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ISBN: 978-84-15295-43- 3
Presentación ........................................................................................ 11
M a r t ín Sc hor r
I. Introducción ................................................................................. 19
II. La cúpula empresaria en el co mercio exterior de la Argentina.... 23
III. La trayectoria estructural de la elite emp resaria .......................... 32
IV. Reflexiones fin ales ....................................................................... 39
Bibliografía ......................................................................................... 52
I. Introducción ................................................................................. 55
II. La ext ranjerización del poder económico industrial.................... 57
III. La fisonomía estructural de los diferentes segmentos del poder
económico industrial .................................................................... 67
IV. Reflexiones fin ales ....................................................................... 77
Bibliografía ......................................................................................... 79
I. Introducción ................................................................................. 83
II. Metodología y fuentes de información ........................................ 89
III. Estructura de los mercados y formación de precios en la industria 92
IV. Oligopolios industriales, ganancia e inversión ............................ 101
V. Reflexiones fin ales ....................................................................... 105
Bibliografía ......................................................................................... 114
E
n este lib ro se reúne una serie de trabajos realizados a lo largo de varios
años en el marco del Proyecto de Investigación “La industria argentina
en la posconvertibilidad: continu idades y rupturas en la d inámica y la
estructura del sector” (PICT 2008-0406), patrocinado por la Agencia Nacional de
Pro moción Científic a y Tecnológica. Este programa de estudio fue coordinado por
Daniel Azpiazu hasta su lamentable y repentino fallecimiento en agosto de 2011.
Por ello, y por muchas otras razones, esta obra está dedicada a su memo ria.
En las páginas que siguen el lector encontrará los resultados de una prolon -
gada y fructífera labor en equipo, la que se plasma, al menos, en dos cuestiones.
En primer lugar, en el hecho de que los trabajos compilados fueron discutidos
entre todos los autores en numerosas ocasiones y en instancias diversas, haciendo
propias las palabras de Kaldor, para quien “las ideas difícilmente afluyen en el
aislamiento –surgen como consecuencia de un proceso social– y a menudo es casi
imposible separar la contribución de un individuo en particular o constatar la medida
en la que los propios pensamientos fructificaron gracias a los pensamientos de
otros”1 . En segundo lugar, estrechamente relacionado, si bien el libro está compuesto
por siete artículos que versan sobre diferentes temáticas y que pueden ser leídos de
manera independiente, una lectura de conjunto puede resultar enriquecedora ya que
en ellos subyacen múltiples hipótesis y preguntas de investigación compartidas.
Esas preocupaciones analít icas surgieron de la necesidad de pro fundiza r
varias líneas de indagación que quedaron “abiertas” tras un estudio previo que
realizamos con Azpiazu, en el que se abordó el desenvolvimiento de la industria
argentina desde la última dictadura militar hasta mediados de la década de 2000,
11 ARGENTIN A EN L A POSCONVERTIBILID AD
ya en el marco de la denominada posconvertibilidad 2 . Pero, ad icionalmente, esos
focos de interés se inscriben en el intento de poner en discusión ciertas postu-
ras académicas y políticas que han estado muy en boga en los últimos años en
Argentina y que, co mo tales, en no pocas ocasiones han sido to madas co mo
“verdades reveladas” por vastos sectores. Al respecto, entre otros interrogantes
disparadores de las investigaciones que dieron origen a los artículos que aquí se
reúnen, se destacan los siguientes:
• Luego del abandono del régimen de convertibilidad, ¿se puede afirmar que
la Argentina ha atravesado un proceso de reindustrialización con creciente
control nacional y que ha sentado las bases para config ur ar un nuevo modelo
económico?
• En el t ranscurso del último decenio, ¿es posible reconocer la existencia de un
camb io estructural en el perfil de especialización p redominante en el sector
manufacturero local y en su inserción en la división internacional del trabajo?
Y en una línea similar, ¿se ha asistido a un proceso sostenido de sustitución
de importaciones?
• En los años recientes, ¿se han revertido ciertos legados crít icos del neolibe-
ralismo en diferentes frentes (reprimarización, dependencia tecnológica, des-
articu lación de la matriz fabril, concentración y centralización del cap ital,
extranjerización, etc.)?
• En su ma, ¿en la posconvertibilidad ha tenido lugar un p roceso de desarrollo
industrial (reindustrialización) o resulta más atinado referirse a una fase de
crecimiento?
12 ARGENTIN A EN L A POSCONVERTIBILID AD
focalizándose en distintas dimensiones: “Oligopolio y formación de precios. La
industria argentina en la posconvertibilidad”, “Inserción de la industria argentina
en el mercado mundial: perfil de especialización según densidad tecnológica de
los productos”, “¿Sustitución de impo rtaciones en la posconvertibilidad? Una
mirada desde la industria auto motriz y la de b ienes de capital”, “La industria
del cuero en la posconvertibilidad: reactivación y especialización regresiva” y
“La industria textil y de indumentaria en la Argentina. Informalidad y tensiones
estructurales en la posconvertibilidad”.
La principal finalidad que perseguimos es que, mediante una lectura de con-
junto del lib ro, resulte posib le acceder a una amplia gama de evidencias que
permitan aproximarse a una visión más o menos “integral” sobre la trayectoria de
la industria argentina en el transcurso de la posconvertibilidad (con la debida iden-
tificación de las líneas de continuidad y de ruptura que pueden establecerse entre
esta etapa y lo acontecido durante la década de 1990). Ahora bien, a pesar de su
pretensión de “globalidad”, los enfoques asumidos son naturalmente parciales en
función de los marcos teóricos escogidos, las metodologías desplegadas, las fuentes
de información básica utilizadas y los posicionamientos político-ideológicos de
los autores. A pesar de esta inevitable parcialidad, que está presente en cualquier
investigación en ciencias sociales, a lo que se aspira, en última instancia, es a brin-
dar algunos elementos de juicio para el necesario debate social –hoy prácticamente
ausente– acerca de las características y los alcances de un plan de industrialización
para nuestro país.
Con sus respectivas especificidades, los siete artículos arro jan distintas con-
clusiones que aluden a la naturaleza acotada de la reindustrialización de la eco-
nomía argentina en la posconvertibilidad. Ello, por varias razones, entre las que
interesa resaltar apenas cuatro.
