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PAUL KRUGMAN

LIBRO: ECONOMISTAS CONTEMPORANOES


UN RESUMEN DE OBRAS SELECTAS

AUTOR: GERARDO REYES GUZMÁN

EDITORIAL: EDITORIAL TRILLAS

JULIO 1 DE 1997

Cuando el primero de julio de 1997 la administración de la colonia británica de Hong


Kong pasó a China continental, algunos temían que el gigante asiático fuera socavando
poco a poco las libertades públicas hongkonesas. Pero nadie pensaba que China le
quitaría a Hong Kong el sistema capitalista. Económicamente, Hong Kong ha
conquistado al gigante asiático, y no al revés. China había adoptado plenamente la
doctrina de Deng Xiaoping:”enriquecerse es glorioso”.

En el apartado Capitalismo triunfante, Krugman critica a los que pensaron que los ciclos
económicos ya habían terminado y da su opinión sobre la caída de la unión soviética.

En el apartado La doma del ciclo económico, Paul Krugman se hace una pregunta: "¿Ha
quedado obsoleto el ciclo económico?" Krugman cita dos artículos:

 Revista Foreign affairs titulado "The End of the Business Cycle?" de Steven
Weber
 Revista Wired titulado "The Long Boom: A History of the Future", de Peter
Schwartz y Peter Leyde.

Ningunos de los dos artículos aseguraba que en el futuro no hubiesen problemas


económicos, pero si aseguraban que las grandes crisis eran problemas del pasado. El
primero asegura cosas como que los "cambios en la tecnología, la ideología, el empleo
y las finanzas junto con la globalización de la producción y el consumo, han reducido la
volatilidad de la actividad económica en el mundo industrializado. Tanto por razones
empíricas y teóricas, en las economías industriales y avanzadas, las olas del ciclo
económico pueden haberse convertido en ondas”.

Krugman critica la creencia de que la oferta y la demanda siempre son iguales. En


épocas de recesión profundas, parece que todos los artículos sobran y que no hay
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demanda de ningún bien. Hay trabajadores que buscan trabajo y no hay empleos para
ellos, todas las tiendas están vacías de clientes y los artículos quedan sin vender día
tras día. Mientras la gente deambula por la calle buscando las ofertas más baratas,
muchas tiendas cierran por falta de ventas.

Krugman también discierne sobre de la crisis de la Cooperativa de Crianza de niños de


Capital Hill (great capitol hill babysitting co-op crisis) como un modelo en el que la falta
de circulante conduce a la crisis por falta de liquidez. La impresión y la entrega gartuita
de más vales a las parejas miembros de la cooperativa solucionó la crisis.

Krugman, sin embargo, advierte que el mundo real es mucho más complejo que una
cooperativa de canguros. El ejemplo contempla una economía cerrada, esto es, sin
relaciones con el exterior, y en la que sólo se consume, no se invierte. Tampoco hay un
estado al que pagar los impuestos para abonar.

Los emisores de cupones (dinero) en el mundo real son los bancos centrales. Pero si
todo es tan fácil como en la cooperativa de canguros, ¿por qué suceden las crisis
económicas?

Antes de 1939, fecha en que comenzó la Segunda Guerra Mundial, la respuesta era
muy sencilla: porque se desconocía la solución. Krugman tan sólo nombra a Joseph
Alois Schumpeter, quién pensaba que las recesiones y depresiones hay que dejarlas
correr, que se curan por sí solas, que no se deben usar recursos artificiales para salir
de las crisis. Pero podía haber citado también a Jean Baptiste Say, autor de la
denominada ley de Say.

Pero después de la Segunda Guerra Mundial el paradigma económico cambió. Lo que


antes era ortodoxo se volvió heterodoxo y viceversa. Después de la Segunda Guerra
Mundial la economía de los países occidentales tuvo un éxito notable y "las recesiones
fueron suaves." Parecía que el ciclo económico ya no era un problema importante de la
economía, por lo que desapareció del ámbito de estudio. Todo cambió con los setenta
y los dos shocks petrolíferos de la década (shocks externos). En los años ochenta, la
dirección de la economía se consideraba tan buena que incluso los problemas internos
se solucionaban con rapidez. En 1987 la bolsa de Nueva York cayó tanto como en 1929.,
pero la FED inyectó liquidez en la economía y la economía real ni siquiera notó el bache.
Pero no siempre acertaron. A finales de los ochenta se produjo un pequeño rebote
inflacionario y la FED tomó medidas para combatirlo olvidando de que la economía
había entrado en recesión, con el efecto de que la agravaron y Bush padre perdió la
reelección a costa de Bill Clinton. Pero en 1997 volvió el optimismo y se volvió a pensar
en que los ciclos se podía suavizar tanto como para olvidarse de ellos.
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El optimismo de finales de los noventa tuvo mucho que ver con la implantación de las
tecnologías de la información. Aunque su impacto con la productividad global es más
que discutible, cambió mucho el aspecto de las oficinas. De repente, desaparecieron las
máquinas de escribir y las fotocopiadoras y fueron sustituidas por los ordenadores y los
faxes. Los viajes de negocios fueron parcialmente sustituidos por las teleconferencias.

