulación
El saneamiento de los resguardos es acción que se ha venido aplazando y es
factible de encontrar situaciones que se remontan al momento en el que se
constituyeron los resguardos permaneciendo sin resolución. En el mismo sentido
se puede hablar de la ampliación. En el pasado se hicieron los estudios técnicos
para proceder a ampliar, ejercicios que actualmente están desactualizados y se
debe repetir. Respecto a la titulación de igual modo existen solicitudes al respecto
sin atender.
4.1.2. El saneamiento de los resguardos
De los 199 resguardos constituidos, 70 de ellos, presentan problemas de
saneamiento. En estos 70 resguardos viven en una cifra aproximada 730 familias
de colonos que tiene derechos sobre 32.450 hectáreas (Tabla No. 8). El
saneamiento de estas áreas es un compromiso que históricamente se ha venido
aplazando y es el punto de partida para la acción de salvaguarda.

Tabla No. 8
Resguardos que requieren saneamiento
Resumen por departamentos
Departamentos Resguardos Saneamiento
Municipios No. No. Habit. Área Colonos Has.
Antioquia 5 10 7.524 153.474,57 103 11.000,00
Caldas 4 4 52.903 35.511,35 52 4.397,00
Cauca 1 2 2.246 28.340,00 52 200,00
Córdoba 2 2 2.988 118.895,67
Chocó 11 33 22.443 420.505,35 358 11.393,00
Nariño 4 5 807 5.671,82 95 5.333,00
Putumayo 2 4 801 19.900,00 12 102,00
Risaralda 3 3 7.963 27.993,99 58
Valle del Cauca 5 7 2.105 11.246,26 25,00
Total 37 70 99.780 821.539,01 730 32.450,00
Fuente: Planes de Salvaguarda

El saneamiento, como la ampliación y constitución de los resguardos debe ser un


acuerdo en el que el gobierno nacional disponga de los recursos requeridos,
defina los tiempos para su realización y los instrumentos institucionales.
En algunos resguardos es importante tener en cuenta que no se trata de un
saneamiento simple y que la presencia de terceros en el territorio se inscribe en
las dinámicas propias de la guerra y se relacionan con el despojo de las tierras. En

54
esos casos se trata de restituir derechos y para ello se requiere realizar los Planes
de Restitución de los que habla la Ley de Víctimas en lo relacionado con los
pueblos indígenas.
Tabla No. 9
Resguardos que requieren saneamiento
Listado general
Departamentos Resguardos Saneamiento
Municipios No. No. Nombre Habit. Área Colonos Has.
ANTIOQUIA
Chigorodo 1 1 Polines* 651 2.743,14
Chigorodo 1 Yaberarado 1.369 10.992,00
Dabeiba 1 1 Sever - Taparales* (Frontino) 1.089 10.383,50
Frontino 1 1 Chaquenodá-Pegadó* 1.427 23.843,38
Frontino 1 Murri - Pantanos 788 30.788,00
Mutata 1 1 Chontadural-Cañeros 176 9.850,00
Mutata 1 Jaikerazavi 572 32.482,15
Urrao 1 1 Valle De Perdidas 633 8.781,00
Urrao 1 Majore - Ambura 304 6.950,00
Urrao 1 Andabu 515 16.661,40
Antioquia 5 10 Total 7.524 153.474,57 103 11.000,00
CALDAS
Riosucio/Supía 2 1 Cañamomo Lomaprieta 22.823 4.856,00 32 400,00
Riosucio 1 La Montaña 18.521 25.300,00 2 3.997,00
Riosucio 1 San Lorenzo 11.273 5.264,35 18
Risaralda/San
2 1 La Albania (92 flias-18 sin tierra) 286 91,00
José
Caldas 4 4 Total 52.903 35.511,35 52 4.397,00
CAUCA
Timbiquí 1 1 Guangüí 1.384 24.140,00 16 140,00
1 San Miguel de Infí 862 4.200,00 36 60,00
Cauca 1 2 Total 2.246 28.340,00 52 200,00
CORDOBA
Puerto
1 1 Quebrada Cañaveral 722 2.815,75
Libertador
Tierralta-
1 1 Embera Katío del Alto Sinú 2.266 116.079,92
Ituango
Córdoba 2 2 Total 2.988 118.895,67
CHOCÓ
Alto Baudó
1 1 Agua Clara-Bellaluz del Río Amparó 588 9.850,00 4 60,00
(Pié de Pató)
1 Dearade - Biakirude (Tambo Biaquirudé) 284 6.019,92 1 10,00
1 Dominico-Londoño-Partadó 592 6.610,00 10 68,00
1 Puerto Alegre-La Divisa 1.192 22.365,00 10 85,00

55
1 Puerto Libia Tripicay 583 2.119,00 1
1 Rios Catrú, Ancosó y Dubasa 5.620 55.214,94 26
Rios Jurubidá -Chorí - Alto Baudó
1 2.103 80.350,00 83 49,00
(Nuquí)
Bahia Solano 1 1 Villanueva Juná 106 428,00 3 11,00
Bojayá
1 1 Alto Río Bojayá 803 52.361,52 2 2,00
(Bellavista)
1 Alto Río Cuia 727 22.362,50 38 30,00
1 Opogadó -Guaguandó (Doguadó) 617 29.607,13 8 20,00
1 Pichicora (Chicue, Puerto Alegre 727 23.383,00 3 20,00
1 Puerto Antioquia 107 280,00 3
1 Río Uva y Pogue, Q. Taparal 1.010 47.500,00 20 30,00
1 Túngina -Apartadó -Zúñiga 267 8.940,06 5 150,00
El Carmen de
1 1 El Doce -Quebrada Borbollón 327 1.277,36 4 3.000,00
Atrato
1 La Puria 624 5.237,50 12 5.700,00
1 Sabaleta 591 660,08 2 110,00
Lloró 1 1 Hurtadó -Tegavera 462 3.225,00 2
1 Río Lanas o Capá 854 6.832,61 9 5,00
1 Rio Mumbú 878 3.000,00 22 1.017,00
Medio Atrato 1 1 Amé 193 3.512,00 4 10,00
1 Chiqué -Río Tanguí 130 2.729,00 1 4,00
1 Paina 104 2.834,00 10 20,00
Medio Baudó 1 1 Puerto Libre -Río Pepé 308 2.708,67 3 40,00
1 Río Torreidó -Chimaní 846 6.140,00 43 835,00
1 Santa Cecilia -Quebrada Oro 284 5.723,00 4 20,00
1 Sirena Berrecuy 57 1.157,57 1 10,00
Rio Quito 1 1 Rios Pató -Jengadó 35 202 4.908,50 7 5,00
San José del
1 1 Copeg del Río Ingará 525 268,87 6 80,00
Palmar
Tadó 1 1 Bochoromá -Bochoromacito 151 895,62 4
1 Mondó -Mondocito 449 1.760,50 1 2,00
Unguia 1 1 Cuti 132 244,00 6
Chocó 11 33 Total 22.443 420.505,35 358 11.393,00
NARIÑO
El Charco 1 1 Morrito 50 906,83 7 157,00
Olaya Herrera 1 1 San José Bacao-turbio* (Río Satinga) 477 3.924,32 3 20,00
1 Sanquianguita 186 634,81 36 150,00
Tola 1 1 San Juan Pampón 45 152,13 4 6,00
Tumaco 1 1 San Agustín-La Floresta 49 53,72 45 5.000,00
Nariño 4 5 Total 807 5.671,82 95 5.333,00
PUTUMAYO
Orito 1 1 Alto Orito 140 9.731,00 2

56
1 La Cristalina* 306 931,00 87,00
1 Simorna 210 9.070,00 10
Valle del
1 1 La Argelia 145 168,00 15,00
Guamuez
Putumayo 2 4 Total 801 19.900,00 12 102,00
RISARALDA
Marsella 1 1 La Loma de Citabará 367 268,95 10
Mistrató 1 1 Unificado del Río San Juan 6.318 25.134,35 24
Pueblo Rico 1 Unificado del Río San Juan 23
1 Gitó Dacabú 1.278 2.590,68 1
Risaralda 3 3 Total 7.963 27.993,99 58
VALLE -
CHAMÍ
Bolivar 1 1 Garrapatas–Batatal 920 7.300,00
1 Cañon-Rio-Sanquinini 387 2.938,00
El-Cairo 1 1 Do-Xura 132 108,56
S. Jose del
1 1 El-Cope-Rio-Ingara 265 240,00
Palmar
Vijes 1 1 Wasiruma 123 82,96
Chamí 4 5 Subtotal 1.827 10.669,52
EPERARA
Buenaventura 1 1 Chonara Euja 55 459,73
1 La Meseta (Wounan del Río Dagua) 223 117,00 25,00
Eperara 1 2 Subtotal 278 576,73 25,00
Valle del
5 7 Total 2.105 11.246,26 25,00
Cauca
Total 37 70 Gran Total 99.780 821.539,01 730 32.450,00
Fuente: Planes de Salvaguarda

4.1.3. La ampliación de los resguardos


La ampliación de los resguardos es otro de los campos donde se debe actuar. La
Tabla No. 10 señala que en 54 de éstos se requiere ampliación, aunque los
Planes de Salvaguarda indican que la ampliación debe ser de 95.213 hectáreas,
esta cifra se debe tomar como un referente, pero no como la cifra real. Para llegar
a la cifra real se requiere que el gobierno realice los estudios requeridos para
valorar la viabilidad y disponibilidad de tales áreas.

57
Tabla No. 10
Resguardos prioritarios para ampliación
Resumen por departamentos
Departamentos Resguardos Ampliación-Predios
Predios
Municipios No. No. Habit. Flias. Área Has. Adquirir
Dispon.
Antioquia 11 13 7.421 603 89.424,92 20 1.302,56 7.563,03
Caldas 4 4 19.750 4.479 5.846,24 26 411,20
Caquetá 3 3 130 26 780,12 987,89
Cauca 1 2 2.246 408 28.340,00 1.060,00
Córdoba 3 2 2.988 478 118.895,67 5 12.678,65
Meta 1 1 65 26 208,24 1.598,76
Nariño 5 7 1.587 276 17.301,60 34.650,00
Putumayo 3 4 891 10.902,00 1.638,00
Quindío 1 1 220 45 141,23 675,00
Risaralda 3 5 8.821 1.672 28.079,71 9.216,00
Valle del Cauca 11 16 3.191 583 14.011,36 40.000,00
Gran Total 46 58 47.310 8.596 313.931,09 51 13.981,21 97.799,88
Fuente: Planes de Salvaguarda

Tabla No. 11
Resguardos que requieren ampliación
Listado general
Departamentos Resguardos Ampliación-Predios
Predios
Municipios No. No. Nombre Habit. Flias. Área Has. Adquirir
Dispon.
ANTIOQUIA
Apartado 1 1 Las Playas 312 176,80 2 107,15
Chigorodo 1 Juradó (Chocó) 1 57,00
Chigorodo 1 Polines* 651 2.743,14 1 14,35
Chigorodo 1 Yaberarado 1.369 10.992,00 1 148,70
Hermeregildo Chakiama
Ciudad Bolivar 261 67 73,78 931,22
1 1 (254)**
Dabeiba 1 1 Embera - Drua (Frontino)** 57 14 17,00 375,00
Sever - Taparales*
Dabeiba 1.089 10.383,50 1 113,31
1 (Frontino)
Frontino 1 1 Murri – Pantanos 788 30.788,00 1 300,00
Frontino 1 1 Nusidó (129-254)** 254 45 258,32 1.001,68
Jardin 1 1 Cristiania* (1643)** (Andes) 1.639 383 1.301,70 12 389,64 4.053,66
Mutata 1 El Silencio (Chocó-Tadó) 50,00
Mutata 1 Jaikerazavi 572 32.482,15 1 122,41
Pueblo Rico 1 1 Bernardino Pachi (131)** 107 23 18,72 326,28

58
Tamesis 1 1 La Mirla* (113)** 112 20 34,76 265,24
La Maria* (239)**
Valparaiso 210 51 155,05 609,95
1 1 (Marcelino Tascón)
Antioquia 11 13 Total 7.421 603 89.424,92 20 1.302,56 7.563,03
CALDAS
Belalcázar 1 1 Totumal (118 flias) 667 118 53,76 3 344,00
Escopetera Pirza (2015
Riosucio/Quinchía 7.524 2.015 437,13 4
2 1 flias)
Riosucio 1 San Lorenzo 11.273 2.254 5.264,35 16
Risaralda/San La Albania (92 flias-18 sin
286 92 91,00 3 67,20
José 1 1 tierra)
Caldas 4 4 Total 19.750 4.479 5.846,24 26 411,20
CAQUETÁ
Belén de los
La Cerinda 51 8 51,60 492,40
Andaquíes 1 1
Florencia 1 1 San Pablo El Pará 53 12 607,79 208,21
Montañita 1 1 El Cedrito 26 6 120,73 287,28
Caquetá 3 3 Total 130 26 780,12 987,89
CAUCA
Timbiquí 1 1 Guangüí 1.384 252 24.140,00 1.000,00
1 San Miguel de Infí 862 157 4.200,00 60,00
Cauca 1 2 Total 2.246 408 28.340,00 1.060,00
CORDOBA
Pto. Libertador-
Quebrada Cañaveral 722 144 2.815,75 5 995,65
Montelíbano 2 1
Tierralta-Ituango 1 1 Embera Katío del Alto Sinú 2.266 334 116.079,92 11.683,00
Córdoba 3 2 Total 2.988 478 118.895,67 5 12.678,65
CHOCÓ Sin datos de ampliación
META
La Uribe 1 1 La Julia 65 26 208,24 1.598,76
Meta 1 1 65 26 208,24 1.598,76
NARIÑO
El Charco 1 1 Maíz Blanco 67 12 141,56 500,00
1 Tachi Trua (Integrado) 772 140 3.742,57 28.100,00
Nueva Floresta-Santa
Olaya Herrera 380 69 8.513,19 500,00
1 1 Rosa*
San José Bacao-turbio*
477 87 3.924,32 2.000,00
1 (Río Satinga)
Santa Bárbara 1 1 Quebrada Grande 81 15 774,10 2.500,00
Tola 1 1 San Juan Pampón 45 8 152,13 50,00
Tumaco 1 1 San Agustín-La Floresta 49 9 53,72 1.000,00
Nariño 5 7 Total 1.587 276 17.301,60 34.650,00
PUTUMAYO
Orito 1 1 La Cristalina* 306 931,00 446,00
1 Simorna 210 9.070,00 200,00
Pto Asís 1 1 La Italia 230 733,00 70,00

59
Valle del
La Argelia 145 168,00 922,00
Guamuez 1 1
Putumayo 3 4 Total 891 10.902,00 1.638,00
QUINDÍO
Calarcá 1 1 Dachi Agore Drúa 220 45 141,23 675,00
Quindío 1 1 Total 220 45 141,23 675,00
RISARALDA
Marsella 1 1 Altomira 140 25 49,46 50,00
1 La Loma de Citabará 367 66 268,95 843,00
1 Suratena 718 155 36,26 300,00
Mistrató Y Pueblo
Unificado del Río San Juan 6.318 1.201 25.134,35 6.100,00
Rico 2 1
1 Gitó Dacabú 1.278 225 2.590,68 573,00
Risaralda 3 5 Total 8.821 1.672 28.079,71 9.216,00
VALLE - CHAMÍ
Ansermanuevo 1 1 Dachi-Drua-Mode 113 18 60,82 1.829,18
Argelia 1 1 Bania-Chami 165 34 90,69
Bolivar 1 1 Cañon-Rio-Sanquinini 387 60 2.938,00
Buenaventura 1 1 Nasa-Ebera-Chamí 82 13 45,00
Calima-Darien 1 1 Nabera-Drua 136 25 374,79
Dovio 1 1 Cañon-Rio-Garrapatas 984 175 8.430,00
El-Cairo 1 1 Do-Xura 132 36 108,56
Restrepo 1 1 Niaza-Nacequia 79 18 37,44
S. J. del Palmar 1 El-Cope-Rio-Ingara 265 37 240,00
Trujillo 1 1 Kipara (Bajo Cáceres) 87 20 117,26
1 Drua-Do 200 36 80,37
Tulua 1 1 Dachi-Drua 170 30 54,35
Vijes 1 1 Wasiruma 123 34 82,96
Valle Chamí 11 13 Subtotal 2.923 536 12.660,26
VALLE
EPERARA
Buenaventura 1 Chonara Euja 55 10 459,73
La Meseta (Wounana del
223 41 117,00 10.000,00
1 Río Dagua)
Juaquincito (Resguardo del
266 48 774,38 30.000,00
1 Río Naya)
Valle Eperara 3 Subtotal 544 99 1.351,11 40.000,00
Valle del Cauca 11 16 Total 3.191 583 14.011,36 40.000,00
Gran Total 46 58 47.310 8.596 313.931,09 51 13.981,21 97.799,88
Fuente: Planes de Salvaguarda

4.1.4. Población que necesita dotación de tierras


Según lo referenciado en los Planes de Salvaguarda en la actualidad se presenta
un grupo de 1.755 familias que no disponen de tierras, población que llega a
21.828 personas.

60
Tabla No. 12
Comunidades sin resguardos
Resumen por departamentos
Municipio No. No. Habit. Flias. Disp. Adquirir
Antioquia 13 18 1.229 85 610,01
Bolívar 1 1 120 22 902,00
Boyacá 1 1 160 29 58,00 1.754,50
Caldas 6 36 5.311 580 1.470,58 2.872,32
Caquetá 3 4 419 103 1.760,00 8.043,00
Casanare 1 1 39 13 689,00
Cauca 1 1 214
Córdoba 2 3 243 67
Chocó 13 30 2.415
Meta 4 4 227 56 518,00 2874,00
Nariño 1 1 51
Putumayo 3 6 545 50 817,73 781,00
Quindío 6 11 1.081 224 1.755,00
Risaralda 4 5 7.005 21 4.352,00
Santander 1 1 93 18 29,00 1.033,00
Tolima 1 1 141 35 0,00 1.365,00
Valle del Cauca 14 32 2.778 519 13.692,70 30.082,00
TOTAL 73 153 21.828 1.755 18.956,02 56.502,82
Fuente: Planes de Salvaguarda

Tabla No. 13
Comunidades sin resguardos
Listado general
Departamento Comunidades Ocupación Predios Adquirir
Predios
Municipio No. No. Nombre Habit. Flias. Tipo Has.
Ident.
ANTIOQUIA
Anorí 1 1 Tenche Abajo, Toná 31
Cáceres 1 1 Omagá 59 15
Desplazados en
El Bagre 1 1 La Corona (Koronkoro)
33 5 tierras de colonos
Frontino 1 1 Llano Rio Verde 111
Fuera del
1 Loma de los Indios
45 resguardo
Ituango 1 1 San Román 29
Mutatá 1 1 Mungaratatadó 122 Casco urbano
1 Los Cacaos 68

61
Choaibadó (Trinidad-
Nechí 1 1 Sin Título 146,00
Eterredó) 70 17
Tierras familiares
Puerto Berrio 1 1 Karamandú 180,01
53 13 sin titulo
Remedios 1 1 Corodó Ité 60 284,00
Segovia 1 1 Asentamiento La China 40 6
Tierras familiares
1 Urudrua (San Miguel)
29 5 sin titulo
Turbo 1 1 Mango Volcán 207
1 Cabecera Rio Turbo 48
1 Volcán Doquera 112
Sin tierra- solicita
Vegachí 1 1 Jumcará El Olvido
36 12 reubicación
Zaragoza 1 1 Playa Guinea 76 12 Desplazadas
Antioquia 13 18 Total 1.229 85 610,01
BOLÍVAR
Montecristo 1 1 Kugurudó 120 22 Baldíos sd 902,00
Bolívar 1 1 120 22 902,00
BOYACÁ
Pto. Boyacá 1 1 Motordochaque 160 29 Comodato 58 1.754,50
Boyacá 1 1 160 29 58 1.754,50
CALDAS
Ansea* (Vda. El 138
Anserma 1 1 6,00 35,00
Consuelo) 32
1 Dachi Joma (Urbano) 147 Predio FNA 558,00 619,20
Filadelfia 1 1 La Soledad** 88 24 129,20
Marmato 1 12 Cartama 1.568 384 Predios propios
Neira 1 1 Damasco 136 120 450,00 167,40
Palestina 1 1 La Plata 48 20 0,00 158,72
Supía 1 7 La Trina** 1.487 327,38 1.892,00
12 Cauromá** 1.699 0,00
Caldas 6 36 Total 5.311 580 1.470,58 2.872,32
CAQUETÁ
Florencia 1 1 Honduras 141 44 Predio Incoder 300,00 2.692,00
S.Ant. Antena 1 1 País Amazonia 47 12 Finca donada 60,00 1.158,00
S.V. Caguán 1 1 La Libertad 132 24 Baldíos 1.400,00 1.456,00
1 La Pradera 99 23 Desplazados 2.737,00
Caquetá 3 4 419 103 1.760,00 8.043,00
CASANARE
Villanueva 1 1 Onogama 39 13 Desplazados 689,00
Casanare 1 1 39 13 689,00
CAUCA
Guapi 1 1 Bellavista -Partidero 214
Cauca 1 1 Total 214