En p rimer lugar, a pesar de la notable expansión fabril que se verificó desde
med iados de 2002 (que hasta 2007/08, “dólar alto” mediante, se difundió, con
sus más y sus menos, a lo largo de todo el tejido manufactu rero ), casi no se
man ifestaron tendencias a un cambio estructural en el perfil de especialización e
inserción internacional de la industria doméstica respecto del período de vigencia
del neoliberalis mo. Se trata de una matriz productiva con un predominio marcado
y creciente de ramas afincadas en el procesamiento de recursos naturales (por
lo general, con bajo valor ag regado) y unos pocos ámbitos privilegiados de acu-
mu lación, co mo la armaduría auto motriz y el enclave ensamblador de productos
electrónicos en Tierra del Fuego.
En su mayoría, las manufacturas más relevantes se caracterizan por ser alta-
mente concentradas y estar controladas por capitales extranjeros y/o un puñado
13 ARGENTIN A EN L A POSCONVERTIBILID AD
de grupos económicos locales; por tener una inserción destacada en los mercados
mundiales por la v ía expo rtadora y/o a partir de una elevada demanda impor-
tadora; por presentar escasos eslabonamientos interindustriales y una reducida
capacidad generadora de emp leo; y por el hecho de que para las empresas líderes
que se desenvuelven en tales espacios, los salarios pesan mucho más co mo un
costo empresario que co mo un elemento dinamizador de la demanda interna.
De allí que no deba extrañar que, a la par de la ausencia de camb io estructural
en el ámb ito fabril, se hayan afianzado las tendencias a la concentración y cen-
tralización del capital con eje en una extranjerización sumamente acentuada, al
tiempo que se tornan cada vez más evidentes los límites objetivos que el perfil de
especialización predo minante le impone a la red istribución del ingreso.
En segundo lugar, ante lo restringido de la sustitución de importaciones (en
términos cuantitativos y cualitativos), el desempeño manufacturero en la poscon-
vertibilidad no logró revertir el cuadro histórico de dependencia tecnológica de
la industria argentina y, por esa vía, su carácter trunco. Entre otras cosas, esto se
expresa en el déficit comercial estructural de gran parte de las industrias (sobre
todo las de mayor densidad tecnológica), con la salvedad de unas pocas vincu -
ladas con las ventajas comparativas estáticas del país. Esa suerte de “dualidad
estructural” (que a part ir de 2007 derivó en saldos comerciales deficitarios en el
agregado sectorial, con la excepción de 2009 a raíz de los impactos domésticos
de la crisis mundial), es ind icativa de que en la últ ima década no se redujo la
“divisa-dependencia” característica del sector manufacturero local.
En ese marco es que se man ifiesta una de las “parado jas” del co mporta -
miento fab ril reciente : si b ien en los últ imos años, y de modo recurrente, la
industria ha sido catalogada como la “loco motora del crecimiento” y el sector
dinamizador y ordenador de un “modelo de acu mulació n con inclusión social”,
en los hechos la no reversión de la dependencia tecnológica terminó reforzando
la centralidad estructural y el poder de veto de los grandes proveedores de divisas
en la Argentina, cuyo ciclo de acumu lación y reproducción amp liada del capital
en la esfera productiva gira alrededor de activ idades con un bajo (o nulo) g rado
de industrialización. Estos sectores y los actores que los controlan resultaron
ampliamente favorecidos no sólo en términos estructurales, sino tamb ién por
las intensas transferencias intersectoriales del ingreso que tuvieron lugar tras la
“salida devaluatoria” de la convertibilidad por efecto de la dinámica que asumió
el co mportamiento de los precios relativos en la econo mía y en el interior del
sector manufacturero.
En tercer lugar, en un escenario sectorial que, por diferentes motivos, potenció
las tendencias a la concentración económica, de los análisis sobre la trayectoria
de la elite empresaria en la posconvertibilidad se desprenden algunos hallazgos
relevantes.
Por un lado, de la mano de la v igencia en el nivel interno de un “dólar alto”
(hasta 2007/08) y de mercados internacionales de commodities en franca expan-
14 ARGENTIN A EN L A POSCONVERTIBILID AD
sión, se manifestaron ciertas mod ificaciones en el perfil constitutivo de la cúpula
respecto del decenio de 1990. En lo sustantivo, las mis mas se asocian al fuerte
avance estructural en el seno del poder económico local de aquellas corporaciones
industriales con una marcada orientación exportadora (agroindustrias, elaborado-
ras de acero y alu min io, algunas fabricantes de productos químico-petroquímicos
y las terminales automotrices). Y de otras co mpañías que integran el panel de las
empresas de mayor envergadura del país que, merced a la exp lotación de recursos
naturales, también t ienen en los mercados externos una fuente decisiva de su acu-
mu lación (mineras, agropecuarias y, durante algún período, de la actividad hidro-
carburífera). Todo ello, en detrimento de d iversas firmas “mercadointernistas”
ligadas, sobre todo, a la prestación de servicios y varios rubros comerciales.
Por otro lado, esta vez como línea de continuidad con la convertibilidad, se
recrudeció el proceso de extranjerización a raíz de la marcada gravitación de las
empresas transnacionales en las industrias d inámicas y de mayor g ravitación
estructural, as í co mo de la intensa cent ralización del cap ita l que se verificó.
Ésta derivó en una importante desnacionalización de muchas firmas líderes de
distintas ramas manufactureras (frigorífica, cementera, siderúrgica, alimenticia,
derivados de petróleo, etc.).
Por último , cabe resaltar la estrategia privilegiada por las grandes empresas
fabriles de sustentar buena parte de su expansión y su consolidación de mercado
en la minimización de la inversión reproductiva (con márgenes de rentabilidad
muy elevados) y en la captación diferencial de excedentes, básicamente a través
de la fijación o ligopólica de precios y la percepción de una amp lia gama de
subvenciones estatales.
Así, se está en presencia de un poder económico cada vez más concentrado y
extran jerizado; con una creciente capacidad de veto a favor de su sólida inserción
exportadora en un sector manufacturero que, en términos generales, se caracteriza
por la señalada “dualidad estructural” en su posicionamiento comercial externo;
con una baja contribución en lo que se refiere a la amp liación de las capacidades
productivas domésticas (y, cuando lo hace, con una considerable demanda impor-
tadora); y con un esquema de acu mulación con eje en las ventajas comparativas
estáticas, la vigencia de salarios reducidos desde la perspectiva internacional y
una distribución funcional del ingreso sumamente regresiva. Está claro que este
poder económico, tan fortalecido en estos años de crecimiento fabril, no puede
ser la base de sustento de un “modelo de acu mulación con inclusión social” y, en
ese marco, de un cambio estructural en el perfil de la industria argentina. Máxime
cuando en la actualidad estos sectores se encuentran pugnando por una fuerte
devaluación co mo modo de maximizar sus ganancias (con sus consiguientes
efectos sobre el salario real).