UNA BREVE PANORAMICA DE LOS MILAGROS- TODOS COLAPSAN: LA CRISIS


ASIÁTICA

De otro lado, cambió la consideración del tercer mundo. De ser productores y


exportadores de materias primas e importadores de productos industriales (sobre todo
los países asiáticos), pasaron a ser exportadores de productos manufacturados. De
repente las supuestas ventajas de los países desarrollados y los supuestos
inconvenientes de los países tercermundistas, desaparecieron. Los salarios de algunos
de estos países como Corea del Sur y Taiwan se empezaron a aproximarse a los de los
países más desarrollados. Pero, pronto surgieron otros países como China, India o
Bangladesh con salarios muy bajos y en los que sus gobiernos estaban dispuestos a
hacer la vista gorda en cuanto a horarios y condiciones de trabajo.

Aunque los Estados Unidos experimentaban una notable prosperidad, Japón sufría los
efectos de la "burbuja económica" que sufría desde principios de la década. Y Europa
empezaba a mostrar signos de euroesclerosis.

Tampoco en los EE UU estaba todo el mundo contento. Aumentó durante los noventa
la desigualdad en la distribución de la renta y la riqueza. Los trabajadores menos
especializados empezaron a perder capacidad adquisitiva.

En diciembre de 1996 Alan Greespan, por entonces director de la Fed, dirigió una
célebre advertencia a los mercados sobre la "exuberancia irracional", pero los mercados
pronto se olvidaron y Greespan no volvió a insistir.

El 1 de julio de 1997 China recuperó Hong Kong. Al día siguiente, Tailandia devaluó el
baht y comenzó la crisis asiática.

No hubo realmente ningún milagro en Asia antes de la crisis. El crecimiento económico


ha sido una cosa relativamente creciente y de sólo unos pocos países. Durante siglos y
milenios, los hombres estaban tan mal alimentados como sus antepasados. El
crecimiento económico empezó en Inglaterra hacia 1790. Después se sumó Alemania y
los Estados Unidos, que llegaron a sobrepasar al primer país. Pero el desarrollo fue
cosa de unos pocos países occidentales.
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El crecimiento británico entre 1801 y 1851 fue del 1,3% de media anual. En Estados
Unidos, entre 1870 y 1913 el crecimiento económico fue del 2,2% anual. Con estas tasas
de crecimiento, estos dos países se convirtieron en líderes políticos, militares y
económicos de sus respectivas épocas.

Japón, que ya era una potencia política, militar y económica antes de la Segunda Guerra
Mundial, creció entre 1953 y 1973 a una tasa anual del 8%. Corea del Sur, tras la guerra
(1950-53), era un país sumamente pobre y agrícola. La principal fuente de divisas fue,
hasta los años 60, la ayuda económica y militar norteamericana. En 1963 Corea del sur
era más pobre que lo que fue Gran Bretaña en 1800. Ese mismo años el país instituyó
una reforma económica que le llevó a aumentar los ingresos per cápita un 7% anual
durante los siguientes 34 años. En 1997 los coreanos habían alcanzado la renta per
cápita de Gran Bretaña. China cuadruplicó su renta en las dos décadas que terminan
en 1997.

¿TOCANDO FONDO?-EL RETORNO DE LAS ECONOMÍAS EN RECESIÓN

¿Qué es la economía de la Gran Depresión? ¿Qué significa decir que la economía de


la depresión ha regresado?, así lo describe Krugman: “Esencialmente significa que por
primera vez en dos generaciones, unas fallas de la demanda en la economía –es decir,
un gasto privado insuficiente que no utiliza la capacidad productiva disponible– se han
convertido en una clara y patente restricción para la prosperidad de una buena parte del
mundo”.

