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MEGACIUDADES

Hoy, 7.000 millones de personas habitan el planeta y, desde 2007, la mitad reside
en ciudades. Se estima que hacia 2050 se alcancen los 9.000 millones y que las
ciudades no detengan su crecimiento, llegando a acoger al 60% de la población
mundial en 2030 y al 70% en 2050. Y es que cada vez somos más habitantes, y
más urbanos, y las ciudades más grandes y difusas. Actualmente, existen 502
aglomeraciones urbanas que superan el millón de habitantes, 74 que superan los
5 millones, 29 megaciudades por encima de los 10 millones, 12 que superan los
20 millones y 1 ciudad con más de 30 millones de habitantes. Y estas áreas
urbanas, a pesar de concentrar a más de 3.500 millones de personas, apenas
cubren el 5% de la superficie terrestre.

El proceso de urbanización del planeta ha sido rápido y ha supuesto fuertes


cambios en la composición y desarrollo de las ciudades. Es a partir de la segunda
mitad del siglo XX, en paralelo al crecimiento demográfico de los países
empobrecidos, cuando se dispara el ritmo. De hecho, a inicios del siglo XIX, la
población urbana apenas representaba el 3% del total mundial. Las ciudades se
han transformado profundamente durante el último siglo y han superado los límites
que una vez condicionaron su crecimiento: traspasan el territorio marcado por sus
murallas defensivas originales; superan sus límites nutricionales y sustituyen
tierras agrícolas de cercanía por el transporte de alimentos a larga distancia, y
solo cinco empresas multinacionales controlan ahora el 80% del comercio mundial
de alimentos; modifican sus límites energéticos con el uso de nuevas fuentes y
combustibles fósiles, con un consumo que se incrementará en un 57% entre 2004
y 2030, a pesar del aumento de precios del petróleo y gas natural; y superan sus
limitaciones de movilidad y comunicación mediante la innovación tecnológica y
complejas redes de transporte. La urbanización asume una nueva forma de
crecimiento, a menudo incontrolado e incontenido. Y la competencia por un papel
central en el escenario internacional orienta el modelo de desarrollo de las
grandes ciudades.

Estos gigantes urbanos se analizan mediante conceptos diversos. Se consideran


megaciudades aquellas áreas metropolitanas de más de 10 millones de
habitantes. Ejemplos claros son el área metropolitana de Nueva York o el Gran
Tokio, con casi 34 millones de habitantes. Les siguen en peso demográfico
Guangzhou (China), Yakarta (Indonesia), Shanghai (China) y Seúl (Corea), que
llegan a acoger hasta el 30% o 40% de la población urbana de su país. De hecho,
Delhi y Shanghai ya se han unido a las conurbaciones de más de 20 millones de
personas, y se prevé que para 2020 lo hagan también Beijing, Dhaka y Mumbai.
Hay que descender hasta el puesto 24 para encontrar a la Unión Europea
(Londres), ya que la mitad de la población urbana vive en Asia, donde se
encuentran 7 de las 10 ciudades más pobladas del mundo. Paralelamente, se
definen megalópolis las conurbaciones de grandes ciudades con altos índices
demográficos y de influencia. Con el acrónimo Boswash se conoce a la
aglomeración norteamericana de 800 kilómetros que se extiende desde Boston a
Washington, con una población de casi 70 millones de habitantes. Y en Europa, el
“Banana Azul”, con similar población, es la franja que se extiende en arco desde
Londres-Milán-Benelux-Estrasburgo hasta la cuenca de Zúrich-Berna-Ginebra, y
constituye el centro políticoeconómico de la Unión Europea. O la gigantesca
megalópolis japonesa, de más de 1.000 km2 que, desde Tokio hasta Kitakyushu,
concentra el 80% de la población del país. Algunas de estas grandes urbes se
consideran ciudades globales por su influencia económicofinanciera, cultural y
política a escala internacional. Nueva York, Londres, París o Tokio, por ejemplo,
son nodos de conocimiento e innovación, interconectados, semejantes entre sí y
convertidos en símbolos del capitalismo mundial. La economía de Nueva York es
mayor que la de 46 naciones subsaharianas juntas y unida a Londres representan
el 40% de la capitalización de mercado global. Los centros financieros del Pacífico
asiático —Hong Kong, Seúl, Shangai, Sidney y Tokio—, por su parte, se
incorporan como actores protagonistas al escenario económico internacional.