En cuarto lugar, los estudios sobre la evolución en la posconvertibilidad de
sectores fabriles esp e cíficos arrojan una serie de evidencias que refuerzan lo ante-
dicho acerca del carácter acotado de la reindustrialización de los últimos años.
15 ARGENTIN A EN L A POSCONVERTIBILID AD
Por ejemp lo, en el caso de la industria automotriz y la de b ienes de capital
sobresale la debilidad de un planteo sustitutivo que apostó casi exclusivamente
al “dólar alto”, mientras se mantuvieron (e, incluso, se reforzaron) ciertos instru-
mentos que datan de la década de 1990. En los hechos, esto acarreó saldos comer-
ciales altamente deficitarios en el marco del proceso de “sustitución inversa” que
tuvo lugar ante el desaprovechamiento de la masa crítica existente para avanzar
por la vía sustitutiva (y pese al dinamis mo exportador de determinados produc -
tos). En otras palabras, la polít ica pública alentó el crecimiento de ambas indus-
trias pero no fue capaz de lograr una mayor integración del tejido manufacturero
y grados crecientes de autonomía nacional en actividades con un potencial para
nada desdeñable en términos de dinamización de encadenamientos productivos,
creación de emp leos (mayoritariamente calificados) y difusión del conocimiento
científico-tecnológico.
En otros casos, como en el de la industria del cuero y sus derivados (calzado
y marroquinería), la intervención estatal procuró la sustitución de importaciones,
pero a costa de afianzar un perfil de especialización regresivo a base de bienes
que resultan real o potencialmente co mpetitivos de los que se elaboran en países
cuya principa l ventaja “co mpetit iva” rad ica en niveles salariales ínfimos. Este
sesgo del funcionamiento de esta rama fabril se vincula con dos factores concu-
rrentes. Por un lado, con el hecho de que la apuesta sustitutiva quedó “presa” de
la necesidad de resolver algunos problemas macroeconómicos a corto (y muy
corto) plazo, co mo el de evitar la irrupción de un escenario de restricción externa,
antes que enmarcarse en una estrategia de desarrollo sectorial de mediano y largo
alcance. Por otro lado, con el peculiar manejo que se realizó de los derechos y los
reintegros de exportación que, en un contexto internacional favorable, terminó
incentivando ventas externas de cuero con escaso o nulo procesamiento y, en el
nivel interno, la emergencia de restricciones importantes en el abastecimiento de
materia prima, de allí la búsqueda de insumos alternativos (text iles, sintéticos,
etc.) y su correlato sobre la matriz productiva de la act ividad.
Finalmente, en el caso de la industria text il y de indumentaria, vale señalar
que se trata de un sector que se expandió de modo considerable en la posconver-
tibilidad, pero asociado a la consolidación de un seg mento informal muy grande,
con un rol destacado de micro, pequeñas y medianas unidades económicas, un
componente elevadísimo de trabajo precario, y cuya existencia y expansión son
cada vez más funcionales a la estrategia de acu mulación de los actores predo-
minantes. Ello, en el cuadro de una ostensible segmentación de los mercados
de consumo y una feno menal transferencia de ingresos a favor de los núcleos
productivos más concentrados (proveedores de insumos básicos y grandes marcas
de ropa) y de otros rubros económicos (comercial y financiero).
16 ARGENTIN A EN L A POSCONVERTIBILID AD
II. Del crecimiento al desarrollo:
la necesaria reindustrialización nacional
Reto mando las preguntas que ordenaron las investigaciones que dieron lugar
a los trabajos que integran este libro, resulta posible afirmar que en la poscon-
vertibilidad la industria argentina ha atravesado una fase de crecimiento pero no
de desarrollo.
Si bien los tremendos legados del neoliberalis mo imperante en el período
1976-2001 sobre el sector manufacturero doméstico no pueden ser revertidos “de
la noche a la mañana”, tampoco se debería soslayar que, a más de una década
del abandono de la convertibilidad , muchas de esas pesadas herencias, lejos de
haberse revertido, se han profundizado (en algunos casos con creces). Co mo se
desprende de las consideraciones que anteceden y de los distintos análisis que el
lector pod rá encontrar en los est udios que aquí se comp ilan, el ciclo reciente
de crecimiento sin desarrollo se encuentra estrechamente relacionado con las
modalidades que asumió el funcionamiento estatal.
Al respecto, el “fomento industrial” de los últ imos años puede ser dividido en
dos etapas. En la primera, que abarca desde 2002 hasta 2007/08, la “apuesta de
fondo” de las autoridades gubernamentales pasó por el sostenimiento de un tipo
de camb io elevado, casi sin políticas industriales activas y coordinadas (los pocos
instrumentos que se aplicaron, muchos de ellos concebidos e imp lementados en
el decen io de 1990, favorecieron fundamentalmente a las emp resas líderes y,
por ende, reforzaron en sus aspectos esenciales el statu quo heredado en lo que
respecta al perfil de especialización, la inserción internacional, la fisonomía del
poder económico, etc.). La segunda etapa es contemporánea con el pau latino
agotamiento del “dóla r alto” y la irrupción de la crisis mundia l a med iados de
2008: desde entonces y hasta el presente, se ha venido recu rriendo a algunas
medidas “novedosas” (como, por ejemp lo, las restricciones a las impo rtacio -
nes, diversos aumentos de aranceles, la búsqueda por redireccionar proyectos de
inversión a la esfera productiva, etc.); pero, en general, las mismas han quedado
subordinadas a la decisión de hacer prevalecer en la coyuntura ciertos equilibrios
macroeconómicos. En consecuencia, más allá de sus diferencias en cuanto a los
lineamientos privileg iados, las dos etapas reconocen un denominador co mún: la
ausencia de una estrategia y un plan de desarrollo industrial3 .
En ese contexto, si a lo que se aspira es a que el crecimiento manufacturero se
transforme en un proceso de desarrollo sectorial sostenido y sustentable, es cada
vez más evidente que se requiere una red efinición del “estilo de industrialización”
17 ARGENTIN A EN L A POSCONVERTIBILID AD
y de las polít icas de fo mento. Ahora bien, ello supone como requisito prev io el
contar con un diagnóstico pormenorizado sobre la situación y las perspectivas
de la industria local y de las diferentes ramas que la conforman, así co mo sobre
la ostensible heterogeneidad estructural que se manifiesta en los planos inter e
intrasectorial; elementos indispensables, a su vez, para el necesario debate social
sobre las formas que debería asu mir una reindustrialización nacional genuina (y
no acotada). Este libro pretende aportar algunos elementos a tales efectos.