62
CORDOBA
Montelíban-Juan Alto Uré (Dochama,
2 3 Incoder sd sd
José Bosque y Batatadó) 243 67
Córdoba 2 3 243 67
CHOCÓ
Alto Baudó 1 1 Jeandó – Vacal
1 La Honda
1 Loma Tuadó
1 Matecaña-Arradó
1 Pichindé
1 Villa Eugenia
Bahia Solano 1 1 Duma
Bajo Baudó 1 1 Cocalito Jeya 150
Bojayá 1 1 Weguerre (1) 53 Título colectivo
Carmen del
1 1 Limón
Darién
El Carmen de
1 1 El Consuelo
Atrato
1 El Dieciocho
Juradó 1 1 Jampabadó 382
Medio Atrato 1 1 Caimanero
1 Carrizal
1 Chimirridó-Pavas
1 Corede 194
1 Cumita 90
1 Nemota 60
Medio Baudó 1 1 Dabaiba-Queracito
Nóvita 1 1 La Guama-Muchido 126
Nuquí 1 1 Tandó 406
Quibdó 1 1 Alto Tagachi 147
1 Baratudó 130
1 Cabildos Urbanos 252
1 Nécora 190
1 Pueblo Nuevo 112
1 Unión Nemotá 60
1 Parte Urbana Casimiro 18
Unguia 1 1 Eyaquera 45
Chocó 13 30 Total 2.415
META
Granada 1 1 Dokerá 50 12 Desplazados 480,00
La Uribe 1 1 El Paraiso 85 25 308,00 1.429,50
Lejanías 1 1 Bello Horizonte 15 4 90,00 42,00
Macarena 1 1 S.Ant. Del Chamí 77 15 120,00 922,50

63
Meta 4 4 227 56 518,00 2874,00
NARIÑO
Francisco Pizarro 1 1 Sala honda 51
Nariño 1 1 Total 51
PUTUMAYO
Orito 1 1 Cañabravita* 80 129,30 159,00
1 Dos Quebradas* 112 243,43 105,00
1 Kerakar 68 14 20,00 88,00
1 Villarica* 40 45,00 97,00
Valle del
1 1 Las Palmeras 380,00 190,00
Guamuez 185 24
Villagarzón 1 1 Kiparadó (urbana) 60 12 0,00 142,00
Putumayo 3 6 Total 545 50 817,73 781,00
QUINDÍO
Córdoba 1 1 Córdoba 130 V. Río Verde 7,00 450,00
Circacia 1 1 Buenavista 49 V. El Sauce 16,00 105,00
Montenegro 1 1 El Cuzco 71 15 V. Puerto Samaria 90,00
V. El Laurel
Quimbaya 1 1 El Laurel 375,00
(arriendo)
Rurales 4 4 Subtotal 250 15 23,00 1.020,00
Asentamientos
Urbanos
Armenia* 1 1 B. Salvador Allende 562 162 125,00
1 B. Veraneras 100,00
1 Cto. El Caimo 275,00
La Tebaida 1 1 74 8 40,00
Quimbaya,
Montenegro y 3 Despl. de R/da. 195,00
Armenia 195 39
Urbanos 2 7 831 209 735,00
Quindío 6 11 Total 1.081 224 1.755,00
RISARALDA
Varias veredas y casco
Quinchía 1 1 Rural y urbano 1.852,00
urbano 1.828
1 Karambá 4.659
78
Varias veredas y casco
Guática 1 1 Rural y urbano predios 1.500,00
urbano
sin medir
Belén de Umbría 1 1 Flor del Monte 109 21 semiurbano
Pereira 1 1 Kurmadó 409 Urbano 1.000,00
Risaralda 4 5 Total 7.005 21 4.352,00
SANTANDER
Puerto Parra 1 1 Dachi Drua 93 18 29,00 1.033,00
Santander 1 1 93 18 29,00 1.033,00
TOLIMA

64
Mariquita 1 1 Bianía 141 35 0,00 1.365,00
Tolima 1 1 141 35 0,00 1.365,00
VALLE - CHAMÍ
Alcala 1 1 La Esperanza 107 28 2.100,00
Ansermanuevo 1 1 Sur De 86 25 1.875,00
Bolivar 1 1 Buenavista 285 45 160,00
1 Floresta 96 18 1.350,00
1 Manzanillo 99 20 1.500,00
1 Rio Azul 170 36 2.700,00
1 Buenos Aires 36 6 450,00
Buga la Grande 1 1 Dana-Drúa* 72 14 4,70
1 Dachi Bedea 40 9 675,00
1 Eabidara – Dojurabida 60 12 900,00
Cartago 1 1 Itinerante 80 3 1.200,00
Dagua 1 1 Morro-Azul* 35 7 13.400,00
El Dovio 1 1 Dachi-Dana* 206 37 113,00 7,00
1 El Panteral 211 35 2.625,00
1 Frente Bonito 66 12 900,00
1 Puerto Nuevo 42 6 450,00
1 Bitaco 35 5 375,00
La Victoria 1 1 Desplazados 50 10 750,00
1 Cueva Loca 80 16 1.200,00
Obando 1 1 Kima-Drua* 103 20 15,00
1 Urbana 54 14 1.050,00
1 Kacike Tawda 80 15 1.125,00
Sevilla 1 1 Acore Drua 118 28 2.100,00
1 La Mesenia 79 15 1.125,00
1 Guasarabe 88 13 975,00
Trujillo 1 1 Dachi Ni 52 9 675,00
1 Desplazados Yagai 19 5 375,00
Versalles 1 1 Birmania 113 20 1.500,00
1 Vergel 44 8 600,00
Yotoco 1 1 Dai Kwrisia 64 8 600,00
1 El Placer Miravalle 68 12 900,00
Subt-Chamí 13 31 Subtotal 2.738 511,00 13.692,70 30.082,00
EPERARA
Desplazada-
Buenaventura 1 1 Ipu Euja
40 8 urbana
Subt-Eperara 1 1 Subtotal 40 8
Valle del Cauca 14 32 Total 2.778 519 13.692,70 30.082,00
TOTAL 73 153 21.828 1.755 18.956,02 56.502,82
Fuente: Planes de Salvaguarda

65
4.2. El Plan de dotación de tierras
Es evidente que existe la información disponible para proceder a generar un
acuerdo con el gobierno nacional respecto a la forma como se puede avanzar en
la resolución de los problemas identificados en lo relacionado con el saneamiento,
la ampliación y la titulación. Esto significa estructurar una propuesta con tiempos
definidos y recursos económicos e institucionales, de tal forma que se puedan
identificar metas a cumplir y sistema de seguimiento. Este Plan debe ser
específico para el pueblo emberá o estar inscrito en el marco de una propuesta
nacional, pero con recursos claramente identificados. Para la implementación de
este plan de dotación de tierras se debe estructurar un programa especial con el
objeto de salvar los obstáculos institucionales que han persistido durante varias
décadas y que han llevado a la situación actual.
4.3. Propuestas en territorio identificadas en los planes de salvaguarda

Plan de
Componente Territorio
Salvaguarda
Caldas Que el gobierno compre y suministre tierras necesarias para la
constitución y ampliación de resguardos en los actuales
asentamientos y parcialidades.
Que el gobierno acelere y concluya los trámites de resguardos en
proceso.
Que el gobierno proceda a sanear y/o ampliar los resguardos que
lo requieran.
Que el gobierno tome las medidas del caso para garantizar el
reintegro de aquellas partes de los territorios indígenas que han
ocupado las multinacionales.
Que el gobierno aplique y haga aplicar el ejercicio de la consulta
previa, libre e informada de buena fe en todos los casos de
megaproyectos, obras públicas, etc. Que se intenten establecer en
los territorios indígenas, y que cuando la comunidad así lo
requiera, particularmente en los procesos de explotación de
recursos naturales, se prohíba el desarrollo de estos en sus
territorios.
Que el gobierno busque los mecanismos necesarios para que
actores armados, legales o ilegales, respeten el territorio y la
integridad física y humana en los territorios indígenas.
Que el gobierno financie el mejoramiento de las vías y acueductos
dentro de los territorios indígenas.
Que se garantice la inclusión de las comunidades en los planes de
las alcaldías.
Alto Sinú Reconocimiento territorial y delimitación del Resguardo para el
ordenamiento del territorio con participación de la comunidad y si
fuera necesario con el acompañamiento internacional.
Establecer criterios de ordenamiento territorial de forma
participativa y autónoma.
Realizar el ordenamiento territorial dentro de criterios culturales
propios.
Fortalecer los órganos indígenas de control territorial dentro de la
cosmovisión Embera.

66
Saneamiento del territorio.
Crich Titulación, ampliación y Saneamiento de los Resguardos
Indígenas
Determinar Santuarios de Flora y Fauna Como áreas de
Conservación para el Desarrollo de la Medicina Tradicional.
Aplicación de la Erradicación manual de cultivos ilícitos y no la
fumigación con Glifosato en los resguardos indígenas.
Defensa del Territorio de las Multinacionales mineras.
Generar Base Cartográfica en los Resguardos indígenas.
Estudios de los Recursos Naturales en los resguardos indígenas.
Identificación de Áreas de Conservación y de Uso Multiplex en los
Resguardos y comunidades indígenas.
Asorewa Restituir a los pueblos indígenas del Chocó en lo referente a
tierras usurpadas en el marco del conflicto armado
Consolidar las Entidades Territoriales Indígenas como mecanismo
de fortalecimiento de la autonomía de los pueblos indígenas sobre
sus territorios
Sanear los resguardos que están a la espera de dicho
requerimiento
Articular al pueblo emberá del Chocó a la Ley de Víctimas,
teniendo en cuenta los impactos ocasionados por el conflicto
armado.
Solicitar al Incoder la realización de los estudios de necesidades
de tierras en las comunidades afectadas
La reparación o restitución debe ser de manera integral teniendo
en cuenta el enfoque diferencial
Organizar distintos encuentros permanentes con el fin de evaluar
el impacto de las acciones en materia de tierras y del Plan de
salvaguarda
Llevar a cabo una reforma legislativa para que Colombia pase der
un Estado Social y de Derecho a ser un Estado Ambiental, Social
y de Derecho para dar fundamento constitucional a la propuesta
nacional indígena de Respetar La Ley de Origen y los territorios
ancestrales indígenas mediante la Garantía del Derecho a gozar a
un Ambiente Sano de todos los colombianos.
Fedeorewa El marco de discusión político de la federación OREWA radica en
la construcción de las ETIS, el gobierno nacional deberá
garantizar que estas se conformen de acuerdo a lo que dice la
constitución y la ley, es la única manera que se podrá tener
autonomía administrativa y territorial en todos nuestros
resguardos, esto, no va en detrimento de que mientras se
consoliden, las entidades del orden nacional y departamental
omitan sus responsabilidades con el pueblo embera,
especialmente el Incoder y Codechocó. Entre otras cosas se hace
urgente lo siguiente:
Las comunidades que se ubican en la carretera, tienen
expectativas por conseguir más tierras en la orilla, lo que genera
conflictos, por el manejo de estas, ya que no cubren las
necesidades de estas comunidades por ser de vocación ganadera
y contrastan con el nivel de manejo tradicional que tienen estas
comunidades.

67
Falta delimitar las tierras de las comunidades indígenas de las
comunidades negras, sobre todo ahora que las comunidades
negras avanzan desmedidamente en actividades de minería que
afectan notoriamente nuestros territorios.
Crear y fomentar un fondo con el objeto de financiar cadenas
agro productivas con el fin de estimular la actividad agrícola del
pueblo embera.
Mitigar los impactos a causa de la minería a gran escala a las
comunidades involucradas en el Plan de Salvaguarda.
Fortalecer alianzas y redes de comercialización de productos
artesanales que propendan por el fortalecimiento y visibilización
de la cultura embera.
Valle Ampliación y saneamiento de los resguardos.
Adquisición de territorio y legalización de territorio para las
parcialidades indígenas.
Restitución de territorio para los desplazados en el marco del
decreto 4633
Protección y conservación de los territorios y sitios sagrados.
Protección y conservación de los recursos renovables y no
renovables.
Saneamiento básico.
Reconocimiento de la propiedad colectiva de las comunidades
indígenas sobre sus conocimientos ancestrales.
Programa de abastecimiento de aguas rurales.
Construcción y mejoramiento de viviendas
Construcción de tambos, puestos de salud y espacios comunales
y organizativos.
Apertura y mejoramiento de vías de acceso (puentes y demás)
Alto San Jorge Desminado de las MUSE y MAP.
Legalización de Resguardo del Alto Uré de las comunidades de
Dochama, Bosque y Batatadó.
Titulación y registro de los predios Incorados del Alto San Jorge.
Saneamiento del territorio Resguardo Quebrada Cañaveral.
Saneamiento de predios privados en Dopawara y territorios
ancestrales Embera en este sector.
Construcción del Plan de Manejo Especial de PNN Paramillo de
manera concertada con las comunidades.
El Pueblo Embera Katío del Alto San Jorge, si está de acuerdo
con la erradicación, pues es voluntad política de la comunidad que
la gente no siembre estos cultivos; y en este sentido se realice la
erradicación manualmente para que no afecte la comunidad y el
territorio.
Que se prohíba en el territorio ancestral, en los predios Incorados,
y en Resguardo Cañaveral, la explotación de minería a gran
escala de manera legal e Ilegal, solo la explotación de los
recursos de acuerdo a los usos y costumbres, por ejemplo la
minería artesanal. En este sentido, se plantea que las
comunidades sean tenidas en cuenta y se respete el Derecho
Fundamental a la Consulta previa, libre e informada.
Concertación entre autoridades locales institucionales y Nokos
(Gobernadores) para la atención al territorio.

68
Aciva Constitución, ampliación y saneamiento de territorios del pueblo
eperara siapidara de Departamento del Valle del Cauca
Construcción y mejoramiento de vivienda
Mejoramiento sistemas de comunicación y Transporte
Aciesna Titulación de resguardos.
Saneamiento de resguardos.
Ampliación de resguardos.
Construcción de planes de ordenamiento territorial.
Diseño e implementación de estrategias de seguridad y defensa
territorial.
Construcción o mejoramiento de asentamientos humanos
(caseríos).
Protección de ecosistemas.
Erradicación manual y sustitución de cultivos de coca bajo
condiciones muy precisas.
Consulta previa y concertación frente a la implementación de
megaproyectos
Quindío Compra de tierras para la ampliación, saneamiento y constitución
del pueblo Emberá Chamí.
Se requiere la construcción de viviendas
Risaralda Realizar las acciones pertinentes para el saneamiento, compra y
constitución de territorios indígenas.
Saneamiento de territorios indígenas y restitución de tierras
Garantizar la restitución a los indígenas desplazados y la entrega
de tierras arrebatadas.
Protección a los recursos naturales y al medio ambiente dentro del
territorio.
Creación de Ley de Etis
Realizar un programa de reconocimiento y perfecta delimitación
del territorio indígena para las nuevas generaciones.
Cumplimiento de ley de victimas
Reconocimiento del territorio indígena
Población Para que la situación y expectativas de estas comunidades en
dispersa materia de reparación territorial puedan ser implementadas
efectivamente se requiere desarrollar las siguientes acciones:
Registro de la totalidad de la población de los asentamientos
dispersos como población afectada por el desplazamiento forzado
y el conflicto armado bajo los nuevos parámetros establecidos en
el D.L. 4633 de 2011.
Gestiones para garantizar un subsidio alimentario para toda la
población hasta cuando se encuentren instalados en sus
territorios.
Ejecutar un proceso de acompañamiento a cada uno de los
asentamientos dispersos, incluyendo los actuales asentamientos
urbanos, para la identificación de zonas posibles para la
conformación de sus resguardos, para la caracterización de esta
población en los términos del D.L. 4633 de 2011 y la tramitación
de sus solicitudes de reparación integral.
Realización o actualización de los estudios técnicos requeridos
para la conformación y/o ampliación de los resguardos a cargo del
INCODER, lo cual se deberá realizar mediante contratos con la

69
ONIC o instituciones capacitadas para ello, dada las limitaciones
de esta institución. Por razones de economía y celeridad, estos
estudios se deben realizar durante el proceso que se indica en el
punto anterior.
Adquisición de los predios identificados con destino a la
constitución y ampliación de resguardos, de acuerdo a los
estudios técnicos realizados.
Constitución o ampliación de resguardos con los predios
adquiridos y titulación de los baldíos ocupados en un plazo que no
exceda de 4 años, dado el inminente riesgo de extinción en que
se encuentran estas comunidades del pueblo Embera.
Diseño previo e implementación de un programa de apoyo a la
instalación de las comunidades en los territorios identificados, que
incluya saneamiento y servicios básicos, vivienda e infraestructura
comunitaria.

70
5. La educación en el pueblo emberá
5.1. El sistema educativo
Una pregunta importante a plantear tiene que ver con el modelo educativo y su
adecuación a la perspectiva cultural del pueblo emberá, es ese realmente el
interrogante a formular y de su respuesta se puede deducir si existe educación
indígena Es importante plantearse unas preguntas que permitan esclarecer la
situación de la educación en las comunidades indígenas, al respecto se pude
enunciar: ¿Existe una propuesta educativa indígena? ¿En las escuelas se
desarrolla un proyecto educativo fundamentado en la práctica de la
interculturalidad? ¿Existe una construcción curricular que ponga de manifiesto ese
proyecto educativo?
El examen de esta realidad es precario. Uno de los indicadores es el de la
enseñanza de la lengua propia. No existen procesos en los que los maestros
estén trabajando en la enseñanza de la lengua a partir de un ejercicio investigativo
que les lleve a disponer de un alfabeto, una gramática y unos instrumentos
didácticos para la enseñanza de la lengua. De esto se deduce que no existen
textos en lengua que permitan disponer de la memoria cultural del pueblo o
explorar en el ejercicio creativo alrededor de la lengua. Pero se pudiera
argumentar que el dispositivo cultural, respecto a la lengua, toma como opción su
reproducción a través de la oralidad. Pero de igual modo es posible decir que no
existe una propuesta educativa en la que se pueda advertir la forma como la
cultura se constituye en soporte o en proceso trasversal a la construcción cultural.
En los diferentes Planes de Salvaguarda no es factible identificar proyectos
educativos en los que claramente, a través de la educación y la formación de los
maestros, se esté realizando un ejercicio de construcción de un modelo educativo
tendiente a fortalecer la propuesta política y cultural del pueblo indígena. En este
sentido, la escuela cumple actualmente la función de integrar a la población
indígena en el modelo global, pero en la escala más baja, en términos de
reproducir las condiciones de marginalidad de la población. Esta afirmación es
factible de comprobarla cuando se analiza la dinámica del aparato existente y los
niveles de promoción, es decir, hasta donde se accede en la escala y la
calificación de la población indígena.
La descripción que el Plan de Salvaguarda de la población del Alto Sinú presenta,
describe bien lo que sucede con la educación indígena:
Adicionalmente, las escuelas no cuentan con ningún material educativo
acorde a la cultura Embera Katío. Existen libros escolares pero en mal estado
y en cantidades insuficientes para el número de alumnos y no responden a los
objetivos y currículo planteado en el Proyecto Educativo Comunitario (PEC).
Se carece de dotación de libros para bibliotecas y de materiales escolares y
lúdicos. Elestado general de la mayoría de las aulas es muy deficiente y sin
dotación alguna. No hay suficiente cantidad de pupitres y los existentes están
en mal estado y son inadecuados para niños menores.
Ante la falta de calidad educativa, la ausencia de continuidad en la misma por
periodos académicos completos, la carencia de programas educativos que
obedezcan a las necesidades culturales del Pueblo Embera Katío del Alto
71
Sinú, la poca y eficiente dotación de libros y materiales escolares y la
ausencia total de escuelas de secundaria en el Resguardo, muchas familias
han visto como la mejor opción las escuelas de Tierralta, lo que las ha llevado
a abandonar el territorio a fin de proporcionarles a sus hijos una opción de
educación escolarizada. Por tanto la problemática de la educación se ha
convertido en un factor de desplazamiento del territorio del Pueblo Embera
Katío del Alto Sinú.
El constatar esta realidad tiene que ver con la naturaleza de la acción estatal, esto
es, con el tipo de sistema educativo que se promueve, claramente inscrito en el
marco de una política de integración. Pero también tiene que ver con la forma
como desde las comunidades y las organizaciones se representan la acción
educativa. En el dominio de la educación las grandes preguntas y desafíos que las
organizaciones indígenas se plantearon hace tres décadas siguen sin resolver. Es
en la respuesta a ellas donde se encontrará la verdadera salvaguarda a la cultura
indígena. Con relación al modelo educativo el Plan de Salvaguarda de Antioquia
plantea:
Desde 1996, la demanda educativa de las comunidades indígenas de
Antioquia se ha venido atendiendo con la modalidad de contratación de
cobertura que es prestada por instituciones educativas mayoritariamente
religiosas sin experiencia en la educación indígena, que no concertan los
planes educativos, currículos, el nombramiento de los docentes, no tienen
ningún vínculo con las comunidades, no realizan evaluaciones y no han
presentado informes de matrículas, aprobaciones, deserciones y repitencia
escolar. Esta modalidad va en contra del sueño de construir el modelo de
educación propio.
5.2. Educación se confunde con cobertura
La cobertura se ha constituido para el sistema en un indicador de satisfacción de
los derechos de la población, la universalización del sistema es una aspiración y
en la lógica del Estado neoliberal ello se garantiza sin preguntar por la calidad.
Respecto a la población emberá pueden presentarse ciertas estadísticas que
hablan de población escolarizada, pero no hay estudios que indiquen sobre la
calidad. La precaria información de censos indígenas donde claramente se pueda
conocer sobre la estructura de la población, no permite contrastar población
escolarizada versus segmento de población en edad de escolarización. Pero es
evidente que la dinámica de la población indígena, que presenta pirámides
poblacionales anchas en la base, es decir, que concentra la mayoría de la
población por debajo de los 20 años, permite deducir que la demanda de atención
en servicio educativo, para la básica primaria y bachillerato, supone esfuerzos
grandes respecto a recursos humanos, infraestructura y subsidios. Se puede
calcular que el 40% de la población estaría en el grupo de los que requieren
servicios educativos básicos.