Los desafíos que plantea esta expansión urbanizadora para la calidad de vida
humana y la sostenibilidad medioambiental son incuestionables. El aumento
demográfico en las ciudades y el cambio en sus patrones de producción y
consumo comienzan a chocar con los límites de unos recursos naturales finitos. Y,
si no se introducen cambios, en 2030 será necesario el equivalente a dos planetas
Tierra (huella ecológica mundial). Más del 70% de las emisiones de CO2 proceden
de usos urbanos (15.000 millones de toneladas en 1990, 25.000 millones en 2010
y en 2030 se prevén 36.500 millones). Por otro lado, se calcula que unas 200.000
personas migran cada día a una ciudad, y los suburbios urbanos crecen bajo un
modelo que no responde a las necesidades básicas de sus ciudadanos.
Aproximadamente, mil millones de personas (una sexta parte de la población
mundial) vive en uno de los 200.000 asentamientos precarios (slums) existentes, y
se estima que este número se duplicará en las próximas tres décadas. En las
ciudades africanas, casi dos tercios de la población habitan en slums (solo en
Kibera, barriada de Nairobi, viven más de un millón de africanos). Y en América
Latina, la región más urbanizada y desigual del planeta, el 80% de la población
vive en ciudades y más de una cuarta parte en villas miseria.

Actualmente, tan solo 40 megaciudades concentran el 66% de la actividad


económica mundial y el 85% de la innovación tecnológica y científica. Este paisaje
pone de manifiesto el creciente protagonismo urbano en el escenario mundial,
pero también la necesidad de repensar la forma en que se urbaniza el planeta. El
desarrollo y la innovación, la satisfacción de las necesidades humanas básicas y
la sostenibilidad medioambiental no deberían ser prioridades incompatibles en la
construcción de las ciudades. Y así comienza a demostrarse. En algunas
megaciudades surgen ya innovadores programas redistributivos, orientados a la
mejora de la calidad de vida, la participación ciudadana y la cohesión social; miles
de personas participan en la elaboración de la Carta Mundial por el Derecho a la
Ciudad en foros internacionales; la producción agrícola vertical, practicada desde
hace mucho en Tokio, se extiende a Nueva York; aumentan los huertos urbanos
en Europa, en un esfuerzo por recuperar los vínculos que unen a los ciudadanos
con la naturaleza; en América del Norte se copia el sistema eléctrico de tránsito
masivo de Curitiba (Brasil); etc. Porque, hoy, la forma en que las megaciudades
continúen produciendo y consumiendo energías y bienes será crucial para su
posible sostenibilidad social, ecológica y económica.

ARTES ESCÉNICAS DE JAPON

Japón tiene una cultura tradicional muy rica, en especial por sus artes escénicas.
Las danzas, las obras teatrales, y la música que podemos encontrar en cada
género tienen un inmenso valor cultural, y no es nada raro que hoy en día sean
más los extranjeros que se interesan por conocer estas disciplinas. Si bien las
artes escénicas japonesas y sus variantes son realmente muchísimas, en esta
entrada voy a presentarte algunas de las más importantes.

Teatro Kabuki

El teatro Kabuki (歌舞伎) es una de las formas de teatro tradicional más


destacadas dentro las artes escénicas de Japón. Este género nació en el periodo
Edo (1603-1868), y fue creado por una sacerdotisa que se dedicaba a hacer
actuaciones con danzas dramáticas en las orillas del rio de Kioto. En las obras de
kabuki se mezcla el drama con la acción y el humor, y las mismas tratan sobre
hechos históricos, leyendas del folclore japonés y conflictos en relaciones
amorosas.
Las cosas que diferencian al kabuki de otros géneros teatrales son los tipos de
maquillajes utilizados por los actores, las danzas elaboradas, la impresionante
ambientación musical de las obras y los escenarios cambiantes. Actualmente
muchos actores japoneses están presentando obras de kabuki por distintas
ciudades del mundo, para que más personas conozcan este arte tradicional.
También hoy en día están sumando efectos especiales para ambientar algunas
obras o para representar figuras mitológicas en movimiento, lo cual le suma un
importante atractivo realista a la escena.