18 ARGENTIN A EN L A POSCONVERTIBILID AD
La industria del cuero en la posconvertibilidad:
6/ reactivación y especialización r egresiva
I. Introducción
L
a generación de emp leo, la d iversificación productiva, la mejo ra en el
balance comercial de la industria y la autonomía en la política económi-
ca están relacionadas con el desarrollo de las cadenas de valor. Es decir,
con la elaboración de bienes finales a partir de productos intermedios e insumos
nacionales, de alto valor agregado, intensivos en mano de obra y/o con alto con-
tenido tecnológico, para vender tanto en el mercado interno, co mp itiendo con
importaciones, como en el mercado externo.
La industria del cuero es un ejemplo , observable tamb ién en otros ámbitos
productivos, donde el eslabón intermedio intensivo en capital y fabricante mayor-
mente de commodities es un factor determinante para el desarrollo del resto de
los eslabones. En este caso, las curtiembres grandes son la fracción dominante
que, a part ir de su poderío econó mico fruto del alto g rado de concentración
teniendo como destino primord ial el mercado externo, logran la subordinación
del sector de b ienes finales que, consecuentemente , avan za en un p roceso de
especialización en bienes intensivos en insumos text iles y vinílicos con claras
desventajas competitivas en desmedro del aprovechamiento del cuero, materia
prima con ventaja co mpetitiva.
La part icularidad de esta industria radica en que su materia prima es un resi-
duo del mercado de carnes, por lo cual la demanda de cueros no impacta sobre
su oferta. En el caso argentino el estancamiento del stock ganadero y su faena,
desde hace casi cuarenta años, deja inamovible la oferta de cueros 2 . Un mercado
1* La versión original de este trabajo se culminó en julio de 2012 y fue publicada en Realidad
Económica, Nº 270, Buenos Aires, 2012.
2 Según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, la faena de 2011 es la más baja
desde 1974, mientras que el stock es un 14% inferior a ese año. Entre los años señalados, la
3 Sadesa, líder del mercado, tiene diez plantas industriales distribuidas en Argentina, Uruguay, Pa-
raguay, Tailandia y China; además cuenta con una red comercial extendida en dieciocho países.
Arlei cuenta con tres plantas en Argentina y oficinas comerciales en ocho países, mientras que
La Hispano posee tres fábricas en Argentina y una en China, junto a tres oficinas comerciales
en el exterior. Las principales multinacionales son Fonseca y Toredo con una planta cada una
en el país. Sólo Sadesa y La Hispano venden regularmente en el mercado interno.
4 Un porcentaje menor de cueros recibe curtido vegetal (tanino y otros ingredientes de ese ori-
gen) que no contamina el medio ambiente. Este proceso resulta más oneroso que el realizado
al cromo.
El marco normat ivo que rige para la industria del cuero está conformado
principalmente por su tratamiento al co mercio exterior: por un lado, derechos
y reinteg ros a las exportaciones y, por otro , licencias no auto máticas, valo res
criterio y anti-dumping a las importaciones. La restricción a las exportaciones
de cuero, p ráctica habitual en los países productores de manufacturas, tiene larga
data en la Argentina. En 1967 se aplicó un cupo de exportación a los cueros cru-
dos y salados que se amplió en 1972 con la total p rohibición a las exportaciones
de cueros no industrializados. La p rohibición fue reemp lazada en 1992 por un
derecho de exportación del 15% para cueros crudos y wet-blue flor (no para el
5 Sin embargo, el mercado mundial de cueros terminados más que duplica al de semiterminados.
Para un análisis del mercado mundial de cuero, véase Ferreira, 2011.
6 Un estudio de las diferentes etapas en la cadena de valor del cuero puede encontrarse en Valle,
2003.
Nota: La base imponible para el cuero crudo-salado y el wet-blue flor es el precio en el mercado de
Chicago, lo que implica un derecho de exportación efectivo superior al 25% transformándose en una
barrera prácticamente infranqueable para la exportación.
* La última renovación se realizó a través del Decreto Nº 7/2012 y rige hasta el 31 de diciembre de 2015.
Fuente: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
Nota: entre 1995 y 1999 los reintegros fueron del 1,2 y 2,3% para cueros semiterminados y termina-
dos, respectivamente, y del 10% para tapicería y manufacturas (Decretos Nº 2275/94 y 998/1995 y
Resoluciones Nº 56/2002, 748/02 y 1029/2006).
7 Entre 2003 y 2006 los reintegros de los cortes superaban a los de tapicería. La Resolución Nº
1029/2006 aumentó un punto porcentual los correspondientes a tapicería para sillones.
Cambios en la estructura
Variación entre
Rama de 1993 y 2003 Grado de
actividad Locales Ocupados VBP* integración**
Locales Ocupados 1993 2003 1993 2003 1993 2003 1993 2003
Curtiembres -23,9 -3,2 13,1 12,9 27,5 31,8 43,6 62,9 24,6 19,1
Marroquinería -32,0 7,6 33,2 29,3 10,9 13,9 10,4 12,6 33,6 29,7
Calzado cuero -28,4 -48,2 34,7 32,3 31,8 19,6 24,9 11,4 35,0 39,7
Calzado textil
y plástico 3,7 -2,3 18,9 25,5 29,8 34,7 21,1 13,2 43,2 47,2
Nota: Códigos CLAnae CNE 2004/05 por rama de actividad: curtiembres, 19110; marroquinería,
18120 y 19120; calzado cuero, 19201; calzado textil y plástico, 19202 y 19203.
* Valor bruto de producción. ** Valor agregado/VBP.
Por otra parte, las evidencias disponibles permiten concluir que tuvo lugar
un cambio estructural en la co mposición del eslabón calzado, donde el de cuero
pierde participación en todas las variab les y deja de ser el más importante en
materia de emp leo y producción. En ese marco, el segmento más relevante pasa
a ser el asociado a la fabricación de artículos de materiales text iles y de p lástico
(INDEC, 2006).
En el mis mo orden, el contraste dentro del sector cu rtido r en términos de
producción y valor agregado denota una mayor especialización en commodities
exportables en detrimento de bienes terminados para las industrias. Al respecto,
entre los dos censos económicos se acentuaron las diferencias tanto en el grado
de integración entre los segmentos productivos como en el respectivo nivel de
sofisticación de la producción: en 2003 la relación valor agregado/valor de pro -
ducción fue del 19% en curt iembres, el 30% en marroquinería, el 40% en calzado
de cuero y el 47% en calzado textil y de p lástico.