72
Tabla No.14
Escolaridad población embera según Planes de Salvaguarda
Plan
Primaria Bachillerato Técnico Universidad
Salvaguarda
Alto San Jorge 149 34 3 1
Putumayo 370 0 0 0
Aciesna 73 151 0 0
Aciva 52 45 0 0
Crich 7702 1148 0 0
Antioquia 3692 470 0 103
Quindío 255 188 0 5

Para entender la situación de la educación se toma como referencia la Tabla No.


14, en la que se presenta la información contenida en los Planes de Salvaguarda
de las diferentes organizaciones10 y a la vez se asumen los datos de Antioquia
que, por su consistencia, permiten una mejor comprensión de la situación. Para
Antioquia, la población escolarizada entre primaria y bachillerato, llega a un 20%
del total de la población, de ello se puede deducir que un 20% permanece por
fuera del sistema. Pero llama la atención que sólo 470 estén en el bachillerato,
aspecto que habla que la arquitectura institucional, fundamentada en la
promoción de la población hasta el nivel de la básica primaria. Esta situación, en el
que el segmento que accede al bachillerato es muy limitado, también se explica
por causas económicas y culturales, ejemplo, que los jóvenes se integren desde
temprano en actividades económicas, como también que socialmente existan
limitantes para que las mujeres participen de la escuela, lo mismo que la
imposibilidad de las poblaciones que, dispersas en amplias áreas de difícil acceso,
puedan movilizarse a los núcleos donde este servicio es prestado.

10
Como se observa no todos los informes reportan datos respecto a los procesos de escolarización. De la
tabla se excluye la información de la población dispersa por estar integrada a escenarios en los que es
general que no tengan sus propias escuelas.

73
Gráfico No. 9
Índice deserción población indígena Antioquia

Fuente: Datos del Núcleo Educativo Indígena con base en información del DANE.

En el análisis de la cobertura educativa indígena de Antioquia, a partir de los


informes estadísticos del DANE del año 2009 presentado por la Secretaría de
Educación del Departamento11 (Ver gráfico No. 9) se plantea entre las
problemáticas de los establecimientos educativos indígenas:
La alta deserción continúa siendo uno de los principales problemas que
caracteriza a la gran mayoría de los establecimientos educativos indígenas del
departamento. Según los datos consignados en los formularios C-600 del
DANE se encuentra que 41 establecimientos educativos presentan índices de
deserción por encima del 10%. Dicho de otra manera, en el 64% de los
centros e instituciones educativas se presenta un alto número de estudiantes
que se retiran durante el año escolar, en algunos casos en cantidades que
ascienden hasta la mitad del total de matriculados durante el año.
5.3. Una propuesta educativa y para el fortalecimiento cultural del pueblo
Emberá
Los pueblos indígenas, a través de la Comisión Nacional de Trabajo y
Concertación de la Educación para los Pueblos Indígenas (CONTCEPI) se han
propuesto como reto reemplazar la educación oficial interesada en imponer otros
valores, por una educación que fortalezca la identidad y el sentido de pertenencia:
Cuando hablamos de educación propia entendemos aquella educación donde
aprendemos a ser indígenas Sikuani, Wayuu, Tule, Nasa, Embera, Witoto, Wiwa,
Curripaco, Pijao, Zenú y todo ser indígena en general...
En tal dimensión la educación debe enmarcarse en los procesos culturales, de
respeto a las autoridades propias y a la madre tierra, dentro de los principios de
territorio, autonomía y cultura que orientan a los pueblos indígenas. En esta
dirección, se viene construyendo el Sistema Educativo Indígena Propio (SEIP)

11
Secretaría de Educación de Antioquia. Análisis de la cobertura educativa indígena de Antioquia a partir de
informes estadísticos del DANE- Año 2008. Medellín. 2009.

74
entendido como el conjunto de procesos que recogen el pasado, antepasado y
presente de los pueblos, las cosmogonías y los principios que los orientan,
proyectando un futuro que garantice la permanencia cultural y la pervivencia como
pueblos originarios. (Perfil CONTCEPI, 2009:25)
En este sentido, el Plan de Salvaguarda contempla los elementos necesarios para
que el pueblo Embera cuente con un proyecto educativo propio, incluyendo los
mecanismos adecuados para garantizar como mínimo la educación básica
primaria en sus propios territorios y en lo posible también la educación secundaria
y media y, de no ser posible esto último, el acceso en condiciones adecuadas
económica, geográfica y culturalmente en las cabeceras más cercanas a sus
territorios.
Para ello, se propone la estructuración y ejecución de un proceso para la
construcción del proyecto educativo embera, la formación de maestros embera, la
construcción o la adecuación de establecimientos educativos en los territorios de
estas comunidades y las garantías para el acceso y permanencia de los
estudiantes y de los maestros embera que se formen.
Mientras el proyecto educativo se construye es indispensable que se generen
condiciones en las escuelas donde actualmente acuden para que no sean objeto
de discriminación y, al contrario, puedan asumirse como un período de transición
hacia el proyecto educativo propio. En este sentido es necesario desarrollar
actividades de capacitación con los maestros actuales, a fin de que comiencen a
incorporar elementos de atención diferencial a esta población.
Con relación a la población adulta se propone el diseño e implementación de un
programa de alfabetización y capacitación acorde a las particularidades de la
población beneficiaria.
Por último, se propone el desarrollo de un proceso de recuperación y
fortalecimiento cultural, contemplando acciones dirigidas a promover el uso de la
lengua materna y las prácticas tradicionales que han entrado en desuso; la
reapropiación y difusión de las expresiones culturales, tanto en lo simbólico como
en lo material y realizar ejercicios colectivos de recuperación de la memoria
histórica.
5.4. Acciones a desarrollar
 Desarrollar la investigación básica sobre las variaciones dialectales con el
fin de producir materiales que permitan a los maestros disponer de
instrumentos para la enseñanza de la lengua. Tal investigación debe
permitir los consensos sobre el alfabeto y en correspondencia diseñar
cartillas, disponer de la gramática y avanzar en la construcción de
diccionarios.
 Diseño e implementación de un proceso para la construcción de proyectos
educativos propios de acuerdo al contexto, las particularidades
poblacionales y a la situación de escolaridad de cada comunidad. El
proyecto será concertado entre los asentamientos a nivel departamental o

75
regional y consolidado a nivel nacional para su ejecución paralela y
coordinada.
 Diseño e implementación de un programa nacional de formación de
maestros emberá y su posterior vinculación con garantías de permanencia
en los centros educativos de las comunidades. Este proceso de formación
debe ser contextualizado con relación a las variaciones culturales que se
identifican al interior del pueblo emberá. Este proceso de formación debe
asumirse nacionalmente entendiendo que el poblamiento trasciende los
entes territoriales.
 Construcción de escuelas adecuadas culturalmente y adecuación y
mejoramiento de las que actualmente existen. Para el caso específico de la
comunidad de San Antonio de Chamí, es necesario la adecuación de la
escuela con que cuentan en uno de los dos predios que ocupan (Maloka
San Antonio) para que pueda recibir como internos a los alumnos que viven
en el otro predio (Caño Azul), distante a dos horas por camino de
herradura.
 Diseño y producción de materiales pedagógicos acordes con el modelo
educativo que se defina.
 Condiciones adecuadas de alimentación escolar y otras que se identifiquen
para garantizar la participación y permanencia de los niños y jóvenes en las
escuelas.
 Diseño y producción de materiales audiovisuales para la educación formal y
no formal y de cartillas para complementar la educación formal mientras se
construye e implementa el modelo educativo propio.
 Dotación de las comunidades con medios virtuales para la educación y la
comunicación y capacitación en la materia.
 Garantías de acceso a la educación superior para los bachilleres mediante
la flexibilización de los requisitos para acceder a cupos y a becas a nivel
departamental y nacional.
 Diseño e implementación de un programa de alfabetización y capacitación
de población adulta, adecuado a la disponibilidad de tiempo de esta
población y a sus necesidades específicas de formación.
 Programación en cada comunidad de actividades comunitarias con todas
las familias para promover el uso de la lengua materna, las prácticas
tradicionales y la recuperación de memoria. Estas actividades se deberán
realizar los días previos o posteriores a las asambleas bimestrales
consideradas para el fortalecimiento organizativo.
 Diseño e implementación de un programa dirigido a la articulación de los
jóvenes en cada asentamientos y entre los diversos asentamientos a nivel
departamental y nacional.

76
 Realización de encuentros anuales, tipo festival cultural, tanto a nivel
departamental como a nivel nacional, para la promoción de las expresiones
culturales del pueblo emberá en danza, música y canto, tejido y otros.
 Apoyo a la producción artesanal y capacitación para el perfeccionamiento
de diseños de las artesanías y su incorporación en otro tipo de producción
(textil, cuero u otros).
5.5. Propuestas en educación identificadas en los planes de salvaguarda

Planes de Componente Educación


Salvaguarda
Caldas Fortalecer la cultura en las comunidades indígenas de Caldas
de origen Chamí y fortalecer los procesos de búsqueda de un
mundo cultural propio que les permita a las comunidades
originarias de la región afianzar su identidad.
Garantizar la existencia de escuelas y colegios con énfasis en
educación propia y educadores que enseñen la lengua embera
bedea.
Creación y financiación de una escuela sobre lengua Emberá.
Apoyo y financiación para la construcción de la universidad
indígena.
Brindar garantías para que los jóvenes indígenas puedan
acceder a la educación superior.
Cumplimiento de la normatividad especial sobre educación en
las comunidades indígenas.
Apoyar un proceso de fortalecimiento del jaibanismo y sus
rituales en el caso de unos, y recuperación del saber ancestral
en medicina tradicional, en el caso de los demás.
Apoyar, financiar y fortalecer la música y las danzas propias o
los procesos para su recuperación.
Creación de una escuela de artes tradicionales, para promover,
recuperar y fortalecer la cerámica, la cestería y elaboración de
collares en chaquira.
Apoyar, financiar y fortalecer los conocimientos orales y de la
gastronomía propia.
Financiar y crear el Centro de Investigaciones Históricas con
el fin de conocer mejor la historia indígena y fortalecer la
identidad.
Aplicación de la ley de Cultura mediante un proyecto destinado
a proteger los sitios sagrados y los caminos prehispánicos
como parte integral de la cultura.
Apoyo, financiación y creación de museos locales con el fin de
proteger las piezas arqueológicas existentes en las
comunidades y fomentar el conocimiento de la historia de la
región.
Crich Caracterización de la Educación impartida en las Comunidades
Indígenas.
Creación de un Currículo y Materiales Didácticos acorde a las
particularidades de los pueblos y Comunidades Indígenas.
Formulación de un Modelo de Educación Propio de las

77
Comunidades y Pueblos indígenas.
Construcción y Adecuación de Escuelas y Colegios teniendo
en cuenta los parámetros que establece la ley y las
particularidades de los pueblos y comunidades indígenas.
Capacitación Permanente Sobre Pedagogía a los Profesores
indígenas y no Indígenas
Vinculación a la Planta de personal de la Secretaria de
Educación del Choco, a los profesores indígenas que llenan los
Requisitos de ley Según lo establece la ley 115 del 93 y el
decreto 804 de 1994.
Evaluaciones de Desempeño permanente a los Docentes
Vinculados en el proceso de educación indígena para mejorar
la calidad educativa de los pueblos indígenas.
Creación del Sindicato de Docentes indígenas del consejo
regional indígena del Chocó.
Pago de Incentivo a los docentes que laboran en comunidades
y pueblos indígenas por el difícil absceso y la interculturalidad
(Enfoque Diferencial).
Creación de una estructura administrativa y pedagógica de
indígenas que oriente y evalué con pertinencia y calidad el
proceso de enseñanza – aprendizaje que se imparte en las
comunidades y pueblos indígenas,
Dotación a todos los Alumnos indígenas de materiales
escolares y uniformes.
Creación de Una cooperativa de Docentes indígenas.
Creación y fortalecimiento de institutos técnicos de artes y
oficios.
Desarrollo de un sistema de becas para cualificar la formación
de jóvenes.
Alianzas interinstitucional con Universidades y Centros de
educación superior para el desarrollo de competencias al
interior de la comunidad.
Asorewa Impulsar y consolidar el sistema educativo indígena y la
construcción e implementación de una política pública
educativa indígena.
Generar procesos para la consolidación de los sistemas
educativos propios como base para la construcción de un
sistema administrativo educativo diferencial e incluyente para
pueblos indígenas, que logre posicionarse como política
pública estatal.
Construir y fortalecer estrategias de recuperación, defensa,
protección y desarrollo del conocimiento ancestral.
Promover la utilización y fortalecimiento de las formas,
espacios y procesos de socialización propios de cada cultura.
Impulso de procesos propios de investigación para el
desarrollo cultural, educativo y pedagógico.
Promover y fortalecer el uso de la lengua materna y la tradición
oral en la vivencia cotidiana y cultural de nuestros pueblos.
Implementar y consolidar el Proyecto Educativo Cultural
Territorial Indígena - Pensamientos Unidos- (PECTI), en las
zonas de nuestra jurisdicción territorial.

78
Producción de materiales culturales, pedagógicos y didácticos
para los procesos de educación indígena.
Adelantar procesos de reflexión y formación pedagógica y
educativa con comunidades, maestros y directivos docentes
indígenas.
Impulsar la profesionalización y formación superior docente de
acuerdo a las políticas y plan de vida de la organización.
Crear y consolidar el sistema de información educativa
indígena.
Implementar y consolidar la Escuela de Gobernabilidad de los
pueblos indígenas.
Consolidación, formación y actualización permanente del
equipo de educación.
Intercambio de experiencias educativas con otros pueblos
indígenas y organizaciones sociales y populares.
Participación en espacios interinstitucionales e inter
organizativos de procesos educativos a nivel municipal,
departamental, nacional e internacional.
Establecer mecanismos de regulación del comportamiento de
los maestros y directivos docentes, así como el establecimiento
y aplicación de criterios para su vinculación con base en el
reglamento regional de justicia indígena.
Propender por la construcción de un sistema educativo estatal
para pueblos indígenas desde una política educativa que
permita una cobertura educativa total y una atención de
calidad, es decir acorde con la identidad cultural y plan de vida
de los pueblos indígenas.
Fortalecimiento organizativo fortalecer el programa de
educación para elevar el nivel de gestión, operatividad y
orientación a los pueblos indígenas del Chocó.
Fedeorewa Construir y fortalecer estrategias de recuperación, defensa,
protección y desarrollo del conocimiento ancestral.
Promover la utilización y fortalecimiento de las formas,
espacios y procesos de socialización propios de cada cultura.
Impulso de procesos propios de investigación para el
desarrollo cultural, educativo y pedagógico.
Promover y fortalecer el uso de la lengua materna y la tradición
oral en la vivencia cotidiana y cultural de nuestros pueblos.
Producción de materiales culturales, pedagógicos y didácticos
para los procesos de educación indígena.
Adelantar procesos de reflexión y formación pedagógica y
educativa con comunidades, maestros y directivos docentes
indígenas.
Impulsar y consolidar el sistema educativo indigena y la
construcción e implementación de una política pública
educativa indígena.
Generar procesos para la consolidación de los sistemas
educativos propios como base para la construcción de un
sistema administrativo educativo diferencial e incluyente para
pueblos indígenas, que logre posicionarse como política
pública estatal.

79
Impulsar la profesionalización y formación superior docente de
acuerdo a las políticas y plan de vida de la organización.
Crear y consolidar el sistema de información educativa
indígena.
Implementar y consolidar la Escuela de Gobernabilidad de los
pueblos indígenas.
Consolidación, formación y actualización permanente del
equipo de educación.
Intercambio de experiencias educativas con otros pueblos
indígenas y organizaciones sociales y populares.
Participación en espacios interinstitucionales e inter
organizativos de procesos educativos a nivel municipal,
departamental, nacional e internacional.
Establecer mecanismos de regulación del comportamiento de
los maestros y directivos docentes, así como el establecimiento
y aplicación de criterios para su vinculación con base en el
reglamento regional de justicia indígena.
Propender por la construcción de un sistema educativo estatal
para pueblos indígenas desde una política educativa que
permita una cobertura educativa total y una atención de
calidad, es decir acorde con la identidad cultural y plan de vida
de los pueblos indígenas.
Fortalecimiento organizativo fortalecer el programa de
educación para elevar el nivel de gestión, operatividad y
orientación a los pueblos indígenas del Chocó.
Valle Fortalecer el sistema de educación indígena propia SEIP de
manera integral en las comunidades indígena del
departamento del Valle del Cauca, abarcando los tres
componentes principales como son el político organizativo, el
pedagógico y el administrativo.
Construir una política educativa departamental, acorde con las
concepciones y sistemas organizativos propios de los pueblos
indígenas.
Promover la investigación en los conocimientos ancestrales
indígenas para la construcción de un sistema pedagógico
apropiado para los pueblos indígenas.
Consolidar y legalizar un sistema complementario de
administración de la educación para los pueblos indígenas del
departamento del Valle del Cauca.
Alto San Jorge Garantizar la educación en los territorios propios, de acuerdo a
sus pautas culturales y el fortalecimiento de la identidad
cultural.
Asesoría y asistencia técnica, apoyo financiero necesario para
la formulación de los proyectos etnoeducativos.
Demandas y estrategias de la comunidad para logara una
educación digna.
Educación para los distintos grupos etáreos: que les brinden
educación formal y no formal a toda la población tanto para
niños, jóvenes como a los adultos de forma integral, con
infraestructura educativa, materiales pedagógicos y profesor
bilingüe con un plan educativo que tenga en cuenta un enfoque

80
cultural.
Acceso a la educación superior para los jóvenes que salen de
la educación secundaria.
Construcción de infraestructuras educativas
Cualificación y cobertura de docentes bilingües.
Construcción de un plan de vida en el marco de fortalecer la
identidad cultural Embera.
Coordinación interinstitucional para trabajar por los derechos
de la población indígena.
Conocer y participar de encuentros culturales, donde se
puedan intercambiar experiencias sobre el rescate cultural del
pueblo Embera.
Aciva Educación de adultos
Acceso a la educación superior
Construcción y mejoramiento infraestructura educativa
Cualificación y mayor cobertura de docentes Sia
Aciesna Se adapta al eje de Cultura
Quindío Beca integral educativa (transporte alojamiento, alimentación
y estudio gratuito)
Cupos para la población indígena que desee acceder a la
educación superior
Formación de profesores indígenas
Nombramiento de profesores indígenas
Construcción de colegios
Formación de administradores de educación (rectores)
Creación de currículo de educación indígena propio
Brindar una educación, respetando la diversidad étnica
Garantizar a los profesionales Embera el acceso a
oportunidades laborales al servicio de la comunidad indígena.
Risaralda Está adaptada al componente de cultura
Población dispersa Los asentamientos dispersos, por el riesgo de extinción cultural
en que se encuentran, deben acceder a un modelo de
educación propia, cuya construcción no da espera. Esto,
enmarcado en la propuesta de la Contcepi de velar por una
educación que fortalezca la identidad y el sentido de
pertenencia, con el fin de proyectar un futuro que garantice la
permanencia cultural y la pervivencia como pueblos originarios
(Perfil CONTCEPI, 2009:25)
Proponen además, que el Plan de Salvaguarda contempla los
elementos necesarios para que el pueblo Emberá cuente con
un proyecto educativo propio, incluyendo los mecanismos
adecuados para garantizar como mínimo la educación básica
primaria en sus propios territorios y en lo posible también la
educación secundaria y media y, de no ser posible esto último,
el acceso en condiciones adecuadas económica, geográfica y
culturalmente en las cabeceras más cercanas a sus territorios.
Proponen la estructuración y ejecución de un proceso para la
construcción del proyecto educativo embera, la formación de
maestros embera, la construcción o la adecuación de
establecimientos educativos en los territorios de estas

81
comunidades y las garantías para el acceso y permanencia de
los estudiantes y de los maestros embera que se formen.
Consideran que es necesario desarrollar actividades de
capacitación con los maestros actuales, a fin de que
comiencen a incorporar elementos de atención diferencial a
esta población.
Con relación a la población adulta se propone el diseño e
implementación de un programa de alfabetización y
capacitación acorde a las particularidades de la población
beneficiaria. Por último, se propone el desarrollo de un proceso
de recuperación y fortalecimiento cultural, contemplando
acciones dirigidas a promover el uso de la lengua materna y
las prácticas tradicionales que han entrado en desuso; la
reapropiación y difusión de las expresiones culturales, tanto en
lo simbólico como en lo material y realizar ejercicios colectivos
de recuperación de la memoria histórica.