Teatro Noh

El teatro Noh (能) es otra arte escénica destacada de Japón. Se trata de una
forma de teatro tradicional dramático, cuyas obras tienen un avance pausado, en
donde se usa un lenguaje aristocrático muy difícil de entender incluso hasta para
los japoneses. Es un poco más antigua que el teatro Kabuki, ya que esta forma de
teatro se desarrolló durante el periodo Muromachi (333-1573). Sus obras tratan al
igual que el kabuki sobre hechos históricos o leyendas del folclore tradicional,
aunque también es muy frecuente la temática de demonios y divinidades.

En el teatro Noh, los actores principales usan unas máscaras muy llamativas, con
las que representan a muchos personajes. La mayoría de estas tienen un gran
atractivo, y algunas son un tanto aterradoras. La música que acompaña las obras
es monótona y pausada, como dándole un toque de intriga al espectador. Las
narraciones tienen un toque fuerte y antiguo, tanto así que parecen una especie
de conjuro.

Kyōgen

El Kyōgen (狂言) es una rama del teatro Noh, la cual se caracteriza por tener
obras cómicas en las cuales los actores le buscan el chiste fácil a las situaciones
ordinarias. Se trata de una forma tradicional de teatro cómico hablado, que tiene
lugar de manera muy breve entre los actos del teatro Noh, en donde varios actores
representan sucesos históricos o religiosos desde una perspectiva de comedia.

Se desarrolló durante el periodo Muromachi en conjunto con el teatro Noh, y


proviene de un estilo de entretenimiento acrobático chino, que llegó a Japón
durante el periodo Nara (710-794). Esta forma de teatro cómico también fue una
gran influencia para el teatro kabuki.
Teatro Bunraku

El Bunraku es el teatro de marionetas tradicional de Japón. Se desarrolló durante


el periodo Edo, y hoy forma parte de las principales formas de teatro tradicional
japonés. En las obras de Bunraku hay un narrador que va contando las historias
mientras los manipuladores de las marionetas las ejecutan con movimientos
elegantes y precisos. También hay varios músicos que tocan el shamisen, para
acompañar la narración dándole a la obra ese ambiente dramático y antiguo.

Las marionetas son muy pesadas, y tienen que manejarse de a tres personas. Son
muy articuladas, y aprender el manejo de estas conlleva muchos años. Las
vestimentas de las marionetas son muy elegantes, y sus movimientos y
expresiones muy son realistas, a tal que pareciera que las marionetas cobraran
vida sobre el escenario. Las obras tratan principalmente sobre sucesos históricos
y romances del antiguo Japón.

Gagaku

El Gagaku (雅楽) es el arte escénico más antiguo de Japón. Es un estilo de


“música clásica” tradicional que se interpreta para Corte Imperial japonesa. La
música del Gagaku se caracteriza por tener sonidos penetrantes y prolongados,
pero a la vez muy refinados. Es un arte que conlleva más de 1.300 años de
historia.

Los instrumentos usados en el Gagaku son el Shō (un órgano de boca cuyo
sonido representa la llamada del ave fénix), el Hichiriki (un Oboe de doble
lengüeta), la flauta traversa o “Ryūteki”, el Biwa y el Koto ente otros. Su música es
muy común en las bodas tradicionales de Japón.

Kagura

El Kagura (神楽) es un tipo de arte escénico ceremonial, en la cual honran a las


deidades shintoístas con danzas y música tradicional. “Kagura” significa
literalmente “entretenimiento para los dioses”, y se trata de un arte teatral muy
antiguo, incluso se sabe que es más antiguo que el teatro Noh.

En las danzas y actuaciones de Kagura, los actores suelen usar máscaras y trajes
coloridos con las que representan a distintas deidades, mientras la obra es
acompañada por músicos que tocan tambores japoneses (taiko) y una flauta
llamada Yokobue.

Rakugo
El Rakugo (落語) es un arte escénico de entretenimiento, basado en monólogos,
chistes y largos cuentos relacionados al antiguo Japón. Al igual que el kabuki y el
bunraku, este arte se desarrolló durante el periodo Edo, y sus obras son
representadas por un narrador o “Rakugoka”.

En las obras de rakugo, el narrador se sienta en seiza (sentado de rodillas) sobre


un almohadón frente al público, mientras va contando historias e interpretando a
distintos personajes y sucesos. Los narradores de rakugo siempre hablan con el
dialecto que se usaba en la antigua ciudad de Edo (Actual Tokio), ya que es ahí
donde este arte era extremadamente popular en la antigüedad.