Se t rata, en definit iva, de la primarización de la cadena de valo r con menor
grado de integración y una mayor relevancia relativa del seg mento de calzado
text il y de plástico. La transformación p roductiva debe asociarse al marco legal
sectoria l en un contexto de escasez de cueros en el mercado interno , incre-
mento derivado de su precio relat ivo en los costos para manu facturas y cre-
Cuadro N° 5. Industria del cuero. Principales variab les censales por segmento
productivo y tamaño de locales, 2003 (en porcentaje , valores absolutos y
miles de pesos de 2003).
Tamaño Facturación
Valor Valor de Ocupados G rado de
de los Locales Ocupados por local ($
agregado producción por local Integración**
locales* miles 2003)
Chicos 10,0 3,4 4,0 2,2 6 597 48,7
Curtiembres
Grandes 3,0 28,3 41,4 60,7 175 56.116 18,1
8 De acuerdo a datos del INDEC, en 2004 las primeras cinco empresas determinaban el 60%
de las exportaciones sectoriales. Según información de la Cámara de la Industria Curtidora
Argentina (CICA), el grado de concentración habría aumentando hasta 2009 ya que, en este
último año, cinco empresas explicaron el 65% de las exportaciones.
9 Considerando el trabajo terciarizado, los ocupados reales en las empresas pequeñas aumentarían
entre un 50% y un 90% alcanzado a un rango de entre nueve y doce trabajadores.
10 La estimación del nivel de informalidad se realizó teniendo en cuenta la relación entre asala-
riados y no asalariados del censo resultando en niveles de trabajo no declarado en pequeñas
empresas, realizado en talleres externos, del orden del 55% en marroquinería y el 45% en cal-
El cálcu lo ajustado por emp leo informal afecta los niveles de productividad
de las fábricas chicas y, consecuentemente, la tasa de exp lotación en el mismo
segmento. El Cuadro N° 7 muestra los nuevos resultados entre los que sobresalen
los siguientes: a) una amp liación en el d iferencial de productividad entre unidades
grandes y chicas; b) un nivel similar entre calzado de cuero y marroquinería por
tipo de fábricas; c) una mayor productividad de éstas respecto del calzado textil
y de plástico en las grandes empresas y similar en las chicas; y d) una intensifi-
cación de la brecha de productividad de acuerdo a la orientación de la produc-
ción: la productividad del sector exportador es el 128% más holgada que la del
mercado interno. En términos de tasa de explotación estos resultados denotan:
e) un mayor ma rgen bruto en las fábricas más grandes con la excepción de cal-
zado text il y de plástico; y f) la tasa de exp lotación en las unidades productivas
orientadas al mercado externo fue superior a la de las volcadas prioritariamente
al mercado interno.
zado. Cabe agregar que el INTI ha estimado un nivel de informalidad del 70% en el sector de
indumentaria que presenta aspectos productivos muy similares a los analizados en este trabajo
(véase http://www.inti.gob.ar/textiles/vestirconciencia/ –consultado consultado el 21/3/2013–,
así como el estudio “ La industria textil y de indumentaria en la Argentina. Informalidad y
tensiones estructurales en la posconvertibilidad” en este mismo libro).
Productividad
Tamaño de Salario medio Tasa de
media por ocupado
los locales* ($ miles 2003) explotación**
($ miles 2003)
Grandes 57,6 19,2 3,0
Curtiembres
Chicos 28,9 10,0 2,9
Grandes 45,2 14,2 3,2
Marroquinería
Chicos 17,7 9,1 1,9
Grandes 43,6 13,1 3,3
Calzado cuero
Chicos 19,2 8,3 2,3
Calzado textil y Grandes 25,1 11,7 2,1
plástico Chicos 20,8 8,0 2,6
Mercado externo 57,6 19,2 3,0
Mercado interno 25,4 10,8 2,4
1.200
1.000
800
600
400
200
-
1995 19 96 1997 19 98 1999 2 000 20 01 2002 20 03 2004 2 005 200 6 2007 20 08 2009 20 10 20 11
60 %
Crudo y wet-blue Semi terminado
Terminado Manufacturas
50 %
40 %
30 %
20 %
10 %
0%
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 201 1
Cortes
20 %
Tapicería
Calzado-Marroquinería
16 %
12 %
8%
4%
0%
1995 1 996 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 2002 2003 2004 2005 2 006 2 007 2 008 2 009 20 10 2 011
Grá fico N ° 4. Industria del cuero. Producción, emp leo y p roductiv idad en el
segmento curtidor, 2003-2011 (en índice base 2003=100).
180
Producción
160 Empleo
Producti vidad
140
120
100
80
60
2003 2004 20 05 20 06 20 07 20 08 2 009 2 010 20 11
Producción
220
Empleo
190 Productividad
160
130
100
70
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
16 Entre las inversiones más destacadas de los últimos años se pueden mencionar a Vulcabras,
que produce las marcas Olympikus, Reebok e Ipanema; Dass hace lo propio con Nike, Fila,
Converse y Umbro; Camargo Correa con Havaianas; Paquetá con Adidas; y Cambuci con
Penalty.
17 El repentino salto de productividad de 2004 debería relativizarse por un incremento esperado en
el empleo informal al comienzo de la recuperación de la actividad y la capacidad ociosa inicial.
Las nuevas plantas industriales de capital brasileño son de un nivel de tecnificación superior a
la media del sector originando un incremento de la productividad.
Grá fico N ° 6. Industria del cuero. Producción , emp leo y p roductiv idad en el
segmento marroquinero, 2003-2011 (en índice base 2003=100).
180
Producción
160 Empleo
Productividad
140
120
100
80
60
2003 20 04 2005 2006 2007 20 08 2009 2010 20 11
Por últ imo, considerando la in formación censal, las exportaciones por sector
y las estimaciones en cuanto a nivel de actividad de los últimos años, se puede
realizar una co mparación entre 1993, 2003 y 2011 a los efectos de confrontar la
evolución de la producción e inserción externa por segmento de la producción
Coeficiente de
Valor de producción Exportaciones
exportación
1993 2003 2011* 1993 2003 2011 1993 2003 2011*
Curtiembres 993 1.163 1.108 598 879 943 60,2 75,6 85,1
Marroquinería 237 232 369 88 35 37 37,4 15,2 10,1
Calzado 1.046 455 1.191 92 18 33 8,8 3,9 2,8
Total 2.275 1.850 2.630 778 932 1.013 34,2 50,4 38,0
Fuente: Elaboración propia con datos del de los CNE 94 y 2004/05, INDEC y estimaciones propias.