82
6. Gobierno indígena y organización política
6.1. El cabildo como autoridad indígena
El cabildo como autoridad entre las poblaciones emberá es institución que se
comienza a adoptar en las dos últimas décadas del siglo pasado y que nace por la
promoción y capacitación realizada por diversos agentes entre la población
indígena. Son las monjas y los misioneros, como también los promotores de las
nacientes organizaciones indígenas, quienes difunden la necesidad de constituir
Cabildos como fórmula para asumir la representación frente al Estado y para
demandar ante todo el reconocimiento territorial. Esta institución no ha logrado
consolidarse como gobierno en lo local por diversas causas, la más importante, es
que no logra articular el universo y poderes tradicionales de las familias indígenas
en el nuevo modelo de gestión, cuestión que implica una tensión interna entre los
cabildantes que, generalmente son jóvenes salidos de la escuela, con las figuras
de poder tradicional en las familias. Pero también se debe advertir que en el
contexto de guerra son los actores armados quienes asumen el papel del control
social y en los contextos municipales existe muy poco reconocimiento de la
autoridad indígena.
Sobre la naturaleza del gobierno indígena dicen los emberá katío del Alto Sinú:
Para las comunidades Embera Katío del Alto Sinú la adopción del Cabildo
como forma de gobierno data de 1995. Sin embargo, el Cabildo como forma
de organización política reciente no ha logrado a la fecha aglutinar a las
distintas familias y comunidades de todos los ríos en torno a un solo gobierno
unificado pues además de ser una forma de regencia que no obedece a los
cánones tradicionales de la ley de origen y el Derecho Propio, el Pueblo
Embera Katío del Alto Sinú se ha visto envuelto en los últimos años en un
escenario de conflicto complejo, en cuanto son múltiples los intereses en el
territorio indígena y en donde juegan un papel preponderante los actores
armados ilegales y legales. A lo anterior se agregan otros intereses como son
en primer lugar el proyecto hidroeléctrico Urrá, que presta un papel
preponderante en el desarrollo del conflicto armado, los recientes cultivos de
uso ilícito y el comercio de madera que involucra a campesinos que habitan en
el resguardo y a algunas familias indígenas. De allí que aunque se constituyó
un Cabildo Mayor con amplia participación de todas las comunidades, en un
proceso lento y sin oposiciones, al momento de tomar decisiones acerca de
los múltiples conflictos presentados en el territorio, no logra los consensos
políticos necesarios y afloran tensiones entre ese poder centralizado y las
familias que tenían más identidad con su tradicional forma de gobierno. Existe
una fuerte resistencia de algunos comuneros y especialmente de líderes con
un fuerte ascendiente político sobre las bases sociales a avanzar en el
proceso de reunificación del Pueblo Emberá Katío del Alto Sinú pues les
interesa la atomización y/o fragmentación que les ha permitido captar recursos
económicos ordenados por la Corte Constitucional en su sentencia de revisión
de tutela de noviembre de 1998 (T-652-98) a cargo de la empresa Urrá S.A.
E.S.P. y de los entes territoriales y dependencias gubernamentales del nivel
nacional (MEN, ICBF, SGPRI, otros). (Plan Salvaguarda Alto Sinú).
Por su parte, los emberá de Antioquia, agrupados en la OIA, dicen:

83
Otro aspecto que favorece la crisis de gobernabilidad del pueblo Embera ha
sido la imposición de la institucionalidad del Cabildo, figura colonial que no ha
sido recreada, revisada o replanteada por las autoridades ancestrales y
políticas actuales del pueblo Embera. Esta institución y su estructura no han
sido apropiadas por los comuneros, por las autoridades tradicionales, ni por
las parentelas embera en los 30 años de existencia como institución en el
Departamento de Antioquia. La estructura del cabildo plantea un espacio
llamado comunidad, que es otra forma de organización social ajena a los
patrones culturales del pueblo Embera que ha sido por parentelas, sin
embargo, desde los cabildos se ha insistido en las actuaciones orientadas a
defender lo comunitario o colectivo, lo que incluye la aplicación de la justicia,
que choca con las estructuras tradicionales que siempre han existido aunque
se desconozca desde el proceso organizativo regional, esta realidad oculta
hace que al momento de aplicar los reglamentos uno de los obstáculos para la
actuación de gobernantes sean los problemas de parentesco. (Plan
Salvaguarda OIA)
6.1.1. El gobierno indígena y el ejercicio de la justicia
Uno de los problemas que se presenta al gobierno indígena para su
reconocimiento al interior de la población es el del ejercicio de la justicia, situación
que no ha logrado encontrar la fórmula adecuada para su desarrollo y en
consecuencia existe una imagen compartida por la población indígena en la que
la impunidad se asocia al ejercicio del gobierno. La aplicación de justicia ha
quedado reducida al ámbito de lo doméstico y se aplica al grupo de indígenas más
vulnerables, es decir, mujeres y personas que no están cercanas al círculo
parental del gobierno. Es así como los problemas graves, como por ejemplo la
corrupción alrededor del manejo de los recursos públicos, es general que
permanezca en la impunidad.
Una descripción adecuada sobre el funcionamiento el gobierno indígena y su
limitada capacidad de ejercicio es la que a continuación presenta la ASOREWA:

GOBIERNO
• Ejercicio de la autoridad y debilidad en el ejercicio de gobierno.
• Responsabilidad de las autoridades indígenas de plantear su posición frente a los
actores armados.
• Las Farc como verdugos de los Pueblos Indígenas y de su deliberancia: profesores,
licenciados, cabildos mayores.
• Relaciones de tolerancia, connivencia de los pueblos y comunidades con los
actores armados.

SITUACIÓN DE LA AUTONOMÍA INDÍGENA


• No es operativa y de ahí deriva su debilidad
• No es acatada por los actores externos y no es respetada por los actores internos.
• Es autónomo para juzgar el chisme, para apresar el que se roba las gallinas, pero
los delitos de trascendencia social son juzgados por los actores armados y no por las
autoridades indígenas.

DEBILIDAD EN LA TOMA DE DECISIONES POLÍTICAS

84
• Debilidad de las Autoridades Locales y Cabildos Mayores y el Consejo Mayor
• Requiere mayor discusión esta problemática que cualquiera otra
• Ausencia de una posición unitaria y política frente al Gobierno de las autoridades
indígenas y solamente tienen competencia real para recibir las transferencias del
Gobierno
• ¿De qué forma van a tomar en el futuro decisiones autónomas y propias sin
presencia de asesores, del Estado y de los demás actores?
• Inadecuación de los proyectos de intervención en los Pueblos Indígenas respecto
de la realidad social-

JURISDICCIÓN INDÍGENA
• Vicios de los juicios comunitarios por vínculos parentales
• Poca o nula aplicación de los reglamentos regionales.
• Los reglamentos internos se asumen como puntos de partida y no como punto de
llegada. Ausencia
• No existe juego de roles para la aplicación

6.1.2. Autonomía indígena y gobernabilidad


Con el nuevo ordenamiento que la Constitución Política de 1991 introduce, en el que
se generan nuevos instrumentos para la interacción entre el Estado y las poblaciones
indígenas, aparece en primer término las transferencias de SGP, con consecuencias
respecto a cierto tutelaje que los alcaldes municipales establecen con las
comunidades indígenas y cierta suerte de dependencia respecto a estos poderes
locales. Realmente la concreción de la autonomía indígena presenta grandes
obstáculos y es el mismo estado el que los propicia.
La Autonomía de gobierno, como principio y baluarte de los Pueblos
Indígenas, a pesar de ser reconocida en los Tratados Internacionales sobre
Pueblos Indígenas y Tribales, en la Constitución Política de Colombia, en la
legislación colombiana y en la extensa jurisprudencia de la Corte
Constitucional, no se percibe en las prácticas y hábitos de gobierno Emberá.
La Autonomía entendida como la capacidad de las comunidades para darse
sus propias normas y autogobernarse se confunde con la habilidad o destreza
para exigir las transferencias del Sistema General de Participaciones a las
Alcaldías Municipales, los dineros de Educación a la Secretaría de Educación
Regional y las transferencias condicionadas de los Programas Sociales
Asistenciales como Familias en acción y del Departamento para la
Prosperidad Nacional (antiguamente Acción Social). Dicha habilidad o
destreza, consiste para los gobernadores indígenas en hacer Cabildeo ante
las autoridades locales, regionales y departamentales para concertar una cita
en la que les informen las causas por las cuales no se les entrega las
transferencias, o las razones por las que el patrimonio de las Alcaldías
municipales ha sido embargado39. Luego de hacer la gestión de Cabildeo
ante las autoridades y cuando al fin el dinero de las transferencias es
entregado a los gobernadores indígenas, la autonomía se reduce a que los
Resguardos y Comunidades indígenas decidan en qué invertir dichas
recursos. En este caso, la Autonomía indígena depende de la Voluntad
administrativa municipal, regional o nacional de entregar las transferencias
correspondientes pues los gobernadores y resguardos no cuentan con una

85
instrucción administrativa, jurídica o financiera que les permita saber con
certeza y tener juicios claros sobre el Derecho indígena que las Entidades
Territoriales Indígenas tienen a participar de las Rentas Públicas de la Nación
y su forma constitucional de exigirlo. (Plan Salvaguarda Asorewa).
En esta misma lógica, la OIA, realiza la reflexión sobre los limitantes del ejercicio
de gobierno por parte de las comunidades:
En el departamento de Antioquia, los municipios no vienen teniendo en
cuenta a los cabildos indígenas para la toma de decisiones administrativas,
vulnerando el derecho de la consulta previa y el consentimiento, libre e
informado. Los alcaldes posesionan a los cabildos pero no los reconocen
como gobiernos. Muestra de ello es, que hay una ausencia significativa, por
no decir casi nula de los gobernadores, líderes, docentes u cualquier miembro
de la comunidad en los Consejos Municipales de Cultura, Consejos
municipales de Juventud, Consejos de Territorial de Planeación entre otros,
perjudicándolos a la comunidad en general.
A ausencia de que los cabildos desconocen sus derechos de participación en
los niveles de los consejos territoriales de planeación, las alcaldías omiten
este mandato legal y marginan a las autoridades Embera de los escenarios de
planeación y decisión municipal. También no se registra participación en los
Consejos de Cultura, los Consejos municipales de Juventud, así estos
espacios estén definidos por ley.
6.2. El fortalecimiento del gobierno indígena y su sistema de justicia
En el marco de la Constitución Política de 1991 en lo relacionado con el
ordenamiento del territorio, luego de dos décadas, el gobierno nacional no ha
generado condiciones para la consolidación de la autonomía del gobierno
indígena, proceso que está en estrecha articulación con la creación de los Entes
Territoriales Indígenas. El Plan de Salvaguarda tiene como fundamento el
garantizar los derechos territoriales, cuestión que no sólo tiene que ver con la
titulación de resguardos, sino que está determinado por el fortalecimiento de una
institucionalidad indígena que despliegue su función de administración del territorio
en el contexto de la ETI.
De igual modo el pueblo emberá desde el año 2005, ha venido buscando
proyectar un modelo de gobierno que integre a toda la población, más allá de las
organizaciones regionales y que permita generar una institucionalidad como
nación emberá. Este proceso tiene sus antecedentes en dos grandes congresos
nacionales, el uno realizado en Pereira en el 2005 y el otro en el Dovio en el 2010.
Desde esta perspectiva el Plan de Salvaguarda, en su proceso de concertación y
en sus instrumentos o instancias de monitoreo, debe ser asumido en la lógica de
fortalecer esa instancia de gobierno de la nación emberá.
6.3. Acciones a desarrollar
 Estructuración de una instancia representativa del pueblo emberá que
gestione y realice monitoreo al Plan de Salvaguarda.
 Aplicación e implementación de las ETIS, como forma de Defensa de la
Autonomía administrativa y Territorial de los pueblos y comunidades

86
indígenas.
 Promoción de la autonomía e independencia de las organizaciones
indígenas aplicando criterios de buen gobierno Desarrollo de una cultura de
la rendición de cuentas y auditorías internas.
 Que el gobierno nacional desarrolle un plan de formación y de promoción
de los derechos indígenas orientado a que las autoridades de los diferentes
entes territoriales los asuman y respeten a la población indígena. Capacitar
en Derechos Humanos, DIH, Jurisdicción especial indígena, Constitución
Política, Legislación Indígena.
 Que el gobierno asigne los recursos para operativizar la aplicación de la
justicia propia y la construcción de centros de justicia propia. El estado
colombiano construirá una cárcel regional para los indígenas emberá, la
cual será vinculada en el fondo penitenciario del país. La administración de
este centro penitenciario será financiada por el estado y será manejado por
los indígenas previa capacitación reglamentación para el manejo de estos
centros
 Que el gobierno y la fuerza pública reconozcan la guardia indígena como
autoridad dentro del territorio indígena.
 Mejorar la aplicación de justicia propia en el Pueblo Embera con penas de
cárcel más largas, incluyendo los delitos de vinculación a los grupos
armados. Se considera pertinente dinamizar, articular y fortalecer los
procesos organizativos, de justicia propia y formas de gobierno ya que
existen debilidades que deben ser superadas con el fin de lograr una mejor
incidencia en los ámbitos regional, departamental y nacional.
6.4. Propuestas en gobierno y justicia identificadas en los planes de
salvaguarda
Planes de
Componente Gobierno y justicia propia
Salvaguarda
Caldas Que el gobierno proceda a la constitución de los resguardos
donde se requiera, y a sanear los existentes que así lo
necesiten.
Que el gobierno garantice los procesos de consulta previa,
libre, informada y de buena fe, en los casos que son de ley.
Que el gobierne genere las normativas del caso para que sus
distintas entidades respeten la autonomía de las comunidades
indígenas.
Que el Estado genere las condiciones necesarias para que el
territorio ancestral y los sitios sagrados sean respetados por
todos sus agentes.
Que el gobierno tome las medidas necesarias para disolver las
Juntas de Acción Comunal en los territorios indígenas.
Que el gobierno asigne los recursos para operativizar la
aplicación de la justicia propia y la construcción de centros de
justicia propia.
Que el gobierno y y la fuerza pública reconozcan la guardia

87
indígena como autoridad dentro del territorio indígena.
Apoyo económico para el fortalecimiento de la guardia
indígena en la comunidad.
Financiación de talleres sobre gobierno y justicia propia.
Apoyo del gobierno para la creación de una escuela de
formación para jóvenes líderes en legislación indígena,
gobierno y justicia propia.
Incorporar en el currículo de educación propia lo relacionado
con gobierno y justicia propia.
Que el gobierno cree en el departamento de Caldas una
Secretaría de Asuntos Étnicos, con presupuesto amplio y
personal idóneo.
Alto Sinú Generar espacios de reflexión para el fortalecimiento del
Gobierno propio y la autonomía.
Establecer de forma autónoma y participativa un Consejo de
Mayores y sus funciones en el ámbito de la conservación de la
cultura Embera.
Constituir de forma autónoma y participativa las normas para
regir el Cabildo.
Fortalecer de forma participativa el Consejo territorial indígena
que trabajará en conjunto con los asesores en el Plan de
Ordenamiento territorial.
Fortalecer la guardia indígena y redefinir de forma participativa
las funciones de la figura del Jenené, teniendo en cuenta los
elementos definidos para el control del territorio del Resguardo.
Capacitar en Derechos Humanos, DIH, Jurisdicción especial
indígena, Constitución Política, Legislación Indígena.
Complementar, fortalecer y regular las prácticas de justicia
social propia a través la creación de un
Consejo de Justicia que actúe conjuntamente con el Jenené y
la comunidad.
Mejorar la aplicación de justicia propia en el Pueblo Embera
con penas de cárcel más largas, incluyendo los delitos de
vinculación a los grupos armados.
Lograr la reunificación del Pueblo Embera Katío del Alto Sinú,
mediante acuerdos entre los Cabildos.
Crich Construcción del Reglamento interno de los Cabildos indígena.
Capacitar a las autoridades Sobre Gobierno propio y temas
varios.
Realizar campañas de socialización del reglamento interno
dentro de las comunidades y pueblos indígenas.
Descentralización de trámites de personería jurídica de las
organizaciones indígenas, para que la misma la haga a través
de la secretaria departamental del interior o quien haga sus
veces.
Elaboración de un código penal indígena de los pueblos
embera.
Constituir el Congreso indígena.
Reconocimiento de las Autoridades Tradicionales
(Gobernadores, Guardia indígena)
Creación de escuelas de liderazgo indígena

88
Desarrolla de procesos locales de empoderamiento ciudadano
en todos los aspectos de la vida comunitaria.
Aplicación e implementación de las ETIS, como forma de
Defensa de la Autonomía administrativa y Territorial de los
pueblos y comunidades indígenas.
Promoción de la libre participación comunitaria en la elección
de los gobernantes y demás decisiones trascendentales de la
comunidad.
Fortalecimiento de la capacidad administrativa y financiera de
las organizaciones e instituciones indígenas.
Desarrollo de una cultura de la rendición de cuentas y
auditorías internas.
Estabilización de las relaciones étnico-políticas al interior de las
comunidades indígenas.
Promoción de la autonomía e independencia de las
organizaciones indígenas aplicando criterios de buen gobierno.
Mejoramiento de la capacidad de negociación de las
comunidades indígenas.
Planeación coordinada e integral de las acciones del Estado en
las comunidades embera-Chamí (salud, educación, empleo,
tecnologías, economía).
Asorewa Se considera pertinente dinamizar, articular y fortalecer los
procesos organizativos, de justicia propia y formas de gobierno
ya que existen debilidades que deben ser superadas con el fin
de lograr una mejor incidencia en los ámbitos regional,
departamental y nacional. Por lo tanto, deben generarse
espacios en la construcción de un modelo de participación
colectiva del pueblo embera por consolidar los planes de vida
de sus resguardos y cabildos con el fin de tener un mejor
conocimiento de las necesidades sociales, políticas,
económicas y culturales con el fin de adecuarlas a los
procesos organizativos en las comunidades amparadas por el
Plan de Salvaguarda. Esto debe complementarse con un
programa de formación de líderes en temas como: guardia
indígena, historia del movimiento indígena, derechos de los
pueblos indígenas, modelos de justicia propia e intercambios
de experiencias organizativas en el ámbito local y
departamental.
Fedeorewa Un territorio dirigido, administrado y gobernado por nuestras
propias autoridades llamados cabildos y la justicia indígena.
Contar con programa que genere recursos económicos de
manera permanente que genere empleo, e ingreso económico.
Contar con una población y líderes que aspiren ver a su pueblo
que vivan en paz y cada día dispuesto a superar las
necesidades sentida por esa población.
La Fedeorewa creará una escuela de formación de líderes de
manera permanente para líderes y gobernadores de cabildos,
para que ante de asumir los cargos sean capacitados durante
un mes cada año. Con todos los tema relacionado a las
funciones y la dirección política de los cabildo locales.
El estado colombiano construirá una cárcel regional para los

89
indígenas del choco, la cual será vinculada en el fondo
penitenciario del país. La administración de este centro
penitenciario será financiada por el estado y será manejado por
los indígenas del choco previa capacitación reglamentación
para el manejo de estos centros.
En cada una de las zonas deben de crear y funcionar el comité
de justicia indígenas compuesto por 5 persona elegido en
asamblea zonal. En con concordancias al artículo 246 de la
constitución política de Colombia, Quienes serán financiado
por estado colombiano. Para impartir justicia. En concordancia
con los reglamentos interno y reglamento regional.
Valle Propender por el reconocimiento social e institucional de la
identidad étnica y cultural de los pueblos indígenas,
acompañándolos en sus procesos organizativos propios de
carácter local, regional, nacional e internacional a partir de la
consolidación de la estructura de gobierno propio de la nación
Emberá.
Implementar y fortalecer la estructura de Concejo de gobierno
propio bajo los principios de unidad, autonomía, dignidad, el
control de sus territorios y defensa de sus derechos.
Creación y fortalecimiento del cuerpo de seguridad Emberá.
Crear un consejo de justicia indígena que sirva de instancia
jurisdiccional y reglamente todos los procesos judiciales que
reconozca el poder y la autoridad local y reglamente el tránsito
competencia entre lo local y nacional.
Implementar el Parlamento Emberá como mecanismo
legislativo en todos los niveles y ámbitos.
Alto San Jorge Para el fortalecimiento de la política interna de todas las
comunidades, es primordial encaminarse hacia el
reconocimiento de la Ley de Origen, el Derecho Mayor y el
Derecho Propio; debido a la desintegración de la estructura de
la organización política de base de las comunidades causada
del Conflicto Armado.
Esta es una de las razones por la cual esta comunidad se
encuentra débil organizativamente, para lo cual es necesario
desarrollar acciones fundamentadas en propuestas como:
Formación y acompañamiento para la autonomía
Fortalecimiento de la Justicia Propia e inclusión en la
planeación local y departamental.
Comité Interinstitucional de seguimiento al Plan de
Salvaguarda
Aciva Fortalecimiento del Gobierno propio
Fortalecimiento mecanismos de aplicación de justicia propia
Mejoramiento de las condiciones de seguridad y protección de
los territorios indígenas
Creación del proyecto federación binacional Eperara Siapidara
Aciesna Fortalecimiento de las asambleas comunitarias y asociativas.
Capacitación de cabildos y junta directiva.
Constitución de comités permanentes para los programas de
los Planes de Vida.
Actualización e implementación de los Planes de Vida.