EL PASO DE NIÑO A HOMBRE DE DISTINTAS CULTURAS DEL SIGLO XXI

Peleas, circuncisión, cacerías, honor... así es el paso de niño a adulto en diversas


sociedades alrededor del mundo.

Ritos de iniciciación

Las lágrimas bañan las mejillas de Shadrack Nyongesa, de 14 años, mientras sus
mayores lo increpan antes de embadurnarlo de entrañas de vaca. Este ritual
pretende curtirle el carácter. “Si puedes soportar que tu tío te arroje tripas de vaca
a la cara –dice el periodista bukusu Daniel Wesangula–, serás capaz de soportar
cualquier cosa”.

Canción de la circuncisión

En el oeste de Kenia, al amanecer, unos hombres de la tribu bukusu entonan la


sioyayo, la canción de la circuncisión, mientras acompañan a tres muchachos al
ritual ancestral en el que se convertirán en hombres. Unidos por la ceremonia en
una hermandad –bakoki–, algún día estos chicos portarán el ataúd y cavarán la
tumba de sus compañeros.
Ritual de circuncisión

Los vecinos se reúnen frente a la casa de Sadik Musa para presenciar su


circuncisión, que el adolescente, cubierto de barro, ha de soportar sin dar
muestras de debilidad. Sadik, quieto como una estatua, presenta la imagen ideal
de un hombre bukusu, y en eso se convertirá por arte del cuchillo.

Transición de niño a hombre

El padre de Sadik cubre con una manta a su hijo recién circuncidado. Su transición
de niño a hombre es así de cruda: hasta ahora era el niño de su madre; desde
ahora es el hijo de su padre. Quedará eximido de las tareas domésticas y vivirá en
su propia cabaña, escuchando los consejos de su padre en vez de los cuentos de
su abuela.

Colección de armas
Drew Moore, de 11 años, posa con su colección de armas de aire comprimido en
su dormitorio, en cuya pared hay escrita una definición: “niño: ruido cubierto de
mugre”. En su comunidad de Arkansas, la caza y la virilidad son inseparables. “No
es que no nos guste un hombre que no cace –dice su madrastra, Callie–, pero el
que caza nos encanta”.

De caza

Drew Moore clava un cuchillo en el corazón de un jabalí mientras su padre, Peaty,


y el perro de la familia inmovilizan al animal. Se trata de una forma de caza atávica
y visceral que además surte el congelador de la casa familiar. Drew, que lleva
«espichando puercos» desde que tenía seis años, dice que de mayor quiere ser
biólogo.

Celebración del bar mitzvah

En Queens, Nueva York, y arropado por los hombres de su familia y por las
tradiciones jasídicas, Levi Tiechtel celebra su bar mitzvah en su decimotercer
cumpleaños. Hace miles de años que los judíos celebran este rito, que
conmemora la edad en la que el varón alcanza la madurez personal y pasa a ser
responsable de sus propios actos, positivos y negativos.
Fortalecimiento de cuerpo y carácter

Jack McGrath, de 16 años, se prepara para la temporada de fútbol americano


levantando pesas en el gimnasio de su instituto de Marblehead, en
Massachusetts. Los sociólogos dicen que en el siglo XIX el deporte se generalizó
en Estados Unidos como un método de fortalecer el cuerpo y el carácter, porque
los chicos empezaron a tener más tiempo libre.

Demostración de fuerza

A puño limpio y en posición de ataque, dos chicos de la tribu venda de Tshifudi, en


Sudáfrica, participan en la tradición pugilística conocida como musangwe.
Practicada desde los nueve años de edad, es una válvula de escape de la energía
masculina y una forma de controlar la agresividad. Los adultos supervisan los
combates para mantener a raya la violencia.

Diversas concepciones sobre masculinidad


Alumnos del instituto de Marblehead se reúnen una noche de julio en una pizzería.
En una cultura como la estadounidense, que ofrece muchas y muy diversas
concepciones de lo que significa ser hombre, la búsqueda de la identidad
masculina puede estar llena de confusiones. A menudo el barómetro para medir el
éxito de un chico es la impresión que causa a las chicas.

“Honor del país”

Al pie de una pancarta que insta a los ucranianos a que nadie “mancille el honor
de tu país”, los niños aprenden tácticas básicas de combate en un campamento de
verano situado a las afueras de Kiev. Es una experiencia diseñada para preparar a
los chicos para el servicio militar y para inspirar en las chicas un profundo
sentimiento patriótico.