140
120
100
80
Producción cueros
60
Expo cueros
40 Disponibilidad Cueros
Fuente: Elaboración propia con datos del mercado de cueros, INDEC y Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca.
18 La Resolución Nº 655/2005 redujo el derecho de exportación de los cueros crudos y wet-blue del
15% al 8% para forzar una suba del precio pagado a los frigoríficos y mejorar su rentabilidad.
El objetivo de fondo era contener el incremento en el precio de la carne. Ante la ineficacia de
la medida en el mercado cárnico y la presión de los integrantes de la cadena del cuero, seis
meses después la resolución mencionada fue derogada.
19 Siempre de acuerdo a las mismas fuentes de información, durante los primeros meses de 2012
la faena aumentó levemente ubicándose en el mediocre promedio del período bajo análisis
mientras la demanda mundial de cueros se mantuvo deprimida. En ese contexto, el precio del
cuero inició un proceso de baja, los stocks en las curtiembres comenzaron a incrementarse y la
disponibilidad interna para manufacturas aumentó ligeramente. Pese al mejor precio del cuero
y su mayor disponibilidad, la producción industrial se mantiene muy baja, al tiempo que su
escasa demanda interna y externa y su precio poco competitivo desalientan este segmento de
la cadena de valor.
Impo marroquinería
165
Impo calzado
Consumo priv ado
140
115
90
65
40
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Nota: Consumo Privado: PBI a precios constantes. Importaciones de marroquinería y calzado: uni-
dades y pares respectivamente.
21 Para un análisis de la cadena de valor del cuero y sus manufacturas en el marco del “Plan Es-
tratégico Industrial Argentina 2020”, véase INTI, 2011a.
22 En 2011 el precio de exportación del cuero wet-blue descarne fue el 45% del wet-blue flor
(menor diferencia en los últimos años), mientras que en el mercado interno el cuero terminado
descarne es el 70% del flor. El incremento del derecho tendería a ampliar la brecha, acercarla
al nivel internacional, mejorar la competitividad de los fabricantes de manufacturas y disminuir
el incentivo a migrar de la materia prima cuero hacia el plástico o textil.
23 Las iniciativas tendientes a generar un acuerdo entre las curtiembres grandes y las terminales
automotrices para incrementar las exportaciones de tapicería profundiza la tendencia a la
concentración de las primeras y mejora su rentabilidad y estructura exportadora, pero tiene im-
pactos negativos sobre el resto de las curtiembres y los fabricantes de manufacturas por menor
disponibilidad de cueros en el mercado interno. En paralelo, constituye un beneficio ostensible
para las trasnacionales automotrices ya que les permite compensar importaciones en el marco
de la política comercial en curso.
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MRECIC (2010): “ Sector de la Industria del
Calzado”, Subsecretaría de Comercio In-
I. Introducción
L
a industria textil y de indu mentaria es considerada tecnológicamente ma-
dura, es decir, sus innovaciones más importantes son incrementales, prin-
cipalmente de proceso al inicio y al final de la cadena de valor, y tamb ién
de incorporación de nuevas tecnologías en hilados y tintorería, las que luego son
trasladadas al resto del entramado. A su vez, los extremos son tradicionalmente
intensivos en mano de obra , aunque la producción p rimaria se ha tecnificado
mucho en las dos últimas décadas, y el resto de los eslabones industriales, los
intermedios, son básicamente intensivos en capital. Cada etapa da por resultado
una diversidad de productos alcanzando al final de la cadena una mult iplicidad
de bienes con variadas aplicaciones y usos, que en términos generales se pueden
clasificar en indumentaria, artículos del hogar y de uso industrial.
A diferencia de otras industrias en el país, la producción de todas las etapas
está destinada fundamentalmente al mercado interno que, al fabricar commodities
hasta los eslabones intermedios, tienen precios internacionales de referencia que
limitan la apropiación de renta potencial e inducen a generar mecanismos alter-
nativos para su retención por parte de los actores con mayor poder relativo.
El grado de tecnificación y la escala de producción son las barreras de entrada
y los factores de competitividad en el seg mento textil, mientras que la calidad
de la materia prima es determinante en la etapa primaria, lo mismo que el costo
de mano de obra en el segmento de la indu mentaria. China es el referente int er-
nacional y Brasil el regional, ambos con mano de obra más barata y escalas de
producción más elevadas que la Argentina. Al ser una industria madura, muchas
empresas locales están en la frontera tecnológica; sin embargo, los factores alu-
didos condicionan su competitividad en los mercados externos y en el interno. De
este modo, las políticas de protección se convierten en un instrumento decisivo
1 Este fenómeno, inicialmente desarrollado por Gran Bretaña a fines del siglo XVIII, fue replica-
do más tarde por los Estados Unidos en el siglo XIX, por la economía japonesa en la inmediata
posguerra y por Corea del Sur en el decenio de 1960. En los últimos años el mismo modelo
de inserción en la economía mundial fue aplicado por China y otros grandes exportadores de
indumentaria del sudeste asiático (principalmente Indonesia, Tailandia, Bangladesh, Camboya,
Myanmar, Filipinas, Vietnam y Sri Lanka), que dinamizan sus economías a través de industrias
livianas e intensivas en mano de obra (Chang, 2002).
2 Esquemáticamente, se registran tres procesos de relocalización. El primero a fines de la década
de 1950 y principios de la de 1960 desde Norteamérica y Europa Occidental hacia Japón. El
segundo, en el decenio de 1970 e inicios del siguiente, desde Japón hacia Hong Kong, Taiwán
y Corea. El último, en la década de 1990, desde estos últimos tres hacia otras economías en
desarrollo de Asia, principalmente a China, Indonesia, Tailandia y Filipinas y, en menor medida,
hacia algunas naciones de Latinoamérica y de Europa Oriental (Gereffi, 1999).
80.000
Fibras artificiales
70.000 Fibras sintéticas
60.000 Lana
Algodón
50.000
40.000
30.000
20.000
10.000
0
1950 1960 1980 1990 2000 2011
Fuente: Elaboración propia en base a The International Rayon and Synthetic Fibres Committee (CIRFS).
III.2. Hilanderías
6 Esas firmas pueden estar integradas o comprar el algodón en bruto a pequeños, medianos y
grandes cosechadores. Su actividad consiste en separar, desde el algodón en bruto, la fibra de
la semilla y la suciedad.