90
Desarrollo de competencias para la planeación, programación
y proyección comunitaria.
Desarrollo de competencias para la evaluación, seguimiento y
presentación de informes.
Actualización y registro de los Estatutos asociativos.
Fortalecimiento del derecho Sia y la ley de origen.
Construcción de normas de control social.
Definición de las funciones y la organización legislativa.
Articulación de la legislación Sia con la legislación nacional.
Desarrollo de competencias para el ejercicio de las funciones
judiciales.
Definición de las funciones y la organización judicial.
Articulación de la jurisdicción Sia con la jurisdicción nacional.
Fortalecimiento de la unidad familiar, comunitaria, étnica.
Diseño e implementación de programas de equidad de género.
Diseño e implementación de programas para cada generación.
Tramitación de documentos de identidad en los mismos
resguardos.
Rediseño de programas estatales de bienestar comunitario con
enfoque diferencial.
Diseño de programas de seguridad comunitaria y personal.
Construcción y reconstrucción de viviendas.
Construcción y reconstrucción de obras comunitarias.
Implementación de servicios públicos en viviendas y obras
comunitarias.
Implementación de torneos recreativos y deportivos.
Quindío Capacitación dirigida a los funcionarios públicos sobre la
atención debida, con un enfoque diferencial, a las
comunidades Embera Chamí. Capacitación para la creación de
legislación y política pública indígena. Fortalecimiento de
gobierno propio, justicia propia y autonomía administrativa,
articuladas con la occidental.
Inclusión del pueblo indígena Embera Chamí en el presupuesto
para la realización de proyectos con dicha comunidad (en
todos los niveles).
Realización de la obligatoria consulta previa con el Pueblo
Embera Chamí, cuando las decisiones o trámites de
solicitudes, en beneficio de terceros, puedan afectar a su
comunidad o sus derechos, en cualquier forma.
Se requiera la adjudicación de tierra a los cabildos urbanos,
para que sean reconocidos por el Ministerio del interior
Reconocimiento como cabildos indígenas a las comunidades
señaladas
Capacitación en administración pública para las comunidades
indígenas
se necesita acercamiento y concertación entre ambas culturas
para proteger el medio ambiente y la cultura indígena
Asignación de recursos económicos para la construcción de
centros carcelarios y elementos propios para imposición de
castigos
Encuentros entre operadores de justicia ordinaria y justicia

91
indígena, a través de la escuela Rodrigo Lara Bonilla de la
rama judicial.
Capacitación a los operadores de la justicia ordinaria, a través
de la escuela Rodrigo Lara Bonilla de la rama judicial, respecto
a los procedimientos, sanciones y castigos establecidos por la
justicia indígena.
Capacitación a operadores de la justicia ordinaria e indígena, a
través de la escuela Rodrigo Lara Bonilla de la rama judicial,
coordinado con las autoridades indígenas.
Encuentros de los integrantes de la justicia y guardia indígena
de las diferentes comunidades indígenas existentes en
Colombia
Asignar los recursos necesarios para el pago de salarios a los
integrantes de la guardia indígena y coordinadores de justicia
propia
Risaralda Garantizar la aplicabilidad del gobierno propio al interior de las
comunidades indígenas
Garantizar la aplicabilidad de la jurisdicción especial indígena
de acuerdo a lo establecido en el artículo 246 de la C. P.
Garantizar la aplicación de la autonomia de las autoridades
indígenas establecida en la constitución nacional art. 286 y 287
garantizar el respeto por el derecho a la consulta previa
garantizado en el convenio 169 de la OIT, La declaración de la
ONU y la Constitución art. 330.
Población dispersa El proceso de fortalecimiento organizativo debe concebirse
paralelo a la solución de la gran problemática territorial que
afrontan los asentamientos, de modo que puedan proyectar su
pervivencia a largo plazo, especialmente en lo que se refiere a
la generación de alternativas económicas de vida y el
fortalecimiento y la proyección cultural.
Se desarrollará un proceso que a la vez que apalanque las
iniciativas organizativas en curso y su proyección a nivel
departamental o regional y nacional, impulse en las
comunidades la construcción participativa de planes integrales
de vida y contribuya a la gestión de las necesidades para
mejorar sus condiciones de vida frente a los diversos ámbitos
estatales competentes, particularmente en la salud y la
educación. El acompañamiento organizativo se deberá realizar
de manera intensiva durante los 3 primeros años y hacer
seguimiento al menos durante los dos años subsiguientes.

92
7. Seguridad alimentaria: salud y nutrición de la población
7.1. El sistema productivo y la seguridad alimentaria
Los sistemas tradicionales de producción entre el pueblo embera cada vez
enseñan en grado mayor los limitantes para generar seguridad alimentaria y en
consecuencia garantizar condiciones adecuadas para la reproducción del grupo.
Tales limitaciones se identifican en función de condicionantes internos, como
también por factores externos. Los primeros se relacionan con la funcionalidad del
sistema. Los segundos con las variables que en el contexto impiden exista un
sistema productivo adecuado.
De forma general se puede enunciar que la población embera que actualmente
vive en el territorio tradicional, es decir en el Chocó biogeográfico, experimenta la
crisis del modelo productivo tradicional, que se expresa en un déficit alimentario y
de condiciones de salud de la población. Tal realidad no es fenómeno de reciente
data y se agudiza en la medida que se presenta una creciente degradación del
entorno ambiental o de los ecosistemas de los cuales depende este modelo. El
sistema productivo fundamentado en una agricultura itinerante y un flujo de
recursos que se obtienen por caza y pesca, encuentra su límite en el momento en
el que los ecosistemas ya no pueden proveer el flujo de recursos o subsidios que
naturalmente el grupo puede obtener. Esta crisis del sistema tradicional de
producción es cada vez más intensa en la medida que es mayor la presión
extractiva de las áreas de bosques, de los espejos de agua y del subsuelo por
minería. Esta dinámica que es histórica por el modelo de tipo extractivo que
determina la economía regional, que en el orden ambiental empobrece los
ecosistemas, en el plano cultural y social profundiza las condiciones de pobreza
de la población. Esta crisis del sistema productivo tradicional, en el contexto de
guerra, al limitar la movilidad de la población se torna aún más grave al impedirse
al grupo acceder a los espacios en los cuales se puede cazar, pescar o ejercer la
itinerancia propia de la agricultura.
Entre la población indígena que está localizada por fuera del territorio tradicional,
articulada a escenarios de economía campesina o en centros urbanos, la realidad
es mucho más compleja. En estos grupos, en Caldas o en el suroeste antioqueño,
el sistema productivo depende de subsidios externos, esto es que parte de la
población debe trabajar o jornalear durante ciertos períodos del año. Los hombres
en las fincas del entorno donde se asientan las comunidades como recolectores
de cosechas, en labores culturales de cultivos y en el manejo de ganadería. Las
mujeres es general que durante ciertas fases del año trabajen en contextos
urbanos fundamentalmente en el trabajo de tipo doméstico.
Es posible deducir que las poblaciones indígenas viven en condiciones de
inseguridad alimentaria, fenómeno que se expresa en altos índices de mortalidad
infantil, malnutrición y en consecuencia vulnerabilidad respecto a las condiciones
de salud. Respecto a la mortalidad infantil es importante señalar que en ello
concurren diversos factores, uno es el de las condiciones de malnutrición, pero a
ello le es complementario el saneamiento e higiene del entorno y la protección de
la población respecto a enfermedades inmonuprevenibles. En el contexto de la

93
guerra, por el confinamiento y por la imposibilidad de asegurar el abastecimiento
alimentario, la población se enfrenta a un entorno de vulnerabilidad en la salud y la
alimentación. Si se observa en el Chocó, en los últimos años es recurrente la
información de prensa y las alarmas respecto a la mortalidad infantil indígena, lo
mismo que los casos de grupos de niños que salen en condiciones de desnutrición
extremas. Tal realidad se puede observar en el Alto Andágueda donde los
reportes de muertes indígenas son documentados por la Pastoral social y
Asorewa, la Tabla No. 15 enseña que en los años 2006, 2007 y 2008 la crisis de
estas comunidades se expresa en el bombardeo de ciertas áreas del territorio, en
familias que huyen hacia centros urbanos y en los altos índices de mortalidad.

Tabla No. 15
Mortalidad en niños indígenas en el
Alto Andágueda 2006-2008

Edades
AÑO Menor de 1-5 6 -10
1 año años años
2006 17 11 0
2007 17 11 0
2008 1 6 1
Total 35 28 1
Fuente: Reportes de Asorewa, Diócesis de Quibdó y
Vicaría de Pastoral Indígena

La malnutrición de la población infantil en el entorno de Andágueda, como se


observa en el gráfico No. 10, no es proceso específico a esta región de
poblamiento indígena. Al contrario, es elemento identificable en otros segmentos
de la población, en otros grupos etareos y diferenciable por géneros. Es así como
el estudio realizado en el 2008 por PROFAMILIA “Análisis de las condiciones de
vulnerabilidad de la población indígena del Chocó” señala:
El 73 por ciento de los niños menores de cinco años presenta desnutrición
crónica o déficit de su crecimiento físico, de los cuales 42 por ciento es
desnutrición severa. Treinta y dos por ciento presenta desnutrición global por
peso para su edad, de los cuales 11 por ciento es severa. Por otro lado, cuatro
por ciento de los niños son desnutridos agudos, con bajo peso para su
estatura, con dos por ciento severa. Los varones tienen un poco mayor
prevalencia de todo tipo de desnutrición que las niñas. Entre los de 5 y 17
años de edad, el 68 por ciento presenta desnutrición crónica, de la cual el 30
por ciento es severa. El 19 por ciento tiene bajo peso para su edad
(desnutrición global), y el dos por ciento es severa. Por sexo, es
significativamente más prevalerte la desnutrición total y severa en varones y
por edad aumenta el retraso en el crecimiento por talla a mayor edad de los
jóvenes en especial a partir de los 12 años.

94
Gráfico No. 9
CLASIFICACIÓN NUTRICIONAL
NIÑOS 0 - 7 AÑOS

16%
NORM A L
44% 14% DNT. LEVE
DNT. M ODERA DA
DNT. SEVERA

26%

Fuente: Diagnóstico situacional de las comunidades indígenas de Aguasal,


Conondo y Cevedé (Municipio de Bagadó) ICBF, 2006

Esta situación que se identifica para el Alto Andágueda, es igualmente reconocida


en Antioquia. El Plan de Salvaguarda precisa:
Según la información brindada por investigaciones adelantadas por la
Universidad de Antioquia en algunas comunidades indígenas del occidente
antioqueño en 2005 en torno a las dinámicas alimentarias de los embera, la
prevalencia de desnutrición crónica de los niños y niñas de dichas
comunidades, conjuntamente, fue de 65,9% para el grupo de 0-5 años y de
74,1% para el 5-10, mientras que a nivel nacional en Colombia dichas
prevalencias en 2005 fueron de 12% y 12,6% respectivamente, es decir que la
desnutrición crónica de estos indígenas es de 5,4 a 5,9 veces superior a la de
los niños colombianos de la misma edad, reflejo de la desigualdad de la
población indígena en relación con otros grupos sociales. (Rosique, Restrepo,
et al, 2010).
Gráfico No. 10

TIPOS DESNUTRICION INFANTIL PUEBLO


EMBERA ANTIOQUIA
DNT AGUDA
8%
DNT GLOBAL
42%

DNT CRONICA
50%

Fuente: Plan salvaguarda Antioquia

Los índices de desnutrición infantil con profundas implicaciones por la mortalidad y


salubridad, son también graves por sus implicaciones con relación a la evolución

95
de la población en su conjunto. Aspecto que se puede observar cuando se analiza
la prevalencia de la anemia en diversos grupos de edad. Es así como el citado
estudio de Profamilia enseña:
La anemia es un problema severo de salud pública entre la población
indígena del Chocó. En términos generales tienen anemia:
Uno de cada 5 niños menores de un mes.
Tres de cada 10 niños entre 1 y 11 meses.
Cinco de cada 10 niños menores de dos años.
Seis de cada 10 niños entre dos y cinco años.
4 de cada 10 niños entre 6 y 11 años.
Cinco de cada 10 jóvenes entre 12 y 17 años
Cuatro de cada 10 hombres de 18 años o más.
Cinco de cada 10 mujeres de 18 años o más.
Tres de cada 10 mujeres embarazadas.12

7.2. El sistema de salud


7.2.1. Los factores que condicionan la situación de la salud de la población
El estudio sobre la situación de la salud de la población, si bien debe
contextualizarse con relación a factores diversos, sin que sea posible señalar que
todas las comunidades participan de las mismas condiciones adversas o de
vulnerabilidad, sin embargo, es posible constatar que la mayoría de la población
sigue experimentado una grave situación respecto al estado de la salud y se
siguen presentando los mismo factores que inciden negativamente en la situación
de la población y que se identifican en los estudios realizados en el curso de los
últimos treinta años.
Si se asume como referente la situación de la población del Chocó, los factores
que inciden en el estado de la población (Ver Tabla No. 16) enseñan una
condición de alta vulnerabilidad que no se resuelve con el estructurar un sistema
de atención en salud. Tal es el caso de la inseguridad alimentaria que afecta al
94.3% de los hogares, con consecuencias en los índices de desnutrición en la
primera infancia y la alta incidencia de IRA y EDA en este mismo segmento de la
población. Pero igual es importante señalar que la cobertura respecto a la
vacunación de la población presenta que el 39.9% no tiene ninguna protección y el
resto de la población sólo ha sido vacunado en parte. Respecto a la vacunación es
posible aducir que las condiciones de acceso y el conflicto impiden realizar esta
práctica, pero es igualmente importante señalar que el sistema de salud en su
modelo institucional no es el adecuado. Al valorar las actividades extramurales
realizadas por las instituciones prestadoras del servicio, éstas se limitan en la
mayoría de los casos a brindar esporádicas jornadas centralizadas en la
vacunación y desparasitación infantil en sus comunidades, lo cual por cierto, al no
basarse en visitas domiciliarias, deja un gran porcentaje de niños y niñas sin el

12
Ver: Análisis de las condiciones de vulnerabilidad de la población indígena del Chocó. PROFAMILIA-
UNICEF-PMA. 2008.

96
esquema completo de vacunas propuesto por el Ministerio de Salud y Protección
Social.

Tabla No. 16
Factores que inciden en la situación de salud
de la población indígena del Chocó
Problemática % de hogares
Inseguridad alimentaría severa 94.3
Ausencia total de vacunación en
39,9
primera infancia
IRA en menores de 5 años 22,8
EDA en menores de 5 años 57,9
Desnutrición crónica menores de 5
73,3
años
Desnutrición crónica severa menores
42,4
de 5 años
Fuente: Análisis de las condiciones de vulnerabilidad de la población
indígena del Chocó. PROFAMILIA-UNICEF-PMA.

La deficiente promoción de la salud que se expresa en la cobertura de la


vacunación, también se observa con relación al manejo y uso del agua, las
condiciones del saneamiento básico en las comunidades y las prácticas asociadas
al manejo de residuos. En Antioquia tan sólo el 10% de las comunidades Embera
del departamento de Antioquia tiene un sistema de acueducto interveredal
apropiado para las necesidades de consumo humano, mientras el restante 4,66 %
tiene red de distribución interna, el 65% toma el agua directamente del río y el
19% de quebradas. Esta es tendencia que igual se observa en el Conjunto de las
comunidades emberá de los diferentes departamentos, convirtiéndose en un factor
de causante de las diferentes enfermedades que se presentan en las
comunidades, generalmente de tipo gastrointestinal y dermatológico.
Con relación al uso del agua tradicionalmente el tipo de poblamiento disperso
permitía el abastecimiento directo de las fuentes hídricas, pero con las
trasformaciones culturales y la tendencia a constituir pequeños poblados,
aparecen nuevos factores de riesgo, los cuales deben mitigarse con la adopción
de sistemas de saneamiento de aguas servidas, disposición de excretas, manejo
de basuras y adecuados sistemas de abastecimiento.

97
Gráfico No. 11

7.2.2. Los limitantes para el acceso al sistema de salud


La población indígena, en un porcentaje alto, aparece cubierta por el sistema de
salud y, distintas empresas prestadoras del servicio, algunas administradas por los
mismos indígenas, son las que operan tal modelo empresarial. El índice de
cobertura no tiene ninguna implicación respecto a la salud de la población y es
factible de asegurar que no existe adecuación del sistema al contexto cultural. Con
relación al diagnóstico sobre el funcionamiento actual del sistema es posible
generalizar lo identificado en el Plan de Salvaguarda de Antioquia:
-El desconocimiento por parte del personal de la salud de los contextos
sociales, culturales y medioambientales de los que proceden estas
visitas: se evidenció en los diagnósticos zonales como una de las razones
más reiteradas en cuanto al por qué la población Embera evita frecuentar los
hospitales y los centros de salud, son los regaños, los reproches, los
desmedidos juicios de valor, las amenazas, los malos tratos y otras
acometidas psicológicas de este tipo, se exteriorizan de principio a fin dejando
entrever no solamente las marcadas tendencias etno-céntricas de lo
occidental y su medicina, sino también la intolerancia de su pensamiento
frente a la diversidad étnica y cultural.
-La imposibilidad del acceso económico a los medicamentos: que les son
formulados, muchos de ellos, según los líderes indígenas, no son cubiertos
por su Plan Obligatorio de Salud, el cual por cierto en su definición más
básica, nos remite al conjunto de servicios de atención en salud al que tiene
derecho un usuario en el Sistema General de Seguridad Social en Salud
colombiano y cuya finalidad es la protección de la salud, la prevención y
curación de enfermedades, y el suministro de medicamentos para el afiliado y
su grupo familiar13, responsabilidades que en el contexto indígena tiene graves
falencias de cumplimiento por parte de las Entidades Prestadoras de Servicios
de Salud y las instituciones con las cuales contratan la ejecución del servicio.
-El requerimiento de los documentos: como el carné de la EPS y
documento de identificación para la atención, además si no están registrados
en la base de datos no son atendidos y casi siempre el sistema está dañado.
En la tradición cultural Embera no está el manejo permanente de los
documentos de identificación, por eso, de manera frecuente dejan los

13
www.unirecscolombia.org/unirecsdocs/comites/terminologia_medica.

98
documentos en la casa o los pierden. Los padres no ven la importancia de
registrar los niños y niñas una vez nacen, esperan hacerlo cuando esté grande
y cuando él o ella puedan escoger su nombre. Algunos padres que toman la
iniciativa de registrar sus hijos, dicen que cuando llegan al pueblo el
registrador no se mantiene en el municipio o no mantiene papelería; de esta
manera, la mayoría de los niños y niñas no dispone de documentos de
identificación lo cual obstaculiza su atención médica.
-El idioma: los hospitales no cuentan con traductor que ayude en la
comunicación entre el personal de salud y los pacientes indígenas, haciendo
más difícil la atención porque no hay entendimiento entre el médico y el
indígena enfermo.
-La falta de Servicios diferenciales: los diagnósticos zonales, estuvieron de
acuerdo en que la población indígena Embera de Antioquia reconoce esta
como una de las problemáticas centrales hacia el goce efectivo de su derecho
a la salud. Según los líderes y lideresas Embera, no vale la pena viajar por
horas, y mucho menos por días, para que además de tener que hacer grandes
filas y, en difíciles condiciones, tengan que esperar días a que los atiendan,
los médicos les receten acetaminofén, ibuprofeno u otras drogas básicas que
generalmente no solucionan sus dolencias, prohibiéndoles en algunos casos
también, hacer uso de la medicina tradicional en sus comunidades por
razones ligadas a la incompatibilidad con los medicamentos que les fueron
recetados.
-La remisión a especialistas: igualmente son escazas las órdenes emitidas
por los médicos para que se lleven a cabo exámenes o citas con especialistas,
materia que con el paso del tiempo y bajo la imposibilidad de diagnósticos
tempranos ha cobrado la vida de muchas personas indígenas.
7.2.3. El sistema de salud: cobertura y empresas prestadoras del servicio
De acuerdo con las cifras que reporta la Tabla No. 17, el 86% de la población
embera se encuentra adscrita al sistema de salud, bien en su mayoría mediante el
régimen subsidiado y el vinculado y en mucha menor proporción mediante el
régimen contributivo. Lo anterior significa que el 14% de la población embera,
equivalente a 25.403 habitantes, no cuentan con cubrimiento.

99
Tabla No. 17
Afiliación al sistema de salud
Departamento Población RSS Total
Antioquia 20.471 18.113 88,48
Bogotá 868 724 83,41
Bolívar 120 44 36,67
Boyacá 160 141 88,13
Caldas * 66.415 57.203 86,13
Caquetá 549 549 100,00
Casanare 39 39 100,00
Cauca * 4.178 3.599 86,13
Córdoba * 2.988 2.574 86,13
Chocó 50.080 43.044 85,95
Meta 392 392 100,00
Nariño 1.970 1.446 73,40
Putumayo 1.608 1.394 86,70
Quindío 1.009 908 90,00
Risaralda 23.287 20.861 89,58
Santander 93 88 94,62
Tolima 141 125 88,65
Valle del Cauca 7.085 5.045 71,21
Total 181.453 156.288 86,13
Fuente: Planes de Salvaguarda por departamentos
*Los planes de estos departamentos no traen datos específicos
y por ello se aplicó el promedio total.