Comando de salvamento

Cuatro miembros de los Comandos de Salvamento disfrutan de unos momentos


de descanso entre una llamada y otra para prestar servicios de emergencia en
San Salvador, El Salvador. Estos jóvenes han rechazado unirse a las bandas
violentas que seducen a otros muchos chavales y han optado por expresar su
hombría ayudando a quienes lo necesiten.
Masculinidad inculcada en la escuela

Tras recorrer casi 90 kilómetros en cinco días por la ruta de los Apalaches, una de
las travesías de senderismo más famosas del mundo, Victor Rivera abraza a un
compañero de clase. Su instituto masculino, el St. Benedict’s Prep de Newark, en
Nueva Jersey, inculca una visión concienzuda de la masculinidad. El lema del
centro es: “Lo que daña a mi hermano, me daña a mí; lo que ayuda a mi hermano,
me ayuda a mí”.

EL SANTUARIO DE LA MONARCA

La mariposa Monarca existe sobre la Tierra desde hace millones de años. Muchos
más millones que los que el hombre tiene de existir. Viven nueve meses, 12 veces
más que cualquier otra mariposa.

Pesan menos de un gramo y recorren en su vida siete mil 500 kilómetros durante
su viaje de ida y vuelta de Canadá a México. Para un hombre, en proporción al
peso y la estatura, significaría ir y venir al sol con sus propias fuerzas. Su cerebro
es más pequeño que la cabeza de un alfiler, y sin embargo encuentran su camino
de regreso a México desde Canadá sin haber venido
antes y sin que las guíen mariposas que ya han
estado aquí.

Durante muchísimos años los científicos canadienses


supieron que la mariposa Monarca migraba, pero no
sabían hacia dónde. Creían que se irían hacia climas
tropicales. Fue hasta 1976 que el mismo guía que
ahora nos acompañó a un grupo de cuatro amigas
hasta la cumbre del Cerro Pelón, a tres mil 600 metros
de altura, el que por primera vez guió a los
canadienses hacia uno de los santuarios de la
mariposa Monarca en Michoacán, develando el misterio de su destino en México.

Se supieron entonces muchas cosas, entre otras, que la mariposa llegaba a


México a alimentarse del polen y la miel de las flores para luego dormir de
diciembre a febrero en temperaturas de hasta cero grados. Cuando vuelve el calor
despiertan de su sueño ya maduras sexualmente, listas para alimentarse y
aparearse para que luego, las hembras, emprendan el vuelo de regreso a Canadá
en abril, en donde pondrán sus huevos sobre una planta venenosa llamada
asclepia o algodoncillo. Ahí se inicia el ciclo de un mes en el que la mariposa pasa
de huevo a oruga, a capullo y, finalmente, a convertirse en una de las mariposas
más bellas y extraordinarias sobre la Tierra.

El hecho de alimentarse de esa planta, venenosa para otras especies, las hace
indeseables para los depredadores naturales de las orugas y mariposas comunes,
ya que absorben el veneno y las protege a lo largo de sus dos largos viajes.
Parten de Canadá en agosto y llegan a Michoacán a finales de octubre. En
Michoacán la gente creía que eran las almas de los muertos que regresaban cada
año, ya que se alimentan de los campos de flores unos cuantos días y luego
desaparecen al terminar la fiesta de muertos, con una gran reserva de grasa en el
vientre, remontándose a lo más alto de los bosques de la Sierra Madre
michoacana a dormir colgadas de los oyameles. Despiertan en febrero. A partir de
entonces es un espectáculo verlas: vuelan, toman agua y se alimentan hacia
mediodía, cuando los rayos del sol las calientan. Millones de mariposas vuelan
ante nuestros ojos asombrados haciendo el sonido que hace la nieve al caer. Hora y
media a caballo y una hora más de caminata en la punta de la montaña valen la pena con tal
de contemplar ese espectáculo mágico que termina volviéndose una experiencia mística.