7 Si bien, en general, las hilanderías se abastecen de fibra nacional, el auge sojero provocó, desde
la década de 1990, el desplazamiento de la producción algodonera. Este fenómeno, sumado a la
expansión de la capacidad productiva de la industria local de los últimos años, implicó que
las hilanderías tengan que importar, fundamentalmente de Brasil por las ventajas arancelarias
asociadas al Mercosur y por tener fibra no contaminada en abundancia y de mayor calidad que
la nacional. Acerca de las características del complejo algodonero y al impacto de la expansión
sojera, véase Gorenstein, Ferreira y Schorr, 2012.
8 La empresa más importante del eslabón en el país es T N&Platex, con siete plantas productivas
distribuidas en cinco provincias, que producen alrededor de 4.000 toneladas mensuales (http://
www.tnplatex.com/, consultado el 4/4/2013). En segundo lugar, aparece Tipoití con capacidad
para producir 2.000 toneladas mensuales (www.tipoiti.com.ar, consultado el 4/4/2013) y como
tercer gran productor, con una escala de 700 toneladas mensuales, Algodonera Avellaneda, pro-
piedad del grupo Vicentín, que a diferencia de las otras dos compañías, también posee tejeduría
(http://www.vicentin.com.ar/, consultado el 4/4/2013).
III.3. Tejedurías
9 Cabe aclarar que los grandes usuarios de hilado de algodón entre las tejedurías planas son los
productores de denim que suelen operar con hilandería propia.
iii.3.2. te Je dur ía S de te la P la na
10 Entre las empresas medianas y grandes con tejeduría de punto, que operan en el sector con tin-
torería propia, se destacan Iteva, Texcom, Ritex, Sedamil, Guilford, Nortextil Balto y Amesud.
III.4. Tintorerías
III.5. Indumentaria
11 Véase Claves, 2009; Coatz y Kestelboim, 2012; y las estimaciones realizadas por el INTI Tex-
tiles (disponibles en http://www.inti.gob.ar/textiles/vestirconciencia/, consultado el 22/3/2013).
12 Para un análisis detallado de las diversas relaciones entre las marcas de ropa, los talleristas
intermediarios y los talleres de costura, consúltese D’Ovidio, 2007.
13 Véase, para un resumen de la investigación, Choren, 2009.
14 Las primeras noticias sobre las explotaciones sufridas por migrantes en el sector datan de fines
de la década de 1990, cuando las políticas neoliberales y el consecuente desempleo empujaron
a numerosos trabajadores desocupados a aceptar las pésimas condiciones laborales ofrecidas por
los talleres clandestinos. Sin embargo, esta problemática recién alcanzó estado público con el
incendio de un taller clandestino el 30/3/2006 que cobró la vida de seis inmigrantes procedentes
de Bolivia, cuatro de ellos menores.
Es un nuevo segmento que se ha afian zado t ras la salida del rég imen de
convertibilidad y que cuenta con más de doscientos diseñadores. Se encuen-
tra mayoritariamente constituido por unidades productivas regulares de bienes
diferenciados con alto valor agregado que trabajan en buena medida con talleres
informales, aunque están más tecnificados y con mano de obra más calificada y
mejor remunerada que el pro medio de los que trabajan para La Salada, incluyendo
los vinculados a las marcas de ropa. La d iferenciación de productos se basa en la
creatividad y profesionalización del d iseño, convirtiéndose en un segmento inno-
vador dentro de la industria que, orientado al mercado “alternativo” de medio y
alto poder adquisitivo, no compite ni con el segmento de alto precio de las marcas
reconocidas ni con los productos importados de países del sudeste asiático 17 .
Más del 60% de la indumentaria que circula por el país proviene de La Salada
y el circuito de la calle Avellaneda, luego es vendida al público en más de doscien-
tas ferias o Saladitas y en una mult iplicidad de co mercios tradicionales en todo el
El anális is del sector text il y de indu mentaria está limitado por la escasa
información disponible sobre el segmento informal, predo minante especialmente
en la confección. Las estadísticas oficial es relevan básicamente a las actividades
formales de la cadena por lo cual los resultados son sólo parciales. De este modo,
luego de indagar en las fuentes de información del INDEC y el Min isterio de
Trabajo, Emp leo y Seguridad Socia l (MTEy SS) se procedió a utilizar fuentes
Estas evidencias estarían expresando que buena parte del au mento del empleo
en los últ imos años no ha sido reg istrado. Básicamente, porque con menor o
igual dotación de emp leados por empresa, aun considerando el incremento de fir-
mas registradas, sería imposible justifica r el au mento de la producción de bienes
obtenido por el INDEC, salvo un salto exponencial en la productividad laboral
(dato no computado estadísticamente y de d ifícil realización en una industria
con las características de la analizada). Igualmente, el au mento en la particip a-
ción relativa del emp leo registrado en las empresas grandes sería menor al real
por efecto de la terciarización; por su parte, en las empresas medianas, chicas y
micro el e mp leo es menor en términos relativos, lo cual sugiere el predo minio
del empleo informal.
Asimismo, en relación con el p ro medio 1996-1998, los mejores de la conver-
tibilidad, los guarismos correspondientes a 2009 muestran un nivel algo superior
en ambos sectores (nuevamente la mayor diferencia se observa en confecciones).
Finalmente, de los datos sistematizados se desprende que el sector formal de esta
industria casi no ha mod ificado su estructura en relación con la década de 1990
en cuanto al tamaño de firmas, con la excepción de las empresas grandes de
indumentaria que actualmente cuentan en pro medio con una dotación de personal
sustancialmente menor.
Gráfico No 2. Industria text il. Evolución del índice de volu men físico de la pro-
ducción (IVF), la productiv idad* y la intensidad laboral**, 1996-2012 (en
índice base 2002=100).
350
IVF Productividad
Intensidad laboral
250
200
150
100
50
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
* IVF/obreros ocupados.
** Horas trabajadas/obreros ocupados.
En su ma, sobre la base del segmento formal, el sector text il no habría alcan-
zado los niveles más elevados de la convertibilidad en materia de producción, los
habría superado en empleo y mantenido en cantidad de empresas. Sin embargo, la
creciente informalidad de los últimos años induce a presumir que la producción y
el empleo total (formal e info rmal) habrían superado los reg istros más altos de la
década de 1990. Por otra parte, la cantidad de ocupados por empresa de acuerdo
a su tamaño en el segmento formal no coincide con la expansión del sector desde
2003 convirt iéndose en un indicador del au mento de la informalidad.