Las EPS más extendidas son Caprecom, con presencia casi en todos los
departamentos, AIC con predominio en Antioquia (82% de los afiliados de este
departamento), Putumayo con el 47,5% y también en el Valle; Asmet Salud, con
presencia en Caquetá, Nariño, Quindío y Risaralda; Cafesalud en Quindío,
Risaralda y Valle; Mallamas en Putumayo y Valle; y Coosalud en Antioquia y Valle.
En el Depto de Chocó, además de Caprecom, que concentra el 67% de las
afiliaciones, están Barrios Unidos con el 30% y Comfachocó y otras con el 3%. En
Risaralda predomina Pijao Salud. Otras EPS con cubrimientos en territorios
embera son Comfenalco, Comfama y Emdisalud (Antioquia), Capital Salud y
CajaCopi en Meta; Condor y Cosmite en Nariño; Selva Salud en Putumayo; Salud
y Vida en Quindío; Emsanar y Coomeva en Valle.
Las cifras de afiliaciones pueden parecer a simple vista como indicativas de un
buen estado de la atención en salud para esta población. La realidad dista mucho
de lo anterior. Los pobladores embera acusan grandes deficiencias al punto que la
falta de atención en salud se convierte en una grave amenaza a su derecho a la
vida. En el departamento de Chocó, por ejemplo, se advierte que no existe
infraestructura para la atención en salud en la mayoría de las comunidades y los

100
pocos centros de centros de salud existen carecen de la más mínima dotación;
tampoco se cuenta con promotores indígenas capacitados y no existen programas
de atención a población vulnerable como la niñez, mujeres en edad reproductiva y
adultos mayores. Las EPS no implementan programas de promoción y prevención
y no realizan brigadas en las comunidades alejadas de los centros urbanos, las
que carecen por completo de atención.
7.2.4. La morbilidad
Aunque que no existe información sobre la dinámica de a morbilidad en el
conjunto de la población indígena, los datos referenciados para Antioquia, durante
el año 2011 en la Tabla No. 18, enseñan que es el binomio madre-hijo quienes en
la hospitalización tienen mayor relevancia. Aspecto que llama la atención y que
tiene que ver con los factores ya señalados respecto a la inseguridad alimentaria y
los sistemas de promoción de la salud.
Tabla No. 18
Diez primeras causas de morbilidad en hospitalización
departamento de Antioquia - enero a diciembre 2011

Código TASA X
CAUSA CASOS %
CIE 10 1000 Hb
E43X Desnutricion proteicocalorica severa, no especificada 19 22,35 0,77
O800 Parto unico espontaneo, presentacion cefalica de vertice 13 15,29 0,53
P220 Sindrome de dificultad respiratoria del recien nacido 10 11,76 0,41
P073 Otros recien nacidos pretermino 8 9,41 0,32
J189 Neumonia, no especificada 8 9,41 0,32
P369 Sepsis bacteriana del recien nacido, no especificada 6 7,06 0,24
O034 Aborto espontaneo: incompleto, sin complicacion 6 7,06 0,24
J180 Bronconeumonia, no especificada 5 5,88 0,20
P599 Ictericia neonatal, no especificada 5 5,88 0,20
A09X Diarrea y gastroenteritis de presunto origen infeccioso 5 5,88 0,20
85 100
Fuente: Reporteador AIC-EPS-I RIPS año 2011

Al no existir una base informativa que enseñe sobre el comportamiento de la


morbilidad entre la población indígena no es posible establecer una relación de
causalidad entre el contexto y la manifestación mórbida, para de ello derivar en
estrategias de prevención. Aunque es posible deducir que una población en
extrema condición de inseguridad alimentaria está expuesta a todo tipo de
afectación en su salud. Pero también es importante señalar que la mujer y la
población infantil se encuentran en condiciones extremas de vulnerabilidad.
7.2.5. El suicidio entre la población emberá
El suicidio se constituye en uno de los problemas más graves que sufre la
población indígena adolescente, sin que ello sea específico de este grupo etareo.
El suicidio como expresión colectiva comienza a manifestarse en 1997 y el entorno
geográfico en el que tiene incidencia es en los departamentos de Antioquia, Chocó
y Córdoba.

101
En el año 1997 comienza una ola de suicidios: 7 menores, hombres y mujeres
entre 14 y 15 años de edad. En el año 2004, en el departamento de Córdoba,
limítrofe con Antioquia se suicidan 12 menores. El primer caso del cual se
tiene reporte en el departamento del Chocó, ocurrió en el municipio del
Carmen del Darién limítrofe con Antioquia, donde se ahorco un joven de 19
años. Según reportes del cabildo mayor de Frontino -Antioquia-, hasta el año
2008 en las 22 comunidades indígenas emberá de este municipio se habían
presentado 13 casos de suicidio y 45 intentos de suicidio.”14
Posteriormente a esa fecha comenzó la ocurrencia de suicidios en ese
departamento. En Antioquia desde 1998 hasta el 2011 se reportan 13 casos de
hombres y 23 de mujeres, la mayoría entre 11 y 14 años. Desde las comunidades,
los padres, familiares, médicos tradicionales y autoridades han manifestado que
se trata de un espíritu maligno- jai que se apodera de los adolescentes
conduciéndolos a cometer este acto. Este problema que se ha venido manejando
de manera reservada en las comunidades, empieza a reportarse en los centros
hospitalarios de los municipios, es así que la Secretaría Seccional de Salud de
Antioquia reportó 20 casos de suicidios durante los años 2008-2011 como
eventos de interés en salud pública en población indígena. De estos 20 casos, 17
corresponden al pueblo embera eyabida de los municipios de Turbo, Apartadó,
Chigorodó, Mutatá, Dabeiba, Frontino, Murindó y un caso al pueblo embera chamí
de Jardín.
En el Chocó entre las comunidades del bajo Atrato también el suicidio es
fenómeno manifiesto en los últimos años, lo mismo que en el Baudó. En el año
2012 se reporta en el Baudó el suicidio de 14 niños menores de 10 años y 16
adultos.
7.2.6. La medicina tradicional
La medicina tradicional, ejercida por jaibanás, hierbateros, pildeceros, parteras y
otros agentes tradicionales en salud, se constituye en el baluarte desde donde las
familias y comunidades enfrentan las condiciones extremas de vulnerabilidad.
Pero para la población indígena el sistema tradicional tiene sus limitaciones en
cuanto existen enfermedades que deben ser atendidas por el sistema occidental,
por ser enfermedades que han resultado de la interacción con otras culturas o
producto de los cambios ambientales y culturales. Desde las organizaciones
indígenas ha existido la preocupación por promocionar el sistema de conocimiento
propio a su cultura y en tal sentido se han gestionado recursos para asumir
procesos de capacitación para fortalecer estos agentes tradicionales. Pero a partir
de la entrada en funcionamiento de la Ley 100, a pesar de que ésta hace explícita
la necesidad de adecuación, el modelo institucional de las empresas prestadoras
del servicio no toma en cuenta la participación de estos agentes tradicionales.
Otro aspecto importante a tener en cuenta, como ya se reseñó, es la persecución
militar a los jaibanás y la muerte de muchos de ellos por parte de guerrilleros y
paramilitares, para quienes estos personajes representan alguna amenaza por la
investidura y poder que encarnan en las comunidades.
14
Ver: Suicidio adolescente en pueblos indígenas. Tres estudios de caso. UNICEF-AECID-IWGIA. Lima.
2012. Pag 191.

102
7.3. Salud y seguridad alimentaria en el marco del Plan de Salvaguarda
La salud, como factor esencial para la supervivencia de los pueblos indígenas,
está asociada indisolublemente a la tenencia tranquila de un territorio en calidad y
cantidad suficiente, de modo que sus habitantes puedan desarrollar todas sus
prácticas productivas y culturales asociadas a la salud. En tal dimensión el primer
aspecto a considerar en este Plan para salvaguardar la pervivencia física y cultural
de los emberá dispersos por la geografía nacional, pasa por solucionar su
problemática territorial en los términos y tiempos propuestos que se demandan en
el capítulo relacionado con el saneamiento, la ampliación y la titulación de los
territorios. Sin este componente resultarán inútiles las propuestas en materia de
asistencia en salud y promoción de la medicina tradicional, pues no se habrán
generado las condiciones para que estas familias sean las principales promotoras
de su bienestar físico y espiritual.
7.3.1. Acciones a desarrollar
 Se requiere dotar a todas las comunidades de sistemas de abastecimiento
de agua potable y saneamiento básico tanto en los asentamientos rurales
como en los urbanos, para lo cual será necesario la estructuración y
acuerdo con el Ministerio del Medio Ambiente de un Plan de aguas para la
población indígena emberá.
 Concertación de la ruta para la atención integral de la población de cada
asentamiento, en todos los niveles de atención y generación de un
instrumento común que facilite su aplicación. Se debe proponer un Plan que
permita universalizar la cobertura en vacunación y unos instrumentos para
su seguimiento.
 Realización periódica de brigadas de salud a los asentamientos.
 Acuerdo sobre responsabilidades en materia de apoyo y seguimiento a la
atención en salud indígena en cada cabecera municipal y a nivel
departamental, y vinculación de personal indígena orientador y traductor en
los principales centros de atención.
 Asignación del subsidio alimentario a todas las mujeres gestantes y todos
los niños menores de 5 años.
 Diseño e implementación de un programa nacional de formación de
promotores emberá de la salud.
 Diseño, formulación y aplicación de un programa metodológico y de
contenidos para apoyar la promoción, recuperación y/o fortalecimiento de
las prácticas medicinales propias del pueblo emberá, incluyendo visitas de
Jaibanás de otras regiones, impulso a la formación de huertas de plantas
medicinales.
 Talleres de capacitación sobre el derecho a la salud de los pueblos
indígenas, al menos uno por cada asentamiento, dos para líderes a nivel
departamental y regional y dos más a nivel nacional sobre salud indígena y
el régimen se seguridad social en salud indígena, como base para la

103
articulación de los emberá dispersos a las dinámicas nacionales de
concertación sobre el SISPI.
 Producción de materiales de capacitación y difusión, al menos dos cartillas,
una sobre derecho a la salud de los pueblos indígenas y otra sobre
promoción, recuperación y/o fortalecimiento de las prácticas medicinales
propias del pueblo Embera.
7.3.2. Propuestas en salud identificadas en los planes de salvaguarda

Planes de Componente Salud


Salvaguarda
Caldas Consideran que sólo un proceso de construcción conjunta de
diálogo de saberes sin conflicto de valores, permitiría integrar
las políticas en salud del Estado, el conocimiento médico del
mundo occidental, el conocimiento tradicional y las
necesidades del pueblo Emberá para producir alternativas
basadas en las prioridades reales de las comunidades y según
sus patrones culturales.
La adecuación socio cultural del Plan Obligatorio de Salud y de
la prestación de los servicios al pueblo Emberá de Caldas ha
sido una propuesta que permite reflejar la iniciativa colectiva y
comunitaria para la construcción de un sistema de salud donde
el pluralismo médico sea una constante inquebrantable, que
potencie las prácticas y saberes de la biomedicina o medicina
alopática con las formas de atención de las colectividades
étnicas y populares en el departamento de Caldas.
Desde hace más de una década vienen estructurando y
construyendo de manera colectiva una gran apuesta nacional
sobre salud propia de los pueblos indígenas denominada:
Sistema Indígena de salud Propia e Intercultural _Sispi- , la
cual busca partir de la sabiduría ancestral de nuestros
mayores, así como establecer criterios de relacionamiento con
las otras formas de medicina que se adecúen a sus
costumbres con el propósito de mejorar ante todo las
condiciones para seguir habitando este planeta.
Alto Sinú No hay propuesta
Crich Ampliación de Cobertura
Diseño de un modelo propio para la prestación y Atención en
Salud de los pueblos indígenas.
Valoración y Reconocimiento de la medicina tradicional.
Desarrollo de todos los programas de promoción y prevención
en salud en las comunidades y pueblos indígenas.
Vinculación de los agentes de salud indígena a las empresas
que prestan servicios de salud en las comunidades indígenas
Construcción y Dotación, de hospitales, Centros de Salud en
las comunidades y pueblos indígenas.
Realización permanente de jornadas de salud en las
comunidades y pueblos indígena.
Realización de diagnósticos en salud en las comunidades y
pueblos indígenas.

104
Implementar un proceso de Capacitación a nivel de Auxiliares,
técnica, Tecnólogos y profesionales de la rama de la medicina
a las poblaciones indígena del Departamento del Chocó.
Creación y Funcionamiento de la IPS indígena
Creación de un Comité local, Regional y Nacional para la
Vigilancia de la prestación del Servicio de Salud en las
comunidades y pueblos indígenas.
Formulación de indicadores de salud en las comunidades y
pueblos indígenas.
Establecer mecanismos de seguimiento y evaluación de la
prestación del servicio de salud en las comunidades y pueblos
indígenas.
Asorewa Es necesario tener como referente las propuestas formuladas
en el plan de salvaguarda del pueblo emberá en torno al eje de
salud pues de esta manera la comunidad se atreve a formular
unas posibles soluciones internas que están relacionadas con
las acciones estatales a manera sintética se enuncian las
propuestas:
Diseñar una propuesta de programa de salud, basada en
insumos principales: plan de salud, propuesta de esquema de
sistema de salud, estructura de IPS, etc.
Actualización de la base de datos de salud de la Asociación
OREWA Reuniones con el consejo de autoridades, programas
y asesores para construir el programa
Conformar un equipo para el programa de Gestión de
Recursos para el programa de salud que se encargue de la
Revisión y recopilación de documentos e información, Elaborar
una propuesta de sistema de salud diferencial e incluyente,
como base para la definición de la política.
Además de establecer reuniones con promotores y agentes
comunitarios de salud indígena, para analizar y mejorar las
propuestas.
Socialización y Validación ante la Asamblea de Autoridades y
Elaboración de documento final.
Presentación formal ante las instituciones y gestión de
recursos para su aplicación y puesta en marcha.
Encuentros y visitas para implementación de prácticas y
conocimientos de medicina tradicional
Propuestas para la producción medicinal:
Relación con medicinas alternativas.
Formación tradicional de personas en medicina propia,
intercambios y encuentros.
Estudio nutrición de los productos y dietas que se usa
actualmente.
Establecer mecanismos, espacios y estrategias de vigilancia y
control institucional.
Exigir la vinculación y contratación de personal indígena en
salud: hospitales, centros, EPS, comunidades y vinculación de
personal: médicos y enfermeras para centros indígenas y
casas de recuperación indígena.
Actualizar la base de datos de información sobre el personal

105
indígena formado y capacitado.
Organización del Plan de formación con temáticas, contenidos,
módulos y metodologías.
Reunión para Articular este programa de formación con otros
proyectos.
Desarrollar el plan de formación y capacitación a los agentes
comunitarios de salud en medicina tradicional y occidental y
práctica según defina la Asociación OREWA.
Profesionalización de los promotores y agentes comunitarios
de salud
Jornada de capacitación a padres de familia en el manejo y
preparación de alimentos y prevención de enfermedades.
Capacitación para mejoramiento de la producción de cultivos
tradicionales.
Implementar construcción de azoteas para siembras de
hortalizas.
Gestionar la implementación del proyecto Soberanía y
Seguridad Alimentaria en diversas zonas.
Fedeorewa En este contexto y bajo la orientación del mandato de las
autoridades indígenas, la junta directiva de la Federación en
coordinación con las presidencias de las Asociaciones, han
tomado libre y voluntariamente la decisión de exigirle al estado
el pleno cumplimiento del derecho a la salud, a través del
decreto ley 1811 de 1990. Se trabajará en la búsqueda de
soluciones a la problemática en salud al interior de los pueblos
indígenas a nivel nacional y regional, a través de acciones que
conduzcan a consolidar autoridad, gobierno y justicia propia.
En este sentido, la federación OREWA, se ha planteado
establecer políticas sólidas y duraderas en materia de salud,
desde una perspectiva de derecho e integralidad que además
enfatice sobre la importancia de hacer de la salud indígena un
derecho fundamental, que provea a las estructuras
organizativas de los pueblos de instrumentos y mecanismos
que permitan la puesta en ejercicio de la medicina tradicional.
Que las estructuras organizativas orienten dicha política en
salud indígena las interlocutoras y representante a los pueblos
con reconocimiento valido. Que el gobierno propio lleve a cabo
el rol de controlador y vigile acciones en salud para pueblos
indígenas a la luz de la realidad y dinámica en la cual, está
inmersa las estructuras en salud de los pueblos.
Asimismo, la federación atendiendo y reflexionado alrededor
de los lineamientos de la política en salud indígena establecida
por las comunidades indígenas, las cuales, se vienen haciendo
en cada una de las acciones del programa de salud.
Bajo estos principios como fundamento, el programa y
comunidades indígenas ha procurado en cada una de sus
acciones desarrollar actividades coordinadas con
organizaciones indígenas del orden regional y local, con
instituciones del gobierno, instituciones que han trabajado en
materia de salud indígena y con expertos profesionales del
área. Acciones que se basan en el respeto, la responsabilidad,

106
el reconocimiento y honestidad institucional y particular.
Organización y habilitación del programa de salud propio para
los embera del Departamento
Construcción, consolidación y aplicación de una política pública
diferencial en salud.
Fortalecimiento de la medicina tradicional y reconocimiento en
el sistema de salud.
Desarrollar e implementar el modelo de atención de salud para
indígenas SISPI Sistema Integral de la Salud para Pueblos
Indígenas.
Plan de seguridad alimentaria nutrición, salud y centros
ambulatorios de atención y recuperación nutricional indígena.
Acciones de exigibilidad para el cumplimiento del derecho a la
salud.
Realizar un plan de seguimiento y control a los recursos
asignados para la atención en salud de la población indígena
en el departamento del Chocó.
Valle Consolidar un sistema de salud propia basado en el
conocimiento y en las prácticas de las medicinas tradicionales,
en interrelación respetuosa con la medicina occidental, para el
logro integral de la buena salud del pueblo Emberá.
Garantizar una eficiente y total atención de servicios de salud a
toda la población indígena, desarrollando una correcta
integración entre medicina tradicional y medicina occidental en
aras de cubrir todas las insuficiencias de la población.
Preservar los conocimientos tradicionales en salud
Promover un suficiente y adecuado servicio de salud que
cumpla con los requerimientos necesarios para la atención en
salud: recursos humanos, control, vigilancia, manejo,
infraestructura física.
Exigir el cumplimiento de las normas constitucionales con
enfoque diferencial para la atención de la comunidad indígena
y propiciar el fortalecimiento de las relaciones del Estado con
las organizaciones y comunidades indígenas, mediante
proyectos, acuerdos, políticas y convenios de trabajo.
Alto San Jorge Se requiere la afiliación al Sistema General de Seguridad
Social en Salud del total de la población Embera Katío del Alto
San Jorge.
Mejoramiento de la atención, acceso y la calidad de la salud.
Construcción de Puestos de salud con ubicación estratégica en
la distribución geográfica de las comunidades, en los cuatro
sectores, Ibudó, Dochama, Narindó - Mongaradó y Nejondó –
Dopawara.
Es indispensable y urgente, mientras se dan esta soluciones
de largo plazo, iniciar brigadas de PYP, brigadas de atención
médica, y la construcción de Sistema Indígena de Salud Propia
e Intercultural SISPI.
Abastecimiento de agua potable y saneamiento básico
Formación de promotores indígenas, capacitación a la
población general en temas de salud y dotación de botiquines
básicos de primeros auxilios.