Las mariposas no le temen al ser humano: se nos pararon en las manos, en la


cara, en el pelo, en el pecho. Cerrar los ojos y escuchar el aleteo de millones de
mariposas te hace reponerte del desencanto que te puede ir dejando la vida.
Todas las cosas del mundo adquieren otra dimensión viendo a esos pequeños y
valerosos seres que llevan millones de años repitiendo su ritual migratorio. ¿Qué
las amenaza? La destrucción del bosque, los insecticidas usados a lo largo de su
ruta migratoria, la contaminación del agua. Las amenaza el hombre. El tema del
cuidado del ambiente es una asignatura pendiente del Estado mexicano.

Da dolor encontrarse, en el camino de ascenso a la montaña, enormes oyameles


derribados que ni siquiera fueron aprovechados correctamente. Duele nuestro
país. Y, sin embargo, cerrando los ojos y escuchando el murmullo del vuelo de las
mariposas, en algún lugar secreto del alma, uno sabe que habrá futuro.
LOS ANTIGUOS MAYAS

Los mayas fueron un pueblo sedentario que se ubicaba geográficamente en el


territorio del sur de México, Guatemala y otras zonas de América Central. Es
especialmente importante su presencia e influencia en los territorios de las
actuales Guatemala y Belice, con una rica historia de unos 3.000 años. Los
antiguos mayas fueron una de las culturas mesoamericanas precolombinas.

Los mayas contruyeron grandes templos y grandes ciudades como Nakbé, San
Bartolo (en el norte del Petén), Tikal, Palenque, Copán, Calakmul, así como
Uaxactún, Piedras Negras. Los monumentos de las mayas más notables son las
pirámides que construyeron en sus centros religiosos.

La historia maya se dividida entre 3 grandes períodos que son : Período


Preclásico, Período Clásico, y Período Posclásico.

• Período Preclásico

La período preclásico está también llamado Período Agrícola, comenzaría en


al año 1000 adC y terminaría al 320 dC. Durante este periodo se desarrolla el
idioma maya, el pueblo maya adquiere experiencia y algunas grandes ciudades
aparecen.

Existen algunos fragmentos del Chilam Balam de Chumayel donde se afirma que
éstos provenían de una migración que se produjo en el núcleo original maya que
ciertos arqueólogos han encontrado en la zona maya guatemalteca conocida
como El Petén, cuando en el Preclásico medio se comezaron a desarrollar
ciudades monumentales, en la Cuenca del Mirador, como Nakbé, ca 1000 AC El
Mirador, ca 600 AC, Cival, ca 450 AC y San Bartolo ca 400 AC con sus ahora
famosos murales del Preclásico, los más finos y antiguos del área Maya. Estas
grandes ciudades, ya contaban con todas las características que hicieron famosos
a los Mayas del periodo Clásico, y dando lugar a la duda si los Olmecas y Mayas,
de hecho fueron culturas que se desarrollaron independientemente.

El trabajo de la tierra dio prioridad al cultivo del maíz, el frijol y la calabaza, en


tanto la caza, la pesca y la recolección quedaron como actividades
complementarias; por eso a este periodo se le conoce también como agrícola. En
él se va desarrollando una religión sencilla con la creencia en una vida ultra
terrena y el culto a los muertos.

Del período Preclásico Tardío se han detectado numerosos asentamientos


humanos entre los cuales se encuentran Santa Marta (Chiapas), donde se
constata una temprana ocupación en labores de cerámica y cultivo de maíz,
fechada con el año 1320 adC; Chiapa de Corzo, Tonalá, Padre Piedra, e Izapa,
con influencia olmeca; Edzná, Xicalango, Tixchel y Santa Rosa Xtampak
(Campeche); Yaxuná, Acanceh, Dzibilchaltún (Yucatán); Chalchuapa (El Trapiche,
Casa Blanca, Laguna Cuzcachapa, La victorias y Bolinas) en el departamento de
Santa Ana de El Salvador; Kaminaljuyú en el sur de Guatemala. Los pobladores
de este último asentamiento controlaron las relaciones comerciales de la zona con
el resto de Mesoamérica hasta que fueron invadidos hacia el año 400 dC, por
guerreros provenientes del centro de México, de la poderosa ciudad de
Teotihuacan, cuya influencia militar y cultural se dejó sentir desde entonces en
todo el ámbito maya.