500
IVF Productividad
450 Intensidad laboral
400 Producción total
350
300
250
200
150
100
50
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
* IVF/obreros ocupados.
** Horas trabajadas/obreros ocupados.
*** Producción segmento formal + producción segmento informal.
Por otra parte, la metodología mencionada permite estimar el emp leo total del
sector y, por lo tanto, el porcentaje de informalidad laboral. Así, entre los años
señalados, mientras el emp leo registrado creció el 57%, el emp leo no registrado
habría au mentado el 200%, alcanzado el sector a un total de casi ciento ochenta
mil ocupados en 2012, con un nivel de informalidad del orden del 65/70% desde
el 2004 hasta la actualidad (Gráfico No 4)21 .
21 Según cálculos de la Fundación Pro Tejer, los trabajadores afectados a la actividad de la con-
fección alcanzarían a 200.000 con un nivel de informalidad del 80% (Coatz y Kestelboim,
2012).
200.000 80%
Empleo no registrado
180.000
75%
Empleo re gis trados
160.000
Informalidad (eje derecha) 70%
140.000
65%
120.000
100.000 60%
80.000
55%
60.000
50%
40.000
45%
20.000
0 40%
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Fuente: Elaboración propia con datos del MTEySS e INTI Textiles.
22 Según datos del MTEySS, la remuneración promedio de los trabajadores registrados del sector
de la confección y de la madera es la más baja de la industria manufacturera. Tal retribución
resultó inferior al valor establecido para la línea de pobreza del INDEC entre 2003 y 2007 y
la superó en los cinco años siguientes teniendo en cuenta la misma fuente. Pero de acuerdo
a estimaciones privadas, como la encuesta de la deuda social que realiza periódicamente la
Universidad Católica Argentina, el nivel salarial se habría mantenido por debajo de la línea
de pobreza entre 2007 y 2012. Véase http://www.trabajo.gov.ar/left/estadisticas/oede/estadis-
ticas_nacionales.asp y http://www.uca.edu.ar/index.php/site/index/es/uca/observatorio-de-la-
deuda-social-argentina/ (ambos consultados el 25/3/2013).
23 En los dos últimos años de la serie bajo análisis, las exportaciones se duplicaron, fundamen-
talmente por el rubro fibras ante el aumento de la producción de algodón y la disminución de
la demanda interna. Por su parte, las compras externas subieron algo más del 50% por tejidos
y prendas que alcanzaron el record del período.
2.000
Saldo
Exportaciones
1.500
Importaciones
1.000
500
0
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
-500
-1.000
-1.500
Exportaciones Importaciones
1993-2001 2002-2011 1993-2001 2002-2011
Fibra 56,4 43,6 7,4 11,7
Hilado 18,3 13,7 12,2 18,3
Tejido 18,0 25,6 40,3 43,9
Hogar/industriales 1,7 3,3 11,5 8,6
Indumentaria 5,5 13,8 28,6 17,5
Hilado 20
Tejido plano 46
Tejido de punto 15
Otros 5
Total 251
Por su parte, el establecimiento de los valores criterio también fue una medida
importante que limitó la extensión de las operaciones de subfacturación en el
rubro. En efecto, a part ir de 2005 se dispusieron 1.105 VC en la industria, los
que impactaron sobre los precios de importación cuyo incremento en el medio
doméstico mejoró la posición co mpetitiva de la producción local.
Así, según datos de la Fundación Pro Tejer, entre 2008 y 2011, las importa-
ciones aumentaron en dólares el 15% (efecto VC) y dis minuyeron en toneladas
el 5% (efecto LNA). Sin embargo, las med idas de protección perdieron fuerza
Var. Var.
2008 2009 2010 2011
2008/11 2010/11
27 Sobre las ferias urbanas y sus diferentes dimensiones de análisis, véase el trabajo de Busso,
2011. Para un estudio del funcionamiento de la feria La Salada, consúltense Girón, 2011, y
Pogliaghi, 2008. Acerca de la trayectoria y las experiencias de los costureros inmigrantes en
La Salada, revísese Rivera Cusicanqui, 2011 y Hacher, 2011. Un estudio de La Salada desde
el punto de vista de la economía popular se encuentra en Gago, 2012.
28 El sector informal y sus implicancias en términos económicos, sociales y políticos ha sido
estudiado por muchos autores. Entre ellos, Tokman, 1987 ofrece un análisis integral desde la
experiencia latinoamericana.
29 Sobre el trabajo asalariado femenino y la historia de la industria textil en la Argentina, consúl-
tese Fernández y Legnazzi, 2012.
30 Véase en este mismo volumen el estudio “La industria del cuero en la posconvertibilidad: reac-
tivación y especialización regresiva”.
Nota: el valor final del jean de marca es un promedio entre el valor de inicio de temporada, oferta
de liquidación y outlets.
31 Según datos de la Defensoría del Pueblo del gobierno de la CABA y la cooperativa La Alame-
da, en la ciudad de Buenos Aires alrededor de cien marcas de ropa de primera línea utilizan o
utilizaron talleres clandestinos para la confección de sus prendas. Véase Lieutier, 2010.
32 En el caso de los talleres que trabajan a fason, también retienen un porcentaje mayor de la renta
porque hay menos intermediarios que en el mercado formal.
33 El INTI Textiles estima que veinte ocupados con maquinaria conforman un taller en condiciones
de realizar internamente todas las etapas del proceso productivo.
María José Caste lls. Licenciada en Economía (UBA) y maestranda en Economía Política
con mención en Economía Argentina (FLACSO). Investigadora del Instituto de Estudios
Fiscale s y Económicos. Docente del Ciclo Básico Común y de la Facultad de Ciencias
Económicas de la UBA. Ha participado de varias investigaciones sobre la evolución y las
perspectivas de la industria de bienes de capital.
Pablo Manz anelli . Licenciado en Sociología (UBA) y maestrando en Economía Política con
mención en Economía Argentina (FLACSO). Becario de la Agencia Nacional de Pro-
moción Científica y Tecnológica. Investigador del Área de Economía y Tecnología de la
FLACSO y de l Centro de Investigación y Formación de la República Argentina. Docente
de la UBA. Es autor de diversos trabajos sobre la dinámica económica de la Argentina en
la posconvertibilidad, entre los que se destaca el libro Concentración y extranjerización.
La Argentina en la posconvertibilidad (junto con Daniel Azpiazu y Martín Schorr).
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Esta edición se termin ó de im primir en julio de 2013,
en los taller es de Gr áfic a L AF s.r.l., ubic ados en
Monteagudo 741, San M artín, Provincia de Buenos Aires, Argentina.