107
Contratación de promotores indígenas, contratación de
microcopista indígena y demás personal médico. Promoción y
prevención en salud (vacunación) contra EDA, IRA, TBC, así
mismo atender anemia y enfermedades psicológicas; al igual
que procesos de formación y capacitaciones en Salud a las
familias Embera.
Realizar un diagnóstico de los conocimientos actuales de la
medicina tradicional del pueblo Embera Katío, del Alto San
Jorge y Alto Uré, con los ancianos y ancianas.
Propiciar la realización de Encuentro de médicos tradicionales
o de Jaibanás, para fortalecer la medicina tradicional y la
cultura, al igual que realizar capacitación de las personas
interesadas en fortalecer la medicina tradicional curanderos,
sobanderos y parteras.
Formación de una escuela de medicina tradicional indigena
propia, para la protección de la medicina y la conservación de
las plantas medicinales. Es necesario capacitar con Jaibaná
droma (Jaibaná grande) de otras etnias (Chamí, Dóbida) para
recuperar la cultura.
Mejoramiento de transporte y vías de acceso a las
comunidades más apartadas.
Aciva Mejoramiento infraestructura de salud
Abastecimiento de agua potable y saneamiento básico
Creación entidad prestadora de salud indígena
Formación y capacitación en salud
Aciesna Capacitación de médicos tradicionales en diferentes
especialidades.
Fortalecimiento de la medicina tradicional.
Construcción del sistema de salud Sia.
Capacitación y nombramiento de agentes de salud propios en
áreas de medicina occidental.
Ampliación de cobertura y mejoramiento de la calidad de los
regímenes de salud.
Mejoramiento de la calidad de las EPS y los servicios estatales
de salud.
Diseño e implementación de programas para población en
situación de discapacidad.
Quindío Capacitación a Jaibanás y médicos tradicionales en plantas
sagradas.
Creación de cultivos de plantas medicinales
Clasificación y elaboración de materiales didácticos sobre
plantas medicinales de la cultura indígena
Capacitación de promotores de salud
Capacitación de enfermeras(os) indígenas
Contratación de enfermeras(os) y promotores de salud
indígenas de forma permanente
Construcción centro de salud indígena
Casa de paso para salud
Creación del Sispi (sistema de salud indígena), articulando la
medicina tradicional y la occidental y que sea implementada
en la política pública

108
Elaboración de diagnóstico de epidemiología y enfermedades
cutáneas en el departamento
Rubro presupuestal para la realización de programas de
atención en salud tradicional y occidental con un enfoque
diferencial
De conformidad con el decreto 1811 de 1990 y la ley 691 de
2001, la atención en salud indígena debe ser gratuita
Intercambio de conocimiento espiritual con otros pueblos
(congreso Jaibaná con otros pueblos)
Risaralda Formular un modelo de salud propia acorde con nuestros usos
y costumbres y en el marco del diálogo de saberes.
Implementar un modelo de salud propia acorde con nuestros
usos y costumbres y en el marco del diálogo de saberes.
Fortalecer la garantía del derecho a la salud a través del
diálogo de saberes entre la medicina tradicional y la medicina
occidental, en el marco de una propuesta de salud intercultural.
Población dispersa La salud, como factor esencial para la supervivencia de los
pueblos indígenas, está asociada indisolublemente a la
tenencia tranquila de un territorio en calidad y cantidad
suficiente, de modo que sus habitantes puedan desarrollar
todas sus prácticas productivas y culturales asociadas a la
salud. En tal dimensión el primer aspecto a considerar en este
Plan para salvaguardar la pervivencia física y cultural de los
embera dispersos por la geografía nacional, pasa por
solucionar su problemática territorial en los términos y tiempos
propuestos que se demandan en el capítulo primero. Sin este
componente resultarán inútiles las propuestas en materia de
asistencia en salud y promoción de la medicina tradicional,
pues no se habrán generado las condiciones para que estas
familias sean las principales promotoras de su bienestar físico
y espiritual.
En este capítulo, el primer componente a considerar para
mejorar sustancialmente el estado de la salud de la población
embera dispersa, es el de la seguridad alimentaria. Aunque los
pobladores de los asentamientos rurales se dedican
básicamente a la agricultura, la falta de tierras productivas y de
apoyo a su productividad determina que no tengan garantizada
su alimentación y presenten signos importantes de desnutrición
con el componente de vulnerabilidad que esta situación
adiciona a sus condiciones de vida. Por ello resulta vital para
estos asentamientos durante el proceso de solución a sus
derechos territoriales, la identificación de tierras fértiles
suficientes para generar una base alimentaria sólida y el apoyo
especializado para la recuperación y/o fortalecimiento de sus
sistemas productivos tradicionales, su adaptación a las
condiciones ecosistémicas y económicas en los que hoy están
inmersos y la diversificación de fuentes nutricionales.
Paralelo a lo anterior, se requiere dotar a todas las
comunidades de sistemas de abastecimiento de agua potable y
saneamiento básico tanto en los asentamientos rurales como
en los urbanos, para lo cual será necesario el concurso de las

109
administraciones municipales.
En el marco de lo dispuesto por la Ley 691 de 2001 sobre el
sistema de atención en salud para los pueblos indígenas, la
propuesta se dirige a garantizar su plena aplicación a esta
población, de manera adecuada a sus condiciones geográficas
y culturales.

110
8. Sistemas productivos y economía
No es posible hablar de un sistema productivo en el que se integre toda la
población emberá, al contrario, existe una diversidad amplia de adaptaciones y
modelos dependiendo de las condiciones ambientales, de la disponibilidad de
tierras, del acceso a los mercados y de los aprendizajes realizados en el contacto
con la colonización. Esta diversidad de arreglos productivos encuentra su rasgo
universal en lo limitado en cuanto a la magnitud de la producción, la cual se
reduce a trabajar alrededor de unos pocos productos para la subsistencia y es
general que se generen unos mínimos excedentes comercializables.
8.1. El sistema productivo tradicional
Como se señaló en el texto sobre el poblamiento, donde se describen tres grandes
regiones donde se distribuye la población, de igual modo los sistemas de
producción se pueden describir en función de estas regiones que se distinguen por
factores biogeográficos y de dinámica económica. Así, es factible hablar de un
sistema tradicional que es propio al entorno de selva húmeda y súper húmeda,
marcado por altos niveles de pluviosidad y con serias limitaciones en lo
relacionado con tierras agrícolas. En este entorno, el modelo productivo tradicional
descansa en la capacidad de los ecosistemas para proveer naturalmente y
estacionalmente ciertos productos que las comunidades obtienen a través de la
recolección, la caza y la pesca. Estas actividades se complementan con la
agricultura itinerante, que se realiza en lotes distribuidos en un territorio amplio,
lotes que se someten a ciclos de descanso para retornar a ser usados
especialmente en las siembras de maíz, arroz y plátano. En este modelo es
importante señalar que, estacionalmente, existían períodos de desabastecimiento
especialmente por dinámicas ambientales.
Este sistema productivo se ha venido afectando negativamente por diversas
variables, una de las más importantes es la degradación de los ecosistemas por el
impacto de la economía extractiva. Es así como se ha producido una ruptura
respecto al abastecimiento derivado del flujo natural de los ecosistemas. Pero
también la disponibilidad de tierras agrícolas es elemento importante a tener en
cuenta, como la presión sobre el uso del suelo por crecimiento demográfico, por la
irrupción de nuevas pautas o innovaciones en las características de los
asentamientos, por las limitaciones en la movilidad de la población y por la guerra
como factor distorsionante de los ciclo de producción.
Esta crisis del modelo productivo que se expresa en una situación continúa de
inseguridad alimentaria es factible de observar entre las comunidades de los ríos
San Jorge y Sinú, en los resguardos del occidente de Antioquia y es generalizada
en el Chocó y Risaralda. Esta realidad ha adquirido contornos dramáticos en la
medida que los territorios indígenas se inscriben en prácticas económicas de tipo
extractivo y la población convierte esta opción en alternativa para generar ingresos
económicos.
8.1.1. La extracción forestal y minera en las comunidades indígenas
En los resguardos donde existe cierta disponibilidad de recursos forestales la
extracción ha integrado a la población indígena, esta actividad convierte a las
111
comunidades en subordinados de los comerciantes, quienes son los que financian
la operación y los que comercializan los productos. Con los permisos que los
cabildos entregan a las familias indígenas, los hombres depositarios del permiso
se endeudan con los comerciantes, éstos financian las motosierras y los recursos
requeridos para llevar a cabo la operación, después el indígena entrega el
producido, siendo general que al liquidar esté endeudado con el comerciante.
Esta actividad en los resguardos ha tenido un impacto negativo, pues los hombres
al dedicarse a ella descuidan sus cultivos, siendo mujeres y niños los que
experimentan el desabastecimiento alimentario. Igualmente la operación forestal
afecta las fuentes de agua por contaminación o por desprotección de las partes
altas, lo mismo que la destrucción de los sitios donde se reproducían ciertas
especies animales usadas en la alimentación de la población indígena. En los
resguardos en donde esta práctica se ha intensificado se vive una verdadera crisis
ambiental que amenaza en el inmediato a futuro a estas comunidades.
En los casos donde la minería afecta a los territorios indígenas, esta actividad en
la que es general que empresarios asociados a la ilegalidad realizan acuerdos
para explotar un área, la población indígena se torna totalmente dependiente del
abastecimiento externo y es posible observar algunas comunidades donde el
alcoholismo se torna en enfermedad grave especialmente en el grupo de los
hombres.
8.1.2. La economía cafetera, ganadería y el jornaleo
Este sistema productivo que se extiende en el conjunto de comunidades que
fundamentalmente se distribuyen a lo largo de las estribaciones orientales de la
cordillera occidental, hacia el valle del río Cauca, se caracterizan por no disponer
de tierras suficientes para garantizar los mínimos de producción que les generen
ingresos o alimentos para la reproducción del grupo. En la misma condición se
pueden ver familias indígenas localizadas en la carretera Medellín Quibdó hacia el
Carmen de Atrato, en Mistrató y Pueblo Rico y en San José del Palmar.
Esta población indígena ha jugado un papel muy importante para abastecer de
mano de obra barata a la economía cafetera, a las fincas ganaderas y los predios
donde se producen frutas especialmente en el norte del departamento del Valle.
Ha sido general que la mano de obra indígena sea pagada por debajo del salario
mínimo diario y se integre en labores como el manejo de pastizales para
ganadería, la recolección de cosechas y las labores culturales propias del café y el
plátano. El jornaleo es actividad que supone la movilidad del trabajador durante
períodos, a los largo de semanas y hasta meses se deben ausentar de la
comunidad para obtener recursos monetarios que les permita la compra de
alimentos para el grupo familiar. Entre tanto, en las pequeñas parcelas las mujeres
y el grupo familiar realizan las actividades propias de una economía de
autosubsistencia.
Este tipo de economía igualmente impone el desplazamiento de las mujeres
jóvenes, quienes migran a los centros urbanos para desarrollar su trabajo como
empleadas domésticas. Se desplazan para poder obtener recursos económicos
que les permitan enviar a sus casas para mantener a los hijos, los cuales quedan

112
bajo la tutela de los abuelos o familiares mayores. Esta realidad lleva a que en
veredas de los resguardos de Riosucio y de los municipios de Caldas, se presente
una ausencia de mujeres en ciertos rangos de edad, las cuales viven en ciudades
como Pereira, Manizales, Medellín y Cali.
Esta condición de la población respecto al sistema productivo los enseña
claramente el Plan de Salvaguarda del Valle, que con relación a esta
problemática plantea: “La principal fuente de ingresos de las comunidades es
jornaleo, indistintamente si se encuentra en comunidades con territorio o no,
seguidamente se encuentran las actividades productivas y de comercialización
de cacao, café y plátano, piña y panela. El desarrollo de actividades
productivas dentro de los resguardos y asentamientos con tierra de las
comunidades indígenas Ebera Chamí del Valle del Cauca tiene una sensible
incidencia de actividades agrícolas (un 38,9%, dicha actividad está orientada
tanto para la comercialización como para el auto consumo, pero esta actividad
tiene poca fuerza, ninguna comunidad puede sostenerse económicamente del
desarrollo y la producción agrícola, ni siquiera en tiempo de cosecha genera
los recursos suficientes para el sostenimiento de la comunidad y deben
recurrir al jornaleo; cuando no es cosecha el trabajo en otras fincas se
intensifica y deben desplazarse de sus territorios y asentamientos. La
producción ganadera, aunque corresponde al tercer lugar dentro de las
actividades económicas desarrolladas, está orientada al consumo interno o
venta en casos específicos, esta actividad es usada como un colchón para
cubrir eventos inesperados.” (Pag 60)
El Plan de Salvaguarda del Valle permite identificar un problema social y cultural
de profundas implicaciones, como es el fenómeno de la mendicidad, que allí se
identifica como una actividad que genera el 7% de los ingresos al conjunto de la
población. Esta realidad señalada por la comunidades del Valle, que hacia el
Quindío, Risaralda y Chocó se torna más intensa y, que en esos departamentos
no se ha valorado en cuanto al número de familias o la magnitud de los ingresos
que la mendicidad genera, pero se puede inducir por las cifras del desplazamiento
que existe un significativo grupos de familias dedicadas a tal actividad,
especialmente en Pereira, Armenia, Medellín y Bogotá.
8.1.3. Las comunidades sin tierra
Entre el grupo de familias sin tierra se pueden distinguir los que son de reciente
desplazamiento forzado y las que históricamente aparecen sin que el Estado les
resuelva esta situación. Es general que desarrollen actividades económicas que
les ubica en el sector de la informalidad y que sus ingresos estén por debajo de
los 200.000 pesos mensuales. En el caso de la población desplazada,
especialmente la emberá chamí, se ha especializado en los espacios urbanos en
la comercialización de productos tejidos en chaquira, sin que ello se constituya en
fuente de ingresos estables. En general la población indígena por sus bajos
niveles de escolaridad no encuentra oportunidades de empleo diferentes al
jornaleo en fincas cuando se trata de hombres y las mujeres en restaurantes y
trabajo de tipo doméstico.

113
8.2. El Plan de Salvaguarda y la economía del pueblo emberá
No es posible hablar de un modelo económico que pueda ser aplicable al conjunto
del pueblo emberá, dada la situación en la que la población se encuentra en
diferentes contextos territoriales, ambientales y sociales. Es claro que para un
sector de la población la resolución de sus problemas económicos pasa por la
dotación de tierras, mientras que para otro sector, situado en resguardos con una
oferta ambiental y económica variada, su alternativa está en romper con los
esquemas económicos dependientes y con el modelo en el que la política es
extraer recursos de estos territorios. Pero es importante señalar que, con
independencia de la situación de la población, para todas las familias es
imperativo desarrollar una política orientada a generar soberanía alimentaria,
cuestión que redunda en mejoramiento de las condiciones de salud y en el
fortalecimiento social al contrarrestar la movilidad de la población en busca de
trabajo en el sector informal.
En los territorios de resguardo, con áreas ricas en biodiversidad, es fundamental
avanzar en la investigación de alternativas productivas que integren nuevos
productos al mercado y que por ende la población pueda romper con los
esquemas productivos de corte extractivo y degradantes del medio ambiente. Esto
significa que los entes de investigación asociados al Estado puedan proyectar
tecnologías en las que los recursos naturales existentes se puedan usar en
función de los mercados, pero también bajo el principio de asegurar mínimas
transformaciones en el contexto local o regional para agregar valor, generar
empleo y empoderar a la población indígena.
En las regiones donde la población se integra a la economía cafetera y en la
producción comercial adquiere relevancia es evidente que existen limitaciones en
cuanto a la satisfacción de áreas o de tierras en las que las familias puedan
garantizar su reproducción con dignidad. Así, una alternativa económica pasa por
la dotación de tierras, pero igual es necesario que en los contextos locales se
generen modelos en los que la población se integre en redes de producción, de tal
forma que se logren escalas adecuadas para participar en la transformación de
productos y la comercialización.
8.3. Acciones a desarrollar
 Que el Estado, a través de los centros de investigación y promoción del
desarrollo, identifique productos asociados a las zonas boscosas de los
resguardos indígenas, los cuales tengan potencial en el mercado y que a
través de tecnologías de manejo sostenible, se conviertan en opción
económica para la población indígena emberá.
 Que se genere un fondo económico para la promoción y fomento de
alternativas productivas y de comercialización en el contexto de los
territorios indígenas.
 Desarrollar acciones de formación en diseño con el objeto de mejorar los
productos que actualmente se inscriben en el ejercicio de la artesanía, los

114
cuales se pueden promocionar en el mercado especializado, con el objeto
de mejorar ingresos y crear mercados propios.
 Integrar grupos de producción con el objetivo de garantizar que su
producción pueda ser comparada por programas orientados a mejorar la
nutrición de la población como son comedores escolares, madres
gestantes, grupos de primera infancia. Esto significa adecuar los programas
del ICBF al contexto cultural y en la gestión administrativa.
 A través de la escuela, de los medios de comunicación y de los programas
de formación fortalecer una propuesta cultural orientada a garantizar
soberanía alimentaria y a valorar los recursos de la biodiversidad usados en
los sistemas tradicionales de producción.
 Promocionar un modelo productivo amigable con el medio ambiente y
desarrollar propuestas de ordenamiento y manejo del territorio bajo
principios de sostenibilidad.

115
9. Derechos humanos fundamentales y derecho internacional
humanitario
9.1. La situación y afectaciones de diferentes grupos del pueblo Embera
Y se ha documentado de manera suficiente la situación de violencia que se vive
en todos los territorios del pueblo Emberá y se cuenta con una lista extensa y
detallada de las múltiples violaciones a sus derechos humanos fundamentales,
individuales y colectivos, y al Derecho Internacional Humanitario (Anexo No. 3, en
cuadernillo separado por lo extenso), situación que llevó a la Corte Constitucional
a constatar la grave amenaza que se cierne para la supervivencia del pueblo en su
conjunto. Efectivamente en todas las regiones y territorios donde tiene asiento
este pueblo, se desarrolla el conflicto armado que azota el país y las violaciones a
los DDHH e infracciones al DIH se suceden indistintamente por parte de todos los
actores armados, legales e ilegales. En la inmensa mayoría de los territorios la
presencia estatal se reduce a la Fuerza Pública, mientras los organismos
encargados de la protección de derechos humanos como la Defensoría del Pueblo
y las personerías municipales, así como los llamados garantizar condiciones de
vida de la población, como el Ministerio del Interior, entre otros, no tienen ningún
tipo de presencia ni acuden frente a los llamados de denuncia para la verificación
de la situación o el acompañamiento o apoyo a la población.
Como se ha hecho notar, en general las comunidades no reciben asistencia
humanitaria ni otros apoyos a los que por ley tienen derecho, y carecen de la
información necesaria para la exigencia de garantías a sus derechos
fundamentales individuales y colectivos como pueblos indígenas.
El conflicto armado se mantiene con fuerza en los territorios Embera en toda la
costa Pacífica (Cauca, Chocó, Nariño, Risaralda y Valle del Cauca) la región de
Urabá (Antioquia y Chocó), Córdoba, el eje cafetero (Caldas y Quindío) y también
donde se encuentran asentadas las comunidades dispersas de este pueblo
(Caquetá, Meta y Putumayo, especialmente). En todos ellos se verifican
operativos militares pero se mantiene la presencia y movilidad de las FARC y de
otros grupos ilegales, con mucha fuerza en los últimos años de las denominadas
bandas criminales, especialmente en la Costa Pacífica. La siembra de minas anti
personas es permanente como estrategia para contener la ofensiva de la Fuerza
Pública con el peligro inminente para la población. El aumento de presencia de la
Fuerza Pública para recuperar el control del territorio en varias regiones (Caquetá
y Meta, por ejemplo) ha traído graves consecuencias sobre la seguridad e
integridad de la población que se encuentra en medio de las partes en conflicto.
Poblaciones emberá que aún no reportan muchos casos de vulneración a sus
derechos humanos o infracciones al DIH (como las de Kugurudó en el Sur de
Bolívar), se encuentra en situación de alta vulnerabilidad no solo por el conflicto
armado sino además por el avance de la explotación minera, que además de los
graves impactos que deja esta actividad sobre el ambiente, la salud y los derechos
colectivos de las comunidades, generalmente traen consigo el incremento de la
violencia armada.

116
En todos los territorios emberá, es urgente la presencia civil del Estado para
acompañar y verificar el respeto de los DDHH y garantizar medidas de prevención
de violaciones y las comunidades reclaman el acompañamiento humanitario, el
que pocas veces se presta. El Estado en su conjunto y en particular las
instituciones competentes en materia de protección de derechos humanos, deben
asumir la responsabilidad de vigilar con especial atención el comportamiento de la
Fuerza Pública y garantizar investigaciones y sanciones por los hechos cometidos
por sus integrantes, pues no es admisible que las comunidades además de
padecer la violencia de grupos ilegales, sea además víctima de la violencia de los
actores estatales responsables de su protección.
Por su parte la Presidencia de la República a través de su dependencia
encargada, debe establecer mecanismos de coordinación y seguimiento para el
reconocimiento y caracterización de la población afectada por el desplazamiento,
que por su volumen y dispersión resulta imposible relacionar en este plan. Se
debe hacer énfasis en la población desplazada ubicada en centros urbanos, pues
el impacto cultural de este desplazamiento es mucho más fuerte y mayor el riesgo
de desintegración cultural, como lo ha referenciado la Corte con suficiencia en el
Auto 004.
Además de la vulnerabilidad en que se encuentran las comunidades Embera, son
innumerables los casos que exigen reparaciones individuales o familiares, por lo
cual se requiere un dispositivo especial en el marco de la legislación de víctimas y
restitución de tierras.
Las organizaciones emberá identifican como una necesidad urgente la verificación
de las situaciones particulares de violaciones a DDHH e infracciones al DIH en las
zonas donde se desarrolla el conflicto armado, con participación de los
organismos de Derechos Humanos, como base para la definición de un plan de
atención con enfoque diferencial orientado a la prevenir nuevos desplazamientos y
violaciones a los derechos humanos e infracciones al DIH, el cual debe ser
implementado por el Ministerio del Interior bajo el acompañamiento y supervisión
de las instituciones competentes a nivel municipal y regional (Personerías,
Procuraduría Regional y la Defensoría Regional) en su calidad de garantes de los
derechos fundamentales. Como parte de esta estrategia, piden involucrar la
presencia en los territorios afectados de organismos humanitarios y otras
instituciones gubernamentales y establecer canales de comunicación con la
Fuerza Pública para garantizar el respeto irrestricto a los derechos de los pueblos
indígenas, de modo que sus acciones no constituyan un riesgo mayor para su
vida, libertad e integridad cultural.
También reclaman capacitaciones en DDHH y DIH a las comunidades para crear
mecanismos de denuncia y visibilización de su situación y apoyo para la
construcción de estrategias de resistencia y autoprotección, conformación de una
red de apoyo entre las diversas organizaciones emberá y con otras organizaciones
indígenas y no gubernamentales para definir mecanismos y canales de
comunicación en materia de exigibilidad y denuncia.