• Período Clásico

También llamado Periodo Teocrático, abarca desde los años 320 a 987 dC
aproximadamente. Recibe este nombre porque en un principio se creyó que fue el
grupo sacerdotal el que detentó el poder político y que toda la vida económica,
social y cultural se desarrolló en torno a la religión. Consecuencia una fuerte
estratificación social. Las zonas arqueológicas más conocidas de este periodo
son: Tikal, Uaxactún, Piedras Negras, Cancuén, Dos Pilas, Machaquilá, Aguateca,
Palenque, Yaxchilán, Kankí,Bonampak, Quiriguá, Tulum, Edzná, Oxquintok,
[[Ceibal[[, Xamantún, Copán, Yaaxcanah, Cobá, El Cedral, Ichpaatún, Kantunilkín,
Kuc (Chancah), Kucican, Las Moras, Mario Ancona, Muyil, Oxlakmul, Oxtancah,
Oxhindzonot, Pasión de Cristo, Río Indio, San Antonio III, Nohkuo Punta Pájaros,
San Manuel, San Miguel, Punta Molas, Tamalcab, Templo de las Higueras,
Tupack, Xlahpak, Tzibanché y Kohunlich. Los dos principales centros de la zona
del Petén son Uaxactún y Tikal. Uaxactún (889 dC), localizado varios kilómetros al
sur de Tikal, tiene el templo maya más antiguo que se conoce en la región, y es el
primer lugar en donde se observó la existencia de la bóveda falsa. Tikal (292 adC-
869 dC), enclavado en el corazón de la selva muestra una gran influencia
teotihuacana y llegó a poseer 40 mil habitantes en su momento culminante. Este
centro dependía de una complicada red comercial y se encontraba enclavado en
un lugar estratégico, entre dos sistemas fluviales que iban al Golfo de México y al
mar Caribe. Copán, en Honduras, cuyo esplendor se dio hacia el año 736 dC, fue
el centro científico del mundo maya, en donde la astronomía se perfeccionó al
punto de determinar la duración del año tropical, de crear las tablas de eclipses y
de idear una fórmula para ajustar el calendario, más exacta que la usada en la
actualidad. Cien años después de la destrucción de Teotihuacan, los centros
mayas entraron en crisis, se despoblaron, y sus ciudades fueron invadidas por la
selva, que anonciba la desaparición del pueblo maya.

• Período Posclásico
Abarca los años 1000-1687 dC Una vez abandonados los centros ceremoniales
mayas del periodo clásico, la fuerza generadora de esta época va a ser una
corriente migratoria identificada étnicamente con los mayas arraigados en la
región, que traía consigo una cultura mestizada de fuerte contenido náhuatl.

El territorio del que provenían los putunes era el delta de los ríos Usumacinta y
Grijalva, una región de ríos, riachuelos, lagunas y pantanos en donde
predominaba el transporte acuático. Esto hizo de los putunes unos excelentes
navegantes y mercaderes, que controlaban las rutas marítimas comerciales
alrededor de la península de Yucatán, desde la Laguna de Términos en
Campeche hasta el centro de Sula en Honduras.

De esta época datan las influencias toltecas en el arte y la arquitectura mayas.

Hacia el año 1000, Chichén Itzá formó una alianza con los cocomes de Mayapán y
los xiu de Uxmal. Dicha alianza es conocida con el nombre de Confederación o
Liga de Mayapán, rota en 1194 por Hunacc Ceel, líder de los cocomes. Las
hostilidades desembocaron en la derrota tanto de los itzaes como de los xiu. El
auge de Chichén-Itzá y de sus gobernantes maya-toltecas terminó en caos hacia
fines del siglo XIII. Los itzaes abandonaron su ciudad y se dirigieron a las selvas
desiertas del Petén. Allí, en el lago Petén-Itzá, fundaron una nueva población
localizada en la isla de Tayasal.

La supremacía de Mayapán llegó a su fin hacia 1441, cuando el líder xiu de


Uxmal, Ah Xupan Xiu, la destruyó masacrando a la familia real cocom. Durante su
apogeo, Mayapán llegó a tener hasta 12 mil habitantes. Era una ciudad fortificada,
rodeada de una muralla de piedra. Se pueden ver en su arquitectura claras
influencias toltecas.

En el Petén, Tayasal de los Itzáes, Zacpetén de los Ko’woj y Queixil de los


Yalnain, fueron las últimas ciudades Mayas y Mesoamericanas en ser
conquistadas, en el 1697 DC, para el conquistador Hernán Cortés en 1542.

Kukulkán es el nombre Maya de Quetzalcóatl, personaje importante en el Período


Posclásico de los mayas.

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