Resalta Krugman que en las últimas décadas el énfasis del pensamiento económico ha
abandonado el estudio de la demanda general para concentrarse en la reflexión sobre
el problema de la oferta. En resumen considera que la caída de la demanda general se
curaría a si misma si los salarios y los precios cayeran rápidamente por la presión del
desempleo (flexibilidad de los precios y los salarios). “El conjunto específico de ideas
tontas, que ha reclamado el nombre de “la economía de la oferta” es una doctrina
excéntrica que tendría poca influencia de no ser por el atractivo que ejerce sobre los
prejuicios de editores y hombres ricos”. “Durante décadas, mientras los economistas
discutían si la política monetaria en realidad se podía utilizar para sacar una economía
de la recesión, los bancos centrales tomaron la iniciativa y lo hicieron. Y lo han hecho
tan eficientemente que la idea de una caída económica prolongada debido a una
demanda insuficiente se volvió inverosímil”. “Todas las investigaciones de moda han
tenido que ver con el progreso tecnológico y el crecimiento a largo plazo. Estos son
asuntos excelentes e importantes y, en el largo plazo, son los que realmente valen la
pena”. Pero mientras tanto, en el corto plazo, resalta Krugman, el mundo se tambalea
de una a otra crisis.
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Todas ellas implican el problema de generar suficiente demanda. Sin embargo, muchos
expertos no aceptan la idea de que estas crisis económicas demuestran que hay un
problema en el sistema mismo, y se remiten a buscar la respuesta en las debilidades de
cada país y en los errores de política económica que cometieron sus líderes. Es una
versión de lo que Krugman llama “culpar a la víctima”. Otra versión es la “teoría de la
resaca”, según la cual la crisis es el castigo por los excesos en el pasado.

Una tercera versión de “culpar a la víctima” es la tesis de que la caída económica


obedece a problemas estructurales de la economía que se deben resolver, por lo cual
sería un error estimular la demanda y propiciar la recuperación, pues así se reduciría la
presión para hacer el cambio (tesis de raigambre schumpeteriana). “¿Qué está en
juego?”. Dice Krugman que el riesgo del regreso de la economía de la depresión es la
posibilidad de que la enfermedad se extienda, que Argentina, Sudáfrica, Turquía o China
(Dios nos Salve. P. K.) Se sumen a las víctimas. “Que una deflación en Europa o un
crash del mercado bursátil en los Estados Unidos llegara a crear en el primer mundo
unas condiciones al estilo de las del Japón.

Sin embargo, si el daño es limitado, quedan unos riesgos más sutiles para el progreso
económico porque no es probable que los mercados libres, a pesar de todos los
beneficios que proporcionan, puedan sobrevivir en un mundo donde la demanda
insuficiente es una amenaza permanente”. conjunto de reglas que se deben cumplir en
todas las situaciones, sino más bien, es una manera de pensar que permite diseñar
nuevas respuestas para un mundo en cambio permanente: “Lo que hace que siga
siendo útil es precisamente el hecho de que a los viejos modelos se les puedan enseñar
nuevos trucos, que un entendimiento básico de cómo, digamos, ocurren las recesiones
nos dice cómo salir de una caída que no corresponde al tratamiento usual, Pero durante
el último año me ha sorprendido la cantidad de gente que ha invertido este proceso,
armando rápidamente nuevos modelos para justificar los viejos trucos”.

La otra reflexión se refiere al “beneficio social de salir rápidamente de la depresión” vs


el “alto costo de oportunidad de la auto-regulación”: “Se supone que la frase por
excelencia en economía es “No hay nada gratis”. Es decir, que hay unos recursos
limitados, que para tener más de algo se debe aceptar menos de alguna otra cosa, que
no hay ganancia sin dolor. La economía de la depresión, sin embargo, es el estudio de
situaciones donde sí hay cosas gratis, si tan sólo pudiéramos encontrarlas, pues hay
recursos que no están en uso que podrían ponerse a producir”.

Las críticas de Paul Krugman son mordaces además de contundentes y sus


proposiciones son “herejías económicas” más que simples disidencias. Krugman es
irreverente además de heterodoxo. Ha pasado ya casi una década de haberse publicado
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“De vuelta a la economía de la Gran Depresión”. Hoy, octubre del 2008, el sorprendente
desplome del sistema financiero internacional con impacto en la economía real, en
Estados Unidos, Europa y Japón, y la feliz coincidencia de haber recibido Krugman el
Premio Nobel de Economía 2008, convierten, de hecho, a “la economía de la depresión”
en el discurso económico pertinente; y por tanto en la nueva ortodoxia; y convierten
también, de suyo, a Paul Krugman de economista heterodoxo e irreverente, en su
contrario.

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