117
9.2. Propuestas en Derechos Humanos en los planes de salvaguarda
Planes de Componente Derechos Humanos
Salvaguarda
Caldas Garantías para que no haya más violación a los derechos
humanos en los territorios indígenas.
Garantías para que la presencia de multinacionales mineras no
generen violación a los derechos humanos de la población
indígena.
Cumplimiento de las directivas 010 y 016 de 2006 emanada del
Ministerio de Defensa.
Garantizar la reparación de víctimas individual y
colectivamente dentro de las comunidades indígenas.
Garantías para el ejercicio político y para los procesos
organizativos de las comunidades indígenas.
Crich Determinar los territorios indígenas como lugares sagrados y
de paz y posicionar a las comunidades indígenas como zonas
de paz.
Garantizar para los territorios indígenas no se siembren minas
anti personales.
Consolidación de la presencia física del Estado representados
en instituciones de derechos humanos, militares, agencias de
desarrollo que rigen por el principio de acción sin daño.
Crear un observatorio nacional e internacional sobre los
derechos humanos y el derecho internacional humanitario.
Promoción y financiación de la participación internacional de
las comunidades indígenas en los asuntos relativos a la
protección de los derechos humanos.
Promoción de programa de educación para convivencia
Sistema internacional de vigilancia de la acción de actores
externos en las comunidades indígenas.
Asorewa Acompañamiento de una comisión de verificación a la situación
de violaciones a los derechos humanos e Infracciones al
Derecho Internacional Humanitario del pueblo embera con los
organismos de control nacionales (Procuraduría General de la
Nación, Defensoría del Pueblo, organismos de derechos
humanos) e internacionales, en coordinación con el Ministerio
del Interior, para el esclarecimiento de la verdad y la memoria
histórica de los atropellos, violaciones e infracciones de los
actores armados, legales e ilegales. También para concientizar
a los miembros de las fuerzas militares sobre la importancia del
respeto de los derechos humanos de los pueblos indígenas en
concordancia con los tratados nacionales e internacionales,
con el fin de salvaguardar la integridad tanto física como
cultural de esta población.
Implementar mecanismos y políticas de Estado con el fin de
hacerle frente al desplazamiento forzado de las comunidades
embera afectadas por dicho flagelo, implementar las acciones
de atención, protección y prevención en las situaciones de
emergencia en coordinación con las organizaciones indígenas
y los entes de control municipales.

118
Capacitación a las organizaciones indígenas en materia de
Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario,
mecanismos de protección y presentación de denuncias ante
las autoridades competentes.
Promover los mecanismos de exigibilidad de derechos
mediante el establecimiento de canales y redes que permitan
hacer seguimiento a las investigaciones y procesos de
denuncia en lo referente a las violaciones de sus derechos.
Garantizar el acceso de la población embera afectada por el
conflicto armado a las reparaciones individuales y colectivas a
que dé lugar, teniendo en cuenta las acciones de seguimiento
hasta la finalización de cada uno de los procesos.
Fedeorewa La respuesta estatal no puede ser el incremento en el pie de
fuerza y presencia de las Fuerzas Armadas. Para la superación
de la crisis humanitaria, el Estado debe garantizar los derechos
al territorio ancestral, la consulta previa, libre e informada y el
Gobierno propio, como mecanismos de protección y
pervivencia de los pueblos indígenas.
Diseñar e implementar de manera concertada estrategias
colectivas de protección a líderes y autoridades indígenas con
un enfoque diferencial.
Es urgente el cumplimiento de las acciones del Plan de
Salvaguarda concertado con las autoridades indígenas y de la
aplicación de sus acciones, no sólo para cumplir lo ordenado
por la Corte Constitucional en el auto 004 de 2009, sino para
garantizar efectivamente la identidad cultural, la integridad
territorial y la pervivencia de los habitantes ancestrales del
departamento del Chocó.
Esclarecer la verdad histórica y las garantías de no repetición
en el marco del conflicto armado, como garantía de los
derechos humanos en el departamento del Chocó.
Entidades como Procuraduría General de la Nación,
Defensoría del Pueblo, organizaciones de derechos humanos
nacionales e internacionales en coordinación con el Ministerio
del Interior deberán emprender una tarea de sensibilización
sobre la situación del pueblo emberá en el departamento del
Chocó.
Caracterización social, política, económica y cultura sobre la
actual situación de los pueblos indígenas en esta sección del
país con el fin de salvaguardar sus derechos, acompañado de
programas de capacitación encaminados a la prevención,
protección y atención en el marco de los derechos
constitucionales.
Valle Garantizar a los pueblos indígenas, el goce real y efectivo de
sus derechos individuales y colectivos, la prevención y
protección frente a hechos que los amenacen, y la atención
diferencial integral y oportuna en caso de ocurrencia, así como
la reparación integral de acuerdo a sus propias
especificidades.
Consolidar el sistema de seguridad indígena de la nación
Ebera, el cual permita el goce efectivo de los derechos de los

119
pueblos indígena dentro de su ámbito territorial.
Reparación integral y diferencial a las víctimas de los pueblos
indígenas, por la violación de los derechos humanos.
Aciva Atención a población discapacitada
Indemnización por daños y perjuicios por fumigaciones aéreas.
Reparación de victimas y garantías a población desplazada
Protección de líderes amenazados
Aciesna Diseño e implementación de programas de promoción y
exigibilidad de derechos humanos, DIH, de los derechos
consignados en la CP y la legislación indígena.
Reparación de personas y familias víctimas del conflicto
armado y el desplazamiento.
Quindío Capacitación dirigida a los funcionarios públicos acerca de la
existencia de la comunidad indígena embera chamí, su cultura,
derechos y un trato con enfoque diferencial.
Realización de la obligatoria consulta previa al pueblo Embera
Chamí, de las decisiones o solicitudes de terceros que puedan
afectar a su comunidad o sus derechos, en cualquier forma.
A nivel Departamental y Municipal se debe asignar rubro
presupuestal para el desarrollo del proyecto de plan de vida de
la comunidad embera chamí.
Medidas de protección integral en cumplimiento al Decreto
4633 de 2011.
Risaralda Garantizar el derecho a la vida y el respeto a los DD HH y el
DIH de los pueblos indígenas embera de la región.
Garantizar el cumplimiento de normas de carácter internacional
Garantizar el retorno de indígenas desplazados y la aplicación
de la ley de victimas para la restitución de todos los derechos
fundamentales violentados.
Población dispersa Para que las propuestas de estas comunidades puedan ser
implementadas efectivamente en pos de sus derechos a la
verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición, se
requiere:
a. Acompañamiento organizativo y asesoría jurídica
especializada.
b. Comunicación
c. Rutas especiales de atención
d. Plan de acompañamiento

9.3. Propuesta
Para que las propuestas de las diferentes organizaciones del pueblo Emberá
puedan ser implementadas efectivamente en pos de sus derechos a la verdad,
justicia, reparación y garantía de no repetición, se requiere:
9.3.1. Acompañamiento organizativo y asesoría jurídica especializada.
Este acompañamiento deberá estar a cargo de las autoridades de la Nación
Embera y la ONIC y tiene por finalidad que las comunidades puedan tramitar sus
reclamaciones ante el Estado y definir los mecanismos a implementarse en cada

120
caso para la prevención del desplazamiento y de las violaciones a los derechos
humanos e infracciones al DIH, tarea que se deberá desarrollar en conjunto con la
Defensoría del Pueblo. Específicamente deberá contar con el acompañamiento y
asesoría para:
 Incorporar la totalidad de la población víctima de vulneraciones a sus
derechos humanos fundamentales al registro de población afectada por el
desplazamiento bajo los parámetros establecidos en el D.L. 4633 de 2011
para su debida atención y para las reparaciones a que tiene derecho.
 Tramitar las reparaciones individuales y familiares y hacer seguimiento
hasta su completa culminación.
 Apoyar la gestión de las comunidades y organizaciones con las autoridades
nacionales competentes para la definición de la estrategia de prevención
del desplazamiento y de violaciones de DDHH e infracciones al DIH y de
atención integral en los casos que se presenten.
 Apoyar la gestión de las comunidades y organizaciones con las autoridades
municipales y regionales de mecanismos específicos de protección y de
atención en casos de emergencia, enmarcados en la estrategia de
prevención definida con las autoridades nacionales.
 Apoyar las acciones de denuncia y reclamación de nuevas violaciones a los
derechos humanos.
 Hacer seguimiento a los procesos de investigación que se inicien con
motivo de las violaciones a los derechos humanos que han sufrido en las 3
últimas décadas.
 Brindar las capacitaciones que demandan las comunidades sobre derechos
humanos y DIH, generar estrategias propias de protección e instrumentos
para facilitar la presentación de denuncias en los casos en que se
presenten amenazas o vulneraciones.
 Apoyar la conformación de redes de apoyo a nivel local, regional y nacional
para la defensa y protección de sus pobladores y para el desarrollo de las
acciones de denuncia y exigibilidad.
9.3.2. Comunicación
Dotación en todos los territorios de canales adecuados de comunicación para su
defensa y protección en situaciones de emergencia.
9.3.3. Rutas especiales de atención
Definición de rutas especiales de atención en situaciones de emergencia, que
identifiquen acciones a desarrollar, autoridades responsables y asignación de
recursos para la movilización y la atención adecuada de los afectados.
9.3.4. Plan de acompañamiento
Diseño, formulación e implementación de un plan de acompañamiento adecuado a
los diferentes contextos, que contemple:

121
 Talleres trimestrales de capacitación por zonas que den cubrimiento a todos
los asentamientos embera.
 Al menos dos encuentros por año de autoridades y líderes indígenas en
cada departamento o región, para el seguimiento de la situación y definición
de acciones de promoción, defensa y protección frente a violaciones.
 Al menos un encuentro nacional de representantes de las organizaciones
embera y de sus territorios ancestrales, para el seguimiento a la
implementación del Plan de Salvaguarda y el intercambio de experiencia
sobre estrategias de resistencia y protección.
Las anteriores acciones deberán desarrollarse en el marco de las definiciones del
Programa de Garantías sobre verdad, justicia y garantías de no repetición,
concertado entre el Gobierno y las organizaciones indígenas a nivel nacional.

122
ANEXO 1: Resguardos por departamentos y municipios
Departamento Resguardos
Municipios No. No. Nombre Habit. Área
ANTIOQUIA
Apartado 1 1 La Palma* 535 311,42
1 Las Playas 312 176,80
Chigorodo 1 Juradó (Chocó) 0 0,00
1 Polines* 651 2.743,14
1 Yaberarado 1.369 10.992,00
Ciudad Bolivar 1 1 Hermeregildo Chakiama** 261 73,78
Dabeiba 1 1 Cañaverales-Antado 312 4.770,00
1 Chimurro - Nendo 553 13.185,00
1 Choromando Alto Y Medio 40 3.035,00
1 Chuscal - Tuguridocito 708 5.122,00
1 Embera - Drua (Frontino)** 57 17,00
1 Jenaturadó 101 600,00
1 Monzhoromandó (Frontino) 210 185,10
1 Narikizavi (Frontino) 278 274,10
1 Pavarando Y Amparrado Medio 949 22.100,00
1 Sever - Taparales* (Frontino) 1.089 10.383,50
Amparrado Alto Y Medio (y Q.
Frontino 1 1 420 17.835,00
Chontaduro-Dabeiba)
1 1 Chaquenodá-Pegadó* 1.427 23.843,38
1 Murri - Pantanos 788 30.788,00
1 Nusidó** 254 258,32
Ituango 1 1 San Matias-Jaidukama 295 1.371,30
Jardin 1 1 Cristiania* (1643)** (Andes) 1.639 1.301,70
Murindo 1 1 Rio Chajerado* 680 42.230,00
1 Rio Murindo 872 18.270,00
Mutata 1 1 Chontadural-Cañeros 176 9.850,00
1 Coribi Bedadó 146 105,15
El Silencio (Chocó-Tadó) 0 0,00
1 Jaikerazavi 572 32.482,15
Pueblo Rico 1 1 Bernardino Pachi ** 107 18,72
Segovia 1 1 Tagual - La Po 380 1.830,60
Tamesis 1 1 La Mirla* 112 34,76
Taraza 1 1 Jai - Dezave (Nechí) 91 4.650,70
Turbo 1 1 Dokerazavi* 1.216 684,73
Uramita 1 1 Santa Maria El Charcon ** 99 130,93
Urrao 1 1 Valle De Perdidas 633 8.781,00
1 Majore - Ambura 304 6.950,00
1 Andabu 515 16.661,40

123
Valparaiso 1 1 La Maria* (Marcelino Tascón) 210 155,05
Vigia Del Fuerte 1 1 El Salado* 226 16.144,28
1 Guaguando 217 13.260,00
1 Jengando - Apartado 233 4.546,00
1 Rio Jarapeto 218 5.583,60
Antioquia 19 40 Total 19.255 331.735,61
CALDAS
Belalcázar 1 1 Totumal 667 53,76
Riosucio/Supía 1 1 Cañamomo Lomaprieta 22.823 4.856,00
Riosucio/Quinchía 1 1 Escopetera Pirza 7.524 437,13
Riosucio 1 1 La Montaña 18.521 25.300,00
Riosucio 1 1 San Lorenzo 11.273 5.264,35
Risaralda/San José 1 1 La Albania (92 flias-18 sin tierra) 286 91,00
Caldas 6 6 Total 61.094 36.002,24
CAQUETÁ
Belén de los
1 1 La Cerinda 51 51,60
Andaquíes
Florencia 1 1 Honduras (1) 141 0,00
1 San Pablo El Pará 53 607,79
Montañita 1 1 El Cedrito 26 120,73
Caquetá 3 4 Total 271 780,12
CAUCA
López Micay 1 1 Belen de Iguana 370 10.972,00
1 Isla de Mono 74 1.560,49
1 Playa Bendita 136 4.462,98
1 Playita San Francisco 343 3.149,26
Timbiquí 1 1 Bubey (Almorzadero) 430 4.928,75
1 Calle Santa Rosa 579 21.320,00
1 Guangüí 1.384 24.140,00
1 San Miguel de Infí 862 4.200,00
Cauca 2 8 Total 4.178 74.733,48
CORDOBA
Puerto Libertador 1 1 Quebrada Cañaveral 722 2.815,75
Tierralta-Ituango 1 1 Embera Katío del Alto Sinú 2.266 116.079,92
Córdoba 2 2 2.988 118.895,67
CHOCÓ
Acandí 1 1 Chidima Tolo 99 4.499,87
1 Pescadito 79 270,40
Alto Baudó (Pié de
1 1 Agua Clara-Bellaluz del Río Amparó 588 9.850,00
Pató)
1 Dearade - Biakirude (Tambo Biaquirudé) 284 6.019,92
1 Dominico-Londoño-Partadó 592 6.610,00

124
1 Puerto Alegre-La Divisa 1.192 22.365,00
1 Puerto Libia Tripicay 583 2.119,00
1 Rios Catrú, Ancosó y Dubasa 5.620 55.214,94
1 Rios Jurubidá -Chorí - Alto Baudó (Nuquí) 2.103 80.350,00
Bagadó 1 1 Tahami Alto Andagueda 4.356 50.000,00
Ríos Valle y Boroboro -Poza Manza - El
Bahia Solano 1 1 679 21.020,00
Brazo
1 Villanueva Juná 106 428,00
Bajo Baudó
1 1 Bajo Grande 498 2.436,19
(Pizarro)
1 Do Imama Tuma y Bella Luz 128 3.016,13
1 El Piñal 86 2.840,15
1 La Juagua -Guachal -Pitalito 136 291,88
1 Ordó -Sivirú -Aguaclara 283 4.040,00
1 Puerto de Chinchiliano (1) 134 306,27
1 Río Pavasa y Q. Jella 393 15.100,00
1 Río Purricha 1.407 15.940,00
Bojayá (Bellavista) 1 1 Alto Río Bojayá 803 52.361,52
1 Alto Río Cuia 727 22.362,50
1 Buchadó -Amparradó 146 8.530,00
1 Gegenadó 65 2.400,13
1 Napipí 291 21.910,00
1 Opogadó -Guaguandó (Doguadó) 617 29.607,13
1 Pichicora (Chicue, Puerto Alegre 727 23.383,00
1 Puerto Antioquia 107 280,00
1 Río Uva y Pogue, Q. Taparal 1.010 47.500,00
1 Túngina -Apartadó -Zúñiga 267 8.940,06
Carmen del Darién 1 1 Jagual Río Chintadó (Ríosucio) 361 0,00
1 Río Domingodó (Ríosucio) 288 24.590,00
1 Urada Jiguamiandó 498 12.536,78
Certegui 1 1 Pared y Parecito 284 1.846,37
Condoto 1 1 Alto Bonito Vira Vira 266 3.691,04
El Carmen de
1 1 Abejero 84 230,48
Atrato
1 El Doce -Quebrada Borbollón 327 1.277,36
1 El Fiera 467
1 La Cristalina 427 12.536,78
1 La Puria 624 5.237,50
1 Río La Playa-Chocó 317 5.446,16
1 Sabaleta 591 660,08
Juradó 1 1 Guayabal de Partadó 146 4.376,00
1 Juradó -Chocó 1.122 16.700,00
1 Nussi Purru (1) 319 19.527,83

125
1 Santa Marta de Curiche 147 8.965,00
Gégora, Quiparadó, Murindó, Jiguadó,
Lloró 1 1 687 3.464,41
Tiravenado
1 Guadualito 52 428,18
1 Hurtadó -Tegavera 462 3.225,00
1 Río Lanas o Capá 854 6.832,61
1 Rio Mumbú 878 3.000,00
1 Tokolloró 126 254,00
1 Wanchiradó-Chocó 317 9.035,00
Medio Atrato 1 1 Amé 193 3.512,00
1 Chiqué -Río Tanguí 130 2.729,00
1 Paina 104 2.834,00
1 Río Bebará 328 27.119,00
Medio Baudó 1 1 Chigorodó -Menba 181 2.466,48
1 Patio Bonito 115 846,90
1 Puerto Libre -Río Pepé 308 2.708,67
1 Quebrada Querá 231 4.180,00
1 Río Torreidó -Chimaní 846 6.140,00
1 Santa Cecilia -Quebrada Oro 284 5.723,00
1 Sirena Berrecuy 57 1.157,57
1 Trapiche -Río Pepé 181 4.482,91
Nóvita 1 1 Sabaletera - San Onofre - El Tigre 409 2.053,36
Rios Jurubidá -Chorí -Alto Baudó (Alto
Nuquí 1 0 931 0,00
Baudó)
1 Río Nuquí 318 9.500,00
1 Río Panguí 328 7.870,00
Quibdó 1 1 Alto Río Buey 161 13.151,25
1 Alto Río Tagachí 195 21.260,00
1 Beté-Auró Alto Beté, Auró del Buey 297 11.748,00
1 Caimanero de Jampapa 180 1.742,00
1 El Veinte Playa Alta y El Noventa 362 4.977,32
1 El Veintiuno 141 200,01
1 Guarandó Carrizal 97 72,61
1 Motordó 138 570,00
1 Mungaradó 139 564,00
1 Río Bebaramá 171 570,00
1 Río Ichó Quebrada Baratudó 162 5.342,00
1 Rio Munguidó 131 5.590,00
1 Río Neguá 228 5.463,75
Rio Quito 1 1 Lomita de Curundó 37 106 1.017,00
1 Miasá de Partadó 38 129 2.289,37
1 Rios Pató -Jengadó 35 202 4.908,50

126
1 San José Amia de Pató 36 115 820,00
Ríosucio 1 0 Jagual Río Chintadó (Carmen del Darién) 736 40.835,00
1 Mamey de Diburdú 55 205,00
1 Peña Blanca -Río Truandó 138 58.180,00
1 Peranchito 157 1.629,00
1 Perancho 112 896,00
0 Río Domingodó (Carmen del Darién) 259 0,00
1 Río La Raya 121 5.350,00
1 Río Quiparadó 204 9.860,00
1 Salaquí -Pavarandó 1.087 107.000,00
1 Yarumal y El Barranco 173 5.030,00
San José del
1 1 Copeg del Río Ingará 525 268,87
Palmar
Sipi 1 1 Sanandocito 147 7.621,86
Tadó 1 1 Bochoromá -Bochoromacito 151 895,62
1 El Silencio 122 60,75
1 Mondó -Mondocito 449 1.760,50
1 Peñas Del Olvido 489 231,80
1 Tarena 715 16.011,33
Unguia 1 1 Cuti 132 244,00
1 Tanela, (Dadichi, Citara) 245 980,00
Chocó 23 102 47.665 1.084.521,07
META
La Uribe 1 1 La Julia 65 208,24
Meta 1 1 65 208,24
NARIÑO
El Charco 1 1 Maíz Blanco 67 141,56
1 Morrito 50 906,83
1 Tachi Trua (Integrado) 772 3.742,57
Olaya Herrera 1 1 Nueva Floresta-Santa Rosa* (Sanquianga) 380 8.513,19
1 San José Bacao-turbio* (Río Satinga) 477 3.924,32
1 Sanquianguita 186 634,81
Santa Bárbara 1 1 Quebrada Grande 81 774,10
La Tola 1 1 San Juan Pampón 45 152,13
Tumaco 1 1 San Agustín-La Floresta 49 53,72
Nariño 5 9 Total 2.107 18.843,24
Buenaventura 1 Chonara Euja 55 459,73
1 La Meseta (Wounan del Río Dagua) 223 117,00
1 Juaquincito (Río Naya) 266 774,38
0 3 Subtotal Eperara 544 1.351,11
Valle del Cauca 11 17 Total 4.387 21.311,36
Gran Total 79 200 152.082 1.735.884,97

127
ANEXO 2: Títulos mineros vigentes y territorios embera afectados
Cuaderno No. 2

128
ANEXO 3: Consolidado víctimas embera por hechos violentos 1985-2012
Cuaderno No. 3

129

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